TESIS DOCTORAL

Título Utilización del análisis de limbo y pecíolo para el diagnóstico nutricional del cv. Garnacha tinta (Vitis vinífera L.)

Autor/es

Ana Benito Bermejo

Director/es

Enrique García-Escudero Domínguez y Ignacio Martín Rueda

Facultad

Facultad de Ciencias, Estudios Agroalimentarios e Informática

Titulación

Departamento

Agricultura y Alimentación

Curso Académico

2014-2015 Utilización del análisis de limbo y pecíolo para el diagnóstico nutricional del cv. Garnacha tinta (Vitis vinífera L.), tesis doctoral de Ana Benito Bermejo, dirigida por Enrique García-Escudero Domínguez y Ignacio Martín Rueda (publicada por la Universidad de La Rioja), se difunde bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported. Permisos que vayan más allá de lo cubierto por esta licencia pueden solicitarse a los titulares del copyright.

© El autor © Universidad de La Rioja, Servicio de Publicaciones, 2016 publicaciones.unirioja.es E-mail: [email protected]

TESIS DOCTORAL

UTILIZACIÓN DEL ANÁLISIS DE LIMBO Y PECÍOLO PARA EL DIAGNÓSTICO NUTRICIONAL DEL CV. GARNACHA TINTA (Vitis vinífera L.)

ANA BENITO BERMEJO

DICIEMBRE 2015

TESIS DOCTORAL

Utilización del análisis de limbo y pecíolo para el diagnóstico nutricional del cv. Garnacha tinta (Vitis vinifera L.)

Ana Benito Bermejo

Diciembre 2015

Los abajo firmantes, Dr. Enrique García-Escudero Domínguez y Dr. Ignacio Martín Rueda, Investigadores del Servicio de Investigación y Desarrollo Tecnológico Agroalimentario del Gobierno de la Rioja y del Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino,

HACEN CONSTAR:

Que el trabajo titulado: “Utilización del análisis de limbo y pecíolo para el diagnóstico nutricional del cv. Garnacha tinta (Vitis vinifera L.)”, que presenta Dª ANA BENITO BERMEJO, ha sido realizado en el Servicio de Investigación y Desarrollo Tecnológico Agroalimentario del Gobierno de La Rioja, bajo nuestra dirección, y que reúne las condiciones exigidas para optar al grado de Doctora.

Para que conste a los efectos oportunos, expedimos el presente Certificado.

Logroño, a 30 de octubre de 2015.

Dr. Enrique García-Escudero Domínguez Dr. Ignacio Martín Rueda

Los trabajos recogidos en la presente tesis han sido financiados por los proyectos INIA SC 00-016: “Determinación de las necesidades de elementos minerales en la vid (Vitis vinifera L.). Influencia de los factores de la producción vitícola en el estado nutricional del viñedo”, así como por los proyectos de la Comunidad Autónoma de La Rioja R-01- 03, R-01-04 y R-03-05: “Contribución al establecimiento y verificación de los niveles foliares de referencia en viñedos de la D.O.Ca. Rioja. Valoración de la incidencia de diferentes factores culturales en el nivel de nutrición”, y los proyectos R-04-06, R-05- 07 y R-07-08: “Contribución al establecimiento y verificación de los niveles foliares de referencia en viñedos de la D.O.Ca. Rioja para Garnacha tinta y Graciano”. Mi participación en dichos proyectos fue financiada mediante dos becas de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Medioambiente del Gobierno de La Rioja: una Beca FPI sobre “Evaluación nutricional de las variedades pertenecientes a la D.O.Ca. Rioja”, (Orden 9/07) y una Beca Predoctoral sobre “Evaluación del estado nutricional de Vitis vinifera L. variedad Garnacha tinta en el ámbito de la D.O.Ca. Rioja y desarrollo de herramientas para el diagnóstico nutricional” (Orden 17/2010).

AGRADECIMIENTOS

Son muchas las personas que han participado, colaborado y me han ayudado en la realización de este trabajo. Me gustaría agradecer a todas aquellas personas, que de alguna manera o de otra, han hecho posible que esta Tesis Doctoral se haya realizado.

En primer lugar, desearía dar las gracias a mis directores de tesis, el Dr. Enrique García- Escudero y el Dr. Ignacio Martín Rueda, por acogerme en el CIDA y por haber confiado en mí para desarrollar este trabajo. Por su apoyo y orientación, dedicación, criterio, consejos, trabajo, sabiduría y ayuda, gracias a lo cuales me he enriquecido a nivel personal y profesional.

También me gustaría agradecer su ayuda, apoyo y amistad a todos mis compañeros del CIDA, y de manera especial, a la Sección de Viticultura y Enología. A Rosa, por su apoyo y orientación. A Natalia e Izaskun, por su ayuda, colaboración y consejos. A Pili, Patri, Juana, Ana Rosa, Tere, Isabel L., Raquel, Ana, Laura, Loreto, Mikel, David, Eva, Clara, Fernando, Diego, Pilar, Sonia, Lucía, Araceli, Isabel C., Bea, Leticia, Rocío, Antonio, Elisa, Chema, Sergio, José Luis P., Joaquín, Vanesa, Silvia R., José Luis R., Feli, Elena, Ángel, Maite, Nuria, Belén, Marian, Raquel, Michel, por su disponibilidad y colaboración siempre que la he necesitado.

También me gustaría agradecer a Juan Bautista, Mª Carmen Arroyo, Miriam, y a todo el personal del laboratorio de La Grajera, por su participación en los análisis.

También desearía agradecer a la Conserjería de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente del Gobierno de La Rioja, por la financiación de los proyectos necesarios para que se llevará a cabo el estudio, y por la concesión de dos becas, de formación de personal investigador y predoctoral, que han hecho posible mi formación en el CIDA a lo largo de estos años.

También me gustaría agradecer su apoyo a mi familia y amigos.

Finalmente, me gustaría dar las gracias a mis padres, Jesús Ángel y Merche, a mis hermanos, Arrate y Nicolás, y a Javi, por apoyarme, aconsejarme y por estar siempre a mi lado.

Muchísimas gracias a todos.

A mis padres, Jesús Ángel y Merche

A mis hermanos, Arrate y Nicolás

A Javi

PUBLICACIONES

Los trabajos recogidos en la presente tesis han dado lugar a las siguientes publicaciones:

- Benito, A., García-Escudero, E., Romero, I., Domínguez, N., Martín, I. 2015. Reference standards for leaf blade and petiole analysis of ‘red Grenache’ grapevines. Journal International des Sciences de la Vigne et du Vin, 49: 47-58.

- Benito, A., Romero, I., Domínguez, N., García-Escudero, E., Martín, I. 2014. Varietals differences for leaf blade and petiole references between 'red Grenache', and 'Tempranillo' varieties within the AOC Rioja. En: “Vitivinicultura del sur, confluencia de conocimiento y naturaleza”, O.I.V. 37th World Congress of Vine and , Mendoza, Argentina, 9-14 de noviembre. 5pp.

- Benito, A., Romero, I., Domínguez, N., García-Escudero, E., Martín, I. 2013. Leaf blade and petiole analysis for nutrient diagnosis in Vitis vinifera L. cv. Garnacha tinta. Australian Journal of and Wine Research, 19(2): 285-294

- Benito, A., Romero, I., Domínguez, N., García, C., Villar, M.T., Lorenzo, I., Ibáñez, S.; García-Escudero, E., Martín, I. 2009. Estudio comparativo del diagnóstico nutricional de la vid (Vitis vinifera L.) en las variedades Tempranillo y Garnacha tinta. VI Congreso Ibérico y XII Nacional de Ciencias Hortícolas. Logroño, 25-29 mayo. Actas de Horticultura, 54: 880-886.

- Benito, A., Romero, I., Domínguez, N., Ibáñez, S., García-Escudero, E., Martín, I. 2008. Utilización del análisis de limbo y pecíolo para el diagnóstico nutricional de la vid (Vitis vinifera L.), variedad Garnacha Tinta. XII Simposio Ibérico sobre Nutrición Mineral de las plantas. Granada, 22-24 de octubre. 12pp.

Índice

ÍNDICE

RESUMEN ABREVIATURAS

INTRODUCCIÓN GENERAL…………………………………………………….………….1 I. SITUACIÓN DEL SECTOR VITIVINÍCOLA……………………………………………………….3 II. INCIDENCIA DE LA NUTRICIÓN MINERAL DE LA VID SOBRE LA CALIDAD DEL VINO…………………………………………………………………………………………..………………6 III. ESTRUCTURA DE LA TESIS……………………………………………………………………………9

1. CAPÍTULO I: INTRODUCCIÓN……………………………………..…………..……11 1.1. ELEMENTOS ESENCIALES…………………………………………………………………………..…..14 1.1.1. Nitrógeno……………………………………………………………………..…………..………..18 1.1.2. Fósforo……………………………………………………………………..………………………..21 1.1.3. Potasio……………………………………………………………………….……………………….22 1.1.4. Calcio……………………………………………………………………….…………………………26 1.1.5. Magnesio…………………………………………………………………….……………………..27 1.1.6. Hierro…………………………………………………………………………….…………………..28 1.1.7. Manganeso……………………………………………………………………………….………..31 1.1.8. Zinc……………………………………………………………………………………..……………..32 1.1.9. Cobre……………………………………………………………………………….……..………….34 1.1.10. Boro………………………………………………………………………………………..………….36 1.2. MÉTODOS DE DIAGNÓSTICO DEL ESTADO NUTRICIONAL………………….…………..37 1.2.1. Observación visual………………………………………………………………………………38 1.2.2. Análisis de suelos………………………………………………………….…………………….39 1.2.3. Análisis de tejidos……………………………………………………………………………….40 1.2.3.1. El análisis foliar………………………………………………………….…………….40 1.2.3.2. Estandarización del muestreo foliar…………………….………………….42 1.3. DINÁMICA ESTACIONAL DE LOS ELEMENTOS MINERALES………………….………….44 1.3.1. Nitrógeno……………………………………………………………………………….…………..45 1.3.2. Fósforo………………………………………………………………………………..……………..46 1.3.3. Potasio………………………………………………………………………………………….…….47 1.3.4. Calcio………………………………………………………………………………………………….48 1.3.5. Magnesio……………………………………………………………………………………….…..48 1.3.6. Hierro…………………………………………………………………………………….…………..49 1.3.7. Manganeso……………………………………………………………………..………………….49 1.3.8. Zinc………………………………………………………………………………………………..…..50 1.3.9. Cobre………………………………………………………………………..………………….…….50 1.3.10. Boro……………………………………………………………………………………………..…….51 1.4. INFLUENCIA DE LA VARIEDAD Y EL PORTAINJERTO EN LA NUTRICIÓN MINERAL DE LA VID………………………………………………………………………………………………….…..51

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1.5. INTERPRETACIÓN DE RESULTADOS DE ANÁLISIS FOLIARES……………………………53 1.5.1. Valores Críticos y Rangos de Suficiencia………………………………………………56 1.5.2. Desviación del Óptimo Porcentual (DOP)……………………………………….……62

2. CAPÍTULO II: OBJETIVOS…………………………………………………………..….….65

3. CAPÍTULO III: MATERIALES Y MÉTODOS………..…………………..……….…..69 3.1. SITUACIÓN Y EMPLAZAMIENTO…………………………………………………………………….71 3.2. CARACTERÍSTICAS DEL MATERIAL VEGETAL…………………….…………………………….74 3.3. CARACTERÍSTICAS AGRONÓMICAS…………………………………………………………..……74 3.4. CARACTERÍSTICAS EDAFOLÓGICAS………………………………………………………..………76 3.5. CARACTERÍSTICAS CLIMÁTICAS…………………………………………………………….……….78 3.6. PROTOCOLO EXPERIMENTAL……………………………………………………………………..….83 3.6.1. Descripción del ensayo…………………………………………………………….…………83 3.6.2. Toma y preparación de las muestras………..…………………………………………84 3.6.3. Calendario de muestreo…….……………………………………………………..………..86 3.6.4. Métodos analíticos…….……………………………………………………………………….89 3.7. ANÁLISIS ESTADÍSTICO DE DATOS………………………………………………………….………89

4. CAPÍTULO IV: RESULTADOS Y DISCUSIÓN……………………………….…….. 95

4.1. ENSAYO I: ESTRATEGIAS DE MUESTREO EN EL CV. ‘GARNACHA TINTA’………98 4.1.1. COMPOSICIÓN NUTRICIONAL DE LIMBO Y PECÍOLO……..……….………………....98 4.1.1.1. Análisis de los componentes principales……………………………....…98 4.1.1.2. Comparación de tejidos mediante Test T de Student……….……102 4.1.1.3. Discusión……………………………………………………………….……..….……109 4.1.2. DINÁMICA ESTACIONAL DE LOS ELEMENTOS MINERALES EN LIMBO Y PECÍOLO………………………………………………………………………………………..…………....…112 4.1.2.1. Nitrógeno...... 112 4.1.2.2. Fósforo...... 115 4.1.2.3. Potasio...... 117 4.1.2.4. Calcio...... 120 4.1.2.5. Magnesio...... 121 4.1.2.6. Hierro...... 124 4.1.2.7. Manganeso...... 126 4.1.2.8. Zinc...... 128 4.1.2.9. Cobre...... 129 4.1.2.10. Boro...... 130 4.1.3. VARIABILIDAD DE LA CONCENTRACIÓN DE NUTRIENTES A LO LARGO DEL CICLO VEGETATIVO EN LIMBO Y PECÍOLO…………………………………………….132 4.1.3.1. Nitrógeno...... 133 4.1.3.2. Fósforo...... 134 4.1.3.3. Potasio...... 136 4.1.3.4. Calcio...... 136

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4.1.3.5. Magnesio...... 138 4.1.3.6. Hierro...... 139 4.1.3.7. Manganeso...... 139 4.1.3.8. Zinc...... 140 4.1.3.9. Cobre...... 142 4.1.3.10. Boro...... 142 4.1.3.11. Discusión...... 144 4.1.4. IDENTIFICACIÓN DE LOS PERÍODOS DE ESTABILIDAD EN LA COMPOSICIÓN MINERAL DE LIMBO Y PECÍOLO…………………………….....….148 4.1.4.1. Períodos de estabilidad en limbos………...... 151 4.1.4.2. Períodos de estabilidad en pecíolos...... 155 4.1.4.3. Discusión……………………………………………………………………………….158 4.1.5. CONCLUSIONES DEL ENSAYO I ……………………….……….……………………….161

4.2. ENSAYO II: INFLUENCIA DEL FACTOR VARIEDAD EN LA ABSORCIÓN MINERAL DE VITIS VINIFERA L …………………………………………………………………….……...….164 4.2.1. DIFERENCIAS EN LA COMPOSICIÓN MINERAL DE LIMBO Y PECÍOLO...164 4.2.1.1. Análisis de los componentes principales…………………..……………164 4.2.1.2. Comparación de tejidos mediante Test T de Student……….……171 4.2.1.3. Análisis canónico discriminante………………………………………...... 180 4.2.1.3.1. Análisis canónico discriminante para 4 grupos de clasificación: tejido x variedad…………………………………………………………………...182 4.2.1.3.2. Análisis canónico discriminante para 12 grupos de clasificación: tejido x variedad x año…………………………………………………………..187 4.2.1.3.3. Análisis canónico discriminante para 4 grupos de clasificación: tejido x variedad (segmentado por años)…………………………...... 191 4.2.1.4. Discusión……………………………………………………………………….…………..198 4.2.2. DIFERENCIAS VARIETALES EN LA DINÁMICA ESTACIONAL DE LA CONCENTRACIÓN DE LOS ELEMENTOS MINERALES EN LIMBO Y PECÍOLO….……201 4.2.2.1. Nitrógeno...... 202 4.2.2.2. Fósforo...... 204 4.2.2.3. Potasio...... 206 4.2.2.4. Calcio...... 206 4.2.2.5. Magnesio...... 208 4.2.2.6. Hierro...... 210 4.2.2.7. Manganeso...... 213 4.2.2.8. Zinc...... 213 4.2.2.9. Cobre...... 216 4.2.2.10. Boro...... 216 4.2.2.11. Discusión...... 219 4.2.3. DIFERENCIAS VARIETALES SOBRE LA VARIABILIDAD EN LA COMPOSICIÓN NUTRICIONAL DE LIMBO Y PECÍOLO…………………………………………………………..…...222 4.2.3.1. Nitrógeno………………………….……………………………………………….……..223 4.2.3.2. Fósforo...... 224 4.2.3.3. Potasio...... 226 4.2.3.4. Calcio...... 227 4.2.3.5. Magnesio...... 229

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4.2.3.6. Hierro...... 230 4.2.3.7. Manganeso...... 232 4.2.3.8. Zinc...... 233 4.2.3.9. Cobre...... 235 4.2.3.10. Boro...... 236 4.2.3.11. Discusión...... 237 4.2.4. DIFERENCIAS VARIETALES EN LOS PERÍODOS DE ESTABILIDAD EN LA COMPOSICIÓN MINERAL DE LIMBO Y PECÍOLO………………………………………….……240 4.2.4.1. Períodos de estabilidad en limbos...... 242 4.2.4.2. Períodos de estabilidad en pecíolos...... 250 4.2.4.3. Discusión……………………………………………………………………………………..256 4.2.5. CONCLUSIONES DEL ENSAYO II…………………….…………………..……………………260

4.3. ENSAYO III: DETERMINACIÓN DE NIVELES FOLIARES DE REFERENCIA PARA EL CV. ‘GARNACHA TINTA’ EN LA D.O.CA. RIOJA……………………………….….………262 4.3.1. COMPARACIÓN DE LOS NIVELES FOLIARES DE CV. ´GARNACHA TINTA´ CON REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS...... 262 4.3.1.1. Limbos en floración…………………..…………………………………..………263 4.3.1.2. Limbos en envero……….…………………………………………………………269 4.3.1.3. Pecíolos en floración…………………………………………………………..…270 4.3.1.4. Pecíolos en envero…………………………………………………………….….271 4.3.1.5. Discusión………..….....…………………………………………………………..…273 4.3.2. DESARROLLO DE REFERENCIAS PARA EL CV. ´GARNACHA TINTA´ EN LA D.O.CA. RIOJA…………………………………………………………………………………….…274 4.3.2.1. Referencias para el método de Rangos de Suficiencia…………..274 4.3.2.2. Referencias para el método Desviación del Óptimo Porcentual (DOP)……………………………………………………………………………………………278 4.3.3. COMPARACIÓN DE LAS REFERENCIAS PARA CV. ´GARNACHA TINTA´ RESPECTO A REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS…………………………………….…..280 4.3.3.1. Limbos en floración……………………………………………………………….281 4.3.3.2. Pecíolos en floración…………………………………………………….……….284 4.3.3.3. Limbos en envero………………………………………………………………....286 4.3.3.4. Pecíolos en envero………………………………………………………………..287 4.3.3.5. Comparación de las referencias DOP para D.O.CA. Rioja…….…291 4.3.3.6. Discusión………………………………..………………………………………….…292 4.3.4. CONCLUSIONES DEL ENSAYO III……………………………………………….……….294

4.4. CONSIDERACIONES FINALES DEL TRABAJO DE TESIS…………………………………297

BIBLIOGRAFÍA…………………………………………..………………….……………………301

ANEXOS……….……………..……………………………………………….……………………321

6

RESUMEN

La nutrición mineral es un factor importante para la producción y la calidad de la uva y, por consiguiente, para la calidad del vino. El análisis foliar constituye una de las herramientas más fiables para evaluar el estado nutricional de la vid. Sin embargo, para un diagnóstico nutricional preciso conviene establecer un protocolo definido para el momento de muestreo, el tejido a analizar, así como su posición en la propia planta.

En este sentido, la primera parte de la Tesis en su capítulo 4.1 estudia el tejido foliar y los momentos de muestreo más apropiados para evaluar el estado nutricional en Vitis vinifera L. cv. ‘Garnacha tinta’, en las condiciones edafoclimáticas de La Rioja. En este estudio se ha puesto de manifiesto cómo el limbo muestra una mejor reproducibilidad de los análisis de N, P, K, Mn y Zn durante la mayor parte del ciclo vegetativo, mientras que el pecíolo sería un tejido más adecuado para el diagnóstico nutricional de B, así como de Fe y Cu en floración. Respecto al Ca y Mg, así como para el Fe en envero, se podría llevar a cabo su diagnóstico en cualquiera de los dos tejidos, con similar fiabilidad. En relación a los momentos de muestreo, se recomendaría analizar los limbos y pecíolos en plena floración-cuajado, o bien los limbos en envero, y los pecíolos de envero hasta una semana después de éste.

En el capítulo 4.2, se acomete la oportunidad de establecer y diseñar unas tablas de referencia específicas para el cv. ‘Garnacha tinta’. Para ello, se realiza una comparación a nivel nutricional entre los cvs. ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’ injertados sobre R-110, cultivados en idénticas condiciones climatológicas y pedológicas en el ámbito de la D.O.Ca. Rioja. Como resultado, se comprueba la existencia de diferencias varietales en la composición nutricional de los tejidos, especialmente en lo que respecta a los pecíolos. Para éstos, el cv. ‘Garnacha tinta’ mostró una mayor concentración en N, P, Ca, Mg, Fe, Mn y B respecto al cv. ‘Tempranillo’, mientras que el cv. ‘Tempranillo’ alcanzó una mayor concentración en Zn en los pecíolos que ‘Garnacha tinta’. Estos resultados demuestran la conveniencia de disponer de tablas de referencia específicas para cada variedad.

Finalmente, el capítulo 4.3 ofrece para el cv. ‘Garnacha tinta’ en la D.O.Ca. Rioja, tablas de referencia para llevar a cabo el diagnóstico nutricional utilizando dos métodos diferentes: Rangos de Suficiencia y Desviación del Óptimo Porcentual.

ABREVIATURAS

ACD Análisis canónico discriminante ACP Análisis de componentes principales ANOVA Análisis de varianza CP Componente principal CV (%) Coeficiente de variación porcentual (%) cv. Cultivar cvs. Cultivares DDB Días después de brotación D.O.Ca. Denominación de origen calificada DOP Desviación del óptimo porcentual DRIS Sistema integrado de diagnóstico y recomendación ED Editado EF Estado fenológico et al. Y colaboradores FD Función discriminante g Gramo hl Hectolitro kg Kilogramo Log. Logaritmo m.s. Materia seca MAGRAMA Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente mg Miligramo ml Mililitro n.s. No significativo O.I.V. Oficina internacional de la viña y el vino P Percentil Sig. Significación

INTRODUCCIÓN GENERAL

Introducción general

I. SITUACIÓN DEL SECTOR VITIVINÍCOLA

El sector vitivinícola a nivel europeo, nacional y regional tiene una gran importancia por el valor económico que genera, y, desde un punto de vista social, por su capacidad de creación de empleo, su contribución a fijar población en el mundo rural y su creciente valorización desde un punto de vista cultural y medioambiental.

La superficie vitícola mundial en el año 2013, según los datos estimados por la Organización Internacional de la Viña y el Vino (O.I.V.), fue de 7.436.000 ha (hectáreas), con una producción de 278,6 millones de hl (hectolitros) (ICEX, 2014; O.I.V., 2014). En este sentido, Europa es el continente que registra una mayor superficie de viñedo, siendo España el país con mayor superficie cultivada (1.023.000 ha), seguida por Francia (794.000 ha) e Italia (752.000 ha). Fuera de la Unión Europea, China, con 600.000 ha, es el país con mayor superficie de viñedo, seguida por Turquía (504.000 ha) y Estados Unidos (408.000 ha), entre otros. Sin embargo, en cuanto a producción de vino, España se encuentra en segundo lugar (42,7 millones de hl) debido a los menores rendimientos medios en comparación con otros países, siendo superada únicamente por Italia (44,9 millones de hl), y seguida por Francia (42, 0 millones de hl), Estados Unidos (22,0 millones de hl), Argentina (15,0 millones de hl), Chile (12,8 millones de hl), Australia (12,5 millones de hl), China (11,7 millones de hl), Sudáfrica (11,0 millones de hl), Alemania (8, 3 millones de hl) y Portugal (6,7 millones de hl), entre otros (O.I.V., 2014).

3 Introducción general

Con respecto a la distribución de la superficie de viñedo dentro de la geografía española, cada una de las 17 comunidades autónomas tiene entre sus actividades agrarias el cultivo de la vid. Castilla-La Mancha, por su parte, es la comunidad autónoma que cuenta con la mayor superficie vitícola (440.033 ha), seguida a distancia por Extremadura (80.417 ha) y Castilla y León (74.714 ha) (MAGRAMA, 2014). Según los datos del Fondo Español de Garantía Agraria, con respecto a la producción declarada en la campaña 2013, Castilla-La Mancha seguiría siendo la principal región productora española con 25,8 millones de hl de vino, seguida en la distancia por Extremadura (3,9 millones de hl), Cataluña (3,7 millones de hl), Comunidad Valenciana (2,5 millones de hl), Castilla y León (2,0 millones de hl), La Rioja (1,7 millones de hl) y Andalucía (1,3 millones de hl), entre otras (MAGRAMA, 2014).

Por otro lado, y dentro del marco de la distribución varietal, el 52% de las variedades cultivadas en España son tintas. En este sentido, ‘Tempranillo' con 205.942 ha es la variedad tinta más cultivada, seguida por ‘Bobal’ (65.186 ha), ‘Garnacha tinta’ (63.084 ha) y ‘Monastrell’ (48.393 ha), entre otras, representando estas cuatro variedades en conjunto el 78% de la superficie total de variedades tintas, y casi el 40% del total de la superficie de viñedo en nuestro país (MAGRAMA, 2014). En cuanto a las variedades blancas, predomina ‘Airen’, con una superficie cultivada de 214.891 ha, representando el 22% de la superficie total de viñedo en España. Otras variedades blancas, en orden de importancia en cuanto a hectáreas cultivadas, y con gran diferencia respecto a ‘Airen’, son: ‘Viura’ (39.860 ha), ‘Pardina’ (27.737 ha) y ‘Verdejo’ (18.235 ha) entre otras. Estas cuatro variedades representan aproximadamente el 70% del total de variedades blancas, y prácticamente el 31% de la superficie del viñedo español (MAGRAMA, 2014).

La vid (Vitis vinifera L.) es uno de los cultivos nacionales más relevantes en términos económicos y, sin duda, el que reviste mayor importancia económica en la Comunidad Autónoma de La Rioja. En este sentido, el sector vitivinícola representa un porcentaje muy significativo en la economía regional. Según las estadísticas del Consejo Regulador de la D.O.Ca. Rioja respecto a 2014, la superficie de viñedo amparada por dicha D.O.Ca. y destinada a la vinificación fue de 61.645 ha, con una producción de 434.000 t

4 Introducción general de uva y con un rendimiento medio de 7.040 kg/ha, que proporcionaron un volumen final de vino de 2,95 millones de hl (C.R.D.O.Ca. Rioja, 2014).

En concreto, la superficie destinada en la D.O.Ca. Rioja a la producción de uva tinta supone 57.761 ha, con un rendimiento medio de 6.697 kg/ha, mientras que la superficie destinada a uva blanca es notablemente inferior a la anterior, con 3.884 ha y un rendimiento medio de 9.053 kg/ha (C.R.D.O.Ca. Rioja, 2014). Dentro de las variedades tintas, el ‘Tempranillo’ es la variedad predominante, seguida por la ‘Garnacha tinta’, representando respectivamente un 87,14% y un 8,28% de las variedades tintas, así como el 81,33% y 7,73% del total del viñedo. Dentro de las blancas, ‘Viura’ es la variedad mayoritaria, representando el 84,21% de las variedades blancas y el 5,62% del total del viñedo amparado por la denominación (C.R.D.O.Ca. Rioja, 2014). La superficie de las parcelas agrícolas destinadas a uva para vinificación, en el ámbito de esta denominación, tiene un tamaño comprendido entre las 0,10 y las 0,25 ha para un 26,90% de la superficie total. Las parcelas con un tamaño comprendido entre 0,25 y las 0,50 ha constituyen un 27,78% de la superficie total, mientras que el tamaño entre 0,50-1,0 ha supone un 21,63% de la superficie total amparada por ésta D.O.Ca.

Según el estudio de 2013 sobre la evolución del mercado de vino en España, realizado por la consultoría Nielsen, la D.O.Ca. Rioja ha incrementado las ventas en España por primera vez desde el inicio de la crisis económica, manteniendo un destacado liderazgo en España respecto a los vinos de mayor valor añadido, como reservas y grandes reservas. Sin embargo, la D.O.Ca. Rioja sufriría una pérdida de la cuota de mercado de tintos jóvenes, debido fundamentalmente a la caída de precios observada en otras denominaciones. En este sentido, se presentaría en Rioja una nueva oportunidad hacia vinos de calidad, frente a la pérdida continuada de ventas de los vinos sin denominación. Por otro lado, España sigue siendo el principal mercado de Rioja, con un 63.1% de las ventas totales, mientras que Reino Unido (361.665 hl), Alemania (187.928 hl), Estados Unidos (102.780 hl) y Suiza (64.850 hl) son los principales importadores de vinos riojanos, concentrando el 70% de la exportación de la D.O.Ca. Rioja. Asimismo, dicho informe indicaría una recuperación del mercado de

5 Introducción general vinos tintos, tras varios años en que los vinos blancos eran los únicos cuyo consumo aumentaba (C.R.D.O.Ca. Rioja, 2013, 2014).

No obstante, ante un entorno tan competitivo, se hace necesaria una constante evolución, cuyos pilares deben ser la investigación y el empleo de criterios técnicos adecuados, que permita generar productos distintivos de calidad bajo un comportamiento respetuoso con el medio ambiente.

II. INCIDENCIA DE LA NUTRICIÓN MINERAL DE LA VID SOBRE LA CALIDAD DEL VINO

Muchos son los factores que influyen sobre la calidad de un vino. En este sentido, la calidad de un vino dado se inicia ya en la propia planta y será el resultado de una larga serie de factores que afectarán, en mayor o menor medida, a la composición de las bayas desde el inicio del ciclo vegetativo hasta el momento de la vendimia. Asimismo, esos factores continuarán influyendo a lo largo del proceso de elaboración del vino, durante su conservación y expedición y, finalmente, culminará en el momento de su servicio en la copa. En este contexto tan amplio, conviene destacar cómo la viticultura en general y las distintas prácticas vitícolas en particular, como es la fertilización, influyen de forma determinante sobre la calidad de la uva.

Dentro de la actividad agraria, la fertilización es una práctica necesaria y comúnmente practicada por los agricultores. En este sentido, y en el marco de la viticultura, la fertilización de la vid constituye uno de los métodos culturales empleados habitualmente por el viticultor para modificar el estado nutricional del cultivo, en busca de un equilibrio óptimo entre el rendimiento y la calidad de la cosecha. De este modo, mediante un adecuado programa de fertilización, se pretende restituir los elementos minerales del suelo, que a lo largo del tiempo se van agotando al se extraídos por la propia planta, así como corregir las posibles carencias y desequilibrios existentes en el suelo, con el fin de que éste se convierta en un medio capaz de aportar los nutrientes de forma equilibrada al cultivo.

6 Introducción general

Sin embargo, esta práctica a menudo se ha realizado incorrectamente, basándose en tradiciones y modas más que en criterios técnicos sólidos, que se ajusten a las necesidades reales de los cultivos y que tengan en consideración el tipo de abono a aplicar, así como la época de aplicación, entre otras. Una fertilización excesiva, por su parte, puede provocar problemas de lixiviación de nitratos, eutrofización de aguas superficiales y subterráneas, emisiones de gases de efecto invernadero y acumulación de metales pesados en el suelo, además de un incremento de costes innecesario para el propio viticultor. Del mismo modo, una fertilización insuficiente repercute en un menor crecimiento del cultivo, además de generar una pérdida de fertilidad del suelo.

Numerosas investigaciones han puesto de manifiesto cómo la nutrición mineral influye de manera determinante en la calidad de la vendimia (Fregoni, 1980; Champagnol, 1990; García-Escudero et al., 2001). En este sentido, y con respecto al N, un exceso de este nutriente se manifiesta mediante un excesivo vigor de la planta, un reducido cuajado y una menor fertilidad de las yemas (Robinson, 1995), un retraso de la maduración (Spyad et al., 1993; Hilbert et al., 2003), una disminución de los compuestos polifenólicos y aromáticos, así como una disminución de la síntesis de azúcares. La fertilización nitrogenada también aumenta la vulnerabilidad de las bayas frente a Botrytis cinerea (Keller et al., 2001).

Respecto al K, por su parte, un nivel insuficiente de este elemento se asocia con una reducción importante en los niveles de azúcares y de la materia colorante de las bayas, además de una acidez excesiva en los mostos. Sin embargo, un exceso de este elemento en las hojas a menudo va ligado a una acidez insuficiente en los mostos (Delas, 2000). En este sentido, y en base a los resultados de numerosas publicaciones, la consecuencia de un inadecuado y/o desequilibrado aporte de fertilizantes propicia, en general, mayores desequilibrios nutricionales y contribuye al detrimento de la calidad (García-Escudero et al., 2002a).

Por tanto, es obvia la necesidad del aporte de fertilizantes en determinados momentos para restituir la pérdida de nutrientes por parte del viñedo, a través de la cosecha o

7 Introducción general vendimia, y así mantener la productividad del suelo. En base a lo comentado, es fundamental el conocimiento del estado nutricional del cultivo de cara a diseñar y gestionar una adecuada estrategia de fertilización, con el objeto de mantener unos niveles óptimos de nutrientes bajo un criterio de buenas prácticas agrícolas. En este contexto, un nivel óptimo de nutrición, por su parte, correspondería al que proporciona una vendimia de calidad con un rendimiento adecuado (Champagnol, 1990).

La vid es y ha sido catalogada por numerosos autores como una planta rústica, motivado sin duda porque presenta unas necesidades nutricionales, en cuanto a elementos minerales, muy pequeñas en relación con las cantidades requeridas por otros cultivos, incluso en condiciones de rendimientos elevados (Martínez de Toda, 1991; Mullins et al., 1998; Schreiner y Scagel, 2006; García-Escudero, 2010). Su capacidad de adaptación a suelos de escasa fertilidad es difícil de encontrar en otras especies frutícolas, hecho probablemente relacionado por la gran capacidad de exploración del sistema radicular en el volumen del suelo y subsuelo, su actividad durante todo el ciclo vegetativo y la capacidad de su estructura permanente para constituir importantes reservorios de elementos nutrientes para posteriores ciclos de cultivo (Martínez de Toda, 1991).

Por lo tanto, para conocer el estado nutricional, de cualquier cultivo en general y de la vid en particular, se requiere contar con herramientas que aporten información fiable sobre tal situación. Entre las prácticas de diagnóstico más habituales son de obligatoria mención el diagnóstico visual, el análisis de suelo y el análisis foliar. Sin embargo, las investigaciones realizadas en España respecto a la composición mineral foliar en vid se podrían considerar insuficientes, limitándose en ocasiones a los nutrientes que tradicionalmente son objeto de fertilización, los macronutrientes (N-P-K). Como consecuencia de esto es muy común la utilización, como valores de referencia para el diagnóstico de la nutrición mineral de la vid, estudios realizados en regiones vitícolas foráneas, con condiciones edafoclimáticas y variedades muy diferentes a las utilizadas en nuestro país, con las consiguientes limitaciones que esto puede suponer.

8 Introducción general

Por todo ello, es necesario realizar estudios sobre el comportamiento de los nutrientes en uno de los cultivares más arraigados e implantados en nuestra viticultura, como es la ‘Garnacha tinta’ en La Rioja, y establecer unos niveles nutricionales de referencia óptimos para el diagnóstico de esta variedad y diseñados para esta comarca agrícola.

III. ESTRUCTURA DE LA TESIS

El presente documento se estructura en cuatro apartados, que a su vez constituyen cuatro capítulos.

El capítulo 1 presenta una revisión bibliográfica en los aspectos generales que acontecen a la nutrición mineral de la vid y, en particular, al análisis foliar.

El capítulo 2 corresponde a los objetivos planteados en el presente trabajo de tesis.

El capítulo 3, por su parte, corresponde a los materiales y métodos necesarios para abordar los estudios planteados para alcanzar dichos objetivos.

El capítulo 4, donde se muestran los Resultados, Discusión y Conclusiones de los estudios llevados a cabo, se estructura a su vez en tres subcapítulos.

En el capítulo 4.1 se estudia el tejido foliar y los momentos de muestreo más apropiados para evaluar el estado nutricional en Vitis vinifera L. cv. ‘Garnacha tinta’ en las condiciones edafoclimáticas de La Rioja.

En el capítulo 4.2 se estudia la conveninencia de establecer o diseñar unas tablas de referencia específicas para Vitis vinifera L. cv. ‘Garnacha tinta’, mediante la comparación a nivel nutricional entre los cultivares de Vitis vinifera L. ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’, cultivados en idénticas condiciones climatológicas y pedológicas en el ámbito de la D.O.Ca. Rioja.

9 Introducción general

Finalmente, el capítulo 4.3 ofrece, para Vitis vinifera L. cv. ‘Garnacha tinta’ en la D.O.Ca. Rioja, tablas de referencia para llevar a cabo el diagnóstico nutricional utilizando dos métodos de diagnóstico distintos: Rangos de Suficiencia y Desviación del Óptimo Porcentual. Asimismo, se lleva a cabo una valoración y comparación de dichas referencias con otras generadas para ‘Tempranillo’ en las mismas condiciones climatológicas y pedológicas, también establecidas en el ámbito de la D.O.Ca. Rioja, así como la comparación con referencias bibliográficas internacionales, propuestas para distintas variedades y condiciones de cultivo (climatología, portainjerto, suelo, prácticas culturales, …).

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I. INTRODUCCIÓN

Capítulo I Introducción

La nutrición mineral es un factor importante para la producción y la calidad de la uva y, por consiguiente, para la calidad del vino. En este sentido, el análisis foliar constituye una de las herramientas más fiables para evaluar el estado nutricional de la vid (Christensen, 1984; Champagnol, 1990; Kliewer, 1991), aunque se debe tener en cuenta que un análisis sólo indica, en principio, el nivel de nutrición en un momento dado.

Muchos son los factores que pueden incidir o modificar en cierto sentido la nutrición mineral de la planta, como el clima, el suelo, la edad, el genotipo, el estado sanitario, la densidad de plantación, o las prácticas culturales, entre otros muchos. Asimismo, también se debe tener en consideración que la composición mineral para una misma planta varía en función del tejido analizado, de su posición en la propia planta y del estado fenológico. Por esta razón, conviene establecer un protocolo definido por el momento de muestreo, el tejido a analizar, así como su posición en la propia planta. Finalmente, la comparación de los análisis foliares con unas referencias nutricionales adecuadas, concluirá el diagnóstico nutricional.

A continuación, en los siguientes apartados de este capítulo introductorio, se aborda una síntesis de los principales aspectos que, en general, acontecen a la nutrición mineral de la vid y al diagnóstico nutricional en particular.

13 Capítulo I Introducción

1.1. ELEMENTOS ESENCIALES

No todos los elementos minerales son imprescindibles para el crecimiento vegetal. En este sentido, el término elemento esencial fue propuesto inicialmente por Arnon y Stout en 1939, y su definición continúa vigente a día de hoy. Se aplica a todos aquellos elementos que son necesarios para el desarrollo y la reproducción de las plantas, de tal manera que se define la esencialidad mediante el cumplimiento de los siguientes criterios:

1. La ausencia del elemento provoca un crecimiento anómalo, la imposibilidad de completar el ciclo vital, o la muerte prematura de la planta.

2. La exigencia en el elemento ha de ser específica, no pudiendo ser reemplazado por otro.

3. Los elementos deben tener una influencia directa en el crecimiento o en el metabolismo, así como carecer de efectos indirectos como antagonizar el efecto tóxico de otros elementos (Benton Jones, 1998).

Además, también existen otros elementos minerales considerados beneficiosos, ya que han mostrado su capacidad para reemplazar algunas de las funciones menos específicas de los nutrientes esenciales, por ser esenciales solamente para determinadas especies de plantas, o bien sólo bajo unas condiciones específicas. Este el es caso del Sodio (Na), Silicio (Si), así como del Cobalto (Co), entre otros (Marschner, 1995).

Actualmente, está suficientemente demostrado que existen 16 elementos esenciales para el desarrollo de todas las plantas, por lo que una presencia insuficiente de cualquiera de ellos puede implicar graves alteraciones, así como una notable reducción del crecimiento (Navarro y Navarro, 2003). En este sentido, la ley del mínimo, enunciada por Liebig en 1840, abordaba cómo el rendimiento de una cosecha está determinado por el elemento mineral esencial que se encuentre en mayor limitación

14 Capítulo I Introducción

(Figura 1), no pudiendo ser compensado este nutriente, o factor limitante, por niveles en exceso de otros nutrientes.

Figura 1. Ley del mínimo (Foto de Fertiberia (2005) en García-Serrano et al., 2010).

De estos 16 elementos esenciales, tres son extraídos del aire, en forma de CO2, o del agua del suelo. Estos elementos son el carbono, el hidrógeno y el oxígeno, los cuales no van a ser estudiados en este trabajo de tesis, ya que se supone que siempre estarán disponibles en cantidades suficientes para la planta, o dependerán de la programación de riego. Por su parte, los otros 13 elementos esenciales se obtienen mayoritariamente del suelo, y se clasifican en macronutrientes y micronutrientes, en función de su concentración relativa en el tejido vegetal (Taiz y Zeiger, 2006). En este sentido, N, P, K, Ca, Mg y S son considerados macronutrientes, simplemente por los altos requerimientos cuantitativos que de ellos tienen las plantas. Mientras, el Fe, Mn, Cu, B, Zn, Mo y Cl son denominados micronutrientes precisamente por lo contrario, porque sus requerimientos son muy reducidos en comparación con los macronutrientes.

Mengel y Kirkby (1987), sin embargo, indican que la clasificación en micronutrientes y macronutrientes es difícil de justificar fisiológicamente y proponen una clasificación basada en el papel biológico del elemento, así como en su función fisiológica. En este

15 Capítulo I Introducción sentido, establecen 4 grupos de clasificación. En el primer grupo, por su parte, incluyen los nutrientes que forman parte de los compuestos orgánicos de la planta, como el N y el S. En el segundo grupo, se presentan aquellos nutrientes importantes en el almacenamiento de energía o en la integridad estructural, como el P, Si y B. Por otro lado, el K, Ca, Mg, Cl, Mn y Na, constituyen el tercer grupo, y se caracterizan por ser nutrientes que se encuentran en los tejidos vegetales en forma iónica. Y por último, el cuarto grupo, está constituido por los elementos involucrados en reacciones rédox, como el Fe, Zn, Cu, Ni y Mo.

Otra clasificación de los elementos minerales puede ser en base a su movilidad en la propia planta. En este sentido, el N, K, Mg, P, Cl, Na, Zn y Mo son móviles en la mayoría de las especies vegetales, por lo que pueden moverse de hoja a hoja rápidamente. Sin embargo, otros elementos como el Ca, S, Fe y el B entre otros, son relativamente inmóviles en la mayoría de las plantas, lo que implica que los síntomas de la carencia de este tipo de nutrientes, se manifestarán en primer lugar en las hojas más jóvenes (Taiz y Zeiger, 2006).

Las plantas absorben los elementos minerales contenidos en el aire y en el suelo a través de las hojas y de las raíces. Desde la solución del suelo, estos elementos son absorbidos principalmente a través de las raíces más jóvenes, al nivel de los pelos radiculares. El dióxido de carbono, por su parte, es absorbido a través de los estomas, constituyendo así la principal fuente de suministro de carbono y oxígeno (Navarro y Navarro, 2003).

Sin embargo, son numerosos los factores que inciden sobre la absorción de estos elementos por la propia planta. La textura, el oxígeno en el suelo, el pH o las interacciones iónicas, son algunos de los factores del suelo con influencia sobre la absorción de nutrientes. En este sentido, los suelos de textura más fina presentan mayores posibilidades de contacto con los pelos absorbentes, que los de textura más gruesa, y por consiguiente, mayores posibilidades de absorción de elementos minerales. Respecto al nivel de O2 en el suelo, la absorción mineral se inhibe a medida que disminuye la presencia de O2 en la atmósfera del suelo. Por otro lado, algunos

16 Capítulo I Introducción elementos asimilables pueden ver muy reducida su disponibilidad a determinados valores de pH. En este sentido, el Fe, Mn y el Zn se encuentran altamente disponibles a pH inferior a 5 mientras que, al aumentar el pH, tienden a insolubilizarse en forma de hidróxidos insolubles. Con respecto a las interacciones iónicas, los principales antagonismos en la absorción de nutrientes por las plantas se observan entre sodio- calcio, potasio-calcio, potasio-magnesio y calcio-magnesio, mientras que por el contrario, entre el nitrógeno-potasio existe cierto sinergismo. Para los factores climáticos por su parte, la absorción mineral se encuentra favorecida por un aumento de la temperatura y de la humedad, aunque dentro de unos determinados límites (Navarro y Navarro, 2003).

Los elementos minerales, que se encuentran en el suelo en un estado de equilibrio dinámico, son absorbidos por las raíces y transportados a la planta por medio del flujo de agua generado en la transpiración (Delas, 2000). Esta absorción de nutrientes minerales se produce mayoritariamente entre el período comprendido entre la brotación y el envero (García-Escudero et al., 2010).

La mayor demanda de nutrientes en la vid se produce durante el período de mayor crecimiento activo, coincidiendo éste con el desarrollo de la baya en la fase I (García- Escudero et al., 2010), así como entre envero y vendimia, en menor proporción, para la mayoría de los nutrientes (Conradie, 1980, 1981; Schreiner, 2005).

La absorción y almacenamiento de los nutrientes en las estructuras permanentes de la planta tiene lugar a lo largo del período de crecimiento. Estos elementos, por su parte, se removilizarán a las partes en crecimiento, incluyendo también la generación de las nuevas raíces, cuando la absorción desde el suelo sea insuficiente para satisfacer la actual demanda (Mullins et al., 1998). Finalmente, el período de postvendimia, también es importante desde el punto de vista nutricional, ya que el nivel de nutrientes de reserva, reducido durante el período vegetativo, es restituido con el aporte de nutrientes procedentes tanto de las raíces como del retorno de nutrientes desde los órganos renovables (Mullins et al., 1998).

17 Capítulo I Introducción

Con respecto a los racimos, la principal demanda de N, P, Ca y Mg se produce entre floración y envero, para posteriormente reducirse o incluso detenerse (Schreiner, 2005). Sin embargo, el K se acumula de forma importante en los racimos a lo largo de la maduración, cuando las bayas se convierten en los principales sumideros (Conradie, 1981; Blouin y Guimberteau, 2004; García-Escudero, 2010). Las bayas se abastecen de este catión a través de las reservas almacenadas en los brotes y hojas durante el crecimiento, y/o a través de la absorción desde el suelo (Blouin y Guimberteau, 2004).

A continuación, en los siguientes apartados se van a describir brevemente los 10 elementos esenciales que se han estudiado en el desarrollo de la presente tesis. Estos son el N, P, K, Ca, Mg, Fe, Mn, Cu, Zn y B.

1.1.1. Nitrógeno El nitrógeno (N) en la naturaleza se encuentra fundamentalmente como nitrógeno elemental (N2), aunque bajo esa forma no puede ser absorbido por las plantas, a excepción de determinados grupos vegetales específicos que forman asociaciones simbióticas con microorganismos fijadores del nitrógeno. Por tanto, en general, las plantas absorben este nutriente principalmente en forma nítrica (como ión nitrato, N-

  NO3 ) y, en menor medida, bajo la forma amoniacal (como ión amonio, N-NH4 ) (Fregoni, 1980; Guardiola y García, 1990).

El N es uno de los elementos minerales que las plantas necesitan en mayor cantidad y constituye el eje del metabolismo en todas las plantas y, por lo tanto, también en la vid. El mayor desarrollo vegetativo de la vid, como resultado del aporte de N, es una respuesta bien conocida y documentada por numerosos investigadores (Bell y Robson, 1999; Conradie, 2001; Zerihum y Treeby, 2002). Su papel fundamental radica en que se trata de un elemento estructural para múltiples compuestos de la planta, entre los cuales se encuentran: la clorofila, los ácidos nucleicos, la lecitina, enzimas del grupo de los citocromos (núcleo porfirínico), las vitaminas, y los alcaloides, entre otros (Fregoni, 1980; Navarro y Navarro, 2003).

18 Capítulo I Introducción

Una ligera deficiencia de N es bastante difícil de diagnosticar basándose exclusivamente en la sintomatología visual y, en muchos casos, no llega a ser clara hasta que la carencia llega a ser severa, hecho que habitualmente no ocurre (Christensen y Peacock, 2000). Por otro lado, los síntomas de los excesos de N son más fáciles de identificar, afectando también negativamente tanto al rendimiento como a la calidad.

La carencia de N origina clorosis en las hojas, de tal manera que éstas adquieren una coloración verde pálida que vira hacia el amarillo cuando la deficiencia aumenta. El N es un elemento móvil, por lo que sus síntomas ante una carencia se reflejan en primer lugar en las hojas más viejas. En ocasiones, aparecen también pequeñas áreas de color marrón claro entre los nervios principales de las hojas basales y, en los casos más extremos, el limbo puede marchitarse y caer. Los pámpanos jóvenes, los pecíolos y los pedicelos viran a una coloración rosácea-rojiza (Fregoni, 1980; Pearson y Goheen, 1996). Además, se produce un retraso en el crecimiento de las hojas, un escaso desarrollo vegetativo y radicular, así como un acortamiento de los entrenudos. Por lo general, la evidencia más clara de una deficiencia de este elemento es el reducido vigor de la planta (Christensen y Peacock, 2000), aunque este síntoma también se puede deber a otros factores, como problemas de disponibilidad de agua, o incluso deberse a alguna plaga que afecte a la raíz de la planta, como los nematodos y la filoxera, entre otras. Por otro lado, la calidad de los mostos y vinos también se encuentra comprometida como resultado de una deficiencia de N. En este sentido, bajos niveles de N en las bayas pueden limitar la tasa fermentativa en el mosto (Bely et al., 1990; Bell y Henschke, 2005).

Por el contrario, el desarrollo vegetativo por un aporte excesivo de N suele realizarse a expensas del crecimiento reproductivo (Wheeler y Pickering, 2003). Un exceso de este elemento incrementa el vigor de la planta, lo que genera unos racimos más sombreados y, por tanto, menos expuestos a la radiación solar, dando lugar a un menor desarrollo del color y, por consiguiente, a un detrimento de la calidad de la baya (Spayd et al., 2002). Los entrenudos, por su parte, son más largos y gruesos, mientras que las hojas adquieren una coloración verde oscura, se engruesan e incluso

19 Capítulo I Introducción se abarquillan. El crecimiento de los brotes puede llegar a ser excesivo y prolongado (Pearson y Goheen, 1996).

Por otro lado, numerosos investigadores también han observado una mayor incidencia de Botrytis cinerea (Conradie y Saayman, 1989) como respuesta al aporte N en la vid. Esta podredumbre repercute negativamente sobre la calidad del vino, debido a la generación de glucanos, lacasa, y otra serie de compuestos que ocasionan pérdidas de calidad organoléptica, como el ácido acético así como otros que aportan caracteres fenolados o yodados (Ribéreau-Gayon, 1988; Bell y Henschke, 2005).

La relación hollejo/pulpa, ligada a la concentración de compuestos de calidad en la baya, también puede variar en función del contenido en N en la planta. En este sentido, la mayoría de los autores han constatado un aumento del tamaño de la baya como respuesta al aporte de N, aunque otros autores no han observado este efecto (Bell y Henschke, 2005).

Por otro lado, numerosos autores han constatado un aumento en la concentración de N en los distintos tejidos de la planta como consecuencia del suministro de este nutriente. En este sentido, Wolf et al. (1983) observaban una mayor concentración foliar de este elemento, así como Delgado et al. (2004), que señalaban un aumento de la concentración en N para los limbos de ‘Tempranillo’.

Por su parte, el contenido de clorofila de las hojas también está influenciado en base al contenido de N. Keller et al. (1998) observaron un retraso en la degradación de la clorofila y senescencia de la hoja como resultado del aporte de N, así como un mayor intercambio gaseoso con la atmosfera y, por tanto, mayor actividad fotosintética.

La mayor o menor disponibilidad de este elemento también influye en la absorción de otros nutrientes. En este sentido, Wolf et al. (1983) observaron que altas concentraciones de N en ‘Seyvel blanc’ aumentaban los niveles foliares de P y Fe, mientras que reducían la absorción de Ca y Mg. Por su parte, Bell y Robson (1999), para ‘’, así como Spayd et al. (1993), para ‘’, observaron

20 Capítulo I Introducción una menor concentración de P. Schreiner et al. (2013) en los limbos de ‘’, también observaban incrementos en la concentración de Ca y Mg, así como de Mn y B, al reducir el aporte de N.

Respecto a la influencia sobre el pH mosto, la bibliografía muestra resultados contradictorios. En este sentido Ruhl et al. (1992), al evaluar el efecto del N sobre la composición del mosto en ‘Riesling’, ‘’ y ‘Cabernet Sauvignon’, observaron un incremento del pH, mientras que Ahlawat y Yamdagni (1988), por el contrario, observaron una disminución del mismo. En este sentido, Bell y Henschke (2005), en una amplia revisión bibliográfica, indican que la mayoría de los estudios no encuentran una relación entre la fertilización nitrogenada y el pH, así como tampoco con el K. Sin embargo, indican un incremento de los aminoácidos totales, arginina, prolina, amonio y nitrógeno total y, por consiguiente, un incremento del nitrógeno asimilable por las levaduras (YAN).

Los parámetros de calidad del vino también se encuentran influenciados en base al mayor o menor aporte de N. En este sentido, Delgado et al. (2004) observaron una mayor síntesis de antocianidinas con aportes moderados de N (50 g/cepa), mientras que mayores dosis repercutían en menores cantidades de sólidos solubles. Con respecto a las aminas biógenas, algunos autores han observado un incremento en la concentración de histaminas en los mostos y vinos de parcelas fertilizadas con N, así como, en menor medida que las histaminas, un incremento de metilaminas, etilaminas, tiraminas y feniletilaminas (Bell y Henschke, 2005).

1.1.2. Fósforo El fósforo (P) generalmente se encuentra en el suelo como ión fosfato monovalente (P-

- 2- H2PO4 ) o divalente (P-HPO4 ), en función del pH del suelo, de tal manera que a pH inferior a 6,8 predomina la forma iónica de valencia 1, mientras que a pH superior la predominante es la de valencia 2. Las plantas, por su parte, absorben preferentemente el ión fosfato monovalente (Navarro y Navarro, 2003).

21 Capítulo I Introducción

El P forma parte de la composición química de las vitaminas, de la diastasa, de la lecitina, de los ácidos nucleicos, del ADP y del ATP (adenosindifosfato y adenosintrifosfato), así como de los transportadores de energía (en los cloroplastos), que presiden el metabolismo de los azúcares a través de la fosforilación (Fregoni, 1980).

La carencia de P es inusual en la mayor parte de la geografía vitícola (Christensen et al., 1978; Robinson, 2005; Pearson y Goheen, 1996). No obstante, una carencia de este elemento implica una reducción del sistema radicular, escasez y retraso en el crecimiento, reducción de la lignificación o agostamiento de la madera (debido a la baja relación P/N en los brotes) y, por tanto, mayor sensibilidad a las heladas (se forman tejidos más tiernos), escasa diferenciación de las yemas, menor cuajado y producción, reducción del peso y retraso en la maduración de los brotes y de las bayas, con la consiguiente prolongación del ciclo vegetativo y reproductor, reduciéndose el contenido de azúcar y obteniéndose unos racimos más pequeños (Fregoni, 1980).

Un exceso de P puede provocar la carencia de otros elementos. En este sentido, algunos autores indican una deficiencia en Fe y Zn (Fregoni, 1980; Pearson y Goheen, 1996). Por su parte, Heaseler et al. (1980) observaron una menor concentración de Ca y Zn en el pecíolo como respuesta a la aplicación de P, mientras que una disminución de K fue observada por Conradie y Saayman (1989).

Respecto a efectos sinérgicos, Skinner y Matthews (1990) revelaron una interacción sinérgica entre el P y el Mg. En este sentido, incrementos en las concentraciones foliares de Ca y Mg también fueron observados por Conradie y Saayman (1989), como resultado del aporte de P. Conradie y Saayman (1989), por su parte, también observaron una mayor concentración de N en el mosto, sin embargo, ésta no se observó ni en los limbos ni en los pecíolos.

1.1.3. Potasio El potasio (K+) es el catión más abundante en el citoplasma y presenta una elevada movilidad en la planta (Marschner, 1995), tanto a través del xilema como del floema

22 Capítulo I Introducción

(Mengel, 1976). La dirección del transporte del K se dirige principalmente hacia los tejidos en crecimiento de la planta (Mengel y Kirkby, 1987).

Entre las principales funciones que desempeña, a nivel fisiológico y bioquímico, destaca la activación del sistema enzimático. En este sentido, el K es un activador de enzimas esenciales para la fotosíntesis y para la respiración (Taiz y Zeiger, 2006), así como de enzimas que metabolizan almidón y proteínas. Por otra parte, también interviene en la neutralización de aniones y, por tanto, en el mantenimiento del potencial de membrana y en la regulación del potencial osmótico, así como en el transporte y translocación de asimilados a través de la membrana celular (Mpelasoka et al., 2003).

El K se redistribuye desde las estructuras vegetativas de la cepa, principalmente de la hoja hacia los racimos, a medida que el ciclo vegetativo avanza (Conradie, 2004). En este sentido, las bayas se convierten en el principal sumidero para el K, especialmente a partir del envero y a lo largo de todo el período de maduración.

Algunos autores han observado un incremento de K en los pecíolos como respuesta a la fertilización potásica (Wolf et al. 1983). Por otro lado, respecto a la interacción del K con otros nutrientes, se sabe que elevadas concentraciones de este elemento pueden repercutir en la absorción y disponibilidad fisiológica de otros nutrientes, como el Ca y el Mg (Marschner, 1995). En este sentido, diversos investigadores han observado un detrimento de las concentraciones de Ca y Mg como resultado del aporte de K (Morris y Cawthon, 1982; Conradie y Saayman, 1989; García et al., 1999), lo que demuestra el antagonismo existente entre ellos.

La asociación variedad - portainjerto ha sido estudiada por diversos investigadores para evaluar su influencia respecto a la absorción de este elemento (Boulay, 1982; Loué y Boulay, 1984; Boselli et al., 1987; Ruhl et al., 1988; García-Escudero et al., 2004). Como resultado de estos estudios, se han observado variaciones en la acumulación de K en las variedades injertadas. En este sentido, los portainjertos de Vitis rupestris tienen una escasa capacidad de absorción de K, mientras que los de Vitis

23 Capítulo I Introducción

Berlandieri tienen una buena capacidad de absorción de este elemento (Boselli et al., 1987).

Un mayor vigor de la planta, así como una mayor cantidad de carga, conllevan una mayor demanda y absorción de K (Mpelasoka et al., 2003). No obstante, tanto la disponibilidad como la absorción de este elemento se ve reducida en condiciones de suministro hídrico limitado (Dundon et al., 1984). El riego, por tanto, también influye sobre el nivel de este elemento en las distintas partes de la planta. Algunos autores han observado un incremento de K en las bayas como respuesta al riego (Hepner y Bravdo, 1985), así como en los mostos y vinos (García-Escudero et al., 1997), mientras que otros también indican un incremento de concentración de este elemento en los limbos y en los pecíolos (Klein et al., 2000), como consecuencia del riego.

c a b

d e f

Figura 2. Detalle de la carencia en vid de: K (a), Mg (b) y B (f) (Fotos Pérez Marín, 2012); Fe (c), y Mn (e) (Fotos J.L. Pérez Marín, en Sotés, 2004); Zn (d) (Foto W. Gärtel, en Pearson y Goheen, 1996).

La deficiencia de K en el viñedo es bastante frecuente, al presentar la vid unas necesidades elevadas en este nutriente. Esta carencia aparece cuando en el suelo no hay suficiente K, ó bien éste se encuentra desequilibrado con el Mg, siendo más

24 Capítulo I Introducción frecuente en años secos. También es habitual en plantaciones jóvenes con un exceso de producción.

Respecto a la sintomatología que presenta la deficiencia de K, ésta aparece generalmente en momentos previos al envero, y se manifiesta mediante un abarquillamiento de las hojas hacia el haz, adquiriendo una coloración rojiza en los bordes de las variedades tintas (Figura 2a), así como amarillenta en el caso de las variedades blancas, que posteriormente se extenderá por las áreas internerviales de la hoja. Por otro lado, las hojas más jóvenes, y por tanto ubicadas en el extremo de los pámpanos, son las primeras en manifestar la sintomatología (Pérez Marín, 2012).

El K es el catión predominante en el mosto. En este sentido, elevados niveles de K en el mosto disminuyen los ácidos libres, incrementan el pH (Mpelasoka et al., 2003), y disminuyen la acidez. Generalmente, los mostos con elevados pH a menudo producen vinos también con elevado pH, con baja acidez y de sabor plano, inestables, más susceptibles de oxidarse y degradarse biológicamente (Somers, 1977). Asimismo, el grado de ionización de las antocianidinas disminuye a medida que el pH aumenta, por lo que el mosto de uva tinta con niveles elevados de K da lugar a vinos con menor calidad de color (Somers, 1975). Conradie y Saayman (1989), por su parte, observaron, además de un incremento del K en el mosto como consecuencia de la fertilización potásica, una reducción del N.

Sin embargo, desde el punto de vista de las características cualitativas del vino, su presencia en niveles adecuados incrementa el aroma, mejora el sabor, incrementa el grado alcohólico y las vitaminas C y B1 (tiamina). También estimula la síntesis de aminoácidos, por lo que tiene gran importancia en la formación del bouquet (Fregoni, 1980).

Finalmente, Mpelasoka et al. (2003) propuso integrar la concentración de K en las bayas en el programa de fertilización, a partir de una calibración entre la concentración de este elemento y su relación con el crecimiento, rendimiento y calidad del mosto y vino, para evitar una acumulación excesiva de K en las bayas.

25 Capítulo I Introducción

1.1.4. Calcio El calcio (Ca2+) es absorbido por el sistema radicular y translocado a la parte aérea de la planta en forma iónica. Por otra parte, un antagonismo entre el Ca y el K para su absorción ha sido observado por numerosos investigadores (Conradie y Saayman, 1989; Urbano Terrón, 1992; García et al., 1999; García et al., 2001; Navarro y Navarro, 2003), del mismo modo que también existe entre el Ca y el Mg (Urbano Terrón, 1992; García et al., 1999; Navarro y Navarro, 2003), y entre el Ca y el Na (Navarro y Navarro, 2003).

El Ca, entre sus funciones dentro de la planta, fortalece la lámina media de la pared celular al formar parte de la estructura de la protopectina. Por otro lado, actúa como cofactor de diversos enzimas implicados en la hidrólisis del ATP y fosfolípidos, actúa como segundo mensajero en la regulación del metabolismo (Taiz y Zeiger, 2006), favorece el desarrollo radicular, participa en la división del huso mitótico durante la división celular y activa algunos enzimas, como la amilasa y la fosfatasa (Navarro y Navarro, 2003).

Este elemento tiene una movilidad muy baja en el floema (Welch, 1986; Marschner, 1995; Taiz y Zeiger, 2006; Bavaresco et al., 2010), por lo que se transporta principalmente vía xilema. La concentración del Ca en el mosto es más elevada que la del Mg, mientras que en el vino la relación Ca/Mg es a menudo inversa, a causa de la precipitación del tartrato de Ca (Flanzy, 2000).

La carencia de Ca en la especie Vitis es poco frecuente en la mayor parte de los suelos, aunque puede aparecer en suelos de elevada acidez (pH<4,5) con gran pluviometría (Pearson y Goheen, 1996), así como en suelos salinos con elevado porcentaje de sodio intercambiable (Navarro y Navarro, 2003).

La carencia de este elemento produce desórdenes fisiológicos en muchos cultivos, como bitter-pit en manzana, necrosis apical en tomate, tip-burn en fresa o la vitrescencia del melón, entre otras.

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En las hojas de la vid, la deficiencia de este elemento se refleja mediante la aparición de un estrecho borde necrótico que avanza hacia el punto de unión del pecíolo. Los entrenudos pueden mostrar gránulos marrones oscuros de hasta 1 mm de diámetro, y un desecamiento gradual de los racimos en crecimiento, que se inicia en el ápice (Pearson y Goheen, 1996). Por otro lado, en la vid, una mayor resistencia a enfermedades ha sido observada en bayas con un alto nivel de este elemento. En este sentido, una elevada concentración de Ca contribuye a retrasar la senescencia y aumenta la resistencia a Botrytis cinerea (Chardonnet y Donéche, 1995).

1.1.5. Magnesio Numerosos investigadores han estudiado el comportamiento del Mg (Mg2+) en el suelo y su relación con otros nutrientes. Como se ha mencionado anteriormente, el Mg muestra una relación antagónica con el K, de tal manera que altas concentraciones de K reducen la concentración de Mg en la vid (Morris y Cawthon, 1982; García et al., 1999), mientras que elevadas concentraciones de Mg disminuyen los niveles de K (Wolf et al., 1983). En este contexto, un antagonismo entre el Mg y el N también se ha descrito, al observarse una disminución de Mg con el aumento de los niveles de N (Wolf et al., 1983). Por otro lado, el aporte de P da lugar a mayores niveles de Mg en los brotes (Conradie y Saayman, 1989; Skinner y Mathews, 1990).

A diferencia del Ca, el Mg es muy móvil vía floema y puede trasladarse fácilmente de las hojas viejas a las jóvenes en caso de deficiencia (Navarro y Navarro, 2003). El magnesio interviene en la fotosíntesis al formar parte de la composición del anillo de la molécula de clorofila, localizándose como su átomo central. Sin embargo, tan sólo una pequeña fracción del Mg en la planta, del orden del 6 al 25%, se encuentra asociado a esta molécula (Marschner, 1995). Asimismo, el Mg también interviene en la síntesis de otros pigmentos, como los carotenos (Fregoni, 1980).

Por otro lado, desempeña un papel específico en la activación de diferentes enzimas, como algunos implicados en la fosforilación de la glucosa, en la glucólisis, en el ciclo de Krebs o en la transferencia de grupos fosfato. Asimismo, también activa los enzimas

27 Capítulo I Introducción que intervienen en la síntesis de los ácidos nucleicos (ADN y ARN) (Navarro y Navarro, 2003; Taiz y Zeiger, 2006).

La carencia de Mg es bastante frecuente debido, en gran parte, a su antagonismo con el K (Sotés, 2004), y el Ca. Esta deficiencia aparece en suelos ligeros y ácidos con bajo contenido en Mg, en suelos arenosos con un elevado contenido en K, y en suelos calizos (Pearson y Goheen, 1996).

Los síntomas de deficiencia suelen aparecer en el estado fenológico de floración, mediante la aparición de pequeñas manchas cloróticas alrededor del limbo, extendiéndose posteriormente entre los nervios principales (Figura 2b). En este contexto, las hojas afectadas en primer lugar y con mayor intensidad son las de la base del pámpano.

El efecto del aporte de Mg en la composición de los mostos no muestra resultados concluyentes. En este sentido, Ruhl et al. (1992) únicamente observaron una reducción tan sólo de dos centésimas del pH del mosto de ‘Chardonnay’, mientras que no encontraron ningún resultado significativo para las otras dos variedades que estudiaron, ‘Riesling’ y ‘Cabernet Sauvignon’. Májer (2004), tampoco encontró ningún resultado significativo como respuesta al aporte de Mg.

1.1.6. Hierro El hierro (Fe) es absorbido por el sistema radicular como Fe2+ o como quelato de hierro. La forma Fe3+ es de menor importancia para la planta aunque, sin embargo, es la mayoritaria en la disolución del suelo en la mayor parte de los suelos agrícolas (Navarro y Navarro, 2003). Una forma habitual de aumentar la solubilidad del Fe2+ en los suelos agrícolas es utilizar agentes quelantes o complejantes de distinta naturaleza, de síntesis o bien de origen natural. Sin embargo, el Ca y el Mn del suelo forman complejos con los agentes quelantes, especialmente en los suelos reducidos (Lindsay y Schwab, 1982), desplazando así también al Fe.

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En general, la deficiencia de Fe más habitual se encuentra en suelos calcáreos y alcalinos, caracterizados por elevados contenidos en Ca y en carbonatos, así como por tener un pH elevado (Navarro y Navarro, 2003; Pearson y Goheen, 1996). En general, la absorción de Fe por las plantas disminuye a pH elevados. En este sentido, el bicarbonato y el carbonato mantienen un pH elevado en el suelo, reduciéndose la

- solubilidad del Fe. Asimismo, el NO3 al ser absorbido por la raíz, puede alcalinizar la rizosfera, lo que conlleva a una menor solubilidad del Fe (Marschner y Römheld, 1983; Barak y Chen, 1984). Por otra parte, el fosfato puede precipitar el Fe en forma de fosfato férrico, disminuyendo así el Fe disponible (Kashirad y Marschner, 1974; Kolesch et al., 1987). Finalmente, entre otras, las condiciones climáticas caracterizadas por elevada humedad, junto a una baja temperatura del suelo, también favorecen la aparición de la clorosis férrica (Navarro y Navarro, 2003).

El Fe forma parte de un gran número de enzimas y agentes rédox que intervienen en algunas de las principales funciones del metabolismo de las plantas superiores, como la respiración, la fotosíntesis, la fijación del N, así como la síntesis del ADN y de las hormonas. Diversos investigadores han señalado un antagonismo entre el Fe y el Mn. En este sentido, también se han observado deficiencias de Fe inducidas por el Cu o por el Zn (Navarro y Navarro, 2003). Los vinos, por su parte, tienen una concentración de hierro inferior a 5 mg/L (Flanzy, 2000).

La deficiencia de Fe, también conocida como clorosis férrica, clorosis caliza o clorosis cálcica inducida (Pearson y Goheen, 1996), es un desorden nutricional muy habitual en la naturaleza y se ha descrito para un amplio espectro de plantas de interés agronómico, como los frutales (Abadía et al., 2011), o la propia vid (Bavaresco, 1997).

Al igual que para cualquier otra deficiencia mineral, la clorosis férrica puede ser primaria o directa, así como inducida o indirecta. La primaria se origina cuando en el sustrato nutritivo no existe suficiente Fe para atender las necesidades de la planta, algo poco frecuente, limitándose sólo a algunos suelos arenosos, degradados o turbosos (Römheld y Marschner, 1986). Por otra parte, la clorosis férrica inducida es la más habitual y aparece cuando, aún existiendo en el suelo Fe en cantidades suficientes

29 Capítulo I Introducción para atender la demanda del cultivo, alguna circunstancia impide que el Fe pueda ser utilizado por la planta (Sanz y Montañés, 1997). En este sentido, la deficiencia de Fe puede ser inducida por todos aquellos factores susceptibles de influir en el suministro, absorción, transporte o metabolismo del Fe como, por ejemplo, elevados niveles de caliza, fosfatos o metales pesados en el suelo, así como excesivo ión bicarbonato en el suelo o en el agua de riego, condiciones climáticas, agentes microbianos adversos y especificidad de la planta (Navarro y Navarro, 2003).

Por otro lado, hay que tener en cuenta que no existe una buena correlación entre la concentración foliar de Fe y el nivel de clorofila en éstas. Esto se debe a que, a menudo, la concentración de Fe en la hoja deficiente es similar o mayor al de la hoja suficiente o control (Abadía at al., 2004), situación que se conoce como ´paradoja francesa´ (Morales et al., 1998; Römheld, 2000). Esto sugiere la existencia en las hojas de depósitos inactivos de Fe (Morales et al., 1998; Abadía et al., 2004).

La deficiencia de Fe puede también modificar la relación entre ciertos nutrientes. En este sentido, algunos autores han observado una mayor relación K/Ca y P/Fe (Sanz y Montañés, 1997).

Los síntomas de la clorosis férrica se manifiestan en primer lugar en las hojas más jóvenes, debido a la escasa movilidad de este nutriente. Los limbos adquieren una tonalidad verde pálida que puede evolucionar gradualmente hacia el amarillo, quedando verdes las nerviaciones (Figura 2c). En los casos más severos, la hoja adquiere un color blanco marfil y puede llegar a necrosarse (Chaney, 1984; Sanz y Montañés, 1997). Además, este desorden nutricional puede causar en la vid un menor cuajado (Pearson y Goheen, 1996) y un incremento en la abscisión del fruto (Bertamini y Nedunchezhian, 2005), que conduce a un detrimento en el rendimiento así como a una pérdida de calidad (Bavaresco et al., 2003; Álvarez-Fernández et al., 2006), reflejada por un menor contenido en azúcares y antocianos (Castino et al., 1987; Veliksar et al., 2005). Sin embargo, una clorosis moderada puede mejorar la calidad del vino en sólidos solubles, pH, antocianos y resveratrol (Bavaresco et al., 2005).

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Por otro lado, es muy difícil encontrar problemas derivados de la toxicidad de este elemento, salvo en el caso particular de condiciones anaerobias en suelos inundados, que hacen que se acumule el Fe2+ en forma soluble (Navarro y Navarro, 2003).

1.1.7. Manganeso Las necesidades de este nutriente en la vid son relativamente bajas (Kalanquin et al., 2013). El manganeso (Mn) se absorbe principalmente a través del sistema radicular de las plantas en estado reducido, en forma de Mn2+ (Marschner, 1995; Navarro y Navarro, 2003).

La disponibilidad de este nutriente es mayor en los suelos ácidos, en los cuales su exceso puede ser un problema para el cultivo (Pearson y Goheen, 1996), siendo frecuente en condiciones de anaerobiosis. Por el contrario, la carencia de este elemento se observa generalmente en suelos alcalinos, en suelos arenosos con alto contenido de humus, así como en suelos calizos pobres en Mn (Pearson y Goheen, 1996). Asimismo, se ha observado que elevados niveles de Fe, Cu o Zn pueden reducir la disponibilidad de Mn. En este sentido, una relación Fe/Mn en el suelo entre 1,5 y 2,5 se considera adecuada para el crecimiento óptimo de la planta, de tal manera que por encima de 2,5 se induce la deficiencia de manganeso, mientras que por debajo de 1,5 se induce su toxicidad (Gómez-Miguel y Sotés, 2014).

El Mn interviene en numerosos procesos metabólicos de las plantas, actuando como cofactor de diversos enzimas que intervienen en diferentes reacciones metabólicas, como las descarboxilasas y las deshidrogenasas, implicadas en el ciclo de los ácidos tricarboxilicos (ciclo de Krebs), o algunas enzimas relativas al ciclo del ácido shikímico, influyendo así en la síntesis de aminoácidos aromáticos (tirosina), así como en la síntesis de otros productos del metabolismo secundario, como las ligninas, los flavonoides y el ácido indolácetico, entre otros (Marschner, 1995). También desempeña un papel importante en la fotosíntesis (fotólisis del agua), así como en la síntesis de la clorofila, de los glúcidos y de la vitamina C, entre otros.

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En la vid, esta sintomatología suele aparecer en primer lugar en las hojas basales y, de forma más severa, en las hojas más expuestas al sol (Pearson y Goheen, 1996). El principal síntoma visual de carencia de este elemento es la clorosis internervial en forma de mosaico, asociada al desarrollo de manchas necróticas (Figura 2e) (Taiz y Zeiger, 2006). Asimismo, la deficiencia en Mn también produce una menor tasa de cuajado, una reducción del vigor, un retraso del envero y una ralentización marcada de la maduración de los racimos, repercutiendo así en la calidad de la vendimia al generarse una menor cantidad de azúcares, y dando lugar a mostos y vinos menos aromáticos, al reducirse el contenido en aldehídos (Fregoni, 1980; Pearson y Goheen, 1996).

Por otra parte, niveles excesivos en este elemento pueden producir fitotoxicidades que, en las hojas de la vid, se manifiestan mediante necrosis y curvatura de los bordes hacia el haz, desecamiento y defoliación. Además, en los brotes, pecíolos y nervios aparecen marcas o puntos negruzcos difusos.

Finalmente, las prácticas de cultivo llevadas a cabo, los tratamientos con pesticidas y fungicidas, o un exceso de fertilización deben ser considerados como una fuente potencial de Mn que puede inducir alteraciones del aroma en los vinos, así como del contenido de aminoácidos, azúcares o de alcohol, comprometiendo así la calidad del mismo (Fregoni, 1980; Gómez-Miguel y Sotés, 2014).

1.1.8. Zinc El zinc es un elemento que se absorbe y se acumula en las plantas como catión divalente, Zn2 (Marschner, 1995). En la planta, se acumula principalmente en el ápice vegetativo, yemas, hojas y en la madera vieja.

Es un constituyente estructural, además de activar o regular un elevado número de enzimas (Guardiola y García, 1990). Interviene en la síntesis de clorofila, de aminoácidos, de albúmina y de vitamina C, tiene un papel de activación sobre la catalasa, la peptidasa, y sobre las deshidrogenasas alcohólica, glutamínica y del ácido láctico (Fregoni, 1980). Interviene en la respiración, en el metabolismo de los azúcares

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(fosforilación) y de las proteínas (reducción del nitrato), estimulando también la síntesis de auxinas a través de la producción de triptófano. El zinc tiene la capacidad de incrementar la producción, el contenido en azúcares, el crecimiento vegetativo, mejorar y acelerar la lignificación de los sarmientos, adelantar la maduración e incrementar la resistencia al frío y a la sequía (Fregoni, 1980).

El Zn se encuentra como elemento traza en los mostos y vinos, alcanzando unos niveles, en estos últimos, que oscilan entre 0,14 y 4,00 mg/L. Los tratamientos fungicidas con ditiocarbamatos, las vendimias mecánicas que alteren los alambres galvanizados, así como el material vinario en aleación, pueden aumentar estos niveles (Ribéreau-Gayon et al., 2003). No obstante, la O.I.V. ha fijado un límite de 5 mg/L de Zn en el vino, dado el carácter astringente de las sales de Zn a nivel sensorial.

La carencia de Zn puede presentarse en suelos arenosos con bajo contenido en Zn, en suelos alcalinos y calcáreos, suelos con alto contenido en P, y en aquellos suelos en los que se haya eliminado la capa superficial (Pearson y Goheen, 1996). De esta forma, la fertilización fosfórica, en suelos con baja disponibilidad de Zn, puede inducir una deficiencia de este elemento.

Los síntomas de la deficiencia en Zn se manifiestan con la reducción del cuajado, en el que se observan bayas con pocas semillas y con diversidad de tamaño, unas de tamaño perdigón mientras que otras de tamaño intermedio. Los brotes suelen tener un crecimiento reducido, con entrenudos más cortos y con una mayor prominencia de brotes laterales cortos. Las hojas son asimétricas, con senos peciolares más abiertos de lo normal, dentadas más agudamente y con clorosis internervial (Figura 2d). Los nervios, por su parte, muestran un color verde más ligero, pero siempre rodeado por una estrecha franja más oscura (Christensen y Peacock, 2000).

Por otro lado, el exceso de Zn puede provocar una reducción de la rizogénesis, así como, a menudo, también origina clorosis en las hojas más jóvenes, pudiendo inducir una deficiencia de Mg o Fe, e incluso de Mn (Marschner, 1995).

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1.1.9. Cobre El cobre (Cu) es un elemento de transición, que comparte con el Fe la capacidad de formar complejos muy estables y la facilidad para la transferencia de electrones, en su caso mediante la oxidación/reducción entre las formas divalente Cu2+ y monovalente, e inestable Cu+ (Marschner, 1995).

Por otra parte, su movilidad en el suelo y, por tanto, su disponibilidad para las raíces y su umbral de toxicidad para los cultivos, depende del pH, de la capacidad de intercambio catiónico, de la textura y de la materia orgánica (Brun et al., 2001).

El Cu se absorbe como Cu2, o como quelato, siendo ésta última la forma como se transporta en la planta a larga distancia (Marschner, 1995). Forma parte de algunos enzimas, ya sea como activador o como grupo prostético, como es el caso de la ascórbico-oxidasa, la polifenol-oxidasa, citocromo-oxidasa, tirosinasa y la lacasa, contribuyendo así a la transformación de sustancias polifenólicas. Otra función enzimática es la catalización de la síntesis de antocianos, además de su contribución en el metabolismo de las proteínas y del ácido indolacético (Fregoni, 1980). También interviene en la fotosíntesis, formando parte de la plastocianina, y favorece la lignificación y la viabilidad del polen, entre otros (Marschner, 1995).

La deficiencia en Cu da lugar a una reducción de la lignificación y a una mayor acumulación de fenoles (Guardiola y García, 1990). A veces, también se observan hojas curvadas o malformadas (Taiz y Zeiger, 2006). En la vid, la carencia de este elemento se manifiesta con necrosis puntiforme en el borde del limbo, caída precoz de las hojas apicales y desecamiento del ápice (Fregoni 1980).

Sin embargo, la carencia de Cu en el viñedo no suele ser habitual debido, principalmente, a su empleo como componente activo de diversos pesticidas y fungicidas, cuya aplicación es una práctica ampliamente difundida en la viticultura para combatir diversas plagas y enfermedades, como el mildiu (Plasmopara viticola), el oidio (Uncinula necator) o la Botrytis (Botrytis cinerea), entre otras (Toselli et al. 2009).

34 Capítulo I Introducción

Por otra parte, una sucesiva aplicación de estos productos de base cúprica puede incrementar el Cu total y disponible en el suelo (Pietrzak y McPhail, 2004).

Sin embargo, el Cu es un metal pesado que, a altas concentraciones, es tóxico para organismos acuáticos y terrestres, bacterias, hongos y plantas, repercutiendo negativamente también en la salud humana (Turnlund et al., 2004). De hecho, el contenido máximo de este elemento en el vino está fijado a un nivel máximo de 1 mg/L (O.I.V., 2011).

En la vid, un exceso de Cu se manifiesta mediante clorosis foliar, una reducción del sistema aéreo, así como una escasa germinabilidad del polen. En el extracto foliar, se observa una reducción de las peroxidasas y un incremento de las polifenol-oxidasas. La raíz por su parte, es el órgano de la vid más sensible frente a esta toxicidad y, en estas condiciones, presenta un menor desarrollo (Fregoni, 1980; Toselli et al., 2009). Así, la absorción de agua y nutrientes puede verse afectada por el efecto tóxico que ejerce el Cu sobre el sistema radicular (Miotto et al., 2014). En el mosto, niveles elevados de este elemento pueden repercutir negativamente, con ralentizaciones o paradas de fermentación (Sala et al., 1996). Ferreira et al. (2006) observaron también cómo la presencia de Cu estimulaba una mayor acidez volátil en algunas de las cepas de levaduras que estudiaron. Por otro lado, los vinos blancos, con concentraciones cercanas a 1 mg/L de Cu y al abrigo del aire, son más susceptibles de ser alterados por una quiebra cúprica (Ribéreau-Gayon et al., 2003).

Respecto a su interacción con otros elementos minerales, numerosos estudios revelan al P cómo uno de los principales nutrientes afectados por el nivel de Cu en los suelos. En este sentido, elevados contenidos de Cu en el suelo generan una deficiencia de P en muchos cultivos (Navarro y Navarro, 2003). Además, el exceso de Cu también perjudica la absorción de N. En este sentido Llorens et al. (2000), para cv. ‘Cabernet Sauvignon’, observaron una drástica reducción de N total, nitratos, aminoácidos libres y de la actividad de las enzimas nitrogenadas a nivel radicular, mientras que esa reducción no fue tan severa en las hojas. Toselli et al. (2009), para cv. ‘Sangiovese’, observaron que el P, Mg, Ca y Fe eran los nutrientes más afectados, a nivel foliar,

35 Capítulo I Introducción frente a elevadas concentraciones de Cu en el suelo, mientras que los niveles de N, K, Cu, Mn y Zn no se vieron influenciados por la cantidad de Cu presente en el suelo. Miotto et al. (2014), por su parte, no observaron diferencias de concentración en los limbos para el N, P, K, Ca y Mg frente a elevadas cantidades de Cu en el suelo.

1.1.10. Boro 2- - 2- El boro (B) es absorbido por las plantas como H3BO3, BO3H , BO3H2 y B4O7 , siendo considerado como un microelemento de gran interés debido a su importancia en la fecundación, así como en el transporte de azúcares y de calcio dentro de la planta (Navarro y Navarro, 2003). El B es un elemento considerado de escasa movilidad en el floema de la planta pero, sin embargo, cada vez hay más evidencias que indican cómo la movilidad del B en el floema varia drásticamente de unas especies a otras.

Entre sus principales funciones está su intervención en la división celular, favoreciendo la síntesis de ácidos nucleicos y, por consiguiente, el crecimiento vegetativo. También favorece la fecundación, interviene en el metabolismo y en la translocación de carbohidratos y, aunque no sea un constituyente de los enzimas, influye en reacciones de tipo oxidativo (catalasa, polifenol-oxidasa, peroxidasa), activando así la síntesis de la clorofila, la producción de azúcares y la síntesis de lignina. Asimismo, también interviene en el transporte de glúcidos, en el metabolismo del N, favoreciendo la síntesis de aminoácidos y de proteínas, así como también interviene en su hidrólisis.

Las mayores deficiencias de B se observan en suelos muy ácidos (pH 3,5-4,5), y no tanto en suelos neutros y alcalinos. Por otro lado, la falta de agua en la zona radicular impide la absorción de este elemento. También son sensibles a carencias en B los viñedos de zonas con altas precipitaciones, los que se riegan con agua sin B y los asentados en suelos arenosos, debido al alto riesgo de lixiviación (Pearson y Goheen, 1996).

Pearson y Goheen (1996) indican, como primeros síntomas de deficiencia, la aparición antes de la floración de unas protuberancias oscuras, que acaban necrosándose, en los zarcillos próximos al ápice del brote. Por otra parte, durante el período de rápido

36 Capítulo I Introducción crecimiento del brote, los entrenudos más jóvenes se hinchan ligeramente, en uno o varios puntos, y la médula finalmente se necrosa, produciéndose la muerte de la parte del brote situada por encima de los hinchazones.

En las hojas se aprecian pecíolos más gruesos y cortos de lo normal, a veces con lesiones longitudinales o cavernas necróticas. Los limbos, por su parte, presentan una morfología anormal, con clorosis o necrosis en la zona internervial (Pearson y Goheen, 1996).

Por otro lado, las yemas que se han formado en condiciones de carencia de B pueden producir brotes cortos, ramificados arbustivamente y estériles en el siguiente ciclo vegetativo. La producción, por su parte, también se ve afectada con el cuajado de un menor número de bayas con semillas, así como con un menor tamaño de las bayas sin semillas (síntoma calabaza y guisante) (Figura 2f). Por otro lado, las raíces quedan cortas, gruesas y con muchos nudos hinchados, que abren longitudinalmente (Pearson y Goheen, 1996).

Respecto al exceso de B, se observa una deformación severa de las hojas más jóvenes, también se desarrolla necrosis en los bordes de las hojas más viejas que progresa hacia la zona internervial, y se generan más brotes laterales, confiriendo así a la cepa un aspecto débil y arbustivo.

1.2. MÉTODOS DE DIAGNÓSTICO DEL ESTADO NUTRICIONAL

Como ya se ha comentado anteriormente, con el fin de obtener un producto final de calidad se hace necesario desarrollar herramientas que permitan asegurar dicha calidad. En este sentido, respecto a la optimización del estado nutricional del cultivo, es necesario contar con herramientas que permitan conocer si la planta cuenta con los niveles adecuados, u óptimos, de cada nutriente. De este modo, se podrán diseñar planes de fertilización más precisos para obtener un vino de calidad y, por tanto, más competitivos en el mercado. En los siguientes apartados se comentan algunas de las

37 Capítulo I Introducción herramientas con las que cuenta el agricultor para conocer el estado nutricional de la vid.

El nivel de nutrición de un elemento expresa la facilidad o la dificultad con la que una planta se nutre en dicho elemento (Champagnol, 1990). Las herramientas más habitualmente utilizadas para evaluar el estado nutricional del viñedo son los análisis de suelo y planta (Kliewer, 1991), a los que debe añadirse la observación de los distintos síntomas de carencias o toxicidades, así como su comportamiento agronómico (Champagnol, 1990; Robinson, 2005).

1.2.1. Observación visual Tradicionalmente, el estado nutricional de la vid, así como el de otros muchos cultivos, se ha determinado principalmente mediante la observación visual in situ en el propio viñedo. Posteriormente, esta información ha sido complementada con la información aportada por el análisis de suelo y, finalmente, con la de diferentes tejidos de la planta, como es el caso del limbo y el pecíolo.

La técnica cualitativa del diagnostico visual trata de caracterizar, mediante el estudio de la sintomatología del cultivo, las posibles alteraciones nutricionales del mismo. Esta técnica ha avanzado en los últimos años mediante el uso de medidores de clorofila, así como el uso de tablas de colores o escalas, de tal manera que existen colecciones de fotos de deficiencias que pueden ayudar a la interpretación (Scaife y Turner, 1983; Cadahía y Lucena, 2005). La principal desventaja que presenta esta última metodología, es que los síntomas llegan a ser claramente visibles o evidentes cuando la deficiencia ya es aguda, por lo que la relación entre el crecimiento y la producción ya está claramente deprimida. Debido a esto, el diagnóstico de un estado caracterizado por inhibir ligeramente el crecimiento y/o la producción, no suele ser identificado mediante síntomas visibles específicos (Marschner, 1995; Cadahía y Lucena, 2005). En este sentido, para el caso del N, Christensen y Peacock (2000) indican que la deficiencia en N no es fácil de identificar visualmente en las hojas hasta que ésta alcanza niveles severos o críticos, situación muy poco frecuente. Además, esta metodología puede complicarse en aquellos casos en que coexista simultáneamente la

38 Capítulo I Introducción deficiencia de más de un nutriente, o cuando hubiera deficiencia de un nutriente y toxicidad de otro. Por lo tanto, el diagnóstico visual, por sí solo, es un método poco riguroso como base para recomendaciones de abonado.

1.2.2. Análisis de suelos A lo largo del tiempo ha existido cierta controversia en cuanto a qué tipo de análisis, el de suelo o el de planta, era el más adecuado para las recomendaciones de fertilización, dado que ambos métodos plantean ventajas e inconvenientes.

El análisis químico del suelo aporta información sobre el potencial del suelo para suministrar los nutrientes necesarios para sustentar el crecimiento, así como la actividad radicular (Marschner, 1995), es decir, evalúa solamente el contenido nutricional del suelo, o su disponibilidad potencial de nutrientes, sin dar información sobre los diferentes mecanismos de absorción de las especies (Schaller et al., 2002).

Para evaluar la disponibilidad de nutrientes en el suelo, se han desarrollado numerosos métodos de extracción que utilizan diferentes reactivos o soluciones extractoras. En la práctica, aunque existen una gran diversidad de soluciones extractantes, que intentan determinar la disponibilidad de nutrientes, no existe ninguna que sea totalmente satisfactoria para todos los tipos de suelo (Lebourg et al., 1996). Debido a ello, las cantidades de nutrientes que extraen los diferentes métodos de análisis de suelos, a menudo, no tienen una buena correlación con las cantidades que absorbe la planta.

Una de las razones de esta dificultad para determinar la disponibilidad real, viene dada por la interacción entre la disolución extractante del método de análisis y el suelo analizado, que se verá modificado durante el proceso de extracción. Por tanto, el mismo proceso de extracción altera los equilibrios del suelo y dificulta evaluar con exactitud la disponibilidad de nutrientes en el suelo (Van Erp y Van Beusichem, 2008).

Debido a ello, el análisis de suelo sólo nos va a informar de lo que el suelo puede ofrecer a la planta, siendo el análisis de tejidos el medio que proporciona información

39 Capítulo I Introducción de lo que realmente ha sido absorbido por la planta de la fracción disponible del suelo (Lucena, 1997).

1.2.3. Análisis de tejidos Por otro lado, el análisis de tejidos vegetales, en el sentido más estricto, únicamente refleja el estado nutricional en que se encuentra la planta en un momento dado. Debido a ello, la combinación de ambos métodos (suelo + tejidos) proporciona una base más sólida de cara a recomendar aportes de fertilizantes (Marschner, 1995).

Actualmente no cabe duda, y está ampliamente reconocido, que el análisis de tejidos es uno de los métodos más exactos y fiables utilizados para determinar el estado nutricional del viñedo (Christensen, 1984; Champagnol, 1990; Schaller et al., 2002; Fráguas et al., 2003; Robinson, 2005). El análisis de tejidos es útil desde dos puntos de vista: como índice del estado nutritivo de la planta y de sus necesidades minerales; y como índice de la eficacia de la fertilización (González-Andrés y Berberana, 2002).

En lo que respecta a los tejidos de la vid utilizados con fines de diagnóstico nutricional, se ha estudiado la hoja completa, el limbo, el pecíolo, los nervios foliares, el ápice vegetativo, los brotes, los sarmientos, los racimos, las bayas, la corteza, las semillas, el lloro (Fregoni, 1980), así como la savia procedente de los pecíolos (Robinson, 2005; Cadahía, 2008).

El tejido a analizar, para el diagnóstico nutricional, debe permitir evaluar los sinergismos y antagonismos existentes entre los diversos nutrientes, las deficiencias nutricionales sin síntomas visuales, así como la evolución de la absorción de los nutrientes en los diferentes estados de desarrollo de la vid (Kenworthy, 1967; Fregoni, 1980; Christensen, 1984).

1.2.3.1. El análisis foliar La composición mineral varía en función del órgano de la planta a analizar, siendo probablemente la hoja el más estudiado ya que, al ser el principal órgano de síntesis y tener una relativa susceptibilidad a variaciones en el suministro de nutrientes, se

40 Capítulo I Introducción trataría del órgano que mejor refleja el estado nutricional de la planta (Conradie, 1980; Bhargava y Summer, 1987; Champagnol, 1984; Christensen, 1984; Marschner, 1995). El análisis foliar se basa en el principio de que la concentración de cada nutriente en la planta es una parte integral de todos los factores que interaccionan con ellos (Kenwonrthy, 1967; Fregoni, 1980).

Lagatu y Maumé (1927) fueron los pioneros, proponiendo el análisis químico de los elementos minerales presentes en las hojas como indicadores del estado nutricional de la vid. A partir de entonces, en la bibliografía se pueden encontrar diversidad de trabajos que utilizan el análisis foliar como técnica de diagnóstico del estado nutricional de la planta. En este sentido, el análisis foliar está ampliamente reconocido y aceptado por ser uno de los métodos más seguros para determinar el estado nutricional de la vid (Atalay, 1978; Bertoni y Morard, 1982; Christensen, 1984; Kliewer, 1991).

Para algunas especies y elementos minerales, su contenido en la materia seca difiere considerablemente entre limbo y pecíolo (Marschner, 1995). En este sentido, y particularizando al caso de la vid, la composición entre el limbo y el pecíolo de una misma hoja puede ser muy diferente, aunque a menudo ambos tejidos muestran resultados analíticos correlacionados (Bertoni y Morard, 1982). Esta variación en la concentración de nutrientes entre el limbo y el pecíolo, también está influenciada por factores como la variedad, el portainjerto, el suelo, el ámbito geográfico, y el estado fenológico, entre otros (Kliewer, 1991). La variación de la concentración entre los tejidos manifestada a lo largo del ciclo de cultivo, se estudia con más detenimiento en el punto 1.3, e implica la elección de un tejido y un momento del ciclo para el diagnóstico foliar (Robinson, 1995).

El diagnóstico nutricional requiere definir las condiciones en que se establecen los niveles de referencia, así como fijar el tejido a analizar (Champagnol, 1990; Robinson, 2005), su posición en el pámpano y el momento fenológico de muestreo.

41 Capítulo I Introducción

1.2.3.2. Estandarización del muestreo foliar El procedimiento de muestreo debe ser estandarizado para una correcta interpretación de los resultados (Cadahía y Lucena, 2005). A nivel bibliográfico, actualmente todavía no hay ningún método aceptado como el más adecuado, manifestándose disparidad de opiniones respecto al tejido y al momento de muestreo óptimos (Robinson, 1995, 2005).

Tejido de muestreo: Pecíolo versus limbo Respecto al tejido a analizar, la bibliografía en general muestra una progresiva tendencia hacia el análisis de limbo y pecíolo por separado frente al de hoja completa. En este sentido Lagatu y Maume (1927, 1934), como pioneros del diagnóstico foliar, propusieron el análisis de la hoja completa (limbo + pecíolo), del mismo modo que la utilizaron numerosos investigadores de aquella época como Askew (1944), Boynton (1945), Eaton (1944), y Ehlig (1960), entre otros (Bhargava y Summer, 1987). Sin embargo, a partir de estudios como el de Ulrich (1942), el de Cook y Kishaba (1956) y hasta la actualidad, se estudia de forma generalizada el limbo y/o el pecíolo por separado (Delas, 2000).

Por otro lado, algunos autores proponen utilizar el mejor tejido para cada estado fenológico, en base al objetivo del diagnóstico (Bertoni y Morard, 1982; Conradie y Saayman, 1989; Porro et al., 1995). Bertoni y Morard (1982), de este modo, proponen el análisis de limbos y pecíolos con objeto de beneficiarse de la mayor sensibilidad de los pecíolos y de la estabilidad en las concentraciones por parte de los limbos.

Wolpert y Anderson (2007), por su parte, indican una mayor reproducibilidad de los datos analizando el limbo. Delas (1990), sin embargo, propone el pecíolo frente al limbo, el cual posee una composición más constante, como tejido que mejor mostraría las condiciones de nutrición de la vid y por ser menos susceptible que el limbo a la contaminación procedente de los productos aplicados con los tratamientos rutinarios en el viñedo. Del mismo modo, Bertoni (1991), también recomienda el pecíolo como aquel tejido que muestra una mayor concordancia respecto a los criterios de fertilización potásica.

42 Capítulo I Introducción

Champagnol (1990) y Christensen (1984) indican que para el P, K y Mg, los intervalos de variación en el pecíolo son más elevados que en el limbo. Sin embargo, según algunos autores, la mayor variación en el pecíolo se manifiesta con una mayor fluctuación (Fráguas et al., 2003; Wolpert y Anderson, 2007) por lo que la significación de un resultado hallado a partir de uno u otro de estos tejidos sería idéntica (Champagnol, 1990).

Posición en la planta del tejido de muestreo También es necesario concretar la posición del tejido a muestrear dentro de la planta. En este sentido, el efecto de la posición de la hoja sobre su idoneidad para el muestreo también ha sido materia de estudio de muchos investigadores (Christensen, 1969; Romero et al., 2010).

La O.I.V. (1996), por su parte, recomienda el análisis del limbo opuesto al primer racimo basal en cuajado y/o envero, mientras que recomienda los pecíolos en hojas opuestas a cualquier racimo en envero.

Actualmente, lo más habitual es el muestreo de los limbos o pecíolos de la base de los brotes con racimos, en concreto, los opuestos al racimo (Kliewer, 1991). La bibliografía muestra múltiples variantes en este sentido. Para Italia, Failla et al. (1993a, 1993b), así como también Porro et al. (1995), analizan la hoja opuesta al primer racimo en cuajado y la 4ª hoja por encima del último racimo en envero. Loué (1990), en Francia, muestrea la hoja opuesta al primer racimo en plena floración y en envero, y Pacheco et al. (2010) en floración. En España, recientes estudios sobre ‘Tempranillo’ proponen la hoja opuesta al primer racimo en floración, mientras que eligen la opuesta al racimo de rango dos en envero (Romero et al., 2010).

Estado fenológico en el momento de muestreo Respecto al momento de muestreo, la bibliografía tampoco se pone de acuerdo en el momento más adecuado y, en general, propone dos estados fenológicos, final de floración o cuajado, y/o envero. En Italia se utilizan distintos criterios, analizándose

43 Capítulo I Introducción limbos en cuajado (Ciesielska et al., 2002, 2004), envero (Stringari et al., 1997) o en ambos estados fenológicos (Failla et al., 1995). La floración y el envero por su parte, también son los estados más ampliamente utilizados para analizar los limbos y pecíolos en España (García-Escudero et al., 2002b, 2013; Romero et al., 2010, 2013). Por otro lado, el análisis del pecíolo en floración es generalmente utilizado en EEUU (Cook y Kishaba, 1956; Williams, 2000), y en Australia (Robinson, 2005). El envero, por su parte, es el momento de muestreo más habitual en Francia para analizar pecíolos (Delas, 2000), limbos (García et al., 2001), o los dos tejidos en cuestión (Champagnol, 1990).

Delas (1990), propone el cuajado y, mejor aún, el envero como principales momentos de muestreo, decantándose por el análisis de pecíolo. Bertoni (1991), por su parte, también se decanta por el pecíolo muestreado en envero como aquel tejido que muestra una mayor concordancia respecto a los criterios de fertilización potásica.

Sin embargo, Porro et al. (1995) empleando el limbo, indican que el momento de muestreo debe elegirse en función del elemento concreto a diagnosticar, así como en función de la finalidad del diagnóstico. Estos autores recomiendan el análisis de N en envero, así como el del P, K, Ca y Mg en cuajado, cuando se pretende valorar la fertilidad del suelo. Sin embargo, proponen el análisis del N en cuajado, así como el del resto de nutrientes en envero, si el objetivo es contrastar el efecto del medio ambiente y el efecto de los factores culturales sobre la nutrición de la vid.

1.3. DINÁMICA ESTACIONAL DE LOS ELEMENTOS MINERALES

La concentración foliar de un elemento no es constante a lo largo del ciclo vegetativo, ya que los procesos de absorción, transporte y localización de nutrientes, determinarán variaciones de importancia. Por tanto, debe considerarse que el nivel foliar en un momento dado es el resultado de las reservas más la absorción, menos la traslocación a otros órganos (Navarro y Navarro, 2003).

44 Capítulo I Introducción

El estudio de la dinámica estacional de los nutrientes en limbos y pecíolos de vid ha sido una materia abordada por numerosos investigadores. En este contexto, a continuación se muestra un resumen de los principales resultados obtenidos en el comportamiento de la concentración de N, P, K, Ca, Mg, Fe, Mn, Cu, Zn y B en los limbos y los pecíolos, a los largo de los distintos estados fenológicos.

1.3.1. Nitrógeno La concentración de este elemento manifiesta una disminución a lo largo del ciclo vegetativo en limbo (Schreiner, 2005), pecíolo (Christensen, 1969; Parejo, 1992, 1995; Parejo et al., 1992; Porro et al., 1995) o en ambos tejidos (Cummings, 1977; Conradie, 1980; Christensen, 1984; García-Escudero et al., 2002b; Schreiner y Scagel, 2006; Pradubsuk y Davenport, 2010; Romero et al., 2010, 2013; Domínguez et al., 2015). Por su parte, García-Liñán et al. (2004), indican una evolución paralela de este elemento en los dos tejidos, caracterizada por una pérdida continua de este elemento a medida que se produce el envejecimiento de los tejidos.

Distintos estudios muestran un descenso más acentuado en el período comprendido entre la floración y el envero (Szóke et al., 1992; Romero et al., 2013; Domínguez et al., 2015), así como un ligero aumento de la misma en torno al envero (Conradie, 1980; Christensen, 1984). Otros estudios muestran que, de vendimia al inicio de la caída de la hoja, la concentración en limbos disminuye mientras que la de los pecíolos aumenta. Sin embargo, de inicio de caída de la hoja al final de ésta, se observó el comportamiento contrario (Conradie, 1980).

Asimismo, la concentración de este elemento en los limbos es superior a la de los pecíolos a lo largo de todo el ciclo vegetativo (Cummings, 1977; Conradie, 1980; Schreiner y Scagel, 2006; Pradubsuk y Davenport, 2010; Romero et al., 2010, 2013; Domínguez et al., 2015). En este sentido, Kliewer (1991) reveló concentraciones del orden de 1,5 a 3 veces superiores en limbo que en pecíolo.

45 Capítulo I Introducción

1.3.2. Fósforo En el caso del P, algunos autores observan una concentración mayor de este elemento en los limbos (Champagnol, 1984), o en los pecíolos (Cummings, 1977; Christensen, 1984; Pradubsuk y Davenport, 2010; Romero et al., 2010), mientras que para otros, el tejido con mayor concentración varía según el momento de muestreo (Cook y Kishaba, 1956; Schreiner y Scagel, 2006; Romero et al., 2013; Domínguez et al., 2015).

La mayoría de los autores coinciden en una disminución de la concentración de este elemento a medida que transcurre el ciclo vegetativo (Fregoni, 1980; Champagnol, 1984; Colugnati et al., 1992; Navarro et al., 2008). Este comportamiento ha sido observado tanto en limbos (Revilla et al., 1985; Schreiner, 2005), como en pecíolos (Parejo et al., 1992; Parejo, 1995), como en ambos tejidos (García-Escudero et al., 2002b; Schreiner y Scagel, 2006; Pradubsuk y Davenport, 2010; Romero et al., 2010, 2013; Domínguez et al., 2015). Asimismo, Cummings (1977) observó una mayor variabilidad en el pecíolo que en el limbo a lo largo del ciclo vegetativo, además de una dinámica estacional decreciente sólo en los limbos, mientras que en los pecíolos, observó un aumento de la concentración de este elemento.

Szóke et al. (1992) tan sólo observaron un comportamiento decreciente hasta el estado fenológico de tamaño guisante, para posteriormente observar una estabilización. Rodríguez-Lovelle y García-Rodeja (1994), apuntan una disminución brusca de los niveles hasta el final de floración, para estabilizarse o incluso incrementar en maduración. Romero et al. (2013), así como Domínguez et al. (2015), indican una tendencia decreciente más marcada desde el comienzo del ciclo hasta el cierre de racimo, tanto en limbos como en pecíolos. Sin embargo, otros autores no observan prácticamente variaciones en la concentración a lo largo del ciclo (Christensen, 1984; Porro et al., 1995). Revilla et al. (1985), por su parte, apuntan una disminución entre el envero y la vendimia. Finalmente, Parejo (1995) indica diferencias entre los niveles hallados en el pecíolo en floración respecto a los observados entre el período de envero y la caída de las hojas.

46 Capítulo I Introducción

1.3.3. Potasio Algunos autores observan una pauta de comportamiento decreciente de este elemento en la hoja a lo largo del ciclo vegetativo (Cummings, 1977; Champagnol, 1984; Rodríguez-Lovelle y García-Rodeja, 1994; Colugnati et al., 1992; García-Escudero et al., 2002b; García-Liñán et al., 2004; Navarro et al., 2008; Romero et al., 2010), mientras que otros apuntan a un incremento en la concentración en los períodos de floración a cuajado y/o envero, para luego disminuir hasta la caída de hoja (Parejo et al., 1992; Parejo, 1995). Schreiner y Scagel (2006), sin embargo, encontraron un aumento de K en limbo, de floración a vendimia. El pecíolo, en cambio, mostraba una marcada evolución en detrimento. Szóke et al. (1992), sin embargo, observaron un comportamiento irregular, aunque con tendencia decreciente a lo largo del ciclo, observando a su vez una notable diferencia, respecto a la absorción de este elemento, entre las variedades ‘Chardonnay’ y ‘Müller Thurgau’, que se hace especialmente patente en el período de maduración. Asimismo, Romero et al. (2013) advirtieron una tendencia decreciente en una de sus campañas de estudio, mientras que la otra, no se asoció con una dinámica estacional clara. De este modo, Porro et al. (1995) en ´Chardonnay´ y, Schreiner (2005) en `Pinot noir´, no encontraron variaciones importantes de concentración entre los sucesivos estados fenológicos.

Cummings (1977) y Romero et al. (2013), por su parte, observaron para el ‘Tempranillo’ un comportamiento decreciente, más pronunciado en los pecíolos que en los limbos. García-Liñán et al. (2004), sin embargo, observan una evolución decreciente y semejante en ambos tejidos.

Los pecíolos, en general, muestran mayores concentraciones de potasio que los limbos (Champagnol, 1984; Christensen, 1984; García-Escudero et al., 2002b; García-Liñán et al., 2004; Schreiner y Scagel, 2006; Pradubsuk y Davenport, 2010; Romero et al., 2010, 2013; Domínguez et al., 2015). Christensen (1984), también observó una mayor concentración en el pecíolo que en el limbo, aunque indica que las diferencias entre ambos tejidos disminuyen a medida que avanza el ciclo vegetativo.

47 Capítulo I Introducción

1.3.4. Calcio En el caso del Ca, la mayoría de los autores muestran un incremento de la concentración de este elemento a lo largo del ciclo vegetativo (Champagnol, 1984; Szóke et al., 1992; Colugnati et al., 1992; Rodríguez-Lovelle y García-Rodeja, 1994; Porro et al., 1995; Navarro et al., 2008). Este comportamiento ha sido observado tanto en limbos (Schreiner, 2005), pecíolos (Christensen, 1969; Parejo et al., 1992; Parejo, 1995), como en ambos tejidos (Cummings, 1977; Bouzazi et al., 2000; García-Escudero et al., 2002b; García-Liñán et al., 2004; Schreiner y Scagel, 2006; Pradubsuk y Davenport, 2010; Romero et al., 2010, 2013; Domínguez et al., 2015). No obstante, Szóke et al. (1992), apuntan un comportamiento decreciente a partir del inicio del período de maduración. Este comportamiento también ha sido observado por Revilla et al. (1985), en los limbos de la variedad ‘Cencibel’, mientras que a su vez observaban una pauta creciente en la variedad ‘Airén’.

Champagnol (1990) observó concentraciones similares de este elemento en los dos tejidos. Bouzazi et al. (2000) apuntaban a un comportamiento paralelo entre limbo y pecíolo, sin grandes diferencias entre la concentración de ambos. Cummings (1977) y García-Liñán et al. (2004), del mismo modo, observaron una mayor concentración de este elemento en los pecíolos y señalaban una evolución similar en los dos tejidos. Sin embargo, García-Escudero et al. (2002b), Schreiner y Scagel (2006), Pradubsuk y Davenport (2010), Romero et al. (2013) y Domínguez et al., 2015), encuentran mayores concentraciones en el limbo que en el pecíolo.

1.3.5. Magnesio En el caso del Mg, la mayoría de los autores coinciden en un incremento estacional de la concentración de este elemento (Champagnol, 1984; Colugnati et al., 1992; Szóke et al., 1992; Rodríguez-Lovelle y García-Rodeja, 1994), tanto en limbos (Revilla et al., 1985; Schreiner, 2005), en pecíolos (Christensen, 1969; Parejo et al., 1992; Parejo, 1995; Pradubsuk y Davenport, 2010), o en ambos tejidos limbos (García-Escudero et al., 2002b; García-Liñán et al., 2004; Schreiner y Scagel, 2006; Romero et al., 2010, 2013; Domínguez et al., 2015). Sin embargo, otros autores no observan esta variación estacional (Porro et al., 1995; Navarro et al., 2008). No obstante, Revilla et al. (1985),

48 Capítulo I Introducción en la variedad ‘Cencibel’ observaron, al igual que en el caso del Ca, una disminución de la concentración de este elemento desde el inicio de la maduración. Bouzazi et al. (2000) indican una reducción de Mg en pecíolo, mientras que un comportamiento ascendente en limbo.

Asimismo, la mayoría de los autores observan una mayor concentración en los pecíolos que en los limbos (Champagnol, 1984; García-Escudero et al., 2002b; García-Liñán et al., 2004; Schreiner y Scagel, 2006; Romero et al., 2010, 2013; Domínguez et al., 2015).

1.3.6. Hierro En el caso del Fe, algunos autores ponen de manifiesto un comportamiento acumulativo de este nutriente (Champagnol, 1984; Schreiner, 2005). No obstante, Parejo (1995) y Romero et al. (2013) advierten de la variabilidad interanual que presenta este elemento. Esta irregularidad en cuanto a su comportamiento también ha sido apuntada por otros autores (Fregoni, 1980). No obstante, en limbo en envero se encuentran, con mayor asiduidad, mayores niveles de Fe que en cuajado (Fregoni, 1980). Schreiner y Scagel (2006) indican, en general, respecto al conjunto de micronutrientes, la dificultad de identificar un comportamiento reconocible, mientras que otros autores tampoco observan diferencias estacionales claras para el Fe (Christensen, 1969; Cummings, 1977; Romero et al., 2013). Normalmente, los limbos presentan una mayor concentración de este elemento que los pecíolos (Cummings, 1977; Romero et al., 2010, 2013; Domínguez et al., 2015). No obstante, Pradubsuk y Davenport (2011) encontraron mayores concentraciones en pecíolo, entre floración y las proximidades del envero, en uno de los años de su ensayo, sin embargo, el limbo fue superior al pecíolo a lo largo de todo el ciclo vegetativo de su otro año de estudio.

1.3.7. Manganeso En el caso del Mn, algunos autores observan una fuerte acumulación de este elemento en los pecíolos de floración a envero-maduración, para disminuir posteriormente, de forma gradual, hasta la caída de la hoja (Parejo, 1995), mientras que otros autores indican una estabilización entre envero y vendimia (Domínguez et al., 2015). Sin embargo, Romero et al. (2013), no observaron una tendencia estacional definida.

49 Capítulo I Introducción

Champagnol (1984), por su parte, señala una mayor concentración de este elemento en los limbos que en los pecíolos. Del mismo modo, otros autores también observan esta mayor concentración del Mn en los limbos a lo largo del ciclo vegetativo (García- Escudero et al., 2005; Pradubsuk y Davenport, 2011; Romero et al. 2010, 2013). Sin embargo, Schreiner y Scagel (2006) coinciden con esta afirmación únicamente hasta el período de maduración, observando que, hasta la caída de la hoja, el Mn apunta a una mayor concentración en el pecíolo.

1.3.8. Zinc En el caso del Zn, algunos autores ponen de manifiesto una tendencia acumulativa de este elemento en el pecíolo desde floración a envero, así como una menor concentración en los limbos con respecto a los pecíolos, especialmente patente en el período de envero (Christensen, 1984). Otros autores, sin embargo, no observan una dinámica estacional clara para este elemento (Parejo, 1995; Schreiner, 2005; Schreiner y Scagel, 2006; Romero et al., 2013).

1.3.9. Cobre En el caso del Cu, los resultados de los diferentes autores muestran situaciones contradictorias. Parejo (1995), en pecíolos de ´Cabernet Sauvignon´ apunta una tendencia acumulativa en dos de sus campañas de estudio, con unos mínimos en el período de floración-cuajado y máximos que se localizan en la caída de la hoja, mientras que en su otro año de su trabajo observa una tendencia descendente desde floración a envero, estabilizándose posteriormente hasta la caída de la hoja. Cummings (1977), en ´Muscadinia´, observa una tendencia ascendente en pecíolo durante la mayor parte del ciclo vegetativo, mientras en limbo, este comportamiento se manifiesta en los últimos estadíos del ciclo. Por el contrario, otros autores apuntan un patrón decreciente de floración a envero (Pradubsuk y Davenport, 2011) o a lo largo de todo el ciclo (Schreiner, 2005). Sin embargo, hay estudios que muestran la dificultad de estudiar la evolución estacional de este nutriente desde el momento en que comienzan las aplicaciones fitosanitarias al viñedo, a menudo de base cúprica (Romero et al., 2010; 2013; Domínguez et al., 2015).

50 Capítulo I Introducción

1.3.10. Boro Finalmente, en el caso del B, la bibliografía muestra resultados ambiguos en cuanto al comportamiento de este elemento. Szóke et al. (1992) observan dos períodos de acumulación, coincidiendo con la floración y la maduración. Romero et al. (2013) y Domínguez et al. (2015), por su parte, observan un incremento de la concentración hasta floración-cuajado, especialmente patente en los limbos, para luego reducir su concentración a lo largo de los sucesivos estados fenológicos. Christensen (1984) también indica un patrón acumulativo general, desde floración a envero, en las 26 variedades que estudia en su trabajo, observando las mayores diferencias en los limbos, especialmente en el momento del envero. Otros investigadores (Parejo, 1995; Pradubsuk y Davenport., 2011), sin embargo, apuntan una pauta de comportamiento decreciente en el transcurso de desarrollo vegetativo.

Algunos autores también ponen de manifiesto un nivel mayor de B en los limbos que en los pecíolos en los momentos de floración y envero (Christensen, 1984), mientras que otros autores observan una mayor concentración en los pecíolos de envero a vendimia (Romero et al., 2013; Domínguez et al., 2015) o bien, a lo largo de todo el ciclo (Pradubsuk y Davenport, 2011). Asimismo, Romero et al. (2013) encontraron distintos resultados de floración a envero según el año de estudio.

1.4. INFLUENCIA DE LA VARIEDAD Y EL PORTAINJERTO EN LA NUTRICIÓN MINERAL DE LA VID

Como se ha mencionado anteriormente, el portainjerto es otro de los factores, que junto con la variedad, régimen hídrico, edad, clima o suelo, ejercen mayor influencia sobre la nutrición mineral de la planta.

La llegada de la filoxera (Dactylosphaera vitifoli Fitch) produjo unos tremendos estragos económicos en Europa, siendo considerada como la peor plaga que ha padecido el viñedo. El daño que este áfido genera en el sistema radicular de Vitis

51 Capítulo I Introducción vinifera L., se solventó mediante una reestructuración del viñedo, sustituyendo la mayor parte de las cepas de pie franco por otras viníferas injertadas sobre pies tolerantes de especies americanas (Vitis riparia, Vitis rupestris o Vitis berlandieri), o de cruzamientos entre éstas.

Por otro lado, además de la resistencia que presentan estas especies frente a la filoxera, la elección del portainjerto es un factor agronómico clave a tener en consideración por los múltiples efectos sobre los que va a repercutir, tales como la afinidad con la variedad que se va a injertar, el vigor que va a inducir en la misma, la duración del ciclo vegetativo y, por tanto, de la maduración, así como a su capacidad de adaptación y resistencia a diversas condiciones del medio o factores críticos, diferentes de la filoxera, como los nematodos, caliza activa, sequía, compacidad del suelo, o salinidad, entre otros.

Asimismo, el portainjerto es el responsable de la absorción de los distintos elementos minerales y, asociado a la variedad, interviene en el transporte y en la acumulación de los nutrientes en los distintos tejidos de la planta (Loué y Boulay, 1984). En este sentido, la influencia de los portainjertos sobre la composición mineral de la vid ha sido puesta de manifiesto por diversos investigadores (Boulay, 1982; Delas, 1990; Brancadoro et al., 1995; García et al., 2001; García-Escudero et al., 2005; Tandonnet et al., 2010). Muchos estudios se han abordado al respecto, y frecuentemente con el K como nutriente objetivo del estudio. Walker et al. (1998) observaron, en general, mayores concentraciones de K en las cepas injertadas que en las cultivadas sobre su propio pie.

Además, Loué y Boulay (1984) observaron cómo el patrón ejerce una mayor influencia sobre la composición mineral de la hoja en lo que respecta a los cationes que a los aniones.

Con respecto al efecto de la variedad en el nivel de nutrición, las distintas variedades de vid se caracterizan por presentar un metabolismo y unas exigencias fisiológicas más o menos particulares, además de una producción, acumulación de azúcares y/o

52 Capítulo I Introducción sensibilidad a enfermedades variable (Fregoni, 1980), lo que conlleva a que cada variedad presente unos requerimientos nutricionales más o menos específicos. En este sentido, numerosos investigadores (Christensen, 1984; Rodríguez-Lovelle y García- Rodeja, 1993; García-Escudero et al., 2001), a través del diagnóstico foliar, han cotejado diferencias en la nutrición mineral entre distintas variedades.

Numerosos investigadores han centrado sus estudios en este aspecto de la nutrición de la vid. Christensen (1984), por su parte, estudia las diferencias nutricionales existentes entre los limbos y pecíolos de 26 variedades a lo largo de tres años de estudio en California, observando importantes diferencias varietales, principalmente en los niveles de P y K en los pecíolos.

En investigaciones previas a este trabajo de tesis, en La Rioja se abordaron estudios sobre las diferencias varietales entre ‘Tempranillo’ y ‘Garnacha tinta’ (García-Escudero et al., 2001). Dichos estudios sugieren que los niveles peciolares de N, P, Ca y Mg, en la variedad ‘Garnacha tinta’, podrían ser superiores a los encontrados para el ‘Tempranillo’ en cualquier momento del ciclo vegetativo. Asimismo, también se observó cómo la variedad ‘Tempranillo’ muestra una capacidad de absorción y traslocación de K más elevada que ‘Garnacha tinta’, ratificando así su condición de variedad potasófila. Además, esta mayor concentración de K en la planta también se refleja en una mayor concentración de este elemento en los mostos de ‘Tempranillo’ respecto a los de ‘Garnacha tinta’, lo que implica un pH final más elevado. Ruhl (1989) y Morris et al. (1987), por su parte, también observan como la mayor concentración de K en los pecíolos se relaciona con un pH más elevado en el mosto, que conlleva una menor acidez y una pérdida de calidad de los vinos.

1.5. INTERPRETACIÓN DE RESULTADOS DE ANÁLISIS FOLIARES

Sin duda, uno de los aspectos más delicados en el ámbito de la nutrición mineral de un cultivo lo constituye una correcta interpretación de los resultados obtenidos. Es decir, poder saber en base a estos resultados, y a su posterior interpretación, si existe algún

53 Capítulo I Introducción nutriente deficiente o en exceso en el cultivo, si están los nutrientes suficientemente equilibrados en la planta, o bien si el programa de fertilización adoptado es el más adecuado (Lucena, 1997). Para ello, es preciso conocer los cambios en la concentración y distribución de cada elemento a lo largo del ciclo vegetativo, en los distintos tejidos objeto de análisis y, sobre todo, disponer de referencias adecuadas con las que comparar dichos análisis.

Una adecuada interpretación de los resultados del análisis foliar (limbo y/o pecíolo) exige un riguroso muestreo, así como disponer de unos niveles de referencia adecuados en cuanto al material vegetal (combinación variedad-portainjerto), condiciones climáticas, edafológicas y agronómicas de la zona (Tardáguila et al., 1992).

Respecto a la importancia relativa de dichos condicionantes, algunos autores consideraban que las diferencias existentes entre la concentración de nutrientes de viñedos procedentes de diferentes regiones vitivinícolas podrían estar más influenciadas por las técnicas culturales, el criterio de muestreo adoptado o los métodos analíticos que por cambios respecto a las necesidades fisiológicas en la planta (Kenworthy, 1967). Sin embargo, otros autores (Montañés et al., 1990) indican que factores como el patrón, la variedad y otros relacionados con el medio ambiente y las prácticas culturales, son los principales factores que influyen sobre el contenido de nutrientes, e indican la conveniencia de limitar los estudios a áreas de producción concretas. Por tanto, es importante que los resultados del análisis foliar se comparen con unos valores de referencia locales, obtenidos experimentalmente, ajustados a cada cultivar, prácticas culturales y estado de desarrollo de la vid (Ciesielska et al., 2002). El uso de niveles de referencia foráneos, solo se justifica en aquellos casos en los que no se disponga de niveles de referencia locales ya que, al no considerar las particularidades de la zona agrícola, funcionarían únicamente como unos niveles generales.

El establecimiento de estos niveles de referencia para el diagnóstico foliar se puede hacer por dos vías: mediante ensayos de fertilización en condiciones óptimas, como serían las normas obtenidas a partir de cultivos hidropónicos, o mediante estudios a

54 Capítulo I Introducción escala local, a partir del estudio de un número amplio de parcelas, con buenas características vegetativas, productivas y cualitativas, es decir, que puedan ser considerados como viñedos de referencia.

Esta última metodología es lo que constituye la denominada encuesta o carta nutricional, cuya principal ventaja frente a los ensayos de fertilización radica en que es una vía más rápida y económica de establecer referencias nutricionales para los distintos nutrientes (Webster, 1990), si se dispone ya de una base de datos adecuada. Además, las referencias obtenidas a partir de una gran base de datos, al abarcar un amplio espectro de variabilidad, son probablemente más representativas que las obtenidas a partir de ensayos de fertilización, que presentarán menos factores de variabilidad. Por otra parte, lo ideal sería disponer de una base de datos que abarcase el mayor número de años y de parcelas posible, con el fin de incrementar la representatividad de la misma. En cuanto al número de años recopilado en la base de datos, Stringari et al. (1997) proponen que éste no debería ser inferior a tres años. En este sentido, en la Rioja se han obtenido referencias para la variedad ‘Tempranillo’ mediante la metodología de carta nutricional, utilizando para ello una base de datos de 11 años (García-Escudero et al., 2013; Martín et al., 2013).

La bibliografía, en el marco de la nutrición de los cultivos, propone distintos métodos de interpretación de los análisis químicos foliares para la evaluación del estado nutricional. En este sentido, es común encontrar una marcada división de los trabajos en dos áreas de estudio bien diferenciadas: estudio de las concentraciones de nutrientes aisladamente versus relaciones entre nutrientes. En general, los métodos de interpretación se clasifican en estáticos y dinámicos. Los métodos estáticos emplean comparaciones simples entre la concentración de un determinado elemento y su norma o referencia correspondiente, mientras que los dinámicos emplean relaciones de nutrientes, bivariadas o incluso de múltiples componentes.

Entre los métodos estáticos, destacan el Nivel Crítico (NC), el Rango de Suficiencia (RS), así como la Desviación del Óptimo Porcentual (DOP). Por otro lado, el Sistema Integrado de Diagnóstico y Recomendación (DRIS), el Diagnóstico Nutrimental

55 Capítulo I Introducción

Compuesto (CND), el Diagnóstico Diferencial Integrado (DDI), y el Balance de Nutriente Evolutivo (BNE), forman parte de los métodos dinámicos.

Algunos autores, profundizando en el diagnóstico foliar, han estudiado la relación existente entre los distintos elementos nutritivos, especialmente en lo que respecta a antagonismos y sinergismos. Lévy (1967) propuso sustituir la interpretación a partir de los niveles de cada elemento por otra basada en las relaciones de equilibrio entre ellos. El tratamiento de los análisis foliares ha experimentado un desarrollo importante con la aplicación de las metodologías DRIS (Diagnosis and Recommendation Integrated System), DOP (Desviación del Óptimo Porcentual), y CND (Compositional Nutricional Diagnosis), entre otras (Cadahía y Lucena, 2005).

En la bibliografía también se pueden encontrar estudios que comparan distintas metodologías, principalmente rangos de suficiencia, DRIS o DOP (Romero et al., 2014). Summer (1990) por su parte indica que, correctamente interpretados, tanto DRIS como rangos de suficiencia pueden proporcionar una información muy útil.

Sin embargo, a pesar de los numerosos estudios existentes en el marco de la asociación cuantitativa entre la absorción de los elementos esenciales y el crecimiento de las plantas, no resulta sencillo ni el uso, ni la interpretación de los análisis de la planta (Benton Jones, 1998). Actualmente, en el marco de la viticultura, se valora fundamentalmente la calidad de la uva en detrimento del rendimiento, por lo que es necesario obtener referencias a partir de poblaciones seleccionadas según criterios actualizados de producción y/o calidad (Martín et al., 2007).

1.5.1. Valores Críticos y Rangos de Suficiencia Los métodos clásicos, todavía los más habituales, de diagnóstico son las metodologías de valores críticos y de rangos de suficiencia, en las que se trata a cada nutriente individualmente y se compara con unas referencias establecidas.

El valor crítico, o concentración crítica de un elemento mineral (Figura 3), es la concentración bajo la cual se produce una deficiencia en los objetivos de producción,

56 Capítulo I Introducción generalmente una reducción de la producción entre un 5 y un 10% del máximo esperable (Marschner, 1995). Sin embargo, la determinación de este punto es compleja, ya que requiere que el resto de nutrientes de la planta se encuentren en niveles óptimos, lo que a nivel práctico sólo es posible mediante estudios en hidroponía. Por tanto, debido a la complejidad de su determinación y extrapolación a otras condiciones, habitualmente se emplea con mayor asiduidad la metodología de rangos de suficiencia (Barker y Pilbeam, 2007).

Zona adecuada 100 90 Zona de toxicidad

50

Zona de deficiencia

Figura 3. Valores críticos y rangos de suficiencia.

Los rangos de suficiencia corresponden a rangos de valores de concentración entre los cuales la planta muestra un crecimiento y un rendimiento normal, o anómalo en diferentes grados, por exceso o por defecto.

Ambos métodos determinan valores aislados de exceso o de deficiencia en los elementos minerales (Alves, 2004). Los valores de concentración, para un nutriente dado, que se encuentren por encima o por debajo de los valores óptimos, se asocian con una disminución del crecimiento vegetativo, del rendimiento y de la calidad.

El límite inferior del rango de suficiencia óptimo suele corresponderse con el valor crítico cuando éste es determinado (Barker y Pilbeam, 2007). Por otro lado, el límite superior a menudo suele ser un valor muy alto o incluso tóxico (Summer, 1979).

Los rangos de suficiencia se pueden determinar a partir de estudios de numerosas parcelas en conjunto, a través de las encuestas nutricionales. En este caso, las

57 Capítulo I Introducción concentraciones de nutrientes obtenidas se catalogarían en un mínimo de tres niveles, en donde el rango intermedio de concentraciones correspondería a una población con un rendimiento adecuado.

Para establecer referencias adecuadas y representativas, con objeto de controlar el estado nutricional del viñedo con respecto a unas condiciones culturales y ambientales concretas, y a una zona vitícola dada, es necesaria una extensa base de datos con análisis foliares a lo largo del tiempo (Summer, 1977; Failla et al., 1993b; Lucena, 1997; García-Escudero et al., 2013). Estas bases de datos, por su parte, permiten definir rangos deseables para la interpretación de los análisis foliares (Summer, 1977; Lucena, 1997; Stringari et al., 1997; Porro et al., 2001), a través de operaciones estadísticas que distribuyen las concentraciones de los nutrientes dentro de la variabilidad de los datos de la población (Summer, 1979). Como resultado, diferentes rangos de suficiencia han sido publicados para diferentes regiones y combinaciones de variedad-portainjerto (Failla et al., 1993a,b: Ciesielska et al., 2004; Pacheco et al., 2010; García-Escudero et al., 2013).

La precisión de las referencias obtenidas mejora cuando aumenta el número de análisis foliares de la base de datos y cuando las fuentes de variación, tales como la asociación variedad-portainjerto, condiciones climáticas estacionales, tipo de suelo o prácticas culturales, disminuyen (Robinson, 2005). Sin embargo, estas fuentes de variación sobre el estado nutricional a menudo generan referencias demasiado anchas (Summer, 1979). Por consiguiente, los rangos de referencia más precisos se consiguen dentro de escalas locales (Failla et al., 1995; Robinson, 2005). Además, muchos autores proponen ajustes anuales de las referencias, para considerar así el efecto climático estacional a lo largo de los distintos años (Failla et al., 1993a; Stringari et al., 1997; Ciesieslka et al., 2004).

Entre algunos de los valores de referencia más relevantes en vid, están los publicados por Failla et al. (1993a) (Tabla 1) para el norte de Italia, a partir de una base de datos con 13 variedades injertadas en diferentes portainjertos, y ubicadas en 4 localizaciones vitícolas diferentes. Failla et al. (1993b), por su parte, también propusieron valores de

58 Capítulo I Introducción referencia para diversas variedades y regiones en el centro-septentrional de Italia (Tabla 1). Por otra parte, Ciesielska et al. (2004), en la región del Piamonte, establecieron niveles de referencia para los limbos de las variedades ‘Barbera’ y ‘Nebbiolo’ en cuajado, a partir de un estudio de 120 viñedos y para una serie de tres años (Tabla 2). También para Italia, Bavaresco et al. (2010), propusieron niveles de referencia para los limbos en cuajado y envero, y para los pecíolos en envero (Tabla 3). Para la región portuguesa de Borba (Alentejo), Pacheco et al. (2010), establecieron rangos de suficiencia para la variedad ‘Trincadeira’ injertada sobre Ritcher-99 (Tabla 3). En Burdeos (Francia), Loué (1990), propusieron niveles para los limbos y pecíolos de diversas variedades y portainjertos (Tabla 4). Finalmente, para la región vitivinícola de La Rioja, en España, García-Escudero et al. (2013), han propuesto recientemente valores de referencia para limbos y pecíolos de la variedad ‘Tempranillo’ en los momentos de floración y envero (Tabla 5).

Tabla 1. Rangos de normalidad para limbos en Trentino (Failla et al., 1993a), y para el centro-septentrional de Italia (Failla et al., 1993b). Limbo Trentino Centro-septentrional de Italia Cuajado Envero Cuajado Envero N (g/100g m.s.) 2,20-2,70 1,75-2,25 2,40-3,10 1,75-2,40 P (g/100g m.s.) 0,15-0,25 0,15-0,25 0,18-0,30 0,13-0,21 K (g/100g m.s.) 1,10-1,50 1,00-1,50 0,80-1,50 0,65-1,40 Ca (g/100g m.s.) 1,90-2,70 2,40-3,20 2,00-3,40 2,50-3,80 Mg (g/100g m.s.) 0,20-0,34 0,20-0,40 0,22-0,40 0,23-0,46 Fe (mg/kg m.s.) >45 >50 80-210 100-225 B (mg/kg m.s.) 18-32 15-30 24-48 20-45 Mn (mg/kg m.s.) >25 >30 75-370 80-250 Zn (mg/kg m.s.) >25 >15 26-120 19-90 Cu (mg/kg m.s.) >4 >3 >20 >300

A pesar del carácter local de todas estas referencias, y de las notables diferencias entre los valores de referencia que los distintos autores recomiendan (Tablas 1, 2, 3, 4 y 5), son ampliamente utilizadas para el diagnóstico nutricional en distintas regiones vitícolas de todo el mundo ante la ausencia de referencias autóctonas accesibles, utilizándose incluso para el diagnóstico de variedades distintas para las cuales se han elaborado.

59 Capítulo I Introducción

Tabla 2. Rangos de suficiencia para limbos en cuajado de las variedades ‘Barbera’ y ‘Nebbiolo’ en Piamonte (Ciesielska et al., 2004). Limbo en cuajado cv. ‘Barbera’ Muy bajo Bajo Normal Alto Muy alto N (g/100g m.s.) < 1,74 1,74-1,92 1,93-2,62 2,63-2,81 > 2,81 P (g/100g m.s.) < 0,08 0,08-0,10 0,11-0,22 0,23-0,25 > 0,25 K (g/100g m.s.) < 0,52 0,52-0,66 0,67-1,20 1,21-1,35 > 1,35 Ca (g/100g m.s.) < 1,66 1,66-1,92 1,93-2,90 2,91-3,17 > 3,17 Mg (g/100g m.s.) < 0,15 0,15-0,20 0,21-0,43 0,44-0,49 > 0,49 Fe (mg/kg m.s.) < 63 63-86 85-167 168-189 > 189 cv. ‘Nebbiolo’ Muy bajo Bajo Normal Alto Muy alto N (g/100g m.s.) <1,77 1,77-1,99 2,00-2,84 2,84-3,07 >3,07 P (g/100g m.s.) <0,13 0,13-0,15 0,16-0,30 0,31-0,33 >0,33 K (g/100g m.s.) <0,62 0,62-0,76 0,77-1,32 1,33-1,47 >1,47 Ca (g/100g m.s.) <1,97 1,97-2,13 2,14-2,77 2,78-2,94 >2,94 Mg (g/100g m.s.) <0,14 0,14-0,19 0,20-0,38 0,38-0,43 >0,43 Fe (mg/kg m.s.) <37 37-65 66-176 177-200 >200

Tabla 3. Rangos de normalidad para la concentración de nutrientes en limbo y pecíolo en Italia (a) (Bavaresco et al., 2010), y para pecíolos en Portugal, variedad ‘Trincadeira’ (b) (Pacheco et al., 2010). Limboa Pecíoloa Pecíolob Cuajado Envero Envero Floración N (g/100g m.s.) 2,08 - 2,95 1,41 - 2,20 0,60- 0,90 0,68-1,38 P (g/100g m.s.) 0,14 - 0,26 0,11 - 0,17 0,15 - 0,60 0,34-0,64 K (g/100g m.s.) 0,78 - 1,40 0,62 - 1,24 2,50 - 3,50 1,08-2,62 Ca (g/100g m.s.) 1,43 - 2,55 1,77 - 2,99 1,20 - 1,80 1,21-1,91 Mg (g/100g m.s.) 0,19 - 0,37 0,20 - 0,43 0,50 -1,00 0,54-0,98 Fe (mg/kg m.s.) 65 - 300 80 - 300 25 - 60 13-25 B (mg/kg m.s.) 20 - 70 15 - 60 25 - 70 27-35 Mn (mg/kg m.s.) 50 - 500 55 - 400 20 - 150 38-434 Zn (mg/kg m.s.) 20- 250 14 - 160 15 - 25 14-38 Cu (mg/kg m.s.) 10 - 20 20 - 30 3 - 6 6-10

Tabla 4. Rango de normalidad para los limbos y pecíolos de diversas variedades y portainjertos en Burdeos (Loué, 1990). Limbo Pecíolo Floración Envero Floración Envero N (g/100g m.s.) 2,48-3,71 1,48-2,54 0,71-1,49 0,31-1,00 P (g/100g m.s.) 0,18-0,48 0,07-0,32 0,15- - 0,07-0,71 K (g/100g m.s.) 0,61-1,94 0,40-2,36 0,58-5,09 0,36-6,91 Ca (g/100g m.s.) 0,94-2,65 0,86-3,95 1,15-3,60 0,84-5,05 Mg (g/100g m.s.) 0,13-0,46 0,10-0,79 0,13-1,19 0,22-2,59

60 Capítulo I Introducción

Tabla 5. Rangos de suficiencia para limbos y pecíolos, en floración y envero, de ‘Tempranillo’ en la D.O.Ca. Rioja (García-Escudero et al., 2013). Limbo floración cv. ‘Tempranillo’ Bajo Bajo el óptimo Óptimo Sobre el óptimo Alto N (g/100g m.s.) < 2,96 2,96 - 3,13 3,13 - 3,28 3,28 - 3,46 > 3,46 P (g/100g m.s.) < 0,243 0,243 - 0,275 0,275 - 0,309 0,309 - 0,361 > 0,361 K (g/100g m.s.) < 0,779 0,779 - 0,893 0,893 - 1,00 1,00- 1,15 > 1,15 Ca (g/100g m.s.) < 1,90 1,90 - 2,10 2,10 - 2,29 2,29 - 2,53 > 2,53 Mg (g/100g m.s.) < 0,281 0,281 - 0,316 0,316 - 0,357 0,357 - 0,415 > 0,415 Fe (mg/kg m.s.) < 87 87 - 105 105 - 131 131 - 180 > 180 Mn (mg/kg m.s.) < 54 54 - 68 68 - 87 87 - 111 > 111 Zn (mg/kg m.s.) < 15 15 - 18 18 - 20 20 - 25 > 25 Cu (mg/kg m.s.) < 9,0 9,0 - 12 12 -17 17 - 82 > 82 B (mg/kg m.s.) < 48 48 - 58 58 - 67 67 - 80 > 80 Limbo envero cv. ‘Tempranillo’ Bajo Bajo el óptimo Óptimo Sobre el óptimo Alto N (g/100g m.s.) <2,08 2,08-2,19 2,19-2,29 2,29-2,42 >2,42 P (g/100g m.s.) <0,134 0,134-0,148 0,148-0,163 0,163-0,183 >0,183 K (g/100g m.s.) <0,630 0,630-0,767 0,767-0,907 0,907-1,13 >1,13 Ca (g/100g m.s.) <2,82 2,82-3,10 3,10-3,34 3,34-3,62 >3,62 Mg (g/100g m.s.) <0,315 0,315-0,384 0,384-0,455 0,455-0,558 >0,558 Fe (mg/kg m.s.) <99 99-134 134-164 164-205 >205 Mn (mg/kg m.s.) <77 77-99 99-124 124-156 >156 Zn (mg/kg m.s.) <14 14-16 16-19 19-23 >23 Cu (mg/kg m.s.) <59 59-117 117-221 221-350 >350 B (mg/kg m.s.) <30 30-34 34-40 40-48 48 Pecíolo Floración cv. ‘Tempranillo’ Bajo Bajo el óptimo Óptimo Sobre el óptimo Alto N (g/100g m.s.) <0,763 0,763-0,942 0,942-1,10 1,10-1,27 >1,27 P (g/100g m.s.) <0,245 0,245-0,296 0,296-0,340 0,340-0,391 >0,391 K (g/100g m.s.) <0,967 0,967-1,32 1,32-1,75 1,75-2,36 >2,36 Ca (g/100g m.s.) <1,28 1,28-1,42 1,42-1,55 1,55-1,72 >1,72 Mg (g/100g m.s.) <0,473 0,473-0,565 0,565-0,656 0,656-0,783 >0,783 Fe (mg/kg m.s.) <18 18-22 22-25 25-31 >31 Mn (mg/kg m.s.) <17 17-23 23-29 29-38 >38 Zn (mg/kg m.s.) <10 10-14 14-17 17-23 >23 Cu (mg/kg m.s.) <6,7 6,7-8,3 8,3-10 10-15 >15 B (mg/kg m.s.) <36 36-40 40-42 42-46 >46 Pecíolo envero cv. ‘Tempranillo’ Bajo Bajo el óptimo Óptimo Sobre el óptimo Alto N (g/100g m.s.) <0,431 0,431-0,472 0,472-0,512 0,512-0563 >0,563 P (g/100g m.s.) <0,067 0,067-0,096 0,096-0,132 0,132-0,182 >0,182 K (g/100g m.s.) <0,707 0,707-1,14 1,14-1,68 1,68-2,36 >2,36 Ca (g/100g m.s.) <1,66 1,66-1,86 1,86-2,09 2,09-2,36 >2,36 Mg (g/100g m.s.) <0,611 0,611-0,778 0,778-0,953 0,953-1,21 >1,21 Fe (mg/kg m.s.) <19 19-23 23-27 27-33 >33 Mn (mg/kg m.s.) <24 24-44 44-74 74-140 >140 Zn (mg/kg m.s.) <15 15-19 19-24 24-30 >30 Cu (mg/kg m.s.) <8,9 8,9-16 16-26 26-46 >46 B (mg/kg m.s.) <32 32-35 35-38 38-44 >44

61 Capítulo I Introducción

1.5.2. Desviación del Óptimo Porcentual (DOP) El método DOP (Desviación del Óptimo Porcentual) es un método de interpretación rutinario de los análisis foliares, que se basa en la comparación de las concentraciones de nutrientes con sus normas o referencias, generando como resultado un índice expresado en términos porcentuales (Montañés et al., 1991, 1993; Lucena, 1997). Este método cuantifica, en forma de porcentaje, la diferencia entre la concentración de un nutriente dado y su valor de referencia, es decir, cuantifica la desviación de cada nutriente respecto a su norma (Lucena, 1997). En este sentido, el método DOP permite cuantificar cualquier desequilibrio hallado, además de indicar si éste es, por exceso (índices positivos) o bien por defecto (índices negativos). Una situación nutricional óptima de un elemento dado corresponde a un índice DOP equivalente a cero (Montañés et al., 1991).

Por consiguiente, este método permite ordenar a los nutrientes según su estado de requerimiento o de limitación, es decir, desde el índice más negativo hasta el más positivo (Montañés et al., 1993) y, por tanto, permite determinar qué nutrientes deben ser incluidos en un programa de fertilización (Montañés et al., 1993; Monge et al., 1995). Sin embargo, el empleo de este método no está excesivamente difundido o generalizado, debido fundamentalmente a la falta de referencias para muchos cultivos (Lucena, 1997).

Cálculo de índices DOP El índice DOP para cada nutriente se calcula aplicando la siguiente expresión:

DOP = [ (C  100) / Cref ] – 100

En donde C es la concentración foliar (en porcentaje sobre materia seca) del elemento mineral en la muestra analizada, y Cref es la concentración óptima o de referencia del mismo elemento (Montañés et al., 1991).

62 Capítulo I Introducción

Por otro lado, el sumatorio de los valores absolutos de los índices DOP, obtenidos para cada elemento (∑IDOPiI) de un análisis concreto, es un índice general que representa el balance nutricional completo de la muestra, indicando así la importancia o severidad de una situación anómala. En este contexto, cuanto mayor sea el ∑IDOPiI, mayor será el desequilibrio nutricional respecto a la situación óptima entre los elementos y, por el contrario, cuanto más cercano a cero, mayor equilibrio nutricional existirá en el viñedo del que procede la muestra problema.

63

II. OBJETIVOS

Capítulo II Objetivos

Este trabajo de tesis se plantea con tres objetivos generales, que se abordan respectivamente en los capítulos 4.1, 4.2 y 4.3 de esta memoria de tesis.

1) Evaluación de tejidos y momentos fenológicos para el diagnóstico nutricional de la vid (Vitis vinifera L.) cv. ´Garnacha tinta´, para lo cual se plantean los siguientes objetivos específicos:

a) Evaluar las diferencias en la composición nutricional de limbo y pecíolo. b) Caracterizar la evolución estacional y evaluar la reproducibilidad de los análisis de limbo y pecíolo. c) Identificar períodos de estabilidad para la concentración de nutrientes en limbo y pecíolo.

2) Estudio de diferencias varietales para la vid (Vitis vinifera L.), entre dos variedades, cv. ‘Garnacha tinta’ y cv. ‘Tempranillo’, en las mismas condiciones edafoclimáticas, para lo cual se plantean los siguientes objetivos específicos:

a) Determinación de diferencias varietales respecto al tejido óptimo para el diagnóstico nutricional de diez elementos esenciales. b) Determinación de diferencias varietales respecto a los períodos de estabilidad para la concentración de nutrientes en limbo y pecíolo. c) Evaluación de la capacidad del análisis del elemento total para identificar diferencias varietales.

3) Definición de niveles foliares de referencia para limbos y pecíolos de la vid (Vitis vinifera L.) cv. ‘Garnacha tinta’, proponiéndose los siguientes objetivos:

a) Obtención de referencias para la metodología de Rangos de Suficiencia. b) Obtención de referencias para el método de Desviación del Óptimo Porcentual. c) Evaluación de diferencias varietales, entre cv. ‘Garnacha tinta’ y cv. ‘Tempranillo’, para las metodologías de Rangos de Suficiencia y Desviación del Óptimo Porcentual, en las mismas condiciones edafoclimáticas.

67

III. MATERIALES Y MÉTODOS

Capítulo III Materiales y métodos

Entre los años 2003 y 2006, se llevaron a cabo dos ensayos experimentales con los objetivos de caracterizar nutricionalmente la variedad ‘Garnacha tinta’ y de estudiar las diferencias varietales, a nivel de nutrición de la vid. Para ello, se dispuso de una parcela experimental plantada con dos variedades de vid, ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’, sometidas a las mismas condiciones agronómicas y pedológicas, cuyas características se recogen a continuación.

Asimismo, también se planteó a cabo un tercer ensayo sobre ‘Garnacha tinta’, con el fin de diseñar referencias nutricionales para esta variedad en el ámbito de la D.O.Ca. Rioja.

Por tanto, el trabajo experimental recogido en esta memoria de tesis doctoral se divide en los siguientes ensayos:

 Ensayo I: Estudio de estrategias de muestreo en la variedad ‘Garnacha tinta’  Ensayo II: Influencia del factor variedad en el nivel de nutrición de la vid  Ensayo III: Diseño de referencias nutricionales para la variedad ‘Garnacha tinta’

3.1. SITUACIÓN Y EMPLAZAMIENTO

Ensayos I y II Los ensayos se realizaron en un viñedo comercial, amparado por la D.O.Ca. Rioja, ubicado en el término municipal de Aldeanueva de Ebro, a 343 m de altitud sobre el nivel del mar, en el valle del Ebro y en la subzona de Rioja Baja, en la Comunidad

71 Capítulo III Materiales y métodos

Autónoma de La Rioja. Las coordenadas geográficas de la parcela corresponden a 42º13´20´´ de latitud Norte y 1º54´37´´ de longitud Este (Figura 4).

Figura 4: Ortofoto de la parcela del ensayo en Aldeanueva de Ebro, La Rioja (SIG-PAC del Gobierno de la Rioja).

Ensayo III Una encuesta nutricional se llevo a cabo para recopilar una base de datos relativa a viñedos de ‘Garnacha tinta’, durante 17 años, con el objetivo de llevar a cabo estudios que permitan, entre otros, obtener referencias nutricionales. El presente estudio se realizó con datos procedentes de 36 viñedos comerciales, distribuidos en distintos parajes de la D.O.Ca. Rioja. La base de datos generada incluía múltiples datos de cada viñedo:

72 Capítulo III Materiales y métodos

 Características generales: . Año de plantación . Coordenadas geográficas . Altitud . Nivel de pendiente del viñedo . Análisis químico del suelo  Diseño del viñedo: . Densidad de plantación . Orientación de las filas . Sistema de conducción  Prácticas culturales: . Fertilización . Régimen hídrico . Mantenimiento del suelo  Momento de muestreo: . Floración . Envero  Concentración mineral del tejido de la planta analizado: . Limbo . Pecíolo  Características del material vegetal: . Variedad . Portainjerto  Características cualitativas del viñedo: . Componentes de la producción . Análisis de mosto en vendimia

La información recopilada en la encuesta nutricional, realizada a cada una de las parcelas incluidas en la base de datos para el cv. ´Garnacha tinta´, se muestran en el Anexo II.

73 Capítulo III Materiales y métodos

3.2. CARACTERÍSTICAS DEL MATERIAL VEGETAL

Ensayos I, II y III Los tres ensayos abordados se han llevado a cabo en viñedos plantados con Vitis vinifera L. de la variedad ‘Garnacha tinta’, injertada sobre el patrón Richter-110 (R-110, Vitis berlandieri  Vitis rupestris).

Ensayo II Para el estudio de diferencias varietales se contaba, en la misma parcela experimental y en las mismas condiciones agronómicas, con una superficie equivalente a la de ‘Garnacha tinta’, plantada con Vitis vinifera L. de la variedad ‘Tempranillo’.

3.3. CARACTERÍSTICAS AGRONÓMICAS

Ensayos I y II El viñedo fue plantado en 1989, con las variedades ‘Tempranillo’ y Garnacha tinta’, por lo que en el momento del inicio del ensayo, 2003, se trataba ya de un viñedo en plena producción.

El viñedo presenta un sistema de conducción en vaso libre. La estructura está constituida por un tronco bajo, de 30 cm de altura y 3 ó 4 brazos, con 4-5 pulgares a 2 yemas.

El marco de plantación es de 2,80 m entre filas y 1,20 m entre cepas, lo que corresponde a una densidad de plantación de 2.976 cepas/ha. El régimen hídrico fue de secano y la orientación de las filas es Noreste-Suroeste.

El mantenimiento del suelo consistió en un laboreo convencional, mientras que las operaciones en verde realizadas correspondieron a las labores habituales de control de la vegetación: escarda o espergura, con objeto de eliminar los brotes de la madera

74 Capítulo III Materiales y métodos vieja o del año anterior; el desnietado, cuya finalidad es la supresión de los brotes secundarios ubicados en las axilas de las hojas principales en los pámpanos; y el despunte, realizado para controlar el excesivo crecimiento de la vegetación y facilitar el paso de la maquinaria agrícola. Por otra parte, durante el tiempo de desarrollo del ensayo, no se realizó ningún tipo de abonado y el control de plagas y/o enfermedades comunes se llevó a cabo con tratamientos autorizados, entre los que se encuentran los tratamientos de base cúprica, que resultan inevitables como medio de protección contra el mildiu de la vid (Plasmopara viticola). Todas las técnicas culturales (tratamientos fitosanitarios, mantenimiento del suelo, operaciones en verde, …) se aplicaron por igual en las tres repeticiones.

Ensayo III Para el estudio de obtención de referencias en la variedad ‘Garnacha tinta’, se llevó a cabo una selección de viñedos que, en el momento del ensayo, se encontraban en plena producción. No se seleccionaron viñedos ni demasiado jóvenes ni demasiado viejos. En este sentido, sólo se utilizaron datos de aquellos viñedos comprendidos entre la franja de edad que incluía plantas mayores de 5 años y no superiores a 30 años. Los años de plantación de las parcelas utilizadas para el presente estudio de obtención de referencias, estaban comprendidos entre 1982 y 1997.

La densidad de plantación de las parcelas de estudio estaba comprendida entre 2.700 y 3.205 cepas/ha. El régimen hídrico, en general, era de secano, aunque pudieron recibir algún riego de apoyo de forma puntual. La orientación de las filas, por su parte, no fue un factor discriminante, por lo que fue bastante diversa en general (E-O, NE-SO, NO-SE, N-S). Por otro lado, los viñedos estudiados presentaban los tres sistemas de conducción autorizados en la D.O.Ca. Rioja: vaso libre, guyot y doble cordón Royat.

El mantenimiento del suelo consistió, en general, en laboreos convencionales, y las operaciones en verde realizadas también estuvieron dentro de las habituales para el control de la vegetación (espergura, desnietado y despunte). Por otro lado, las alteraciones sanitarias, así como los abonados o enmiendas agrícolas aplicados fueron

75 Capítulo III Materiales y métodos recogidos en la encuesta realizada, sin que en ningún caso supusieran cantidades fuera de las consideradas como habituales.

3.4. CARACTERÍSTICAS EDAFOLÓGICAS

Ensayos I y II El suelo donde se ubica la parcela de los ensayos I y II ha sido clasificado como un Haplocalcids típico (S.S.S., 2010), de textura franca en el horizonte superficial (Ap) (en los 30 cm superficiales) y franco-limo-arcilloso en el horizonte subsuperficial (B) (entre los 30 y 60 cm de profundidad). Las características físicas y químicas del suelo, al inicio del estudio, se detallan en la Tabla 6. Como se puede observar, no se encontraron limitaciones edáficas, físicas ni químicas, que interfirieran en el normal desarrollo del viñedo objeto de estudio.

Tabla 6. Análisis físico-químico de la fracción fina del suelo, a dos profundidades, correspondiente a la parcela de ensayo con las variedades ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’.

0-30 cm 30-60 cm Factores físico-químicos Método de análisis Ta GTb Ta GTb

Arena (g/100g m.s.) 56,9 31,2 42,2 15,2 Limo (g/100g m.s.) 29,5 42,9 37,6 50,6 Pipeta Robinson Arcilla (g/100g m.s.) 13,6 25,8 20,2 34,2

Carbonatos (g/100g m.s.) 7,51 9,45 8,34 11,9 Calcimetría Caliza activa (g/100g m.s.) 1,51 3,46 2,86 6,82 OXNH4 y gasometría Mat. orgánica oxidable (g/100g m.s.) 0,54 0,97 0,61 1,04 Walkley-Black pH H2O (1:5) 8,16 8,06 7,89 8,09 Potenciometría C.E. (mmhos/cm) (25ºC; 1:5) 0,18 0,23 0,74 0,29 Potenciometría C.I.C. (mmolc/100g m.s.) 6,71 11,5 10,6 19,0 COHEX y colorimetría

P asimilable (mg/kg m.s.) 14,3 14,4 5,97 2,99 MEHLICH 3 e IPC + K asimilable (mmolc/100g m.s.) 0,55 0,43 0,39 0,27 MEHLICH 3 e IPC 2+ Ca asimilable (mmolc/100g m.s.) 6,87 13,1 15,9 18,3 COHEX e IPC 2+ Mg asimilable (mmolc/100g m.s.) 0,45 1,56 0,77 3,50 COHEX e IPC + Na asimilable (mmolc/100g m.s.) 0,31 0,37 0,55 1,18 MEHLICH 3 e IPC a T: ´Tempranillo´. a GT: ´Garnacha tinta´.

76 Capítulo III Materiales y métodos

El análisis químico del suelo, por su parte, mostró niveles bajos de materia orgánica, mientras que los valores de Capacidad de Intercambio Catiónico (C.I.C.), caliza activa y carbonatos totales se consideraron como normales. El pH era alto, superior a 8 en los dos horizontes, y la C.E. baja.

Ensayo III Los suelos incluidos en la base de datos, según su textura, se clasificaban en francos, franco-arenosos y franco-arcillosos (S.S.S., 2010). Desde un punto de vista físico- químico, se caracterizaban en general por un bajo nivel de materia orgánica y de conductividad eléctrica, por un pH elevado, así como por unos niveles aceptables de C.I.C. y de caliza activa.

El rango de características físicas y químicas de los distintos suelos donde se asientan los viñedos estudiados, se recogen en la Tabla 7. Como se puede observar, tampoco existen limitaciones edáficas, físicas ni químicas que interfieran a priori en el correcto desarrollo de los viñedos estudiados.

Tabla 7. Caracterización general de la fracción fina de los suelos correspondientes al estudio de Carta Nutricional.

Rango de valores Factores físico-químicos Método de análisis Mínimo Máximo

Arcilla (g/100g m.s.) 7,60 30,04 Pipeta Robinson Carbonatos (g/100g m.s.) 2,05 40,6 Calcimetría Caliza activa (g/100g m.s.) 0,20 12,60 OXNH4 y gasometría Mat. orgánica oxidable (g/100g m.s.) 0,59 1,70 Walkley-Black pH H2O (1:5) 7,90 8,65 Potenciometría C.E. (mmhos/cm) (25ºC; 1:5) 0,08 0,40 Potenciometría C.I.C. (mmolc/100g m.s.) 5,95 19,3 COHEX y colorimetría 2+ Ca asimilable (mmolc/100g m.s.) 8,20 22,2 COHEX e IPC

Los análisis de suelo fueron realizados en el Laboratorio Regional de La Grajera según los métodos indicados en las Tablas 6 y 7 y mostrados en el Anexo I. El método de la pipeta Robinson se utilizó para determinar la textura del suelo, expresándose los resultados en porcentaje de arena, limo y arcilla. Los carbonatos se determinaron por calcimetría, mediante el calcímetro Williams. La caliza activa, por su parte, se

77 Capítulo III Materiales y métodos determinó según el método del oxalato amónico y volumetría de gases con el calcímetro Bernard. La materia orgánica oxidable se calculó mediante el método

Walkley-Black (Nelson y Sommers, 1982), con oxidación con K2Cr2O7 y posterior valoración con sal de Möhr. El pH y la conductividad eléctrica (C.E.) se determinaron potenciométricamente en una suspensión de relación 1:5 suelo:agua con un equipo autovalorador Crison Multimeter MM41 con electrodo de pH (5014) y de conductividad (5670). Finalmente, las fracciones extraíbles de P, K y Na, se extrajeron con el reactivo Mehlich 3, mientras que para la extracción del Ca y del Mg asimilables, se utilizó el reactivo Cohex (cobalto hexamina, Co(NH3)6), para posteriormente proceder a su determinación mediante emisión atómica (ICP-OES), utilizando un espectrofotómetro de emisión de plasma (Óptima 3300 Dv, Perkin Elmer). Los métodos de análisis de suelo se detallan en el Anexo I.

3.5. CARACTERÍSTICAS CLIMÁTICAS

Ensayo I y II La zona se caracteriza por presentar un clima Mediterráneo seco (Papadakis, 1966), con veranos secos, temperaturas con grandes oscilaciones anuales, pocas lluvias e irregulares, así como fuerte presencia de viento de componente noreste.

Los datos climatológicos empleados para la caracterización climática de la parcela objeto de estudio han sido obtenidos a partir de una estación agroclimática de la Red SIAR de la C.A. de La Rioja, cercana a la parcela de ensayo, situada en Aldeanueva de Ebro (estación agroclimática de Los Cimientos). Por otro lado, los datos meteorológicos medios mensuales, de los 4 años de estudio, se muestran en la Tabla 8.

78 Capítulo III Materiales y métodos

Tabla 8. Datos agroclimáticos medios, registrados en el período 2003-2006 en la estación agroclimática de Los Cimientos, Aldeanueva de Ebro (UTM 590380/4675072), La Rioja. Ene. Feb. Mar. Abr. May. Jun. Jul. Ago. Sep. Oct. Nov. Dic. Año Tªmin 2,7 2,4 5,6 7,9 10,1 17,2 16,7 18,0 13,6 9,0 5,5 3,8 9,4 Tªmedia 6,0 5,7 10,9 13,2 16,4 23,7 23,7 25,3 18,4 13,2 9,3 6,8 14,4 Tª máx 9,5 9,2 16,8 18,8 22,7 30,9 31,5 33,2 24,0 17,7 13,8 10,1 19,9 HRmin 57,4 61,4 45,7 39,6 36,6 31,9 25,5 25,5 46,9 57,0 64,2 70,4 46,8 2003 Hrmáx 88,2 90,9 87,3 85,1 82,5 83,5 76,4 75,1 89,9 91,3 93,6 91,7 86,3 Vviento 4,4 4,1 2,8 3,8 2,6 2,2 2,1 1,7 1,9 2,1 2,2 2,9 2,7 P 45,2 63,2 24,0 45,4 67,4 61,8 1,4 36,2 106 70,8 51,8 20.0 594 R. solar 6,2 8,4 14,8 18,4 21,9 24,8 26,5 21,8 15,5 9,5 6,8 4,4 14,9 ET0 1,4 1,4 2,6 3,9 - 6,0 6,4 5,4 3,1 1,9 1,0 0,9 - Tªmin 3,5 1,6 3,4 5,8 9,7 15,4 15,4 16,2 14,5 10,7 4,6 4,3 8,8 Tªmedia 7,1 4,9 7,7 10,9 15,1 22,2 22,0 22,4 19,5 15,8 7,8 7,1 13,5 Tª máx 11,1 8,7 12,7 15,8 21,0 29,4 29,4 29,7 26,0 21,3 11,4 10,0 18,9 HRmin 64,9 64,2 47,9 44,1 39,2 29,8 30,5 31,3 40,4 43,7 62,5 66,1 47,0 2004 Hrmáx 90,7 93,6 89,1 84,9 85,0 76,3 81,5 81,5 84,3 86,2 87,1 87,8 85,7 Vviento 3,2 2,7 2,9 3,5 2,9 2,7 2,4 2,0 2,3 1,9 3,1 3,6 2,8 P 38,4 47,6 56,8 98,2 48,2 2,0 24,0 22,0 84,6 43,0 14,2 42,4 521 R. solar 5,8 8,3 13,0 17,1 22,0 26,3 25,0 20,3 16,8 10,8 7,2 5,0 14,8 ET0 1,1 1,3 2,2 3,2 4,3 6,4 5,9 4,9 3,8 2,4 1,3 1,1 3,2 Tªmin 0,7 0,1 3,3 7,1 11,3 15,4 16,6 15,9 13,2 10,8 4,7 0,3 8,3 Tªmedia 3,7 4,2 9,2 12,4 17,2 22,7 23,4 22,0 18,9 15,1 8,4 3,8 13,4 Tª máx 7,1 8,5 16,2 18,4 23,7 30,5 31,2 29,2 25,5 20,0 12,2 8,0 19,2 HRmin 66,7 47,2 32,9 41,3 34,1 25,8 23,2 29,8 32,8 53,1 59,2 59,1 42,1 2005 Hrmáx 90,4 84,3 81,2 86,2 78,4 78,6 72,2 75,5 78,0 88,4 89,5 87,5 82,5 Vviento 3,6 4,1 3,3 3,7 2,8 2,3 2,7 2,8 2,3 2,2 2,6 3,1 2,9 P 8.0 9,4 7.0 44,6 117 28,6 4,8 22,8 33,8 61,6 73,6 11,2 423 R. solar 6,1 10,0 16,0 16,5 21,5 25,8 26,6 21,9 17,2 10,3 6,2 5,8 15,3 ET0 1,1 1,7 3,0 3,6 4,9 6,3 6,8 5,7 4,0 2,2 1,2 1,1 3,5 Tªmin 1,9 0,6 6,1 8,0 11,3 14,9 18,3 14,9 14,5 12,0 7,9 -0,2 9,2 Tªmedia 5,0 5,7 11,2 13,2 17,5 21,5 25,0 20,8 20,2 16,9 11,8 3,9 14,4 Tª máx 8,2 11,6 17,3 19,3 24,4 28,9 33,1 27,8 26,7 22,6 16,1 8,4 20,4 HRmin 67,0 42,1 39,7 38,5 32,5 28,5 27,1 29,1 37,6 45,0 58,1 61,1 42,2 2006 Hrmáx 92,0 82,1 85,1 83,9 82,7 77,0 79,9 74,9 83,9 87,9 89,2 89,6 84,0 Vviento 3,4 3,6 3,3 3,2 2,3 2,4 2,1 2,6 1,8 2,1 2,3 2,4 2,6 P 26,6 40,6 21,0 57,8 66,8 49,4 17,6 11,2 80,6 17,6 26,8 8.0 424 R. solar 5,5 10,2 13,9 19,8 23,3 25,5 25,6 23,1 16,0 10,8 6,8 5,5 15,5 ET0 1,0 2,0 2,9 3,9 4,9 6,0 6,4 5,6 3,6 2,4 1,4 0,9 3,4 Tªmin: temperatura mínima media (ºC) Tª máx: temperatura máxima media (ºC) HRmax: humedad relativa máxima (%)

HRmin: humedad relativa mínima (%)

Vviento: velocidad del viento media P: precipitación acumulada (mm) R. solar: radiación solar media

ET0: evapotranspiración de referencia

79 Capítulo III Materiales y métodos

La evolución anual de las temperaturas fue bastante similar para los 4 años de estudio. Sin embargo, la distribución de las precipitaciones registradas marcaron las principales diferencias climáticas del ensayo. En este sentido, las mayores precipitaciones se obtuvieron en 2003 con 594 mm, seguidas por 521 mm registradas en el 2004 (Tabla 8). Sin embargo, en las campañas 2005 y 2006 se registraron unos valores considerablemente menores, de 423 mm y 424 mm respectivamente. No obstante, la distribución de las precipitaciones a lo largo del ciclo fenológico permitió un adecuado desarrollo de la planta todos los años del ensayo. A continuación, se describe brevemente las principales características de las campañas para los años del ensayo.

Según las fuentes del Consejo Regulador (C.R.D.O.Ca. Rioja, 2015), la climatología en la D.O.Ca. Rioja durante la primera parte del ciclo vegetativo de la cosecha 2003, se caracterizó por abundantes precipitaciones, en forma de nieve y lluvia, que proporcionaron una humedad adecuada al viñedo en las distintas fases fenológicas. Fue una campaña caracterizada por una ausencia de heladas primaverales que, junto a una excelente brotación, dio lugar a una importante masa vegetativa que requirió, en general, de varias esperguras y despuntes. El cuajado, por su parte, también fue bueno en toda la Denominación. Como característica principal de la campaña 2003, fue un año en el que el ciclo vegetativo vino adelantado, iniciándose así el envero a mediados de julio. Además, este año se caracterizó por una ausencia marcada de precipitaciones entre los últimos días de julio y la primera quincena de agosto que, junto a las temperaturas anormalmente altas (superiores a 40ºC de forma continuada), generaron un estrés severo en muchos viñedos. Esta situación mejoró con las lluvias registradas durante la segunda quincena de agosto y la primera semana de septiembre, así con la moderación de las temperaturas. La vendimia se generalizó en la Rioja Baja en la segunda semana de septiembre, con una cosecha calificada por el Consejo Regulador como ‘buena’ (C.R.D.O.Ca. Rioja, 2015).

En el año 2004 se registró una precipitación total acumulada de 521 mm (Tabla 8). Según los datos proporcionados por el Consejo Regulador, este año se caracterizó por un retraso en el inicio del ciclo vegetativo debido a las bajas temperaturas registradas entre marzo y la primera quincena de mayo. Sin embargo, el viñedo de la D.O.Ca. Rioja

80 Capítulo III Materiales y métodos tampoco se vio afectado por heladas durante esta campaña. El envero y la maduración se desarrollaron con temperaturas inferiores a las normales para esas fechas, lo que implicó un retraso del ciclo vegetativo de dos a tres semanas. Además, durante los primeros diez días de septiembre se registraron tormentas generalizadas en toda la Denominación y que, acompañadas de temperaturas elevadas y ambiente bochornoso, favorecieron el desarrollo de focos de Botrytis. Posteriormente, y hasta la fecha de vendimia, los días fueron soleados, con temperaturas moderadas por el día y frescas por la noche, que propiciaron la desecación de los focos de Botrytis en los racimos, así como una evolución muy favorable de la maduración. La vendimia se generalizó en la Rioja Baja a partir del 15 de septiembre, siendo calificada como ‘Excelente’ por el Consejo Regulador (C.R.D.O.Ca. Rioja, 2015).

Respecto al 2005, el período de parada vegetativa se caracterizó por escasas precipitaciones en forma de lluvia y moderadas de nieve en toda la Denominación. En el mes de mayo, por su parte, se registraron importantes precipitaciones (Tabla 8, Figura 5), mientras que el mes de julio fue especialmente seco. El envero se desarrolló con normalidad a mediados de julio y, en general, el ciclo presentó un adelanto de unos 10 días de media con respecto al año anterior. La maduración se ralentizó, no generalizándose la vendimia, en la Rioja Baja, hasta el 17 de septiembre, obteniéndose una cosecha calificada como ‘Excelente’ por el Consejo Regulador (C.R.D.O.Ca. Rioja, 2015).

Finalmente, el año 2006 tuvo precipitaciones moderadas durante el período de parada vegetativa. En los meses de junio y julio se registraron precipitaciones superiores a las del año anterior para esta misma época, que propiciaron, en general, un mayor riesgo de enfermedades por hongos. En agosto el tiempo transcurrió más seco, y sin apenas tormentas. La evolución del viñedo se ralentizó y el adelanto del ciclo que se preveía quedó minimizado. La vendimia se inició el 1 de septiembre en la Rioja Baja, siendo calificada como ‘Muy Buena’ por el Consejo Regulador (C.R.D.O.Ca. Rioja, 2015).

Los diagramas ombrotérmicos para el período de estudio quedan reflejados en la Figura 5, apreciándose períodos secos (P 2T, siendo P la precipitación acumulada, y T

81 Capítulo III Materiales y métodos

la temperatura media) de: dos meses, julio y agosto, en los años 2003 y 2006; 3 meses, de junio a agosto, en 2004; y de 4 meses, de junio a septiembre, en el año 2005.

Precipitación acumulada (mm) acumulada Precipitación 60 120 60 120 (mm) acumulada Precipitación 2003 2004 Precipitación acumulada 50 100 50 Tª media 100

40 80 40 80

30 60 30 60

20 40 20 40

10 20 10 20 Temperatura media (ºC) Temperatura media (ºC) 0 0 0 0 Precipitación acumulada (mm) acumulada Precipitación 60 120 60 120 (mm) acumulada Precipitación 2005 2006 50 100 50 100

40 80 40 80

30 60 30 60 20 40 20 40

10 20 10 20 Temperatura media (ºC) Temperatura media (ºC) 0 0 0 0 Jul Jun Jul Oct Dic Ene Feb Mar Abr Jun Sep Oct Nov Dic Ene Feb Mar Abr May Ago Sep Nov May Ago Meses del año Meses del año Figura 5. Diagramas ombrotérmicos de los años de ensayo.

Las diferencias climáticas más notorias registradas, a lo largo de los cuatro años de ensayo, se centraron fundamentalmente en la distribución temporal de la precipitación y de la radiación acumulada en los distintos meses del ciclo vegetativo.

Respecto a la caracterización bioclimática, se han calculado los índices de Winkler, Huglin y de Branas. El índice térmico de Winkler, por su parte, corresponde a 1.798, dato que implica que se trata de una elevada integral térmica que clasifica a esta zona en la región III (región templado-cálida). El índice heliotérmico de Huglin obtenido es de 2.328, valor superior al mínimo sugerido por Huglin y significa, por tanto, que las posibilidades de la parcela como medio vitícola son adecuadas. El índice de Branas, Bernon y Levadoux calculado corresponde a un valor de 3.381, lo que indica que existe un riesgo benigno a la aparición de mildiu (Plasmopara vitícola), en aquellos momentos que se presenten condiciones adecuadas para su desarrollo.

82 Capítulo III Materiales y métodos

Ensayo III La caracterización climática general de la zona de estudio se ha realizado a partir de la serie de datos meteorológicos correspondiente al período 1981-2010, y queda recogida en la Tabla 9.

Tabla 9. Datos agroclimáticos medios en el período 1981-2010 en la estación agroclimática de Agoncillo (UTM 590380/4675072), La Rioja (Agencia Estatal de Meteorología, Observatorio de Agoncillo). Mes Tm Tªmax Tm P HR DR DN DT DF DH DD I Enero 5,9 9,9 2,0 28 78 5,6 1,5 0,0 7,2 9,5 3,1 105 Febrero 7,2 12,0 2,4 23 72 5,1 1,4 0,0 4,4 7,3 3,6 133 Marzo 10,2 15,9 4,6 26 65 4,7 0,6 0,3 1,7 2,2 4,7 189 Abril 12,0 17,8 6,3 46 64 7,4 0,3 1,4 1,4 0,6 3,2 198 Mayo 15,9 22,0 9,7 47 62 8,0 0,0 4,2 0,6 0,0 3,0 225 Junio 20,1 26,9 13,3 44 57 5,2 0,0 4,5 0,4 0,0 5,3 270 Julio 22,8 30,1 15,6 30 55 3,7 0,0 4,1 0,2 0,0 9,9 312 Agosto 22,7 29,8 15,6 21 58 3,4 0,0 4,1 0,3 0,0 8,1 285 Septiembre 19,3 25,8 12,9 26 64 3,9 0,0 1,9 0,9 0,0 6,6 220 Octubre 14,7 20,1 9,2 37 72 6,5 0,0 0,6 4,1 0,2 3,6 164 Noviembre 9,5 13,8 5,3 40 77 6,7 0,2 0,1 5,9 2,7 3,5 113 Diciembre 6,5 10,2 2,8 38 80 6,5 0,9 0,0 7,6 6,7 3,5 93 Año 13,9 19,5 8,3 405 67 66,6 5,0 21,6 34,6 29,2 58,1 2.305 Tm: temperatura media mensual (ºC) Tªmax: temperatura máxima media (ºC) Tªmin: temperatura minima media (ºC) P: precitación mensual media (mm) HR: humedad relativa media (%) DR: número medio mensual de días de precipitación superior o igual a 1 mm DN: número medio mensual de días de nieve DT: número medio mensual de días de tormenta DF: número medio mensual de días de niebla DH: número medio mensual de días de helada DD: número medio mensual de días despejados I: número medio mensual de horas de sol

3.6. PROTOCOLO EXPERIMENTAL

3.6.1. Descripción del ensayo

Ensayo I y II El viñedo se encuentra dividido en dos zonas, una para cada variedad estudiada. Dentro de cada una de ellas, el diseño experimental establece tres subparcelas homogéneas, a modo de repeticiones, con 108 cepas por repetición, dispuestas en tres

83 Capítulo III Materiales y métodos líneas, de tal manera que se disponía de unas 324 cepas en el ensayo para cada variedad.

Ensayo III La base de datos utilizada para este estudio se creó considerando como unidad experimental la totalidad de la parcela objeto de estudio. Sin embargo, se acotó una zona representativa, de aproximadamente 50 cepas, para llevar a cabo los muestreos siempre en la misma zona. No obstante, no se muestreó en los bordes de la parcela ni en las cabeceras, así como tampoco en aquellas cepas que pudieran presentar algún problema de índole nutricional o sanitario, ni en las cepas contiguas a éstas.

3.6.2. Toma y preparación de las muestras Se tomaron muestras de hoja completa, procesándose posteriormente en el laboratorio para separar limbos y pecíolos, y llevar a cabo su análisis mineral por separado.

b

a

Figura 6. Detalle del rango de la hoja a muestrear para el análisis foliar: a) Hoja opuesta al primer racimo en el período comprendido entre inicio del ciclo y envero; b) Hoja opuesta al segundo racimo en el período comprendido entre envero y vendimia.

84 Capítulo III Materiales y métodos

En cada muestreo se tomaron 30 hojas completas y sanas por repetición, procedentes de pámpanos fructíferos de vigor medio, a razón de una sola hoja por planta, situada en posición opuesta al primer racimo, desde el comienzo del ciclo hasta envero, y opuesta al segundo racimo desde envero hasta vendimia (Romero et al., 2010) (Figura 6). El muestreo, por su parte, se realizó procurando coger hojas de las distintas orientaciones de las cepas en la parcela.

Una vez en el laboratorio, se separaron limbos y pecíolos (Figura 7a), para su procesado y análisis de forma independiente. Estos tejidos fueron lavados con agua del grifo en primer lugar, y con agua destilada después, con objeto de eliminar substancias exógenas al tejido de diversa naturaleza, como partículas procedentes del suelo, polvo o residuos de tratamientos foliares. Seguidamente, se secaron en estufa de aire forzado (Dry-Big; J.P. Selecta) a 70ºC hasta peso constante, durante al menos 24 horas. Finalmente, las muestras fueron molidas y tamizadas a 0,5 mm mediante un molino ultracentrífugo (ZM1; Retsch), y conservadas a temperatura ambiente, en botes de plástico, hasta su análisis mineral (Figura 7b).

a b

Figura 7. Detalle procesado de las muestras: a) separación de limbos y pecíolos una vez lavadas las hojas; b) detalles de las muestras foliares secas y molidas.

85 Capítulo III Materiales y métodos

3.6.3. Calendario de muestreo

Ensayo I El estudio nutricional realizado en la variedad ‘Garnacha tinta’ corresponde a cuatro años de estudio: 2003, 2004, 2005 y 2006. El calendario de muestreos foliares comprendió la mayor parte del ciclo vegetativo, con una intensidad general de un muestreo semanal, clasificándose el momento de muestreo según los estados fenológicos descritos por Coombe (1995) y por Baggiolini (1952). Principalmente, se tomaron muestras en los estados fenológicos (EF) de prefloración (H), floración o cierna (I), cuajado (J), baya tamaño guisante (K), cierre de racimo (L), envero (M) y maduración (N). No se recogieron muestras con anterioridad a H debido a que el tamaño de la hoja era demasiado pequeño. El calendario concreto de muestreos queda reflejado en la Tabla 10.

Tabla 10. Momentos de muestreo foliar para el cv. ‘Garnacha tinta’ en el ensayo I. Años 2003 a 2006. Estados fenológicos estimados mediante el valor medio de los ciclos de cultivo 2003 a 2006.

Nº muestreos anuales dDDB Estado fenológico 2003 2004 2005 2006 Descripción Coda E-Lb 1 x 35 14 días antes de floración H5 17 Pre-floración 2 x 42 7 días antes de floración H50 18 3 x x 49 Floración 30% capuchones caídos I30 21 4 x x x 57 100% capuchones caídos I100 26 5 x x x x 64 Cuajado J 27 6 x x x 71 Desarrollo 5% K5 7 x x x 78 herbáceo de la 20% K20 29 8 x x x x 85 baya 35% K35 9 x x x x 92 (baya tamaño 50% K50 31 10 x x x x 99 guisante) 75% K75 32 11 x x x x 106 Racimo cerrado 100% K100/L 33 12 x x 112 5% bayas coloreadas M5 34 13 x x x 116 20% bayas coloreadas M20 Envero 14 x x 121 70% bayas coloreadas M70 35 15 x x x x 127 100% bayas coloreadas M100 16 x x x 134 20% N20 36 17 x x 139 40% N40 Maduración 18 x x x 143 60% N60 37 19 x x x 148 80% N80 20 x x x x 155 Vendimia 100% N100 38 cMT 11 15 15 18 a Código: La letra indica el estado fenológico según Baggiolini (1952), y el valor numérico hace referencia al porcentaje de tiempo transcurrido de cada estado fenológico (%). b E-L: Estado fenológico según Eichhorn y Lorenz, (1977) (modificado por Coombe, (1995)). c MT: muestreos totales. d DDB: Días desde brotación.

86 Capítulo III Materiales y métodos

Ensayo II El estudio realizado sobre la variedad ‘Tempranillo’, y los datos que se analizan, corresponden a tres años de estudio: 2003, 2004 y 2005. El calendario de muestreos foliares, al igual que para el ensayo I, comprendió la mayor parte del ciclo vegetativo, con una intensidad general de un muestreo semanal, clasificándose según los estados fenológicos descritos por Coombe (1995) y por Baggiolini en 1952. El calendario concreto de muestreos queda reflejado en la Tabla 11.

Tabla 11. Momentos de muestreo foliar para la variedad ‘Tempranillo’ en el Ensayo II. Años 2003-2005. Estados fenológicos estimados mediante el valor medio de los ciclos de cultivo 2003 a 2005. Nº muestreos anuales Estado fenológico 2003 2004 2005 dDDB Descripción Coda E-Lb 1 x 46 Floración I100 26 2 x x x 53 Cuajado J 27 3 x x 60 Desarrollo herbáceo 20% K20 29 4 x x x 67 de la baya 35% K35 5 x x 74 (baya tamaño 50% K50 31 6 x x x 81 guisante) 75% K75 32 7 x x x 88 Racimo cerrado 100% K100/L 33 8 x x 92 20% bayas coloreadas M20 9 x 96 40% bayas coloreadas M40 10 x x 100 Envero 75% bayas coloreadas M75 35 11 x x 105 90% bayas coloreadas M90 12 x x x 110 100% bayas coloreadas M100 13 x 116 15% N20 14 x x x 122 30% N30 36 15 x 128 Maduración 45% N40 16 x x 134 60% N60 37 17 x x x 140 80% N80 18 x x x 146 Vendimia 100% N100 38 cMT 11 15 14 a Código: La letra indica el estado fenológico según Baggiolini (1952), y el valor numérico hace referencia al porcentaje de tiempo transcurrido de cada estado fenológico (%). b E-L: Estado fenológico según Eichhorn y Lorenz, (1977) (modificado por Coombe, (1995)). c MT: muestreos totales. d DDB: Días desde brotación.

Para realizar el estudio de las diferencias nutricionales entre las dos variedades, se calculó una escala fenológica media para ambas variedades, con los 3 años de estudio, y que se muestra a continuación (Tabla 12).

87 Capítulo III Materiales y métodos

Tabla 12. Momentos de muestreo foliar para las variedades ´Garnacha tinta´ (GT) y ‘Tempranillo´ (T), en el Ensayo II. Años 2003-2005. Estados fenológicos estimados mediante el valor medio de los ciclos de cultivo 2003 a 2005 de las dos variedades. Nº muestreos anuales Estado fenológico 2003 2004 2005 dDDB Descripción Coda E-Lb GTe Tf GTe Tf GTe Tf 1 x 44 30% capuchones caídos I030 21 Floración 2 x x x 51 100% capuchones caídos I100 26 3 x x x x x x 58 Cuajado J 27 4 x x 63 5% K005 5 x x x x 69 Desarrollo 20% K020 29 herbáceo de la 6 x x x x x x 75 35% K035 baya 7 x x x x x 81 (baya tamaño 50% K050 31 8 x x x x x x 87 guisante) 75% K075 32 9 x x x x x x 93 Racimo cerrado 100% K100/L 33 10 x 100 5% bayas coloreadas M005 34 11 x x x x 104 20% bayas coloreadas M020 12 x 108 Envero 40% bayas coloreadas M040 35 13 x x x x 112 70% bayas coloreadas M070 14 x x 115 90% bayas coloreadas M090 15 x x x x x x 118 100% bayas coloreadas M100 16 x x x 124 20% N020 17 x x x 128 30% N030 36 18 x x 133 Maduración 40% N040 19 x x x x x 139 60% N060 37 20 x x x x x 145 80% N080 21 x x x x x x 151 Vendimia 100% N100 38 cMT 11 11 15 15 15 14 a Código: La letra indica el estado fenológico según Baggiolini (1952), y el valor numérico hace referencia al porcentaje de tiempo transcurrido de cada estado fenológico (%). b E-L: Estado fenológico según Eichhorn y Lorenz, (1977) (modificado por Coombe, (1995)). c MT: muestreos totales. d DDB: Días desde brotación. Valores medios calculados a partir de los obtenidos para cada variedad. e GT: ´Garnacha tinta´. f T: ´Tempranillo´.

Ensayo III El estudio se lleva a cabo a partir de una base de datos que recopila análisis foliares en la variedad ‘Garnacha tinta’ correspondientes a 17 años, entre 1992 y 2008. Por su parte, el calendario de muestreos a lo largo del ciclo vegetativo comprende dos momentos de muestreo concretos, y que coinciden con los estados fenólogicos de la floración y el envero.

88 Capítulo III Materiales y métodos

3.6.4. Métodos analíticos Se determinó la concentración de los macroelementos, nitrógeno [N], fósforo [P], potasio [K], calcio [Ca] y magnesio [Mg], expresándose los resultados como g·100g-1 de materia seca. De igual modo, se determinó la concentración de los microelementos, hierro [Fe], manganeso [Mn], cobre [Cu], zinc [Zn] y boro [B], expresándose los resultados en mg·kg-1 de materia seca.

La mineralización de las muestras vegetales requirió de 2 digestiones diferentes. Por

+ un lado, el contenido de N total (N-orgánico + N-NH4 ) se determinó según el método Kjeldhal (Horneck y Miller, 1998) mediante la mineralización de 0,20 g de muestra seca y molida en 5 ml de H2SO4 con 0,2 g de mezcla catalizadora (80 g K2SO4 + 31 g

CuSO4·5H2O + 2 g Se). Posteriormente, se mantuvo en el bloque digestor a 370ºC durante 45 minutos. La determinación se llevó a cabo mediante el destilado del amoniaco, NH3 (g), recogiéndose el destilado sobre ácido bórico al 2%, y posterior valoración con HCl 0,025N. Por otro lado, para determinar la concentración de P, K, Ca, Mg, Fe, Mn, Cu, Zn y B, se efectuó una digestión de 0,20 g de muestra, seca y molida, con 3 mL H2SO4 al 95% (v/v) y 4 mL de H2O2 al 30%. Finalmente, la muestra obtenida se enrasó hasta 50 mL con agua doblemente desionizada (Milli-Q; Milli-pore), y se determinaron las concentraciones mediante el método óptico de Inducción de Plasma Acoplada en Espectroscopia de Emisión Atómica (ICP-AES) (Optima 3000DV; Perkin Elmer). Los análisis de limbo y pecíolo fueron realizados por el Laboratorio Regional de La Grajera.

3.7. ANÁLISIS ESTADÍSTICO DE DATOS

Ensayo I Se calculó un ciclo o escala fenológica media, con los 4 años de estudio, para la variedad ‘Garnacha tinta’. Para ello, a partir de las fechas de inicio y final de floración, inicio y final de envero, así como vendimia, de cada año de ensayo, se calcularon unas fechas medias para esos momentos fenológicos, de tal manera que el resto de muestreos se distribuyeron proporcionalmente al tiempo transcurrido entre estas

89 Capítulo III Materiales y métodos fechas principales, tomadas de referencia. Para el análisis gráfico de los datos, todas las figuras que requieren una escala de tiempo se representan sobre esa escala fenológica común (DDB, días desde brotación).

En primer lugar, se realizó un análisis de componentes principales, con objeto de condensar la información del conjunto de variables, los diez nutrientes analizados durante 4 años, y detectar los vectores de variación. Para ello, se utilizó una matriz de componentes no rotada como análisis factorial y el método de extracción se llevó a cabo mediante un gráfico de sedimentación, con Autovalores>1. Las variables fueron adecuadamente representadas por el modelo.

Se realizó un análisis de varianza (ANOVA) de 2 factores (estado fenológico y año) para evaluar el efecto del estado fenológico, del año, así como de su interacción en la composición mineral para los dos tejidos de estudio.

Para determinar las diferencias entre limbos y pecíolos, se utilizó el test de comparación de medias t de Student, para cada nutriente y año, considerando cada muestreo independientemente.

La variabilidad en la composición mineral se determinó mediante el coeficiente de variación porcentual (CV(%)), como una medida de la reproducibilidad del análisis entre repeticiones. Este análisis se realizó para cada nutriente, tejido y momento de muestreo, en cada año de ensayo.

Finalmente, las diferencias entre muestreos consecutivos se determinaron mediante un análisis de varianza, procedimiento ANOVA de un factor (estado fenológico), y consiguiente test de separación de medias (Tukey HSD, 95%), con el fin de determinar las diferencias entre muestreos consecutivos. Los datos se transformaron a logaritmo en los casos en los que no se satisfacían las condiciones de distribución Normal (Test Shapiro-Wilks) y/o la homocedasticidad (Test de Levene). Cuando esta transformación no fue efectiva, se aplicó la vía no paramétrica mediante el test de Kruskal-Wallis y separación de medianas.

90 Capítulo III Materiales y métodos

Ensayo II De la misma forma que se llevó a cabo en el Ensayo I, se calculó una escala fenológica media con los 3 años de estudio para la variedad ‘Tempranillo’, ya que para la variedad ‘Garnacha tinta’ se utiliza la escala obtenida para el Ensayo I. Asimismo, a partir de ambas escalas fenológicas, se calculó una escala común para las dos variedades. Para el análisis gráfico de los datos de ambas variedades en conjunto, todas las figuras que requieren una escala de tiempo se han representado sobre esta escala fenológica común, obtenida para ambas variedades (Tabla 12). Para este ensayo únicamente se utilizaron los tres años comunes para las dos variedades, 2003, 2004 y 2005.

En primer lugar, al igual que en el ensayo I, se realizó un análisis de componentes principales (ACP) con objeto de condensar la información del conjunto de variables, los diez nutrientes analizados durante los 3 años comunes para las dos variedades, y detectar los vectores de variación. Para ello, se utilizó una matriz de componentes no rotada como análisis factorial y el método de extracción se llevó a cabo mediante un gráfico de sedimentación, con Autovalores>1. Las variables fueron adecuadamente representadas por el modelo.

Dentro de la estadística multivariante, se realizó también un análisis canónico discriminante (ACD). Esta metodología permitió estimar las funciones lineales (variables canónicas) a partir de las variables originales, mediante la separación de los grupos de datos, al maximizar la varianza entre los grupos y minimizar la varianza dentro de los grupos (Cruz-Castillo et al., 1994). Las variables canónicas, por su parte, son una combinación lineal de las variables originales, orientadas a maximizar las diferencias o la discriminación entre grupos. Sin embargo, una de las principales limitaciones de estos análisis multivariantes es, a menudo, la complejidad en la presentación e interpretación de los resultados obtenidos.

El test de comparación de medias t de Student se utilizó para determinar las diferencias entre los limbos y pecíolos de cada una de las dos variedades. También se utilizó el test de Student para evaluar las diferencias existentes a lo largo del ciclo

91 Capítulo III Materiales y métodos vegetativo, entre las dos variedades respecto al contenido de nutrientes en los dos tejidos analizados.

Al igual que en el Ensayo I, la variabilidad en cada tejido, para cada momento de muestreo, se estudia mediante el coeficiente de variación porcentual (CV(%)). Este análisis se realizó para cada nutriente, tejido, momento de muestreo y año en la variedad ‘Tempranillo’, dado que para ‘Garnacha tinta’ este estudio se abordó en el Ensayo I.

Finalmente, las diferencias entre muestreos consecutivos para la variedad ‘Tempranillo’, al igual que en el Ensayo I, se determinaron mediante el análisis de varianza, procedimiento ANOVA de un factor (estado fenológico), y posterior test de separación de medias (Tukey HSD, 95%), con el fin de determinar las diferencias entre muestreos consecutivos. Los datos se transformaron a logaritmo en los casos en los que no se satisfacían las condiciones de distribución Normal y/o la homocedasticidad. Cuando esta transformación no fue efectiva, se aplicó la vía no paramétrica, mediante el test de Kruskal Wallis y separación de medianas.

Ensayo III Previamente al análisis estadístico, la base de datos de análisis fue exhaustivamente revisada para descartar datos anómalos. En este sentido, se eliminaron los datos procedentes de aquellas parcelas en las que se hubiesen constatado problemas fitosanitarios, los procedentes de viñedos demasiado jóvenes (menos de seis años desde su plantación), así como datos extremos (datos con valores superiores o inferiores a 3σ respecto al valor promedio de la población). Sin embargo, el rendimiento y la calidad del mosto no fueron considerados como factores discriminantes a la hora de calcular las referencias nutricionales, tanto para la metodología SR como para la DOP. Esta decisión se basó en que el objetivo es obtener referencias generales para la variedad ‘Garnacha tinta’ y a que, los viñedos seleccionados, lo fueron al ser considerados representativos de la D.O.Ca. Rioja.

92 Capítulo III Materiales y métodos

Cálculo de los Rangos de Suficiencia Los datos fueron evaluados estadísticamente mediante una aproximación descriptiva (modificado de Stringari et al., 1997; García-Escudero et al., 2013). Los Rangos de Suficiencia, o rangos de valores que caracterizarán los diferentes estados nutricionales de la variedad ‘Garnacha tinta’, se delimitan mediante μ ± k·σ, donde la constante k es calculada, para cada porcentaje, en una distribución Normal de media 0 y varianza 1.

La población se divide en 5 subgrupos, considerando el 20% central de la población (μ ± 0,25σ) como el rango óptimo para cada nutriente, y considerando los límites del rango del 60% de datos centrales (μ ± 0,84σ) como los valores que marcan la separación entre los subgrupos de concentración superior e inferior respecto al óptimo, de los subgrupos considerados de valores claramente altos y bajos respecto al óptimo (García-Escudero et al., 2013).

El test no paramétrico Kolmogorov-Smirnov se utilizó para evaluar el ajuste de los datos a la distribución Normal. Cuando la distribución Normal no se verificaba, los datos se transformaban a logaritmo en base 10, dado que a menudo dicha transformación es efectiva para conseguir distribuciones Normales. Finalmente, cuando ésta transformación tampoco fue efectiva, se calculaban los percentiles P20, P40, P60 y P80, para distribuir la población en los cinco rangos de concentración anteriormente comentados.

Cálculo del las referencias para la metodología Desviación del Óptimo Porcentual Como ya se ha comentado en la introducción, los índices DOP son una medida porcentual de la desviación frente a la referencia para cada nutriente.

Por tanto, en la metodología DOP, la referencia es un valor (Cref), y no un rango. Se trata, por tanto, de la concentración óptima o de referencia del mismo elemento, definida en las mismas condiciones en que debe ser tomada la muestra problema y, lógicamente, también para el mismo cultivo (Montañés et al., 1991).

93 Capítulo III Materiales y métodos

La concentración óptima o de referencia corresponde al valor medio de la población de datos foliares, cuando se ajuste a una distribución Normal. Por consiguiente, para su cálculo se efectuó el mismo estudio que para la obtención de los rangos de suficiencia.

Se llevó a cabo, por tanto, el test no paramétrico de Kolmogorov-Smirnov para verificar el ajuste a la distribución Normal de la población. Las referencias DOP (Cref) que caracterizarán los diferentes estados nutricionales de la variedad ‘Garnacha tinta’, se delimitan mediante μ ± k·σ, donde la constante k es calculada para cada porcentaje para una distribución Normal de media 0 y varianza 1. Para las referencias DOP, el valor μ de la distribución corresponderá a Cref.

Para aquellos nutrientes en los que el test de Kolmogorov-Smirnov no verificaba una distribución Normal, se realizaron transformaciones matemáticas a logaritmo en base 10, con objeto de obtener distribuciones Normales. En este caso, el antilogaritmo del valor medio de la distribución Log10 dará lugar a la referencia DOP (Cref).

Por último, para aquellos nutrientes en los que la transformación a logaritmo tampoco dio lugar a una distribución Normal, se calculó el percentil P50, tomando dicho valor como Cref para cada nutriente en cuestión.

El tratamiento estadístico de los resultados de los tres ensayos se ha realizado mediante los programas SPSS 15.0 y Statgraphics 5.0.

94

IV. RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Capítulo IV Resultados y discusión

En este capítulo se abordan los resultados correspondientes al primer punto de los objetivos, en el que se estudian diferentes aspectos de las estrategias de muestreo de material vegetal con fines de diagnóstico nutricional.

En concreto, se evalúa las diferencias existentes entre limbo y pecíolo en su composición mineral, la dinámica estacional de cada nutriente en ambos tejidos, así como su variabilidad a lo largo del ciclo vegetativo para, finalmente, sugerir el tejido y el momento más adecuado para el diagnóstico nutricional de cada nutriente, en Vitis vinifera L. cv. ‘Garnacha tinta’.

Para ello, se estudia el material vegetal que corresponde al Ensayo I del apartado de Materiales y Métodos, que corresponde al estudio de la variedad ‘Garnacha tinta’ en un viñedo de Aldeanueva de Ebro (La Rioja), durante la serie de años 2003-2006.

97 Capítulo IV Resultados y discusión

4.1. ENSAYO I: ESTRATEGIAS DE MUESTREO EN EL CV. ‘GARNACHA TINTA’

4.1.1. COMPOSICIÓN NUTRICIONAL DE LIMBO Y PECÍOLO

4.1.1.1. Análisis de los Componentes Principales Ante la gran cantidad de información obtenida de los análisis foliares recopilados, con la concentración de 10 nutrientes en cada tejido, limbo y pecíolo, en varios muestreos dentro de cada estado fenológico, y durante una serie de 4 años de ensayo, se ha considerado oportuno iniciar este estudio mediante el análisis de los componentes principales (ACP), con objeto de condensar la información del conjunto de variables inter-correlacionadas entre sí, a un número inferior de variables independientes, y detectar así los vectores de variación que se difieren de los datos.

Una vez realizado el estudio de componentes principales (CP), se retuvieron las tres primeras de ellas (Tabla 13), explicando las tres, conjuntamente, el 78,6% de la varianza total observada en la composición mineral.

Tabla 13. Contribución relativa de la varianza de cada CP al total de la varianza (%) del conjunto de datos, y porcentaje de varianza acumulado (%) debida a las CPs retenidas.

CP1 (Tejido) CP2 (Estado fenológico) CP3 (Año) Valor propio 4,51 2,20 1,14 Varianza (%) 45,1 22,0 11,4 Acumulado (%) 45,1 67,2 78,6

La matriz de componentes muestra las saturaciones de cada componente principal extraído con las variables originales, los diez nutrientes estudiados, lo que puede interpretarse como un coeficiente de correlación (Tabla 14). De esta manera, el primer componente principal (CP1), que acumulaba un 45,1% de la varianza total, tiene una relación positiva con el hierro, el nitrógeno, el calcio, el cobre y el boro, así como negativa con el magnesio, potasio, zinc y fósforo, mostrando una relación prácticamente inexistente con el manganeso.

98 Capítulo IV Resultados y discusión

Tabla 14. Matriz de componentes. Saturaciones entre las variables originales (concentración de nutrientes) y las tres primeras variables estandarizadas (CPs).

CP1 (Tejido) CP2 (Estado fenológico) CP3 (Año)

N 0,420 -0,212 0,042 P -0,298 -0,372 -0,138 K -0,354 -0,130 -0,250 Ca 0,249 0,388 0,113 Mg -0,426 0,193 0,148 Fe 0,422 0,081 0,034 Mn -0,090 0,497 0,484 Zn -0,337 0,282 0,106 Cu 0,223 0,338 -0,550 B 0,128 -0,406 0,578

Para interpretar estos resultados, se representa en la Figura 8a la relación entre la CP1 y CP2. Esta representación permite observar que el primer componente principal está fuertemente ligado al tejido analizado y que es capaz de separar claramente ambos tejidos. En este sentido, los valores positivos de la CP1 indicarían que se trata de un análisis de limbo, mientras que valores negativos de dicha CP1 indicarían que el análisis corresponde a un pecíolo. Asimismo, los casos con puntuaciones positivas en la CP1 indicarían una concentración superior de esos elementos con saturación positiva respecto a la componente estudiada, mientras que las puntuaciones negativas indicarían lo contrario.

Por lo tanto, los signos y saturaciones obtenidos para la CP1 indicarían que los limbos muestran mayores concentraciones que los pecíolos en Fe, N, Ca, Cu, así como ligeramente superiores en B. Asimismo, los limbos presentarían concentraciones inferiores que el pecíolo en Mg, K, Zn, P y, ligeramente, inferiores en Mn.

Tal y como se observa en las Figuras 8b y 8c, donde se representa la CP2 frente al tiempo, la segunda componente principal está fuertemente relacionada con el estado fenológico, tanto en limbo como en pecíolo. Esta segunda componente, que suponía un 22,0% de la varianza total (Tabla 13), se relaciona positivamente con el Mn, Ca, Cu y Zn, más débilmente con el Mg y ligeramente con el Fe, mientras las relaciones negativas se observan con el B, P y N y, más débilmente, con el K (Tabla 14). Estos

99 Capítulo IV Resultados y discusión valores de sedimentación se interpretarían de forma que, a medida que avanza el ciclo vegetativo, aumentará el contenido de los elementos relacionados positivamente con la CP2, cuando ésta componente muestre un comportamiento creciente a lo largo del ciclo. Por el contrario, la concentración de los elementos relacionados negativamente con la CP2 disminuirá a medida que avanza el ciclo fenológico.

4,4 Limbo 3,4 Pecíolo 2,4 1,4 0,4 -0,6 (22,0%)CP2 -1,6

-2,6 8a -3,6 -3,6 -2,6 -1,6 -0,6 0,4 1,4 2,4 3,4 4,4 CP1 (45,1% )

4 I J K M N H 3 2 1 0 -1

CP2 (22,0%) -2

-3 8b Limbo -4 5 I J K M N H 4 3 2 1 0 -1 PC2 (22,0%) PC2 -2 -3 8c Peciolo -4 0 25 50 75 100 125 150 175 Días desde brotación

Figura 8. Análisis de componentes principales (ACP): (8a) CP1 vs. CP2 para limbos (+) y pecíolos (×), y evolución estacional de la CP2 en limbos (8b) y pecíolos (8c) frente al tiempo, expresado en días desde la brotación. Datos de los ciclos vegetativos (2003-2006).

100 Capítulo IV Resultados y discusión

De esta manera, tal y como se observa en las Figuras 8b y 8c, el valor de la CP2 asciende a lo largo del ciclo para los dos tejidos estudiados, limbo y pecíolo, lo que indicaría que los contenidos en Mn, Ca, Cu, Zn, Mg y Fe, aunque éste último en menor medida, aumentarían a lo largo del ciclo, mientras que los contenidos en B, P, N y K, disminuirían su concentración con el avance del ciclo vegetativo.

Finalmente, el estudio de la tercera componente principal (CP3), que supone un 11,4% de la varianza total, se relaciona con el año (Figura 9). Este porcentaje muestra una baja influencia respecto al total de la variabilidad, en comparación con la CP1 (tejido) y la CP2 (estado fenológico). Boro, Cu y Mn, mostraban la relación más fuerte con esta CP3, seguidos por el K, mientras que el N y el Fe mostraban una relación muy débil.

4 4 9a 9b 3 3

2 2

1 1

0 0 CP3 (11,4%) CP3 (11,4%) CP3 -1 -1

-2 -2 Limbo 2003 Peciolo 2003 Limbo 2004 Peciolo 2004 Limbo 2005 Peciolo 2005 -3 -3 Limbo 2006 Peciolo 2006 -4 -4 -4 -2 0 2 4 -4 -2 0 2 4 CP1 (45,1%) CP1 (45,1%) Figura 9. Relación entre la CP1 y la CP3 (9a) y los correspondientes centroides (9b) para los 4 años de ensayo. Datos de los ciclos vegetativos de la serie de años 2003-2006.

Por otra parte, se llevó a cabo un análisis factorial doble, separadamente para limbos y pecíolos y con el año y el momento fenológico como variables independientes, para el conjunto de los datos de concentración de nutrientes y la serie de años 2003-2006. Los resultados mostraron diferencias significativas (p≤0,05) para el año, para el momento de muestreo, así como para la mayor parte de las interacciones año × momento de muestreo (Tabla 15), lo que sugiere que los estudios sobre períodos de estabilidad a lo largo del ciclo de cultivo deben ser estudiados individualmente para cada año, debido al efecto que ejercen diversos factores, y que diferirán según el año, tales como la

101 Capítulo IV Resultados y discusión diferente duración del ciclo vegetativo de un año para otro, las precipitaciones anuales y las temperaturas registradas, entre otros.

Tabla 15. Nivel de significación para el procedimiento ANOVA de dos factores. Efecto del año, del momento de muestreo (EF), y de la interacción año × momento de muestreo (EF), en la concentración mineral de nutrientes en limbo y pecíolo. Datos del período 2003-2006. Limbo Pecíolo Nutrientes Año EF Año  EF Año EF Año  EF N 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 P 0,000 0,000 0,133, n.s. 0,000 0,000 0,985, n.s. K 0,000 0,000 0,026 0,000 0,001 0,122, n.s. Ca 0,000 0,000 0,001 0,000 0,000 0,000 Mg 0,000 0,000 0,093, n.s. 0,000 0,000 0,688, n.s. Fe 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 Mn 0,004 0,000 0,626, n.s. 0,000 0,000 0,007 Zn 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,067, n.s. Cu 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 B 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 a n.s.: no significativo.

4.1.1.2. Comparación de tejidos mediante Test T de Student El test t de Student también permitió determinar la existencia de diferencias significativas, entre limbo y pecíolo para la concentración de cada nutriente. Para ello, la prueba t de Student se efectuó para el conjunto de los datos anuales, independientemente de su estado fenológico y, por otro lado, considerando cada estado fenológico, o muestreo, independientemente.

Ambas vías de estudio estadístico se efectuaron individualmente para cada nutriente: N (Tabla 16), P (Tabla 17), K (Tabla 18), Ca (Tabla 19), Mg (Tabla 20), Fe (Tabla 21), Mn (Tabla 22), Zn (Tabla 23), Cu (Tabla 24) y para el B (Tabla 25).

En dichas tablas se puede comprobar cómo la significación global, para cada año, que indica que la composición química entre limbo y pecíolo, independientemente de su estado fenológico, resultó significativamente diferente para todos los nutrientes, excepto para el B en 2005 (Tabla 25) y para el Mn en 2005 y en 2006 (Tabla 22).

102 Capítulo IV Resultados y discusión

En el caso del N (Tabla 16), la prueba t de Student permitió detectar diferencias significativas claras entre los dos tejidos a lo largo de todo el período vegetativo, así como en los cuatro años de estudio.

Tabla 16. Significación del test t de Student entre la concentración de N en limbo y pecíolo de Vitis vinífera L., cv. ‘Garnacha tinta’, para la serie de años 2003-2006. N (g100 g-1 m.s.) Sig. bilateral Estados fenológicos Código EF aDDB 2003 2004 2005 2006 H5 35 0,000 Prefloración H50 42 0,000 I030 49 0,000 0,000 Floración I100 57 0,003 0,000 0,000 Cuajado J 64 0,000 0,003 0,000 0,000 K5 71 0,001 0,000 0,000 K20 78 0,000 0,000 0,000 Período de desarrollo K35 85 0,000 0,000 0,000 0,000 herbáceo de la baya K50 92 0,000 0,000 0,000 0,000 K75 99 0,000 0,000 0,000 0,000 K100 106 0,000 0,000 0,000 0,000 M5 112 0,000 0,000 M20 116 0,000 0,000 0,000 Envero M70 121 0,000 0,000 M100 127 0,000 0,000 0,000 0,000 N20 134 0,000 0,001 0,000 N40 139 0,000 0,000 Maduración N60 143 0,000 0,000 0,001 N80 148 0,000 0,000 0,000 N100 155 0,000 0,000 0,000 0,000 Conjunto EF 0,000 0,000 0,000 0,000 a DDB: días desde brotación (valor medio de la serie de años 2003-2006). b Código EF: proporción en tiempo respecto a la duración de cada estado fenológico (%). c n.s.: no significativo.

El estudio de la t de Student para el P (Tabla 17), reveló diferencias notables en función del año. Para 2003 y la práctica totalidad de 2004, el limbo y el pecíolo se diferenciaron en todos los muestreos. Sin embargo, las campañas 2005 y 2006 se caracterizaron por la ausencia de diferencias entre los dos tejidos, especialmente a partir de la fase de desarrollo herbáceo de la baya.

En el caso del K (Tabla 18), en general y excepto para la campaña 2004, los resultados sugieren que limbo y pecíolo se diferenciaron en su composición mineral desde los primeros muestreos hasta el inicio de envero. Sin embargo, a lo largo de todo 2004, y a partir del envero en el resto de años estudiados, se observó la ausencia de diferencias significativas entre limbo y pecíolo.

103 Capítulo IV Resultados y discusión

Tabla 17. Significación del test t de Student entre la concentración de P en limbo y pecíolo de Vitis vinífera L., cv. ‘Garnacha tinta’, para la serie de años 2003-2006. P (g100 g-1 m.s.) Sig. bilateral Estados fenológicos bCódigo EF aDDB 2003 2004 2005 2006 H5 35 0,002 Prefloración H50 42 0,012 I030 49 0,003 0,018 Floración I100 57 0,002 0,014 0,026 Cuajado J 64 0,000 0,002 0,001 0,045 K5 71 0,002 0,051, n.s. 0,018 K20 78 0,004 0,028 0,114, n.s. Período de desarrollo K35 85 0,000 0,032 0,123, n.s. 0,104, n.s. herbáceo de la baya K50 92 0,003 0,022 0,077, n.s. 0,218, n.s. K75 99 0,007 0,007 0,115, n.s. 0,086, n.s. K100 106 0,002 0,034 0,047 0,312, n.s. M5 112 0,004 0,158, n.s. M20 116 0,058, n.s. 0,035 0,013 Envero M70 121 0,000 0,234, n.s. M100 127 0,009 0,049 0,386, n.s. 0,246, n.s. N20 134 0,000 0,003 0,281, n.s. N40 139 0,007 0,641, n.s. Maduración N60 143 0,028 0,010 0,239, n.s. N80 148 0,062, n.s. 0,778, n.s. 0,589, n.s. N100 155 0,018 0,078, n.s. 0,198, n.s. 0,417, n.s. Conjunto EF 0,000 0,000 0,000 0,000 a DDB: días desde brotación (valor medio de la serie de años 2003-2006); b Código EF: proporción en tiempo respecto a la duración de cada estado fenológico (%); c n.s.: no significativo.

Para el Ca (Tabla 19), justo es en los primeros muestreos del ciclo vegetativo donde limbo y pecíolo no mostraron diferencias significativas, mientras que ambos tejidos se diferenciaron en su composición mineral, más claramente, a medida que avanzaba el ciclo de cultivo, especialmente en 2003 y 2004.

El Mg, al igual que el N, se diferenció en su composición mineral entre limbo y pecíolo en todos los años de estudio, así como en todos los muestreos (Tabla 20).

El Fe, paralelamente al N y al Mg, también se diferenció en su composición mineral entre limbo y pecíolo en todos los años de estudio, e independientemente del momento de muestreo, excepto en un muestreo de prefloración en 2006 (Tabla 21).

Para el Mn, en general, la t de Student mostró una ausencia generalizada de diferencias entre la composición mineral del limbo y del pecíolo para los muestreos previos al envero, independientemente del año, así como para los muestreos posteriores en los años 2005 y 2006 (Tabla 22).

104 Capítulo IV Resultados y discusión

Tabla 18. Significación del test t de Student entre la concentración de K en limbo y pecíolo de Vitis vinífera cv. L., ‘Garnacha tinta’, para la serie de años 2003-2006. K (g100 g-1 m.s.) Sig. bilateral Estados fenológicos bCódigo EF aDDB 2003 2004 2005 2006 H5 35 0,000 Prefloración H50 42 0,004 I030 49 0,005 0,014 Floración I100 57 0,005 0,014 0,012 Cuajado J 64 0,001 0,226, n.s. 0,000 0,007 K5 71 0,216, n.s. 0,002 0,009 K20 78 0,410, n.s. 0,004 0,010 Período de desarrollo K35 85 0,015 0,195, n.s. 0,022 0,013 herbáceo de la baya K50 92 0,007 0,241, n.s. 0,066, n.s. 0,085, n.s. K75 99 0,022 0,190, n.s. 0,030 0,008 K100 106 0,001 0,639, n.s. 0,118, n.s. 0,017 M5 112 0,002 0,028 M20 116 0,012 0,065, n.s. 0,049 Envero M70 121 0,057, n.s. 0,254, n.s. M100 127 0,047 0,008 0,015 0,003 N20 134 0,200, n.s. 0,026 0,036 N40 139 0,381, n.s. 0,196, n.s. Maduración N60 143 0,073, n.s. 0,318, n.s. 0,100, n.s. N80 148 0,084, n.s. 0,325, n.s. 0,088, n.s. N100 155 0,200, n.s. 0,037 0,009 0,085, n.s. Conjunto EF 0,000 0,000 0,000 0,000 a DDB: días desde brotación (valor medio de la serie de años 2003-2006); b Código EF: proporción en tiempo respecto a la duración de cada estado fenológico (%); c n.s.: no significativo.

Tabla 19. Significación del test t de Student entre la concentración de Ca en limbo y pecíolo de Vitis vinífera L., cv. ‘Garnacha tinta’, para la serie de años 2003-2006. Ca (g100 g-1 m.s.) Sig. bilateral Estados fenológicos bCódigo EF aDDB 2003 2004 2005 2006 H5 35 0,320, n.s. Prefloración H50 42 0,825, n.s. I030 49 0,134, n.s. 0,925, n.s. Floración I100 57 0,005 0,250, n.s. 0,347, n.s. Cuajado J 64 0,171, n.s. 0,104, n.s. 0,348, n.s. 0,585, n.s. K5 71 0,130, n.s. 0,924, n.s. 0,126, n.s. K20 78 0,045 0,403, n.s. 0,019 Período de desarrollo K35 85 0,015 0,000 0,283, n.s. 0,278, n.s. herbáceo de la baya K50 92 0,004 0,007 0,025 0,075, n.s. K75 99 0,011 0,012 1,192, n.s. 0,045 K100 106 0,074, n.s. 0,007 0,123, n.s. 0,005 M5 112 0,010 0,001 M20 116 0,002 0,011 0,007 Envero M70 121 0,002 0,001 M100 127 0,003 0,002 0,399, n.s. 0,070, n.s. N20 134 0,023 0,054, n.s. 0,308, n.s. N40 139 0,000 0,017 Maduración N60 143 0,001 0,031 0,525, n.s. N80 148 0,002 0,001 0,000 N100 155 0,006 0,030 0,363, n.s. 0,001 Conjunto EF 0,000 0,000 0,001 0,000 a DDB: días desde brotación (valor medio de la serie de años 2003-2006); b Código EF: proporción en tiempo respecto a la duración de cada estado fenológico (%); c n.s.: no significativo.

105 Capítulo IV Resultados y discusión

El Zn, del mismo modo que el Ca, no mostró diferencias significativas entre limbo y pecíolo en los primeros estadíos del ciclo vegetativo, con la excepción del año 2005 (Tabla 23). Sin embargo, a partir del envero, ambos tejidos se diferenciaron claramente todos los años de ensayo.

Tabla 20. Significación del test t de Student entre la concentración de Mg en limbo y pecíolo de Vitis vinífera L., cv. ‘Garnacha tinta’, para la serie de años 2003-2006. Mg (g100 g-1 m.s.) Sig. bilateral Estados fenológicos bCódigo EF aDDB 2003 2004 2005 2006 H5 35 0,000 Prefloración H50 42 0,000 I030 49 0,006 0,000 Floración I100 57 0,000 0,000 0,000 Cuajado J 64 0,000 0,001 0,000 0,001 K5 71 0,000 0,000 0,000 K20 78 0,000 0,000 0,000 Período de desarrollo K35 85 0,000 0,000 0,000 0,000 herbáceo de la baya K50 92 0,000 0,000 0,000 0,000 K75 99 0,000 0,000 0,000 0,003 K100 106 0,000 0,000 0,001 0,000 M5 112 0,008 0,000 M20 116 0,000 0,000 0,000 Envero M70 121 0,000 0,001 M100 127 0,000 0,000 0,000 0,002 N20 134 0,003 0,000 0,000 N40 139 0,000 0,000 Maduración N60 143 0,003 0,000 0,000 N80 148 0,000 0,000 0,000 N100 155 0,002 0,003 0,000 0,007 Conjunto EF 0,000 0,000 0,000 0,000 a DDB: días desde brotación (valor medio de la serie de años 2003-2006); b Código EF: proporción en tiempo respecto a la duración de cada estado fenológico (%); c n.s.: no significativo.

El Cu, por su parte, al igual que el Ca y el Zn, tampoco se diferenció, en su composición mineral de limbo y pecíolo, en los primeros estadíos del ciclo en los años 2004, 2005 y 2006 (Tabla 24). No obstante, conforme avanzó el ciclo, el Cu se diferenció en casi todos los muestreos. En este sentido, la aplicación de productos fitosanitarios de base cúprica incidió probablemente en esta diferenciación.

Finalmente para el B, limbo y pecíolo se diferenciaron en su composición química entre los momentos de floración-cuajado, en todos los años de ensayo (Tabla 25). Respecto al envero, ambos tejidos se diferenciaron estadísticamente, en general, en los años 2003 y 2005.

106 Capítulo IV Resultados y discusión

Tabla 21. Significación del test t de Student entre la concentración de Fe en limbo y pecíolo de Vitis vinífera L., cv. ‘Garnacha tinta’, para la serie de años 2003-2006. Fe (mgkg-1 m.s.) Sig. bilateral Estados fenológicos bCódigo EF aDDB 2003 2004 2005 2006 H5 35 0,055, n.s. Prefloración H50 42 0,000 I030 49 0,000 0,002 Floración I100 57 0,000 0,002 0,011 Cuajado J 64 0,000 0,014 0,000 0,002 K5 71 0,001 0,000 0,000 K20 78 0,000 0,016 0,010 Período de desarrollo K35 85 0,000 0,000 0,026 0,006 herbáceo de la baya K50 92 0,010 0,002 0,004 0,000 K75 99 0,000 0,007 0,000 0,001 K100 106 0,005 0,003 0,002 0,000 M5 112 0,000 0,000 M20 116 0,001 0,001 0,031 Envero M70 121 0,000 0,009 M100 127 0,000 0,008 0,000 0,002 N20 134 0,000 0,008 0,006 N40 139 0,000 0,001 Maduración N60 143 0,015 0,009 0,004 N80 148 0,000 0,001 0,000 N100 155 0,001 0,000 0,016 0,000 Conjunto EF 0,000 0,000 0,000 0,000 a DDB: días desde brotación (valor medio de la serie de años 2003-2006); b Código EF: proporción en tiempo respecto a la duración de cada estado fenológico (%); c n.s.: no significativo.

Tabla 22. Significación del test t de Student entre la concentración de Mn en limbo y pecíolo de Vitis vinífera L., cv. ‘Garnacha tinta’, para la serie de años 2003-2006. Mn (mgkg-1 m.s.) Sig. bilateral Estados fenológicos bCódigo EF aDDB 2003 2004 2005 2006 H5 35 0,001 Prefloración H50 42 0,026 I030 49 0,032 0,193, n.s. Floración I100 57 0,219, n.s. 0,021 0,019 Cuajado J 64 0,062, n.s. 0,837,n.s. 0,680, n.s. 0,450, n.s. K5 71 0,754, n.s. 0,112, n.s. 0,652, n.s. K20 78 0,522, n.s. 0,568, n.s. 0,392, n.s. Período de desarrollo K35 85 0,642, n.s. 0,348, n.s. 0,534, n.s. 0,332, n.s. herbáceo de la baya K50 92 0,744, n.s. 0,652, n.s. 0,373, n.s. 0,424, n.s. K75 99 0,244, n.s. 0,494, n.s. 0,205, n.s. 0,689, n.s. K100 106 0,558, n.s. 0,083, n.s. 0,549, n.s. 0,075, n.s. M5 112 0,181, n.s. 0,538, n.s. M20 116 0,037 0,408, n.s. 0,844, n.s. Envero M70 121 0,041 0,659, n.s. M100 127 0,017 0,047 0,069, n.s. 0,467, n.s. N20 134 0,086, n.s. 0,469, n.s. 0,132, n.s. N40 139 0,005 0,080, n.s. Maduración N60 143 0,000 0,018 0,066, n.s. N80 148 0,009 0,398, n.s. 0,219, n.s. N100 155 0,001 0,014 0,084, n.s. 0,194, n.s. Conjunto EF 0,008 0,000 0,426, n.s. 0,345, n.s. a DDB: días desde brotación (valor medio de la serie de años 2003-2006); b Código EF: proporción en tiempo respecto a la duración de cada estado fenológico (%); c n.s.: no significativo.

107 Capítulo IV Resultados y discusión

Tabla 23. Significación del test t de Student entre la concentración de Zn en limbo y pecíolo de Vitis vinífera L., cv. ‘Garnacha tinta’, para la serie de años 2003-2006. Zn (mgkg-1 m.s.) Sig. bilateral Estados fenológicos bCódigo EF aDDB 2003 2004 2005 2006 H5 35 0,150, n.s. Prefloración H50 42 0,028 I030 49 0,097, n.s. 0,890, n.s. Floración I100 57 0,884, n.s. 0,002 0,659, n.s. Cuajado J 64 0,074, n.s. 0,693, n.s. 0,010 0,093, n.s. K5 71 0,314, n.s. 0,011 0,077, n.s. K20 78 0,782, n.s. 0,009 0,072, n.s. Período de desarrollo K35 85 0,045 0,264, n.s. 0,008 0,393, n.s. herbáceo de la baya K50 92 0,009 0,077, n.s. 0,008 0,281, n.s. K75 99 0,037 0,021 0,004 0,068, n.s. K100 106 0,048 0,161, n.s. 0,009 0,173, n.s. M5 112 0,027 0,026 M20 116 0,007 0,004 0,002 Envero M70 121 0,006 0,001 M100 127 0,015 0,074, n.s. 0,000 0,001 N20 134 0,004 0,001 0,000 N40 139 0,005 0,001 Maduración N60 143 0,006 0,003 0,000 N80 148 0,000 0,001 0,000 N100 155 0,001 0,032 0,001 0,012 Conjunto EF 0,000 0,000 0,000 0,000 a DDB: días desde brotación (valor medio de la serie de años 2003-2006); b Código EF: proporción en tiempo respecto a la duración de cada estado fenológico (%); c n.s.: no significativo.

Tabla 24. Significación del test t de Student entre la concentración de Cu en limbo y pecíolo de Vitis vinífera L., cv. ‘Garnacha tinta’, para la serie de años 2003-2006. Cu (mgkg-1 m.s.) Sig. bilateral Estados fenológicos bCódigo EF aDDB 2003 2004 2005 2006 H5 35 0,090, n.s. Prefloración H50 42 0,133, n.s. I030 49 0,022 0,365, n.s. Floración I100 57 0,065, n.s. 0,271, n.s 0,240, n.s. Cuajado J 64 0,035 0,019 0,002 0,034 K5 71 0,009 0,001 0,015 K20 78 0,248, n.s. 0,028 0,057, n.s. Período de desarrollo K35 85 0,006 0,642, n.s. 0,006 0,008 herbáceo de la baya K50 92 0,023 0,134, n.s. 0,006 0,000 K75 99 0,032 0,012 0,011 0,044 K100 106 0,000 0,070, n.s. 0,003 0,002 M5 112 0,001 0,000 M20 116 0,004 0,001 0,039 Envero M70 121 0,001 0,000 M100 127 0,026 0,039 0,012 0,002 N20 134 0,001 0,008 0,020 N40 139 0,016 0,041 Maduración N60 143 0,002 0,006 0,006 N80 148 0,013 0,000 0,010 N100 155 0,001 0,116, n.s. 0,001 0,000 Conjunto EF 0,000 0,002 0,000 0,000 a DDB: días desde brotación (valor medio de la serie de años 2003-2006); b Código EF: proporción en tiempo respecto a la duración de cada estado fenológico (%); c n.s.: no significativo.

108 Capítulo IV Resultados y discusión

Tabla 25. Significación del test t de Student entre la concentración de B en limbo y pecíolo de Vitis vinífera L., cv. ‘Garnacha tinta’, para la serie de años 2003-2006. B (mgkg-1 m.s.) Sig. bilateral Estados fenológicos bCódigo EF DDB 2003 2004 2005 2006 H5 35 0,004 Prefloración H50 42 0,774, n.s. I030 49 0,032 0,005 Floración I100 57 0,000 0,237, n.s. 0,001 Cuajado J 64 0,000 0,008 0,008 0,013 K5 71 0,004 0,471, n.s. 0,003 K20 78 0,000 0,157, n.s. 0,230, n.s. Período de desarrollo K35 85 0,000 0,004 0,362, n.s. 0,294, n.s. herbáceo de la baya K50 92 0,006 0,018 0,499, n.s. 0,296, n.s. K75 99 0,003 0,046 0,718, n.s. 0,339, n.s. K100 106 0,000 0,013 0,836, n.s. 0,272, n.s. M5 112 0,000 0,002 M20 116 0,736, n.s. 0,992, n.s. 0,257, n.s. Envero M70 121 0,074, n.s. 0,044 M100 127 0,001 0,275, n.s. 0,014 0,403, n.s. N20 134 0,145, n.s. 0,000 0,562, n.s. N40 139 0,332, n.s. 0,902, n.s. Maduración N60 143 0,000 0,349, n.s. 0,022 N80 148 0,780, n.s. 0,132, n.s. 0,153, n.s. N100 155 0,463, n.s. 0,177, n.s. 0,008 0,000 Conjunto EF 0,000 0,000 0,486, n.s. 0,048 a DDB: días desde brotación (valor medio de la serie de años 2003-2006); b Código EF: proporción en tiempo respecto a la duración de cada estado fenológico (%); c n.s.: no significativo.

4.1.1.3. Discusión Los dos tejidos estudiados, limbo y pecíolo, se diferenciaron claramente en su composición mineral, hecho que se deduce tanto del análisis de componentes principales (Tablas 13 y 14, Figura 8), que mostró que el tejido elegido para el análisis da cuenta de más de un 45% de la varianza total de los datos, así como de las diferencias significativas obtenidas por el test t de Student, en la comparación de la concentración de cada uno de los nutrientes entre ambos tejidos, para cada momento fenológico y cada año estudiado (Tablas 16 a 25).

Estas diferencias en la composición de limbo y pecíolo se observaron en la gran mayoría de los momentos de muestreo, tal y como se observa en las Tablas 16 a 25. Asimismo, el estudio de la evolución de los nutrientes a lo largo del ciclo vegetativo, que se abordará en el siguiente apartado, también confirmará este resultado para las diferencias entre limbo y pecíolo (Figuras 10 a 13). Esta variación en la composición mineral de limbo y pecíolo ha sido constatada en diversas especies vegetales

109 Capítulo IV Resultados y discusión

(Marschner, 1995), así como también ha sido constatada para la vid (Christensen, 1984; Delas, 1990; García-Escudero et al., 2001, 2002b; Romero et al., 2010, 2013; Domínguez et al., 2015).

Los resultados de las saturaciones en el ACP indicaban que los limbos muestran mayores niveles en Fe, N, Ca que los pecíolos, así como ligeramente superiores en Cu y B, mientras que presentarían unos niveles inferiores que el pecíolo en Mg, K y Zn, y ligeramente inferiores en P, presentando ambos tejidos unos niveles similares en Mn. Las diferencias de concentración, entre ambos tejidos, para el N total, también han sido puestas de manifiesto en (Cumminns, 1977), ‘Palomino Fino’ (García-Liñan et al., 2004), Vitis labrusca cv. ‘Concord’ (Pradubsuk y Davenport, 2010) ‘Chenin blanc’ (Conradie, 1980), ‘Carignan’ y ‘Alicante Bouschet’ (Bouzazi et al., 2000), ‘Tempranillo’ (García-Escudero et al., 2002b, 2005; Romero et al., 2010, 2013), ‘Pinot noir‘ (Schreiner y Scagel, 2006), ‘Graciano’ (Domínguez et al., 2015) y otras variedades (Champagnol, 1984; Christensen, 1984; Kliewer, 1991).

Respecto a otros macronutrientes, una mayor concentración de P en los pecíolos también ha sido observada en ‘Muscadinia’ (Cummings, 1977), ‘Garnacha’ (Christensen, 1984), ´Pinot noir´ (Pradubsuk y Davenport, 2010) y ‘Palomino fino’ (García-Liñan et al., 2004), hecho que contrasta con los resultados de otros estudios según el estado fenológico del tejido muestreado (Romero et al., 2013; Domínguez et al., 2015). Numerosos autores (Cook y Kishaba, 1956; Atalay, 1978, 1988; Bertoni y Morard, 1982; Christensen, 1984) han puesto de manifiesto cómo las diferencias entre limbo y pecíolo difieren según el nivel de nutrición del viñedo en este elemento, relacionado con la disponibilidad de P en el suelo (Atalay, 1988). Es este sentido, en aquellos viñedos con una disponibilidad fosfórica insuficiente, éste se transfiere hacia los limbos, donde se acumula y llega a superar los niveles de los pecíolos; por el contrario, elevados niveles de este elemento en el suelo propiciarían una acumulación superior en los pecíolos (Rodríguez-Lovelle, 1996).

Por otro lado, otros autores también han encontrado una mayor concentración de K (Christensen, 1984), de Mg (Cummings, 1977) o ambos nutrientes en los pecíolos

110 Capítulo IV Resultados y discusión

(Rodríguez-Lovelle y García-Rodeja, 1993; Rodríguez-Lovelle, 1996; García-Liñán et al., 2004; García-Escudero et al., 2002b, 2005; Schreiner y Scagel, 2006; Pradubsuk y Davenport, 2010; Romero et al., 2010, 2013; Domínguez et al., 2015). Del mismo modo, también está descrito el mayor contenido en Ca observado para los limbos (García-Escudero et al., 2002b; Schreiner y Scagel, 2006; Pradubsuk y Davenport, 2010; Romero et al., 2010, 2013; Domínguez et al., 2015), aunque Cummings (1977) y García- Liñán et al. (2004), sin embargo, encontraron una mayor concentración de Ca para los pecíolos. Champagnol (1990), en este contexto, refería niveles similares de Ca en limbo y pecíolo.

Respecto a los micronutrientes, la bibliografía también muestra una concentración superior de Fe (Cummings, 1977; García-Escudero et al., 2005; Romero et al., 2010, 2013; Domínguez et al., 2015), B (Christensen, 1984; Romero et al., 2010) y Cu (García- Escudero et al., 2005; Romero et al., 2010; Pradubsuk y Davenport, 2011; Domínguez et al., 2015) en limbos.

En el caso del Zn, otros autores encontraron también una mayor concentración de Zn en pecíolo (Cummings, 1977; Christensen, 1984; Romero et al., 2010, 2013). Sin embargo, Atalay (1978), al igual que sucedía para el P, indica que las diferencias entre limbo y pecíolo en el contenido de Zn, difieren según el nivel de nutrición del viñedo en este elemento. En este sentido, relaciona una mayor concentración de Zn en los limbos de aquellos viñedos ricos en este elemento, mientras que observó una concentración superior en los pecíolos de los viñedos con una disponibilidad de Zn, en el suelo, más pobre.

Finalmente, la concentración levemente mayor de Mn observada en los pecíolos, de acuerdo al ACP, parece estar en desacuerdo con los resultados de García-Escudero et al. (2005) y Romero et al. (2010, 2013) para ‘Tempranillo’, así como también con los de Pradubsuk y Davenport (2011) para ‘Concord’, variedades para las que se observaron concentraciones superiores de este elemento en los limbos. En este sentido, la CP1 ya indicaba la ausencia de una estrecha relación entre el Mn y un tejido concreto. Para este elemento, así como para el B, el estudio de la dinámica nutricional permitirá

111 Capítulo IV Resultados y discusión observar mejor si la baja relación de ambos nutrientes con un tejido dado, se produce a lo largo de todo el ciclo de cultivo, así como el comportamiento en los distintos años.

4.1.2. DINÁMICA ESTACIONAL DE LOS ELEMENTOS MINERALES EN LIMBO Y PECÍOLO

Como se ha comentado en la introducción, el contenido mineral a nivel foliar no permanece constante a lo largo del ciclo vegetativo, sino que varía conforme avanza éste. En este apartado, se analiza la dinámica y variabilidad en el estado nutricional de ‘Garnacha tinta’ a lo largo de los distintos estados fenológicos. Con este estudio se pretende evaluar la composición mineral de los limbos y pecíolos a lo largo de los sucesivos estados fenológicos del ciclo de cultivo, para determinar aquellos períodos de estabilidad más útiles para el diagnóstico nutricional de cada uno de los 10 nutrientes estudiados, así como su período de vigencia.

La evolución estacional de las concentraciones de los 10 elementos minerales estudiados, macronutrientes y micronutrientes, en Vitis vinifera L. cv. ‘Garnacha tinta’, quedan representados gráficamente en las Figuras 10, 11, 12 y 13, analizándose en los siguientes subapartados.

4.1.2.1. Nitrógeno La concentración de N total siguió, en limbo y pecíolo, una pauta de comportamiento decreciente desde floración a vendimia en los 4 años estudiados (Figura 10a). En este contexto, se observa un detrimento mucho más acusado, en los dos tejidos, para los muestreos realizados en el período comprendido entre floración e inicio de envero, alcanzándose una cierta estabilización a partir del envero que se prolonga durante todo el período de maduración. No obstante, en el año 2003 se observa un ligero repunte para los dos tejidos durante este último período. Finalmente, se observa una cierta estabilización en los niveles foliares en el período cercano ya a la vendimia.

112 Capítulo IV Resultados y discusión

V V V N N N M M M

K K K J J J I I brotación Díasdesde I

25 50 75 100 125 150 175 N P K 10a. 4 10a. 4 10b. 2006 2006 2006 10c.4 0 3,50 3,00 2,50 2,00 1,50 1,00 0,50 0,00 0,60 0,50 0,40 0,30 0,20 0,10 0,00 3,50 3,00 2,50 2,00 1,50 1,00 0,50 0,00

V V V N N N M M M

K K K J J J s para los años 2003, 2004, 2005 y 2006. Las barras verticales I Días desde brotación Díasdesde I I lo

Limbos Peciolos 25 50 75 100 125 150 175 pecío N K P 2005

3 10b. 10a.3 10c.3 2005 2005 0 :vendimia. V

3,50 3,00 2,50 2,00 1,50 1,00 0,50 0,00 0,60 0,50 0,40 0,30 0,20 0,10 0,00 3,50 3,00 2,50 2,00 1,50 1,00 0,50 0,00 en en limbos y

) V V V N N m.s. N 1 - M M M 100g · (g K K

K J J J I I brotación Díasdesde

I

25 50 75 100 125 150 175 N 2004 P K 10a. 2 10a. 10b. 2 10b. 10c.2 2004 2004

0

3,50 3,00 2,50 2,00 1,50 1,00 0,50 0,00 0,60 0,50 0,40 0,30 0,20 0,10 0,00 3,50 3,00 2,50 2,00 1,50 1,00 0,50 0,00 V V

V N N N M M M

ndar de la media(n=3).de ndar á K K K J J J Días desde brotación Díasdesde I I I : cuajado; K: desarrollo herbáceo maduración;N:herbáceo envero; cuajado; de K: M: desarrollo : labaya; J Evolución Evolución estacional de la concentración de N, P y K 25 50 75 100 125 150 175

. N 2003 P K 10b. 1 10b. 10a. 1 10c.1 2003 2003 0

3,50 3,00 2,50 2,00 1,50 1,00 0,50 0,00 0,60 0,50 0,40 0,30 0,20 0,10 0,00 3,50 3,00 2,50 2,00 1,50 1,00 0,50 0,00

m.s.) (g·100g N m.s.) (g·100g K m.s.) (g·100g P

-1 -1 -1 Figura 10 est elerror representan floración; †I:

113 Capítulo IV Resultados y discusión

La concentración de este elemento en los limbos es superior a la de los pecíolos a lo largo de todo el ciclo vegetativo, manteniéndose por lo general las diferencias de concentración observadas entre limbo y pecíolo a lo largo de los distintos estados fenológicos. Este comportamiento se explicaría por la alta correlación que se atribuye a ambos tejidos a lo largo de todo el ciclo vegetativo.

Los mayores niveles de este nutriente, tanto en limbo como en pecíolo, se localizaron en los primeros muestreos efectuados, como es el caso de prefloración para el año 2006 (Figura 10a.4) y, en su defecto, de floración para los tres años restantes (Figura 10a.1, 10a.2 y 10a.3). Así, el rango máximo de valor alcanzado para los limbos se sitúa entre 2,84 g·100g-1 m.s. (año 2005) para I100 (Figura 10a.3) y 3,07 g·100g-1 m.s. (año 2003) para I30 (Fig. 10a.1), mientras que para los pecíolos oscila entre 1,16 g·100g-1 m.s. (año 2005) para I100 (Figura 10a.3) y 1,88 g·100g-1 m.s. (año 2004) para I100 (Fig. 10a.2). Por otra parte, las menores concentraciones encontradas en los limbos se sitúan entre 1,87 g·100g-1 m.s. (año 2003) para M100 (Figura 10a.1) y 1,97 g·100g-1 m.s. (año 2005) para N100 (Figura 10a.3), mientras que en los pecíolos oscilan entre 0,63 g·100g-1 m.s. (año 2005) para M100 (Fig. 10a.3) y 0,88 g·100g-1 m.s. (año 2003) para M70 (Figura 10a.1).

El comportamiento descendente observado para el N, concuerda con los resultados hallados por otros autores en los limbos y pecíolos de ‘Tempranillo’ (García-Escudero et al., 2002b, 2005; Romero et al., 2010, 2013), ‘Pinot noir’ (Schreiner y Scagel, 2006), ‘Muscadinia’ (Cummings, 1977), ‘Thompson Seedless’ (Kliewer, 1967), ‘Chenin blanc’ (Conradie, 1980), ‘Palomino Fino’ (García-Liñán et al., 2004), ‘Concord’ (Pradubsuk y Davenport, 2010), ‘Graciano’ (Domínguez et al., 2015), así como también en los pecíolos de ‘Garnacha’ (Parejo, 1992), ‘Chardonnay’ (Parejo et al., 1992), ‘Cabernet Sauvignon’ (Parejo, 1995) y ‘Xarello’, ‘Viura’, ‘’, ‘Mazuelo’ y ‘Monastrell’ (Parejo, 1992), entre otras.

Por otro lado, durante la primera parte del ciclo, entre floración y el desarrollo herbáceo de la baya, se observa un descenso más acentuado de la concentración de N. Esta situación también ha sido puesta de manifiesto por otros autores (Christensen,

114 Capítulo IV Resultados y discusión

1984; Szóke et al., 1992; Romero et al., 2013), así como ligeros repuntes, o una cierta estabilización, de la concentración de este elemento en envero, observados también en ‘Chenin blanc’ (Conradie, 1980), así como en ‘Garnacha’ y otras variedades (Christensen, 1984). Este ligero aumento o repunte en torno al envero puede ser atribuido a que, una vez que se han desarrollado los brotes y se ha producido la parada de crecimiento, la mayor parte del N, así como de otros elementos, se dirige a los racimos en gran proporción. No obstante, un porcentaje aproximado del 12% del N se destina a las hojas (Conradie, 1986, 1991).

4.1.2.2. Fósforo La diferencia de concentración entre pecíolos y limbos, al inicio del ciclo, fue superior a la que se pudo observar a medida que avanzaba el ciclo vegetativo. Estos resultados son consistentes con la información procedente de la comparación entre limbo y pecíolo en cada momento de muestreo (Tabla 17), donde ya se comprobó la ausencia de diferencias significativas en este sentido, conforme transcurría el ciclo vegetativo.

En general, la evolución del contenido en fósforo en los dos tejidos se caracterizó por presentar las mayores concentraciones en floración y cuajado, descendiendo paulatinamente conforme avanzaba el ciclo vegetativo (Figuras 10b). Sin embargo, este descenso en la concentración no se produce de igual forma para los dos tejidos, apreciándose de manera más marcada en el pecíolo. En este sentido, la concentración en el limbo se estabiliza, o tiende a estabilizarse, a partir del envero, mientras que el pecíolo continúa reduciendo su concentración hasta la fecha de vendimia.

La concentración de P en el pecíolo fue superior a la del limbo durante todo el ciclo de cultivo. En cuanto a los niveles alcanzados de fósforo en cada uno de los tejidos, los limbos muestran en general una concentración bastante similar en los distintos años estudiados, mientras que se observaron mayores oscilaciones de concentración para los pecíolos entre los años de ensayo. En este sentido, la mayor concentración hallada en los limbos osciló entre 0,22 g·100g-1 m.s., para I100 en los años 2004 y 2005 (Figuras 10b.2 y 10b.3), y 0,29 g·100g-1 m.s. para I30 en 2003 (Figura 10b.1), mientras que la menor concentración en limbo osciló entre 0,13 g·100g-1 m.s. para N60 y N100 en 2005

115 Capítulo IV Resultados y discusión y 2006, respectivamente (Figuras 10b.3 y 10b.4), y 0,15 g· 100g-1 m.s. para M100 y N100 en 2003 y 2004, respectivamente (Figuras 10b.1 y 10b.2).

Por otra parte, el rango de concentraciones máximas observado en los pecíolos osciló entre 0,44 g·100g-1 m.s. para I100 en 2006 (Figura 10b.4) y 0,53 g·100g-1 m.s. para el cuajado en 2003 (Figura 10b.1). Los valores mínimos, por su parte, se sitúan entre 0,15 g·100g-1 m.s. en 2006 (Figura 10b.4) y 0,26 g·100g-1 m.s. en 2003 (Figura 10b.1), ambos para N100.

Este patrón de comportamiento decreciente y continuo, observado en la concentración de P desde floración a vendimia, también ha sido puesto de manifiesto por otros autores en los limbos y pecíolos (Champagnol, 1984; Christensen, 1969; Revilla et al., 1985; Parejo et al., 1992; Parejo, 1995; García-Escudero et al., 2002b; Schreiner y Scagel, 2006; Navarro et al., 2008; Pradubsuk y Davenport, 2010; Romero et al., 2010, 2013; Domínguez et al., 2015). Algunos autores observan un detrimento, en este sentido, más brusco hasta los primeros estadíos del desarrollo herbáceo de la baya (Szóke et al., 1992; Domínguez et al., 2015) o hasta envero (Romero et al., 2013). En nuestro caso, los limbos mostraban una ligera tendencia decreciente de floración a vendimia con una cierta estabilización a partir del envero, mientras que en los pecíolos, por su parte, se observó una tendencia decreciente hasta los últimos estadíos de maduración.

Por otro lado, los pecíolos mostraron una concentración claramente superior de este elemento, en comparación con los limbos, durante la mayor parte del ciclo vegetativo. No obstante, en los últimos estadíos de la maduración, así como en el muestreo de vendimia, esta diferencia no fue tan evidente, tal y como puede observarse en las campañas 2004, 2005 y 2006 (Figuras 10b).

Cook y Kishaba (1956), también observaron una concentración mayor en los pecíolos de ‘Thompson Seedless’ al inicio del ciclo vegetativo mientras que, conforme avanzaba éste, las diferencias entre ambos tejidos disminuían, llegando el limbo incluso a superar la concentración de los pecíolos. En este sentido, Romero et al. (2013) en

116 Capítulo IV Resultados y discusión

‘Tempranillo’ y Domínguez et al. (2015) en ‘Graciano’, también observaron una mayor concentración en el pecíolo desde el inicio del ciclo hasta las proximidades del envero para, posteriormente, ser el limbo el que mantuvo una mayor concentración hasta vendimia. Christensen (1984), por lo general, también observó una mayor concentración de este elemento en los pecíolos que en los limbos, no apreciando diferencias de concentración en este sentido, de floración a envero, para la mayoría de las variedades que estudió. Cummings (1977), así como Pradubsuk y Davenport (2010), también observaron durante todo el ciclo vegetativo una concentración superior de P en los pecíolos que en los limbos.

4.1.2.3. Potasio Las Figuras 10c muestran cómo la concentración de este elemento en los pecíolos supera claramente a la de los limbos durante la totalidad del ciclo vegetativo. Los valores máximos de concentración para este elemento en los limbos, oscilaron entre 1,09 g·100g-1 m.s. para K75 en 2004 (Figura 10c.2) y 1,21 g·100g-1 m.s. para K5 en el año 2005 (Figura 10c.3), mientras que los menores valores se situaban entre 0,75 g·100 g-1 m.s. para N60 en 2005 (Figura 10c.3) y 0,88 g·100 g-1 m.s. para M100 en 2003 (Figura 10c.1).

Respecto al pecíolo, los mayores niveles de este nutriente oscilaron entre 1,58 g·100g-1 m.s. para M20 en 2004 (Figura 10c.2) y 2,82 g·100 g-1 m.s. para K5 en 2005 (Figura 10c.3), mientras que los menores se sitúan entre 0,98 g·100g-1 m.s. para N60 en 2004 (Figura 10c.2) y 1,50 g·100g-1 m.s. para N60 y N40 en 2003 y 2006, respectivamente (Figuras 10c.1 y 10c.4). Por tanto, el año 2005 muestra la mayor concentración en los dos tejidos (en K5), situación que probablemente explica la existencia de una tendencia tan claramente decreciente en este año, que resulta más suave en 2003.

La evolución de la concentración de K se caracterizó por mostrar un comportamiento irregular, sin una marcada tendencia concreta, y que difiere notablemente a nivel interanual, especialmente en el caso de los pecíolos. En este sentido, la concentración de este elemento en el pecíolo, tal y como indicaba la CP2 del ACP, disminuye ligeramente a lo largo del ciclo vegetativo en 2003 (Figura 10c.1), y de una manera más

117 Capítulo IV Resultados y discusión marcada en 2005 (Figura 10c.3). Por el contrario, en 2004 (Figura 10c.2), se observa una tendencia general hacia la estabilización, mientras que en 2006 (Figura 10c.4), se aprecia una sucesiva alternancia de incrementos y detrimentos de la concentración de K para este tejido. De todas formas, para los años 2004 y 2006 parece observarse una tendencia descendente a partir del envero en ambos tejidos. Por otra parte, la concentración de K en el limbo se caracteriza por una cierta estabilidad interanual a lo largo de los sucesivos estados fenológicos estudiados.

El comportamiento irregular del K a lo largo del ciclo, especialmente patente en las campañas 2004 y 2006, también ha sido observado por otros autores (Szóke et al., 1992; Rodríguez-Lovelle y García-Rodeja, 1994; Romero et al., 2013; Domínguez et al., 2015). En este sentido, algunos autores atribuyen la ausencia de diferencias entre sucesivos estados fenológicos a elevados niveles de variabilidad en la concentración del nutriente, que podría estar relacionado con otros factores de influencia sobre el nivel de nutrición, como serían las variaciones meteorológicas, en especial las relacionadas con el régimen de precipitaciones, o con la influencia del cultivar (Szóke et al., 1992). En este sentido, una escasa disponibilidad hídrica reduce la disponibilidad y absorción de este elemento por parte de la planta, por lo que el régimen de precipitaciones podría afectar a la disponibilidad inmediata de K y alterar fuertemente la pauta de comportamiento estacional de este nutriente.

No obstante, en las campañas 2003 y 2005, este elemento manifestó una tendencia decreciente de floración a vendimia, situación que concuerda a la observada por otros autores (Champagnol, 1984; Colugnati et al., 1992; Parejo et al., 1992; García-Escudero et al., 2002b; García-Liñán et al., 2004; Navarro et al., 2008; Pradubsuk et al., 2010). Romero et al. (2013), en su estudio para ‘Tempranillo’, aluden a una dinámica estacional decreciente para uno de sus años de estudio, mientras que, para el otro, no identificaron una tendencia estacional clara. Para esta misma región, Domínguez et al. (2015) en ´Graciano´, apuntaban un detrimento de la concentración de K en limbo, mientras que en pecíolo obtuvieron resultados ambíguos, un comportamiento descendente, que difería de otro irregular, según el origen de la parcela estudiada.

118 Capítulo IV Resultados y discusión

Por otro lado, en las campañas 2003 y 2005, se aprecia un ligero incremento de la concentración de K en pecíolo, de floración a J (cuajado) en 2003 y, a K5 en 2005. Este comportamiento, también ha sido puesto de relieve por otros autores en ´Chardonnay´ (Parejo et al., 1992) y, ´Cabernet Sauvignon´ (Parejo, 1995).

Tanto los resultados de este estudio, como los consultados en la bibliografía, muestran que es frecuente observar para el K tendencias decrecientes a lo largo de todo el ciclo, parte de éste o, por el contrario, patrones estacionales que resultan difíciles de definir. En este sentido, aunque no se ha podido poner de manifiesto una implicación sólida entre el régimen de precipitaciones y la tendencia estacional del elemento, sí que se ha observado una tendencia decreciente más clara en el año 2005.

En este contexto, las precipitaciones registradas en el mes de mayo, para el 2005, fueron de 117 mm, mientras que se registraron 67,4 mm, 48,2mm y 66,8 mm para los años 2003, 2004 y 2006 respectivamente. Estas precipitaciones, por tanto, podrían tener alguna relación con el nivel de K hallado en los pecíolos. En este sentido, el año 2005 mostró un nivel de K en los pecíolos, correspondiente al muestreo posterior al cuajado, notablemente superior con respecto al resto de las campañas estudiadas, lo que concuerda con el mayor registro de precipitaciones para el mes de mayo de esa campaña. En los años 2003 y 2006, con un registro similar de precipitaciones para el mes de mayo, y aunque notablemente inferiores a las registradas en 2005, ambos años alcanzaron unos niveles de K en los pecíolos similares en mayo, considerablemente menores a los del 2005 y superiores a los del 2004, año en el que para dicho mes se registraron las menores precipitaciones durante el ensayo. En base a estos datos, se puede suponer que se ha producido una relación directa entre el régimen de precipitaciones y el nivel de K en el pecíolo. Sin embargo, las diferencias observadas entre la dinámica estacional del pecíolo, decreciente de 2003 frente a la de 2006, que resultó creciente hasta el envero y decreciente de envero a vendimia, no han podido poner de manifiesto una relación entre el régimen de precipitaciones y la dinámica estacional para este elemento en pecíolo.

119 Capítulo IV Resultados y discusión

4.1.2.4. Calcio El calcio siguió una pauta de evolución acumulativa en los dos tejidos a lo largo del ciclo (Figura 11a). En general, la mayor pendiente, y por tanto el ritmo de acumulación, se observa entre los primeros muestreos efectuados - floración para el 2003, 2004 y 2005, y prefloración para 2006 - y el cuajado, e incluso los primeros estadíos del estado fenológico correspondiente al engrosamiento de la baya, para posteriormente ir reduciéndose el ritmo de acumulación, incrementando así sus niveles, más lentamente hasta el momento de vendimia.

Al considerar la tendencia estacional de este nutriente, se observan niveles similares entre los dos tejidos desde el inicio del ciclo hasta el cuajado para, posteriormente, mostrar los pecíolos una tendencia hacia la estabilización (excepto en la campaña 2005). Los limbos, por su parte, parecen mostrar una tendencia ascendente hasta el momento de vendimia. Debido a esto, las mayores concentraciones de Ca se alcanzan, por lo general para los dos tejidos, entre final de envero y el momento de vendimia.

Así, los máximos valores en limbos oscilaron entre 3,29 g·100g-1 m.s. (año 2006) para N80 (Figura 11a.4) y 3,65 g·100g-1 m.s. (año 2004) para N40 (Figura 11a.2), mientras que la concentración para pecíolos osciló entre 2,71 g·100g-1 m.s. (año 2003) para K50 (Figura 11a.1) y 3,05 g·100g-1 m.s. (año 2005) para N100 (Figura 11a.3). Por el contrario, los mínimos valores se producen, para los limbos, en los primeros muestreos del seguimiento estacional, oscilando entre 1,37 g·100 g-1 m.s. (año 2006) para H5 (Figura 11a.4) y 2,46 g·100g-1 m.s. (año 2004) para cuajado (Figura 11a.2), mientras que en los pecíolos, los valores mínimos oscilaron entre 1,50 g·100 g-1 m.s.(año 2006) para H5 (Figura 11a.4) y 2,13 g·100 g-1 m.s. (año 2004) para I100 (Figura 11a.2).

El patrón acumulativo de este nutriente a medida que progresa el ciclo vegetativo está relacionado con su escasa movilidad vía floema (Barker y Pilbeam, 2007) y, por consiguiente, por su tendencia a acumularse en los tejidos con el tiempo. La tendencia ascendente observada para el Ca en los dos tejidos, concuerda con la pauta de comportamiento general observada en la bibliografía, tanto en lo referente a los

120 Capítulo IV Resultados y discusión limbos (Schreiner, 2005), a los pecíolos (Colugnati et al., 1992; Parejo et al., 1992; Parejo, 1995; García-Escudero et al., 2001), o como ambos tejidos (Cummnings, 1977; Bouzazi et al., 2000; García-Escudero et al., 2002b; García-Liñán et al., 2004; Schreiner y Scagel, 2006; Pradusuk y Davenport, 2010; Romero et al., 2010, 2013; Domínguez et al., 2015).

4.1.2.5. Magnesio La concentración de Mg en los pecíolos es notablemente superior a la de los limbos a lo largo del ciclo vegetativo, haciéndose esta diferencia de concentraciones más importante a medida que avanza el ciclo. Este elemento muestra un comportamiento acumulativo en los dos tejidos durante la mayor parte del ciclo vegetativo (Figura 11b), siendo esta pauta considerablemente más marcada en el caso de los pecíolos que en el de los limbos.

Los mayores rangos de concentración alcanzados en los limbos oscilaron entre 0,43 g·100g-1 m.s. (año 2006) para N40 y N80 (Figura 11b.4), y 0,60 g·100g-1 m.s. (año 2004) para N40 (Figura 11b.2), mientras que en los pecíolos se sitúan entre 1,75 g·100g-1 m.s. (año 2006) para N20 (Figura 11b.4) y 2,24 g·100g-1 m.s. (año 2004) para N80 (Figura 11b.2). Por el contrario, las menores concentraciones en los pecíolos variaron entre 0,70 g·100g-1 m.s. (año 2006) para H5 (Figura 11b.4) y 1,30 g·100g-1 m.s. (año 2004) para I100 (Figura 11b.2), mientras que, en los limbos, se situaron entre 0,24 g·100g-1 m.s. (año 2006) para H5 (Figura 11b.4) y 0,43 g·100g-1 m.s. (año 2004) para cuajado y K5 (Figura 11b.2). Estas horquillas se ven ensanchadas debido a que se cuenta con muestreos más precoces en el año 2006.

Del mismo modo que sucedía para el K, las diferencias interanuales respecto a la absorción de Mg se producen en los pecíolos. Los mayores valores de Mg registrados en la campaña 2004 podrían estar relacionados con la menor absorción de K en ese mismo año. Como se ha comentado anteriormente, el año 2004 fue el año en el que se registró un menor volumen de precipitaciones y, consecuentemente, con menores concentraciones de K en los pecíolos. En este sentido, Champagnol (1990), indicaba que en condiciones de mayor humedad se favorece la absorción de K, por lo que, en

121 Capítulo IV Resultados y discusión estas condiciones de baja disponibilidad hídrica, el efecto antagónico entre el Mg y el K podría explicar la mayor dificultad para la nutrición potásica y, por tanto, la mayor concentración de Mg observada en los pecíolos para el año 2004. Los limbos, por su parte, mantienen una evolución más estable y no parecen haberse visto afectados por fuertes variaciones del régimen hídrico.

El Mg es un elemento móvil vía floema, por lo que podría esperarse una mayor translocación del mismo desde los tejidos de mayor edad hacia los más jóvenes. Sin embargo, es común encontrar concentraciones superiores de este nutriente en los tejidos vegetales conforme avanza la edad fisiológica de los tejidos vegetales (Marschner, 1995). Este patrón de comportamiento creciente coincide con la tendencia general acumulativa observada por otros autores (Champagnol, 1984; Colugnati et al., 1992; Parejo et al., 1992; García-Escudero et al., 2002b; Schreiner, 2005; Schreiner y Scagel, 2006; Romero et al., 2010, 2013; Domínguez et al., 2015). Ahora bien, otros autores no llegaron a observar una tendencia estacional clara (Porro et al., 1995; Navarro et al., 2008). En este contexto, Cummings (1977) al igual que Bouzazi et al. (2000), observaban una pauta de comportamiento acumulativa en pecíolo, mientras que una decreciente en limbo. Pradubsuk y Davenport (2010), también apuntaban un patrón acumulativo en pecíolo, mientras que una estabilización en los limbos.

En el pecíolo se aprecia una mayor concentración que en el limbo, a lo largo de todo el ciclo vegetativo. Este comportamiento también ha sido puesto de relieve por otros autores (Schreiner y Scagel, 2006; Romero et al., 2013; Domínguez et al., 2015). Sin embargo, Pradubsuk y Davenport (2010), en floración, advertían unos niveles ligeramente superiores en limbo.

122 Capítulo IV Resultados y discusión

V V N N M M

K K J J I I brotación Díasdesde

25 50 75 100 125 150 175 Ca Mg 11b. 4 11b. 11a. 4 11a. 2006 2006 0

4,50 4,00 3,50 3,00 2,50 2,00 1,50 1,00 0,50 2,50 2,00 1,50 1,00 0,50 0,00

V V Limbos Peciolos N N M M K K J J I Días desde brotación Díasdesde I s para los años 2003, 2004, 2005 y 2006. Las barras verticales

25 50 75 100 125 150 175 pecíolo Ca Mg 11a. 3 11a. 3 11b. 2005 2005

0

4,50 4,00 3,50 3,00 2,50 2,00 1,50 1,00 0,50 2,50 2,00 1,50 1,00 0,50 0,00 :vendimia. V n; en en limbos y

V V

.) N N

m.s 1 - M M

100g · K (g K

J J I I brotación Díasdesde Ca y Mg

25 50 75 100 125 150 175 Ca Mg 11b. 2 11b. 11a. 2 11a. 2004 2004 0

4,50 4,00 3,50 3,00 2,50 2,00 1,50 1,00 0,50 2,50 2,00 1,50 1,00 0,50 0,00 oncentración oncentración de V V N N

M M

K K ndar de la media(n=3).de ndar

á J J Días desde brotación Díasdesde I I : cuajado; K: desarrollo herbáceo maduracióN:herbáceo envero; cuajado; de K: M: desarrollo : labaya; 25 50 75 100 125 150 175 J Evolución Evolución estacional de la c Ca Mg 11b. 1 11b. . 2003 2003 1 11a. 0

4,50 4,00 3,50 3,00 2,50 2,00 1,50 1,00 0,50 2,50 2,00 1,50 1,00 0,50 0,00

m.s.) (g·100g Ca m.s.) (g·100g Mg

-1 -1 Figura 11 est elerror representan floración; †I:

123 Capítulo IV Resultados y discusión

4.1.2.6. Hierro Este elemento muestra un comportamiento bastante irregular a lo largo del ciclo, en los distintos años estudiados. No obstante, parece mostrar una tendencia general creciente hasta el envero (Figuras 12a), más marcada en el caso de los limbos. En este sentido, la elevada variabilidad para cada momento de muestreo dificulta detectar una tendencia clara, especialmente en los limbos, siendo mínima esta variabilidad en los pecíolos. Esta dificultad se corresponde bien con el bajo valor positivo para la saturación de la concentración de Fe observada respecto a la CP2, en el estudio de componentes principales (Tabla 14).

En general, el mayor ritmo de acumulación de este elemento en los limbos se produce entre la floración y el inicio de envero, mientras que los pecíolos se caracterizan por mostrar una ligera acumulación a lo largo del ciclo. No obstante, en el período previo a la floración del año 2006, se observa un nivel de acumulación bastante acusado en los limbos, en el que prácticamente se triplica la concentración entre los momentos fenológicos correspondientes a H5 e I30 (Figura 12a.4).

La concentración de este elemento en el limbo es notablemente superior al del pecíolo a lo largo de todo el ciclo vegetativo. Así, los mayores niveles alcanzados en los limbos oscilan entre 292 mg·kg-1 m.s. (año 2004) para N20 (Fig. 12a.2) y 403 mg·kg-1 m.s. (año 2006) para K100 (Fig. 12a.4). Por su parte, en los pecíolos oscilan entre 64,6 mg·kg-1 m.s. (año 2004) para K50 (Fig. 12a.2) y 81,5 mg·kg-1 m.s. (año2005) para M70 (Fig. 12a.3). Por otro lado, los menores niveles, tanto en limbo como en pecíolo, se alcanzan en los primeros muestreos efectuados. Los mínimos valores observados para los limbos varían entre 90,0 mg·kg-1 m.s. (año 2006) para H5 (Figura 12a.4), y 209 mg·kg-1 m.s. (año 2003) para I30 (Figura 12a.1), mientras que, para los pecíolos, se sitúan entre 28,1 mg·kg-1 m.s. (año 2004) para I100 (Figura 12a.2), y 43,7 mg·kg-1 m.s. (año 2005) para I100 (Figura 12a.3).

124 Capítulo IV Resultados y discusión

V V V N N N

M M M

K K K J J J I I I brotación Díasdesde

25 50 75 100 125 150 175 Fe Mn Zn 12a. 4 12a. 4 12b. 12c.4 2006 2006 2006 0 0 0 5 0

50 40 35 30 25 20 15 10 400 300 200 100 400 350 300 250 200 150 100

V V V N N N M M M

K K K s para los años 2003, 2004, 2005 y 2006. Las barras verticales J J J

I I I brotación Díasdesde

pecíolo 25 50 75 100 125 150 175 Fe Mn Zn

3 12b. 12a. 3 12a. 12c.3 :vendimia. 2005 2005 2005 0 V 0 0 5 0 50 40 35 30 25 20 15 10 400 350 300 250 200 150 100 400 300 200 100 ) en limbos y .

m.s

V V V 1 - N N N

Kg · M mg M M (

K

K K J J J I

I I Días desde brotación Díasdesde Fe, Mn y Zn

Limbos Peciolos 25 50 75 100 125 150 175

Zn Fe Mn 12a.2 12c.2 12b. 2 12b. 2004 2004 2004

0 0 5 0 0 50 40 35 30 25 20 15 10 400 350 300 250 200 150 100 400 300 200 100

V V V

N N N M M M ndar de la media(n=3).de ndar á

maduración;N:herbáceo envero; deK: M: desarrollo labaya; ;

K K K J J J : cuajado : Días desde brotación Díasdesde J I I I Evolución Evolución estacional de la concentración de .

25 50 75 100 125 150 175 Fe Mn Zn 12a.1 1 12b. 2003 2003 12c.1 2003 0 0 0 5 0

50 40 35 30 25 20 15 10 Figura 12 est elerror representan floración; †I:

400 300 200 100 400 350 300 250 200 150 100 m.s.) (mg·kg Zn

m.s.) m.s.) (mg·kg Fe m.s.) (mg·kg Mn -1 -1

-1

125 Capítulo IV Resultados y discusión

Esta tendencia creciente en la concentración de este nutriente, a medida que avanza el ciclo vegetativo, es consistente con los resultados obtenidos por otros autores (Champagnol, 1984; Schreiner, 2005), mientras que contrasta con la ausencia de una tendencia estacional clara observada por Christensen (1969) en ‘Thompson Seedless’, por Romero et al. (2013) en ‘Tempranillo’, así como por Schreiner y Scagel (2006) en ´Pinot noir´. Pradubsuk y Davenport (2011) tampoco observan una dinámica estacional clara en el caso de los pecíolos, sin embargo, en los limbos encuentran una tendencia ascendente, que alcanza valores máximos entre envero y vendimia. Parejo (1995), por su parte, observa un comportamiento interanual desigual, acumulativo unos años y decreciente otros. En este sentido, Cummings (1977) también describe un comportamiento decreciente inicial en los limbos y pecíolos para, posteriormente, incrementar su concentración en Fe de forma irregular, desde mitad de verano hasta el final del ciclo. Domínguez et al. (2015), en ´Graciano´, indican un patrón acumulativo a lo largo del ciclo vegetativo con la excepción de dos momentos, inicio de floración y envero.

4.1.2.7. Manganeso Los resultados obtenidos para el Mn muestran una acumulación de este elemento en los dos tejidos conforme avanza el ciclo vegetativo (Figuras 12b). Esta evolución acumulativa es más marcada en el caso de los pecíolos durante todo el ciclo, mientras que en los limbos, tras un mayor ritmo acumulativo entre floración y cuajado, se ralentiza la acumulación hasta el final del ciclo de cultivo.

La diferencia de concentración existente entre ambos tejidos difiere a medida que transcurre el ciclo vegetativo, siendo sustancialmente superior a partir del inicio de envero en los años 2003, 2004 y, en menor medida, 2006, campaña en la que los pecíolos continúan mostrando un ritmo de acumulación todavía bastante acusado. Los limbos, sin embargo, tienden hacia una estabilización de su concentración, aunque este comportamiento no se observa en 2005 (Figura 12b.3).

126 Capítulo IV Resultados y discusión

Así, las mayores concentraciones para este elemento en el limbo se situaron entre 182 mg·kg-1 m.s. (año 2004) para N60 (Figura 12b.2) y 201 mg·kg-1 m.s. (año 2005) para M70 (Figura 12b.3), mientras que en el pecíolo, el rango obtenido va de los 216 mg·kg-1 m.s. (año 2005) para N80 (Figura 12b.3) y los 322 mg·kg-1 m.s. (año 2004) para N80 (Figura 12b.2). Finalmente, las menores concentraciones para el Mn, en el limbo, oscilaron entre 101 mg·kg-1 m.s. (año 2006) para H5 (Figura 12b.4) y 141 mg·kg-1 m.s. (año 2005) para M100 (Figura 12b.3). En el pecíolo, el rango obtenido se situó entre 59 mg·kg-1 m.s. (año 2006) para H5 (Figura 12b.4) y 138 mg·kg-1 m.s. (año 2005) para I100 (Figura 12b.3).

Esta tendencia acumulativa del Mn a lo largo del ciclo vegetativo también ha sido puesta de manifiesto por numerosos autores (Christensen, 1984; Schreiner, 2005; Schreiner y Scagel, 2006; Pradubsuk y Davenport, 2011; Domínguez et al., 2015), si bien contrasta con la disminución observada en limbo, entre floración y envero, por Schreiner et al. (2013). Parejo (1995), en ‘Cabernet Sauvignon’, habla de un comportamiento acumulativo de floración a envero, y decreciente de envero a caída de hoja. Domínguez et al. (2015) indican un comportamiento acumulativo en limbo y pecíolo hasta envero, momento a partir del cuál apuntan una estabilización en los niveles foliares hasta el momento de vendimia. Otros autores, en cambio, no observan una tendencia estacional clara a lo largo del ciclo (Romero et al., 2013).

Por otro lado, la CP1 en el estudio de componentes principales, mostraba una relación débil con este elemento, que no permitía posicionar claramente el pecíolo con una mayor concentración respecto al limbo. Por tanto, el estudio de la dinámica estacional para este elemento ayuda a comprender mejor los resultados obtenidos para la CP1. En este sentido, se observa que a partir de envero, el pecíolo mantuvo una mayor concentración que el limbo en todos los años de estudio, mientras que el limbo presentó mayores concentraciones en la floración. Entre floración y envero, se observaría una época de transición, en la que el limbo tiene mayor concentración y ésta va siendo superada por la del pecíolo, conforme se acerca el envero.

127 Capítulo IV Resultados y discusión

4.1.2.8. Zinc El zinc, en líneas generales, muestra un comportamiento bastante análogo entre los dos tejidos en los 4 años estudiados (Figuras 12c). Los pecíolos presentan una pauta de comportamiento marcadamente acumulativa a lo largo del ciclo que se intensifica a partir del envero. Por su parte, los limbos reflejan solamente un leve incremento en su concentración al inicio del ciclo, para disminuir paulatinamente a partir de los últimos estadíos de la fase fenológica del engrosamiento de la baya, e incluso a partir del inicio de envero. Estos resultados han sido puestos de manifiesto por otros autores para Vitis rotundifolia (Cummings, 1977), así como para ‘Garnacha’, entre otras variedades (Christensen, 1984) o ´Concord´ (Pradubsuk y Davenport, 2011). Para los pecíolos, sin embargo, Pradubsuk y Davenport (2011) indican una acumulación en los niveles de Zn de pre-floración a vendimia, para disminuir posteriormente de forma gradual. El comportamiento observado contrasta con los resultados de Christensen (1969) para ´Thompson Seedless´, de Parejo (1995) para ‘Cabernet Sauvignon’, de Schreiner (2005) para ‘Pinot noir’, de Schreiner y Scagel (2006) también para ´Pinot noir´, o con los de Romero et al. (2013), que tampoco observaron para el ‘Tempranillo’ una tendencia estacional clara de este elemento.

En relación a la concentración de este elemento en los pecíolos, éstos presentaron niveles superiores a los de los limbos a lo largo del ciclo vegetativo, intensificándose la diferencia de concentración entre ambos tejidos con el tiempo. Esta mayor diferencia de concentración entre limbos y pecíolos, a medida que avanza el ciclo, también ha sido puesta de manifiesto por otros autores (Cummings, 1977; Christensen, 1984; Pradubsuk y Davenport, 2011; Romero et al., 2013).

Por lo general, los niveles de este elemento en los limbos reflejan cierta similitud para los cuatro años de estudio. Por el contrario, y en el caso de los pecíolos, los niveles observados variaron más entre los distintos años. Así, las mayores concentraciones observadas en el limbo oscilaron entre 14,74 mg·kg-1 m.s. (año 2004) para K100 (Figura 12c.2) y 19,44 mg·kg-1 m.s. (año 2005) para K50 (Figura 12c.3), mientras que en el caso de los pecíolos, oscilaron entre 27,75 mg·kg-1 m.s. (año 2003) y 38,91 mg·kg-1 m.s. (año 2005) para N100 en ambos años (Figuras 12c.1 y 12c.3).

128 Capítulo IV Resultados y discusión

Por otro lado, los menores niveles alcanzados en los limbos oscilaron de los 9,77 mg·kg-1 m.s. (año 2004) para N60 (Figura 12c.2) a los 12,58 mg·kg-1 m.s. (año 2005) para N20 (Figura 12c.3). En los pecíolos, oscilaron entre 11,58 mg·kg-1 m.s. (año 2004) y 20,68 mg·kg-1 m.s. (año 2005) para cuajado de fruto en ambos años (Figuras 12c.2 y 12c.3).

4.1.2.9. Cobre La concentración de este elemento en torno a floración muestra unos niveles ligeramente superiores en los pecíolos, para ser progresivamente superados por los limbos a partir de cuajado (Figuras 13a5, 13a.6, 13a.7 y 13a.8).

El Cu muestra una pauta de comportamiento decreciente en los pecíolos. Los limbos, por su parte, parecen mostrar cierta tendencia hacia la estabilidad en su concentración, hasta el momento en que sus niveles aumentan drásticamente como consecuencia de la contaminación por la aplicación de productos fitosanitarios de base cúprica (Figuras 13a). Estos productos son empleados rutinariamente para el control de algunas enfermedades habituales de la vid, como es el mildiu (Plasmopara vitícola), lo que ha sido puesto de manifiesto por numerosos autores (Failla et al., 1995; Romero et al., 2013; Domínguez et al., 2015).

En general, se puede observar un incremento del contenido en Cu desde el estado de tamaño guisante, K35 en 2005 y K20 en 2006, debido a la aplicación de productos fitosanitarios. Este ritmo de acumulación prosigue hasta alcanzar unos niveles máximos, al final de envero en 2005 y al inicio de la maduración en 2004. A partir de ese momento, la reducción de tratamientos con productos agroquímicos hace que este elemento disminuya ligeramente su concentración hasta la época de vendimia.

Aun así, en el momento de vendimia, se alcanzaron concentraciones en los limbos que oscilaron desde los 7,37 mg·kg-1 m.s. del año 2003 (Figura 13a.1) y los 173 mg·kg-1 m.s. del año 2005 (Figura 13a.3). En los pecíolos variaron entre valores algo más reducidos,

129 Capítulo IV Resultados y discusión

2,60 mg·kg-1 m.s. (año 2003) (Figura 13a.1) y 36,33 mg·kg-1 m.s. (año 2005) (Figura 13a.3).

Analizando con detalle la evolución temprana en el ciclo vegetativo (Figuras 13a.5, 13a.6, 13a.7 y 13a.8), a partir de la floración se observa una tendencia decreciente en los pecíolos. Los limbos reflejaron cierta tendencia hacia la estabilización en su concentración, lo que contrasta con los resultados obtenidos por Schreiner (2005), quien observó un ritmo decreciente para este elemento en los limbos de ‘Pinot noir’ a lo largo de todo del ciclo vegetativo. Romero et al. (2013), en limbos y pecíolos de ‘Tempranillo’, comprobaron unos niveles relativamente constantes, desde floración hasta los muestreos próximos al envero, momento a partir del cual se detecta el efecto de los tratamientos fitosanitarios.

4.1.2.10. Boro Por lo general, los limbos mostraron un comportamiento inicial creciente hasta el cuajado, para disminuir paulatinamente hasta el momento de vendimia. Sin embargo, los pecíolos difieren en cuanto a su comportamiento, observándose en general una disminución a lo largo del ciclo. En la bibliografía, no hay una tendencia unánime respecto a la dinámica estacional de este elemento. En este sentido, hay autores que observan una tendencia acumulativa del B (Christensen, 1984), o bien una tendencia decreciente (Parejo, 1995; Pradubsuk y Davenport, 2011), aunque otros autores no observan una pauta de comportamiento clara a lo largo del ciclo vegetativo (Christensen, 1969; Szóke et al., 1992; Colugnati et al., 1992; Schreiner, 2005). Romero et al. (2013), para el ‘Tempranillo’, detectaron un aumento de concentración, más marcado en los limbos que en los pecíolos, desde el inicio del ciclo a floración-cuajado, para luego disminuir o permanecer relativamente estables hasta el momento de vendimia. En el estudio de Dominguez et al. (2015), también se advierte este tipo de comportamiento acumulativo, en limbo, hasta el estado de floración.

130 Capítulo IV Resultados y discusión

V V V N N N M M M

K K K J J J

I I I Días desde brotación Díasdesde

25 50 75 100 125 150 175 B Cu Cu 13a. 4 13a. 13a. 8 13a. 2006 4 13b. 2006 2006 0 0 9 6 3 0 0 65 15 12 80 60 40 20 260 195 130 120 100

V V V N N N M M M

K K K J J J

I I I brotación Díasdesde

s para losy 2005 años 2006. 2004, 2003, Las barras verticales representan 25 50 75 100 125 150 175 Cu B Cu 13a. 7 13a. 2005 2005 3 13a. 3 13b. 2005 0 pecíolo :vendimia. 9 6 3 0 0 0 V 15 12 65 80 60 40 20 260 195 130 120 100

V V V N ) en limbos ) limbos en y . N N m.s

M

M M 1 - Kg · K mg K K (

J J J

I I I Cu y B Días desde brtotación Díasdesde

Limbos Peciolos 25 50 75 100 125 150 175 Cu Cu B 13a.6 2004 2004 2 13b. 13a.2 2004 0 9 6 3 0 0 0 15 12 65 80 60 40 20 260 195 130 120 100 El Cu serepresentaCu El escalas. dos a

V V V N N N M M M K

K K J J J

maduración;N:herbáceo envero; cuajado; de K: M: desarrollo : labaya; J I I I ndar de la media(n=3).de ndar Días desde brotación Díasdesde á Evolución Evolución estacional la de de concentración . 25 50 75 100 125 150 175 rest Cu B Cu 13a. 1 13a. 2003 13a. 5 13a. 2003 1 13b.

2003 0 0 9 6 3 0 0 Figura 13 elerro floración; †I:

65 15 12 80 60 40 20

260 195 130

120 100 m.s.) (mg·kg Cu

m.s.) (mg·kg Cu

m.s.) (mg·kg B

-1 -1 -1

131 Capítulo IV Resultados y discusión

Por otra parte la mayor diferencia de concentración entre ambos tejidos se obtiene entre la floración y el cuajado, en donde la concentración de este elemento en los limbos se muestra superior a la de los pecíolos. Ahora bien, esta diferencia de concentración entre ambos tejidos se invierte a partir de envero, al disminuir paulatinamente la concentración del limbo, pasando el pecíolo a mostrar mayor concentración en tres de los cuatro años estudiados (Figuras 13b.2, 13b.3 y 13b.4). Este comportamiento justificaría la baja relación observada entre la CP1 y este elemento en el estudio de componentes principales (Tabla 14).

Los mayores niveles de este elemento, tanto en limbos como en pecíolos, se localizan entre floración y cuajado. En el caso de los limbos, tales valores se situaron entre 53,49 mg·kg-1 m.s. (año 2005) para el cuajado de fruto (Figura 13b.3) y 101,29 mg·kg-1 m.s. (año 2004) para I100 (Figura 13b.2), mientras que para los pecíolos, las concentraciones máximas oscilaron entre 48,26 mg·kg-1 m.s. (año 2006) también para el cuajado (Figura 13b.4) y 52,36 mg·kg-1 m.s. (año 2003) para I30 (Figura 13b.1). Por el contrario, los menores niveles de concentración en los limbos se observaron en torno al momento de vendimia, variando entre 26,38 mg·kg-1 m.s. (año 2005) para N60 (Figura 13b.3) y 48,07 mg·kg-1 m.s. (año 2003) para N100 (Figura 13b.1), mientras que el caso de los pecíolos se situaron, en general, entre fin de envero y vendimia, ubicándose entre 34,31 mg·kg-1 m.s. (año 2005) para N100 (Figura 13b.3) y 38,64 mg·kg-1 m.s. (año 2003) para M70 (Figura 13b.1).

4.1.3. VARIABILIDAD DE LA CONCENTRACIÓN DE NUTRIENTES A LO LARGO DEL CICLO VEGETATIVO EN LIMBO Y PECÍOLO

La representatividad de un tejido para el diagnóstico nutricional requiere de una alta fiabilidad en los resultados analíticos, para así reducir la incertidumbre a la hora de tomar una decisión de diagnóstico, mediante la comparación con unas referencias. Se debe tener en cuenta que es habitual que el diagnóstico nutricional se lleve a cabo, en

132 Capítulo IV Resultados y discusión situaciones rutinarias, a partir de muy pocas muestras que caractericen una parcela y, a menudo, a partir de una única muestra.

Esta variabilidad intra-muestreo en la concentración de un nutriente, entre las repeticiones, influye también en los estudios de evolución de nutrientes, dificultando determinar los períodos de estabilidad e impidiendo establecer los períodos de vigencia de las referencias. Así, la alta variabilidad intra-muestreo se traduce en una gran dificultad para detectar diferencias entre muestreos, ensanchando los períodos de estabilidad, que corresponderían a unas referencias dadas, fuera de su período real de vigencia, lo que se traduciría, finalmente, en mayores errores de diagnóstico.

El coeficiente de variación porcentual fue el procedimiento estadístico empleado para determinar la variabilidad entre las distintas repeticiones de un muestreo. Aunque el intervalo de confianza observado en las gráficas relativas a la dinámica estacional (Figuras 10 a 13), proporciona cierta información en este sentido, resulta más adecuado el empleo del coeficiente de variación porcentual (CV(%)) para tal fin. Este coeficiente relaciona la variabilidad existente entre las repeticiones de un muestreo, con su valor medio en tanto por ciento. En las Figuras 14 a 17 se muestran los CV(%) para los macronutrientes y micronutrientes, en limbo y pecíolo, a lo largo de los sucesivos estados fenológicos del ciclo vegetativo en la serie de años 2003-2006.

A continuación se muestran los resultados y discusión, para cada uno de los nutrientes estudiados.

4.1.3.1. Nitrógeno En general, el N (Figura 14a) mostró coeficientes de variación (CV(%)) superiores en los pecíolos frente a los limbos, durante la mayor parte del ciclo vegetativo. Los mayores CV(%) alcanzados en pecíolos fueron de 13,09% (J) (Figura 14a.1), 13,98% (J) (Figura 14a.2), 13, 10% (K75) (Figura 14a.3) y 12,34% (K35) (Figura 14a.4) para los años 2003, 2004, 2005 y 2006, respectivamente, mientras que en los limbos fueron de 5,97% (K75), 8,61% (M100), 5,44% (M70) y 5,83% (K100), respectivamente.

133 Capítulo IV Resultados y discusión

Las mayores diferencias entre ambos tejidos se observan fundamentalmente entre el cuajado y los muestreos realizados en los primeros estadíos del desarrollo herbáceo de la baya para los años 2003 y 2004, prolongándose hasta el inicio de envero en los años 2005 y 2006.

En relación a los momentos de diagnóstico principales, como son la floración y el envero, se ha observado en el momento de floración un menor CV(%) en los limbos para tres de los cuatro años estudiados (2003, 2005 y 2006). Para el envero, el limbo presentó un menor CV(%) que el pecíolo en 2003 y 2006, al inicio de envero en 2004 y 2005, así como al final de envero en 2005. El único de los muestreos de envero en el que el pecíolo tiene una menor variabilidad que el limbo, se observa al final de envero en 2004. Por lo que, en general, el limbo es un tejido más adecuado para el diagnóstico del N.

4.1.3.2. Fósforo En el caso del P (Figura 14b), también se observan CV(%) superiores en los pecíolos durante la mayor parte de los muestreos efectuados, siendo este patrón más evidente en los años 2004, 2005 y 2006, que en 2003. Los máximos CV(%) alcanzados en los pecíolos corresponden a los valores de 19,67% (N60) (Figura 14b.1), 29,65% (M20) (Figura 14b.2), 44,60% (K35) (Figura 14b.3) y 43,64% (K100) (Figura 14b.4) para los años 2003, 2004, 2005 y 2006, respectivamente, mientras que los máximos valores de CV(%) alcanzados por los limbos corresponden a 20,80% (N60) (Figura 14b.1), 15,47% (K20) (Figura 14b.2), 26,59 % (K75) (Figura 14b.3) y 23,28 % (K20) (Figura 14b.4).

Con respecto a los momentos de floración y el envero, se ha observado que en floración los limbos presentaron un menor CV(%) para los 4 años de ensayo. En envero, también el limbo mostró un menor CV(%) que el pecíolo en 2004, 2005 y 2006, así como para el inicio y final de envero de 2003. Por tanto, el limbo sería un tejido más adecuado que el pecíolo para el diagnóstico del P en floración y envero.

134 Capítulo IV Resultados y discusión

V V V N N N

M M M

K K K

J J J I I I brotación Díasdesde

25 50 75 100 125 150 175

K N P 14a. 4 14a. 14b. 4 14b. 14c.4 2006 2006 2006 0 8 6 4 2 0 0 5 0 14 12 10 50 40 30 20 10 40 35 30 25 20 15 10

V V V N N N M M M

a lo largo del ciclo vegetativo.delciclolargo lo a K K K

J J J olos í

I I I . Días desde brotación Díasdesde

Limbos Pecíolos 25 50 75 100 125 150 175 K N P 3 14a. 3 14b. 2005 14c.3 2005 2005 :vendimia 0 limbosypec V 8 6 4 2 0 0 0 14 12 10 50 40 30 20 10 60 50 40 30 20 10

V V V

N N N M M M

K K K J J J

I I I Días desde brotación Díasdesde

25 50 75 100 125 150 175 N 14a.2 P K 14b. 2 14b. 14c.2 2004 2004 2004 0 8 6 4 2 0 5 0 0 16 14 12 10 35 30 25 20 15 10 50 40 30 20 10

V V V

N N N M M M

K K K J J J Días desde brotación Díasdesde : cuajado; K: desarrollo herbáceo de la baya; M: envero; N: maduración;N:envero; deK:M: desarrollo : laherbáceo cuajado; baya; I I I

J . Coeficiente de variación porcentual (%) para la concentración de N, P y K enyK P N, la concentración de (%) para porcentual .variaciónCoeficiente de

25 50 75 100 125 150 175 N K 14a. 1 14a. P 14b. 1 14b. 2003 14c.1 2003 2003 0

8 6 4 2 0 5 0 5 0 I: floración; floración; I:

14 12 10 25 20 15 10

30 25 20 15 10 CV (%) N (%) CV CV (%) P (%) CV

K (%) CV Figura14 †

135 Capítulo IV Resultados y discusión

4.1.3.3. Potasio Referente al K (Figura 14c), los pecíolos mostraron CV(%) superiores a los limbos en la mayoría de los muestreos, a excepción de los realizados en floración (8,21% en limbo frente a un 7,09% en pecíolo), inicio de envero (14,54% en limbo frente a un 13,36% en pecíolo) y un muestreo intermedio de maduración (N40) (23,82% en limbo frente a un 20,08% en pecíolo) para el 2004 (Figura 14c.2), en cuajado de 2005 (7,34% en limbo frente a un 5,22% en pecíolo) (Figura 14c.3), y en prefloración (10,58% en limbo frente a un 6,06% en pecíolo) y final de envero (15,31% en limbo frente a un 11,08% en pecíolo) para el 2006 (Figura 14c.4) que, como se puede observar, mostraron pequeñas diferencias entre limbo y pecíolo.

No obstante, los mayores CV(%) alcanzados en los pecíolos fueron de 25,62% (N100) (Figura 14c.1), 43,87% (K100) (Figura 14c.2), 47,67% (M70) (Figura 14c.3) y 37,50% (N40) (Figura 14c.4) para la serie cronológica de años, mientras que los máximos CV(%) en los limbos fueron de 10,05% (N60) (Figura 14c.1), 23,82% (N40) (Figura 14c.2), 23,09% (N80) (Figura 14c.3) y 19,93% (N40) (Figura 14c.4).

Referente a los momentos de floración y envero, se ha observado un menor CV(%) en los limbos que en los pecíolos, o valores muy similares en ambos tejidos. Por tanto, también se podrían recomendar los limbos como un tejido más fiable que los pecíolos para el diagnóstico del K, en los momentos de floración y envero.

4.1.3.4. Calcio El Ca (Figura 15a), sin embargo, muestra una variabilidad muy parecida en los dos tejidos, alternándose el tejido con mayor CV(%), lo que dificulta la elección de un tejido concreto como referente. No obstante, parece que el pecíolo manifiesta una mayor reproducibilidad que el limbo, excepto en algunos estadíos del desarrollo herbáceo de la baya y al final de maduración para todos los años estudiados, así como en floración y envero de 2006.

136 Capítulo IV Resultados y discusión

V V N N M M

K K J J I I Días desde brotación Díasdesde

25 50 75 100 125 150 175 Ca 2006 Mg 2006 15a. 4 15a. 4 15b. 0 5 0 5 0 20 15 10 25 20 15 10

V V N N M M

vegetativo.delciclolargo lo a os K K ol í

J J I I brotación Díasdesde

25 50 75 100 125 150 175 :vendimia. V Ca 2005 2005 Mg 3 15a. 3 15b. 0 en limbos en ypec

8 6 4 2 0 8 6 4 2 0 14 12 10 18 16 14 12 10

CayMg V V

N N M M

K K J J I I brotación Díasdesde

25 50 75 100 125 150 175 Ca 2004 2004 Mg 15a.2 15b. 2 15b. 0 8 6 4 2 0 5 0 14 12 10 25 20 15 10

V V Limbos Pecíolos N N

M M

K K : cuajado; K: desarrollo herbáceo de la baya; M: envero; N: maduración;N:envero; deK:M: desarrollo : laherbáceo cuajado; baya; la concentración de (%) para porcentual variaciónficiente de J J J Días desde brotación Díasdesde I I Coe

. 15 25 50 75 100 125 150 175 Ca 2003 2003 Mg 15b. 1 15b. 15a. 1 15a. I: floración; floración; I: 0 Figura †

5 0 8 6 4 2 0

20 15 10 14 12 10 CV (%) Ca (%) CV Mg (%) CV

137 Capítulo IV Resultados y discusión

Los mayores CV(%) alcanzados en pecíolos fueron de 14,0% (I30) (Figura 15a.1), 8,30% (K20) (Figura 15a.2), 12,71% (J) (Figura 15a.3) y 11,83% (M100) (Figura 15a.4) para los años de estudio, mientras que los máximos CV(%) alcanzados en los limbos fueron de 15,80% (I30), 11,49% (N60), 11,29% (K20) y 16,91% (H50). No obstante, los CV(%) no rebasaron el 17% en ninguno de los tejidos para las cuatro campañas.

Con respecto a los momentos de diagnóstico principales, como son la floración y el envero, se ha observado un menor CV(%) en los pecíolos para la floración de 2003 y 2005, así como unos niveles muy parecidos entre los CV(%) de ambos tejidos en 2004 y 2006 (Figuras 15a), por lo que se podría considerar al pecíolo como el tejido más reproducible en floración para el análisis de Ca. Si consideramos el envero, los pecíolos presentan un menor CV(%) en 2004 y 2005, así como para el inicio de envero de 2006 y el final de envero de 2003. En definitiva, considerando el conjunto de los resultados, el pecíolo también parece ser el tejido con menor variabilidad para el momento de envero.

4.1.3.5. Magnesio El Mg (Figura 15b) muestra un comportamiento bastante similar al del Ca. En este sentido, el limbo manifiesta una mayor reproducibilidad en casi todos los muestreos de 2003. Sin embargo, la variabilidad entre ambos tejidos fue muy semejante en los otros tres años, con fuertes oscilaciones. No obstante, se aprecia cierta tendencia a una mayor reproducibilidad del pecíolo en 2004 y 2006, y para el limbo en 2003 y 2005.

Los mayores CV(%) alcanzados en los pecíolos fueron de 11,80% (M5) (Figura 15b.1), 17,41% (N20) (Figura 15b.2), 15,86% (M70) (Figura 15b.3) y 17,91% (M100) (Figura 15b.4) para la serie cronológica de años, mientras que los máximos CV(%) alcanzados en los limbos fueron de 10,04% (M70), 20,37% (N20), 15,05% (K20) y 20,65% (K35). En todo caso, los CV(%) máximos para ambos tejidos no superaron el 21% durante los cuatro años de estudio.

138 Capítulo IV Resultados y discusión

Con respecto al momento de diagnóstico, se ha observado un menor CV(%) en los limbos que en los pecíolos para la floración del 2003 y 2004, así como para el inicio de la floración del 2006. En cambio, para 2005 y la plena floración de 2006, alcanza un menor CV(%) en el pecíolo. Respecto al envero, los limbos mostraron un menor CV(%) que los pecíolos al inicio del envero de 2003, 2004 y 2005, así como al final de envero de 2006. Aun así, resulta difícil decantarse por un tejido concreto como el más adecuado.

4.1.3.6. Hierro El Fe (Figura 16a) parece mostrar una mayor reproducibilidad en el pecíolo. Los mayores CV(%) se producen, por tanto, en los limbos. Los máximos CV(%) alcanzados en los limbos fueron de 24,53% (K100) (Figura 16a.1), 23,65% (K75) (Figura 16a.2), 22,70% (K35) (Figura 16a.3) y 26,24% (H5) (Figura 16a.4) en 2003, 2004, 2005 y 2006, respectivamente. Respecto a los pecíolos, los máximos CV(%) se situaron en el 27,88% (N100), 21,52% (M20), 20,05% (J) y 17,90% (H50). En todo caso, los CV(%) máximos para ambos tejidos no superaron el 28% en ninguno de los cuatro años de estudio.

Teniendo en cuenta que se ha observado un menor CV(%) en los limbos para el inicio de floración de 2003, y que el menor CV(%) lo mostraron los pecíolos para la plena floración de 2004, 2005, y 2006, parece ser el pecíolo un tejido con menor variabilidad en plena floración. Respecto al envero, los limbos mostraron un menor CV(%) que el pecíolo en las campañas 2003 y 2004, al contrario de lo observado en 2005 y 2006, por lo que se hace difícil decantarse entre ambos tejidos.

4.1.3.7. Manganeso El Mn (Figura 16b) mostró una mayor variabilidad del pecíolo a lo largo del ciclo, siendo algo más marcada en los años 2005 y 2006. En este sentido, los máximos CV(%) alcanzados en los pecíolos corresponden a 22,45% (K100) (Figura 16b.1), 23,94% (N20) (Figura 16b.2), 32,91% (K100) (Figura 16b.3) y 37,08% (K50) (Figura 16b.4), en 2003, 2004, 2005 y 2006, respectivamente. Por su parte, los máximos CV(%) en los limbos fueron de 25,33% (K100), 20,83% (J), 24,33% (K100) y 35,40% (I30). En todo caso, los

139 Capítulo IV Resultados y discusión

CV(%) máximos para ambos tejidos han sido inferiores al 38% durante los cuatro años de estudio.

Con respecto a los momentos de floración y envero, se ha observado, en general, un menor CV(%) en los limbos para la plena floración del 2004 y 2006, en los pecíolos para el 2003, y un CV(%) similar para limbos y pecíolos en floración de 2005. Respecto al envero, los limbos mostraron un menor CV(%) que el pecíolo todos los años de estudio. En este contexto, se podría decir que el análisis del limbo en envero parece más adecuado que el del pecíolo. Sin embargo, en floración existe una mayor fluctuación interanual, en términos de variabilidad, para ambos tejidos.

4.1.3.8. Zinc El Zn (Figura 16c) manifestó mayores CV(%) en el pecíolo en la mayoría de los muestreos, siendo superado por el limbo únicamente en tres muestreos de 2003 y 2004, cinco del 2005 y siete del 2006. En este sentido, los máximos valores de CV(%) alcanzados en los pecíolos corresponden a 21,51% (K100) (Figura 16c.1), 34,56% (M100) (Figura 16c.2), 15,72% (K35) (Figura 16c.3) y 15,89% (M5) (Figura 16c.4) para la serie de años 2003-2006, respectivamente. Del mismo modo para los limbos, los máximos CV(%) fueron de 22,08% (K100), 20,13% (K20), 19,05% (M100) y 25,32% (I30). En todo caso, los CV(%) máximos, para ambos tejidos, fueron inferiores al 35% durante los cuatro años de estudio.

Con respecto a los momentos de floración y envero, se observó un menor CV(%) en los limbos en plena floración. Respecto al envero, los limbos presentaron un menor CV(%) que el pecíolo en los años 2003 y 2004, así como al inicio de envero del 2005 y 2006. Sin embargo, el pecíolo tiene menor variabilidad que el limbo al final de envero de 2005 y de 2006. Por tanto, el análisis del limbo en floración parece el más fiable para este elemento, mientras que en envero el limbo puede presentar mayores fluctuaciones, según el año.

140 Capítulo IV Resultados y discusión

V V V N N N

M M M

K K K

J J J I I brotación Díasdesde I

25 50 75 100 125 150 175 Mn Zn

Fe 2006 2006 2006 16a. 4 16a. 16b. 4 16b. 16c.4 0 5 0 5 0 5 0

30 25 20 15 10 40 35 30 25 20 15 10 30 25 20 15 10

V V V go del ciclo vegetativo. delciclo go N N N M M M

K K K J J J

I I I brotación Díasdesde

Limbos Pecíolos 25 50 75 100 125 150 175 Zn Mn Fe 2005 2005 2005 16b. 3 16b. 16c.3 16a. 3 16a. 0 5 0 5 0 5 0 25 20 15 10 35 30 25 20 15 10 25 20 15 10

V V V

N N N M M M

K K K J J J

I I I Días desde brotación Díasdesde

25 50 75 100 125 150 175 Zn Mn Fe 2004 2004 2004 16a. 2 16a. 16c.2 2 16b. 0 5 0 5 0 5 0 25 20 15 10 30 25 20 15 10 40 35 30 25 20 15 10

V V V

N N N M M M

K K K J J J Días desde brotación Díasdesde

I I I . Coeficiente de variación porcentual (%) para la concentración de Fe, Mn y Zn en limboslarlo yZnen pecíolosa Fe,la Mn concentración de (%) para porcentual .variaciónCoeficiente de

25 50 75 100 125 150 175 Zn Mn Fe 2003 2003 16a. 1 16a. 2003 16b. 1 16b. 16c.1

0

5 0 5 0 5 0

Figura16 maduración;vendimia.N:V: envero; deK:M: desarrollo J: laherbáceo cuajado; baya; floración; I: † 30 25 20 15 10 30 25 20 15 10 25 20 15 10

CV (%) Fe (%) CV Zn (%) CV

Mn (%) CV

141 Capítulo IV Resultados y discusión

4.1.3.9. Cobre El Cu (Figura 17a), muestra una mayor variabilidad en los limbos, especialmente a partir de los fuertes incrementos de concentración observados en los dos tejidos, como consecuencia de las contaminaciones originadas por los tratamientos fitosanitarios a base de este elemento. Los máximos valores de CV(%) alcanzados en los limbos corresponden a 23,94% (K75) (Figura 17a.1), 48,21% (N100) (Figura 17a.2), 24,76% (K50) (Figura 17a.3) y 33,36% (K20) (Figura 17a.4) para la serie de años 2003- 2006. Por otro lado, los mayores valores de CV(%) en los pecíolos corresponden a 27,58% (M100) (Figura 17a.1), 19,58% (M100) (Figura 17a.2), 21,55% (N60) (Figura 17a.3) y 26,31% (M100) (Figura 17a.4) para la serie de años 2003-2006.

Con respecto a la floración, se ha observado, en general, un menor CV(%) en los limbos para los años 2005 y 2006, mientras que en 2003 y 2004, el menor CV(%) fue para los pecíolos.

4.1.3.10. Boro Finalmente, el B (Figura 17b), expresa una mayor variabilidad en los limbos durante la mayor parte del ciclo vegetativo. Sin embargo en 2003 (Figura 17b.1), esta mayor variabilidad del limbo no fue tan acusada como en las otras tres campañas.

Los CV(%) máximos alcanzados en los limbos corresponden a valores de 19,19% (N100) (Figura 17b.1), 24.01% (M20) (Figura 17b.2), 16.30% (K100) (Figura 17b.3) y 14.94% (K20) (Figura 17b.4), para el 2003, 2004, 2005 y 2006, respectivamente. En pecíolos, los máximos CV(%) fueron de 8,78% (I30), 10,30% (N20), 9,61% (K75) y 7,85% (N20), para los cuatro años considerados.

En relación a los momentos de diagnóstico principales, como son la floración y el envero, se ha observado un menor CV(%) en los pecíolos en plena floración de 2004 y 2005, mientras que el CV(%) fue similar en los dos tejidos para los años 2003 y 2006. Con respecto al envero, también se constata un menor CV(%) en los pecíolos, tal y como se observa para los años 2003, 2004, 2006, y para el final de envero en 2005 (Figura 17b).

142 Capítulo IV Resultados y discusión

V V N N

M M

K K J J I I brotación Díasdesde

25 50 75 100 125 150 175 B Cu 2006 2006 17b. 4 17b.

17a. 4 17a. 0 5 0 8 6 4 2 0

40 35 30 25 20 15 10 16 14 12 10

etativo.

V V N N M

M

K K

J J I I brotación Díasdesde

olos a lo largo del ciclo vegdelciclolargo lo a olos í Limbos Pecíolos 25 50 75 100 125 150 175

B Cu 2005 2005 17a.3 3 17b. 0 :vendimia. 5 0 8 6 4 2 0 V 30 25 20 15 10 18 16 14 12 10

V V N N M M

K K

J J I I Días desde brotación Díasdesde

25 50 75 100 125 150 175 B Cu 17a. 2 17a.

2004 2004 17b. 2 17b. 0 0 5 0 60 50 40 30 20 10 30 25 20 15 10

V V

N N M M

K K

J J Días desde brotación Díasdesde : cuajado; K: desarrollo herbáceo de la baya; M: envero; N: maduración;N:envero; deK:M: desarrollo : laherbáceo cuajado; baya; I I J

. Coeficiente de variación porcentual (%) para la concentración de Cu yBlimbos Cu la en ypec concentración de (%) para porcentual .variaciónCoeficiente de 25 50 75 100 125 150 175 B Cu 2003 17a. 1 17a. 2003 1 17b. 0

5 0 5 0

I: floración; floración; I: 30 25 20 15 10 25 20 15 10

CV (%) B (%) CV Cu (%) CV Figura17 †

143 Capítulo IV Resultados y discusión

4.1.3.11. Discusión Tejido de muestreo Con respecto al tejido más adecuado para el diagnóstico nutricional, se puede comenzar indicando que los resultados fortalecen el análisis independiente del limbo y del pecíolo frente al de la hoja completa, de cara a conseguir diagnósticos nutricionales más precisos. En este sentido, los resultados muestran cómo, para prácticamente todos los nutrientes estudiados, uno de los dos tejidos (limbo o pecíolo) siempre presenta menor variabilidad (CV(%)) que el otro en el momento del análisis. Por tanto, la mezcla de ambos tejidos, tal como se podría considerar la muestra de hoja completa, difícilmente resulte una muestra con menor variabilidad y, por tanto, con mayor reproducibilidad, lo que conlleva una peor capacidad de representación del estado del viñedo a nivel nutricional.

Si consideramos el limbo o pecíolo por separado, como ya se ha comentado, el tejido a emplear en el diagnóstico nutricional debe ofrecer, entre otros requisitos, resultados reproducibles (Robinson, 1995, 2005; Wolpert y Anderson, 2007). La reproducibilidad general en ambos tejidos, evaluada mediante el coeficiente de variación (CV(%)), mostró una mayor variabilidad del N, P, K, Mn y Zn en el pecíolo durante la mayor parte del ciclo vegetativo, incluidos generalmente floración y envero. Por el contrario, el pecíolo mostró menor variabilidad que el limbo para el Fe, Cu y B al final de la floración, así como también para el B en envero.

Los resultados obtenidos sugieren, por tanto, que el pecíolo puede ser el mejor tejido a la hora de diagnosticar Fe, Cu y B al final de la floración, o el B en el envero, a partir de la comparación con unas referencias dadas. Por su parte, el limbo sería un tejido más apropiado para determinar si N, P, K, Mn y Zn muestran una inadecuada concentración, tanto en floración como envero. Estos resultados revisten gran interés, ya que el N, P y el K son los tres nutrientes más relevantes y habituales de cara al diseño de una estrategia de fertilización.

144 Capítulo IV Resultados y discusión

Por otro lado, el Ca y el Mg no mostraron una variabilidad claramente diferenciada a lo largo del ciclo en ninguno de los dos tejidos, así como el Fe en envero (Figuras 15, 16 y 17), por lo que no se puede establecer claramente, a nivel general, el mejor tejido para el diagnóstico de estos nutrientes. Será conveniente, por tanto, evaluar el comportamiento concreto de estos elementos, en ambos tejidos, para aquellos momentos utilizados habitualmente en el diagnóstico foliar, es decir, para los que existen referencias válidas para estos nutrientes. En esta línea, para el Ca y el Mg, Romero et al. (2013) y Domínguez et al. (2015) también observaron una variabilidad alterna entre tejidos, lo que dificulta relacionar un tejido concreto con una mayor o menor variabilidad.

La mayor variabilidad observada en el pecíolo puede estar relacionada con factores que afectan al estado hídrico del viñedo, como la exposición a la radiación solar, o la disponibilidad de nutrientes en un momento dado en la disolución del suelo y su relación de absorción, entre otros. Todos estos factores pueden generar grandes diferencias entre las repeticiones para un tejido conductivo como es el caso del pecíolo, aumentando por consiguiente la variabilidad de este tejido. Sin embargo, el limbo es un órgano más estable y muestra el estado nutricional más a medio plazo, por lo que el efecto puntual de estos factores se diluye.

Atendiendo a otros estudios, nuestros resultados estarían de acuerdo con la mayor reproducibilidad del N en limbo observada por Wolpert y Anderson (2007), así como también por Romero et al. (2013) y Domínguez et al. (2015). En este contexto, Romero et al. (2013), para el ‘Tempranillo’, apuntan las menores diferencias entre tejidos en el momento de floración, mientras que las mayores en envero. Sin embargo, las mayores diferencias observadas entre limbo y pecíolo de ‘Garnacha tinta’ se producen entre cuajado e inicio de envero. Bertoni y Morard (1982), por su parte, ratifican un mayor rango de variación en los pecíolos que en los limbos para el N.

Sobre el P y el K, Romero et al. (2013) para ‘Tempranillo’, y Domínguez et al. (2015) para ‘Graciano’, encontraron más reproducible el análisis del limbo que el del pecíolo. Cumminngs (1977), en Vitis rotundifolia, también observó una mayor variabilidad del

145 Capítulo IV Resultados y discusión pecíolo a lo largo de todo el ciclo vegetativo. Por otro lado, Conradie y Saayman (1989) indicaban que el análisis del pecíolo era más sensible a la hora de determinar variaciones en P y K en estudios de fertilización. En este sentido, Bertoni y Morard (1982) encontraron que el análisis del pecíolo era más sensible, pero menos fiable que el del limbo.

En relación a los micronutrientes, Romero et al. (2013), para el Fe y el Mn, no encontraron diferencias claras entre tejidos, lo que contrasta con la tendencia general a una mayor reproducibilidad observada en los pecíolos de ‘Garnacha tinta’ para el Fe, así como en los limbos para el Mn. Respecto al Zn, la mayor reproducibilidad observada en lo limbos para ‘Garnacha tinta’, también ha sido puesta de manifiesto para ‘Tempranillo’, aunque con gran dependencia del año (Romero et al., 2013). En el B, Romero et al. (2013) también observaron un CV(%) superior en los limbos que en los pecíolos. Asimismo, para el Cu, Romero et al. (2013) encontraron unos CV(%) similares entre limbo y pecíolo, hasta el momento en que se detecta la aplicación de productos fitosanitarios.

La mayor variabilidad general del pecíolo frente al limbo para algunos nutrientes, como el K o el P, respalda el hecho de que el pecíolo puede ser un tejido más sensible a alteraciones puntuales, y ofrecer mejores resultados que el limbo para detectar diferencias en el viñedo. En este sentido, en la bibliografía aparecen diversos estudios que muestran cómo el análisis del pecíolo refleja mejor la respuesta a la fertilización (Barvdo y Hepner, 1987; Conradie y Saayman, 1989), o a la variedad (Christensen, 1984; García-Escudero et al., 2001), entre otros factores. Sin embargo, el pecíolo podría ser un tejido menos útil de cara a determinar fiablemente qué nutrientes son requeridos por el viñedo cuando se compara un análisis con los valores de referencia para el N, P, K, Mn y Zn.

Finalmente, Bertoni y Morard (1982) indican que la selección exclusiva de un tejido, como sería la elección del pecíolo por su mayor sensibilidad, no puede prevalecer debido a su peor fiabilidad. Debido a ello, estos autores sugieren el análisis de los dos tejidos, con objeto de tener un mejor control de la nutrición y fertilización de la vid.

146 Capítulo IV Resultados y discusión

Momento de muestreo En términos del mejor momento para llevar a cabo un muestreo con fines de diagnóstico nutricional, para aquellos nutrientes que mostraban una variabilidad alterna entre ambos tejidos a lo largo del ciclo, con un comportamiento desigual y variable según el año, se hace necesario estudiar la variabilidad en los limbos y pecíolos en los momentos fenológicos concretos para los que se dispone una referencia, es decir, floración y envero.

Para el N, P y el K, en floración y en envero, los limbos tienen una mayor reproducibilidad que el pecíolo. Estos resultados, concuerdan con los obtenidos por Domínguez et al. (2015) para ‘Graciano’ y por Romero et al. (2013) en ‘Tempranillo’, con la excepción del P en floración para esta última variedad.

En plena floración (I100) la mayor reproducibilidad la mostraría el pecíolo para Fe y B, así como también para el B en envero. Romero et al. (2013), también observaron una mayor reproducibilidad del pecíolo para el B.

La reproducibilidad del Ca y del Mg en floración y en envero, así como del Fe en envero, no mostró diferencias claras entre tejidos y, por tanto, se podría llevar a cabo el diagnóstico en cualquiera de ellos, con similar fiabilidad. No obstante, en general se observa una tendencia hacia una mayor reproducibilidad del pecíolo para el Ca y del limbo para el Mg. De forma similar, Champagnol (1990) observó una mayor variabilidad de la concentración de Mg en el pecíolo que en el limbo.

Porro et al. (1995) indican que la elección del momento de muestreo debería realizarse según el objetivo perseguido. En este sentido, proponen analizar el P, K, Ca y el Mg en cuajado, así como el N en envero, como test nutricional para evaluar la fertilidad del suelo. Sin embargo, proponen el análisis del N en cuajado, y de los otros nutrientes comentados en envero, cuando se quiere evaluar el efecto de distintos factores, ambientales y culturales, sobre la nutrición de la vid.

147 Capítulo IV Resultados y discusión

Por otro lado, podría darse el caso de tener que realizar un diagnóstico de la vid en un estado fenológico diferente al recomendado, o de disponer únicamente del análisis del tejido con menor reproducibilidad en un momento dado. La mayor variabilidad podría reducirse por medio de un protocolo de muestreo más intenso como, por ejemplo, el muestreo de un mayor número de limbos o pecíolos dentro de cada repetición (Romero et al., 2013). Además, se debería reducir la influencia de otros factores que podrían incrementar la variabilidad, como el conocer las diferencias dentro del propio viñedo, considerar las precipitaciones, o la combinación cultivar-portainjerto (Champagnol, 1990; Robinson, 2005; Wolpert et al., 2005).

4.1.4. IDENTIFICACIÓN DE LOS PERÍODOS DE ESTABILIDAD EN LA COMPOSICIÓN MINERAL DE LIMBO Y PECÍOLO

El momento de muestreo para realizar un análisis foliar debe comprender un período de tiempo estable en cuanto a la composición mineral del tejido muestreado (Robinson, 1995; Cadahía y Lucena, 2005). Estos períodos de estabilidad son fundamentales para elegir épocas en las que establecer referencias nutricionales con las que comparar, así como para acotar el período de validez de dichas referencias. En definitiva, y a nivel práctico, es importante conocer la duración real del período recomendado para el muestreo de limbos y pecíolos, para que la comparación con sus referencias nutricionales sea una comparación válida.

Con el fin de establecer el período de vigencia de unas referencias en ‘Garnacha tinta’, para cada nutriente estudiado, la estabilidad química de la concentración de cada nutriente se estudió a lo largo del ciclo vegetativo. Se debe recordar que el ANOVA factorial doble (momento fenológico x año), que se llevó a cabo para la serie de años 2003 a 2006, mostraba que tanto el momento de muestreo como el año eran estadísticamente significativos (p≤0.01) para todos los nutrientes y en ambos tejidos (Tabla 15). Estos resultados sugerían que los períodos de estabilidad debían ser

148 Capítulo IV Resultados y discusión estudiados para cada año individualmente, debido al diferente efecto en que distintos factores tendrían, sobre la composición mineral de limbos y pecíolos los distintos años.

Los períodos de estabilidad deben entenderse como el conjunto de muestreos, consecutivos en el tiempo, que no muestran diferencias en el contenido de cada nutriente debido a la similitud de sus contenidos minerales. Dichos períodos fueron determinados mediante un ANOVA de un factor y Test de comparación de medias Tukey (p≤0,05) para cada nutriente, año y tejido, con el fin de determinar diferencias significativas a lo largo de los sucesivos momentos de muestreo del ciclo vegetativo (Tabla 26). De esta manera, se obtuvieron distintos períodos de estabilidad, más o menos prolongados en el tiempo, para cada nutriente, tejido y año de ensayo.

El período de vigencia para comparar el resultado de un análisis foliar con el de una referencia nutricional dada, debería definirse como aquel período de estabilidad nutricional que incluye el estado fenológico de la referencia, en el cual no existen diferencias significativas para la concentración de cada nutriente entre los muestreos incluidos en dicho período. Sin embargo, se debe considerar que una elevada variabilidad en la concentración de nutrientes entre las repeticiones de cada muestreo, puede generar también la ausencia de diferencias significativas y, por consiguiente, largos períodos de supuesta estabilidad.

Asimismo, la bibliografía apuesta ampliamente por dos momentos fenológicos como los mejores períodos para llevar a cabo la evaluación del estado nutricional de la vid. Estos son, los momentos de floración y envero (Robinson, 2005). Debido a ello, se prestará especial atención, dentro de los distintos períodos de estabilidad obtenidos, a aquellos períodos que engloben parcialmente o en su totalidad los períodos de floración y envero.

En la Tabla 26, se puede observar que todos los elementos mostraron diferencias significativas entre muestreos para los dos tejidos, excepto en el caso del Mn en el limbo en 2003, 2004, y en el pecíolo en 2005; para el Zn en el limbo en 2003; para el K

149 Capítulo IV Resultados y discusión en el pecíolo en 2003 y 2006, así como en este mismo elemento en los dos tejidos en 2004 (Tabla 26).

Tabla 26. Nivel de significación para el ANOVA de un factor. Efecto del momento de muestreo sobre la concentración mineral de los nutrientes en limbo y pecíolo para los años 2003, 2004, 2005 y 2006.

2003 2004 2005 2006

Limbo Pecíolo Limbo Pecíolo Limbo Pecíolo Limbo Pecíolo

N 0.000 0.000 0.000 0.000 0.000 0.000 0.000 0.000 P 0.000 0.000 0.000 0.000 0.000 0.000 0.000 0.000 K 0.000 0,240 n.s. 0,317 n.s. 0,618 n.s. 0.023 0.022 0.005 0,211 n.s. Ca 0.000 0.000 0.000 0.000 0.000 0.000 0.000 0.000 Mg 0.000 0.000 0.000 0.000 0.004 0.000 0.000 0.000 Fe 0.000 0.000 0.000 0.000 0.039 0.000 0.000 0.000 Mn 0,138 n.s. 0.000 0,076 n.s. 0.000 0.045 0,403 n.s. 0.037 0.000 Zn 0,133 n.s. 0.000 0.000 0.000 0.000 0.000 0.006 0.000 Cu 0.000 0.000 0.000 0.000 0.000 0.000 0.000 0.000 B 0.000 0.000 0.000 0.000 0.000 0.000 0.000 0.000 n.s.: no significativo (p≤0.05).

El criterio adoptado para la elección de los períodos de estabilidad contempla la existencia de cuatro o más muestreos consecutivos que no presenten diferencias significativas entre ellos. Sin embargo, en el período que abarca la plena floración y el cuajado se consideraron suficientes dos muestreos consecutivos, debido a su corta duración en el tiempo y a la rapidez con la que evolucionan las concentraciones de nutrientes en dicha época.

Los resultados mostraron gran número de posibles períodos de estabilidad, aunque se ha decidido mostrar únicamente aquellos períodos que contuviesen la floración- cuajado o el envero, por ser momentos fácilmente identificables de cara al muestreo y, además, porque la mayoría de las referencias disponibles para llevar a cabo un diagnóstico nutricional, en limbo y pecíolo de Vitis vinifera L., están diseñadas precisamente para dichos momentos fenológicos. Debido a esto, los demás momentos de estabilidad obtenidos para cada elemento mineral, sólo se podrían considerar útiles si se diseñan referencias específicas para esos momentos fenológicos.

150 Capítulo IV Resultados y discusión

Asimismo, también resulta interesante, desde un punto de vista meramente práctico, identificar aquellos períodos de estabilidad comunes a todos los nutrientes, y que hayan sido detectados todos los años de estudio. Es decir, detectar aquellos períodos que recomendarían muestrear en momentos del ciclo que permitieran el diagnóstico nutricional simultáneo de todos los elementos minerales estudiados o, en su defecto, del mayor número posible de ellos, en cada uno de los tejidos. Estas consideraciones reducen, por supuesto, la duración del posible período de vigencia para unas referencias.

En este caso, se han identificado en los limbos y en los pecíolos dos períodos de muestreo, comunes para los cuatro años, adecuados para el diagnostico simultáneo de todos los nutrientes estudiados (descartando el Cu), los cuales se han representado visualmente mediante unas áreas coloreadas en las Figuras 18, 19, 20 y 21.

Todos estos períodos están representados en las Figuras 18 y 19 para los limbos y en las Figuras 20 y 21 para los pecíolos. El cobre no se incluye en esta parte del estudio, debido a que las contaminaciones originadas por los tratamientos fitosanitarios de base cúprica han impedido el correcto estudio de períodos de estabilidad en este elemento.

4.1.4.1. Períodos de estabilidad en limbos En las Figuras 18 y 19, se muestran los períodos de estabilidad para los limbos que incluyeron, total o parcialmente, los períodos de floración-cuajado y/o envero. Estos momentos son fácilmente identificables, por lo que se reducen posibles fuentes de error en el momento de muestreo.

Períodos de estabilidad en torno a floración Para el N (Figura 18), respecto al período de floración en los años 2004 y 2006 se observa un período de estabilidad que se extiende desde la plena floración (I100) hasta el cuajado (J). En 2005, no se encontró un período de estabilidad en la floración, y el único que une dos muestreos consecutivos lo hace para los muestreos de cuajado (J) e inicio del desarrollo herbáceo de la baya (K5). Sin embargo, este período y el muestreo

151 Capítulo IV Resultados y discusión de floración (I100) no podrían compartir una referencia. Finalmente para el 2003, no se detectaron períodos sin diferencias significativas entre los muestreos de floración (I30) y cuajado (J), asociado a la ausencia del muestreo de I100 para ese año. Por consiguiente, estos resultados indican que una referencia para el N en plena floración (I100) no siempre será válida en cuajado (J), debido a la incertidumbre observada por el factor año.

Sin embargo el P, así como el resto de macronutrientes (Figura 18) y micronutrientes (Figura19), muestran un período de estabilidad común (zona sombreada) que no cubre siempre el período de floración en su totalidad en los cuatro años estudiados, pero cubre el período que abarca desde la plena floración (I100) al cuajado (J).

A partir de estos resultados, en general, una referencia en plena floración (I100) sería también válida en cuajado (J) para el diagnóstico nutricional de la mayoría de los nutrientes estudiados en limbo de ‘Garnacha tinta’, a excepción del N y del Cu, como ya se ha comentado (Figuras 18 y 19).

Períodos de estabilidad en torno a envero Respecto al envero, un período de estabilidad para el N se extiende desde los estadíos medios del desarrollo herbáceo de la baya (K35), en 2004 y 2005, hasta el período de maduración (N80), cubriendo así la totalidad del envero. Sin embargo, en 2003 y 2006, este período abarca únicamente desde el cierre de racimo (K100). Por consiguiente, una referencia para el N obtenida en envero tendría vigencia desde el cierre de racimo (K100) hasta un estadío avanzado de la maduración (N80) (Figura 18).

El P y el K muestran diferencias anuales en los períodos de estabilidad, lo que supone no abarcar la totalidad del envero en el año 2003 (Figura 18). Estas diferencias se deben a cambios bruscos en la concentración de estos nutrientes entre sucesivos muestreos. Sin embargo, largos períodos de estabilidad abarcan la mayor parte de los muestreos del ciclo vegetativo de las campañas 2004, 2005 y 2006, para ambos nutrientes. Por tanto, debido a estas diferencias anuales observadas para el P y el K,

152 Capítulo IV Resultados y discusión una referencia dada para el envero no será igual de efectiva todos los años, a lo largo de este período, para diagnosticar estos nutrientes.

Pre-floración Floración Desarrollo herbáceo de la baya Envero Maduración Código† H5 H50 I30 I100 J K5 K20 K35 K50 K75 K100 M5 M20 M70 M100 N20 N40 N60 N80 N100 DDB‡ 35 42 49 57 64 71 78 85 92 99 106 112 116 121 127 134 139 143 148 155

2003 3,07a 2,74b 1,99c 2,07c 2,02c 1,87c 2,01c 2,07c

m.s.) 2004 2,85a 2,60a 2,30b 2,17b 2,21b 2,27b 2,27b 2,20b 2,08b 2,17b 2,11b 2,03b -1 2005 2,84a 2,21c 2,21c 2,14c 2,22c 1,99c 2,19c 2,15c 2,17c 2,12c 2,12c 2,58b 2,53b N ( g·100 g 2006 2,68a 2,63a 1,96b 1,94b 1,91b 2,01b 1,97b 2,07b 2,05b 1,95b

2003 0,29a 0,27a 0,22b 0,24b 0,19b 0,19b 0,24b 0,17c 0,15c 0,16c 0,16c

2004 0,22a 0,21a 0,18a 0,18a 0,19a 0,20a 0,20a 0,18a 0,21b 0,18b 0,18b 0,19b 0,20b 0,20b 0,18b 0,17b 0,16b 0,18b 0,16b 0,17b 0,16b m.s.) -1 2005 0,22a 0,21a 0,20a 0,18a 0,18a 0,19a 0,17a 0,15a 0,17a 0,18a 0,15a 0,18b 0,18b 0,19b 0,17b 0,15b 0,17b 0,18b 0,15b 0,13b 0,13b 0,15b 0,14b ( g·100 g P 2006 0,26a 0,24a 0,27a 0,22a 0,22a 0,20b 0,17b 0,16b 0,18b 0,17b 0,17b 0,17b 0,15b 0,15b 0,16b 0,15b 0,14b 0,13b

2003 1,01a 1,07a 1,13b 1,07b 1,12b 1,05b 1,05c 0,94c 0,94d 0,88d 0,95d m.s.) -1 2004 0,89a 0,84a 0,80a 0,88a 0,96a 0,86a 1,09a 1,02a 0,95a 0,92a 0,94a 0,91a 0,83a 0,78a 0,84a

2005 1,06a 1,11a 1,21a 1,06a 1,05a 1,13a 1,11a 1,08a 1,08a 1,05a 0,95a 0,85a ( g·100 g

K 1,06b 1,05b 1,13b 1,11b 1,08b 1,08b 1,05b 0,95b 0,85b 0,75b 0,96b 0,88b

2006 0,90a 0,94a 0,97a 0,91a 0,89a 0,93a 1,11a 1,13a 1,16a 1,12a 1,06a 1,06a 0,98a 0,96a 1,00a 0,94a

2003 2,13a 2,80b 3,21c 3,22c 3,41c 3,20c 3,23c

2004 2,56a 2,46a 2,69a 2,77a 2,75a 2,89a 2,98a 3,02a 3,02b 3,42b 3,39b 3,48b 3,65b 3,61b 3,47b 3,06b m.s.) -1 2005 2,16a 2,43a 2,43b 2,74b 2,78b 2,71b 2,71b 2,56b 2,57b 2,84b 2,84c 3,23c 2,85c 2,84c 3,11c Ca ( g·100 g 2006 2,13a 2,45a 2,77a 2,77a 2,77b 2,77b 2,80b 2,74b 2,85b 2,89b 3,11b 3,07b 3,11b 2,98b 3,04b 3,26b 3,29b 3,25b

2003 0,32a 0,40a 0,44b 0,47b 0,48b 0,46b 0,44b

2004 0,46a 0,43a 0,43a 0,45a 0,46a 0,48a 0,47a 0,49a 0,55a 0,52a m.s.)

-1 0,45b 0,46b 0,48b 0,47b 0,49b 0,55b 0,52b 0,58b 0,60b 0,59b 0,58b 0,54b g

2005 0,33a 0,37a 0,37a 0,40a 0,38a 0,39a 0,38a 0,39a 0,38a 0,37b 0,40b 0,38b 0,39b 0,38b 0,39b 0,38b 0,45b 0,41b 0,37b 0,43b 0,47b 0,41b Mg Mg ( g·100 2006 0,31a 0,34a 0,35a 0,37a 0,35a 0,36a 0,36a 0,38a 0,40a 0,37a 0,41a 0,38a 0,38a 0,43a 0,43a 0,42a

Figura 18. Períodos de estabilidad para los macronutrientes en limbos (g·100g-1 m.s.). Años 2003-2006. Diferentes letras entre momentos de muestreo expresan diferencias significativas a p≤0,05 usando el test de Tukey. El período coloreado muestra el período de estabilidad común para el diagnóstico simultáneo de todos los nutrientes. †Valor numérico del código: proporción en el tiempo del estado fenológico. ‡Días después de brotación.

153 Capítulo IV Resultados y discusión

Respecto a Ca y el Mg, estos elementos no mostraron diferencias entre muestreos consecutivos a lo largo del envero. Por consiguiente, una referencia para el Ca, obtenida en envero, tendría una vigencia que se extendería desde el inicio de envero (M5) hasta un estadío avanzado de la maduración (N60) (Figura 18). Por otro lado, una referencia para el Mg en envero, sería también válida desde al menos el inicio de envero (M5) hasta la vendimia (N100).

En cuanto a los micronutrientes en envero, el período de estabilidad para el Fe abarca desde el inicio de envero (M5) hasta al menos una semana después de final de envero (N20) (Figura 19). El Mn, debido a la alta variabilidad en sus concentraciones, presenta un único período de estabilidad, que abarcaría todo el ciclo vegetativo. La alta variabilidad en la concentración de Mn en los limbos (Figura 19), desde floración (I100) hasta vendimia (N100), permitiría plantear una referencia común para todo el período vegetativo, aunque tendría un rango más amplio de lo deseable y, por consiguiente, sería menos eficaz. Un mejor diagnóstico podría ser realizado si, independientemente de la ausencia de diferencias, se diseñasen unas referencias para floración (I100) y otras para envero (M) por separado. Finalmente, Zn y B muestran un período de estabilidad que al menos cubre la totalidad del envero (Figura 19).

Respecto al diagnóstico conjunto en envero para limbo de ‘Garnacha tinta’, los resultados indican que se podrían diagnosticar los macronutrientes en el período comprendido entre inicio de envero (M5) y el 60% de la maduración (N60) (Figura 18). Sin embargo, este período es más corto en el caso de los micronutrientes, abarcando únicamente el envero. El Fe, Zn y el B serían los responsables de este recorte del período de diagnóstico simultáneo (Figura 19). Por consiguiente, en la totalidad del envero se podrían diagnosticar simultáneamente los macronutrientes y micronutrientes en limbo, mediante la comparación con unas referencias diseñadas para cualquier momento de dicho momento fenológico.

154 Capítulo IV Resultados y discusión

Pre-floración Floración Desarrollo herbáceo de la baya Envero Maduración Código† H5 H50 I30 I100 J K5 K20 K35 K50 K75 K100 M5 M20 M70 M100 N20 N40 N60 N80 N100 DDB‡ 35 42 49 57 64 71 78 85 92 99 106 112 116 121 127 134 139 143 148 155

2003 210a 373b 359c 299c 281c 338c 350c 275c 290c 348c

2004 101a 123a 154a 130a 157a m.s.)

-1 204b 211b 259b 227b 224b 292b 253b 285b 285b 225b

2005 221a 198a 249a 247a 258a 226a 248a 258a 272a 248b 258b 272b 349b 232b 230b Fe (mg·kg Fe

2006 200a 255a 260a 238a 223a 239a 258a 338b 266b 239b 242b 236b

2003 128a 143a 164a 188a 155a 155a 177a 166a 168a 157a 159a m.s.)

-1 2004 143a 139a 147a 152a 154a 164a 156a 159a 171a 168a 180a 179a 182a 178a 149a

2005 169a 184a 179a 188a 194a 186a 166a 183a 200a 201a 141a 161a 166a 189a 150a

Mn Mn (mg·kg 2006 118a 134a 159a 194a 175a 185a 186a 177a 153a 194a 184a 184a 167a 169a 181a 177a 164a

2003 12,3a 12,4a 11,7a 13,6a 12,9a 13,9a 14,5a 13,6a 13,8a 14,9a 15,3a

m.s.) 2004 11,8a 12,1a 13,2a 13,7a 12,9a 14,4a 14,0a 14,7a 14,1a -1 -1 14,1b 10,5b 11,6b 10,5b

2005 12,9a 15,7a 16,9a 15,4a 14,5a 15,1b 17,8b 15,8b 17,0b 14,0b Zn (mg·kg Zn 2006 11,9a 11,0a 12,2a 12,5a 14,9a 11,8a 14,6a 12,9a 13,5a 14,4a 11,6a 12,5a 11,0a 11,5a 12,1a 11,6a

2003 65,8a 82,2b 79,2b 53,0c 60,2c 49,1c 54,1c 48,8c 48,1c

2004 101a 92,8a 96,6a 83,4a 52,2b 40,8b 44,3b 37,2b m.s.) -1 2005 50,6a 53,5a 50,1a 50,4a 46,1a 42,2a 43,2a 38,9b 40,5b 40,5b 30,9b (mg·kg B 2006 60,9a 64,0a 69,3a 60,0a 52,9b 51,1b 47,7b 43,7b 42,6b 52,6b 41,9b 41,8b

Figura 19. Períodos de estabilidad para los micronutrientes en limbos (mg·kg-1 m.s.). Años 2003-2006. Diferentes letras entre momentos de muestreo expresan diferencias significativas a p≤0,05 usando el test de Tukey. El período coloreado muestra el período de estabilidad común para el diagnóstico simultáneo de todos los nutrientes. †Valor numérico del código: proporción en el tiempo del estado fenológico. ‡Días después de brotación.

4.1.4.2. Períodos de estabilidad en pecíolos Las Figuras 20 y 21 muestran los períodos de estabilidad que abarcan la floración y el envero para la concentración de macronutrientes y micronutrientes en pecíolos.

Períodos de estabilidad en torno a floración En el estado fenológico de floración, excepto para el N, se observa un período común de estabilidad (sombreado de las Figuras 20 y 21) que se extiende desde la plena floración (I100) hasta el cuajado (J). Sin embargo, el N muestra una fluctuación anual que indica que una referencia en plena floración (I100) no siempre tendría validez en cuajado (J) (Figura 20).

155 Capítulo IV Resultados y discusión

Pre-floración Floración Desarrollo herbáceo de la baya Envero Maduración Código† H5 H50 I30 I100 J K5 K20 K35 K50 K75 K100 M5 M20 M70 M100 N20 N40 N60 N80 N100 DDB‡ 35 42 49 57 64 71 78 85 92 99 106 112 116 121 127 134 139 143 148 155

2003 1,79a 1,39b 1,21b 1,06c 1,00c 0,93c 0,90c 0,88c 0,94c 1,05c

m.s.) 2004 1,88a 1,68a 0,83b 0,71b 0,70b 0,70b 0,76b 0,72b 0,73b 0,75b 0,68b 0,68b -1 2005 1,16a 1,01a 0,79b 0,75b 0,76b 0,74b 0,69b 0,63b 0,69b 0,68b 0,65b 0,65b

N ( g·100 g 2006 1,44a 1,52a 1,33a 1,06b 0,98b 0,94b 0,89b 0,78c 0,80c 0,82c 0,72c 0,72c 0,74c 0,64c 0,64c 0,66c 0,72c

2003 0,45a 0,53a 0,48a 0,46a 0,38b 0,39b 0,42b 0,33b 0,34b 0,30b

2004 0,45a 0,45a 0,39a 0,36a 0,35a 0,36a 0,34a 0,32a 0,32a 0,30a 0,31a m.s.) -1 0,36b 0,35b 0,36b 0,34b 0,32b 0,32b 0,30b 0,31b 0,25b 0,26b

2005 0,43a 0,45a 0,45a 0,38a 0,37a 0,33a 0,34a 0,30a 0,30a 0,29a 0,19a 0,20a 0,18a ( g·100 g P 2006 0,41a 0,38a 0,42a 0,44a 0,40a 0,38a 0,31a 0,29a 0,26a 0,28a 0,24a 0,25a 0,28a 0,38b 0,31b 0,29b 0,26b 0,28b 0,24b 0,25b 0,28b 0,21b 0,21b 0,17b 0,16b

2003 1,91a 2,12a 1,79a 1,78a 1,57a 1,95a 1,62a 1,60a 1,74a 1,50a 1,77a m.s.)

-1 2004 1,26a 1,28a 1,18a 1,21a 1,23a 1,06a 1,48a 1,19a 1,18a 1,34a 1,39a 1,08a 0,98a 1,12a 1,43a g

2005 2,08a 2,32a 2,82a 2,47a 2,66a 2,16a 2,42a 2,05a 2,32a 1,86a 1,77a 1,80a 1,36a 1,30a 1,42a ( g·100

K 2006 2,20a 1,50a 1,50a 1,66a 1,75a 1,92a 2,11a 1,80a 2,09a 2,22a 2,10a 2,15a 2,26a 2,11a 1,72a 1,50a 1,68a 1,58a

2003 1,68a 2,54b 2,57b 2,71b 2,50b 2,34b 2,49b 2,43b 2,55b 2,36b 2,63b

2004 2,13a 2,17a 2,33a 2,41a 2,19a 2,42a 2,32a 2,28a 2,33a 2,25a 2,17b 2,33b 2,41b 2,19b 2,42b 2,32b 2,28b 2,33b 2,25b 2,55b 2,43b m.s.) -1 2005 2,04a 2,25a 2,60b 2,58b 2,36b 2,31b 2,31b 2,47b 2,64b 2,47c 2,64c 2,71c 2,64c Ca ( g·100 g 2006 2,12a 2,38a 2,38b 2,66b 2,53b 2,27b 2,43b 2,44b 2,42b 2,38b 2,42b 2,60b 2,54b 2,74b 2,61b 2,51b 2,44b

2003 1,01a 1,23a 1,38b 1,54b 1,47b 1,42b 1,58b 1,56b 1,61b 1,70b

2004 1,30a 1,35a 1,44a 1,51a 1,54a m.s.)

-1 1,54b 1,73b 1,55b 1,78b 1,69b 1,84b 1,99b

2005 1,09a 1,23a 1,23a 1,31a 1,41a 1,42a 1,31a 1,36a 1,45a 1,31b 1,41b 1,42b 1,31b 1,36b 1,45b 1,63b 1,61b 1,59b 1,73b Mg Mg ( g·100 g 2006 0,95a 1,10a 1,22a 1,18a 1,33b 1,36b 1,36b 1,47b 1,58b 1,63b 1,75b 1,67b 1,66b 1,74b

Figura 20. Períodos de estabilidad para los macronutrientes en pecíolos (g·100g-1 m.s.). Años 2003-2006. Diferentes letras entre momentos de muestreo expresan diferencias significativas a p≤0,05 usando el test de Tukey. El período coloreado muestra el período de estabilidad común para el diagnóstico simultáneo de todos los nutrientes. †Valor numérico del código: proporción en el tiempo del estado fenológico. ‡Días después de brotación.

156 Capítulo IV Resultados y discusión

Pre-floración Floración Desarrollo herbáceo de la baya Envero Maduración Codigo† H5 H50 I30 I100 J K5 K20 K35 K50 K75 K100 M5 M20 M70 M100 N20 N40 N60 N80 N100 DDB‡ 35 42 49 57 64 71 78 85 92 99 106 112 116 121 127 134 139 143 148 155

2003 44,6a 59,9a 56,7b 51,9b 66,2b 52,4b 56,0b 47,9b

2004 28,1a 39,4a 47,8b 54,4b 46,1b 40,8b 44,3b 46,5b 41,6b m.s.) -1 2005 43,7a 47,7a 64,6a 58,7a 63,2a 47,8a 60,1a 50,5a 45,4a 55,8a 57,1a 64,0a 66,3b 62,9b 81,5b

Fe (mg·kg Fe 2006 52,1a 51,1a 59,4a 58,2a 55,0a 54,7a 54,4a 69,1b 74,9b 74,7b 79,2b 70,3b 70,3c 55,2c 52,5c

2003 67,6a 118a 216b 225b 244b 272b

2004 122a 135a 143a 159a 164a 175a 168a m.s.)

-1 204b 206b 228b 266b 273b

2005 138a 175a 149a 169a 176a 157a 139a 157a 175a 185a 192a 173a 195a 216a 186a

Mn (mg·kg Mn 2006 80,2a 87,2a 116a 167a 156a 155a 149a 145a 146a 152a 159a 116b 167b 156b 155b 149b 145b 146b 152b 159b 177b 199b 221b 206b 223b 235b

2003 16,0a 15,2a 17,2a 20,5a 19,0a 23,6a 20,5b 19,0b 23,6b 25,1b 23,3b 26,9b 24,8b 27,7b

m.s.) 2004 11,7a 11,6a 11,7a 14,5a 15,7a 17,3a 17,1a 18,6a -1 14,5b 15,7b 17,3b 17,1b 18,6b 21,1b 20,2b 20,6b 19,2b 23,0b

2005 20,9a 20,7a 25,0a 22,6a 26,5a 30,0a 27,6a 27,5a 29,5a

Zn (mg·kg Zn 26,5b 30,0b 27,6b 27,5b 29,5b 35,3b 34,6b 33,5b 34,6b

2006 14,2a 14,0a 12,5a 13,1a 14,2a 12,8a 13,7a 13,1a 17,0a 21,2b 20,8b 29,0b 27,3b 26,3b 28,2b

2003 52,4a 48,1a 44,0b 42,5b 41,0b 38,6b 43,6b 41,2b 43,7b

2004 49,7a 49,4a 45,7a 46,6a 45,2a 45,0a 45,0b 40,1b 41,5b 38,6b 41,1b 42,1b 38,6b m.s.) -1 2005 45,1a 47,5a 46,2a 44,9a 48,8a 44,2a 41,9a 41,9b 39,8b 40,5b 36,3b 35,9b 35,0b 35,0b 36,3b 38,2b B (mg·kg 2006 46,3a 46,5a 43,6a 44,9a 48,3a 45,7a 46,2a 46,2a 43,5a 46,8a 46,8a 44,8a 44,7a 43,9a 45,7b 46,2b 46,2b 43,5b 46,8b 46,8b 44,8b 44,7b 43,9b 40,6b

Figura 21. Períodos de estabilidad para los micronutrientes en pecíolos (mg·kg-1 m.s.). Años 2003-2006. Diferentes letras entre momentos de muestreo expresan diferencias significativas a p≤0,05 usando el test de Tukey. El período coloreado muestra el período de estabilidad común para el diagnóstico simultáneo de todos los nutrientes. †Valor numérico del código: proporción en el tiempo del estado fenológico. ‡Días después de brotación.

Períodos de estabilidad en torno a envero Con respecto a los períodos de estabilidad en torno al envero, N y P muestran un período de estabilidad que se extiende desde el período de desarrollo herbáceo de la baya (K50 y K75), en nuestro ensayo veinte y trece días antes del inicio del envero respectivamente, hasta doce días antes de vendimia (N60) (Figura 20). El K, sin embargo, no mostraba diferencias significativas entre los sucesivos momentos de muestreo, debido a la elevada variabilidad de este nutriente en el pecíolo durante todos los años de estudio (Figuras 14c y 20).

157 Capítulo IV Resultados y discusión

El Ca mostró un período de estabilidad que cubre la totalidad del envero y la primera semana de la maduración. Por su parte, el período de estabilidad del Mg abarcaría desde unos veinte días antes del inicio del envero (K50) hasta una semana tras el final de este período (N20) (Figura 20).

En lo que se refiere a los micronutrientes (Figura 21), el Fe muestra diferencias anuales en los períodos de estabilidad, lo que supone no abarcar la totalidad del envero en los años 2005 y 2006. En el Mn y el Zn, por su parte, se determina un período de estabilidad que se extiende desde el inicio de envero (M5) hasta al menos doce y dieciseis días después de envero (N40 y N60), respectivamente. Por último, el período de estabilidad para el B se extendería desde unos trece días antes del inicio de envero (K75) hasta una semana después de envero (N20) (Figura 21).

4.1.4.3. Discusión Para el diagnóstico común en pecíolo de ‘Garnacha tinta’, de los nueve nutrientes estudiados, descartado el Cu, el primer período de estabilidad coincidiría con el estipulado para los limbos (Figuras 20 y 21), por lo que este período comprendería la plena floración (I100) y el cuajado.

Los resultados obtenidos para la floración contrastan con algunas recomendaciones de la bibliografía. En este sentido, en Australia y California recomiendan el análisis del pecíolo procedente del muestreo realizado alrededor del 70% de floración (I70) (Robinson, 1995). Ahora bien, este momento es difícil de ajustar, ya que calcular la proporción de capuchones caídos en floración es una tarea complicada. Debido a esto, la recomendación de un momento de muestreo fácilmente identificable, como es la plena floración, permitirá una mayor fiabilidad y precisión del diagnóstico, obtenido tras la comparación con una referencia. Por otra parte, Romero et al. (2013) en ´Tempranillo´, que estudiaban la floración en cuatro estadíos diferentes (10%, 50%, 80% y 100%), recomiendan el diagnóstico en plena floración frente a muestreos anteriores, e indicaban la mayor facilidad de establecer una referencia en la floración con el 100% de los capuchones caídos que intentar hacerlo con un 70 o un 80%.

158 Capítulo IV Resultados y discusión

Respecto al segundo período de estabilidad, que comprende el envero, el pecíolo de ‘Garnacha tinta’ permite el diagnóstico simultáneo de todos los macronutrientes y micronutrientes desde el inicio de envero (M5) hasta una semana después de envero (N20) (Figuras 20 y 21), período algo más corto que el observado para el limbo. En este caso, los elementos responsables de reducir el período de estabilidad común para la ‘Garnacha tinta’, son el Ca, el Mg, el Fe, el Mn, el Zn y el B (Figuras 20 y 21).

No obstante, dado que un tejido es preferible al otro para determinados nutrientes, podría resultar interesante evaluar dichos períodos de estabilidad comunes con el objeto de recomendar el muestreo de ambos tejidos de forma simultánea. En este sentido, el primero de ellos ya estaba definido, pues coincidía el período de estabilidad de los limbos con el de los pecíolos, y correspondía al período de plena floración (I100) y cuajado (J), con la excepción del N todos los años. Sin embargo, en el caso del segundo período de estabilidad, se podrían muestrear limbos y pecíolos simultáneamente solamente en la totalidad del momento fenológico de envero.

Es necesario tener presente que la floración se caracteriza por cambios bruscos en la concentración de la mayoría de los nutrientes en ambos tejidos y, por consiguiente, los valores de referencia en este período estarían muy limitados por el tiempo en cuanto a su vigencia. Para las referencias en envero, las hojas podrían muestrearse a lo largo de toda la duración de dicho momento fenológico excepto quizás, para el P y K en los limbos, y el Fe en los pecíolos, debido a que el efecto año podría disminuir la eficacia de sus referencias (Figura 18 y 21). Por otro lado, y de igual forma que en el limbo, unas referencias generales para el pecíolo, en cualquier estado fenológico, deberían asumir la variabilidad debida al factor año.

El primer período de muestreo, y más temprano en el tiempo, será interesante de cara a una posible intervención de corrección o de enmienda nutricional en el mismo ciclo vegetativo en el que se ha detectado el problema. Sin embargo, como inconveniente a tener en cuenta, se ha de considerar que unas referencias en este período, la plena floración, tienen una validez demasiado corta en el tiempo y los errores de diagnóstico aumentarán con cualquier desvío temporal en la fecha de muestreo. De todas formas,

159 Capítulo IV Resultados y discusión la intervención tras la floración también podría ser considerada tardía, cuando los problemas diagnosticados en floración afecten a los nutrientes relacionados con la floración y el cuajado de fruto, dado que cualquier intervención no afectará a los racimos, y éstos ya tendrán su carga comprometida. En este sentido, un buen ejemplo es el caso del B. Ahora bien, la información obtenida podrá ser empleada para subsanar el problema para la campaña siguiente.

El segundo período de muestreo, con una mayor duración, permite más tiempo para hacer muestreos comparables con las referencias establecidas, pero tiene como inconveniente que al efectuarse en un estadío bastante avanzado, difícilmente permitiría una intervención eficaz para ese mismo ciclo vegetativo, aunque servirá para los posteriores ciclos del cultivo.

160 Capítulo IV Resultados y discusión

4.1.5. CONCLUSIONES DEL ENSAYO I: ESTRATEGIAS DE MUESTREO EN EL CV. ‘GARNACHA TINTA’

1. El tejido ha sido la principal fuente de variación en la concentración de nutrientes en ‘Garnacha tinta’, seguida por el estado fenológico y, en menor medida, por el año.

2. Los dos tejidos estudiados, limbos y pecíolos en la variedad ‘Garnacha tinta’, se diferenciaron claramente en su composición mineral.

3. Los limbos muestran mayor concentración en Fe, N y Ca que los pecíolos, así como ligeramente superior en Cu y B. Por otro lado, los limbos muestran unos niveles inferiores al pecíolo en Mg, K y Zn, y ligeramente inferiores en P. Los niveles de Mn en los dos tejidos son similares.

4. La concentración foliar en N y P disminuye a lo largo del ciclo vegetativo, mientras que la de Ca y Mg aumentan. El K por su parte, muestra una dinámica estacional irregular en los distintos años estudiados. Respecto a los micronutrientes, el Fe, con una pauta de comportamiento irregular a lo largo de ciclo, parece mostrar una tendencia general creciente hasta envero, siendo ésta más acusada en limbos que en pecíolos. El Mn y el Zn, presentan una dinámica con tendencia acumulativa, más marcada en pecíolos. El B, sin embargo, manifiesta un detrimento de la concentración a lo largo del ciclo vegetativo, siendo éste, más pronunciado en limbos.

5. Estos resultados fortalecen la necesidad de diseñar unas referencias nutricionales específicas para los distintos tejidos en los diferentes estados fenológicos, con objeto de aumentar la precisión del diagnóstico nutricional.

6. La vigencia de unas referencias nutricionales se mostrará muy variable en función del nutriente a diagnosticar.

161 Capítulo IV Resultados y discusión

7. En general, unas referencias nutricionales en plena floración (I100) serían válidas también para el diagnóstico de los nutrientes estudiados en cuajado (J), tanto en limbos como en pecíolos.

8. Las referencias para el limbo, obtenidas en cualquier momento del envero, serán válidas, al menos, para la totalidad de dicho estado fenológico. Estas referencias del limbo en envero podrían ser usadas, sin cometer grandes errores, para el diagnóstico común de la mayoría de los nutrientes en el estado de maduración, mientras que las referencias para el pecíolo en envero tendrían una validez que se extendería desde el inicio del envero (M5) hasta una semana después del envero (N20).

9. El período de muestreo recomendado para analizar conjuntamente los nutrientes estudiados, en limbos y pecíolos de la variedad ‘Garnacha tinta’, en la época de floración, corresponde con la plena floración-cuajado. Por su parte, el período de muestreo recomendado para el diagnóstico conjunto de los nutrientes estudiados en la época de envero, se corresponde exactamente con dicho momento fenológico.

10. El limbo muestra una mejor reproducibilidad de los análisis de N, P, K, Mn y Zn durante la mayor parte del ciclo vegetativo. Por lo tanto, se sugiere el limbo como tejido más adecuado para el diagnóstico nutricional de estos 5 elementos minerales en ‘Garnacha tinta’.

11. El pecíolo muestra una mejor reproducibilidad de los análisis de Fe, Cu y B al final de la floración, así como los de B en envero. Por lo tanto, se sugiere el pecíolo como tejido más adecuado para el diagnóstico nutricional de B, así como de Fe y Cu en floración.

162 Capítulo IV Resultados y discusión

12. Limbos y pecíolos muestran una reproducibilidad similar para el Ca y el Mg, así como para el Fe en envero, por lo que se podría llevar a cabo su diagnóstico en cualquiera de ambos tejidos, con similar fiabilidad.

163 Capítulo IV Resultados y discusión

4.2. ENSAYO II: INFLUENCIA DEL FACTOR VARIEDAD EN LA ABSORCIÓN MINERAL DE VITIS VINIFERA L.

En esta segunda parte del capítulo, se estudian las diferencias minerales existentes entre las variedades ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’, injertadas sobre R-110, y sometidas a condiciones agroclimáticas idénticas. Estas condiciones corresponden a las de Rioja Baja, subzona de la D.O.Ca. Rioja, en la que se llevó a cabo la comparación varietal durante los años 2003, 2004 y 2005.

Para ello, se utilizó el material vegetal correspondiente al Ensayo I (variedad ‘Garnacha tinta’), así como el material vegetal de la variedad alternativa considerada para el ensayo II (variedad ‘Tempranillo’), de ciclo más corto. Ambas variedades se asentaban en la misma parcela, geolocalizada en Aldeanueva de Ebro (La Rioja).

En este ensayo se han determinado las diferencias varietales existentes respecto a la composición mineral entre limbo y pecíolo, su evolución a lo largo del ciclo vegetativo, la variabilidad en cada momento de muestreo, así como las diferencias en los períodos de muestreo más convenientes de cara al establecimiento de unas referencias nutricionales.

4.2.1. DIFERENCIAS EN LA COMPOSICIÓN MINERAL DE LIMBO Y PECÍOLO

4.2.1.1. Análisis de los Componentes Principales Al igual que en el apartado 4.1, se ha comenzado el estudio de los datos foliares (concentración de diez nutrientes en cada tejido y en cada estado fenológico) mediante un análisis de componentes principales, para así condensar la información del conjunto de variables en un número inferior de variables independientes. De igual forma que en el Ensayo I, se utilizó una matriz de componentes no rotada como Análisis Factorial y el método de extracción se llevó a cabo mediante un gráfico de sedimentación con valores propios > 1 (Tabla 27). Este valor unitario se corresponde

164 Capítulo IV Resultados y discusión con el valor de la varianza de las variables procedentes de los datos estandarizados. Por tanto, si una componente no es capaz de explicar una variabilidad superior a la que presenta una variable original por sí misma, implica que su estudio no es relevante.

Este análisis se realizó de forma independiente para cada variedad. Dado que para la variedad ‘Tempranillo’ únicamente se contaba con datos de tres años, 2003-2005, se repitió el estudio para la variedad ‘Garnacha tinta’ considerando únicamente esos mismos tres años de ensayo. Como se podrá comprobar, el estudio de tres años en ‘Garnacha tinta’ (Tablas 13 y 14) mostró resultados prácticamente idénticos a los obtenidos en el estudio de cuatro años, con la excepción de la CP3, cuya representatividad era ya bastante limitada (Tablas 27 y 28).

Como resultado, para ‘Garnacha tinta’ se retuvieron las tres primeras componentes (Tabla 27), con unos valores propios de 4,69, 2,10 y 1,14 para cada CP, respectivamente, valores muy parecidos a los obtenidos en el estudio de cuatro años del Ensayo I, como ya se ha indicado (Tabla 13). Del mismo modo, para las tres primeras CP para la variedad ‘Tempranillo’, se obtuvieron unos valores propios de 4,86, 1,94 y 1,31, respectivamente.

En conjunto, las tres componentes principales explican el 79,3% y el 81,1% de la varianza total observada en la composición mineral de los cultivares ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’, respectivamente (Tabla 27).

El análisis de los componentes principales revela un primer componente principal (CP1) capaz de explicar el 46,9% y el 48,6% de la varianza total observada en la composición mineral de ‘Garnacha tinta’ y de ‘Tempranillo’ respectivamente (Tabla 27). Del mismo modo, el segundo componente principal (CP2) explicaba el 21,0% para ‘Garnacha tinta’ y el 19,4% total de la varianza para ‘Tempranillo’, mientras que el 11,4% y el 13,1%, respectivamente, lo hacían por su parte para el tercer componente principal (CP3) (Tabla 27).

165 Capítulo IV Resultados y discusión

Tabla 27. Contribución relativa de la varianza de cada CP a la varianza total (%) del conjunto de datos, así como el porcentaje acumulado (%) de la varianza total debida a los CPs.

CP1 (Tejido) CP2 (Estado Fenológico) CP3 (Año)

‘Garnacha ‘Garnacha ‘Garnacha ‘Tempranillo’ ‘Tempranillo’ ‘Tempranillo’ tinta’ tinta’ tinta’ Valor propio 4,69 4,86 2,10 1,94 1,14 1,31

Varianza (%) 46,9 48,6 21,0 19,4 11,4 13,1

Acumulado (%) 46,9 48,6 67,9 68,0 79,3 81,1

La matriz de componentes, que indica la relación entre cada uno de los componentes principales extraídos con las variables originales, se muestra en la Tabla 28. De esta manera, en el caso del cultivar ‘Garnacha tinta’, el primer componente principal (CP1), que acumulaba un 46,9% de la varianza total, tiene una relación positiva con el N, Fe, Ca, Cu y B, mientras que su relación es negativa con el Mg, Zn, K, P y Mn. Asimismo, en el caso del cultivar ‘Tempranillo’, el primer componente principal (CP1), que acumulaba un 48,6% de la varianza total, mantiene una relación positiva con el Fe, N, Ca, Mn y Cu, así como negativa con el K, Mg, Zn y P, mostrando una relación prácticamente inexistente con el B.

Tabla 28. Matriz de componentes. Saturaciones entre las variables originales (concentración de nutrientes) y las primeras tres variables estandarizadas (CPs).

CP1 (Tejido) CP2 (Estado Fenológico) CP3 (Año)

‘Garnacha ‘Garnacha ‘Garnacha ‘Tempranillo’ ‘Tempranillo’ ‘Tempranillo’ tinta’ tinta’ tinta’ N 0,420 0,407 -0,194 0,264 -0,015 0,049 P -0,307 -0,108 -0,373 0,599 0,195 -0,199 K -0,332 -0,392 -0,166 0,216 0,371 -0,096 Ca 0,282 0,406 0,341 -0,080 -0,035 0,082 Mg -0,419 -0,332 0,169 -0,396 -0,194 0,267 Fe 0,413 0,422 0,063 0,116 0,009 0,052 Mn -0,137 0,257 0,457 -0,313 -0,542 0,442 Zn -0,341 -0,329 0,241 -0,039 -0,004 0,143 Cu 0,193 0,204 0,385 -0,211 0,538 -0,575 B 0,144 0,010 -0,481 0,451 -0,450 0,567

Estas saturaciones pueden ser interpretadas del mismo modo que un coeficiente de correlación entre las variables originales y las CPs extraídas. Para interpretar estos resultados, se muestra en la Figura 22 la relación entre los componentes principales 1

166 Capítulo IV Resultados y discusión

(CP1) y 2 (CP2) del conjunto de los datos. Esta representación permite observar que el primer componente principal está fuertemente ligado al tejido analizado, siendo capaz de separar ambos tejidos en las dos variedades estudiadas.

22a Garnacha tinta

Limbo Peciolo

22b Tempranillo

Figura 22. Relación entre la CP1 y la CP2 en las variedades ‘Garnacha tinta’ (22a) y ‘Tempranillo’ (22b). Datos de los ciclos vegetativos de los años 2003-2005.

Los casos con puntuaciones positivas en esta CP1 indicarían unos contenidos mayores de esos elementos correlacionados positivamente con la componente estudiada, mientras que las puntuaciones negativas indicarían lo contrario.

En este contexto, para el caso de ‘Garnacha tinta’ (Tabla 28, Figura 22a), los signos y correlaciones obtenidos para la CP1 indicarían que los limbos muestran concentraciones superiores de N y Fe a las encontradas en los pecíolos, así como

167 Capítulo IV Resultados y discusión ligeramente superiores en Ca, Cu y B, mientras que presentarían unos niveles inferiores respecto al pecíolo en Mg, Zn, K y P, y ligeramente inferiores en Mn.

De forma análoga, para el cultivar ‘Tempranillo’ (Tabla 28, Figura 22b), los limbos mostrarían unos niveles superiores en Fe, N y Ca, y ligeramente superiores en Mn y Cu, mientras que presentarían unos niveles inferiores al pecíolo en K, Mg, Zn, y ligeramente inferiores en P, presentando ambos tejidos unos niveles similares en B.

De esta manera, comparando entre variedades, ambas mostrarían una concentración superior, en limbo de N, Fe, Ca y Cu, mientras que presentarían menor contenido que los pecíolos en Mg, Zn, K y P. Sin embargo, las variedades estudiadas difieren en dos elementos, boro y manganeso. El contenido en B en el cv. ‘Tempranillo’ sería prácticamente igual en limbo que en el pecíolo, mientras que en el cv. ‘Garnacha tinta’, su nivel es ligeramente superior en el limbo. Respecto al Mn, el contenido en el limbo sería superior al del pecíolo en el cv. ‘Tempranillo’, y en el cv. ‘Garnacha tinta’ esta situación se invertiría, siendo su nivel en el pecíolo ligeramente superior al del limbo. Estos resultados ya estarían indicando que la dinámica de los distintos nutrientes no es igual en las dos variedades y que, al menos para B y Mn, difícilmente ambas variedades podrían tener una misma referencia para el diagnóstico nutricional de nutrientes.

Tal y como se observa en la Figura 23, donde se representa la CP2 frente al tiempo, la segunda componente principal está fuertemente relacionada con el estado fenológico, tanto en limbo como en pecíolo, y en las dos variedades estudiadas. Esta componente, que suponía un 21,0% de la varianza total (Tabla 27) en el caso del cultivar ‘Garnacha tinta’ (Figura 23a), se relaciona positivamente con el Mn, Cu, Ca y Zn, ligeramente con el Mg, y débilmente con el Fe, mientras la relación es negativa con el B, P, N y, más débilmente, con el K (Tabla 28).

De igual modo, para el caso del cultivar ‘Tempranillo’ (Figura 23b), esta componente, que suponía el 19,4% de la varianza total (Tabla 27), se relaciona positivamente con el P, B y, más débilmente, con el N, K y Fe, mientras las relaciones negativas se

168 Capítulo IV Resultados y discusión observaron con respecto al Mg y el Mn, algo más débilmente con el Cu y, en menor medida, con el Ca y el Zn (Tabla 28).

I K N I J K M N 4,00 4,00 23a J V 23b V 2,00 2,00

0,00 0,00 Limbo

(21,0%)CP2 -2,00 (19,4%)CP2 -2,00 Garnacha tinta Tempranillo -4,00 -4,00 I K N V I J K M N 4,00 € 4,00 23c 23d J V 2,00 € 2,00

0,00 € 0,00 Peciolo CP2 (21,0%)CP2 -2,00 € (19,4%)CP2 -2,00

Garnacha tinta Tempranillo -4,00 € -4,00 0 25 50 75 100 125 150 175 0 25 50 75 100 125 150 175 Días desde brotación Días desde brotación Figura 23. Evolución de la segunda componente principal (CP2) en los limbos (22a y 22b) y pecíolos (23c y 23d), frente al tiempo (días desde brotación) en las dos variedades. Línea de tendencia polinómica. Datos de los ciclos vegetativos 2003-2005.

Estos resultados se interpretarían de forma que, a medida que avanza el ciclo vegetativo, aumentará la concentración de los elementos relacionados positivamente con la CP2, siempre y cuando la CP2 muestre un comportamiento creciente a lo largo del ciclo. Por el contrario, disminuirá la concentración de aquellos nutrientes relacionados negativamente con dicha CP2.

De esta manera, tal y como se observa en las Figuras 23a y 23c, en las que se ha representado la CP2 frente al tiempo para ‘Garnacha tinta’, el valor de la CP2 aumenta a lo largo del ciclo vegetativo, lo que indicaría que las concentraciones en Mn, Cu, Ca, Zn, Mg y Fe, aunque éste último en menor medida, aumentarían a lo largo del ciclo, mientras que las concentraciones en B, P, N y K, disminuirían.

Asimismo, el valor de la CP2 en el caso del cultivar ‘Tempranillo' (Figuras 23b y 23d), es descendente a lo largo del ciclo vegetativo, lo que indicaría que los contenidos en P, B,

169 Capítulo IV Resultados y discusión

N, K y Fe, correlacionados positivamente con esta CP2, se hacen menores a medida que avanza el ciclo, mientras que los niveles de Mg, Mn, Cu, y muy ligeramente, el Ca y el Zn, incrementarían sus contenidos.

En definitiva, se observa que ambas variedades coinciden en que la concentración de B, P, N y K disminuye a lo largo del ciclo, mientras que sus contenidos en Mn, Cu y Mg aumentan. Sin embargo, las dos variedades difieren en el comportamiento del Fe, Ca y Zn. La concentración de Fe en el cv. ‘Garnacha tinta’ aumenta muy débilmente a lo largo del ciclo, mientras que en el cv. ‘Tempranillo’, ésta disminuye ligeramente. Asimismo, las concentraciones de Ca y Zn en el cv. ‘Garnacha tinta’ aumentan claramente a lo largo del ciclo, mientras que en el cv. ‘Tempranillo’, este incremento se produce con menor intensidad.

Como se observa en la Figura 24, donde se representa la CP1 frente a la CP3, esta tercera componente principal estaría relacionada con el año, tanto en limbo como en pecíolo, y en las dos variedades estudiadas. Esta componente, en el caso del cultivar ’Garnacha tinta’ (Figuras 24a, 24b), que suponía un 11,4% de la varianza total (Tabla 27), se relaciona positivamente (Tabla 28) con el Cu y el K, y débilmente con el P, mientras la relación es negativa con el Mn y con el B, y más débilmente con el Mg, manteniendo una relación casi inexistente con el Ca, el N, el Zn y el Fe.

De forma análoga para el caso del cultivar ‘Tempranillo’ (Figuras 24c, 24d), esta componente, que supone el 13,1% de la varianza total (Tabla 27), se relaciona positivamente con el B y el Mn, ligeramente con el Mg y Zn, débilmente con el Ca, presenta una relación prácticamente inexistente con el Fe y el N y, finalmente, muestra relaciones negativas con el Cu, ligeramente con el P, y débilmente con el K (Tabla 28).

En general, el grado de relación entre los nutrientes de ambas variedades con la CP3 es notablemente más débil que en las dos CP anteriores. Al comparar los resultados obtenidos para las dos variedades, se observa que el Mn, Cu y B son los elementos que presentan una mayor relación con la CP3, seguidos por el Mg y por el P, en menor

170 Capítulo IV Resultados y discusión medida. Por otra parte, N, Ca, Zn y Fe, mantienen una relación casi inexistente en la variedad ‘Garnacha tinta’ con la CP3, relación muy débil en el caso de la variedad ‘Tempranillo’. El K en ‘Garnacha tinta’ establece una ligera relación con esta componente, mientras que con ‘Tempranillo’ muestra una relación mucho más débil.

4 4 Garnacha tinta 24.a Garnacha tinta 24.b 3 3

2 2

1 1

0 0 CP3 (11,4%) CP3 (11,4%) CP3 -1 -1 -2 -2 Limbo 2003 Peciolo 2003 Limbo 2004 -3 -3 Peciolo 2004 Limbo 2005 Peciolo 2005 -4 -4 -4 -2 0 2 4 -4 -2 0 2 4 CP1 (46,9%) CP1 (46,9%)

4 4 Tempranillo 24.c Tempranillo 24.d 3 3

2 2

1 1

0 0 CP3 (13,1%) CP3 (13,1%) CP3 -1 -1 -2 -2 Limbo 2003 Peciolo 2003 Limbo 2004 -3 -3 Peciolo 2004 Limbo 2005 Peciolo 2005 -4 -4 -6 -4 -2 0 2 4 -4 -2 0 2 4 CP1 (48,6%) CP1 (48,6%) Figura 24. Relación entre la CP1 y la CP3 en ‘Garnacha tinta’ (24a); ‘Tempranillo’ (24c). Centroides de ‘Garnacha tinta’ (24b); ‘Tempranillo’ (24d). Datos de los ciclos vegetativos 2003-2005.

4.2.1.2. Comparación de tejidos mediante Test T de Student El test t de Student permitió determinar la existencia de diferencias significativas entre limbo y pecíolo para la concentración de cada nutriente, tanto a nivel general en el conjunto de estados fenológicos, como en cada momento de muestreo (estado fenológico) de forma individual. Para ello, la prueba t de Student se efectuó

171 Capítulo IV Resultados y discusión considerando el conjunto de los datos anuales, independientemente de su estado fenológico y, por otro lado, considerando cada estado fenológico o muestreo independientemente. Ambas vías de estudio estadístico se efectuaron siempre individualmente para cada nutriente: N (Tabla 29), P (Tabla 30), K (Tabla 31), Ca (Tabla 32), Mg (Tabla 33), Fe (Tabla 34), Mn (Tabla 35), Zn (Tabla 36), Cu (Tabla 37), y B (Tabla 38).

Se debe comentar que dichas tablas muestran los tres años comunes (2003-2005), y los muestreos coincidentes y no coincidentes respecto al estado fenológico, en las dos variedades. Los datos de la variedad ‘Garnacha tinta’, por tanto, coincidirán con los mostrados en las tablas correspondientes al Ensayo I (Tablas 16 a 25).

Tabla 29. Significación del test t de Student para la concentración de N en limbo y pecíolo de Vitis vinífera L. cvs. ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’ para la serie de años 2003-2005. n.s.: no significativo. N ‘Garnacha tinta’ ‘Tempranillo’ EF bCod. EF aDDB 2003 2004 2005 2003 2004 2005 I30 44 0,000 Floración I100 51 0,003 0,000 0,000 Cuajado J 58 0,000 0,003 0,000 0,000 0,000 0,000 K5 63 0,001 0,000 K20 69 0,000 0,000 0,000 0,000 Desarrollo K35 75 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 herbáceo K50 81 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 de la baya K75 87 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 K100 93 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 M5 100 0,000 M20 104 0,000 0,000 0,000 0,000 M40 108 0,000 Envero M70 112 0,000 0,000 0,000 0,000 M90 115 0,000 0,000 M100 118 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 N20 124 0,000 0,001 0,000 0,000 N30 128 0,000 0,000 N40 133 0,000 0,000 Maduración N60 139 0,000 0,000 0,001 0,000 0,000 N80 145 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 N100 151 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 Conjunto EF 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 a DDB: días desde brotación (valor medio de la serie de años 2003-2005 para ‘Garnacha tinta’, y de la serie de años 2003-2005 para ‘Tempranillo’). b Código EF: proporción en tiempo respecto a la duración de cada estado fenológico (%).

La diferencias en la composición química entre limbo y pecíolo de ‘Garnacha tinta’, cuando se consideraron todos los datos independientemente de su estado fenológico, resultó significativa, como ya se había mostrado en el Ensayo I, para todos los

172 Capítulo IV Resultados y discusión nutrientes con la excepción del B y el Mn en 2005. Respecto a ‘Tempranillo’, únicamente para el P y el Mn en 2003, así como también para el P y el B en el 2004, resultaron no significativas las diferencias entre ambos tejidos (Tablas 30, 35 y 38).

Los resultados del test t de Student permitieron poner de manifiesto que limbos y pecíolos, en el caso del N (Tabla 29), se diferenciaron estadísticamente a lo largo de todo el período vegetativo en los tres años de estudio, para las dos variedades.

Tabla 30. Significación del test t de Student para la concentración de P en limbo y pecíolo de Vitis vinífera L. cvs. ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’ para la serie de años 2003-2005. n.s.: no significativo. P ‘Garnacha tinta’ ‘Tempranillo’ EF bCod. EF aDDB 2003 2004 2005 2003 2004 2005 I30 44 0,003 Floración I100 51 0,002 0,014 0,253, n.s. Cuajado J 58 0,000 0,002 0,001 0,174, n.s. 0,043 0,056, n.s. K5 63 0,002 0,051, n.s. K20 69 0,004 0,028 0,054, n.s. 0,007 Desarrollo K35 75 0,000 0,032 0,123, n.s. 0,378, n.s. 0,040 0,483, n.s. herbáceo K50 81 0,003 0,022 0,077, n.s. 0,486, n.s. 0,046 de la baya K75 87 0,007 0,007 0,115, n.s. 0,660, n.s. 0,380, n.s. 0,176, n.s. K100 93 0,002 0,034 0,047 0,757, n.s. 0,740, n.s. 0,004 M5 100 0,004 M20 104 0,058, n.s. 0,035 0,301, n.s. 0,206, n.s. M40 108 0,575, n.s. Envero M70 112 0,000 0,234, n.s. 0,200, n.s. 0,132, n.s. M90 115 0,561, n.s. 0,528, n.s. M100 118 0,009 0,049 0,386, n.s. 0,446, n.s. 0,011 0,996, n.s. N20 124 0,000 0,003 0,034 0,905, n.s. N30 128 0,980, n.s. 0,070, n.s. N40 133 0,007 0,010 Maduración N60 139 0,028 0,010 0,239, n.s. 0,000 0,023 N80 145 0,062, n.s. 0,778, n.s. 0,010 0,001 0,700, n.s. N100 151 0,018 0,078, n.s. 0,198, n.s. 0,041 0,016 0,288, n.s. Conjunto EF 0,000 0,000 0,000 0,545, n.s. 0,585, n.s. 0,013 a DDB: días desde brotación (valor medio de la serie de años 2003-2005 para ‘Garnacha tinta’, y de la serie de años 2003-2005 para ‘Tempranillo’). b Código EF: proporción en tiempo respecto a la duración de cada estado fenológico (%).

En el caso del P (Tabla 30), se observaron diferencias notables para ‘Garnacha tinta’ entre la concentración de limbos y pecíolos en función del año. En la campañas 2003 y 2004, el limbo y el pecíolo de ‘Garnacha tinta’ se diferenciaron en casi todos los muestreos, mientras que la campaña 2005, se caracteriza por una mayor ausencia de diferencias entre los dos tejidos, especialmente a partir de la fase de desarrollo herbáceo de la baya. En cambio, para el ‘Tempranillo’, los tres años se caracterizaron

173 Capítulo IV Resultados y discusión por la ausencia de diferencias significativas entre las concentraciones del P entre ambos tejidos (Tabla 30).

Respecto al fósforo en la variedad ‘Tempranillo’, los resultados obtenidos difieren de los observados por otros autores para este mismo nutriente. La ausencia generalizada de diferencias entre la concentración de limbo y pecíolo en el cv.´Tempranillo´ contrasta con la mayor concentración observada, por ejemplo, en ‘Muscadinia’ (Cummings, 1977) o incluso en ‘Garnacha’ (Christensen, 1984). Tampoco coincide con las diferencias observadas en otros ensayos con el cv.‘Tempranillo’ en La Rioja, donde se observó una mayor concentración de este elemento en el limbo (Romero et al., 2010).

La bibliografía pone de manifiesto que las diferencias entre limbo y pecíolo difieren según el nivel de nutrición del viñedo en este elemento y, por consiguiente, queda relacionado en función de la disponibilidad de P en el suelo (Cook y Kishaba, 1956; Atalay, 1978, 1988; Bertoni y Morard, 1982; Christensen, 1984), donde se sugiere que en condiciones de baja disponibilidad fosfórica, el P se transfiere hacia los limbos y que, por el contrario, condiciones de alta disponibilidad de este elemento en el suelo, propiciarían una acumulación superior en los pecíolos (Rodríguez-Lovelle, 1996). Cook y Kishaba (1956) indicaban cómo la relación de este elemento entre el pecíolo y el limbo era un buen indicador del estado nutricional del P, ya que éste se acumulaba en el pecíolo cuando su aporte era adecuado. Klein et al. (2000) sugerían un estado de deficiencia en P en el viñedo, ante una relación entre dichas concentraciones inferior a 0,6.

Dado este comportamiento, se podría decir que la variedad ‘Garnacha tinta’, respecto a una variedad temprana como es ‘Tempranillo’, se presenta como una variedad sobrefertilizada, al menos, los dos primeros años de nuestro estudio. Esto podría llevar a pensar que los niveles de P en pecíolo de ‘Garnacha tinta’, y por tanto sus referencias, podrían ser superiores a lo que realmente necesitaría y, por otro lado, superiores a las referencias para ‘Tempranillo’.

174 Capítulo IV Resultados y discusión

Tabla 31. Significación del test t de Student para la concentración de K en limbo y pecíolo de Vitis vinífera L. cvs. ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’ para la serie de años 2003-2005. n.s.: no significativo. K ‘Garnacha tinta’ ‘Tempranillo’ EF bCod. EF aDDB 2003 2004 2005 2003 2004 2005 I30 44 0,005 Floración I100 51 0,005 0,014 0,020 Cuajado J 58 0,001 0,226, n.s. 0,000 0,001 0,004 0,000 K5 63 0,216, n.s. 0,002 K20 69 0,410, n.s. 0,004 0,039 0,000 Desarrollo K35 75 0,015 0,195, n.s. 0,022 0,014 0,139, n.s. 0,002 herbáceo K50 81 0,007 0,241, n.s. 0,066, n.s. 0,001 0,001 de la baya K75 87 0,022 0,190, n.s. 0,030 0,038 0,103, n.s. 0,024 K100 93 0,001 0,639, n.s. 0,118, n.s. 0,000 0,101, n.s. 0,028 M5 100 0,002 M20 104 0,012 0,065, n.s. 0,102, n.s. 0,001, n.s. M40 108 0,025 Envero M70 112 0,057, n.s. 0,254, n.s. 0,073, n.s. 0,001 M90 115 0,029 0,002 M100 118 0,047 0,008 0,015 0,003 0,005 0,002 N20 124 0,200, n.s. 0,026 0,009 0,005 N30 128 0,035 0,016 N40 133 0,381, n.s. 0,014 Maduración N60 139 0,073, n.s. 0,318, n.s. 0,100, n.s. 0,003 0,036 N80 145 0,084, n.s. 0,325, n.s. 0,042 0,005 0,190, n.s, N100 151 0,200, n.s. 0,037 0,009 0,062, n.s. 0,033 0,027 Conjunto EF 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 a DDB: días desde brotación (valor medio de la serie de años 2003-2005 para ‘Garnacha tinta’, y de la serie de años 2003-2005 para ‘Tempranillo’). b Código EF: proporción en tiempo respecto a la duración de cada estado fenológico (%).

Los resultados del test t de Student con respecto al K (Tabla 31), indican que los limbos y pecíolos de las dos variedades se diferenciaron estadísticamente en la mayoría de los muestreos del año 2003 y, hasta fechas cercanas al envero en el año 2005. Sin embargo, la variedad ‘Garnacha tinta’ no mostró diferencias entre ambos en sus concentraciones de K en la mayor parte de los muestreos de 2004, mientras que ‘Tempranillo’ mostró una diferenciación muy clara entre los dos tejidos durante los tres años estudiados.

Respecto al Ca (Tabla 32), se establecieron marcadas diferencias entre las dos variedades. En el caso de ‘Garnacha tinta’, limbo y pecíolo no dieron lugar a diferencias significativas en los primeros muestreos del ciclo vegetativo, si bien estos tejidos se diferenciaron más claramente en su composición mineral, a medida que avanzaba el ciclo de cultivo. El ‘Tempranillo’ mostró diferencias significativas en todos los muestreos del ciclo vegetativo.

175 Capítulo IV Resultados y discusión

Tabla 32. Significación del test t de Student para la concentración de Ca en limbo y pecíolo de Vitis vinífera L. cvs. ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’ para la serie de años 2003-2005. n.s.: no significativo. Ca ‘Garnacha tinta’ ‘Tempranillo’ EF bCod. EF aDDB 2003 2004 2005 2003 2004 2005 I30 44 0,134, n.s. Floración I100 51 0,005 0,250, n.s. 0,000 Cuajado J 58 0,171, n.s. 0,104, n.s. 0,348, n.s. 0,002 0,000 0,000 K5 63 0,130, n.s. 0,924, n.s. K20 69 0,045 0,403, n.s. 0,000 0,001 Desarrollo K35 75 0,015 0,000 0,283, n.s. 0,001 0,000 0,001 herbáceo K50 81 0,004 0,007 0,025 0,000 0,005 de la baya K75 87 0,011 0,012 1,192, n.s. 0,001 0,001 0,003 K100 93 0,074, n.s. 0,007 0,123, n.s. 0,001 0,001 0,001 M5 100 0,010 M20 104 0,002 0,011 0,000 0,005 M40 108 0,000 Envero M70 112 0,002 0,001 0,003 0,000 M90 115 0,001 0,008 M100 118 0,003 0,002 0,399, n.s. 0,000 0,000 0,000 N20 124 0,023 0,054, n.s. 0,000 0,012 N30 128 0,000 0,000 N40 133 0,000 0,002 Maduración N60 139 0,001 0,031 0,525, n.s. 0,002 0,033 N80 145 0,002 0,001 0,000 0,001 0,009 N100 151 0,006 0,030 0,363, n.s. 0,003 0,020 0,001 Conjunto EF 0,000 0,000 0,001 0,000 0,000 0,000 a DDB: días desde brotación (valor medio de la serie de años 2003-2005 para ‘Garnacha tinta’, y de la serie de años 2003-2005 para ‘Tempranillo’). b Código EF: proporción en tiempo respecto a la duración de cada estado fenológico (%).

El Mg (Tabla 33), al igual que para el N, se mostró estadísticamente diferente entre limbo y pecíolo, en todos los muestreos y para las dos variedades.

En el caso del Fe (Tabla 34), paralelamente a lo observado en el N y en el Mg, la composición mineral entre limbo y pecíolo también se diferenció en todos los años de estudio, independientemente del momento de muestreo, para ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’.

Para el Mn (Tabla 35) los resultados del test de Student para ‘Garnacha tinta’ pusieron de manifiesto una ausencia generalizada de diferencias, hasta el inicio del envero, entre la composición mineral del limbo y del pecíolo en 2003 y 2004, así como para todos los muestreos de 2005, excepto el correspondiente a plena floración (I100). Sin embargo, para la variedad ‘Tempranillo’, es precisamente a partir de envero, y especialmente a lo largo de la maduración, cuando los limbos y pecíolos de esta variedad no muestran diferencias en la mayoría de muestreos.

176 Capítulo IV Resultados y discusión

Tabla 33. Significación del test t de Student para la concentración de Mg en limbo y pecíolo de Vitis vinífera L. cvs. ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’ para la serie de años 2003-2005. n.s.: no significativo. Mg ‘Garnacha tinta’ ‘Tempranillo’ EF bCod. EF aDDB 2003 2004 2005 2003 2004 2005 I30 44 0,006 Floración I100 51 0,000 0,000 0,026 Cuajado J 58 0,000 0,001 0,000 0,008 0,001 0,000 K5 63 0,000 0,000 K20 69 0,000 0,000 0,004 0,000 Desarrollo K35 75 0,000 0,000 0,000 0,017 0,000 0,000 herbáceo K50 81 0,000 0,000 0,000 0,002 0,002 de la baya K75 87 0,000 0,000 0,000 0,024 0,003 0,000 K100 93 0,000 0,000 0,001 0,013 0,001 0,001 M5 100 0,008 M20 104 0,000 0,000 0,000 0,000 M40 108 0,001 Envero M70 112 0,000 0,001 0,015 0,000 M90 115 0,002 0,000 M100 118 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 N20 124 0,003 0,000 0,006 0,000 N30 128 0,001 0,000 N40 133 0,000 0,003 Maduración N60 139 0,003 0,000 0,000 0,001 0,000 N80 145 0,000 0,000 0,003 0,002 0,000 N100 151 0,002 0,003 0,000 0,001 0,000 0,000 Conjunto EF 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 a DDB: días desde brotación (valor medio de la serie de años 2003-2005 para ‘Garnacha tinta’, y de la serie de años 2003-2005 para ‘Tempranillo’). b Código EF: % en tiempo respecto a la duración de cada estado fenológico.

Tabla 34. Significación del test t de Student para la concentración de Fe en limbo y pecíolo de Vitis vinífera L. cvs. ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’ para la serie de años 2003-2005. n.s.: no significativo. Fe ‘Garnacha tinta’ ‘Tempranillo’ EF bCod. EF aDDB 2003 2004 2005 2003 2004 2005 I30 44 0,000 Floración I100 51 0,000 0,002 0,000 Cuajado J 58 0,000 0,014 0,000 0,031 0,000 0,001 K5 63 0,001 0,000 K20 69 0,000 0,016 0,007 0,000 Desarrollo K35 75 0,000 0,000 0,026 0,004 0,000 0,011 herbáceo K50 81 0,010 0,002 0,004 0,006 0,000 de la baya K75 87 0,000 0,007 0,000 0,000 0,000 0,001 K100 93 0,005 0,003 0,002 0,000 0,016 0,000 M5 100 0,000 M20 104 0,001 0,001 0,004 0,000 M40 108 0,001 Envero M70 112 0,000 0,009 0,000 0,029 M90 115 0,011 0,002 M100 118 0,000 0,008 0,000 0,000 0,000 0,000 N20 124 0,000 0,008 0,000 0,003 N30 128 0,000 0,001 N40 133 0,000 0,002 Maduración N60 139 0,015 0,009 0,004 0,009 0,000 N80 145 0,000 0,001 0,000 0,001 0,035 N100 151 0,001 0,000 0,016 0,003 0,020 0,000 Conjunto EF 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 a DDB: días desde brotación (valor medio de la serie de años 2003-2005 para ‘Garnacha tinta’, y de la serie de años 2003-2005 para ‘Tempranillo’). b Código EF: proporción en tiempo respecto a la duración de cada estado fenológico (%).

177 Capítulo IV Resultados y discusión

Tabla 35. Significación del test t de Student para la concentración de Mn en limbo y pecíolo de Vitis vinífera L. cvs. ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’ para la serie de años 2003-2005. n.s.: no significativo. Mn ‘Garnacha tinta’ ‘Tempranillo’ EF bCod. EF aDDB 2003 2004 2005 2003 2004 2005 I30 44 0,032 Floración I100 51 0,219, n.s. 0,021 0,007 Cuajado J 58 0,062, n.s. 0,837,n.s. 0,680, n.s. 0,022 0,065, n.s. 0,048 K5 63 0,754, n.s. 0,112, n.s. K20 69 0,522, n.s. 0,568, n.s. 0,021 0,014 Desarrollo K35 75 0,642, n.s. 0,348, n.s. 0,534, n.s. 0,009 0,127, n.s. 0,042 herbáceo K50 81 0,744, n.s. 0,652, n.s. 0,373, n.s. 0,065, n.s. 0,012 de la baya K75 87 0,244, n.s. 0,494, n.s. 0,205, n.s. 0,046 0,021 0,000 K100 93 0,558, n.s. 0,083, n.s. 0,549, n.s. 0,009 0,076, n.s. 0,004 M5 100 0,181, n.s. M20 104 0,037 0,408, n.s. 0,059, n.s. 0,010 M40 108 0,029 Envero M70 112 0,041 0,659, n.s. 0,563, n.s. 0,005 M90 115 0,050 0,033 M100 118 0,017 0,047 0,069, n.s. 0,395, n.s. 0,018 0,056, n.s. N20 124 0,086, n.s. 0,469, n.s. 0,347, n.s. 0,084, n.s. N30 128 0,889, n.s. 0,981, n.s. N40 133 0,005 0,985, n.s. Maduración N60 139 0,000 0,018 0,066, n.s. 0,709, n.s. 0,143, n.s. N80 145 0,009 0,398, n.s. 0,214, n.s. 0,612, n.s. 0,090, n.s. N100 151 0,001 0,014 0,084, n.s. 0,333, n.s. 0,579, n.s. 0,103, n.s. Conjunto EF 0,008 0,000 0,426, n.s. 0,057, n.s. 0,000 0,000 a DDB: días desde brotación (valor medio de la serie de años 2003-2005 para ‘Garnacha tinta’, y de la serie de años 2003-2005 para ‘Tempranillo’). b Código EF: proporción en tiempo respecto a la duración de cada estado fenológico (%).

En relación al Zn (Tabla 36), parece registrarse un efecto año entre tejidos en ambas variedades. Mientras que las diferencias fueron generalizadas en el 2005, en el 2004 no las hubo previas al envero en ninguna de las dos variedades. En el 2003, sin embargo, ‘Garnacha tinta’ mostró diferencias generalizadas a partir de cuajado, mientras que ‘Tempranillo’ únicamente mostró diferencias a partir del envero.

Por lo general, las dos variedades estudiadas se diferenciaron en las concentraciones de Cu en limbo y pecíolo (Tabla 37) durante los tres años de estudio, con la excepción de los primeros estadíos del ciclo vegetativo de 2004 y en el muestreo de floración en 2005 para ‘Garnacha tinta’.

178 Capítulo IV Resultados y discusión

Tabla 36. Significación del test t de Student para la concentración de Zn en limbo y pecíolo de Vitis vinífera L. cvs. ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’ para la serie de años 2003-2005. n.s.: no significativo. Zn ‘Garnacha tinta’ ‘Tempranillo’ EF bCod. EF aDDB 2003 2004 2005 2003 2004 2005 I30 44 0,097, n.s. Floración I100 51 0,884, n.s. 0,002 0,633, n.s. Cuajado J 58 0,074, n.s 0,693, n.s. 0,010 0,329, n.s. 0,616, n.s. 0,586, n.s. K5 63 0,314, n.s. 0,011 K20 69 0,782, n.s. 0,009 0,354, n.s. 0,000 Desarrollo K35 75 0,045 0,264, n.s. 0,008 0,361, n.s. 0,800, n.s. 0,651, n.s. herbáceo K50 81 0,009 0,077, n.s. 0,008 0,495, n.s. 0,011 de la baya K75 87 0,037 0,021 0,004 0,909, n.s. 0,191, n.s. 0,015 K100 93 0,048 0,161, n.s. 0,009 0,923, n.s. 0,038 0,046 M5 100 0,027 M20 104 0,007 0,004 0,063, n.s. 0,081, n.s. M40 108 0,043 Envero M70 112 0,006 0,001 0,032 0,029 M90 115 0,020 0,019 M100 118 0,015 0,074, n.s. 0,000 0,159, n.s. 0,018 0,000 N20 124 0,004 0,001 0,010 0,002 N30 128 0,001 0,001 N40 133 0,005 0,001 Maduración N60 139 0,006 0,003 0,000 0,011 0,005 N80 145 0,000 0,001 0,001 0,000 0,007 N100 151 0,001 0,032 0,001 0,000 0,000 0,012 Conjunto EF 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 a DDB: días desde brotación (valor medio de la serie de años 2003-2005 para ‘Garnacha tinta’, y de la serie de años 2003-2005 para ‘Tempranillo’). b Código EF: % en tiempo respecto a la duración de cada estado fenológico.

Tabla 37. Significación del test t de Student para la concentración de Cu en limbo y pecíolo de Vitis vinífera L. cvs. ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’ para la serie de años 2003-2005. n.s.: no significativo. Cu ‘Garnacha tinta’ ‘Tempranillo’ EF bCod. EF aDDB 2003 2004 2005 2003 2004 2005 I30 44 0,022 Floración I100 51 0,065, n.s. 0,271, n.s 0,015 Cuajado J 58 0,035 0,019 0,002 0,002 0,019 0,032 K5 63 0,009 0,001 K20 69 0,248, n.s. 0,028 0,148, n.s. 0,038 Desarrollo K35 75 0,006 0,642, n.s. 0,006 0,001 0,001 0,002 herbáceo K50 81 0,023 0,134, n.s. 0,006 0,006 0,017 de la baya K75 87 0,032 0,012 0,011 0,000 0,000 0,018 K100 93 0,000 0,070, n.s. 0,003 0,000 0,002 0,000 M5 100 0,001 M20 104 0,004 0,001 0,000 0,000 M40 108 0,006 Envero M70 112 0,001 0,000 0,000 0,029 M90 115 0,004 0,001 M100 118 0,026 0,039 0,012 0,000 0,000 0,000 N20 124 0,001 0,008 0,019 0,001 N30 128 0,187, n.s. 0,000 N40 133 0,016 0,009 Maduración N60 139 0,002 0,006 0,006 0,001 0,017 N80 145 0,013 0,000 0,086, n.s. 0,033 0,000 N100 151 0,001 0,116, n.s. 0,001 0,085, n.s. 0,002 0,001 Conjunto EF 0,000 0,002 0,000 0,000 0,001 0,000 a DDB: días desde brotación (valor medio de la serie de años 2003-2005 para ‘Garnacha tinta’, y de la serie de años 2003-2005 para ‘Tempranillo’). b Código EF: % en tiempo respecto a la duración de cada estado fenológico.

179 Capítulo IV Resultados y discusión

Finalmente, en el caso del B (Tabla 38), limbo y pecíolo de las dos variedades muestran un comportamiento bastante parecido al del Zn, con una clara influencia del efecto año en ambas variedades. En este sentido, las dos variedades únicamente se diferenciaron con claridad en los contenidos en B de sus tejidos entre los momentos de floración e inicio de envero para los años 2003 y 2004, así como también entre el período avanzado del envero y la maduración para 2005.

Tabla 38. Significación del test t de Student para la concentración de B en limbo y pecíolo de Vitis vinífera L. cvs. ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’ para la serie de años 2003-2005. n.s.: no significativo. B ‘Garnacha tinta’ ‘Tempranillo’ EF bCod. EF aDDB 2003 2004 2005 2003 2004 2005 I30 44 0,032 Floración I100 51 0,000 0,237, n.s. 0,003 Cuajado J 58 0,000 0,008 0,008 0,003 0,000 0,044 K5 63 0,004 0,471, n.s. K20 69 0,000 0,157, n.s. 0,000 0,430, n.s. Desarrollo K35 75 0,000 0,004 0,362, n.s. 0,003 0,002 0,004 herbáceo K50 81 0,006 0,018 0,499, n.s. 0,031 0,372, n.s. de la baya K75 87 0,003 0,046 0,718, n.s. 0,059, n.s. 0,241, n.s. 0,087, n.s. K100 93 0,000 0,013 0,836, n.s. 0,036 0,035 0,400, n.s. M5 100 0,000 M20 104 0,736, n.s. 0,992, n.s. 0,010 0,567, n.s. M40 108 0,174, n.s. Envero M70 112 0,074, n.s. 0,044 0,307, n.s. 0,288, n.s. M90 115 0,462, n.s. 0,044 M100 118 0,001 0,275, n.s. 0,014 0,624, n.s. 0,911, n.s. 0,009 N20 124 0,145, n.s. 0,000 0,089, n.s. 0,051, n.s. N30 128 0,903, n.s. 0,023 N40 133 0,332, n.s. 0,136, n.s. Maduración N60 139 0,000 0,349, n.s. 0,022 0,033 0,005 N80 145 0,780, n.s. 0,132, n.s. 0,039 0,303, n.s. 0,001 N100 151 0,463, n.s. 0,177, n.s. 0,008 0,098, n.s. 0,034 0,005 Conjunto EF 0,000 0,000 0,486, n.s. 0,002 0,054, n.s. 0,045 a DDB: días desde brotación (valor medio de la serie de años 2003-2005 para ‘Garnacha tinta’, y de la serie de años 2003-2005 para ‘Tempranillo’). b Código EF: proporción en tiempo respecto a la duración de cada estado fenológico (%).

4.2.1.3. Análisis Canónico Discriminante El análisis canónico discriminante (ACD) es una herramienta estadística que permite detectar e interpretar diferencias entre agrupaciones de muestras a partir de la matriz de correlación entre las variables originales y las variables canónicas calculadas. Además, el ACD proporciona una representación gráfica bidimensional de las dos principales variables canónicas discriminantes, la Función 1 y la Función 2. Por su

180 Capítulo IV Resultados y discusión parte, estas variables canónicas están calculadas para maximizar la separación entre los grupos o variables de clasificación.

La semejanza entre distintos grupos de clasificación, para una función discriminante dada, en relación a la variable o variables independientes que están relacionadas con dicha función, estará caracterizada por la proximidad entre grupos de igual signo. Sin embargo, los grupos con signo contrario, para una determinada función discriminante, se comportarán de forma contraria.

Dentro de cada grupo, el punto central se define como centroide y la mayor o menor dispersión con relación al mismo, será relación directa de la homogeneidad o heterogeneidad de las muestras que forman un determinado grupo.

La aplicación del ACD, empleando como variables independientes a los elementos minerales (N, P, K, Ca, Mg, Fe, Mn, Zn, Cu y B), reveló la existencia de diferencias entre la composición mineral foliar de ‘Tempranillo’ y ‘Garnacha tinta’. Además, permitió la correcta diferenciación y clasificación de las dos variedades en función de sus análisis foliares, como se verá en los próximos aparados. Sin embargo, esta diferenciación entre ambas variedades no fue tan clara para los dos tejidos estudiados. En este sentido, se obtuvo una mejor discriminación con los pecíolos que con los limbos.

A continuación, en los siguientes tres subapartados de este punto, se exponen los resultados obtenidos para la misma población de datos, creada con los análisis de limbo y pecíolo de las dos variedades estudiadas. El estudio del ACD se realizó de tres formas distintas:  Estudio para 4 grupos de clasificación: Conjunto de datos foliares, de la serie de años 2003-2005, discriminando por tejido y variedad.  Estudio para 12 grupos de clasificación: Conjunto de datos foliares, de la serie de años 2003-2005, discriminando por tejido, variedad y año.  Estudios para 4 grupos de clasificación: Conjunto de datos foliares, segmentado por años, discriminando nuevamente por tejido y variedad.

181 Capítulo IV Resultados y discusión

4.2.1.3.1. Análisis canónico discriminante para 4 grupos de clasificación: tejido x variedad Como ya se ha indicado, se realizó un ACD considerando el conjunto de análisis foliares pertenecientes a las dos variedades y a los tres años de estudio. Para ello, se dividieron los datos foliares en cuatro grupos de clasificación: limbos ‘Tempranillo’, pecíolos ‘Tempranillo’, limbos ‘Garnacha tinta’ y pecíolos ‘Garnacha tinta’. Las variables cuantitativas independientes utilizadas fueron el N, P, K, Ca, Mg, Fe, Mn, Zn, Cu y B, obteniéndose como resultado los datos expuestos en la Tabla 39 y en la Figura 25.

El ACD aplicado dio lugar a 3 funciones discriminantes (FD), que aparecen ordenadas en función de su valor propio (Tabla 39). En el caso de la FD1, este valor propio tiene un valor elevado (62,67) que indica una alta capacidad de discriminación. Las FD2 y FD3, con menor valor propio, tendrán una menor capacidad de discriminación. En este sentido, la FD1 expresó el 91,4% de la varianza total, mientras que las FD2 y FD3 tan sólo expresaron el 7,1% y 1,5%, respectivamente.

Por otra parte, la FD1 (Tabla 39) mostró un valor de Lambda Wilks de 0,001, que también indicaba una excelente capacidad discriminante. La Lambda Wilks de la FD2 (0,083) también mostraba una buena capacidad discriminante, mientras que la de la FD3 (0,487) indicaba una capacidad discriminante intermedia.

Con respecto a las correlaciones canónicas (Tabla 39), las funciones 1 y 2, con valores de correlación elevados (0,992 y 0,911, respectivamente) y cercanos a la unidad, mostraban una elevada capacidad discriminante. La FD3, por su parte, a pesar de que tan sólo explicaba el 1,5% de la varianza, también presentaba capacidad de discriminación, al poseer una correlación canónica aceptable (0,716).

Finalmente, los valores p asociados al estadístico chi-cuadrado (Tabla 39), inferiores a 0,01, muestran significativas las tres funciones canónicas resultantes, con un nivel de significación superior al 99%.

182 Capítulo IV Resultados y discusión

Tabla 39. Análisis canónico discriminante para cuatro grupos de clasificación (tejido x variedad) de la composición mineral (N, P, K, Ca, Mg, Fe, Mn, Zn, Cu y B) en limbos y pecíolos de ‘Tempranillo’ y ‘Garnacha tinta’ en los años 2003, 2004 y 2005.

FD1 FD2 FD3

Valor propio 62,67 4,853 1,053 Varianza (%) 91,4 7,1 1,5 Acumulado (%) 91,4 98,5 100,0 Correlación canónica 0,992 0,911 0,716  de Wilks 0,001 0,083 0,487 p valor 0,000 0,000 0,000

La Figura 25 describe la distribución de las muestras analizadas en el plano bidimensional definido por las funciones 1 y 2. Ambas funciones aglutinan el 98,5% de la varianza total de las variables independientes (Tabla 39), y permitieron la correcta clasificación, según los cuatro grupos establecidos, del 95,5% de las muestras foliares incluidas en la base de datos generada por las dos variedades.

El ACD aplicado indicaría que la primera función discriminante está principalmente influenciada por el tejido analizado, por lo que separa las muestras en función de esta variable de clasificación. La FD2, por su parte, está influenciada notablemente por la variedad, permitiendo los pecíolos discriminar claramente entre ambas variedades. Sin embargo, mediante los limbos esta clasificación no resultó satisfactoria (Figura 25). En este sentido, la Figura 25a recoge el gráfico de dispersión de las funciones canónicas discriminantes 1 y 2, mientras que los centroides de los cuatro grupos a discriminar se muestran en la Figura 25b, en donde se aprecia una marcada discriminación entre los pecíolos de ‘Garnacha tinta’ y de ‘Tempranillo’. Se aprecia, de forma manifiesta, cómo los centroides de los respectivos pecíolos permanecen claramente alejados el uno del otro.

Como se puede ver en la Figura 25a, no resulta posible discriminar las variedades en función de la composición mineral de los limbos, ya que los puntos de dispersión de los limbos de las dos variedades están superpuestos. Esta situación queda también reflejada en la Figura 25b, con la proximidad de los centroides correspondientes a este tejido. Por tanto, la FD2 no hace una buena discriminación entre estos dos grupos de

183 Capítulo IV Resultados y discusión limbos, a pesar de ser significativa, ya que los limbos de ‘Garnacha tinta’ y de ‘Tempranillo’ están prácticamente alineados.

15 15 25.a Limbos Tempranillo 25.b Peciolos Tempranillo 10 10 Limbos Garnacha tinta Peciolos Garnacha tinta %) %) 5 5 (7,1 (7,1 2 2 0 0

Función Función -5 Función Función -5

-10 -10

-15 -15 -15 -10 -5 0 5 10 15 -10 -5 0 5 10 Función 1 (91,4%) Función 1 (91,4%) Figura 25. Análisis canónico discriminante, para cuatro grupos de clasificación (tejido x variedad) de la composición mineral (N, P, K, Ca, Mg, Fe, Mn, Zn, Cu y B) en limbos y pecíolos de ‘Tempranillo’ y ‘Garnacha tinta’ en los años 2003, 2004 y 2005. Los valores entre paréntesis indican el porcentaje de la varianza explicada por cada función discriminante.

A la vista de estos resultados, el ACD de los pecíolos podría ser una herramienta muy eficaz para diferenciar variedades a partir de un simple análisis químico, aunque el estudio necesitaría ampliarse a un mayor número de variedades como factor de clasificación.

Los coeficientes canónicos estandarizados relacionan las variables originales y las funciones discriminantes, y representan la contribución relativa de cada variable independiente a la función discriminante (Tabla 40). De esta forma, los coeficientes más elevados suponen una mayor contribución de la variable independiente asociada a la función discriminante.

Con respecto a la FD1, y atendiendo a los coeficientes canónicos estandarizados (Tabla 40), esta primera función discriminante mantiene una relación positiva con el Mg, K y P, negativa con el N, Ca, Mn, Fe, Zn, mientras que es casi inexistente con el B y Cu (Tabla 40). Por otra parte, el Mg y el N con menor intensidad, fueron las variables con

184 Capítulo IV Resultados y discusión mayor influencia sobre la FD1, es decir, las que mejor discriminaban entre limbos y pecíolos.

De igual modo, la FD2 tiene una relación positiva con el Mg, P, N, Ca, K, Mn, Cu y Fe, mientras que es negativa con el Zn y B (Tabla 40). Respecto a su influencia sobre esta FD2, el Mg, seguido por el P, N y Ca en menor medida, fueron las variables con mayor relación. La FD3, por su parte, se relacionaba positivamente con el B, Mn, Cu, Fe y K, mientras que negativamente con el N, Zn, Mg y Ca, manteniendo con el P una relación prácticamente inexistente (Tabla 40).

Por otra parte, dichos coeficientes canónicos estandarizados pueden estar influidos por la existencia de multicolinealidad entre las variables independientes por lo que, para una mejor interpretación de las relaciones entre variables independientes y dependientes, muchos autores proponen las puntuaciones discriminantes, también conocidas como coeficientes de estructura, que se muestran en la matriz de estructura (Tabla 40). Dichas puntuaciones discriminantes miden la correlación simple entre cada variable independiente y la función discriminante (Rosales, 1990; Quintana et al., 2013), y representan la varianza que comparte una variable independiente con la función discriminante. En este sentido, en aquellos casos de elevada colinealidad (alta relación entre las variables independientes), los coeficientes de estructuras podrían ser muy distintos de los coeficientes estandarizados.

De esta forma, el coeficiente de estructura más alto de cada variable independiente aparece en la Tabla 40 identificado en negrita, e indica cuál es la función con la que más correlaciona esa variable, sin que por ello implique que sea esa la función en la que más capacidad discriminante tenga dicha variable.

Las correlaciones entre las variables canónicas discriminantes y las originales, mostradas en la matriz de estructura (Tabla 40), ponen de manifiesto cómo: la FD1 fue la función con la que más se correlacionaban el N, K y Cu; la FD2 fue la función con la que más se correlacionaban el Mn, Mg, Ca y P; mientras que la FD3 fue la función con la que más se correlacionaban el B, Fe y Zn.

185 Capítulo IV Resultados y discusión

En relación a la función discriminante que tiene capacidad de diferenciar entre ‘Tempranillo’ y ‘Garnacha tinta’ (la FD2), los coeficientes de estructura muestran que la FD2 se correlaciona de forma positiva con el Mn, Mg, Ca, N, P, Fe, B y Cu, mientras que de forma negativa con el Zn y el K.

Como se aprecia en la Figura 25, la FD2 para los pecíolos de ´Garnacha tinta´ adquiere valores positivos en los 3 años de ensayo, mientras que los de ´Tempranillo´, valores negativos. En este sentido, aquellas variables que se correlacionan de forma positiva con la FD2 se podrían interpretar como que poseen un mayor contenido mineral en el pecíolo que ´Tempranillo´. Esto significaría, por tanto, que los pecíolos de ‘Garnacha tinta’, que adoptan valores positivos para la FD2 en la matriz de estructura, podrían tener por lo general, mayor concentración de Mn, Mg, Ca, N, P y Fe, una concentración similar, aunque ligeramente superior de B y Cu, así como una concentración similar, aunque ligeramente inferior de Zn y K. Los resultados obtenidos en este trabajo de tesis, relativos a referencias nutricionales para pecíolo de la variedad ‘Garnacha tinta’, que se verán en el siguiente capítulo, confirman dichas diferencias entre las variedades ‘Tempranillo’ y ‘Garnacha tinta’, con la única salvedad del Cu en floración (Figuras 58 y 59), y K en envero (Figuras 62 y 63).

Tabla 40. Coeficientes estandarizados y Matriz de estructura para las funciones discriminantes obtenidas como resultado del análisis canónico discriminante de la composición mineral (N, P, K, Ca, Mg, Fe, Mn, Zn, Cu y B) en limbos y pecíolos de ‘Tempranillo’ y ‘Garnacha tinta’ en los años 2003, 2004 y 2005. Cuatro grupos de clasificación: tejido x variedad.

Coeficientes Canónicos Estandarizados Matriz de Estructura

FD1 FD2 FD3 FD1 FD2 FD3

N -0,848 0,647 -0,710 -0,346 0,308 -0,164 P 0,626 0,698 -0,053 0,077 0,301 0,037 K 0,649 0,283 0,239 0,127 -0,071 0,106 Ca -0,675 0,439 -0,366 -0,137 0,353 -0,024 Mg 1,577 0,890 -0,420 0,277 0,389 -0,019 Fe -0,254 0,111 0,399 -0,267 0,193 0,328 Mn -0,552 0,205 0,800 0,003 0,401 0,297 Zn -0,223 -0,165 -0,423 0,106 -0,087 -0,219 Cu -0,045 0,203 0,499 -0,050 0,025 -0,013 B -0,056 -0,141 1,024 -0,031 0,095 0,380 *En negrita: Mayor correlación absoluta entre cada variable independiente y la función discriminante.

186 Capítulo IV Resultados y discusión

Respecto al limbo, estas diferencias no serían tan evidentes, dada la similitud en la FD2 para las dos variedades.

4.2.1.3.2. Análisis canónico discriminante para 12 grupos de clasificación: tejido x variedad x año Para este segundo supuesto, aplicando la misma metodología que en el anterior subapartado, se repitió el estudio para determinar si este tipo de ACD presentaba además capacidad para discriminar entre años.

Se aplicó de nuevo un ACD al conjunto de análisis foliares pertenecientes a las dos variedades y a los tres años de estudio. Sin embargo, para este supuesto, los datos foliares se dividieron en doce grupos (variables dependientes): Grupo 1 (limbos ‘Tempranillo’ 2003); Grupo 2 (pecíolos ‘Tempranillo’ 2003); Grupo 3 (limbos ‘Garnacha tinta’ 2003); Grupo 4 (pecíolos ‘Garnacha tinta’ 2003); Grupo 5 (limbos ‘Tempranillo’ 2004); Grupo 6 (pecíolos ‘Tempranillo’ 2004); Grupo 7 (limbos ‘Garnacha tinta’ 2004); Grupo 8 (pecíolos ‘Garnacha tinta’ 2004); Grupo 9 (limbos ‘Tempranillo’ 2005); Grupo 10 (pecíolos ‘Tempranillo’ 2005); Grupo 11 (limbos ‘Garnacha tinta’ 2005); Grupo 12 (pecíolos ‘Garnacha tinta’ 2005).

Como resultado, se obtuvieron los datos expuestos en la Tabla 41 y en la Figura 26. En este estudio, aunque se obtuvieron diez funciones discriminantes, se estudiaron las cuatro primeras, que aparecen ordenadas en función de su valor propio en la Tabla 41. La primera función discriminante (Tabla 41) presenta de nuevo un valor elevado (85,01), seguida a bastante distancia por el resto de funciones.

La capacidad de discriminación en base a los valores de Lambda Wilks (Tabla 41), es alta en las funciones 1, 2, 3 y 4. Por otro lado, los resultados relativos a la correlación canónica también indican una gran capacidad de discriminación de las funciones 1 y 2 y, en menor medida aunque también adecuada, de las funciones 3 y 4.

187 Capítulo IV Resultados y discusión

Finalmente, los valores p asociados al estadístico chi-cuadrado (Tabla 41) son inferiores a 0,01, por lo que las cuatro funciones son significativas con un nivel de significación superior al 99%.

Tabla 41. Análisis canónico discriminante para doce grupos de clasificación (tejido x variedad x año ) de la composición mineral (N, P, K, Ca, Mg, Fe, Mn, Zn, Cu y B) en limbos y pecíolos de ‘Tempranillo’ y ‘Garnacha tinta’ en los años 2003, 2004 y 2005.

FD1 FD2 FD3 FD4

Valor propio 85,01 7,931 1,841 1,068 Varianza (%) 87,1 8,1 1,9 1,1 Acumulado (%) 87,1 95,3 97,1 98,2 Correlación canónica 0,994 0,942 0,805 0,719  de Wilks 0,000 0,005 0,044 0,124 p valor 0,000 0,000 0,000 0,000

En la Figura 26, se muestra la distribución de las muestras analizadas en el plano bidimensional definido por las funciones discriminantes 1 y 2. La primera función discriminante explica el 87,1% de la varianza presente en las muestras foliares, mientras que la segunda FD explica el 8,1%. Por tanto, mediante la representación de estas dos primeras funciones discriminantes, es posible apreciar el 95,3% de la variabilidad de las muestras.

Estos resultados son, lógicamente, muy parecidos al estudio con 4 grupos de clasificación, llevado a cabo en el anterior apartado, dado que la FD1 se asocia de nuevo al tejido analizado y la FD2 a la variedad. Como se aprecia en la Figura 26, la FD1 discrimina principalmente por el tejido analizado. De la misma forma, la FD2 también vislumbra una buena discriminación entre los pecíolos de las dos variedades, quedando los pecíolos de ‘Garnacha tinta’ en la parte superior de la Figura 26, con valores positivos para la FD2, mientras que los de ‘Tempranillo’ quedarían en la inferior, con valores negativos.

Además, se aprecia una ligera discriminación debida al efecto año (Figura 26). En este sentido, los puntos de dispersión pertenecientes al año 2004 presentan puntuaciones ligeramente superiores a las correspondientes al 2003, y claramente superiores a las del 2005. Esta situación se refleja tanto en los pecíolos de ‘Garnacha tinta’ como en los

188 Capítulo IV Resultados y discusión de ‘Tempranillo’. Para el caso de los limbos, sin embargo, esta discriminación interanual no se aprecia como en el caso de los pecíolos.

10 10 26.a 26.b

5 5

0 0

(8,1%) Función2 (8,1%) 2 Función -5 -5

-10 -10 -15 -10 -5 0 5 10 15 20 -15 -10 -5 0 5 10 15 20 Función 1 (87,1%) Función 1 (87,1%) Limbos Tempranillo 2003 Limbos Garnacha tinta 2003 Peciolos Tempranillo 2003 Peciolos Garnacha tinta 2003 Limbos Tempranillo 2004 Limbos Garnacha tinta 2004 Peciolos Tempranillo 2004 Peciolos Garnacha tinta 2004 Limbos Tempranillo 2005 Limbos Garnacha tinta 2005 Peciolos Tempranillo 2005 Peciolos Garnacha tinta 2005 Figura 26. Análisis canónico discriminante para doce grupos de clasificación de la composición mineral (N, P, K, Ca, Mg, Fe, Mn, Zn, Cu y B) en limbos y pecíolos de ‘Tempranillo’ y ‘Garnacha tinta’ en los años 2003, 2004 y 2005. Los valores entre paréntesis indican el porcentaje de la varianza explicada por cada función discriminante.

Finalmente, el ACD realizado permitió clasificar correctamente el 82,5% de las muestras, un valor ligeramente inferior al obtenido en el estudio con cuatro grupos de clasificación dado que en este estudio, también debía clasificarse correctamente el año. Sin embargo, es de destacar que el ACD de pecíolos podría ser no sólo una herramienta muy eficaz para diferenciar variedades a partir de un simple análisis químico, si no que también podría llegar a diferenciar o discriminar en función del año de muestreo. De todas formas, este estudio sería necesario ampliarlo a la evaluación de la capacidad discriminante del pecíolo con un mayor número de variedades y años como factor de clasificación.

Respecto a la relación de las funciones discriminantes con las variables originales, la FD1 (Tabla 42), según las puntuaciones discriminantes de los coeficientes estandarizados, sostiene una relación positiva con el Mg, P y K, negativa con el N, Mn, Ca, Zn, Fe y, casi inexistente, con el B y el Cu. Si consideramos la intensidad de esta

189 Capítulo IV Resultados y discusión relación, el Mg así como el N, P, Mn, y el Ca con menor intensidad, fueron las variables con mayor influencia sobre la FD1, es decir, las que mejor discriminaban entre limbos y pecíolos. Magnesio y P con signo positivo y, por tanto, mantendrán una influencia sobre los valores que adopte FD1 opuesta a la del N, Mn y Ca, que contaban con signos negativos.

Tabla 42. Coeficientes estandarizados y Matriz de estructura para las funciones discriminantes obtenidas del análisis canónico discriminante de la composición mineral (N, P, K, Ca, Mg, Fe, Mn, Zn, Cu y B) en limbos y pecíolos de ‘Tempranillo’ y ‘Garnacha tinta’ en los años 2003, 2004 y 2005. Doce grupos de clasificación: tejido x variedad x año.

Coeficientes Canónicos Estandarizados Matriz de Estructura

FD1 FD2 FD3 FD4 FD1 FD2 FD3 FD4

N -0,836 0,639 0,692 0,000 -0,304 0,302 0,216 0,013 P 0,824 0,618 0,458 -0,09 0,073 0,227 0,108 -0,077 K 0,402 0,077 -0,209 0,162 0,120 -0,137 -0,031 -0,074 Ca -0,701 0,377 0,156 -0,986 -0,123 0,302 0,051 -0,342 Mg 1,911 1,117 0,039 -0,176 0,272 0,321 0,037 -0,014 Fe -0,255 0,192 -0,478 0,092 -0,276 0,233 -0,308 -0,061 Mn -0,789 0,117 -0,147 0,977 0,006 0,350 -0,085 0,285 Zn -0,321 -0,632 0,636 -0,348 0,108 -0,189 0,280 -0,301 Cu -0,01 -0,062 0,285 0,66 -0,052 -0,018 0,328 0,394 B -0,041 -0,009 -0,911 -0,164 -0,028 0,124 -0,389 -0,172 *En negrita: Mayor correlación entre cada variable independiente y las 4 funciones extraídas.

Por otra parte, la FD2 (Tabla 42) tiene una relación positiva con el Mg, N, P, Ca, Fe y Mn, negativa con el Zn, y prácticamente inexistente con el K, Cu y B. Respecto a su grado de influencia sobre esta función, el Mg, seguido por el N, Zn y P fueron las variables con mayor influencia sobre la FD2.

En el caso de la FD3 (Tabla 42) se relacionaba positivamente con el N, Zn, P, Cu y Ca, y negativamente con el B, Fe, K y Mn, manteniendo con el Mg una relación casi nula. Por otro lado, el B, N, Zn, Fe y P fueron los nutrientes con mayor influencia para esta función, seguidos a mayor distancia por el Cu y el K.

En este caso, las funciones con las que más se correlacionaban las variables independientes, eran la funciones 7, 8, 9 y 10 (datos no mostrados). Respecto a las FD

190 Capítulo IV Resultados y discusión extraídas, se muestra en negrita los coeficientes para la función con la que más se correlacionaron, de las cuatro seleccionadas, las variables independientes. Las correlaciones entre las variables canónicas discriminantes y las originales, mostradas en la matriz de estructura (Tabla 42), ponen de manifiesto cómo de las 4 FD: la FD1 fue la función con la que más se correlacionó el N; la FD2 fue la función con la que más se correlacionaban el Mn, Mg, P y K; la FD3 fue la función con la que más se correlacionaban el B y Fe; mientras que la FD4 fue la función con la que más correlacionaba Cu, Ca y Zn.

Por otro lado, tal y como se aprecia en la Figura 26, la FD2 para los pecíolos de ´Garnacha tinta´ adquiere valores positivos en los 3 años de ensayo, mientras que los de ´Tempranillo´, valores negativos. En este contexto, aquellas variables que se correlacionan de forma positiva con la FD2 se podrían interpretar como que poseen un mayor contenido mineral en el pecíolo que ´Tempranillo´. Esto significaría, por tanto, que los pecíolos de ‘Garnacha tinta’, que adoptan valores positivos para la FD2 en la matriz de estructuras, podrían tener una mayor concentración de Mn, Mg, N, Ca, Fe, P y B, así como menor de Zn, K y Cu. En el limbo, sin embargo, estas diferencias no serían tan evidentes, dada la similitud en la FD2 para las dos variedades. Este resultado es muy similar al obtenido con 4 grupos de clasificación, en el apartado 4.2.1.3.1.

4.2.1.3.3. Análisis canónico discriminante para 4 grupos de clasificación: tejido x variedad (segmentado por años) Finalmente, se llevó a cabo un estudio del ACD de forma independiente para cada uno de los años estudiados, cuyos resultados se recopilan en la Tabla 43 y en la Figura 27.

Las variables cuantitativas utilizadas fueron los elementos minerales (N, P, K, Ca, Mg, Fe, Mn, Zn, Cu y B) en los tejidos (limbos y pecíolos) de las dos variedades (‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’), a nivel anual. Para este análisis discriminante, se dividieron los datos foliares en cuatro grupos: Grupo 1 (limbos ‘Tempranillo’); Grupo 2 (pecíolos ‘Tempranillo’); Grupo 3 (limbos ‘Garnacha tinta’); Grupo 4 (pecíolos ‘Garnacha tinta’).

191 Capítulo IV Resultados y discusión

El ACD aplicado para cada año dio lugar a 3 funciones discriminantes, que aparecen ordenadas en la Tabla 43 en función de su valor propio. En el caso de la FD1, como era de esperar, presenta un valor propio elevado en comparación con el resto de funciones, y en los tres años estudiados, lo que implica que se trata de la función con mejor capacidad de discriminación. Este valor propio muestra unos valores en la función 1 de 127,2, 88,7 y de 135,4 para los años 2003, 2004 y 2005, respectivamente.

La FD1 (Tabla 43) expresó el mayor porcentaje de la varianza total, alcanzando un valor del 92,0%, 89,9% y 91,1%, para los años 2003, 2004 y 2005 respectivamente, mientras que los de la FD2 expresaban el 6,5%, 8,5% y el 7,9% de la varianza total, para los años 2003, 2004 y 2005 respectivamente, valores muy parecidos a los obtenidos en el estudio sin segmentación del año (Tabla 39).

Por otra parte, las dos primeras funciones discriminantes mostraron unos valores de Lambda Wilks (Tabla 43) cercanos a cero en el 2003 (0,000 y 0,032 para la FD1 y FD2, respectivamente), 2004 (0,000 y 0,041 para la FD1 y FD2, respectivamente) y 2005 (0,000 y 0,031 para la FD1 y FD2, respectivamente). Esta situación reflejaba su excelente capacidad discriminante. De igual forma, las correlaciones canónicas de las dos primeras funciones (Tabla 43) mostraron también una excelente capacidad discriminante, con unos valores de correlación superiores a 0,99 para la FD1, y con valores superiores a 0,94 para la FD2 en los tres años estudiados (Tabla 43).

Finalmente, los valores p asociados al estadístico chi-cuadrado (Tabla 43) son inferiores a 0,01, por lo que las tres funciones canónicas extraídas se muestran significativas para los tres años, con un nivel de significación superior al 99%.

La distribución de las muestras analizadas anualmente en el plano bidimensional, queda definida por las funciones discriminantes 1 y 2 en la Figura 27. Con la representación de estas dos primeras funciones discriminantes (Tabla 43) es posible explicar el 98,5%, 98,4% y 99,0% de la varianza observada en las variables originales, procedentes de las muestras en cada uno de los años, 2003, 2004 y 2005.

192 Capítulo IV Resultados y discusión

En la Figura 27, se observa una perfecta discriminación entre los pecíolos de las dos variedades para cada uno de los tres años estudiados. Además, al eliminar el factor año se facilitan mejores resultados para los limbos. En este sentido, en los limbos de los años 2004 y 2005 se observa una cierta capacidad de discriminación entre variedades para la FD2. Sin embargo, en el año 2003 no se manifestó está capacidad de discriminación.

Tabla 43. Análisis canónico discriminante para cuatro grupos de clasificación de la composición mineral (N, P, K, Ca, Mg, Fe, Mn, Zn, Cu y B) en limbos y pecíolos de ‘Tempranillo’ y ‘Garnacha tinta’ para los años 2003, 2004 y 2005, estudiados independientemente. Grupos de clasificación: tejido x variedad. FD1 FD2 FD3 Valor propio 127,2 9,0 2,1 Varianza (%) 92,0 6,5 1,5 Acumulado (%) 92,0 98,5 100 2003 Correlación canónica 0,996 0,949 0,824  de Wilks 0,000 0,032 0,321 p valor 0,000 0,000 0,000 Valor propio 88,7 8,4 1,6 Varianza (%) 89,9 8,5 1,6 Acumulado (%) 89,9 98,4 100 2004 Correlación canónica 0,994 0,945 0,782  de Wilks 0,000 0,041 0,388 p valor 0,000 0,000 0,000 Valor propio 135,4 11,7 1,5 Varianza (%) 91,1 7,9 1,0 Acumulado (%) 91,1 99,0 100 2005 Correlación canónica 0,996 0,960 0,775  de Wilks 0,000 0,031 0,400 p valor 0,000 0,000 0,000

En lo que respecta a la capacidad de predicción, las tres FD en conjunto permitieron diferenciar correctamente el 96,2%, 99,4% y 98,3% de las muestras en 2003, 2004 y 2005, respectivamente. Esta mejora sustancial en la eficacia clasificatoria, frente al primer y segundo estudio del ACD, se debe atribuir a la eliminación del factor año del proceso.

Para el año 2003, la FD1 (Tabla 44), según las puntuaciones discriminantes de los coeficientes estandarizados, tuvo una relación positiva con el N, Ca, Mn, Zn y Fe, mientras que negativa con el Mg, K, P y B.

193 Capítulo IV Resultados y discusión

8 8 2003 27.a 2003 Limbos Tempranillo 27.b 6 6 Peciolos Tempranillo Limbos Garnacha tinta 4 4 Peciolos Garnacha tinta 2 2 0 0 -2 -2 Función 2 (6,5%) 2 Función (6,5%) 2 Función -4 -4

-6 -6

-8 -8 -20 -10 0 10 20 -20 -10 0 10 20 Función 1 (92,0%) Función 1 (92,0%) 8 8 2004 27.c 2004 27.d 6 6

4 4

2 2

0 0

-2 -2 Función 2 (8,5%) 2 Función (8,5%) 2 Función -4 -4

-6 -6

-8 -8 -20 -10 0 10 20 -20 -10 0 10 20 Función 1 (89,9%) Función 1 (89,9%)

8 8 2005 27.e 2005 27.f 6 6

4 4

2 2

0 0

-2 -2 Función 2 (7,9%) 2 Función (7,9%) 2 Función -4 -4 -6 -6 -8 -8 -20 -10 0 10 20 -20 -10 0 10 20 Función 1 (91,1%) Función 1 (91,1%) Figura 27. Análisis canónico discriminante para cuatro grupos de clasificación de la composición mineral (N, P, K, Ca, Mg, Fe, Mn, Zn y B) en limbos y pecíolos de ‘Tempranillo’ y ‘Garnacha tinta’ para los años 2003, 2004 y 2005, estudiados independientemente. Los valores entre paréntesis indican el porcentaje de la varianza explicada por cada función discriminante. Grupos de clasificación: tejido x variedad.

194 Capítulo IV Resultados y discusión

Por otra parte, el Mg, N, Ca, así como el Mn y K, con menor intensidad, fueron las variables con mayor influencia sobre la FD1, seguidas en orden de importancia por el P, Zn, Fe y B. El Cu fue excluido del análisis al cumplir el criterio de salida según la metodología de la inclusión por pasos seguida para este tipo de análisis multivariante.

Respecto a la FD2 (Tabla 44, coeficientes estandarizados), para este mismo año 2003, mantuvo una relación positiva con el P, Mg, N, Ca y Fe, mientras que negativa con el B, K y Mn, siendo prácticamente inexistente con el Zn. Los nutrientes con mayor influencia sobre la FD2 fueron el P y el Mg, seguidos por el N, Ca y B en menor medida, así como por el Fe, K y Mn.

La FD3 (Tabla 44, coeficientes estandarizados) se relacionaba positivamente en el 2003 con el Mn, B, Fe, P y K, y que negativamente con el N, Ca, Zn y Mg. Por otra parte, el Mn así como el N, B y Ca, con menor intensidad, fueron las variables con mayor influencia sobre la FD3, seguidas en orden de importancia por el Zn, Mg, Fe, P y K.

En el año 2004, la FD1 (Tabla 44, coeficientes estandarizados) tuvo una relación positiva con el Mg, P y K, mientras que negativa con el Mn, N, Ca, Fe, B y Zn. En cuanto al Mg, Mn, P y N, fueron las variables con mayor influencia sobre la FD1, seguidas en orden de importancia por el Ca, K, Fe, B y Zn. Respecto a la FD2, ésta mantuvo una relación positiva con el Mg, P, Mn, B, N, Fe, Ca y K, mientras que con el Zn una negativa. Respecto al peso de los nutrientes sobre esta FD2, los que presentaron mayor poder discriminante fueron el Mg y el Zn, seguidos por el P, Mn, B en menor medida y, finalmente, por el N, Fe, Ca y K. La FD3, por su parte, se relacionaba positivamente en 2004 con el N, Zn, Mg, P y Ca, y lo hacía negativamente con el Mn, B, K y Fe. Finalmente, el Mn, B, N, Zn, y Mg con menor intensidad, fueron las variables de mayor influencia en la FD3, seguidas en orden de importancia por el K, P, Fe y Ca (Tabla 44).

195 Capítulo IV Resultados y discusión

Tabla 44. Coeficientes estandarizados y Matriz de estructura para las funciones discriminantes obtenidas como resultado del análisis canónico discriminante de la composición mineral (N, P, K, Ca, Mg, Fe, Mn, Zn, Cu y B) en limbos y pecíolos de ‘Tempranillo’ y ‘Garnacha tinta’ en los años 2003, 2004 y 2005. Cuatro grupos de clasificación: tejido x variedad. Coeficientes canónicos estandarizados Matriz de Estructura 2003 2004 2005 2003 2004 2005 Función Discriminante 1 (FD1) N 1,305 -0,679 -1,000 0,196 -0,265 -0,370 P -0,483 0,865 1,121 -0,075 0,074 0,050 K -0,836 0,438 0,535 -0,127 0,100 0,102 Ca 1,287 -0,583 -0,891 0,112 -0,164 -0,056 Mg -2,257 2,193 1,930 -0,204 0,259 0,234 Fe 0,174 -0,411 -0,254 0,250 -0,228 -0,245 Mn 0,873 -1,102 -0,108 -0,011 0,028 -0,029 Zn 0,406 -0,353 -0,389 -0,074 0,078 0,120 Cu - - - 0,161 -0,090 0,029 B -0,147 -0,366 0,037 0.057 -0,035 0,014 Función Discriminante 2 (FD2) N 0,714 0,381 0,897 0,239 0,268 0,292 P 1,028 0,591 0,295 0,424 0,291 0,067 K -0,172 0,135 1,201 -0,072 -0,206 0,010 Ca 0,535 0,314 0,123 0,267 0,335 0,243 Mg 0,916 0,901 1,451 0,310 0,267 0,267 Fe 0,247 0,339 0,146 0,178 0,172 0,240 Mn -0,156 0,470 0,574 0,206 0,313 0,477 Zn -0,026 -0,752 -0,621 -0,008 -0,217 -0,057 Cu - - - 0,046 0,180 0,001 B -0,409 0,442 -0,799 0.140 0,088 0,071 Función Discriminante 3 (FD3) N -0,753 0,995 0,707 -0,025 0,209 0,299 P 0,221 0,194 0,522 0,164 0,045 0,078 K 0,126 -0,506 -0,200 0,087 -0,163 -0,085 Ca -0,605 0,127 0,246 0,031 0,212 -0,009 Mg -0,422 0,839 0,506 -0,040 0,131 0,057 Fe 0,419 -0,131 -0,472 0,651 0,171 -0,579 Mn 1,050 -1,226 -0,562 0,141 -0,053 -0,488 Zn -0,428 0,883 0,226 -0,217 0,235 0,133 Cu - - - -0,077 -0,010 0,109 B 0,667 -1,102 -0,572 0,633 -0,284 -0,221 *En negrita: Mayor correlación absoluta entre cada variable independiente y la función discriminante.

Considerando el año 2005, la FD1 (Tabla 44, coeficientes estandarizados) mantuvo una relación positiva con el Mg, P y K, negativa con el N, Ca, Zn, Fe y Mn, y casi inexistente con el B. En esta ocasión, el Mg, P, N y Ca fueron las variables con mayor influencia sobre la FD1, seguidas en orden de importancia por K, Zn, Fe y Mn. La FD2 mantuvo una relación positiva con el Mg, K, N, Mn, P, Fe y Ca, mientras que negativa con el B y con el Zn. Respecto al peso de los distintos nutrientes sobre esta función, los elementos minerales con mayor influencia sobre la FD2 fueron el Mg y el K, seguidos

196 Capítulo IV Resultados y discusión por el N, B y Zn en menor medida, así como por el Mn, P, Fe y Ca. La FD3, por su parte, se relacionaba positivamente en el año 2005, con el N, P, Mg, Ca y Zn, mientras que negativamente con el B, Mn, Fe y K. El elemento con mayor poder de discriminación para esta función fue el N, seguido en orden de importancia, por el B, Mn, P, Mg, Fe, Ca, Zn y K.

Respecto a la información procedente de la matriz de estructura, las correlaciones entre las variables canónicas discriminantes y las variables originales (Tabla 44, matriz de estructura), ponen de manifiesto cómo: la FD1 para el 2003, fue la función con la que más se correlacionaban el Cu y el K, mientras lo era el Fe para el 2004, así como el N y el K para el 2005; la FD2 fue la función con la que más se correlacionaban el P, Mg, Ca, N y Mn en 2003, Ca, Mn, P, N, Mg, K y Cu en 2004, y Mg y Ca en 2005; mientras que la FD3 fue la función con la que más se correlacionaban el Fe, B y Zn en 2003, así como el B y Zn en 2004, y el Fe, Mn, B, Zn, Cu y P en 2005.

Por otra parte, como se aprecia en la Figura 27, la FD2 para los pecíolos de ´Garnacha tinta´ adquiere valores positivos en los 3 años de ensayo, mientras que los de ´Tempranillo´, lo hacen negativamente. En este sentido, aquellas variables que se correlacionan de forma positiva con la FD2 se podrían interpretar como que poseen un mayor contenido mineral en el pecíolo que ´Tempranillo´. En base a la puntuaciones discriminantes de la Matriz de estructuras (Tabla 44), los pecíolos de ´Garnacha tinta´ tendrían un contenido neto superior en N, P, Ca, Mg, Fe, Mn y Cu en los 3 años de ensayo, mientras que los pecíolos de ´Tempranillo´, alcanzarían un contenido superior en K en 2003 y 2004, así como de Zn para los tres años de ensayo. El K en 2005, por su parte, mostraba unos niveles muy parecidos entre las dos variedades, siendo el contenido neto ligeramente superior en los pecíolos de ´Garnacha tinta´ (Tabla 44).

Como se ha podido observar, la influencia de las variables originales en las funciones discriminantes varía de un año para otro, tanto en el signo de sus coeficientes como en la importancia que dan esos coeficientes, a cada variable original, en la función discriminante.

197 Capítulo IV Resultados y discusión

En relación al signo que adopta cada coeficiente en la función, éste no es importante ya que, independientemente de que limbos y pecíolos de cada variedad adopten valores positivos o negativos en sus valores finales de las FD, el hecho es que la discriminación por tejidos y variedades, se produce de igual forma en los tres años estudiados, siendo irrelevante en qué zona del gráfico aparece cada tejido y variedad.

En cuanto a la influencia cuantitativa de las variables originales en cada FD, en términos generales, según los coeficientes canónicos estandarizados, parece que el Mg, seguido por el N, y en menor medida por el P y el Ca, tienden a ejercer bastante influencia en FD1, o discriminación por tejido, independientemente del año. Si atendemos a la FD2, o discriminación por variedad, el Mg seguido por el N, y en menor medida por el P, Zn y B, parecen ser nutrientes que también mostraron influencia en los tres años de ensayo sobre esta FD. Y por último, para la FD3 o discriminación por año, el N, B y Mn fueron los nutrientes que mostraron una mayor relación con esta FD.

4.2.1.4. Discusión Los dos tejidos estudiados, limbo y pecíolo, se diferenciaron claramente en su composición mineral en las dos variedades estudiadas, hecho que ya había sido documentado anteriormente por otros autores (Christensen, 1984; Delas, 1990; García-Escudero et al., 2001, 2002b; Romero et al., 2010, 2013; Domínguez et al., 2015). Esta situación ha sido puesta de manifiesto por: el análisis de componentes principales (Tabla 27, Figura 22), que mostró que el tejido elegido para el análisis confería más de un 44% de la varianza total de los datos en ambas variedades; el análisis canónico discriminante (Tabla 39, Figura 25; Tabla 41, Figura 26; Tabla 43, Figura 27), que reveló también cómo el tejido aportaba más de un 87% de la varianza total del conjunto de datos entre las dos variedades; así como de la comparación de medias, entre ambos tejidos, mediante el test t de Student para la concentración de cada uno de los nutrientes a lo largo del ciclo vegetativo en las dos variedades (Tablas 29 a 38).

El análisis de los componentes principales, por su parte, indicaba una concentración superior en los limbos, para las dos variedades, de N, Fe, Ca y Cu, mientras que un

198 Capítulo IV Resultados y discusión menor contenido en Mg, Zn, K y P, respecto a los pecíolos. Sin embargo, ambas variedades diferían respecto al contenido de B y Mn en sus tejidos. En este sentido, el contenido neto en B para el cv. ‘Tempranillo’ sería prácticamente igual en limbo que en el pecíolo, mientras que, en el cv. ‘Garnacha tinta’, la concentración de B sería ligeramente superior en el limbo. Respecto al Mn, el contenido en el limbo sería superior al del pecíolo en el cv. ‘Tempranillo’, mientras que en el cv. ‘Garnacha tinta’ esta situación se invertiría, siendo su concentración en el pecíolo ligeramente superior al del limbo. Estos resultados ya estarían indicando que difícilmente ambas variedades podrían tener una misma referencia para el diagnóstico nutricional de ambos nutrientes.

Por otro lado, el análisis canónico discriminante permitió diferenciar claramente a ‘Garnacha tinta’ de ‘Tempranillo’, a través del análisis químico de los elementos minerales en los pecíolos. En lo que respecta a los limbos, esta diferenciación no tuvo lugar. Por tanto, en base a los resultados obtenidos, el ACD podría ser una herramienta eficaz para discernir entre variedades en base al análisis químico de los pecíolos. Como ya se ha indicado, este estudio sería necesario ampliarlo a la evaluación de la capacidad discriminante del pecíolo con un mayor número de variedades como factor de clasificación.

La mayor capacidad discriminante del pecíolo como factor de clasificación entre variedades, también ha sido puesta de manifiesto por otros autores (Boulay, 1982; Christensen, 1984; Loué y Boulay, 1984; Delas, 1990; Parejo, 1992; Rodríguez-Lovelle y García-Rodeja, 1993; García-Escudero et al., 2001). García-Escudero et al. (2001) indicaban la importancia del factor variedad en la capacidad de acumulación de los elementos minerales en la hoja, comportándose el pecíolo como un tejido con mayor capacidad discriminante respecto a las variaciones debidas a la nutrición mineral.

Para Rodríguez-Lovelle y García-Rodeja (1993), el limbo sería el tejido que reflejaba mejor las diferencias varietales en la evolución de los nutrientes entre cuajado y envero, sobre todo para el K y el P. Colldecarrera et al. (1997), no observaron diferencias foliares reseñables, excepto para el P, observando una concentración

199 Capítulo IV Resultados y discusión ligeramente superior del cv. ´Tempranillo´ respecto a los cvs. ´Garnacha´ y ´Chardonnay´.

Por otro lado, los resultados obtenidos a partir del análisis canónico discriminante, con relación a la segunda función discriminante, pusieron de manifiesto que el Mg fue el elemento que mejor manifestaba las diferencias relativas al factor varietal entre ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’. Rodríguez-Lovelle y García-Rodeja (1993) observaron en los niveles peciolares de Mg las mayores diferencias entre variedades, seguido por el K. Otros autores (Boulay, 1982; Loué y Boulay, 1984) sostienen que el K y el Ca, junto con el Mg, son los principales elementos de diferenciación varietal. Bogoni et al. (1995) observaban en limbo las principales diferencias de K y Ca debidas a la combinación cultivar y año.

El ACD sugiere diferencias varietales que claramente afectarán al diagnóstico. Así, para el análisis de pecíolos, por ejemplo, la variedad ‘Garnacha tinta’ podría presentar mayores concentraciones de N, P, Ca, Mg, Fe y Mn, así como una concentración similar de K, Zn, B y Cu, respecto a la variedad ‘Tempranillo’.

Estas diferencias tienen gran importancia a la hora del diagnóstico nutricional, dado que, si se observasen niveles de nutrientes más altos en esta variedad respecto a las referencias de otras variedades, como ‘Tempranillo’ por ejemplo, de ciclo más corto que ‘Garnacha tinta’, no necesariamente deberían atribuirse a un problema nutricional sino que, más bien, podría tratarse de diferencias varietales. Esta situación ha sido puesta de manifiesto anteriormente por otros autores. Cummings (1977) ya revelaba cómo los niveles críticos establecidos para Vitis labrusca o Vitis vinifera, en muchos casos, se alejaban bastante de los niveles encontrados para su estudio en Vitis rotundifolia. Wolf et al. (1983) también indicaban que los valores críticos del N y K, usados para Labrusca y/o otras viníferas, no siempre podían aplicarse a ´Seyval´. El efecto varietal se podrá estudiar mejor en el estudio de evolución nutricional que se llevará a cabo en el apartado 4.2.2.

200 Capítulo IV Resultados y discusión

En base a los resultados obtenidos, en los que quedan patentes las diferencias varietales respecto al nivel de nutrición, entre la variedad ‘Garnacha tinta’ frente a otra de ciclo más corto, como es ‘Tempranillo’, cultivadas en las mismas condiciones edafoclimáticas, se refuerza la conveniencia de diseñar tablas de referencia específicas para ‘Garnacha tinta’ en el ámbito de la D.O.Ca. Rioja. Esta situación, es decir, la recomendación de referencias adecuadas al genotipo de la planta (variedad x portainjerto), ya había sido considerada anteriormente por otros autores en Vitis vinifera L. (Christensen, 1984; Delas, 1990; Ciesielska et al., 2002; Fallahi et al., 2005).

4.2.2. DIFERENCIAS VARIETALES EN LA DINÁMICA ESTACIONAL DE LA CONCENTRACIÓN DE LOS ELEMENTOS MINERALES EN LIMBO Y PECÍOLO

Para abordar este punto, se ha considerado más adecuado el estudio comparativo entre las variedades de forma anual, en lugar de utilizar las medias correspondientes a los 3 años. De esta manera, el resultado obtenido como diferencia varietal tendrá un menor sesgo, pues no estará influenciado por el factor año.

La comparación de la evolución estacional de los contenidos de 10 elementos minerales (N, P, K, Ca, Mg, Fe, Mn, Zn, Cu y B), en limbos y pecíolos de las variedades ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’, queda reflejada en las Figuras 28 a 37, y en las Tablas 45 a 54. A su vez, cada figura está integrada por un total de 6 gráficos, de tal manera que en cada gráfico, se expone la evolución de un elemento mineral concreto en un único tejido a lo largo un mismo período vegetativo, y para las dos variedades.

A continuación, en cada uno de los siguientes sub-apartados, se comentan las principales diferencias inter-varietales observadas para los diez nutrientes estudiados.

201 Capítulo IV Resultados y discusión

4.2.2.1. Nitrógeno Como se observa en la Figura 28, la concentración de N en limbo y pecíolo, disminuye a lo largo del ciclo vegetativo de los 3 años y en las dos variedades estudiadas. No obstante, entre el final de envero y vendimia, se observaron ligeras diferencias entre los distintos años estudiados. En el año 2003, se experimentó un ligero aumento en la concentración de este nutriente durante la maduración en los dos tejidos para ambas variedades. Sin embargo, durante 2004, la concentración de N en los limbos disminuye paulatinamente a lo largo de la maduración, mientras que se observa una cierta tendencia hacia la estabilización, tanto en los pecíolos, en las campañas 2004 y 2005, como también en los limbos en 2005.

Por otro lado, la concentración de este elemento en los limbos es claramente superior a la de los pecíolos, a lo largo de todo el ciclo vegetativo (Figura 28). Por su parte, la concentración de N en los limbos de ‘Tempranillo’ es superior a los de ‘Garnacha tinta’ en el período comprendido entre floración y envero (Figura 28). Este comportamiento se manifiesta de forma más marcada en las campañas 2004 y 2005. Para los pecíolos, en cambio, la concentración de N en ‘Garnacha tinta’ es superior a la de ‘Tempranillo’ desde floración a vendimia. Esta diferencia se observa de forma sostenida durante todo el ciclo vegetativo (Figura 28).

Los resultados del test t de Student, cuando se comparan los niveles de este elemento entre los limbos de las dos variedades en cada momento de muestreo, ponen de manifiesto la existencia de diferencias significativas en el período comprendido entre el cuajado y las primeras fases del desarrollo herbáceo de la baya, en los años 2004 y 2005, mientras que a lo largo del envero y de la maduración se observan concentraciones similares de N (Tabla 45). La campaña 2003 se caracterizó por la ausencia de diferencias en la concentración de N en los limbos de las dos variedades, en general, a lo largo de todo el ciclo vegetativo.

202 Capítulo IV Resultados y discusión

3,50 2,00 N N Tempranillo 3,00 2003 1,50 2003 Garnacha tinta Limbos Pecíolos m.s.) -1 g 2,50 1,00 g·100 (

N 2,00 0,50 28a. 1 28a.2 1,50 0,00

3,50 2,00 N N 2004 2004 3,00 1,50 Limbos Pecíolos m.s.)

-1 g 2,50 1,00

g·100 (

N 2,00 0,50

28b.1 28b.2 1,50 0,00

3,50 2,00 N N 2005 2005 3,00 1,50 Limbos Pecíolos m.s.) -1 g 2,50 1,00

g·100 ( N 2,00 0,50 28c.1 28c.2 1,50 0,00 0 25 50I J 75K 100M 125N 150V 175 0 25I 50J 75K 100M 125N 150V 175 Figura 28. Evolución estacional de la concentración de N (g·100g-1 m.s.) en limbos y pecíolos de Vitis vinifera L. cvs. ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’ para los años 2003, 2004 y 2005. Las barras verticales representan el error estándar de la media (n=3). †I: floración; J: cuajado; K: desarrollo herbáceo de la baya; M: envero; N: maduración; V: vendimia.

Tabla 45. Nivel de significación del test t de Student para las diferencias en la concentración de N, en limbo o pecíolo, entre los cvs. ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’, para cada muestreo de la serie de años 2003-2005. n.s.: no significativo. N (g·100g-1 m.s.) Limbo Pecíolo EF Cod. EF DDB 2003 2004 2005 2003 2004 2005 Floración I 44 0,119, n.s. 0,000 Cuajado J 58 0,410, n.s 0,003 0,002 0,004 0,020 0,000 K20 69 0,004 0,004 0,221, n.s 0,008 Desarrollo K35 75 0,069, n.s 0,006 0,041 0,003 0,144, n.s 0,012 herbáceo de K50 81 0,008 0,014 0,129, n.s 0,056, n.s la baya K75 87 0,384, n.s 0,028 0,067, n.s 0,000 0,023 0,332, n.s K100 93 0,006 0,179, n.s 0,792, n.s 0,007 0,467, n.s 0,028 M20 104 0,898, n.s 0,007 0,028 0,007 Envero M70 112 0,136, n.s 0,776, n.s 0,000 0,006 M100 118 0,089, n.s 0,700, n.s 0,129, n.s 0,003 0,014 0,005 N20 124 0,299, n.s 0,845, n.s 0,020 0,003 N40 133 0,289, n.s 0,012 Maduración N60 139 0,276, n.s 0,109, n.s 0,027 0,087, n.s N80 145 0,666, n.s 0,472, n.s 0,008 0,003 N100 151 0,436, n.s 0,301, n.s 0,006 0,003 0,016 0,208, n.s a DDB: días desde brotación (valor medio de la serie de años 2003-2005). b Código EF: proporción en tiempo respecto a la duración de cada estado fenológico (%).

203 Capítulo IV Resultados y discusión

Con respecto a los pecíolos, el test de Student indicó la existencia de diferencias significativas entre las dos variedades en los muestreos de floración, cuajado y, en general, a partir del envero para todos los años estudiados (Tabla 45). La campaña 2003 se caracterizó por la existencia de diferencias en la concentración de N en los pecíolos de las dos variedades, circunstancia que se prolongó a lo largo de todo el ciclo vegetativo.

4.2.2.2. Fósforo El P se caracterizó por presentar en los dos tejidos y en las dos variedades una dinámica estacional decreciente, de tal manera que alcanza los mayores niveles en floración y cuajado, descendiendo progresivamente conforme avanza el ciclo vegetativo (Figura 29). Este descenso es más acusado en el pecíolo que en el limbo, en el cual el P se estabiliza a partir del envero, mientras que el pecíolo continúa reduciendo su concentración hasta la vendimia.

Por otro lado, mientras que en ‘Garnacha tinta’ el contenido de P en el pecíolo fue superior al de limbo durante todo el ciclo de cultivo, en el ‘Tempranillo’ el limbo superó al pecíolo a partir de envero, continuando así hasta la vendimia. Esto es debido a las mayores diferencias de concentración entre pecíolos y limbos de ‘Garnacha tinta’ al inicio del ciclo vegetativo respecto a la que se observa en ‘Tempranillo’, así como a la estabilización del contenido de este elemento en el limbo al llegar el envero (Figura 29).

Por otra parte, los limbos de ‘Tempranillo’ y ‘Garnacha tinta’ se diferenciaron en sus niveles de P al inicio del ciclo vegetativo en los muestreos de cuajado, para los años 2004 y 2005, y hasta cierre de racimo en 2003, tal y como revelan los resultados del test de Student (Tabla 46). La concentración de este nutriente en los pecíolos de ‘Garnacha tinta’ fue superior a la de ‘Tempranillo’ en todos los muestreos de 2003, y a partir de K35 para el 2004, mientras que no se observaron apenas diferencias en el 2005 (Tabla 46 y Figura 29).

204 Capítulo IV Resultados y discusión

0,40 0,60 P Tempranillo P 0,35 0,50 2003 Garnacha tinta 2003 0,30 Limbos 0,40 Pecíolos m.s.) -1

g 0,25 0,30 g·100

( 0,20 0,20 P 0,15 0,10 29. 1 29a. 2 0,10 0,00

0,40 0,60 P P 2004 0,50 2004 0,30 Limbos 0,40 Pecíolos m.s.) -1 g 0,30

g·100

( 0,20 0,20 P 0,10 29b. 1 29b. 2 0,10 0,00 0,40 0,60 P P 2005 0,50 2005 Pecíolos 0,30 Limbos 0,40 m.s.) -1 g 0,30 g·100

( 0,20 0,20

P 0,10 29c. 1 29c. 2 0,10 0,00 I J K M N V I J K M N V Figura 29. 0 Evolución25 estacional 50 75 de 100 la concentración 125 150 175 de P (g0 ·100g25-1 m.s.) 50 en 75 limbos 100 y pecíolos 125 150 de Vitis 175 vinifera L. cvs. ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’ para los años 2003, 2004 y 2005. Las barras verticales representan el error estándar de la media (n=3). †I: floración; J: cuajado; K: desarrollo herbáceo de la baya; M: envero; N: maduración; V: vendimia.

Tabla 46. Nivel de significación del test t de Student para las diferencias en la concentración de P, en limbo o pecíolo, entre los cvs. ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’, para cada muestreo de la serie de años 2003-2005. n.s.: no significativo. P (g·100g-1 m.s.) Limbo Pecíolo EF Cod. EF DDB 2003 2004 2005 2003 2004 2005 Floración I 44 0,036 0,003 Cuajado J 58 0,003 0,038 0,015 0,000 0,078, n.s. 0,028 K20 69 0,298, n.s. 0,273, n.s. 0,218, n.s. 0,817, n.s. Desarrollo K35 75 0,000 0,111, n.s. 0,058, n.s. 0,002 0,021 0,667, n.s. herbáceo de K50 81 0,211, n.s. 0,671, n.s. 0,030 0,547, n.s. la baya K75 87 0,012 0,034 0,677, n.s. 0,012 0,003 0,553, n.s. K100 93 0,037 0,187, n.s. 0,041 0,002 0,034 0,461, n.s. M20 104 0,448, n.s. 0,832, n.s. 0,103, n.s. 0,223, n.s. Envero M70 112 0,343, n.s. 0,93, n.s. 0,001 0,751, n.s. M100 118 0,380, n.s. 0,054, n.s. 0,566, n.s. 0,009 0,018 0,580, n.s. N20 124 0,002 0,075, n.s. 0,000 0,220, n.s. N40 133 0,025 0,001 Maduración N60 139 0,077, n.s. 0,029 0,001 0,180, n.s. N80 145 0,014 0,928, n.s. 0,001 0,573, n.s. N100 151 0,296, n.s. 0,549, n.s. 0,861, n.s. 0,003 0,008 0,087, n.s. a DDB: días desde brotación (valor medio de la serie de años 2003-2005). b Código EF: proporción en tiempo respecto a la duración de cada estado fenológico (%).

205 Capítulo IV Resultados y discusión

4.2.2.3. Potasio En cuanto al potasio, la mayor concentración de este elemento, tanto en ‘Tempranillo’ como, en menor medida, en ‘Garnacha tinta’, se encuentra por lo general en los primeros muestreos del ciclo vegetativo, para ir disminuyendo progresivamente con el tiempo. La evolución del contenido de K en los dos tejidos de ‘Tempranillo’ es decreciente durante todo el ciclo vegetativo (Figura 30), siendo un comportamiento mucho más marcado en los pecíolos que en los limbos.

Por el contrario, la evolución observada en ‘Garnacha tinta’ (Figura 30), se caracterizó por mostrar un comportamiento irregular, con una cierta estabilidad en su concentración en los limbos de las campañas 2003 y 2004, aunque no en la del 2005, año en el que se observó una marcada evolución decreciente hasta vendimia. Los pecíolos mostraron una dinámica similar a la del limbo para los años 2004 y 2005, observando también una tendencia decreciente en 2003.

A su vez, la concentración de K en los pecíolos de las dos variedades fue superior a la de los limbos, circunstancia que se mantuvo a lo largo de todo el ciclo vegetativo. Asimismo, comparando los niveles de este elemento en los dos tejidos de cada variedad (Tabla 47), se comprueba como el ‘Tempranillo’ muestra mayor concentración en los primeros muestreos del ciclo vegetativo, floración (I100) en 2003 y cuajado de 2004, mientras que no fue así en 2005. Sin embargo, tal y como pone de manifiesto el test de Student (Tabla 47), el resto de muestreos del ciclo vegetativo se caracterizó por la ausencia de diferencias varietales.

4.2.2.4. Calcio El Ca mostró una dinámica estacional acumulativa en las dos variedades a lo largo de todo el ciclo vegetativo (Figura 31). La menor concentración de este elemento se localiza en los primeros muestreos del ciclo vegetativo, para ir aumentando paulatinamente a medida que la estación avanza.

206 Capítulo IV Resultados y discusión

1,60 3,50 K K Tempranillo 1,40 3,00 2003 2003 Garnacha tinta 2,50 1,20 Limbos Pecíolos m.s.) -1

g 2,00 1,00 1,50 g·100

( 0,80 1,00

K 0,60 0,50 30a. 1 30a. 2 0,40 0,00

1,60 3,50 K K 3,00 1,40 2004 2004 2,50 1,20 Limbos Pecíolos m.s.) -1

g 2,00 1,00 1,50

g·100 ( 0,80 1,00 K 0,60 0,50 30b. 1 30b. 2 0,40 0,00 1,60 3,50 K K 3,00 1,40 2005 2005 Limbos 2,50 Pecíolos

m.s.) 1,20 -1

g 2,00 1,00 1,50 g·100

( 0,80 1,00 K 0,60 0,50 30c. 1 30c. 2 0,40 0,00 I J K M N V I J K M N V Figura 30. 0 Evolución25 estacional 50 75 de 100 la concentración 125 150 175 de K (g0·100g-125 m.s.) 50 en limbos 75 100 y pecíolos 125 150 de Vitis 175 vinifera L. cvs. ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’ para los años 2003, 2004 y 2005. Las barras verticales representan el error estándar de la media (n=3). †I: floración; J: cuajado; K: desarrollo herbáceo de la baya; M: envero; N: maduración; V: vendimia.

Tabla 47. Nivel de significación del test t de Student para las diferencias en la concentración de K, en limbo o pecíolo, entre los cvs. ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’, para cada muestreo de la serie de años 2003-2005. n.s.: no significativo. K (g·100g-1 m.s.) Limbo Pecíolo EF Cod. EF DDB 2003 2004 2005 2003 2004 2005 Floración I 44 0,015 0,049 Cuajado J 58 0,946, n.s. 0,007 0,654, n.s. 0,670, n.s. 0,037 0,151, n.s. K20 69 0,103, n.s. 0,022 0,080, n.s. 0,060, n.s. Desarrollo K35 75 0,893, n.s. 0,747, n.s. 0,026 0,832, n.s. 0,499, n.s. 0,127, n.s. herbáceo de K50 81 0,135, n.s. 0,917, n.s. 0,018 0,855, n.s. la baya K75 87 0,297, n.s. 0,047 0,482, n.s. 0,437, n.s. 0,978, n.s. 0,954, n.s. K100 93 0,015 0,486, n.s. 0,345, n.s. 0,195, n.s. 0,461, n.s. 0,852, n.s. M20 104 0,424, n.s. 0,537, n.s. 0,775, n.s. 0,607, n.s. Envero M70 112 0,816, n.s. 0,291, n.s. 0,811, n.s. 0,848, n.s. M100 118 0,748, n.s. 0,214, n.s. 0,037 0,945, n.s. 0,252, n.s. 0,870, n.s. N20 124 0,372, n.s. 0,057, n.s. 0,431, n.s. 0,414, n.s. N40 133 0,220, n.s. 0,175, n.s. Maduración N60 139 0,058, n.s. 0,845, n.s. 0,088, n.s. 0,763, n.s. N80 145 0,477, n.s. 0,140, n.s. 0,108, n.s. 0,407, n.s. N100 151 0,026 0,038 0,027 0,864, n.s. 0,676, n.s. 0,012 a DDB: días desde brotación (valor medio de la serie de años 2003-2005). b Código EF: proporción en tiempo respecto a la duración de cada estado fenológico (%).

207 Capítulo IV Resultados y discusión

El nivel de este elemento en los limbos fue superior al de los pecíolos en todos los muestreos efectuados. No obstante, esta diferencia de concentración es más acusada para el cultivar ‘Tempranillo’. La variedad ‘Garnacha tinta’, por su parte, muestra unas concentraciones muy similares en los primeros muestreos del ciclo vegetativo, para ir diferenciándose conforme avanza el ciclo, excepto para la campaña 2005 (Figura 31). Esta situación ya había sido puesta de manifiesto en los resultados obtenidos al comparar limbo y pecíolo para cada variedad y en cada muestreo (Tabla 32), y que revelaba cómo los limbos y pecíolos de ‘Garnacha tinta’ no mostraban diferencias significativas en los primeros muestreos del ciclo vegetativo, mientras que la variedad ‘Tempranillo’ lo hacía a lo largo de todos los muestreos del ciclo vegetativo (Tabla 32).

Por otra parte, los limbos no mostraron diferencias claras entre variedades (Tabla 48 y Figura 31), mientras que los pecíolos reflejaron diferencias generalizadas entre ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’ (Tabla 48), durante todo el ciclo de cultivo, de tal modo que los pecíolos de ‘Garnacha tinta’ alcanzaron niveles superiores de este nutriente respecto a los de ‘Tempranillo’ (Figura 31).

4.2.2.5. Magnesio La menor concentración de este elemento para las dos variedades se localiza en los primeros muestreos del ciclo. El Mg, por tanto, se caracterizó por presentar un patrón de comportamiento acumulativo durante todo el ciclo vegetativo, siendo éste más marcado en el caso de los pecíolos que en el de los limbos, para las dos variedades. Por otro lado, los pecíolos mostraron un contenido superior a los limbos en todos los muestreos (Figura 32).

Las principales diferencias a nivel varietal se observó en los pecíolos (Tabla 49), mientras que los limbos presentaron unos niveles semejantes en los dos cultivares (Figura 32), tal y como revelan los resultados de la comparación varietal para cada muestreo (Tabla 49).

208 Capítulo IV Resultados y discusión

4,50 4,50 Ca Ca Tempranillo 4,00 3,75 2003 2003 Garnacha tinta

m.s.) 3,50 Limbos 3,00 Pecíolos -1 3,00 2,25 2,50 1,50

(g·100gCa 2,00 0,75 31a. 1 31a. 2 1,50 0,00 4,50 4,50 Ca Ca 4,00 2004 3,75 2004 Limbos Pecíolos m.s.) 3,50 3,00 -1 3,00 2,25

2,50 1,50 Ca (g·100gCa 2,00 0,75 31b. 1 31b. 2 1,50 0,00

4,50 4,50 Ca Ca 4,00 2005 3,75 2005 Limbos Pecíolos m.s.) 3,50 3,00 -1 3,00 2,25 2,50 1,50

(g·100gCa 2,00 0,75 31c. 1 31c. 2 1,50 0,00 0 25 50I J 75K 100M 125N 150V 175 0 25I 50J 75K 100M 125N 150V 175 Figura 31. Evolución estacional de la concentración de Ca (g·100g-1 m.s.) en limbos y pecíolos de Vitis vinifera L. cvs. ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’ para los años 2003, 2004 y 2005. Las barras verticales representan el error estándar de la media (n=3). †I: floración; J: cuajado; K: desarrollo herbáceo de la baya; M: envero; N: maduración; V: vendimia.

Tabla 48. Nivel de significación del test t de Student para las diferencias en la concentración de K, en limbo o pecíolo, entre los cvs. ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’, para cada muestreo de la serie de años 2003-2005. n.s.: no significativo. Ca (g·100g-1 m.s.) Limbo Pecíolo EF Cod. EF DDB 2003 2004 2005 2003 2004 2005 Floración I 44 0,249, n.s. 0,020 Cuajado J 58 0,921, n.s. 0,422, n.s. 0,002 0,003 0,001 0,006 K20 69 0,929, n.s. 0,037 0,003 0,000 Desarrollo K35 75 0,130, n.s. 0,019 0,056, n.s. 0,002 0,001 0,001 herbáceo de K50 81 0,088, n.s. 0,681, n.s. 0,000 0,017 la baya K75 87 0,789, n.s. 0,560, n.s. 0,284, n.s. 0,005 0,003 0,002 K100 93 0,117, n.s. 0,513, n.s. 0,902, n.s. 0,055, n.s. 0,000 0,008 M20 104 0,521, n.s. 0,019 0,006 0,000 Envero M70 112 0,843, n.s. 0,002 0,008 0,000 M100 118 0,561, n.s. 0,485, n.s. 0,672, n.s. 0,000 0,000 0,000 N20 124 0,596, n.s. 0,076, n.s. 0,008 0,160, n.s. N40 133 0,201, n.s. 0,002 Maduración N60 139 0,844, n.s. 0,244, n.s. 0,012 0,014 N80 145 0,694, n.s. 0,017 0,005 0,004 N100 151 0,644, n.s. 0,981, n.s. 0,17, n.s. 0,009 0,029 0,001 a DDB: días desde brotación (valor medio de la serie de años 2003-2005). b Código EF: proporción en tiempo respecto a la duración de cada estado fenológico (%).

209 Capítulo IV Resultados y discusión

Los pecíolos de ‘Garnacha tinta’ mostraron niveles superiores en este nutriente que los alcanzados en pecíolos de ‘Tempranillo’ a lo largo de todo el ciclo vegetativo (Tabla 49, Figura 32).

4.2.2.6. Hierro Respecto al Fe, la menor concentración de este elemento en los dos tejidos estudiados, se localiza en los primeros muestreos del ciclo vegetativo. Asimismo, los limbos de las dos variedades presentaron mayores contenidos en este nutriente que los pecíolos, a lo largo de todo el ciclo.

El Fe dio lugar a un comportamiento irregular durante el ciclo vegetativo, con una cierta tendencia acumulativa entre la floración y el envero, más marcada en el caso de los limbos que en el de los pecíolos (Figura 33). Las dos variedades se condujeron de forma bastante simétrica a lo largo del ciclo, a pesar de las diferencias observadas en sus concentraciones de Fe para cada muestreo (Tabla 50).

Atendiendo a las diferencias varietales, los pecíolos manifiestan las principales diferencias entre ‘Tempranillo’ y ‘Garnacha tinta’ (Tabla 50), siendo los contenidos de Fe en los pecíolos de ‘Garnacha tinta’ superiores a los de ‘Tempranillo’ durante todo el ciclo vegetativo (Figura 33 y Tabla 50).

Por su parte, y en los años 2003 y 2005, los limbos de ‘Garnacha tinta’ parecen alcanzar concentraciones superiores a las de ‘Tempranillo’ (Figura 33). Sin embargo, el test de comparación de medias para cada muestreo no reveló apenas diferencias significativas a lo largo del ciclo (Tabla 50). Las principales diferencias varietales respecto al limbo se observaron en el inicio del ciclo vegetativo y en el muestreo de vendimia de 2003, así como en envero de 2003 y de 2005.

210 Capítulo IV Resultados y discusión

0,80 2,50 Mg Tempranillo Mg 0,70 2003 Garnacha tinta 2,00 2003

m.s.) 0,60 Limbos Pecíolos -1 1,50 0,50 1,00 0,40

Mg (g·100gMg 0,30 0,50 32a. 1 32a. 2 0,20 0,00 0,80 2,50 Mg Mg 0,70 2004 2,00 2004 Limbos Pecíolos m.s.) 0,60 -1 1,50 0,50 1,00 0,40

Mg(g·100g 0,50 0,30 32b. 1 32b. 2 0,20 0,00

0,80 2,50 Mg Mg 0,70 2005 2,00 2005 Limbos Pecíolos m.s.) 0,60 -1 1,50 0,50 1,00 0,40

(g·100gMg 0,30 0,50 32c. 1 32c. 2 0,20 0,00 I J K M N V I J K M N V 0 25 50 75 100 125 150 175 0 25 50 75 100 125 150 175 Figura 32. Evolución estacional de la concentración de Mg (g·100g-1 m.s.) en limbos y pecíolos de Vitis vinifera L. cvs. ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’ para los años 2003, 2004 y 2005. Las barras verticales representan el error estándar de la media (n=3). †I: floración; J: cuajado; K: desarrollo herbáceo de la baya; M: envero; N: maduración; V: vendimia.

Tabla 49. Nivel de significación del test t de Student para las diferencias en la concentración de Mg, en limbo o pecíolo, entre los cvs. ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’, para cada muestreo de la serie de años 2003-2005. n.s.: no significativo. Mg (g·100g-1 m.s.) Limbo Pecíolo EF Cod. EF DDB 2003 2004 2005 2003 2004 2005 Floración I 44 0,000 0,002 Cuajado J 58 0,470, n.s. 0,436, n.s 0,218, n.s 0,003 0,000 0,000 K20 69 0,470, n.s 0,164, n.s 0,000 0,000 Desarrollo K35 75 0,064, n.s 0,135, n.s 0,029 0,001 0,000 0,001 herbáceo de K50 81 0,168, n.s 0,357, n.s 0,001 0,001 la baya K75 87 0,899, n.s 0,101, n.s 0,365, n.s 0,004 0,005 0,000 K100 93 0,066, n.s 0,409, n.s 0,824, n.s 0,001 0,000 0,012 M20 104 0,172, n.s 0,398, n.s 0,000 0,000 Envero M70 112 0,633, n.s 0,096, n.s 0,005 0,035 M100 118 0,380, n.s 0,513, n.s 0,727, n.s 0,001 0,005 0,022 N20 124 0,496, n.s 0,035 0,015 0,019 N40 133 0,386, n.s 0,003 Maduración N60 139 0,701, n.s 0,141, n.s 0,004 0,001 N80 145 0,664, n.s 0,019 0,003 0,005 N100 151 0,143, n.s 0,027 0,696, n.s 0,011 0,004 0,004 a DDB: días desde brotación (valor medio de la serie de años 2003-2005). b Código EF: proporción en tiempo respecto a la duración de cada estado fenológico (%).

211 Capítulo IV Resultados y discusión

500 100 Fe Fe 400 2003 80 2003

m.s.) Limbos Pecíolos

-1 300 60

200 40

Fe (mg· kg Fe(mg· 100 20 33a. 1 33a. 2 0 0

500 100 Fe Fe Tempranillo 400 2004 80 2004 Garnacha tinta Limbos Pecíolos m.s.)

-1 300 60 200 40 Fe(mg·kg 100 20 33b. 1 33b. 2 0 0 500 100 Fe Fe 400 2005 80 2005 Limbos Pecíolos m.s.)

-1 300 60

200 40

Fe(mg·kg 100 20 33c. 1 33c. 2 0 0 0 25 50I J 75K 100M 125N 150V 175 0 25I 50J 75K 100M 125N 150V 175 Figura 33. Evolución estacional de la concentración de Fe (mgkg-1m.s.) en limbos y pecíolos de Vitis vinifera L. cvs. ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’ para los años 2003, 2004 y 2005. Las barras verticales representan el error estándar de la media (n=3). †I: floración; J: cuajado; K: desarrollo herbáceo de la baya; M: envero; N: maduración; V: vendimia.

Tabla 50. Nivel de significación del test t de Student para las diferencias en la concentración de Fe, en limbo o pecíolo, entre los cvs. ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’, para cada muestreo de la serie de años 2003-2005. n.s.: no significativo. Fe (mgkg-1 m.s.) Limbo Pecíolo EF Cod. EF DDB 2003 2004 2005 2003 2004 2005 Floración I 44 0,022 0,030 Cuajado J 58 0,018 0,129, n.s. 0,918, n.s. 0,021 0,000 0,012 K20 69 0,052, n.s. 0,059, n.s. 0,001 0,001 Desarrollo K35 75 0,035 0,013 0,569, n.s. 0,019 0,044 0,015 herbáceo de K50 81 0,929, n.s. 0,069, n.s. 0,008 0,039 la baya K75 87 0,158, n.s. 0,744, n.s. 0,005 0,014 0,024 0,000 K100 93 0,111, n.s. 0,370, n.s. 0,03 0,005 0,005 0,004 M20 104 0,766, n.s. 0,021 0,135, n.s. 0,000 Envero M70 112 0,004 0,016 0,001 0,001 M100 118 0,009 0,864, n.s. 0,022 0,000 0,090, n.s. 0,008 N20 124 0,013 0,372, n.s. 0,097, n.s. 0,056, n.s. N40 133 0,396, n.s. 0,017 Maduración N60 139 0,177, n.s. 0,153, n.s. 0,001 0,004 N80 145 0,444, n.s. 0,061, n.s. 0,027 0,014 N100 151 0,024 0,835, n.s. 0,025 0,093, n.s. 0,011 0,001 a DDB: días desde brotación (valor medio de la serie de años 2003-2005). b Código EF: proporción en tiempo respecto a la duración de cada estado fenológico (%).

212 Capítulo IV Resultados y discusión

En el año 2004 tampoco se apreciaron diferencias entre variedades para el limbo. Esta ausencia de diferencias puede ser atribuida al hecho de que ambas variedades manifiestan menor diferencia de concentración en limbos que en pecíolos, a lo que cabe añadir la elevada variabilidad registrada para el Fe entre las repeticiones de cada muestreo (Figura 33).

4.2.2.7. Manganeso ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’ muestran un patrón similar para este elemento. La menor concentración de Mn se localiza en los primeros muestreos del ciclo vegetativo, para ir aumentando progresivamente en ambos tejidos a medida que avanza el ciclo vegetativo. No obstante, esta capacidad acumulativa es más acusada en el caso de los pecíolos que en el de los limbos, para las dos variedades (Figura 34).

El análisis de los pecíolos nos aporta las principales diferencias entre las dos variedades, circunstancia que pone de manifiesto los resultados de la comparación entre variedades para cada muestreo (Tabla 51). En este sentido, los dos tejidos de ‘Garnacha tinta’ parecen tener un mayor contenido de Mn que los de ‘Tempranillo’, para la mayoría de los muestreos. No obstante, el estudio estadístico otorga diferencias únicamente para los pecíolos, y apenas se alcanzan para el caso de los limbos (Tabla 51), hecho asociado a la mayor variabilidad registrada en este tejido (Figura 34).

4.2.2.8. Zinc Por lo general, el Zn se caracteriza por una dinámica estacional acumulativa en los pecíolos a lo largo del ciclo vegetativo. En los limbos este comportamiento acumulativo se produce únicamente en los primeros muestreos del ciclo, para posteriormente mostrar una tendencia generalmente descendente (Figura 35).

213 Capítulo IV Resultados y discusión

250 400 Mn 350 Mn 200 2003 300 2003

m.s.) Limbos Pecíolos

-1 250 150 200 150

(mg·kg Mn 100 100 34a. 1 50 34a. 2 50 0 250 400 Mn 350 Mn 2004 2004 200 300 Limbos Pecíolos m.s.) -1 250 150 200 150 100 100 Mg(mg·kg 50 34b. 1 34b. 2 50 0

250 400 Mn Mn 350 Tempranillo 2005 2005 200 300 Garnacha tinta Limbos Pecíolos m.s.)

-1 250 150 200 150

(mg·kg Mn 100 100 50 34c. 1 34c. 2 50 0 0 25I 50J 75K 100M 125N 150V 175 0 25I 50J 75K 100M 125N 150V 175 Figura 34. Evolución estacional de la concentración de Mn (mgkg-1m.s.) en limbos y pecíolos de Vitis vinifera L. cvs. ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’ para los años 2003, 2004 y 2005. Las barras verticales representan el error estándar de la media (n=3). †I: floración; J: cuajado; K: desarrollo herbáceo de la baya; M: envero; N: maduración; V: vendimia.

Tabla 51. Nivel de significación del test t de Student para las diferencias en la concentración de Mn, en limbo o pecíolo, entre los cvs. ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’, para cada muestreo de la serie de años 2003-2005. n.s.: no significativo. Mn (mgkg-1 m.s.) Limbo Pecíolo EF Cod. EF DDB 2003 2004 2005 2003 2004 2005 Floración I 44 0,105, n.s. 0,114, n.s. Cuajado J 58 0,147, n.s. 0,463, n.s. 0,001 0,005 0,008 0,007 K20 69 0,012 0,014 0,003 0,053, n.s. Desarrollo K35 75 0,050 0,067, n.s. 0,348, n.s. 0,001 0,006 0,008 herbáceo de K50 81 0,217, n.s. 0,005 0,012 0,035 la baya K75 87 0,303, n.s. 0,045 0,010 0,006 0,005 0,004 K100 93 0,664, n.s. 0,217, n.s. 0,052, n.s. 0,014 0,004 0,021 M20 104 0,181, n.s. 0,004 0,003 0,035 Envero M70 112 0,040 0,017 0,020 0,036 M100 118 0,036 0,090, n.s. 0,054, n.s. 0,002 0,003 0,004 N20 124 0,115, n.s. 0,094, n.s. 0,018 0,005 N40 133 0,037 0,004 Maduración N60 139 0,138, n.s. 0,008 0,008 0,003 N80 145 0,063, n.s. 0,006 0,006 0,009 N100 151 0,734, n.s. 0,347, n.s. 0,559, n.s. 0,021 0,019 0,003 a DDB: días desde brotación (valor medio de la serie de años 2003-2005). b Código EF: proporción en tiempo respecto a la duración de cada estado fenológico (%).

214 Capítulo IV Resultados y discusión

35 45 Zn Zn Tempranillo 30 40 2003 2003 Garnacha tinta 35 Limbos Pecíolos m.s.) 25 -1 30 20 25 15 20 Zn (mg·kg Zn 10 15 35a. 1 35a. 2 5 10

35 45 Zn Zn 40 30 2004 2004 Limbos 35 Pecíolos

m.s.) 25 -1 30 20 25 15 20 Zn (mg·kg Zn 10 15 35b. 1 35b. 2 5 10 35 45 Zn Zn 40 30 2005 2005 Limbos 35 Pecíolos

m.s.) 25 -1 30 20 25 15 20

(mg·kg Zn 10 15 35c. 1 35c. 2 5 10 0 25 50I J 75K 100M 125N 150V 175 0 25I 50J 75K 100M 125N 150V 175 Figura 35. Evolución estacional de la concentración de Zn (mgkg-1 m.s.) en limbos y pecíolos de Vitis vinifera L. cvs. ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’ para los años 2003, 2004 y 2005. Las barras verticales representan el error estándar de la media (n=3). †I: floración; J: cuajado; K: desarrollo herbáceo de la baya; M: envero; N: maduración; V: vendimia.

Tabla 52. Nivel de significación del test t de Student para las diferencias en la concentración de Zn, en limbo o pecíolo, entre los cvs. ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’, para cada muestreo de la serie de años 2003-2005. n.s.: no significativo. Zn (mgkg-1 m.s.) Limbo Pecíolo EF Cod. EF DDB 2003 2004 2005 2003 2004 2005 Floración I 44 0,003 0,256, n.s. Cuajado J 58 0,095, n.s. 0,001 0,094, n.s. 0,126, n.s. 0,054, n.s. 0,480, n.s. K20 69 0,048 0,273, n.s. 0,071, n.s. 0,008 Desarrollo K35 75 0,001 0,017 0,046 0,855, n.s. 0,211, n.s. 0,860, n.s. herbáceo de K50 81 0,020 0,970, n.s. 0,150, n.s. 0,363, n.s. la baya K75 87 0,010 0,077, n.s. 0,134, n.s. 0,872, n.s. 0,243, n.s. 0,848, n.s. K100 93 0,185, n.s. 0,340, n.s. 0,074, n.s. 0,137, n.s. 0,265, n.s. 0,301, n.s. M20 104 0,003 0,190, n.s. 0,128, n.s. 0,998, n.s. Envero M70 112 0,018 0,083, n.s. 0,574, n.s. 0,249, n.s. M100 118 0,074, n.s. 0,002 0,683, n.s. 0,838, n.s. 0,482, n.s. 0,038 N20 124 0,033 0,136, n.s. 0,075, n.s. 0,429, n.s. N40 133 0,036 0,047 Maduración N60 139 0,013 0,046 0,204, n.s. 0,400, n.s. N80 145 0,004 0,898, n.s. 0,787, n.s. 0,234, n.s. N100 151 0,070, n.s. 0,014 0,704, n.s. 0,021 0,960, n.s. 0,012 a DDB: días desde brotación (valor medio de la serie de años 2003-2005). b Código EF: proporción en tiempo respecto a la duración de cada estado fenológico (%).

215 Capítulo IV Resultados y discusión

El análisis de los limbos muestra las principales diferencias entre ambas variedades (Tabla 52). En este sentido, los limbos de ‘Tempranillo’ presentan mayores contenidos en este nutriente que los de ‘Garnacha tinta’, en la mayoría de los muestreos de 2003 y 2004 (Figura 35, Tabla 52). Sin embargo, en 2005, no se dan diferencias entre las dos variedades para la concentración de Zn en los limbos (Tabla 52). Los pecíolos apenas mostraron diferencias entre las dos variedades, debido a la alta variabilidad observada en cada muestreo y a la relativa similitud en el contenido de Zn (Figura 35).

4.2.2.9. Cobre El Cu (Figura 36) muestra una dinámica estacional decreciente, especialmente en los pecíolos, hasta el momento en el que se detecta la aplicación de productos fitosanitarios, modificándose de este modo la dinámica natural del nutriente en ambos tejidos, impidiéndose así un adecuado estudio de su dinámica estacional a partir de ese momento.

En términos generales, y a partir del envero, ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’ no se diferenciaron estadísticamente respecto al nivel de este nutriente tanto en limbos como en pecíolos (Tabla 53). Sin embargo, en los muestreos iniciales del ciclo se observaron algunas diferencias, principalmente para el pecíolo (Tabla 53 y Figura 36).

4.2.2.10. Boro Para las dos variedades a estudiar, el B mostró una pauta de evolución decreciente en limbos y pecíolos. Esta disminución de la concentración de B fue más marcada de cuajado a envero. A partir de envero, se observa cierta tendencia hacia su estabilización (Figura 37).

Inicialmente se observan en los limbos un comportamiento acumulativo entre los muestreos de floración y cuajado, para disminuir paulatinamente su concentración de hasta el muestreo de vendimia.

216 Capítulo IV Resultados y discusión

14 14 Cu Cu Tempranillo 12 12 2003 2003 Garnacha tinta 10

m.s.) 10 Limbos Pecíolos -1 8 8 6 6 4 Cu (mg·kg Cu 4 2 36a. 1 36a. 2 2 0

14 14 Cu Cu 12 12 2004 2004 Limbos 10 Pecíolos

m.s.) 10 -1 8 8 6 6 4 Cu (mg·kg Cu 4 2 36b.1 36b. 2 2 0 14 14 Cu Cu 12 12 2005 2005 Limbos 10 Pecíolos

m.s.) 10 -1 8 8 6 6 4

(mg·kg Cu 4 2 36c. 1 36c. 2 2 0 I J K M N V I J K M N V Figura 360. Evolución25 50 estacional 75 100de la 125concentración 150 175 de Cu0 (mg25kg-1 m.s 50.) en 75 limbos 100 y pecíolos 125 150 de Vitis 175 vinifera L. cvs. ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’ para los años 2003, 2004 y 2005. Las barras verticales representan el error estándar de la media (n=3). †I: floración; J: cuajado; K: desarrollo herbáceo de la baya; M: envero; N: maduración; V: vendimia.

Tabla 53. Nivel de significación del test t de Student para las diferencias en la concentración de Cu, en limbo o pecíolo, entre los cvs. ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’, para cada muestreo de la serie de años 2003-2005. n.s.: no significativo. Cu (mgkg-1 m.s.) Limbo Pecíolo EF Cod. EF DDB 2003 2004 2005 2003 2004 2005 Floración I 44 0,011 0,027 Cuajado J 58 0,949, n.s. 0,015 0,467, n.s. 0,001 0,024 0,474, n.s. K20 69 0,002 0,867, n.s. 0,129, n.s. 0,007 Desarrollo K35 75 0,324, n.s. 0,000 0,005 0,022 0,006 0,006 herbáceo de K50 81 0,640, n.s. 0,148, n.s. 0,003 0,618, n.s. 0,000 la baya K75 87 0,209, n.s. 0,773, n.s. 0,371, n.s. 0,047 0,000 0,037 K100 93 0,274, n.s. 0,499, n.s. 0,021 0,021 0,914, n.s. M20 104 0,032 0,351, n.s. 0,410, n.s. 0,109, n.s. Envero M70 112 0,019 0,254, n.s. 0,894, n.s. 0,358, n.s. M100 118 0,270, n.s. 0,111, n.s. 0,021 0,027 0,087, n.s. 0,001 N20 124 0,000 0,075, n.s. 0,000 0,002 N40 133 0,426, n.s. 0,836, n.s. Maduración N60 139 0,187, n.s. 0,326, n.s. 0,361, n.s. 0,184, n.s. N80 145 0,454, n.s. 0,027 0,560, n.s. 0,923, n.s. N100 151 0,762, n.s. 0,399, n.s. 0,881, n.s. 0,016 0,401, n.s. 0,510, n.s. a DDB: días desde brotación (valor medio de la serie de años 2003-2005). b Código EF: proporción en tiempo respecto a la duración de cada estado fenológico (%).

217 Capítulo IV Resultados y discusión

120 60 B B Tempranillo 100 55 2003 2003 Garnacha tinta 50 80 Limbos Pecíolos m.s.)

-1 45 60 40

(mg·kg 40

B 35 20 30 37a. 1 37a. 2 0 25

120 60 B B 55 100 2004 2004 50 80 Limbos Pecíolos m.s.

-1 45 60 40 (mg·kg 40

B 35 20 30 37b. 1 37b. 2 0 25 120 60 B B 55 100 2005 2005 50 Pecíolos 80 Limbos m.s.)

-1 45 60 40

(mg·kg 40 35

B 20 30 37c. 1 37c. 2 0 25 I J K M N V I J K M N V 0 25 50 75 100 125 150 175 0 25 50 75 100 125 150 175

Figura 37. Evolución estacional de la concentración de B (mgkg-1 m.s.) en limbos y pecíolos de Vitis vinifera L. cvs. ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’ para los años 2003, 2004 y 2005. Las barras verticales representan el error estándar de la media (n=3). †I: floración; J: cuajado; K: desarrollo herbáceo de la baya; M: envero; N: maduración; V: vendimia.

Los limbos de la variedad ‘Garnacha tinta’, en general, muestran unos niveles ligeramente superiores a los de ‘Tempranillo’ y los mantienen a lo largo de todo el ciclo vegetativo (Figura 37). No obstante, únicamente se mostraron estadísticamente diferentes entre cuajado e inicio de desarrollo herbáceo de la baya en 2004 y 2005, así como en la práctica totalidad de los muestreos de 2003 (Tabla 54).

Cabe mencionar que la campaña 2004 se caracterizó por niveles iniciales de B en los limbos notablemente superiores con respecto a las otras dos campañas consideradas (Figura 37), hecho especialmente patente en el caso de la variedad ‘Garnacha tinta’.

218 Capítulo IV Resultados y discusión

Sin embargo, en los pecíolos esta diferencia anual no es perceptible, mostrando niveles semejantes al de los otros dos años estudiados, 2003 y 2005.

Tabla 54. Nivel de significación del test t de Student para las diferencias en la concentración de B, en limbo o pecíolo, entre los cvs. ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’, para cada muestreo de la serie de años 2003-2005. n.s.: no significativo. B (mgkg-1 m.s.) Limbo Pecíolo EF Cod. EF DDB 2003 2004 2005 2003 2004 2005 Floración I 44 0,008 0,030 Cuajado J 58 0,000 0,047 0,028 0,002 0,003 0,000 K20 69 0,000 0,026 0,007 0,004 Desarrollo K35 75 0,000 0,986, n.s 0,560, n.s 0,009 0,001 0,007 herbáceo K50 81 0,103, n.s 0,331, n.s 0,008 0,028 de la baya K75 87 0,023 0,027 0,091, n.s 0,010 0,017 0,843, n.s K100 93 0,023 0,010 0,372, n.s 0,004 0,004 0,652, n.s M20 104 0,638, n.s 0,003 0,358, n.s 0,059, n.s Envero M70 112 0,023 0,154, n.s 0,002 0,134, n.s M100 118 0,000 0,015 0,196, n.s 0,001 0,002 0,030 N20 124 0,010 0,051, n.s 0,056, n.s 0,110, n.s N40 133 0,624, n.s 0,979, n.s Maduración N60 139 0,773, n.s 0,113, n.s 0,385, n.s 0,126, n.s N80 145 0,084, n.s 0,014 0,447, n.s 0,497, n.s N100 151 0,104, n.s. 0,596, n.s 0,130, n.s 0,015 0,042 0,082, n.s a DDB: días desde brotación (valor medio de la serie de años 2003-2005). b Código EF: proporción en tiempo respecto a la duración de cada estado fenológico (%).

Los pecíolos (Figura 37), por su parte, atraviesan por una dinámica estacional decreciente, aunque menos acusada que en el caso de los limbos. Los pecíolos de ‘Garnacha tinta’ se caracterizaron por una concentración superior de boro que la de ‘Tempranillo’ (Tabla 54), en todos los muestreos de la campaña de 2003. Los muestreos desde cuajado hasta prácticamente el cierre de racimo en 2004 y 2005, respondieron al mismo comportamiento.

4.2.2.11. Discusión El estudio de la dinámica nutricional en los limbos y pecíolos de las dos variedades consideradas, no reveló grandes diferencias entre ellas. En este contexto, se observó cómo la concentración de N y P en limbo y pecíolo disminuía a lo largo del ciclo vegetativo en las dos variedades estudiadas.

En cuanto a la concentración de cada uno de estos nutrientes para cada variedad, las principales diferencias se apreciaron en los pecíolos, hecho que concuerda con la

219 Capítulo IV Resultados y discusión mayor discriminación varietal del pecíolo versus limbo observada por otros autores (Boulay, 1982; Christensen, 1984; Loué y Boulay, 1984; Rodríguez-Lovelle y García- Rodeja, 1993, Rodríguez-Lovelle, 1996; García-Escudero et al., 2001). En este sentido, los pecíolos de ‘Garnacha tinta’ manifestaron, por lo general, una mayor concentración de N y P que los de ‘Tempranillo’ entre cuajado y los primeros estadíos del desarrollo herbáceo de la baya, así como desde el inicio de envero hasta vendimia.

La mayor concentración en los pecíolos para el N y el P, ya había sido puesta de manifiesto por García-Escudero et al. (2001) al estudiar estas mismas variedades, observando contenidos peciolares superiores en ‘Garnacha tinta’ que en ‘Tempranillo’, para cualquier época de muestreo y año de estudio. Boulay (1982), por su parte, también encontró en los niveles peciolares de ´Garnacha´ las mayores concentraciones de N cuando comparaba con otras variedades (‘Cinsaut’, ‘Aramon’, ‘Syrah’, ‘Mazuelo’, ‘Merlot’ y ‘Cabernet Sauvignon’), indicando la mayor capacidad de ‘Garnacha tinta’ para absorber N en comparación con las otras variedades. En cuanto a los limbos, la mayor concentración observada para este nutriente en el cv. ‘Tempranillo’ al inicio del ciclo vegetativo, también ha sido puesta de manifiesto por Colldecarrera et al. (1997), al estudiar en el momento de cuajado, estas dos variedades injertadas también sobre R-110.

Respecto al K, la variedad ‘Tempranillo’ muestra una disminución de su concentración a lo largo del ciclo vegetativo, mientras que la variedad ‘Garnacha tinta’ mantiene un comportamiento más irregular, que impide asociarla a una tendencia decreciente.

Por otro lado, al comparar los niveles de este elemento en cada variedad (Tabla 47), se comprobó cómo ‘Tempranillo’ tan sólo mostró una concentración superior en los dos tejidos en el momento de floración. García-Escudero et al. (2001) también observaron una concentración superior de K en limbos de ‘Tempranillo’ para el momento de floración con respecto a ‘Garnacha tinta’, mientras que en envero, obtuvieron el resultado opuesto. En cambio, Colldecarrera et al. (1997) observaron una mayor concentración en limbos de ´Garnacha´ que en los de ´Tempranillo´ durante el cuajado. Si consideramos los pecíolos, García-Escudero et al. (2001) pusieron de manifiesto

220 Capítulo IV Resultados y discusión niveles en ´Tempranillo´, tanto en floración como en envero, superiores a los de ‘Garnacha tinta’. En nuestro caso las diferencias halladas han sido estrechas y, por tanto, no significativas.

En el caso del Ca y del Mg, la evolución estacional respondió a un comportamiento acumulativo en las dos variedades. Para estos dos elementos, las principales diferencias a nivel varietal se reflejaron en los pecíolos, observándose una concentración superior en ‘Garnacha tinta’ respecto a ‘Tempranillo’ a lo largo del ciclo vegetativo. Estos resultados son similares a los de otros estudios (García-Escudero et al., 2001). Para los limbos, Colldecarrera et al. (1997) encontraron en el cuajado unos niveles de Ca y Mg superiores en ´Garnacha´. En este sentido, García-Escudero et al. (2001) coincidieron con la mayor concentración de Ca en los limbos de ‘Garnacha tinta’ en floración, no hallando diferencias entre ambas variedades para el Ca en envero, ni para el Mg en floración y envero.

Con respecto a los micronutrientes, el Fe mostró un comportamiento irregular en las dos variedades, lo que dificultó determinar con claridad cierta tendencia acumulativa. El pecíolo fue el tejido que mejor reveló las diferencias varietales para este elemento, observándose una mayor concentración en ‘Garnacha tinta’ respecto a ‘Tempranillo’, indistintamente del momento considerado.

El Mn experimentó una tendencia acumulativa en las dos variedades, más marcada en el caso de los pecíolos. En este caso, el pecíolo también fue el tejido que mejor reflejó las diferencias varietales para este elemento, con una concentración de Mn en ‘Garnacha tinta’ superior a la de ‘Tempranillo’, a lo largo de todo el ciclo vegetativo.

El análisis de limbos fue el que mostró las principales diferencias de Zn entre ambas variedades, alcanzándose por lo general, concentraciones superiores en ‘Tempranillo’ respecto a ‘Garnacha tinta’, para la mayoría de los muestreos. Christensen (1984), en este contexto, advertía la diferente susceptibilidad de las variedades en cuanto a la deficiencia de este elemento.

221 Capítulo IV Resultados y discusión

Finalmente, para el B se observó una dinámica decreciente en la mayor parte del ciclo vegetativo, para los dos tejidos y en las dos variedades. Las principales diferencias entre las variedades se apreciaron entre floración e inicio de envero en los pecíolos, encontrándose en ‘Garnacha tinta’ niveles superiores que en ‘Tempranillo’. Christensen (1984) observó una acumulación de este elemento, con el tiempo, mayor en limbo que en pecíolo, apreciándose para ´Garnacha tinta´ una mayor concentración en envero, en los dos los tejidos, que en floración.

4.2.3. DIFERENCIAS VARIETALES SOBRE LA VARIABILIDAD EN LA COMPOSICIÓN NUTRICIONAL DE LIMBO Y PECÍOLO

Como ya se ha comentado anteriormente, lo deseable para que un diagnóstico nutricional sea lo más preciso posible, bajo la perspectiva de comparar con unas referencias nutricionales, sería evaluar el tejido que presente una menor variabilidad en su composición mineral en el momento de muestreo y por tanto, que ofrezca una mayor reproducibilidad de los resultados.

En este apartado, de nuevo se utiliza el coeficiente de variación porcentual (CV(%)) para evaluar la variabilidad existente dentro de cada muestreo, en la composición mineral de los dos tejidos estudiados, limbo y pecíolo. De esta manera, los tejidos con menor CV(%) reflejarán una mayor reproducibilidad y se podrían considerar más adecuados de cara a realizar un diagnóstico nutricional fiable (Robinson, 2005; Wolpert y Anderson, 2007; Romero et al., 2013).

En las Figuras 38 a 42, se muestran los CV(%) obtenidos para los macronutrientes, N, P, K, Ca y Mg, en limbo y pecíolo, para los años 2003, 2004 y 2005, así como para las dos variedades objeto de comparación, ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’. Los CV(%) para los micronutrientes, Fe, Mn, Zn, Cu y B, aparecen en las Figuras 43 a 47.

222 Capítulo IV Resultados y discusión

4.2.3.1. Nitrógeno En el caso del nitrógeno, el pecíolo presentó unos CV(%) superiores al limbo en la mayoría de los muestreos realizados en ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’ (Figura 38). Por lo general, las mayores diferencias de los CV(%) entre los dos tejidos se producen entre cuajado y el desarrollo herbáceo de la baya para ‘Garnacha tinta’, ampliándose hasta la maduración en el caso de ‘Tempranillo’ (Figura 38).

25 25 Limbos N N 20 2003 20 2003 Pecíolos Garnacha tinta Tempranillo 15 15

10 10

N CV(%) 5 5 38a. 1 38a. 2 0 0 25 25 N N 20 2004 20 2004 Garnacha tinta Tempranillo 15 15

10 10 N CV(%) 5 5 38b. 1 38b. 2 0 0

25 25 N N 20 2005 20 2005 Garnacha tinta Tempranillo 15 15

10 10 N CV(%) 5 5 38c. 1 38c. 2 0 0 0 25I 50J 75K 100M 125N 150V 175 0 25I 50J 75K 100M 125N 150V 175 Figura 38. Coeficiente de variación porcentual (%) para la concentración de N en limbo y pecíolo a lo largo del ciclo vegetativo para las variedades ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’. Años 2003 a 2005. I: floración; J: cuajado; K: desarrollo herbáceo de la baya; M: envero; N: maduración; V: vendimia.

Los CV(%) para cada tejido fueron ligeramente diferentes en las dos variedades. Los mayores CV(%) en los pecíolos de ‘Garnacha tinta’, alcanzaron valores de 13,09% y de 13,98% en cuajado de 2003 y 2004, respectivamente, así como de 13,10% en 2005. En el caso de ‘Tempranillo’, y para este mismo tejido, los CV(%) máximos se localizaron en los muestreos de maduración, y alcanzaron unos valores ligeramente superiores a los

223 Capítulo IV Resultados y discusión observados para ‘Garnacha tinta’, correspondiendo a 19,24%, 21,51% y 19,10% para 2003, 2004 y 2005, respectivamente. En general, los pecíolos de ‘Tempranillo’ mostraron unos CV(%) superiores que los de ‘Garnacha tinta’, especialmente en el período comprendido entre envero y vendimia (Figura 38).

En el caso de los limbos, los mayores CV(%) no superaron el 9% en el caso de ‘Garnacha tinta’, y el 6 % en ‘Tempranillo’. Por tanto, el limbo parece ser un tejido más adecuado para el diagnóstico de N en ‘Tempranillo’ que en ‘Garnacha tinta’, donde limbo y pecíolo presentaron una variabilidad similar.

A la hora de definir los principales momentos para llevar a cabo el diagnóstico nutricional, como lo son floración-cuajado y envero, se ha observado, por lo general, un menor CV(%) en los limbos en la fase de floración-cuajado, para las dos variedades. En el envero, la variedad ‘Tempranillo’ presentó un menor CV(%) en el limbo, por lo que será un tejido más recomendable que el pecíolo para el diagnóstico de este elemento en este período. También ‘Garnacha tinta’ manifiesta esta tendencia de mayor variabilidad del pecíolo en envero. No obstante, en 2004 y 2005, es precisamente en este momento fenológico cuando se observó cierta alternancia en el CV(%) para esta variedad. De todas formas, viendo el comportamiento general, el limbo sería el tejido a considerar de cara a llevar a cabo diagnósticos nutricionales respecto al N en cualquiera de las dos variedades, según el criterio de reproducibilidad planteado en este apartado.

4.2.3.2. Fósforo En lo que se refiere al P, y al igual de lo que ocurría con el N, el pecíolo se caracterizó por presentar unos CV(%) superiores a los de los limbos en la mayoría de los estados fenológicos para las dos variedades. Además, los mayores CV(%) para el pecíolo se observaron en torno al envero, excepto para ‘Garnacha tinta’ en el año 2003. La variedad ‘Tempranillo’, por su parte, mantiene esos altos CV(%) también en maduración (Figura 39).

224 Capítulo IV Resultados y discusión

Los mayores CV(%) alcanzados en los pecíolos no superaron el 20% en el 2003 para ‘Garnacha tinta’, mientras en 2004 y 2005 para esta misma variedad, así como también para ‘Tempranillo’, fue habitual alcanzar CV(%) dentro del rango del 30-45%. De esta forma, en los años 2004 y 2005, no se observaron diferencias varietales.

Si hablamos de limbos, los CV(%) fueron muy similares en las dos variedades, de tal modo que los mayores CV(%) alcanzados, en ‘Garnacha tinta’, no superaron el 21% (N60), 16% (K20) y 27% (K75) para los años 2003, 2004 y 2005, respectivamente. En ‘Tempranillo’, y para los mismos años, se alcanzaron valores del 17,94% (M70), 12,92% (N100) y 21,96% (K35), respectivamente.

50 50 P P Limbos 40 2003 40 2003 Pecíolos Garnacha tinta Tempranillo 30 30

20 20 CV(%) P CV(%)

10 10 39a. 1 39a. 2 0 0 50 50 P P 40 2004 40 2004 Garnacha tinta Tempranillo 30 30 20 20 P CV(%) 10 10 39b. 1 39b. 2 0 0

50 50 P P 40 2005 40 2005 Garnacha tinta Tempranillo 30 30

20 20 CV(%) P CV(%)

10 10 39c. 1 39c. 2 0 0 0 25I 50J 75K 100M 125N 150V 175 0 25I 50J 75K 100M 125N 150V 175 Figura 39. Coeficiente de variación porcentual (%) para la concentración de P en limbo y pecíolo a lo largo del ciclo vegetativo para las variedades ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’. Años 2003 a 2005. I: floración; J: cuajado; K: desarrollo herbáceo de la baya; M: envero; N: maduración; V: vendimia.

Para los principales momentos que se consideran para llevar a cabo un diagnóstico, como lo son floración-cuajado y envero, se ha observado un menor CV(%) en los

225 Capítulo IV Resultados y discusión limbos en ambos períodos y para las dos variedades. Por lo tanto, el limbo sería un tejido más fiable para el diagnóstico del P en floración-cuajado, y en envero para ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’.

4.2.3.3. Potasio El K también muestra unos CV(%) superiores en los pecíolos de las dos variedades (Figura 40). No obstante, esta situación se invierte en algunos momentos puntuales, así como para prácticamente en toda la maduración del ciclo de 2004 en la variedad ‘Tempranillo’ (Figura 40).

50 50 K K Limbos 40 40 2003 2003 Pecíolos Garnacha tinta Tempranillo 30 30

20 20 K CV(%) 10 10 40a. 1 40a. 2 0 0

50 50 K K 40 2004 40 2004 Garnacha tinta Tempranillo 30 30

20 20

K CV(%) 10 10 40b. 1 40b. 2 0 0 50 50 K K 40 2005 40 2005 Garnacha tinta Tempranillo 30 30

20 20 CV(%) K CV(%)

10 10 40c. 1 40c. 2 0 0 I J K M N V I J K M N V 0 25 50 75 100 125 150 175 0 25 50 75 100 125 150 175 Figura 40. Coeficiente de variación porcentual (%) para la concentración de K en limbo y pecíolo a lo largo del ciclo vegetativo para las variedades ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’. Años 2003 a 2005. I: floración; J: cuajado; K: desarrollo herbáceo de la baya; M: envero; N: maduración; V: vendimia.

Los mayores CV(%) registrados en el pecíolo se situaron entre el 25,62% en maduración (N60) para ‘Garnacha tinta’ y el 33,73% en el muestreo de vendimia

226 Capítulo IV Resultados y discusión

(N100) para ‘Tempranillo’ en 2003, entre el 43,87% (K100) y el 37,23% (K75) durante el período de desarrollo herbáceo de la baya en 2004, así como entre el 47,67% en envero (M70) y el 25,29% en maduración (N80) de 2005, en ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’, respectivamente (Figura 40).

Por su parte, los mayores CV(%) observados en los limbos no sobrepasaron el 11% y el 19% en el 2003, así como el 24% y el 25% en 2004, y el 24% y 18% en 2005, para ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’, respectivamente. A la vista de estos CV(%) máximos en limbo y pecíolo, se puede sugerir que la variabilidad en este elemento podría no tener relación con la variedad, dadas las alternancias observadas (Figura 40).

Las mayores diferencias de CV(%) entre tejidos fueron de 15,57% en maduración (N60), de 25,91% en cuajado (J) y de 33,43% en maduración (M70) para ‘Garnacha tinta’ en 2003, 2004 y 2005, respectivamente. Mientras que, para ‘Tempranillo’, estás máximas diferencias alcanzaron el 19,84% en envero (M70), 24% en la fase de desarrollo herbáceo de la baya (K35) y 21,88% en maduración (N80), lo que indicaría que por lo general el limbo sería mejor tejido para el diagnóstico de ambas variedades, según el criterio planteado de mínima variabilidad.

Asimismo, destacar que se ha observado para el K un menor CV(%) en los limbos para las dos variedades, al igual que sucedía para el N y el P, en los momentos de floración- cuajado y en envero. Por tanto, el limbo sería un tejido más fiable que el pecíolo para el diagnóstico del K en floración-cuajado y en envero, para las dos variedades.

4.2.3.4. Calcio El Ca (Figura 41), a diferencia del N, P o del K, tiene una variabilidad alterna en los dos tejidos estudiados, que dificulta relacionar claramente un tejido concreto con mayores o menores CV(%). Sin embargo, parece que el pecíolo manifiesta una mayor reproducibilidad que el limbo, con la excepción de algunos muestreos correspondientes a la fase de desarrollo herbáceo de la baya y al final de maduración, tanto para ‘Garnacha tinta’ como para ‘Tempranillo’, así como también en el final de envero e inicio de maduración en esta última variedad (Figura 41).

227 Capítulo IV Resultados y discusión

Los mayores CV(%) registrados en los limbos y pecíolos de ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’ no sobrepasaron el 16% en ninguno de los muestreos (Figura 41). Por ello, se puede considerar que las dos variedades tienen un comportamiento bastante parejo en cuanto a la variabilidad observada en ambos tejidos (Figura 41), con similares fluctuaciones durante la mayor parte del ciclo de cultivo.

20 20 Ca Ca Limbos 15 2003 15 2003 Pecíolos Garnacha tinta Tempranillo

10 10 CV(%) Ca CV(%) 5 5 41a. 1 41a. 2 0 0

20 20 Ca Ca 2004 2004 15 15 Garnacha tinta Tempranillo

10 10

CV(%) Ca CV(%) 5 5

41b. 1 41b. 2 0 0 20 20 Ca Ca 2005 2005 15 15 Garnacha tinta Tempranillo

10 10 CV(%) Ca CV(%) 5 5 41c. 1 41c. 2 0 0 I J K M N V I J K M N V 0 25 50 75 100 125 150 175 0 25 50 75 100 125 150 175 Figura 41. Coeficiente de variación porcentual (%) para la concentración de Ca en limbo y pecíolo a lo largo del ciclo vegetativo para las variedades ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’. Años 2003 a 2005. I: floración; J: cuajado; K: desarrollo herbáceo de la baya; M: envero; N: maduración; V: vendimia.

Con respecto a los momentos de floración-cuajado y envero, se ha observado un menor CV(%) en los pecíolos de ‘Garnacha tinta’ para la floración-cuajado de 2003, cuajado de 2004 y plena floración de 2005, así como un CV(%) muy parecido entre los dos tejidos para la plena floración de 2004. Por tanto, el pecíolo sería un tejido más reproducible que el limbo en el momento de floración-cuajado para ‘Garnacha tinta’, aunque con bastante influencia del año.

228 Capítulo IV Resultados y discusión

Para el ‘Tempranillo’, por su parte, el pecíolo también mostró un menor CV(%) en el período de floración-cuajado de 2003 y 2005, mientras que, por el contrario, el limbo sería el tejido más reproducible para este mismo período en 2004. Refiriéndonos al envero, el pecíolo mostró un CV(%) menor que el limbo, excepto al inicio de envero para el 2003, en las dos variedades. Por tanto, en términos generales, parece que el pecíolo sería el mejor tejido para el diagnóstico de ambas variedades en los dos momentos fenológicos comentados.

4.2.3.5. Magnesio Al igual que el Ca, el Mg mostró una variabilidad alterna entre sus tejidos a lo largo de los sucesivos muestreos de los años 2004 y 2005 (Figura 42), lo que limita en gran medida la elección del mejor tejido a analizar, limbo o pecíolo, de cara a elegir un tejido como el más idóneo para el diagnóstico nutricional mediante comparación con unas referencias. Sin embargo, en 2003 el pecíolo manifestó unos CV(%) superiores a los limbos en casi todos los muestreos, independientemente de la variedad estudiada (Figuras 42).

Por otro lado, los mayores CV(%) alcanzados en ‘Garnacha tinta’, tanto en limbo como en pecíolo, no superaron el 12% en el envero (M5) de 2003, el 21% en maduración (N20) de 2004 y, el 16% para el envero (M70) de 2005. En el caso del ‘Tempranillo’ los mayores CV(%) alcanzados no superaron el 21% y 13% en la fase de desarrollo herbáceo de la baya (K75) en 2003 y 2005, así como el 16% para la maduración (N20) en 2004. Por tanto, la variabilidad observada parece indicar que ambas variedades no tienen un comportamiento muy diferente respecto a la reproducibilidad del Mg, en los análisis de limbo y pecíolo.

Con respecto a los momentos de floración-cuajado y envero, se ha observado un menor CV(%) en los limbos de ‘Garnacha tinta’ para la floración-cuajado del 2003, 2004 y cuajado de 2005, mientras que el pecíolo fue más reproducible que el limbo a final de floración de 2005. En el ‘Tempranillo’, el limbo también mostró una menor variabilidad para el momento de final de floración-cuajado en 2003 y 2004.

229 Capítulo IV Resultados y discusión

25 25 Mg Mg Limbos 20 2003 20 2003 Pecíolos Garnacha tinta Tempranillo 15 15

10 10

Mg CV(%) 5 5 42a. 1 42a. 2 0 0 25 25 Mg Mg 20 2004 20 2004 Garnacha tinta Tempranillo 15 15

10 10 CV(%) Mg CV(%)

5 5 42b.1 42b. 2 0 1 0 25 25 Mg Mg 20 2005 20 2005 Garnacha tinta Tempranillo 15 15 10 10

Mg CV(%) 5 5

42c. 1 42c. 2 0 0 0 25I 50J 75K 100M 125N 150V 175 0 25I 50J 75K 100M 125N 150V 175 Figura 42. Coeficiente de variación porcentual (%) para la concentración de Mg en limbo y pecíolo a lo largo del ciclo vegetativo para las variedades ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’. Años 2003 a 2005. I: floración; J: cuajado; K: desarrollo herbáceo de la baya; M: envero; N: maduración; V: vendimia.

Durante el envero, el limbo tuvo un menor CV(%) en ‘Garnacha tinta’ a su inicio en los años 2003 y 2004, mientras que el pecíolo mostró menores CV(%) al final de envero en estas campañas. Para el 2005, sin embargo, los CV(%) en los dos tejidos fueron muy similares al inicio y final de este período. En la variedad ‘Tempranillo’, por su parte, el limbo también alcanzó CV(%) más bajos que los pecíolos, que lo hacen un tejido más fiable para el diagnóstico del Mg en este período.

4.2.3.6. Hierro El Fe, en general, presentó una mayor variabilidad en los limbos para la mayor parte de los muestreos, y en las dos variedades, por lo que el pecíolo sería el tejido que ofrecería unos resultados más reproducibles para ambos cultivares (Figura 43). Sin

230 Capítulo IV Resultados y discusión embargo, al igual que para el Ca y Mg, se observan numerosos muestreos donde esta tendencia se invierte, y el pecíolo supera en variabilidad al limbo.

Por otra parte, los mayores CV(%) alcanzados en los limbos de ‘Garnacha tinta’ no superaron el 25% ninguno de los tres años. Para la variedad ‘Tempranillo’ estos valores máximos no alcanzaron el 28% para la serie de años 2003-2005. Considerando los pecíolos, los mayores CV(%) alcanzados no superaron el 28% en ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’, con la excepción del 42% observado para esta última variedad en 2003 (Figura 43).

50 50 Fe Fe Limbos 40 2003 40 2003 Pecíolos Garnacha tinta Tempranillo 30 30

20 20 CV(%) Fe CV(%)

10 10 43a. 1 43a. 2 0 0 50 50 Fe Fe 40 2004 40 2004 Garnacha tinta Tempranillo 30 30 20 20 Fe CV(%) 10 10 43b. 1 43b. 2 0 0

50 50 Fe Fe 40 2005 40 2005 Garnacha tinta Tempranillo 30 30

20 20 CV(%) Fe CV(%)

10 10 43c. 1 43c. 2 0 0 I J K M N V I J K M N V 0 25 50 75 100 125 150 175 0 25 50 75 100 125 150 175 Figura 43. Coeficiente de variación porcentual (%) para la concentración de Fe en limbo y pecíolo a lo largo del ciclo vegetativo para las variedades ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’. Años 2003 a 2005. I: floración; J: cuajado; K: desarrollo herbáceo de la baya; M: envero; N: maduración; V: vendimia.

Con respecto al momento de floración-cuajado, se ha observado un menor CV(%) en los limbos de ‘Garnacha tinta’, en 2003 y cuajado de 2005, mientras que se observó un menor CV(%) para los pecíolos en 2004 y plena floración de 2005. Sin embargo, para el

231 Capítulo IV Resultados y discusión

‘Tempranillo’, el pecíolo mostró una menor variabilidad para el cuajado. Por consiguiente, y en términos generales, el pecíolo podría ser un tejido más fiable que el limbo para el diagnóstico del Fe en floración-cuajado en ambas variedades, aunque presenta una elevada variabilidad interanual.

A lo largo del envero, el limbo presentó un menor CV(%) en ‘Garnacha tinta’ al inicio de envero del 2003 y al final de envero de 2004, siendo muy similares para ambos tejidos al final de envero del 2003 y al inicio de envero de 2004. Ahora bien, en la campaña de 2005, el pecíolo tuvo un menor CV(%) a lo largo de todo el envero. Para el ‘Tempranillo’, el CV(%) en los pecíolos fue inferior a lo largo de todo el envero en los tres años estudiados. Por lo tanto, en general, para la variedad ‘Tempranillo’ el análisis del pecíolo sería más fiable que el del limbo para establecer el diagnóstico nutricional del Fe, mientras que para ‘Garnacha tinta’ habría que considerar una fuerte influencia del año.

4.2.3.7. Manganeso En general, el Mn manifestó, para la mayoría de los muestreos, unos CV(%) superiores en el pecíolo (Figura 44), con la excepción del año 2003 en ‘Garnacha tinta’. Asimismo, la variedad ‘Tempranillo’ presentó, en general, una mayor variabilidad para limbos y pecíolos respecto a ‘Garnacha tinta’.

De esta forma, los pecíolos de ‘Tempranillo’ mostraron máximos de CV(%) que alcanzaron valores superiores al 40,0% en los tres años de ensayo (Figura 44), mientras que en la variedad ‘Garnacha tinta’ estos valores no superaron el 33% (Figura 44).

Los mayores CV(%) registrados en limbos de ‘Garnacha tinta’ no superaron el 26%. En ‘Tempranillo’, estos valores máximos llegaron hasta un 38% en el muestreo de vendimia de 2005 (Figura 44). Debido a ello, independientemente del tejido analizado, todo hace indicar que la variedad ‘Tempranillo’ presenta un mayor riesgo que ‘Garnacha tinta’ de interpretar erróneamente sus niveles de Mn, dada la mayor variabilidad de sus análisis.

232 Capítulo IV Resultados y discusión

Por su parte, se ha observado en ‘Garnacha tinta’ un menor CV(%) en los limbos para la plena floración de 2004, para los pecíolos en 2003, y similar variabilidad en limbos y pecíolos en 2005. Para la variedad ‘Tempranillo’, el limbo mostró una menor variabilidad que el pecíolo al final de floración-cuajado en los tres años de ensayo. Respecto al envero, los limbos de las dos variedades tienen un menor CV(%) que el pecíolo. Por tanto, y en general, el limbo podría ser un tejido más fiable para el diagnóstico del Mn en envero, en las dos variedades.

50 50 Mn Mn Limbos 40 40 2003 2003 Peciolos Garnacha tinta Tempranillo 30 30

20 20 Mn CV(%) 10 10 44a. 1 44a. 2 0 0

50 50 Mn Mn 40 2004 40 2004 Garnacha tinta Tempranillo 30 30

20 20 CV(%) Mn CV(%) 10 10 44b. 1 44b. 2 0 0 50 50 Mn Mn 40 2005 40 2005 Garnacha tinta Tempranillo 30 30

20 20 Mn CV(%) 10 10 44c. 1 44c. 2 0 0 I J K M N V I J K M N V Figura 440. Coeficiente25 50 de variación 75 100 porcentual 125 150 (%) 175 para la concentración0 25 50 de 75Mn en 100 limbo 125 y pecíolo 150 a 175 lo largo del ciclo vegetativo para las variedades ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’. Años 2003 a 2005. I: floración; J: cuajado; K: desarrollo herbáceo de la baya; M: envero; N: maduración; V: vendimia.

4.2.3.8. Zinc El Zn, alcanzó mayores CV(%) para el pecíolo en la mayoría de los muestreos llevados a cabo en las dos variedades. En ‘Garnacha tinta’, el limbo sólo mostró mayor variabilidad que el pecíolo en el envero de la campaña 2005 así como en algunos muestreos puntuales de 2003 y 2004. Sin embargo, para el ‘Tempranillo’, ambos

233 Capítulo IV Resultados y discusión tejidos se alternan con frecuencia, a lo largo del ciclo, respecto a la mayor variabilidad (Figura 45).

Por otro lado, las diferencias entre variedades respecto a los valores máximos de CV(%) son poco relevantes, dificultándose el asegurar que una variedad presenta mayor variabilidad que la otra en alguno de los tejidos estudiados.

40 40 Zn Zn Limbos 30 2003 30 2003 Pecíolos Garnacha tinta Tempranillo 20 20 CV(%) Zn CV(%) 10 10 45a. 1 45a. 2 0 0 40 40 Zn Zn 2004 2004 30 30 Garnacha tinta Tempranillo

20 20

Zn CV(%) 10 10

45b. 1 45b. 2 0 0

40 40 Zn Zn 2005 2005 30 30 Garnacha tinta Tempranillo 20 20

CV(%) Zn CV(%) 10 10 45c. 1 45c. 2 0 0 0 25I 50J 75K 100M 125N 150V 175 0 25 50I J 75K 100M 125N 150V 175 Figura 45. Coeficiente de variación porcentual (%) para la concentración de Zn en limbo y pecíolo a lo largo del ciclo vegetativo para las variedades ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’. Años 2003 a 2005. I: floración; J: cuajado; K: desarrollo herbáceo de la baya; M: envero; N: maduración; V: vendimia.

Con respecto a los principales momentos de diagnóstico, se ha observado un menor CV(%) en los limbos en plena floración-cuajado, excepto para el cuajado de ´Tempranillo´ en 2003. En el envero, los limbos de ‘Garnacha tinta’ mantienen un menor CV(%) que el pecíolo en los años 2003, 2004 y al inicio de envero de 2005. Para la variedad ‘Tempranillo’, los limbos mostraron menor variabilidad que el pecíolo a lo

234 Capítulo IV Resultados y discusión largo del envero, en los tres años estudiados. Por ello, el análisis del limbo sería más adecuado para el diagnóstico del Zn en floración y en envero, para ambas variedades.

4.2.3.9. Cobre Limitándonos al período previo a la aplicación de productos fitosanitarios, el Cu no muestra claras diferencias entre las dos variedades (Figura 46). De tal manera, ambas variedades alternan el tejido con mayor CV(%) con frecuencia (Figura 46). Sin embargo, en el momento de floración-cuajado, el pecíolo manifiesta por lo general una mayor reproducibilidad en las dos variedades (Figura 46).

80 80 Cu Cu Limbos 60 2003 60 2003 Pecíolos Garnacha tinta Tempranillo

40 40

Cu CV(%) 20 20 46a. 1 46a. 2 0 0

80 80 Cu Cu 2004 2004 60 60 Garnacha tinta Tempranillo 40 40

CV(%) Cu CV(%) 20 20 46b. 1 46b. 2 0 0 80 80 Cu Cu 2005 2005 60 60 Garnacha tinta Tempranillo

40 40 CV(%) Cu CV(%) 20 20

46c. 1 46c. 2 0 0 0 25I 50J 75K 100M 125N 150V 175 0 25I 50J 75K 100M 125N 150V 175 Figura 46. Coeficiente de variación porcentual (%) para la concentración de Cu en limbo y pecíolo a lo largo del ciclo vegetativo para las variedades ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’. Años 2003 a 2005. I: floración; J: cuajado; K: desarrollo herbáceo de la baya; M: envero; N: maduración; V: vendimia.

Los mayores CV(%) alcanzados, ciñéndonos a momentos fenológicos tempranos, no superaron el 20% para ninguna de las dos variedades, ni en limbo ni en pecíolo (Figura

235 Capítulo IV Resultados y discusión

46). De este modo, las dos variedades parecen comportarse de forma similar en cuanto a la variabilidad de este elemento, en los dos tejidos foliares.

4.2.3.10. Boro En general, el B mostró una mayor variabilidad en los limbos durante la mayor parte del ciclo vegetativo (Figura 47). En el envero, la variedad ‘Tempranillo’, y ‘Garnacha tinta’ en menor medida, mostraron una variabilidad alterna entre limbo y pecíolo (Figura 47), lo que dificulta recomendar un tejido para el diagnóstico nutricional en envero.

25 25 B B Limbos 20 2003 20 2003 Pecíolos Garnacha tinta Tempranillo 15 15 10 10 B CV(%) 5 5 47a. 1 47a. 2 0 0

25 25 B B 20 2004 20 2004 Garnacha tinta Tempranillo 15 15

10 10 CV(%) B CV(%)

5 5 47b. 1 47b. 2 0 0 25 25 B B 20 2005 20 2005 Garnacha tinta Tempranillo 15 15 10 10 B CV(%) 5 5 47c. 1 47c. 2 0 0 0 25I 50J 75K 100M 125N 150V 175 0 25I 50J 75K 100M 125N 150V 175 Figura 47. Coeficiente de variación porcentual (%) para la concentración de B en limbo y pecíolo a lo largo del ciclo vegetativo para las variedades ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’. Años 2003 a 2005. I: floración; J: cuajado; K: desarrollo herbáceo de la baya; M: envero; N: maduración; V: vendimia.

236 Capítulo IV Resultados y discusión

Las mayores diferencias entre tejidos para ‘Tempranillo’ se produjeron en la fase de desarrollo herbáceo de la baya. En ‘Garnacha tinta’, el período de mayores diferencias se extendería hasta envero.

Los mayores CV(%) registrados en los limbos de ‘Garnacha tinta’ alcanzaron valores cercanos al 25% para el envero del 2004 (M20), mientras que para ‘Tempranillo’ los CV(%) se mantuvieron por debajo del 16% en 2004 (N100). En los pecíolos, los CV(%) máximos no sobrepasaron el 10,3% en ‘Garnacha tinta’, y para el caso el ‘Tempranillo’, se llegó al 13,4% en cierre de racimo (K100) en 2005. Por lo general, se alcanza un menor CV(%) en los pecíolos de ‘Garnacha tinta’ durante la plena floración-cuajado para el 2004 y 2005, mientras que un CV(%) ligeramente inferior para los limbos en 2003. Para ‘Tempranillo’, se observó un menor CV(%) para los pecíolos en cuajado de 2003 y 2005, mientras que fue muy similar para los dos tejidos en plena floración de 2003 y en cuajado de 2004 (Figura 47).

Situándonos en el envero, en la variedad ‘Garnacha tinta’ se observó un menor CV(%) en los pecíolos para los años 2003, 2004, así como al final de envero de 2005. Para la variedad ‘Tempranillo’, se alcanzó el menor CV(%) en los pecíolos a lo largo del envero del 2003, al inicio y final de envero de 2004, así como al final de envero de 2005. Por lo tanto, en general, el pecíolo podría ser un tejido más fiable que el limbo para el diagnóstico del B en floración-cuajado y envero, para las dos variedades. Sin embargo, la variabilidad alterna a lo largo del envero, influenciada fuertemente por el año de muestreo, impide decantarse totalmente por el pecíolo como el tejido más fiable para el diagnóstico de este elemento.

4.2.3.11. Discusión El tejido más adecuado para llevar a cabo un diagnóstico nutricional fiable, según el criterio elegido, es aquel que muestra una menor variabilidad en el momento fenológico de muestreo definido para el diagnóstico, ya que será, por tanto, el que ofrezca unos resultados más reproducibles.

237 Capítulo IV Resultados y discusión

Las dos variedades no se diferenciaron excesivamente en cuanto a la variabilidad de sus tejidos. Por lo general, se mostró una mayor reproducibilidad del N en los limbos, a lo largo de todo el ciclo vegetativo. Para el P, las dos variedades aportaron una mayor reproducibilidad del limbo, apreciándose las mayores diferencias frente a los pecíolos en torno al envero para ‘Garnacha tinta’, y también a lo largo de la maduración para ‘Tempranillo’, lo que refuerza la utilización del limbo en el diagnóstico de P a medida que avanza el ciclo de cultivo. Respecto al K, en base al criterio de mínima variabilidad, el limbo también fue el tejido más reproducible en las dos variedades, al menos en los momentos más habituales para el diagnóstico nutricional, plena floración-cuajado y envero.

El Ca y el Mg, por su parte, mostraron en general una variabilidad alterna entre los tejidos para las dos variedades y a lo largo del ciclo de cultivo. Tal circunstancia dificulta la elección de un mejor tejido para el análisis, de cara a diagnosticar estos elementos a través de la comparación con unas referencias. Sin embargo, el pecíolo parece mostrar una mayor reproducibilidad para el Ca en las dos variedades. Como diferencia varietal, el pecíolo manifestó una mayor variabilidad que el limbo para el ‘Tempranillo’ en el período comprendido entre final de envero e inicio de maduración. Si nos referimos al Mg, y a pesar de la alternancia de la variabilidad entre los dos tejidos a lo largo de los sucesivos muestreos, parece que los limbos ofrecen cierta tendencia hacia una mayor reproducibilidad, situación que se reflejó más claramente en la campaña del 2003. Por su parte, ambos tejidos tendrían en envero una fiabilidad similar para ‘Garnacha tinta’, en base a la variabilidad observada durante dicha fase fenológica.

Respecto a los micronutrientes, el Fe mostró en las dos variedades una menor variabilidad en el pecíolo en los momentos de plena floración-cuajado y envero, por lo que el pecíolo sería un tejido más fiable que el limbo para el diagnóstico del Fe.

En el caso del Mn, el limbo fue, el tejido más reproducible para el diagnóstico de este nutriente en las dos variedades. La variedad ‘Tempranillo’, a diferencia de ‘Garnacha tinta’, presentó mayor variabilidad en la concentración de Mn en sus tejidos,

238 Capítulo IV Resultados y discusión especialmente en los pecíolos. Esta mayor variabilidad de los análisis de ‘Tempranillo’ hace que este cultivar sea una variedad más susceptible de dar lugar a un diagnóstico erróneo del estado nutricional del Mn, en comparación con ‘Garnacha tinta’.

El limbo también fue por lo general el tejido más reproducible de cara al diagnóstico del Zn, mostrando las dos variedades una variabilidad similar en los tejidos analizados.

El análisis de Cu en el pecíolo ofreció los resultados más reproducibles en plena floración-cuajado, para ambas variedades. No obstante, no hubo gran diferencia entre tejidos en la mayoría de los años estudiados.

Finalmente para el B, el pecíolo mostró una menor variabilidad de la variedad ‘Garnacha tinta’, tanto en plena floración-cuajado como en envero, siendo por tanto el tejido más adecuado para el análisis y diagnóstico de este nutriente en la mayor parte del ciclo vegetativo. La variedad ‘Tempranillo’, sin embargo, mostró una variabilidad alterna entre limbo y pecíolo, tanto en plena floración-cuajado como en el momento del envero, por lo que no podríamos decantarnos por el pecíolo, como sugieren los resultados de 2003.

Por tanto, en base a los resultados obtenidos, y teniendo en cuenta la variabilidad de los tejidos, convendría llevar a cabo el diagnóstico nutricional de:

 cv. ‘Garnacha tinta’ en: o Floración: . N, P, K, Mg y Zn en limbos . Ca, Fe, Cu y B en pecíolos . Mn en limbos o pecíolos o Envero: . N, P, K, Mn y Zn en limbos . Ca y B en pecíolos . Mg y Fe en limbos o pecíolos

239 Capítulo IV Resultados y discusión

 cv. ‘Tempranillo’ en: o Floración: . N, P, K, Mg, Mn y Zn en limbos . Ca, Fe y Cu en pecíolos . B, en limbos o pecíolos o Envero: . N, P, K, Mg, Mn y Zn en limbos . Ca y Fe en pecíolos . B, en limbos o pecíolos

Romero et al. (2013) para el ‘Tempranillo’, utilizando el mismo criterio de reproducibilidad, sugirieron el análisis de N y K del limbo en floración; el N, K, P y Mg en el limbo durante envero; así como el análisis de B en el pecíolo en floración y envero. Estos resultados, por lo general, son consistentes con los observados en este trabajo de tesis.

4.2.4. DIFERENCIAS VARIETALES EN LOS PERÍODOS DE ESTABILIDAD EN LA COMPOSICIÓN MINERAL DE LIMBO Y PECÍOLO

Al igual que se han establecido los períodos de estabilidad para cada nutriente en la variedad ‘Garnacha tinta’ (Ensayo I, apdo. 4.1.4), se han calculado los períodos de estabilidad en limbo y pecíolo de la variedad ‘Tempranillo’ en los tres años de estudio, para poder así comparar las dos variedades en la misma serie de años.

Como ya se ha comentado anteriormente, el momento de muestreo para realizar un análisis foliar debe comprender un período de tiempo estable en cuanto a la composición mineral del tejido muestreado (Robinson, 1995; Cadahía y Lucena, 2005). Estos períodos, por su parte, son fundamentales para elegir épocas en las que establecer referencias nutricionales con las que comparar, así como para acotar el período de validez de dichas referencias.

240 Capítulo IV Resultados y discusión

Los períodos de estabilidad para ‘Tempranillo’ fueron determinados mediante un ANOVA de un factor y posterior test de comparación de medias Tukey (p≤0,05) para cada nutriente, año y tejido, con el fin de determinar diferencias en la concentración de nutrientes a lo largo de los sucesivos momentos de muestreo del ciclo vegetativo (Tabla 55). De esta manera, se obtuvieron distintos períodos de estabilidad, más o menos prolongados en el tiempo, para cada nutriente, tejido y año de estudio. Al igual que se realizó con ‘Garnacha tinta’ (Ensayo I, apdo. 4.1.4), de todos los períodos de estabilidad obtenidos, únicamente se expondrán aquellos períodos que englobasen, parcialmente o en su totalidad, los momentos de floración y envero, por ser ambos los estados fenológicos más habitualmente utilizados a la hora de efectuar la evaluación del estado nutricional de la vid.

En la Tabla 55, se puede observar cómo la mayor parte de los elementos minerales mostraron diferencias significativas entre muestreos para los dos tejidos. Sin embargo, algunos elementos mostraron cierta tendencia a mantener concentraciones relativamente estables a lo largo del ciclo o, en su defecto, a sufrir gran variabilidad en los contenidos del elemento en limbo y/o pecíolo, lo que se traduce en ausencia de diferencias entre muestreos consecutivos. Esto ocurrió en ‘Garnacha tinta’ para Mn y Zn en limbo, y para K en pecíolo en 2003; para K y Mn en limbo, y K en pecíolo en 2004; y para Mn en pecíolo en 2005 (Tabla 55). En el caso de ‘Tempranillo’, esta circunstancia se dio para el K en pecíolo y el Mn en limbo en 2004; así como para Fe y Mn en limbo, y para Mn y Zn en pecíolo en 2005 (Tabla 55).

El criterio adoptado para la elección de los períodos de estabilidad fue el mismo que el comentado en el anterior capítulo para ‘Garnacha tinta’: cuatro o más muestreos consecutivos sin diferencias significativas entre ellos, excepto en el período que abarca la plena floración y el cuajado, donde se consideraron suficiente dos muestreos consecutivos.

Al igual que en los limbos y en los pecíolos de ‘Garnacha tinta’ (Figuras 18 a 21), se han identificado también en ‘Tempranillo’ para los tres años de estudio, dos períodos de muestreo comunes a todo el período de estudio adecuados para el diagnostico

241 Capítulo IV Resultados y discusión simultáneo de los nutrientes estudiados. Estos se han representado visualmente en el ‘Tempranillo’ mediante unas áreas coloreadas en las Figuras 49 y 51 para los limbos, y en las Figuras 53 y 55 para los pecíolos. El cobre tampoco se incluye en esta parte del estudio, habida cuenta de las contaminaciones originadas por los tratamientos fitosanitarios de base cúprica, que han impedido el correcto estudio de los períodos de estabilidad para este elemento.

Tabla 55. Nivel de significación para el ANOVA de un factor. Efecto del momento de muestreo sobre la concentración de los nutrientes en limbo y pecíolo de ‘Garnacha tinta’ (Tabla 26) y ‘Tempranillo’ para los años 2003, 2004, y 2005. 2003 2004 2005 Limbo pecíolo Limbo pecíolo Limbo pecíolo N 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000

P 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 K 0,000 0,240, n.s. 0,317, n.s. 0,618, n.s. 0,023 0,022 Ca 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 Mg 0,000 0,000 0,000 0,000 0,004 0,000 Fe 0,000 0,000 0,000 0,000 0,039 0,000 Mn 0,138, n.s. 0,000 0,076, n.s. 0,000 0,045 0,403, n.s. ‘Garnacha tinta’ ‘Garnacha Zn 0,133, n.s. 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 B 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 N 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,001 P 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000

K 0,001 0,045 0,001 0,195, n.s. 0,000 0,000 Ca 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 Mg 0,000 0,000 0,015 0,000 0,000 0,000 Fe 0,000 0,005 0,000 0,000 0,068, n.s. 0,000

‘Tempranillo’ Mn 0,002 0,000 0,538, n.s. 0,000 0,391, n.s. 0,436, n.s. Zn 0,001 0,015 0,000 0,000 0,000 0,583, n.s. B 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000 0,001 a n.s.: no significativo (p≤0,05).

4.2.4.1. Períodos de estabilidad en limbos En las Figuras 48 y 49 se muestran los períodos de estabilidad de los macronutrientes en los limbos de ‘Garnacha tinta’ y de ‘Tempranillo’, respectivamente. Estos períodos incluyeron, total o parcialmente, los muestreos de floración-cuajado y/o envero. En este sentido, se debe comentar que únicamente se llevaron a cabo muestreos en floración para la variedad ‘Tempranillo’ en el año 2003.

242 Capítulo IV Resultados y discusión

Períodos de estabilidad en torno a floración Considerando los macronutrientes, se observa en las dos variedades un primer período de estabilidad que comprende la floración y el cuajado (Figuras 48, 49). En este contexto, para el N en la variedad ‘Garnacha tinta’ (Figura 48), se determinó un primer período de estabilidad que se extendía de floración a cuajado en la campaña 2004. Sin embargo, en 2005 se encontraron diferencias significativas entre el muestreo de cuajado (J) y el de floración (I100), así como entre los muestreos de floración (I30) y cuajado de 2003. En base a ello, una referencia para el N en plena floración (I100) no siempre sería válida en cuajado (J). En la variedad ‘Tempranillo’ (Figura 49) una referencia para el N en floración tampoco sería válida en cuajado.

Con respecto al resto de nutrientes para este primer período de estabilidad, una referencia de ‘Garnacha tinta’ dada en floración (I100) sería válida en cuajado tanto para el P, como para el resto de macronutrientes (Figura 48) y micronutrientes (Figura 50). En el caso de la variedad ‘Tempranillo’ (Figuras 49, 51), una referencia en floración, únicamente con datos de 2003, sería válida en cuajado para el K, el Mg, el Fe, el Mn, el Zn y el B, mientras que para el N, el P y el Ca, no podría asegurarse. En este sentido, la ausencia de suficientes muestreos en floración (I100) para 2004 y 2005, impidió estudiar convenientemente este período. Romero et al. (2013) para el ‘Tempranillo’, obtenían un período de estabilidad que se extendía desde la floración, con un 80% de los capuchones caídos (I80), hasta la plena floración (I100) para el P, K, Ca y B, y que se extendía también hasta el cuajado para el Ca y B. Respecto al Mg y al N, determinaban un período de estabilidad que abarcaba desde el inicio de floración y la plena floración respectivamente, hasta el cuajado.

Períodos de estabilidad en torno a envero Respecto al N en envero, en general, se observa un período de estabilidad en ‘Garnacha tinta’ que abarca desde el muestreo correspondiente al estado fenológico de cierre de racimo (K100) hasta el muestreo anterior a vendimia (N80), cubriendo la totalidad del envero (Figura 48). De esta manera, una referencia para este elemento en envero tendría también la vigencia de dicho período de estabilidad (Figura 48). En la variedad ‘Tempranillo’, este período de estabilidad para el N tendría una duración más

243 Capítulo IV Resultados y discusión corta que para ‘Garnacha tinta’, y se extendería desde los últimos estadios del período de desarrollo herbáceo de la baya (K75) hasta el final de envero (M100) (Figura 49). Sin embargo, Romero et al. (2013) para el ‘Tempranillo’ obtenían un período de estabilidad que no abarcaba ningún muestreo anterior al envero, y que se extendía desde el inicio de envero hasta doce días después de final de envero.

Floración Desarrollo herbáceo de la baya Envero Maduración Código† I30 I100 J K5 K20 K35 K50 K75 K100 M5 M20 M70 M100 N20 N40 N60 N80 N100 DDB‡ 44 51 58 63 69 75 81 87 93 100 104 112 118 124 133 139 145 151

2003 3,07a 2,74b 1,99c 2,07c 2,02c 1,87c 2,01c 2,07c m.s.) -1 2004 2,85a 2,60a 2,30b 2,17b 2,21b 2,27b 2,27b 2,20b 2,08b 2,17b 2,11b 2,03b

2005 2,84a 2,21c 2,21c 2,14c 2,22c 1,99c 2,19c 2,15c 2,17c 2,12c 2,12c

N (g·100g 2,58b 2,53b

2003 0,29a 0,27a 0,22b 0,24b 0,19b 0,19b 0,24b 0,17c 0,15c 0,16c 0,16c m.s.)

-1 2004 0,22a 0,21a 0,18a 0,18a 0,19a 0,20a 0,20a 0,18a 0,21b 0,18b 0,18b 0,19b 0,20b 0,20b 0,18b 0,17b 0,16b 0,18b 0,16b 0,17b 0,16b

2005 0,22a 0,21a 0,20a 0,18a 0,18a 0,19a 0,17a 0,15a 0,17a 0,18a 0,15a P (g·100g 0,18b 0,18b 0,19b 0,17b 0,15b 0,17b 0,18b 0,15b 0,13b 0,13b 0,15b 0,14b

2003 1,01a 1,07a 1,13b 1,07b 1,12b 1,05b 1,05c 0,94c 0,94d 0,88d 0,95d m.s.) -1 2004 0,89a 0,84a 0,80a 0,88a 0,96a 0,86a 1,09a 1,02a 0,95a 0,92a 0,94a 0,91a 0,83a 0,78a 0,84a

K (g·100g 2005 1,06a 1,11a 1,21a 1,06a 1,05a 1,13a 1,11a 1,08a 1,08a 1,05a 0,95a 0,85a 1,06b 1,05b 1,13b 1,11b 1,08b 1,08b 1,05b 0,95b 0,85b 0,75b 0,96b 0,88b

2003 2,13a 2,80b 3,21c 3,22c 3,41c 3,20c 3,23c

m.s.) 2004 2,56a 2,46a 2,69a 2,77a 2,75a 2,89a 2,98a 3,02a -1 3,02b 3,42b 3,39b 3,48b 3,65b 3,61b 3,47b 3,06b

2005 2,16a 2,43a 2,43b 2,74b 2,78b 2,71b 2,71b 2,56b 2,57b 2,84b Ca (g·100g 2,84c 3,23c 2,85c 2,84c 3,11c

2003 0,32a 0,40a 0,44b 0,47b 0,48b 0,46b 0,44b m.s.)

-1 2004 0,46a 0,43a 0,43a 0,45a 0,46a 0,48a 0,47a 0,49a 0,55a 0,52a 0,45b 0,46b 0,48b 0,47b 0,49b 0,55b 0,52b 0,58b 0,60b 0,59b 0,58b 0,54b

2005 0,33a 0,37a 0,37a 0,40a 0,38a 0,39a 0,38a 0,39a 0,38a

Mg (g·100g Mg 0,37b 0,40b 0,38b 0,39b 0,38b 0,39b 0,38b 0,45b 0,41b 0,37b 0,43b 0,47b 0,41b

Figura 48. Períodos de estabilidad para los macronutrientes en limbos (g·100g-1 m.s.) de ‘Garnacha tinta’. Años 2003-2005. Diferentes letras entre momentos de muestreo expresan diferencias significativas a p≤0,05 usando el test de Tukey. El período coloreado muestra el período de estabilidad común para el diagnóstico simultáneo de los macronutrientes estudiados. †Valor numérico del código: proporción en el tiempo del estado fenológico. ‡Días después de brotación.

244 Capítulo IV Resultados y discusión

Floración Desarrollo herbáceo de la baya Envero Maduración Codigo† I100 J K20 K35 K50 K75 K100 M20 M40 M70 M90 M100 N20 N30 N40 N60 N80 N100 DDB‡ 51 58 69 75 81 87 93 104 108 112 115 118 124 128 133 139 145 151

2,71a 2,12b 2,10b 2,01b 1,97b 2,13b 2,15b 2003 3,17c 2,17d 2,20d 2,12d 2,10d 2,01d m.s.) -1 3,11a 2,28b 2,29b 2,25b 2,16 2,09b 2,14b 2004 2,38c 2,37c 2,28c 2,29c 2,25c 2,16c

N (g·100g 2005 2,84a 2,68a 2,34b 2,25b 2,24b 2,16b 2,13b 2,27b 2,15b 2,23b 2,18b 2,16b

0,27a 0,16b 0,16b 0,16b 0,15b 0,15b 0,14b 0,12b 0,15b 0,14b 2003 0,20c 0,16c 0,16c 0,16c m.s.) -1 0,23a 0,20a 0,15c 0,14c 0,14c 2004 0,18b 0,17b 0,17b 0,16b 0,18b 0,15b

P (g·100g 0,20b 0,18b 0,18b 0,17b 0,18b 0,15b 0,16b 0,16b 0,15b 0,15b 0,14b 2005 0,28a 0,21a 0,29a 0,20a

0,94b 0,93b 0,93b 0,80b 0,95b 0,89b 0,72b 0,77b 0,82b 2003 1,15a 1,06a 0,94a 0,93a 0,93a m.s.) -1 1,01a 0,92a 0,95a 0,79a 0,90a 1,04a 0,82a 0,82a 0,80a 0,69a 0,69a 2004 1,08b 1,01b 0,92b 0,95b 0,79b 0,90b 1,04b 0,82b 0,82b 0,80b

K (g·100g 0,78b 0,78b 0,73b 0,77b 0,73b 0,66b 2005 1,08a 0,95a 1,04a 0,96a 1,00a 0,94a

1,86a 3,02b 3,17b 3,01b 3,19b 3,30b 3,46b 3,35b 3,32b 2003 2,78c 2,85c 3,02c 3,17c 3,01c 3,19c m.s.)

-1 2,57a 2,77a 2,96a 3,11a 2,87a 2,88a 2004 2,96b 3,11b 2,87b 2,88b 3,30b 3,25b 3,28b 3,35b 3,31b 3,34b 3,30c 3,25c 3,28c 3,35c 3,31c 3,64c 3,54c 3,40c 3,05c

Ca (g·100g 2,01a 2,20a 2,56b 2,47b 2,63b 2,53b 2,92b 2005 2,92c 3,14c 2,90c 3,00c 2,98c

0,30a 0,38a 0,40a 2003 0,40b 0,44b 0,43 0,45b 0,45b 0,46b 0,45b 0,51b 0,51b 0,50b m.s.) -1 0,44a 0,47a 0,50a 0,51a 0,51a 0,47a 0,52b 0,56b 0,53b 0,54b 0,54b 0,56b 0,56b 0,48b 2004 0,47c 0,50c 0,51c 0,51c 0,47c 0,58c 0,52c 0,56c 0,53c 0,54c 0,54c 0,56c 0,56c 0,48c

Mg (g·100g Mg 2005 0,33a 0,33a 0,38b 0,35b 0,38b 0,36b 0,40b 0,36b 0,42b

Figura 49. Períodos de estabilidad para los macronutrientes en limbos (g·100g-1 m.s.) de ‘Tempranillo’. Años 2003-2005. Diferentes letras entre momentos de muestreo expresan diferencias significativas a p≤0,05 usando el test de Tukey. El período coloreado muestra el período de estabilidad común para el diagnóstico simultáneo de los macronutrientes estudiados. †Valor numérico del código: proporción en el tiempo del estado fenológico. ‡Días después de brotación.

El P y el K mostraron diferencias anuales en los períodos de estabilidad, lo que supone no cubrir la totalidad del envero en el año 2003 para ‘Garnacha tinta’ (Figura 48). Sin embargo, largos períodos de estabilidad abarcan la mayor parte de los muestreos del ciclo vegetativo en las campañas 2004 y 2005. Por ello, debido a las diferencias anuales

245 Capítulo IV Resultados y discusión observadas para el P y el K, no todos los años una referencia dada para el envero será igual de viable a lo largo de este período para diagnosticar estos dos elementos.

Para el ‘Tempranillo’ (Figura 49), en general, una referencia para el P obtenida en cualquier momento del período de envero tendría validez desde K50 hasta N20. Sin embargo, los datos de 2004 parecen desmentir un período tan largo, incluso sugieren que las referencias de envero podrían no ser válidas para este período completo. Por su parte, una referencia en envero para K podría ser válida desde K75 hasta N40, aunque los datos de 2005 parecen indicar que esta horquilla no sería válida para todos los años y que, por consiguiente, una referencia dada para mitad de envero no siempre sería válida a final de envero (Figura 49).

Comparando las dos variedades, una referencia dada a mitad de envero no sería eficaz en el diagnóstico del P y del K, para todos los años ni en ‘Garnacha tinta’ ni en ‘Tempranillo’. Además, estos cortes en el período de estabilidad de envero no se producen en la misma campaña para las dos variedades, por lo que habría que tener en consideración la influencia particular del factor climático sobre cada variedad, y de cómo repercute a su vez en una mayor fluctuación de la concentración de P y K en limbo. Estas diferencias ponen de manifiesto de nuevo, la conveniencia de estudiar a cada variedad en particular, y por tanto, el disponer de niveles de referencia específicos para cada cultivar de cara a aumentar la precisión del diagnóstico. Sin embargo, Romero et al. (2013) para ‘Tempranillo’, obtenían un período de estabilidad para estos dos elementos que se caracterizaba por abarcar la totalidad del envero, extendiéndose desde una semana antes del envero hasta una semana antes de vendimia, es decir, un período más largo que los obtenidos en nuestro caso para ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’.

El Ca y el Mg en ‘Garnacha tinta’, en general, mostraban unos períodos de estabilidad que se extendían desde el inicio de envero (M5) hasta mediados del estado de maduración para el Ca (N60) (Figura 48), y hasta el momento de vendimia para el Mg (N100) (Figura 48), por lo que una referencia para estos elementos en envero, estaría vigente hasta mediados de maduración para el Ca (N60), y hasta el final de la

246 Capítulo IV Resultados y discusión maduración para el Mg (N100). Para la variedad ‘Tempranillo’, una referencia para el Ca en envero sería válida desde cierre de racimo (K100) hasta el final de envero (M100), mientras que para el Mg sería válida desde mediados del período de desarrollo herbáceo de la baya (K50) hasta, al menos, el final de envero (M100) (Figura 49). En este sentido Romero et al. (2013), con ‘Tempranillo’, fijaban un período de estabilidad para estos elementos que se extendía desde una semana antes del inicio de envero hasta cuatro días después de final de envero para el Ca, así como desde un estadío intermedio del desarrollo herbáceo de la baya hasta seis días después de final de envero para el Mg.

El Fe, por su parte, presentaba un período de estabilidad que se extendía desde los últimos estadíos del desarrollo herbáceo de la baya (K75) hasta el inicio de maduración (N20) para ‘Garnacha tinta’ (Figura 50), mientras que en el caso de ‘Tempranillo’ (Figura 51), abarcaba desde el estado fenológico de cierre de racimo (K100) hasta el final de envero (M100), por lo que la vigencia de la referencia de ‘Tempranillo’ sería más reducida que en ‘Garnacha tinta’.

El Mn, ha mostrado largos períodos de estabilidad en las dos variedades, abarcando casi todos los años la totalidad del ciclo vegetativo (Figuras 50 y 51). En general, estos dilatados períodos se deben a una elevada variabilidad de este nutriente en el limbo y que, por consiguiente, reduce la fiabilidad del diagnóstico.

Respecto al Zn, para la variedad ‘Garnacha tinta’ (Figura 50), una referencia establecida a mitad de envero mostraría un período de vigencia que abarcaría desde el inicio del envero (M5) hasta el final de envero (M100), mientras que para el ‘Tempranillo’ (Figura 51) se extendería desde el inicio de envero (M20) hasta el inicio del estado de maduración (N30). Como diferencia varietal, los períodos de estabilidad en torno al envero son más reducidos en ´Garnacha tinta´ que en ´Tempranillo´. De este modo, el diagnóstico del Zn a partir de limbos muestreados al inicio de maduración, utilizando referencias para envero, tendrá mayor riesgo de error en ´Garnacha tinta´, donde no todos los años el período de estabilidad de envero abarca el inicio de maduración.

247 Capítulo IV Resultados y discusión

Floración Desarrollo herbáceo de la baya Envero Maduración Código† I30 I100 J K5 K20 K35 K50 K75 K100 M5 M20 M70 M100 N20 N40 N60 N80 N100 DDB‡ 44 51 58 63 69 75 81 87 93 100 104 112 118 124 133 139 145 151

2003 210a 373b 359c 299c 281c 338c 350c 275c 290c 348c m.s.)

-1 2004 101a 123a 154a 130a 157a 204b 211b 259b 227b 224b 292b 253b 285b 285b 225b

2005 221a 198a 249a 247a 258a 226a 248a 258a 272a Fe (mg·kg Fe 248b 258b 272b 349b 232b 230b

2003 128a 143a 164a 188a 155a 155a 177a 166a 168a 157a 159a m.s.) -1 2004 143a 139a 147a 152a 154a 164a 156a 159a 171a 168a 180a 179a 182a 178a 149a

2005 169a 184a 179a 188a 194a 186a 166a 183a 200a 201a 141a 161a 166a 189a 150a Mn (mg·kg Mn

2003 12,3a 12,4a 11,7a 13,6a 12,9a 13,9a 14,5a 13,6a 13,8a 14,9a 15,3a m.s.)

-1 2004 11,8a 12,1a 13,2a 13,7a 12,9a 14,4a 14,0a 14,7a 14,1a 14,1b 10,5b 11,6b 10,5b

Zn (mg·kg Zn 2005 12,9a 15,7a 16,9a 15,4a 14,5a 15,1b 17,8b 15,8b 17,0b 14,0b

2003 65,8a 82,2b 79,2b 53,0c 60,2c 49,1c 54,1c 48,8c 48,1c m.s.) -1 2004 101a 92,8a 96,6a 83,4a 52,2b 40,8b 44,3b 37,2b

2005 50,6a 53,5a 50,1a 50,4a 46,1a 42,2a 43,2a

B (mg·Kg 38,9b 40,5b 40,5b 30,9b

Figura 50. Períodos de estabilidad para los micronutrientes en limbos (mg·kg-1 m.s.) de ‘Garnacha tinta’. Años 2003-2005. Diferentes letras entre momentos de muestreo expresan diferencias significativas a p≤0,05 usando el test de Tukey. El período coloreado muestra el período de estabilidad común para el diagnóstico simultáneo de los micronutrientes estudiados. †Valor numérico del código: proporción en el tiempo del estado fenológico. ‡Días después de brotación.

Para concluir, el B mostraba, en general, un período de estabilidad que se extendía desde el cierre de racimo (K100) hasta el final de envero (M100) en ‘Garnacha tinta’ (Figura 50). En el caso del ‘Tempranillo’, este período era más corto, no cubriendo la totalidad del envero en todos los años de estudio (Figura 51), por lo que una referencia dada para el ‘Tempranillo’ al inicio del envero (M20) no siempre sería válida al final del envero (M100). En este contexto, Romero et al. (2013) para el ‘Tempranillo’ obtenían un período de estabilidad más amplio para este elemento, que no se cortaba en envero. Dicho período se extendía desde dieciseis días antes del inicio de envero hasta el momento de vendimia. Estos resultados remarcan la notable influencia que ejercen los factores año, suelo y clima sobre la composición mineral para una misma variedad,

248 Capítulo IV Resultados y discusión incluso cuando se encuentra injertada sobre el mismo portainjerto, cultivada en la misma región vitivinícola y sometida a prácticas culturales semejantes.

Floración Desarrollo herbáceo de la baya Envero Maduración Codigo† I100 J K20 K35 K50 K75 K100 M20 M40 M70 M90 M100 N20 N30 N40 N60 N80 N100 DDB‡ 51 58 69 75 81 87 93 104 108 112 115 118 124 128 133 139 145 151

145a 224a 196b 191b 224b 219b 192b 214b 226b 2003 224c 268c m.s.) -1 143a 166a 2004 223b 206b 222b 218b 234b 291b 220b

Fe (mg·kg Fe 2005 196a 153a 233a 150a 167a 168a 168a 195a 171a 174a 200a 172a 168a 156a

80,1a 116a 128a 134a 2003

m.s.) 116b 128b 134b 143b 119b 126b 128b 144b 165b 167b -1

2004 119a 114a 115a 131a 123a 127a 146a 132a 132a 139a 153a 136a 153a 141a 129a

2005 98,1a 100a 157a 123a 111a 108a 101a 114a 95a 103a 121a 107a 114a 131a Mn (mg·kg Mn

17,8a 21,1a 17,5a 18,4a 17,2a 16,4a 16,5a 17,3a 2003 17,5b 18,4b 17,2b 16,4b 16,5b 17,3b 15,0b 14,4b m.s.) -1 2004 18,9a 19,1a 19,7a 18,6a 15,8a 16,3a 20,2a 16,6a 17,3a 16,6a 15,5a

2005 21,3a 16,5a 19,4a 17,0a 21,0a 18,1a 20,5a Zn (mg·kg Zn 1,26b 20,5b 14,4b 14,7b 14,6b 16,0b 16,4b 17,4b

49,6a 53,0a 51,5a 49,4a 44,1a 37,1c 36,3c 33,4c 34,9c 32,0c 36,6c 2003 44,1b 37,1b 36,3b m.s.) -1 2004 73,5a 64,5a 41,3b 40,1b 43,8b 30,6c 31,5c 30,3c 30,4c 32,0c 33,1c 33,1c 29,5c

44,9a 38,9a 47,5a 39,1a

B (mg·kg 2005 39,1b 37,0b 34,7b 32,3b 35,9b 32,3b 33,1b 31,6b

Figura 51. Períodos de estabilidad para los micronutrientes en limbos (mg·kg-1 m.s.) de ‘Tempranillo’. Años 2003-2005. Diferentes letras entre momentos de muestreo expresan diferencias significativas a p≤0,05 usando el test de Tukey. El período coloreado muestra el período de estabilidad común para el diagnóstico simultáneo de los micronutrientes estudiados. †Valor numérico del código: proporción en el tiempo del estado fenológico. ‡Días después de brotación.

En relación al diagnóstico conjunto en envero para el limbo de ‘Garnacha tinta’, los resultados indican que se podrían diagnosticar los macronutrientes en el período comprendido entre inicio de envero (M5) y el 60% de la maduración (N60) (Figura 48). Este período de muestreo común es algo más reducido en el caso de la variedad ‘Tempranillo’, extendiéndose así desde el cierre de racimo (K100) hasta el final del envero (M100) (Figura 49). Los elementos que impiden que estos períodos de estabilidad sean más extensos para los macronutrientes en los limbos de ‘Garnacha tinta’ son, el Ca, K y el Mg, mientras que para el ‘Tempranillo’, lo son el N, Ca y Mg.

249 Capítulo IV Resultados y discusión

Para los micronutrientes, el período de diagnóstico conjunto abarcaría únicamente el envero para ‘Garnacha tinta‘ (Figura 50) y ‘Tempranillo‘ (Figura 51). En este sentido, el Zn y el B son los responsables de este recorte del período de diagnóstico simultáneo (Figuras 50 y 51) en las dos variedades, así como también el Fe para el ‘Tempranillo’ (Figura 51).

Por consiguiente, en la totalidad del envero se podrían diagnosticar simultáneamente los macronutrientes y micronutrientes en los limbos de ‘Garnacha tinta’ y de ‘Tempranillo’, mediante la comparación con unas referencias diseñadas en momentos cercanos a la mitad de envero. Sin embargo, el efecto año sobre la concentración en el limbo de algunos nutrientes puede reducir la fiabilidad del diagnóstico. Asimismo, las dos variedades se diferencian en la vigencia de las referencias individuales para los distintos nutrientes estudiados, lo que debe tenerse en cuenta a la hora de llevar a cabo diagnósticos nutricionales.

4.2.4.2. Períodos de estabilidad en pecíolos Las Figuras 52 y 54 muestran los períodos de estabilidad, en los tres años comunes de muestreo, que comprenden la floración y el envero para los macronutrientes y micronutrientes en los pecíolos de ‘Garnacha tinta’, mientras que para el ‘Tempranillo’, lo hacen las Figuras 53 y 55.

Períodos de estabilidad en torno a floración En general, se observa un primer período común de estabilidad para las dos variedades, que se extiende desde la plena floración (I100) hasta el cuajado (J) para todos los nutrientes, excepto para el N, el Ca y el B en ‘Tempranillo’, no pudiéndose asegurar todos los años que una referencia dada en plena floración (I100) fuera válida también en cuajado (J). Como ya se ha comentado, en la variedad ‘Tempranillo’ no hubo muestreos anteriores a cuajado en 2004 y 2005, por lo que no se pudo estudiar adecuadamente el período de plena floración-cuajado para esta variedad. Romero et al. (2013) para el ‘Tempranillo’, determinaban un primer período de estabilidad común para el N, K, Ca, Mg y B, en torno a la floración, que comprendía la plena floración

250 Capítulo IV Resultados y discusión

(I100) y el cuajado (J). Es frecuente observar extensos períodos de estabilidad para el K en distintas variedades y parece que, por lo general y con independencia del año, podría estar relacionado con una notable variabilidad de la concentración de este nutriente a lo largo de estados fenológicos consecutivos. Sin embargo, Romero et al. (2013) para el P no obtuvieron, para todos los años de su estudio, un período de estabilidad común desde la plena floración (I100) al cuajado (J), por lo que una referencia para el P en floración, no tendría vigencia todos los años en el muestreo de cuajado (J).

Períodos de estabilidad en torno a envero Si se tienen en cuenta los períodos de estabilidad en torno al envero, el N y el P muestran un período de estabilidad en ‘Garnacha tinta’ que se extiende desde el período de desarrollo herbáceo de la baya (K50 y K75), diecinueve y trece días antes del inicio del envero respectivamente, hasta doce días antes de vendimia (N60) (Figura 52). Con respecto al ‘Tempranillo’, este período es más extenso que en el caso de ‘Garnacha tinta’ para el P, mientras que es más corto para el N. Este período, se extiende desde el cierre de racimo (K100) hasta el inicio de maduración (N30) para el N, mientras que se ampliaría hasta el momento de vendimia (N100) para el P (Figura 53). Romero et al. (2013), en ‘Tempranillo’, obtuvieron unos períodos de estabilidad más largos para estos elementos, que se extendían desde trece días después de la plena floración (I100) hasta el momento de vendimia para el N, así como desde el inicio de envero hasta vendimia para el P.

Respecto al K, para las dos variedades (Figuras 52 y 53), no se hallaron diferencias entre la mayoría de los momentos de muestreo en los años 2003 y 2004, así como tampoco para ‘Garnacha tinta’ en la campaña 2005 (Figura 52), debido fundamentalmente a la elevada variabilidad de este nutriente en el pecíolo (Figura 40). En en la campaña 2005 para ‘Tempranillo’, se observó un período de estabilidad más reducido, que se extendió desde el cierre de racimo (K100) hasta una semana después de final de envero (N20). En este caso, este período de estabilidad no se extendía hasta la vendimia, debido fundamentalmente a la drástica reducción de la concentración de potasio desde el final de envero (M100) al momento de vendimia (Figura 30). Romero

251 Capítulo IV Resultados y discusión et al. (2013), con ‘Tempranillo’, marcaron también unos largos períodos de estabilidad para este elemento, que se extendían desde trece días después de plena floración (I100) hasta el momento de vendimia.

Floración Desarrollo herbáceo de la baya Envero Maduración Código† I30 I100 J K5 K20 K35 K50 K75 K100 M5 M20 M70 M100 N20 N40 N60 N80 N100 DDB‡ 44 51 58 63 69 75 81 87 93 100 104 112 118 124 133 139 145 151

2003 1,79a 1,39b 1,21b

m.s.) 1,06c 1,00c 0,93c 0,90c 0,88c 0,94c 1,05c -1 2004 1,88a 1,68a 0,83b 0,71b 0,70b 0,70b 0,76b 0,72b 0,73b 0,75b 0,68b 0,68b

N (g·100g 2005 1,16a 1,01a 0,79b 0,75b 0,76b 0,74b 0,69b 0,63b 0,69b 0,68b 0,65b 0,65b

2003 0,45a 0,53a 0,48a 0,46a 0,38b 0,39b 0,42b 0,33b 0,34b 0,30b m.s.) -1 0,45a 0,45a 0,39a 0,36a 0,35a 0,36a 0,34a 0,32a 0,32a 0,30a 0,31a 2004 0,36b 0,35b 0,36b 0,34b 0,32b 0,32b 0,30b 0,31b 0,25b 0,26b

P (g·100g 2005 0,43a 0,45a 0,45a 0,38a 0,37a 0,33a 0,34a 0,30a 0,30a 0,29a 0,19a 0,20a 0,18a

2003 1,91a 2,12a 1,79a 1,78a 1,57a 1,95a 1,62a 1,60a 1,74a 1,50a 1,77a m.s.) -1 2004 1,26a 1,28a 1,18a 1,21a 1,23a 1,06a 1,48a 1,19a 1,18a 1,34a 1,39a 1,08a 0,98a 1,12a 1,43a

2005 2,08a 2,32a 2,82a 2,47a 2,66a 2,16a 2,42a 2,05a 2,32a 1,86a 1,77a 1,80a 1,36a 1,30a 1,42a K (g.100g

2003 1,68a 2,54b 2,57b 2,71b 2,50b 2,34b 2,49b 2,43b 2,55b 2,36b 2,63b

m.s.) 2,13a 2,17a 2,33a 2,41a 2,19a 2,42a 2,32a 2,28a 2,33a 2,25a

-1 2004 2,17b 2,33b 2,41b 2,19b 2,42b 2,32b 2,28b 2,33b 2,25b 2,55b 2,43b

2,04a 2,25a 2005 2,60b 2,58b 2,36b 2,31b 2,31b 2,47b 2,64b Ca (g·100g 2,47c 2,64c 2,71c 2,64c

2003 1,01a 1,23a 1,38b 1,54b 1,47b 1,42b 1,58b 1,56b 1,61b 1,70b m.s.)

-1 2004 1,30a 1,35a 1,44a 1,51a 1,54a 1,54b 1,73b 1,55b 1,78b 1,69b 1,84b 1,99b

2005 1,09a 1,23a 1,23a 1,31a 1,41a 1,42a 1,31a 1,36a 1,45a

Mg (g·100g Mg 1,31b 1,41b 1,42b 1,31b 1,36b 1,45b 1,63b 1,61b 1,59b 1,73b

Figura 52. Períodos de estabilidad para los macronutrientes en pecíolos (g·100g-1 m.s.) de ‘Garnacha tinta’. Años 2003-2005. Diferentes letras entre momentos de muestreo expresan diferencias significativas a p≤0,05 usando el test de Tukey. El período coloreado muestra el período de estabilidad común para el diagnóstico simultáneo de los macronutrientes estudiados. †Valor numérico del código: proporción en el tiempo del estado fenológico. ‡Días después de brotación.

Para el Ca, una referencia obtenida a mitad de envero mostraría un período de estabilidad que cubriría la totalidad del envero, y que se extendería hasta la primera semana de la maduración (N20) para ‘Garnacha tinta’ (Figura 52), mientras que para

252 Capítulo IV Resultados y discusión

‘Tempranillo’, lo haría desde el estado fenológico de cierre de racimo (K100) hasta el final de envero (M100) (Figura 53).

Por otra parte, el período de estabilidad del Mg en ‘Garnacha tinta’ abarcaría desde unos veinticinco días antes del inicio del envero (K35), hasta una semana después de envero (N20) (Figura 52). En ‘Tempranillo’, este período se extendería también desde unos veintinueve días antes de inicio de envero (K35) hasta el final del envero (M100) en los años 2003 y 2004, mientras que en la campaña del 2005, no se encontró un período de estabilidad que cubriese la totalidad del envero, por lo que una referencia dada en dicho momento fenológico para el Mg no sería válida todos los años para este período completo (Figura 53). Romero et al. (2013) obtuvieron para ´Tempranillo´ unos períodos de estabilidad similares a los obtenidos para el Ca y el Mg en nuestro estudio con ambas variedades. Estos períodos, se extendían desde dieciseis días antes del inicio de envero hasta cuatro días después de final de envero para el Ca, y hasta seis días después de envero, para el Mg.

Con respecto a los micronutrientes, el Fe muestra en ‘Garnacha tinta’ diferencias anuales en los períodos de estabilidad, que implican no cubrir la totalidad del envero en el año 2005 (Figura 54), por lo que una referencia para el Fe al inicio de envero no tiene por qué ser válida todos los años también al final del envero. Sin embargo, los períodos de estabilidad de la variedad ‘Tempranillo’ para el Fe mostraron, en general, largos períodos que se extendían desde el cierre de racimo (K100) hasta el momento de vendimia (N100) (Figura 55). Por tanto, a diferencia de ‘Garnacha tinta’, en ´Tempranillo´una referencia dada durante el envero, no sólo sería válida para este momento fenológico al completo, sino que tendría una vigencia que alcanzaría también el final del estado de maduración (N100).

El Mn, fija un período de estabilidad que va desde el inicio de envero (M5) hasta al menos quince días después de final de envero (N40) para ‘Garnacha tinta’ (Figura 54), mientras que para ‘Tempranillo’, debido a la elevada variabilidad que se observa en este elemento (Figura 44), el período obtenido abarca desde veintinueve días antes de inicio de envero (K35) hasta seis días después de final de envero (N20) (Figura 55).

253 Capítulo IV Resultados y discusión

Floración Desarrollo herbáceo de la baya Envero Maduración

Codigo† I100 J K20 K35 K50 K75 K100 M20 M40 M70 M90 M100 N20 N30 N40 N60 N80 N100 DDB‡ 51 58 69 75 81 87 93 104 108 112 115 118 124 128 133 139 145 151

1,10a 0,66b 0,62b 0,55b 0,50b 0,60b 0,70b 2003 0,74c 0,76c 0,66c 0,62c 0,60c 0,70c 0,79c 0,78c m.s.) -1 1,13a 1,00a 2004 0,72b 0,59b 0,65b 0,54b 0,48b 0,56b 0,55b 0,59b 0,59b 0,62b 0,51b 0,50b

N (g·100g 2005 0,68a 0,61a 0,61a 0,64a 0,67a 0,56a 0,52a 0,52a 0,53a 0,56b 0,52b 0,52b 0,53b 0,47b 0,47b 0,51b 0,52b 0,59b

0,28a 0,24a 0,20a 0,17a 2003 0,20b 0,17b 0,15b 0,13b 0,10b 0,12b 0,12b 0,10b 0,09b m.s.)

-1 0,34a 0,30a 0,19b 0,16b 0,17b 0,17b 0,14b 0,11b 0,10b 0,10b 2004 0,16c 0,17c 0,17c 0,14c 0,11c 0,10c 0,10c 0,08c 0,08c 0,07c 0,08c

0,34a 0,37a 0,32a 0,28a 0,28a 0,26a 0,22a 0,26a

P (g·100g 2005 0,28b 0,28b 0,26b 0,22b 0,26b 0,17b 0,16b 0,15b 0,26c 0,22c 0,26c 0,17c 0,16c 0,15c 0,12c 0,13c 0,12c

2,67a 2,18a 1,85a 1,83a 1,79a 1,59a 1,68a 1,72a 2003 2,18b 1,85b 1,83b 1,79b 1,59b 1,68b 1,72b 1,45b 1,49b 1,70b

2004 2,30a 2,03a 1,47a 1,69a 1,47a 1,52a 1,51a 1,58a 1,52a 1,66a 1,36a 1,40a 1,34a 1,51a 1,56a

2,15a 2,07a 2,12a 2,24a 2,45a 2,13a 2,05a 1,97a 2,11a 2005 K (g·100g-1 m.s.) 2,13b 2,05b 1,97b 2,11b 1,73b 1,52b

1,16a 2003 1,72b 1,70b 1,78b 1,81b 1,74b 1,82b 1,89b 1,94b 1,95b 2,05b m.s.) -1 1,52a 1,66a 1,68a 1,76a 1,62a 1,69a 1,79a 1,85a 1,70a 1,72a 2004 1,66b 1,68b 1,76b 1,62b 1,69b 1,79b 1,85b 1,70b 1,72b 1,90b 1,72b 1,95b 1,97b

Ca (g·100g 2005 1,38a 1,74a 1,72b 1,70b 1,80b 1,92b 2,03b

0,52a 0,68a 0,73a 0,81a 0,84a 2003 0,68b 0,73b 0,81b 0,84b 0,92b 0,92b 0,99b 0,84c 0,92c 0,92c 0,99c 1,15c

m.s.) 0,77a 0,80a 0,90a 0,90a 0,94a 0,89a 1,06a -1 2004 0,90b 0,90b 0,94b 0,89b 1,06b 1,10b 1,15b 1,09b 1,06c 1,10c 1,15c 1,09c 1,27c 1,c19c 1,32c 1,27c

0,63a 0,74a 0,75a 0,72a 0,74a Mg (g·100g Mg 0,74b 0,85b 0,76b 0,87b 2005 0,87c 0,92c 0,92d 1,04d

Figura 53. Períodos de estabilidad para los macronutrientes en pecíolos (g·100g-1 m.s.) de ‘Tempranillo’. Años 2003-2005. Diferentes letras entre momentos de muestreo expresan diferencias significativas a p≤0,05 usando el test de Tukey. El período coloreado muestra el período de estabilidad común para el diagnóstico simultáneo de los macronutrientes estudiados. †Valor numérico del código: proporción en el tiempo del estado fenológico. ‡Días después de brotación.

254 Capítulo IV Resultados y discusión

Floración Desarrollo herbáceo de la baya Envero Maduración Codigo† I30 I100 J K5 K20 K35 K50 K75 K100 M5 M20 M70 M100 N20 N40 N60 N80 N100 DDB‡ 44 51 58 63 69 75 81 87 93 100 104 112 118 124 133 139 145 151

2003 44,6a 59,9a 56,7b 51,9b 66,2b 52,4b 56,0b 47,9b m.s.) -1 2004 28,1a 39,4a 47,8b 54,4b 46,1b 40,8b 44,3b 46,5b 41,6b

2005 43,7a 47,7a 64,6a 58,7a 63,2a 47,8a 60,1a 50,5a 45,4a 55,8a 57,1a 64,0a

Fe (mg·kg Fe 66,3b 62,9b 81,5b

2003 67,6a 118a 216b 225b 244b 272b m.s.) -1 122a 135a 143a 159a 164a 175a 168a 2004 204b 206b 228b 266b 273b

2005 138a 175a 149a 169a 176a 157a 139a 157a 175a 185a 192a 173a 195a 216a 186a Mn (mg·kg Mn

2003 16,0a 15,2a 17,2a 20,5a 19,0a 23,6a 20,5b 19,0b 23,6b 25,1b 23,3b 26,9b 24,8b 27,7b m.s.) -1 2004 11,7a 11,6a 11,7a 14,5a 15,7a 17,3a 17,1a 18,6a 14,5b 15,7b 17,3b 17,1b 18,6b 21,1b 20,2b 20,6b 19,2b 23,0b

Zn (mg·kg Zn 2005 20,9a 20,7a 25,0a 22,6a 26,5a 30,0a 27,6a 27,5a 29,5a 26,5b 30,0b 27,6b 27,5b 29,5b 35,3b 34,6b 33,5b 34,6b

2003 52,4a 48,1a 44,0b 42,5b 41,0b 38,6b 43,6b 41,2b 43,7b m.s.)

-1 2004 49,7a 49,4a 45,7a 46,6a 45,2a 45,0a 45,0b 40,1b 41,5b 38,6b 41,1b 42,1b 38,6b

2005 45,1a 47,5a 46,2a 44,9a 48,8a 44,2a 41,9a B (mg·kg 41,9b 39,8b 40,5b 36,3b 35,9b 35,0b 35,0b 36,3b 38,2b

Figura 54. Períodos de estabilidad para los micronutrientes en pecíolos (mg·kg-1 m.s.) de ‘Garnacha tinta’. Años 2003-2005. Diferentes letras entre momentos de muestreo expresan diferencias significativas a p≤0,05 usando el test de Tukey. El período coloreado muestra el período de estabilidad común para el diagnóstico simultáneo de los micronutrientes estudiados. †Valor numérico del código: proporción en el tiempo del estado fenológico. ‡Días después de brotación.

El Zn para ‘Garnacha tinta’, muestra un período de estabilidad que se extiende desde diecinueve días antes del inicio de envero (K50) hasta doce días antes de vendimia (N60) (Figura 54). Este período sería más corto en ´Tempranillo´y abarcaría desde el inicio del envero (M20) hasta seis días antes de la vendimia (N80) (Figura 55).

Por último, el período de estabilidad para el B en la variedad ‘Garnacha tinta’, comprendería un intervalo que iría desde unos trece días antes del inicio de envero (K75) hasta quince días después de envero (N40) (Figura 54), mientras que para el ‘Tempranillo’ sería algo más reducido y se extendería desde el cierre de racimo (K100) hasta seis días después de envero (N20) (Figura 55). Romero et al. (2013) determinaron para el B en ´Tempranillo´ un período de estabilidad similar al obtenido

255 Capítulo IV Resultados y discusión en nuestro estudio para ‘Tempranillo’, el cual se extendía desde ocho días antes del inicio de envero hasta cuatro días después de final de envero.

Floración Desarrollo herbáceo de la baya Envero Maduración

Codigo† I100 J K20 K35 K50 K75 K100 M20 M40 M70 M90 M100 N20 N30 N40 N60 N80 N100 DDB‡ 51 58 69 75 81 87 93 104 108 112 115 118 124 128 133 139 145 151

23,3a 25,0a 35,8a 32,8a 27,2a 31,5a 31,8a 26,5a 32,1a 24,1a 22,1a 2003 m.s.) -1 14,3a 34,8b 33,2b 38,1b 33,2b 35,2b 29,5b 26,7b 30,1b 33,0b 29,5b 28,2b 2004 35,8c 39,7c 34,8c 33,2c 38,1c 33,2c 35,2c 29,5c

Fe (mg·kg Fe 2005 22,6a 30,0a 31,8b 36,4b 39,1b 34,4b 32,2b 38,0b 33,1b 35,6b 31,8b

47,0a 59,7a 73,8a 70,9a 75,6a 83,7a 2003 73,8b 70,9b 75,6b 83,7b 108b 116,b 149b m.s.) -1 63,7a 64,8a 75,6a 74,4a 68,6a 67,5a 89,2a 105a 103a 115a 2004 75,6b 74,4b 68,6b 67,5b 89,2b 105b 103b 115b 89,2c 105c 103c 115c 152c 136c 146c 128c 143c Mn (mg·kg Mn 2005 59,5a 67,7a 59,7a 63,1a 50,2a 46,1a 38,0a 54,4a 52,1a 60,3a 74,2a 69,9a 71,0a 65,2a

18,5a 17,8a 16,8a 18,6a 17,4a 20,5a 21,9a 2003 20,5b 21,9b 28,4b 24,0b 24,9b 23,4b m.s.) -1 17,8a 21,2a 19,2a 19,3a 20,4a 22,0a 2004 21,2b 19,2b 19,3b 20,4b 22,0b 25,3b 24,0b 23,4b 25,0b 25,7b 23,5b 26,7b 22,0c 25,3c 24,0c 23,4c 25,0c 25,7c 23,5c 26,7c 29,3c Zn (mg·kg Zn 2005 23,9a 30,9a 25,8a 27,7a 27,0a 32,7a 29,5a 30,8a 29,1a 30,2a 30,8a 31,7a 31,6a 27,3a

43,2a 36,9c 33,7c 34,0c 34,0c 35,c 35,6c 2003 38,1b 35,9b 38,7b 36,9b m.s.) -1 42,4a 42,8a 40,0a 39,9a 2004 36,3b 36,2b 36,3b 32,6b 31,3b 34,4b 36,6b

B (mg·kg 2005 33,9a 37,5a 36,7a 36,6a 38,0b 33,4b 39,2b 38,8b 39,0b 39,6b

Figura 55. Períodos de estabilidad para los micronutrientes en pecíolos (mg·kg-1 m.s.) de ‘Tempranillo’. Años 2003-2005. Diferentes letras entre momentos de muestreo expresan diferencias significativas a p≤0,05 usando el test de Tukey. El período coloreado muestra el período de estabilidad común para el diagnóstico simultáneo de los micronutrientes estudiados. †Valor numérico del código: proporción en el tiempo del estado fenológico. ‡Días después de brotación.

4.2.4.3. Discusión A la vista de los resultados, se deduce que la vigencia de unas referencias nutricionales depende no sólo del elemento a diagnosticar, sino también de la variedad en cuestión. En este sentido, la variedad ‘Tempranillo’ en nuestro estudio mostró períodos de vigencia de referencias más cortos que la variedad ‘Garnacha tinta’ para: P, K, Ca y Mg

256 Capítulo IV Resultados y discusión en el limbo en floración; N, P, K, Ca y B para el pecíolo en floración; N, P, K, Ca, Mg, Fe y B para el limbo en envero; y finalmente en N, K, Mg, Zn y B para el pecíolo en envero.

Además, los períodos de vigencia no coinciden con los obtenidos en otros estudios llevados a cabo con la variedad ‘Tempranillo’ en otra subzona de la D.O.Ca. Rioja, lo que sugiere que, además del factor variedad, el factor edafoclimático representa una gran influencia en los períodos de estabilidad y en la vigencia de unas referencias dadas para los distintos nutrientes estudiados.

Por otro lado, para el diagnóstico común de los nueve nutrientes en pecíolo, el primer período de estabilidad coincide con el fijado para los limbos, por lo que este período comprendería la plena floración (I100) y el cuajado. Sin embargo, en el cultivar ‘Tempranillo’, una referencia en plena floración no sería válida todos los años en cuajado para el N, el Ca y el B. En el cultivar ‘Garnacha tinta’, por su parte, tampoco se podría asegurar que todos los años una referencia dada en plena floración (I100) para el N y el Ca, fuese válida también para el inicio de floración (I30), resultado que difiere al puesto de manifiesto por Romero et al. (2013) en ‘Tempranillo’, que establecían un período de estabilidad que abarcaba la floración al completo (I10-I100). No obstante, en dicho estudio también obtuvieron un período de estabilidad común para el N, P, K, Ca, Mg y el B, que su mayor o menor extensión, comprenderían la plena floración (I100) y el cuajado (J). No obstante, una referencia dada para el P en plena floración no tendría, vigencia en cuajado (J) todos los años (Romero et al., 2013).

Por otro lado, el período de estabilidad común en envero de los pecíolos de ‘Garnacha tinta’ para los macronutrientes estudiados, se extiende desde el inicio de envero hasta seis días después de envero (N20) (Figura 52), mientras que para ‘Tempranillo’ lo hace desde el cierre de racimo (K100) hasta el final de envero (M100) (Figura 53). Los elementos que impiden que estos períodos sean más extensos, en los pecíolos de ‘Garnacha tinta’, son el Ca y el Mg, mientras que para el ‘Tempranillo’, son el N, K y Ca.

Centrando la atención en los micronutrientes, el período de estabilidad común de los pecíolos de ‘Garnacha tinta’ se establece desde el inicio de envero (M5) hasta quince

257 Capítulo IV Resultados y discusión días después de final de envero (N40) (Figura 54). En ‘Tempranillo’ es algo más reducido, de tal manera que se extiende desde el inicio del envero hasta seis días después de final de envero (N20) (Figura 55). Los elementos que limitan que estos períodos de estabilidad sean más amplios son el Mn y el B en ´Garnacha tinta´, mientras que para el ‘Tempranillo’, lo son el Zn y el B.

En este contexto, el pecíolo de ´Garnacha tinta´ permite el diagnóstico simultáneo de todos los macronutrientes y micronutrientes desde el inicio de envero (M5) hasta seis días después de envero (N20) (Figuras 52 y 54), un período algo más dilatado en el tiempo que el observado para el limbo (M5-M100). Para el pecíolo de ´Tempranillo´, el diagnóstico simultáneo de todos los macronutrientes y micronutrientes se reducirá al período del envero (Figuras 53 y 55), coincidiendo así con el determinado para los limbos. Romero et al. (2013), en sus estudios con la variedad ‘Tempranillo’, también obtuvieron un período de estabilidad en torno al envero común para el N, P, K, Ca, Mg y B, que se extendería desde su inicio hasta cuatro días después del envero.

Asimismo, los períodos de estabilidad comunes a los limbos y pecíolos, con el objeto de recomendar el muestreo de ambos tejidos de forma simultánea, corresponden al período de plena floración (I100) y cuajado (J) para todos los elementos excepto para el N en los limbos de ‘Garnacha tinta’ (Figura 48), en donde no se puede asegurar que todos los años una referencia en plena floración (I100), sea también vigente en cuajado (J); así como para el N, P y Ca en los limbos, y N, Ca y B en los pecíolos de ‘Tempranillo’ (Figuras 49, 53 y 55). Respecto al período de estabilidad en torno al envero, el período de estabilidad común en los limbos y pecíolos de las dos variedades es la totalidad de dicho momento fenológico. Sin embargo, hay que tener en cuenta que no todos los años una referencia dada para el inicio de envero permanecerá también vigente al final de este momento para: P y K en los limbos de las dos variedades (Figuras 48 y 49); B en los limbos de ‘Tempranillo’ (Figura 51); Mg en los pecíolos de ‘Tempranillo’ (Figura 53); y Fe en los pecíolos de ‘Garnacha tinta’ (Figura 54).

258 Capítulo IV Resultados y discusión

Para concluir esta parte del capítulo, conviene subrayar cómo muchos autores han puesto de manifiesto la necesidad de establecer tablas de referencia locales, debido a la fuerte interacción existente entre la nutrición mineral y las condiciones ambientales (Champagnol, 1990; Delas, 1990; Failla et al., 1993a; Bogoni et al., 1995; Ciesielska et al., 2004; Fallahi et al., 2005; García-Escudero et al., 2013). Por otra parte, a lo largo de todo el capítulo se han observado diferencias varietales a nivel de concentración de elementos minerales en los limbos y pecíolos, de evolución estacional, de reproducibilidad de los dos tejidos, así como de la duración de los períodos de vigencia para unas referencias.

Las variaciones observadas en la concentración de los distintos nutrientes, a lo largo del ciclo vegetativo en ´Garnacha tinta´ y ´Tempranillo´, confirman la necesidad de establecer unos niveles de referencia particulares para cada tejido, estado fenológico y variedad. En base a los resultados obtenidos, se hace necesaria la creación de unas referencias específicas para la variedad ‘Garnacha tinta’, al igual que existen para el ‘Tempranillo’, para esta misma zona vitivinícola.

259 Capítulo IV Resultados y discusión

4.2.5. CONCLUSIONES DEL ENSAYO II: INFLUENCIA DEL FACTOR VARIEDAD EN LA ABSORCIÓN MINERAL DE VITIS VINIFERA L.

1. El análisis de limbos y pecíolos, para los cvs. ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’, bajo las mismas condiciones edafoclimáticas y con el mismo portainjerto, pone de manifiesto el distinto comportamiento varietal en la absorción mineral de los elementos.

2. El tejido fue la principal fuente de variación en la concentración de nutrientes en ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’, seguida por el estado fenológico, y en menor medida, por el año.

3. Los dos tejidos estudiados, limbos y pecíolos, se diferenciaron claramente en su composición mineral en las dos variedades estudiadas. Estos resultados demuestran la conveniencia de disponer de tablas de referencia específicas para cada tejido.

4. La variedad ‘Garnacha tinta’ mostró en los pecíolos una mayor concentración de N, P, Ca, Mg, Fe, Mn y B respecto a ‘Tempranillo’. El K y el Zn predominó en cada variedad en distintos momentos del ciclo. Estos resultados ratifican de nuevo la conveniencia de disponer de tablas de referencia específicas para cada variedad.

5. Las dos variedades muestran una mayor concentración en limbos de Fe, N y Ca que en los pecíolos. Por el contrario, los limbos muestran unos niveles inferiores al pecíolo en P, K, Mg y Zn.

6. La variedad ‘Garnacha tinta’ alcanzó concentraciones de Mn superiores en los pecíolos, mientras que la variedad ‘Tempranillo’ lo hacía en los limbos.

260 Capítulo IV Resultados y discusión

7. La variedad ‘Garnacha tinta’ mostró concentraciones superiores de B en los limbos, mientras que en la variedad ‘Tempranillo’ éstas fueron semejantes en limbos y pecíolos.

8. El análisis del pecíolo, por lo general, discrimina con más fortaleza las variedades, siendo el Mg el nutriente que mejor discriminaba entre los pecíolos de las dos variedades comparadas.

9. El contenido foliar en N y P disminuye a lo largo del ciclo vegetativo para las dos variedades, mientras que los de Ca y Mg aumentan. El K desarrolla una dinámica estacional decreciente para la variedad ‘Tempranillo’, mientras que para la variedad ‘Garnacha tinta’ no mostró una tendencia clara, caracterizándose por una evolución irregular. Respecto a los micronutrientes, el Fe, con un comportamiento irregular a lo largo del ciclo, parece mostrar una tendencia creciente entre floración y envero, siendo ésta más acusada en limbos que en pecíolos. El Zn y el Mn, mostraron una tendencia general acumulativa, especialmente en los pecíolos, mientras que el B manifestó una tendencia decreciente. Estos resultados demuestran la conveniencia de disponer de tablas de referencia específicas para los distintos momentos fenológicos.

10. Dentro de cada región vitivinícola, convendría determinar tablas de referencia específicas para las principales variedades cultivadas.

261 Capítulo IV Resultados y discusión

4.3. ENSAYO III: DETERMINACIÓN DE NIVELES FOLIARES DE REFERENCIA PARA EL CV. ‘GARNACHA TINTA’ EN LA D.O.CA. RIOJA

En este capítulo se muestran los resultados correspondientes al tercer punto de los objetivos planteados en el capítulo II, y mediante el cual se determinan niveles foliares de referencia para las metodologías de Rangos de Suficiencia y de Desviación del Óptimo Porcentual (DOP) en los limbos y pecíolos de Vitis vinifera L. cv. ‘Garnacha tinta‘ injertado sobre R-110, en los momentos de floración y envero, y en las condiciones edafoclimáticas de La Rioja.

Para ello, se estudia el material vegetal que pertenece al Ensayo III del apartado de Materiales y Métodos, que corresponde a la información recopilada en una extensa base de datos foliar de ‘Garnacha tinta’, elaborada a partir de una encuesta nutricional llevada a cabo en la D.O.Ca. Rioja.

4.3.1. COMPARACIÓN DE LOS NIVELES FOLIARES DE CV. ‘GARNACHA TINTA’ CON REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

En la bibliografía se pueden encontrar niveles de referencia foliares establecidos para diferentes tejidos, estados fenológicos, variedades y regiones vitícolas. Dentro de este marco, el empleo de normas de referencia para el diagnóstico nutricional, obtenidas para condiciones de cultivo diferentes, disminuyen en general la fiabilidad del diagnóstico nutricional (Ciesielska et al., 2004; García-Escudero et al., 2013). En este contexto, las Tablas 56 a 59 recogen los porcentajes de los datos foliares procedentes de la base de datos de ‘Garnacha tinta’ para la serie de años 1992-2008, que se encuentran dentro de los rangos óptimos establecidos por otros autores para otras condiciones de cultivo. Se muestran los porcentajes para los limbos en los momentos de floración (Tabla 56) y envero (Tabla 57), así como para los pecíolos en floración (Tabla 58) y en envero (Tabla 59).

262 Capítulo IV Resultados y discusión

Estas tablas, también contienen los niveles establecidos como óptimos o normales por los autores de dichas referencias. En este sentido, se han utilizado las referencias establecidas para los cv. ‘Barbera’ y ‘Nebbiolo’ en el Piamonte (Italia) (Ciesielska et al., 2004); referencias para trece variedades injertadas sobre diferentes portainjertos procedentes de cuatro regiones del norte de Italia (Failla et al., 1993a); otras referencias para diferentes variedades y regiones del centro-septentrional de Italia (Failla et al., 1993b); referencias para el cv. ‘Trincadeira’ sobre R-99 en la región portuguesa de Borba (Alentejo) (Pacheco et al., 2010); referencias generales para Italia (Bavaresco et al., 2010); y para Australia (Weir y Cresswell, 1993; Robinson et al., 1997); para ‘Italic Riesling’ y ‘Cabernet Sauvignon’ en Brasil (Fráguas et al., 2003); referencias para la región francesa de Burdeos (Loué, 1990), con diversas variedades y patrones. Asimismo, se incluyen referencias para el cv. ‘Tempranillo’ injertada sobre Richter-110 en la D.O.Ca. Rioja (García-Escudero et al., 2013).

4.3.1.1. Limbos en floración Para los limbos en floración, y en el caso del N (Tabla 56), tan sólo el 5,4% de los datos foliares de la base de datos de ‘Garnacha tinta’ entran dentro del rango óptimo de las referencias italianas establecidas en el Piamonte para cv. ‘Barbera’ (Failla et al., 1995), siendo así la referencia con la que se obtiene una menor concordancia de entre todas las consideradas. Este resultado sugeriría que tan sólo el 5,4% de los datos foliares de ‘Garnacha tinta’, cuando se utiliza esta referencia, tendrían un nivel adecuado de nutrición para este nutriente, mientras que el 94,6% restante de la población tendrían un nivel de nutrición en N inadecuado. Por otro lado, la mayor sincronía de este elemento con los datos foliares de ‘Garnacha tinta’ se obtiene con las referencias bordelesas (Loué, 1990), en donde, como resultado de la comparación, el 98,8% de los limbos de ‘Garnacha tinta’ en el momento de floración entrarían dentro su rango óptimo establecido. En este sentido, el resultado de la comparación con estas referencias francesas pondría de manifiesto que el 98.8% de los viñedos de la variedad ‘Garnacha tinta’ evaluados mostraría un nivel adecuado en su nutrición nitrogenada.

263 Capítulo IV Resultados y Discusión

Tabla 56. Porcentaje de los análisis incluidos en la base de datos, de limbos en floración de ‘Garnacha tinta’, que se enmarcan dentro de los valores considerados óptimos para distintas variedades y/o regiones. N P K Ca Mg Fe Mn Zn Cu B Referencias g·100g-1 m.s. mg·kg-1 m.s. cv. ‘Barbera’ (Piamonte, Italia) * 1,93-2,62 0,11-0,22 0,67-1,20 1,93-2,90 0,21-0,43 85-167 - - - - cv. ‘Nebbiolo’ (Piamonte, Italia) * 2,00-2,84 0,16-0,30 0,77-1,32 2,14-2,77 0,20-0,38 66-176 - - - - Trentino (Italia) † 2,20-2,70 0,15-0,25 1,10-1,50 1,90-2,70 0,20-0,34 > 45 > 25 > 25 > 4 18-32 Italia ‡ 2,08-2,95 0,14-0,26 0,78-1,40 1,43-2,55 0,19-0,37 65-300 50-500 20-250 10-20 20-70 Centro-septentrional de Italia § 2,40-3,10 0,18-0,30 0,80-1,50 2,00-3,40 0,22-0,40 80-210 75-370 26-120 > 20 24-48 Australia ¶ 3,00-5,00 0,25-0,40 1,00-1,80 1,20-2,80 0,30-0,60 - 30-200 35-60 10-100 30-200 Burdeos (Francia) ‡‡ 2,48-3,71 0,18-0,48 0,61-1,94 0,94-2,65 0,13-0,46 - - - - - cv. ‘Tempranillo’ (España) †† 3,13-3,28 0,28-0,31 0,89-1,00 2,10-2,29 0,32-0,36 105-131 68-87 18-20 12-17 58-67 Porcentaje de análisis de ‘Garnacha tinta’ en el óptimo Nº de casos de ‘Garnacha tinta’ 167 167 167 167 167 161 167 155 128 157 cv. ‘Barbera’ (Piamonte, Italia) * 5,4 18,6 91,6 64,1 80,2 57,1 - - - - cv. ‘Nebbiolo’ (Piamonte, Italia) * 24,6 69,5 89,2 39,5 71,3 70,8 - - - - Trentino (Italia) † 7,8 42,5 19,8 63,5 53,3 100 99,4 5,8 93,8 2,5 Italia ‡ 37,7 49,1 88,6 80,2 68,3 93,2 95,2 18,7 27,3 63,1 Centro-septentrional de Italia § 60,5 68,3 88,0 61,7 68,9 72,0 80,8 3,9 0,0 8,3 Australia ¶ 57,5 52,1 40,7 92,8 53,9 - 97,0 0,6 27,3 97,5 Burdeos (Francia) ‡‡ 98,8 98,2 100 89,2 97,0 - - - - - cv. ‘Tempranillo’ (España) †† 16,2 20,4 26,3 21,6 13,2 23,0 12,0 18,1 15,6 26,1

* Ciesielska et al., 2004; † Failla et al., 1993a; ‡ Bavaresco et al., 2010; § Failla et al., 1993b ; ¶ Weir y Cresswell, 1993; ‡‡ Loué, 1990; †† García-Escudero et al., 2013.

264 Capítulo IV Resultados y Discusión

Tabla 57. Porcentaje de los análisis incluidos en la base de datos, de limbos en envero de ‘Garnacha tinta’, que se enmarcan dentro de los valores considerados óptimos para distintas variedades y/o regiones. N P K Ca Mg Fe Mn Zn Cu B Referencias g·100g-1 m.s. mg·kg-1 m.s. Trentino (Italia) † 1,75-2,25 0,15-0,25 1,00-1,50 2,40-3,20 0,20-0,40 > 50 > 30 > 15 > 3 15-30 Italia ‡ 1,41-2,20 0,11-0,17 0,62-1,24 1,77-2,99 0,20-0,43 80-300 55-400 14-160 20-30 15-60 Centro-septentrional de Italia § 1,75-2,40 0,13-0,21 0,65-1,40 2,50-3,80 0,23-0,46 100-225 80-250 19-90 > 300 20-45 Australia ¶ 2,20-4,00 0,15-0,30 0,80-1,60 1,80-3,20 - - 25-200 30-60 10-300 30-100 Burdeos (Francia) ‡‡ 1,48-2,54 0,07-0,32 0,40-2,36 0,86-3,95 0,10-0,79 - - - - - cv. ‘Tempranillo’ (España) †† 2,19-2,29 0,15-0,16 0,77-0,91 3,10-3,34 0,38-0,46 134-164 99-124 16-19 117-221 34-40 Porcentaje de análisis de ‘Garnacha tinta’ en el óptimo Nº de casos de ‘Garnacha tinta’ 189 188 189 189 189 181 183 172 173 172 Trentino (Italia) † 70,9 70,7 46,0 69,3 42,3 100 100 46,5 100 11,6 Italia ‡ 63,0 64,4 49,7 52,4 51,3 92,3 93,4 58,1 1,2 87,8 Centro-septentrional de Italia § 94,2 88,8 65,6 86,8 49,2 71,3 82,0 11,6 16,8 56,4 Australia ¶ 37,0 71,8 68,8 74,6 - - 87,4 - 67,1 87,8 Burdeos (Francia) ‡‡ 98,4 100 100 98,4 100 - - - - - cv. ‘Tempranillo’ (España) †† 18,5 27,1 7,4 22,8 18,5 13,3 23,0 23,8 14,5 23,3

† Failla et al., 1993a; ‡ Bavaresco et al., 2010; § Failla et al., 1993b; ¶ Weir y Cresswell, 1993; ‡‡ Loué, 1990; †† García-Escudero et al., 2013.

265 Capítulo IV Resultados y Discusión

Tabla 58. Porcentaje de los análisis incluidos en la base de datos, de pecíolos en floración de ‘Garnacha tinta’, que se enmarcan dentro de los valores considerados óptimos para distintas variedades y/o regiones. N P K Ca Mg Fe Mn Zn Cu B Referencias g·100g-1 m.s. mg·kg-1 m.s. cv. ‘Cabernet Sauvignon’ (Brasil) † 0,96-2,93 0,13-0,88 1,04-3,00 1,02-2,84 0,22-0,66 20-130 104-524 37-141 5-518 20-81 cv. ‘Italic Riesling’ (Brasil) † 0,70-1,93 0,11-0,65 1,12-3,17 1,00-2,70 0,19-0,83 24-345 85-501 35-153 5-638 20-74 cv. ‘Trincadeira’ (Portugal) ‡ 0,68-1,38 0,34-0,64 1,08-2,62 1,21-1,91 0,54-0,98 13-25 38-434 14-38 6-10 27-35 Australia § 0,80-1,10 0,25-0,50 1,80-3,00 1,20-2,50 > 0,40 > 30 30-60 > 26 6-11 35-70 Burdeos (Francia) †† 0,71-1,49 > 0,15 0,58-5,09 1,15-3,60 0,13-1,19 - - - - - cv. ‘Tempranillo’ (España) ¶ 0,94-1,10 0,30-0,34 1,32-1,75 1,42-1,55 0,57-0,66 22-25 23-29 14-17 8.3-10 40-42 Porcentaje de análisis de ‘Garnacha tinta’ en el óptimo Nº de casos de ‘Garnacha tinta’ 167 167 167 167 167 113 116 113 106 116 cv. ‘Cabernet Sauvignon’ (Brasil) † 97,0 100 85,6 97,6 24,6 95,6 17,2 0,0 98,1 100 cv. ‘Italic Riesling’ (Brasil) † 82,0 95,8 80,8 93,4 41,9 86,7 21,6 1,8 98,1 100 cv. ‘Trincadeira’ (Portugal) ‡ 35,9 76,0 80,2 32,9 50,3 13,3 70,7 59,3 61,3 1,7 Australia § 7,2 71,3 26,3 86,2 100 68,1 43,1 4,4 79,2 96,6 Burdeos (Francia) †† 47,9 100 100 100 75,4 - - - - - cv. ‘Tempranillo’ (España) ¶ 6,6 10,2 37,1 9,0 15,0 4,4 5,2 25,7 20,8 9,5

† Fráguas et al., 2003; ‡ Pacheco et al., 2010; § Robinson et al., 1997; †† Loué, 1990; ¶ García-Escudero et al., 2013.

266 Capítulo IV Resultados y Discusión

Tabla 59. Porcentaje de los análisis incluidos en la base de datos, de pecíolos en envero de ‘Garnacha tinta’, que se enmarcan dentro de los valores considerados óptimos para distintas variedades y/o regiones. N P K Ca Mg Fe Mn Zn Cu B Referencias g·100g-1 m.s. mg·kg-1 m.s. cv. ‘Cabernet Sauvignon’ (Brasil) † 0,61-1,09 0,07-0,64 1,07-4,74 1,26-3,67 0,21-2,08 14-91 77-2.063 26-97 14-667 21-70 cv. ‘Italic Riesling’ (Brasil) † 0,57-1,14 0,06-0,50 1,51-3,91 1,10-4,92 0,31-1,13 18-98 87-1.035 37-107 28-2.233 22-70 Italia § 0,60-0,90 0,15-0,60 2,50-3,50 1,20-1,80 0,50-1,00 25-60 20-150 15-25 3-6 25-70 Burdeos (Francia) ¶ 0,31-1,00 0,07-0,71 0,36-6,91 0,84-5,05 0,22-2,59 - - - - - cv. ‘Tempranillo’ (España) ‡ 0,47-0,51 0,10-0,13 1,14-1,68 1,86-2,09 0,78-0,95 23-27 44-74 19-24 16-26 35-38 Porcentaje de análisis de ‘Garnacha tinta’ en el óptimo Nº de casos de ‘Garnacha tinta’ 189 189 189 189 189 128 128 128 126 128 cv. ‘Cabernet Sauvignon’ (Brasil) † 70,4 96,3 67,2 97,9 100 98,4 65,6 28,1 71,4 100 cv. ‘Italic Riesling’ (Brasil) † 81,5 94,7 47,1 100 46,0 99,2 61,7 4,7 52,4 100 Italia § 68,3 65,1 17,5 3,7 37,6 72,7 50,0 51,6 8,7 98,4 Burdeos (Francia) ¶ 99,5 96,3 96,8 100 100 - - - - - cv. ‘Tempranillo’ (España) ‡ 2,6 17,5 12,2 7,9 13,8 10,2 13,3 36,7 15,1 17,2

† Fráguas et al., 2003; § Bavaresco et al., 2010; ¶ Loué, 1990; ‡ García-Escudero et al., 2013.

267 Capítulo IV Resultados y Discusión

De forma análoga para la concentración de P en los limbos en el momento de floración (Tabla 56), la comparación de las concentraciones de este elemento entre ‘Garnacha tinta’ y las referencias bibliográficas revelaría una nutrición de ‘Garnacha tinta’ deficiente en P, según las referencias del cv. Barbera establecidas para el Piamonte (Ciesielska et al., 2004). Según estas referencias, tan sólo el 18,6% de la población de ‘Garnacha tinta’ tendría una dotación fosfórica adecuada. Sin embargo, el empleo de las referencias de Burdeos (Loué, 1990) indicaría que el 98,2% de la población de ‘Garnacha tinta’ tendría un nivel óptimo en este nutriente. Para el K (Tabla 56), por su parte, el rango que muestra las mayores diferencias observadas en el diagnóstico debido al uso de las distintas referencias, oscila entre el 19,8% óptimo para las referencias italianas de Trentino (Failla et al., 1993a) y el 100% óptimo para los niveles bordeleses (Loué, 1990).

En el caso del Ca (Tabla 56), el rango que muestra las mayores diferencias en el diagnóstico fluctúan entre el 21.6% óptimo para las referencias de la variedad ‘Tempranillo’ en la D.O.Ca. Rioja (García-Escudero et al., 2013) y el 92,8% óptimo obtenido de comparar con las referencias australianas (Weir y Cresswell, 1993). Respecto al Mg (Tabla 56), el intervalo está comprendido entre el 13.2% para las referencias de la variedad ‘Tempranillo’ en la D.O.Ca. Rioja (García-Escudero et al., 2013) y el 97,0% para las referencias de Burdeos (Loué, 1990).

En cuanto a los micronutrientes, para el Fe (Tabla 56) dicho rango se encuentra entre el 23,0% para las referencias de la variedad ‘Tempranillo’ en la D.O.Ca. Rioja (García- Escudero et al., 2013) y el 100% para las referencias italianas del área de Trentino (Failla et al., 1993a). Para el Mn se observa, en general, una elevada concordancia con la mayor parte de las referencias, debida en gran medida a la gran holgura de los niveles de referencia. En este sentido, las referencias que indican un peor nivel de nutrición para la base de datos, con un 12,0% de muestras en un nivel óptimo, serían precisamente las referencias de la variedad ‘Tempranillo’ en la D.O.Ca. Rioja (García- Escudero et al., 2013), lo que contrasta con el 99,4% obtenido al utilizar referencias para Trentino (Failla et al., 1993a). Respecto al Zn, este rango se halla entre el 0,6% para las referencias australianas (Weir y Cresswell, 1993) y el 18,7% con las italianas

268 Capítulo IV Resultados y Discusión

(Bavaresco et al., 2010). Para el Cu, dicho rango oscila entre el 0,0% para las referencias del centro-septentrional de Italia (Failla et al., 1993b), y el 93,8% para las referencias italianas de Trentino (Failla et al., 1993a). Finalmente para el B (Tabla 56), el rango oscila entre el 2,5% para las referencias italianas de Trentino (Failla et al., 1993a) y el 97,5% para las referencias australianas (Weir y Cresswell, 1993).

4.3.1.2. Limbos en envero Respecto a los limbos en envero (Tabla 57), el porcentaje de datos de ‘Garnacha tinta’ para el N oscila entre el 18,5% con las referencias de cv. ‘Tempranillo’ en la D.O.Ca. Rioja (García-Escudero et al., 2013) y el 98,4% al comparar con las normas bordelesas (Loué, 1990). Estos resultados suponen que tan sólo un 18,5% de los limbos de ‘Garnacha tinta’ en envero tendrían una nutrición nitrogenada adecuada cuando se utilizan las tablas de referencia para el ‘Tempranillo’ que además proceden de la misma región vitícola, la D.O.Ca. Rioja (García-Escudero et al., 2013). Sin embargo, el 98,4% de estos mismos limbos indicarían una nutrición adecuada para este elemento cuando se utilizan las tablas de referencia francesas (Loué, 1990).

De forma similar que para el N, la comparación de las concentraciones en envero del resto de macronutrientes en los limbos de ‘Garnacha tinta’ con las referencias bibliográficas, pone de manifiesto que los menores porcentajes de los datos que entrarían dentro del rango óptimo establecido para otras referencias, se produce con las referencias establecidas para el cv. ‘Tempranillo’ en la D.O.Ca. Rioja (García- Escudero et al., 2013). En base a estos resultados, únicamente el 27,1% de la población de ‘Garnacha tinta’ tendría una nutrición en fósforo adecuada, así como el 7,4% para el K, el 22,8% para el Ca y el 18,5% para el Mg. Por el contrario, para estos mismos elementos, la comparación con las referencias establecidas para Burdeos (Loué, 1990), indicaría que toda la población de ‘Garnacha tinta’ de la base de datos tiene unos niveles adecuados en P, K y Mg, así como el 98,4% de la población para el Ca (Tabla 57).

En relación a los micronutrientes, la comparación para el Fe y Mn (Tabla 57), al igual que sucedía para los macronutrientes, muestra cómo los menores porcentajes de los

269 Capítulo IV Resultados y Discusión limbos en envero de ‘Garnacha tinta’, al compararse con el rango óptimo establecido para diversas referencias, se produce también con las referencias establecidas para el cv. ‘Tempranillo’ en la D.O.Ca. Rioja (García-Escudero et al., 2013). Estos resultados implicarían que tan sólo el 13,3% y 23,0% de la población de ‘Garnacha tinta’ tendría un nivel de nutrición adecuado en Fe y Mn. Sin embargo, toda la población de ‘Garnacha tinta’ tendría un nivel adecuado en Fe y Mn según las referencias italianas de Trentino (Failla et al., 1993a).

En el caso del Zn, el 11,6% estaría considerado dentro del óptimo según las referencias para el centro-septentrional de Italia (Failla et al., 1993b), mientras que el 58,1% de los limbos en envero de la base de datos de ‘Garnacha tinta’ tendría un nivel adecuado según las referencias italianas establecidas por Bavaresco et al. (2010). Para el Cu, por su parte, las referencias italianas (Bavaresco et al., 2010), indicarían que tan sólo el 1,2% de la población tendría unos niveles adecuados en este elemento para los limbos en envero de ‘Garnacha tinta’. En cambio, el uso de las referencias italianas de Trentino (Failla et al., 1993a), establecerían que toda la población de ‘Garnacha tinta’ tiene una nutrición de Cu adecuada. Finalmente para el B (Tabla 57), sólo el 11,6% de la población de los limbos en envero de ‘Garnacha tinta’ alcanzaría niveles adecuados en este elemento cuando se usan las referencias de Trentino (Failla et al., 1993a), mientras que este nivel asciende hasta el 87,8% cuando se utilizan las referencias italianas (Bavaresco et al., 2010), o australianas (Weir y Cresswell, 1993).

4.3.1.3. Pecíolos en floración En el ámbito de los pecíolos en floración (Tabla 58), la comparación de las concentraciones de N, P, Ca, Mg, Fe, Mn y Cu de ‘Garnacha tinta’ con los niveles óptimos para estos nutrientes en las referencias bibliográficas, pone de manifiesto cómo los resultados que revelan un peor nivel de nutrición en la base de datos de ‘Garnacha tinta’, se produce nuevamente cuando se utilizan las referencias establecidas para el cv. ‘Tempranillo’ en la D.O.Ca. Rioja (García-Escudero et al., 2013). En este sentido, tan sólo el 6,6% de la población de ‘Garnacha tinta’ tendría unos niveles normales en N cuando se utilizasen estas referencias, así como del 10,2% para

270 Capítulo IV Resultados y Discusión el P, del 9,0% para el Ca, del 15,0% para el Mg, del 4,4% para el Fe, del 5,2% para el Mn y del 20,8% para el Cu.

Con respecto al K (Tabla 58), la peor situación nutricional de ‘Garnacha tinta’ para este elemento se obtiene cuando se utilizan las referencias australianas (Robinson et al., 1997). El uso de estas referencias indicaría que tan sólo el 26,3% de los pecíolos de ‘Garnacha tinta’ en floración tendrían una nutrición adecuada en K. Para el Zn, por su parte, cuando se utilizan las normas establecidas para el cv. ‘Cabernet Sauvignon’ (Fráguas et al., 2003), el porcentaje de datos de ‘Garnacha tinta’ dentro de estas referencias resulta completamente nulo, por lo que, la base de datos foliar de ‘Garnacha tinta’, y en general la D.O.Ca. Rioja en la que se ha realizado, sería deficiente en este elemento. Finalmente, para el B, se establecen unos resultados análogos al Zn cuando se utilizan las referencias propuestas por Pacheco et al. (2010). Estas referencias, diseñadas para el cv. ‘Trincadeira’, indicarían que únicamente el 1,7% de la población de ‘Garnacha tinta’ tiene unos niveles adecuados de B según el diagnóstico de los pecíolos en floración.

Por otra parte, la comparación de los análisis de pecíolos de ‘Garnacha tinta’ en floración con las referencias (Tabla 58), pone de manifiesto que los mayores porcentajes dentro del óptimo de nutrición se obtienen para el N (97,0%) y Fe (95,6%) con respecto a las referencias establecidas para el cv. ‘Cabernet Sauvignon’ cultivado en Brasil (Fráguas et al., 2003), para el P (100%) con las referencias marcadas para el cv. ‘Cabernet Sauvignon’ (Fráguas et al., 2003) y Burdeos (Loué, 1990), para el Cu (98,1%) y el B (100%) comparando con las normas para los cvs. ‘Italic Riesling’ o ‘Cabernet Sauvignon’ (Fráguas et al., 2003), para el K (100%) y el Ca (100%) con las referencias bordelesas (Loué, 1990), para el Mg (100%) con las normas australianas (Robinson et al., 1997), y para el Mn (70,7%) y el Zn (59,3%) con las referencias portuguesas establecidas para el cv. ‘Trincadeira’ (Pacheco et al., 2010).

4.3.1.4. Pecíolos en envero En relación a la comparación mineral de pecíolos en envero (Tabla 59), la comparación de las concentraciones de nutrientes de ‘Garnacha tinta’ con los niveles óptimos

271 Capítulo IV Resultados y Discusión establecidos por referencias bibliográficas, pone de manifiesto cómo, nuevamente, los resultados que revelan una peor nivel de nutrición en N, P, K, Mg, Fe, Mn y B se producen cuando se utilizan las referencias establecidas para el cv. ‘Tempranillo’ en la D.O.Ca. Rioja (García-Escudero et al., 2013). En este sentido, tan sólo el 2,6% de la población de ‘Garnacha tinta’ alcanzaría unos niveles normales en N cuando se utilizasen dichas referencias, así como del 17,5% para el P, del 12,2% para el K, del 13,8% para el Mg, del 10,2% para el Fe, del 13,3% para el Mn y del 17,2% para el B (Tabla 59).

Respecto al Ca, Cu y Zn, los resultados que revelarían el peor estado nutricional de ‘Garnacha tinta’ para estos elementos, lo aportarían las referencias italianas (Bavaresco et al., 2010) para el Ca (3,7%) y el Cu (8,7%), así como las normas citadas para cv. ‘Italic Riesling’ (Fráguas et al., 2003), para el caso del Zn (4,7%).

Por otra parte, la comparación más benigna para el nivel de nutrición respecto a los macronutrientes se consigue al utilizar las referencias bordelesas (Loué, 1990), o también, para el P y el Mg, las referencias de cv. ‘Cabernet Sauvignon’ (Fráguas et al., 2003), y las de cv. ´Italic Riesling´ para el Ca (Fráguas et al., 2003). En este contexto, los resultados obtenidos de la comparación con las tablas de referencia francesas indican que el 99,5% de la población de ‘Garnacha tinta’ tiene una adecuada alimentación nitrogenada, así como un 96,8% para el K, y el 100% para el Ca. El empleo de estas referencias en el P y el Mg, al igual que las correspondientes al cv. ‘Cabernet Sauvignon’ (Fráguas et al., 2003), establecen que el 96,3% de los pecíolos en envero de ‘Garnacha tinta’ mostrarían un adecuado nivel de nutrición fosfórica, así como el 100% para el Mg. Asimismo, el diagnóstico con las referencias de cv. ´Italic Riesling´ (Fráguas et al., 2003) indicaría que el 100% de la población de ´Garnacha tinta´ tendría una alimentación cálcica satisfactoria.

Para los micronutrientes, la mejor valoración del estado nutricional de ‘Garnacha tinta’ se obtiene cuando se hacen uso de las referencias del cv. ‘Italic Riesling’ para el Fe (99,2%) y el B (100%), así como las del cv. ‘Cabernet Sauvignon’ para el Mn (65,6%), Cu (71,4%) y para el B (100%) (Fráguas et al., 2003). Finalmente, respecto al Zn,

272 Capítulo IV Resultados y Discusión

únicamente el 51,6% del total de la población de la base datos estaría clasificada dentro del nivel óptimo utilizando las referencias italianas (Bavaresco et al., 2010).

4.3.1.5. Discusión La comparación y valoración de los niveles foliares en los limbos y pecíolos de ‘Garnacha tinta’, en los momentos de floración y envero, mostró importantes diferencias según las referencias utilizadas, diferencias que implican una interpretación de los análisis foliares en ocasiones contradictorio.

Se debe tener en cuenta que algunas de las referencias utilizadas fueron obtenidas para extensas zonas vitivinícolas, recopilando datos foliares de diversas variedades, portainjertos, suelos, prácticas de cultivo y condiciones climatológicas muy variadas. Todos estos factores, aumentan la variabilidad y, por tanto, la amplitud de los rangos nutricionales que obtuvieron en su momento como óptimos. En este sentido, las elevadas diferencias encontradas, según las referencias utilizadas, ponen de manifiesto la importancia del empleo de una referencia nutricional adecuada para determinar el estado nutricional correcto. Por ello, es conveniente que las referencias sean específicas para cada variedad y portainjerto y que se considere, en el momento de diseñarlas, el mayor número de factores con influencia en el nivel de nutrición, como serían el suelo y las diferentes condiciones climáticas, incluso para distintas particularidades dentro de una misma región vitivinícola. Esta situación también ha sido constatada por otros autores (Failla et al., 1993a, 1995; Bogoni et al., 1995; Ciesielska et al., 2002, 2004; García-Escudero et al., 2013).

En general, las referencias francesas (Loué, 1990), son las que presentan unos rangos foliares óptimos más amplios y, por consiguiente, fueron las referencias que más fácilmente consideraron que la mayor parte de la población de ‘Garnacha tinta’ se encontraría en una situación nutricional adecuada. En cambio, las referencias publicadas para la variedad ‘Tempranillo’ (García-Escudero et al., 2013), muestran unos rangos nutricionales óptimos más estrechos, lo que favorece unas diferencias varietales entre ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’ que queden más fácilmente reflejadas, siendo interpretadas como desviaciones del nivel de nutrición. En base a ello, la

273 Capítulo IV Resultados y Discusión interpretación del diagnóstico puede variar drásticamente según la referencia utilizada y lo restrictiva que ésta sea.

En definitiva, los elevados porcentajes de muestras de la base de datos de ‘Garnacha tinta’, clasificadas como estado nutricional “no óptimo” para muchos nutrientes al utilizar las referencias publicadas para la variedad ‘Tempranillo’ (García-Escudero et al., 2013), y aunque desarrolladas en la misma región vitivinícola, demuestra la importancia del comportamiento varietal en los niveles de nutrición de los distintos nutrientes. En este sentido, hay que tener en cuenta que la base de datos foliar de ‘Garnacha tinta’ procede de cepas que, en principio, presentaban un óptimo estado productivo, vegetativo y sanitario, por lo que un porcentaje muy elevado de deficiencia al diagnosticar la base de datos sería incongruente. Estas discrepancias refuerzan la necesidad de implementar bases de datos locales que ayuden a establecer referencias adaptadas a las condiciones de cada subzona agrícola.

4.3.2. DESARROLLO DE REFERENCIAS PARA EL CV. ‘GARNACHA TINTA’ EN LA D.O.CA. RIOJA

4.3.2.1. Referencias para el Método de Rangos de Suficiencia Las referencias para el método de Rangos de Suficiencia se obtienen a partir del estudio estadístico de la distribución poblacional de los datos incluidos en la base de datos de ‘Garnacha tinta’.

Siguiendo el procedimiento descrito en la sección de estadística de Materiales y Métodos, se procedió a comprobar el ajuste de los datos a la distribución Normal. En este sentido, el N, K, Ca y Mn en limbo, en los momentos de floración y envero, mostraban una distribución Normal de la población, mientras que el B sólo lo hacía en floración. Los pecíolos, por su parte, respondían a una distribución Normal en los dos momentos fenológicos estudiados para el N y el B, mientras que en floración también lo hacían el P y el Ca, y en envero el Zn (Tabla 60).

274 Capítulo IV Resultados y Discusión

Una vez comprobada la normalidad, se calculaban los rangos de suficiencia de ‘Garnacha tinta’ injertada sobre R-110 para los diez elementos esenciales de limbo en floración, pecíolo en floración, limbo en envero y pecíolo en envero (Tablas 61, 62, 63 y 64, respectivamente). Para calcular los rangos, se dividió la población en 5 subgrupos considerando, en las distribuciones Normales el 20% central de la población (μ ± 0,25σ) como el rango óptimo para cada nutriente, y entendiendo los límites del rango del 60% (μ ± 0,84σ) de datos centrales como los valores que marcan la separación entre las demás clasificaciones, dejando en los extremos los rangos considerados Valores Altos y Bajos (García-Escudero et al., 2013).

Tabla 60. Significación de la prueba de Normalidad Kolmogorov-Smirnov. Limbos floración Limbos envero Pecíolos floración Pecíolos envero Sig.† Sig. Log.‡ Sig.† Sig. Log.‡ Sig.† Sig. Log.‡ Sig.† Sig. Log.‡ N 0,200 - 0,200 - 0,200 - 0,08 - P 0,002 0,200 0,000 0,008 0,200 - 0,000 0,200 K 0,200 - 0,200 - 0,001 0,200 0,001 0,001 Ca 0,200 - 0,200 - 0,200 - 0,000 0,014 Mg 0,025 0,004 0,000 0,000 0,002 0,003 0,000 0,000 Fe 0,000 0,200 0,015 0,200 0,001 0,200 0,000 0,200 Mn 0,200 - 0,200 - 0,000 0,200 0,009 0,000 Zn 0,045 0,048 0,005 0,045 0,000 0,200 0,069 - Cu 0,001 0,200 0,000 0,000 0,008 0,200 0,000 0,034 B 0,200 - 0,009 0,200 0,197 - 0,200 - † Significación de la población. ‡ Significación de la población transformada a logaritmo.

Por otro lado, se aplicaron transformaciones matemáticas a logaritmo para los elementos minerales que no mostraron una distribución Normal (Tabla 60). Estas transformaciones dieron lugar a distribuciones Normales en el caso de los limbos para el P, Fe y Cu en floración, asi como para el Fe y B en envero. Con los pecíolos, por su parte, también se obtuvieron transformaciones a distribuciones Normales en floración para el K, Fe, Mn, Zn y Cu, y para el P y Fe en envero. En estos casos, los rangos de referencia se calculaban mediante el antilogaritmo de los valores que marcaban el 20% y 60% centrales de las poblaciones logarítmicas (García-Escudero et al., 2013).

Finalmente, los percentiles 20 (P20), P40, P60 y P80 se calcularon en los casos en que la transformación a logaritmo no dio lugar a una distribución Normal de la población.

275 Capítulo IV Resultados y Discusión

Este fue el caso del Mg y Zn de limbos en floración, y del P, Mg, Zn y Cu en envero. Con los pecíolos, los percentiles se calcularon en floración para el Mg, mientras que en envero para el K, Ca, Mg, Mn y Cu. Los percentiles calculados se usaron para definir el 20% y el 60% centrales de los datos.

Tabla 61. Rangos de suficiencia para limbos de ‘Garnacha tinta’ en floración. Nutriente Bajo Inferior al óptimo Óptimo Superior al óptimo Alto P.S. ‡ N (g·100 g-1 m.s.) <2,83 2,83-2,97 2,97-3,10 3,10-3,25 >3,25 D.N. P (g·100 g-1 m.s.) <0,22 0,22-0,25 0,25-0,28 0,28-0,32 >0,32 Log K (g·100 g-1 m.s.) <0,84 0,84-0,94 0,94-1,02 1,02-1,11 >1,11 D.N. Ca (g·100 g-1 m.s.) <1,77 1,77-2,01 2,01-2,22 2,22-2,47 >2,47 D.N. Mg (g·100 g-1 m.s.) <0,23 0,23-0,28 0,28-0,33 0,33-0,38 >0,38 Perc. Fe (mg·kg-1 m.s.) <97 97-125 125-154 154-197 >197 Log Mn (mg·kg-1 m.s.) <80 80-103 103-123 123-145 >145 D.N. Zn (mg·kg-1 m.s.) <13 13-15 15-17 17-20 >20 Perc. Cu† (mg·kg-1 m.s.) <6 6-7 7-9 9-11 >11 Log B (mg·kg-1 m.s.) <53 53-62 62-71 71-80 >80 D.N. † Concentraciones con posibles sesgos debido a la aplicación habitual de productos fungicidas. ‡ P.S.: Procedimiento estadístico usado para calcular los subgrupos de los rangos de suficiencia: D.N.: Distribución normal; Log: Transformación a Log10; Perc.: Percentiles.

Tabla 62. Rangos de suficiencia para pecíolos de ‘Garnacha tinta’ en floración. Nutriente Bajo Inferior al óptimo Óptimo Superior al óptimo Alto P.S. ‡ N (g·100 g-1 m.s.) <1,24 1,24-1,46 1,46-1,64 1,64-1,86 >1,86 D.N. P (g·100 g-1 m.s.) <0,34 0,34-0,41 0,41-0,46 0,46-0,52 >0,52 D.N. K (g·100 g-1 m.s.) <1,15 1,15-1,38 1,38-1,61 1,61-1,93 >1,93 Log Ca (g·100 g-1 m.s.) <1,75 1,75-1,98 1,98-2,19 2,19-2,43 >2,43 D.N. Mg (g·100 g-1 m.s.) <0,62 0,62-0,82 0,82-1,06 1,06-1,24 >1,24 Perc. Fe (mg·kg-1 m.s.) <26 26-32 32-38 38-46 >46 Log Mn (mg·kg-1 m.s.) <30 30-44 44-61 61-88 >88 Log Zn (mg·kg-1 m.s.) <11 11-13 13-16 16-20 >20 Log Cu† (mg·kg-1 m.s.) <7 7-8 8-9 9-11 >11 Log B (mg·kg-1 m.s.) <39 39-43 43-45 45-49 >49 D.N. † Concentraciones con posibles sesgos debido a la aplicación habitual de productos fungicidas. ‡ P.S.: Procedimiento estadístico usado para calcular los subgrupos de los rangos de suficiencia: D.N.: Distribución normal; Log: Transformación a Log10; Perc.: Percentiles.

276 Capítulo IV Resultados y Discusión

Tabla 63. Rangos de suficiencia para limbos de ‘Garnacha tinta’ en envero. Nutriente Bajo Inferior al óptimo Óptimo Superior al óptimo Alto P.S. ‡ N (g·100 g-1 m.s.) <1,99 1,99-2,09 2,09-2,18 2,18-2,28 >2,28 D.N. P (g·100 g-1 m.s.) <0,14 0,14-0,15 0,15-0,17 0,17-0,19 >0,19 Perc. K (g·100 g-1 m.s.) <0,92 0,92-1,14 1,14-1,34 1,34-1,56 >1,56 D.N. Ca (g·100 g-1 m.s.) <2,63 2,63-2,86 2,86-3,06 3,06-3,28 >3,28 D.N. Mg (g·100 g-1 m.s.) <0,21 0,21-0,29 0,29-0,40 0,40-0,47 >0,47 Perc. Fe (mg·kg-1 m.s.) <129 129-159 159-191 191-235 >235 Log Mn (mg·kg-1 m.s.) <91 91-124 124-153 153-187 >187 D.N. Zn (mg·kg-1 m.s.) <12 12-14 14-16 16-18 >18 Perc. Cu† (mg·kg-1 m.s.) <14 14-68 68-127 127-275 >275 Perc. B (mg·kg-1 m.s.) <32 32-39 39-45 45-54 >54 Log † Concentraciones con posibles sesgos debido a la aplicación habitual de productos fungicidas. ‡ P.S.: Procedimiento estadístico usado para calcular los subgrupos de los rangos de suficiencia: D.N.: Distribución normal; Log: Transformación a Log10; Perc.: Percentiles.

Tabla 64. Rangos de suficiencia para pecíolos de ‘Garnacha tinta’ en envero. Nutriente Bajo Inferior al óptimo Óptimo Superior al óptimo Alto P.S. ‡ N (g·100 g-1 m.s.) <0,57 0,57-0,64 0,64-0,70 0,70-0,77 >0,77 D.N. P (g·100 g-1 m.s.) <0,12 0,12-0,17 0,17-0,22 0,22-0,30 >0,30 Log K (g·100 g-1 m.s.) <0,83 0,83-1,73 1,73-2,64 2,64-3,87 >3,87 Perc. Ca (g·100 g-1 m.s.) <2,19 2,19-2,40 2,40-2,52 2,52-2,77 >2,77 Perc. Mg (g·100 g-1 m.s.) <0,77 0,77-1,03 1,03-1,43 1,43-1,70 >1,70 Perc. Fe (mg·kg-1 m.s.) <30 30-37 37-45 45-55 >55 Log Mn (mg·kg-1 m.s.) <47 47-90 90-148 148-218 >218 Perc. Zn (mg·kg-1 m.s.) <16 16-21 21-25 25-29 >29 D.N. Cu† (mg·kg-1 m.s.) <10 10-18 18-39 39-66 >66 Perc. B (mg·kg-1 m.s.) <34 34-37 37-40 40-43 >43 D.N. † Concentraciones con posibles sesgos debido a la aplicación habitual de productos fungicidas. ‡ P.S.: Procedimiento estadístico usado para calcular los subgrupos de los rangos de suficiencia: D.N.: Distribución normal; Log: Transformación a Log10; Perc.: Percentiles.

277 Capítulo IV Resultados y Discusión

4.3.2.2. Referencias para el Método Desviación del Óptimo Porcentual (DOP) El procedimiento estadístico empleado para obtener las referencias DOP fue análogo al aplicado en la obtención de los rangos de suficiencia, siendo la concentración óptima o de referencia para cada nutriente, la obtenida como valor medio poblacional, a partir de la distribución Normal (μ).

Como ya se ha comentado en el apartado anterior, el N, K, Ca y Mn en limbo en floración y envero, el B en limbo en floración, el N y B en pecíolo en floración y envero, el P y el Ca en pecíolo en floración, y el Zn en pecíolo en envero, mostraban una distribución Normal de la población (Tabla 60). Para los elementos que presentaban una distribución Normal, el valor medio de la población (μ) se determinó directamente y pasó a considerarse como la concentración de referencia (Cref) para dichos nutrientes, en esos tejidos y estados fenológicos.

Los elementos que necesitaron una trasformación matemática a logaritmo, para conseguir una distribución Normal de los datos, fueron el P, Fe y Cu para los limbos en floración; el Fe y B para los limbos en envero; el K, Fe, Mn, Zn y Cu para los pecíolos en floración; y el P y Fe para los pecíolos en envero (Tabla 60). En estos casos, la concentración de referencia se obtuvo a partir del antilogaritmo del valor medio de la distribución de logaritmo en base 10 de la base de datos.

Finalmente, con aquellos nutrientes en los que no se obtuvo una distribución Normal de la población por medio de la transformación a logaritmo (Tabla 60), el valor de la concentración de referencia se calculó con la mediana de la población, o el percentil P50.

Los valores de referencia DOP obtenidos en ‘Garnacha tinta’ sobre R-110 para los diez elementos esenciales estudiados, en limbos y pecíolos, y en los momentos de floración y envero, se muestran en la Tabla 65 junto con los coeficientes de variación (CV(%)) de cada referencia DOP.

278 Capítulo IV Resultados y Discusión

Tabla 65. Concentraciones de referencia para la metodología DOP en limbos y pecíolos de ‘Garnacha tinta’ sobre R-110 en floración y envero. N P K Ca Mg Fe Mn Zn Cu† B g·100 g-1 m.s. mg·kg-1 m.s. Limbo 3,04 0,268 0,976 2,12 0,309 139 113 16,3 8,14 66,5 CV(%)‡ 8,28 22,8 16,2 19,7 26,5 45,1 34,2 28,4 36,9 24,7 Floración Pecíolo 1,55 0,433 1,49 2,09 0,905 35,0 51,7 14,8 8,73 44,0 CV(%)‡ 23,8 25,2 32,4 19,3 34,9 35,9 57,9 36,6 27,4 12,8 Limbo 2,14 0,162 1,24 2,96 0,347 174 139 14,9 89,5 41,9 CV(%)‡ 8,08 17,4 30,8 13,1 39,1 36,2 41,1 25,9 193 29,7 Envero Pecíolo 0,669 0,191 2,09 2,46 1,28 40,7 116 22,7 29,0 38,4 CV(%)‡ 17,7 52,3 73,0 17,7 34,3 38,6 71,1 32,8 119 13,4 † Concentraciones con posibles sesgos debido a la aplicación habitual de productos fungicidas. ‡ Coeficiente de variación porcentual (%) o coeficiente de variación porcentual de la mediana (%).

Estos CV(%) (Tabla 65) reflejan la variabilidad que presenta la población de ‘Garnacha tinta’ para un tejido y momento fenológico dado. El CV(%) fue superior en los pecíolos para el N, P, K, Mn y Zn en los dos estados fenológicos estudiados, floración y envero. Además, el CV(%) también fue superior en el pecíolo para el Mg en floración, así como para el Ca y Fe en envero. El Ca, sin embargo, mostraba similares CV(%) en los dos tejidos estudiados en el período de floración. Por otro lado, el Fe en floración, el Mg en envero, así como el Cu y B en ambos estados fenológicos, mostraban un mayor CV(%) en el limbo que en el pecíolo.

La variabilidad existente entre los limbos y pecíolos, evaluada mediante el CV(%), además de sugerir cuál sería el tejido más adecuado para el diagnóstico de un nutriente en un momento fenológico dado, también ofrece información de la fiabilidad de la referencia para el diagnóstico de un nutriente determinado. Esta mayor fiabilidad vendría dada por la menor incertidumbre del valor de referencia obtenido, dado que se obtiene de una población con menor variabilidad.

En este sentido, el menor CV(%) de las referencias DOP observado para el limbo pondría de manifiesto la mayor fiabilidad de éste para mostrar deficiencias o excesos nutricionales en N, P, K, Mn y Zn en los momentos de floración y envero, así como también del Mg en floración, y del Ca y Fe en envero.

279 Capítulo IV Resultados y Discusión

Con respecto al pecíolo, éste ofrecería para el Cu y B, en los momentos de floración y envero, así como para el Fe en floración y para el Mg en envero, una mayor fiabilidad que el limbo para indicar deficiencias o excesos nutricionales para estos elementos.

Comparando estos resultados con los observados en el apartado 4.1.3, relativo al estudio de la variabilidad de la concentración de nutrientes de ‘Garnacha tinta’ en limbo y pecíolo (Figuras 14, 15, 16 y 17), se observan similares conclusiones para: N, P, K en plena floración y en envero, el Mn en envero y el Zn en floración, en cuyo caso el limbo ofrece también unos resultados más reproducibles que el pecíolo. Asimismo, para el Fe y B en floración, y para el B en envero, se observan similares conclusiones que en el apartado 4.1.3, mostrando el pecíolo un menor CV(%) que el limbo y, por consiguiente, mayor fiabilidad para diagnosticar el estado nutricional a partir del análisis del pecíolo que del limbo.

4.3.3. COMPARACIÓN DE LAS REFERENCIAS PARA CV. ‘GARNACHA TINTA’ RESPECTO A REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS A continuación se muestran las principales diferencias observadas entre los rangos óptimos determinados para ‘Garnacha tinta’ (20% central de la población), en los limbos y pecíolos para los momentos de floración y envero (Tablas 61 a 64), con respecto a las referencias internacionales y locales abordadas ya en el apartado 4.3.1 de este capítulo (Tablas 56 a 59). La comparación resultante de estas referencias también se muestra en las Figuras 56 y 57 para los limbos en floración, en las Figuras 58 y 59 para los pecíolos en floración, en las Figuras 60 y 61 para los limbos en envero, así como en las Figuras 62 y 63 para los pecíolos en envero. Asimismo, se hace una comparación con las referencias obtenidas para la variedad ‘Tempranillo’ en la D.O.Ca. Rioja que, dada la similitud en la metodología seguida para la obtención de ambas referencias y la coincidencia geoclimática de su procedencia, se ha decidido abordar por separado.

280 Capítulo IV Resultados y Discusión

4.3.3.1. Limbos en floración Las referencias de ‘Garnacha tinta’ obtenidas para los limbos en floración (Tabla 61, Figuras 56 y 57) muestran unos valores óptimos superiores en N (Figura 56a), cuando se compara con las referencias para el cv. ‘Nebbiolo’ (Ciesiselska et al., 2004); superiores en N y P (Figuras 56a,b), respecto a las referencias para la región de Trentino (Failla et al., 1993a), a las italianas para el cv. ‘Barbera’ (Ciesiselska et al., 2004), así como también respecto a las referencias generales para Italia de Bavaresco et al. (2010). Respecto a los micronutrientes, ‘Garnacha tinta’ también obtuvo valores superiores de referencia para el B (Figura 57d) cuando se compara con las referencias de Trentino (Failla et al., 1993a), o con las diseñadas para el centro-septentrional de Italia (Failla et al., 1993b).

Las referencias de ‘Garnacha tinta’ muestran unos valores inferiores para K y Zn (Figuras 56c y 57b) frente a la región de Trentino (Failla et al., 1993a), al igual que para N, K y Mg respecto a las referencias australianas (Weir y Cresswell, 1993), para Ca cuando se compara con el cv. ´Nebbiolo´ de Piamonte (Ciesielska et al., 2004), así como Zn y Cu (Figuras 57b,c) para las referencias de centro-septentrional de Italia (Failla et al., 1993b), Australia (Weir y Cresswell, 1993) e Italia (Bavaresco et al., 2010).

Para el resto de nutrientes, la referencia de ‘Garnacha tinta’ comparte parcialmente el rango de referencia con las obtenidas por otros autores, o queda englobada por rangos más anchos. Sin embargo, en numerosos casos la referencia de ‘Garnacha tinta’ se sitúa en posiciones bastante extremas, como es el caso para N, P, K y Mg (Figuras 56a,b,c,e) cuando se comparaba con las referencias para Australia (Weir y Cresswell, 1993); para el N y Ca (Figuras 56a,d) al considerar las referencias del centro- septentrional de Italia (Failla et al., 1993b); para el Ca (Figura 56d) al tener en cuenta las referencias para el cv. ‘Nebbiolo’ (Ciesiselska et al., 2004); así como para el B (Figura 57d) respecto a referencias generales para Italia (Bavaresco et al., 2010).

Si tenemos en cuenta la sensibilidad de las referencias comparadas, todas las referencias obtenidas de la bibliografía, con la excepción de la variedad ‘Tempranillo’,

281 Capítulo IV Resultados y Discusión mostraron unos rangos óptimos más amplios para todos los elementos (Figuras 56 y 57).

cv. Tempranillo (D.O.Ca.Rioja) †† 56a 56b Burdeos (Francia)‡‡ Australia¶ Centro-septentrional Italia§ Italia‡ Trentino (Italia)† cv. Nebbiolo (Piamonte, Italia)* cv. Barbera (Piamonte, Italia)* cv.Garnacha tinta (D.O.Ca.Rioja)

1,6 2,1 2,6 3,1 3,6 4,1 4,6 5,1 0,1 0,15 0,2 0,25 0,3 0,35 0,4 0,45 0,5 N (g•100 g-1 m.s.) P (g•100 g-1 m.s.) cv. Tempranillo (D.O.Ca.Rioja) †† 56c 56d Burdeos (Francia)‡‡

Australia¶ Centro-septentrional Italia§ Italia‡

Trentino (Italia)† cv. Nebbiolo (Piamonte, Italia)* cv. Barbera (Piamonte, Italia)*

cv.Garnacha tinta (D.O.Ca.Rioja) 0,4 0,6 0,8 1 1,2 1,4 1,6 1,8 2 0,8 1,3 1,8 2,3 2,8 3,3 3,8 -1 K (g•100 g-1 m.s.) Ca (g•100 g m.s.)

cv. Tempranillo (D.O.Ca.Rioja) †† 56e 56f Burdeos (Francia)‡‡ Australia¶ Centro-septentrional Italia§ Italia‡ Trentino (Italia)† cv. Nebbiolo (Piamonte, Italia)*

cv. Barbera (Piamonte, Italia)* cv.Garnacha tinta (D.O.Ca.Rioja) 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 40 90 140 190 240 290 340 -1 Mg (g•100 g-1 m.s.) Fe (mg•kg m.s.)

Figura 56. Comparación de los rangos de suficiencia óptimos para N, P, K, Ca, Mg y Fe en los limbos en floración de ‘Garnacha tinta’ con respecto a niveles óptimos de la bibliografía. †† García-Escudero et al., 2013; ‡‡ Loué, 1990; ¶ Weir y Cresswell, 1993; § Failla et al., 1993b; ‡ Bavaresco et al., 2010; † Failla et al., 1993a; * Ciesielska et al., 2004.

282 Capítulo IV Resultados y Discusión

Finalmente, la comparación de las referencias de ‘Garnacha tinta’ con otras desarrolladas para la misma región vitivinícola, como son las correspondientes al cv. ‘Tempranillo’ (García-Escudero et al., 2013), muestran unos valores de ‘Garnacha tinta’ superiores en Mn (Figura 57a), e inferiores en N, Zn y Cu (Figuras 56a y 57b,c). Asimismo, comparten parcialmente el rango de referencia para el resto de nutrientes, con valores ligeramente superiores para ‘Garnacha tinta’ en K (Figura 56c), Fe (Figura 56f) y B (Figura 57d), así como ligeramente inferiores en P (Figura 56b), Ca (Figura 56d) y Mg (Figura 56e). Por otra parte, la amplitud de los óptimos nutricionales entre las dos referencias es bastante similar, dada la similitud del protocolo para la obtención de las referencias, siendo tan sólo ligeramente superior en N (Figura 56a), P (Figura 56b), K (Figura 56c) y Cu (Figura 57c) para el ‘Tempranillo’, mientras que las referencias son ligeramente más anchas en Ca (Figura 56d), Mg (Figura 56e), Fe (Figura 56f) y Mn (Figura 57a) para ‘Garnacha tinta’. Asimismo, las dos variedades comparten la misma amplitud, respecto a los óptimos nutricionales de referencia, en Zn (Figura 57b) y B (Figura 57d).

cv. Tempranillo (D.O.Ca.Rioja) †† 57a 57b Australia¶

Centro-septentrional Italia§ Italia‡ Trentino (Italia)†

cv.Garnacha tinta (D.O.Ca.Rioja)

0 75 150 225 300 375 450 525 0 50 100 150 200 250 -1 Mn (mg•kg m.s.) Zn (mg•kg-1 m.s.)

cv. Tempranillo (D.O.Ca.Rioja) †† 57c 57d Australia¶

Centro-septentrional Italia§

Italia‡ Trentino (Italia)† cv.Garnacha tinta (D.O.Ca.Rioja)

0 20 40 60 80 100 120 0 25 50 75 100 125 150 175 200 225 -1 Cu (mg•kg m.s.) B (mg•kg-1 m.s.) Figura 57. Comparación de los rangos de suficiencia óptimos para Mn, Zn, Cu y B en los limbos en floración de ‘Garnacha tinta’ con respecto a niveles óptimos de la bibliografía. †† García-Escudero et al., 2013; ¶ Weir y Cresswell, 1993; § Failla et al., 1993b; ‡ Bavaresco et al., 2010; † Failla et al., 1993a.

283 Capítulo IV Resultados y Discusión

4.3.3.2. Pecíolos en floración Para los pecíolos en floración, las referencias de ‘Garnacha tinta’ (Tabla 62, Figuras 58 y 59) muestran, en general, unos valores óptimos superiores en N (Figura 58a) respecto a las referencias bordelesas, australianas y portuguesas (cv. ‘Trincadeira’) (Loué, 1990; Robinson et al., 1997; Pacheco et al., 2010); en Mg (Figura 58e) respecto a las referencias brasileñas (cv. ‘Cabernet Sauvignon’ y cv. ‘Italic Riesling’) y portuguesas (cv. ‘Trincadeira’) (Fráguas et al., 2003; Pacheco et al., 2010); así como para el Ca (Figura 58d), Fe (Figura 58f) y B (Figura 59d) respecto a las referencias portuguesas para el cv. ‘Trincadeira’ (Pacheco et al., 2010).

La comparación de las referencias obtenidas también pone de manifiesto menores valores netos para las referencias de ‘Garnacha tinta’: en K (Figura 58c) respecto a las referencias australianas (Robinson et al., 1997); en Zn (Figura 59b) respecto a las referencias australianas, brasileñas y portuguesas (Robinson et al., 1997; Fráguas et al., 2003; Pacheco et al., 2010); y en Mn (Figura 59a) respecto a las referencias para cv. ‘Cabernet Sauvignon’ y cv. ‘Italic Riesling’ (Fráguas et al., 2003).

Respecto a la sensibilidad, las referencias internacionales para los pecíolos en floración muestran, todas ellas, unos rangos de referencia óptimos más amplios que las de ‘Garnacha tinta’.

Finalmente comentar que las referencias de ‘Garnacha tinta’ para los pecíolos en floración, presentan unos niveles superiores en N, P, Ca, Mg, Fe, Mn y B (Figuras 58 y 59), que las referencias para ‘Tempranillo’ (García-Escudero et al., 2013) para la misma región vitivinícola. Los niveles en Zn y Cu (Figura 59b,c) de ambas referencias son muy parecidos, aunque ligeramente superiores para las referencias de ‘Tempranillo’. El K (Figura 58c), por su parte, muestra un rango más amplio en las referencias de ‘Tempranillo’, que engloba las referencias para ‘Garnacha tinta’. Para el Mg (Figura 58e), en cambio, el rango óptimo de ‘Garnacha tinta’ es más amplio, aunque no engloba a las referencias para el ‘Tempranillo’ (García-Escudero et al., 2013).

284 Capítulo IV Resultados y Discusión

cv. Tempranillo (D.O.Ca.Rioja) †† 58a 58b

Burdeos (Francia)‡‡

Australia¶

cv. Tricandeira‡

cv. Italic Riesling† cv. Cabernet sauvignon† cv.Garnacha tinta (D.O.Ca.Rioja) 0,5 1 1,5 2 2,5 3 0,1 0,3 0,5 0,7 0,9 1,1 N (g•100 g-1 m.s.) P (g•100 g-1 m.s.) cv. Tempranillo (D.O.Ca.Rioja) †† 58c 58d

Burdeos (Francia)‡‡ Australia¶ cv. Tricandeira‡

cv. Italic Riesling†

cv. Cabernet sauvignon† cv.Garnacha tinta (D.O.Ca.Rioja)

0,5 1,5 2,5 3,5 4,5 5,5 0,8 1,3 1,8 2,3 2,8 3,3 3,8 K (g•100 g-1 m.s.) Ca (g•100 g-1 m.s.)

58e 58f cv. Tempranillo (D.O.Ca.Rioja) †† Burdeos (Francia)‡‡

Australia¶

cv. Tricandeira‡

cv. Italic Riesling†

cv. Cabernet sauvignon† cv.Garnacha tinta (D.O.Ca.Rioja) 0 50 100 150 200 250 300 350 0,1 0,3 0,5 0,7 0,9 1,1 Mg (g•100 g-1 m.s.) Fe (g•100 g-1 m.s.)

Figura 58. Comparación de los rangos de suficiencia óptimos para N, P, K, Ca, Mg y Fe en los pecíolos en floración de ‘Garnacha tinta’ con respecto a niveles óptimos de la bibliografía. †† García-Escudero et al., 2013; ‡‡ Loué, 1990; ¶ Robinson et al., 1997; ‡ Pacheco et al., 2010; † Fráguas et al., 2003.

285 Capítulo IV Resultados y Discusión

cv. Tempranillo (D.O.Ca.Rioja) †† 59a 59b Australia¶ cv. Tricandeira‡

cv. Italic Riesling† cv. Cabernet Sauvignon† cv.Garnacha tinta (D.O.Ca.Rioja)

0 100 200 300 400 500 600 10 30 50 70 90 110 130 150 -1 Mn (mg•kg m.s.) Zn (mg•kg-1 m.s.) cv. Tempranillo (D.O.Ca.Rioja) †† 59c 59d Australia¶ cv. Tricandeira‡

cv. Italic Riesling† cv. Cabernet Sauvignon† cv.Garnacha tinta (D.O.Ca.Rioja)

0 20 40 60 80 100 15 25 35 45 55 65 75 85 -1 Cu (mg•kg-1 m.s.) B (mg•kg m.s.) Figura 59. Comparación de los rangos de suficiencia óptimos para Mn, Zn, Cu y B en los pecíolos en floración de ‘Garnacha tinta’ con respecto a niveles óptimos de la bibliografía. †† García-Escudero et al., 2013; ¶ Robinson et al., 1997; ‡ Pacheco et al., 2010; † Fráguas et al., 2003.

4.3.3.3. Limbos en envero Las referencias de ‘Garnacha tinta’ (Tabla 63, Figuras 60 y 61) para limbos en envero muestran un rango de referencia con valores superiores para el K (Figura 60c), Ca (Figura 60d) y Cu (Figura 61c) respecto a las referencias generales para Italia (Bavaresco et al., 2010); así como para el B (Figura 61c) respecto a las referencias para Trentino (Failla et al., 1993a). Sin embargo, la comparación revela que las referencias obtenidas para ‘Garnacha tinta’ tienen, en general, unos niveles inferiores para el N (Figura 60a) respecto a las referencias australianas (Weir y Cresswell, 1993); situación semejante para el Zn (Figura 61b) si las comparamos a las referencias para Australia (Weir y Cresswell, 1993) y centro-septentrional de Italia (Failla et al., 1993b); y el Cu (Figura 61c) respecto a las normas para el centro-septentrional de Italia (Failla et al., 1993b).

286 Capítulo IV Resultados y Discusión

Al igual que lo observado para el limbo y el pecíolo en floración, las referencias de ‘Garnacha tinta’ para los limbos en envero muestran unos rangos más estrechos que las referencias internacionales, con la excepción del Cu (Figura 61c).

Por otro lado, la comparación entre los óptimos nutricionales para ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’ (García-Escudero et al., 2013), pone de manifiesto niveles superiores para ‘Garnacha tinta’ en K (Figura 60c), Fe (Figura 60f), Mn (Figura 61a) y B (Figura 61d), mientras que inferiores en N (Figura 60a), Ca (Figura 60d), Mg (Figura 60e), Zn (Figura 61b) y Cu (Figura 61c).

Los niveles de P (Figura 60b), por su parte, se mostraron bastante similares para ambas referencias. No obstante, el límite superior para estos niveles de P es ligeramente superior en la referencia de ‘Garnacha tinta’ que en la de ‘Tempranillo’.

La amplitud de los óptimos nutricionales entre las dos referencias es bastante similar, siendo superior el del Cu (Figura 61c), así como ligeramente superior también el del Ca (Figura 60d) para el ‘Tempranillo’, mientras que para ‘Garnacha tinta’, el ya comentado del P (Figura 60b), el del K (Figura 60c), Mg (Figura 60e), y ligeramente también el del Fe (Figura 60f) y el Mn (Figura 61a), muestran un rango de referencia óptimo más amplio.

4.3.3.4. Pecíolos en envero Finalmente, para el pecíolo en envero (Tabla 64, Figuras 62 y 63), la comparación de las referencias bibliográficas con las obtenidas para ‘Garnacha tinta’ reveló que éstas mostraban unos rangos óptimos superiores para el Ca, Mg y Cu (Figuras 62d,e y 63c) respecto a las normas generales para Italia (Bavaresco et al., 2010); así como para el Mg (Figura 62e) respecto a las referencias de Brasil para el cv. ‘Italic Riesling’ (Fráguas et al., 2003). En cambio, las referencias de ‘Garnacha tinta’ para los pecíolos en envero mostraron un rango óptimo con valores inferiores para el K (Figura 62c) en relación a las normas generales para Italia (Bavaresco et al., 2010); para el Zn (Figura 63b) comparado a las referencias brasileñas para ‘Cabernet Sauvignon’ e ‘Italic Riesling’ (Fráguas et al., 2003); así como para el Cu respecto a esta última variedad (Figura 63c).

287 Capítulo IV Resultados y Discusión

cv. Tempranillo (D.O.Ca.Rioja) †† 60a 60b Burdeos (Francia)‡‡ Australia¶

Centro-septentrional Italia§

Italia‡

Trentino (Italia)†

cv.Garnacha tinta (D.O.Ca.Rioja) 1,2 1,7 2,2 2,7 3,2 3,7 4,2 0,05 0,1 0,15 0,2 0,25 0,3 0,35 N (g•100 g-1 m.s.) P (g•100 g-1 m.s.)

cv. Tempranillo (D.O.Ca.Rioja) †† 60c 60d

Burdeos (Francia)‡‡

Australia¶ Centro-septentrional Italia§ Italia‡ Trentino (Italia)†

cv.Garnacha tinta (D.O.Ca.Rioja)

0,2 0,6 1 1,4 1,8 2,2 0,8 1,2 1,6 2 2,4 2,8 3,2 3,6 4 -1 K (g•100 g-1 m.s.) Ca (g•100 g m.s.)

cv. Tempranillo (D.O.Ca.Rioja) †† 60e 60f Burdeos (Francia)‡‡ Australia¶

Centro-septentrional Italia§

Italia‡

Trentino (Italia)†

cv.Garnacha tinta (D.O.Ca.Rioja)

0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 25 75 125 175 225 275 325 375 -1 Mg (g•100 g-1 m.s.) Fe (mg•kg m.s.)

Figura 60. Comparación de los rangos de suficiencia óptimos para N, P, K, Ca, Mg y Fe en los limbos en envero de ‘Garnacha tinta’ con respecto a niveles óptimos de la bibliografía. †† García-Escudero et al., 2013; ‡‡ Loué, 1990; ¶ Weir y Cresswell, 1993; § Failla et al., 1993b; ‡ Bavaresco et al., 2010; † Failla et al., 1993a.

Por otro lado, las referencias de ‘Garnacha tinta’ para los pecíolos en envero también se caracterizaron por presentar unos rangos más estrechos para todos los nutrientes, si se tienen en cuenta las referencias bibliográficas (Figuras 62 y 63). En este sentido, el límite superior para el Cu de la referencia brasileña para el cv. ‘Cabernet Sauvignon’

288 Capítulo IV Resultados y Discusión fue diecisiete veces superior al de ‘Garnacha tinta’, mientras que el del cv. ‘Italic Riesling’, fue cincuenta y siete veces mayor. Para el Mn, por su parte, el valor del límite superior de las referencias para el cv. ‘Cabernet Sauvignon’ se manifestó catorce veces mayor que el de ‘Garnacha tinta’, mientras que el del cv. ‘Italic Riesling’, fue siete veces superior.

cv. Tempranillo (D.O.Ca.Rioja) †† 61a 61b Australia¶ Centro-septentrional Italia§ Italia‡ Trentino (Italia)†

cv.Garnacha tinta (D.O.Ca.Rioja)

0 50 100 150 200 250 300 350 400 450 0 50 100 150 200 250 -1 Mn (mg•kg m.s.) Zn (mg•kg-1 m.s.)

cv. Tempranillo (D.O.Ca.Rioja) †† 61c 61d Australia¶

Centro-septentrional Italia§ Italia‡ Trentino (Italia)† cv.Garnacha tinta (D.O.Ca.Rioja)

0 50 100 150 200 250 300 350 400 0 20 40 60 80 100 120 -1 B (mg•kg-1 m.s.) Cu (mg•kg m.s.) Figura 61. Comparación de los rangos de suficiencia óptimos para Mn, Zn, Cu y B en los limbos en envero de ‘Garnacha tinta’ con respecto a niveles óptimos de la bibliografía. †† García-Escudero et al., 2013; ¶ Weir y Cresswell, 1993; § Failla et al., 1993b; ‡ Bavaresco et al., 2010; † Failla et al., 1993a.

La comparación de los óptimos nutricionales de ‘Garnacha tinta’ con los de ‘Tempranillo’ (García-Escudero et al., 2013), para los pecíolos en envero en la misma región vitivinícola, muestra unos rangos superiores en todos los nutrientes estudiados para las referencias de ‘Garnacha tinta’, con la excepción del Zn y del Cu (Figuras 62 y 63). Por otra parte, la amplitud de los óptimos nutricionales es bastante similar entre las dos referencias, siendo tan sólo ligeramente superior el del Ca (Figura 62d) para ‘Tempranillo’, mientras que los del N, P, K, Mg, Fe, Mn y Cu (Figura 62 y 63) son ligeramente más amplios para ‘Garnacha tinta’.

289 Capítulo IV Resultados y Discusión

cv. Tempranillo (D.O.Ca.Rioja) †† 62a 62b

Burdeos (Francia)‡‡

Italia‡

cv. Italic Riesling†

cv. Cabernet Sauvignon†

cv.Garnacha tinta (D.O.Ca.Rioja)

0,2 0,4 0,6 0,8 1 1,2 0 0,2 0,4 0,6 0,8 N (g•100 g-1 m.s.) P (g•100 g-1 m.s.)

cv. Tempranillo (D.O.Ca.Rioja) †† 62c 62d

Burdeos (Francia)‡‡

Italia‡

cv. Italic Riesling†

cv. Cabernet Sauvignon†

cv.Garnacha tinta (D.O.Ca.Rioja)

0 1 2 3 4 5 6 7 8 0,6 1,2 1,8 2,4 3 3,6 4,2 4,8 5,4 -1 K (g•100 g-1 m.s.) Ca (g•100 g m.s.)

cv. Tempranillo (D.O.Ca.Rioja) †† 62e 62f Burdeos (Francia)‡‡

Italia‡

cv. Italic Riesling†

cv. Cabernet Sauvignon†

cv.Garnacha tinta (D.O.Ca.Rioja)

0 0,5 1 1,5 2 2,5 3 0 20 40 60 80 100 -1 -1 Mg (g•100 g m.s.) Fe (mg•kg m.s.) Figura 62. Comparación de los rangos de suficiencia óptimos para N, P, K, Ca, Mg y Fe en los pecíolos en envero de ‘Garnacha tinta’ con respecto a niveles óptimos de la bibliografía. ‡ García-Escudero et al., 2013; ‡‡ Loué, 1990; ‡ Bavaresco et al., 2010; † Fráguas et al., 2003.

290 Capítulo IV Resultados y Discusión

cv. Tempranillo (D.O.Ca.Rioja) †† 63a 63b

Italia‡

cv. Italic Riesling†

cv. Cabernet Sauvignon† cv.Garnacha tinta (D.O.Ca.Rioja)

0 300 600 900 1200 1500 1800 2100 0 20 40 60 80 100 120 -1 Mn (mg•kg m.s.) Zn (mg•kg-1 m.s.) cv. Tempranillo (D.O.Ca.Rioja) †† 63c 63d

Italia‡

cv. Italic Riesling† cv. Cabernet Sauvignon† cv.Garnacha tinta (D.O.Ca.Rioja)

0 50 100 150 200 15 30 45 60 75 Cu (mg•kg-1 m.s.) B (mg•kg-1 m.s.) Figura 63. Comparación de los rangos de suficiencia óptimos para Mn, Zn, Cu y B en los pecíolos en envero de ‘Garnacha tinta’ con respecto a niveles óptimos de la bibliografía. ‡ García-Escudero et al., 2013; ‡ Bavaresco et al., 2010; † Fráguas et al., 2003.

4.3.3.5. Comparación de las referencias DOP para la D.O.Ca. Rioja

En la Tabla 66, se muestran las referencias DOP obtenidas para ‘Garnacha tinta’, así como las de ‘Tempranillo’ para la misma región vitivinícola.

La comparación de las referencias DOP (Tabla 66), entre los limbos en floración de ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’, da lugar a unos valores superiores de Fe, Mn y B, así como ligeramente superiores en K, para ‘Garnacha tinta’. Sin embargo, las referencias DOP de ‘Garnacha tinta’ establecían unos valores ligeramente inferiores en N, P, Ca, Mg, Zn y Cu. Para el limbo en envero, se observan unos valores superiores de Fe, Mn, K y B en ‘Garnacha tinta’, mientras que el ‘Tempranillo’ muestra unos valores superiores en Cu, Zn, Ca, Mg y N.

291 Capítulo IV Resultados y Discusión

Tabla 66. Comparación de referencias DOP de ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’ (Romero et al., 2014). Limbo floración Pecíolo floración Limbo envero Pecíolo envero Garnacha Tempranillo Garnacha Tempranillo Garnacha Tempranillo Garnacha Tempranillo tinta tinta tinta tinta N 3,04 3,21 1,55 1,01 2,14 2,24 0,669 0,492 P 0,268 0,293 0,433 0,318 0,162 0,156 0,191 0,112 K 0,976 0,946 1,49 1,55 1,24 0,834 2,09 1,40 Ca 2,12 2,19 2,09 1,49 2,96 3,22 2,46 1,97 Mg 0,309 0,337 0,905 0,609 0,347 0,419 1,28 0,861 Fe 139 116 35,0 23,6 174 149 40,7 24,6 Mn 113 76,9 51,7 25,5 139 112 116 56,8 Zn 16,3 18,9 14,8 15,8 14,9 17,3 22,7 21,7 Cu 8,14 12,7 8,73 8,90 89,5 160 29,0 20,1 B 66,5 62,9 44,0 40,7 41,9 37,1 38,4 36,7

Considerando el pecíolo en floración, la comparación entre las referencias DOP revela unos valores superiores en N, P, Ca, Mg, Fe, Mn, y B en ‘Garnacha tinta’, mientras que ligeramente inferiores en Zn, Cu y K. Finalmente, para el pecíolo en envero, todos los nutrientes muestran unos niveles superiores en las referencias DOP para ‘Garnacha tinta’.

4.3.3.6. Discusión Una aproximación a la sensibilidad de las referencias podría deducirse, en cierto modo, y más para los micronutrientes que para los macronutrientes, por la amplitud que presentan los óptimos nutricionales para una referencia dada. En este sentido, tras comparar las referencias obtenidas para ‘Garnacha tinta’, se han observado unos rangos con una amplitud por lo general más elevada en todas las referencias bibliográficas con las que se han comparado en este estudio. Estos rangos más amplios reducen la capacidad de catalogar deficiencias o excesos nutricionales a casos de niveles más extremos, y, dada la amplitud de los rangos, difícilmente permitirán detectar deficiencias o carencias de baja intensidad.

Por otro lado, también se han observado diferencias importantes entre los óptimos nutricionales de las distintas referencias con las que se ha comparado, incluso dentro de la misma región vitivinícola, como lo sucedido al comparar ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’ para la D.O.Ca. Rioja. Estas diferencias observadas fortalecen la necesidad de establecer referencias específicas, incluso a nivel local, para las

292 Capítulo IV Resultados y Discusión diferentes variedades de una región vitivinícola dada. En este sentido, la elección de una referencia inapropiada en el proceso de diagnóstico, generada para otra variedad, región, o condiciones de cultivo, pueden generar resultados considerablemente erróneos.

La fiabilidad de las referencias DOP para un diagnóstico nutricional, al igual que como sucedía para los rangos de suficiencia, será mayor cuando las condiciones del viñedo a diagnosticar sea lo más parecida posible a los viñedos a partir de los cuales se obtuvieron dichas referencias (Failla et al., 1995; Robinson, 2005; García-Escudero et al., 2013). Los resultados obtenidos a partir del CV(%) en anteriores capítulos de este trabajo de tesis, ponen de manifiesto la variabilidad existente entre los tejidos para algunos nutrientes, incluso dentro de un mismo viñedo. Por consiguiente, la fiabilidad del diagnóstico disminuirá según se acrecenten las diferencias entre las condiciones del viñedo a diagnosticar y las condiciones descritas por la referencia. Asimismo, la fiabilidad del diagnóstico aumentará si existe similitud entre el viñedo y las referencias en los aspectos relativos a la asociación variedad-portainjerto, suelos, terroir, clima, y técnicas culturales, entre otras, lo que únicamente se puede conseguir si se desarrollan referencias específicas y de carácter local.

Por otra parte, las referencias obtenidas en esta tesis no son datos estáticos, por lo que requerirán ajustes con el paso del tiempo que las mejoren, y así responder a las nuevas condiciones que se puedan generar, como por ejemplo, una mayor variabilidad meteorológica originada por el cambio climático, o bien que tengan en cuenta parámetros de calidad del mosto, como el pH, el color, el grado de alcohol probable o bien el potencial aromático, así como criterios en base al rendimiento, entre otros posibles factores a tener en consideración. Estos ajustes en las tablas de referencias también han sido propuestos por otros autores (Failla et al., 1993a,b; Robinson, 2005; García-Escudero et al., 2013). En este sentido, Failla et al. (1993a,b) proponen ajustes de carácter anual, debido al gran impacto de las condiciones meteorológicas sobre la nutrición mineral de la planta.

293 Capítulo IV Resultados y Discusión

4.3.4. CONCLUSIONES DEL ENSAYO III: DETERMINACIÓN DE NIVELES FOLIARES DE REFERENCIA PARA EL CV. ‘GARNACHA TINTA’ EN LA D.O.CA. RIOJA

1. Los niveles foliares en los limbos y pecíolos de Vitis vinifera L. cv. ‘Garnacha tinta’ en la Rioja, en los momentos de floración y envero, mostraron importantes diferencias con respecto a las referencias bibliográficas para otras condiciones varietales o/y edafoclimáticas.

2. Se proponen referencias nutricionales para ser utilizadas en el diagnóstico nutricional a partir de limbos y pecíolos de Vitis vinifera L. cv. ‘Garnacha tinta’, injertada sobre R-110, en los momentos de floración y envero, mediante las metodologías de los Rangos de Suficiencia y de la Desviación del Óptimo Porcentual (DOP).

3. Las referencias nutricionales propuestas pueden constituir una herramienta más fiable, práctica y precisa de cara a evaluar el estado nutricional de la variedad Vitis vinifera L. cv. ‘Garnacha tinta’, principalmente en el ámbito de La Rioja.

4. Las referencias de ‘Garnacha tinta’ obtenidas también pueden llegar a ser una herramienta útil para evaluar el estado nutricional de ‘Garnacha tinta’ en otras regiones, siempre y cuando no se disponga de referencias específicas para esta variedad a nivel local en esas zonas vitícolas. No obstante, se deberá tener en consideración, que la precisión y fiabilidad del diagnóstico nutricional disminuirá a medida que las condiciones agroclimáticas de dichas regiones, así como las técnicas culturales empleadas y el portainjerto utilizado, difieran de aquellas condiciones que se utilizaron para establecer estas referencias.

5. Las diferencias observadas mediante la comparación de las referencias de Vitis vinifera L. cv. ‘Garnacha tinta’ con las del cv. ‘Tempranillo’, para las condiciones

294 Capítulo IV Resultados y Discusión

agroclimáticas de La Rioja, pone de manifiesto la importancia de las diferencias varietales en el nivel de nutrición de la vid, incluso a escala local. Estas diferencias fortalecen la necesidad de establecer referencias específicas, a nivel local, para las diferentes variedades de una región vitivinícola dada.

6. Las referencias obtenidas para Vitis vinifera L. cv. ‘Garnacha tinta’, pueden ser mejoradas mediante el aumento del volumen de la base de datos foliar, así como mediante la consideración de nuevos criterios en su diseño, como serían aquellos relacionados con los parámetros de calidad del mosto, rangos de rendimiento, o bien distintas situaciones agronómicas, como sistemas de conducción, manejo del suelo o la edad del viñedo, entre otros.

295

Capítulo IV Resultados y Discusión

4.4. CONSIDERACIONES FINALES DEL TRABAJO DE TESIS: Utilización del análisis de limbo y pecíolo para el diagnóstico nutricional del cv. Garnacha tinta (Vitis vinifera L.)

El tejido es la principal fuente de variación en la concentración de nutrientes de los cultivares de vid, seguida por el estado fenológico, y en menor medida, por el año. Esta diferenciación nutricional observada entre limbo y pecíolo, confirma la importancia del análisis independiente de los dos tejidos frente al análisis de la hoja completa, además de revelar la importancia del diseño de unas referencias específicas para un tejido determinado.

Los limbos de ‘Garnacha tinta’ muestran, en general, una mayor concentración en Fe, N y Ca que los pecíolos a lo largo de la mayor parte del ciclo vegetativo. Para el B, sin embargo, esta mayor concentración en el limbo se observa fundamentalmente entre floración e inicio de envero, momento a partir del cual los dos tejidos tienden a igualar sus concentraciones, e incluso el pecíolo ha mostrado una mayor concentración que la del limbo. Por otro lado, los pecíolos alcanzan unos niveles superiores de P, Mg y K a lo largo de la mayor parte del ciclo vegetativo, y de Zn a medida que progresa el ciclo vegetativo.

El contenido foliar en N y P disminuye a lo largo del ciclo vegetativo, mientras que los de Ca y Mg aumentan. Por su parte, el K no expresa una dinámica estacional homogénea entre las variedades estudiadas, siendo probablemente el macronutriente con mayor variación entre variedades y años, circunstancia que se puede hacer extensiva a otros factores de variación, como las prácticas culturales, la climatología,... Respecto a los micronutrientes, el Fe, con comportamiento irregular a lo largo del ciclo, manifiesta una tendencia ascendente entre floración y envero, más acusada en limbos. El Zn y el Mn han presentado una tendencia generalmente acumulativa, sobre todo en los pecíolos, mientras que el B lo hizo con una tendencia decreciente, especialmente en los limbos. Esta diferencia de concentración observada en los dos

297 Capítulo IV Resultados y Discusión tejidos a lo largo del ciclo vegetativo, demuestra la conveniencia de disponer de tablas de referencia específicas para un momento fenológico determinado. Por otro lado, el tejido más apropiado a analizar será a aquel que refleje una mayor estabilidad en su composición mineral en ese período.

El análisis de limbos y pecíolos, para los cvs. ‘Garnacha tinta’ y ‘Tempranillo’, bajo las mismas condiciones edafoclimáticas y con el mismo portainjerto, pone de manifiesto el diferente comportamiento varietal en la concentración de nutrientes, a lo largo del ciclo vegetativo. El pecíolo es el tejido analizado que, discrimina mejor entre variedades, siendo el Mg peciolar el nutriente que mejor discriminaba a las dos variedades comparadas.

El pecíolo, por tanto, sería el tejido que reflejaría con más claridad las diferencias debidas al factor variedad y a otros factores tales como la climatología o la fertilización. Por su parte, el limbo, para N, P, K, Mg, Mn y Zn, sería un tejido más estable y menos influenciable que el pecíolo para esos factores. Sin embargo, el pecíolo sería el tejido con mayor estabilidad para el Ca, Fe y B.

La plena floración-cuajado y el envero se postulan como los momentos más apropiados para realizar el diagnóstico foliar en limbos y pecíolos, y por tanto para el diseño de unas referencias, habida cuenta de que se trata de unos estados fenológicos fácilmente identificables en sus distintos estadíos. La fase de plena floración-cuajado es un período más corto que el envero, y en general, con mayores diferencias de concentración de los nutrientes. En este sentido, un diagnóstico realizado a partir de un tejido muestreado en un momento cercano, pero no coincidente con el período de plena floración-cuajado, llevará por lo general a mayores errores de diagnóstico que si se reprodujera esta misma situación después del envero, es decir, utilizando las referencias de envero para diagnosticar un tejido muestreado en maduración.

Como se ha podido observar, los niveles foliares en los limbos y pecíolos de Vitis vinifera L. cv. ‘Garnacha tinta’ en la Rioja, en los momentos de floración y envero, han mostrado importantes diferencias con respecto a las referencias bibliográficas para

298 Capítulo IV Resultados y Discusión otras condiciones varietales y/o edafoclimáticas. Además, dentro de estas referencias bibliográficas se ha observado un mayor rango de normalidad cuanto mayor eran las fuentes de variación tenidas en cuenta, especialmente en lo que respecta a variedad y portainjerto. En este contexto, el diagnostico establecido a partir de unas referencias con un rango de normalidad más amplio, podría conducir a una posibilidad mayor de error en el diagnóstico.

Las diferencias que se observan a través de la comparación de las referencias de Vitis vinifera L. cv. ‘Garnacha tinta’ con las del cv. ‘Tempranillo’, para las condiciones agroclimáticas de La Rioja, ponen de manifiesto la importancia de las diferencias varietales en el nivel de nutrición de la vid, incluso a escala local. Estas diferencias fortalecen la necesidad de establecer referencias específicas a nivel local, para las diferentes variedades de un entorno vitivinícola dado.

En esta Tesis doctoral, se han propuesto referencias nutricionales para la variedad Vitis vinifera L. cv. ‘Garnacha tinta’ injertada sobre R-110 en las condiciones edafoclimáticas de La Rioja, mediante las metodologías de Rangos de Suficiencia y de la Desviación del Óptimo Porcentual (DOP). Estas referencias propuestas pueden constituir una herramienta fiable, práctica y precisa de cara a evaluar el estado nutricional de esta variedad en la D.O.Ca. Rioja. Asimismo, estas referencias pueden convertirse en una herramienta útil para evaluar el estado nutricional de ‘Garnacha tinta’ en otras regiones, siempre y cuando no se disponga de referencias específicas para esta variedad a nivel local en esas zonas vitícolas. El uso de niveles de referencia foráneos solo se justifica en aquellos casos en los que no se disponga de niveles de referencia locales, ya que al no considerar las particularidades de la zona agrícola, funcionarían únicamente como unos niveles generales. En este sentido, la precisión y fiabilidad del diagnóstico nutricional disminuirá a medida que las condiciones agroclimáticas y culturales de dichas regiones, difieran de aquellas que se utilizaron para establecer las referencias.

Las referencias obtenidas para Vitis vinifera L. cv. ‘Garnacha tinta’, pueden ser mejoradas mediante el aumento del volumen de la base de datos foliar, así como por

299 Capítulo IV Resultados y Discusión la consideración de nuevos criterios en su diseño, como lo serían aquellos relacionados con parámetros de calidad del mosto, niveles de rendimiento, o distintas situaciones agronómicas, como sistemas de conducción, manejo del suelo o la edad del viñedo, entre otros. Estas referencias, por tanto, no deben ser estáticas, sino que se irán modificando sustancialmente con el tiempo.

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320 Bibliografía

321

ANEXOS

Anexos

ANEXO I. MÉTODOS DE ANÁLISIS DE SUELOS Y DETERMINACIÓN

Los análisis de suelo realizados se han llevado a cabo en el Laboratorio Regional de La Grajera, según los métodos oficiales del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (M. A. P. A., 1986), excepto en los que se indica el método seguido para realizarlos.

Textura:

La textura se determina mediante el método de la pipeta de Robinson (método oficial). Este método se basa en la diferente velocidad de sedimentación de las partículas del suelo, en suspensión en una disolución acuosa. Las partículas de arena, limo y arcilla presentan diferentes tiempos de sedimentación, que depende de su diámetro (ley de Stokes). La sedimentación elimina, en una zona de profundidad h y en un tiempo t, todas las partículas cuyas velocidades de sedimentación sean mayores de h/t, mientras que las partículas que tengan velocidades de sedimentación inferiores a la citada se mantienen en suspensión a la concentración original. Los resultados obtenidos se expresan en % arena, % limo y % arcilla.

Carbonatos: La determinación de los carbonatos se basa en que al tratar con ácido clorhídrico (HCl) un suelo que contenga carbonatos, se desprende CO2 según la siguiente reacción:

CaCO3 + 2HCl  CO2 + CaCl2 + H2O Si dicha reacción se lleva a cabo en un dispositivo cerrado (calcímetro), a presión y temperatura constantes, y no se desprenden otros gases, la medida del volumen de

CO2 desprendido permitirá calcular el contenido en carbonatos. El aparato utilizado para medir el incremento de volumen es el calcímetro Williams. Los datos obtenidos corresponden al % de carbonatos totales.

Caliza activa:

La caliza activa se calcula mediante una dosificación gasométrica de CO2 del carbonato amónico, formado al reaccionar el carbonato cálcico [CaCO3] activo con el oxalato

323 Anexos amónico en disolución. Para ello se utiliza el calcímetro Bernard, anotando el volumen de CO2 desprendido. Los resultados se expresan en % caliza activa.

Materia orgánica oxidable:

En el método de Walkey-Black, el contenido de materia orgánica del suelo se calcula basándose en la determinación del carbono orgánico que contiene el suelo mediante un método por vía húmeda, basado en la oxidación parcial del carbono orgánico con un agente oxidante añadido en exceso. De esta manera, la materia orgánica del suelo que se oxida se determina con dicromato potásico en presencia de ácido sulfúrico

(H2SO4). El dicromato que no ha reaccionado (exceso de oxidante), que no se ha empleado en la oxidación, se valora con sulfato ferroso-amónico (sal de Möhr), y la cantidad de materia orgánica se calcula a partir de la cantidad de dicromato reducido. La técnica asume un factor de recuperación del 77% del carbono orgánico presente en la muestra (factor de 1,29). El contenido en materia orgánica se estima a partir del dato empírico obtenido para el carbono orgánico fácilmente asimilable multiplicado por un factor teórico (factor de Van Bemmelen) que supone un porcentaje de carbono fijo en la materia orgánica del 58%. El resultado obtenido se expresa en % materia orgánica oxidable.

pH en agua: El pH de las muestras de suelo se determina en solución acuosa de relación 1:5 suelo:agua. Para ello, se pesan 10 g de suelo al que se le se le adicionan 50 ml de agua destilada. Finalmente, en esta suspensión se introducen los electrodos para medir el pH en el líquido sobrenadante por potenciometría. El pH-metro utilizado es un equipo autovalorador Crison Multimeter MM41, con un electrodo de pH (5014) y sonda de temperatura incorporada.

Conductividad eléctrica: Se determina en solución acuosa de relación 1:5 (suelo:agua) a 25ºC con un ionómetro Crison MM41, con electrodo de conductividad (5670) y sonda de temperatura. Los resultados se expresan en mmhos/cm.

324 Anexos

Capacidad total de cambio, magnesio y calcio asimilable: Los cationes retenidos en el suelo son intercambiados con los iones de hexamincobalto de la disolución, y la capacidad total de cambio es obtenida por diferencia entre la cantidad inicial de hexamincobalto en solución y la cantidad restante en el extracto, después de producirse el intercambio de iones. El reactivo utilizado para la extracción es el Cohex, tricloruro de cobalto hexamina

[Co(NH3)6]. Así, a 2,5 g de suelo se le añaden 50 mL de extractante, se mantiene 1 hora en agitación a 20ºC, se filtra el extracto, se centrifuga a 2000 rpm durante 5 minutos, se filtra y finalmente se mide la absorbancia a 475 nm. El espectrofotómetro utilizado

-1 es un UV-visible modelo 8625 Philips. Los resultados se expresan en mmolc·100g de suelo.

Fósforo, Potasio, Sodio: Para su determinación, se realiza una extracción con el reactivo Melhich 3 que contiene: CH3COOH 0,2 M; NH4NO3 0,25 M; NH4F 0,015 M; HNO3 0,01 M y EDTA 0,01 M a pH 2,5 con una relación suelo:disolución 1:10 y un tiempo de agitación de 10 minutos. Posteriormente se realiza una determinación mediante emisión atómica ICP- OES, utilizando un espectrofotómetro de emisión de plasma modelo óptima 3300 Dv (Perkin Elmer). Los resultados se expresan en mg·kg-1 suelo.

325 Anexos

ANEXO II. ENCUESTAS DE CARACTERIZACIÓN DE LOS VIÑEDOS ESTUDIADOS PARA LA DETERMINACIÓN DE LOS NIVELES DE REFERENCIA. En el presente anexo se muestran las encuestas realizadas en los diferentes viñedos, y que se han utilizado para la determinación de los niveles de referencia en cv. ´Garnacha tinta´. Estas encuestas fueron diseñadas por el personal de la sección de Viticultura y Enología del CIDA (Servicio de Investigación y Desarrollo Tecnológico Agroalimentario de La Rioja), además de la colaboración de una red de técnicos en viticultura, en el año 2000. A continuación, se reproducen dichas encuestas en su formato original:

II. 1. ENCUESTA INICIAL

CÓDIGO:

I. DATOS DEL COLABORADOR

APELLIDOS: NOMBRE: DIRECCIÓN: POBLACIÓN: TELÉFONO: FAX: e-MAIL:

II. UBICACIÓN DE LA PARCELA

POLÍGONO: Nº PARCELA: PAGO: TERMINO MUNICIPAL: SUBZONA:

326 Anexos

III. CARACTERÍSTICAS DEL TERRENO

III.1 TOPOGRAFÍA DE LA PARCELA - TERRENO LLANO ❒ - TERRENO PENDIENTE ❒ * Pendiente < 5% ❒ * Pendiente 5-10% ❒ * Pendiente >10% ❒

III.2 DRENAJE DE LA PARCELA SI NO - DIFICULTAD DE DRENAJE ❒ ❒ - PROBLEMAS DE ASFIXIA RADICULAR ❒ ❒

III.3 ALTITUD - < 300 m. ❒ - 300 - 500 m. ❒ - > 500 m. ❒

III.4 EXPOSICIÓN - SUR ❒ - NORTE ❒ - ESTE ❒ - OESTE ❒ - OTRAS ❒ Especificar:

III.5 PERFIL DEL SUELO - PROFUNDIDAD DEL SUELO (explorable por las raíces) * Poco profundo (< 50 cm.) ❒ * Medianamente profundo (50-100 cm.) ❒ * Profundo (>100 cm.) ❒

327 Anexos

- HOMOGENEIDAD DEL SUELO SI NO * Existencia de horizontes heterogéneos ❒ ❒ (horizonte de arcilla, petrocálcico, elementos gruesos,...) Especificar:

III.6 TEXTURA - ARCILLOSA (Pesada) ❒ - FRANCA (Media) ❒ - ARENOSA (Suelta) ❒ - OTRAS ❒ Especificar:

- Presencia de elementos gruesos ❒

III.7 ESTRUCTURA - MIGAJOSA ❒ - GRANULAR ❒ - LAMINAR ❒ - POLIÉDRICA ❒

III.8 FERTILIDAD DEL SUELO - BAJA ❒ - MEDIA ❒ - ALTA ❒

III.9 SALINIDAD SI NO ❒ ❒

III.10 CALIZA - BAJA ❒ - MEDIA ❒ - ALTA ❒

328 Anexos

IV. CARACTERÍSTICAS CLIMÁTICAS

IV.1 RÉGIMEN PLUVIOMÉTRICO - PRECIPITACIÓN MEDIA ANUAL: * < 300 mm. ❒ * 300-400 mm. ❒ * > 400 mm. ❒

- % PRECIPITACIÓN VERANO/ PRECIPITACIÓN ANUAL: % (Verano= Junio-Julio-Agosto-Setiembre)

IV.2 ACCIDENTES CLIMÁTICOS - HELADAS * Primavera ❒ * Otoño-Invierno ❒ - GRANIZO ❒ - VIENTO ❒ - ASURADO ❒ - RIADA ❒ - OTROS ❒ Especificar:

V. CARACTERÍSTICAS DEL VIÑEDO

SUPERFICIE DE LA PARCELA: VARIEDAD: PORTAINJERTO: AÑO DE PLANTACIÓN: MODALIDAD DE PLANTACIÓN: - Injerto en campo ❒ - Planta-Injerto ❒ -Desfonde ❒

329 Anexos

-Subsolado ❒ -Otros ❒ Especificar: - Abonado de fondo: SI NO ❒ ❒ Especificar: CULTIVOS ANTERIORES:

V.1 FENOLOGÍA (Fecha aproximada) - BROTACIÓN: - FLORACIÓN: - ENVERO: - VENDIMIA:

V.2 VIGOR DE LA PLANTA - BAJO (< 500g. madera/cepa) ❒ - MEDIO (500-1000 g. madera/cepa) ❒ - ALTO (> 1000 g. madera/cepa) ❒

V.3 PRODUCCIÓN ➔ RENDIMIENTO (Media de los últimos cinco años) - < 5000 kg/ha ❒ - 5000-7500 kg/ha ❒ - 7500- 10000 kg/ha ❒ - > 10000 kg/ha ❒ - Rendimiento Campaña 1999:

➔ ANOMALÍAS DE LA FECUNDACIÓN - FILAGE (Desarrollo de muchos zarcillos) ❒ - CORRIMIENTO ❒ - MILLERANDAGE (Desarrollo desigual de los granos del racimo) ❒ Comentarios:

330 Anexos

V.4 NIVEL DE AGOSTAMIENTO DE LOS SARMIENTOS - MALO ❒ - REGULAR ❒ - BUENO ❒

V.5 ÉPOCA DE MADURACIÓN DE LA UVA - PRECOZ ❒ - MEDIA ❒ -TARDÍA ❒

V.6 CARACTERÍSTICAS DEL MOSTO (Media de los últimos cinco años) - GRADO * < 10 ❒ * 10-11 ❒ * 11-12 ❒ * 12-13 ❒ * > 13 ❒ - Grado Campaña 1999: - ACIDEZ * Baja ❒ * Media ❒ * Alta ❒ - Acidez Campaña 1999:

V.7 VALORACIÓN DEL ESTADO SANITARIO DE LA PARCELA (Apreciación media) - DEFICIENTE ❒ - REGULAR ❒ - BUENO ❒

- Principales plagas, enfermedades y alteraciones no parasitarias de la parcela:

331 Anexos

VI. CONDUCCIÓN DEL VIÑEDO

VI.1 DISPOSICIÓN DE LA PLANTACIÓN - MARCO * Separación entre filas (m.): * Separación entre cepas (m.): - DENSIDAD (nº cepas/ha):

VI.2 ORIENTACIÓN DE LAS FILAS - NORTE-SUR ❒ - ESTE-OESTE ❒ - OTRAS ❒ Especificar:

VI.3 SISTEMA DE PODA - VASO ❒ * Nº brazos: * Nº pulgares: * Nº yema/pulgar: * Altura del tronco: Comentarios y breve descripción:

- CORDÓN ❒ * SIMPLE ❒ * DOBLE ❒ * Nº pulgares/brazo: * Nº yema/pulgar: * Altura del tronco:

* TIPO DE ESPALDERA: ➜ Poste de madera ❒ ➜ Poste metálico ❒ ➜ Otros ❒

332 Anexos

Especificar: ➜ Nº de alambres: Comentarios y breve descripción de la “espaldera” (separación entre postes, entre alambres,...):

- OTROS (Guyot, abanico, ...) ❒ Especificar:

VI.4 OPERACIONES EN VERDE - ESPERGURADO ❒ - DESNIETE ❒ - DESPUNTE ❒ - DESHOJADO ❒ - ACLAREO DE RACIMOS ❒ - OTROS ❒ Especificar:

VI.5 MICROCLIMA (Exposición) DE HOJAS Y RACIMOS - Superposición (“amontonamiento”) de hojas ❒ ❒ SI NO - Exposición de racimos * BUENA ❒ * MALA ❒

VII. MANTENIMIENTO DEL SUELO

- LABOREO ❒ - HERBICIDAS ❒ Especificar herbicidas:

- CUBIERTA VEGETAL ➔ Espontánea ❒ ➔ Siembra ❒ Especificar:

333 Anexos

- TÉCNICAS MIXTAS (combinación de las anteriores) ❒ Comentarios y breve descripción:

- PRINCIPALES MALAS HIERBAS PRESENTES EN LA PARCELA:

VIII. PROTECCIÓN DEL VIÑEDO

VIII.1 PLAGAS - ACARIOSIS ❒ - PIRAL ❒ - POLILLA ❒ - OTROS ❒ Especificar:

VIII.2 ENFERMEDADES - MILDIU ❒ - OIDIO ❒ - BOTRITIS ❒ - EUTIPA ❒ - YESCA ❒ - OTRAS ❒ Especificar:

VIII.3 OTRAS ALTERACIONES PARASITARIAS - VIRUS ❒ Especificar:

- BACTERIAS ❒ Especificar:

- OTRAS ❒ Especificar:

334 Anexos

VIII.4 LUCHA FITOSANITARIA (nº tratamientos)

AGENTE PRODUCTO MÁS Nº DE OBSERVACIONES PARASITARIO UTILIZADO TRATAMIENTOS

ACARIOSIS PIRAL POLILLA MILDIU OIDIO BOTRITIS EUTIPA YESCA OTROS,...

Comentarios:

IX. RÉGIMEN HÍDRICO

- SECANO ❒ - REGADÍO ❒ ➔ RIEGO DE INVIERNO ❒ * Manta ❒ * Aspersión ❒ * Localizado ❒ * Cantidad de agua aplicada (m3/ha): * Época de riego:

➔ RIEGO DE VEGETACIÓN ❒ * Manta ❒ * Aspersión ❒ * Localizado ❒ * Cantidad de agua aplicada (m3/ha): * Época y frecuencia de riego:

335 Anexos

X. FERTILIZACIÓN

X.1 ABONADO ORGÁNICO DE MANTENIMIENTO ❒ ➔ Tipo de abono: ➔ Cantidad aportada (kg/ha) ➔ Frecuencia: ➔ Época: ➔ Modalidad * Superficie ❒ * Localizado ❒ * Otros ❒ Especificar:

X.2 ABONADO MINERAL DE MANTENIMIENTO ❒ ➔ Tipo de abono: ➔ Cantidad aportada por tipo de abono (kg/ha): ➔ Frecuencia: ➔ Época: ➔ Modalidad * Superficie ❒ * Localizado ❒ * Fertirrigación ❒ * Otros ❒ Especificar:

X.3 ABONADO FOLIAR ❒ ➔ Tipo de abono: ➔ Cantidad aportada por tipo de abono (kg/ha): ➔ Frecuencia: ➔ Época:

336 Anexos

X.4 VALORACIÓN DEL ESTADO NUTRICIONAL DE LA PLANTA - SIN PROBLEMAS ❒ - CON PROBLEMAS ❒

➔ CARENCIAS ➔ TOXICIDADES * NITRÓGENO ❒ * BORO ❒ * FOSFORO ❒ * MANGANESO ❒ * POTASIO ❒ * OTROS ❒ * MAGNESIO ❒ Especificar: * HIERRO ❒ * BORO ❒ * MANGANESO ❒ * ZINC ❒ * OTROS ❒ Especificar:

OBSERVACIONES

337 Anexos

II.2. ENCUESTA ANUAL

CÓDIGO: RA-01

DATOS DEL COLABORADOR (Persona de contacto) NOMBRE: DIRECCIÓN: POBLACIÓN: TELÉFONO: FAX: e-MAIL:

DATOS DEL PROPIETARIO NOMBRE: DIRECCIÓN: POBLACIÓN: TELÉFONO:

UBICACIÓN DE LA PARCELA PAGO: TERMINO MUNICIPAL:

1.- ACCIDENTES CLIMÁTICOS Indicar si se ha registrado y en qué fecha: helada, granizo, vientos fuertes, asurado, riada, ... etc.

2.- PRODUCCIÓN 2.1.- RENDIMIENTO Indicar el rendimiento en kg/ha de la parcela. Este dato es de gran importancia para el estudio, no tiene ningún carácter de control y es totalmente confidencial.

338 Anexos

2.2.- ALTERACIONES DE LA FLORACIÓN -FECUNDACIÓN Indicar si se han producido problemas de corrimiento, desecamiento del raspón, desarrollo irregular de los granos, ...

3.- PROTECCION DEL VIÑEDO 3.1.- VALORACIÓN DEL ESTADO SANITARIO DE LA PARCELA (Apreciación media) ❒SI ❒NO - SATISFACTORIO 3.1.1.- PLAGAS - ACARIOSIS ❒ - PIRAL ❒ - POLILLA ❒ - OTROS ❒ Especificar:

3.1.2.- ENFERMEDADES - MILDIU ❒ - OIDIO ❒ - BOTRITIS ❒ - EUTIPA ❒ - YESCA ❒ - OTRAS ❒ Especificar:

3.1.3.- OTRAS ALTERACIONES PARASITARIAS - VIRUS ❒ Especificar: - BACTERIAS ❒ Especificar: - OTRAS ❒ Especificar:

339 Anexos

3.1.4.- LUCHA FITOSANITARIA PRODUCTO MÁS AGENTE PARASITARIO Nº DE TRATAMIENTOS OBSERVACIONES UTILIZADO ACARIOSIS PIRAL POLILLA MILDIU OIDIO BOTRITIS EUTIPA YESCA OTROS,... Comentarios:

4.- OPERACIONES EN VERDE Indicar si se ha practicado y en qué fecha aproximada: espergurado, desniete, despunte, deshojado, aclareo de racimos, ...

5.-. MANTENIMIENTO DEL SUELO - LABOREO ❒ - HERBICIDAS ❒ * Herbicida en toda la superficie ❒ * Herbicida en la fila ❒ * Herbicida en rodales ❒ Especificar herbicidas: - CUBIERTA VEGETAL * Espontánea ❒ * Siembra ❒ Especificar: - TÉCNICAS MIXTAS (combinación de las anteriores)

340 Anexos

Comentarios y breve descripción:

- PRINCIPALES MALAS HIERBAS PRESENTES EN LA PARCELA:

6.- RÉGIMEN HÍDRICO - SECANO ❒ - REGADÍO ❒ Indicar época, modalidad, nº de riegos y volumen de agua aplicada (m3/ha).

7.- FERTILIZACIÓN 7.1.- Indicar época, modalidad (en superficie, localizado, ...), tipo de abono (mineral, orgánico, ..), y cantidad aportada de fertilizante (kg/ha) 7.2.- En caso de aplicación de abono foliar, indicar época, nº de aplicaciones, tipo de abono y cantidad de producto aplicado (kg/ha) 7.3.- Indicar si se ha observado alguna carencia (potasio, fósforo, nitrógeno, boro, zinc, hierro, ...) ó toxicidad en la parcela. Describir brevemente la sintomatología observada.

OBSERVACIONES

341 Anexos

323