IV Congreso Chileno de Antropología. Colegio de Antropólogos de A. G, Santiago de Chile, 2001.

La identidad - warriache: Procesos migratorios contemporáneos e identidad mapuche urbana.

Andrea Aravena.

Cita: Andrea Aravena. (2001). La identidad mapuche - warriache: Procesos migratorios contemporáneos e identidad mapuche urbana. IV Congreso Chileno de Antropología. Colegio de Antropólogos de Chile A. G, Santiago de Chile.

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Andrea Aravena*

Presentación nacional" (Favre, H., 1966: 48; traducido del original en francés). Una de las situaciones de mayor alcance en los proce• De esta posición que asimilaba la identidad indígena a sos demográficos que han afectado a América Latina una identidad fundamentalmente rural y campesina, se en las últimas décadas, ha sido la de la urbanización y desprende una segunda respecto de la migración y la la migración de poblaciones indígenas a los centros adaptación a los medios urbanos. Esta consiste en urbanos de la región. Las migraciones indígenas, se• sostener que una vez acontecida la migración, el nue• ñala Stavenhagen, "constituyen, probablemente, el fe• vo citadino se integra al medio urbano a partir de su nómeno migratorio más importante en América Latina asimilación progresiva a una identidad de clase, olvi• en este siglo" (Stavenhagen, R., 1992: 73). Sin embar• dando su identidad de origen. Así, si los estudios so• go, el tema ha sido escasamente consignado y poco bre la migración indígena, su urbanización y mecanis• estudiado. Ello se debe a la importancia indiscutible de mos de adaptación a los medios urbanos son hoy más la presencia indígena en las áreas rurales de América abundantes, escasos fueron aquellos que en el siglo Latina y a la concepción particular que se ha tenido de veinte se interesaron en el tema de la identidad que la etnicidad, caracterizada por la "ruralidad" y la estos migrantes trajeron con ellos o en conocer las di• "tradicionalidad". ferentes maneras en que dicha identidad logró no sola• Definiciones como la siguiente ilustran este punto de mente ser reproducida sino también recreada. vista: "El indígena es siempre un rural que vive ya sea El pueblo mapuche no constituye una excepción a esta de la recolección, de la caza y de la pesca, o de activi• tendencia. Pensar en los migrantes mapuche y hablar dades más complejas y elaboradas, pero siempre de de la cuestión mapuche urbana nos remite a abordar tipo agrícola. Reside en aglomeraciones pequeñas, si• nuestra problemática a partir de dos criterios. El prime• tuadas sobre las zonas de caza, ... al interior del país. ro está definido por el contexto que determina y que A menudo, estas aglomeraciones se constituyen y se permite explicar la migración rural - urbana mapuche. destruyen al ritmo del agotamiento de los suelos; se El segundo, nos lleva a la revisión de las consecuen• reconstruyen afuera, en tierras vírgenes abiertas a la cias que el proceso migratorio tiene sobre la sociedad explotación. Si el indígena frecuenta la ciudad, es sola• mapuche actual, y cómo ésta logra reconstruir su iden• mente para entregar su producción, y para arreglar los tidad en la ciudad, configurando lo que hemos llamado problemas administrativos que le impone la estructura la identidad "mapuche-warriache". del Estado, de la cual forma parte. Pero siempre se Para observar dichos procesos en primer lugar descri• siente extranjero al medio urbano que lo tolera sin acep• biremos desde un punto de vista histórico, cómo se tarlo totalmente .... El indio, al dejar el campo y estable• constituyó la vida de los en la reducción, con cerse en Ciudad de México, en la Paz o en Lima, no se el objeto de comprender el origen del proceso migrato• considera a sí mismo ni es más considerado como tal. rio. En segundo lugar centraremos nuestra atención El indio viene a inflar esta 'masa mediana' de 'cholos', en algunas de las consecuencias generadas por este de 'ladinos', de 'rotos', es decir de mestizos ya integra• proceso migratorio. En tercer lugar, describiremos al• dos en grados más o menos importantes a la sociedad gunas características socio - demográficas de los

Antropóloga, post-graduada (DEA) en "Sociología y Antropología Política" en el IEDES (Universidades de París 1y París VIII, Francia); candidata a doctor en Letters et Sciences Sociales en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París.

Tomo I Actas del 4º Congreso Chileno de Antropología Simposio Antropología Urbana 285 mapuches urbanos en Santiago de Chile. Finalmente, como los estudiosos de la sociedad mapuche del siglo describiremos y analizaremos las prácticas que otor• veinte coinciden en hablar de la existencia de una "so• gan visibilidad al mapuche urbano, contribuyendo a la ciedad mapuche reduccional", que es donde se repro• 3 formación de una identidad étnica Mapuche propiamen• duce el espacio social de la comunidad . Delimitada de te urbana. Con ello, esperamos aportar algunos ele• esta manera, la comunidad mapuche fue el espacio de mentos de información al lector no formado en la mate• reconstrucción del pueblo mapuche durante el siglo XX. ria y a la vez, profundizar en el conocimiento de los Principalmente, durante la primera mitad del siglo y, mapuches urbanos. Finalmente, analizaremos la rela• avanzada la segunda mitad, la comunidad se constitu• ción existente entre las organizaciones urbanas y la yó por una parte, en el lugar de residencia y de recons• comunidad, y el rol que la primera juega en la constitu• trucción social mapuche en relación a los siglos prece• ción de la identidad mapuche urbana. dentes y a la derrota militar. Y, por otra parte, se cons• tituyó en el lugar de resistencia y de reivindicación po• Sistema reduccional mapuche y migra• lítica mapuche. ción : las condiciones estructurales de Desde un punto de vista netamente jurídico, el período de establecimiento de las reducciones fue seguido del la emigración llamado "período de la división". Como su nombre lo Como es sabido, a fines de la mal llamada "Pacifica• indica, este período se caracterizó por la promulgación ción de la Araucanía", los mapuches perdieron la auto• de nuevas leyes y decretos que tenían por objeto la nomía que hasta entonces ejercían y el control de su división de los Títulos de Merced y la constitución de la territorio a través de la imposición del sistema propiedad privada sobre la tierra de los mapuches. Tal reduccional. En las reducciones, debieron adaptarse a situación persistió hasta el régimen militar. Conviene una nueva situación desde el punto de vista territorial, recordar que una vez que las reducciones eran dividi• económico, social y poi ítico. Esta nueva situación es das y los títulos de propiedad asignados, la tierra podía particularmente relevante, por cuanto la vida reduccional ser vendida a particulares no indígenas. Privatización y mapuche contribuyó a determinar un patrón de com• venta de tierras no constituían sino dos pasos del mis• portamiento de la sociedad mapuche reduccional. Este, mo proceso: el abandono definitivo de la tierra por los a su vez, fijó una forma de identidad mapuche, enton• mapuches. En este proceso, se distingue finalmente la ces característica de la vida en comunidad. legislación indígena del período militar (Decretos le• Desde un punto de vista jurídico, la radicación de los yes Nº 2.568 y 2.750 de 1979), que contribuyó a acele• mapuches en reducciones se formalizó con la asigna• rar la división de las comunidades mapuches. Como ción por parte del Estado a las familias indígenas de resultado de la aplicación de esta política, a fines de los llamados Títulos de Merced, hacia fines del siglo los años 80, numerosas eran las comunidades que ya XIX. De esta manera, las familias mapuches que te• se habían dividido. nían el hábito de desplazarse en un vasto territorio de Frente a los múltiples problemas, tanto de deslindes de cerca de diez millones de hectáreas que les permitía terrenos, como de orden económico que afectó a las asegurar su subsistencia a través del pastoreo, fueron familias mapuches durante casi un siglo de vida en las reducidas a un poco más de quinientas mil hectáreas. comunidades, el Estado atribuyó al régimen de propie• La radicación de los mapuches en reducciones, produ• dad comunitaria la pobreza y los conflictos que enfren• jo su sedentarización definitiva, la disminución y la divi• taban los mapuches, y no al proceso de reducción y sión de su territorio, la pérdida del ganado como prime• expoliación del que habían sido objeto. Los problemas ra fuente de su economía y su progresiva transición económicos y sociales ligados a la explotación del mi• hacia la pequeña agricultura campesina de nifundio por parte de los mapuches y a la ausencia de autosubsistencia. De esta manera, los mapuches fue• oportunidades laborales determinaron el inicio de im• ron obligados a adaptarse a las nuevas condiciones de portantes procesos migratorios de jóvenes mapuches vida que les fueron impuestas, sistema en el cual el a la ciudad. patrilinaje de los antiguos /ofches o familias extensas y De acuerdo a testimonios de dirigentes urbanos, la mi• su particular modo de producción, no encontraron ma• gración comenzó desde el momento mismo de la radi• yor incentivo para perpetuarse sino como sistema sim• cación. En la década de los años 30 ésta se intensificó, bólico de ordenamiento social. al producirse conflictos internos al interior de las comu• A pesar de ello, la sociedad mapuche persistió en los nidades por la división y atomización de la tierra. Igual- nuevos límites de la comunidad reduccional. Es así

286 Tomo I Actas del 4º Congreso Chileno de Antropología Simposio Antropología Urbana mente, la demanda de mano de obra barata en los cre• los diferenciaría del resto de la población mestiza y cientes polos de desarrollo urbano se hizo sentir de extranjera (frontera biológica). manera más fuerte. Las personas que emigraron a partir de esos años, lo hicieron en términos unipersonales, La experiencia de la migración: la lle• es decir migraron solos, con el único propósito de tra• gada, la segregación, la discriminación bajar y ayudar a la subsistencia de sus familias, y rara• Del mismo modo que a principios del siglo veinte se mente con el fin de perseguir estudios. Con el paso del pronosticaba la desaparición de los mapuches, una vez tiempo y ante la relación inversamente proporcional que constatado el fuerte proceso migratorio que les afecta• se produjo entre el crecimiento demográfico de la po• ba la misma idea surgió, especialmente al observarse blación y la superficie de tierras per cápita, la emigra• que en las comunidades ya no quedaban más que ni• ción en sus diferentes formas - estacional, de pueblo ños y viejos. Esta constatación se basa en la evidencia en ciudad, permanente - se convirtió en la única alter• de las consecuencias a veces brutales que provoca la nativa viable para los jóvenes mapuches y el sustento migración tanto en las comunidades de origen como de la vida familiar. Entre los años 40 y 50 continúa la セュエイ・@ aquellos individuos que comienzan a emigrar en migración a un ritmo constante, pero esta vez ya no se forma masiva. A pesar que la persona que emigra re• trata sólo de migración unipersonal, siendo frecuente gresa a visitar a su familia una vez que reúne los me• una migración grupal, de al menos dos personas: el dios económicos y que a menudo no corta los lazos padre con el hijo mayor, o el tío con el sobrino, dos con la comunidad pareciera que la continuidad que se hermanas, etc. En el caso de las mujeres también con• establece entre la ciudad y el campo no es siempre tinúa la migración unipersonal de adolescentes, que son suficiente como medio de apoyo para el migrante. En rápidamente seguidas por sus hermanas menores para este contexto, la migración, que es un proceso las más trabajar en el servicio doméstico. En el caso de la mi• de las veces irreversible, no es deseada a priori. Lejos gración femenina, rara vez hay retorno permanente. Es de ser vista como un medio de acceder a nuevas posi• decir, la mujer puede volver a visitar a su familia - lo bilidades de contacto y enriquecimiento cultural, se pre• que en general no sucede sino hasta años e incluso senta como un imperativo de orden económico. De tal décadas después-, pero raramente vuelve a residir en forma, es vivida como una suerte de exilio forzado. la comunidad. Si bien es efectivo que los problemas Moltedo (1990), a partir de una investigación desarro• que determinan la migración mapuche se acentuaron a llada en las década de los 80 en comunidades partir de la segunda mitad del siglo veinte, especial• mapuches de la región del Bío Bío (VIIIª región), cons• mente en la década de los años 80 - con la división de tata que los principales destinos de migración de la las comunidades indígenas y el mejoramiento de los población mapuche de la región eran las pequeñas ciu• accesos a las ciudades, especialmente hacia la zona dades próximas (Cañete, Lebu) y las grandes ciuda• central del país, la insuficiencia en la cabida de tierras, des del país (Concepción y Santiago). En nuestro tra• su progresiva atomización y las malas condiciones de bajo con migrantes de las regiones IXª y Xª, desarrolla• trabajo asalariado en el campo - la migración mapuche da una década después, constatamos el mismo patrón a los medios urbanos es una constante que se verifica migratorio. En el caso de la Xª región, los migrantes durante todo el siglo XX. mapuche-huilliches elegían como destino tanto las ciu• A pesar de lo señalado, de los mapuches se conoce dades cercanas a sus comunidades (Osorno, Puerto principalmente su existencia en las comunidades. Nu• Mont), como el Gran Santiago. En el caso de la IXª merosos y clásicos son ya los estudios que describen región, elegían igualmente como destino princ.ipal de con detalle la vida de los mapuches en las reduccio• migración las ciudades próximas a sus comunidades nes4. A partir de ellos, se llegó a hablar de las "caracte• (Carahue, Nueva Imperial, Villarrica) y los grandes con• rísticas de la sociedad mapuche contemporánea", has• glomerados urbanos como Temuco y Santiago. ta el punto de creer que la identidad mapuche estaba Tanto en la década de los 80 como en la de los 90, la definida por aquellas características. A saber : residir partida de la comunidad, el destino de la migración y el en comunidades relativamente aisladas del resto de la tiempo de ausencia de los lugares de origen, dependía sociedad (frontera geográfica), tener una economía principalmente de la capacidad de absorción de mano campesina de autosubsistencia (frontera económica), de obra de las ciudades receptoras. Ello los llevó tam• hablar el mapudungun (frontera lingüística) e, incluso, bién en la década de los 90 a emigrar masivamente en el hecho de representar una homogeneidad física que

Tomo I Actas del 4º Congreso Chileno de Antropología Simposio Antropología Urbana 287 forma estacional o permanente a las regiones centra• la conducta de los mapuches urbanos, a raíz de los les del país (Vª, VIª. y VIIª), e inclusive a zonas más problemas derivados de la desadaptación (Biedermann, extremas y distantes de sus comunidades (regiones XIª, N., 1992; Barría, C., 1984; y González M. et al., 1965). XIIª, llªy IVª). Igualmente, continúa corroborándose una Estos estudios, realizados con una perspectiva médi• cierta "tradición migratoria", que consiste en el hecho ca, destacan la frecuencia de las "depresiones" y que, una vez alcanzada una cierta estabilidad laboral "alineaciones" que afectarían a los inmigrantes, como cada migrante constituye una suerte de puente para resultado de alteraciones en la estructura de la perso• que otros integrantes de sus familias se les una. Así, nalidad de los sujetos estudiados. Dichas alteraciones con la migración no necesariamente hay ruptura, sino serían una de las consecuencias más visibles de los más bien continuidad. conflictos resultantes de la confrontación de la identi• Asimismo, el llamado éxodo mapuche, lejos de signifi• dad primaria en la que fueron socializados y las dife• car una evasión de la comunidad, una huída, no es sino rentes formas de identidad con que se encuentran en la expresión de un medio de apoyo a la economía la ciudad. El problema afectaría no solamente a los mapuche campesina. Por tanto, quienes dejan sus co• migrantes sino también a las generaciones posteriores munidades no necesariamente la abandonan, puesto socializadas en un medio donde una identidad familiar que regresan temporalmente en períodos de cesantía, mapuche contrasta con una identidad urbana no durante el verano, o bien desde la ciudad continúan mapuche. Estos conflictos aparecerían aún más mar• ayudando a la economía familiar. En el caso de los jó• cados cuando se experimenta el rechazo y discrimina• venes que en los últimos años han migrado a Santiago ción por parte de la sociedad receptora. En América por razones de estudio, todos regresan a sus hogares Latina, los llamados estudios desde la perspectiva de durante las vacaciones. Otra constante interesante de la "aculturación" han seguido esta línea. En este con• desatacar aquí es que si bien todos coinciden en que texto, nos atrevemos a situar el trabajo de Moltedo ci• las condiciones de vida en el campo son negativas y tado. duras, la gran mayoría aspira a regresar algún día. El principal obstáculo para la adaptación de los Obviamente, eso no sucede con sus hijos nacidos en mapuches a la vida urbana provendría tanto del trato la ciudad; tampoco con sus nietos. En el caso de los discriminatorio que recibirían de la sociedad no indíge• hijos y los nietos de los migrantes nacidos en Santiago, na como de las dificultades que encontrarían para su• existe un interés creciente por conocer el sur del país, perar la situación de marginalidad en que les toca des• las comunidades de origen de sus padres y abuelos y envolverse. En el mismo sentido, como señala el lin• sus parientes. Sin embargo, por razones económicas, güista Salas (1985), la negación de los marcadores de un porcentaje importante de ellos nunca ha salido de la identidad mapuche, como la lengua, cuya negación se región. atribuiría al hecho de no querer ser identificado como En otro orden de cosas, la migración mapuche a San• mapuche en la ciudad, acarrearía el rechazo de la pro• tiago genera problemas de adaptación, especialmente pia identidad y el deseo nostálgico de volver a la comu• en quienes migran solos y con fines laborales. En este nidad donde ya no se puede regresar. Cabe destacar caso, se trata de una migración principalmente econó• que para Salas, la lengua, el mapudungun, constituye mica y tanto en la década de los años 30 como en el el principal vector en la constitución de la identidad presente los inmigrantes se enfrentan a problemas si• mapuche. Podemos no estar de acuerdo con el lingüis• milares. Entre éstos, destacan los problemas asocia• ta respecto de lo que constituye el aspecto central de dos a la inserción laboral en la ciudad, al encuentro de la identidad mapuche; igualmente, podemos no estar un lugar de residencia permanente (no obstante en el de acuerdo con la utilidad de la perspectiva de la presente hay mucha gente que llega a la casa de sus aculturación para estudiar la migración y la identidad parientes), la fuerte atomización que sufre la propia fa• mapuche urbana; sin embargo no podríamos dejar de milia y, especialmente, los problemas asociados a la reconocer la existencia de la discriminación ni los efec• 5 discriminación . tos negativos que ésta provoca en cada individuo. En efecto, si bien la situación de la migración indígena Numerosas son las personas mapuche migrantes y re• y mapuche en Santiago y en Chile en general, es bas• sidentes que se quejan de haber sufrido la discrimina• tante desconocida, investigaciones pioneras sobre el ción, ya sea de manera ocasional o en forma perma• perfil psico-social de los migrantes, atribuyen al propio nente. Aquí resulta interesante destacar la asociación proceso migratorio efectos psicológicos importantes en que se hace entre discriminación y la voluntad -

288 Tomo I Actas del 4º Congreso Chileno de Antropología Simposio Antropología Urbana conciente o inconsciente- del mapuche urbano de es• confirman que la región metropolitana constituye el prin• conder su identidad para lograr una mejor adaptación. cipal destino de migración mapuche y aquella donde Por ello Montecino (1990) acertó conceptualmente al reside la mayor cantidad absoluta de población hablar del mapuche urbano como un ser "invisible". Sin mapuche del país. La IXª región por su parte, continúa embargo, la experiencia de la migración y la necesidad siendo la región donde la población mapuche tiene de adaptación no siempre conllevan el イ・」ィ。セッ@ u ocul- . mayor presencia relativa, ya que casi un cuarto del to• tamiento de la identidad. Tampoco el alejamiento de la tal de población de la región sería mapuche. comunidad significa per se la pérdida de la identidad En la región metropolitana, se reconocen como mapuche. El mapuche urbano hoy, ya sea migrante mapuche 200 863 hombres y 208 316 mujeres , repre• directo o descendiente de migrantes, aún escondiendo sentando el 11 % del conjunto de población de la región individualmente su identidad de origen, no deja de sen• (de 14 años y más). Cabe destacar la importancia rela• tirse mapuche, ni de expresarlo en términos de orgullo tiva que tiene la población femenina por sobre la mas• cada vez que tiene la oportunidad de hacerlo y no sien• culina (50,9% et 49, 1%, respectivamente), lo que no te el menoscabo y el menosprecio huinca. Esta situa• sucede en otras regiones del país ni corresponde con ción se expresa en términos paradigmáticos en el seno la tendencia nacional del pueblo mapuche (49,28% de de las organizaciones mapuches urbanas, que sólo en mujeres y 50,72% de hombres). Una explicación posi• la ciudad de Santiago hoy día alcanzan a casi uncen• ble de esta situación podría ser aquella que asocia la tenar. Allí se reúnen quienes luchan por la defensa de alta migración mapuche femenina a la ciudad de San• su identidad. tiago, a la demanda de mano de obra doméstica. La distribución etárea de esta población es la siguien• Caracterización socio-demográfica de te: casi un 40% tiene entre 14 y 29 años, 34% entre 30 los mapuches urbanos y 44 años, 17% entre 45 y 59 años y sólo 9% más de Como es sabido, el Censo de Población y Vivienda 60 años. Por tanto, se trata de una población joven, de 1992 es el primer censo del país en considerar constituida en general por no más de tres generacio• oficialmente a la población indígena nacional, pese nes (abuelo-padre-hijo), a menudo por sólo dos, o di• a haber contabilizado sólo a tres de los ocho pue• rectamente por inmigrantes. Cabe destacar que el últi• blos6 reconocidos legalmente en 1993. Muchos mo tramo de edad señalado es el menos significativo, lo que nos demuestra el carácter relativamente recien• cuestionamientos se han hecho a este Censo, es• te de la migración como fenómeno masivo, a pesar de pecialmente respecto a la manera de preguntar so• haber existido migración permanente pero poco signifi• bre la pertenencia a las "culturas mapuche, aymara o rapa nui", a través de la autoidentificación. A pe• cativa con anterioridad. Por el contrario, el tramo de sar de los problemas de orden metodológico conte• edad más importante se sitúa entre los 25 y los 29 años, nidos en la pregunta del censo, son los únicos da• seguido del tramo de los 30 a los 40 años, y luego de tos cuantitativos de que disponemos y los únicos los 20 a los 24. Todos ellos representan, por su edad, que nos permiten analizar ciertas características que la población mapuche urbana que reside en San• demográficas de los mapuches urbanos de la región tiago se encuentra en su mayoría en edad de trabajar, metropolitana. lo que corrobora lo que algunos investigadores obser• En conformidad con los resultados del censo, se esti• varon en la década de los años 80 en el campo: que en ma que la población indígena del país alcanza las 998 las comunidades rurales residían principalmente niños 379 persones (de 14 años y más), es decir, un 10,33% y ancianos. El Censo, demasiado general, no nos indica directa• de la población nacional al año 1992, de los cuales 928 060 serían mapuches (93% del universo indígena de mente la distribución por actividad económica de los Chile). Del total de población que en el Censo se reco• mapuches urbanos, ni las diferencias que en cada una noció como perteneciente a uno de los tres pueblos de ellas hay entre hombres y mujeres. Sólo sabemos considerados -mapuche, aymara, rapa nui- casi un 80% que del total de población mapuche de la región metro• residía en los medios urbanos, frente al 20% que conti• politana de 15 años y más, 401.842 personas constitu• nuaría viviendo en las zonas rurales del país. A su vez, yen la llamada "población en edad de Trabajar". El 57.57% de ellas (231.253 personas) conforman la "po• el 43,4% del total de población censada, - 433 035 per• sonas - residían en la región metropolitana, y de ésta, blación económicamente activa" (PEA) y el 42,43% 409 079 se identifican al pueblo mapuche. Estas cifras (170.489 personas) la "población no económicamente

Tomo I Actas del 4º Congreso Chileno de Antropología Simposio Antropología Urbana 289 activa" (PNEA). Si bien ello indica que entre los sarios" de no más de un empleado, siendo principal• mapuches urbanos un porcentaje importante de lapo• mente los hombres los '1rabajadores independientes" blación se encuentra inactiva desde el punto vista eco• (16,03%) y no la mujeres (9,04%). Ello guarda rela• nómico, la tasa de inactividad que presentan es inferior ción con el alto interés que demuestran todos los diri• al promedio de la región para el mismo año (47,93%). gentes de ser independientes y no tener que depender Igualmente, las estadísticas del Censo nos permiten de un patrón que los obligue a trabajar o los trate mal. destacar que un cuarto de la población mapuche en Por otro lado, también nos indica la probable precarie• edad de trabajar, se dedica a "actividades del hogar" dad de los medios de sustento, como en el caso de los tratándose seguramente de población femenina. microempresarios, quienes raramente consideran den• Respecto de la "ocupación o tipo de trabajo", por un tro de sus presupuestos gastos para previsión y salud. · estudio encargado por CONADI, sabemos que un por• Las mujeres, en cambio, se concentran en segundo centaje significativo se inserta en la categoría de "tra• orden de importancia en la categoría de "trabajadores bajos no calificados", lo que es especialmente impor• para servicio doméstico del hogar'' (22,35%), frente a tante en el caso de las mujeres. En efecto, un poco la tendencia nacional de un 15,93%. ldem: 122). más de un tercio de las mujeres mapuches de la región Respecto de las "ramas de la actividad económica", de (33,86%) constituyen lo que se denomina "mano de obra los tres grandes sectores de la actividad económica no calificada" (CONADI /SUR /UAHC, 1995: 109). En• nacional (agricultura, industria y servicios, con sus tre los hombres mapuches de la región, se constata subdivisiones respectivas) se destaca que los que un tercio (30,89%), está representado en la cate• mapuches de la región metropolitana se emplean prin• goría "oficiales, operarios y artesanos de artes mecáni• cipalmente en la industria manufacturera, en el comer• cas y otros oficios" (ídem: 11 O). El estudio destaca cio y en el servicio doméstico. En el caso de los hom• también una alta participación de la población mapuche bres, éstos se concentran principalmente en la indus• de la región en las categorías "empleados de oficina" y tria manufacturera (28,99%), en el comercio (19,30%) "trabajadores de los servicios y vendedores de comer• y en la construcción (13,58%). Las mujeres por su par• cio y mercado (13,89% y 11,55% respectivamente). El te, están en primer lugar representadas en el servicio porcentaje comprendido en ambas categorías alcanza doméstico (29,93%), luego en la industria manufactu• el 25,44% (ídem: 11 O). Igualmente, se constata la baja rera (18,87%) y finalmente en el comercio (14,97%). participación de la población mapuche de la región en (ídem: 126-127). la categoría "miembros del poder ejecutivo y legislativo Así, el perfil laboral del mapuche urbano corresponde• y funcionarios directivos de la administración pública", ría al perfil de una persona de baja calificación, que "profesionales, científicos e intelectuales" y "técnicos y percibe bajos salarios, con una alta movilidad (espe• profesionales medios" (5, 72%, 4,28% et 5,41 % respec• cialmente en el caso de los hombres por su trabajo en tivamente). la construcción y en el comercio), con jornadas de tra• Respecto de la categoría "posición ocupada en el tra• bajo extensas, que enfrenta una alta discriminación e, bajo" los mapuches de la región metropolitana, siguien• inclusive, maltrato por parte de los patrones (CONADI / do de cerca la tendencia nacional, se concentra en pri• PET, 1999: 110). Tanto en el caso de los hombres como mer lugar en la categoría de '1rabajadores asalariados" de las mujeres, pero especialmente en el de éstas, los (75% de los trabajadores del país se encuentran en mapuches se ven discriminados por fenotipo, por cuanto esta categoría contra el 70% de los trabajadores uno de los requisitos para ser contratadas como secre• mapuches de la región metropolitana) (ídem: 118). En tarias o para ejercer funciones de atención de público cambio, a diferencia de la tendencia nacional para 1992, es contar con "buena presencia", requisito que según se observa que esta categoría es secundada por la de los estereotipos occidentales dominantes, ellas no re• "trabajadores por cuenta propia", con un 13, 73% de los unirían. trabajadores mapuches, relación que sube a 21,44% si consideramos a la vez a los "trabajadores por cuenta Los barrios periféricos como espacios propia" y a los "patrones o empleadores" (7,46%). Este de marginalidad y segregación socio - dato es sumamente significativo por cuanto nos está hablando de un alto porcentaje de población mapuche étnica de la región que no es asalariada, pudiendo corres• La región metropolitana es una zona eminentemente ponder a "trabajadores informales" o a "micro-empre- urbana y el centro político y administrativo de Chile. La

290 Tomo I Actas del 4º Congreso Chileno de Antropología Simposio Antropología Urbana alta concentración de población en Santiago no es so• de la región, hay un parque, el último tramo del llamado lamente producto del crecimiento demográfico, menos Parque de las Américas, donde año a año aparecen aún de la inmigración extranjera, sino que principalmen• como "callampas", decenas de casas, primero de car• te es producto de la acelerada urbanización del país y tón, luego de madera, que albergan a decenas de perso• por tanto; del éxodo rural-urbano. nas, parejas y familias mapuches que llegan a la gran La forma de crecer de Santiago es a través de cordo• ciudad por su puerta de entrada ferroviaria. En sus ini• nes poblacionales que van constituyendo los barrios cios el lugar fue utilizado como centro de acopio de periféricos. Estos barrios son alimentados en forma material de minería, pero a inicios de los 90 comenzaron aleatoria de agua y electricidad, solamente sus aveni• a instalarse numerosas familias mapuches provenientes das y calles principales están pavimentadas y padecen del sur del país, especialmente de Puerto Saavedra, de problemas importantes en lo que respecta al alco• Puerto Domínguez, Tirúa, Temuco y Contulmo. En su holismo, la drogadicción, la delincuencia, el transporte origen, ellas trataron "de reproducir el mismo hábitat y otros servicios urbanos. En este contexto residencial donde vivían, ya que existían crianzas de aves, huertos es preciso entender la migración mapuche y situar el para el consumo casero, etc." (l. Municipalidad de Esta• hábitat de la mayoría de los mapuches en Santiago, ción Central, 1999: 1). Las malas condiciones de vida en insertos en sus barrios periféricos. Aquí los mapuches el lugar llevaron a las cerca de 80 familias mapuches se insertan como miembros de una minoría nacional y que residían en 1999 a conformar la Asociación Mapuche como tal, lo hacen en forma dividida y fragmentada, Epu , cuya historia organizacional terminó con la como resultado de un proceso de deslocalización geo• erradicación del campamento a la comuna de Puente gráfica, de desestructuración de los lazos familiares y Alto. A los pocos meses del traslado, sin embargo, éste de marginalización en la cadena de las relaciones eco• se repobló de nuevas familias provenientes del sur, en nómicas. un 80 % conformadas por mapuches, que esperan des• Esta segregación se representa en la distribución es• de entonces (año 2000), una solución habitacional defi• pacial de la población mapuche de la región y principal• nitiva. En el mismo sentido, sorprende la constitución el mente, de la Provincia de Santiago. El 40% de los año 2000 de la Asociación de Allegados Mapuches mapuches que residen en ella, es decir, 140.399 per• Antuco, de la Comuna de Puente Alto, conformada casi sonas (INE, Censo de 1992), lo hacen en las 12 comu• exclusivamente por migrantes "allegados" a la casa de nas más pobres y marginales de la misma (La Pintana, familiares de dicha comuna. De esta manera, la segre• Renca, Pedro Aguirre Cerda, Lo Espejo, Huechuraba, gación socio-étnica no solamente se constata en los ba• Cerro Navia, San Ramón, Lo Prado, La Granja, rrios periféricos, sino que también puede ser observada Conchalí, Quilicura y el Bosque) donde la población en en comunas donde aparentemente no hay una concen• situación de pobreza y pobreza extrema es superior al tración de población mapuche tan importante. Lo que 30% (Mideplán, Casen 2000). Cabe destacar, por tan• sucede en este caso, es que en primer lugar, se trata de to, que las comunas de mayor concentración de pobla• población no registrada, por tanto estadísticamente inexis• ción indígena y mapuche de la región metropolitana, tente en la región y, por otro, se trata de una población coinciden con aquellas donde el porcentaje de pobla• cuyas condiciones de vida se desconocen, toda vez que ción en situación de pobreza es más alto. Lo mismo se encuentran escondidos tras un portón de una comu• sucede al interior de la Provincia de Santiago. Ello nos na donde no es fácil constatar a simple vista la pobreza. lleva a ver los barrios periféricos de Santiago no sola• Aquí estamos en presencia de dos factores más mente como lugares de concentración y reproducción coadyuvantes a la "invisibilización" del mapuche urbano. · de la pobreza urbana, sino también como espacios de Con todo, es posible afirmar que existe una relación segregación socio - étnica. casi directamente proporcional entre población Pero no solamente en los barrios periféricos se verifica mapuche urbana y población en situación de pobreza y esta situación. También es observable en algunas co• pobreza extrema. Evidentemente, en medio millón de munas céntricas de Santiago, donde los mapuches personas, existe una cifra absoluta importante de pro• migrantes se concentran en los campamentos o viven fesionales y sectores de comerciantes mapuches que de allegados. Por ejemplo, en Estación Central, comuna no están sujetos a esta condición. Sin embargo, ellos eminentemente urbana donde no existen en forma de• constituyen una minoría en Santiago. Es más, en un clarada campamentos y donde la población mapuche estudio realizado por el PET, por encargo de CONADI censada es inferior al resto de las comunas marginales (CONADI I PET: 1999), en La Pintana, Pedro Aguirre

Tomo I Actas del 4º Congreso Chileno de Antropología Simposio Antropología Urbana 291 Cerda, Pudahuel y Cerro Navia, se concluye que existe nes indígenas urbanas, cuando ellas coinciden con lo una relación inversamente proporcional entre nivel de que podría ser descrito como una "comunidad ritual". 7 escolaridad de los mapuches e inserción laboral . Ello En el contexto urbano, para quienes participan en las significa que, a menor educación, mayores posibilida• organizaciones mapuches, el espacio de la organiza• des tienen los mapuches de encontrar un trabajo asa• ción es el lugar más importante de reencuentro con otros lariado, en las categorías más bajas de empleo. Es decir, mapuches, y también uno de los lugares de encuentro se trataría de una población que hace el trabajo que al de hombres y mujeres disponibles para constituir alian• resto no le gusta, como sucede en muchos países con zas parentales. Respecto a esto último, no obstante, los extranjeros por ejemplo. Inversamente, a mayor ni• las parejas mixtas - dónde sólo una de las dos perso• vel de escolaridad, mayor sería la dificultad para los nas es de origen mapuche - no generan mayor proble• mapuches de encontrar un trabajo acorde a su nivel de ma entre los mapuches urbanos. Al contrario, lejos de educación. Este último elemento constituye otro signo poner en peligro la identidad del grupo, las uniones entre evidente de la discriminación a que están expuestos mapuches urbanos y no mapuches permiten una ma• los mapuches urbanos. yor irradiación y aceptación de la cultura mapuche. En esta agregación de personas que es la organización, La #comunidad urbana": un lugar de donde el individuo crea la comunidad urbana, cada uno organización social y de construcción entra en contacto con sus pares con quienes comparte un sentido único y propio. Ello lo diferencia del resto identitaria de las personas de la ciudad y al mismo tiempo le da Con anterioridad afirmamos que en el seno de las or• un sentido especial a su vida, consagrando una ads• ganizaciones mapuches urbanas se reúne el mapuche cripción identitaria diferente, una adscipción a la identi• urbano en busca de su origen y en defensa de su iden• dad del Mapuche-urbano. tidad. Así como en la sociedad mapuche de las comu• En la organización, también se manifiestan aquellos nidades rurales el espacio social se construyó en torno aspectos que son expresamente creados o acentua• al sistema reduccional, en la sociedad mapuche post• dos para delimitar las fronteras entre el mundo mapuche reduccional urbana, es en la organización donde se y el mundo no-mapuche. Estos aspectos son tanto la reproduce el espacio social de la comunidad. Este nuevo recreación de nuevas prácticas identitarias y su apro• espacio, la organización mapuche, viene a reemplazar piación por las personas, como la exaltación de las ce• el lugar ocupado por las comunidades rurales. Por tan• remonias rituales tradicionales. Cada vez que los indi• to, frente a las organizaciones indígenas urbanas nos viduos hacen recurso a estas prácticas en el contexto encontramos en presencia de una nueva forma de co• de las organizaciones urbanas, están afirmando su munidad mapuche. Esta comunidad urbana se presen• pertenencia identitaria. La función social de estas prác• ta no sólo como un elemento colectivo central, sino el ticas sería conectar a los individuos con su pasado y principal, de actualización y de persistencia de la iden• dar sentido a su existencia presente, como también afir• tidad de los mapuches urbanos, contribuyendo a la con• mar una existencia que en algún momento tuvo que figuración de una identidad mapuche propiamente ur• ser negada. Hay una formalidad que es reproducida, la bana: la identidad mapuche-warriache. práctica es reproducida con cambios pero, pese a ello, Como lo hemos señalado en otros trabajos (Aravena, el ritual permanece como un espacio de construcción A., 2000a, 2000b), en relación al tema de la comunidad de sentido y se transforma en un espacio sagrado. rural y de la práctica religiosa que allí se ejerce, Faron Desde este punto de vista, lo religioso jugaría también (1969), había hecho referencia al congregacionismo ri• un rol, social y político en el seno de la organización. tual (retomado por Foerster, R., 1993: 112), para ex• Esta, a su vez, se constituiría en el espacio donde se presar que entre los mapuches "las ceremonias religio• organizan las relaciones sociales de los individuos, en sas organizadas tienen lugar en un contexto de relacio• el seno de la comunidad ritual. La asociatividad y la nes sociales mantenidas entre los miembros de los gru• religiosidad se convierten así, en otros espacios de pos de linaje, relaciones que implican la participación afirmación y de reconstrucción de la identidad mapuche• regular de unidades en una congregación ritual de va• warriache. rias reducciones" (Faron, L., 1969: 243). Siguiendo la Por tanto, en el seno de la organización mapuche ur• tesis de Faron, proponemos esclarecer nuestro punto bana, constituida en comunidad, la identidad también de vista sobre el rol de las asociaciones, u organizacio- se afirma expresamente y se refuerza a través de la

292 Tomo I Actas del 4° Congreso Chileno de Antropología Simposio Antropología Urbana práctica ritual organizada. Respecto del por los dirigentes de las organizaciones. Aquí describi• congregacionismo ritual urbano, diremos que entre los remos los cinco tipos de ceremonias rituales más fre• mapuches urbanos las ceremonias religiosas organi• cuentes practicadas por los mapuches urbanos en la zadas tienen lugar en un contexto de relaciones socia• región metropolitana. les mantenidas entre los miembros de las organizacio• Entre las ceremonias más importantes, que constitu• nes urbanas, relaciones que implican la participación yen un hito en la construcción identitaria del mapuche• regular de unidades en una congregación ritual de va• warriache en Santiago, sin duda el we tripantu ocupa el rias organizaciones o comunidades. En efecto, las ce• lugar de mayor trascendencia, proyección y auto iden• remonias practicadas en el contexto de la comunidad tificación. "El we tripantu es la celebración del comien• ritual, ocupan un lugar importante en la afirmación de zo de un nuevo ciclo de la naturaleza, o rito anual de la identidad mapuche. A través de estos ritos los renovación del equilibrio de la naturaleza, coincidente mapuches urbanos definen en último término sus fron• con el solsticio de invierno. Ha sido traducido por las teras y sus límites en relación a los no-mapuches. A organizaciones como el 'año nuevo Mapuche' " través de estos ritos también, ellos aportan al mundo (Aravena, A., 2000b: 188). En Santiago el we tripantu o contemporáneo su propio sistema de creencias. Actua• woñol tripantu, se conmemora desde el año 1995. El lizando sus prácticas, los mapuches urbanos constru• we tripantu tiene su origen desde que se conoce de la yen un vínculo con sus comunidades de origen, con existencia de los mapuches, sin embargo, no renace sus parientes y con sus ancestros, integrando el pro• como festividad propia de los mapuches sino hasta las yecto histórico mapuche al presente colectivo. En este últimas décadas del siglo XX. Como lo hemos destaca• acto, pasado y presente no constituyen sino un do con anterioridad, algunos autores describieron su continuum. La comunidad de parientes que no existe práctica comienzos del siglo, pero luego "la mayor par• en la gran ciudad, por ausencia de la familia extensa, te de los trabajos que les siguieron la han ignoraron, en es encontrada en el espacio de la organización. Esta circunstancias que ella pareciera haber sido integrada última constituye el rasgo de unión de los individuos en a la celebración de San Juan, celebración de la iglesia una comunidad de sentido. En la ciudad no es posible católica incorporada de una forma sincrética por los encontrar fácilmente el "espacio territorial" ni el "espa• mapuches. Hoy día ella está separada de la fiesta de cio parental" (de la familia extendida), ni el "espacio San Juan y es reivindicada en propiedad como una fiesta lingüístico" que han llevado a muchos investigadores a Mapuche" (Aravena, A., 2000b: 189). Han sido los ha• definir así la comunidad mapuche, como un espacio bitantes de las grandes ciudades - originalmente de real, en el cual se puede encontrar un grupo específi• Temuco, luego de Santiago - los que han dado nueva• co, definido por un territorio, una lengua común, etc. mente sentido a esta fecha. De hecho, la mayor parte Por el contrario, en la ciudad encontramos una nueva de los dirigentes urbanos nacidos en una comunidad, comunidad de individuos, construida por hombres y coincide en recordar haber celebrado el we tripantu no mujeres que comparten no sólo un origen común sino con el nombre actual sino en el contexto de la celebra• un proyecto histórico que los diferencia ante todo de ción de San Juan. También, recuerdan que se hacía la una forma ideológica del no-mapuche y de la sociedad noche previa al día de San Juan, pudiendo continuar dominante: la comunidad mapuche-warriache. todo el día siguiente, consistiendo más bien en una celebración de tipo familiar. En estricto rigor, la cele• Ceremonias y ritos practicados en la bración del we tripantu corresponde a la noche del 20 comunidad ritual al 21 de junio (dependiendo del año, puede desplazar• Desde hace más o menos una década, se celebran en se hasta la noche del 23), coincidiendo con el solsticio de invierno en el hemisferio sur, y con el inicio del in• Santiago un conjunto de prácticas y ceremonias mapuches con el fin de afirmar la adscripción identitaria vierno que marca un nuevo ciclo de la naturaleza. Ya a lo que sería la identidad mapuche-warriache. En los han terminado las cosechas del verano, y habrá que párrafos precedentes hemos sostenido que entre los preparar nuevamente la tierra para que germinen las mapuches urbanos dichas prácticas se realizan en el semillas que se serán sembradas en primavera. En la contexto de la comunidad ritual urbana. En efecto, la rogativa que caracteriza la celebración del we tripantu, mayor parte de ellas ya no se practica en las comuni• se implora a chau nguechen (deidad mapuche) se in• dades rurales, constituyendo en la ciudad una suerte voca el meliwitran mapu (los cuatro puntos de la de recuperación de una antigua tradición, impulsada cosmovisión mapuche) y se pide a la ñuke mapu (ma-

Tomo I Actas del 4º Congreso Chileno de Antropología Simposio Antropología Urbana 293 dre tierra) bondades para el nuevo ciclo de la naturale• go, hijos de residentes indígenas, las virtudes de sus za que comienza. Igualmente, se agradece por las bon• ancestros. El evento fue consagrado por un Yatiri dades del año anterior y se ruega para que el padre sol (chaman del pueblo Atacameño) con la participación vuelva con más fuerza luego de su retiro invernal. Se de miembros de diferentes pueblos indígenas. Los 7 trata de una celebración familiar, donde existe un espí• niños iniciados pertenecían también a diferentes pue• ritu de reencuentro, solidaridad y convivencia. Los días blos. El lakutün es practicado también en otros contex• previos y especialmente la noche anterior, se preparan tos (organizaciones, familias, comunidades), pero esta los alimentos y al amanecer se realiza el nullañ mawon vez la ceremonia fue elaborada para afirmar una perte• o rogativa de agradecimiento y renovación del año. En nencia identitaria no reconocida" (Aravena, A., 2000b: cada we tripantu celebrado en Santiago, el rewe (altar 188). Según cuentan los abuelos en la tradición ceremonial; lugar puro, lugar sagrado) de madera o de mapuche, la ceremonia del lakutün era el traspaso del ramas de foye (canelo), constituyen el centro e la roga• nombre del abuelo paterno al nieto, quedando estable• tiva. El muday (bebida hecha de trigo), las sopaipillas, cida entre ellos una profunda relación. Con el tiempo, el pan, el mote, el mülke ( harina tostada) y los piñones, derivó en la relación del niño con un "padrino" que a su constituyen la ofrenda. En el altar se colocan los cánta• vez tenía el mismo nombre. ros de greda con el muday, y la comida en los iwe (pe• En tercer lugar, y en el mismo sentido que el lakutün, queños platos para la ofrenda). En algunas ocasiones, se practica el kochontün, ceremonia en que se ruega se ofrenda sangre de un cordero sacrificado que se ha por el niño, se ofrece a la naturaleza, se pide protec• encargado al sur. En general, esta ofrenda coincide con ción por él y se establece una relación entre el niño y la presencia de una (chamán) en la ceremonia. sus padrinos y entre los padres y los padrinos que en Siempre que la machi es mujer, es "mandada a buscar adelante serán "compadres". También para la niña al sur", generalmente a la comunidad de donde es la mapuche se celebra el katan pi/un, que es la ceremo• familia que oficia de anfitriona. No es común que para nia de apertura de orejas o pi/un de las niñitas, para el los we tripantu se recurra a uno de los dos machis que uso de aros o chawal; aquí, el padrino regala los aros y residen en Santiago en forma permanente, ya que ellos la acompaña, junto a su familia, amigos e invitados. La se encargan de oficiar las ceremonias en el seno de su niña no debe llorar ni mostrar signo de dolor, y para propia organizaciónª. Una vez realizada la ofrenda, se compensar su sacrificio y valor deplegados, se esta• bendice la comida - en algunos casos - cuando hay blece una ronda de regalos o "pagos" en dinero, cons• muchos invitados -y diferentes familias han participa• tituyendo donativos voluntarios de los invitados que la do en la organización de la ceremonia y en la prepara• niña recoge y guarda para sí. Una vez terminada la ción de la comida, el /onko o presidente de la organiza• ceremonia, la niña, los padrinos, la familia y los invita• ción prueba públicamente cada olla y emite su juicio: dos celebran con comida mapuche y bailes. está bien, está rica, quedó salada, está cruda, etc ... Finalmente, no podemos dejar de mencionar el suelen ser las expresiones que provocan la risa de to• kamarikün, que es una gran ceremonia con la natura• 9 dos los asistentes • Antes y después de cada comida leza. Lo más conocido de esta ceremonia, es el (en la noche, al amanecer, en la mañana y luego a medio nguillatún, que corresponde específicamente a la roga• día), se baila purün en torno al rewe al compás de tiva o acto de pedir. Se trata de una práctica observada trutrukas, pifilkas, trompe y el infaltable kultrun. Igual• ya por los primeros cronistas y, a diferencia de las otras mente, se dan largos espacios de presentación y con• ceremonias más íntimas o familiares, como el we versación o nhütram, donde cada participante se dirige tripantu, el nguillatún ha sido profusamente descrito a al resto con palabras de solidaridad y buenos deseos lo largo del siglo XX por los estudios realizados en co• para el período que se inicia. munidades mapuches, donde se continúa practicando. En segundo lugar, también la celebración del /akutün o El nguillatún es uno de los ritos mapuche más estudia• ceremonia de bautismo, que como hemos dicho, fue dos, sobre el cual hay diversas interpretaciones. Esta "practicada en forma oficial por primea vez al alba del ceremonia donde encontramos ofrendas y sacrificios, 15 de junio de 1995 en un parque de la ciudad de San• practicada regularmente en las comunidades mapuches tiago, ha tomado un sentido importante en la identidad rurales, ha devenido una práctica recurrente en los mapuche-warriache. La celebración de la ceremonia fue medios urbanos. En Santiago diversas organizaciones propuesta por un conjunto de organizaciones urbanas celebran año a año rogativas; sin embargo, al menos teniendo por meta dar a los infantes nacidos en Santia- dos, celebran grandes kamarikün, invitando a la mayor

294 Tomo I Actas del 4ª Congreso Chileno de Antropología Simposio Antropología Urbana cantidad de organizaciones de la región. Se trata de el we tripantu, a que hemos hecho referencia, tienen la los de Pudahuel y de La Florida, celebrados entre sep• finalidad de reunir a las personas, celebrar a la gente tiembre y diciembre de cada año. En estas ceremonias de la tierra, afirmar la identidad mapuche y proteger a sí participan los machis residentes en Santiago, y ade• las personas de los males a los que están expuestos. más pueden invitarse autoridades religiosas del sur. En efecto, el kalkutün (hacer daño), que es cuando a Para entonces se traen caballos, se colocan banderas una persona le dan algo malo, puede suceder en cual• azules y blancas, co/ihues (en señal de protección) ra• quier parte y contexto y los mapuches urbanos obser• mas de folle y de eucaliptus, se cuenta con la participa• vantes no se consideran exentos de padecer enferme• ción de machis y se construyen rukas o ramadas en dades provocadas. Del mismo modo, los (bru• torno a una gran cancha, al estilo de los nguillatún que jos), se transforman en hombres que hacen daño, o se celebran en las comunidades mapuches rurales. inclusive en perros. Por eso, del mismo modo en que Pero a diferencia de éstas últimas en Santiago en las ha sido observado en las comunidades rurales, para ceremonias de nguillatún ya no se pide por las cose• un cada vez más significativo grupo de mapuches ur• chas, sino por el trabajo, por la unidad del pueblo banos es necesario estar en armonía con el entorno y mapuche, por los problemas de cada uno y por los her• acceder a la renovación que se produce año a año en manos mapuches del sur. Conviene entonces destacar el we tripantu. que el ritual, al cual se asigna siempre la misma signi• ficación, ha sido adaptado a los nuevos contextos ur• Conclusiones banos. De los casos a que nos hemos referido, "lo que nos Casi un ochenta por ciento de las personas que en el parece importante de destacar es la constatación de la Censo de 1992 se identificaron en Chile con los pue• presencia del fenómeno ritual al cual los individuos atri• blos aymara, mapuche y rapa nui, habitan en las ciuda• buyen funciones de mediación y de afirmación de sí des del país. Sin embargo, la cuestión indígena urbana mismos, en que la meta principal es la mediación entre ha sido por largo tiempo un tema no abordado, desco• lo que está bajo el control de los hombres y lo que no lo nocido y las más de las veces, negado. Esta constata• está. Las ceremonias y ritos son adaptadas a las con• ción llevó a algunos investigadores a hablar de la exis• diciones, medios y necesidades de la ciudad, mante• tencia de "seres invisibles", para caracterizar la situa• niendo básicamente los elementos de las prácticas ce• ción de los migrantes indígenas en la ciudad de Santia• remoniales rurales. Así la práctica de estas ceremo• go. Dicha invisibilidad sería el producto del rechazo, nias juega un rol importante en la vida del mapuche por parte de la sociedad hegemónica, al hecho mismo urbano organizado y de recreación identitaria. Se trata de la existencia de indígenas urbanos y, por ende, la tanto de ceremonias características de la vida en re• negación que la comunidad indígena haya podido tras• ducción, practicadas fuera del contexto de la comuni• pasar los límites de la comunidad rural. dad rural y adaptadas a la ciudad, como de nuevas El mapuche migrante suele mantener vínculos impor• manifestaciones interpretadas por los mapuches urba• tantes con sus familias y comunidades de origen, de nos como medio de legitimación de la pertenencia modo que no podríamos afirmar que cuando el indivi• identitaria" (Aravena, A., 2000b: 1989-1990). duo emigra rompe con todo su pasado desprendiéndo• Para los mapuches urbanos el meli witran mapu, la se de su identidad. Sin embargo, con la migración el cosmovisión mapuche no desaparece. Significa enten• individuo rompe de cierta manera con el equilibrio der el mundo de la naturaleza y del entorno. Ello con• identitario en el cual fue socializado. Es por ello que lleva saber vivir y saber compartir el espacio con los casi siempre el migrante ha sido estudiado en relación demás y con distintos seres. Seres sobre naturales a sus características psicosociales y, especialmente, que también están presentes en la ciudad y pueden desde un punto de vista médico, para llegar a concluir provocar enfermedades. Para los mapuches urbanos que se trata de personas que enfrentan graves proble• los daños, males o enfermedades provienen del olvido mas de adaptación. Como consecuencia de ello, y res• (de ser quienes son), del rechazo de la identidad pecto del pueblo mapuche, la migración es vista por un mapuche y de la envidia o el hecho de observar otras lado como un impedimento para la persistencia de la cosas, cosas negativas, dejarse llevar por la vida del sociedad mapuche "tradicional" o rural, donde sólo re• huinca sin respetar la propia visión del mundo. Las prác• sidirían ancianos. Por otro lado, el schoc de identida• tica de las ceremonias especialmente el kamarikün y des que se produce con la migración, aparece como

Tomo I Actas del 4º Congreso Chileno de Antropología Simposio Antropología Urbana 295 un obstáculo para la adaptación de cada individuo a la identidad "mapuche - warriache", determinando migrante. Este, para tener éxito, debe ocultar o definiti• una nueva situación de etno-génesis mapuche. vamente reemplazar su identidad mapuche, asimilán• dose a la sociedad dominante. Desde esta perspecti• Notas va, se describe a la sociedad mapuche actual como Una versión extensa de este trabajo (30 pg.), fue publi• una sociedad atomizada, fragmentada y marginalizada, cada en Colonizacion, resistencia y mestizaje en las incapaz de reconstruir relaciones sociales y de Américas, varios autores, mayo 2002, Abya-Yala (Qui• proyectarse en el mundo contemporáneo como un pue• to)/ Instituto Francés de Estudios Andinos (Lima). Este blo igualmente contemporáneo. artículo forma parte de una investigación en la que tra• A su vez, si la migración y los mecanismos de adapta• bajamos tanto con mapuches migrantes como con ción de los mapuches a la vida citadina son aspectos mapuches urbanos. El trabajo se centró en la cons• desconocidos por la sociedad no mapuche, el desarro• trucción de la identidad en los medios urbanos, y por eso encabezamos el artículo con el nombre mapuche• llo de la vida de los descendientes de los inmigrantes warriache, para referirnos de este modo a la identidad es prácticamente ignorado. De los mapuches que resi• del mapuche urbano. Literalmente, significa "gente de den en Santiago sabemos, desde hace un buen tiem• la tierra - gente de la ciudad", pero se puede interpre• po, que se dedican a actividades "informales" en el sec• tar como la "gente de la tierra que es gente de la ciu• tor de la producción y de los servicios, que trabajan dad", del mismo modo que hablamos de los mapuche• mayoritariamente como mano de obra en la construc• huilliche o los mapuche-. Warria significa ción en el caso de los hombre o se insertan en el cam• ciudad, al igual que kara, y che, gente. Como etnónimo po de las labores domésticas, en el caso de las muje• el término mapuche-warriache es utilizado ocasional• res. Los análisis post-censo 1992 vinieron a confirmar mente por dirigentes mapuches residentes en Santia• go. estos datos. Por tanto, podemos afirmar con plena cer• En palabras de uno de los autores más citados sobre teza que en su mayoría, los mapuches residentes en la vida de los mapuches en las reducciones "los las ciudades y, particularmente en Santiago, siguen ejer• mapuches hicieron importantes adaptaciones en rela• ciendo las actividades laborales de menor remunera• ción a las fuerzas económicas y políticas que actuaron ción y las socialmente más desvalorizadas. en su cultura desde el establecimiento de las reduccio• Los integrantes de esta sociedad marginalizada, frag• nes; sin embargo, la estructura contemporánea de la mentada, atomizada y distribuida mayoritariamente en sociedad mapuche alcanzó un relativo equilibrio desde las ciudades de Chile, representa más de un 10% de la principios de siglo. La principal adaptación se realizó población de la región metropolitana. Respecto de esta justamente en relación al sistema de las reducciones. La sociedad mapuche de hoy constituye una reintegra• sociedad que aún permanece "invisible" a los ojos de ción de los rasgos tradicionales en el seno de la vida la mayoría de los chilenos, hemos planteado no sola• reduccional" (Faron, L.; 1969: 253). mente que existe como dato estadístico, sino que se Entre los más connotados y trascendentes trabajos encuentra en un proceso acelerado de construcción de sobre los mapuches contemporáneos encontramos a su visibilidad. Visibilidad que se reconstruye al interior Stuchlik, M. (1970, 1974; 1976, entre otros), Faron, L. de la comunidad urbana de individuos, constituida por (1969) y Titiev, M. (1951 ), entre muchos otros que se• las organizaciones mapuches urbanas, contribuyendo ría imposible de citar. a la generación de una identidad mapuche propiamen• Por "discriminación", entendemos: ''Toda forma de me• te urbana. De esta manera, el mapuche urbano subli• nosprecio, distinción o exclusión, restricción o prefe• rencia hecha -con o sin intención- por persona, grupo ma su identidad y ejerce el derecho a ser reconocido y o institución, basada en la raza, color, religión, descen• aceptado como tal fuera de los límites de la comunidad dencia, origen étnico, orientación sexual o cualquiera rural. Este proceso se da en situación de conflicto ante otra característica análoga que anule o menoscabe el la discriminación - con la consecuente descalificación reconocimiento, goce o ejercicio en condiciones de permanente - y la negación por parte de la sociedad igualdad de los derechos humanos y las libertades fun• dominante. Sin embargo, como hemos visto, ante los damentales tanto en las esferas políticas, sociales, eco• mapuches urbanos estamos nuevamente ante un pue• nómicas, culturales como en cualquier otra". (Informe blo en situación de contacto y en proceso de afirma• de la DOS sobre discriminación, 1999: 13). Sobre el ción y de construcción identitaria. Esta correspondería tema de la "disciminación mapuche", La Ley habla de "culturas". El trabajo se centró en las regiones VIII y Metropolita• na. En cada una de ellas, se trabajó en las comunas de

296 Tomo I Actas del 4º Congreso Chileno de Antropología Simposio Antropología Urbana Concepción y Talcahuano para la VIII, y La Pintana, CONADI I PET: 1999, Estudio de pre-factibilidad para Pedro Aguirre Cerda, Pudahuel y Cerro Navia para la un programa de inserción laboral respecto de pobla• R.M. ciones indígenas en zonas urbana: Diagnóstico y pro• Los machis residentes en Santiago son: Don Manuel puesta de inserción laboral indígena, Regiones Metro• Lincovil (de la Organización Kallfulican de La Florida) y politana y Octava, Imprenta Edit. Pillán, Santiago. Don Augusto Aillapán (de la Comuna de Lo Prado). FARON, Louis: 1969, Los Mapuches, su Estructura El rito de " probar las comida" es practicado por dife• Social, Instituto Indigenista Interamericano, México. rentes organizaciones en Santiago, pero especialmen• FAVRE, Henri : 1966, «Le probleme indien en Amérique エセ@ por la organización mapuche Folilche Aflaiai, de latine», Problemes d'Amérique latine, Nº2, París. Nuñoa. FOERSTER, Rolf: 1993, Introducción a Ja religiosidad mapuche, Universitaria, Santiago. Referencias Bibliográficas GONZÁLEZ, Manuel et al.: 1965, "Enfoque antropológico psiquiátrico de indígenas mapuches ARAVENA, Andrea: alienados", Antropología, año 3, vol. 3, Centro de Estu• -2000a, "La identidad indígena en los medios urbanos: dios Antropológicos, Universidad de Chile, Santiago Una reflexión teórica a partir de los actuales procesos l. Municipalidad de Estación Central: 1999, Informe de recomposición de la identidad étnica mapuche en la General Campamento Las Américas, Unidad de Vivien• ciudad de Santiago" (versión resumida), en , Actas :yr da, Depto. Social, Municipalidad de Estación Central, Congreso Chileno de Antropología, Tomo 11 (1121-1133), Santiago. Colegio de Antropólogos de Chile, Santiago. INE: 1992, XVI Censo Nacional de Población y V de -2000b, "La identidad indígena en los medios urbanos: Vivienda. Resultados Generales, Santiago. Procesos de recomposición de la identidad étnica MIDEPLAN: 2000, CASEN (Encuesta de Caracteriza• mapuche en la ciudad de Santiago" (versión corregida ción Socioeconómica), Santiago. y aumentada), en Boceara y Galindo, Lógica Mestiza moltセdoL@ Rina: 1990, "Emigración Mapuche e Iden• en América, Instituto de Estudios Indígenas Universi• tidad Etnica", Revista El Canelo, Vol. 5, nº 22, 1990, dad de la Frontera, Temuco. Santiago - 2001, "La diáspora invisible", en número especial del MONTECINO, Sonia: 1990, "El mapuche urbano: un Correo de Ja UNESCO, septiembre-octubre, ediciones ser invisible", Revista Creces Nº 3, octubre, Santiago. de la UNESCO, París. SALAS, Adalberto: 1985, "Hablar en mapudungun es BARRÍA, Cristián., 1984: "Análisis de un caso de de• vivir en mapuche; especificidad de la relación lengua/ presión en un paciente mapuche: aspectos clínicos y cultura", RLA: Revista de Lingüística Teórica y Aplica• culturales", Revista de Psiquiatría, vol. 1, Nº3, Santia• da, vol. 25, Santiago. go; STAVENHAGEN, Rodolfo: 1992, "La situación y los BIEDERMANN, Niels.: 1992, "Enfermedad mental e derechos de los pueblos indígenas de América"; Bole• identidad cultural en la etnia mapuche en Chile", Nue• tín Indigenista; América Indígena, Vol. Lll, N2 1-2, ene• va Sociedad, Caracas. jun., Instituto Indigenista Interamericano, México. CONADI I SUR / UAHC: 1995 (Informe), Diagnóstico sobre la Población Indígena de la Región Metropolita• na, Santiago.

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