La agricultura y la industria en la estructruración territorial de

Héctor Ávila Sánchez

Universidad Nacional Autónoma de México Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias , Morelos, 2001 HC138 Ávila Sánchez, Héctor M6A95 La agricultura y la industria en la estructuración-territorial de Morelos./ Héctor Ávila Sánchez. Cuernavaca: UNAM, Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias, 2001. 79 p. ISBN: 968-36-9428-4

1. Geografía económica - Morelos (estado). 2. Desarrollo regional - Morelos (estado). 3. Industria - Morelos (estado).

Catalogación en publicación: Lic. Martha A. Frías-Biblioteca del CRIM

Agradecemos al Grupo Editorial Miguel Ángel Porrúa la autorización para reproducir el mapa que ilustra nuestra cubierta.

Diseño de cubierta: Poluqui

Primera edición: 2001

Universidad Nacional Autónoma de México, Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias, Av. Universidad s/n, Circuito 2, Col. Chamilpa, CP 62210. Cuernavaca, Morelos, México

Correo electrónico: [email protected]

Sitio en Internet: http://www.crim.unam.mx

ISBN: 968-36-9428-4

Impreso y hecho en México Contenido

Introducción 5

Historia y actualidad de las regiones agrícolas en el estado de Morelos

Las actividades agrícolas en la historia de Morelos 9

Pueblos prehispánicos de agricultores 9

La Colonia y la readecuación del territorio 11

La agricultura en el siglo XIX 15

La modernidad porfiriana 18

Las regiones geográfico-económicas antes de la Revolución Mexicana 20

La reconstrucción de la economía y el territorio en el periodo posrevolucionario 22

La actualidad de las actividades agropecuarias 24

El ámbito regional de la agricultura en la entidad 26

Características de la producción agropecuaria y forestal de la agricultura en Morelos

La urbanización y la transformación de la agricultura en Morelos 34

El cambio en la estructura del patrón de cultivos 36

La tenencia de la tierra 39

El avance de la mancha urbana y los cambios en el uso de suelo 39

La contaminación ambiental 40

Aspectos territoriales de la industrialización en el estado de Morelos

El emporio agroindustrial del azúcar 43

La incipiente industrialización posrevolucionaria 44

La concentración urbano-industrial y la polarización regional 46

La actualidad de los espacios industriales de la entidad 47 La especialización de los espacios de la producción 57

Obras consultadas 61

Material cartográfico 64

Lista de mapas 64

Lista de cuadros 65 Introducción

El estado de Morelos presenta actualmente problemáticas y situaciones perfectamente identifica- das: el acelerado crecimiento urbano, el deterioro del ambiente — especialmente el derroche de los recursos hídricos— el abatimiento del sector agropecuario, la terciarización de la economía, la industrialización tardía e inacabada, etcétera. Todo ello con una incidencia directa en la con- formación de los espacios que integran la entidad. Se trata de procesos muy relacionados entre sí, que son el resultado de determinadas políticas nacionales, con manifestaciones específicas a nivel local. Aun dentro del estado de Morelos, estas situaciones asumen una territorialidad específica según sea la región de que se trate. Dicha entidad, ubicada al sur de la Ciudad de México, ha sido el escenario de importantes movimientos sociales, y del desarrollo de una intensa actividad económica en las diversas etapas históricas del país. Su cercanía con la gran metrópoli y el poder político que ahí se asienta, han sido decisivos en la existencia de importantes vínculos que determinan lugares y funciones espe- cíficas, dentro de la jerarquía que establece el principal centro urbano del país. Tradicionalmente, el estado de Morelos ha ejecutado funciones que se relacionan con la descentralización de distintas actividades desde la Ciudad de México: en lo industrial, en lo po- blacional, en lo educativo, en lo cultural, etc. Ello no le impide sin embargo, poseer un carácter determinado, que le otorga una espacialidad e identidad regional propia. Ahora bien ¿,por qué estudiar el estado de Morelos? La respuesta a esta interrogante implica el reconocimiento de una serie de fenómenos que han derivado en un intenso cambio espacial, acontecido especialmente durante la segunda parte del pasado siglo, y que está muy relacionado con las transformaciones del proceso económico nacional. Precisamente en esa época, se fra- guó una serie de condiciones que ocurrieron después del movimiento revolucionario, hasta 1940 aproximadamente; dando paso al cambio estructural en la economía y a la agudización en la polarización de los espacios morelenses. Se fortaleció el proceso mediante el cual se conformaron los espacios centrales y, por otra parte, los subsidiarios; así, el estado de Morelos ha reproducido dentro de su espacio, el fenómeno que vive con respecto a la Ciudad de México. Ya en este con- texto, la urbanización y la terciarización de la economía se van imponiendo rápidamente, que a lo largo del tiempo manifestarán efectos importantes; por ejemplo, el desmantelamiento del sector agropecuario, el limitado o tardío desarrollo de la industria y el deterioro de la naturaleza. En el presente estudio se analiza el proceso de formación de los territorios, con los métodos propios de la geografía económico-regional, donde se identifican los mecanismos y procesos que ejerce la sociedad para el uso y apropiación del entorno físico. Se considera por tanto, el conoci- miento de la dinámica y evolución de los elementos naturales, las condiciones estructurales, socio- políticas y culturales, que en temporalidades determinadas establecen las formas con las cuales los actores sociales construyen y viven sus territorios.

5 6 LA AGRICULTURA Y LA INDUSTRIA EN MORELOS

En esta investigación se consideran los procesos económicos y político-sociales, que en dis- tintas épocas históricas han incidido en la estructuración de las regiones económicas del estado de Morelos, especialmente las actividades agropecuarias e industriales. La entidad ha contado históricamente con una vocación agrícola debido, en primera instancia, a la potencialidad de sus condiciones naturales, donde el cultivo de la caña de azúcar, así como también del arroz, ocuparon un lugar de primer orden. Dicho proceso llevó aparejada la producción agroindustrial, fundamen- talmente la fabricación de azúcar y el beneficio del arroz. Dicho modelo de utilización económica del espacio morelense, basado en los procesos agroindustriales, permaneció vigente durante la mayor parte del pasado siglo, hasta finales de la década de los sesenta. Por otro lado está la práctica de las actividades industriales en Morelos; se puede afirmar que se trata de una actividad reciente, sólo a partir de los últimos cuarenta años, y que, coinci- diendo con la crisis del sector agrícola, comenzó su diversificación. Paulatinamente, junto con el sector terciario, ha adquirido importancia en la generación del ingreso estatal. En el contexto de la globalización económica, y con una agricultura en franca decadencia, parece ser la opción que prevalecerá en los años por venir. El desarrollo industrial del estado de Morelos, actualmente concentrado en el corredor Cuernavaca-Cuautla, se ha expresado a lo largo del territorio estatal, con una mayor presencia en el pasado. Sin embargo, cabe señalar que desde entonces, dicha actividad ha estado dirigida a aten- der necesidades externas (principalmente de la metrópoli nacional), más que a los requerimientos propios. Han variado las formas y modalidades de la explotación industrial, pero los fines siguen siendo los mismos, ya sea que se haga referencia al siglo XIX, o durante la consolidación del ca- pitalismo porfirista, o bien hacia el final del milenio, en pleno proceso globalizador. De manera general puede serialarse que el desarrollo industrial ha ocurrido en tres fases definidas, con una cuarta en desarrollo, en la cual se manifiestan nuevas formas de la actividad, propias del proceso de reestructuración productiva que ha tenido lugar en el país durante el último cuarto de siglo. Se presenta, por lo tanto, un análisis de dos actividades aparentemente inconexas, pero a partir de las cuales se han construido los espacios regionales en el estado de Morelos. Una, la agricultura, que si bien se encuentra en retroceso, persiste como actividad y forma de vida; actual- mente opera un intenso proceso de cambio. Por otro lado, la actividad industrial que durante una buena parte de su existencia estuvo ligada a la explotación de la agricultura, pero que hoy día se ha fortalecido en otros ramos modernos, incorporando procesos productivos de punta, sobre todo en el sector automotriz y en la industria farmaceútica. Su impacto territorial ha sido trascendente, porque ha apuntalado la polarización de la vida económica en la entidad. El estado de Morelos tiene definido el papel que desempeña en el contexto de las regiones mexicanas; históricamente ha estado subsumida en los requerimientos de ámbitos jerárquicos superiores, en especial de la Ciudad de México. En el contexto económico actual de apertura económica, globalización, etc., difícilmente cambiará la situación y seguramente se reforzará esa dependencia. La agricultura local, muy agobiada, servirá para atender en lo general los requeri- mientos urbanos de Cuernavaca y Cuautla, pero sufrirá la competencia de los productos agrícolas del exterior. Quizá la producción de mercancías agrícolas no comestibles, como las flores, con- serve su mercado en el extranjero. El papel que jugará la industrialización es un tanto ambiguo. Inicialmente se había pensado que, en el contexto de los requerimientos de la gran metrópoli, la región morelense reforzaría su papel como un segmento de la cadena productiva. Se consideraba que la industrialización con- tinuaría con su avance; debido sobre todo a que en los últimos cinco años se ha instalado una importante cantidad de plantas maquiladoras en Cuautla, además de que a principios de 1996 se iniciaba la construcción de la Ciudad de la Confección en , municipio conurbado INTRODUCCIÓN 7 de la zona metropolitana de Cuernavaca. Fuera de cualquier consideración, dos siguen siendo las razones principales de que se eligiera a Morelos, para la instalación de industrias: una es, como en los tiempos del auge azucarero, la disponibilidad de mano de obra barata; la otra, la cercanía y el acceso fluido al gran mercado. Como complemento, se tiene contemplada la construcción de la autopista Siglo XXI, que atravesará transversalmente el estado por su parte sur, para comunicarlo con los estados de Puebla y México. Así se pretende agilizar aún más el movimiento de mercancías y personas, tanto hacia el Golfo como hacia el Pacífico. Por otra parte, la existencia de grandes bancos de materiales calizos, la cercanía al gran mercado, la infraestructura en Morelos en vías de comunicación para un ágil movimiento de las mercancías, parecen ser los elementos considerados al elegir el municipio de Emiliano Zapata, para la instalación de una gran planta productora de cemento, que se menciona, será la más moderna de América Latina. Son estas situaciones, entre otras, las que hoy afronta Morelos y que tienen una determinada trascendencia expresada, de una u otra manera, en la dinámica de los espacios locales. Desde principios de los años setenta, la UNAM, en sus programas de descentralización, ha consolidado la existencia de diferentes campus a lo largo de la República Mexicana. En los años ochenta se conforman algunos centros e institutos de investigación en el estado de Morelos, entre los que se encuentra el CRIM. Dentro de los objetivos de esa desconcentración, está el aporte de la infraestructura y la experiencia académica que posee la UNAM para el estudio de los problemas nacionales. Ese es uno de los fines de la presencia delCRIM en el estado; por una parte, incorpo- rar la experiencia mencionada y por la otra, recuperar todo ese bagaje de estudios y conocimientos que han elaborado las instancias académicas locales, y los científicos que estudian la dinámica de los espacios que componen el estado de Morelos. En el CRIM se han realizado diversos estudios sobre aspectos económicos, culturales, am- bientales, políticos, demográficos, etcétera, que ocurren en el contexto morelense. Con ese antece- dente, y desde el año de 1996, se han dado en la institución los pasos para conformar un Programa de Estudios del Estado de Morelos y sus distintas regiones, mediante el cual se ahonde en el análisis de las diferentes cuestiones geográficas, económicas, políticas, educativas, culturales y de diversa índole, que tienen una determinada expresión regional-territorial; es decir, la ubicación de las diferentes problemáticas territoriales desde una perspectiva global, que posibilite comprender los procesos mediante los cuales se han conformado los espacios diferenciados y las regiones económico-sociales en la entidad. Como parte de la conformación inicial de ese programa de estudios, se presentan dos breves ensayos donde se bosqueja una serie de ideas o análisis acerca de dos temáticas que han tenido, históricamente, una fuerte incidencia en la estructuración de los espacios regionales de la entidad. Se trata de la evolución y desarrollo de las regiones agrícolas y, por otra parte, de los aspectos te- rritoriales y las perspectivas de la actividad industrial. Historia y actualidad de las regiones agrícolas en el estado de Morelos

La práctica de las actividades agrícolas en Morelos ha sido muy relevante a lo largo de su historia, tanto en el nivel local como en el contexto del país. En el estado ha existido una diferenciación espacial histórica, como producto de las diversas situaciones sociopolíticas y del papel que han desempeñado los agentes sociales en la confor- mación y evolución de sus regiones. Así, a distintos momentos histórico-sociales, corresponden diferentes manifestaciones territoriales en cuanto al uso del espacio. Debido a su carácter monoproductor durante siglos. a Morelos se le ha identificado, por lo general, como un estado azucarero; quizá por haber sido el cultivo y la industrialización de la caña de azúcar el sostén de la economía desde la época colonial, hasta ya bien entrado el presente siglo. Además, desde siempre se han producido cultivos como el arroz y el maíz, de gran importancia para la economía local. Si bien al concluir el reparto agrario tuvo lugar una determinada reor- denación de la producción agrícola, con el advenimiento de la industrialización, la urbanización y, en general, la transformación de la estructura productiva, la producción agrícola tiene un giro importante a partir de la década de los cincuenta. Comienza a tomar importancia la producción de cultivos comerciales como el jitomate, la cebolla y otras hortalizas, con una amplia demanda en el gran mercado de la Ciudad de México. En la década de los ochenta se produjeron grandes vo- lúmenes de forrajes, especialmente sorgo, así como el cultivo de importantes cantidades de flores, tanto en viveros como a cielo abierto. Ha operado, por tanto, una importante transformación en el patrón local de cultivos, en el que se ha relegado la producción de los básicos (Ávila, 1995). En el territorio que hoy ocupa Morelos, ha tenido lugar una intensa utilización de la na- turaleza a lo largo de su historia, sobre todo para el desarrollo de las actividades agrícolas. Para una mejor comprensión del proceso de construcción territorial, se destacan los fenómenos más importantes que han ocurrido en diferentes épocas en torno a la utilización de los espacios locales, en especial aquellos hechos que han dejado su huella en los tiempos presentes.

Pueblos prehispánicos de agricultores

Desde las etapas iniciales de la ocupación del territorio, el desarrollo agrícola en Morelos ha sido posible gracias a la gran diversidad de la naturaleza local, sobre la cual se han ejercido diversas y variadas técnicas de explotación de la tierra; igual ocurrió con la práctica de la caza, actividad favorecida por la presencia de una gran variedad de especies faunísticas. Las actividades agrícolas que tuvieron lugar en lo que es hoy el territorio morelense, refleja- ron fielmente las características determinadas por el ámbito natural de la producción; mostraban,

9 10 AGRICULTURA E INDUSTRIA EN MORELOS en ese sentido, una cierta especialización regional.1 Así, en las tierras más calientes, las del sur, el cultivo del algodón fue sumamente importante en la economía y la cultura locales. Era necesario para la elaboración de mantas, que cubrían buena parte del tributo pagado a los mexicas y para el intercambio con regiones vecinas como Oaxtepec y Cuauhnáhuac2 (Von Mentz, 1988: 24-25). También se producían grandes cantidades de maíz, jitomate y chile, así como una importante cantidad de miel, que cubrían las necesidades de abasto local y espacios adyacentes. En un amplio estudio sobre la organización económica y política del Morelos prehispánico, Maldonado (1990) ha documentado la existencia de una diferenciación regional de las activida- des agrícolas que se realizaban en el territorio que hoy ocupa la entidad. En las diferentes zonas naturales se producían diversos cultivos, utilizados para cubrir el tributo impuesto por el imperio azteca y los requerimientos del abasto interior. Existían dos zonas claramente definidas: el norte de la entidad, de climas templados y, el centro y sur, de los climas cálido-húmedos y de las princi- pales corrientes hídricas superfíciales. En la zona montañosa del norte, donde se intercalan pequeños valles aptos para realizar labores agrícolas, se producía básicamente maíz, frijol y chile; también se cultivaba chía, huautli, calabaza y camote, asociados y en rotación. Era de gran importancia la explotación forestal, bási- camente la fabricación de papel amate, así como la producción de vigas y postes. También estaba bien difundido el cultivo del maguey, tanto para la producción de pulque, como para la utilización cle las fíbras de esta planta. También había producción de flores en Tepoztlán y en .3 Ya se ha señalado el papel de algunas localidades, que mantenían la categoría de pueblos- cabecera en un ámbito espacial determinado; al parecer, tenían simultáneamente un papel de centros regionales desde donde se dirigía o controlaba el proceso agrícola, supeditados a la capital del señorío al que pertenecían. Destacaban en ese sentido, las poblaciones de Tepoztlán (señorío de Cuauhnáhuac), Yecapichtlan (señorío de Huaxtepec), y Ocuituco (pueblos inde- pendientes). En esta amplia zona o región, la producción era bajo régimen de temporal casi en su totalidad, aunque en algunas pequeñas áreas cercanas a Ocuituco y a Hueyapan se producían pequeñas cantidades de legumbres mediante el riego. La producción agrícola en el centro y sur del actual territorio dc Morelos, contenía un gran potencial y variedad; particularmente por la posibilidad de alternar el aprovechamiento de las tierras, tanto en régimen de temporal como en riego. La producción con este último alcanzaba los mayores rendimientos. La producción agrícola de los pueblos del centro y sur descansaba fundamentalmente en el cultivo del algodón, producto muy requerido por los mexicas para la fabricación de los textiles; el patrón agrícola lo completaba la producción de maíz, chile, amaranto y algunos frutos. La mayor área de producción se localizaba desde el sur de Cuernavaca, hasta el río (Maldonado, 1990; Plancarte, 1913: 43-47). También en un amplio espacio del oriente de Morelos ( , , ) se producía abundante algodón, además de maíz. En lo regional destacaba el desarrollo agrícola

1 Aunque se trataba de una producción muy diversa, destacaban los productos agrícolas (maíz, chile, frijol), tex- tiles (colchas, paños, camisas, nahuas), animales domésticos (gallinas, ranas, conejos, codornices, palomas) productos artesanales diversos (platos, escudillas, jarros, tinajas, ollas, sogas, etc.): otros productos alimenticios como tortillas, sal, frutas, leña, hierbas, pescado, huevo, etcétera. 2 Las regiones en que se producía el algodón eran codiciadas tanto por sus pobladores, como por quienes después los dominaron: debido a la imposibilidad de producirlo en el Valle de México, el algodón era, quizás, el más importante producto en la economía regional, que cedió su lugar a la producción mercantil de la caña de azúcar a partir de la Conquista. Cfr. Maldonado, 1984: 49-50; Díez, 1933. 3 “.... en Ocuituco y sus sujetos se recogían flores de las laderas del volcán y los tamemes las Ilevaban a Xochi- milco, ...... “ (Maldonado, 1990: 144). HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LAS REGIONES AGRÍCOLAS 11 en la zona de Chalcaltzingo (1500-1200 A.C.), cuyos habitantes habían alcanzado un alto nivel de organización en el proceso de trabajo y en el uso de las herramientas; contaban además con un adecuado conocimiento de las potencialidades y uso de los elementos de la naturaleza (tierra y agua) y su manejo temporal (Von Mentz, 1993: 19). Una importante expresión de ese fenómeno se vio reflejada en la conformación de un importante sistema agrícola de riego, muy relacionado con el de los valles agrícolas de México y el de Puebla-Tlaxcala (Warman, 1976: 34). Otras áreas importantes de producción agrícola se localizaban en el poniente, donde se pro- ducía maíz, chile y chía. Algunas evidencias arqueológicas refuerzan la existencia de este importante desarrollo tec- nológico agrícola; por ejemplo, el cultivo en terrazas y laderas, tanto en temporal como en riego, en los valles agrícolas densamente poblados de Xochicalco y el oriente del Morelos actual (ibid.). Se trataba de la práctica de una agricultura intensiva, con base en la producción de maíz, frijol, huautli y chía, además de otros productos obtenidos de la cacería, pesca y recolección. Se supone que también existía un importante intercambio con otras regiones situadas al sur del río Balsas (Maldonado, 1990: 25). La zona donde actualmente se asienta el estado, experimentó un intenso intercambio, no sólo comercial sino también cultural, como lo atestiguan algunos vestigios de influencias y contac- tos con Monte Albán, así como también Puebla, la Huasteca y otras regiones (Von Mentz, 1993: 21). Decisiva fue la existencia de Xochicalco (600-900 D.c.), toda vez que asumía funciones de un prominente centro urbano, comercial y de culto religioso en toda su región. Fue tal su importancia, que en su entomo se articuló una vasta red de caminos que comunicaban con el resto de su ámbito, así como con otras regiones más lejanas. El Mapa 1 muestra los ámbitos de la producción agrícola en el actual territorio de Morelos, durante la época prehispánica.

La Colonia y la readecuación del territorio

La Conquista transformó totalmente la estructura con que operaba la apropiación y el uso del territorio por parte de los grupos indígenas. Conquistados los señoríos con fines inicialmente militares,4 se establecieron el repartimiento y la encomienda como los pilares del sistema de ad- ministración colonial. Por los servicios prestados a la Corona española, en 1529, el rey Carlos V gratificó a Hernán Cortés con el nombramiento de marqués del Valle de Oaxaca, señalándole la posesión de 22 villas y lugares en las tierras conquistadas, además de 23 000 vasallos; así, fueron tomadas por Cortés grandes extensiones de tierra, ubicadas alrededor de algunas de las villas po- líticas, comerciales y administrativas más importantes de la época. Era el caso de la Antigua Vera Cruz, Tuxtla (actualmente en el estado de Veracruz), los valles de Toluca y Oaxaca y Tehuantepec (Barrett, 1977: 21). Las ricas tierras de lo que es hoy el estado de Morelos, también formaron parte de la mencionada propiedad. Así, en Morelos el marquesado abarcaba desde los confines de Tlalpan y Xochimilco (Cruz del Marqués) hacia el sur; se trataba esencialmente del territorio que ocupaba la Alcaldía Mayor de Cuemavaca, además de los corregimientos de Oaxtepec y Yeca- pixtla (López G.,1994: 20). Fuera de la jurisdicción, quedaba una franja de terrenos en dirección norte-sur, desde Cuautla y el Plan de Amilpas, hasta el mineral de Huautla (Von Wobeser, 1988: 41); también quedaron fuera algunas zonas del noreste de la actual entidad, donde hoy se asientan Atlatahucan, .Tumiltepec, Tetela del Volcán. Ocuituco y Hueyapan (Mazari, 1966: 106-107).

4 Con el sometimiento de Cuauhnáhuac y Huaxtepec, se controló el abastecimiento de los mexicas y permitió el avance sobre . 12 AGRICULTURA E INDUSTRIA EN MORELOS 15´ 30´ 19º 15´ 45´ 15´ Cuauhnáhuac y Huaxtepec 15´ señoríos vecinos (extensión aproximada) Pueblo cabecera pueblos sujetos en el señorío capital de señorío capital o provincia SIMBOLOGIA Cultivo de huautli (amaranto) Cultivo de chía señorío de Huaxtepec Cultivo de chile Cultivo de frutas Cultivo de tomate Pueblos independientes de Cultivo de flores límite del Estado de Morelos (1930) límite del Estado Áreas de agricultura Riego Cuauhnáhuac y Huaxtepec Cultivo de maíz Cultivo de algodón Áreas de agricultura de Temporal Áreas de agricultura señorío de Cuauhnáhuac Producción de vigas, leña y papel amate Producción de fibras y pulque Cultivo de frijol límite aproximado de señorío o provincia Alpuyeca Ocuituco Huaxtepec Chietlán HÉCTOR AVILA SÁNCHEZ AVILA HÉCTOR Maldonado, Druzo (1990). (tlalhuicas y xochimilcas en el Morelos prehispánico). . I

. H . C 30´ Ocopetlayuca Fuente: 30´ Reconstruyó: Itzocán Chietlán

Hueyapan

ahuec lán uauh . I C q hul Tetela del Volcán Tetela Acatzingo Chimalhuacán Tlacotepec Chalcancingo Tetelilla Ocuituco Jantetelco Cuauhzolco Ayoxochiapan Jonacatepec Jumiltepec 45´ Zacualpan Atlacholoayan 45´ Tlalmimilulpan Atotonilco Telixtlac Tecpancingo Tenango Teotlalco Amayuca Tlayacac Amacuitlapilco Atlatlahuhca Xochimicatzingo Yacapichtlan Cuauhtlixco Amiltzingo Tzompango Totolapan Huitzilian Xaloztoc Olintepec Mapa No. 1 Amatepec Ahuatlán Ixtoluca Tehuizco Cuauhtlan Huaxtepec Xochimilco Cuitlatenamic Nepopohualco 99º 99º . H Ahuehuepan Atlihuelic Yauhtepec Itzomatitlán Cohuacalco Tlaltizapán Ticumán Tepuztlán DURANTE LA EPOCA PREHISPANICA EPOCA DURANTE LA Coyoacán Xluhtepec Amatitlan Molotla Tezoyuca Temiltzingo Atenanco Panchimalco Xoxouhtla Teocaltzingo Zacatepec Huitzillapan Tequesquitengo Acatlipac 15´ Itztepec Atlacholoayan 15´ Xoxocotla Atlpuyeca Amacoztitlan Cuauhnáhuac ZONAS DE PRODUCCION AGRICOLA EN EL TERRITORIO MORELENSE TERRITORIO EN EL AGRICOLA ZONAS DE PRODUCCION Coatepec Ocpayucan Itztlan Cohuintepec Miacatlán . C Tlachmanacac Cuauhchichinola Ocuilán Coatlán 30´ 30´ Tlamacazapan N Malinalco 0 5 10 20 km Chontalcoatlán Acamixtlahuacán 30´ 15´ 15´ 45´ 19º HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LAS REGIONES AGRÍCOLAS 13

Así, la zona del actual estado de Morelos pasó a formar parte de esa gran propiedad de aproximadamente 11 500 kilómetros cuadrados. De esa superficie, Morelos ocupaba casi 4 100 kilómetros cuadrados, con excepción de las zonas serialadas (López, G., 1994: 9-20), que fueron otorgadas en encomienda tanto a particulares como a las órdenes religiosas (Díez, 1933: 55). De la época de la Conquista datan los primeros cambios drásticos en el uso del suelo y, por ende, la readecuación de los espacios. Hechos centrales fueron la introducción de nuevas plantas como la caña de azúcar, el trigo, los cítricos, etc. a las que se unieron nuevas técnicas de cultivo y el empleo del arado, la tracción animal y el uso de la rueda hidráulica para la molienda. Es importante remarcar la importancia que tuvo el cultivo de la caña de azúcar en estos pa- rajcs; y su trascendencia en la configuración del patrón territorial que regiría en los cuatro siglos subsiguientes. En 1530 se introduce en Morelos la producción de este cultivo, que modifica el patrón de explotación agrícola y la orientación de la economía local, vigente hasta entonces. Su rápida difusión en la región se debió a la concurrencia de condiciones naturales idóneas para su cultivo (clima cálido, sistemas hidráulicos de regadío), y a la disponibilidad de numerosa mano de obra indígena; también fue fundamental la cercanía con el gran mercado de la Ciudad de México. El amplio consumo nacional y externo, así como los altos precios que alcanzaba, orilló a una gran cantidad de productores a sustituir la siembra de otros cultivos, por el de la caña de azúcar. Fue a tal grado importante, que para el siglo XV había en Morelos, por lo menos, 12 ingenios con fuerza motriz hidráulica o trapiches con tracción animal (Warman. 1976: 45). La producción industrial de azúcar tuvo una fuerte repercusión en los patrones de asenta- mientos y de producción agrícola en las diferentes regiones de Morelos.5 Por un lado, la pujante industria requería de amplios contingentes de mano de obra, lo que ocasionó grandes movimien- tos de población desde las zonas montañosas del norte de la actual entidad y de otros lugares cer- canos, hacia los valles cañeros de Cuernavaca y el Plan de Amilpas. Asimismo, durante la Colonia, la región morelense fue una importante productora de granos, frutos y legumbres requeridos tanto en la Ciudad de México como en los mercados locales (Martin, 1984: 81). De la misma manera, se sucedieron cambios rápidos en los patrones de tenencia y uso de la tierra. Los descendientes de Cortés otorgaron a españoles y criollos, las mercedes reales o enfiteu- sis de terrenos que, por lo regular, estaban bajo el régimen de propiedad comunal de los pueblos indios desde tiempos prehispánicos. Otro hecho importante fue la reubicación de la población local: a partir de 1603 se aceleró el reasentamiento de indígenas en las llamadas congregaciones; al trasladarlos hacia poblaciones mayores en la región, quedó una gran cantidad de pueblos vacíos en las cercanías de las haciendas azucareras. De estas tierras se fueron posesionando los españoles, lo que ocasionó importantes disputas y reclamos que se prolongaron durante siglos (ibid: 82). La expansión territorial de la industria del azúcar ajustó el papel que tenía cada uno de los espacios de Morelos en el proceso. Si bien los primeros ingenios se establecieron en la frontera entre las tierras templadas y las cálidas, y el mayor desarrollo tuvo lugar en estas últimas, pronto fue necesario incorporar las primeras a la región productora, pues ahí se encontraba muy desarro- llado el sistema hidráulico y se podía tener acceso a las principales corrientes superficiales (sobre todo del río Amacuzac); además, en el norte frío se obtenía el mayor volumen de la leña necesaria para las calderas de ingenios y trapiches. Fue algo sumamente ventajoso para los hacendados, pues prácticamente se apropiaron de la infraestructura construida por los grupos prehispánicos que habitaron esos lugares (Warman, 1976: 44-45).

5 Si bien la industria del azúcar tuvo etapas de auge, también enfrentó severas crisis a lo largo de los siglos XVII y XVIII. Ello, junto con algunas epidemias, inhibió la demanda de mano de obra indígena y mulata; además, la baja en la producción alentó el rentismo de parte de las tierras de las haciendas a pequeños agricultores, que sembraban maíz, muy solicitado en los mercados locales y de la Ciudad de México (Martin, 1984: 84-85). 14 AGRICULTURA E INDUSTRIA EN MORELOS

El auge de la explotación de la caña incidió también en otros aspectos, como el incremento poblacional y la composición de la fuerza de trabajo; fue necesario establecer ordenanzas en cuan- to a la liberación de mano de obra esclava de los ingenios, para reforzar la producción de otros cultivos necesarios para el consumo humano, como el trigo y el maíz (ibid.). La industrialización de la caña era un proceso muy caro, por lo que la competencia era fuerte; así ocurrió que los más grandes productores pronto comenzaron a acaparar los trapiches. Si bien el modelo tecnológico de explotación fue el mismo hasta el siglo XIX, ocurrieron avances en cuanto a la producción; por ejemplo, entre los siglos XVII y XIX aumentó en 50% la producción por uni- dad de superficie sembrada y se cuadruplicó por unidad de trabajo invertida. “La hacienda cañera colonial era (...) un negocio atractivo. Su éxito no se derivaba de sus característica internas ni de su tecnología, sino de la apropiación de los recursos nativos, adquiridos sin costo alguno, y el uso permanente de la mano de obra de los indios, el principal renglón del capital de operación (....). Su racionalidad derivaba de su capacidad para monetarizar, convertir en capital recursos locales no mercantiles” (ibid.: 45-52). El gran dinamismo que tenía lugar en la hacienda cañera, fomentó la práctica de la ganade- ría, debido sobre todo a la amplia utilización de las bestias para el transporte de la caña, y como tracción en el funcionamiento de los trapiches. Por lo regular, en las áreas periféricas de los inge- nios se dedicaba una parte al cultivo de pastizales: ahí se desarrollaban los establos, donde también se criaban vacas y ovejas destinadas a la alimentación del personal (peones, esclavos y capataces). Se cultivaba, también con fines alimenticios, el maíz. Así, en los albores del siglo XVII se forta- leció el surgimiento de la aparcería (ibid.: 48). En regiones muy específicas como los llanos de Tlaquiltenango y TIaltizapán. los españoles impulsaron notablemente la cría de ganado caballar (Mazari, 1930: 111). Pero la introducción de nuevas especies ganaderas (vacuno, lanar y caballar) también reper- cutió en la regeneración de los recursos naturales, pues destruyó las sementeras de los pueblos y acabó con grandes extensiones de sembradíos; “los rebaños de cabras devastaron la vegetación de regiones enteras y las zonas boscosas quedaron reducidas a pobres y erosionados montes de esca- sos pastos” (Von Mentz, 1993: 31). Por otra parte, la definición de las condiciones naturales del territorio morelense explican el desarrollo de algún tipo de industrialización de los productos agrícolas. De esa manera, la difusión del cultivo de trigo y cebada en las zonas templadas del norte, era fundamental para surtir a los pequeños molinos de esa región y a los de las tierras cálidas. La proliferación del cultivo de la caña de azúcar en gran parte del estado, dio lugar al paula- tino surgimiento de trapiches e ingenios. Hacia el año 1523 se funda en la hacienda Atlacomulco, de Tlaltenango (al norte de Cuernavaca), la primera hacienda azucarera; en busca de mejores con- diciones para el cultivo de la caña, se le traslada en 1529 a Amatitlán, de donde regresó nuevamen- te a Atlacomulco en 1545, para iniciar la producción de azúcar refinada en gran volumen (Mazari, 1930: 129); se le considera la primera hacienda azucarera en tierras americanas (Díez, 1919:12- 15), que contaba con los elementos fundamentales de todo gran ingenio: “… extensos cañaverales, imponentes edificios, molinos de agua y una amplia infraestructura hidráulica” (Von Wobeser, 1984: 107). Durante la parte final del siglo, los ingenios y trapiches comenzaron e expandirse por la zona del Plan de Amilpas y el sur del actual Morelos. La siguiente gran hacienda con su ingenio central fue El Hospital en las cercanías de Oaxtepec (1581-82). Después vinieron Calderón, Santa Clara, Cuahuixtla, Chicomocelo, Pantitlán, Coatepec, Atlihuayán, San Pedro Mártir, San Ignacio y Tenango, San Vicente y Dolores, San Nicolás, Miacatlán, Chinameca, y Actopan, entre las principales (Mazari, 1930: 129). HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LAS REGIONES AGRÍCOLAS 15

Hacia finales del sigloXVII , en la región estaban en funcionamiento alrededor de 50 uni- dades productoras de azúcar, desde los grandes ingenios hasta los rudimentarios trapiches (Von Wobeser, 1984: 110).6 El Mapa 2 refleja el papel que tuvieron los ingenios azucareros en la estructuración de los espacios económicos locales. Asimismo, destacaba la preponderancia de la región Cuernavaca- Cuautla, con respecto al resto del ámbito espacial. Ahí se concentraba la producción agrícola de mayor importancia, sobre todo en lo que se refiere al cultivo de la caña y la producción de azúcar. En el oriente de la entidad había un cierto desarrollo económico, debido a que existían comu- nicaciones terrestres con Cuautla, mediante caminos de herradura, que le permitían establecer vínculos con las vecinas alcaldías de Izúcar, Atlixco, Tochimilco y Chiautla. La región o espacio geoeconómico de los Altos de Morelos contaba con un determinado nivel de desarrollo agrícola, sobre todo en lo referente a la producción de hortalizas, aunque totalmente supeditado a la in- fiuencia de Cuautla. Por otra parte, en el poniente, se habían desarrollado las actividades agrícolas y comerciales a partir del cultivo e industrialización del azúcar, así como también en la producción de plantaciones. Para dar salida a los productos, se aprovechaba la cercanía con el camino real hacia Acapulco: gracias a esta vía, se tenían vínculos con la región de Taxco. El extremo sur del territorio y el noroeste, por su topografia montañosa, permanecían poco integradas al resto de los espacios de la producción cañera.

La agricultura en el siglo XIX

El dominio de las propiedades de los herederos del marquesado del Valle de Oaxaca se trasladó paulatinamente hacia la población criolla, ya fuera por venta o por censo enfitéutico, cuya práctica fue finalmente abolida. En su lugar, se fueron conformando grandes haciendas, la mayoría de las cuales ya existían al inicio de la lucha independentista. “El año de 1810 encontró a la región en pleno desarrollo agrícola. La guerra detuvo el progreso, pero no destruyó al naciente latifundismo (Díez, 1933: 59-8 I ). La conformación político-territorial del estado de Morelos es relativamente reciente: la re- gión morelense sufrió numerosos y diversos cambios en su categoría política a lo largo del siglo 7 XIX, debido sobre todo a su situación, la de un espacio sujeto a jerarquías mayores. Como efecto de la Constitución de 1824, sus distritos y partidos estuvieron integrados a la provincia de México. Hacia 1836, con el reconocimiento de España a la independencia del país, el territorio morelense pasó a formar parte del departamento de México, en el que había trece distritos, uno de ellos el de Cuernavaca (partidos de Cuernavaca, Ciudad Morelos y Jonacatepec; Díez, 1933: 83-95). En 1849 se creó el distrito de Morelos, con los partidos de Morelos, Yautepec y Jonacatepec; en 1856 hubo un intento de anexión territorial por parte del estado de Guerrero, que reclamaba al Estado de México, se le cedieran los distritos de Cuernavaca y Cuautla, como compensación a los gastos ocasionados por la revolución de Ayutla. Finalmente, el 17 de Abril de 1869, se promulgó la ley mediante la cual quedó erigido el estado de Morelos, sobre la porción territorial comprendida en los distritos de Cuernavaca, Cuautla, Jonacatepec, y Yautepec, que conformaron el tercer distrito militar del país, según el decreto de junio de 1862 (ibid.: 120-122).

6 Otra fuente contabiliza para la misma época, 31 ingenios, 15 trapiches y numerosos trapiches caseros. Véase López, G., 1994: 60. 7 Consúltese al respecto, el trabajo de María Guadalupe Zúñiga (1985) “Geohistoría de las divisiones terri- toriales del Estado de Morelos (1519-1980)”, cuyo material cartográfico da una amplia idea acerca de la evolución política y administrativa del territorio. 30´ 15´ 99º 45´ 30´ Mapa No. 2 15´ 15´ N LOS E S PAC IOS P R ODUC TIV OS E N E L TE R R IT OR IO Q UE O C UPABA MOR E LOS A F INE S DE L A E P OC A C OLONIAL u aCyo cán a Xochimilco a C halco o oXchimilc a México a Tla panl Ch cal l ya o y pa T a ca

T anen go el all d V e S IMBOLOGIA

Ne pa ntla 19º Totolapan 19º

Amanalco ESPACIOS GEOECONOMICOS Tlayacapan Cuernavaca Apaquenzalco Atla tla huc a n Atlacomulco P antitlán Oacalco Oaxtepec Extensión aproximada S. C. Borromeo Michiate Jumiltepec Cocoyoc de Morelos en 1746 Yautepec Tetela del Volcá n Yec a pixtla Hueyapan Límite del estado de Sn C a rlos Oc uituco Sn. Gaspar Morelos en 1930 Cuentepec Atlihuayan Calderon Metepec camino real Temixco Casasano Alcaldía Mayor de C ua utlixc o San Vicente E l Hospital S ta. Ines camino de herradura Te tl a m a Cuautla-Amilpas, Alcaldía Mayor de Dolores Amilcingo C entro regiona l de Ma inalcol C ua utla Tochimilco y Tetela primer nivel Cuernavaca S ayula B uenavis ta Zacualpan Amilpas C entro regiona l de P uente Cuahuixtla del Volcán Xochitepec Anenec uilco To himilcoc segundo nivel Tete c a lita Aya la Te c u m á n Te m o a c C entro a gricola Cocoyotla Miacatlán Chiconcuac Tl a ye c a c y/o c omercial C oa tlán del Rio Amilcingo 45´ Barreto Ingenios a zúc a reros 45´ Actopan Atlac holoa ya Mazatepec Alpuyec a Temimilcingo Ama yuc a Tenextepango J a nte te lc o Trapiches Tetecala C oa te te lc o Acamilpa Bonifa c io G a rc ìa Santa Cruz Moyotepec Xa lostoc Sta. Clara Pueblo Nuevo Temilpa Montefalco Jitoma te y hortalizas C ha lca ltzingo Xoxocotla diversas Micha pa Treinta Tlaltiza pá n Sn. Vicente Jonacatepec Huitzililla Produc tos tropica les Cuauchichinola Minería

Zacatepec Sn. Rafael Atotonilco tAlixco Sn. J osé Vista Hermosa Galeana Fruticultura Sn J uan Chinameca Pte. de Ixtla Tlaquiltena ngo Tetelilla Tenango Produc c ión d e m a íz Guadalupe Tepa lcingo Sn. G a b riel y a gricultura d e a utoc onsumo Pa nc hima lco Hua jintlán Tequesquitengo C ría d e g a na do ovino a ax oTc Ixtlilico D Produc c ión d e m a dera y c a rbón Amacuzac Tehuixtla Cría de ganado vacuno Atlac a hua loya Sn. Miguel Ixtlilco Q ue b ra nta d e ro C ultivo d e c a ña d e a zúc a r Quilamula Xica tlac otla C ua uc hichinola Ne xpa Ma nufa c turas y 30´ Axoc hia pa n talleres a rtesa na les 30´ Tilza potla Izaú c r a a u P a ebl

a Iguala Izú ar,c t Ahua lán, C hima lac a tlán Te pantlo á e n y Chi tla Hua utla

Ta cox l e Igua a C onstruyó: HÉCTOR AVILA SÁNCHEZ Fuentes: * C ommons, Aurea (1990) “Divisiones territoriales 1534-1776” (carta II.5.2) Atlas N acional de México. Chiautl a e d a l Sal , o Te tlalco * Villaseñor y S ánchez, J oseph (1746) E l Theatro Americano. y Xol pa a * López G. (1994) Historia G eneral de Morelos, tomo I * Von Wobeser, Gisela (1988) La hacienda azucarera 0 5 1 0 2 0 km en la época colonial

30´ 15´ 99º 45´ 30´ HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LAS REGIONES AGRÍCOLAS 17

Con respecto a las funciones que desempeñaban las diferentes localidades en la estructura territorial de la entidad, era notable la importancia que tenía la ciudad de Cuernavaca como centro político y económico que dominaba el resto de su ámbito, e inclusive con influencia en algunas localidades del actual Estado de México. Su privilegiada situación con respecto a la Ciudad de México, la existencia de algunas vías de comunicación (caminos carreteros y rústicos). así como la amplia disponibilidad de elementos naturales para las actividades agrícolas y el clima benigno, posibilitaron la existencia de un importante flujo de inversiones hacia esa localidad, que alentó al mismo tiempo, un intenso dinamismo comercial. El pilar de esta gran actividad era la producción y el comercio de azúcar y aguardiente de caña, que generaban enormes beneficios para la recauda- ción físcal del Estado de México (Von Mentz, 1984: 133-134; 1988).8 Asimismo, hubo numerosas disputas por las tierras y el acceso al agua. Todavía en los prime- ros años del siglo XIX, continuaba en Morelos el proceso de expropiación de los terrenos comu- nales, sobre todo en las zonas bajas y cálidas; al amparo de las leyes de desamortización, de efectos negativos para las comunidades indígenas, se perfilaron dos clases antagónicas: los campesinos comuneros y los hacendados terratenientes (ibid.; Hernández O., 1973). A pesar de algunas crisis, los campos de caña nunca suspendieron la producción tanto para el mercado nacional como para la exportación; las comunidades de algunas zonas, como los Altos de Morelos, siguieron proporcionando cereales, carne y mano de obra. En la geografía estatal, las grandes haciendas absorbían vorazmente pueblos y rancherías; simplemente desaparecían del mapa y en su lugar crecían amplios cañaverales. Las tierras comunales fueron apropiadas por la élite económica y política de cada comunidad y muchos indios y sus descendientes se quedaron sin tierra, teniendo que trabajar como medieros y asalariados, tanto en los Altos de Morelos como en las haciendas azucareras (De la Peña, 1980: 85). A partir de la segunda mitad del siglo XIX, en la región de lo que es hoy Morelos, y en lo que se ha denominado el proceso de la protoindustrialización (Von Mentz, 1988),9 el cultivo de la caña y la producción de azúcar vuelven a tener un gran auge; además del potencial de los elemen- tos naturales, concurrían otros factores: a) la declinación y destrucción de la producción en Cuba debido a la guerra de independencia en ese país; b) la introducción del ferrocarril, claramente ten- dido entre las haciendas productoras y los mercados urbanos, de manera que se convirtió en un eje estructurador del espacio económico; c) asimismo, la gran producción cañera repercutió directa- mente en la organización espacial local, en la medida en que se requirió de mayores volúmenes de agua, que aportaron grandes y espectaculares obras hidráulicas como el acueducto de Chinameca, de 58 kilómetros, que transportaba el agua desde Agua Hedionda hasta las haciendas Santa Clara y Tenango en el oriente del estado (Von Mentz, 1988; 1993). El gran auge en la producción de azúcar exigió la ampliación de la superficie sembrada; la transformación tecnológica de las haciendas dio lugar a la instalación de plantas hidroeléctricas dentro de algunos ingenios, a fin de alimentar sus necesidades. Para ello fue necesario captar ma- yores volúmenes de agua, casi siempre por la fuerza (Von Mentz, 1993: 50-51). Así, las grandes haciendas se constituyeron en grandes complejos agroindustriales alrededor del ingenio, que ejercían el control sobre todas las áreas de la hacienda, aún las más distantes,

8 Las estadísticas sobre las recaudaciones fiscales de las administraciones del Estado de México en 1849, regis- traron que en Cuernavaca se recibía la mayor cantidad de impuestos (alrededor de 26% del total), seguida por Toluca con 17%. Véase Von Mentz (1984 :134). 9 Se trata en cierta manera de un tipo de industrialización rural consolidada (en este caso, la producción de azúcar), previa a la modernización capitalista (Véase Von Mentz, 1988). 18 AGRICULTURA E INDUSTRIA EN MORELOS ocupadas por distintos usos (ibid: 58). Se les ha caracterizado como pueblos-empresa (Von Mentz, 1988).10 En el Mapa 3, se muestra la distribución de las haciendas que existían en la entidad en el año de 1910. Por otra parte, a inicios del siglo XIX comenzó a expandirse el cultivo del arroz en las zonas cálidas, pero principalmente en Jojutla. Tlaquiltenango y Tlaltizapán, dotándoles de un impor- tante dinamismo económico y un incremento poblacional. Fue tal el impacto de Jojutla que pudo segregarse de Tlaquiltenango como municipio independiente; esa población adquiriría una im- portancia aún mayor como centro comercial durante el porfiriato (Mazari, 1930: 112-113).

La modernidad porfiriana

Durante el esplendor de este periodo de “paz, orden, tranquilidad y progreso”, la estructura territo- rial del recién constituido estado de Morelos, estuvo caracterizada por el predominio e influencia decisiva de las gigantescas dimensiones que alcanzaban las haciendas. En 1897, las haciendas de Santa Clara de Montefalco y de Santa Ana Tenango, tenían juntas una extensión de 68 182 hectáreas, prácticamente la totalidad del oriente de Morelos. Doce pueblos se encontraban en ese espacio: Tlacotepec, Zacualpan, Temoac, Huazulco, Amayuca, Jantetelco, Amacuitlapilco, Chacal- tzingo, Jonacatepec, Atotonilco, Tetelilla y Telixtlac. De todo existía en ese vasto territorio: zonas con vestigios arqueológicos, una buena red de caminos, acceso al ramal ferroviario de Cuautla y al de Yautepec, centros con funciones administrativas (en el caso de las haciendas). Estas grandes propiedades colindaban con otras, generalmente de iguales dimensiones. “El oriente de Morelos tenía pues un solo propietario” (Warman, 1976: 53-54). El suelo era destinado fundamentalmente a labores agrícolas y, en menor medida, a las pe- cuarias. El 42% de la tierra se utilizaba para la producción del maíz en aparcería (seguramente de temporal); 30% de las tierras eran ocupadas por pastos, que se destinaban a la alimentación de las bestias de trabajo de la hacienda, alquilando algunas superficies a medieros o aparceros. El 20% de la extensión era de monte, que tenía muy poco aprovechamiento (pastoreo) y en 4% de ella se explotaban los bosques (leña que se vendía a la hacienda); 3.5% restante de las tierras (bajo riego) se dedicaba al cultivo y la explotación directa de la caña de azúcar (incluye a los ingenios de Tenango y Santa Rosa). Éste constituía el centro de control administrativo de todas las áreas que conformaban la hacienda. Incluía en ese gran espacio, un cafetal de 58 hectáreas en Cuauhtepec. Sin embargo, la tendencia era ampliar más y más, de cualquier forma, la superficie dedicada al cultivo de la caña de azúcar. El despojo de tierras y aguas fueron la constante mediante la cual se logró lo anterior. Para entonces, más de la mitad del territorio morelense estaba conformado por las haciendas porfirianas; una cuarta parte era pequeña propiedad (incluyendo solares urbanos) y otro tanto estaba ocupado por montes comunales (ibid.: 58). Si bien sólo 10% de las áreas cultivadas en las haciendas se dedicaba a la producción de caña, se obtenían altos volúmenes en la medida de las inversiones de capital, especialmente en

10 A mediados del siglo XIX, existían 48 pueblos-empresa en la jurisdicción de Cuernavaca-Cuautla. La po- tencialidad productiva de estas haciendas se patentiza al observar los destinos en los envíos de azúcar: Monterrey, Fresnillo, Zacatecas, San Luis, Durango y Chihuahua, principalmente (Von Mentz, 1988: 98-113). HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LAS REGIONES AGRÍCOLAS 19 19º 15´ 45´ 30´ Límite Regional Límite de Propiedad Región Norte y Altos Región Oriente Región Centro Sur Región Sur Región Poniente Región Terrenos Comunales de Atlacholoaya Capital Estatal Terrenos del Pueblo Terrenos de Tlaltizapán Hacienda CHICONCUAC Terrenos Tlaquiltenango Cabecera de Distrito Pequeñas propiedades Pequeñas Jojutla 30´ 30´ SIMBOLOGIA A . 2 . 4 . 5 . 3 . 1

. B . E . C . D U L AUE B P de Tetela del Volcán de Tetela pequeña propiedad terrenos vecinales de Tetela del Volcán de Tetela de Huayapan terrenos pueblo Carta AgrarIa del Estado de Morelos, escala 1:50 000. Comisión AgrarIa del Estado Carta Nacional Agraría, Secretaría de Agricultura y Fomento. de Agraría, Secretaría Nacional Hernández Chavez (1993). Anenecuilco, Memoria y vida de un pueblo. HÉCTOR AVILA SÁNCHEZ AVILA HÉCTOR Carta Agrológica, Agraria y Climatológica del Estado de Morelos, Agraria y Climatológica del Estado Agrológica, Carta Comisión Nacional Agraria, Secretaría de Agricultura y Fomento 1929. de Agraria, Secretaría Comisión Nacional de la Cia. San de la Cia. Rafael y anexas Rafael Montes de Apaxco Jonacatepec 45´ 45´ Fuentes: Rancho Reconstruyó: JALATLACO Hacienda SANTA CLARA SANTA TENANGO Hacienda ESTADO DE ESTADO . B NEXPA Hacienda PUEBLA sucesión de Adrian Carrillo propiedades Tecajec y varias Tecajec Pequeña propiedad Pequeña Hacienda BUENAVISTA Pequeñas propiedades: Xochitlán, Jumiltepec, Jumiltepec, propiedades: Xochitlán, Pequeñas Ahuacatlán, Huecahuaxco, Ocuituco, y diversas. Hacienda Hacienda SAN DIEGO TLACOMULCO TEPANTONGO Cuautla Hacienda diversas Pequeñas Terrenos Propiedades TENEXTEPANGO Hacienda Hacienda COATEPEC Tlayacapan CUAHUIXTLA Comunales de Hacienda SANTA INÉS SANTA Hacienda Pequeñas CASASANO Oaxtepec propiedades de Tlayacapan 99º 99º Hacienda CALDERON Terrenos Tlalnepantla comunales de Mapa No. 3 Mapa Hacienda Hacienda SAN CARLOS El HOSPITAL Hacienda OACALCO . C A Hacienda Yautepec SAN JUAN CHINAMECA TEMILPA Hacienda Ticumán Terrenos Terrenos de Terrenos Yautepec Comunales Hacienda Terrenos . D . 3 Hacienda . 5 ATLIHUAYAN XOCHIMANCAS del Municipio Comunales de

R T E E y poblado Tepoztlán Hacienda Terrenos Terrenos Hacienda SAN JUAN REINA Pueblo Nuevo Pueblo

DIST I O F D RAL Tierras SAN GASPAR Hacienda ACAMILPA Jiutepec Tejalpa y Tejalpa comunales Jojutla Terrenos Pueblo Terrenos Tetecalita de . 4 Hacienda Terrenos SAN VICENTE Hacienda Comunales Coajomulco . 1 EL HIGUERÓN EL TREINTA Hacienda Hacienda ZACATEPEC Peq. Prop. Peq. OBISPO Chapultepec. Hacienda Hacienda Terrenos DISTRIBUCION TERRITORIAL DE LAS PROPIEDADES EN MORELOS 1910. TERRITORIAL DISTRIBUCION . 2 SAN NICOLÁS Chamilpa, Ocotepec, Ahuatepec ATLACOMULCO Comunales Cuernavaca 15´ 15´ Sr. Lazzi Sr. Terrenos Terrenos EL PUENTE Hacienda Xoxocotla Comunales Terrenos de Comunales Terrenos Sta. María Sta. Comunales Ahuacatitlán SAN JOSÉ Hacienda TEMIXCO Hacienda VISTA HERMOSA VISTA Hacienda SAN GABRIEL Hacienda MIACATLÁN Terrenos SAN SALVADOR Nacionales

G ER O ERUR Miacatlán Rancho ATZINGO Comunales Peq. Prop. Peq. Tlaltenango Mazatepec Terrenos Terrenos Tetecala Terrenos Comunales Terrenos Sr. Guadarrama Sr. Peq. Prop. Peq. y Tetecala CUAUCHICHINOLA . E Hacienda SANTA ANA Hacienda SANTA Coatlán del Río Peq. Prop. Peq. MICHAPA Cuernavaca ACTOPAN ESTANCIA DE ESTANCIA 30´ Hacienda 30´ SANTA ROSA SANTA COCOYOTLA Terrenos Hacienda SAN IGNACIO

Pequeñas Comunales Sn. D AD C Agustin Tetlama

Peq. Prop. Peq. Propiedades Coatetelco

Peq. Prop. Peq. S EMX O MEXI DE O EST N Sn. Salvador Miacatlán Sn. 0 0 5 10 20 km VISTA ALEGRE VISTA Hacienda SANTA CRUZ Hacienda SANTA 15´ 45´ 30´ 19º 20 AGRICULTURA E INDUSTRIA EN MORELOS tecnología,11 que incrementaba los rendimientos por unidad de trabajo,12 aun a costa de los gran- des desplazamientos de mano de obra que ocasionaba. Habría que señalar a este respecto que la introducción del ferrocarril (tramo México-Cuautla) en 1881, dinamizó la distribución del azúcar a los centros de consumo y posibilitó el movimiento de la maquinaria pesada. Hacia 1894 se in- auguró el ferrocanil México-Cuernavaca y, en 1902, el ramal Cuautla-Puebla.

Las regiones geográfico-económicas antes de la Revolución Mexicana

Ya desde finales del sigloXIX , durante la plenitud del Porfiriato, se perfilaba la situación de las regiones morelenses que perduraría hasta mediados del presente siglo (Mapa 4). Tres elemen- tos repercutían directamente en la composición y el arreglo del territorio: la organización de la producción agroindustrial en tomo a las haciendas y sus ingenios azucareros (ver Cuadro 1); la estructura del sistema de transporte, sobre todo del ferrocarril, para agilizar el movimiento de la producción entre las haciendas y los centros de consumo; por otro lado, el papel que desempeña- ban Cuernavaca, y en menor medida Cuautla, como los únicos centros urbanos de importancia en la gestión de las actividades comerciales, políticas y de administración, tanto en el contexto estatal, como en sus nexos con la Ciudad de México. Por tanto, para 1910 en la entidad se identificaban cinco grandes espacios, que mantenían cierta homogeneidad, atendiendo a características de ín- dole histórico, natural y productivo. Son las siguientes: a) Norte y Altos de Morelos. Espacio caracterizado por su topografía montañosa y por sus bosques de clima templado. No contaba con grandes haciendas y la mayoría de las tierras eran de propiedad comunal. Practicaban una agricultura maicera de temporal, así como también la producción de legumbres: se realizaba la explotación de bosques, tanto para la producción de papel como para la obtención de carbón. La región Norte-Altos de Morelos, que contaba con la mayoría de los bosques morelenses, fue objeto de una intensa degradación por la construcción del ferrocarril México-Cuernavaca-Pacífico, lo cual, desde mediados de la década de 1880, ocasionó una gigantesca y despiadada tala (Ruiz de Velasco, 1925: 123-124). Otras actividades como la fa- bricación de aguardiente, que requería de grandes cantidades de leña como combustible, también afectaron los bosques del norte; concretamente, las factorías de Tlaltenango y de Buenavista, al norte de Cuernavaca arrasaron, a fines del siglo XIX, con una gran cantidad de ocotes, pinos, oya- meles y encinos (Díez, 1933: XXXVII). b) Centro-Sur. Es la región donde, debido al cambio altitudinal, se manifiestan diferencias en la organización del espacio. Comienza en el norte, en una faja transversal que va desde la cañada de Cuernavaca por el occidente, hasta la zona del Plan de Amilpas en el oriente. Por el sur, se extiende hasta la zona del eje transversal -Moyotepec, donde el clima tropical se vuelve más húmedo. En este espacio existieron importantes haciendas e ingenios azucareros. Era la región mejor comunicada del estado, tanto por carretera como por ferrocarril. Ahí, la ciudad de Cuernavaca concentró todavía más su papel como el principal centro económico-político y administrativo de la región y del estado; asimismo, era el centro desde donde irradiaban las vías

11 Específicamente la introducción de centrífugas movidas por vapor: asimismo, se incorporó el uso del sistema Decauville (plataformas sobre rieles tiradas por mulas): además, se generalizó el uso de las básculas-grúas (Véase Warman, 1976: 62-63; Scharrer, 1997: 71-106). 12 Entre 1880 y 1990 se duplicó la produccion de azúcar y se cuadruplicó entre 1880 y 1910. Véase Díez (1919). HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LAS REGIONES AGRÍCOLAS 21 15´ 30´ 45´ 19º camino carretero brechas vía de ferrocarril camino secundario Región Norte y Altos Región Oriente Región Centro Sur Región Sur Región Poniente Región

Centro regional de primer nivel

I Centro regional de segundo nivel Centro agricola comercial y/o

Ingenios azucareros jitomate Cultivo de y hortalizas diversas Cultivos tropicales mineral Explotación Producción frutícola Producción Producción de maíz y de Producción autoconsumo de agricultura Cría de ganado ovino Cría de Explotación forestal Explotación ganado vacuno Cría de azúcar caña de Cultivo de arroz de Producción y Manufacturas artesanales talleres

I

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SIMBOLOGIA

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30´

30´

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A

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. B . E

. D . C Secretaría de Agricultura y Fomento. Agricultura y Fomento. de Secretaría Dirección de Estudios Geográficos HÉCTOR AVILA SÁNCHEZ AVILA HÉCTOR y Climatológicos (1920). de Morelos. del Estado Mapa Escala 1:300 000

Fuente:

a Puebla a

a Izú ar c a Izú ar Construyó:

PUEBLA

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Hueyapan

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Atlacahualoya I

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Tetela del Volcán Tetela I

I I I I A 45´ I 45´ I I I I I I I I I

Chalcaltzingo I

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Zacualpan Amilpas

Tetelilla I Quebrantadero Jantetelco

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MEXICO

Jonacatepec I Ocuituco I

ESTADO DE ESTADO a México a México I

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I Amayuca I I I I

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Cuauchichinola

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I I I I I I I II Casasano Moyotepec

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99º

Sn Juan Chinameca

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Vicente Sn.

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Huautla

Mapa No. 4 Mapa

I Sn Carlos

El Hospital

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Yautepec

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Sn. Rafael Sn.

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Hornos Los I I I I

I Oacalco I I I I

DISTRITO FEDERAL DISTRITO I

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I I I I I I Chimalacatlán

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I I I Temilpa

I I Tlaltizapán I I I I I I I I I I I I

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I I Tecumán I

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Tepoztlán

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I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I

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I Temimilcingo I I I I

I I I I Tetecalita

Treinta R. S.

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I I I I I Treinta M. S.

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I I I El Higuerón

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REGIONES GEOGRAFICO-ECONOMICAS DE MORELOS EN 1910 I I

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I I Galeana

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I Atlacholoaya I I I

I I Jiutepec

Xicatlacotla Temixco

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I I I I I I I I I I I I I I I I

I I I I I I I I 15´ I Panchimalco I I 15´

Xoxocotla I

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a Tlalpan Tlalpan a I I

Alpuyeca

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Sta. María Sta. I

I I Tequesquitengo

Tehuixtla I

Tilzapotla

Coatetelco I Pte. de Ixtla Pte. I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I I II

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Sn. Gabriel Sn. I

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I Amacuzac I I I I I I I I I I I I I I I I Miacatlán

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Cocoyotla ES A O DE MEXICO DE A O ES Michapa 30´ 30´ 1 : 416 000 1 : 416

N a ca Tx o a ca 0 5 10 20 km 19º 15´ 45´ 30´ 22 AGRICULTURA E INDUSTRIA EN MORELOS de comunicación (ferrocarril y carreteras) hacia prácticarnente todo el estado y otras entidades vecinas. El espacio ocupado por el Plan de Amilpas, en la zona cálida, siguió teniendo un gran dina- mismo demográfico, producto de la gran actividad de los ingenios y las poblaciones ubicadas entre los amplios cañaverales; sobre todo por el hecho de que en Cuautla se encontraba. hacia 1900, la fábrica de azúcar más grande del estado de Morelos y del país13 (Kaerger, 1986: 159). También hubo un importante auge en la producción de otros cultivos, especialmente el jitomate, que se exportaba a la Ciudad de México; la producción de naranjas de Yautepec gozaba de un amplio prestigio en Estados Unidos (Díez, 1933: XLIV). c) Oriente. Esta región estaba conformada por las haciendas más grandes de Morelos (Santa Clara y Tenango). Por tal motivo, permanentemente había movimientos masivos de mano de obra y un importante comercio en las principales localidades de la región: Jonacatepec, , Zacualpan, Jantetelco y Tepalcingo. La producción agrícola se basaba casi exclusivamente en el cultivo de la caña de azúcar, aunque también había grandes áreas productoras de maíz y de le- gumbres, especialmente cebolla. También se cultivaban trigo, cebada y frutales en las zonas altas de Jonacatepec, Zacualpan y en Tetela del Volcán, cuyos parajes fríos permitían el pastoreo. En el oriente se practicaba la agricultura de riego, toda vez que se aprovechaban las corrientes hídricas, derivadas de la gran cantidad de barrancas que caracterizan a la morfología local. d) Sur. Era una de las regiones agrícolas más prósperas del estado. El paisaje estaba domi- nado por grandes campos cañeros, así como también por las ricas vegas productoras de arroz en Jojutla, Puente de Ixtla y Tlaquiltenango. Ahí se localizaban algunos de los ingenios de mayor producción como Zacatepec (de un alto nivel tecnológico), Tenextepango y San Nicolás Obispo, con sus respectivas fábricas de aguardiente. En Jojutla se habían instalado algunos molinos lim- piadores de arroz (Secretaría de Fomento, Colonización e Industria, 1898: 188). La región estaba irrigada por dos de las principales corrientes de la entidad (ríos Amacuzac e Higuerón), lo que posibilitó, además, la generación de energía y el uso de las aguas con fines recreativos. Estaba muy bien comunicada tanto con Cuernavaca como con Cuautla por tren y carretera; contaba, además, con comunicación terrestre hacia el estado de Guerrero. e) Poniente. Región agrícola productora de azúcar, así como otros cultivos tropicales (plátano, mango, etc.), aunque con un menor potencial agrícola que otros espacios de Morelos. Muy rela- cionada con haciendas vecinas del Estado de México, la región estaba comunicada con Cuerna- vaca principalmente por carretera, mediante la vía México-Acapulco, que pasaba por los poblados principales. Además de la producción de azúcar, existían algunas áreas de buena producción de arroz en Tetecala, y de frutas tropicales en Coatlán y Tetecala. La actividad industrial se restringía a las fábricas de azúcar y aguardiente, principalmente en las haciendas.

La reconstrucción de la economía y el territorio en el periodo posrevolucionario

Es difícil concebir una repentina transformación territorial en sociedades que históricamente han constituido su entorno económico, cultural y social, con base en la práctica de las actividades pri- marias.

13 Hasta que se construyó la de San Cristóbal en Veracruz, sólo unos años después. Según Kaerger, en 1897 el estado de Morelos era el primer productor nacional de azúcar, con 58 % del volumen total. HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LAS REGIONES AGRÍCOLAS 23

Cuadro 1 Las haciendas del estado de Morelos en 1910

Producción Producción Extensión (ha) de azúcar (ton) de aguardiente (l) Hacienda (1) (2) (3) Fábrica Tenextepango 15 680 4 177.7 2 462 (mezcal) Coahuixtla, Treinta y 25 328 3 607.2 171 328 (Coahuixtla) Acamilpa Zacatepec y San Nicolás 3 432 9 089.5 56 580 (Santa Clara) Santa Clara, Tenango 68 181 6 193.5 243 000 (Tenango) y San Ignacio Hospital, Calderón 14 812 4 915.3 319 127 (Hospital) y Chinameca Atlihuayán y Xochimancas 12 090 3 206.0 221 616 (Calderón) San Carlos, Cocoyoc 2 825 2 674.2 1 862 (Atlihuayán) y Pantitlán (barriles) Miacatlán, Acatzingo 17 336 2 274.2 2 800 (San Carlos) y Cocoyotla (barriles) San Vicente, Chiconcuac, 8 312 2 241.3 1 920 (Miacatlán) Dolores, San Gaspar (barriles) y Atlacomulco 25 (barriles mezcal) San Gabriel y Actopan 40 500 1 859.7 184 255 (Atlacomulco) Santa Inés, Guadalupe 2 500 1 695.4 31 028 (Santa Inés) y Buenavista 13 140 (Buenavista) Oacalco y Michate 3 720 1 660.7 Temilpa 4 970 1 358.7 Santa Cruz 651 1 297.5 Casasano 2 282 1 249.4 Temisco 17 300 1 118.3 424 000 Cuauchichinola 1 881 385.9 El Puente (4) 1 300 (3) 690.0 Vista Hermosa ? (3) 828.0 190 000 San Sabino (Cuernavaca) 480 000 La Carolina (Cuernavaca) 23 328 Zacualpan Total 50503

Fuentes: Cuadro base: Melville (1982) Elaboró: Héctor Ávila Sánchez (1) Womack (1969) (2) Díez (1919a) (3) Boletín de Agricultura, Minería e Industrias (1898) (4) Mazari (1930) 24 AGRICULTURA E INDUSTRIA EN MORELOS

La organización del espacio, derivada de la transformación territorial que ocurrió en la en- tidad a partir de 1930, muestra el predominio del carácter agrario en el patrón de las actividades económicas, el cual ha caracterizado a la entidad durante siglos. Repercutió en ello el reparto agrario recién llevado a cabo, pero este proceso no fue suflciente para transformar la existencia de las regiones económicas que existían desde el siglo XIX. Más bien, bajo el influjo del reparto, se reforzaron y en algunos casos, se redefinieron los espacios de la producción agrícola. Al tiempo se intensificó el pujante e incesante desarrollo urbano, sobre todo de la ciudad de Cuernavaca, en una tendencia progresiva, que desde entonces definiría el perfil de la organización territorial. En la capital del estado y en Cuautla, se llevaron a cabo importantes políticas para la reconstrucción económica y se establecieron iniciativas para el desarrollo de las actividades industriales. Hasta 1930, se mantuvieron las regiones económicas y, por ende las agrícolas, que existían hasta antes de la revolución, con ligeras variantes. Algunos nuevos espacios adquirieron presencia en el espectro económico de Morelos, como la región de Yautepec, en el centro-sur, que des- arrolló su gran potencial y se convirtió en uno de los principales espacios agrícolas del estado; lo mismo en el cultivo y posterior industrialización de la caña de azúcar (en reactivación), que en la producción de frutales, legumbres y arroz. El ámbito territorial de la producción de Yautepec se desarrolló gracias a su ubicación estratégica entre las ciudades de Cuernavaca (que contaba con importantes zonas agrícolas hacia el sur y el oriente), y Cuautla, donde ya se iniciaba la reactiva- ción de algunos ingenios azucareros cercanos. En dicho auge, fue decisiva la presencia de la vía Cuernavaca-Cuautla-México. De hecho fue lo que posibilitó el desarrollo comercial y agrícola de Yautepec. Algo similar ocurrió con Jojutla en el sur, cuyo potencial agrícola le permitió erigirse en un importante centro comercial, de gran influencia en su ámbito. Ahí tuvo un importante desarrollo el cultivo e industrialización del arroz, así como el resurgimiento de la producción de la caña de azúcar, como un prolegómeno de lo que sería la instauración del gran ingenio Emiliano Zapata en Zacatepec, hacia finales de la década de los treinta. Este auge agrícola, también ocurrió en lugares como Tlayacapan y Yecapixtla en Los Altos, que destacaban en la producción cada vez mayor de jitomate. Otros centros regionales desarrollaban funciones importantes a partir de las actividades agrícolas. En el oriente, Jonacatepec adquirió relevancia como zona productora de maíz de tem- poral, además de tener buenas cosechas de hortalizas, principalmente cebolla. La zona de Tepal- cingo y Axochiapan, en el extremo suroriental del estado, era una importante zona productora de maíz y caña de azúcar, que desarrollaba fuertes vínculos comerciales y productivos en general, con la población de Izúcar, en Puebla. Las regiones montañosas del norte y parte de Los Altos, mantuvieron su carácter agrícola de subsistencia. principalmente por la producción de maíz y de frutales, así como por la explotación forestal de baja escala. El centro de mayor actividad era Tepoztlán, sobre todo de índole comercial, cultural y religiosa. El Mapa 5 muestra la distribución de los espacios de producción agrícola y forestal, derivados de la reorganización territorial.

La actualidad de las actividades agropecuarias

El poderoso emporio agrícola de Morelos, el de los cuatro siglos de existencia, ha evolucionado notoriamente. La producción agrícola de la entidad, al igual que la del resto del país, apoyó el proceso de in- dustrialización nacional en la década de los años cuarenta. Fueron factores importantes el reparto 30´ 15´ 99º 45´ 30´

Mapa No. 5 15´ 15´

N ESPACIOS DE LA PRODUCCION AGROPECUARIA EN MORELOS (1930)

DISTRITO FEDERAL

Huitzilac EST D . DE ME ICO Tlalnepantla A O X SIMBOLOGIA 19º 19º Tepoztlán Capital estatal STADO D EX CO Tetela del EEMI Tlayacapan Volcán Cabecera municipal Cuernavaca Espacios especializados Jiutepec Yautepec Yecapixtla en la producción de: Ocuituco Legumbres diversas Temixco Productos Forestales Emiliano Zapata Cuautla Cultivo de maíz Xochitepec Zacualpan Frutas Ayala

Miacatlán P E LAUB Frutas Tropicales 45´ 45´ Coatlán del Río Mazatepec Jantetelco Arroz Tetecala Tlaltizapán Jonacatepec Caña de Azúcar

Ganado caballar

Tlaquiltenango Ganado lanar Jojutla Tepalcingo Puente de Ixtla Jitomate Ganado porcino Amacuzac Ganado vacuno

30´ Axochiapan 30´

G E U RRERO

PUEBLA

Construyó: HÉCTOR AVILA SÁNCHEZ Fuentes: Alanís, P. Emilio (1930) La Restauración del Estado de Morelos.

De la Peña, Guillermo (1981) Herederos de de promesas. Agricultura, política y ritual en los Altos de Morelos. 0 5 10 20 km

30´ 15´ 99º 45´ 30´ 26 AGRICULTURA E INDUSTRIA EN MORELOS agrario cardenista y la reestructuración de la industria azucarera local, cuya acción principal fue la construcción del ingenio Emiliano Zapata en Zacatepec. El sector agrícola de Morelos (princi- palmente a través de la producción de azúcar, hortalizas y miel), participó ampliamente en el lla- mado “milagro mexicano”, que tuvo vigencia hasta mediados de la década de los sesenta. Al igual que en el resto del país, el campo morelense sufrió los efectos de la crisis de los años setenta. A partir de la década de los ochenta, se reorganizó la práctica de la actividad agrícola y pe- cuaria en Morelos, pero siempre en términos de su función subsidiaria de la Ciudad de México y otros centros regionales (Toluca, Puebla, Taxco. Iguala, etc.) en el abasto de los productos alimen- ticios que requiere el consumo de esas urbes. Como un reflejo de lo acontecido en el sector primario del país, las actividades agropecuarias han dejado de ser el principal rubro en cuanto a la generación del producto interno bruto estatal. Sin embargo, estas actividades tienen aún una presencia importante en el paisaje morelense, pues a pesar de la repercusión que ha ocasionado el impresionante desarrollo de las actividades industria- les y los servicios en las zonas metropolitanas de Cuernavaca y Cuautla, en el resto de la entidad continúan practicándose, sobre todo en la periferia del corredor urbano-industrial mencionado. Así, en el medio rural de Morelos habita el 15% de la población total del estado y las activi- dades agropecuarias dieron ocupación a 20% de la PEA en 1990 (Gobierno del Estado, 1996). La economía morelense ha estado, desde siempre, sometida a las necesidades y requerimien- tos de otras regiones. Así lo demuestra el carácter monoproductor que le ha distinguido desde la epoca colonial. Este papel no ha desaparecido y sólo ha cambiado su forma; hoy día, el campo morelense, sensiblemente disminuido, ha modificado su forma de dependencia a partir de que ha dejado de ser monoproductor; las características que muestra actualmente el patrón de cultivos así lo establece. La existencia de la agricultura comercial está relacionada con las modalidades del abasto que requieren la Ciudad de México y otros grandes centros urbanos, cercanos o colindantes con el estado de Morelos. Asimismo, por razones más de índole cultural que económicas, persiste la producción de maíz y frijol para el autoconsumo. De esta manera, la dinámica de las regiones agrícolas en la entidad está fuertemente determinada por factores extemos como el consumo ur- bano, y por el arraigo de factores de tipo cultural. Así entonces, el análisis de conjunto sobre la estructuración y existencia actual de los espa- cios de la producción agrícola en Morelos, debe incorporar al menos las siguientes variables: a) el contexto histórico de la producción agrícola en la región o entidad; b) los ámbitos naturales de la producción agrícola; c) la estructura productiva (los productores, la tenencia de la tierra, tipo de tecnología, carácter de la producción, etc.); d) la evolución del patrón de cultivos y su distribución espacial; e) los cambios en el uso del suelo; f ) los circuitos comerciales de la producción agrope- cuaria (mercados locales, regionales y extrarregionales); g) los procesos culturales de los habitantes rurales; el espacio rural como patrimonio territorial; los procesos socio-espaciales de identificación territorial; h) la influencia de la urbanización en las actividades agropecuarias; la conformación de los espacios periurbanos; i) el creciente papel de la agricultura periurbana, etcétera.

El ámbito regional de agricultura en entidad

La diferenciación espacial que manifiestan los procesos agrícolas en la entidad, posibilitan la ca- racterización regional de los mismos, sea en lo natural, o en lo económico-social. Desde un punto de vista estrictamente natural existe, en lo general, una división muy clara del estado en dos regiones: por una parte, las tierras altas y frías del norte; por la otra, el ámbito HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LAS REGIONES AGRÍCOLAS 27 cálido-húmedo en las tierras bajas del sur. Sin embargo, al establecer matices, otros estudios han defínido la existencia de espacios más concretos. Así, Monroy et al. (1991). han señalado que, de acuerdo con las características del medio físico biótico, en el estado de Morelos pueden distinguirse tres regiones diferentes entre sí (Mapa 6): 1) La región montañosa del norte, con climas que van desde el templado hasta el frío (en la cumbre del ), con temperaturas que oscilan entre los 2 y los 18 grados centígrados de promedio anual; ahí, la precipitación total anual varía entre los 1000 y los 1500 milímetros. La mayoría de los suelos son de origen volcánico, especialmente andosoles y litosoles, muy suscep- tibles a la erosión. En esta región, con altitudes aproximadamente entre los 2000 y 4000 metros sobre el nivel del mar, predominan especies forestales como los encinos y las coníferas; en cuanto a la agricultura, se producen gramíneas (maíz y frijol de autoconsumo), así como también avena forrajera y trigo, con carácter comercial; también se producen algunos frutales y hortalizas. 2) La región del valle intermontano, consistente en una sucesión de terrenos planos y lome- ríos, está dividida por una cordillera, que a su vez la separa en dos valles menores, el de Cuemavaca y el de Cuautla. La topografía, un tanto irregular, varía de los 1000 a los 2000 metros sobre el nivel del mar. Es ésta la zona más cálida del estado, con temperaturas que oscilan entre los 22 y los 26 grados centígrados en promedio anual y una precipitación media anual entre los 1000 y 1200 milímetros. Sobre los suelos, principalmente vertisoles, se desarrollan intensamente las actividades agropecuarias, fundamentalmente los monocultivos comerciales como la caña de azúcar, arroz, sorgo y hortalizas; la vegetación, originariamente de selva baja caducifolia, ha sido modificada y substituida por los cultivos y por el avance de la mancha urbana en Cuernavaca y Cuautla- Yautepec (en suelos de alta vocación agrícola), así como en los municipios que conforman su área metropolitana. También ha influido en ello la expansión industrial ocurrida en el municipio de Jiutepec, específicamente la Ciudad Industrial del Valle de Cuernavaca (CIVAC), sobre suelos aluviales ricos en materia orgánica y de buen nivel de fertilidad. 3) La montaña del sur es el área donde subsiste la selva baja caducifolia como vegetación natural, distribuida en altitudes entre los 900 y los 1800 metros sobre el nivel del mar. Posee un clima cálido subhúmedo, con un régimen irregular de lluvias, que llega a tener grandes períodos de sequía (de 5 hasta 8 meses); los valores de la precipitación total anual para esta región, varían desde los 300 hasta los 1800 milímetros; los suelos, que son muy someros (de no más de 20 centímetros de profundidad), soportan una agricultura de temporal que ha transformado su patrón de cultivos de los tradicionales (maíz y arroz). por los de tipo forrajero como el sorgo. Otro cambio impor- tante en el uso del suelo, lo constituye la tala ocasionada por ampliación de la frontera agrícola, así como por la expansión urbana ( Jojutla, Puente de Ixtla, Tepalcingo, etc.) (ibid: 37-60). Otra división del espacio morelense es la que considera la existencia de las regiones natura- les en el estado (alta, media y baja). En este contexto, el estudio de Ornelas et al, estableció una regionalización donde destacan la acción del clima, la fisiografía y el suelo, por ser los factores limitativos ambientales en la producción agropecuaria y forestal. La delimitación de estos espacios se llevó a cabo mediante la sobreposición de los mapas fisiográficos, climático y edáfico del estado de Morelos. Con este método, se identificaron 33 agrohábitat (Ornelas, 1994). Sobre la base del mismo concepto de los agrohábitat, otro estudio pretende identificar la situación prevaleciente en las diferentes áreas que componen a los espacios agrícolas en el estado de Morelos (Vázquez A.. 1990). Recurriendo al análisis regional y considerando una delimitación natural previa, se caracterizan las distintas formas que poseen los sistemas de producción agrícola en la entidad. A diferencia del anterior, aquí se consideran de manera fundamental, los aspectos sociales que definen o conforman el espacio agrícola. Enfatiza el autor que un análisis integral de las regiones tiene que considerar las formas de aprehensión del espacio, en este caso la práctica 28 AGRICULTURA E INDUSTRIA EN MORELOS HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LAS REGIONES AGRÍCOLAS 29 de la actividad agrícola, en relación con las características que le impone el medio geográfico. El planteamiento teórico en el que se enmarca el estudio en cuestión, considera el carácter capitalista de la actividad agrícola y las relaciones de producción que se derivan de su desarrollo.14 Son de- terminantes en las formas posteriores que adquieren los diferentes tipos de explotación, es decir, la identificación de ocho sistemas de producción agrícola en el estado de Morelos, desde el de los campesinos proletarizados, hasta el de los grandes productores. Habría que agregar que la delimitación de los espacios regionales, sobre todo cuando se trata de regiones económicas, debe considerar su carácter dinámico, es decir, lo referente a la difusión o establecimiento del proceso en su ámbito espacial, que establecerá sus límites, dependiendo de las variables o influencias presentes en las diferentes etapas temporales. Por lo general, fenómenos como la determinación del patrón de cultivos y la comercialización de los productos agrícolas, desborda la delimitación impuesta por los espacios naturales; son fenómenos complejos y de en- vergadura, que superan el encajonamiento que, hasta cierto punto, le establecen las condiciones naturales al proceso de la producción agrícola. Sin tratarse propiamente de una delimitación de los espacios regionales, Sánchez y Malillos (1998) aplicaron en Morelos una tipología diseñada para la caracterización de los procesos de producción agrícola, con base en la metodología del valor índice medio. Así, identificaron el nivel de competitividad mercantil que poseen los distintos tipos de prácticas agrícolas en los 33 muni- cipios de la entidad, a partir de variables e indicadores que, agrupados, caracterizan la estructura de la explotación agrícola, el nivel de tecnificación, la cuantía del financiamiento y la comercia- lización, así como también la diversificación de los cultivos y la intensidad del uso del suelo. De esta manera, identificaron la práctica de cinco tipos de actividad agrícola a lo largo de la geografía morelense: 1) la agricultura campesina; 2) agricultura de transición; 3) agricultura comercial de nivel intermedio; 4) agricultura comercial de alto nivel; 5) agricultura comercial de muy alto nivel (ibid.: 12-17). Concluyen, empero, que los tipos de práctica agrícola con rentabilidades mayores continúan estando en el centro y sur del estado, en el ámbito de intluencia del corredor urbano Cuernavaca-Cuautla, así como también en el oriente. En otros estudios sobre las actividades agropecuarias en la entidad, se han analizado los procesos productivos y se identifican diferentes sistemas y subsistemas económicos, poniendo de relieve algunas de sus características como los cultivos dominantes, los procesos de trabajo y el carácter de las unidades de producción; el mercado de los productos, del dinero y del trabajo, así como la organización de los sujetos que intervienen en el proceso de producción-circulación. Asimismo, los diferentes procesos de trabajo existentes en el campo morelense, se caracterizan por la diversidad cultural y productiva que manifiestan, sea por el modo tradicional (agricultura campesina) o bien por el comercial o moderno. Cada forma productiva tiene su patrón específico de cultivos y sus fines bien definidos (García J., 1991: 150-151). Si bien a lo largo del territorio morelense se cultivan indistintamente productos diferentes y variados, es posible distinguir regiones especializadas, donde la producción de una mercancía es- pecífica marca la pauta en el carácter de la actividad agrícola. Por tanto, en una caracterización ini- cial de la agricultura regional, se identificaron diferentes espacios o regiones del ámbito morelense, dentro de los que existen uno o varios sistemas (ibid.) con modificaciones propias (Mapa 7): a) El sistema productivo localizado en el sur y oriente de la entidad, fundamentalmente los municipios de Tepalcingo, Ayala, Axochiapan, Jantetelco, Jonacatepec, Temoac, Cuautla, Yeca-

14 Entre las principales variables se consideraron la fuerza de trabajo asalariada, el carácter mercantil de la agricultura, la especialización de la producción agrícola, el valor del capital fijo y los insumos de la producción, entre otros. 30 AGRICULTURA E INDUSTRIA EN MORELOS HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LAS REGIONES AGRÍCOLAS 31 pixtla, Ocuituco, Zacualpan y Tetela del Volcán, donde destaca la producción temporalera de maíz y sorgo, así como la de cebolla; en menor medida se cultivan además la caña de azúcar y jitomate; dichas prácticas agrícolas están asociadas con la ganadería extensiva de bovinos, así como con la cría de cerdos. b) En el área irrigada del centro y el sur (las tierras bajas y cálidas), se practica la actividad agrícola y ganadera más importante de Morelos, (principalmente en los municipios de Temixco, Xochitepec, Jiutepec, Tepoztlán, Emiliano Zapata, Yautepec, Cuautla, Yecapixtla, Ayala, Tlaltiza- pán, Zacatepec, Jojutla, Puente de Ixtla, Tlaquiltenango, Tepalcingo, Jonacatepec y Jantetelco. Ahí se lleva a cabo la producción de caña de azúcar, arroz, cebolla y otras hortalizas; existe asimismo, una importante actividad avícola, porcícola y de bovinos, que surte las necesidades de carne y hue- vo en el estado y regiones vecinas. La producción de dicha región ha establecido fuertes vínculos con las agroindustrias que cubren los mercados nacional y extranjero. c) En el norte templado y montañoso (Huitzilac, Cuernavaca y Tepoztlán), el sistema se ha estructurado en torno al cultivo del maíz y la avena forrajera de temporal, así como también a la producción de frutales (duraznos, ciruelas, peras, manzanas, higos y otros) en baja escala; se encuentran asociados al pastoreo de ganado ovino y a la explotación forestal (para leña y muebles, además de la extracción de tierra y hoja de monte); existen también algunas granjas avícolas de tamaño mediano. En esta región y en la de los Altos, está presente la influencia de los espacios vecinos del Distrito Federal, como Xochimilco y , donde el cultivo y la transformación del nopal tienen trascendencia en la economía local. d) En el nororiente, en los denominados Altos de Morelos (Yecapixtla, Ocuituco, Atla- tlahucan, Totolapan y Tlayacapan), así como también en Cuautla y Tetela del Volcán, el sistema se articula en torno a la producción de jitomate, asociado al tomate de cáscara y al maíz, todos bajo régimen temporalero; también es importante la producción de frutales como el aguacate y el durazno. Se combinan tales prácticas con la explotación forestal de baja escala y el pastoreo de ganado ovino; existen asimismo algunas granjas porcícolas. Su producción atiende los requeri- mientos de los mercados local y nacional. e) En la región ubicada en la porción sur y oeste del estado (que comprende parte de los mu- nicipios de Tlaquiltenango. Puente de Ixtla y Jojutla, además de Amacuzac, Mazatepec, Tetecala, Coatlán del Río y Miacatlán), se practica una agricultura variada donde se cultivan, fundamen- talmente bajo régimen de temporal, maíz, sorgo, cebolla, jitomate y caña de azúcar, entre otros; destaca la producción de mango, la mayor del estado está en Coatlán del Río, así como también importantes volúmenes de durazno. La explotación forestal de la selva baja caducifolia, tiene im- portancia local en el sur de Tlaquiltenango; a excepción de algunas granjas avícolas modernas, las actividades pecuarias son escasas y sólo se crían pequeñas cantidades de ganado caprino. Existen, además, algunas áreas pequeñas muy cohesionadas en torno a un solo producto: f ) En el sur poniente de Morelos, en parte de los municipios de Puente de Ixtla (Xoxocotla y Ahuehuetzingo), Tlaltizapán (Acamilpa) y Xochitepec (Alpuyeca) y también en el oriente del estado, en los municipios de Temoac y Jonacatepec (Tenango), se ha desarrollado un sistema de producción agroindustrial basado en el cultivo y procesamiento de cacahuate, con una importante presencia en el mercado local y nacional. g) Con gran auge durante la última década, la zona cultivadora de rosal y otras flores, a cielo abierto y en viveros, ubicada en los municipios de Temixco, Xochitepec, Miacatlán y Coatlán del Río, cuya producción es captada por los mercados locales y regionales, específicamente los de las grandes urbes que rodean al estado de Morelos; parte de la producción va, además, a los mercados del extranjero. 32 AGRICULTURA E INDUSTRIA EN MORELOS

Características de la producción agropecuaria y forestal

Durante el ciclo agrícola 1999-2000, la superficie sembrada del estado de Morelos ocupó 135 749 hectáreas; de este espacio, 62.9% estaba bajo régimen de temporal (85 416 hectáreas) y 37.1% (50 333 hectáreas) eran tierras de riego (SAGARPA-Morelos, 2001). En ambos tipos de tierras se producían, por lo menos, 72 tipos diferentes de cultivos (cereales, leguminosas, oleaginosas, hortalizas, frutales y flores) entre los que sobresalían por su importancia económica: maíz, frijol, arroz, caña de azúcar, cacahuate, tomate de cáscara, sorgo, jitomate, cebolla, flor de cempasúchil, rosal, nardo y gladiola. En el año 2000, las superficies sembradas en el estado estuvieron ocupadas principalmente por tres cultivos: maíz (31.6%), sorgo grano (25.3%) y caña de azúcar (11.2%). En cuanto a la rentabilidad de la producción, se han registrado algunos cambios en el último lustro, pues si bien los cultivos mencionados generaban los mayores aportes a la producción agropecua- ria estatal (15%, 11% y 14.8%, respectivamente), en la actualidad se han desplomado; las causas se deben, en el caso del maíz, a los bajos precios de garantía y a la importación masiva de maíz norteamericano, que ha desplazado del mercado a los productores nacionales; en el caso del sorgo, la explicación se encuentra en la apertura indiscriminada a las importaciones, que entran al país con precios más bajos; por ejemplo, durante los últimos cuatro años se estuvieron importando al estado altos volúmenes de sorgo desde Argentina, que además contenían elevados volúmenes de toxinas, con el fin de hacerlo más duradero. Hoy día, la producción de caña de azúcar es la que aporta el mayor porcentaje en el valor de la producción agrícola, si bien se encuentra sujeta a los vaivenes de una industria azucarera descapitalizada, en quiebra, que ha incumplido el pago de las cosechas. Así, los productos que en el año 2000 produjeron el mayor valor en la agricultura mo- relense fueron la caña de azúcar (20.8% del valor de la producción estatal), el jitomate (8.8%), el maíz (7.7%), la cebolla (7.4%), el nopal (6.8%) y el sorgo (5.6%) (ibid.). Aunque la actividad ganadera tiene poca importancia económica, existen algunos espacios en la entidad donde se practica especialmente, con carácter extensivo, la cría de ganado bovino, la cual genera la mitad del valor de la producción ganadera. Así, en torno al corredor metropolitano Cuernavaca-Yautepec-Cuautla (municipios de Cuernavaca, Temixco, Emiliano Zapata. Jiutepec, Xochitepec, Yautepec, Cuautla, Yecapixtla y Ayala) se generó 36.2% del valor de la producción en el año 2000. Otras regiones de cría de bovinos se localizan en el sur de Morelos; en los municipios de Tlaltizapán, Tlaquiltenango, Zacatepec y Jojutla, se generó en el mismo año, 18.8% del valor total de estas especies. También es importante la producción en el suroriente (Tepalcingo y Axo- chiapan), con 7.8% del valor de la producción, así como la zona de Amacuzac-Puente de Ixtla, con 12.2% en el año 2000 (INEGI, 2001: 321). La explotación avícola tiene cierta importancia en la economía local; en el año 2000 apor- tó 35% del valor total de la producción ganadera en Morelos. Se practica principalmente en los municipios de Ayala, Puente de Ixtla, Tlaltizapán, Emiliano Zapata y Xochitepec (INEGI, 2001: 327). La cría y sacrificio de cerdos, en baja escala, se realiza prácticamente en todo el estado, prin- cipalmente en Tepalcingo (16.4% del total estatal en el 2000), Coatlán del Río (7.0%), Temixco (5.8%), Miacatlán (5.1%), Jantetelco (4,9%) entre otros (ibid.). La apicultura es una importante actividad del agro morelense, al grado que Morelos ocupaba en 1996 el cuarto lugar en la producción nacional de miel de abeja. La situación ha tenido varia- ciones y una cierta caída, debido a una gran competencia por los mercados internacionales, con los productos de países asiáticos, principalmente China, lo que ha incidido en los costos de pro- ducción, En el año 2000, las principales zonas productoras se encontraban en algunos municipios de la región de Los Altos (Yecapixtla, Ocuituco, Tetela del Volcán y Zacualpan), que en conjunto generaban 27.3% del valor de la producción estatal. En el corredor que forman los municipios de HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LAS REGIONES AGRÍCOLAS 33

Cuadro 2 Evolución de la pea y el pib en el estado de Morelos

Población Económicamente Activa 1960-2000 Año PEA estatal (núm. Sector Primario Actividades Actividades de habitantes) (%) industriales (%) Terciarias (%) 1960 124 623 60.5 14.7 24.8 1970 170 877 43.0 18.4 38.6 1980 303 838 25.1 17.3 57.6 1990 348 357 20.3 20.4 59.3 2000 598 754 13.3 25.8 57.6 Fuentes: Araoz, Luis (1984), “El sector agropecuario de Morelos. 1960-1980”, en Crespo, coord., Morelos: cinco siglos de... op. cit. SIC-DGE; INEGI, Censos de Población y Vivienda, 1960, 1970, 1980, 1990, 2000.

Producto Interno Bruto 1960-1999 Año PIB estatal (núm. Sector Primario Actividades Actividades de habitantes) (%) industriales (%) Terciarias (%) 1960 1 086 21.1 N.D. N.D. 1970 4 801 20.6 26.4 53.0 1975 12 210 17.3 30.5 52.2 1980 46 222 11.3 35.4 53.3 1985 563 322 7.7 34.0 58.3 1988 4 984 828 5.6 38.4 56.0 1993 1 7189 632 11.3 26.5 62.2 1997 38 233 360 9.1 28.0 62.9 1999 57 208 074 6.8 30.4 62.8 Fuentes: INEGI-PNUD (1985), Sistema de Cuentas Nacionales. Producto Interno Bruto por entidad federativa 1970, 1975 y 1980, México. INEGI (1994c), Sistema de Cuentas Nacionales. Producto Interno Bruto por entidad federativa 1985 y 1988, México. INEGI (1999), Sistema de cuentas Nacionales de México. Producto Interno Bruto por entidad federativa 1993-1997, México. INEGI (2000), Sistema de Cuentas Nacionales de México. Producto Interno Bruto por entidad federativa 1993-1999, México.

Cuernavaca, Jiutepec y Cuautla, se obtuvo durante el mismo año, 18.7% del valor de la produc- ción; en municipios de la región oriente del estado ( Jonacatepec, Jantetelco y Zacualpan de Amil- pas), se generó 13% del valor de la producción; también tienen alguna importancia el municipio de Miacatlán, con 6.8% del valor (ibid.: 330). La actividad piscícola en Morelos se ha practicado tradicionalmente en los lagos de Teques- quitengo, Coatetelco y El Rodeo, al sur de la entidad. La actividad ha venido a menos debido a la disminución y desecación de los cuerpos de agua, el aumento en los insumos, como el alimento para los peces, así como numerosos problemas de manejos administrativos irregulares. En la déca- da de los ochenta se instauraron algunos proyectos de granjas acuícolas, sobre todo en el centro- sur de la entidad (Chinameca, Ticumán, San Gabriel, etc.), pero han tenido poca trascendencia entre la población local. Actualmente, en la periferia de las zonas metropolitanas de Cuernavaca (Santa María Ahuacatitlán, Tetlama, Jiutepec) y Cuautla (El Hospital), existen granjas de pro- ducción que surten a los restaurantes locales y generan algún ingreso para los ejidatarios que se 34 AGRICULTURA E INDUSTRIA EN MORELOS ocupan en dicha actividad. También existen en la entidad, 29 granjas para la producción de peces de ornato, cuya producción se distribuye en Cuernavaca y la Ciudad de México. Los dos productos agrícolas que han caracterizado a la actividad agroindustrial en Morelos y estados vecinos, son el azúcar y el arroz. El primero se industrializa en los ingenios de Zacatepec (70% de la cosecha) y en Casasano, en Cuautla. Dichos ingenios, que han incorporado en cierta medida, algunos avances tecnológicos en su proceso, han sido privatizados desde 1996, aunque a finales del año 2001 fueron expropiados por el gobierno federal, como una de las medidas para resolver la crisis de pagos a los productores de caña. El otro cultivo, el arroz, se produce prin- cipalmente en los municipios de Cuautla y Jojutla, procesándose en molinos locales. Hoy día, la industria azucarera, al igual que la arrocera, se encuentran sumamente afectadas por la crisis económica, la reconversión industrial y la caída en los precios internacionales; es por eso que los ingenios y molinos han desaparecido paulatinamente. En 1953 había ocho ingenios en Morelos; en el año 2000 hay sólo dos. En 1960 había 16 molinos beneficiadores de arroz y para el año 2000 sólo quedaban el de Buenavista en Cuautla y otros en Jojutla, Puente de Ixtla y Emiliano Zapata (Oswald, 1992). La explotación silvícola tiene bajos niveles de producción en la entidad. Se realiza en el norte y noreste, en los municipios de Huitzilac y Tetela del Volcán; también se explotan algunos recursos maderables (postes, vigas) en el sur, en Tlaquiltenango. La explotación de los bosques morelenses de selva baja caducifolia y de coníferas y mixto, aporta materias primas básicas para pequeñas fábricas de muebles rústicos y cajas de empaque, además de producir leña.

La urbanización y la transformación de la agricultura en Morelos

Se señala con insistencia a la urbanización, como el fenómeno que ha transformado notablemente la estructura económica de Morelos durante los últimos 35 años (Morales, 1994). Sería impor- tante matizar las causas de esta crisis, pues si bien ha tenido un peso importante, una serie de acontecimientos de índole nacional y local, ligados al anterior, han desempeñado un papel decisivo en la situación aludida (cambios en el patrón de cultivos, cierre de los ingenios, crisis financiera, inestabilidad de los precios, rezago tecnológico, contaminación de aguas y suelos, etcétera). Es claro que la urbanización avanza a pasos agigantados (Mapa 8). Tan solo en 10 años, Cuernavaca incrementó su superficie en 1 152 hectáreas, absorbiendo áreas que se dedicaban tradicionalmente a cultivos de temporal y de riego (Trápaga y Torres, 1994: 203). Dicho pro- ceso se ha acentuado con la modificación a la legislación agraria, mediante la cual ejidatarios y campesinos han abandonado la actividad, vendiendo la tierra a fraccionadoras e inmobiliarias; en la parte sur de Cuernavaca quedaba, en 1992, un promedio de 17% de ejidatarios trabajando sus tierras (ibid: 204 y cálculo propio). Cuernavaca, la zona metropolitana más importante de la entidad (municipios de Cuernavaca, Temixco, Jiutepec, Emiliano Zapata y Xochitepec), contaba en el año 2000 con 738 326 habitantes, 47% del total estatal (INEGI, 2001: 2, 84-85). Por su parte, Cuautla ha conformado su área metropolitana en tiempos más recientes. Para el año 2000 ya contaba con 343 696 habitantes y había incorporado a su ámbito parte de los municipios de , Yautepec y Yecapixtla,15 fuertemente interrelacionados entre sí por el comercio y los

15 Durante el periodo 1990-1995, las zonas metropolitanas de Cuernavaca y Cuautla tuvieron las tasas de creci- miento más altas (3.79 y 3.69 respectivamente) en la región central de México, muy por encima de la media nacional, de 2.05 (Véase Chávez, 1998). Los datos de población para el año 2001 son en el nivel de los municipios, aunque cabe señalar que más de 90% de los habitantes de cada uno de esos espacios, vive en la cabecera municipal. HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LAS REGIONES AGRÍCOLAS 35 36 AGRICULTURA E INDUSTRIA EN MORELOS

servicios (INEGI, 2001: 2). La tercera zona urbana de importancia en la entidad está conformada por las ciudades de Zacatepec, Jojutla y Tlaquiltenango, cuyos municipios conjuntaban en el año 2000 una población cercana a los 116 700 habitantes, atraídos por la actividad industrial que to- davía tiene el ingenio Emiliano Zapata, así como por el comercio y los servicios de ahí derivados. Asimismo, tienen cierta importancia la producción y el beneficio de arroz (Rodríguez, 1993: 258- 259; INEGI, 2001: 2). Desde fines de los sesenta, el estado de Morelos muestra una fisonomía que se inclina hacia lo urbano. Sus funciones así lo denotan. La mayoría de la población vive en las zonas urbanas de la entidad. Los habitantes de los municipios de Jiutepec. Zapata y Temixco van transformando paulatinamente sus actividades hacia otras de carácter industrial y de servicios. Asimismo, ocurre un proceso de expulsión de fuerza de trabajo joven del medio rural al urbano. Han proliferado los asentamientos irregulares en la periferia de Cuernavaca y Cuautla, donde tiene lugar una fuerte presión sobre la tierra y los servicios urbanos. Se ha incrementado la densidad poblacional en algunos municipios, sobre todo los adyacen- tes a las zonas urbanas de Cuautla y Cuemavaca. La población se septuplicó en 50 años, pero los incrementos fueron mayores a partir de los sesenta. El estado recibe población fundamentalmente de los estados vecinos, sobre todo de Guerrero y el Estado de México (Oswald, 1991: 75). El Morelos actual tiene dos facetas territoriales bien definidas. Por una parte, el creciente ámbito urbano, donde hoy se concentra la población y se genera la mayor parte del ingreso estatal. Por la otra, el ámbito rural, donde se desarrolla una agricultura en paulatina transformación, como una práctica que subsiste y que sostiene a los que no emigran. Hay que señalar, asimismo, que entre estas dos áreas, en la periferia de las ciudades, están ocurriendo importantes fenómenos, que trascienden en la organización de la economía y de su espacio de operación. Como se señaló, han incidido diversas causas en los cambios experimentados por la agri- cultura estatal. Al intenso nivel de explotación a que se sometió a Morelos durante más de cuatro siglos —los del auge del azúcar— debe añadirse la intensa presión que ejerce hoy sobre los elemen- tos de la naturaleza una agricultura en transformación; en este contexto se ubica también el avance inexorable de la urbanización; tal combinación ha producido cambios dramáticos y de trascenden- cia en la estructura agraria, así como también en el mantenimiento de los ecosistemas locales. A continuación se señalan los principales problemas derivados de la expansión de las ciudades.

El cambio en la estructura del patrón de cultivos

A partir de la segunda mitad de los ochenta disminuyó paulatinamente la superficie sembrada en la entidad. En 1985 se reportaron en Morelos 148 000 hectáreas cultivadas, cantidad que dismi- nuyó de manera progresiva hasta llegar en 1999 a 104 832 hectáreas, 29% menos con respecto al año inicialmente señalado; por lo tanto, se dejaron de sembrar casi 43 000 hectáreas en un periodo de 14 años (Morales, 1994: 51; SAGARPA, 2000a). La producción de básicos se vio muy afectada: la superficie sembrada de maíz descendió de 49 726 hectáreas en 1984, a 44 411 en 1999, lo que significó una reducción de 11%; más fuerte fue la caída en el cultivo del frijol, que en el mismo periodo pasó, de 4 355 hectáreas a 3 256, lo que significó una disminución de 25%; por su parte, la siembra de arroz se redujo en 20%, pasando de 3 735 hectáreas a 2 993. Así, en su conjunto, se dejaron de sembrar 7 156 hectáreas de estos cultivos básicos en sólo 14 años (ibid.). Las hortalizas tuvieron un comportamiento errático en su producción, pero también regis- traron una disminución: entre 1985 y 1992, la superficie dedicada a la siembra de cebolla, jitomate HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LAS REGIONES AGRÍCOLAS 37 y tomate cáscara declinó cerca de 40% (Morales, 1994: 54). La explicación de este decremento parece estar en la estructura de la comercialización, “.... que no permite la retención adecuada de excedentes por parte del productor, para incentivar la inversión productiva” (ibid.: 55). Esto se refleja en la disminución de los rendimientos, que han caído en los últimos 10 años. El sorgo y la caña de azúcar, productos industriales, representan en 1998 45% de la superficie total sembrada en la entidad. La caña de azúcar registró un fuerte descenso en la superficie ocu- pada (aproximadamente 14 851 hectáreas), debido sobre todo al cierre de los ingenios de Oacalco y Emiliano Zapata; en el espectro de la privatización de la industria, se espera que se agudice aún más la crisis de la industria cañera. Tan solo en las áreas aledañas a la zona metropolitana de Cuernavaca, entre 1985 y 1998 ha ocurrido un drástico descenso en la extensión de la superficie cultivada, aunque mejoraron los rendimientos por hectárea.16 El área dedicada al cultivo de caña de azúcar disminuyó 42%; la siembra de granos y cultivos forrajeros descendió 40.4%; las hortalizas, 14% y los frutales, 6.6%. En contraposición, las flores y plantas de ornato incrementaron la superficie cosechada casi en 80% (Trápaga y Torres, 1994: 194; SAGARPA, 2000). En el periodo señalado hubo variaciones en cuanto a la superficie cultivada, así como en los rendimientos que se obtuvieron por producto. Por ejemplo, el arroz palay, de 741 hectáreas cosechadas, en 1985 aumentó a 1 002 hectáreas, en 1998 incrementó su rendimiento de 6.3 a 10.0 toneladas/ hectárea; por otra parte, el maíz, de temporal y de riego, pasó de 3 797 hectáreas a 2 769, elevándose sus rendimientos de 1.9 a 2.3 toneladas/hectárea; la caña de azúcar tuvo un descenso en cuanto a la superficie cultivada, al pasar de 1 424 hectáreas a 810, así como también sus rendimientos, que disminuyeron de 119 a 105 toneladas/hectárea. Otros cultivos ocuparon diferentes superficies en la periferia de la Zona Metropolitana de Cuernavaca (antes de 1985 y después de 1998), pero con rendimientos distintos; por ejemplo, la siembra de calabacita pasó de 130 a 85 hectáreas, pero su rendimiento aumentó de 11.5 a 13.8 toneladas/hectárea; la cebolla aumentó de 104.9 a 124 hectáreas, pero el rendimiento disminuyó de 18.6 a 18.0 toneladas/hectárea. Los cultivos ornamentales y los destinados a la alimentación animal aumentaron enorme- mente: el cultivo de rosales creció de 276 a 414 hectáreas, y los rendimientos aumentaron de 14 a 20 toneladas/hectárea; la producción en viveros fue espectacular: de tan solo 4 hectáreas sembra- das en 1985, se pasaron a 72 en 1998 (ibid.). Para el ciclo agrícola 1998-1999, la actividad del cultivo de flores era aún muy importante, sobre todo en la Zona Metropolitana de Cuernavaca, donde se sembraron 524 hectáreas de rosal, nardo y gladiola, para atender el mercado de la Ciudad de México (SAGARPA, 2000, 2000a). El sorgo tuvo un incremento espectacular entre 1984 y 1987 (quizá como reflejo de la ga- naderización del agro), al pasar la superficie sembrada de 29 mil hectáreas a más de 40 mil. Sin embargo, la tendencia se revirtió entre 1987 y 1999 y disminuyó 24.3%, quedando en aproxima- damente 30 000 hectáreas; dicha situación coincidió además con un desplome en el precio del producto. Esta tendencia se mantuvo prácticamente igual hasta 1998 (INEGI, 1993; 1997: 299; SAGARPA, 2000, 2000a). Actualmente y, dentro de la crisis que vive, se sigue practicando una importante actividad agrícola en la periferia de las zonas metropolitanas de la entidad, tanto en los ámbitos netamente rurales que rodean a la mancha urbana, como también en lo que se conoce como espacios agrícolas

16 Se ha señalado que el incremento en los rendimientos es una consecuencia posible de la depuración de productores en los ejidos, debido a la disminución de los subsidios a la producción y a la paulatina inaccesibilidad a los créditos. Ello dio lugar a que, quienes pudieron sobrevivir, tuvieron un mayor acceso a los paquetes tecnológicos (Morales, 1994). 38 AGRICULTURA E INDUSTRIA EN MORELOS

periurbanos, ámbitos simbióticos donde confluyen la ciudad con el campo (Ávila Sánchez, 2001). Los tipos y formas de explotación van desde la producción para el autoconsumo, hasta la produc- ción de cultivos con alto nivel tecnológico y de alto valor comercial, casi exclusivamente para la exportación. El Cuadro 3 ilustra acerca de la importancia de estos espacios en la agricultura estatal.

Cuadro 3 Producción agrícola de las Zonas Metropolitanas de Morelos en 19991

Hectáreas sembradas Zona Zona Zona Metropolitana Metropolitana Metropolitana Total Zonas % Respecto al Cultivo Jojutla Cuautla Cuernavaca Metropolitanas Total estatal total estatal Arroz 833 591 1 002 2 426 2993 81.06 Maíz 6 396 11 470 2 769 20 635 39 734 51.93 Cacahuate 326 10 135 471 2981 15.80 Frijol 18 367 84 469 2 255 20.80 Calabacita 7 31 85 123 652 18.87 Cebolla 46 30 124 200 1 599 12.51 F. Ejote 140 3 143 245 58.37 Jitomate 4 1 341 121 1 466 3 388 43.27 Sorgo grano 1 862 8 858 428 11 148 30 238 36.87 Gladiola 49 28 77 110 70.00 Nardo 31 2 33 74 44.59 Girasol 21 21 21 100.00 Pasto tapete 37 37 37 100.00 Otros cultivos 1 483 6 624 22.39 Subtotal 7 282 38 732 90 951 42.59 Caña de azúcar2 4 774 810 12 866 18 510 69.51 Rosal2 414 414 414 100.00 Subtotal 13 280 18 924 70.18 Gran total 52 012 109 875 47.34

1 Datos del ciclo agrícola Primavera-Verano 1999. 2. Datos de los resultados obtenidos en los cultivos perennes ciclo agrícola 1997-1998 y 1998-1999. Zona Metropolitana de Cuernavaca: Cuernavaca, Emiliano Zapata, Temixco, Xochitepec y Jiutepec. Zona Metropolitana de Cuautla: Cd. Ayala, Cuautla, Tlayacapan, Yautepec y Yecapixtla. Zona Metropolitana de Jojutla: Jojutla, Tlaltizapan, Tlaquitenango y Zacatepec. Elaboraron: Héctor Ávila Sánchez y José Rodolfo Gaona García. Fuente: SAGARPA (2000; 2000a), Distrito de Desarrollo Rural (DDR), “Zacatepec-Galeana”, SAGARPA Morelos. Anuario Estadístico de Morelos (1998-1999) y Base de datos personal 1994-1999. HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LAS REGIONES AGRÍCOLAS 39

La tenencia de la tierra

En Morelos, 80% de la superficie agrícola es de tipo ejidal. Para 1991 existían 239 ejidos distri- buidos por todo el estado (INEGI, 1991), con una superficie de 383 520 hectáreas. De ella, 43% se dedicaba a las actividades agrícolas, 44% eran pastos naturales y agostaderos, mientras que 9.6% estaba clasificada como bosque o selva INEGI( , 1994). Para el año en cuestión, las tierras agrícolas ejidales eran principalmente de temporal (67%); las superficies con acceso al riego se localizan en las zonas de mayor producción en el estado, como Ayala, Axochiapan, Tlaquiltenango, Cuautla, Tlaltizapan, Tepalcingo y Jojutla (INEGI, 1993: 16). Su situación es un tanto compleja en la me- dida que se han estrechado los marcos de operación para los campesinos ejidatarios (depuración, créditos escasos y caros, emigración, etc.); ello ha acelerado el rentismo y la venta de terrenos eji- dales (abierta o simulada), generando un paulatino proceso de concentración. La entrada en vigor de las modificaciones al artículo 27 fortalecerá el fenómeno y legalizará lo ilegal. Los ejidos practican fundamentalmente la agricultura, y en segundo lugar la actividad pe- cuaria, en particular la cría de ganado bovino. En 25% de los ejidos se practica la actividad forestal y sólo en dos de ellos es la actividad principal (Ocuituco y Tepalcingo (ibid.).

El avance de la mancha urbana y los cambios en el uso del suelo

Un estudio realizado en la Zona Conurbada de Cuernavaca (ZCC; Trápaga y Torres, op. cit.), da cuenta del abandono gradual de la práctica agrícola, debido a la incosteabilidad y declinación de los cultivos tradicionales, así como también al efecto cada vez mayor de la contaminación urbano- industrial sobre los recursos naturales (ibid.: 191). La ZCC está conformada por los municipios de Cuernavaca, Jiutepec, Emiliano Zapata, Temixco y Xochitepec, área de acción de la Unión de Ejidos Plan de Ayala. En 1990, la zona urbana ocupaba 8 352 hectáreas, con una población de 511 000 habitantes. En esta región, que rodea al área urbana, se cultivan hortalizas, flores y granos. Se trata de los denominados cultivos periurbanos. La influencia del fenómeno urbano ha afectado al valle desde el punto de vista ambiental (descargas de las industrias a los ríos, residuos sólidos, basura, etc.), así como también a las tierras y aguas de alto rendimiento agrícola; a tal grado que, entre 1988 y 1992, 32% de la superficie de alto rendimiento se ha dejado de sembrar, o ha sido absorbida por la mancha urbana (ibid.: 193). El desarrollo y expansión de la mancha urbana en Cuernavaca y Cuautla no ha estado exen- ta de disputas legales, sobre todo en los litigios por las tierras ejidales periféricas. Las uniones de ejidatarios y comuneros de las zonas periurbanas, han denunciado el despojo de parte de sus terrenos, en beneficio de inmobiliarias y concesionarios de balnearios y otros servicios turísticos. En Cuernavaca, tales fenómenos se han registrado en las comunidades de Chamilpa, Ocotepec, Ahuatepec, Santa María Ahuacatitlán, Tejalpa, Acapatzingo y Chapultepec. En Cuautla ha ocu- rrido en los poblados de Tetelcingo, Cuautlixco, Anenecuilco, Oaxtepec y Cocoyoc (García Jimé- nez, 1991: 208-209). Situación similar se señala en CIVAC, que se asienta sobre 400 hectáreas de tierras comunales del pueblo de Tejalpa, que no se han restituido. También se invadieron tierras en la reserva ecológica de El Texcal, así como en el Cerro de la Corona (ibid.). 40 AGRICULTURA E INDUSTRIA EN MORELOS

La contaminación ambiental

Se manifiesta fundamentalmente en las principales áreas urbanas de la entidad, Cuernavaca y Cuautla aunque, cabe señalar, las áreas rurales agrícolas y forestales muestran un fuerte grado de deterioro. En el área metropolitana de Cuernavaca existen diferentes tipos de contaminación: la de tipo industrial, generada por las numerosas plantas de CIVAC; las descargas originadas por los asentamientos humanos del área urbana que van a dar principalmente a las barrancas; el tercer tipo lo constituyen los insumos agrícolas de origen químico-industrial. Aunque en este estudio no se contempla su análisis, los problemas derivados de la generación de basura adquieren gran importancia, sobre todo por su incidencia en las corrientes hídricas (filtraciones hacia acuíferos, corrientes y lagunas), en la calidad del aire y, visualmente. en las áreas rurales. Se han identificado áreas con impacto ambiental diverso, donde la más afectada es la parte oriente y suroriente del área urbana. Se señala que la contaminación del agua ha tenido un impacto negativo doble en la produc- ción agrícola de la ZCC: ha restringido la variedad del patrón de cultivos y la productividad. En este sentido, han afectado enormente al jitomate y al tomate de cáscara; frente a la mala calidad del agua, los productores recurren al uso de agroquímicos, con un fuerte costo ambiental; como un efecto importante se ha observado el acortamiento del ciclo de vida de los cultivos; por ejemplo, los rosales se aprovechaban durante quince años, en cambio ahora es posible por ocho años; en el tomate se hacían generalmente 12 cortes y de modo paulatino se han reducido a cuatro; también han experimentado algunos efectos hortalizas como el pepino y la calabaza (ibid.:198-200). En 1992 se destinaban alrededor de 56 000 hectáreas a la producción agrícola bajo régimen de riego. Sin embargo, 75% de ese total registraba algún grado de contaminación, como producto de los altos contenidos fecales que traen consigo las aguas que son descargadas directamente a los ríos y las barrancas (Berlanga, 1993, citado en Morales, op. cit.: 156). Ello implicó algunas res- tricciones a la producción de hortalizas, pues según algunos resultados obtenidos sobre la calidad del agua en el estado, se determinó que sólo 10 000 hectáreas disponían de agua limpia, siendo crítica la situación en las zonas periféricas de las áreas metropolitanas de Cuernavaca y Cuautla (ibid.: 157). Asimismo, se conoce que la calidad de las aguas utilizadas para la agricultura, tiene importantes efectos en la estructura química del suelo, debido a la progresiva acumulación de sales y otros elementos; esto a su vez deriva en un uso cada vez mayor de fertilizantes químicos, a fin de obtener los máximos rendimientos posibles; así sucede en aproximadamente 3 000 hectáreas de los municipios de Jiutepec y Emiliano Zapata (Oswald, 1993: 312). Sin embargo, a la larga este proceso afecta la fertilidad de los suelos. El panorama no es más halagüeño respecto a los recursos forestales en las montañas more- lenses. Estas áreas manifiestan un alto grado de deterioro,17 debido a factores como la paulatina expansión de la mancha urbana, y la descontrolada y rudimentaria explotación de recursos made- rables y no maderables, en su mayor parte de manera ilegal. Esto ocurre principalmente en la zona norte (Altos de Morelos) y en el noroeste (Huitzilac, Cuernavaca y Tepoztlán), donde existe una gran presión sobre los macizos boscosos de pinos, encinos y oyameles principalmente, de donde se corta madera para leña, empaques, postería y la construcción. En las montañas del sur del estado, donde domina la selva baja caducifolia, también hay una fuerte presión sobre ciertas especies. Se

17 Según la Secretaría de Desarrollo Ambiental del estado de Morelos, la entidad cuenta actualmente con sólo 18% de los recursos forestales de los que disponía hace 30 años, debido a las causas señaladas (Véase La Jornada de Morelos, 21 de marzo de 2000: 11). HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LAS REGIONES AGRÍCOLAS 41 les tala para su utilización como combustible, en cercos y en la construcción (Boyás et al., 1993: 195-231). En los municipios de Huitzilac y Tetela del Volcán, al norte de la entidad, se extraen grandes cantidades de tierra negra y hoja de monte, que abastecen a los numerosos viveros de la Ciudad de México, así como a los de Cuernavaca, Cuautla y Yautepec.18 Esta actividad ha ido en aumento durante los últimos cinco años y, según una encuesta, ha incidido en el paulatino abandono de la agricultura, que no es tan rentable como la extracción de tierra y hoja (ibid.: 215-216). La extrac- ción ilegal de tierra de monte ha contribuido notablemente a la degradación de los recursos fores- tales; las autoridades ambientales reconocen que el volumen anual permitido, esto es, de 80,000 metros cúbicos, se ha duplicado y aumenta notablemente, por el crecimiento de la producción bajo vivero y por la demanda de las residencias de descanso en la entidad (La Jornada de Morelos, 9 de abril de 2000: 9).

18 En 1993 se calculaba que diariamente se extraía un promedio de 50 camiones de 6 metros cúbicos cada uno. Aspectos territoriales de la industrialización en el estado de Morelos

El emporio agroindustrial del azúcar

La mayor parte del desarrollo industrial de Morelos, ha estado ligado al potencial agrícola de la entidad, sobre todo el cultivo de la caña de azúcar. Desde la época colonial, hasta mediados del siglo XX, los ingenios azucareros influyeron en la conformación de los espacios agroindustriales y, en menor medida, de los urbanos. Sólo a partir de los últimos cuarenta años, la práctica de las ac- tividades industriales se ha diversificado, con notables implicaciones territoriales, particularmente por la concentración en el corredor Cuernavaca-Cuautla. La primera fase del desarrollo industrial en Morelos, tiene lugar durante el último tercio del siglo XIX y la primera década del presente siglo, a través de la poderosa industria azucarera y de la producción de alcohol, que adquirió renombre a nivel internacional.19 Tal proceso fue posible gracias a una serie de hechos que confluyeron en el espacio morelense de la época, y que formaban parte de la estrategia con la cual se expresaba la inmersión plena del país en el desarro- llo capitalista. En primera instancia, tiene lugar un gran cambio tecnológico en los ingenios de las haciendas azucareras, que dominaban el paisaje en la entidad. Se trató de la introducción de grandes maquinarias e implementos agrícolas movidos tanto por electricidad como por vapor, que incrementaron notablemente la producción. En ese gran desarollo industrial incidió el sistema de comunicaciones férreas y carreteras, que se organizó en torno a la gran región de producción azucarera, estableciendo su trazado en los accesos a los grandes ingenios (Díez, 1919). También fueron importantes las magnas obras hidráulicas que realizaban los hacendados, para asegurar los caudales de agua suficientes y ampliar las superficies de riego de caña de azúcar y arroz, así como también para hacer funcionar las plantas eléctricas recién instaladas en las diferentes fábricas (Von Mentz, 1993: 50). Ese fue el desarrollo industrial que ocurrió en Morelos desde el auge porfírista hasta el pri- mer decenio del presente siglo. Por tanto, era muy clara la función territorial de sus espacios: por una parte, el ámbito rural, el de los grandes cañaverales del centro-sur y sur de la entidad, regidos por la hacienda y el in- genio azucarero; en menor medida, pero también importante era la actividad que se derivaba de la operación de los molinos beneficiadores de arroz. Por otra parte, estaba constituido un ámbito

19 Si bien el emporio azucarero del estado de Morelos se constituyó desde la época colonial, es a partir de la segunda mitad del siglo pasado cuando desarrolló funciones de empresa capitalista de un alto nivel tecnológico. 43 44 AGRICULTURA E INDUSTRIA EN MORELOS urbano, a partir de las actividades y funciones de las principales ciudades de la entidad (Cuerna- vaca y Cuautla) y los numerosos pueblos ubicados en sus cercanías. Ahí se establecieron algunas empresas dedicadas a la producción de hielo, jabón, aguas gaseosas y al desarrollo de otros trabajos artesanales, como el curtido de la piel y la fabricación de cerámica.

La incipiente industrialización posrevolucionaria

Una segunda etapa en el desarrollo industrial de Morelos, tiene lugar a partir de la finalización del conflicto revolucionario, al tiempo que se llevaba a cabo la reconstrucción nacional. En Morelos, empero, el incipiente intento de industrialización no tuvo los alcances que en otras partes del país, y su participación fue colateral en el espectro económico de una entidad que conservaba todavía una fuerte vocación agropecuaria. Hacia 1930, la industria en Morelos se encontraba poco desarrollada, remitiéndose casi exclusivamente a la transformación de los productos agrícolas. Destacaban en este respecto, el beneficio del arroz y, de alguna manera, la fabricación de azúcar, actividad que estaba en vías de re- cuperación después de la destrucción de los cañaverales e ingenios durante el movimiento revolu- cionario. Dichas actividades se llevaban a cabo en la región conformada por los valles agrícolas de Cuernavaca y Cuautla, así como en las ricas vegas de Jojutla. El resto de las actividades industria- les en el ámbito rural tenía un carácter artesanal y casero. En otras poblaciones diseminadas por los diferentes rumbos del estado, se trabajaban en pequeña escala los textiles, las plantas tintóreas y forrajeras; especialmente en las regiones montañosas del norte y sur del estado, funcionaban pe- queños aserraderos de madera cuyos productos se utilizaban en la construcción y en la ebanistería, así como en la fabricación de aperos de labranza. La actividad industrial se incrementaba en las áreas urbanas de Cuernavaca, Cuautla y Jo- jutla, donde surgían nuevos talleres de carácter artesanal; ahí se trabajaban productos de alfarería y loza vidriada. También se fabricaban zapatos, sombreros, utensilios de fibras, costales y reatas; generalmente, en las inmediaciones de los ingenios, trabajaban algunas refinerías de aguardiente,20 mezcal y licores de distintas frutas (Secretaría de Agricultura y Fomento, 1934: 9). Por el interés de impulsar el desarrollo industrial en el estado, y como parte de la reactivación económica posrevolucionaria, el gobierno local promulgó, a partir de 1931, diversas leyes que bus- caban crear y fomentar nuevas industrias en el estado de Morelos. El objetivo era atraer la mayor cantidad posible de nuevas empresas y, a la vez, fortalecer el aprovechamiento de los productos agrícolas. Se ofrecían los siguientes alicientes: las industrias nuevas pagarían durante cinco años sólo 50% de sus impuestos; las que se crearan con posterioridad a la vigencia de esta ley y que fabricaran artículos manufacturados con mercancías agrícolas cosechadas en tierras de Morelos, sólo pagarían 75% de sus impuestos. También había alicientes para los inversionistas que aumen- taran su capital por lo menos 50%, o bien para quienes incrementaran 30% la planta de personal.21 Sin embargo, hasta 1940, salvo la reestructuración de la industria azucarera, no se registró en el estado otra inversión considerable en este sector. Desde el término de las acciones armadas de la Revolución, pero sobre todo a partir de 1925, se pretendió utilizar los ríos y manantiales morelenses, intentando industrializar el estado; de

20 En los pueblos de Buenavista y Tlaltenango, al norte de Cuernavaca, se localizaban algunas de las fábricas más importantes de aguardiente en la entidad. Su funcionamiento requería de importantes volúmenes de leña, que se extraía de los bosques del norte de Morelos. Véase Ruiz de Velasco (1925); Díez (1933). 21 Periódico Oficial del Estado de Morelos (PoEm); 25/12/1932; No. 487, secc. 2a., p. 1 ASPECTOS TERRITORIALES DE LA INDUSTRIALIZACIÓN 45 forma paralela al reparto agrario, se promulgó una nueva ley para el uso de las aguas.22 Se hicieron numerosas solicitudes para concesiones de diferentes ríos, principalmente para la generación de energía eléctrica); la principal corriente utilizada para este fin era el río Amacuzac, con tomas en diferentes puntos, aunque también se utilizaban otras corrientes importantes como el río Cuautla, el Tembembe, el Higuerón, etc. La existencia de una importante cantidad de barrancas distribui- das en la geografía morelense, permitía aprovechar algunas caídas de agua, que fueron utilizadas en la generación de fuerza motriz.23 La mayoría de las peticiones para estas concesiones, tenía como fin la venta de la energía generada.24 Sin embargo, casi la mitad de las solicitudes de explo- tación hechas entre 1925 y 1935 fueron canceladas, ya sea por la falta de capital,por lo inadecuado de las obras, o bien por el incumplimiento de las mismas.25 Por otra parte, una actividad que tuvo cierta importancia industrial, fue la explotación de diferentes bancos de materiales existentes en algunas zonas de la entidad, para la fabricación de cemento, yeso, cal y mármol. Entre los años 1921 y 1926 se registró un cierto auge de la acti- vidad, al denunciarse la existencia de por lo menos cuarenta fundos mineros y el reclamo para su explotación;26 cabe señalar que el desarrollo de la actividad se vio favorecido en parte, por la política gubernamental de exenciones fiscales (López, 1993: 108-109). Las concesiones en este ramo eran requeridas por inversionistas nacionales, pero también por capitalistas franceses y nor- teamericanos. Los principales yacimientos de yeso y cal se encontraban en Jiutepec,27 mientras que en el sur del estado, en los límites con Guerrero, se explotaban productos metamórficos como los mármoles y el ónix. Otro tipo de explotación mineral en la entidad ocurría en la parte sur, en numerosos fundos mineros, alrededor de la localidad de Huautla, municipio de Tlaquiltenango; también en esa época fueron constantes los denuncios de áreas explotables en los cerros del municipio de Tepoztlán. En ambos casos. se extraía principalmente la plata. pero también otros metales como el oro y el cinabrio. En menor medida, también se realizaron explotaciones minerales en algunos lugares de Xochitepec, Miacatlán, Tepalcingo y Puente de Ixtla. Durante la segunda mitad de la década de los treinta, en pleno auge del programa agrarista del cardenismo, se reforzó aún más el carácter agroindustrial del modelo económico local. Se construyó el gran ingenio de Zacatepec, con el cual se pretendía reorganizar la industria azucarera

22 A partir de 1920, el gobierno federal dio cauce a una declaratoria, mediante la cual se establecía la propiedad nacional sobre las corrientes de agua de caudal permanente, superficiales y subterráneas, a fin de reorientar su uso entre las sociedades ejidales, comunidades agrarias y particulares. Bajo estos principios se sustentaba la Ley de Aguas promulgada en 1926; en lo sucesivo, los usos futuros serían reglamentados por las disposiciones de la recién creada Comisión Nacional de Irrigación, así como de la Comisión Nacional Agraria (Véase Avila, H., 1998: 100). 23 Por ejemplo, parte del fluido eléctrico que alimentaba a la ciudad de Cuernavaca, se generaba en las caídas de agua de los manantiales de Chapultepec, al nororiente de la capital morelense. 24 Fue el caso de la solicitud que hicieron los señores Roberto Pesqueira y José Serrano, para que se les concesio- naran las aguas del río Yautepec; se requería utilizar un caudal de 3000 l/seg. durante todo el año. Se generaría energía por caída de 120 metros, para su venta a negociaciones de Cuautla y Yautepec. POEM, 30/5/1930, No. 352, p. 1. 25 Declaración de deserción a la solicitud del Sr. Manuel Novoa (22/3/1912), para la concesión en el aprove- chamiento de aguas del río Amacuzac, por no realizar las obras a las que se comprometió (POEM, 30/9/1928; No. 292, p. 2). 26 POEM, varios números de 1920 a 1935. 27 “Morelos ofrece las mejores perspectivas para la industria del Cemento Portland. De acuerdo con un informe técnico, las montañas que rodean a Cuernavaca, los pueblos de Jiutepec, Tejalpa y la Calera, así corno San Andrés de la Cal, poseen grandes yacimientos cretáceos o de carbonato de cal. Las cercanías de Jiutepec serían el lugar más apropiado para levantar una fábrica de cemento, porque además de la carretera, inaugurada recientemente, está el ferrocarril central muy a la mano, la energía eléctrica solamente necesitaría unos cuantos kilómetros de prolongación o bien podría aprovecharse una caída de agua para producirse...” (POEM, 10/1/1933; núm. 488, Secc. 1a, p. 3) 46 AGRICULTURA E INDUSTRIA EN MORELOS morelense. De esta manera, al tiempo que en la entidad se fortaleció el proceso de la “moderni- zación agrícola” (construcción de obras de riego, introducción de nuevos cultivos, mecanización del campo, etc.), se intentó poner en marcha una política de industrialización. A través de dicha medida se pretendía ofrecer fuentes de empleo a la población campesina local, con base en un desarrollo que articulara las actividades agropecuarias con la fabricación de artesanías. Se esta- blecieron los lineamientos para fortalecer el crecimiento de “… las industrias de transformación. de ensamble, extractivas de minerales no metálicos, de construcción de viviendas populares y de obras de beneficio social, mediante exenciones o reducciones de diversos impuestos estatales y municipales” (Ordoñez, 1997: 22). Ya desde entonces era manifiesta la tendencia a la concentración espacial de la industria en la entidad. Fuera de la explotación mineral, así como de la agroindustria azucarera y del beneficio de arroz, el desarrollo de la actividad industrial de Morelos buscaba ubicarse en las zonas urbanas de la entidad. Las condiciones para el desarrollo de la industria se daban, sobre todo, en esos lugares; hechos como la existencia del mayor mercado local para los productos, la confluencia del sistema estatal de transporte (ferroviario y carretero), así como la introducción de la electricidad y el agua potable en Cuernavaca, a partir de los años treinta, reforzaron dicha tendencia. Años más tarde comenzaron a dirigirse los pasos hacia una nueva etapa del desarrollo indus- trial. En 1943 se instala en el municipio de Jiutepec la fábrica de cemento Anáhuac. En la misma zona se instala en 1953 la empresa Rivetex, fabricante de productos textiles.

La concentración urbano-industrial y la polarización regional

La tercera etapa del desarrollo industrial de Morelos tiene lugar a principios de la década de los sesenta, al crearse la Ciudad Industrial del Valle de Cuernavaca (CIVAC), que repercutió sensi- blemente en la organización territorial del estado. En efecto, la atracción de inversiones, de mano de obra y la construcción de nuevas vías de comunicación, entre otros hechos, reforzó la polariza- ción de las dos principales ciudades, con respecto al resto de la entidad. Las inversiones que llegaron a Morelos provenían principalmente de empresas asentadas en el Valle de México, atraídas por los estímulos fiscales y la cercanía al gran mercado. Se instalaron empresas en ramos como la química, la químico-farmacéutica y la automotriz.28 Esa nueva etapa de la industrialización en el estado, sobre todo la creación de CIVAC, agu- dizó aún más el proceso urbanizador que ya estaba en marcha desde los años cincuenta. Asimismo, en esa época afloró. o más bien se agravó, un problema latente hoy día y que tiene que ver con la contaminación de los suelos y los cuerpos de agua, con efectos incluso en la actividad agrícola.29 Durante el periodo 1960-1980, tiene lugar en Morelos un proceso de industrialización acelerada, con importantes repercusiones en la estructura económica y en la composición de la población económicamente activa. Ya se ha mencionado el impacto territorial que ha causado la actividad industrial, la que junto con el proceso urbanizador, han contribuido a transformar notablemente los espacios regionales de la entidad, fortaleciendo más bien el efecto polarizador

28 Importantes firmas farmacéuticas como Lepetit, se instalan en 1962; Unipac en 1966 y Syntex en 1967. La planta armadora de autos Nissan se inaugura en 1966. En la década de los setenta continúa la llegada de empresas y se asientan en CIVAC, Pond’s en 1972 y Christianson en 1973 (Véase Becerril, 1993: 319-331). 29 Consúltese al respecto, en Trápaga y Torres (coord, 1994), el capítulo X “Hacia una reconversión productiva con equilibrio ambiental. La propuesta de la Unión de Ejidos Plan de Ayala, Morelos”. Ahí se señalan algunos efectos que causan las aguas derivadas de la industria, sobre el rendimiento de los cultivos. ASPECTOS TERRITORIALES DE LA INDUSTRIALIZACIÓN 47 del corredor Cuernavaca-Cuautla en lo económico, político y poblacional, en demérito del resto de las regiones del estado. Se considera, por tanto, que la industrialización en Morelos no ha respondido por completo al objetivo para el que fue impulsada: ser uno de los pilares del desarrollo económico local. Ade- más, ha enfrentado diversos problemas para insertarse en el contexto de la apertura económica del país. Por eso, en un periodo de 30 años, la política de industrialización del estado pasó, al menos en el discurso, de la promoción a la prohibición de implantar nuevas empresas industriales en la zona metropolitana de Cuernavaca;30 en ese sentido, a partir de la década de los ochenta, se trató de orientar su estrategia hacia otras zonas del estado, preferentemente el sur (Proyecto Constelación del Sur en Puente de Ixtla, Jojutla, Zacatepec y Amacuzac), así como también hacia el oeste, con la pretensión de implantar el corredor agroindustrial de Miacatlán, Mazatepec, Tetecala y Coatlán (Tapia, 1993: 126-127). También se otorgó un carácter prioritario al desarrollo industrial en los municipios de Amacuzac, Axochiapan, Puente de Ixtla, Tepalcingo, Villa de Ayala y Zacatepec, aunque no se han tenido resultados alentadores a ese respecto. La industria mostraba una fuerte concentración alrededor de CIVAC, y en menor medida, en Cuautla-Ciudad Ayala y en Jojutla-Zacatepec. En 1988 ambas zonas concentraban práctica- mente la totalidad de la inversión bruta fija: 50.2 y 42.2% (Becerril, 1993: 324). Hacia el año de 1995, en la zona conurbada de Cuernavaca se asentaba 58% de la planta industrial de la entidad y se generaba 81% de los empleos en el sector industrial (Gobierno del Estado, 1996). Durante la década de los setenta, se crea el Parque Industrial de Cuautla, el otro conglo- merado de este tipo en el estado, el cual alberga a empresas de los ramos alimenticio, de insumos agrícolas, químico-farmaceútica, del vidrio y electrónica. En cuanto a las características de los establecimientos, si bien existen las grandes empresas a las que se ha hecho alusión, el tamaño promedio de las manufactureras en Morelos es más bajo que el promedio del país. En 1988 se ocupaban 14.8 trabajadores por unidad económica, mientras que la media nacional era de 18.0 (Becerril, 1993: 324).

La actualidad de los espacios industriales en la entidad

El análisis de las actividades industriales en el estado puede abordarse desde distintas perspectivas, con especifidades propias en cada una. Por ejemplo, si se analiza a partir de la ramas de actividad, se tiene que la producción de alimentos, bebidas y tabacos registró, en 1993, el mayor porcentaje de unidades económicas registradas en el estado (42.8%). Algo similar ocurre en cuanto al porcen- taje del personal ocupado (26.1%), el más alto en la entidad: la situación cambia cuando se analiza su participación en lo referente al valor de la producción industrial, muy por debajo de la industria metálica y la química (Cuadro 4). El hecho de que esta rama alcance altos porcentajes de participación en unidades económi- cas y personal ocupado, tiene que verse a partir de que se trata de pequeñas negociaciones, que ocupan un promedio de seis empleados, distribuidas por todo el estado, pero con una reducida inversión de capital, y en muchos casos, con un nivel artesanal de explotación.

30 En la práctica, los hechos contradicen las declaraciones. Desde 1994, se puso en marcha un proyecto de coinversión mexicano-español-italiano, para construir en el municipio de Emiliano Zapata, en el área conurbada de Cuernavaca y aledaño a CIVAC, la planta cementera Port-land-Moctezuma, la más grande de su tipo en América; asimismo, se ha instalado en ese mismo municipio, la Ciudad de la Confección, un complejo industrial de unidades productivas orientadas a la fabricación de prendas de vestir. 48 AGRICULTURA E INDUSTRIA EN MORELOS

Una situación contraria ocurre en las dos ramas industriales que más aportan a la generación del producto industrial estatal. La rama más importante, la de la fabricación de productos metáli- cos, maquinaria y equipo, registró 21.8% de la unidades económicas y 25.9% del total del personal industrial ocupado; la industria química y de derivados del petróleo, por su parte, registró 2.3% de las unidades económicas y 17 % del personal ocupado; su mayor aportación está en el valor de la producción, pues para 1993 generaron 54.2% y 21.6% del producto industrial en el estado de Morelos (Cuadro 4). El hecho adquiere aún mayor relevancia si se observa la fuerte concentración espacial que presentan estas dos ramas industriales. En efecto, el mayor número de empresas fabricantes de productos metálicos y maquinaria se localizan en la Zona Metropolitana de Cuernavaca (52%) y en el área de Cuautla (17.6%); por su parte, la industria química se localiza fundamentalmente en la zona de Cuernavaca (60.6%). Su carácter centralizador lo evidencia el hecho de que la primera genera 98% del valor total de la producción estatal en esta rama y, la segunda, 96.5% (Cuadro 5). A diferencia de otras ramas industriales, se trata de empresas de un alto nivel tecnológico (industria automotriz y partes metálicas), o bien, que han efectuado grandes inversiones de capital (indus- trias farmaceútica y automotriz). Las condiciones que han posibilitado esta concentración, han sido las mismas que se esta- blecieron en la política de industrialización estatal que se impulsó desde 1960. A estas empresas se les atrajo por la cercanía al gran mercado de la Ciudad de México y por lo adecuado del sistema de transportes terrestres, que garantiza una rápida salida tanto a los puertos de ambas costas, como a las principales ciudades del centro del país. Asimismo, existe una importante infraestructura en cuanto a la dotación de energéticos, agua y los servicios urbanos. Aunado a esto, parece haber una política flexible en cuanto a las normas ambientales con que se tratan los desechos industriales. En la década de los ochenta continúa la tendencia a la concentración exclusivamente en Cuernavaca y Cuautla, y para los noventa, la polarización urbano-industrial en el estado, se adecua al contexto del proceso de la apertura comercial que se desarrolla en el país. Por ello, la necesidad de reforzar las vías de comunicación y atraer nuevas inversiones. Así, el desarrollo de la industria en Morelos experimenta hoy día una importante transfor- mación en cuanto a sus procesos de trabajo, sus objetivos productivos en el panorama económico local y global. Se acude a una nueva etapa del proceso de industrialización, sensiblemente distinta a la anterior. En concreto, a partir de 1985 se manifiestan las tendencias de una nueva industrialización en Morelos —que coincide con la reconversión de la industria de sustitución de importaciones— por otra, caracterizada principalmente por la deslocalización de los procesos productivos, donde destaca la participación de una naciente industria maquiladora, principalmente textil y del vestido, además de la electrónica (Ordóñez, 1999: 1117-1118). En este nuevo contexto de producción, las plantas ya existentes, o bien las de nueva instala- ción, han requerido incorporar técnicas modernas y procesos automatizados en sus plantas. Tal es el caso de la industria farmacéutica de CIVAC (Syntex, Lepetit), así como de otras nuevas como Saint Gobain, además del proyecto de Cementos Moctezuma y las diferentes empresas que se han establecido en la Ciudad de la Confección. La rentabilidad de la producción exige ahora, además de factores locacionales, la incorporación de tecnologías de punta que permitan tener competiti- vidad con otras regiones industriales del país. Éste es, precisamente, uno de los grandes retos que hoy enfrenta la industria de Morelos. ante la necesidad de retener a las empresas ahí localizadas, además de ofrecer ventajas a quienes buscan nuevos espacios para la inversión. El análisis de la distribución espacial de la industria en el estado de Morelos, muestra que la realidad es diferente a aquella que propala el discurso oficial. La actividad continúa excesivamente ASPECTOS TERRITORIALES DE LA INDUSTRIALIZACIÓN 49 centralizada. Si bien se han propuesto políticas para descentralizar esta actividad, el hecho es que, fuera de la zona metropolitana de Cuernavaca, no se han establecido políticas adecuadas para la creación de nuevas zonas o regiones industriales en otros lugares del estado. De acuerdo con los elementos considerados en la planeación económica estatal, se puede dividir al territorio local en cuatro regiones industriales;31 así, se tiene que la Zona Metropolitana de Cuernavaca (ZMC) concentraba en 1993, 46.9% de las unidades económicas registradas, muy por encima del Corredor Ayala-Cuautla-Yautepec (ACY), con 15.8% (Cuadro 6). El resto de las zonas señaladas por la política estatal de planificación económica, no tiene prácticamente ninguna participación en la actividad industrial, o en el mejor de los casos, su inter- vención continúa siendo muy colateral. En el llamado Corredor del Sur, no hay mayor desarrollo industrial salvo el que ya existía. el de la producción de caria de azúcar; se ubican ahí 18.4% de las unidades económicas en lo que respecta a la industria alimenticia, de bebidas y del tabaco, y aporta el 18% del valor total de la producción industrial en el estado. Sin embargo, se debe considerar que, si bien en algunos rubros el porcentaje de las unidades económicas es significativo, éstas tienen un bajo nivel económico. Por ejemplo, esta región contaba en 1993, con 11.3% de las unidades eco- nómicas dedicadas a la producción de textiles, vestidos y cuero, pero con una aportación de 0.6% del valor total en este rubro (Cuadro 7). Algo similar sucede en el corredor Ayala-Cuautla-Yautepec, donde sólo es destacable la participación de Cuautla en la producción de alimentos, bebidas y tabaco, con 27.8% del valor de la producción total, así como en la rama de la industria de la madera, que genera 1 1.3% del valor de la producción industrial32 (Cuadro 8). La actividad industrial en el occidente del estado es prácticamente nula. Salvo en Miacatlán, donde existen algunas unidades económicas dedicadas a la producción alimenticia y de minerales no metálicos, en ninguno de los rubros industriales tiene una aportación superior a 1% del valor de la producción (Cuadro 9).

31 Para esta delimitación, la Zona Metropolitana de Cuernavaca está conformada por los municipios de Cuer- navaca, Emiliano Zapata, Jiutepec, Temixco y Xochitepec; el Corredor del Sur por Jojutla. Puente de Ixtla, Tlaltiza- pan, Tlaquiltenango, Zacatepec; el Corredor Ciudad Ayala-Cuautla-Yautepec, por los municipios del mismo nombre; el Corredor Occidental, por Coatlán del Río, Mazatepec, Miacatlán y Tetecala. En el resto de los municipios de Morelos, hasta 1997, era prácticamente inexistente la actividad industrial. 32 En los próximos censos, se habrá de considerar el impacto que ha tenido en el oriente y en Los Altos de Morelos, la presencia de la empresa Burlington, que desde 1998 se instaló en Yecapixtla, para producir hilos, mezclilla y casimires. Inicialmente abrió cerca de 1500 empleos y se espera que el número aumente, cuando opere al total de su capacidad. 50 AGRICULTURA E INDUSTRIA EN MORELOS

Cuadro 4 Actividades industriales en el estado de Morelos Rama o actividad industrial U.E. % P. O. % V. P. % 1) Productos alimenticios, bebidas 1 765 42.8 10 161 26.1 1 148 116.40 13.0 y tabaco 2) Textiles, prendas de vestir e 345 8.4 5 454 14.0 475 228.60 5.4 industria del cuero 3) Industria de la madera y 282 6.8 765 2.0 21 143.00 0.2 productos de madera, incluye muebles 4) Papel y productos de papel, 185 4.5 4 502 3.9 140 185.70 1.6 imprentas y editoriales 5) Sustancias químicas, productos 94 2.3 6 599 17.0 1 901 896.50 21.6 derivados del petróleo y del carbón, de hule y de plástico 6) Productos minerales no 531 12.9 3 657 9.4 293 213.50 3.3 metálicos, excluye los derivados del petróleo y del carbón 7) Productos metálicos, maquinaria 898 21.8 10 064 25.9 4 767 076.60 54.2 y equipo, incluye instrumentos quirúrgicos y de precisión 8) Otras industrias manufactureras 20 0.5 648 1.7 58 036.60 0.7 Total 4 120 100.0 38 850 100.0 8 804 896.90 100.0

Anotaciones: U.E. Unidades económicas; V.P. Valor de la producción en miles de pesos; T.Edo. Total del estado; P.O. Población ocupada. Fuente: INEGI (1995), XIV Censo Industrial, XI Censo Comercial y XI Censo de Servicios. Datos para 1993. ASPECTOS TERRITORIALES DE LA INDUSTRIALIZACIÓN 51

Cuadro 5 Regiones industriales en el estado de Morelos

Zona Metropolitana Corredor Ayala- de Cuernavaca Corredor del Sur Cuautla-Yautepec Rama o actividad industrial U.E. % V. P. U.E. % V. P. U.E. % V. P. 1) Productos alimenticios, bebidas 655 37.11 583 944.9 325 18.41 207 284.8 315 17.85 319 412.4 y tabaco 2) Textiles, prendas de vestir e 177 51.30 467 060.2 39 11.30 3 010.1 53 15.36 33 119.5 industria del cuero 3) Industria de la madera y 134 47.52 14 158.1 25 8.87 2 132.9 44 15.60 2 389.3 productos de madera, incluye muebles 4) Papel y productos de papel, 116 62.70 132 650.7 11 5.95 763.1 23 12.43 6 228.6 imprentas y editoriales 5) Sustancias químicas, productos 57 60.64 1 836 392.1 - - 787.0 4 4.26 53 554.2 derivados del petróleo y del carbón, de hule y de plástico 6) Productos minerales no 322 60.64 238 998.1 46 8.66 21 064.6 57 10.73 13 267.4 metálicos, excluye los derivados del petróleo y del carbón 7) Productos metálicos, maquinaria 470 52.34 4 670 160.8 114 12.69 6 884.7 158 17.59 32 213.1 y equipo, incluye instrumentos quirúrgicos y de precisión Total 1 931 46.87 7 913 634.9 560 13.59 241 927.2 650 15.78 460 184.5 Corredor Occidental Total estatal Rama o actividad industrial U.E. % V. P. U.E. V. P. 1) Productos alimenticios, bebidas 41 2.32 7 102.3 1 765 1 148 116.4 y tabaco 2) Textiles, prendas de vestir e - - 316.3 345 475 228.6 industria del cuero 3) Industria de la madera y 4 1.42 104.1 282 21 143.0 productos de madera, incluye muebles 4) Papel y productos de papel, - - 82.9 185 140 185.7 imprentas y editoriales 5) Sustancias químicas, productos - - 75.0 94 1 901 896.5 derivados del petróleo y del carbón, de hule y de plástico 6) Productos minerales no 10 1.88 2 155.6 531 293 213.5 metálicos, excluye los derivados del petróleo y del carbón 7) Productos metálicos, maquinaria 11 1.22 379.5 898 4 767 076.6 y equipo, incluye instrumentos quirúrgicos y de precisión Total 66 1.60 10 215.7 4 120 8 804 896.9 U.E. Unidades económicas; V.P. Valor de la producción en miles de pesos. Fuente: INEGI (1995) XIV Censo Industrial, XI Censo Comercial y XI Censo de Servicios. Datos para 1993. 52 AGRICULTURA E INDUSTRIA EN MORELOS

Cuadro 6 La industria en la Zona Metropolitana de Cuernavaca Emiliano Cuernavaca Zapata Jiutepec Temixco Rama o actividad industrial U.E. V. P. U.E. V. P.. U.E. V. P. U.E. V. P. 1) Productos alimenticios, bebidas 321 294 431.1 43 14 892.5 147 249 739.8 108 22 065.6 y tabaco 2) Textiles, prendas de vestir e 114 262 085.5 - 197.6 34 172 713.0 24 2 021.7 industria del cuero 3) Industria de la madera y 87 9882.7 - 88.9 28 3 738.5 14 410.1 productos de madera, incluye muebles 4) Papel y productos de papel, 116 123 939.4 - 56.3 3326.8 5 160.6 - 3 326.8 imprentas y editoriales 5) Sustancias químicas, productos 13 221 845.6 - 10 169.7 44 1 591 323.9 - 121.5 derivados del petróleo y del carbón, de hule y de plástico 6) Productos minerales no 98 43 875.9 96 20 859.8 64 150 864.1 57 20 859.8 metálicos, excluye los derivados del petróleo y del carbón 7) Productos metálicos, maquinaria 231 125 060.8 24 1 516.1 133 4 539 953.1 58 2 290.2 y equipo, incluye instrumentos quirúrgicos y de precisión

% respecto Total ZM al total Total Xochitepec Cuernavaca del estado estado de Morelos Rama o actividad industrial U.E.. V. P. U.E. V. P. U.E. V. P. U.E. V. P. 1) Productos alimenticios, bebidas y 36 2 815.9 655 583 944.9 37.1 50.9 1 765.0 1 148 116.4 tabaco 2) Textiles, prendas de vestir e 5 42.4 177 437 060.2 51.3 92.0 345.0 475 228.6 industria del cuero 3) Industria de la madera y 5 37.9 134 14 158.1 47.5 67.0 282.0 21 143.0 productos de madera, incluye muebles 4) Papel y productos de papel, - 167.6 116 132 650.7 62.7 94.6 185.0 140 185.7 imprentas y editoriales 5) Sustancias químicas, productos - 12 931.4 57 1 836 392.1 60.6 96.5 94.0 1 901 896.5 derivados del petróleo y del carbón, de hule y de plástico 6) Productos minerales no metálicos, 7 2 538.5 322 238 998.1 60.6 81.5 531.0 293 213.5 excluye los derivados del petróleo y del carbón 7) Productos metálicos, maquinaria 24 1 340.6 470 4 670 160.8 52.3 98.0 898.0 4 767 076.6 y equipo, incluye instrumentos quirúrgicos y de precisión Total 1 931 7 913 364.9 46.9 89.9 4 120.0 8 804 896.9 U.E. Unidades económicas; V.P. Valor de la producción en miles de pesos. Fuente: INEGI (1995) XIV Censo Industrial, XI Censo Comercial y XI Censo de Servicios. Datos para 1993. ASPECTOS TERRITORIALES DE LA INDUSTRIALIZACIÓN 53

Cuadro 7 La industria en el Corredor del Sur Jojutla Puente de Ixtla Tlaltizapan Tlaquiltenango Rama o actividad industrial U.E. V. P. U.E. V. P.. U.E. V. P. U.E. V. P. 1) Productos alimenticios, bebidas 96.0 20 390.4 113.0 27 574.5 39.0 3 004.3 26.0 2 783.7 y tabaco 2) Textiles, prendas de vestir e 39.0 1 718.0 - 859.2 - 350.2 - 61.2 industria del cuero 3) Industria de la madera y 11.0 1 579.0 10.0 274.8 4.0 101.7 - 70.2 productos de madera, incluye muebles 4) Papel y productos de papel, 11.0 558.7 - 98.8 - - - - imprentas y editoriales 5) Sustancias químicas, productos - 252.0 - 152.5 - 282.5 4.0 - derivados del petróleo y del carbón, de hule y de plástico 6) Productos minerales no - 2 438.2 34.0 15 175.6 3.0 917.7 - 1 177.8 metálicos, excluye los derivados del petróleo y del carbón 7) Productos metálicos, maquinaria 52.0 4 438.0 24.0 1 812.1 8.0 188.9 8.0 106.8 y equipo, incluye instrumentos quirúrgicos y de precisión Total 209.0 31 374.3 181.0 45 947.5 54.0 4 845.3 38.0 4 199.7

% respecto Total al total Total Zacatepec Corredor del estado estado de Morelos Rama o actividad industrial U.E.. V. P. U.E. V. P. U.E. V. P. U.E. V. P. 1) Productos alimenticios, bebidas y 51.0 153 531.9 325.0 207 284.8 18.4 18.0 1 765.0 1 148 116.4 tabaco 2) Textiles, prendas de vestir e - 21.5 39.0 3 010.1 11.3 0.6 345.0 475 228.6 industria del cuero 3) Industria de la madera y - 107.2 25.0 2 132.9 8.9 10.1 282.0 21 143.0 productos de madera, incluye muebles 4) Papel y productos de papel, - 105.6 11.0 763.1 5.9 0.5 185.0 140 185.7 imprentas y editoriales 5) Sustancias químicas, productos - - - 787.0 0.0 N.S. 94.0 1 901 896.5 derivados del petróleo y del carbón, de hule y de plástico 6) Productos minerales no metálicos, 5.0 1 355.3 46.0 21 064.6 8.7 7.2 531.0 293 213.5 excluye los derivados del petróleo y del carbón 7) Productos metálicos, maquinaria 22.0 338.9 114.0 6 884.7 12.7 0.1 898.0 4 767 076.6 y equipo, incluye instrumentos quirúrgicos y de precisión Total 78.0 155 460.4 560.0 241 927.2 13.6 2.7 4 120.0 8 804 896.9 U.E. Unidades económicas; V.P. Valor de la producción en miles de pesos. Fuente: INEGI (1995) XIV Censo Industrial, XI Censo Comercial y XI Censo de Servicios. Datos para 1993. 54 AGRICULTURA E INDUSTRIA EN MORELOS

Cuadro 8 La industria en el Corredor Ayala-Cuautla-Yautepec Ciudad Ayala Cuautla Yautepec Total Corredor Rama o actividad industrial U.E. V. P. U.E. V. P.. U.E. V. P. U.E. V. P. 1) Productos alimenticios, bebidas 63.0 5177.9 170.0 296705.6 82.0 17528.9 315.0 319412.4 y tabaco 2) Textiles, prendas de vestir e 10.0 857.9 43.0 32254.9 - 6.7 53.0 33119.5 industria del cuero 3) Industria de la madera y 7.0 525.4 37.0 1135.4 - 28.5 44.0 2389.3 productos de madera, incluye muebles 4) Papel y productos de papel, - - 23.0 6228.6 - - 23.0 6228.6 imprentas y editoriales 5) Sustancias químicas, productos - 7734.3 - 45819.9 - - 4.0 53554.2 derivados del petróleo y del carbón, de hule y de plástico 6) Productos minerales no - 458.7 51.0 7297.3 6.0 5511.4 57.0 13267.4 metálicos, excluye los derivados del petróleo y del carbón 7) Productos metálicos, maquinaria 33.0 21041.6 111.0 10662.4 14.0 509.1 158.0 32213.1 y equipo, incluye instrumentos quirúrgicos y de precisión Total 113.0 35795.8 435.0 400104.1 102.0 23584.6 650.0 460184.5

% respecto al total Total del estado estado de Morelos Rama o actividad industrial U.E. V. P. U.E. V. P. 1) Productos alimenticios, bebidas y 17.8 27.8 1 765.0 1 148 116.4 tabaco 2) Textiles, prendas de vestir e 15.4 7.0 345.0 475 228.6 industria del cuero 3) Industria de la madera y 15.6 11.3 282.0 21 143.0 productos de madera, incluye muebles 4) Papel y productos de papel, 12.4 4.4 185.0 140 185.7 imprentas y editoriales 5) Sustancias químicas, productos - 2.8 94.0 1 901 896.5 derivados del petróleo y del carbón, de hule y de plástico 6) Productos minerales no metálicos, 10.7 4.5 531.0 293 213.5 excluye los derivados del petróleo y del carbón 7) Productos metálicos, maquinaria 17.5 0.7 898.0 4 767 076.6 y equipo, incluye instrumentos quirúrgicos y de precisión Total 15.8 5.2 4 120.0 8 804 896.9 U.E. Unidades económicas; V.P. Valor de la producción en miles de pesos. Fuente: INEGI (1995) XIV Censo Industrial, XI Censo Comercial y XI Censo de Servicios. Datos para 1993. ASPECTOS TERRITORIALES DE LA INDUSTRIALIZACIÓN 55

Cuadro 9 La industria en el Corredor Occidental Coatlán Mazatepec Miacatlán Tetecala Rama o actividad industrial U.E. V. P. U.E. V. P.. U.E. V. P. U.E. V. P. 1) Productos alimenticios, bebidas - 721.3 9.0 2 674.0 21.0 2 270.2 11.0 1 436.8 y tabaco 2) Textiles, prendas de vestir e - 45.6 - 14.0 - 181.7 - 75.0 industria del cuero 3) Industria de la madera y - 20.4 - 11..1 - - - 72.6 productos de madera, incluye muebles 4) Papel y productos de papel, - 4.9 - - - 78.0 - - imprentas y editoriales 5) Sustancias químicas, productos - - - - - 53.0 - 22.0 derivados del petróleo y del carbón, de hule y de plástico 6) Productos minerales no - 58.1 - 882.9 10.0 1 214.6 - - metálicos, excluye los derivados del petróleo y del carbón 7) Productos metálicos, maquinaria - 26.1 5.0 86.9 6.0 202.0 - 64.5 y equipo, incluye instrumentos quirúrgicos y de precisión Total 0.0 876.4 14.0 3 668.9 37.0 3 999.5 15.0 1 670.9

% respecto Total al total Total Corredor del estado estado de Morelos Rama o actividad industrial U.E. V. P. U.E. V. P. 1) Productos alimenticios, bebidas y 41.0 7 102.3 2.3 0.6 1 765.0 1 148 116.4 tabaco 2) Textiles, prendas de vestir e - 316.3 - N.S. 345.0 475 228.6 industria del cuero 3) Industria de la madera y 4.0 104.1 1.4 0.5 282.0 21 143.0 productos de madera, incluye muebles 4) Papel y productos de papel, - 82.9 - N.S 185.0 140 185.7 imprentas y editoriales 5) Sustancias químicas, productos - 75.0 - N.S 94.0 1 901 896.5 derivados del petróleo y del carbón, de hule y de plástico 6) Productos minerales no metálicos, 10.0 2 155.6 1.9 0.7 531.0 293 213.5 excluye los derivados del petróleo y del carbón 7) Productos metálicos, maquinaria 11.0 379.5 1.2 N.S 898.0 4 767 076.6 y equipo, incluye instrumentos quirúrgicos y de precisión Total 66.0 10 215.7 1.6 0.1 4 120.0 8 804 896.9 U.E. Unidades económicas; V.P. Valor de la producción en miles de pesos. Fuente: INEGI (1995) XIV Censo Industrial, XI Censo Comercial y XI Censo de Servicios. Datos para 1993. La especialización de los espacios de la producción

Durante los últimos veinte años especialmente, han ocurrido importantes transformaciones o adecuaciones territoriales en la entidad, producto de fenómenos de mayor envergadura, de índole nacional e internacional. En el primero de los casoshabría que considerar, en particular, el abati- miento del sector primario; en el plano externo, los procesos y fenómenos que han ocurrido en torno a la apertura de la economía nacional, y la plena incorporación del país al proceso globaliza- dor. La economía y la sociedad se han transformado de manera drástica, y por ende, los territorios locales continuarán modificándose. Es un reto trascendente el que se presenta para la agricultura morelense, encuanto al con- texto de libre comercio en que se ha insertado la economía mexicana. En ese sentido es necesario considerar las condiciones actuales que persisten en el campo morelense: en primera instancia son las de una explotación agrícola con pocas posibilidades para competir, con otras regiones del país, en la búsqueda de mercados internacionales. Tampoco hay posibilidades de competencia en cuanto a la calidad y los precios de los productos agrícolas, ni en la incorporación de altos niveles tecnológicos a la producción. Son contados los rubros donde la agricultura morelense tendría pre- sencia en los mercados internacionales. Solamente la producción de flores parece, por el momento, contar con posibilidades. En las condiciones actuales del sector agrícola, más bien habría que considerar que las mayores perspectivas están en el fortalecimiento de la producción de mercancías para el abasto del mercado interno, de las ciudades medianas y grandes, tanto las de Morelos como las que se ubican en sus cercanías. Para ello sería imprescindible el establecimiento de mecanismos de comercialización más ágiles, que eliminaran el mayor número de intermediaciones entre el productor y el consumidor,en beneficio de los costos de las mercancías. Algunos cultivos como las hortalizas (cebolla, jitomate, tomate verde y calabacita) tienen amplias posibilidades de colocarse en esos mercados. Parece inevitable la diferenciación de las regiones agrícolas dentro de la entidad. Se podrán incorporar a los mercados externos sólo aquellos espacios que puedan desarrollar los mecanismos que les permitan competir, en forma rentable, en los procesos de producción: los que se especia- licen y “modernicen”. Por el momento, los aspectos locacionales seguirán siendo decisivos y así, los espacios que cuentan con fácil acceso a las vías de comunicación (por tanto a los mercados) podrían enfrentar con cierto éxito la situación. Las regiones agrícolas ubicadas en el centro-sur de la entidad, las que se ubican en el ámbito de influencia de las zonas metropolitanas de Cuernavaca y Cuautla, serían las que contarían con mayores posibilidades al respecto. Hay otros aspectos que habría que tener en cuenta,en la medida en que afectan el desarro- llo de la agricultura en el estado. Uno de ellos se refiere a las transformaciones del uso del suelo agrícola y forestal. Es un fenómeno que, si bien poco estudiado, es perceptible en la periferia de las zonas urbanas, y que ya tiene una cierta presencia en el norte montañoso de Morelos. En esas

57 58 AGRICULTURA E INDUSTRIA EN MORELOS zonas, las tierras que anteriormente se dedicaban a la producción agrícola, ahora se utilizan con fines habitacionales. Las dos ciudades principales continúan creciendo e incorporan los terrenos agrícolas a su ám- bito. La reforma al artículo 27 constitucional, que legaliza la venta deterrenos ejidales, favorecerá aún más el proceso. En este sentido, es muy importante estudiar las manifestaciones territoriales que se deriven de esta medida. Si bien no han estado ausentes los programas gubernamentales de apoyo a la producción como Procampo o Procede, éstos parecen no ser suficientes y sólo ofrecen algunas salidas parciales, con alternativas limitadas. Por el momento, parece que las prioridades del desarrollo económico en Morelos no se encuentran en el campo, pues las inversiones se dirigen más hacia otros sectores como el industrial, por ejemplo. Actualmente, la agricultura de Morelos cuenta sólo con las condiciones para subsistir; por ello, la necesidad de fortalecer la producción agrícola destinada al mercado interno. De no ser así, podría haber efectos en el sector, en cuanto a las ventajas que encontrarían en los mercados de Morelos las mercancías agrícolas de otras regiones del país, desplazando así a los productos locales. En esta situación. sobrevivirían solamente aquellos productores que pudieran colocar sus productos en los mercados del extranjero (como las flores y, ocasionalmente, las legumbres). El resto pasaría a engrosar paulatinamente los crecientes contingentes de mano de obra que busca mejores alternativas de vida en la Ciudad de México o en los Estados Unidos. Ese es el reto que enfrenta la agricultura de Morelos. En lo que se refiere al papel de las actividades industriales en el desarrollo económico estatal, en el contexto de la globalización, parecen existir mejores perspectivas. Paulatinamente hay más inversiones y se abren nuevas fuentes de trabajo. Ya para principios de la década de los noventa, la reestructuración productiva de las empresas morelenses, le permitía alcanzar un perfil industrial más pronunciado que el del país en su conjunto, en cuanto a la aportación del producto interno bruto.33 Sin embargo, la mayor presencia de la industria será a costa de ampliar los márgenes de la polarización territorial en las actividades productivas. Los lineamientos para el desarrollo industrial en Morelos, más que a la desconcentración, tienden a la agudización del fenómeno. Las nuevas inversiones continúan llegando a las zonasque cuentan con las mejores condiciones de infraestruc- tura, especialmente a las cercanas al gran mercado del Área Metropolitana de la Ciudad de México; las firmas extranjeras de reciente implantación, como es el caso de la fábrica francesa de vidrios para automóvil Saint Gobain, inaugurada en Cuautla durante 1996, confirman dicho fenómeno.34 Los sucesos políticos que han acontecido en Morelos durante los últimos cinco años, han amenazado la inversión industrial. Si bien esta situación fue negada sistemáticamente por las instancias gubernamentales, parece que diversas disputas han pesado en el animo de los inversio- nistas; ese fue el caso del club de golf de El Tepozteco en 1994-1995, así como el clima de inse- guridad que ha privado por esos mismos años, por citar algunos casos. En ese sentido, el proyecto industrial textil “Ciudad de la Confección” que se construyó en el municipio de Emiliano Zapata, se encontraba suspendido hacia fines de 1996, debido a que los inversionistas evaluaban los ries- gos existentes en la entidad, por la situación político-social que imperaba. Se temía inclusive, que la posible cancelación del proyecto repercutiera negativamente en la imagen de Morelos como espacio para inversiones y, por lo tanto, en los planes futuros de modernización industrial de la

33 E-7,11 1993, la industria manufacturera de Morelos aportaba casi 27% del PIB estatal, mientras que a nivel nacional, la participación de ese rubro fue de 20% (Véase Ordóñez, 1999a: 417). 34 Ejecutivos de la empresa indicaron que la decisión de instalar la planta en Morelos, se debió a la proximidad con el Distrito Federal y sus principales clientes corno General Motors (DistritoFederal y Guanajuato), Ford (Cuau- titlán), Nissan (Morelos y Aguascalientes) y Volkswagen(Puebla). Reforma, 6 de diciembre de 1996. p. 34 A. LA ESPECIALIZACIÓN DE LOS ESPACIOS DE LA PRODUCCIÓN 59 economía morelense. Sin embargo, la construcción de conjunto industrial siguió adelante y fue puesto oficialmente en marcha en 1998. Los cambios que tuvieron lugar en la administración gubernamental del estado de Morelos durante 1998, así como la recuperación de los niveles de seguridad pública, parecen haber incidido en la confianza de los inversionistas nacionales y extranjeros. Otro hecho importante para el desarrollo industrial en la entidad, puede ocurrir con la en- trada en vigor del acuerdo de libre comercio que ha establecido México con la Unión Europea. En este contexto se contempla la intención de la empresa automotriz Renault, de reiniciar sus operaciones en México. En lo que a Morelos compete, se reactivaría la producción de vehículos en Jiutepec, en la planta que ahí tiene la empresa Nissan, en cuyo capital accionario participa el grupo francés.35 Aspectos como la cercanía geográfica de Morelos con el centro de México, así corno con otras localidades industriales y puertos de salida, puede ser un factor decisivo a la hora de elegir los espacios de inversión. De esa manera, se adecuan en Morelos las condiciones para su incorporación en el contexto aperturista mexicano. Para ello se reforzarán algunas vialidades en la entidad. La más importante es la autopista Siglo XXI, que agilizará la comunicación hacia los puertos de Veracruz y Acapulco. Se trata de una vía de 129 kilómetros que atraviesa el estado de Morelos en dirección noreste- sureste, desde Tlacotepec en hasta Cocoyotla, donde entroncará con la autopista del Sol. En primera instancia parece que la construcción de la Autopista Siglo XXI, constituye un requerimiento más bien externo a las necesidades del estado de Morelos, es decir, a la agilización del transporte de carga entre las principales áreas productoras del centro del país, y algunos puntos de exportación importantes. Otra vía que parece estar ligada a la necesidad de un movimiento más agil de las mercancías, es el proyecto para la construcción del libramiento oriente de Cuernavaca, que partirá del kilómetro 84.5 de la carretera México-Cuernavaca (justo antes de llegar a esta ciudad), atravesando los muni- cipios de Jiutepec y EmilianoZapata, para entroncar con la Autopista del Sol en Xochitepec. Esta modernización del sistema de comunicaciones favorecerá aún más la concentración industrial, por las mejores condiciones locacionales que ofrecen las principales ciudades de la en- tidad, en cuanto a la rentabilidad de las inversiones. Así entonces, los espacios económicos que conforman al estado de Morelos, se encuentran hoy día adecuándose al papel que desarrollarán en lo sucesivo, dentro del contexto de la econo- mía globalizada. La incorporación de México en este esquema económico, exige que los espacios nacionales que ahí participan, modifiquen o adecuen sus estrategias productivas; la profunda re- estructuración que tiene lugar en la industria morelense, así lo demuestra. Lo mismo sucederá en su momento, con la “modernización” de las empresas agropecuarias. Como en otras regiones del país, participarán activamente en la economía global, aquellas regiones que ya cuentan con un determinado grado de especialización y se ahondarán las di- ferencias regionales. Habrá regiones ganadoras y regiones perdedoras. En Morelos, el corredor Cuernavaca-Cuautla será, durante un largo tiempo, el eje económico-territorial. La manera en que se dirigen las políticas de inversión públicas y privadas, así lo constatan y es así porque res- ponde, finalmente, al lugar que ocupa Morelos en la jerarquía del sistema territorial de México, en el contexto global.

35 Durante 1996 se reconocía un paulatino desmantelamiento que ocurría en la planta automotriz de Nissan en Jiutepec, en favor de las instalaciones que la empresa tiene en la ciudad de Aguascalientes. La razón: la “estabilidad” laboral y el alto nivel de tecnificación alcanzado en esta última (Véase Sarmiento, S., 1996). Actualmente, de operar la reintegración de Renault al mercado, la situación tendría que ser reconsiderada. Obras consultadas

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Índice de Mapas

Mapa 1. Zonas de producción agrícola en el territorio que ocupaba el actual Morelos durante la época prehispánica. 8 Mapa 2. Las actividades agropecuarias en el territorio que ocupaba el actual Morelos a fines de la época colonial. 12 Mapa 3. La propiedad de las tierras en Morelos (1910). 15 Mapa 4. Regiones geográfico-económicas de Morelos en 1910. 17 Mapa 5. Espacios de la producción agropecuaria en Morelos (1930). 20 OBRAS CONSULTADAS 65

Mapa 6. Regionalización físico-biótica del estado de Morelos. 24 Mapa 7. Regionalización de los sistemas productivos agropecuarios en el estado de Morelos. 26 Mapa 8. Áreas urbanas del estado de Morelos. 31

Índice de cuadros

Cuadro 1. Las haciendas en el estado de Morelos en 1910. 19 Cuadro 2. Evolución de la PEA y el PIB en el estado de Morelos (1960-1997). 29 Cuadro 3. Producción agrícola de las Zonas Metropolitanas de Morelos en 1999. 34 Cuadro 4. Actividades industriales en el estado de Morelos. 46 Cuadro 5. Regiones industriales en el estado de Morelos. 47 Cuadro 6. La industria en la Zona Metropolitana de Cuernavaca. 48 Cuadro 7. La industria en el Corredor del Sur. 49 Cuadro 8. La industria en el Corredor Ayala-Cuautla-Yautepec. 50 Cuadro 9. La industria en el Corredor Occidental. 51