El Colegio de Michoacán, A.C. Sede La Piedad Centro de Estudios en Geografía Humana

Conflicto por el agua y conformación territorial.

La hacienda de Villejé, Jocotitlán (1739-1803)

Tesis para obtener el grado de Maestra en Geografía Humana

Presenta Karina Secundino Estanislao

Director Dr. José Luis Alcauter Guzmán

Lectores

Dra. Ma. Teresa Jarquín Ortega Dr. Octavio Martín González Santana

La Piedad de Cavadas, marzo 2017. Dedicatoria

Con todo mi amor y cariño para Axel Eduardo Urbina Secundino (Jyasu Atekokoli)

Tata Ngemoru

Un penacho de nubes blancas sobre nuestra gran montaña anuncia ya la lluvia. Tata Ngemoru, * envía pronto las aguas de la vida. Aquí están mis manos, cargadas de flores y copal. Aquí pongo mi espíritu en la ofrenda. Padre mío, humedece la tierra y pide al sol que la caliente. Te traigo estas semillas en prueba de mi amor y mi trabajo. Que nazca el maíz, comida de nuestro pueblo; Tata Ngemoru, * padre eterno y sagrado, no nos arrojes al hombre. reúne pronto las nubes y desata la bendición de la lluvia.

*Tata ngemoru: Jocotitlán, la montaña sagrada de los mazahuas. Julio Garduño Cervantes.

2 Agradecimientos.

En primera instancia agradezco al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) por el apoyo económico otorgado para la realizar mis estudios en el programa de Maestría en Geografía Humana.

Agradezco también al Centro de Estudios en Geografía Humana (CEGH) del Colegio de Michoacán A. C., por las facilidades otorgadas durante mi estancia en el centro. Al mismo tiempo a todos los profesores (Martha, Lety, Ángeles, José Luis, Octavio González, Pepe, Carlos, Néstor, Nemer, Octavio Montes) que contribuyeron en mi formación académica y por los aportes y conocimientos que cada uno de ellos me transmitieron durante los dos años de formación de la maestría.

Extiendo mi reconocimiento al Dr. José Luis Alcauter Guzmán quien me dirigió en este trabajo. Quien con sus consejos y experiencia me ayudó a fortalecer este tema, además por su gran paciencia en cada una de las asesorías.

También agradezco a la Dra. Ma. Teresa Jarquín Ortega, del Colegio Mexiquense A. C. por su apoyo en la culminación de la tesis, por todos sus comentarios muy atinados en cada uno de los seminarios y sus valiosas aportaciones durante todo este trayecto.

De igual forma mi reconocimiento al Dr. Octavio Martín González Santana, por su valioso apoyo en la lectura del trabajo realizado durante todos le seminarios, además de sus aportaciones y sugerencias para desarrollar la tesis.

Extiendo mi reconocimiento a la familia Monter Flores, por su apoyo y facilidades que mostraron para la realización de este trabajo, así mismo por el acompañamiento en los recorridos de campo dentro y fuera de su hacienda de Villejé, además de su gran amabilidad para platicar conmigo.

Mi especial agradecimiento a mis padres, Gregorio y Clara por su apoyo, a mis hermanos Mónica, Claudia y Gregorio, y a mis sobrinos Fabis, Ale, Lupis, Andy, Daniel, Alondra, Lucero, Jordi, Fernanda y Mauricio, a quienes invito a seguir por el camino del conocimiento.

Así también quiero agradecer a mis compañeros y amigos de maestría a Paty, Sergio y Jaiber por su gran amistad y ser atentos conmigo, a Brenda por su gran amistad y apoyo en todo momento, a Cinthia por su amistad y por compartir estos dos años juntas en la misma casa, a Ana María, Rodrigo, Arafat, Jesús, Manuel y Francisco por su gran compañerismo y apoyo durante la maestría.

3 R e su m e n

La presente investigación es un estudio de caso, cuyo objetivo principal es analizar el conflicto por el agua y la conformación territorial de la hacienda de Villejé, Jocotitlán, Estado de México durante el período de 1739 a 1803, temporalidad que se ha determinado debido a que se trata de dar seguimiento preciso al análisis del conflicto del agua. Desde la perspectiva histórico- geográfica analizaremos el desarrollo del conflicto a través de los hechos históricos y relatos que se tienen del conflicto por el manantial de Las Fuentes. En el caso de la hacienda de Villejé y Pastejé el conflicto por el agua tuvo una duración de más de 100 años que permite conocer las distintas percepciones que tuvieron los dueños de dichas haciendas durante el conflicto. Parte importante del análisis del conflicto es la ayuda de los distintos planos geográficos que permiten conocer a detalle la ubicación física del manantial en conflicto.

Palabras Clave: conflicto por agua, hacienda, cartografía.

Summary

The present investigation is a case study, whose main objective is to analyze the conflict about water and the territorial conformation of hacienda de Villejé, Jocotitlán, State of during the period from 1739 to 1803. Temporality that has been determined by the one that tries to follow up precisely the analysis of the conflict of water. From the historical-geographic perspective, it analyzes the development of the conflict through the historical facts and stories that have the conflict by the spring of Las Fuentes. In the case of Hacienda de Villejé and Hacienda de Pastejé, the conflict about water lasted more than 100 years, which allowed us to know the different perceptions that the owners of these Haciendas had during the conflict. An important part of the analysis of this conflict is the aid of different geographic plans that allow us to know details of the physical location of the spring in question.

Key words: conflict about water, hacienda, cartography.

4 Índice Metodología...... 11 Estructura del trabajo...... 12 Capítulo 1. Jocotitlán...... 14 1.1 Historia del Pueblo de Jocotitlán...... 14 1.2 Ubicación geográfica...... 18 1.4 Espacio físico y actividades económicas...... 27 1.5 Principales haciendas del municipio...... 29 Capítulo 2. La hacienda de Villejé...... 33 2.1 ¿Qué es la hacienda?...... 33 2.2 La hacienda de Villejé...... 39 2.3 Descripción y extensión espacial de Villejé...... 46 Capítulo 3. El recurso agua...... 54 3.1 Usos del agua...... 54 3.2 Obras hidráulicas y su importancia en la hacienda...... 57 3.3 Normatividad sobre el agua...... 63 3.4 Distribución, uso y almacenamiento del agua en Jocotitlán...... 69 Capítulo 4. Conflicto por el agua (Villejé-Pastejé)...... 77 4.1 Conflicto como eje de análisis...... 77 4.2. Inicio del conflicto...... 81 4.3 Desarrollo del conflicto. Nuevos protagonistas...... 85 4.4 Final y resolución del conflicto...... 96 Conclusiones generales...... 110 Glosario de terminología hidráulica...... 116 Medidas hidráulicas...... 118 Medidas y equivalencias...... 118 Fuentes consultadas...... 119 ANEXOS...... 126

5 Tabla de ilustraciones, cuadros, tablas.

Diagrama 1. Diseño metodológico, elaboración propia...... 11 Diagrama 2. Representación para el análisis del conflicto...... 79

Mapa 1. Ubicación del Valle Ixtlahuaca-. Elaboracón propia con datos de Peter Gerhard, Geografía histórica...... 20 Mapa 2. Ubicación geográfica de Alcaldía Mayor de Ixtlahuaca-Metepc 1800...... 21 Mapa 3. Municipio de Jocotitlán y El Oro (Tapaxco)...... 23 Mapa 4. División territorial del Municipio de Jocotitlán...... 27 Mapa 5. Principales haciendas de Jocotitlán...... 32 Mapa 6. Hacienda de Villejé 1728...... 47 Mapa 7. Comparación de 1728 y 1890...... 48 Mapa 8.Hacienda de Caspí...... 50 Mapa 9.Propiedad del Rancho de Caspí...... 51 Mapa 10. Principales fuentes de agua en Jocotitlán...... 74 Mapa 11. Principales fuentes de agua durante la Colonia...... 75 Mapa 12. Principales fuentes de agua en Jocotitlán durante el conflicto...... 81

Foto 1.Valle de Ixtlahuaca-Jocotitlán.Foto tomada en campo 2015...... 22 Foto 2. Corrales para ganado, Villejé,tomada en campo, enero 2016...... 45 Foto 3.Granero,Villejé, tomada en campo, enero 2016...... 45 Foto 4. Jardín principal dentro de la casa...... 53 Foto 5. Interior de la capilla dedicada a San José, tomada en campo 2016...... 53 Foto 7. Lavaderos dentro de parque Las Fuentes. Tomada en campo, febrero 2016...... 61 Foto 8. Sistema de canales excavados en tierra. Jocotitlán. Tomada en campo 2016...... 70 Foto 9. Presa Ojo de agua. Jocotitlán, tomada en campo 2016...... 72

Cuadro 1.Tipos de tierras de las haciendas...... 31 Cuadro 2. Presas Jocotitlán (CONAGUA)...... 71 Cuadro 3. Principales cuerpos de agua en Jocotitlán...... 73

Tabla 1. Producción de trigo. Hacienda de Villejé...... 56 Tabla 2. Consumo de agua en la producción de trigo de Villejé...... 56

Plano 1. Mapa topográfico de tierras y aguas de Jocotitlán; Ixtlahuaca (AGN, planos e ilustraciones, vol. 2143, exp. 1)...... 99

6 Plano 2. Plano geográfico de aguas nacidas en Jocotitlán; Ixtlahuaca (AGN, Planos e Ilustraciones, vol. 2146, exp. 1)...... 102 Plano 3. Plano geográfico de aguas nacidas en Jocotitlán; Ixtlahuaca (AGN, Planos e Ilustraciones, vol. 2143, exp. 1)...... 103 Plano 4. Plano geográfico de aguas de Jocotitlán (AGN, exp. 2146, vol. 1, 1803)...... 107

Imagen 1.Resolución de los autos que siguieron Diego Ortiz de Villejé con Diego Gómez Barreda de Pastejé...... 106

7 Introducción

La hacienda fue la organización productiva que predomino en el campo de Nueva España desde el siglo XVII. En esta institución social se desarrollaban diversas actividades productivas de como el cultivo de granos, la ganadería y la fabricación de diversos productos como el pulque. Actividades que fueron de gran importancia tanto para el desarrollo de las haciendas como para el campo y las ciudades a las que abastecían. Por lo general la hacienda era una propiedad rustica, con diversas instalaciones y edificios permanentes dentro de ella. Su fuerza de trabajo se fundaba principalmente en el reclutamiento de personas, llamadas peones, para trabajar en las haciendas, que prestaban sus servicios por bajos salarios y se sometían a una inmovilidad forzada por las deudas y hasta con el uso de la fuerza física.1 La zona de estudio de este trabajo es la antigua alcaldía mayor de Ixtlahuaca, en donde las haciendas eran unidades de producción parcialmente agrícolas, pero se combinaban con la ganadería, la extracción de minerales y con la manufactura de algunos productos como el cuero, la lana y pulque. Por lo general la producción estaba destinada a abastecer un mercado en pequeña escala que era principalmente el de , la Ciudad de México y para autoconsumo. Entre estas haciendas se generaron grandes conflictos por los recursos naturales, principalmente por el agua, lo que llevó a sus propietarios a comparecer ante los tribunales para pelear su acceso y distribución. En el devenir de los tiempos las disputas por el territorio y sus recursos fueron motivo de composiciones y recomposiciones, que muchas veces tienen su expresión en el espacio y en la sociedad, es decir, en su organización socio-espacial.2 En el caso específico del agua, las disputas y composiciones ayudaron a determinar las formas de explotación y distribución del agua, y a su vez se reflejaron tanto en la sociedad como en las organizaciones sociales y productivas.

1 Herbert J. Nickel, Relaciones de trabajo en las haciendas de Puebla y Tlaxcala (1740-1914.Cuatro análisis sobre reclutamiento, peonaje y remuneración, Universidad Iberoamericana, Departamento de Historia, México, 1987, p.15 2 Octavio Martín González Santana, Construyendo el desarrollo local. La organización del espacio agrícola en Rincón Grande, Michoacán (1930-2000), El Colegio de Michoacán, 2005, p. 24.

8 Para entender los problemas asociados al territorio y los recursos naturales, especialmente el agua, se requiere estudiar el conflicto como una categoría de análisis y a partir de eso analizar la causa del conflicto, los mecanismos de adaptación a él y los diversos resultados para las partes implicadas. En este caso se analizó el conflicto por el agua entre las haciendas de Pastejé y Villejé, con la finalidad de entender cómo es que ese conflicto modificó los usos, o no, del agua. Por lo que se refiere a la temporalidad del estudio se analiza de 1736 a 1803, duración del litigio, pues se trata de dar seguimiento preciso a los hechos y actores del conflicto entre las haciendas mencionadas. En un breve balance historiográfico sobre los estudios de la hacienda y su importancia para el campo mexicano, podemos decir que el trabajo pionero es el de Francois Chevalier La formación de los latifundios en México, en él describe cómo se formaron las grandes posesiones de tierra en México durante los siglos XVI al XVIII. Otra referencia obligada es Morfología social de la hacienda mexicana” de Herbert J. Nickel que explora las diversas etapas que se llevaron a cabo en las haciendas de México, principalmente en la zona de Puebla- Tlaxcala. Lo mismo el libro coordinado por Enrique Florescano llamado “Haciendas, latifundios y plantaciones en América Latina” donde se presentan diversos ensayos acerca de los mecanismos que explican el funcionamiento de las haciendas, estancias y latifundios para comprender su importancia dentro de las sociedades. En este sentido las investigaciones que se han realizado dentro del área de estudio, abarcan principalmente el estudio de la hacienda como unidad productiva, dejando a un lado el análisis de la cartografía histórica. Entre las investigaciones se encuentra Pastejé, Hacienda para la historia” (1994), de Manuel Zavala Alonso; la obra de Jocotitlán escrita por Rosaura Hernández Rodríguez, hace un análisis del municipio de Jocotitlán durante diferentes épocas, donde destaca el artículo de Hacienda de Pastejé y en donde se refiere a la hacienda de estudio. En el Boletín del Archivo Histórico del Agua coordinado por Rocío Castañeda González, se encuentra el artículo “Entre el ayuntamiento y el Gobierno federal. El arrendamiento de los manantiales las Fuentes, Jocotitlán, Estado de México. 1916-1932”, que abarca principalmente el arrendamiento de las aguas del municipio. Por su parte Carlos Escalante Fernández en Mazahuas, campesinos y maestros: prácticas de escrituras, tierras y escuelas en la historia de Jocotitlán, Estado de México (1879-1940) se enfoca en la creación de las escuelas y

9 distribución de los ejidos en el municipio de Jocotitlán. María de los Ángeles Velasco Godoy en La historia de un cambio en el valle de Ixtlahuaca: la formación de un pueblo colonial, permite el análisis en la construcción histórica del valle donde convergen los pueblos de Ixtlahuaca, Atlacomulco, y Jocotitlán. Para el caso del estudio de los conflictos por el agua se usó como referencia la obra de Israel Sandre Osorio Documentos sobre posesión de aguas de los pueblos indígenas del Estado de México, siglos XVI al XVIII que estudia la problemática y usos del agua, además de la importancia que tienen los documentos que son resguardados en los diferentes archivos y que nos proporcionan información de los diferentes litigios que se dieron por el uso y aprovechamiento del agua. El libro Las aguas de Atlixco. Estado, haciendas, fábricas y pueblos, 1880-1920 de Rocío Castañeda González es otra referencia que permitió el análisis de la disponibilidad del agua en el uso del cultivo del trigo y su disponibilidad para las haciendas y pueblos cercanos. Diana Birrichaga Gardida en La modernización del sistema de agua potable en México 1810-1950 aborda los procesos de modernización de los sistemas de agua en diversas poblaciones, donde discute la cuestión jurídica y política. Para el estudio de la conformación del territorio a través del estudio de la geografía humana se reman las ideas del trabajo de Octavio Martín González Santana, Construyendo el desarrollo local. La organización del espacio agrícola en Rincón Grande, Michoacán (1930­ 2000) que se basa en el estudio del espacio, tomándolo como una construcción social, encontrando una relación entre espacio y sociedad. Además el trabajo de Alejandro Tortolero “Haciendas y espacio: algunas reflexiones y un método para la reconstrucción del territorio de las explotaciones” que estudia el espacio en relación con la organización social. Para del estudio de la cartografía se tomó como referencia el trabajo de Martín Sánchez Rodríguez y Brigitte Boehem Schoendube, Cartografía hidráulica de Michoacán, donde analizan la cartografía histórica y las principales fuentes hidráulicas. Al mismo tiempo el libro Cartografía hidráulica de Guanajuato de Martín Sánchez Rodríguez y Herbert H. Eling Jr., donde plantea la metodología utilizada para el análisis de la cartografía histórica y la colección de mapas que presenta. Otra obra importante es la que presenta Heriberto Moreno García “Haciendas de tierra y agua ”, plantea su estudio a las haciendas de la Ciénega de Chapala, como papel importante en la conformación económica y social en la Ciénega.

10 Metodología La investigación se realizó desde el enfoque histórico cualitativo, y consistió en el análisis documental, con la finalidad de localizar información que permitió el análisis del conflicto del agua y al mismo tiempo la reconstrucción histórica de la hacienda. Para llevar a cabo la investigación se planteó el siguiente diseño metodológico:

• Recorridos de campo dentro y fuera de la hacienda. Trabajo de • Ubicación de principales cuerpos de agua. campo. • Toma de fotografías. L. r Investigación • Analisis y busqueda de archivos. (AGN, AHEM, AHMJ, AHA). de Archivo • Revisión de Mapas.

• Consulta de bibliografía (publicaciones,libros...). Investigación • Revisón de bibliografía especializada en el tema. • Organización socio-espacial de la hacienda. (mapas, Documental fotografías aéreas). L. J

Diagrama 1. Diseño metodológico, elaboración propia. El trabajo de campo tuvo tres aspectos importantes: recorridos de campo dentro y fuera de la hacienda, lo que permitió conocer las instalaciones con las que aún cuenta la ex hacienda y los espacios destinados a las actividades que se llevaron dentro de ella. El recorrido fuera de ella, sirvió para conocer el terreno en donde se encuentra ubicada la hacienda, además de conocer sus respectivas colindancias. La ubicación de cuerpos de agua permitió conocer las principales zonas de abastecimiento de agua para la zona de Villejé. La toma de fotografías fue importante, pues permitió el acercamiento a los documentos analizados, además da cuenta de los recorridos realizados.

La investigación de archivo fue la herramienta fundamental para el trabajo, debido a la información encontrada dentro de los diversos archivos consultados. Cabe mencionar que el repositorio que nos proporcionó más información fue el Archivo General de la Nación; en él se

11 consultaron un total de 8 expedientes, que dan muestra de la hacienda de Villejé y especialmente el conflicto del agua que sostuvo con la hacienda de Pastejé; además se encontraron 4 mapas que ayudaron en el estudio y análisis del conflicto. Por último la investigación documental y consulta de material bibliográfico que permitió el respaldo de la investigación ayudó a comprender el concepto de hacienda, la conformación territorial y los conflictos por los recursos hídricos.

Los documentos cartográficos más importantes para el estudio del conflicto son los siguientes: 1) Plano geográfico de aguas nacidas en Jocotitlán; Ixtlahuaca. Diligencia que se hizo para justificar la propiedad de las aguas fluviales. Plano a color localizado en el ramo de tierras, mapas, planos e ilustraciones del AGN (vol. 2143, exp. 1). 2) Mapa topográfico de tierras y aguas en Jocotitlán; Ixtlahuaca. Pleito que sigue don Diego Ortiz dueño de la hacienda de Villegé contra don Diego Gómez Barreda dueño de la hacienda de Pastejé para precisar la posesión de las aguas de Jocotitlán. Mapa a color localizado en el ramo de tierras; mapas, planos e ilustraciones del AGN (vol. 2143, exp. 1), 3) Plano geográfico de aguas nacidas en Jocotitlán; Ixtlahuaca. Diligencia que se hizo para justificar la propiedad de las aguas fluviales. Plano a color localizado en la ramo de tierras; mapas, planos e ilustraciones del AGN (vol. 2146, exp. 1). Estos fueron de suma importancia dentro de la investigación, debido a la información que contiene cada uno, además de ser un referente importante para la compresión del espacio geográfico de la época y la organización social alrededor del manantial que estuvo en disputa por las haciendas de Villejé y Pastejé.

Estructura del trabajo El documento está organizado en cuatro capítulos, conclusiones. En el primer capítulo se muestra un contexto general del valle Jocotitlán, a partir de la historia del pueblo de Jocotitlán, además la ubicación geográfica de este valle, en seguida se realiza un contexto actual del municipio de Jocotitlán, que abarca desde su organización territorial hasta su espacio físico y actividades económicas, con el fin de contextualizar al lector dentro del área de estudio.

12 En el segundo capítulo se muestran los conceptos teóricos sobre la hacienda en general, características principales, tipos de haciendas, para terminar con nuestra propia definición sobre la hacienda de Villejé que comprende los que se considera los más característico de ella respecto de otras similares. Además se abordan las principales características de la hacienda, su ubicación geográfica, extensión territorial y los principales acontecimientos que dieron lugar en la conformación de la hacienda, haciendo un rescate de las principales fuentes históricas.

En el tercer capítulo se aborda los diversos usos y distribución del agua dentro de Jocotitlán, las obras hidráulicas y su importancia que tienen dentro de la hacienda y su aprovechamiento, además todo lo referente a las actividades que se realizan en torno al agua, para finalizar se aborda la normatividad que era utilizado durante la colonia en el repartimiento y distribución del agua.

Por último, el capítulo cuarto se centra en la descripción del conflicto por el agua entre la hacienda de Villejé con la hacienda de Pastejé, se comienza principalmente por conocer los diversos conflictos y disputas por el agua desde un contexto general, mediante la teoría del conflicto, se partirá como eje de análisis para conocer las distintas etapas que dieron lugar al conflicto y desde que elementos se deberá partir el análisis, en seguida se divide el conflicto en tres etapas: uno los orígenes e inicio del conflicto, dos la descripción y desarrollo del conflicto y la aparición de nuevos actores y tres el final y resolución del conflicto; en estas tres etapas retomará la importancia de la cartografía histórica dentro del conflicto.

13 Capítulo 1. Jocotitlán

Este capítulo está dividido en cinco partes, la primera nos relata la historia del pueblo de Jocotitlán y cómo llegó a conformarse territorialmente, el segundo describe su ubicación geográfica, el tercero muestra su conformación territorial en el contexto actual, el cuarto muestra las diferentes características físicas de su territorio y sus principales actividades económicas, y por último el quinto se dedica a las principales haciendas que se asentaron dentro de su territorio.

1.1 Historia del Pueblo de Jocotitlán.

Jocotitlán se localiza en la parte noroeste del Estado de México, ocupa parte del Valle de Ixtlahuaca. Sus límites se encuentran actualmente al norte con Atlacomulco, al sur con Ixtlahuaca y Jiquipilco; al este con San Bartolo ; al oeste con el Oro y y al suroeste con . La ocupación más antigua del valle ocurrió entre el 200 y 600 d. C. Para el periodo de 600 a 900 d. C. se carece estudios arqueológicos, mientras que para el Postclásico Temprano (900 a 1300 d. C.) sí se han encontrado huellas en sitios localizados al noreste del valle de Ixtlahuaca. En el Postclásico Tardío (1300 y 1500 d.C.) ocurrió el mayor poblamiento de la parte este del valle de Ixtlahuaca, especialmente alrededor del cerro de Jocotitlán.3 Dentro de Jocotitlán se han encontrado diversos sitios arqueológicos que muestran los diversos pueblos que llegaron a asentarse a las faldas del cerro. Entre los lugares dónde se han encontrado vestigios arqueológicos se encuentran los actuales pueblos de Los Reyes, Santa María Endaré, San Juan Coajomulco, Mejé y Tiacaque, todos pueblos de Jocotitlán. El sitio más antiguo es Los Reyes, situado sobre la ladera del cerro, que representa un montículo grande y se aprecian huellas de lo que debió ser una plaza regular, cerrada por una estructura orientada al este y restos de un montículo pequeño en el centro; de acuerdo a los datos

3 Silvya Gutiérrez de Limón, Arqueología del valle de Ixtlahuaca, Biblioteca Enciclopédica del Estado de México, 1979, p. 60­ 65.

14 obtenidos el sitio estuvo habitado desde una época no muy temprana, con una clara presencia teotihuacana.4 Los pobladores del valle de Ixtlahuaca tuvieron diversas relaciones con el resto de las sociedades; el señorío de Jocotitlán desde el siglo XI formaba parte de los territorios que habían habitado los toltecas que con la llegada de los chichimecas, comandados por Xólotl, habitaron las faldas del cerro de Xocotitlan.5 Este territorio se distinguió culturalmente de otros del Valle de Toluca por el arco, la flecha, el pino u ocote, el ixtle y pulque; la explotación de los bosques, la práctica de la cacería terrestre y la domesticación de la agricultura que fueron elementos por los que esta zona fue muy codiciada por otros grupos prehispánicos, pues en un primer momento los mazahuas fueron sometidos por los señoríos de Xaltocan y Atzcapotzalco.6 Sin embargo a la llegada de los españoles al centro de México en 1520, los señoríos mazahuas se aliaron con los mexicas enviando ayuda militar para la defensa de Tenochtitlán, en respuesta Hernán Cortes envió a Gonzalo de Sandoval y sometió los territorios mazahuas que abarcan los actuales pueblos de Jocotitlán, Atlacomulco, Ixtlahuaca y Jiquipilco.7 El proceso de conquista en Jocotitlán dependió de la derrota de los matlatzincas, ya que al someter a éstos el grupo mazahua no tuvo otra opción que rendirse. Los matlatzincas, que habían sido poderosos aquí fueron derrotados en una serie de batallas con los mexicas en el siglo XV, en el momento del contacto había hablantes matlatzincas, mientras que el resto del área estaba poblada por otomíes y mazahuas. Los señoríos de Xiquipilco y Xocotitlán formaban la provincia tributaria azteca, la cual incluía los pueblos mazahuas de Ixtlahuacán y Atlacomulco. 8 Después de la derrota de Tenochtitlán se inició una colonización en la que los conquistadores trasladaron sus instituciones al territorio conquistado.9 La primera institución que usaron fue la encomienda, modo de propiedad y producción de la tierra que sujetaba a los

4 Ib íd e m p. 59. 5 Arnulfo Albores, Los otomianos del alto Lerma mexiquense. Un enfoque etnológico en Estudios de Cultura Otopame, México, Vol. 1, 1998, p. 200. 6 Fernando De Alva Ixtlixóchitl, Obras históricas de Don Fernando de Alva Ixtlixochitl, publicadas y anotadas por Alfredo Chavero, México, Oficina de la Secretaría de Fomento, 1891, p. 281, 295, 298. 7 María de los Ángeles Velasco Godoy, La historia de un cambio en el Valle de Ixtlahuaca. La formación de un pueblo colonial, Universidad autónoma del Estado de México, 2005 p. 166. 8 Peter Gerhard, Geografía histórica de la Nueva España 1519-1821, U N A M , 1986, p. 179. 9 Manuel Zavala y Alonso, Pastejé, hacienda para la historia, Editorial MZ Milenio, 1994, p. 21.

15 indios a ella y que usaron con el pretexto de evangelizar y castellanizarlos, y al mismo tiempo hacerlos trabajar de manera forzada. En la zona de estudios con esa conquista nobleza náhuatl perdió el poder de sus señoríos mazahuas, los que quedaron bajo el dominio de españoles bajo el mando de Hernán Cortes y sus soldados en calidad de encomiendas.10 Pero esa forma de explotación de la tierra trajo como consecuencia muchos problemas sociales desde mediados del siglo XVI, por la perpetuidad de las encomiendas y el abuso hacia los indios. Así que fue necesario el uso de nuevas formas de gobierno para que se diera cumplimiento a las clausulas emitidas por Carlos V y Felipe II, que quitaban el carácter hereditario a perpetuidad de la encomienda a descendientes de los conquistadores.11 En el caso de Jocotitlán, la corona española otorgó las encomiendas de Atlacomulco y Jocotitlán a los descendientes del primer encomendero de Jocotitlán, entre los que se nombran a Pedro de Villegas, Francisco y Martín de Villegas y Fernando de Villegas, quienes llevarían pleito ante la corona para tomar posesión de las dos encomiendas. Sin embargo las dos encomiendas se le otorgaron a don Francisco de Villegas sin límite y restitución alguna. A su fallecimiento quedaron bajo el mando de Pedro de Villegas y Peralta. Gerhard menciona que la encomienda fue entregada en el año de 1595 a los reyes españoles y después la corona volvió a restituirla.12 La encomienda de Jocotitlán quedó en la jurisdicción de , que comprendía la parte superior del curso del Río Lerma, conocida durante la mayor parte del período colonial como valle de Matalcingo, parte de las fuentes del sistema del Balsas, cerca de , hoy es toda la parte occidental del Estado de México. A finales del siglo XVI Jocotitlán y Atlacomulco comenzaron a ser un punto de interés económico, pues durante este periodo algunas comunidades y otros indios caciques comenzaron a transferir sus propiedades a españoles, por ejemplo en 1570 los naturales de

10 La encomienda era una institución benigna para la hispanización de los indígenas. Su rasgo esencial era la consignación oficial de grupos de indígenas y colonizadores españoles. La encomienda era una posesión, no una propiedad, y era p e r s e inalienable y no heredable. Aquellos a quienes se otorgaban, llamados encomenderos, tenían derecho a recibir tributo y trabajo de los indígenas que les era delgados (Gibson, 1980, p. 63). 11 Ethelia Ruiz Medrano, Las primeras instituciones del poder colonial, en Gran Historia de México Ilustrada, México, Tomo 2 Planeta de Agostini, CONACULTA-INAH, 2001, p. 41-60. 12 Peter Gerhard, Geografía histórica, p. 180.

16 Jocotitlán vendieron un sitio de ganado menor al encomendero de ese lugar, don Pedro de Villegas Peralta.13 Las propiedades pequeñas del valle de Ixtlahuaca-Atlacomulco tenían una extensión entre 342.36 y 42.79 hectáreas, la pequeña propiedad predominó en el área de Jiquipilco, pues de 27 que se registraron, 15 estaban ahí y el resto se encontraban distribuidas entre Ixtlahuaca, Jocotitlán, Atlacomulco y Temascalcingo.14 Le vegetación de este valle solía ser de bosque de encino y pastizal natural, aunque ahora ha cambiado esta zona, que prácticamente está destinada a la agricultura. En tiempos prehispánicos era boscosa y con un suelo bastante apto para la agricultura, ya que, además de que el Río Lerma atravesara sus pastos y en consecuencia los inundara en época de lluvias, tenía condiciones propicias para la existencia de manantiales de los que dependían los pobladores. Probablemente esas situaciones dieron origen al establecimiento de grupos humanos que utilizaron sus aguas para regar las tierras de cultivo en las laderas bajas de los cerros. También había lagos como el de San Pedro y el de los Baños (cerca de Jocotitlán).15 A inicios del siglo XIX la producción del valle de Ixtlahuaca-Atlacomulco era principalmente ganadera, vendía ganado menor entre ovejas y puercos, y menor cantidad de ganado mayor, además de los productos derivados como manteca, lana y cuero. Las principales actividades agrícolas eran la siembra de maíz, trigo y frijol, aunque también se sembraba en menor cantidad haba y arvejón;16 la gente se ocupaba de labores del campo, trabajaba en las haciendas cercanas, ya sea de gañanes o bien en diversas actividades en el campo y otros más en la preparación de pulque. Además de estas actividades agrícolas la mayoría de la gente recurría al corte de madera para la construcción de casas, corrales para sus animales o bien para usarla como leña; otro de los recursos utilizados para la subsistencia eran la producción de frutas de clima frío como peras, tejocotes, manzanas, entre otras.17

13 González Ramírez, Alberto (1997) “M onografía municipal de Jocotitlán”, Gobierno del Estado de México, p. 68. 14 Ib íd e m , p. 69. 15 María de los Ángeles Velasco Godoy, La historia de un cambio en el Valle de Ixtlahuaca. La formación de un pueblo c o lo n ia l, Universidad autónoma del Estado de México, 2005 p. 41. 16 Manuel Zavala y Alonso, Pastejé, hacienda para la historia, p. 24. 17 J. Trinidad Basurto, El arzobispado de México, Jurisdicción relativa al Estado de México, Biblioteca Enciclopédica del Estado de México, México, 1977, p. 171.

17 1.2 Ubicación geográfica

Durante la época colonial el territorio de la Nueva España se dividió de diferentes reinos, divididos en provincias y gobernaciones. La provincia se designaba sólo a algunas porciones del territorio, para tener una mejor división territorial, está división fue denominada como provincias mayores y provincias menores. Se realizaron catorce grandes divisiones, algunas de ellas estaban subdivididas de la siguiente manera: 1. Reino de México, con cinco provincias mayores: Provincia de México, Provincia de Tlaxcala, Provincia de Puebla de los Ángeles, Provincia de Antequera (Oaxaca) y Provincia de Michoacán (Valladolid). 2. Reino de la Nueva Galicia, con tres provincias mayores, que fueron: la Provincia de o Nueva Galicia, la Provincia de los Zacatecas y Provincia de Colima. 3. Gobernación de la Nueva Vizcaya (Durango), con dos provincias mayores: Provincia de Guadiana o Durango y Provincia de Chihuahua. 4. Gobernación de Yucatán, con tres provincias mayores: Provincia de Yucatán (Mérida), Provincia de Tabasco y Provincia de Campeche. 5. Nuevo Reino de León. 6. Colonia de Nuevo Santander (Provincia de Tamaulipas). 7. Provincia de los Tejas (Nuevas Filipinas). 8. Provincia de Coahuila (Nueva Extremadura). 9. Provincia de Sinaloa (Cinaloa). 10. Provincia de Sonora. 11. Provincia de Nayarit (San José de Nayarit o Nuevo Reino de Toledo). 12. Provincia de la Vieja California (Antigua). 13. Provincia de la Nueva California (Alta). 14. Provincia de Nuevo México de Santa Fe.18

Así mismo se crearon divisiones administrativo-judiciales determinadas por las Audiencias de México y Guadalajara, subdivididas a su vez en corregimientos, alcaldías y

18 Áurea Commons, Cartografía de las divisiones territoriales de México, 1519-2000, en Temas selectos de geografía de México, Tomo I, 1.4, 2002, p. 30.

18 gobiernos.19 Bajo esta división administrativo-judicial se erigió la Primera Audiencia como tribunal real, lo que procuró la reducción de los límites territoriales de las ciudades y así quitarles el control sobre los pueblos circunvecinos. Las alcaldías mayores y corregimientos eran jurisdicciones territoriales en las que su titular actuaba como gobernantes territoriales y como jueces de primera instancia con competencia en los pleitos civiles y criminales.20 En la Audiencia de México, principalmente en la provincia de Matalcingo se llevó a cabo la reasignación de alcaldías, entre ellas la de Zinacantepec que en 1532 era sujeto de Toluca, que fue asignada a Juan de Sámano Turcios, pasando a la Corona antes de 1688. Para el caso de Ixtlahuaca fue asignado a Juan de la Torre y a su muerte pasó a manos de la Corona en 1535. Aparece también Metepec y Tepemaxalco en 1534-1536, Tlacotepec en 1532, Tlalchucilpa en 1550 y por último Jiquipilco 1597. Además de la división administrativa-judicial se creó la división eclesiástica que estaba dividida en arzobispados, obispados y provincias de evangelización, estos a su vez divididos en curatos, vicarías y parroquias, prioratos, guardianías, doctrinas y visitas que abarcaban diferentes jurisdicciones encomendadas a las órdenes religiosas.21 El valle de Ixtlahuaca-Atlacomulco formó parte de la provincia de Matalcingo en el Arzobispado de México (desde 1548), donde estaban las doctrinas de Xocotitlán y Xiquipilco, las doctrinas y curatos se ubicaban hacia el centro del Valle de Toluca. Éstos eran Toluca, Calimaya, Metepec y Zinacantepec.22 Sin embargo la encomienda de Jocotitlán pasó a la Corona en 1595. Desde el siglo XVI habían sido sólo una alcaldía mayor, y desde 1762 se resolvió proveer alcaldes mayores separados en Ixtlahuaca (incluyendo Atlacomulco, Jiquipilco y Jocotitlán) y Metepec y Zinacatepec (con Almoloya, Atenco y Tlacotepec). Para 1787, con la aplicación de la Real Ordenanza de Intendentes tanto Ixtlahuaca como Metepec pasaron a ser subdelegaciones de la intendencia de México.23 Con lo que se formalizó la separación territorial de ambas jurisdicciones de manera definitiva. (Mapa 1)

19 Ib íd e m p. 29. 20 Ib íd e m , p. 36. 21 Ib íd e m , p. 30. 22 María de los Ángeles Velasco Godoy, La historia de un cambio, p.42. 23 Peter Gerhard, Geografía histórica, p. 181.

19 Mapa 1. Ubicación del Valle Ixtlahuaca-Atlacomulco. Elaboración propia con datos de Peter Gerhard, Geografía histórica.

Para 1950 Jocotitlán formaba una cuña entre Atlacomulco e Ixtlahuaca, los tres sobre la frontera con Michoacán. Las principales estancias occidentales de Jocotitlán eran Tapaxco (Tapasco) y Cuauxumulco (Goajomulco), donde en 1604 se congregaron todos los asentamientos de Analco, como se les llamaba colectivamente. En 1792 Jocotitlán tenía tres pueblos sujetos y Tapaxco seis, además de la recién descubierta minas de Real del Oro (1787).24 A mediados del siglo XVIII el Arzobispado de México contaba con 55 jurisdicciones de alcaldías mayores, de las cuales con mayor extensión era la de Metepec-Ixtlahuaca, que estuvo

24 Peter Gerhard, Geografía histórica... p. 182.

20 dentro de la provincia de Matalcingo, tenía a su cargo 36 pueblos como cabecera, San Miguel Temazcalcingo, San Pedro , San Francisco Chichicoautla, San Francisco Xonacatlan, San Juan Xiquipilco, Santiago , San Lorenzo Huytzizilapa, San Gerónimo , San Pedro Atlapulco, San Felipe, Asunción Malacatepec, San Miguel Almoloya del Río, , San Mateo Mexicalcingo, San Miguel Chapultepec, San Antonio de Padua, San Miguel Mimialpa, Asunción Yalatlaco, San Mateo Tlalchichilpan, Santiago Tlacotepec, Santa María Atlacomulco, San Matheo Atengo, San Gaspar, Santigo Tianguistengo, Santa Ana , San Bartholomé Otzolotepeque, Xocotitlán, San Bartholomé Capuluaque, Asunción Tepexoyuca, San Martín Ocuyoacaque y San Juan Guapanoya 25 (mapa 2).

PUEBLOS DENTRO DE LA ALCALDIA MAYOR DE METEPEC-IXTLAHUACA SIGLO XVIII

Atlacomulc

Xocotitlán

Xiquipilco

PUEBLOS PUEBLOS M etepec______Mexicalcingo Ixtlahuaca Chapultepec Temascalcingo San A n to nio de Padua Totoltepec M im ialpa Chichicuautla Xonacatlan Tlalchichilpa Tlacotepec Temoaya Atlacomulco Huitzizilapan Ateneo Amanalco San Gaspa Atlapulco Tianguistenco Xilotzmgo Malacatepec A lm oloya del Río X ocotitlán S im bologia Zinacantepec Tepexoyuca J Ixtlahuaca | ] Toluca Tepemajalco __ i Metepec Cal i maya Coapanoaya Elaboro: Karina Secundino Mapa 2. Ubicación geográfica de Alcaldía Mayor de Ixtlahuaca-Metepc 1800.

Un hecho importante dentro del pueblo de Jocotitlán fue la elevación de pueblo a municipio, lo que ocurrió en 1820 cuando el intendente ordenó a autoridades de las subdelegaciones de Metepec e Ixtlahuaca que se jurara la constitución de Cádiz en sus

25 María de los Ángeles Velasco Godoy, La historia de un cambio, p.42.

21 respectivas jurisdicciones. El teniente coronel de la villa de Ixtlahuaca solicitó al señor Manuel Iturbide y Gómez vecino del pueblo de Jocotitlán procediera a realizar la jura a celebrarse el día 25 de junio de 1820, a partir de ello se debería de nombrar a las autoridades municipales correspondientes, sin embargo esto no sucedió inmediatamente sino hasta el 13 de agosto de 1820, que se reunió al pueblo de Jocotitlán para llevar acabo las elecciones respectivas. El pueblo nombró a Antonio del Valle como alcalde de primer voto y a Francisco Campos como alcalde de segundo voto. En 1823 el municipio sufrió la segmentación de una parte de su territorio, para formar el ayuntamiento auxiliar de Tapaxco, dependiente del de Jocotitlán, pero en 1824, con la erección del Estado de México, se separó definitivamente.26 Sin embargo en la actualidad Tapaxco forma parte del municipio de El Oro, sin que se pueda precisar el límite exacto del territorio que se segmentó de Jocotitlán (Mapa 3). En la siguiente imagen podemos apreciar el Valle de Ixtlahuaca-Jocotitlán, hacia el noreste se puede apreciar el Municipio de Jocotitlán con su elevada montaña, mientras que al sureste se aprecia el cuerpo de agua de San Juan de las Manzanas, municipio de Ixtlahuaca.

Foto 1.Valle de Ixtlahuaca-Jocotitlán. Foto tomada en campo 2015.

26Alberto González Ramírez, Monografía municipal, p. 73.

22 Municipios de Jocotitlán y El Oro

Huerta Soyamquilpan de Juárez de Juárez

Acambay -Guanajuato Temascalcingo

Timilpan

Atlacomulco Valladolid |0 Casandeje Tlalpujahua

México M M San Felipe del Progreso Angangueo San José del Rincón

Nicolás Romero Jiquipílco Tuxpan Ocampo México

Temoaya

Otzolotepec Jungapeo México Xonacatlán México Almoloya de Juárez

Toluca Lerma Tuzantla México

Donato Guerra México 1 México Amanalco

Simbología 52,500 26,250 0 3 M eters O Localidades Rurales [ [ Municpios Elaboró: Loalidades principales Jocotitlán y El Oro Karina Secundino Estanislao

Mapa 3. Municipio de Jocotitlán y El Oro (Tapaxco). 1.3 Organización territorial. En la actualidad Jocotitlán se encuentra organizado por 57 comunidades, de las cuales 17 son barrios, 33 comunidades y 1 cabecera municipal, 2 ex haciendas, 3 ranchos y 2 ejidos , con una población total de 61,204 habitantes en 2010. Como se muestra en el siguiente cuadro.

Barrios Nombre Nombre 01 Barrio la venta 09 Barrio Buenavista 02 Barrio de Boyecha 10 Barrio la Era 03 Barrio de Guadalupe 11 Barrio la Soledad 04 Barrio el Lindero 12 Barrio san José 05 Barrio la Manga 13 Barrio 15 de Agosto 06 Barrio de San Jacinto 14 Barrio de la Luz 07 Barrio el Ruso 15 Barrio de Tula 08 Barrio de San Joaquín 16 Barrio Santa Clara 17 Barrio la Tenería

23 Comunidades Nombre Nombre 01 Concepción Caro 18 Siffari 02 Mavoró 19 Tiacaque 03 La Providencia 20 Zaculapan 04 Los Reyes 21 Las Animas Villeje 05 San Francisco Cheje 22 Huemetla 06 San Juan Coajomulco 23 El Progreso 07 San Miguel Tenochtitlan 24 San Marcos Coajomulco 08 Meje 25 Enguindo San Isidro 09 Santa María Citendeje 26 Casa Blanca 10 Santa María Endare 27 San Dimas 11 Santiago Casandeje 28 Los Javieres 12 Santiago Yeche 29 Ojo de Agua 13 Las Fuentes Yeche 30 Chivoro 14 La Venta Yeche 31 El Huerto 15 San Mateo 32 San José Boqui 16 Colonia San Juan el Cristo 33 Tiacacque (centro psicola) 17 La loma de Endare 34 Jocotitlán(cabecera municipal)

Ex haciendas Nombre 01 Ex Hacienda Alcíbar 02 Ex Hacienda San José Villejé

Ranchos Nombre 01 Rancho San José 02 Rancho Santa Mónica 03 Rancho los Martínez

Ejidos Nombre 01 Ejido Cheje 02 Ejido de la Providencia Fuente: Censo de Población y Vivienda 2010, INEGI.

El municipio de Jocotitlán tiene una gran extensión territorial, por ello se destacan las comunidades más importantes entre las que se encuentran las siguientes: Santa María Citandeje con un total de 6,136 habitantes; San Miguel Tenochtitlán con 5,805 habitantes; San Juan Coajomulco 5,137 habitantes; Santiago Casandeje con 4,977 total de habitantes; 4,012

24 habitantes para Los Reyes; Mavoró con 1,574 habitantes; San Francisco Cheje con 1,909 habitantes.27 Este patrón de asentamiento ha permitido al municipio de Jocotitlán contar con diversas vías de comunicación que permitan el traslado de los habitantes a las principales comunidades del municipio y tener acceso a los diferentes servicios como la educación. Las comunidades más importantes dentro del municipio como son Santiago Casandejé, el traslado desde la cabecera municipal a la comunidad es de aproximadamente de 1 a 1.5 horas; mientras que la comunidad de Los reyes el tiempo de traslado desde la cabecera municipal es de 15 a 19 minutos. El total de viviendas dentro del municipio es de 14,572, divididas entre viviendas particulares con 14,570 y 2 de viviendas colectivas. De esas 14,054 disponen de luz eléctrica, mientras que 436 no disponen de este recurso y de 26 no se sabe; respecto al servicio de agua 13,253 viviendas cuenta con él, mientras que 1,228 no; para el servicio de energía eléctrica sólo un total de 14,504 viviendas lo tienen, mientras que el resto 436 viviendas no.28 La mayor parte de las viviendas dentro del municipio están construidas de tabicón, cabe señalar que las casas que se encuentran dentro de la cabecera municipal aún conservan su arquitectura tradicional, como son las paredes de adobe y techos de teja lo que se maneja como un rasgo de presencia indígena. En lo que se refiere al acceso en salud, el municipio de Jocotitlán, de acuerdo al Anuario Estadístico y Geográfico de México 2015, cuenta con una población total 61,204 derechohabientes, repartidos entre las siguientes instituciones de salud.29

Institución Derechohabientes Instituto Mexicano del Seguro Social 13,212 Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de 1,102 los Trabajadores del Estado (Federal) Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de 3,381 los Trabajadores del Estado (Estatal)

27 Anuario Estadístico y Geográfico de México, 2015. 28 Censo de Población y Vivienda 2010, INEGI. 29 Censo de Población y Vivienda 2010, INEGI.

25 Secretaria de la Defensa Nacional, Secretaria 64 de Marina, Petróleos de México Seguro Popular 19,645

En el rubro de educación Jocotitlán cuenta con diversidad de planteles desde preescolar hasta nivel superior, para el ciclo escolar 2014/15 los alumnos inscritos a nivel preescolar fue de un total de 2,898 niños, para nivel primaria 8,502 alumnos, secundaria con 4,042 estudiantes; bachillerato general 1,804 alumnos y 736 para bachillerato tecnológico y niveles equivalentes en tanto para nivel superior con un total de 2,655 alumnos. Cabe mencionar que los alumnos egresados a nivel superior, se destacan por las líneas de ingeniería y construcción.30 En la cabecera municipal destaca la arquitectura de la parroquia de Jesús Nazareno, que fue fundada en el año de 1600 y en la que en su atrio se puede apreciar una cruz de piedra. En esta parroquia la gente de la cabecera municipal realiza la fiesta tradicional dedicada a Jesús Nazareno el día 6 de agosto, donde la gente se reúne a celebrar dicha festividad, una de las fiestas más importantes del municipio. Otra de las celebraciones representativas del municipio es la que se realiza para dar gracias por las cosechas del año (fiesta agrícola), la cual tiene lugar los primeros días de diciembre; asiste gente de diversas comunidades del municipio a un día de campo en un paraje llamado “La Virgen” que se encuentra a las faldas del cerro, se ofrece una misa para dar gracias por las cosechas del año, y al término regresan en forma de procesión y cada persona trae consigo ramas para terminar en el atrio de la iglesia mientras se escucha el repicar de las campanas. En el siguiente mapas se pueden apreciar las principales localidades del municipio en la actualidad, donde destacan Santa María Citendeje, San Juan Coajomulco, San Miguel Tenochtitlán, cabecera municipal de Jocotitlán, Los Reyes, Santiago Yeché, comunidades que existen desde la colonia como núcleos de población indígenas, sin haya cobrado importancia otra comunidad durante el siglo XIX a la fecha.

30 Censo de Población y Vivienda 2010, INEGI.

26 Principales100 localidades del Municipio de Jocotitlan

Simbologia

Localización

Leyenda 15 0» Agosto Loca klades Localidades principales

□ Municipio de Jocotitlán

Elaboró: Karina Secundino Estanislao

0 1.95CB.900 7.800 11,700 15,600 Meten

Mapa 4. División territorial del Municipio de Jocotitlán. 1.4 Espacio físico y actividades económicas.

El municipio de Jocotitlán tiene una superficie de 276. 77 km2 aproximadamente. Los terrenos que forma el municipio se elevan desde los 2,530 hasta los 3,900 msnm, siendo la montaña de Jocotitlán el punto más alto, además hay otros cerros pequeños, entre los que destacan La Sierra de Coajomulco, Cabeza de Mujer, El Fandango, La Luna y el Garambullo. Cabe destacar que los asentamientos humanos del municipio se encuentran en las faldas de estas elevaciones, por ejemplo, la cabecera municipal y Santiago Yeche que se encuentran en las partes bajas del cerro de Jocotitlán, mientras que las localidades de San Miguel Tenochtitlán, Santa María Citendeje y San Juan Coajomulco hacen lo respectivo en el cerro Cabeza de Mujer y de La Luna.31 Los terrenos están formados por rocas circundantes con capas de ceniza y son planos lo que facilita la formación de cuerpos de agua en épocas de lluvia.

31 Plan Municipal de Desarrollo Urbano de Jocotitlán (2011), Estado de México.

27 Algunas de las especies vegetales más sobresalientes del municipio son el pino, cedro, encino, el sauce y el roble, además de árboles frutales como son el tejocote, capulín, ciruelo y durazno. Existen plantas que son utilizadas para la medicina tradicional entre las que destacan Borraja (Borago officinalis), Artemisa (Artemisa vulgaris), Árnica, Berro, Ruda, Sauco y Tepozán; todas utilizadas para curar enfermedades como resfriados, tos, empachos, entre otras. Entre la fauna del lugar podemos encontrar diversas especies como el conejo, rata de campo, tlacuache, ardillas, además de lagartijas, culebras, escorpiones entre otros. Las que se pueden ver principalmente en las partes montañosas. Los recursos naturales de Jocotitlán son muy variados y los habitantes hacen uso de ellos para abastecer sus necesidades diarias como la de leña. Las principales actividades económicas son la agricultura, principalmente de maíz, base de su alimentación y también de su cocina tradicional: Sin embargo también destaca la siembra de trigo para alimentación, aunque en menor cantidad. La agricultura es principalmente de temporal, aun cuando el municipio cuenta con cuerpos de agua para abastecer el riego de sus cultivos. Esta actividad se concentra principalmente en las zonas llanas y laderas del cerro de Jocotitlán, por lo tanto la implementación de técnicas para cultivo son muy variadas dentro del municipio, por ejemplo en las partes altas del cerro es imposible la entrada de tractores o maquinaria para la preparación de la tierra, por ello los habitantes optan por algunos otros implementos que les permitan el cultivo, entre ellos se encuentra la yunta u otros más pequeños como pala y azadón. De acuerdo al Censo Agrícola, Ganadero y Forestal 2007 la superficie agrícola que está destinada según la disponibilidad de agua para riego y área de temporal para Jocotitlán es la siguiente. Municipio Unidades SUPERFICIE AGRÍCOLA de producción Total de riego de temporal hectáreas unidades de hectáreas unidades de hectáreas producción producción Jocotitlán 7,801 14,584.25 3,045 5,955.14 5,859 8,629.11 Fuente: Censo Agrícola, Ganadero y Forestal 2007.

28 Otra de las actividades que se desarrollan dentro del municipio son las pecuarias con un total de 1,545.44 hectáreas, mientras que en área forestal es de 4,203.49 hectáreas, en conjunto estas actividades forman e total cada uno, el suelo es propició para la agricultura de temporal y de riego, tiene una superficie total de 27.677.10 hectáreas, 15,140.2 se destinan a la actividad agrícola; la actividad pecuaria se desarrolla en 2,994.6; el área forestal en 4,844.1. La zona industrial ocupa 159.3 hectáreas y la zona urbana 503.6 hectáreas, además de terrenos que son improductivos los cuales equivalen a 6,211 hectáreas.32 Dentro del municipio se agrupan diferentes empresas e industrias entre las que se encuentran el Complejo Industrial Pastejé, S. A., además de empresas familiares entre las que destacan el rancho Santa Mónica, dedicada a la producción de lácteos, y una fábrica de dulces Eugenia y familia dentro de la Cabecera Municipal. Además de esas empresas existen otras actividades que dan variedad a economía del municipio , entre ellas destacan los comercios y establecimientos que se encuentran en diversos puntos del municipio y localidades, principalmente en las vialidades o calles, entre los comercios y establecimientos destacan las misceláneas, tiendas de abarrotes, puesto de verduras, tortillerías, papelerías, casas de venta de materiales de construcción, farmacias, ventas de ropa, además de establecimientos que ofrecen servicios de internet, entre otros. También existen los llamados tianguis, que se realizan en las principales calles de la cabecera municipal en días específicos, principalmente los miércoles. En ellos se ofrecen productos básicos, como son verduras, abarrotes, ropa, con un costo más bajo, cabe señalar que la mayor parte de los comerciantes son vecinos del municipio, y para el abasto de algún otro tipo de servicio se acude a municipios cercanos como son Atlacomulco e Ixtlahuaca.

1.5 Principales haciendas del municipio.

En el Estado de México las haciendas fueron muy productivas, se dedicaban a la ganadería y a la agricultura, todo ello para abastecer el mercado a la Ciudad de México, sin embargo también para su propio abasto. La hacienda como una institución con dominio sobre grandes extensiones de tierra, requería una gran cantidad de mano de obra y de recursos naturales, como el agua, se veía

32 Alberto González Ramírez, Monografía municipal... p. 43.

29 constreñida a sortear las peripecias de los litigios que le nacían, los altibajos del mundo rural, de la agitación social y de los precios del mercado, y al ir aprovechando toda coyuntura o apoyo familiar, político y pecuniario para afianzar sobre sí misma e imponerse incontrastablemente a todo el vecindario.33 En el caso de Jocotitlán la influencia de sus haciendas en el desarrollo de los pueblos es innegable. Entre las principales actividades de las haciendas de la región encontramos la producción de pulque, maíz, frijol. La principal actividad agrícola se basaba en la siembra de maíz, trigo y frijol, aunque también se sembraba en menor cantidad haba y arvejón34 Por ejemplo en la segunda mitad del siglo XVII la producción de nuevos cereales como el maíz, frijol, avena y el trigo generó conflictos entre los hacendados españoles por la necesidad de mano para implementar nuevos cultivos, lo que a su vez generó quejas de los pueblos de indios, aunque en menor medida, fueron notorias.35 La extensión de las haciendas dependía de su población y el tipo de cultivo que sembraban. Las tierras por lo regular se dividían en tres grandes áreas: un área productiva central, destinada para el mercado y autoconsumo; un área para arrendamiento, mediería o aparcería; y otra que era utilizada como reserva.36 En el valle de Ixtlahuaca-Atlacomulco, la hacienda fue importante pues se crearon grandes haciendas en ella, por ejemplo en los siglos XVIII y XVIII encontramos las haciendas de Pastejé, la de Teacaque, y la Villejé y para el año de 1878 en el distrito de Ixtlahuaca había 44 haciendas en 1878, las cuales disminuyeron a 40 en 1910.37 Número muy importante si consideramos que en el norte del actual Estado de México en 1878 se registraban 61 y en 1910 había aumentado a 66. En lo que se refiere al ganado, la producción del valle de Ixtlahuaca-Atlacomulco era principalmente de ganado menor, como ovejas y puercos, aunque también ganado mayor. Además de los productos derivados como manteca, lana y cuero.

33 Heriberto Moreno Castillo, Haciendas de Tierra y Agua, El Colegio de Michoacán, Zamora, Michoacán, 1989, p. 13. 34 Manuel Zavala y Alonso, Pastejé, hacienda para la historia, México, 1994, p. 24. 35 Davison Mazabel, Agua y Colonización. Las disputas por el agua en el Valle de Texmelucan, Puebla, Universidad de Guanajuato, Guanajuato, 2009, p. 16. 36 María del Carmen, Salinas Sandoval, La hacienda Pastejé. Del porfiriato a la revolución, Cuadernos Municipales, El Colegio Mexiquense, H. Ayuntamiento de Jocotitlán, Zinacantepec, México, p. 111. 37 Ib íd e m , p. 112

30 Las haciendas más relevantes por extensión y productividad dentro del pueblo de Jocotitlán fueron las de Teacaque, San Antonio Pastejé y Villejé. Sin embargo, durante el año de 1893, se registraron las haciendas de Caro y de Alcíbar, así como el rancho Nenací38. Éstas establecieron relaciones con el ayuntamiento por la renta de las aguas del manantial Las Fuentes, el cual se encuentra dentro del municipio. (Mapa 5) de esas cuales existían desde el siglo anterior. Estas haciendas contaban con distintos tipos de tierras para sus diversas necesidades, (cuadro 1) la superficie de estas haciendas era aproximadamente de 8.557 hectáreas, su producción anual de las cinco haciendas era de 2.050 cargas de maíz, 1.750 cargas de trigo y 675 de cebada.39 Propiedad Terrenos de temporal Terrenos de riego Terrenos de pastos Hacienda Teacaque 20 ha 14 ha 400 ha Hacienda Pastejé 12 ha 40 ha 1.200 ha Hacienda Villegé 140 ha 28 ha 1.256 ha Hacienda de Caro 18 ha 30 ha 235 ha Hacienda de Alcíbar 50 ha 70 ha 360 ha Hacienda de Nenaxi 30 ha 28 ha 160 ha Cuadro 1.Tipos de tierras de las haciendas. Tomado de Chávez, 2005, p. 22

38 Carlos Escalante Fernández, Mazahuas, campesinos y maestros. Prácticas de escritura, tierras y escuelas en la historia de Jocotitlán, Estado de México (1879-1940). El Colegio Mexiquense, Zinacantepec, México, 2014, p. 25. 39 Margarita García Luna, Haciendas porfiristas en el Estado de México, UAEM, Toluca, 1981, p. 83-94.

31 Mapa 5. Principales haciendas de Jocotitlán.

32 Capítulo 2. La hacienda de Villejé

El capítulo se encuentra estructurado en tres partes: la primera se dedica a conocer los diferentes puntos de vista sobre la hacienda en general; la segunda, abarca la importancia que tuvo la hacienda dentro de Jocotitlán, además de conocer su historia y hechos importantes de su fundación; y la tercera muestra su vasto territorio a través de su extensión territorial.

2.1 ¿Qué es la hacienda?

El concepto de hacienda40 es polisémico, pero la mayoría de los autores coincide que es un modo de propiedad y explotación con la finalidad de generar riqueza, por medio del control de recursos naturales y humanos, que requiere de la relación con pueblos cercanos y otras áreas de producción y mercado. En su trabajo, Francois Chevalier,41 destaca el estudio del sistema económico, tanto en la producción, distribución y venta de los productos obtenidos en las haciendas, como en la organización del trabajo, la organización social y política del campo; muestra la importancia de la hacienda en México desde XVI hasta el XX, tanto en el aspecto económico como para la vida rural. La hacienda colonial pasó por tres periodos de desarrollo: de 1530 a 1630 periodo que correspondía a la etapa de formación, donde tiene gran importancia el nacimiento de la propiedad privada, debido al repartimiento de tierras, mercedes reales, y las encomiendas. La segunda etapa abarcó de 1630 a 1730, período en el que se consolida la regularización legal de tierras por medio de composiciones avaladas por la Corona española; y, por último el periodo clásico de la hacienda que se ubica entre 1731 a 1821, donde la administración virreinal trató de proteger los intereses de los peones y los vecinos de los pueblos frente a los hacendados. Ese último periodo destacó por la utilización de los recursos naturales y humanos está ampliamente asegurada sobre la base de exigencias colonialistas,42 ni las comunidades ni los peones eran dominados por los hacendados, en el caso de la mano de obra los esclavos

40 La palabra hacienda en su acepción más general significaba bienes, posesiones y riqueza material, se denominaba hacienda al conjunto de bienes que poseía un individuo, así como a los bienes pertenecientes a una comunidad, país o institución (Real Hacienda, Hacienda Pública, etcétera). Gisela von Wobeser, La formación de la Hacienda, p. 50. 41 Francois Chevalier, La formación de latifundios en México, México, FCE. 1976. 42 H erb e rt J. N ickel, Morfología social de la hacienda mexicana, Fondo de Cultura Económica, 1988, p. 67.

33 solamente desempeñaba un papel subordinado, en la mano de obra indígena se caracterizaba por la explotación y brutalidad por parte de los hacendados, además las instalaciones en este período son mucho más modestas. Durante el primer siglo de dominación “se crea la hacienda como tipo más extenso de propiedad territorial, como centro productor y como centro de vida autosuficiente”43, ese se dio como consecuencias del decaimiento especialmente de las encomiendas, como las primeras formas de relaciones de trabajo, así como debido a los cambios de población y ocupación del suelo.44 Sin embargo a mediados del siglo XVI la encomienda fue perdiendo fuerza como una institución económica, ya que nos solo habían quedado muchos españoles desprovistos de ella, sino que además el tributo y servicios eran insuficientes para el abastecimiento de las ciudades. Los motivos del decaimiento de la encomienda son variados, pero destacan el cambio de políticas reales sobre su perpetuidad, que paulatinamente surgieron propietarios de tierras que ofrecían mejores condiciones de trabajo a los indios, lo que hacía que prefirieran el trabajo en esas proto-haciendas, lo que a su vez les permitió a estos propietarios aumentar sus caudales y posesión de tierra, que a la postre regularizarían por medio de las composiciones de tierras, que a su vez se favoreció por la necesidad de la Corona de obtener recursos para financiar las guerras. Ese fenómeno se llevó más de un siglo, desde fines del siglo XVI y todo el siglo XVII. Este sistema proporcionaba a los españoles utilidades y bienes de tributación generadores de capital y, más adelante, un ingreso regular prácticamente exento de costos de producción. No menos importante es el hecho de que se obtenía una fuente vital de mano de obra obligatoria, gratuita y asalariada.45 Desde del siglo XVI las haciendas se clasificaron según sus actividades y tipo de producción, así podemos encontrar haciendas ganaderas, de labor, pulqueras, azucareras, cerealeras, sin embargo no es que se dedicaran exclusivamente a esas actividades pues podían contar con espacios dedicados a otras labores.

43 Andrés Lira y Luis Muro, “El siglo de la integración”, en Historia General de México, México, El Colegio de México, 2000, p. 3 3 6 . 44 Ibídem, 337. 45 Riley Michael G., El prototipo de la hacienda en el centro de México: un caso del siglo XVI, México, 1978, p. 53.

34 Durante el siglo XVII la hacienda comenzó a ser una institución económica central, pues se fue extendiendo más sobre el territorio novohispano, afectando especialmente los terrenos baldíos y las propiedades que pertenecían a las comunidades indígenas. Desde los orígenes de la hacienda, la extensión, la explotación y el derecho sobre la utilización del suelo definían si se trataba de un sitio de estancia o de una caballería. La estancia era una merced de tierra designada a la cría de ganado mayor o menor, según su extensión y al ganadero se le daba la posesión del suelo después de pasados cuatro años. La estancia de ganado mayor medía un cuadro de 5000 varas, que son equivalentes a 2.6 millas por lado aproximadamente, y abarca un área de 4,366 ha. La estancia de ganado menor (ovejas, puercos, carneros y en buena medida las gallinas) medía un cuadro de 3,333 varas y un tercio, es decir, 1.7 millas por lado, dando un total del área de 1,920 ha. A ambas unidades agrarias se les adicionaron criaderos, fue la medida de superficie una cuarta parte más de las mismas. La caballería de tierra tenía forma rectangular dedicada a la explotación agrícola y con menores porciones que las anteriores. Su extensión era equivalente a 42.79 ha, dicha porción de tierra arable debía ser destinada a la formación de huertos donde se cultivaban suficientes granos y vegetales que cubrieran las necesidades dietéticas del hacendero o ganadero, su familia y la de los trabajadores, en la práctica, las estancias de ganado incluían hasta cuatro caballerías.46 Las cesiones de terreno variaron de acuerdo con el tipo de tierras, se repartían sitios para ganado mayor y menor, criaderos de ganado, potreros, caballerías y solares para casa o huerta, también se otorgaban espacios destinados para algunas unidades productivas, como minas, molinos, ventas. Las tierras de las haciendas se dividían en tres grandes áreas: una designada para el mercado y autoconsumo, otra para arrendamiento, mediería o aparcería y la última era de reserva, utilizaba principalmente cuando se quería aumentar los cultivos. Las medidas que se establecieron en el repartimiento de tierras consistían en las caballerías, éstas eran destinadas a la agricultura, principalmente para el cultivo del trigo, tenían forma de un paralelogramo con ángulos rectos. Su extensión abarcaba 1,104 varas de largo por

46 María de los Ángeles Velasco, Ixtlahuaca, población, haciendas, p. 126-127.

35 552 de ancho, con una superficie de 609,408 varas cuadradas, lo que equivale a 42 hectáreas, 79 áreas.47 Una vez formada, reconocida o constituida la hacienda, se contaba con las condiciones necesarias para ser económicamente autosuficiente, debido a que las grandes extensiones de tierra incluían tierras fértiles para la producción agrícola o crianza del ganado. Así gran extensión de tierras que poseía una hacienda proveía mayor variedad de suelos y, por lo tanto, mayor abundancia en productos o bienes, lo que provocaba gran dependencia económica y mayor productividad. El éxito de la hacienda también estuvo en que utilizaban todo el conocimiento de los agricultores en el manejo de plantas, del agua y de la tierra; en que diversificaron sus actividades según sus posibilidades; en que su sistema de explotación de manos obra en muchos casos terminó en la servidumbre por deudas de los peones, lo que garantizó mano de obra, este era el rasgo principal de estas unidades productivas,48 pues les permitía contar con trabajadores permanentes. A finales del siglo XVII se hizo común el llamar ranchos a las fincas agrícolas arrendadas,49 estás eran áreas que se dejaban a cargo de los arrendatarios eran utilizadas como refugios para animales, se encontraban por lo regular alrededor de las haciendas. Sin embargo a finales de este siglo el nombre de rancho fue utilizado como una unidad de explotación agrícola, la cual era cultivada por la hacienda y a la que estaba designado un mayordomo. En el siglo XVIII la hacienda se convirtió en un radio de acción muy importante convirtiéndose en una propiedad social, debido a los distintos derechos legales que tenía sobre el uso de la tierra y el agua, con ello su característica principal era construir los sistemas sociales y económicos de la hacienda a través de diversas características como: el abastecimiento y la demanda de productos agrícolas para minas y áreas urbanas; la posesión de la tierra se convirtió en una de las mejores inversiones; se centró en la explotación de los recursos naturales; la organización de la venta comercial; se llegó al reclutamiento y la

47 Gisela Von Wobeser, La formación de la Hacienda en la época colonial, El uso de la tierra y agua, 1a. Edición, Universidad Nacional Autónoma de México, 1983, p. 20. 48 Charles Gibson, Los aztecas bajo el dominio español, México, Siglo XXI editores, 1982, p. 342. 49 H erb e rt J. N ickel, Morfología social, p.25.

36 vinculación por contrato de trabajadores; la organización del trabajo construyó y aseguró una mejor inversión económica y social de la hacienda.50 En la zona central de Nueva España se desarrollaron tres tipos de haciendas: las cerealeras, las pulqueras y las azucareras, mismas que lograron una mayor especialización en esas actividades a fines del siglo XVIII, al grado de que se convirtieron en sus actividades preponderantes. Durante el siglo XIX, la hacienda alcanzó su mayor extensión territorial, aunque aún se encontraban diversas fincas pequeñas. Destaca la modernización de implementos agrícolas y la creación de nuevas vías de comunicación que permitían el traslado de la mercancía hacia otros lugares, sin embargo, aún se mantenía el dominio sobre mano de obra y recursos naturales. Las haciendas se conformaron como unidades económicas, sociales y políticas, muy importantes para la estructura del país, tanto por la generación de alimentos y riquezas, lo que provocó la acumulación de riqueza en pocas manos y la creación de grandes latifundios, lo que a la postre se convertiría en uno de los grandes problemas de México decimonónico, que desencadenó las demandas revolucionarias. Las haciendas se consolidaban como abastecedoras de productos en diversos mercados, los trabajadores de los pueblos cercanos satisfacían sus necesidades básicas de subsistencia por medio de trabajos que realizaban en ésta. Sin embargo el perfil del campo mexicano se definió por el modo de producción impuesto por las haciendas, para lo que el Estado favorecía a los hacendados con una serie de favores, canonjías u omisiones para garantizar su permanencia a costa de los abusos que se cometían en contra la población rural. Para eso los hacendados históricamente se valieron de diversas estrategias para asegurar la mano de obra, entre las que se pueden mencionar las siguientes: 1) pagos de tributarios o de créditos por los hacendados; 2) aseguraban a los empleados el abastecimiento de alimentos; 3) cesión de tierra a terrazgueros; 4) hacían prestamos préstamos y adelantos para generar deuda en sus trabajadores; 5) les daban anticipos para prestaciones de servicios religiosos; 6) se hacían transferencias de deudas entre haciendas;7) realizaban intimidaciones religiosas; 8) retenían el salario o parte de éste para obligarlos a seguir trabajando para ellos y 9) se heredaban las deudas.

50 H erb e rt J. N ickel, Morfología social, p.68.

37 Con el paso del tiempo los hacendados se valieron de otras estrategias como la entrega de vales como remuneración del trabajo, que sólo se podían cambiar por mercancía en la tienda de la hacienda, estos es bien conocido como tiendas de raya. Sin embargo, las haciendas no sólo se apoderaron de la mano de obra, sino también de los recursos naturales de los pueblos aledaños, pues la dominación de éstos también fue crucial en el desarrollo de sus actividades económicas, dado que las condiciones naturales se impusieron como factores que tuvieron una influencia decisiva sobre la distribución de la población y, por ello, sobre las distintas formas de competencia entre las haciendas por los terrenos, la fuerza de trabajo y los mercados.51 En el uso de la tierra y del agua los hacendados fueron capaces de construir un sistema económico y social dentro de la hacienda, además de la organización del trabajo. La hacienda se caracterizó por el suministro del mercado y servicios, y de su gran organización en la administración, debido a que éstas funcionaban como centros de población, y a veces los integrantes de las haciendas, principalmente los peones con sus familias, vivían dentro de ella y construían pequeños caseríos. Un indicador del cambio social fue la organización eclesiástica, el establecimiento de una capilla u oratorio que funcionaba como un centro de convivencia entre los habitantes de la haciendas y que a su vez desde el siglo XVI ayudo a consolidar la hacienda con el argumento de que dentro de ella se presentaban los servicios religiosos a los indios, que era una de las grandes encomiendas de la corona a los conquistadores. Con el sistema de encomienda se consideraba que quedarían resueltos los problemas centrales del país: la evangelización y el mantenimiento de la observancia cristiana, que se encargaba al encomendero, y la riqueza y la propiedad de la tierra, por los tributos y servicios personales.52 Asimismo se instalaron dentro de ella pulquerías que servían como centros económicos y sociales dentro de la hacienda. En lo social la convivencia se caracterizaba por la interacción desigual entre los dueños y los trabajadores, sin embargo en el sentido económico las pulquerías era básicamente una mercancía que debía colocarse dentro del mercado.53

51 Herbert, Morfología social, p. 39. 52 Andrés Lira, Luis Muro, “El siglo de la integración”, en Historia General de México, México, El Colegio de México, 2000, p.337. 53 Antonio Lorenzo Monterrubio, Las haciendas pulgueras de México, Universidad Nacional Autónoma de México, México, 2007, p. 88.

38 Así tenemos que la Nueva España y posteriormente México, la hacienda fue algo más que un conjunto de construcciones y una gran extensión de tierra: era una forma de vida. No sólo organizaba la producción del mercado sino que también unificaba los diversos elementos del campo. Además de ser un centro de actividades económicas, la hacienda formaba parte del núcleo social de todas las clases, sus propietarios, trabajadores y administradores ejercían a menudo un poder político sustancial.54

2.2 La hacienda de Villejé

Se han localizado referencias a la hacienda de Villejé en documentos que datan del siglo XVIII, la más antigua es el testamento de doña Isabel María de León, miembro de la familia Villegas- León, familia de caciques influyentes y poderosos del pueblo de Jocotitlán, de extracción noble y de origen mazahua. En dicho testamento se denomina a Villejé como rancho de “Bisehe” o “Villejé”.

A su vez a doña Isabel María de León quien fue hija de doña María de León cacica de Jocotitlán, le fue entregada como dote, como ella relata en su testamento de 1694. “declaro que fui casada y velada según orden de nuestra Santa Madre Iglesia, con el dicho don Nicolás de Villegas. Y al tiempo y cuando contrajimos dicho matrimonio llevé a su poder en dote dos tablas de magueyes que tengo y poseo en este dicho pueblo y alguna ropa y ajuar de casa y un rancho nombrado Bisehee (Villejé) que se componía de un medio sitio de ganado menor y está en términos de la doctrina de este pueblo. ”

De su matrimonio con don Nicolás de Villegas procreó a Vicente de Villegas, Matías de Villegas, doña Pascuala de Villegas, Úrsula de Villegas, Juan de Villegas y Melchora de Villegas, que insertaron con mucho éxito en la sociedad colonial, como ella relata: “durante dicho matrimonio hubimos y procreamos por nuestros hijos legítimos que hoy viven a don Vicente de Villegas, gobernador actual de los naturales de este dicho pueblo y su partido; a don Matías de Villegas; a doña Pascuala de Villegas, mujer legítima que es de don Ignacio de Tapia Moctezuma; a doña Úrsula de Villegas viuda de don Alonso de Granados; al bachiller don Juan de Villegas, presbítero; y a doña Melchora de

54 Edith Boortein, La hacienda de Hueyapan 1550-1936, Secretaría de Educación Pública, 1976, p. 13-15.

39 Villegas, mujer que es de don Nicolás de los Ángeles, gobernador actual del pueblo de Atlacomulco”55

Por lo que se refiere a la transmisión del rancho de Villejé, doña Isabel aclara que se entregó pos su esposo de forma legítima como dote a su hija doña Pascuala de Villegas al momento en que contrajo matrimonio con don Ignacio de Tapía Moctezuma, aclaración que hace con la finalidad de que se respete la propiedad a su hija pues al momento en que murió su marido el bachiller Diego de Aguilar Verdugo, cura beneficiado de Jocotitlán, en calidad de albacea de don Marcelino Alfonso, cacique del mismo pueblo, reclamando el derecho de propiedad del rancho de Bisehee (Villejé), con títulos e instrumentos legítimos, por lo que otorgó el derecho de dicho rancho, el que a su vez le fue entregado por el albacea en compraventa a don Vicente de Villegas, hijo de doña Isabel, la que reclamaba que se respetará la propiedad de su hija doña Pascuala, toda vez que ella era la propietaria legitima y se había trasmitido de manera legal como dote.56 Sin embargo, todo apunta a que no se respetó la voluntad de doña Isabel, pues para el año 1728, en la documentación del litigio por aguas con la hacienda de Pastejé, quien ostenta la propiedad de la ahora hacienda de Villejé es don Francisco de Villegas, presbítero principal del pueblo de Jocotitlán, quién la recibió como herencia de su padre don Vicente Villegas que se ostentó como cacique del pueblo de Jocotitlán; del que además recibió varios pedazos de tierra, solares y otras dos haciendas, además de la que nombra como Vixeje, en lengua mazahua.57 Parte importante de los primero dueños de la hacienda Villejé, la familia Villegas es descendiente de los primeros caciques de Jocotitlán y por lo tanto acaparadoras de la riqueza del pueblo, este apellido representaba símbolo de poder y prestigio entre los pueblos cercanos a Jocotitlán. No cabe duda de que los caciques pronto se incrustaron en el mundo colonial, vivían entre dos mundos y entre dos tradiciones: la indígena y la española, eran los ejemplos vivientes del mestizaje racial, social y cultural.58 En ese mismo año, pero en el mes de septiembre don Francisco de Villegas se presenta ante el despacho del virrey, Conde de Casa Fuerte, para pedir autorización y vender la

55 AGN, Tierras, vol. 2400, exp.9, f 17-18. Testamento de doña Isabel María de León. 56 Ib íd e m , 57 AGN, Tierras, vol. 2224, exp.4, f 134-135. 58 René García Castro, Tradición, matrimonio y patrimonio. Una familia de caciques mazahuas en el siglo XVII, vista a través de sus testamentos, El Colegio Mexiquense, Cuadernos municipales, Zinacantepec, México, 2000, p. 36.

40 hacienda, y una vez que se le otorgó realizó la venta de la hacienda de Villejé con todas sus entradas y salidas, usos y costumbres de derecho y servidumbre que le pueda tocar, debido a que no puede hacerse cargo de ellas. El comprador fue al bachiller don Matías Martínez de la Cuesta, cura y juez eclesiástico del pueblo de Jocotitlán, quien pagó dos mil novecientos pesos de oro común en reales.59 A la muerte del bachiller don Matías Martínez de la Cuesta en 1739, la hacienda de Villejé pasó a manos del bachiller don Joseph Orozco Martínez, presbítero principal del pueblo de Jocotitlán.60 Se desconoce la calidad en que fue propietario y el uso que dio a la misma, pero en el año 1750 don Manuel Mercado aparece como dueño de la hacienda.61 Ya desde esa fecha se tiene registro del conflicto con la hacienda de Pastejé por el agua del manantial Las Fuentes, que es el principal cuerpo de agua que abastecía a ambas haciendas para el riego de sus cultivos. En el año de 1796 don Manuel Mercado vendió la hacienda a don Diego Ortiz,62 quién continuó el pleito por el agua del manantial Las Fuentes. Tampoco se conoce cómo pasó a sus manos pero en 1819 la dueña de la hacienda era doña Josefa Ortiz, viuda de Sobrino Pandal, sin embargo en ese mismo año la vendió a don José Vicente Albarrán.63 José Vicente no la conservó mucho tiempo, pues en 1822 ya era propiedad del capitán don Genaro de Noriega. Para 1850 el señor don Miguel Icaza tenía la propiedad a su cargo, a su fallecimiento hereda a su hijo don Francisco Icaza y Echave en el año de 1903, según consta en la escritura del día 20 de abril de 1903. En 1916 queda bajó la responsabilidad de doña Dolores Icaza y Echave viuda de Fernández, quien es hermana de Francisco Icaza, deja a su cargo las haciendas de Villejé y Caspi 64 Por lo que se refiere a su conformación e implementos con que contaba la hacienda, (anexo 1) se han encontrado dos inventarios, uno de 1822, donde nos muestra la extensión de

59 AGN, Tierras, vol. 2224, exp.4, f, 139-140. 60 AGN, Tierras, vol. 2224, exp.4, f, 124. 61 AGN, Tierras, vol. 2144, exp.1, f, 5-6. 62 AGN, Tierras, vol. 2146, exp.1, f 15. 63 AGN, Tierras, vol. 2458, exp.1, f 3. 64 AHA, AN, exp. 832, F. 88.

41 terreno, además de los diferentes grupos de ganado que tenía. El segundo es de 1903, donde muestra la extensión y artículos que se localizaron dentro de la hacienda en ese año.65 En lo que se refiere a la estructura con la que contaba la hacienda de Villejé era diversa, pues para el año de 1800 contaba con una escuela particular a la que asistían unos 12 niños y 8 niñas.66 También contaba con su propia tienda en donde los trabajadores compraban los productos básicos. En una breve comparación de los inventarios destacan los siguientes cambios de la hacienda de acuerdo a su infraestructura. Infraestructura 1822 Avaluó 1903 Avaluó Casa principal, galeras, $ 7.791.16 pesos Casa principal, $ 10.000 pesos. corrales, zaudas, galeras y establos cochera, asoladeros de cerdos, casa de sirvientes

Por lo que se refiere a los implementos con los que contaba la hacienda, se pueden apreciar en la siguiente tabla.

Implementos 1822 Avaluó 1903 Avaluó 1 apero de madera $127.46 pesos 1 máquina trilladora $1.760 pesos de trigo 1 apero de cuero $32.26 pesos 1 cortadora de $100.00 pesos zacate 1 molino de olote $100.00 pesos 20 arados $20.00 pesos

65 Inventario de bienes de la hacienda de Villejé, AGN, Tierras, exp. 6. (1822), Inventario de bienes de la hacienda de Villejé, AHA, AN, exp. 832, f. 88. (1903). 66 Carlos Escalante, Mazahuas, campesinos, p. 94.

42 Parte importante dentro de la hacienda fue la variedad de ganado con la que contaba la hacienda, en la siguiente tabla podemos observar el tipo de ganado con que contaba de acuerdo a los dos inventarios encontrados. Ganado 1822 Avaluó 1903 Avaluó 111 vacas $1.804.00 pesos 105 vacas $3.150.00 pesos 41 toros $465.40.00 pesos 20 toros $300.00 pesos 288 borregos $310.000 pesos 350 ganado lanar $700.00 pesos 77 bueyes $1.366.06 pesos 10 cerdos $40.00 pesos 7 burros y mulas $56.000 pesos 8 mulas $440.00 pesos 16 caballos $81.000 pesos 79 terneras $659.06 pesos 35 terneras $875.00 pesos

Como se puede apreciar la hacienda tenía diversa infraestructura, implementos y distintos tipos de ganado, sin embargo se puede apreciar que con el paso del tiempo fue perdiendo en su estructura diversos edificios, principalmente en casas para los animales y en la casa de los sirvientes, en cuanto a los implementos agrícolas con que contaba tuvo una mejora, debido a que adquirió diversas maquinas como una maquina trilladora o bien una molino de olote, en lo que respecta al ganado la diversidad fue muy amplia, sin embargo uno de los ganados que alcanzó más demanda fue el ganado lanar, además de la adquisición de nuevos animales como cerdos. En lo que respecta a sus actividades económicas, fue una hacienda que se dedicó al cultivo del maíz, el trigo y al cultivo de magueyes. Para el año de 1909 la hacienda de Villejé pudo ser una propiedad económicamente dinámica, debido a sus importantes extensiones de tierra, 28 ha de riego; 140 ha de temporal; 1,256 ha de pastos67; además de su gran variedad de producción de ganado, dónde destaca el vacuno (220 cabezas), caballar (20 cabezas) y lanar (200 cabezas). En lo que respecta al cultivo del maguey Villejé tenía diversos solares de magueyes que estaban distribuidos entre varios pueblos como son Santiago Yeché, Los Reyes, Santa María

67 María del Carmen Chávez Cruz, Entre el Ayuntamiento y el Gobierno Federal. El arrendamiento de los manantiales Las fuentes, Jocotitlán, Estado de México. 1916-1932, México, CNA-CIESAS, 2005, p. 22.

43 Endaré y Jocotitlán, todos estos solares pertenecientes a la hacienda de Villejé, con un total de 57.407 magueyeras. Debido a que la mayor parte del suelo es tepetatoso era muy fácil la producción del maguey dentro de esta zona de Jocotitlán, ya que esta planta crecía en lugares con este tipo de suelo, además del tipo de clima con que cuenta, ya que es frío y húmedo. La producción de cereales, principalmente el trigo, era aprovechada para el mercado interno y mercados en las grandes ciudades. Villejé producía aproximadamente treinta y seis cargas de trigo al año,68 gran parte de esta producción era enviada a la Cuidad de México y el sobrante era para consumo dentro de la hacienda. La producción de este cereal requería de grandes cantidades de agua, pues se necesitaba de la siembra al nacimiento de la planta, entre 100 y 200 mm de agua,69 pues un suministro por debajo de este rango podría retardar el crecimiento de la planta, lo que provocaría grandes pérdidas y la llegada de plagas que afectarían el cultivo, así que el suministro de agua generaba grandes conflictos por el agua entre los hacendados y los pueblos cercanos a las haciendas. Además del agua que requería para la producción del trigo, la hacienda contaba con maquinaría que permitía el trillado del trigo, animales de trabajo y de tiro (mulas y bueyes), contaba con edificaciones destinadas para actividades agrícolas, y graneros o trojes para el almacenamiento (Foto 2, 3). Desde esta perspectiva podemos posicionar a la hacienda de Villejé como un hacienda cerealera, magueyera, ya que en ésta se producía principalmente trigo, maíz, en menor cantidad cebada, y tenía una gran cantidad de magueyes por lo que pudo ser una gran productora de pulque debido a sus diversos solares de magueyeras con que contaba; por lo tanto Villejé fue parte importante dentro del pueblo de Jocotitlán, debido a sus grandes actividades económicas.

68 AGN, Tierras, exp.1, vol. 2144, f 3. 69Rocío Castañeda González, Las aguas de Atlixco. Estado, haciendas, fábricas y pueblos, 1880-1920, CIESAS, Archivo Histórico del Agua, Comisión Nacional del Agua, El Colegio de México, México, 2005, p. 60.

44 Foto 2. Corrales para ganado, Villejé,tomada en campo, enero 2016.

Foto 3.Granero,Villejé, tomada en campo, enero 2016.

45 2.3 Descripción y extensión espacial de Villejé.

Haciendo un pequeño estudio lingüístico podemos decir que el topónimo de Villejé es un fisiotoponimo, ya que describe las características físicas de la superficie, esté topónimo tiene significado mazahua. Realizado el análisis lingüístico la expresión Villejé se compone de:

- Bichi “bajar”, o de b’ibi “inclinado”, cheje “cerros”, plural

En ambos casos para formar una palabra con (bichi o b’ibi) solo se emplea el prefijo /bi/ y después se coloca el sujeto y en este caso sería (t’eje) pero en su plural (ch’eje), entonces quedaría de la siguiente forma:

/bi/ “inclinar” o “bajar”

/cheje/ “cerros”

/bich’eje/ “inclinación del cerro”, “descenso del cerro”, “bajar del cerro”

Entonces la palabra “Villejé” en su forma y escritura sería lo mismo que “biyeje”, o bien cualquier otra forma que se pueda encontrar relacionada con está. Como dato alterno Mildred Kiemele Muro recopila la expresión: /bichjeje/ “el cerro está muy parado”, con ello se puede interpretar que el significado del topónimo de Villejé (biyeje) es entonces “descenso de algo” o “lugar inclinado”.70

Esto corresponde con la ubicación de la hacienda pues se encuentra localizada al noreste del cerro de Jocotitlán, detrás de la casa de la hacienda se ubica la una pequeña barranca, vista desde la parte suroeste la hacienda se puede ver como si estuviera en la parte alta de un cerro, tal como se explica en la descripción del topónimo. Entonces sabemos que el topónimo describe el espacio de la hacienda desde su origen o que se le dio el nombre de acuerdo a sus condiciones espaciales. Es posible que la denominación del lugar sirviera para nombrar el rancho de acuerdo a las características geográficas del lugar, ya que desde el año de 1694 está era nombrada en la lengua mazahua.

70 Mildred Kiemele Muro, Vocabulario mazahua-español y español-mazahua, Biblioteca Enciclopédica del Estado de México, México, 1975.

46 Por lo que se refiere a su conformación en el año de 1728 la hacienda de Villejé (Vixejé)71 se componía de un sitio para ganado menor y dos caballerías y media de tierra. Para esta fecha la hacienda lindaba por la parte Sur con tierras del pueblo de Santa María Atotonilco sujeta al partido de Ixtlahuaca y con su lindero que divide dicho partido que es la cerca real de Jocotitlán, por la parte Norte con el rancho de Caxpi, por el Poniente con tierra que poseen los herederos de Juan Gómez Camargo y del sitio de San Juan del pueblo de Jocotitlán, y por el oriente a vista de un cerrillo,72 como se muestra en el siguiente mapa.

HACIENDA DE VILLEJÉ 1728 396000 400000 404000 408000 412000 416000 420000 424000 428000

396000 400000 404000 408000 412000 416000 420000 424000 428000 Legend

f Casa principal de Villejé ¡ RíoLerma Fuente: Carta topográfica E14A27,escala 1:50,000, INEGI 2013 I | Extensión territorial Villejé 7 :■ i Laguna de los Baños B Manantial Casandeje A Elaboró: Karina Secundino Estanislao. Manantial Coajomulco

Manantial Las Fuentes Jocotitlán I------1------1------1------1------1------1------1------1 0 2,375 4,750 9,500 Meters Manantial Las Fuentes Yeche Mapa 6. Hacienda de Villejé 1728.

71 Era nombrada Vixejé en el idioma mazahua, pero en la actualidad se nombra como Villejé. 72 AGN, Tierras, vol. 2224, exp.4, f 139.

47 En el año de 1890 se localizó el “Plano original que con los documentos respectivos presentó a esta Secretaría el tenor Miguel Ycaza, para componer con el Gobierno, como lo ha verificado, la Hacienda de Villegé, que está poseyendo en el Distrito de Ixtlahuaca, del Estado de México. La superficie de este polígono es de 1911 H, 9 A, 35 CA o sean HHcn -676/1000 caballerías, ó en sitios 1 89/1000”, a partir de este podemos hacer una comparación de la pérdida de territorio que tuvo la hacienda en ese periodo, que como se aprecia representa una pérdida del 40%, lo que se puede apreciar en el siguiente mapa.

HACIENDA DE VILLEJÉ 1890 400000 404000 408000 412000 416000 420000 424000 428000

400000 404000 408000 412000 416000 420000 424000 428000 Simbología Fuente: Carta topográfica E14A27,escala 1:50,000, 1 1 Villejé 1728 Manantial Coajomulco Laguna de los Baños ^ INEGI 2013

^ Villeje 1890 ■ Manantial Las Fuentes Jocotitlán : ■ Pueblo JA Elaboró: Karina Secundino Estanislao. f Casa principal de Villejé ^ Manantial Las Fuentes Yeche Curva de nivel | Manantial Casandeje RíoLerma I------1------1------1------1------1------1------1------1 0 2,375 4,750 9,500 Meters Mapa 7. Comparación de 1728 y 1890.

48 En el año de 1935, siendo su dueña la Señora Dolores Icaza Viuda de Fernández, se le anexó la finca de Caspí y ahora le llamaban “Finca Villejé, Caspí y anexas”, y tenía con una extensión de 171 hectáreas, 18 áreas 12 centiáreas con un total de 60 hectáreas de labor de riego, con un avalúo total de $ 14, 333.0073(Mapa 8). Sin embargo con la aplicación de la reforma agraria Villejé y sus propiedades anexas fueron desarticuladas para la formación de ejidos. Derivado de esas afectaciones se vieron beneficiados los ejidos de los pueblos de la Concepción, de San Pedro de los Baños, de San Juan y por último el de Santa María Endaré. La propiedad de los dueños de la ex-hacienda de Villejé se redujo a una pequeña propiedad que fue la conocida como rancho de Caspí, con una superficie de 297 hectáreas, 369 áreas, 20 centiáreas y 55 as. Sus linderos fueron: al norte con el rancho de Cote y el rancho de Zacualpan Bombaró; al oeste con la hacienda de Caro; al sur con el ejido provisional de San Juan y San Agustín; y al este con el ejido definitivo de Santa María Endare.74

73 AHEM, CAM, exp. 31-172, vol. 193, fs. 35 74 AHEM, CAM, exp, 32, vol. 195, fs. 45.

49 396000 4001 Simbología

Villejé 1728 Manantial Coajomulco [...... j Pueblo Valué Fuente: Carta topográfica E14A27,escala 1:50,000, High : 255 INEGI 2013 Villeje 1890 | Manantial Las Fuentes Jocotitlán Valle de Jocotitlán Elaboró: Karina Secundino Estanislao. Viilejé y Caxpi J Manantial Las Fuentes Yeche L o w : 0

Hacienda Villejé RíoLerma Curva de nivel , -- 1-- Manantial Casandeje Laguna de los Baños 4,750

Mapa 8.Hacienda de Caspí.

50 51

□□□□ Rancho Mapa 9.Propiedad del de Caspí. La hacienda estuvo en la alcaldía mayor de Ixtlahuaca que con la creación de las intendencias pasó a formar parte de la intendencia de México, ahora como subdelegación. Con la aplicación de la constitución de Cádiz se formó el ayuntamiento constitucional de Jocotitlán, jurisdicción municipal a la que quedó sujeta la hacienda desde entonces. Esta hacienda pasó por 14 dueños, sufrió distintos cambios en su extensión territorial, se dedicó al cultivo de cereales y magueyes; a la crianza de ganado menor. Así que por su longevidad, actividad económica y extensión tuvo un papel muy importante para el pueblo de Jocotitlán pues fue una de las principales fuentes de trabajo, la producción que tenía era enviada a la Ciudad de México y parte de ella era para autoconsumo. Tuvo diversidad de infraestructura la cual con el paso del tiempo poco apoco fue cambiando, además destaca la gran cantidad de ganado con que contaba. En lo referente a su territorio la hacienda logró tener una gran extensión, ya que puedo adquirir algunas otras propiedades por ejemplo la compra de un rancho llamado Caspí que sin duda alguna hizo que su territorio creciera; sin embargo con la reforma agraria fue perdiendo gran parte de su territorio. Entonces su territorio original terminó por desaparecer y con la hacienda que llegó a tener una gran extensión. En la actualidad se conserva su casco que se reduce a la casa que abarca cuatro hectáreas y museo, parte del granero, parte de los corrales de ganado, una capilla de la cual aún se conserva su fachada original, además una parte del jardín que en la actualidad es ocupado para eventos sociales, así como la parte del granero. Con respecto al rancho de Caspí, esté ha sido destruido en su totalidad, hace unos 20 años aún se conservaba parte de su estructura, esto de acuerdo a los relatos de algunos pobladores que viven alrededor de los terrenos donde se encontraba, ahora en los terrenos que eran de Caspí se construyó una gasolinera, la cual se ubica al lado de la autopista Toluca- Atlacomulco. En las siguientes imágenes podemos observar parte del interior de la casa principal de Villejé junto con sus áreas verdes y la parte interior de su capilla la cual está dedicada a San José.

52 Foto 4. Jardín principal dentro de la casa.

Foto 5. Interior de la capilla dedicada a San José, tomada en campo 2016.

53 Capítulo 3. El recurso agua

Este capítulo se estructura en cuatro partes, la primera tiene como objetivo mostrar los distintos usos del agua en la vida rural de las haciendas; la segunda muestra las principales obras hidráulicas coloniales para el traslado, distribución y uso del agua en las haciendas; la tercera se dedica al estudio de la normatividad para la repartición y uso del agua dentro en la colonia; y la cuarta muestra cómo fue la distribución y usos del agua en la hacienda de Jocotitlán.

3.1 Usos del agua.

La distribución del agua reflejaba los diferentes tipos de clases sociales, debido a que la mayor parte de los caudales y repartimientos de ésta se canalizaban hacia las haciendas. Mientras que los pueblos y pequeños propietarios se conformaban con cantidades pequeñas de agua, generando una serie de conflictos entre pueblos y haciendas. Uno de los factores que llevaron al conflicto del agua entre haciendas y pueblos cercanos a ellas tuvo su origen en la explosión demográfica que trajo como consecuencia una mayor demanda de productos agrícolas, de ahí que las haciendas, que eran el principal núcleo productor de alimentaos, buscaron cultivaron áreas más extensas, y por lo tanto necesitaron más' y mejor • irrigación. • • • ' 75 Las principales actividades relacionadas con el uso del agua dentro de las haciendas fueron la producción de alimentos, la cría de ganado y para hacer funcionar molinos. Los principales cultivos que se desarrollaron en ellas fueron el trigo, maíz, cebada, caña de azúcar, frijol, magueyes. Por lo que respecta al ganado las haciendas se dedicaron a la crianza de ganado menor, como cerdos, borregos, cabras, aves; de ganado mayor como vacas, caballos, mulas, burros. El gasto de agua necesario para estas actividades dependía de cada una de ellas, por ejemplo el trigo demandaba una cantidad extrema de agua para sus diferentes etapas de crecimiento, lo que hacía que el control y almacenamiento del agua por parte de las haciendas fuera vital para no ver interrumpidas esas etapas, así que el suministro de agua durante los meses de crecimiento era necesario.75

75 Sonya Lipsett, Tierra y agua en Puebla colonial, en Revista Encuentro, El Colegio de Jalisco, vol. 5, núm. 17, 1987, p. 93

54 En primer lugar era importante conocer la temporada en que debía de sembrarse, ya que de ello dependía una buena cosecha, por ejemplo una temporada poco propicia para sembrar el trigo era la época de lluvias, ya que en ella se desarrollara una plaga llamada chahuixtle la cual afectaba al cultivo.76 El primer trabajo para la producción del trigo es la preparación del suelo, el cual se llevaba a cabo en el mes de agosto, a pesar de que aún no terminaba la temporada de lluvias, pero se aprovechaba la humedad que dejaban éstas. La preparación consistía en el barbecho, previamente de haberse regado el terreno. Para el mes de septiembre-octubre comenzaba la siembra misma que terminaba en diciembre, sin embargo era necesario darle otro riego y era necesario contar con agua suficiente para eso, de lo contrario la planta no se podría desarrollar. Al término de esta etapa se requiere riego permanente, de ello dependía la calidad del grano en la planta de acuerdo al ciclo del cultivo del trigo, el cual se divide en cuatro etapas: a) de la siembra al nacimiento de la planta, b) del nacimiento al final de la fase de perfilamiento, c) del fin del perfilamiento al espigamiento y d) del espigamiento a la completa maduración. 77 Para el crecimiento del trigo se necesita aproximadamente entre 100 y 200 milimetros de agua por cada planta, un suministro de agua por debajo de este rango podría retardar el crecimiento de la planta dando como resultado que las semillas no se desarrollen completamente y que queden a exposición de insectos o aves.78 La fase más importante en el crecimiento de la planta es al final del perfilamiento hasta el espigamiento (maduración), debido a que es cuando la planta requiere del mayor abastecimiento de agua, por ejemplo con un plantación de 300 a 350 plantas equivale a sembrar una hectárea se consume un total de 350.000 litros de agua. En el caso de la hacienda de Villejé la producción del trigo fue importante, debido a las formas físicas del lugar, era un lugar ideal para siembra de este cultivo, sin embargo debido a que se requería de mucha agua para su producción se crearon conflictos con pueblos, principalmente con la hacienda de Pastejé, la cual se encontraba cerca de ella. La hacienda de Villejé por sus tierras fértiles tenía una buena producción de trigo, en la siguiente tabla se muestran algunas cifras de su producción:

76 Rocío Castañeda González, Las aguas de Atlixco. Estado, haciendas, fábricas y pueblos, 1880-1920, CIESAS, Archivo Histórico del Agua, México, 2005, p. 58. 77 Rocío Castañeda González, Las aguas de Atlixco, p. 60. 78 Ib íd e m , p. 61.

55 Producción de trigo en Villejé Año Cargas 1774 45 1785 36 1794 30 1796 34 Tabla 1. Producción de trigo. Hacienda de Villejé.

Entonces podemos inferir que para la producción de esas cantidades de trigo la hacienda de Villejé requirió las siguientes cantidades de agua: Gasto de agua Año Litros 1774 48.300 1785 37.800 1794 31.500 1796 35.700 Tabla 2. Consumo de agua en la producción de trigo de Villejé. Por lo que se refiere al ganado, la crianza del ganado bovino, requería de un proceso largo de adaptación, un reordenamiento del uso del suelo, y un mercado capaz de absorber sus productos, fuese carne, cueros, sebos o lana.79 Respecto a la crianza de ganado menor como los borregos, requerían de agua, dependiendo del tipo de especie, por ejemplo una hembra en edad madura requiere en promedio de 3.8 litros de agua por día, en el caso de un ovino en lactancia requiere un 5.7 litros de agua al día, mientras que los casos en engorda un total de 1.9 litros. En el caso de la hacienda de Villejé, en el año de 1822 se crío un total de cabezas de 226, no sabemos edad de reproducción tenían, sin embargo podemos sacar un aproximado tomando como referencia la edad madura de un ovino, lo que significa que debió usar un total de 858.8 litros de agua al día.

79 Bernardo García Martínez, Los primeros pasos del ganado en México, en Revista Relaciones No. 59, El Colegio de Michoacán, p.23

56 Lo que significa que tanto la producción de trigo como la cría de ganado en este caso de ovinos requerían de suficiente agua y por lo tanto debía de abastecerse de ella. Es importante señalar que no sólo la producción de agrícola fue la principal actividad en torno al agua, también derivaron otras formas de uso de ella, por ejemplo para el uso doméstico (agua potable), está para abastecer principalmente las necesidades básicas dentro de las haciendas. Mientras que para los pueblos se llevaron a cabo obras hidráulicas que permitieron el consumo de ella, por ejemplo pequeños acueductos que servían para trasladar el agua a los pueblos, con la llegada de los españoles y hasta finales del siglo XIX esta infraestructura fue adecuada y complementada con fuentes públicas.80 Una obra importante para el uso y abastecimiento del agua entre los pueblos fue el uso de los lavaderos colectivos, éstos se encontraban principalmente en espacios públicos, eran ocupados por la gente del pueblo, permitían tanto la convivencia como la distribución del vital líquido. Ante la creciente demanda de productos agrícolas, tales como el trigo, los hacendados buscaron diversas formas para producir este tipo de productos, dejando a un lado la producción ganadera y dar paso a la producción del trigo, llevando consigo la inversión de capital por parte de los hacendados, para la construcción de presas que permitieran la irrigación de sus cultivos, para asegurar el abastecimiento peramente del agua hacia los terrenos de cultivo.

3.2 Obras hidráulicas y su importancia en la hacienda

Desde tiempos prehispánicos se han usado diversas formas para captar y conducir el agua desde lugares lejanos para ser usada en los cultivos y en las viviendas. Con el paso del tiempo la infraestructura hidráulica ha cambiado en busca de aprovechar al máximo este recurso y emplear menos trabajo en ello. Desde tiempos prehispánicos se desarrollaron diversas obras hidráulicas para lograr diferentes objetivos, entre los que destacan las siguientes: • Captación, conducción, almacenamiento y distribución de agua para usos domésticos, de aguas pluviales, perennes superficiales y subterráneas. • Conducción, control y drenaje de aguas pluviales para evitar inundaciones.

80 Martín Sánchez Rodríguez, De la tradición a la modernidad. Cambios técnicos y tecnológicos en los usos de agua , en Semblanza Histórica del Agua en México, SEMARNAT, CNA, México, 2009, p. 31.

57 • Conducción y drenaje de aguas de desecho (negras) de las poblaciones rurales y urbanas. • Provisión de agua para la irrigación agrícola. • Control, aprovechamiento y desagüe de zonas lacustres y pantanosas. • Recreación y ritualidad.81

En la época colonial se crearon nuevas formas de contener el agua, por ejemplo las técnicas de desviación, y las galerías filtrantes para obtener el agua del subsuelo por medio de la gravedad y que da lugar a un manantial permanente a flor de tierra. Este túnel o galería tiene pozos verticales llamados lumbreras que sirven para la iluminación, respiración y extracción de materiales durante el periodo de construcción.82 Por lo que se refiere a los tipos de obras que se usaron para esos fines dependen del uso que se les daría, por ejemplo para la captación y almacenamiento de agua de lluvia se usaban canales subterráneos o a cielo abierto, zanjas y jagüeyes, o bien era conducida a través de los techos de las casas. En el caso de los depósitos pluviales a cielo abierto destacan los jagüeyes, que se hacían principalmente en las zonas áridas, para hacer éstos se canalizaba el agua de pequeñas corrientes pluviales o bien de los escurrimientos de los cerros a zanjas o bordos para almacenarla. Las obras hidráulicas que fueron utilizadas para la irrigación agrícola en el periodo prehispánico, aún siguen siendo de gran importancia, ya que con el tiempo fueron adquiriendo mayor importancia dentro de la sociedad. La irrigación tuvo como base principal el agua de manantiales, ríos y arroyos, sin embargo para poder irrigar durante temporadas secas era necesaria la construcción de presas, que permitían el almacenamiento del agua en esas épocas. Hubo dos tipos de presas: 1. almacenadoras permanentes 2. derivadores efímeras o temporales.83

81 Teresa, Rojas Rabiela, Las obras hidráulicas en las épocas prehispánica y colonial, en Semblanza Histórica del agua en M é x ic o , México, Comisión Nacional de Agua, 2009, p. 10. 82 Alejandro Tortolero Villaseñor, El agua y su historia, México y sus desafíos hacia el siglo XXI, Siglo XXI, México, 2000, p. 47. 83 Teresa, Rojas Rabiela, Las obras hidráulicas p. 13.

58 En lo que respecta a las presas permanentes o temporales, el agua llegaba a las parcelas mediante canales que recolectaban el agua de las corrientes de los ríos permanentes, las tomas por donde eran conducida el agua eran de tierra, piedras, estacas o ramas, para sí evitar la salida del líquido. El sistema de riego por presas derivadoras efímeras, era principalmente la construcción de represas para almacenar el agua de los arroyos o ríos, principalmente para desviar el agua hacia los terrenos de cultivo, sin embargo al termino del riego eran abandonadas o destruidas. Entre las obras importantes en el período prehispánico destacan las siguientes: 1. Sistema de riego por inundación o avenidas: consistían en una especie de presas temporales cuyos bordos se construían en laderas montañosas, eran sostenidas materiales locales como piedras, tierra y ramas. 2. Sistema de humedad/riego en lagunas estacionales, arenales y vegas: se practica principalmente en terrenos húmedos, ya que no requieren riego, se distribuía principalmente desde lechos y playones de ríos, hasta otras en lagunas que se secan parte del año, zonas con alto nivel freático o con suelos que retienen la humedad.84 3. Sistema hidráulico y formación de lagunas artificiales: llamados también embalses o presas, su función principal era conservar el agua para después ser ocupada en tiempos de secas. 4. Sistema de riego con agua subterránea: también conocido como riego manual o riego de brazo, se utilizaba agua de pozos, lagunas, canales y embalses en gran variedad de parcelas agrícolas, sobre todo en aquellas sometidas a cultivo intensivo como las chinampas, los campos drenandos, terrazas y arenales.85

Todas estas obras fueron muy importantes en el período prehispánico, se utilizaron diversas técnicas que permitieron el almacenamiento del agua para satisfacer sus necesidades, debido a que el agua fue conducida de forma equitativa mediante canales, acueductos, canales

84 Ib íd e m , p. 15. 85 Ib íd e m , p. 16.

59 de piedra, almacenamiento de presas por medio de compuertas, se canalizó por medio de alcantarillas. La llegada de los españoles trajo consigo la implantación de nuevas formas de vida, de arquitectura e infraestructura como otro tipo de tecnología para presas, diques, acueductos y obras que permitieran el traslado del agua, mismas que establecieron una forma distinta de control y uso del agua. Se valieron de nuevos instrumentos que permitieron la innovación de las obras, pues se comenzaron a utilizar nuevos artefactos metálicos que poco a poco fueron sustituyeron a los materiales de la región como la madera, ramas y piedras; además se introdujeron nuevas máquinas y obras que permitieron el mayor uso del agua, entre las que destacan: 1. La palanca que permitía extraer y elevar el agua de los pozos con una pértiga colocada sobre una horqueta. 2. La rueda utilizada principalmente para mover maquinaría con fuerza hidráulica. 3. Los acueductos por donde corría el agua para ser transportada a los terrenos de cultivo. 4. Las cajas repartidoras para controlar la salida del agua. 5. La pila y fuentes dónde acudían las personas a proveerse del agua para sus necesidades básicas. 6. Lavaderos colectivos situados en espacios públicos y otros más dentro de 7. haciendas, ranchos y conventos. 8. Las presas construidas de ramas, tierra, piedra y mampostería.

60 Foto 6. Lavaderos dentro de parque Las Fuentes. Tomada en campo, febrero 2016.

Los aprovechamientos hidráulicos dentro de las haciendas se incrementaron para abastecer las diversas actividades agrícolas, y aumentar la producción, lo que generó la integración de obras hidráulicas que se necesitaban para el trasporte del agua. Dentro de las obras hidráulicas que se llevaban a cabo se encuentran las destinadas al uso doméstico, entre ellas se encuentra la recolección de agua de lluvia mediante el uso de presas, canales o zanjas, que servían principalmente para el abasto de la casa; estas eran llevadas a través de canales que estaban colocados en los techos de las casas y eran depositadas en estas zanjas y presas que se encontraba en los patios de las casas. Otra obra importante fueron los sistemas de irrigación agrícola que permitieron aprovechar los depósitos de agua que existieron y aún existen en diversas regiones del país, que da lugar al aprovechamiento del agua. El riego cumple dos funciones básicas: 1) incrementar los rendimientos de las plantas cultivadas y, 2) servir como instrumento para la ampliación de nuevas tierras de cultivo debido a que con la irrigación se lleva a cabo la toma de más tierra agrícola y da lugar al cultivo de la tierra.

61 La presa fue una de las principales obras hidráulicas que permitió el manejo del agua para las diferentes actividades agrícolas y ganaderas, construidas de diferentes materiales pero todas con el mismo fin, la explotación del agua para la irrigación de cultivos. Su función y su diseño, las había de diferentes tipos: la más sencilla era conocida como palizada o estacada y consistía de una hilera de estacas fijas en el fondo del río o arroyo atravesadas con ramas o morillos toscos de tal manera que las hojas y la tierra acumuladas retuvieran el agua para su derivación.86 Sin embargo una de las construcciones más importantes fueron las presas que fueron construidas por medio de mampostería y piedra, pues ayudaban a retener con mayor cuidado el agua que se almacenaba. Las prácticas de regadío por parte de las haciendas fue muy diverso, construían obras que permitían el regadío de sus cultivos, por ejemplo el sistema de riego podía ser: a) de fuente perene como la de los ríos o manantiales, b) por escurrimientos de las lluvias, c) de riego a brazo en que los cultivos eran regados manualmente, d) por infiltración construidos en zonas inundables, y e) los que empleaban depósitos en las cimas de los cerros.87 El sistema hidráulico de las haciendas estaba determinado por un conjunto de presas y bordos los cuales eran construidos alrededor de las laderas de las partes altas para el almacenamiento del agua de lluvia. En las haciendas después de aprovechar las aguas, los escurrimientos iban a una corriente mayor. Este sistema tenía trazos lineales y ramificados que se formaban del canal principal. Los canales secundarios eran construidos por los propis regantes con el fin de conducir el agua hasta sus cultivos. Las obras hidráulicas produjeron cambios en los cauces de los ríos ya que se traro de aprovechar el agua de estos en beneficio de los cultivos, pero en ocasiones con graves daños a los pobladores cercanos.88 Además las haciendas aprovechaban el espacio y sus diversas formas geográficas, pues buscaban estar cerca de los ríos y de fuentes de agua, como los manantiales o lagos, de zonas de escurrimientos que favorecieran la formación de represas o bordos

86 Martín Sánchez Rodríguez, De la tradición a la modernidad. Cambio técnicos y tecnológicos en los usos del agua, en Semblanza Histórica del Agua, 2007, p.12. 87 Diana Birrichaga Gardida, Paola Sánchez Esquivel, Ariel Sánchez Espinoza, Sistemas de riego de pueblos y haciendas en los valles de México y Toluca, en Diana Birrichaga Gardida y María del Carmen Salinas Sandoval, Cartografía hidráulica del Estado de México, El Colegio Mexiquense, El Colegio de Michoacán, Gobierno del Estado de México, México, 2016,p. 76. 88 Ibidem, p. 85.

62 3.3 Normatividad sobre el agua

La corona se interesó por el control de las aguas y siempre las mantuvo como su propiedad, de las que sólo entregaba su uso por medio de mercedes o repartimientos y nunca como propiedad absoluta de los beneficiarios. Sin embargo se tuvo el cuidado de respetar las tierras y aguas de los pueblos de indios y de los cacicazgos; de la misma manera cuando se fundaban nuevas poblaciones, de españoles o de indios, se mandaba tener cuidado que hubiera fuentes de agua cercanas, lo mismo en el caso de molinos o para la agricultura se otorgaban derechos de posesión a través de mercedes. No era suficiente la regularización del repartimiento de agua y tierra, por lo cual fue necesario la implementación de las composiciones, éstas eran mecanismos que permitían a los pueblos solicitar la regularización del uso o posesión, otorgándoles el título legal y los derechos sobre el agua, por medio de un proceso legal y el pago de una cantidad de dinero determinada. Con este tipo de composición comenzó la regularización de los títulos de la tierra y agua, además de la delimitación exacta de las tierras. Sin embargo, fue necesario utilizar nuevas formas y leyes que permitiera el repartimiento del agua entre los pueblos, donde se contara con medidas y títulos que permitiera en buen uso del agua y la tierra, para ello se hace uso de las mercedes de agua, las cuales durante la colonia eran el título más formal de posesión. Sin embargo estos títulos o derechos no fueron formales, fue más bien un proceso más espontáneo que no era formalizado hasta que algunos propietarios de tierra a lo largo de un arroyo probaron que no podían usar toda el agua que ellos requerían.89 Así pues con la repartición de mercedes y composiciones tanto españoles como indígenas podían disponer de los recursos naturales que se encontraban alrededor de sus fincas o haciendas. Para obtener una merced de aguas y llegar hasta el acto de posesión se requería de varios trámites: a) se investigaba la existencia de mercedes, a modo de determinar derechos previos; b) en caso de no existir mercedes anteriores, se indagaba si anteriormente había habido alguna distribución entre los vecinos; c) de no haber distribución formal, se pasaba a averiguar entre testigos por medio de vistas de ojos la cantidad de agua disponible, y se comprobaban los

89 Ib íd e m ., p. 32.

63 derechos de usuarios originales; d) con base en los resultados se creaba una nueva distribución entre los usuarios, que tomaba en cuenta el uso más antiguo, la necesidad, disponibilidad de agua y protección a los pueblos de indios.90 Durante el trascurso de la Colonia aumentó considerablemente el número de mercedes de agua y con eso disminuía la cantidad de agua para cada propietario, dejando a un lado el uso común para quedar en propiedad privada, lo que llevo a que paulatinamente se convirtiera en una mercancía, como sucedió con la tierra, que se podía obtener mediante compra, arrendamiento, traspaso o censo. Otro motivo por el que en la época colonial se agudizaron los conflictos fue la introducción de nuevos cultivos que requerían de mayores cantidades de agua para su producción, como el trigo, que ya se ha mostrado las cantidades de agua que requería para su cultivo. Las luchas por el agua no sólo fueron por su uso y distribución, sino también por las distintas construcciones que se hicieron a partir del repartimiento del agua y sobre todo por los canales que cruzaban terrenos ajenos a los dueños de las obras, lo que también motivó enfrentamientos con los pueblos que veían invadidos sus dominios con dicha obras. Entre esos casos se encuentran la construcción de presas sin autorización y la apertura de canales que desviaban el agua hacia otras zonas. Los conflictos más comunes que ocasionaban las obras hidráulicas eran las inundaciones, el cierre de las servidumbres de paso y por el pago del mantenimiento de la infraestructura. En efecto, las presas y represas representaban un peligro para los terrenos que estaban en sus inmediaciones, pues en épocas de lluvia, cuando aumentaba la precipitación pluvial y crecía el cauce de los ríos, subían de nivel y llegaban a desbordarse.91 Otro motivo que dio lugar al conflicto por el agua fue la distribución de la tierra, pues a partir de su tamaño se le dotaba de la cantidad de agua considerada necesaria, es por ello que las comunidades y los hacendados no se conformaban al repartimiento del agua, que podía ser insuficiente para sus fines y más si se repartía más tierra en el área.

90 Verenice Cipatli Ramírez Calva, Indios y españoles en la contienda por el control del agua en Tula,Hidalgo, siglos XVIII-XIX, en Dimensión Antropológica, vol. 47, septiembre-diciembre, 2009, p.103-104. Disponible en http://www.dimensionantropoloaica.inah.aob.mx/?p=4001 91 Alejandro Tortolero Villaseñor, El agua y su historia, México y sus desafíos hacia el siglo XXI, Siglo XXI, México, 2000, p. 48.

64 La utilización ilegal del agua ocurrió principalmente dentro de las encomiendas que, si bien no implicó una posesión territorial, favorecía la explotación de los recursos por parte de los encomenderos. Alegando éstos el derecho sobre las aguas, se recurría al chantaje y a la extorsión para obligar a la venta y cesión de derechos. También se hacía uso de violencia física, destruyendo tomas, acueductos y canales de riego, obstruyendo el paso de las aguas o solicitaban mercedes o composiciones de agua sobre las que pertenecían a los naturales.92 Hubo otros actores, además de pueblos y haciendas, que se interesaron en la distribución del agua, por ejemplo en el caso de la villa de Toluca, los pobladores usaban el derecho de aguas del convento franciscano de Nuestra Señora de la Asunción para aprovisionarse por no tener acceso a las mercedes privadas de agua por varios motivos, como son: 1. La ausencia de un ayuntamiento español que las pudiera conceder. 2. El corregidor de Toluca estaba impedido de otorgar dichos títulos, pues las concesiones de mercedes de tierras y agua eran facultad exclusiva del Marquesado del Valle, las cuales fueron otorgadas a los ganaderos y estancieros que solicitaban tierra y agua en las zonas circundantes a la villa de Toluca. 3. Las cantidades solicitadas por los labradores y ganadero superaban en alto grado las necesidades para el uso doméstico de los vecinos de la villa.93 Por lo que se refiere a la distribución del agua se hacía necesario contar con personas que ayudaran en la medición del agua para que los pueblos, haciendas, conventos y demás involucrados tuvieran el agua correspondiente y no se crearan conflictos entre ellos. La realización de las medidas sobre el agua que correspondía a cada una de las personas se encargaba a los agrimensores, personas conocedoras del arte de la agrimensura. Está actividad será definida como el arte de medir la superficie de los terrenos, levantar planos y de trasladarlos al papel.94 Sin embargo no fueron los únicos que se dedicaron a la medición del

92 Gisela von Wobeser, El uso del agua en la región de Cuernavaca-Cuautla durante la época colonial, en Historia Mexicana, vol. XXXII, núm. 4, México, 1983, p. 472. 93 María del Pilar Iracheta Cenocorta, Del agua de los religiosos a la del ayuntamiento: el proceso de secularización en Toluca (1814-1861), en Birrichaga Gardida, Diana, La modernización del sistema de agua potable en México 1810-1950, El C olegio Mexiquense, Zinacantepec, Estado de México, 2007, p. 30. 94 José Ignacio Urquiola Persmisán, El tratado sobre medidas de agua de José Sáenz Escobar, Universidad Autónoma de Querétaro, Querétaro, 2012, p. 20.

65 agua, también se encontraban los arquitectos, cosmógrafos y jumetras, que de formas similares se encargaban de mediciones. No obstante que se buscó que las mediciones fueran correctas, muchos de los conflictos que se dieron con respecto al repartimiento y aprovechamiento del agua se debieron a mediciones erróneas e imprecisas, ya fuera por falta de estas personas especializadas en la distribución del agua (agrimensores) o por la falta de instrumentos de medición, factor importante para llevar acabo la medición. Con la ayuda de la agrimensura el reparto del agua fue más eficiente, lo que generó un reparto más riguroso, esta distribución sentó las bases en tres pasos: primero se determinaba el caudal de agua a repartir, después se procedía al repartimiento legal entre los diferentes usuarios y por último se llevaba a cabo la distribución de facto, mediante la construcción de obras hidráulicas de derivación.95 La legislación castellana a la que se apegó la distribución de las aguas en la Nueva España se basó principalmente en las siguientes leyes: “Fuero Juzgo” , que establece que si alguien hace alguna obra en el vado del río, deberá cercarlo con ramas o palos entrecruzados; el “Fuero Viejo de Castilla”, código que instituía que el agua de lluvia pertenecía al dueño del solar en donde se almacenaba al caer, y si por algún motivo esta agua corriera hacia otro solar, el dueño debería encontrar la manera de que esto no ocurriera; el “Fuero Real de España”, donde se señaló que no se debían cerrar los ríos que entraban en el mar porque los salmones y otras especies se salían y afectaban la pesca, y si algún dueño de ribera del río quisiera hacer un molino u otra construcción la construyera de tal forma que no afectara el paso de las naves; el “Código de las Siete Partidas” marcó que debían considerarse comunes el aire, el agua de la lluvia, el mar y sus riberas. En referencia a las aguas de los ríos, se instauraba que éstas eran de uso común; las “Ordenanzas Reales de Castilla” señalaban que no se podían cerrar los ríos por donde las naves acostumbraban navegar, y por último, la “Novísima Recopilación de las Leyes de España” establecía que se debía sacar acequias de los ríos, sangrándolos por las partes más convenientes, sin perjuicio de su curso, ni de su términos.96

95 Israel Sandre Osorio, Documentos sobre posesión de aguas de los pueblos indígenas del Estado de México, siglos XVI al XVIII, Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología, El Colegio Mexiquense, Comisión Nacional del Agua, Archivo Histórico del Agua, México, 2005, p. 25. 96 Ib íd e m , p. 18.

66 La corona española elaboró un marco jurídico para sancionar los usos del agua en la Nueva España, de ahí que el repartimiento de aguas fue un instrumento legal que sirvió para regularizar el uso de este recurso entre los distintos usuarios, siendo su finalidad confirmar derechos otorgados en mercedes reales o composiciones. Los repartimientos coloniales sirvieron de sustento legal para la solución de conflictos a lo largo de la historia y en caso de conflictos para regular el derecho se acudía a las ordenanzas de 1560.97 Durante 1567 don Gastón de Peralta, pidió realizar las medidas correspondientes para la medición de tierras dentro de la propiedad rural, sin embargo también pide se añaden una medidas para el agua. Para la medición del agua se regula por la abertura de los canales, circulares o cuadrados, que la llevan. Así las medidas de agua usadas eran las siguientes: - Buey de agua, de forma cuadrada, de una vara cada lado. Se divide en cuatro partes, que se llaman - Surcos de agua: circular; diámetro, 5 pulgadas y 11 líneas. La tercera parte es la - Naranja de agua: circular; diámetro, 3 pulgadas y 5 líneas - Y otras más pequeñas.98 Para el reparto de agua en el campo se usaba el “surco” o propiamente el “sulco”, nombre que procedía del surco que se hacía para el riego de la tierra. Sus fracciones serán respectivamente las naranjas y las pajas. La paja era la medida que se adoptó de manera común para los repartos de agua en medios urbanos. Para el cálculo de las medidas que correspondían a estas denominaciones, se parte de la forma en que se dividía la vara castellana en 48 partes que llamaba dígitos, y cada digito en cuatro granos. Cada vara comprendía entonces 192 granos. La referencia a los granos es el punto de partida para identificar a las “pajas de agua”. Una paja de agua, en sus cálculos, comprendía una figura de grano y medio corto de diámetro. Esta medida podía también tomarse al respecto de una figura cuadrada. Para el caso

97 Diana Birrichaga Gardida, Legislación en torno al agua, siglos XIX y XX, en Semblanza Histórica del Agua en México, SEMARNAT, CNA, México, 2009, p. 44. 98 Francisco De Solano, Cedulario de tierras. Compilación de legislación agraria colonial (1497-1820), Universidad Nacional Autónoma de México, México, 1991, p. 32,33.

67 de las naranjas de agua, se calculan 16 granos en cuadro, equivalentes a un cuadrado con 256 granos cuadrados. Supuesto que cada naranja comprendía a 144 pajas, resultaba una medida cuadrada, y una paja equivalía a una figura cuadrada con 1.77 granos por lado.99 Como ya se dijo el procedimiento de asignación de agua constaba de cuatro partes, que eran: 1) Determinaba la existencia de derechos previos. 2) si se había realizado alguna distribución previa. 3) determinar la cantidad de agua disponible y derechos del usuario original. 4) establecer la redistribución del agua entre los usuarios, basada en el uso más antiguo, la necesidad, la disponibilidad del agua y la protección de las comunidades indígenas.100 En el Tratado de medidas de aguas de José Sáenz Escobar se destacan cinco tipos de observaciones o medidas, que corrigen los defectos que se tenían en la repartición y medición de aguas. 1) Se debía partir de un reconocimiento detallado del lugar que se adoptaba como punto de partida para la conducción de aguas. Comenta que la “declinación” mínima que debía darse para que el agua corriese con normalidad era de 0.5 metros de desnivel por cada 100 metros. 2) Se debían tomar en cuenta las características o cualidades de las tierras por donde debía conducirse, prefiriendo siempre terrenos sin hendiduras o de las que “embebían” las aguas. 3) Debían reconocerse las condiciones del terreno por donde se dirigía la conducción del agua. Al respecto podía encontrarse con “llanos, lomas, laderas o barrancas”. En el caso de terrenos llanos, se debía aplicar sencillamente la declinación prevista y evitar o seguir el trazo por las partes convenientes.101 En el caso del paso por las lomas, se debían hacer zanjas, ajustando las medidas de profundidad y declinación, prefiriendo esta solución a la de hacer “socavones”, que por lo general implicaban grandes gastos. Para el caso del paso por laderas, se debía prever sobre todo, el evitar el vertido de aguas llovedizas, que podían romper los bordes del acueducto, así como el recibir cantidades de lamas que podrían taponar el conducto. En caso de bajíos, o barrancas, debía buscarse la forma de seguir las líneas de declinación, a no ser que resultara

99 José Ignacio Urquiola Persmisán, El tratado sobre medidas de agua, p. 36. 100 Israel Sandre Osorio, “Documentos sobre posesión, p. 23. 101 José Ignacio Urquiola Persmisán, El tratado sobre medidas de agua, p. 34

68 más económico, hacer “terraplenes” para salvar espacios cortos, o hacer “arcos” con el mismo propósito. Se debía revisar con todo cuidado las diferentes alternativas, sopesando los inconvenientes y ventajas, así como los costos que representaban. Finalmente establece que no se debía conformar con una sola medición. Todos los cálculos debían realizarse en “ambos” sentidos, de forma que no se diese lugar a “supuestos” o cálculos precipitados. Las leyes y normatividad que se expidieron durante el proceso de la colonización tuvo como fin proteger tanto las tierras y el agua de los pueblos, sin embargo muchas de estas leyes no fueron suficientemente eficaces, ya que muchos pueblos fueron despojados de tierra y agua, dejándolos desprotegidos de estos elementos importantes en su vida, lo que origino que los más beneficiados fueran las haciendas, debido a que a finales del siglo XVIII se habían consolidado como un centro de productividad y desarrollo económico, debido al acaparamiento de grandes extensiones de tierra y al mismo tiempo de aprovechamiento de los recursos naturales de los pueblos y comunidades cercanas a ella. El problema principal que llevó a los conflictos por el agua fue su escasez, la falta de títulos, mediciones equivocadas, la falta de infraestructura para su distribución y la falta de respeto a la normatividad sobre su uso y posesión, por tal motivo entre haciendas y pueblos se daban conflictos para apoderarse de los lugares donde existía una corriente de agua o algún manantial que les proporcionara los medios tanto de subsistencia como de producción.

3.4 Distribución, uso y almacenamiento del agua en Jocotitlán

En los sistemas de riego es común encontrar la construcción de paredes circulares de piedra y tierras en las partes altas y relativamente planas de los cerros, para colectar el agua de lluvia y canalizarla hacia los campos de cultivo de las partes bajas. Éstos existen en el volcán de Jocotitlán, gracias a cuyos escurrimientos se puede captar el agua y distribuirla a través de canales.102 En los manantiales se realizaban obras en su nacimiento estas obras eran para detener total o parcialmente el agua, y así conducir el vital líquido mediante canales a los terrenos de

102 Alba González Jácome, Laura Reyes Montes, La agricultura comercial: Una adaptación sociocultural en Santiago Yeché”, Revista Anales de Antropología, Vol. 40, Instituto de Investigaciones Históricas, UNAM, 2006, p. 232.

69 cultivo. Varios manantiales se conforman con base en este sistema, el de Las Fuentes, ubicado en el área fue el más importante de Jocotitlán, pues de él surgía un sistema de canales excavados en tierra, sin recubrimiento, su anchura iba de medio metro en adelante.103 (Foto 4).

Foto 7. Sistema de canales excavados en tierra. Jocotitlán. Tomada en campo 2016.

Además, dentro de nuestra zona de estudio se construyeron presas importantes que permitieron el acceso al agua, principalmente para los pobladores de la zona, además de que permitieron su uso para abastecer las haciendas que se encontraron dentro de Jocotitlán, entre ellas la hacienda de Villejé, Pastejé, Teacaque, Nenaxi y Alcíbar. En la Cuenca del Alto Lerma a la que pertenece el municipio de Jocotitlán existen lagunas, ríos, presas y bordos muy importantes para las actividades agrícolas de la región. Existen además flujos subterráneos, las principales zonas de recarga de agua subterránea se originan por las aportaciones provenientes de las elevaciones circundantes del , Sierras de Monte Alto, Las Cruces, Sierra la Venta, Sierra de Tenango, Cerro de Jocotitlán y Cerro de Santa Cruz Tepexpan.104

103 Ib íd e m ., p. 233. 104 Atlas Ecológico de la Cuenca Hidrológica del Río Lerma, Tomo VII, Gobierno del Estado de México. Secretaria de Desarrollo Urbano y Obras Públicas, 2002, p. 28.

70 En el presente dentro de nuestra área de estudio se ubican diferentes presas que fueron construidos para el abastecimiento del este líquido, que permitió a las comunidades y a las haciendas que se establecieron contar con agua suficiente para el riego de sus parcelas. Entre ellas destacan 11 presas (cuadro 2) que fueron construidas en lugares estratégicos que permiten el acceso al agua para el riego, las cuales se encuentran registradas dentro del Sistema de Seguridad de Presas; inventario realizado por la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA).

Nombre oficial Nombre común Año de construcción Volumen Cuendo Cuendo 1958 0.9000 hm3 Santa Elena 1960 0.8000 El Moral El Toril 1965 0.5300 Zacualpan El Junco 1986 0.2300 B. Pastejé Bordo Pastejé 1836 1.3200 La Esperanza 1940 0.3600 La Soledad La Soledad 1971 0.2500 Las Tazas Las tazas 1963 0.4800 Los Arbolitos 1969 0.0830 Ojo de Agua 1971 0.0400 San Jacinto La Manga 1940 0.6700 Cuadro 2. Presas Jocotitlán (CONAGUA).

71 Foto 8. Presa Ojo de agua. Jocotitlán, tomada en campo 2016.

Del cuadro anterior destaca el Bordo de Pastejé, el cual tiene fecha de construcción de 1836, y que antes de ser presa fue manantial por el que la hacienda de Villejé y Pastejé tuvieron problemas por la distribución del agua, que se convirtió en un gran conflicto, debido a que ambas haciendas pedían la mayor parte de agua para el riego de sus terrenos. Jocotitlán por sus características geológicas y edafológicas se encuentra en una importante zona de recarga acuífera. Las abundantes lluvias permiten la existencia de una gran cantidad de bordos permanentes e intermitentes que captan los escurrimientos del cerro de Jocotitlán, además de las presas y bordos mencionados por parte de CONAGUA, existen algunos otros que permiten el acceso al agua dentro del municipio o bien de sus pueblos, entre ellos destacan las presas de San Clemente y la Hierbabuena ubicados al sur de las localidades de Los Reyes y San Francisco Chejé y los bordos Tusha y Grande ubicados cerca de San Miguel Tenochtitlán105 (Mapa 10). De acuerdo al Plan Municipal de Desarrollo Urbano de Jocotitlán 2011, se realizó la siguiente clasificación de los cuerpos de agua con que contaba el municipio en sus diferentes comunidades (cuadro 3).

105 Plan Municipal del Desarrollo Urbano de Jocotitlán (2011), Estado de México.

72 Localidad Cuerpos de agua Presa Manantial Jocotitlán X Barrio de las Fuentes X Barrio de San Jacinto X Barrio la Teneria X Barrio 15 de Agosto X Barrio Santa Clara X Ejido Cheje X Los Reyes X X Mavoro X Ojo de Agua X X San Francisco Cheje X San Juan Coajomulco X X San Marcos Coajomulco X San Miguel Tenochtitlán X Santa María Citendeje X Santiago Casandeje X X Santiago Yeche X Tiacaque X X Total 14 9 Cuadro 3. Principales cuerpos de agua en Jocotitlán. Todos ellos cuentan con la característica de un caudal amplio, además y son de gran importancia para el desarrollo agrícola del municipio. Además de las presas que se construyeron dentro del territorio, existieron otras fuentes de abastecimiento de agua, entre ellos destaca los ríos y manantiales, fuentes principales del abastecimiento del vital líquido dentro de las unidades productivas, además de estas fuentes también las lagunas representaban gran importancia como fuentes de suministro del agua ya que formaban pequeñas cuencas que recibían pequeñas cantidades de agua y de lluvia, sin embargo eran empleadas sólo como almacenamientos de agua.

73 PRINCIPALES FUENTES DE AGUA EN JOCOTITLÁN

LAYERI SANCIEMENTE

S im bologia

Hacienda de Villejé □ Poblados Fuente: Carta topográfica E14A27,escala 1:50,000, Curva de nivel INEG I 2013 Ai Hacienda de Pasteje Comente de agua Elaboró: Karina Secundino Estanislao. Cuerpo de agua i------1 5 Kilometers

Mapa 10. Principales fuentes de agua en Jocotitlán.

De los cuerpos de agua enumerados, en la época colonial sólo se registraban un total de 6 manantiales y 1 presa, los cuales estaban distribuidos alrededor de Jocotitlan destacan , el manantial de Las Fuentes Jocotitlán, Las Fuentes Yeche, Manantial Los Reyes, Las Tazas Teacaque, los cuales se encuentran en las faldas del cerro, la presa de Pastejé igualmente se encontraba a las faldas del cerro, sin embargo está se encuentra dentro de los terrenos de la hacienda de Pastejé, mientras que los manantiales de San Juan Coajomulco y Santiago Casandeje, se ubican en la sierra de Coajomulco, ubicados a las faldas del cerro de la Luna, ubicados al noreste del cerro de Jocotitlán. No obstante, como se puede ver en la actualidad la disponibilidad de agua es muy alta y aunque las obras hidráulicas del siglo XX han posibilitado eso, es innegable que la zona tiene grandes condiciones para ellos, mismas que fueron aprovechas en la colonia. En lo que se refiere al uso de agua en la colonia su distribución entre pueblos y haciendas se hacía más o menos de la siguiente manera:

74 Principales fuentes de agua durante la Colonia en Jocotitlán 400000 404000 408000 412000 416000 420000 424000 428000

.CiBAR

~1?IO ÚERMA

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ITIAGO YECHI

TIACi LAGUNA LOS. BAÑOS SAN PEDRO LOS BAÑOS

Mapa 11. Principales fuentes de agua durante la Colonia.

Como podemos observar en el siguiente mapa la distribución del agua fue muy variad para los pueblos y haciendas de Jocotitlán. En el caso de la hacienda de Villejé el agua era ocupada del manantial de Las Fuentes Jocotitlán y de la Laguna de los Baños (línea rosa y negra), la hacienda de Pastejé tomaba agua del manantial Las Fuentes de Jocotitlán, además de la presa Pastejé, la cual se encontraba dentro de su territorio (línea rosa y café), para el caso del pueblo de Jocotitlán se abastecían del mismo manantial Las Fuentes de Jocotitlán (línea rosa),106 sin embargo podemos inferir también que el manantial delas Fuentes de Jocotitlán pudo haber compartido agua con el pueblo de Santa María Endare por la cercanía que tiene con el pueblo (línea rosa).

106 AGN, Tierras, exp.1, vol. 2146, f. 137.

75 En lo que respecta al manantial de Casandeje, esté abastecía principalmente a la hacienda de Alcíbar107 y al pueblo de Santa María Casandeje, además de una parte de San Miguel Tenochtitlán. Para el manantial Coajomulco no se han encontrado referencias a que pueblos era repartida el agua por lo que deducimos que sólo era para el poblado de San Juan Coajomulco por su cercanía y por ser el único pueblo a este manantial (línea verde). Para el caso del manantial Las Tazas, Teacaque esté solo abastecía a la hacienda de Teacaque por cercanía (línea verde), mientras que el manantial de Las Fuentes Yeché, abastecía principalmente al pueblo de Santiago Yeche, agua que era ocupada para el riego de sus cultivos, como el maíz (línea azul).

107 AHMJ, Sección Alcaldía, f. 01, 1823.

76 Capítulo 4. Conflicto por el agua (Villejé-Pastejé)

Los estudios sobre los conflictos por el agua durante la colonia han sido muy relevantes en el proceso de la repartición del agua y los problemas relacionados con los derechos y posesiones del agua. El control de las haciendas de los recursos naturales, durante su auge, fue muy importante, pues por muchos años no sólo tuvieron el poder para controlar la economía de los pueblos cercanos, sino también la tecnología, redes políticas y sociales para controlar los recursos naturales, principalmente el agua. El conflicto que nos ocupa en este trabajo es el que se dio entre las haciendas de Villejé y Pastejé, durante el siglo XVIII y XIX, en donde se aprecia la importancia que tenía el agua para estas unidades económicas y sociales. Estas haciendas llegaron a controlar el agua de los manantiales que existían en torno al pueblo de Jocotitlán, principalmente el manantial de Las Fuentes, que debía de abastecer de agua a ellas y otras haciendas cercanas, además de los pueblos aledaños, que eran Mavoró, Los Reyes y Endaré. Desde esta perspectiva para el análisis y estudio del conflicto se ha dividido en dos partes, en la primera se describen los datos generales del litigio y se analiza el proceso y la forma en qué se desarrolló de 1774 a 1796. En la segunda parte, de 1798 a 1803, se estudian los acuerdos a los que se llegaron las partes y se analizan los mapas ya planos que sirvieron para alcanzar estos acuerdos.

4.1 Conflicto como eje de análisis.

Antes de seguir es conveniente hacer un alto para reflexionar sobre el conflicto y cómo es posible estudiarlo. Éste se puede entender como un problema que afecta las relaciones sociales, los actores involucrados lo ven como un proceso que termina por menoscabar sus intereses y a partir de ello se puede generar violencia de algún tipo. Sin embargo también es una oportunidad de socialización e interacción entre las partes donde pueden obtener algún beneficio de otro tipo, como la adquisición de nuevas relaciones, capacidades personales, etc. Lewis Coser afirma que en los conflictos sociales debe existir una socialización entre los diferentes actores involucrados, que en estas relaciones sociales deben existir intereses y

77 valores que permitan a los individuos un encuentro de interacción social, dónde converge un contexto histórico y social que permite que el conflicto no siempre sea destructivo, sino que además debe existir un nivel de armonía entre los grupos involucrados que les permita la vida y coexistencia de un grupo de personas, siempre y cuando los involucrados no contradigan los elementos por los cuales se ha desarrollado el conflicto que permita la unión del grupo social en cuestión.• ' 1081 08 Entonces el conflicto puede servir para lograr un ajuste del individuo y las sociedades en situaciones cambiantes que se incorporan a su convivencia, en donde las partes involucradas puedan coexistir en un mismo grupo social. Por lo tanto un conflicto puede ser un componente de todas las relaciones sociales que tienen funciones positivas y que conllevan al establecimiento de la unidad y del equilibrio en un grupo social. Por su parte Rocío Castañeda dice que derivado del conflicto puede haber otro tipo de resultados, tales como

“a) restablecer la unidad y cohesión, b) produce elementos estabilizantes o int egrativos, c) constituye mecanismos de mantenimiento o reajuste del balanceo de poder, d) produce asociaciones y coaliciones, e) ayuda a reducir el aislamiento y las unidades individuales, f) actúa como una válvula de seguridad para reducir la frustración y la agresión y g) produce situaciones de consenso.”109

Estas se pueden considerar funciones reguladoras que dan la posibilidad de pensar que al final de un conflicto hay beneficios entre las partes involucradas que no sospecharon al incitarlo, y que pueden ser el resultado de sus actitudes, estrategias, alianzas e incluso adaptaciones que tomaron para enfrentarlo, así como de los acuerdos logrados. En lo que se refiere de manera específica a los conflictos por el agua, Daniel Murillo señala que estos se dan en dos dimensiones, en el terreno de la percepción y en de la acción, dónde los actores están plenamente involucrados y no sólo se encuentran en la situación en conflicto, sino que se encuentran conectados a lo que llama “pulsiones históricas”, determinadas por los procesos que se han llevado a través del tiempo y que pertenecen a los recuerdos de las actores involucrados en los conflictos por el agua.

108 Lewis Coser, Las funciones del conflicto social, Fondo de Cultura Económica, México, 1961, p. 83. 109 Rocío Castañeda González, Las aguas de Atlixco. p. 18.

78 Entonces un conflicto puede aparecer como una situación disparadora, que responde a conocer esas pulsiones históricas, que no siempre son hechos conflictivos pero a partir de ellos se desarrolla una conflictividad a lo largo de los años o un imaginario potencialmente conflictivo. Una vez aparecido el conflicto pueden identificarse los actores involucrados con intereses y percepciones diferentes sobre el conflicto sobre el agua y los demás actores involucrados. Esto quiere decir que la conflictividad no se refiere solo a situaciones violentas, como las guerras o los conflictos armados, y que es necesario observar la calidad de la situación y cómo se manifiestan los conflictos110 para identificar otro tipo de situaciones conflictivas sin violencia física. Con base en las ideas de Lewis, Castañeda y Murillo se elaboró el siguiente diagrama, para usar sus principios en el análisis del conflicto por el agua que se estudia.

Diagrama 2. Representación para el análisis del conflicto.

110 Daniel Murillo Licea, Fuera de la agricultura no hay cosa que valga: Conflictos y pulsiones históricas por el agua en Salvatierra, Guanajuato, en Los estudios en la cuenca Lerma-Chapala-Santiago II, comp. Durán Juárez, Juan Manuel, Boehm Shoendube, Brigitte, Sánchez Rodríguez, Martín, Torres Rodríguez, Alicia. (2005), El Colegio de Michoacán, Universidad de Guadalajara, 2005, p. 56-58.

79 A partir de esta representación gráfica podemos decir que el conflicto se puede analizar en diversas formas y etapas. En primer lugar, antes y al inicio del conflicto, es necesario identificar a los actores y su imaginario sobre el conflicto o el objeto del conflicto, las pulsiones o hechos históricos que crean o alimentan dicho imaginario, así como sus intereses. En segundo lugar es preciso distinguir, durante el desarrollo del conflicto, los elementos que permiten la coexistencia y adaptación de las partes, aunque también es conveniente revisar si hay una continuidad en el imaginario, intereses y percepción del conflicto por las partes. En tercer lugar, al finalizar, es preciso hacer un balance de los posibles beneficios logrados a lo largo del conflicto y como resultado del proceso de adaptación y coexistencia, y de nueva cuenta revisar el imaginario e intereses de las partes para valorar su modificación a lo largo de la contienda. Entonces en este caso es necesario comprender los hechos históricos y los relatos que se tienen del conflicto por el manantial de Las Fuentes, identificar las percepciones que los dueños de Villejé y Pastejé tienen sobre su propiedad y uso, pues ese es el hecho que anima el litigio que sostuvieron por casi 100 años. En esto será importante identificar si hay cambios en el discurso que usan, en los argumentos que esgrimen o en el imaginario del conflicto y en su caso que generó eso. Del mismo modo, y siguiendo nuestro esquema de análisis, se buscará contestar qué es lo que permitió a ambas partes la coexistencia y adaptación a un conflicto tan largo, pues es evidente que hubo elementos reguladores como que el conflicto se desarrollará ante los tribunales, sin embargo queda pendiente contestar qué otras cosas permitieron la coexistencia y adaptación de las partes a esa situación. Por último se tratará de identificar qué es lo que las partes obtuvieron que pueda ser considerado beneficios o adaptaciones derivados del conflicto. Además se volverá a revisar si el imaginario sobre el conflicto cambió después de todo esto para hacer un balance general de cómo cambió, si es que lo hizo. A grandes rasgos de esta forma se pretende estudiar el caso del pleito legal entre Pastejé y Villejé por el manantial de agua llamado Las Fuentes, con la convicción de que el “conflicto” como concepto puede ser usado como una herramienta para aprender de los casos analizados.

80 4.2. Inicio del conflicto.

Como ya se dijo antes, hasta el presente el valle de Ixtlahuaca-Jocotitlán se caracteriza por contar con una precipitación pluvial abundante durante los meses de junio a octubre, sin embargo durante el tiempo de sequias las principales fuentes eran las presas de Pastejé y de Santa Elena y los manantiales de Las fuentes, Los Reyes y Chejé. Además el Río Lerma también servía para abastecer de agua a los pueblos aledaños, especialmente San Miguel y San Juan.

PRINCIPALES FUENTES DE AGUA DE JOCOTITLÁN 400000 404000 408000 412000 416000 420000 424000 428000

400000 404000 408000 412000 416000 420000 424000 428000 Simbología Fuente: Carta topográfica E14A27,escala 1:50,000, Hacienda Alcibar Manantial Coajomulco Pueblo Valué INEGI 2013 High : 255 f Hacienda Villejé Manantial Las Fuentes Jocotitlán Valle de Jocotitlán Elaboró: Karina Secundino Estanislao. f Hacienda Pastejé Manantial Las Fuentes Yeche : a RíoLerma f Hacienda Teacaque Laguna de los Baños Mil Manantial Casandeje

Mapa 12. Principales fuentes de agua en Jocotitlán durante el conflicto.

Recordemos que en esta zona se desarrolló de manera notable la ganadería bovina y la agricultura de cereales, principalmente el trigo, lo que requería de abundante agua para su producción. Eso hacía que el agua fuera vital para las actividades productivas de las haciendas,

81 las que también servían como empleadoras de los habitantes de los pueblos aledaños motivo por el cual la lucha por lo recursos naturales en especial el agua no se hizo esperar, siendo así el protagonismo de diversos actores en el aprovechamiento de los recursos naturales. El conflicto entre Villejé y Pastejé por el agua del manantial Las Fuentes, era de mucha importancia pues había una estrecha relación entre los pobladores de esos pueblos y las haciendas. A continuación se describen los que se consideran los momentos más importante en el conflicto, que se describen en la siguiente tabla. Año Descripción 1739 Se inicia el primer alegato sobre las aguas de Las Fuentes de Jocotitlán por parte de don Nicolás Ruíz Castañeda dueño de Pastejé y Jurindo y don Matías Martínez dueño de Villejé. 1739 a 1773 Durante este periodo no se encontró más documentación, es probable que le conflicto se haya detenido por la venta de dichas haciendas. 1773 Se retomar nuevamente el conflicto, ahora por parte de los nuevos dueños de dichas haciendas, don Manuel Mercado por parte de Villejé y don Diego de Castro de Pastejé, además se presentan los primeros testigos para llevar los alegatos sobre las aguas de Las Fuentes de Jocotitlán 1774 Se lleva a cabo la venta de las haciendas. Por Villejé don Diego Ortiz y Pastejé don Diego Gómez Barreda. 1794 Se vuelve a retomar el conflicto con la finalidad de conocer a los principales dueños del manantial Las Fuentes de Jocotitlán. 1795 Se realizan las diligencias correspondientes, y pasa el alegato a diferentes jurisdicciones, Toluca, Lerma y Metepec. 1796 Se presentan nuevos testigos, al mismo tiempo se realizan los mapas y planos que sirvieron para identificar las aguas que están en disputa. 1798 Se presenta la resolución correspondiente en la posesión de las aguas de Las Fuentes de Jocotitlán. 1803 Se llevó a cabo la elaboración de un plano final describiendo las medidas correspondientes que le tocó a cada una de las haciendas.

El desarrollo del conflicto sobre el agua de las fuentes de Jocotitlán, constituyó un largo proceso desde 1739 a 1803 en el que se hizo el repartimiento de dichas aguas de Las Fuentes de Jocotitlán. El conflicto y los primeros derechos que se llevan a cabo para la posesión de las aguas del manantial Las Fuentes se remontan a los primeros dueños de la hacienda de Jurindo y

82 Rancho de Pastejé que fue dueño el bachiller don Nicolás Ruiz de Castañeda, quien poseía la mitad de las aguas del paraje llamado las Fuentes, y el dueño de la hacienda de Villejé el bachiller don Matías Martínez cura beneficiado del pueblo de Jocotitlán, quien también poseía la mitad de las aguas de las Fuentes. A la muerte de ellos, las haciendas y ranchos pasaron a manos de nuevos dueños y es ahí cuando comienza el conflicto por el agua, debido a que cada uno vende parte de sus terrenos, agua y demás cosas que le pertenecen a cada hacienda. En el caso de la hacienda de Jurindo y Rancho de Pastejé quedó a manos de don Bernabé Escalona cacique principal del pueblo de Jocotitlán quien compró estas propiedades con todo lo que le pertenecía, entre ellas la mitad de las aguas de las Fuentes. Esto sucede en el año de 1739, cuando dichas propiedades quedan bajo el mando de don Juan Caballero, mientras que la hacienda de Villejé queda bajo el mando del bachiller don Joseph Orozco Martínez, fecha que marca el inicio del conflicto. De acuerdo con los testimonios y diligencias correspondientes las aguas de las Fuentes fueron divididas entre don Bernabé Escalona por parte de la hacienda de Jurindo y Rancho de Pastejé y don Joseph Orozco Martínez, propietario de hacienda de Villejé. Debido a que en la venta de dichas haciendas se ven involucradas las aguas de Las Fuentes de Jocotitlán don Juan Arias Caballero pide la presencia del teniente mayor de la jurisdicción de Ixtlahuaca don Sebastián Gómez, para verificar la posesión de dichas aguas de las Fuentes refiriéndose a lo siguiente: [...] y volviendo para otra cara de ella pasamos del paraje que llamamos las Fuentes que citan a orilla de la última cara del pueblo de Jocotitlán al pie de unos cedros altos que corren de Norte a Sur, y en este paraje salió el bachiller don Joseph Orozco Martínez dueño de la hacienda de Billeje en dicho partido de Jocotitlán y menciona una posesión que le dieron de dicha hacienda de Billeje, en la que consta haberle citado en la junta de la Villa de Ixtlahuaca una posesión de la mitad de las aguas de dichas Fuentes y aunque el dicho don Juan Caballero me pidió se las diese todas, en las diligencias que presentó don Bernabé Escalona como dueño de la hacienda de Jurindo y Rancho de Pastejé deja

83 la posesión de la mitad de dichas aguas de Las Fuente a la hacienda de Billejé y la otra mitad a la de Jurindo y Rancho Pastejé.111

Sin embargo don Juan Arias Caballero no quedó conforme y pidió ante un defensor de bienes de defunción un auto de manifestación de don Bernabé Escalona el cual fue expedido por la Jurisdicción de Metepec el 3 de noviembre de 1739, donde señala que la propiedad de todas las aguas de las Fuentes de Jocotitlán que nacen bajo el pueblo de Jocotitlán pertenecen a la hacienda de Jurindo y rancho de Pastejé, sin embargo en dicho auto solamente se poseía la mitad de dichas aguas, mientras que la otra mitad la poseía la hacienda de Villejé, de acuerdo a los títulos e instrumentos pertenecientes a la hacienda de Jurindo. De acuerdo al testamento de don Bernabé Escalona, el agua de Las Fuentes siempre había sido dividida por la mitad entre las haciendas de Villejé y Pastejé y Rancho Jurindo, sin embargo al adquirir las propiedades don Juan Arias caballero, reclama la propiedad de todas las aguas, cosa que no es verdadera, por ello toma medidas correspondientes para iniciar el conflicto por el agua de Las Fuentes del pueblo de Jocotitlán, entre dichas haciendas, Pastejé y Villejé. Según Daniel Murillo la pulsión histórica es de importancia para entender el origen de un conflicto y como se ve en este caso estos recuerdos se transmite en los testimonios de las partes involucradas que aluden a sus recuerdos y a testimonios documentales sobre los que se ha de desarrollar el conflicto por el manantial de Las Fuentes de Jocotitlán, así pues el inicio de este conflicto es la insistencia de Juan Arias Caballero en el agua que le pertenece toda a Pastejé, pese a que la manifestación del anterior dueño. Así que, al parecer, antes de esa controversia los dueños de las haciendas se conformaban con un arreglo reconocido por las autoridades y por ellos, con el que tenían una convivencia en el uso del agua. Sin embargo, como se inició esa controversia se hizo necesario que se mediaran las opiniones de las partes por medio de la intervención judicial en busca de un acuerdo, mientras tanto debieron encontrar un modo de coexistencia de la que habla Lewis, dónde ambos protagonistas puedan convivir en un mismo territorio y así evitar el conflicto.

111 AGN, Tierras, exp. 1, vol. 2224, f. 124.

84 4.3 Desarrollo del conflicto. Nuevos protagonistas

Uno de los elementos que ha estado vinculado a los conflictos por el agua es el territorio, lo que nos lleva a preguntarnos cómo los diversos actores de Villejé y Pastejé han conformado, disputado, transformado y al mismo tiempo han sido conformadores y transformadores de las sociedades que los habitan, los construyen, los viven, los imaginan.112 Así que la apropiación de un territorio se entendería como la apropiación y control de una parte o porción de un espacio para hacerlo suyo con la finalidad de usurpar los diversos recursos materiales o naturales que estén a su alcance. Siguiendo con nuestro conflicto, la aparición de nuevos actores muestra los distintos grupos sociales que se vieron involucrados en él, unos de manera voluntaria y otros de alguna forma obligados. Al retomar nuevamente el conflicto, ahora por parte de los nuevos dueños de dichas haciendas, don Manuel Mercado por parte de Villejé y don Diego de Castro de Pastejé, además se presentan los primeros testigos para llevar los alegatos sobre las aguas de Las Fuentes de Jocotitlán El 14 de septiembre de 1773 en la villa de Ixtlahuaca se presentó don Rafael Mercado administrador de la hacienda de Villejé en la Jurisdicción de Ixtlahuaca para dar información por parte de don Manuel Mercado que fue dueño de dicha hacienda, sobre la posesión de la mitad de las aguas de las Fuentes de Jocotitlán. Para tal evento presentó a 9 testigos para dar testimonio sobre la posesión de dichas aguas, los 8 primeros pertenecientes al pueblo de Jocotitlán y uno al pueblo de Atlacomulco, con los siguientes nombres: don Manuel Maya, Cayetano Marín, Antonio Alcántara, Joseph Sánchez, Vicente Velasco, Antonio Nava Castro, Luis García, Pablo Nava y Lorenzo Sánchez perteneciente al pueblo de Atlacomulco, cada uno da testimonio de haber conocido a don Vicente de Villegas dueño de dicha hacienda de Villejé y después de fallecido quedó como dueño su hijo don Francisco Villegas quien heredo todas las tierras, aguas y demás cosas que le pertenecían a la hacienda.

112 Octavio Martín González, Construyendo el desarrollo local. La organización del espacio agrícola en Rincón Grande, Michoacán (1930-2000), El Colegio de Michoacán, Zamora, Michoacán, 2005, p. 24.

85 Dicho esto, los testigos declararon que desde que tenían uso de razón don Vicente Villegas le habían pertenecido la mitad de las aguas de las Fuentes de Jocotitlán y que se repartían en la toma que salía de dichas Fuentes mediante dos zanjas que conducían el agua a la hacienda de Villejé y las haciendas de Pastejé y Jurindo que fue de Bernabé Escalona. Sin embargo un testigo de nombre Cayetano Marín, al parecer conocía más sobre el pleito y declaró que la hacienda de Villejé había gozado del agua que baja de las Fuentes de Jocotitlán y que ha pasado por la zanja que nace de la misma toma y que se divide en partes iguales para Pastejé. Que siempre ha gozado y poseído don Vicente de Villegas, y después su hijo el bachiller don Francisco Villegas quien tuvo riña con el bachiller don Nicolás Ruiz de Castañeda que fue dueño de las haciendas de Jurindo y Pastejé y que le quito el agua, por tal motivo llegaron a la Real Audiencia para que se le restituyese el agua a don Francisco de Villegas y que a su muerte quedó don Matías Martínez que fue cura de Jocotitlán, quien disfruto de las aguas. Cabe destacar que fue uno de los testigos que ha declarado más información sobre el pleito, pues al parecer fue trabajador de la hacienda de Villejé y desde pequeño conoció el desarrollo de está. Para el 24 de septiembre de 1773, habiéndose presentado todos los testigos correspondientes por parte de don Rafael Mercado administrador de Villejé, se presentó ante la Jurisdicción de Ixtlahuaca para dar su declaración: [...] dijo haber dado información que ofreció por parte de don Manuel Mercado, sobre haber ganado la mitad de las aguas de las Fuentes de Jocotitlán. Haber presentado 9 testigos contexto, de haber gozado de la mitad de las aguas que nacen de las Fuentes de Jocotitlán y haber poseído violento despojo según resulta de la información a la que se halló presente don Joseph de Castro actual poseedor de la hacienda de Pastejé. Debía de mandar y mandé se le amparé en posesión de la mitad de las aguas a don Manuel Mercado y notificando a Joseph de Castro no se le perjudique en el uso y dejando a salvo lo que le favorezca.113

113 AGN, Tierras, exp. 1, vol. 2144, f. 50

86 En consecuencia el mismo día en la hacienda de Villejé se realizó un recorrido por el Alcalde Mayor don Pedro Joseph Crespo acompañado del teniente alguacil don Pedro Casasola, además de los representantes de dichas haciendas don Rafael Mercado de Villejé y Juan Manuel Alcántara mayordomo de Pastejé, caminaron a orillas de una zanja que con solo verla parece ser antigua y la cual estaba ubicada dentro de los terrenos de la hacienda de Villejé, que inicia por el oriente y termina en el poniente al parecer de más de una legua castellana y que dichos testigos dijeron que en dicha zanja corrían el agua para el riego y uso de Villejé y caminando en línea recta hacia el oriente como a una legua se encontraba la zanja en donde se divide el agua a la mitad para ser repartida para Villejé y Pastejé, llevado a cabo el recorrido se amparó a don Manuel Mercado en posesión de la mitad de las aguas de las Fuentes, y estando presentes los jueces se dejó correr el agua hacía ambas zanjas y reconociendo ser la mitad para cada hacienda, quedando como señal una cruz marcada por un montón de piedras dónde se divide el agua para conducirla a dichas haciendas. Sin embargo el nuevo dueño de Pastejé don Diego de Castro buscó la forma para poder quedarse con todas las aguas de las Fuentes y admite la resolución a favor de Manuel Mercado, no obstante sólo fue una estrategia de él, ya que pide a Villejé le presté agua para regar sus tierras donde siembra trigo, ya que no le alcanza el agua que lleva a sus haciendas, dándole a Mercado la cantidad de 50 pesos por arrendamiento del agua que le sobra a Villejé, esto a partir del mes de marzo y al terminó del riego devolver dicha cantidad de agua. No obstante el 10 de marzo de 1774 don Diego de Castro mandó derrumbar la presa que estaba marcada por una cruz que había quedado como referencia en la repartición del agua hacía ambas haciendas, y así poder llevarse toda el agua a Pastejé. Debido a esta maniobra por parte de Diego de Castro, para quedarse con toda el agua, y al darse cuenta Mercado pues se le habían devuelto los cincuenta pesos que le había dado Castro por arrendamiento y ver que la presa había sido derrumbada para poder apropiarse de más agua para Pastejé, don Rafael Mercado tramitó una diligencia ante la Jurisdicción de Ixtlahuaca el 22 de abril del mismo año, para demostrar que le pertenecían las aguas, presentó a tres testigos de nombre Joaquín Mercado, Manuel Enríquez y Francisco todos del pueblo de Jocotitlán, para que declararan que han visto y les consta que Pastejé tiene agua suficiente para regar sus tierras y no le hace falta.

87 El agua era repartida de la siguiente forma don Manuel Mercado en ese momento era el poseedor de las aguas de las Fuentes, él compartía el agua entre los pueblos cercanos a su hacienda, sin embargo, le dio en arrendamiento la mitad de agua que le pertenecían, a la hacienda de Pastejé que necesitaba agua para el regadío de sus cultivos, sin embargo como anteriormente se explicó Pastejé se valió de estrategias para quedarse con es mitad de agua, por tal motivo Mercado apeló a la Real Audiencia alegando que las aguas le pertenecían a su hacienda de Villejé, habiendo realizado los trámites correspondientes se le restituyó la mitad de las aguas que le pertenecía, así mismo en la devolución de las aguas de las Fuentes se vio beneficiado por el agua de una presa que corría por las parcelas de la hacienda de Pastejé, quedando en posesión de todas las aguas. Seguramente para estas fechas don Manuel Mercado, dueño de la hacienda de Villejé, ya se había asegurado no sólo de las aguas de las Fuentes, sino también de algunas fuentes de agua que se encontraban cerca de su hacienda. Después de este hecho el conflicto tomó un giro importante, debido a la venta de dichas haciendas, lo que llevó a que los nuevos dueños heredaran el pleito por el agua que baja de las Fuentes. Por lo que se refiere a los nuevos dueños quedó de la siguiente manera; por parte de la hacienda de Pastejé quedó como dueño don Diego Gómez de la Barreda, mientras que por la hacienda de Villejé quedó como poseedor don Diego Ortiz, ambos pertenecientes al pueblo de Jocotitlán.114 Lo anterior nos permite ver cómo los usuarios adquirieron todo un papel protagónico en el aprovechamiento de los recursos naturales, principalmente en el uso del agua del manantial las Fuentes de Jocotitlán. Los hacendados establecieron sus intereses principalmente en legalizar todas las corrientes de agua que pasaban por sus haciendas, solicitando mercedes, litigios de todos ellos y así ejercer una posición de control y disputa entre los pobladores. De 1773 a 1796 el desenvolvimiento del conflicto dio un nuevo giro, debido a que tanto Barreda y Ortiz se valieron de nuevos testimonios y generar más certeza al contar con varios testigos del conflicto, aunque muchas veces estos testigos son comprados por parte de Pastejé, para favorecer en los respectivos litigios. La presencia de los testigos es también importante pues el origen de ellos nos habla de las redes de los hacendados y la influencia que tenían nos sólo en el uso de los recursos

114 De aquí en adelante sólo se llamará Barreda al dueño de Pastejé y Ortiz por parte de Villejé.

88 naturales, sino también con los pueblos cercanos a las haciendas y al pueblo de Jocotitlán, entre los que destacan Mavoro, San Felipe del Obraje, Los Reyes, además de los pueblos de Ixtlahuaca como son San Pedro de los Baños y la Concepción de los Baños, por lo que se puede decir que estos conocían bien el reparto del agua en Jocotitlán. Las haciendas extendías su poder a través de la influencia y de sus propios trabajadores, pues como menciona Raffestein mencionando a Foucault, uno de los principales factores que se llevan durante los conflictos son las relaciones del poder, estas relaciones son determinantes en la configuración del territorio y que sirve como mecanismo en las relaciones humanas. Pues es poder puede definirse como: 1. el poder no se adquiere, se ejerce. 2. las relaciones de poder no están en posición de exterioridad frente a otro tipo de relaciones (económicas, sociales, etc.). 3. el poder viene de abajo y no hay una oposición binaria y global entre dominador y dominados. 4. las relaciones de poder son a la vez intencionales y no subjetivas. 5. donde existe el poder hay resistencia.115 Una parte importante de este conflicto es uso del poder que tenían las familias más poderosas de Jocotitlán y como transforman y modifican un territorio a través de las relaciones de poder mediante el dominio, control y apropiación de una sociedad o de un pueblo. A través de la conformación de un territorio permite el funcionamiento del poder, el control, la autodeterminación o bien la solidaridad, o bien nos permite pensar en el proceso de territorialización o desterritorialización que puede favorecer la creación de nuevos territorios, su destrucción o su reconstrucción en donde se analiza los diferentes espacios de poder. Hay que señalar ahora que el pleito por las aguas de las Fuentes subsistió en suspenso desde 1774 hasta que los nuevos dueños de las haciendas deciden retomar dicho pleito el 12 agosto de 1794. [...] Mariano Pérez de Tagle por don Diego Ortiz dueño de la hacienda de Villejé en Jurisdicción de Ixtlahuaca, ante esta Real Audiencia dijo: tiene testimonio a la letra de los autos sobre las aguas pertenecientes a su hacienda, que se siguieron el año de 74 en

115 Claude Raffestine, Por una geografía del poder, El Colegio de Michoacán: Fideicomiso “Felipe Teixidor y Monserrat Alfau de Teixidor”, Zamora, Michoacán, 2013, p. 75.

89 el Juzgado y Provincia de Ixtlahuaca, los cuales en segunda instancia vinieron a este superior tribunal en donde paran desde hace veinte años por no haber podido entonces a don Manuel Mercado causante ni a don Diego de Castro poseedor de Pastejé, se devolvieran.116 A partir de la adquisición de esta nuevas propiedades tanto Barreda y Ortiz presentan diversos alegatos para comprobar los derechos de agua de las Fuentes de Jocotitlán, para ello se llevó a cabo la primera diligencia en el manantial de las Fuentes de Jocotitlán el 04 de septiembre de 1794 por parte de don Benito de Tejada, Subdelegado de la Jurisdicción de Ixtlahuaca, que amparó a don Francisco de Celis Barreda apoderado de don Diego Gómez Barreda, de todas las aguas que goza su hacienda de Pastejé, estando presente don Diego Ortiz dueño de la hacienda de Villejé, quién contradijo dicho amparo, y que hizo mención que dichas aguas le pertenecían a su hacienda. En un auto expedido por la Real Audiencia el 25 de octubre de 1794, y habiendo visto los autos seguidos por don Diego Gómez Barreda de Pastejé y don Diego Ortiz de Villejé, sobre la posesión de las aguas de las Fuentes de Jocotitlán, se realizó el siguiente dictamen: [...] mandó se restituyese la mitad de las referidas aguas a Mercado que es de Villejé a nombre del citado Ortiz por la antigua posesión que tenía de dichas aguas y se le despojó por no haber probado, como entonces lo había hecho, y que se notifique a ambas partes guardando buena armonía y sírvase cada uno sin perjudicarse las aguas que le corresponden a cada uno, Ortiz de Villejé y Barreda de Pastejé.117 [ . ] la toma de abajo del manantial las fuentes era costumbre darse el agua por la mitad para el uso de ambas haciendas, para que no se perdiera alguna cantidad de agua y así repartirse por partes iguales como era justo y antigua costumbre en el total de agua que producía dicho paraje de Jocotitlán.118 Todo esto parece confirmar que tanto Barreda como Ortiz llegan a un acuerdo y se dividen el agua en partes iguales no habiendo otra contradicción, sin embargo al estar un representante de la Real Audiencia y verificar dicho acto se debía realizar con mucha mayor formalidad, y obliga a ambas partes dar más seriedad y formalidad al acto principalmente a

116 AGN, Tierras, exp. 1, vol. 2144, f. 116. 117 AGN, Tierras, exp. 107, vol. 2953, f. 240 118 AGN, Tierras, exp. 107, vol. 2953, f. 239.

90 Barreda, que es quien pide la posesión jurídica de todas las aguas que bajan del manantial de las Fuentes de Jocotitlán y por lo tanto se deberán presentar ante el Juez de Ixtlahuaca, donde se llevarán a cabo las diligencias correspondientes. Ambos involucrados presentan diversos documentos que los acreditan como dueños de la cantidad de agua correspondiente para cada uno, estos son presentados en la primera diligencia que se llevó a cabo en el manantial de Las Fuentes, sin embargo ya restituidas las aguas a la hacienda de Villejé, Barreda no queda conforme y se vale de distintos medios para poder quedarse con la mitad de las aguas, para lo que recurre a pedir nuevamente prestadas las aguas que le sobran a Villejé, esto por un año aprovechándose después para quedarse con la mitad de agua que bajaba de las Fuentes, además del agua que baja de una presa que pasa por los terrenos de Pastejé y de la cual es dueña Villejé, esto con el fin de que el agua sea repartida equitativamente entre dichas haciendas. Debido a este acto Barreda aprovecha la oportunidad para sacar ventaja de dicho acto y presenta algunos testigos, para que testifiquen en su favor sobre la posesión de todas las aguas de las Fuentes. A pesar de eso el Juez a cargo no da paso a lo dicho por los testigos ya que se cuenta con certificaciones donde se determina que Barreda no poseía la otra mitad de las aguas del manantial las Fuentes y por lo tanto los testigos que presenta se califican de falsedad. Debido a tantas contradicciones por parte de Barreda el 29 de noviembre de 1794, Ortiz pide se mande las diligencias a otra instancia como Toluca, Metepec o Lerma, alegando que el juez y administrador de la villa de Ixtlahuaca es familiar de Barreda por lo que teme se proceda a favor de Barreda para poseer las aguas de las Fuentes de Jocotitlán y dejar a Ortiz sin agua para su hacienda. A partir de este momento las diligencias de dicho pleito se llevan a cabo en la Jurisdicción de Toluca debido a su cercanía con las haciendas, esto con el fin de que ambos dueños no puedan intervenir en las resoluciones correspondientes al pleito. Durante los años de 1794 y 1795 se siguen las mismas diligencias donde cada uno presenta diversos documentos que acredita a cada uno parte de las aguas de las Fuentes de Jocotitlán, cabe señalar que todas estas diligencias se presentaron en la Jurisdicción de Toluca. Es en este año de 1796, donde se realizan las diligencias correspondientes para llegar a una resolución definitiva sobre la posesión de las aguas de las Fuentes de Jocotitlán entre Barreda y Ortiz, así mismo cada uno de los involucrados presentan ante la Real Audiencia,

91 infinidad de testigos que les permitan tener el derecho de dichas aguas de las Fuentes de Jocotitlán. Dicho lo anterior la Real Audiencia está al pendiente de los autos seguidos por don Diego Ortiz dueño de la hacienda de Villejé con don Diego Gómez Barreda dueño de la hacienda de Pastejé por tal motivo se pidió a ambos dueños presentar una serie de testigos para llevar a cabo las diligencias correspondientes, para tal caso Ortiz de Villejé presentó a 30 testigos el día 10 de mayo de 1796, José Antonio Torres vecino de Metepec, Cirilo Zepeda del pueblo de Zinacantepec, José Felipe Tobar de la ciudad de Lerma, José Pacheco de Jocotitlán, Gerónimo Enrique de Jocotitlán, Juan Manuel Pacheco del pueblo de San Miguel , Nicolás Mendoza, Tiburcio Basilio Pacheco, Mariano García, Francisco Mondragón, Pedro Martínez Monroy, José Manuel Nava, Juan José Alcántara, Antonio Ruedas, Juan Antonio Quintana, Antonio Vilches González, Juan Cárdena, Desiderio Basilio, Francisco Legorreta, Ramón Erazo, Manuel Enrique, Sebastián Sánchez todos del pueblo de Jocotitlán, Victoriano García del pueblo de Los Reyes, Ricardo Becerril de Metepec, Manuel José Hernández, José Guzmán, Manuel Archundia del pueblo de San Felipe del Obraje y por ultimo al Bachiller don Gerardo Rendón clérigo presbítero de Jocotitlán, cada uno dio testimonio sobre la posesión de las aguas de las Fuentes de Jocotitlán dijeron conocer a don Diego Ortiz dueño de la hacienda de Villejé, mientras que don Diego Gómez Barreda no lo conocen, declarando que saben que desde el año del 74 se dio posesión de la mitad de las aguas de las Fuentes de Jocotitlán a don Manuel Mercado que fue dueño de Villejé por parte del Alcalde Mayor don Pedro Castillo, pero en ese mismo dicho sólo le pertenecen estás aguas y que las aguas que manan de los ojos del Sabino y el Ciprés dónde se hizo la división de las aguas por medio de una presa de céspedes para que no se mezclen con otras; sólo le pertenecen a Pastejé y Jurindo. Para identificar la división de los ojos de agua había antes una cruz, la cual ha quedado como señal y que fue marcada en los tepetates del cerro a cuyo pie se hallaban las vertientes, sin embargo algunos testimonios de varios testigos comentaron que cuando se le dio posesión de las aguas del Sabino y Ciprés a Barreda esté había tirado los tepetates dónde estaba marcada la cruz y aprovechándose de este suceso volvió a marcar la cruz en otra parte como a cinco o seis varas hacia el poniente y por tal motivo se apropió de más agua de las Fuentes también conocidas como Chichipicas, además con este acto el subdelegado de Jocotitlán don Benito de

92 Tejeda tuvo motivos para despojar de la mitad del agua que le correspondía a don Diego Ortiz dueño de la hacienda de Villejé. [...] José Pacheco del pueblo de Jocotitlán, dijo conocer a don Diego Ortiz y también a don Diego Gómez Barreda y que presenció la posesión que le capitán don Pedro del Castillo dio a don Manuel Mercado en el año del 74, la mitad de las aguas de dichas Fuentes, excluyendo los ojos del Sabino que iban a Pastejé, que cuando se dio posesión de aguas a Barreda se habían caído los tepetates dónde había estado la cruz antigua y que está la había grabado de nuevo como a distancia de cinco o seis varas a la parte del poniente y con este motivo se habían apropiado más agua de las Chichipicas a la parte del Sabino o Ciprés para la indicada hacienda de Pastejé y que don Benito Tejeda subdelegado que fue de esta villa, despojó a don Diego Ortiz de su mitad y la apropió a don Diego Barreda.119 Dicho lo anterior Ortiz compareció ante la Real Audiencia y dijo presentar treinta testigos que le concede la ley, presentando copia de ellos para que sean aprovechadas en tal litigio. En ese mismo día se notifica a don Francisco Celis Barreda, apoderado de don Diego Gómez Barreda de los testigos que presentó Ortiz, por tal motivo tiene derecho a presentar sus testigos correspondientes respecto al litigio que tienen sobre las aguas de las Fuentes de Jocotitlán. En este misma fecha de 10 de mayo de 1796, don Francisco Celis Barreda presentó ante la Real Audiencia a treinta testigos, de los cuales catorce son españoles, tres indios caciques, cinco tributarios y ocho mestizos vecinos de la Jurisdicción de Jocotitlán, de edad de 32 y 63 años, los cuales rinde su testimonio realizándose el juramento correspondiente por parte de esta Audiencia, para decir la verdad sobre la posesión de las aguas de las Fuentes de Jocotitlán; de los treinta testigos que prestó Barreda, 7 trabajaron y sirvieron a la hacienda de Pastejé. Cada uno de los testigos da testimonio de la posesión de las aguas de Jocotitlán, dijeron que las Fuentes son unos ojos y manantiales que nacen de una cuevecilla que tiene de respaldo una pared de tepetate que corre hacia el sur; que dichas Fuentes están divididas de poniente a oriente por una presa y que por la parte del Oriente a una distancia de 26 a 28 varas de aquella

119 AGN, Tierras, exp., vol. 2143, f. 37.

93 presa, se incorporan con las aguas de las Fuentes y las del Ojo del Sabino, las cuales le pertenecen al Rancho de Maldonado, que todas las aguas de la parte del Oriente de la presa siempre le han pertenecido a la hacienda de Pastejé y que las aguas que quedan por la parte del Poniente de aquella presa y que corren por una barranca se reparten a las haciendas de Pastejé y Villejé, en cambio uno de los testigos dijo que le constaba que anteriormente la hacienda de Villejé llevaba muy poca agua, hasta que don Diego de Castro le concedió un poco más de agua a su tío don Isidro Nava anterior dueño de Villejé. Dicho lo anterior los testigos notifican que desde siempre han visto que la mayor parte del agua la ha llevado la hacienda de Jurindo y Pastejé. [...] declaran los testigos que aquella presa que tienen dichas haciendas, dividen las aguas de las Fuentes de Poniente a Oriente y siempre ha sido de céspedes, más después de la posesión en que le Receptor de esta Real Audiencia amparó a Barreda el año de 95, Barreda fabricó de calicanto aquella presa, pero en el mismo lugar donde estaban los céspedes.120 Sin embargo Barreda no sólo presenta sus pruebas correspondientes sobre la posesión de las aguas de las Fuentes de Jocotitlán, sino que presenta un testimonio de varias diligencias para justificar que don Diego Ortiz había tratado de comprar testigos para que declararan a su favor; presentó a 5 testigos, Juan Mariano Sánchez del pueblo de los Reyes, Cosme Damián del San Felipe el Grande, Rafael Zambrano, Apolonio Marmolejo y Julián Mondragón vecinos del pueblo de Jocotitlán, declarando que don Diego de Ortiz dueño de Villejé les había ofrecido la cantidad de 20 a 30 pesos si declaraban a su favor, al no comprobar dicha declaración la diligencia no se toma en cuenta por parte de la Real Audiencia. Con base a las declaraciones que hasta ahora se han presentado por las partes es pertinente hacer algunas observaciones, en lo referente a la posesión de las aguas de las Fuentes de Jocotitlán y de los involucrados. Lo que resalta de dichas declaraciones es una aparente contradicción por parte de los involucrados y que por haber dejado por un tiempo dicho pleito al retomarlo nuevamente se valen de nuevos testimonios y sobre todo de influencias para sacar provecho de dicho litigio.

120 AGN, Tierras, exp., vol. 2143, f. 32-37.

94 Durante el desarrollo del conflicto se identificaron a los actores involucrados, quienes a través de los recuerdos sobre la posesión de las aguas de las Fuentes de Jocotitlán, se llevó acabo el desarrollo del litigio. Parte importante en este momento fue la participación de distintos testigos que permitieron que el conflicto poco a poco tomó gran relevancia entre las haciendas, debido a que la mayoría de estos testigos fueron trabajadores en Villejé y Pastejé, dado que al hacer sus declaraciones correspondientes cada uno recordaba los hechos que fueron transmitidos de generación en generación, es decir este conocimiento transmitido de los padres a los hijos. Las distintas transformaciones que se han dado en el conflicto, como el cambio de dueños de las haciendas modificaron el repartimiento del agua, lo que condujo a enfrentamientos legales por el manantial de Las Fuentes de Jocotitlán, sin embargo, a pesar de estos enfrentamientos la disponibilidad de agua para ambas haciendas y pueblos cercanos nunca fue afectada durante el transcurso del litigio, pero si se intensificó el conflicto. La aparición de nuevos actores dio lugar a diversas contradicciones, lo que llevó a que la parte de Pastejé arremetiera en contra de Villejé por el supuesto de apropiarse ilegalmente de toda el agua lo que dio paso a que los problemas no se pudieran resolver de una forma tradicional y se optara por la vía legal, con la ayuda de personas especializadas en el repartimiento del agua. Sin embargo la presencia de nuevos actores o testigos actuaron como unificadores en éste proceso, permitiendo la convivencia entre dichas haciendas, lo que llevó a lo llama Castañeda al restablecimiento de la unidad y cohesión, lo que lleva a situaciones de consenso. Dicho lo anterior y prosiguiendo con el análisis del conflicto, después de presentados los testigos correspondientes por ambas partes el comisionado de la Real Audiencia se informa el día 20 de mayo de 1796 a don Diego Ortiz y don Diego Gómez Barreda que se da por concluido la presentación de testigos, por lo tanto debieron buscar a un hombre para que llevé a cabo la formación de un mapa de las Fuentes de Jocotitlán para conocer y llevar a cabo la resolución correspondiente a dicho litigio.

95 4.4 Final y resolución del conflicto

Uno de los principales atractivos de la cartografía histórica radica en la belleza gráfica y pictórica de los mapas antiguos. Sus autores no sólo se preocuparon por transmitir la información geográfica, sino también trataron de imprimir en su mensaje una marca estética.121 La cartografía tiene varias características que la asemejan, pero que también la distinguen de los textos e inscripciones, sus propiedades documentales radica, en primer lugar, en sus contenidos de información; y en segundo, en la creación y el desarrollo de sistemas de símbolos convencionales para comunicar, es decir, de una escritura o grafía que no surgió de manera espontánea en ningún lugar, pero que fue haciéndose poco a poco y a la par de otros logros civilizatorios122. Una de las características principales de los cartógrafos de antaño era que plasmaban y representaban aspectos de la flora y fauna, así como representar parte de las montañas, ríos, lagos, caminos, puentes y aspectos de la vida social, lo que actualmente es muy poco representado. Otra de las características de estos cartógrafos es que solían ser exploradores, viajeros, trabajadores de campo, que, además del paisaje por representar, tenían ocasión de conocer de manera directa y personal a los habitantes de la región de estudio e intercambiar con ellos experiencias, visiones e información123. Durante la colonia surgieron nuevas formas de plasmar la información geográfica, estas formas se dieron a partir de la combinación de nuevos personajes que permitieron la elaboración de cartografías, una de estas combinaciones se llevó a cabo por la intervención de los trazos indígenas y de una grafía europea, lo que permitió la combinación de diversas técnicas en la elaboración de nuevas cartografías. Durante ese periodo los eventos más significativos que inspiraron la producción cartográfica a partir de 1519 fueron los litigios por tierras y territorios que de inmediato surgieron entre conquistadores, nobleza y pueblos indios. Enseguida fue la administración colonial la que requirió de estos documentos para lograr su afianzamiento y proyección, desde

121Martín Sánchez Rodríguez, Brigitte Boehm Schoendube, Cartografía hidráulica de Michoacán”, El Colegio de Michoacán, Zamora, Gobierno del Estado de Michoacán, Michoacán, 2005, p. 14. 122 Ib íd , 67. 123 Ib íd ., 69.

96 luego para establecer la magnitud y los límites de los nuevos dominios, así como el conteo de la población y la organización tributaria, la mercedación de tierras y el reparto de encomiendas124. A continuación se muestran los mapas resultantes del litigio entre Villejé y Pastejé, veamos el resultado, la finalidad y estilo de ellos, que al final sirvieron para dirimir el conflicto. Una vez que se solicitaron los peritajes para dirimir el conflicto el día 20 de mayo del año 1796 don Diego Ortiz nombró a don Ildefonso Martínez de Castro, del pueblo de Almoloya, de la Jurisdicción de Metepec para la elaboración del dictamen de distribución de agua. Por su parte don Diego Gómez Barreda el día 21 de mayo del año 1796 presentó como perito a don José de Herrera, de la Real Academia de México, residente de la villa de Jocotitlán. Como se sabe la participación de actores como los agrimensores, los escribanos, peritos tomaron rápidamente importancia en la elaboración de diligencias judiciales pues fueron ocupados para dar una opinión experta y científica de la materia del conflicto, en el caso de los mapas se asignaba principalmente a los agrimensores que realizaban su trabajo “a vista de ojos”, o bien por triangulaciones y por observaciones astronómicas. Estás últimas prácticas no impidieron que la cartografía del siglo XVII y de buena parte del XVIII estuviera plagada de errores, los cuales ocasionaron interminables disputas sobre el dominio de tierras y aguas.125 A estos peritajes los debían acompañar mapas como complemento de los dictámenes, y se debían realizar los mapas correspondientes por cada uno de los peritos de ambas haciendas. El primero en realizar el mapa fue don Ildefonso Martínez de Castro nombrado por Diego Ortiz de parte de Villejé. Don Ildefonso Martínez formó su mapa con los siguientes señalamientos: [...] con la letra A el pueblo y cerro de Jocotitlán, con la B el árbol del Sabino, con la C los dos ojos de agua que nacen a su pie y se tanteo ser poco más de un surco, con la letra H, Y, J, K, L y N, los demás ojos de aguas que componen las Chichipicas y se tantean por seis surcos poco más o menos, con la letra N que está más abajo la que se ha nombrado toma baja o partidor de las aguas entre Pastejé que se señala con la letra L y Villejé que se señala con la letra P, con la letra D se señala la presa que se ha fabricado

124Martín Sánchez Rodríguez, Brigitte Boehm Schoendube, Cartografía hidráulica, p. 91. 125 Víctor Manuel Ruiz Naufal, La faz del terruño. Planos locales y regionales, siglos XVI-XVIII, en Mendoza Vargas, Héctor (2000) “México a través de los mapas I”, Temas Selectos de Geografía de México, Instituto de Geografía, UNAM, México, 2000, p. 64.

97 nueva y tiene dentro otros manantiales aunque no se descubren por estar llena de agua y está en cantidad que se regula en 10 surcos, es la que por medio de está presa se impide de juntarse el agua con la de los otros ojos de las Chichipicas y obligada a juntarse con la del Sabino que en la letra O se parte entre el Rancho de los Leones señalado con la letra P y la hacienda de Pastejé señalada con la Q, finalmente en la misma presa se halla señalado con la letra Q el lugar en que se ven los tepetates esta la letra J la cruz que actualmente se halla rayada.126 (Plano 1) La elaboración de este tipo de cartografía nos permite el análisis del conflicto con mucha mayor precisión ya que cada uno de los planos y mapas encontrados nos explica de forma detallada los puntos más importantes de los cuales se tenía conflicto, además de los recursos naturales, principalmente el agua con que contaba el pueblo de Jocotitlán. Lo que podemos observar en la realización del mapa son los detalles con los que cuenta, por ejemplo el tipo de imagen que se dibuja para saber los puntos cardinales, los cuales están representados por la forma de un sol, además resalta el detalle del árbol del sabino el cual representa a uno de los manantiales, en la actualidad este árbol ya no se encuentra solo ha quedado parte de su raíz. Podemos destacar algunos detalles que son ubicados con distintas letras dentro del mapa como son: A. Pueblo de Jocotitlán y cerro de este nombre B. Árbol del sabino E. Ojos de Sabino que se unen en el número 9 con las aguas de la presa y riega Pastejé con estas sus tierras altas. Ñ. Partidor de las aguas bajas a la salida de la Barranca. P. Rancho llamado de Maldonado. Q. Hacienda de Pastejé de Don Diego Barreda R. Rancho de Nicolás González S. Hacienda de Villejé de Don Diego Ortiz

126 AGN, Tierras, exp., vol. 2143, f. 40.

98 Plano 1. Mapa topográfico de tierras y aguas de Jocotitlán; Ixtlahuaca (AGN, planos e ilustraciones, vol. 2143, exp. 1)

99 Por la parte de Don Diego Gómez de Barreda que es dueño de la hacienda de Pastejé, fue nombrado el perito don José Mariano Herrera, elaboró el mapa correspondiente con las siguientes indicaciones: [...] señaló con la letra A el árbol del Sabino, en la B el pueblo de Jocotitlán, en la C los ojos de agua del Sabino, en la C los manantiales de las Chichipicas y en la S otro ojo de agua, en la H la barranca por donde bajan y el lugar donde se juntan todas las aguas de las Chichipicas y abajo en la letra Y el partidor de las aguas entre la hacienda de Villejé señalada abajo con la letra V y la de Pastejé señalada arriba con la letra L y con la M, señaló también con la letra R a la izquierda del lado del Sabino otro ojo de agua que dice ser la que va para el Rancho de Leones o de Maldonado con cuya agua se junta con la letra C y caminan por la letra F hasta la letra G, donde se dividen para el citado Rancho de Maldonado señalado con la letra K y la hacienda de Pastejé, finalmente el perito señaló con la letra C las aguas de arriba y con la letra T el hueco donde está la cruz.127 (Véase plano 2) Al presentar cada uno su evidencia con el mapa, la Real Audiencia comisiona a don José Valle como perito, en el caso de que hubiera alguna discordia entre ambas haciendas, sin embargo don José Valle comentó que no contaba con la experiencia y no sabía del conflicto no podía asistir en el pleito; por lo tanto los encargados de la Real Audiencia se trasladaron al lugar para reconocer y verificar las diferencias en cada uno de los mapas que presentaron ambos testigos. Entre los responsables de verificar dicho acto acordaron solamente revisar y verificar solamente una situación referente a la cruz que se hallaba en dicho lugar de las Fuentes, la cual era la que dividía el agua para dichas haciendas. Siendo así se comenzó la verificación con los dos mapas, donde le perito de Ortiz ubicó la cruz más adentro de la presa, mientras que el perito de Barreda la ubicó al inicio de la presa, donde los jueces certificaron que la que ubicó el perito de Barreda parece ser una antigua que estaba en una cuevecilla situada en el tepetate del cerro a tres cuartas de distancia de la cabeza de la presa y hacia la parte Oriente; mientras que la señalada por el perito de Ortiz se hallaba formada en los mismos respaldos de tepetates, como a una distancia de quince varas o más de la cabeza de la presa, y que dentro de ella no se percibe que exista alguna vertiente de agua y

127 AGN, Tierras, exp., vol. 2143, f. 41.

100 no existen resumideros, además de que el agua se estanca en la presa por no tener salida y está se derrama por la cabeza incorporándose por la barranca para llegar a la toma baja. En el mapa siguiente podemos observar el detalle que tiene al explicar con mayor precisión los ojos de agua que estaban en conflicto, además de que sigue contando con grafías en español, la ubicación cartográfica es mucho más precisa, esté mapa fue la base principal que permitió la ubicación espacial en nuestro trabajo de campo, se identificaron los puntos más importantes, por ejemplo el árbol del Sabino que se menciona dentro del plano, así como las principales presa y caudales que aparecen, también nos muestra parte de la forma del terreno donde está ubicado el manantial principal del pueblo de Jocotitlán, así como la distribución espacial de las haciendas. Por ejemplos en la simbología del mapa podemos destacar lo siguiente: A Representa el pueblo y cerro de Jocotitlán. Q. Hacienda de Pastejé del capitán don Diego Gómez Barreda. R. Rancho de Nicolás González. S. Hacienda de Villejé de don Diego Ortiz. T. Tierras de la hacienda de Jurindó también de Barreda.

101 Plano 2. Plano geográfico de aguas nacidas en Jocotitlán; Ixtlahuaca (AGN, Planos e Ilustraciones, vol. 2146, exp. 1)

102 Dicho lo anterior los comisionados para este acto presentaron las diligencias correspondiente a la Real Audiencia, al mimos tiempo se envió el receptor apellido Coloma acompañado del perito don Ildefonso Martínez perito de Ortiz a verificar dichas diligencias y reconocer si efectivamente la cruz que señalaban ambos peritos estaba rayada en el mismo lugar cuando amparó la posesión a Barreda, sin embargo en el lugar no se encontró la cruz que había dejado grabada, que los tepetates en donde estaba se habían caído y estaba ubicada otra cruz a distancia de tres cuartas de la cabeza de la presa y que el perito Martínez expresó no haberla visto ahí cuando fue a realizar el mapa, que la cruz que había visto se encontraba a trece varas más delante de la cabeza de presa y fue la que señaló en su mapa. Sin embargo al término de la elaboración de dichos planos y mapas, tanto Ortiz como Barreda no quedan conformes para lo cual realizan una memoria de todos los alegatos desarrollados durante todo el conflicto, lo que lleva consigo a la elaboración de un nuevo plano en dónde ambos agrimensores de cada una de las partes este presente para su elaboración y partir de este se llegue a una resolución y ambas partes queden satisfechas. Dicho mapa fue el siguiente:

Plano 3. Plano geográfico de aguas nacidas en Jocotitlán; Ixtlahuaca (AGN, Planos e Ilustraciones, vol. 2143, exp. 1)

103 Estos planos y mapas nos permiten el análisis de la cartografía ya que adopta costumbres españolas, dejando a un lado elementos que se encuentran aún en los códices de origen mesoamericano. En los códices se plasmaban los rasgos de vegetación y fauna mediante el respectivo glifo de la especie, sin advertir si hacía referencia al toponímico o a la existencia efectiva de ciertas plantas o animales. La pictografía colonial abandona la función toponímica de los signos y la reemplaza con nombres escritos o caracteres alfabéticos, a la vez que adopta aquí también la representación esquemática de la especie botánica o zoológica128. Los mapas o planos aquí representados fueron elaborados principalmente para llevar a cabo el litigio, en estos es necesario el acompañamiento de los respectivos expedientes para el entendimiento y comprensión del mismo. Estos mapas son buen ejemplo del cuidado con que se realizaban los trabajos cartográficos, todos los elementos cartográficos se dibujaban con tal precisión, ya que se debía de representar con gran exactitud los ríos, manantiales, brechas, caminos, cursos del agua, propiedades y terrenos. Un elemento fundamental en la conclusión del proceso de posesión y lucha por el agua entre los hacendados involucrados, se refiere al acuerdo de ambas partes don Diego Ortiz de Villejé y don Diego Gómez de Barreda de Pastejé y se suscribe para poner fin al conflicto. La formalización de dichas diligencias y acuerdos se celebró en el año de 1798 en la Real Audiencia, habiendo presentado todos los testimonios correspondientes por cada una de las partes involucradas, quedó de la siguiente manera:

[...] En los autos que siguieron Diego de Castro albacea de don José de Castro, por si y menores sus hermanos dueños que fueron de la hacienda nombrada Pastejé cita en Jurisdicción de Ixtlahuaca con don Manuel Mercado, sobre posesión de aguas de las Fuentes de Jocotitlán, y hoy sigue don Diego Ortiz dueño de la hacienda de Villejé en el mismo partido, con el capitán don Diego Gómez Barreda que lo es de

128 Sánchez Rodríguez, M artín, Boehm Schoendube, Brigitte (2005) “C artografía hidráulica de

M ichoacán”, El Colegio de M ichoacán, Zam ora, Gobierno del Estado de M ichoacán, M ichoacán, p. 1 2 4 .

104 la citada Pastejé, sobre la posesión de las aguas. Procuradores en sus nombres Mariano Pérez de Eagle y Anselmo Rodríguez Balda.

Hallamos: en vista de lo últimamente alegado por dichos don Diego Ortiz y don Diego Gómez Barreda, mando de la reserva que contiene el proveído a 19 de agosto de 95, para que den su derecho sobre el plenario de posesión y propiedad como les conviniera que debemos declarar y declaramos que al primero como dueño de la hacienda de Villejé pertenece en el referido juicio plenario de posesión de la mitad de las aguas de dichas Fuentes y Ojo de Achichipicas que en el mapa en las letras H, Y, J, y la otra mitad de ellas, y las del Sabino figuradas con la letra E, al segundo como dueño de la hacienda de Pastejé, y mandamos que amparándose respectivamente a cada interesado en la mitad que le corresponde, se dividan las aguas de Achichipicas a iguales partes en beneficio de una y otra fina, y a este efecto se notifique a Ortiz y a Barreda se convenzan en un perito agrimensor y verificado se remitan los de la materia a la Justicia de Ixtlahuaca para que con citación de las partes pase al paraje de Jocotitlán y que es el mismo perito, reconociéndolas, elija el lugar que fuese más proporcionado, según las reglas de su arte, para dividirlas con igualdad, ya sea en la presa formada por Barreda, que se denota en el propio mapa con la letra D, o en donde se señala la cruz con la letra G, o en donde según la disposición y corriente de las aguas se facilite mejor su división, y elegido el sitio en que se haya de esta, se demarque una pila repartidora en la que entren todas las aguas de las Fuentes de Jocotitlán y Achichipicas y de ahí se repartirán por separado, de suerte que la mitad corra para Pastejé, y la otra igual para Villejé, con los particulares conducentes. Y por esta nuestra sentencia exclusivamente juzgando en grado de vista, así lo pronunciamos y firmamos. 129

129 AGN, Tierras, exp.90, vol. 3000, f. 1-2

105 Imagen ¡.Resolución de los autos que siguieron Diego Ortiz de Villejé con Diego Gómez Barreda de Pastejé.

Además de la resolución dada en el año de 1798, donde ambos actores debían de repartirse el agua por la mitad, para el año de 1803 se realizó un plano dónde se describe la cantidad de agua que cada uno debe recoger de la pila repartidora de la cual se distribuyó el agua en partes iguales y por la cual no debe haber conflicto alguno y no se generan más despojos, gastos y discordias entre dichas haciendas. Esta también tuvo el fin de que a la venta de cualquier hacienda en el futuro no se volviera a generar algún conflicto con otras personas o bien con pueblos cercanos a ellas. [...] el que se forme una pila repartidora con los conductos respectivos al haber de cada parte.es sin duda tan útil como necesario, por ser bien examinado el origen de tantos despojos violentos, de tantos gastos y discordias, no ha sido otro que la facilidad con que uno de los porcioneros de las aguas litigiosas usurpaba la porción del otro, lo que se evita por medio del repartidor y conductos que mientras más firmes y permanentes se fabriquen más perenne y estable será la paz, y aunque algún día los poseedores presentes o sus sucesores quisieran usurparse las aguas de

106 la otra hacienda, la consistencia de la toma y conductos repartidores será un invencible impedimento que no le dejaran llevar a cabo sus ideas.130

Plano 4. Plano geográfico de aguas de Jocotitlán (AGN, exp. 2146, vol. 1, 1803)

[...] Los números que están entre las letras son las distancias que tomó Martínez en un mapa que corre en autos y suman hasta el número 2 que en el borde exterior de la presa que había 6 'A varas. La medida que tomo González ahora es desde la letra A al borde exterior de la presa nueva número 1 de 5 % varas luego a la presa nueva está % hacía los ojos. Dónde el número 1 que el borde exterior de la presa nueva ahí según González 30 pulgadas hasta el centro del ojo número 3 que uniéndolas a las 5 % varas de su medida anterior componen 6 A varas y 3 pulgadas. Las dimensiones de Martínez son como quedo explicado de 6 A varas hasta el número 2 que es la presa vieja y la de González sólo le excede en 3 pulgadas, luego el ojo número 3 caía en el grueso de la presa vieja, lo que como se ve es imposible que cayera dentro pues un solo ojo que es del que tratamos no podía bilocarse.

130 AGN, Tierras, exp.1, vol. 2146, f. 137.

107 La causa de pretender que este ojo número 3 cayera dentro de la presa y que está no se haya variado es, por persuadir que la presa se construyó para contener el agua de este ojo. La construcción de la presa y la caja repartidora permitió que ambas haciendas poseyeran la mitad de las aguas que bajan de Las Fuentes de Jocotitlán, describiendo la cantidad de agua que cada uno debía de poseer, con la finalidad de que se llegará al acuerdo final y cada una de las partes respetara el acuerdo. Durante todo el desarrollo del conflicto pudimos observar como los distintos actores fueron participes mediante el recuerdo de anécdotas, vivencias o hechos que marcaron su vida, a través de estos hecho se llevó a cabo el conflicto entre Villejé y Pastejé, la colaboración de las autoridades correspondientes ayudaron a que esté se desarrollara en armonía y que ambos actores respetarán cada una de las acciones que se realizaban en cada momento del litigio. Una consideración que resulta fundamental es en el proceso que se llevó por el agua, ya que durante esté no se vio perjudicada la distribución del agua para dichas haciendas las cuales se adaptaron a las condiciones tanto en el conflicto como en la distribución del agua durante el pleito. El rescate de las percepciones históricas fue muy importante para conocer el inicio del conflicto y desde cuando se llevó a cabo, cuáles fueron las principales causa que llevaron a que Villejé y Pastejé disputaran las aguas de Las Fuentes de Jocotitlán. Parte importante que se destaca en este conflicto son los distintos mecanismos de poder por parte de la hacienda de Pastejé, debido a sus influencias con distintas autoridades y personas del pueblo ponían en ventaja a Pastejé. Estos mecanismos de poder pueden ser las herramientas mediante las cuales los distintos actores del conflicto pueden utilizar para su beneficio los hechos, sus influencias, etc. y así lograr sus objetivos. A partir de estas relaciones de poder se pueden determinar los diversos recursos por los cuales se valieron para poder determinar el resultado del conflicto. Sin embargo la aparición de distintos mediadores como la intervención de autoridades ayudó en a que durante el desarrollo del conflicto se mantuviera una convivencia y que ninguno de los involucrados llegará a un conflicto más grande o bien al

108 uso de la violencia, sino que ambos siguieron por un proceso de coexistencia con la intervención de autoridades. La negociación y la mediación en este caso aparecen como una forma para poder arreglar las cosas y los conflictos entre ambas partes, siempre apoyados por la confianza, que da como resultado el consenso entre dichas partes. De este proceso al final hubo un beneficio para ambas partes, pues al final se acordó y logró la creación de infraestructura para garantizar la correcta distribución del agua y así evitar conflictos como el presente, que derivó de la inexactitud del mecanismo de repartición, que a su vez daba pie para alegatos de que no les alcanzaba el agua porque no se distribuía de forma adecuada. A eso hay que sumar que estas haciendas sufrieron muchos cambios de propietarios en los años que duró el conflicto, lo que hacía que la memoria del problema se depositara en los pobladores que sirvieron como testigos, antes que en los dueños que alegaban con base en informes.

109 Conclusiones generales

En esta investigación hemos estudiado el conflicto por el agua entre la hacienda de Villejé y la de Pastejé, del municipio de Jocotitlán, Estado de México, que nos ha llevado a buscar e indagar en el tiempo cuáles fueron los acontecimientos, origen y desarrollo del conflicto. En este sentido se encontraron respuestas en la información que se encontró, dando como resultado en el análisis y reflexiones que llevo a estudiar el conflicto por el agua. La investigación nos permitió analizar el Valle de Ixtlahuaca-Jocotitlán desde un contexto histórico y actual, conocer las principales características físicas y geográficas desde el pasado y ver cómo se transformó. Eso nos permite construir el imaginario del presente y comprender la organización de los pueblos, presas y haciendas de ese entorno en la actualidad. Asimismo se pudo observar la jurisdicción territorial a la que perteneció Jocotitlán fue la alcaldía mayor de Ixtlahuaca, que pasó a ser la subdelegación de Ixtlahuaca de la Intendencia de México. Una vez que se aplicó la constitución de Cádiz Jocotitlán se convirtió en ayuntamiento, y se seccionó la parroquia de Tapaxco porque se constituyó como ayuntamiento constitucional y posteriormente pasó al municipio de El Oro. Con esto se pude ver el proceso de formación territorial de los ayuntamientos que sin ser motivo de este trabajo se observó cómo proceso de formación territorial local. A partir de los estudios generales sobre la hacienda se comprendió el proceso de conformación como unidades económicas, sociales y políticas, importantes para la estructura del campo novohispano y posteriormente del México independiente, pues en ellas se aglutinaron actividades económicas, agrícolas y pecuarias que servían para proveer de alimentos; tenían una administración que le daba cierto grado de autonomía y su fuerza laboral se fundaba principalmente en el peonaje por deudas. En esta medida la hacienda de Villejé de acuerdo a sus actividades agrícolas pudo ser gran productora de cereales, principalmente del trigo, maíz y en menor cantidad cebada, además de algunas otras actividades como la producción de pulque, debido a que contaba con diversos plantíos de magueyeras, las cuales estaban distribuidas en el pueblo de Jocotitlán, por lo que Villejé fue parte importante dentro del pueblo de Jocotitlán, sobre todo, en actividades económicas, fue una de las principales haciendas de la zona.

110 También se logró conocer las diversas etapas por las cuales la hacienda de Villejé fue sufriendo cambios en su transformación territorial, y conocer la historia de sus principales dueños nos ha permitido adentrarnos a esto que llama Chevalier “la geohistoria”, o bien como menciona Braudel el rencuentro del pasado con el presente, cuyo objetivo era conocer el medio geográfico para conocer el pasado y así observar el medio humano donde se han desarrollado los distintos pueblos. Parte importante dentro de este estudio fue conocer el medio geográfico que nos ha permitido la reconstrucción territorial de Villejé, sin embargo los distintos procesos históricos han sido de gran importancia en la construcción del espacio, la interacción con el tiempo y el espacio parte importante para comprender las relaciones entre los diversos actores con su cultura. La reconstrucción del entorno espacial mediante los hechos pasados nos muestra la importancia de conocer el espacio a través de su forma ecológica, como el clima, la población, la cultura y el paisaje, lo que nos lleva al análisis de esta historia ambiental o geografía ambiental, permitiendo el análisis de estas variables ecológicas para saber si los recursos naturales como el agua, actuaron como detonadores de conflictos, poblamiento o control de los mismos. La ocupación del suelo por parte de las haciendas fue principalmente por la búsqueda de los recursos naturales, debido a las distintas unidades de producción, en el Valle de México, principalmente en nuestra zona de estudio la producción extensiva en la ganadería y la producción de cereales como el maíz y el trigo provocó el acaparamiento de las tierras para su uso, debido a que sus características físicas y geográficas permitieron el asentamiento de estas haciendas en las faldas del cerro de Jocotitlán, además de las principales fuentes de agua como manantiales, ojos de agua y ríos que cruzan este valle, lo que llevó al despojo de ellas a los habitantes de la zona. La expansión territorial de la hacienda de Villejé tuvo como fin el control y el dominio de la zona a través de la utilización de los recursos naturales, sin embargo el control de la fuerza de trabajo por parte de la hacienda fue parte fundamental en el desarrollo de su territorio, este territorio que se fue transformando y modificando con el paso del tiempo. Tal y como se mostró en la historia de esa hacienda, para lo que se hizo una reconstrucción con mapas, aportando al conocimiento de la transformación espacial de

111 la hacienda a lo largo del tiempo y por diferentes fenómenos, tanto particulares como nacionales. Estos mapas nos permitieron conocer sus transformaciones territoriales y como fue perdiendo parte de él con las nuevas leyes de reforma agraria. Considerando lo anterior el rescate de la historia de Villejé permitió conocer a sus principales dueños en el periodo de estudio de 1700 a 1800, sin embargo cabe destacar la primera fecha donde se menciona la hacienda de Villejé, está se encuentra en documentos que datan del siglo XVIII, principalmente en el testamento de Doña María de León de 1694, para el año de 1750, el dueño de la hacienda de fue don Manuel Mercado; sin embargo, don Manuel Mercado vendió la hacienda a don Diego Ortiz en el año de 1796 y para 1819, la principal dueña de la hacienda fue doña Josefa Ortiz, viuda de Sobrino Pandal, en ese mismo año la vendió a don José Vicente Albarrán. Bajo este hecho la hacienda de Villejé mostró un desarrollo territorial y social muy importante, debido a las relaciones con los pueblos cercanos a ella, además de su relaciones con las haciendas cercanas a ella, en este caso con la hacienda de Pastejé.

El desarrollo del conflicto Las transformaciones ocurridas dentro de Villejé y Pastejé llevaron a cabo algunas modificaciones en el reparto del agua, lo que produjo los enfrentamientos entre dichas haciendas, sin dejar a un lado a los pueblos cercanos a ellas. El incremento del conflicto es probable que se haya dado debido al uso del agua que cada una de las haciendas le daban a este recurso, la aparición de nuevos actores dentro del conflicto permitió que las personas involucradas tomaran diversas acciones, por ejemplo; la compra de testigos para declarar a su favor de una u otra hacienda, el conflicto pasó a manos de distintas autoridades, lo que generó una nueva distribución dentro del conflicto, al tiempo en una nueva distribución del agua en litigio. Parte importante dentro de nuestro estudio ha sido el análisis del conflicto por el agua, para ello las propuestas de Lewis, Murillo y Castañeda constituyó la parte teórica fundamental que nos permitió explicar y analizar los elementos más importantes dentro del conflicto por el agua entre Villejé y Pastejé. Dentro de los aportes por cada una de las partes, el conflicto se fue desarrollando a partir de los hechos históricos mediante el recuerdo de vivencias, anécdotas o el imaginario

112 de cada uno de los actores involucrados, sin embargo durante el desarrollo de todo el conflicto debe existir una cierta armonía entre los distintos actores, y una adaptación a los cambios, algo que dentro de Villejé y Pastejé fue dándose durante el transcurso del conflicto, además de que por ningún motivo se vio afectada la repartición del agua durante el litigio, tanto a las haciendas como a los pueblos cercanos. Otro aspecto que cabe destacar durante el análisis del conflicto son las distintas relaciones de poder que ejercen las haciendas durante el conflicto, esta relación entre agua y poder ha mantenido la dominación y control de los recursos, principalmente por el agua. Una parte importante dentro de nuestro caso de estudio es la relación que se tiene con distintas autoridades lo que da pasó a la confrontación de ambas partes, este ejercicio de poder expresa las distintas confrontaciones que enfrentan las sociedades. Esta relación de poder procede de un intercambio a través del proceso de comunicación que enfrenta los diversos actores que se involucran dentro de un conflicto, en este caso de Villejé y Pastejé la comunicación fue la base principal para llevar acabo los distintos procedimientos que se ejercen por parte de los involucrados. Estas relaciones sociales y de poder forman una asociación personal para después pasar a una asociación territorial, donde distintos actores se ven involucrados en dicho acto. El conflicto por el agua dentro de nuestra zona de estudio se desarrolla a partir de tres etapas, la primera se desarrolló a partir de 1739, el caso de la hacienda de Villejé y Pastejé, el conflicto se dio a partir de la distribución del agua del manantial Las Fuentes, el cual se encuentra actualmente dentro del municipio de Jocotitlán; el conflicto y los primeros derechos que se llevan para la posesión de las aguas del manantial las Fuentes se remontan para marzo de 1773, con don Manuel Mercado dueño de la hacienda de Villejé y con don Diego de Castro por parte de la hacienda de Pastejé. Sin embargo hay que destacar que el conflicto toma un rumbo diferentes debido a que finales de este año las haciendas tienen nuevos dueños, que llevan el conflicto por largo tiempo, para la hacienda de Villejé queda cargo don Diego Ortiz, mientras que para Pastejé el capitán don Diego Barreda. Es importante señalar como los pueblos cercanos pueden cambiar o transformar un territorio, debido a las decisiones o conocimientos que tienen de algún acontecimiento, ya que puede ser un espacio determinado y delimitado a partir de formas de poder que puede poseer un grupo social o parte de un individuo.

113 La segunda etapa abarcó de 1774 a 1796, está es parte importante debido a que en este periodo se desarrollan todos los autos y litigios del conflicto por el agua del manantial las Fuentes, dentro de esta etapa se involucraron diversos actores que permitieron el avance de dicho conflicto, además de algunos pueblos cercanos a la hacienda que poco a poco fueron tomando partido en este litigio, entre los pueblos que destacan en este conflicto son Los Reyes, Cheje y el propio pueblo de Jocotitlán; también el pueblo de Atlacomulco y San Felipe del Obraje. Algo que podemos destacar en este proceso es que ambas haciendas se valieron de diversas acciones, como son la compra de testigos para que declararan a favor de cada de una de ellas, sin embargo esto no resultó tan satisfactorio para ambas, ya que se tomaron medidas por parte de la Real Audiencia, lo que permitió el apoyo de personajes encargados de realizar planos y mapas que especificaran los manantiales, ríos, poblaciones, haciendas, cauces de agua, etc.; estos personajes fueron los agrimensores, encargados de la realización de estos mapas, lo que permitió la explicación del conflicto y así poder llegar a un acuerdo entre ambas haciendas. Por último se desarrolla de 1798 a 1803, donde se llega a los acuerdos y resolución del conflicto, por las partes involucradas. Uno de los aspectos importantes que hay que destacar dentro del nuestro estudio es el análisis de los diferentes documentos históricos que dieron pie al análisis de la conformación y conflicto por al agua de la hacienda de Villejé. En este sentido como menciona Alfred Siemens en el desarrollo de la geografía histórica es parte fundamental el análisis y escritos de orden histórico que narran y analizan la percepción de los actores que vivieron en el tiempo y espacio del lugar que ocuparon. Además de estudiar el conflicto por el agua, fue importante conocer la cartografía histórica, ya que nos permitió el análisis del conflicto de una manera más clara y precisa, se encontraron cuatro materiales, los cuales nos describen las características del conflicto, ubicándolos puntos importantes como son las corrientes de los canales de agua, los manantiales en conflicto y las posibles distancias de las haciendas con el manantial. Algo que hay que resaltar es la elaboración muy precisa con que fueron realizados los mapas. En esto es importante destacar la importancia que tuvo la cartografía histórica como una herramienta para el conocimiento del espacio, y en este caso específico como parte de un peritaje para resolver el problema, donde se pudo apreciar que fue fundamental el conocimiento del espacio y su representación para dirimir el conflicto. También se pudo

114 conocer la tradición cartográfica usada para resolver este asunto que proviene de la mano de los agrimensores. Los documentos cartográficos más importantes para el estudio del conflicto fueron los siguientes: 1) Plano geográfico de aguas nacidas en Jocotitlán; Ixtlahuaca. Diligencia que se hizo para justificar la propiedad de las aguas fluviales. Plano a color localizado en el ramo de tierras, mapas, planos e ilustraciones del AGN (vol. 2143, exp. 1); 2) Mapa topográfico de tierras y aguas en Jocotitlán; Ixtlahuaca. Pleito que sigue don Diego Ortiz dueño de la hacienda de Villejé contra don Diego Gómez Barreda dueño de la hacienda de Pastejé para precisar la posesión de las aguas de Jocotitlán. Mapa a color localizado en el ramo de tierras; mapas, planos e ilustraciones del AGN (vol. 2143, exp. 1); 3) Plano geográfico de aguas nacidas en Jocotitlán; Ixtlahuaca. Diligencia que se hizo para justificar la propiedad de las aguas fluviales. Plano a color localizado en la ramo de tierras; mapas, planos e ilustraciones del AGN (vol. 2146, exp. 1). El conflicto por el agua entre la hacienda de Villejé y Pastejé nos permitió el análisis de como los conflictos se apropian del territorio, ayudados de diversos actores que participan en él y como cambian sus dinámicas sociales. Se considera que se ha logrado no sólo conocer la historia de una unidad económica, sino que el entendimiento que se ha logrado sirvió para entender la interacción con el espacio social, creado por las circunstancias espaciales, económicas y sociales de la época. Lo que considero que nos ayuda a entender un pequeño caso de un fenómeno generalizado en el campo mexicano.

115 Glosario de terminología hidráulica.131

Acequia. Canal pequeño, zanja, cauce o conducto de agua descubierto y generalmente destinado al riego. Acueducto. Conducto, cañería, canal de agua. Construcción subterránea o área destinada a conducir el agua; en este último caso, generalmente adopta la forma de una arcada que soporta un canal o tubería de abastecimiento de dicho recurso hidráulico. Aguas abajo. Hacia la parte inferior de una corriente. Aguas arriba. Hacia la parte superior de una corriente. Aguas permanentes. Son las que escurren por una corriente y que mantienen cierto caudal o gasto durante todo el año, aunque dicho gasto varíe de acuerdo con las épocas de lluvia y de secas. Aguas sobrantes. Aguas que salen por el derrame o fuera del sistema de regadío después del riego. Bordo. Sinónimo de aguaje. Así se le denomina por lo común al reparto hecho de céspedes y estacas que forman los agricultores en los campos para represar el agua de lluvia o las que derraman los arroyos en las crecientes, ya sea para formar aguajes que sirven en tiempos de secas o para enlamar las tierras. Se hace también para prevenir inundaciones en las tierras de labor. Buey de agua. Antigua medida hidráulica equivalente a 155.52 litros de agua por segundo. Caja de agua. Construcción arquitectónica que alberga un tanque o recipiente donde se guarda o concentra el agua proveniente de algún acueducto, para de allí tomarse para los diferentes menesteres de la población. Caja distribuidora. Estructura que se emplea para regular el agua que se distribuye a los predios de una finca. Canal. Conducto o tubo, cauce artificial que sirve para que corra el agua. Cuerpo de agua. Lugar específico dentro de una topografía. Lecho natural. Se refiere al agua que se encuentra visible en la superficie de un terreno. Derrame. Declive de un terreno por donde corre o puede correr el agua. 131

131 Tomado de Israel Sandre Osorio. Glosario técnico de términos hidrológicos. Biblioteca del Archivo Histórico del Agua.

116 Deslindar. Acción de marcar y señalar mediante procedimientos topográficos los límites y extensión de una o varias propiedades, municipios o estados. Naranja de agua. Mediada hidráulica urbana equivalente a 8 reales o 144 pajas de agua, igual a 64.8 litros de agua por segundo. Paja de agua. Antigua medida de agua consistente en un diámetro equivalente a un grano y medio escaso, o sea, más o menos el diámetro del cañón de una pluma de ave. Una paja de agua equivalía a 0.45 litros de agua por minuto. Por su parte, una merced de agua equivalía a 5 pajas, es decir, a 2.25 litros de agua por minuto. Presa. Pared o muralla de sillería o mampostería que se hace a través de un río, arroyo o canal para detener el agua a fin de derivarla fuera del cauce, aumentar su nivel y embalsarla con fines de riego, mover molinos, generación de energía eléctrica. Real de agua. Medida hidráulica equivalente a 18 pajas, o sea, la octava parte de una naranja de agua, igual a 8.10 litros de agua por minuto. Venero. Manantial de agua. Vertedero. Estructura de escape para dar salida a los excesos de agua. Conducto en o alrededor de una presa para la liberación del agua en exceso. Estructura por donde se vierte el agua. Se utiliza para evacuar excedentes y para aforar los volúmenes de agua que pasa por ella. Vista de ojos. Se llama de esta manera a la diligencia judicial o extrajudicial de ver personalmente alguna cosa con la finalidad de informar con seguridad de ello y tener los elementos para juzgar con acierto.

117 Medidas hidráulicas

Buey de agua 48 surcos = 144 naranjas = 155.52 litros de agua por segundo Surco 3 naranjas = 3.24 litros de agua por segundo. Naranja de agua 8 reales = 144 pajas = 64.8 litros de agua por segundo. Limón o real de agua 18 pajas = 8.10 litros de agua por minuto. Merced de agua 5 pajas = 2.25 litros de agua por minuto. Paja de agua 0.45 litros de agua por minuto.

Medidas y equivalencias

1 vara 0.83m 1 braza 2 varas = 1.67 metros 1 hectárea 10.000m2 = .01km2 1 caballería 42.79 h = 0.42km2 1 legua 5.57 km

118 Fuentes consultadas

Albores, Beatriz (2002) Ambiente y cultura lacustre en la historia del alto Lerma mexiquense, en Bohem Schoendube, Brigitte, Durán Juárez, Juan Manuel, Sánchez Rodríguez, Martín, Torres Rodríguez, Alicia, Los estudios del agua en la cuenca Lerma-Chapala-Santiago, El Colegio de Michoacán, UDG.

Albores, Arnulfo. Los Otomianos del alto Lerma mexiquense. Un enfoque etnológico en Estudios de Cultura Otopame, México, 1998, vol. 1.

Basurto J. Trinidad (1977) El arzobispado de México. Jurisdicción relativa al Estado de México, Biblioteca Enciclopédica del Estado de México, México.

Bellingeri, Marco, (1980) Las haciendas en México: El caso de San Antonio Tochatlaco, México, INAH.

Birrichaga Gardida, Diana (2007) La modernización del sistema de agua potable en México 1810-1950, El Colegio Mexiquense, Zinacantepec, Estado de México.

Birrichaga Gardida, Diana, Sánchez Esquivel, Paola, Sánchez Espinoza, Ariel (2016) Sistemas de riego de pueblos y haciendas en los valles de México y Toluca, en Diana Birrichaga Gardida y María del Carmen Salinas Sandoval, Cartografía hidráulica del Estado de México, El Colegio Mexiquense, El Colegio de Michoacán, Gobierno del Estado de México, México, 2016,p. 76.

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Repositorios consultados

Archivo General de la Nación (AGN)

Archivo Histórico del Agua (AHA)

Archivo Histórico del Municipio de Jocotitlán (AHMJ)

Archivo Histórico del Estado de México (AHEM)

Archivos consultados

Tierras, AGN

Aguas nacionales, AHA

Aprovechamientos superficiales, AHA

125 ANEXOS

Anexo 1.

Inventario de 1822.

Inventario y justiprecio de los bienes que quedaron por fallecimiento del capitán Don Genaro de Noriega, según adentro se expresa.

Copia del inventario y justiprecio hecho por los peritos Don Joaquín Dávila, Don Calixto Rodríguez, Don Pedro Valverde, Don Alberto García, Don Pedro Rosales y Don Rafael Dorantes, a la hacienda de Villejé en la devolución que hizo de ella, Don Vicente Albarrán, a Don Genaro de Noriega, en 21de año de 1821.

Precios Pesos Pesos Tierras y 37 'A Caballerias de tierra las 4 A doy de agua agua perene, una de labor sin riego, y el otro de pastos con 34.332 baras. 12.632.5 Cercas, Las cercas, zanjas y trojes 1.119.4 zanjas y trojes. Fuentes Por las fuentes de mampostería 403.3 Casa y Por el valor de casa, galera, jacal, corral al demás poniente, 2° patio o machero, trojes, oficinas cochera, zaudas, zaguán, aifaderos, asoleaderos de cerdos, casillas de sirvientes y junta destruida según su 7.791.1.6 estado. Ajuar de Valor del ajuar de la casa que había casa. existente en aquella finca 034.6.6 Herramienta Importe de la herramienta que hallo 060.1.6 campos Apero de Importe del apero de madera que se halló madera en campo 127.4.6 Apero de Importe del apero de cuero que se sirvió en cuero campo 032.2.6 Cabezas Ganado Mayor

126 55 Vacas a 16 p. 880 56 Paridas a 16 p. 924 4 3 Toros padres a 16 p. 048 1 Toro en 15 p. 015 17 Toros de 3 años a 12 p. 212.4 4 20 Toros de 2 años a 9 p. 4 190 16 Terneras de 3 años a 9 p. 4 152 15 Terneras de 2 años a 8 p. 2 123.6 22 Terneras de 1 año a 8 p. 176 26 Terneras a 8 p. 208 77 Bueyes de tiro a 17 p. 1.366.6 6 8 Toros de 3 a 4 años a 12 p. 096 4.392 Pasa a la vuelta 26.593.3 Viene de la vuelta 26.593.3 Burros y Mulas 7 Burros y burras a 4 p. 028 1 Mula vieja en 10 p. 010 056 1 Mula vieja en 18 p. 018 Caballada 4 Caballos de buena edad a 8 p. 032 9 Caballos viejos a 4 p. 036 081 2 Yeguas paridas a 6 p. 4 013 Ganado lanar 13 Borregos padres a 14 p. 022.6 49 Borregas paridas a 10 p. 061.2 310 226 Borregas de vientre incluso corderos de un a 1 p. 226 año Cargas Semillas 6 Cargas de trigo que se sembraron a cuenta de Don Vicente Albarran, a mas de las que recibió, y se le abona la semilla a 5 p. , carga. a 5 p. 030 030 No. De Magueyes

3.4413 Magueyes que se hallaron en los solares propios que tiene esta finca en los pueblos de Santiago Yeche, los Reyes Xocotitlán, y

127 Santa María andaré, cuyos avalúos con menor importancia. 3.907.7 3.907.7

22.994 Magueyes que se avaluaron y contaron en el solar de esta hacienda, impuestas según el por menor. 3.120.6 3.120.6

Por el valor de las tierras en que se hallan los magueyes en los pueblos 1.092.6 1.092.6

57407 Pasa al frente 35.191.6 Suma del frente 35.191.6 Mejoras Por el valor de una presa que hizo Albarran, y 3 pedazos de tierra que abrió bajo de riego, y la madera, y demás menudencias, que ademas entrega de lo que recibió, según el inventario formado 4.17 p. 6 417.6 por Campos todo en Por el importe de las dependencias de sirvientes reconocidos hasta hoy 20 de marzo de 1822, en 755 p. 6 755.6.6 Total 36.365.2. 6

Inventario 1903

En este testamento Don Francisco Icaza instituyó a favor de Doña Dolores Icaza de Fernández, que expresa lo siguiente, “Lego a mi hermana Dolores Icaza y Echave vda. , de Fernández, las haciendas de Villejé y Caspi con su rancho anexo San Cristóbal, más dos mil pesos”132. Al instante se realiza un avaluó de la hacienda de Villejé y Anexas, perteneciente a la testamentaria Francisco Icaza y Echave.

132 AHA, AN, exp. 832, F. 88.

128 Villejé, extensión 171 h 18a 12 c, ciento setenta y un hectáreas, dieciocho áreas, doce centiáreas, tierra labor $ 10,270.87 riegp a $ 60.00 h. sesenta pesos hectárea, diez mil doscientos setenta pesos, ochenta y siete centavos.

81 h 59 a 06 c, ochenta y una hectáreas, cincuenta y nueve áreas, seis centiáreas, tierra $ 3,423.62 labor temporal a $40.00 h cuarenta pesos hectárea, tres mil cuatrocientos veintitrés pesos, sesenta y dos centavos. 1626 h 22a 14c mil seiscientas veintisiete hectáreas, veintidós áreas, catorce centiáreas, $ 48,786.64 tierra pasteo a $ 30.00 h treinta pesos hectárea, cuarenta y ocho mil setecientos ochenta y seis pesos, sesenta y cuatro centavos. SUMA. Sesenta y dos mil, cuatrocientos $ 62,481.13 ochenta y un pesos, trece centavos. Semovientes 80 ochenta bueyes tiro a $ 40.00 c, cuarenta $ 3,200.00 pesos, tres mil doscientos pesos. 105 cinto cinco vacas a $ 30.00 treinta pesos $ 3,150.00 tres mil ciento cincuenta pesos. 35 treinta y cinco terneras a $ 25.00 veinticinco $ 875.00 pesos, ochocientos setenta y cinco pesos. 20 toretes a $ 15.00 quince pesos, trecientos $ 300.00 pesos. 350 trescientos cincuenta cabezas ganado lanar $ 700.00 a $ 2.00 dos pesos, setecientos pesos. 10 diez cerdos a $ 4.00 cuatro pesos, cuarenta $ 40.00 pesos. 8 ocho mulas a $ 55.00 cincuenta y cinco pesos, $ 440.00 cuatrocientos cuarenta pesos. 1 una máquina trilladora de trigo y motor, mil $ 1,760.00 setecientos sesenta pesos. 1 cortadora de zacate, cien pesos. $ 100.00 1 molino de olote, cien pesos. $ 100.00 20 veinte arados del país a $ 1.00 un peso, $ 20.00 veinte pesos.

129 2 dos carros de a $ 100 cien pesos, doscientos $ 200.00 pesos. 4 cuatro carretas a $ 50.00 cincuenta pesos, $ 200.00 doscientos pesos. 1 un guayín, doscientos cincuenta pesos $ 250.00 $ 11,335.00 Obra material: casa, galeras y establos, diez mil $ 10,000.00 pesos. Suma: Ochenta y tres mil ochocientos dieciséis $ 83,816.13 pesos, trece centavos. Caxpi Extensión 64 h 19a 29 c sesenta y cuatro hectáreas, diecinueve áreas, veintinueve centiáreas, tierra $ 3,851.57 labor riego a $ 60.00 h, sesenta pesos hectárea. 988 h 43 a 74 c, novecientas ochenta y ocho hectáreas, cuarenta y tres áreas, setenta y cuatro centiáreas, tierra pasteo a $ 30.00 h treinta pesos $ 29,653.12 $ 33,504.69 $ 83,816.13 hectárea, veintinueve mil, seiscientos cincuenta y tres pesos doce centavos Obra material: casa y demás oficina, cinco mil $ 5,000.00 pesos. Suma: treinta y ocho mil quinientos cuatro $ 38, 504.69 pesos, sesenta y nueve centavos. San Cristóbal, extensión 21 h 39 a7 9 c, veintiuna hectáreas, treinta y nueve áreas, setenta y nueve centiáreas, tierra labor de riego$ 60.00 sesenta pesos hectárea, un $ 1,283.87 mil doscientos ochenta y tres pesos, ochenta y siete cts. 106 h 98 a 82 c, ciento seis hectáreas, noventa y ocho áreas, ochenta y dos centiáreas pasteo a $ $ 3,209.64 $ 4, 493.51 30,00 hectárea, tres mil doscientos nueve pesos, sesenta y cuatro centavos. Obra material: casa, quinientos ps. $ 500.00 Suma: cuatro mil novecientos noventa y tres $ 4,993.51 pesos, cincuenta y un centavos Asciende a la suma de ciento veintisiete mil $ 127,314.33 trescientos catorce pesos, 33.

130