Estamos para servirlo de lunes a viernes de 09:00 a 17:00 horas. Jr. Junín s/n cuadra 5. Teléfono 311-7777 anexos 2923 - 2925 - 2924 (fax) http://www.congreso.gob.pe E-mail: [email protected] PERÍODO LEGISLATIVO 2000-2001

COMISIÓN PERMANENTE

26.ª SESIÓN (Vespertina)

VIERNES 8 DE JUNIO DE 2001

PRESIDENCIA DE LOS SEÑORES CARLOS FERRERO COSTA

Y

HENRY PEASE GARCÍA

SUMARIO

Se pasa lista.— Se abre la sesión.— Se aprueba el Acta de la 25.ª sesión, celebrada el 5 de junio de 2001.— DESPACHO: Informes.— Se acuerda solicitar al vocal titular menos antiguo de la Sala Penal de la Corte Suprema que revoque la orden de impedimento de salida del país a los ex presidentes del Consejo de Ministros Dante Córdova Blanco, Alberto Pandolfi Arbulú, González Olaechea, Alberto Bustamante Belaunde y Guevara Schultz; manteniéndose la decisión de la medida cautelar en el caso del congresista Víctor Joy Way Rojas.— ORDEN DEL DÍA: Se inicia el debate del informe en mayoría de la Subcomisión encargada de investigar la Denuncia Constitucional N.º 130, interpuesta contra el ex presidente de la República Fujimori, por la presunta comisión de los delitos de homicidio calificado, desaparición forzada y terrorismo.— Se suspende la sesión.

—A las 16 horas y 32 minutos, bajo la Presidencia del señor Carlos Ferrero Costa e integrando la Mesa Directiva los señores Henry Pease García y Manuel Alejandro Masías Oyanguren, el

1 Relator pasa lista, a la que contestan los señores Aguirre Altamirano, Bartra Gonzales, Chávez Cossío de Ocampo, Estrada Pérez, Farah Hayn, Guerrero Figueroa, Lozada de Gamboa, Revilla Jurado, Salgado Rubianes de Paredes, Serrato Puse, Torres Ccalla, Valenzuela Cuéllar, Vásquez Villanueva y Velit Granda (miembros titulares); Mucho Mamani y Vara Ochoa (miembros suplentes).

Ausente con licencia, el señor Paniagua Corazao.

Ausente con aviso, el señor Iberico Núñez.

Ausentes, la señora Cabanillas Bustamante y los señores Pennano Allison, Reátegui Flores, Reggiardo Sayán y Saavedra Mesones.

El señor PRESIDENTE (Carlos Ferrero Costa).— Con el quórum reglamentario, se inicia la sesión.

Habiéndose repartido a los señores congresistas copias del Acta de la sesión anterior, esta se pone en observación.

Puede hacer uso de la palabra el congresista Serrato Puse.

El señor SERRATO PUSE (VV).— Señor Presidente: Es la segunda vez que aparece un error en el Acta. La vez pasada usted no presidía la Mesa, sino el congresista Pease García, y sucedió algo similar en el caso de la Contralora General de la República. Ahora, cuando me acerqué al señor Masías Oyanguren, Tercer Vicepresidente, y le pregunté si la Denuncia Constitucional N.o 145 contra Delia Revoredo Marsano de Mur, magistrada del Tribunal Constitucional, había pasado a su subcomisión, él y el Oficial Mayor me respondieron que sí la habían tramitado; pero después me dijeron que no. Entonces, señor Presidente, no pido la transcripción, sino la grabación de lo ocurrido en la sesión anterior.

El señor PRESIDENTE (Carlos Ferrero Costa).— De acuerdo, congresista Serrato Puse.

Si nadie más quiere intervenir, se dará el Acta por aprobada.

—Se aprueba, el Acta de la 25.ª sesión, celebrada el 5 de junio de 2001.

El señor PRESIDENTE (Carlos Ferrero Costa).— Se va a dar cuenta del Despacho.

DESPACHO

El RELATOR da cuenta de los siguientes documentos:

Informes

Final, de la Subcomisión encargada de investigar las Denuncias Constitucionales Núms. 80 y 98, presentadas contra el ex Ministro del Interior, general EP (r) José Villanueva Ruesta.

2 En minoría, suscrito por la señora Lozada de Gamboa, integrante de la Subcomisión encargada de investigar la Denuncia Constitucional N.° 130, interpuesta contra el ex Presidente de la República, ingeniero Alberto Fujimori Fujimori.

El señor PRESIDENTE (Carlos Ferrero Costa).— Pasan al Orden del Día. se acuerda solicitar al vocal titular menos antiguo de la Sala Penal de la Corte Suprema que revoque la orden de impedimento de salida del país a los ex presidentes del Consejo de Ministros Dante Córdova Blanco, Alberto Pandolfi Arbulú, Javier Valle Riestra González Olaechea, Alberto Bustamante Belaunde y Federico Salas Guevara Schultz; manteniéndose la decisión de la medida cautelar en el caso del congresista Víctor Joy Way Rojas

El señor PRESIDENTE (Carlos Ferrero Costa).— Se va dar lectura a un documento llegado a la Mesa.

El RELATOR da lectura:

“Lima, 06 de junio de 2001

Oficio N.° 020-2001-HPG-SVP-CR

Señor doctor

Carlos Ferrero Costa,

Presidente a.i. del Congreso de la República

Presente.—

Señor Presidente:

Tengo el agrado de dirigirme a usted para solicitar por su intermedio a la Comisión Permanente, que se oficie al Vocal Supremo menos antiguo de la Corte Suprema, para que revoque la orden de impedimento de salida del país de los señores Dante Córdova Blanco, Alberto Pandolfi Arbulú, Javier Valle Riestra González Olaechea, Alberto Bustamante Belaunde y Federico Salas Guevara Schultz, ex Presidentes del Consejo de Ministros, incluidos en el acuerdo de la Comisión Permanente a propuesta mía.

Llegué a la Comisión Permanente realizada el día de ayer, con la decisión de proponer que se solicite el impedimento de salida del país del congresista Víctor Joy Way Rojas, debido a la gravedad de las acusaciones de corrupción y la información hecha pública por la Comisión Waisman, sobre las oportunidades que ha tenido para presentar los documentos que muestren la licitud de sus cuentas en el exterior. En este caso, la naturaleza del proceso, la gravedad de las acusaciones y los indicios existentes obligan a tomar precauciones y solicitar tal medida cautelar.

3 Se me aconsejó que formulara el pedido en forma genérica por todas las denuncias que pasaban ese día a las respectivas subcomisiones y así lo hice, porque me pareció adecuado. Sin embargo, considero que he cometido un error, porque los ex ministros mencionados ya están siendo investigados por una subcomisión, sin que se haya formulado la solicitud del Vocal Supremo para disponer el impedimento de su salida del país, porque no se trata de denuncias de corrupción y el trabajo de la Subcomisión ya está muy avanzado, acumulándose ahora solo una denuncia por un supuesto delito adicional. Sobre este punto he consultado al doctor Manuel Masías, Presidente de la Subcomisión, y me ha informado que el trámite está casi concluido y que todos los ex ministros han aportado sus descargos y asistido a todas las convocatorias de la Subcomisión.

En consecuencia, considero que no cabe tratamiento igual, porque no se trata de denuncias de corrupción y porque no habiéndose tomado la decisión cautelatoria antes, es innecesario tomarla ahora y más bien puede interpretarse como una decisión injusta.

Pido disculpas a la Comisión Permanente por este error, que a su vez la ha inducido a una decisión equivocada y pido se vote solicitar al vocal menos antiguo de la Corte Suprema la revocatoria de la medida cautelar, debiéndose mantener la decisión en el caso del congresista Víctor Joy Way Rojas.

Le saluda, atentamente,

HENRY PEASE GARCÍA,

Segundo Vicepresidente del Congreso de la República.”

El señor PRESIDENTE (Carlos Ferrero Costa).— Señores congresistas, el oficio explica que ha habido un error por parte del señor Pease García, quien pide disculpas y solicita que la Comisión Permanente apruebe solicitar que se revoque el impedimento de salida del país de los señores Dante Córdova, Alberto Pandolfi, Javier Valle Riestra, Alberto Bustamante y Federico Salas; manteniendo solamente dicho impedimento al congresista Joy Way Rojas.

Se aplicará la regla de tres minutos para todas las intervenciones.

Tiene la palabra la congresista Chávez Cossío de Ocampo.

La señora CHÁVEZ COSSÍO DE OCAMPO (C90-NM).— Señor Presidente: En primer lugar, hay que reconocer la hidalguía y el coraje del congresista Pease García. En los últimos tiempos, quizá no solo últimamente —también hay que reconocerlo—, no es muy fácil ni muy común admitir que se cometen errores; sin embargo, debería hacerse, sobre todo, cuando se trata de la vida y la tranquilidad de las personas. Estoy segura de que el doctor Pease García no ha hecho esto adrede, de ninguna manera, ni tampoco esperaba provocar esta situación, y sé que será incómodo escucharme; pero hay que destacar este proceder.

Además, resalto este hecho porque cuántas personas, en estos momentos, estarán sufriendo angustias, pasando problemas e inconvenientes para el desarrollo de sus actividades

4 económicas o profesionales debido a que se han tomado medidas apresuradas en una suerte de avalancha de denuncias, donde a veces no se diferencia a las personas y se generaliza.

He tenido, incluso, ocasión de escuchar a entidades que quisieron mostrar independencia como Transparencia, por ejemplo, hablar del gobierno, de la dictadura, de los 10 años y qué sé yo; pero no guardan ponderación. Lo he visto también hasta en instituciones que no tienen por qué politizarse, como la Iglesia, que vierten conceptos de carácter excluyente, de carácter político, que no contribuyen de ninguna manera con la justicia.

Debemos recordar que la justicia sin caridad no sirve para nada; y ojalá, gestos como el del doctor Pease García sean el anuncio de que se ha entrado en una etapa de recapacitación, en la que se es sensible respecto a las tremendas injusticias que se están cometiendo y a los daños que se están ocasionando a muchas personas y familias.

Por mi parte, señor Presidente, voy a apoyar en todo lo que sea posible para que una decisión que puede haber sido justa en algún caso, pero en otros injusta, pueda ser enmendada.

Gracias.

El señor PRESIDENTE (Carlos Ferrero Costa).— Tiene la palabra el congresista Vara Ochoa.

El señor VARA OCHOA (C90-NM).— Señor Presidente: Simplemente quiero resaltar la acción del doctor Pease García, y agradecerle por la lección que nos ha dado a los miembros de la Comisión Permanente del Congreso.

Muchas gracias, doctor Pease García.

El señor PRESIDENTE (Carlos Ferrero Costa).— Tiene la palabra el congresista Masías Oyanguren.

El señor MASÍAS OYANGUREN.— Señor Presidente: En efecto, la carta que menciona el Segundo Vicepresidente, doctor Pease García, es correcta en el sentido de que la subcomisión que presido ya ha estudiado las principales denuncias vinculadas a estos hechos. Los ex primeros ministros han prestado su colaboración en las audiencias públicas y también en forma escrita. La subcomisión prácticamente había terminado su informe cuando se presentó una ampliación de la denuncia.

Asimismo, quisiera que esto no lo enfoquemos desde el punto de vista de lo justo o injusto, porque nosotros no somos el Poder Judicial; nosotros simplemente actuamos de conformidad con una legislación que permite aprobar una medida restrictiva de la libertad de las personas que están siendo investigadas como es la orden de arraigo de impedimento de salida del país.

Por eso, al margen de reparar una acción que no se condice con una ampliación de denuncia, que es desproporcionada, sobre todo teniendo en cuenta la colaboración de los investigados, quisiera mencionar que esto no debe constituir en forma alguna un adelanto de opinión sobre un resultado que todavía tiene que ventilarse en esta Comisión Permanente.

5 Muchas gracias.

El señor PRESIDENTE (Carlos Ferrero Costa).— Tiene la palabra el congresista Vásquez Villanueva.

El señor VÁSQUEZ VILLANUEVA (VV).— Señor Presidente: Quiero manifestar que la rectificación planteada por el señor Vicepresidente es real y totalmente positiva, y debemos reconocerlo. Yo pensaba plantear esta reconsideración, porque pensé que en los casos planteados por el señor Vicepresidente, quizás, había exceso.

La rectificación es muy sana, sobre todo, por haberse hecho pública al día siguiente por el mismo señor Vicepresidente. Felicito esta acción. Creo que es muy oportuna.

Muchas gracias.

El señor PRESIDENTE (Carlos Ferrero Costa).— Tiene la palabra el congresista Serrato Puse.

El señor SERRATO PUSE (VV).— Yo no quiero felicitar ni agradecer nada, porque es obligación de ustedes hacer bien las cosas, señor Presidente. El señor Pease García ha vuelto a cometer el mismo error de la vez pasada. Lo que tiene que hacer usted, señor Presidente, es tener más cuidado en la Mesa Directiva.

Gracias, señor Presidente.

El señor PRESIDENTE (Carlos Ferrero Costa).— El error se debió a la información que recibió el congresista Pease García, que era equivocada.

Tiene la palabra la congresista Salgado Rubianes de Paredes.

La señora SALGADO RUBIANES DE PAREDES (C90-NM).— Señor Presidente: Lo que ha hecho el señor Pease García, Segundo Vicepresidente de la Mesa Directiva, es loable; pero esto nos debe llevar a una reflexión: no podemos tratar los asuntos tan apresuradamente, sobre todo, cuando está de por medio la dignidad, la moral, la libertad de las personas.

En la sesión que se acordó pedir el impedimento de salida de aquellas personas, recuerdo que el Acta se aprobó muy rápidamente, incluso el Presidente dijo: aprobación del acta, aprobación del acta; y no dio tiempo a más. Algunos votaron a favor, porque creo que ni se dieron cuenta de lo que se estaba votando, nosotros nos abstuvimos, porque veíamos que esto era improcedente.

Creo que debemos darnos nuestro tiempo para decidir, señor Presidente, porque reparar la honra y recuperar el espacio perdido por las personas a quienes se ha denigrado es bastante difícil. Me imagino que en estos días las personas involucradas no habrán podido viajar.

Es más, el vocal titular menos antiguo de la Sala Penal de la Corte Suprema, muy presurosamente, creo que inmediatamente, tomó acción y prohibió la salida del país de las personas mencionadas. Me extrañó que entre esas personas no estuviera contemplada la señora

6 Delia Revoredo, a quien el congresista Serrato Puse también propuso que se incluyera. Casualmente, yo veía que en ese caso también había un error, porque recién ingresaba su denuncia y pregunté a la Mesa si también estaba considerada la señora Delia Revoredo de Mur y usted me respondió que sí.

Ahora me dicen que ese caso ya no figura en el Acta, en buena hora, porque las cosas mal hechas se deben reparar; pero hay que darnos el tiempo prudencial, sobre todo cuando se trata de la honra, de la dignidad de las personas. Eso es algo que a usted, señor Presidente, lo ha caracterizado, a usted lo hemos visto defender ardorosamente esas posiciones. Déjenos hacerlo ahora. Recuerde las épocas en que usted las defendía.

Gracias.

El señor PRESIDENTE (Carlos Ferrero Costa).— Señores Congresistas: Vamos a someter a votación la petición para que el vocal titular menos antiguo de la Sala Penal de la Corte Suprema revoque la orden de impedimento de salida del país de los señores Dante Córdova, Alberto Pandolfi, Javier Valle Riestra, Alberto Bustamante y Federico Salas Guevara.

Se va a votar.

Los señores congresistas que estén a favor se servirán expresarlo levantando el brazo. Los que estén en contra, de la misma manera. Los que se abstengan, igualmente.

—Efectuada la votación, se acuerda solicitar al vocal titular menos antiguo de la Sala Penal de la Corte Suprema que revoque la orden de impedimento de salida del país a los señores Dante Córdova Blanco, Alberto Pandolfi Arbulú, Javier Valle Riestra González Olaechea, Alberto Bustamante Belaunde y Federico Salas Guevara Schultz; manteniéndose la decisión de la medida cautelar en el caso del congresista Víctor Joy Way Rojas.

El señor PRESIDENTE (Carlos Ferrero Costa).— Con el quórum reglamentario, se pasa al Orden del Día.

ORDEN DEL DÍA

Se inicia el debate del informe en mayoría de la Subcomisión encargada de investigar la Denuncia Constitucional N.º 130, interpuesta contra el ex presidente de la República Alberto Fujimori Fujimori, por la presunta comisión de los delitos de Homicidio calificado, desaparición forzada y terrorismo

El señor PRESIDENTE (Carlos Ferrero Costa).— Se va a iniciar el debate del informe en mayoría de la Subcomisión encargada de investigar la Denuncia Constitucional N.° 130, presentada contra el ex Presidente de la República, Alberto Fujimori Fujimori.

Al no estar presente el ex Presidente de la República ni su abogado defensor, se hace de conocimiento de los congresistas que se han publicado en los medios de comunicación y por distintas vías los avisos correspondientes para que el ex Presidente de la República ejerza su

7 derecho de defensa, conforme al artículo 100.° de la Constitución y al inciso l) del artículo 89.° del Reglamento del Congreso.

Se dará lectura al artículo 99.° y 100.° de la Constitución, así como el inciso g), del artículo 89.° del Reglamento del Congreso.

Antes de dar lectura, tiene la palabra la congresista Lozada de Gamboa.

La señora LOZADA DE GAMBOA (C90-NM).— Señor Presidente: Usted ha dicho que se va a debatir el informe en mayoría. También hay un informe en minoría que solicito que sea sustentado por el mismo tiempo que empleará el congresista Estrada Pérez para sustentar el informe en mayoría.

Muchas gracias.

El señor PRESIDENTE (Carlos Ferrero Costa).— Hay conclusiones en mayoría y minoría. Las dos tendrán el mismo trato.

Primero será sustentado el informe en mayoría y, después, el informe en minoría.

Señores congresistas, ¿desean que se dé lectura a los artículos 99.° y 100.° de la Constitución que ya se han leído varias veces? Como no parece indispensable hacerlo, empezaremos con el debate. Daremos 15 minutos para cada intervención.

Tiene la palabra el congresista Estrada Pérez.

El señor ESTRADA PÉREZ (AP-UPP).— Señor Presidente: Esta Comisión Permanente del Congreso ordenó la acumulación de la Denuncia Constitucional N.° 130, presentada contra el ex Presidente de la República por los delitos de homicidio calificado, terrorismo y desaparición forzada de personas, a las denuncias que venían investigando la subcomisión de mi presidencia.

La Denuncia Constitucional N.° 130 fue notificada al ex Presidente, señor Alberto Fujimori Fujimori, de acuerdo con las previsiones reglamentarias, a través del diario oficial El Peruano y otros diarios de circulación nacional. Debo advertir que el señor Fujimori Fujimori en ningún caso ha presentado recurso alguno ante la subcomisión ni ha ejercido derecho de defensa.

La denuncia señala la supuesta participación del ex Presidente de la República en las graves violaciones de derechos humanos que se dieron en la matanza de 15 ciudadanos, en la zona conocida como Barrios Altos, en la capital de la República. Este hecho que, además, dejó un saldo de cuatro personas gravemente heridas se produjo el 3 de noviembre de 1991.

Asimismo, la denuncia vincula al ex Presidente con el caso conocido como La Cantuta, que fue un secuestro —conocido como desaparición forzada de personas, por tanto, regulado internacionalmente— que concluyó en el asesinato vil y brutal de nueve estudiantes y un profesor de la Universidad de La Cantuta. Cabe advertir que es probable que en este crimen hayan tenido presencia todos los elementos agravantes de un delito repudiable a todas luces, porque se actuó con total ventaja, alevosía, crueldad y ferocidad.

8 En la denuncia presentada por la congresista Townsend Diez Canseco, también se señala que el ex Presidente tendría presunta responsabilidad por el homicidio de la ex agente de inteligencia, Mariela Barreto Riofano, cuyo cadáver —parte de él, porque jamás llegó a hallarse su cabeza— fue encontrado descuartizado el 23 de marzo de 1997 en las cercanías de la ciudad de Lima.

Debido al poco tiempo asignado para la intervención, voy a dedicarme a explicar lo que a juicio de la subcomisión y los informantes en mayoría consideramos que son los elementos fácticos que permiten determinar que el ingeniero Fujimori, como ha concluido la subcomisión, es coautor de estos delitos. Sin embargo, antes debo manifestar que la subcomisión ha estudiado con detenimiento los razonamientos de orden teórico que permiten considerar la coautoría del ingeniero Fujimori en estos delitos. Para el efecto, la subcomisión ha tenido en cuenta la teoría del dominio del hecho, la obediencia debida y, asimismo, la teoría de la omisión impropia, optando por la primera consideración, es decir, la teoría del dominio del hecho, pues la subcomisión considera que el ex Presidente de la República tuvo conocimiento de estos crímenes antes, durante y después de su ejecución; en consecuencia, él es corresponsable de la ejecución de estos hechos y no —como sostienen otros funcionarios del Estado— por haber omitido su deber de impedir su ejecución.

La subcomisión investigadora considera que el ex presidente Alberto Fujimori estableció o permitió, en todo caso, un sistemático programa de violación de los derechos humanos, que estaba inserto dentro de una acción del Estado destinada a la lucha antisubversiva. Esa violación sistemática de los derechos humanos se pone en evidencia —para ser bastante preciso en este punto— con la denuncia de 375 desapariciones forzadas de personas durante el año 1991, de las cuales 236 nunca aparecieron, según información proporcionada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Este es simplemente un ejemplo evidente de lo que ocurrió en el país, esta violación sistemática de los derechos humanos que, ciertamente, comprende otras consideraciones que van desde el establecimiento, en el Servicio de Inteligencia Nacional, de un grupo de aniquilamiento conocido con el nombre de Grupo Colina.

El segundo elemento que la subcomisión investigadora considera en las conclusiones de su informe es que el ex Presidente de la República, Alberto Fujimori, potenció el sistema de inteligencia, denominado SIN, y le confirió nuevas facultades. Es muy importante tener en cuenta esta cuestión, porque a través del Servicio de Inteligencia Nacional —como está probado y comprobado, incluso hay un caso con sentencia judicial— las personas asignadas a este servicio cometían estos execrables crímenes.

Así, por la Ley N.° 25327, del 17 de junio de 1991, el Presidente de la República recibe facultades delegadas, a su pedido, del Poder Legislativo para adecuar la capacidad logística, estratégica y de inteligencia operativa de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional. Es muy importante tener en cuenta que se le otorgan facultades para incorporar lo que se denomina inteligencia operativa, que nunca antes había tenido como atribución el Sistema de Inteligencia Nacional. Por eso, se realizan los llamados operativos de inteligencia que devienen finalmente en los casos analizados de La Cantuta y Barrios Altos. Merced a esta disposición la capacidad

9 del servicio de inteligencia queda fortalecida y se realizan estas operaciones especiales de inteligencia.

Para la subcomisión investigadora también está acreditado que el ex Presidente de la República reforzó la dependencia del Sistema de Inteligencia Nacional directamente a su persona. No solo potenció la capacidad del Sistema de Inteligencia Nacional, que debe responder —de acuerdo con las últimas resoluciones de la Contraloría— por casi 400 millones de soles que no se sabe cómo manejó —el procurador ya está autorizado para hacer la correspondiente denuncia—, sino que hizo que el Sistema de Inteligencia Nacional dependa directamente de él. Precisamente, usando la capacidad legislativa que le delegó el Parlamento Nacional, el señor Fujimori —merced al Decreto Legislativo N.º 746— eliminó la presencia y la responsabilidad política que correspondía al Presidente del Consejo de Ministros respecto del SIN, haciendo que este organismo dependiera exclusivamente de la Presidencia de la República. Además, el ex Presidente de la República participó, como se verá más adelante, en reuniones con el jefe real del SIN, el señor .

Está probado que se dotó al Grupo Colina de un espacio físico para su entrenamiento, de recursos logísticos y humanos necesarios para la realización de sus actividades. Sobre el particular, no hay duda. Incluso se ha llegado a establecer que el Grupo Colina tuvo una inauguración oficial en el mes de agosto de 1991 en las instalaciones del Servicio de Inteligencia Nacional, donde fueron asignados aproximadamente casi 40 personas del Ejército. Todo esto y la asignación de recursos y bienes, como vehículos, aparece en las declaraciones del coronel Víctor Silva Mendoza y el ex miembro del SIN Marcos Flores Albán.

Asimismo, se ha probado que se estimuló a los integrantes del Grupo Colina a través de un memorándum, en primer lugar, que dirige el propio Presidente de la República al Ministro de Defensa, precisamente en el momento en que se estaba constituyendo dicho grupo criminal, tres o cuatro meses antes de la ejecución de su primer atentado en Barrios Altos.

El ex Presidente de la República cursó, el 30 de julio de 1991, un memorándum al Ministro de Defensa en el cual recomendó el ascenso de los integrantes del Grupo Colina, señores Martin Rivas, Pichilingue Guevara, Rodríguez Sabalbeascoa, entre otros. Igualmente, se prometió a los miembros del Grupo Colina impunidad por sus acciones. Esto está debidamente acreditado con la declaración de doña Blanca Luz Barreto Riofano, prestada ante la subcomisión, y con las declaraciones del propio Santiago Martin Rivas prestada al editor del Canal N, Gilberto Hume.

Para cumplir el pacto de impunidad y evitar que se continúen las investigaciones por la comisión investigadora del Congreso Constituyente Democrático, el ex presidente Alberto Fujimori utilizó sus influencias políticas en el Congreso. Se llegó a tal punto que se aprobó una moción por la que se prohibió a la comisión investigadora del caso La Cantuta recibir declaraciones de los militares involucrados, señalándose que esta comisión solamente podía recibir declaraciones de militares que tuviesen responsabilidad política. Con esto no solo se privaba a la comisión de la posibilidad de descubrir la verdad, sino también se privaba de derechos elementales a los propios testigos.

10 También se aprobó el informe en minoría que exculpaba a los militares de la presunta comisión de estos delitos en forma anticipada, además, se llegó a la absurda tesis de que los estudiantes asesinados de La Cantuta se habían autosecuestrado. Dicha exculpación solo podía aprobarla el Congreso Constituyente Democrático si hubiera existido, como en efecto sucedió, una orden proveniente de un jefe político; hecho que demuestra muy claramente —desde mi punto de vista— que el pacto de impunidad, bajo el cual Martin Rivas se sometió al fuero militar, estaba ejecutándose.

También en otro acto que solo el poder político del ex presidente Fujimori podía lograr, se aprobó y promulgó una ley en los precisos momentos en que se resolvía una contienda de competencia entre los fueros civil y militar, es decir, en el preciso momento en que el Poder Judicial estaba por resolver una contienda de competencia para que la denuncia por los asuntos de La Cantuta fuera tramitada en el fuero civil y produjo una discordia en la Corte Suprema.

Resulta, pues, inaudito que el 7 de febrero de 1994 un congresista de la bancada mayoritaria presente un proyecto de ley que se aprueba en la madrugada del día 8, el día 9 se hace ley y el día 10 esta ley se cumplía para que todos los actuados fueran remitidos al fuero militar, que ahora está revocando sus propias normas y donde evidentemente se encubrió a los autores de estos delitos. Como colofón del pacto de impunidad se concedió amnistía a los integrantes del Grupo Colina. Esto corrobora que el pacto de impunidad entre los delincuentes y el ex mandatario, el señor Fujimori, estaba funcionando perfectamente.

El 14 de julio de 1995 se aprobó la denominada Ley de Amnistía N.° 26479, que en rigor no es sino una autoamnistía imposible de surtir efectos legales, pues el Estado no puede amnistiarse a sí mismo ni puede, por supuesto, darles impunidad a sus agentes a través de una formulación legal. Amnistías como la anterior son incompatibles con la Constitución, con la Convención Interamericana de Derechos Humanos y demás tratados sobre el particular.

Señor Presidente, le pido solo cinco minutos más para poder concluir, gracias.

Para la subcomisión investigadora, los elementos fundamentales que hacen presumir la comisión de esta coautoría de los delitos señalados son las declaraciones de los generales de División del Ejército, actual comandante general Mariano Cacho, el ex comandante general Hermoza Ríos, el general Robles y el general Villanueva, Comandante General del Ejército en 1991.

De las declaraciones de estos militares surge con elocuencia indiscutible que el señor Fujimori conocía de estos operativos especiales de inteligencia. No hay duda de que, por ejemplo, en La Cantuta se cometió un acto criminal por parte de militares que pertenecían al Servicio de Inteligencia Nacional, porque habían sido asignados allí por el Servicio de Inteligencia del Ejército. Digo que es indudable porque hay una sentencia firme, dictada por el propio fuero militar, que condenó a Martin Rivas y sus compinches.

Asimismo, lo que el general Robles señaló deja fuera de toda duda que el señor Fujimori conocía acerca de estos acontecimientos, por lo siguiente: el Servicio de Inteligencia Nacional no tiene ningún mando sobre el Ejército, es una entidad autónoma, como que el Jefe del

11 Servicio de Inteligencia del Ejército no tiene posibilidad, por cadena de mando, de ordenar sobre la Segunda Región Militar. Está probado que el operativo de La Cantuta no solamente fue realizado por un comando de 10 personas, sino que este comando tenía la garantía de que un contingente, entre 300 y 500 soldados, del Batallón de Infantería 19 de la Segunda Región Militar rodearon las instalaciones de la Universidad La Cantuta.

El Jefe del Servicio de Inteligencia del Ejército no podía ordenar al Jefe de la Segunda Región Militar y mucho menos este último podía ordenar al Jefe del Servicio de Inteligencia; por tanto, la única persona que podía ordenar a ambos contingentes o dependencias militares era el Comandante General del Ejército. Pero el Comandante General del Ejército no puede ordenar al Servicio de Inteligencia Nacional; por consiguiente, en esta cadena de mando se encuentra que la única autoridad del país que jurídicamente tiene el poder para dar órdenes a ambas dependencias a la vez era el señor Alberto Fujimori, porque tenía una autorización legal para ello.

Dado el escaso tiempo que tengo, no mostraré un vídeo ni las declaraciones grabadas de algunos testigos —en otra oportunidad probablemente se me permita hacerlo—; sin embargo, puedo indicar que la pieza clave para calificar la actuación del ingeniero Fujimori de coautoría en los delitos mencionados fue su asesor, don Vladimiro Montesinos Torres. Este, en una entrevista a la Revista Época de México, dice que el señor Fujimori no puede separarse convenientemente de su historia común, con lo que no solo da a entender sino que también refleja que ambos personajes, Fujimori y Montesinos, desarrollaron una actividad común en el poder.

Montesinos también dice que resulta muy fácil cumplir tareas pacificadoras con un chivo expiatorio que sirve para justificar todo. Él asume este rol de chivo expiatorio. Además, dice que si algún día tiene que comparecer ante algún tribunal independiente, tendría que hacerlo junto a quien fue parte integral de sus actos como asesor, como consejero. Montesinos dice que no fue ejecutor, sino que sostuvo una estrategia basada en los antecedentes que se daban en las intenciones de un gobernante. Más clara no puede ser una autoinculpación.

Hemos logrado extraer escenas del denominado vladivídeo 880, en el que se visualiza al señor Montesinos Torres señalando el sitio que ocupa el Presidente de la República como el lugar de donde provenían todas las maquinaciones que se realizaban para poder cometer estos actos.

También hay, como respuesta, consideraciones especiales del señor Fujimori hacia Montesinos, a tal punto que decían que el señor Fujimori podía poner las manos al fuego por su asesor.

Por otro lado, hay imputaciones directas esgrimidas por un ex agente de inteligencia, cuya identidad se mantiene en reserva, pero está en la documentación que se ha enviado a la Presidencia, y aparecen en una declaración indagatoria presentada ante la fiscal que investiga estos hechos.

El señor PRESIDENTE (Carlos Ferrero Costa).— Puede continuar, congresista Estrada Pérez.

12 El señor ESTRADA PÉREZ (AP-UPP).— Señor Presidente, la representante del Ministerio Público formula a este testigo la siguiente pregunta: “para que diga por qué motivo ha manifestado usted en este acto que con Pedro Pretell iba a participar en el caso Huillca —se refiere al asesinato de Pedro Huillca—”. Él contesta: “[...] No pudo obligarme a ejecutar estas muertes, pero mientras tanto me dijo que iba a participar en otro operativo con él, con una agente, un chofer y otra persona, donde iba a recibir 100 mil dólares. Le pregunté a quién se iba a matar, pero no me quiso decir. Me dijo que se iba a realizar una reunión en tres días en la Plaza 2 de Mayo, pero pensé que tal vez me iban a emboscar para matarme, por lo que primero verifiqué con mi amigo el técnico Pretell Dámaso, el que me dijo que había dos planes: uno, matarme a mí y el otro era matar a Pedro Huillca, que Martin Rivas había recibido la orden del Presidente Fujimori, indicándome que Martin Rivas recibía órdenes directas del Presidente [...]”.

Esta es una declaración prestada en lo que se llama una indagatoria ante el fiscal y, por tanto, para nosotros hace fe por tratarse de un documento con valor de instrumento público. Este mismo testigo, en una parte de su respuesta, ante la pregunta para que precise cuál había sido la participación del investigado Vladimiro Montesinos en el asesinato de Pedro Huillca, dice: “[...] los operativos de inteligencia eran de conocimiento del Presidente Fujimori, y que este ordenaba el pago de los trabajos que realizábamos, y el presidente pensaba que el dinero llegaba hasta nosotros, pero no llegaba, pues se lo quedaban los jefes de las direcciones y Martin Rivas [...]”. Es evidente que no puede ser revelado el nombre del autor de estas declaraciones por las consideraciones especiales que se debe tener.

También están a la vista de todos ustedes, como se ha podido apreciar, tanto en la denuncia como en el contenido del informe, las imputaciones que formula en forma directa el ex agente de inteligencia José Luis Bazán Adrianzén, quien de una manera precisa, exacta, indubitable señala que escuchó conversaciones de Vladimiro Montesinos en las que decía que el señor Fujimori ya había autorizado operaciones propias del Grupo Colina.

Todos estos elementos y otros más que aparecen en el informe que se ha presentado han llevado a la subcomisión a concluir, en primer lugar, que el ex Presidente de la República, Alberto Fujimori Fujimori, es responsable por la presunta comisión de los delitos de asesinato, es decir, homicidio calificado, lesiones graves y desaparición forzada de personas que están previstos y sancionados en los artículos 108.°, 121.° y 320.° del Código Penal, cometidos en los hechos conocidos como Barrios Altos y La Cantuta.

La segunda conclusión es que la presunta responsabilidad penal que recae en la persona del ex Presidente Alberto Fujimori es a título de coautor, de conformidad con lo previsto en el artículo 23.° del Código Penal.

En la tercera conclusión, consideramos que los atentados de Barrios Altos y La Cantuta son crímenes de lesa humanidad; en consecuencia, como delitos internacionales son perseguibles en cualquier parte de la tierra.

La cuarta conclusión a la que llegamos es que, de acuerdo con lo establecido en el artículo 89.° del Reglamento del Congreso, hay lugar para formular acusación constitucional contra el señor Fujimori por tres delitos: lesiones graves, homicidio calificado y desaparición forzada de

13 personas seguida de muerte, en el caso La Cantuta; no así —esta es la quinta conclusión— por el delito de terrorismo como tampoco puede atribuírsele ningún tipo de responsabilidad en el asesinato de Mariela Barreto, al no estar identificados sus autores materiales y al haberse ordenado, además, el archivo provisional de este caso en el Poder Judicial.

Finalmente, la subcomisión considera oportuno recomendar al Congreso de la República que exhorte al Poder Judicial y al Ministerio Público para que se profundicen las investigaciones de muchos otros casos que, igualmente, constituyen violaciones a los derechos humanos y atentados contra la vida que se han detectado o conocido en el curso de la investigación, uno de los cuales es el asesinato de Pedro Huillca Tecse, ex dirigente sindical.

Nosotros consideramos haber actuado con la suficiente cautela y seriedad al llegar a estas conclusiones, por lo que, en mayoría, la subcomisión investigadora pide aprobar su informe final a esta Comisión Permanente.

Es todo, señor Presidente.

Muchas gracias.

El señor PRESIDENTE (Carlos Ferrero Costa).— El congresista Estrada Pérez ha tomado 20 minutos, a la congresista Lozada de Gamboa le corresponde el mismo tiempo.

Puede iniciar su intervención, congresista Lozada de Gamboa.

La señora LOZADA DE GAMBOA (C90-NM).— Señor Presidente: Primero quiero explicar a los señores congresistas el significado que los expertos en derecho penal le dan al término coautoría.

Coautoría es cuando un delito es realizado conjuntamente por dos o más personas de mutuo acuerdo, compartiendo entre todos ellos el dominio del hecho. El delito, entonces, se comete entre todos; los que intervienen se reparten entre sí las tareas que impone el tipo de autor, pero con conciencia colectiva del plan global unitario concertado.

Según los expertos, los coautores no solamente son los que ejecutan en sentido formal los elementos de tipo, sino todos los que aportan una parte esencial de la realización del plan durante la fase ejecutiva.

Menciono esto porque es necesario enmarcar la denuncia o la acusación constitucional que está aprobando el informe en mayoría que acaba de sustentar el congresista Estrada Pérez, basado en una denuncia presentada por la congresista Townsend Diez Canseco. Esta denuncia, a su vez, se sustenta en el testimonio que el asesor de la mencionada congresista, el señor Gonzales Arica, le tomó a un ex agente del Servicio de Inteligencia del Ejército. Posteriormente, demostraré que dicho testimonio tiene demasiadas contradicciones para poder ser válido ante una denuncia tan grave como es homicidio calificado, desaparición de personas, lesiones graves, delitos de lesa humanidad.

14 De acuerdo con el informe en mayoría, el ingeniero Alberto Fujimori Fujimori habría cometido estos delitos; asimismo, habría determinado que en el país se establezca un mecanismo de violación sistemática de derechos humanos.

Parece que los congresistas que han firmado este informe no recuerdan lo que era el Perú en el año 1990. Ese año el costo social del terrorismo significaba la muerte de 24 871 personas, la muerte de 11 810 terroristas, 2 284 policías y miembros de las Fuerzas Armadas, 10 777 civiles. Además, en el Perú de la década del noventa se habían destruido puentes, torres de alta tensión, se habían saboteado vías férreas, se habían destruido fundos de las comunidades campesinas, se habían dejado 50 mil huérfanos, un millón de desplazados y las pérdidas económicas para el Perú ascendían a 25 mil millones de dólares.

Parece que eso no ha sido recordado por aquellas personas que han hecho de la defensa de los derechos humanos un mito en el cual se quiere involucrar en violaciones a los derechos humanos a todos aquellos que en alguna oportunidad tomaron decisiones pertinentes para la lucha contra el terror. Solamente así se explica que el informe en mayoría que ha sustentado el congresista Estrada Pérez y que ha suscrito la congresista Cabanillas Bustamante pueda aseverar que en el Perú, en el año 1990, el ingeniero Fujimori, cuando tomó posesión del cargo de Presidente de la República, estableció un mecanismo sistemático de violación de derechos humanos.

Nosotros creemos que en ese entonces se enfrentó una verdadera lucha contra el terror; además se trabajó con objetivos políticos y con una decisión política tomada en el marco de la más grave crisis que el Perú vivía en los últimos años. Así es como en el año 1992 se formuló una directiva para pacificación, donde se determinaron los objetivos políticos, la dirección de la guerra contra el terrorismo como una estrategia integral, el potenciamiento de integración de los órganos de inteligencia que permitan que todos los servicios de inteligencia de los institutos y fuerzas armadas, incluyendo la Dincote, puedan dar la información necesaria para la lucha contra el terror.

Además, en los años 1991 y 1992 se dio un marco legal adecuado, que permitió la captura de todos los cabecillas terroristas y la pacificación del país. Se dictaron decretos legislativos gracias a una solicitud del gobierno en el entonces Congreso de la República, que fue clausurado en el año 1992. Se aprobaron normas especiales para luchar contra el terror como, por ejemplo, el hecho de que se penalice a cadena perpetua a los implicados en terrorismo. Se establecieron normas que permitieron que se adecuen obligatoriamente todos los trabajos realizados para la lucha contra el terror con un comando operativo del frente interno.

Asimismo, se reguló el delito de traición a la patria. Se dio un sistema nacional de defensa estructurado especialmente para luchar contra el terrorismo. Se promulgaron normas, como el Decreto Legislativo N.° 752, Ley de Situación Militar de los Oficiales del Ejército, Marina de Guerra y Fuerza Aérea; el Decreto Legislativo N.° 751, que Aprueba la Directiva del Planeamiento de la Defensa Nacional de la Pacificación. También se dieron otras normas después del 5 de abril, como el Decreto Ley N.° 25728, que faculta el juzgar en ausencia por el delito de terrorismo; el Decreto Ley N.° 25880, que considera como autores del delito de traición a la patria a los que, valiéndose de su condición de docentes, influyan en los alumnos

15 haciendo apología del terrorismo; el Decreto Ley N.° 25499, Ley de Arrepentimiento, que permitió la captura de muchísimos terroristas en el Perú.

Todo esto, además, tenía un objetivo político estratégico, que fue tomado por el ingeniero Fujimori, a fin de que la población pueda agruparse en forma voluntaria para llevar a cabo mecanismos para su autodefensa. Así se establecieron los ronderos, las rondas campesinas, los comités de autodefensa, todos ellos instruidos y dotados de ciertas armas, justamente para restablecer la paz y el orden constitucional, basados en la justicia social; neutralizar y eliminar a los grupos subversivos; recuperar la presencia del Estado en su expresión administrativa; y, paralelamente, profundizar el esfuerzo del Estado y del Gobierno para resolver los problemas socioeconómicos del país.

Estos eran los objetivos políticos y estos eran los sistemas integrales establecidos en el gobierno del ingeniero Fujimori en el año 1991. No era, pues, un mecanismo integral de violación de los derechos humanos, como refiere el informe en mayoría.

Además, es necesario señalar que el informe en mayoría da conclusiones, yo diría, bastante temerarias con relación a los testimonios que se han recibido en la subcomisión. Voy a tener que analizarlos para que los congresistas puedan tomar nota. Todos estos testimonios están en el informe en minoría. Por ejemplo, en este último informe se ha hecho llegar a los señores congresistas todas las declaraciones públicas realizadas por el ingeniero Fujimori relacionadas con el tema de respeto a los derechos humanos, la lucha contra el terror, el objetivo de la pacificación.

También se ha hecho llegar el informe que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos realizó cuando hizo una visita al Perú en el año 1992. En ese informe, felicita al gobierno del ingeniero Fujimori por los avances que se habían realizado en todo el tema de derechos humanos y de pacificación. Entonces, es increíble aceptar que se había incorporado en el país un sistema y un mecanismo de violación permanente de los derechos humanos. Estoy segura de que la Corte Interamericana de Derechos Humanos no habría felicitado al Perú respecto a este tema, como lo hizo —consta en los documentos que ustedes tienen a la mano—, si hubiese encontrado los mecanismos de violación a los que hace referencia el congresista Estrada Pérez; por el contrario, los hubiese denunciado.

Asimismo, según el informe en mayoría, el ex Presidente de la República, Alberto Fujimori, potenció el sistema de inteligencia y le confirió nuevas facultades con dicho objeto, es decir, violar sistemáticamente los derechos humanos.

El congresista Estrada Pérez hace referencia al Decreto Legislativo N.° 746, respecto a eso tengo que decir que es absolutamente falso que este decreto haya estado vigente en el momento que se realizaron los hechos que se están tratando; el Decreto Legislativo N.° 746 fue derogado con la Ley N.° 25399. Tengo que señalar enfáticamente que es absolutamente falso que el Servicio de Inteligencia Nacional dependiera de la Presidencia de la República en noviembre de 1991, cuando se suscitaron los hechos de Barrios Altos, y en julio de 1992, cuando se realizaron los lamentables hechos de La Cantuta. Este decreto legislativo fue derogado por la Ley N.° 25399 firmada por los señores Ramírez del Villar y Osterling Parodi; es decir, antes del 5 de abril de

16 1992, ese decreto legislativo ya había sido derogado y eso está claro, incluso escaneado para los señores congresistas, en el informe en minoría.

En este mismo informe está establecido —también está escaneado para que lo observen los señores congresistas— que la directiva del planeamiento de la defensa nacional para la pacificación fue aprobado por el Decreto Legislativo N.° 751 y que se encontraba vigente en el momento que se suscitaron los hechos. Quiere decir que este decreto legislativo de salvaguarda integral de los derechos humanos y que las directivas concretas de la búsqueda de la paz eran los que estaban vigentes cuando se desarrollaron los hechos. Lamentablemente, en el informe en mayoría, no se hace ninguna referencia a toda la legislación que se dio con relación a la búsqueda de la paz.

Además, el señor Estrada Pérez y la señora Cabanillas Bustamante dicen en su informe que el presidente Fujimori hizo depender al Sistema de Inteligencia Nacional directamente de su persona. No es así. Después del 5 de abril de 1992 se diseñó una estrategia de pacificación integrada por cuatro acciones: la dirección de la guerra, con una estrategia integral; el potenciamiento y la integración de los servicios de inteligencia; el marco legal adecuado; y la organización voluntaria de la población.

Además, según el dictamen en mayoría, se dotó al Grupo Colina de espacio físico, recursos logísticos y humanos necesarios para el logro de sus fines. Yo le pido al señor Estrada Pérez que exhiba una sola prueba, en esta Sala, de que en 1991 y 1992 el ingeniero Fujimori haya dispuesto que se le otorgue a este grupo llamado Colina recursos físicos, logísticos y humanos necesarios para el logro de sus fines. Claro, él seguramente dirá que el Comandante General del Ejército otorgó un ambiente para que puedan realizar operaciones y reuniones relacionadas al trabajo de inteligencia. Seguramente dirá que tenían una camioneta Cherokee, dos camionetas blancas, dos camionetas rojas. Él puede decir cualquier cosa; pero no puede mostrar en este momento, estoy completamente segura, algún documento donde el ingeniero Fujimori solicite y suscriba algún apoyo logístico para las personas que aparentemente estuvieron involucradas en estos lamentables hechos.

Es más, de una manera que solo puedo imaginar mal intencionada, el señor congresista hace referencia a que el ingeniero Alberto Fujimori habría felicitado a los miembros del Grupo Colina, por los actos que se habían realizado: absolutamente falso, señor Presidente. En el informe en minoría está el memorándum de la Presidencia de la República de julio de 1991. Los hechos de La Cantuta se realizaron en noviembre de 1991 y los de Barrios Altos, en noviembre de 1992; y, antes de que estos oficiales sean felicitados por el ingeniero Fujimori —pueden revisar sus legajos—, habían sido felicitados por otros gobiernos. Me imagino que esto se debió al trabajo que realizaba en esa época, que era de dedicación exclusiva al análisis de la documentación recabada a los grupos terroristas, y que estaban a cargo, dicho sea de paso, de la Dirección de Inteligencia y de la Dircote, que en ese entonces, estaba administrada por el general Ketín Vidal, hoy Ministro del Interior.

De acuerdo con el informe en mayoría, los generales de división del Ejército Cacho, Hermoza, Robles y Villanueva demuestran que el ex Presidente conoció anteladamente las matanzas de La Cantuta y Barrios Altos. Esto es absolutamente falso. En ningún momento los generales en

17 mención hacen referencia a que los hechos de La Cantuta y Barrios Altos eran de conocimiento del ingeniero Alberto Fujimori.

En alguna oportunidad, el general Robles dijo, en el Congreso, que el ingeniero Fujimori conocía los hechos antes, durante y después; pero lo hizo haciendo una analogía entre la operación Chavín de Huántar y lo ocurrido en Barrios Altos y La Cantuta. El general Robles dijo que así como Fujimori conocía, en el rescate de los rehenes de la Embajada de Japón, los hechos antes, durante y después, él suponía que el ingeniero Fujimori también conocía antes, durante y después el tema de La Cantuta y de Barrios Altos. Eso fue absolutamente irresponsable; no se puede acusar a una persona por homicidio calificado, por desaparición forzada de personas, por lesiones graves, por delitos de lesa humanidad por que un general dice: yo supongo que sí conocía, o yo creo que sí sabía.

Incluso, el Comandante General del Ejército, el general Cacho, dice con absoluta claridad lo siguiente: “Entonces —explica al congresista Estrada—, es difícil decirle: oiga, al Presidente hay que decirle todo. Depende, ¿no? Qué importancia tendría, pues, de repente a nivel de Estado, nación un compromiso”. El congresista le dice: “Depende de la importancia”. El general responde: “Claro. De repente, en el frente externo, algo grave que el Presidente tiene que saber, tiene que conocer, está comprometiendo la seguridad del Estado [...]”.

El general Cacho en reiteradas oportunidades dice: no me consta, no sé, no conozco, yo no puedo aseverar tal cosa, porque eso sería totalmente irresponsable. Sin embargo, acá se consigna en sus declaraciones como que él, en algún momento, hubiera dicho que el ingeniero Fujimori tenía conocimiento de los hechos, antes, durante y después, como ha afirmado el congresista Estrada Pérez.

Igualmente, es absolutamente falso que el general Hermoza Ríos haya manifestado que el ingeniero Fujimori conocía los hechos antes y después de que ocurriesen. No es verdad; el ingeniero Fujimori, de acuerdo con lo que manifiesta el general Hermoza Ríos, ex Comandante General del Ejército, en su testimonial —ustedes lo pueden leer—, tenía relación con el asesor presidencial y tenía relación con los comandantes generales de las Fuerzas Armadas. El general dice, lo voy a leer: “No, eso sí le puedo decir, en lo que a mí me consta, de ninguna manera, yo lo descargo; lo descarto primero por los resultados y por la misma directiva que ya hemos discutido, y por su permanente presencia y apoyo a la Fuerza Armada en la lucha por pacificar el país. Entonces, no hay ninguna coherencia con que él pudiera también estar haciendo una política de terror, no lo creo”.

En el caso del general Robles hay algo muy extraño. Ustedes tienen en el informe en minoría, unas declaraciones tomadas de una carta de puño y letra que hace pública el general Robles, en la cual dice: “Por lo expuesto en esta denuncia de las violaciones de los DD.HH. por el SIN y por el CGE es necesario que el señor Presidente de la República, como jefe supremo de la Fuerza Armada, atienda urgentemente el descontento de un gran sector del Ejército, particularmente por los hechos narrados [...]. Porque lógicamente deben haber sido ocultados por la dupla Montesinos-Hermoza Ríos, ya que no se ajusta a sus directivas de respeto absoluto a los derechos humanos y que con tanto énfasis nos insiste en sus discursos”. Esas fueron las declaraciones del general Robles en el año 1993.

18 Ahora se refiere al triunvirato Montesinos, Fujimori, Hermoza Ríos. Es decir, en el año 1993 hablaba de la dupla Montesinos, Hermoza y ahora, en forma increíble, el general Robles cambia todo su temperamento y habla de triunvirato.

Yo fui testigo cuando el general Robles recibía papeles de uno de sus asesores y le decía: insiste en el triunvirato, insiste en el triunvirato; ¿para qué?, para demostrar sin saber que en alguna oportunidad él mismo había hablado de dupla y, por lo tanto, estaba contradiciendo las declaraciones que en alguna oportunidad había dado. Lamentablemente, la acusación es muy grave y el tiempo es muy corto para poder determinar todas las falsedades, imprecisiones, incoherencias e injusticias que resumen el informe en mayoría.

—Asume la Presidencia el señor Henry Pease García en el transcurso de la intervención de la señora Lozada de Gamboa y, después, reasume la Presidencia el señor Carlos Ferrero Costa.

El señor PRESIDENTE (Carlos Ferrero Costa).— Congresista Lozada de Gamboa, tome usted el tiempo que necesite para terminar con su exposición.

La señora LOZADA DE GAMBOA (C90-NM).— Le agradezco, señor Presidente, y le pido que ponga orden en la Sala, porque hay algunas personas que creo que disfrutan con las acusaciones y no les gusta los actos de defensa justa. En todo caso, allá ellos.

El informe en mayoría hace referencia a la actuación del asesor presidencial y su reconocimiento expreso de que las acciones de La Cantuta y Barrios Altos, salían del Servicio de Inteligencia Nacional.

No me voy a ocupar de los antecedentes de Vladimiro Montesinos, creo que ese señor será juzgado por la justicia —ojalá así sea—; pero es irresponsable presentar un vídeo, como prueba palpable de que Montesinos acusa al ex Presidente y, atención, según el informe en mayoría, lo hace en un vídeo, en el que Montesinos señala un lugar y, minutos más tarde, entra el ingeniero Fujimori, jala una silla y se sienta cerca de ese lugar. El informe señala que el mensaje que da Montesinos en ese vídeo —donde aparecen el general Briones, la señora Luisa Cuculiza, el señor Montesinos y el ingeniero Fujimori— es la clave del asunto.

Entonces, denunciar a una persona de coautora de homicidio calificado, de desaparición forzada de personas es tan sencillo como interpretar que alguien que estira la mano y dice que allí se sentó tal persona, de allí salgan las órdenes; o que yo diga que de allá salen y culpo al congresista que esté frente a mí; pero, aunque parezca increíble, así está y lo pueden revisar en el informe en mayoría.

Asimismo este informe hace referencia a imputaciones esgrimidas por un agente de inteligencia, cuya identidad debe mantenerse en reserva. Sobre esto, tengo que decir que ha habido declaraciones que se hicieron a mis espaldas en la oficina del congresista Estrada Pérez. No sé si se refiere a ese tipo de declaraciones; pero no ha habido ninguna sesión donde se hubiese presentado un agente, un ex agente del Servicio de Inteligencia Nacional que hubiera pedido que su nombre se mantenga en reserva. Se dice ahora que es una persona que prestó su testimonio en la Fiscalía, en todo caso, la subcomisión no ha tomado conocimiento de ello, no

19 ha debatido ni ha evaluado testimonio alguno distinto de los que llegaron en su oportunidad al seno de la subcomisión.

También hace referencia a las imputaciones formuladas por la señora Blanca Luz Barreto Riofano, hermana de la señora Mariela Barreto. Ella, con bastante timidez y mucha inseguridad en el momento que fue invitada, decía que su hermana le había contado, que no se acordaba bien, que no estaba tan segura; sin embargo, en el informe consta como que esas declaraciones son válidas para acusar de estos delitos tan graves al ingeniero Fujimori.

Pero lo determinante son las imprecisiones en las que cae el ex agente de Inteligencia Bazán Adrianzén, quien es la persona que utiliza la congresista Townsend Diez Canseco como testigo presencial. Esta persona —pueden dar lectura a las declaraciones que hace en la subcomisión— manifiesta, por ejemplo, que cuando se reunían en el cuarto con el señor Montesinos, él, con sus propios ojos, veía que les daba dinero a los miembros del Grupo Colina. Cuando le pregunto: ¿usted veía eso con sus propios ojos? Él responde: no, yo no lo veía con mis propios ojos. Entonces, le replico: pero usted le ha dicho al señor Gonzales Arica que lo ha visto con sus propios ojos. Y responde: si yo le dije eso, me equivoqué. Me rectifico: yo no he visto, me han contado.

Luego dice que los señores Montesinos y Martin Rivas se reunían solos en la habitación, que no quedaba nadie. Ahí se daban las órdenes que Fujimori implantaba para la violación de los derechos humanos. Sin embargo, cuando le pregunto: ¿está usted seguro de que se quedaban solos?, él responde: no, eran muchas personas las que estaban en esos cuartos, eran muchas personas las que recibían las órdenes. Después, le digo que se estaba contradiciendo, y me responde que se rectificaba: la vez anterior me equivoqué y ahora me estoy rectificando.

Esas son las declaraciones de los testigos que se utilizan para acusar por homicidio calificado, por desaparición forzada. Realmente, todas estas pruebas me hacen pensar, porque, además, la forma cómo se ha llevado la investigación en la subcomisión es muy extraña. Solo se han citado a los testigos que el congresista Estrada Pérez solicitaba; cuando se pedía la presencia de otros testigos como, por ejemplo, la del hermano del ingeniero Fujimori, que yo solicité, porque había sido denunciado...

El señor PRESIDENTE (Carlos Ferrero Costa).— Disculpe que la interrumpa, señora congresista, va a continuar sustentando su informe en minoría. Solo quiero anticipar que, para recabar las credenciales en el Jurado Nacional de Elecciones, vamos a proponer que se suspenda la sesión a las 18 horas y que continuemos en otro momento.

Continúe, congresista Lozada de Gamboa.

La señora LOZADA DE GAMBOA (C90-NM).— Como el informe en mayoría que ha sustentado el congresista Estrada Pérez tiene una serie de hechos que no se ajustan a la verdad, considero importante manifestar todas estas imprecisiones.

Para resumir y poder asistir a la reunión que se ha indicado, quiero decir lo siguiente: los testigos cuya asistencia fue solicitada por la que habla no fueron aceptados; incluso se pidió

20 más tiempo para poder evaluar pruebas y hacer cruce de información, pero tampoco se aceptó. En alguna oportunidad, el presidente de la subcomisión me dijo: Quédese hablando sola, porque no tengo nada qué escuchar de usted. Esos fueron sus términos. Dijo que de todas maneras se tenía que aprobar el informe, porque los delitos de lesa humanidad son delitos que se persiguen internacionalmente, y esa es la única manera como se puede extraditar al ingeniero Fujimori.

¡Esa es la verdadera razón!, ¡por eso se acusa de homicidio calificado y de desaparición forzada!, ignorando el congresista Estrada Pérez que está acusando por un delito que no estaba previsto en la Carta Internacional de Derechos Humanos, como es el caso de desaparición forzada, en el momento que ocurrieron los hechos.

Los hechos ocurrieron en 1991 y 1992, y recién en 1994 se incorpora a la Carta Internacional de Derechos Humanos el tema relacionado a la desaparición forzada de personas. En 1998 se incorpora a nuestro Código Penal, y recién este año se ha ratificado el Convenio Internacional. Quiere decir que el experto abogado, congresista Estrada Pérez, ¿no sabía que no se puede acusar a una persona por un delito que en el momento de su comisión no ha sido tipificado debidamente? No soy abogada, pero son principios fundamentales del derecho, que parece que a la hora de hacer este informe se han olvidado o se han querido olvidar para que de todas maneras exista la posibilidad de acusar por delitos de lesa humanidad.

No hay posibilidad jurídica alguna, en el supuesto negado de que se hubieran cometido los delitos —lo digo así, en el supuesto negado—, de acusar jurídicamente por el delito de desaparición forzada de personas, porque este delito no estaba tipificado ni en la Carta Internacional ni en nuestras normas penales nacionales en el momento de la comisión de las acciones.

No se ha demostrado que el ex presidente Alberto Fujimori haya participado directa o indirectamente en los lamentables hechos de Barrios Altos y de La Cantuta. No existe evidencia, testimonio, documento, vídeo o algún indicio razonable que demuestre que el ex presidente Alberto Fujimori dirigió a las personas involucradas en tales hechos.

La coautoría en los hechos determinada en el informe en mayoría hubiera requerido que el ingeniero Fujimori haya realizado conjuntamente con alguna persona, y de mutuo acuerdo, los actos de La Cantuta y Barrios Altos, lo que no ha sido probado en ninguna parte de las investigaciones.

No existe evidencia ni testimonio que manifieste que en los hechos el ex Presidente haya repartido las tareas o hubiera impartido alguna directiva o preparado documento alguno para la realización de operativos que originen la muerte o desaparición de personas y que pueda responsabilizarlo penalmente.

La coautoría, de acuerdo con la legislación vigente, necesita elementos fundamentales, como es la ejecución conjunta del hecho, el codominio del hecho y aporte objetivo de cada interviniente, hecho que queda absolutamente descartado.

21 Sí queda demostrado que el ingeniero Alberto Fujimori, como Presidente de la República, impartió directivas concretas para la pacificación del Perú en el marco del respeto irrestricto de los derechos humanos, queda demostrado que durante el gobierno del ingeniero Alberto Fujimori se combatió el terrorismo que azotaba a nuestro país durante más de una década y que originó la muerte de más de 25 mil peruanos. Queda demostrado que en el gobierno del ingeniero Fujimori se expidieron las normas que permitieron el encarcelamiento de los principales cabecillas de Sendero Luminoso y el MRTA, como también que se flexibilizaron estas normas que permitieron el indulto de algunas personas que fueron juzgadas injustamente.

También queda demostrado que en el gobierno del ingeniero Fujimori se crearon organismos especiales para la pacificación del país, como el Consejo Nacional de Defensa para la Pacificación y el Consejo Nacional de Derechos Humanos. Queda demostrado que los organismos internacionales de derechos humanos emitieron un informe favorable sobre la política de pacificación y el respeto de los derechos humanos del Perú. Queda demostrado que la población del Perú reconoció los logros de la lucha antiterrorista en materia de pacificación.

Asimismo, queda demostrado que el informe en mayoría ha sido realizado en el marco de una decisión política de acusar al ingeniero Alberto Fujimori por delitos que, incluso en el supuesto negado que hubiera alguna responsabilidad, no podrían ser aplicados por haber sido tipificados con posterioridad a la realización de los hechos.

Por lo tanto, considero que, en concordancia con nuestra Constitución y el Reglamento del Congreso, esta denuncia debe ser archivada y desestimada; y recomendar que —en concordancia con el fallo del organismo internacional de derechos humanos, que declara inaplicable la Ley de Amnistía— se proceda a la realización de una investigación profunda hasta el descubrimiento de la verdad, que permita sancionar drásticamente a los que resulten responsables de los lamentables hechos de Barrios Altos y La Cantuta.

Por eso, he presentado este informe en minoría. Solicito que también sea puesto a consideración de los miembros de la Comisión Permanente y votado en el momento que sea oportuno para que este caso se archive.

Gracias.

El señor PRESIDENTE (Carlos Ferrero Costa).— Señores congresistas, la entrega de credenciales ha sido programada por el Jurado Nacional de Elecciones para las 18 horas de hoy y se realizará en San Isidro, adonde debemos trasladarnos.

Si empezamos el debate en este momento, el asunto va a dilatarse; por eso, me veo en la necesidad de suspender la sesión.

Tiene la palabra el congresista Estrada Pérez.

El señor ESTRADA PÉREZ (AP-UPP).— Señor Presidente, solo quiero dejar constancia de que la señora congresista que ha sustentado el dictamen en minoría ha hecho uso de la palabra 12 minutos más que yo, quisiera hacer uso también de 12 minutos adicionales.

22 El señor PRESIDENTE (Carlos Ferrero Costa).— De acuerdo, no hay ningún problema en darle, antes de que comience el debate, 12 minutos al señor Estrada Pérez el día lunes.

Someto a consulta la dispensa de la aprobación del Acta de los asuntos aprobados para tramitar el oficio a fin de pedir la revocatoria del impedimento de salida del país de los ex Presidentes de Consejos de Ministros mencionados, sancionado al inicio de la sesión.

Los señores congresistas que estén a favor se servirán expresarlo levantando el brazo. Los que estén en contra, de la misma manera. Los que se abstengan, igualmente.

—Efectuada la consulta, se acuerda tramitar, sin esperar la aprobación del Acta, el oficio de revocatoria de la orden de impedimento de salida del país de los ex Presidentes de Consejo de Ministros, sancionado al inicio de la sesión.

Lista de asistencia a la sesión

Presentes: Los señores Ferrero Costa, Pease García, Masías Oyanguren, Aguirre Altamirano, Bartra Gonzales, Chávez Cossío de Ocampo, Estrada Pérez, Farah Hayn, Guerrero Figueroa, Lozada de Gamboa, Revilla Jurado, Salgado Rubianes de Paredes, Serrato Puse, Torres Ccalla, Valenzuela Cuéllar, Vásquez Villanueva y Velit Granda (miembros titulares); y Mucho Mamani y Vara Ochoa (miembros suplentes).

Ausente con licencia: El señor Paniagua Corazao.

Ausente con aviso: El señor Iberico Núñez.

Ausentes: La señora Cabanillas Bustamante y los señores Pennano Allison, Reátegui Flores, Reggiardo Sayán y Saavedra Mesones.

El señor PRESIDENTE (Carlos Ferrero Costa).— Señores congresistas, se suspende la sesión hasta el lunes a las 10 horas.

—A las 17 horas y 58 minutos se suspende la sesión.

Por la redacción: Gabriel Cayo de las Casas.

23