Revista Humanismo y Cambio Social. Número 9. Año 4. Enero - Junio 2017 Pág. 32-43

Publicaciones periódicas y vida intelectual en : El Mentor nicaragüense de Frutos (1841-1842)

Miguel Ayerdis [email protected] Recepción: 21-04-16 /Aceptación: 18-07-2016

Resumen

En este ensayo se hace una aproximación a la vida cultural nicaragüense de la primera mitad del siglo XIX, en diálogo con E.B. Burns quien en Patriarcas y pueblos. El surgimiento de Nicaragua. 1798-1858, afirma que en la Nicaragua de esos primeros años de vida republicana, había una actividad intelectual digna de documentar. Sobre

HISTORIA este aspecto, se estudia a uno de los personajes controversiales en la historia de este país, Fruto Chamorro, a partir de su veta intelectual, principalmente en su faceta de periodista, al frente de El Mentor Nicaragüense (1841-1842). Otro aspecto que se integra al tema, es la labor de documentalista de Orlando Cuadra Downing, quien desde la Re- vista Conservadora del Pensamiento Centroamericano, divulgó documentos valiosos para la historia de Nicaragua. Por ello, este trabajo además de problematizar acerca de la cultura de Nicaragua en las primeras décadas del siglo XIX, hace una valoración al trabajo documental. 32 Palabras claves: cultura nicaragüense, vida intelectual, publicaciones periódicas, gestión documental

Abstract.

This essay is an approximation of cultural Nicaraguan life during the first half XIX century in dialogue with E.B. Burns who in “Patriarcas y pueblos. El surgimiento de Nicaragua. 1798-1858”, who says that in the first period of the republican life of Nicaragua, there was such intellectual activity that merit to be documented. This paper study one of the most controversial personage in this country: Fruto Chamorro. Beginning from his intellectual background, mainly as a journalist leading El Mentor Nicaragüense newspaper (1841-1842). The documentation work done by Orlando Cuadra Downing through the Conservadora del Pensamiento Centroamericano magazine, where released valuable documents for Nicaraguan history is also addressed. Because of that this paper in addition to problematize about Nicaraguan culture at the beginning of XIX century, does an assessment of documentary work.

Keywords: Nicaraguan culture, intellectual life, documentary management, newspaper publica- tion. Pág. 32-43 Revista Humanismo y Cambio Social. Número 9. Año 4. Enero - Junio 2017

Introducción rios son escasos, aspecto sobre los cuales se hará referencia en este ensayo (2007; p.35). Hablar de intelectuales en Nicaragua durante la primera mitad del siglo XIX pareciera anacróni- El propósito de este trabajo es aproximarse a la co, sabiendo el lastre del período, y la experiencia vida cultural nicaragüense de la primera mitad del --opuesta a la anterior--, de la segunda mitad de siglo XIX con el fin de problematizar acerca de la ese siglo, donde con propiedad se puede afirmar afirmación de Burns, de la existencia de una acti- que se configura un grupo de personas, con for- vidad intelectual en Nicaragua en estos primeros mación académica, que ejercen en su cotidiani- años de vida republicana. Otro propósito, con- dad, una profesión u oficio, siendo uno de ellos el siste en la identificación de los intelectuales y su de la crítica (generadora de opinión pública) sobre producción escrita, partiendo de la selección que aspectos sensibles de la vida política, económica hiciera Cuadra Downing y los espacios de divul- y cultural de la época. En lo referente al “período gación y circulación de los textos. Por último, se de anarquía” (primera mitad del siglo XIX), --cog- hará mención del caso de un “intelectual del siglo nomento dado por la historiografía tradicional ni- XIX” que combinó la pluma y la acción política caragüense al período que va de 1824 a 1858, E. con éxito, dejando un legado, aún no estudiado Bradford Burns (1998) afirma de la existencia de a profundidad, y que marcó la historia del país: “cierto desarrollo intelectual” (p.41). Este criterio, Fruto Chamorro (1804-1855) y el periódico El poco extendido en los estudios sobre el siglo XIX Mentor Nicaragüense (1841-1842) en Nicaragua, requiere de mayores reflexiones, y 33 este ensayo es un aporte al mismo. Contexto del estudio

La afirmación señalada de Burns, hace que se re- Para iniciar, es importante hacerlo comentando flexiones sobre los textos del siglo XIX escritos estudios sobre la vida cultural en el siglo XIX en por intelectuales de esa época, recogidos en la Nicaragua (Quizás sea válida para toda Centroa- sección La Voz Sostenida, de la Revista Conser- mérica). Algunos hacen referencia a un despertar vadora (nombre de su primera etapa) y Revista intelectual después de la primera mitad de este Conservadora del Pensamiento Centroamericano siglo, de manera particular a partir de lo que la (segunda etapa) por Orlando Cuadra Downing, historiografía oficial nicaragüense (tradicional) ha durante la década de los 60 del siglo pasado. En definido como período de los “Treinta años con- el prólogo para la edición en forma de libro del servadores” (véase a Cuadra Pasos, C.; Teplitz, primer tomo (publicado hasta el año 2007), el B.; Urbina, N.; Cuadra Downing, O.; Cruz S. A.; compilador, Cuadra Downing, enfatiza el carác- Ayerdis, M. ;). ter de “antología del pensamiento nicaragüense” Si bien, la mayoría de estos estudios, hacen alu- por medio de cual se puede hacer una relación sión a figuras notables dentro de la cultura y la po- del pensamiento libertario y la “formación de la lítica (Gregorio Juárez, Jesús de la Rocha, Enrique nacionalidad patria” (2007, p.34). Más adelante, Guzmán, Jerónimo Pérez, Tomás Ayón, Anselmo señala el antologista que la producción escrita (li- H. Rivas, José Dolores Gámez), su vida intelec- teraria le llama) en temas filosóficos o doctrina-

Intelectualidad y publicaciones periódicas en Nicaragua (1830-1858): el caso de El Mentor Miguel Ayerdis Nicaragüense y la antología La Voz Sostenida de Orlando Cuadra Downing Revista Humanismo y Cambio Social. Número 9. Año 4. Enero - Junio 2017 Pág. 10-30

tual y los ambientes en que se movieron, apenas sifer, Miguel Ayerdis) manifestaciones incipientes se dibujan en los escritos de la época, dejando de vida cultural, en la capital y algunas ciudades la duda de si en verdad existió una ambiente de de importancia. “vida intelectual” como tal en Nicaragua, durante La otra, es la creencia del período de la “Anar- la primera mitad del siglo XIX. quía” (dentro de una concepción que parte de De lo que sí hay consenso entre los especialista de la oposición, liberales-conservadores) como una Nicaragua en esta época, es la relación existente suerte de Edad Media europea (tal como nos lo entre “vida intelectual” (ambiente intelectual) y enseñaron en las escuelas muchos años atrás), de publicaciones periódicas (Ayerdis, Herrera C., M. un período oscuro, tenebroso, donde nada se pue- Á.). Los periódicos y revistas, representan espa- de rescatar. El Estudio de Frances Kinloch Tije- cios simbólicos de encuentro y debate de ideas rino (1999) es uno de los pocos que rebate esa (siguiendo a Chartier), donde los deseos y reali- concepción al problematizar sobre la identidad y dades alrededor del modelo de estado y de nación la construcción política y cultural del estado en a construir y los problemas (institucionalidad, este período nicaragüense (1821-1856). Otro as- educación, ciudadanía, soberanía, progreso) que pecto que resalta el trabajo de Kinloch Tijerino y enfrentan para alcanzar esa metas, se hacen sentir el de Herrera C. (1999) también, es la comproba- con fuerza, entre la élite dominante, heredera de ción de las posibilidades de hacer estudios de la los poderes políticos y culturales del Antiguo Ré- primera mitad del siglo XIX, sabiendo usar con 34 gimen y los abanderados de las nuevas corrientes creatividad y racionalidad, las fuentes dispersas de pensamiento. relacionadas con Nicaragua de este período.

La periodización (dos grandes períodos) elabora- El énfasis puesto de manera sistemática por la da por la historiografía tradicional que da cuenta historiografía nicaragüense, a este período, es de de lo ocurrido en el siglo XIX, contraponiendo, inestabilidad política. Con ello se busca sustentar un período de anarquía y una de paz, está mediada los argumentos más usados por los intelectuales por dos factores: la primera, es una suerte de “re- de esta época, quienes esgrimieron como causa duccionismo intelectual”, salida de una documen- principal de los problemas del país, las asonadas tación del período. Sin restarle méritos a estudios o levantamientos armados, producto de las divi- que relacionan la inserción de los países de Cen- siones localistas entre las élites que buscaban el troamérica al mercado mundial, con los avances control del estado. Ahora bien, el proceso de res- en vida material de los habitantes de estos país, cate o visibilización de figuras que podrían con- no se puede ser tan contundente y señalar que la siderase dentro de la categoría de intelectuales, vida intelectual y cultural de la segunda mitad del debe tomar en cuenta las condiciones históricas siglo XIX, en el caso de Nicaragua (para hablar de la época, donde el fuerte componente localista, de nuestro objeto de estudio), era dinámica y de hace ver un pensamiento atomizado, donde.--por gran riqueza, a lo sumo habían --como lo sugie- ejemplo-- el concepto de “patria” utilizado en el ren esos mismos autores (Sergio Ramírez, Arturo discurso público, es tan ambiguo, que no se sabe Cruz Sequeira, Benjamín Teplitz, Charles Stan- si se habla de los nuevos Estado/nación surgidos

Consecuencias culturales y políticas para los movimientos migratorios: Mariana Rodrigues Lopes estereotipos y prejuicios entre México y Centroamérica Pág. 10-30 Revista Humanismo y Cambio Social. Número 9. Año 4. Enero - Junio 2017 de la disolución de la Federación (1838), las ciu- Otro aspecto sobre los intelectuales es lo que dades donde viven las élites, o lo que comprendía señala Burns para esta época en América Latina: el Reino de Guatemala (Kinloch Tijerino, 1999). además de periodista eran “activistas políticos y sociales” (p.41). Es bueno recordar que una de las “Vida intelectual” y publicaciones periódicas formas de la canalización de las ideas y la sociali- zación de las demandas de las elites de esta épo- La identificación del clima intelectual en las so- ca, era por medio de las universidades existentes ciedades del siglo XIX centroamericano y nica- (Guatemala y León) y los espacios públicos donde ragüense, debe de pasar por el conocimiento y/o la elite letrada se daban cita y uno de estos eran las comprensión del funcionamiento de las publi- publicaciones periódicas u hojas sueltas. caciones periódicas producidas en cada uno de estos países. La experiencia del Editor Consti- Esos espacios públicos modernos eran las ter- tucional en Guatemala (1808-1926), es un claro tulias, las cuales proliferan poco antes de la in- ejemplo de la forma en que los intelectuales de la dependencia y continúan con fuerza en la etapa época creaban estos espacios (físico y simbólicos) de construcción de la república, en el siglo XIX. para debatir acerca de los diversos temas, teóricos Como bien lo dice Renán Silva (1998), las tertu- (doctrinarios), políticos o económicos. lias, “son espacios privados o semi privados, o aún espacios públicos, utilizados de manera privada, En el caso de Nicaragua, la situación no es dis- de conversaciones y discusiones que funciona- tinta al del resto de países de Centroamérica. Las ban en las habitaciones de estudiantes” (p. 81-82). 35 publicaciones periódicas, surgidas después de la Las Sociedad Económica de Amigos del País y la llegada de la imprenta en 1830, son los puntos de Gazzeta de Guatemala (1797) es una publicación, inicio para hacer un recuento de la vida intelectual creada como plataforma o tribuna de expresión y explicar las preocupaciones que estos tenían en por prominentes intelectuales independentistas, relación a la nación, “lo nacional”, a como lo su- con la finalidad de socializar sus puntos de vis- giere Benedict Anderson (1993, Anderson; 2005; ta políticos y económicos con el público letrado Ayerdis). En el trabajo citado de Bradford Burns (Bonilla, A. p.121). (1998), se menciona a los periódicos como los es- pacios naturales donde se debatía sobre diversos La relación tertulia o clubes y publicaciones perió- temas de la vida nacional. No viene al caso, ni es dicas, representa la confluencia de dos espacios (el el propósito hacer una historia de los impresos o real y el simbólico) cultural letrado o intelectual publicaciones periódicas, sino destacar a algunos de gran valor.--por lo que representa como fuen- personajes, que de alguna manera, aparecen como te-- para la comprensión de la sociedad del siglo figuras públicas en esos períodos iniciales dela XIX. La mayor parte de los periódicos aparecidos construcción del estado nación y que con sus es- desde 1830 en Nicaragua, tienen como finalidad critos publicados en estos espacios, representan la divulgación de ideas políticas en el marco de la base “doctrinaria” o “filosófica” que Cuadra contiendas electorales o de crisis políticas. Du- Downing no pudo encontrar, cuando hizo la revi- rante el siglo XIX era habitual que cada club o sión documental del siglo XIX. tertulia política que apoyaba un bando o facción

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política, editara proclamas, octavillas o periódicos de Nicaragua. El lema que acompañaba el título (Kinloch, Tijerino. 1999: p. 122-127). del periódico: “no hemos nacido sólo para noso- tros, sino también para la Patria” (CD. Periódicos El primer periódico publicado en Nicaragua, El de Nicaragua del siglo XIX. V.2; Catálogo Perió- Telégrafo (1835), en una de las páginas interiores dicos, TI, 1992), refleja la voluntad política e in- de su primer número señalaba: telectual de esta figura nacional, quien habiendo En los tiempos de anarquía, cuando se hor- nacido y vivido su juventud, Guatemala, influyó roriza el género humano al contemplar los con su pensamiento y acción, la política del país bárbaros desórdenes que se comenten y que hasta principios del siglo XX. pasman a la admiración misma, la libertad El Mentor, al igual que la mayoría de los periódi- e igualdad, se oye en boca de todos. E in- cos de esta época, busca llenar vacíos que el Esta- cluso en que con más fiereza la atacan y des- do por su debilidad institucional y carencia de re- truyen con sus obras. Los sans-culottes de cursos no podía asumirlos, como era la educación. Francia, los gibelinos de Florencia y todos En este sentido, la educación era concebida bajo los que han querido contrariar las institucio- un criterio racionalista ilustrado donde se debía nes más benéficas, se han valido de esta voz de educar al pueblo sobre los deberes públicos, encantadora… [el periódico]” (20 de agosto moral y de justicia. El primer número del mentor de 1835) trae un artículo donde establece los propósitos de 36 Estas ideas de gran significación, por el contex- la publicación: to de inestabilidad que evoca, eran leídas por las Procurar la ilustración de los pueblos, pre- elites afines al bando que defendían, dado que en sentándoles doctrinas claras y sencillas de estas iniciales publicación periódicas, estaba au- las materias que más les interesan: manifes- sente la cultura de la réplica en el mismo periódi- tarles todo aquello que influya en su bien y co. Eran periódicos para ser leídos por los segui- prosperidad: formar el espíritu público so- dores letrados. Otra experiencia de estos espacios bre las sólidas y verdaderas bases en que se públicos simbólicos, es la del periódico Mentor funda nuestro sistema de gobierno; y poner Nicaragüense (1941-1942), fundado y editado por al alcance de todos cuantas ideas y pensa- Fruto Chamorro, miembro de la élite política de mientos hagan relación con aquellos obje- Granada, quien hace uso de este recurso comu- tos (Chamorro Zelaya, 1960; p. 27). nicacional, con el fin de hacer sentir su liderazgo por medio de los escritos que publica. Es importante destacar que la mayor parte de los artículos que aparecen en El Mentor son escri- El periódico el Mentor y Fruto Chamorro tos por Fruto Chamorro, quien demuestra, con la variedad de temas abordados y la información En el periódico El Mentor está recogido todo el que despliega, una sólida formación académica, ideario político de Fruto Chamorro (1804.1855), la cual adquirió en la Universidad de San Carlos considerado el fundador del Partido Conservador de Guatemala, donde se graduó de bachiller en

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Filosofía y sobresalió en matemáticas (Chamorro en la experiencia vivida en Guatemala y Nicara- Zelaya, p.11). gua, identificando como causa fundamental de la inestabilidad política en ambos estados, la debili- La historia de este personaje en la vida política ni- dad del poder ejecutivo (Chamorro Z. p. 23). La caragüense es singular. Era hijo natural de Pedro idea del orden, libertad, autoridad y legitimidad, José Chamorro Argüello, un potentado vecino de serán los ejes del pensamiento que lo acompaña- Granada, y de reciente migración a Nicaragua y rán hasta su prematura muerte en 1855. de Josefa Pérez, guatemalteca de la que se conoce poco de su vida. Toda su infancia y adolescencia Para los comicios de representantes y de autorida- la pasó en Guatemala, al lado de la familia mater- des municipales de 1841 exhortaba, desde las pá- na (desde niño llevaba el apellido de la madre). ginas de El Mentor Nicaragüense, a los electores Según cuenta uno de sus biógrafos, Pedro Joaquín a participar de manera consientes, sabiendo que: Chamorro Zelaya, la llegada de Fruto a Nicara- “Los actos electorales deben ser absolutamente gua obedeció a una solicitud hecha por la viuda libres. Todo lo que tienda a impedir la libertad de Pedro José Chamorro, doña Josefa Alfaro y es un atentado. Por esto, es prohibido, aún a la Monterrroso, quien a petición de su esposo, poco autoridad, tener en ellos más intervención que la antes de morir en 1824, le llamó y convenció para necesaria para conservar el orden” (Chamorro hacerse cargo de los negocios de su difunto pa- Zelaya, p. 31). dre, en su condición de hijo mayor. El 27 de octu- Se le considera el padre del Partido Conservador bre de 1829 doña Josefa Alfaro hizo el traspaso a 37 porque defendió ideas moderadas, sustentada en Fruto Chamorro (quien ya aparece con el apellido una moral cristiana, que prescribía que el hombre de su padre) del poder generalísimo de los bie- debe actuar con cordura y haciendo el bien. En el nes de la familia ante los oficios notariales de don Mentor del 4 de diciembre de 1841, en ocasión de Dionisio de la Quadra (Chamorro Zelaya, pp.). las elecciones de autoridades,--ya mencionada--, A los pocos años de establecido en Granada, en señalaba: su calidad de jefe del clan Chamorro, es encarce- Estos actos (el proceso electoral) son ma- lado por haber participado en las luchas de faccio- jestuosos y como tales deben de estar acom- nes (Chamorro Zelaya. p.21). En el año de 1836, pañados, no de una libertad tumultuosa, in- es elegido diputado de la Asamblea ordinaria del solente y desenfrenada, sino de una libertad Estado, donde aboga por la creación de institu- moderada, racional, comedida, de libertad ciones educativas, logrando pocos años después, propia de patriotas libres e ilustrados, y no la fundación de la Universidad de Oriente y Me- de una libertad que degenere en licencia o diodía, desde donde daría a conocer su pensa- libertinaje (p.1). miento político, fundando el periódico El Mentor Nicaragüense (Chamorro Z. p. 23). En el Mentor del 6 de noviembre de 1841 estab- lecía sus ideas morales, sustentada en concepcio- Su ideario político se sustentaba en una sólida for- nes cristianas pero también lógicas (racionales). Si mación libresca (lectura de clásicos europeos), y bien su premisa moral parte de la idea “Amar a

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Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a riodista Chamorro, se hace eco de la alarma que uno mismo”, en el sustrato subyace la idea de la causara entre la clase política centroamericana, las necesidad de velar por la comunidad por la colec- acciones inglesas en San Juan del Norte, en costa tividad, a partir del respeto a las diferencias y a la Caribe nicaragüense, y la Unión en , libertad: donde el Superintendente inglés, Chatfild con ar- rogancia y fuerza presionaba a los gobiernos de Todos debemos de empeñarnos en difun- Centroamérica para que “honren las deudas con- dir las máximas de amor al prójimo, de no traídas por la extinta Federación” (Kinloch Tijeri- querer para otros lo que no queremos para no; p. 74-81; Chamorro Zelaya, p.27-40). nosotros y de hacer a los demás el bien que quisiéramos se nos hiciese: todos debemos En la edición del 4 de diciembre de 1941, de El de inculcarlas, y predicarlas tanto con las pa- Mentor, aparece una nota, sin duda redactada por labras como con el ejemplo (P.1) Fruto Chamorro, donde hace un llamado a los políticos a la unidad: Pero donde se observa una posición que fun- damentó el catalogarlo Conservador de pensa- …el asunto de San Juan es muy delicado. miento (y desde el punto de vista político), es en Su decisión debe ser menos obra de la fuer- relación a la instrucción (educación), donde ma- za que de medidas políticas y diplomáticas nifiesta que debe ser diferenciada para las diversas que no pueden adoptarse con seguridad si clases sociales: siguen los Estados separados unos de otros, 38 como hasta ahora, sin tener unidad nacional …es preciso también advertir, con el Señor y que para conseguir esto, todos debemos Filangieri, que popularizar la instrucción, agotar los arbitrios, porque de otra suerte, no es darla con uniformidad a todos los in- peligra la independencia, no sólo de uno, dividuos de la sociedad, porque como dice sino de todos ellos… este acreditado autor: ella exige, --hablando de educación--, que se dé a cada uno según La creación de la efímera Confederación Centroa- sus circunstancias y el objeto a que está des- mérica, conformada por , El Salvador y tinada. Que el colono reciba la instrucción Nicaragua, surgido del Pacto de de necesaria para ser ciudadano y colono, y no julio de 1842, --pese a las diferencias y contradic- para ser Magistrado o caudillo… (El Men- ciones entre las elites de estos países--, se debió tor, 6 de noviembre 1841; p. 67) en parte, a la campaña emprendida en el Mentor Nicaragüense por Fruto Chamorro. El primer Su- Otro aspecto de las ideas que deben de rescatar- premo delegado de esta Confederación, cuya sede se del pensamiento de Chamorro, es su creencia se designó San Vicente en El Salvador, fue ocupa- en el establecimiento de una entidad superior do por Fruto Chamorro. que aglutinara y resguardara la soberanía de los recién creados estados independientes, después de la ruptura del pacto federal en 1838. Siendo una figura pública reconocida en Nicaragua, el pe-

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La Voz Sostenida y el pensamiento nicaragüense mez), más completo en términos cronológicos de del siglo XIX la historia nacional, le dio un sesgo de facción, donde los liberales tenían mayor protagonismo. La selección de textos dados a conocer en la Revista Conservadora (1960-64) y Revista Con- El sesgo de facción (ideológico hasta cierto pun- servadora del Pensamiento Centroamericano to) implícito en el texto de Historia de Nicara- (1964-1994) en la década del 60 del siglo XX por gua de Gámez, publicado a finales del siglo XIX Orlando Cuadra Downing, representa una de las (1896), tuvo su antecedente en otros textos de preocupaciones más sentidas de los intelectuales gran importancia como referencia documental: nicaragüenses de los últimos tiempos, por “do- los escritos de Jerónimo Pérez (1828-1884). Este cumentar el origen de la nación nicaragüense”. intelectual de la segunda mitad del siglo XIX, tes- Desde Jerónimo Pérez (1828-1884) hasta Sergio tigo y participante de la guerra civil y la guerra fili- Ramírez, novelista, pasando por José Coronel bustera de 1854-1857, escribió una serie de textos, Urtecho (1906-1994) y Pablo Antonio Cuadra la mayoría de ellos publicados en el periódico que (1912-2001) poetas, la construcción de un relato él fundara de nombre La Tertulia (1876-1877). que narre los orígenes de la nación nicaragüense, Pérez, perteneció al bando conservador, razón en sus detalles y coherencia, ha chocado con la por la cual sus puntos de vista, serán más favora- problemática de carencias o dispersión de fuentes bles para su causa que para la de los liberales. históricas. La falta de consenso de un relato explicativo de 39 Pero más que las carencias documentales, está los acontecimientos políticos de la primera mitad la falta de consenso en la forma en que debe de del siglo XIX y la Guerra Nacional, ha generado construirse el relato que explique, desde el punto un “vacío histórico”, en las generaciones subsi- de vista histórico, esa fundación de la nación y guiente de nicaragüenses, lo cual explica en parte, los pormenores de su evolución. Los textos de los esfuerzos de Coronel Urtecho y su libro Refle- historia escritos por Tomás Ayón (1820-1887) y xiones sobre la historia de Nicaragua (2001), pu- José Dolores Gámez (1851-1918), considerados blicado en tres tomos en la década del 60 del siglo como referencias de los primeros intentos por ex- pasado, y la Antología (La Voz Sostenida) publi- plicar, lo que Nicasio Urbina llama “la fundación cada por entregas, por Orlando Cuadra Downing. de la nacionalidad nicaragüense”, y las implicacio- En Reflexiones sobre la historia de Nicaragua, nes que este enunciado contiene, en términos de Coronel Urtecho, retrata el quehacer del intelec- pertenencia e identificación con una colectividad tual del siglo XIX, desde los textos de historia. “imaginada mayor” (siguiendo a Anderson), han Señala que en la historia escrita se repite “la his- sido más bien, un lastre en términos explicativos toria vivida como guerra civil”: “Esta se ha escri- de los episodios más sensibles del siglo XIX. El to desde la guerra misma y como parte de ella. primero (Ayón), apenas describió el proceso de in- Los libros y folletos de los historiadores, puede dependencia (el título del libro señala hasta 1852; decirse que en cierto modo, correspondían a los incorpora un apéndice –texto breve-- acerca de cañones y fusiles de los combatientes” (p.5). Más acontecimientos de 1821-1824) y el segundo (Gá-

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adelante señala: “Hay por lo menos dos historias El hilo temático de los textos alusivos a temas po- distintas, aunque complementarias de Nicaragua: líticos y culturales, de estos autores, tienen que ver la liberal y la conservadora” (p.5). con preocupaciones sentidas en la época, como era la libertad, el progreso, la paz y la justicia, y La Voz Sostenida es el nombre de la sección es- “la construcción de la patria”, ¿cuál y qué modelo pecial de la Revista Conservadora/Revista Con- seguir? Era la pregunta que introduce el discurso servadora del Pensamiento Centroamericano, de Don Manuel Barberena en 1849 en ocasión del donde Orlando Cuadra Downing, en su calidad XX del XXVIII aniversario de la independencia y de redactor principal, publicaba documentos his- contestaba el “Republicano”: “[ser republicano], tóricos, de lo que llamaba “el pensamiento nicara- es vivir bajo el gobierno más natural del hombre, güense”. Esta idea de rescate y memoria, formaba porque es el gobierno de la razón. Es la forma en parte del esfuerzo que el fundador y director de la que el espíritu halla libres todos sus resortes para revista, Joaquín Zavala Urtecho (1891-1971) rea- hacerse y hacer todo el bien posible…” (2007, lizaba como legado a las generaciones futuras, de Cuadra Downing, p.228). los avatares que enfrentaba el país en esa época: “daremos acogida en nuestras páginas –señalaba El compilador Cuadra Downing se preocupó por en el primer número de la revista—a todo lo que reunir textos que dialogaran en contextos especí- despierte memoria de nuestro pueblo (…) delibe- ficos de la vida nacional con el fin de reconstruir radamente conducido a olvidarse de lo propio por espacios de debate político, como el generado en- 40 la superficial educación que se imparte”. (RCPC, tre don Rosalío Cortés y José María Estrada (¿?- pág. 3) 1856), en relación al “gobierno fuerte” impues- to a expensa del orden constitucional, por Fruto En esta sección se recogen textos considerados Chamorro en 1853. En ese debate público, el emblemáticos para la comprensión de la histo- Doctor Cortés replica el escrito de Estrada quien ria de Nicaragua, de manera particular en el siglo defiende la ruptura institucional y la imposición XIX. En relación a los textos y autores de la pri- de un régimen de los ricos: mera mitad del siglo XIX, publicados en la Voz Sostenida, se recogen trece. Los autores son co- Compañero: usted y yo estamos animados nocidos por sus diversas facetas que presentaron de iguales propósitos en pro de la patria ni- en su vida pública (político, abogado, religioso, caragüense y de la culta Granada; sólo di- periodista, cientísta), entre otros: José Antonio ferimos en los medios de labrar su dicha y López de la Plata (Tomás Ruíz (1777-¿?, Manuel de hacerla grande, feliz y poderosa. Pero Antonio de la Cerda (1780-1828), Juan Argüello, no debemos separarnos del sistema republi- Desiderio de la Quadra (1779-1849), Miguel cano, verdaderamente liberal, que es el que Larreynaga (1772-1847), Toribio Tijerino Pomar se propusieron los mayores al emanciparse (1808-1850), Rosalío Cortés, Sebastían Salinas, del gobierno monárquico de España: los Gregorio Juárez (1800-1879) y Fruto Chamorro. pueblos han saboreado este bello sistema y si nosotros se lo cambiamos por esa oli- garquía, provocaremos una revolución de

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resultados incalculables, en la cual nuestra mala, no se conoce mucho de vida intelectual, en querida Granada puede quedar en escom- sus primeros 50 años. Una manera de rescatar su bros... (2007, 165-166) pensamiento es por medio de los escritos en los periódicos que él fundó y dirigió, sabiendo que el Una de las dificultades para la ubicación de la Redactor/Director era el que escribía, si no todas, mayor parte de estos autores (a excepción de Lar- la mayoría de las notas que se publicaban. reynaga y Fruto Chamorro), y sus escritos en un contexto sociocultural determinado de principios En el periódico Telégrafo Nicaragüense, fundado del siglo XIX, es –además de la sistematicidad de y dirigido por el sabio Juárez en la ciudad de León sus publicaciones-- la escasa referencia hasta aho- en 1835), se aprecia el sentimiento de alegría de ra encontrada, de sus actividades. La producción estos pueblos por haber acabado con la violencia. intelectual se presenta limitada, comprende algu- Sin duda que es el punto de vista del autor (Juá- nas cartas, discursos, escritos didácticos y procla- rez): mas dispersas. No obstante, es un buen punto de Es halagüeña la perspectiva del Estado de partida para hacer comparaciones o relaciones Nicaragua, tranquilo. Tres lustros han trans- con otros autores y contextos con el fin de tener currido desde la regeneración política de un corpus explicativo aceptable de los temas de la Centroamérica y todos habían sido marca- época que se quieren trabajar, en este caso, el de dos infaustamente con los desagradables la vida intelectual. nombres dados a las guerras civiles se han 41 Es importante señalar que las publicaciones pe- sucedido. Afortunadamente se ha dejado riódicas existentes durante la primera mitad del ver la aurora del cuarto lustro con sus reful- siglo XIX en Nicaragua, --pese a lo incompleto gentes rayos de hermosa luz simbolizando de las colecciones—reflejan y/o reproducen el la paz, el orden, la regla pública, la prospe- ambiente y/o clima social y político que se vivía ridad, y la mejor organización social. (N° 1 en un contexto tan complejo como el de esta épo- 20 de agosto, 1935) ca. De igual manera, por el tipo de empresa pe- riodística, incipiente, los que escribían la mayor Conclusiones parte de los textos eran los redactores. Por ello, esta veta de rescate del pensamiento de algunos La vida intelectual en la Nicaragua del siglo XIX intelectuales, como Fruto Chamorro, Gregorio debe de reconstruirse en torno a las publicaciones Juárez, entre otros, no importando la dispersión y periódicas y de las tertulias o clubes políticos apa- fragmentación de las publicaciones periódicas, re- recidos a lo largo de este siglo. Figuras destacadas presenta una labor todavía pendiente en algunos en la vida política y cultural, supieron utilizar estos casos, como el de Nicaragua. espacios públicos de difusión para dar a conocer su pensamiento y participar de los debates o “lu- Un ejemplo de lo anterior, es la vida del sabio chas” públicas relacionados a los temas y proble- Gregorio Juárez. Este personaje, nacido en 1800, mas vividos por los nicaragüenses (al menos los formado académicamente en Nicaragua y Guate- sectores urbanos) de la época; las contradicciones

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entre las élites políticas, y los conflictos con los Referencias países vecinos y las potencias. -Anderson, B. (1993) Comunidades imaginadas. La carencia de un sistema educativo estatal y de Reflexiones sobre el origen del nacionalismo. políticas culturales que fomentara el intercam- México: Fondo de Cultura Económica. bio de ideas es una realidad inobjetable en la Ni- -Ayerdis, M. (2005) Publicaciones periódicas, caragua de la primera mitad del siglo XIX. Las formas de sociabilidad y procesos culturales universidades de León y la efímera universidad en Nicaragua (1884-1926). Managua: Banco de Oriente y Mediodía (Granada) fueron dos ins- Central de Nicaragua. tancias –junto con la de Guatemala—que con- tribuyeron a la promoción de intelectuales que Ayón, T. (1993) Historia de Nicaragua: desde los luego incursionarían en la política y el cultivo de tiempos más remotos hasta el año de 1852. las letras y las ciencias. De igual manera, se puede Managua: Fondo de Promoción Cultural-BA- decir de las páginas de las publicaciones periódi- NIC. cas, las hojas sueltas que proliferaban en forma -Bonilla Bonilla, A. (1999) Ideas económicas en la de octavillas o en escritos dispersos con fines de Centroamérica ilustrada. 1793-1838. El Salva- publicidad o arengas políticas pero también por dor: FLACSO medio de prácticas orales (2001, Herrera M.A.) -Burns, E.B. (1998) Patriarcas y pueblos. El sur- El pensamiento de muchos intelectuales nicara- gimiento de Nicaragua. 1798-1858. Taller de 42 güense de la primera mitad del siglo XIX es aún Historia. Cuaderno N°5. Managua: Instituto desconocido, no tanto por la carencia de fuentes, de Historia de Nicaragua y Centroamérica. sino por la poca dedicación al rescate a partir de -Cuadra Downing, O. (2007) La voz sostenida. proyectos de mediano y largo alcance, de aquellos Antología del pensamiento nicaragüense. Ma- escritos publicados en los periódicos de la época. nagua: PAVSA. Es verdad que las colecciones de estos periódi- cos están incompletas y en el peor de los casos -Cruz Sequeira. A. (2003) La República Conser- vadora de Nicaragua. 1858-1893. Managua: han desaparecidos, pero también lo es, que exis- Fundación Vida. ten ejemplares dispersos en bibliotecas y centros de documentación en la región latinoamericana o -Cue. A. (1999) Cultura escrita, literatura e histo- fuera de ellas que esperan ser recopiladas y some- ria. Conversaciones con Roger Chartier. Mé- tidas a un estudio crítico. xico: Fondo de Cultura Económica. -Chamorro Zelaya, P.J. (1960) Fruto Chamorro. Managua: s.n.

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-Gámez, J. D. (1975) Historia de Nicaragua. Ma- -Pineda de Mont, M. (Comp.) (1999) Biografía y nagua: Fondo de promoción cultural del Ban- otros documentos originales relativos a Mi- co de América. guel Larreynaga. Managua: Programa textos escolares nacionales. -Herrera C. M. A. (1999) Bongo, bogas, vapores y marinos: historia de los “marineros” en el Río Ramírez, S. (1983) Balcanes y Volcanes. Managua: San Juan. 1849-1955. Managua: Centro Nica- Editorial Nueva Nicaragua. ragüense de Escritores. -Silva, R. (1998) Prácticas de lectura, ámbitos pri- (2001) Un nuevo espacio político: la prensa escri- vados y formación de un espacio público mo- ta. Nicaragua 1830-1867. En: IPGH Memo- derno. Nueva Granada a finales del Antiguo rias del IV Simposio Panamericano de Histo- Régimen. En: Guerra, F.X. y Lempérière, A. ria. San José, Costa Rica: IPGH. et.al. Los espacios públicos en Iberoamérica. Ambigüedades y problemas. Siglos XVIII- -Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamé- -XIX. México: Centro Francés de Estudios rica (2002) Periódicos de Nicaragua del siglo Mexicanos y Centroamericanos/Fondo de XIX. (2da edic. V I y II) [CD-ROM]. Mana- Cultura Económica. gua: Instituto de Historia de Nicaragua y Cen- troamérica. -Teplitz, B. (1988) El orden constitucional del régimen de Zelaya. En: Carmen C. (Comp.) -Instituto Nicaragüense de Cultura (1992). Ca- Textos de la historia de Centroamérica y el tálogos de periódicos y revista de Nicaragua Caribe: Nicaragua. México: Instituto Mora. 43 (1830-1930. TI. Managua: Instituto Nicara- güense de Cultura. -Urbina Guerrero, N. (2007) ¿Cómo las voces sostienen las acciones?: textos fundacionales -Kinloch Tijerino, F. (1999) Nicaragua: Identidad de la nacionalidad nicaragüense. En: Cuadra y cultura política (1821-1858). Managua: Ban- Downing,O. La voz sostenida. Antología del co Central de Nicaragua. pensamiento nicaragüense. Managua: PAVSA. -Ministerio de Educación Pública (1954) Escritos -Urtecho, J.C. (2001) Reflexiones sobre la historia del Doctor Pedro Molina. El Editor Constitu- de Nicaragua: de la colonia a la independen- cional. 2T. Guatemala: Editorial del Ministe- cia. Managua: Fundación Vida. rio de Educación Pública.

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