i EL ADRIANO EN SIRIA, COMEDÍA . EN TRES A CTOS;

Por Don Gaspar Zanala, r Zamora.

ACTORES. ' Adrián» 9 solicito amante de 4« Aquí lio , Confidente .de Adriano , y Emirena , 'prisionera de Adriano , pro - . ^ amante oculto de . metida esposa de í Sabina, prometida esposa de Adriano. 'Fa maspe , Principe Partho., tributa- ¥ Mario , Capitán de la Guardia. rio de T Soldados, Matronas, y Ca bulleros Roma» Osroa , Padre de Emirena, y enemigo ^ nos. de Adriano.. Soldados Farthos.

La Escena en Antioquía.

ACTO PPvlMERO.

Plaza espaciosa de Antioquía , con varios trofeos militares, compuestos de Insig- Z7 ÍT/l ^ ds Barb“ros vencidos. El rio Orontes, con un suntuoso pu¬ ente , y escalera , que atraviesa la Ciudad. Trono Imperial á un lado.

ESCENA PRIMERA.

If-f”0 CnTdUCÍdí p9T m soidados sohre unas anda* y que forman de sus escudos: qui 10, Murió , Soldados y pueblo Romltno , de esta parte del rio i y de la otra, Osroa, y Soldados'Farthos.

Mr/xictf.CZ-Oronese Adriano Valientes compañeros, (tra sobre el undoso Orontes, deudos, y amigos , hoy de mano vues- y mas, que sus arenas, un Imperio recibo, conservado sean los ’años que su imperio goce. tanto por el valor de vuestras diestras, Acabada la música desciende Adriano como por el esfuerzo de la mia: de las andas. y á la verdad no alcanzo, porque deba Aquí Cesar invicto, el Príncipe Fa maspe, uño solo,coger el blando fruto, que al otro lado del Orontes queda, qué tanto, ánodos, de fatigas cuesta; en el plausible dia de tu triunfo, Pero yo haré de modo,, que mi gloria para besar tus pies, pide licencia. y mi felicidad de todos sea: Adri. Que llegue pues. vuestras serán del trono las delicias, Aquilio pasa el puente, y llega al otro lado y mios, los cuidados que le cercan. del rio-, y Adriano, ayudado de Mario, sube * No mis vasallos, sí, de vuestra fama di trono-, y puesto en pie } dive; seréis mientras yo reyne. El solo objeto quiso vender la libertad agena, de Adriano, será la conveniencia como practican barbaras naciones del bien comun y el lustre de la Patria, á precio vil: la sobran las riquezas, que es lo que mas á todos interesa. y quando nó, sin infamar su gloria, Procuraré, que mis acciones todas, el valor de sus hijos, se las diera. no infamen el lugar á que me eleva Farn. Damela pues heroycamente, á pte vuestra elección: haré que no decaiga la fama que adquirieron las excelsas de mi fiel gratitud. virtudes de los Cesares Romanos: Osroa. Pendiente queda v en fin, no Rey, un Padre, en mi os de su labio mi vida. Adr. estoy cónfuso. suspenst. espera. Siéntase al ver llegar con Aquilio á Far- Farn. Ivio me respondes? naspe, Osroa, y algunos soldados Parthos. Adr. Si: su padre venga, que á el entregarla solamente debo. Osroa. Puesto que á mi, no puede cono¬ Farn. Desde el pasado encuentro, no hay cerme, * Farn. mis consejos exactamente observa. quien sepa / de Osroa, Señor, el paradero triste. 4 Farn. Invencible Adriano, honor de Roma Adr. Pues mientras se descubre, la Prin¬ y del Asia terror, á tus pies llega el Principe Farnaspe; ayer contrario cesa bajo de mi cuidado, y en palacio, de tus armas, blasones, y grandeza, como absoluta del imperio queda. y hoy quien tus triunfos canta. Mas qué mucho, si lo es de mi ap> Adr. Alza del suelo. Osroa. Mira, que.es ya tanta humildad su alvedrio? . (Peña Farn. Ya generoso Adriano, que se efl1' per ñu a. (des tu noble compasión tanto en honrarla, Adr. Madre comun es Roma; sus bonda- deja que á unirse con su esposo vuelva. acogen siempre, á el que á invocarla 4 Adr. Oh Dioses! Como:::- sorprend. llega: Aquil. Mucho se declara. ap. su modestia perdona á los vencidos; Adr.Acaso tiene esposo ya Emirena? honra á los vencedores su nobleza; Farn. Solo falta que el rito lo confirme. ensalza su virtud á los humildes: Adr. Oh injustos Cielos, qué funesta y su valor abate la sobervia, de quien sus leyes ultrajar pretende. nueva! . af‘ dime, y quién es? con impaciencia. Osr. Qué orgullo tan odioso! • Farn. El Principe Farnaspe. Farn. Una fineza Adr. Tú su esposo! (qué rabia!) Y te ama propia de esa virtud , vengo á pedirte; La sin igual belleza de Emirena ella? (mo?> Farn. No bien, Señor, la luz primera vi- Princesa de los Parthos, hoy se halla quando.á amar empezamos, y esta ho— ' por vuestras armas hecha prisionera. Adr.Y bien, qué quieres? güera , con el trato y la edad erecto de modo, , Farn. Que piadoso alivies que una es el alma, que á los dos go- , el pes© de su misera cadena. bierna, Adr. Qué escucho! ó dos almas animan solo un cuerpo. Farn. Enjuga el llanto de su patria, Yo mis glorias hallaba en Emirena, buelvela á mi poder y en recompensa, y ella en mi, sus delicias , quando (ay pide quanto quisieres. ansias!) Adr. Yo Farnaspe, las en Siria. 3 las vencedoras haces que gobierna Pero juro á los Dioses portales que sino me engañara mi sospecha, tu brazo incontrastable, la separan con este azero propio , con mi mano::- del amorde su padre, y mi terneza, Mas hija es de Osroa, no hará tal vile¬ .mas no de un corazón, en donde siem¬ za. pre Farn. No tal imaginéis: Cesar es justo, á pesar del destino se conserva. Conmpadécete pues, noble Adriano, y Emirena mi bien: nada me altera, del infiuxo tirano de mi estrella: á verla voy. duelete de mi amor, y haz venturosa Osroa. Ve , corre, mas no digas una pasión tan. firme y verdadera. que vine yo contigo. Pero qué de escuchármete extremeces? Farn. Ni á Emirena? te ofende por ventura mi flaqueza? Ojr.Tampoco : lo sabrá, quando logradas te avergüenzas de ver que amor me en un todo mis máquinas se vean. Saquemos del poder de ese Tirano, rinde? No lo hagas, pues; atento considera, esa querida , y desgraciada prenda, que si de Roma los excelsos hijos que mi furor contiene , y luego corra nacieron á ser heroes, y se afrentan sin freno mi venganza. Roma sepa, de que otro amor que el de su fama que Osroa , aun vencido, á castigar misma aspira en sus sobervios corazones quepa, de sus temidas armas la violencia. jo que he nacido en mas benigno clima, Ja iniquidad de sus severas leyes, no me afrento de amar, y aun en la y de sus fieros hijos la soberbia. guerra Farnaspe por la izquierda con el mayor sé¬ si doy todo mi horror á mi enemigo quito de Parthos , y Osroa por lá derecha doy toda mi ternura , á la belleza, (do c$n el resto. Adr. En mi me abraso, Dioses, y nopue- decir que son mis zelos la materia, ap. t ESCENA II. Mar. Mucho dice Adriano en su ap. Cámara destinada á Emirena en el Pala¬ semblante. cio. Aquilio y Mario. Adr. Alma suframos. Principe, Emírena, ü'fíjr.Aquilio, expláyate con un amigo Desciende del Trono. de cuya lealtad tienes mil pruebas. ¿rbitra de tu suerte (y de la mia) ap. Por qué dexas á Augusto,é impaciente pues tu lo pides, este instante sea. al mismo quarto vienes de Emirena? A verla ven conmigo, y si te sigue, Qué te aflige? $on ella parte. (Aunque Adriano mue¬ Aquil. Ay amigo , la esperanza ra.) de mi amor , acabó. Yá te dí cuenta Parte con Aquí lio , Mario , soldados , y de que Sabina, á quien tan ciego adoro pueblo Romano. es prometida Esposa de la excelsa - Farn. Las crueles prisiones que la quitas, Magestad de Adriano. Este , rendido se las pones de nuevo á mi nobleza, á la suma beldad de la Princesa con tan heroyca acción. que prisionera tiene, fue olvidando Osroa. No has conocido á persuasiones mias, las promesas, Farnaspe, de Adriano la cautela. que hizo á Sabina. Yo su nueva llama El adora á Emírena , está zeloso procuré fomentar , porque tuviera de tu amor , y si ha dicho que lo deja este alivio, la mia: pero ay Mario, ¿ su arbitrio, tendrá la confianza que hoy del bien que idolatra, se ena- , de que ella infiel, desayre tu fineza. gena A 2 su El Adriano su corazón heroico, y á Farnaspe:: No es digno de'él, quien, á su gloria Mar. Ya lo he escuchado, y con razón falta, esperas, é infamemente dominar se dexa que á amar vuelva á Sabina, de una pasión tan vil. Yo al Capitolio, Aquí. Esa es mi angustia, arrastrando la misera cadena mi pena y mi dolor. que me puso la suerte ! Me estremezco Mar. Y bien, qué intentas? tan solo de escucharlo. Yo pudiera Aquí. Persuadir con engaños á esa joben tolerar este ultraje? Ah! no lo espere: beldad, á que no admita la propuesta No es el Africa sola la que engendra que ha de hacerla Adriano. Éste es el heroicas almas, no: también en Asia solo (da. saben morir,por no sufrir su afrenta. arbitrio , amigo, que á mi amor le que Aqui.Conozco tu razón,y es ley iniqua, Mar. Ella viene. la que aun no exime á la persona regia Aquí. Retirate pues , Mario. {vas. ' de acompañar al triunfo tolerando Mar. Los Dioses tu designio favorezcan. de un pueblo libre la arbitraiia ofensa Emi. Y que unas leyes barbaras que impu¬ # ESCENA III. so el orgullo de Roma y su soberbia, Aquilio y Emirena. la hagan tan respetable? Yo confieso que veneré su imperio, y sin violencia Emi. Aquilio, dime, el Principe Farnaspe sus elogios oía : pero ahora habló ya á vuestro Cesar? que conozco sus máximas horrendas, Aquí. Mas valiera, el fiero despotismo de sus heroes, que ni á verle llegara. y la debilidad que en todos revna, Emir. Cómo, Aquilio, sobresaltada. me avergüenzo de ver que el orbe todo pues qué ha habido? declárate, no ten- leyes admita , y máximas aprenda mi corazón dudoso. Tú suspiras? (gas * de una nación que funda su justicia, oh justos dioses! en el poder inmenso de sus fuerzas. Aquí Diole Adriano audiencia: Pero ah ! que inútilmente me lamento! pidió tu libertad: le dixo, incauto, soi dé ese horrible monstruo prisionera^ . que eras suya, y que adora tu belleza. y ha de vengar sus celos. Dimé Aqui- • El Cesar arde en zelos, se enfurece, lio, (ta? quiere encubrirlo, pero nunca acierta, qué medio habrá para evitar mi afren- tiembla, amenaza, jura, que si ingrata Aqui. Uno solo: Farnaspe, con Augusto ni un solo indicio de ese amor conservas vendrá á verte muy presto: la propues¬ al mismo Capitolio ha de llevarte ta el dia de su triunfo, por que veas de partir con el Príncipe no admitas: que si amante, se rinde á tu hermosura, una cautela , venza otra cautela. celoso ya de tu beldad se venga. (no! Adriano pretende asi engañoso, Emir. Qué escucho penas! y este es Adria conocer tu pasión , para poderla este el heroe del tiber, de quien cuenta castigar con tu oprobio : tú advertida mil grandezas la fama ? el alma grande disimula tu amor: desdenes muestra que Roma eleva hasta su trono, es esta? á tu querido Príncipe : tus voces, Es esta la virtud , que hay en sus hijos? y tu semblante en todo desvanezcan, Y estas,en fin,sus decantadas prendas? las sospechas de Augusto. Mintió la fama, sí, mintió el elogio/ Emir.Y mi Farnaspe, que vuestro pueblo tributó á su Cesar. qué diría de mi? Tú no penetras sil en Siria. *u corazón : á un solo desden mío no ha de qiíerer forzar un alvedrio. le verías rñorír en mi presencia. (ca. Este es tu bien : si le amas á qué espe¬ Aquil. Pues quédate, y mejor arbitrio bus- ras? Emir.Aguarda Aquilio : y pues mi suerte parte con él: recibe de.Adriano adversa esposo , y libertad. lo quiere asi , vé , corre , y á Farnaspe Emir. Quién te creyera! &p% advierte::: Adr. Respóndeme. Aquil. Ya con Adriano llega. Emir. Ni libertad, ni esposo, Emir. Qué pena dioses! puedo admitir. Aquil. Pues tu riesgo sabes, Adr. Lo oíste ? á Farnaspe. burla con mafia su exécrable idea. vas. Farn. Amor pluguiera, que mi mismo tormento me acabára ESCENA 1Y. antes de oir tan claras mis ofensas, ap. Adriano , Farnaspe , y Emirena. Emirena , mi bien , gloria otro tiempo Adr. \ é allí, Farnaspe , el dulce bien, de mi fiel corazon::- que adoras. Emir. Oh qué de penas Animo corazón. Mira Emirena, me cuesta esta ficción! ap. con quien buelvo á tus ojos : no me Far. Quién ha cambiado digas tu fino amor , en ira y en tibieza? que todo quanto debe , no se esmera En qué pudo ofenderte , quien vivía, Adriano en tu obsequio. en fe de que te amaba? Emir. Es imposible, Emir. Cómo : sueñas? que yo encubrir mi regocijo pueda, ap. Adr. No dixiste , qué á ser tu esposa Quién es ese Estrangero? Farn. Qué oygo dioses! 17 Q 1 Ía l al 0Íd°' Lar. bolo dire , que se mudó Emirena. Adr.'No le conoces? Que en fin, muger ingrata, muger Emir. No es la vez primera falsa , que su gallardo personal he visto $ muger mudable , cautelosa y fiera, mas no sé acaso, donde , ni quien sea. muger toda traiciones, toda engaños, Farn. Estoy sofiando! ap. muger en fin, que en solo serlo, en¬ Adr. Como , nó conoces cierras al Príncipe Farnaspe? quanto de criminal y detestable Emir. Amor, paciencia. (tho puede hallarse en el alma mas per¬ Tú eres Farnaspe ? tú el valiente Par- versa, á quien debió mi Padre su defensa ¿Creíble es que olvidarás tan apriesa, en tantas lides ? Sí, ya p©r tu nombre el deber que te impuso la promesa, tus virtudes conozco , y tus proezas que á tu Principe hiciste ? Asi que¬ trage mas de una vez á mí memoria brantas Farn. Cielos es desvario ó evidencia? ap. Ja fé , que le. juraste? di, son estas Príncipe no dixiste, qué te al oido. as tiernas ansias con que le esperabas? amaba? Es esta , di, la dulce recompensa, Farn. Soio diré que se mudó Emirena. debida á su constancia? Te confundes? Adr. Si acaso los respetos que se deben Te cubres de rubor?callas y tiembla,s? á Emirena. Emir. Principe , calla y vete. á mi persona Augusta, te violentan Farn. Qué me vaya! á proceder tan tibia con Farnaspe, No estraño , que te sea mi presencia dimelo ya: mi Magestad suprema* tan insufrible ya: no hay delínqueme, que 6 El Adriano que la del Juez severo no aborrezca. eres arbitro tú : pues quandoel munofl Yo me iré , que también me es á mi por su señor te aclama , tu baxeza P; odiosa te hace esclavo de Roma, y no pernii' la vista de una infiel , que aun se que en el lugar supremo de íU* avergüenza Reynas, de decir, que amó un dia: pero teme, se siente una Latina. teme de las deidades sempiternas Adr. Te engañaste. el debido, castigo á tu perfidia, Emir. Berenicey Cleopatra, con afrenw á tu deslealtad y á tu fiereza, parte. de Roma desterradas, lo acreditau. j Emir. El parte , dioses. Adr. Es ya menos su orgullo y su & en acto de partir llores a. berbia, Adr. Emirena , adonde y mas acostumbrada al dulce yug°> tus pasos guias? obedece las leyes de su Cesar. Emir. A llorar mis penas, Emir,. Quando Roma lo sufra , debefl* pues todo lo perdí. Oh , una y mil Sabina consentirlo? veces, ap. Adr. No te niega, mal haya mi temor, y mi flaqueza! Adriano, que amó mas de dos lustro Adr. Nada perdiste : desu tierno llanto á esa Romana, y se lo dixo á elq no sé que discurrir. Yo sí, Emirena, Pero no habia visto de tus ojos que en tus ojos perdí, la paz que un el.poderoso encanto. Vióte apenas» tiempo y ya ni aun la memoria de Sabin* gozaba el corazón : verdad es esta, quedó en su corazón. que en mi triste semblante habrás Emir. De tal baxeza | leido, es capaz Adriano? El mundo todo , mas de una vez. Alivia, pues,tu pena, si llegara á saberlo, qué dixera? y puesto que depende de tí sola Adr. Dirá que si la amé como Adriano; mi dicha , ó mi désdicha:::- elevado una vez á mas suprema •' Emir. Cielo , aun resta dignidad, prescindir de un amor dfi qué sufrir esto mas? ap. que á mi gloria tal vez no convinieí*' Adr. Hoy vencedora, Y en fin, condenará,señora, el mund° sé de tu vencedor: la llama templa::- que por gozar de un sol , dexe ülJÍ Emir. Ya basta , yo creí que respetara estrella? mas mi virtud , y mi desgracia un ESCENA Y. , ■ Cesar. Aquilie presuroso , Emirena y Adri<¡r' Pero pues el abusa de la triste Aquil. Señor. situación, á que rígida mi estrella Adr. Qué ocurre ? di. me ha traído , no estrañe que le diga, Aquí. Que en este instante, que en vano al rendimiento , ni á la con numerosa comitiva llega, queja, (cía, á la Ciudad latina::- encarga el contrastar hoy mi constan- Adr. Quién? pues si el Trono perdí, no la firmeza, Aquil. Sabina. que esta es mía,si aquel de la fortuna. Adr. Dioses ! sorprendido. Adr. Qué hermosa ingrátitud! Pues di, Emir. Albricias, alma, regocijada. qué ofensa Adr. Aquilio , sueñas? j l recibe tu virtud , de quien un Trono, Sin orden mia?::-cómo::-qué preten^ y una mano te ofrece? Te habrás equivocado, Emir. De él, ni de ella* Aquil. No me creas , en Siria. á mi , señor, cree al confuso pueblo, de' los sustos , las ansias , los cui-¿ que aclamándola Augusta, aquí se dados, (tas. se acerca. y las lagrimas tiernas que me cues- mientras jo me recobro:ño quisiera::- Adr. Yo no sé que decirla. ap. Adr. Corre , pues y condúcela á otra Sab. Amor, qué indica estancia. la suspensión y frialdad del Cesar? que en este estado::- á que mal tiem¬ Emir. Qué mal pagado extremo! po vino! Adr. No esperaba, Vé. á la verdad,señora, que vinieras Aquil. No es po sible, porque ya aquí sin avisar al menos:: pero quede ilega. (do. ap. para después esta amorosa queja, Adr. Mi agitación disimular no pue, y deque descanséis, tratemos solo. ESCENA VI. Ola , Aquilio, á mas digna estancia Sabina con el posible séquito de Ma¬ - ^ lleva tronas y Caballeros Romanos, i Sabina al momento, y los honores Aquilio, Emirena y Adriano. que a mi,se la tributen. Su presencia Sab. Señor y esposo mió, ya mis me cansa ya , y no sé como encu¬ penas brirlo. ap\ tuvieron dulce fin , pues el instante Ay bellísima ingrata! Ay Emirena! que tanto suspiré, gozar me dexan. Ya vuelvo á ver el dueño de mi ***• Vüs me dexais, Señor? quand® vida , buscando, vengo en vos mi descanso::- después de tantas ansias y tan fieras Adr. A esa fineza como he sufrido , ausente de él * . ¡Ah quanto , responderé en llenando los deberes de angustias, tu valor, mi bien que aquí me iippone el título de Ce- sar. me cuesta! Con quanto sobresalto me ha tenido o; ^a^na) Emirena, séquito. •'i intrepidez señor, en las sangrientas e] est0> Aquilio? al eid0' Aquil. Fácil es, señora, lides, con toda el alma te seguía por medio de las huestes, que tu de adivinar. Augusto adora, y esa Señalando á Emirena a .. diestra (fios arrollaba tal vez: y aun entre sue- eslarival,que ¿vuestro amor previene® Emir. Señora*, asi los dioses favorezcan a tu lado asistía mi fineza. ¡Qué humildes votos no ofrecí á tu constancia , y extremo, compadece los dioses, y ampara á una infelice prisionera, que en un día ha perdido , padre , es¬ porque tu dulce vida defendieran poso . del impulso enemigo! Y quántas patria , rey no'y ventura. veces Sab. Si desea te presentaste á mi amorosa idea, eugañartne esta aleve , á sí se enga- ya cubierto de polvo y sangre el ña. ap. rostro, Emir. qual rayo despedido de la esfera dex^htretant° * tu ail£uSta jS truyendo , asolando belicoso * «iue bese mi humildad. las enemigas aces ! dexa , dexa pues , que mi amor te vea coronado c 7 a act0 de arrodillarse. Sab. Aun de Adriano ese sacro laurel, en recompensa deteniéndola con aspereza. no El, Adnano no soy esposa. Sin razón te quejas muera, de tu suerte pues nada te ha quitado, del mismo mal, con que mataros quiso: en tanto que te dexe nna belleza y pues os di de mi lealtad mil prue- | capaz de grangear mas que has per¬ bas::: dido. (sa. ap. resolveos:::- (dignación- I En zelos ardo ya , sin ver la ofen- Sab. A qué he de resolverme ? con in- Eniir. No así, bella Sabina , mi fortuna Aquil. A atraer á Adriano con finezas, . quieras hacer mas dura. Tu demencia con alhagos , en fin , con la constan' ¡ invoca mi dolor. cia, hasta que se avergüence de su fiera, Sab. Quizá este dia, tendrá que mendigarla mi grandeza, y horrorosa perfidia. Este e's el medio* j Vuélvome al puerto , pues el mar de tí misma- Emir. Si acaso te complaces altera. ap. . (pira* , en insultar mi mal::- Sab. Dices bien. Corazón , gime y* sus- Sab. Basta , Princesa. con enejo. pero al menos oculta tu flaqueza, 'Emir. Rival suya me cree! hay mas no tenga ese traidor, ya que nté pesares! ofende, la gloria de que siento yo su ofen¬ Sab, Dexanos solos. Emir. Voy : mas considera, sa. parte. que mas de tus iras y desprecios Patio del Palacio Imperial, con una par¬ soy digna de tu amor y tu clemen¬ te de él incendiada , y poco después ar¬ ruinada por los gastadores. Noche. cia. parte.

ESCENA VIII. ESCENA IX. Sabina , Aquilio y séquito Osroa que sale del Palacio con una ac A Aquil. Probar quiero mi suerte : amor, encendida en una mano , y el acero des. ¡ nudo en la otra , seguido de alguno* protege incendiarios Partbos, y después mi astucia, y lograránse mis ideas, ap. Farnaspe. Sab. Qué dices de esto, Aquilio? Osr. Esforzados, amigos, vengadores con languidez. del honor de la patria, cuya afre'1^ Aquil. Que me admira á no ser por el mió y vuestro alien»? la sin razón de Augusto. Es mucha eternizada en las edades fuera, ofensa, cia> ya veis quan propicios hoy los Cié o la que os hizo este dia su inconstan- son , á nuestra osadía. sin ver quanto os es fácil,si quisierais Vuelvan» vuelvan vengarla por vos misma. á mirar vuestros ojos , esas triste? Sab. Cómo ? dime. (§a pavorosas ruinas de la excelsa Aquil. Habrá alguno, señora, que no tsnr mansión de ese Tirano : deleytaos > por la mayor ventura, que esos ojos, este momento, en ver como se eletf? sin ceño á verle lleguen? Pues qué es¬ hasta ios astros, entre nubes de humW peran? la asoladora llama. Sea , sea Será honor vuestro mendigar caricias, ese triste espectáculo, un consuel de quien , Por otra , á abandonaros aunque neciueño á las desgracia llega? nuestras. Podréis sufrir tan injuriosos celos? Ojalá ese edificio suntuoso, Queréis ver ma.-. patente vuestra ofensa? trofeo ya del odio que en mi reyni,> No , Sabina , conozca hoy Adriano, dentro de sí encierra el Capitolio». lo que pierde en perderos. Muera, en Siría. 9 el iniquo Senado y Roma entera. sois del Príncipe , en tanto que pro¬ Farn. Os roa , Señor. acelerad#. picia, (versa. Osr. Detente. . le es la suerte, y huís quando es ad~ Farn. Acaso:::- alquil. Ya llega. Osr. Calma Sab. Ya respiro. Augusto. tu inquietud., que obra es mia, la que saliendo á encontrar á Adriano, observas? Adr. Dónde, Farn. Dioses ! Y tú hija? Emirena se halla? Osr. Ya con el tirano, á Sabina con impaciencia. entre esas ruinas sepultada , dexa Sab. Mi fineza, tal vez,su horrendo crimen satisfecho. llegó aquí en busca tuya, hace un ins¬ Farn. Que dices? Infeliz, en acto de irse. tante. Ors. Farnaspe, espera: Paciencia agravios! ap. á donde vas? Adr. Dónde -^stá Emirena? Farn. A conservar su vida, con mas impaciencia. q 6 ^orir en sus brazos. Aquil. Noparece , .señor, en parte alguna. sr‘ No te acuerdas, Adr. Qué es lo que dices ? Infeliz Prin¬ ^Ue quebrantó su fe, que dio al olvido cesa. queriendo partir, pSu atnor, sus juramentos y promesa* Sab. Tente, señor, y mira que el incendio ar*• Es perjura, lo sé; mas yo la adoro, es mayor cada vez, y que se arriesga Se Ve°.Su riesgo y debo socorrerla, vas. \tu persona. (frialdad. e $uita el manto y se oculta por medio Adr. Vé, Aquilio, y haz que todo ' con f« de las llamas. quanto la llama abrasa con presteza, Sr‘ Pues quiere aventurarse temerario, se arruine : cortemos de esta suerte bardémonos nosotros para empresas sus funestos progresos. gloriosas, amigos. Hija ingrata, Aquil. Mi obediencia *u proceder , mi crueldad fomenta: te responda, parte con algunos. perece en el peligro , pues quisiste Sab. Mas tú , dónde caminas, preferir un tirano á mi terneza. señor , aventurando sin prudencia arte con todos los suyos por la derecha. una vida , que es alma de la mía, y del Romano Imperio la defensa? escena X. Quien sabe si la audaz •, si la alevosa mano incendiaria, busca en las tinie¬ S,tiZ ÍOr m lal° ' A‘¡uU'a por oiré v poco d,rfuer Mríuno>Cad/moZ ’l blas quito distinto y lUCeSt el tumulto,á Adriano con intento *ab. Aquilio, dime, se salvó rmi espo- de terminar sus dias. agitada./ICritnrln Adr. Nadá ternas: paseando con agitación. Ignt'ró su destino. asegurado está el traidora Y q :é , le dexas Sab. Oh Dioses! en el mayor peligro? Le abandonas Adr. De entre la llama misma que el guando mas necesita tu asistencia? fomenta ' (dado ^Tu‘l■ Scñora:::- mi guardia le arrancó. Ya le he man- No lp estraño ; asi procede conducir á la cárcel mas estrechan qui -•> ama como tú , mas la diadema* de Antioquía. que al Monarca: Sí, Aquilio, tu cur¬ Sab. Y quién' es el aleve? saste Adr. Farnaspe, sí: su loco amor le ciega, úel torpe adulador la baza escuela. y le inspira una acción tan temeraria, B Pa- El Adriano Paseante ton mar inquietud. con lo que castigar al traidor piensan. Sab. Pero cómo::- Alma no las imites: solicita Adr. Hasta ver libre á Emirena, tu venganza por bien opuesta senda. perdóname , Sabina , nada escucho* Mas amor, mas ternura, mas constancia Parte con los que le acompañaron.. y mas fidelidad , el falso vea cada dia en Sabina. Sus agravios ESCENA XI» acrisolen de nuevo mi firmeza, Sabina , y después Emirena. hasta que el se confunda y avergüence, Sab. Sueño acaso ? deliro? es apariencia dexando á las edades venideras con que mis celos descubrir pretenden un testimonio mas, deque en nosotras la extensión de mi amor, y mi fineza? reside la constancia y la fineza. jDexarme así Ad riano, y aun decirme::-. Emir. Qué horror!.qué confusión! No quiero recordar tan clara ofensa, despavorida. ya que na he de vengarla, Pero es Sab. He allí la causa dable de mi dolor, viendo á Emirena* que en una alma tan grande, Dioses, Emir. Donde huiré , si apenas?::- quepa Qué es esto, gran señora ? tan baxo proceder? A mí, á mí misma, viendo á Sabina« me dice tan á cara descubierta, Sab. Ella pretende *u traición y perfidia? No esperaba, apurar de una vez mi resistencia, ap» de Adriano tan negra recompensa. A mí me lo preguntas ? Mas ya en¬ No di crédito á Aquilio , lo confieso: tiendo ; por impostor le tuve. Ah ! mi terneza Tu quieres que yo misma de Emirena me hizo no verla frialdad de Augusto, los altos triunfos, cante , porque acaso quando. llegó mi amor á su presencia* mas agradables á tu oido sean: La turbación, que le causó mi vista, yo lo haré y sin envidia. Amoí la inquietud que mostraba, la tibieza. pluguiese,, $on que me. habló , llegué, á tenerlo que su activa ponzoña no bebiera, ap. entonces. Esto es que no hay una alma , por debido respeto á la Suprema tus ojos. dignidad, que le adorna.. Pero ( ay no rindan y avasallen: que á la fuerza alma!), de su encanto obedecen los Imperios: ; este desaire, aunque dorarle quieras, los Monarcas suspiran: sus diademas no dirá claramente su inconstancia? son á tu pie despojos de tu hechizo. Ya nos lo ha dicho, sí, y harta me Y en fin (qué rabia! ) que la gloria j pesa* Griega Qué hemos de hacer, sabida ya el hoy resucita en tí, siendo esta noche, agravio ? su Elena tú, la triste Troya aquella. Alma, toma el partido, que tuquieras; Emir. Qué sentido , señora, que no al¬ pero acuérdate siempre que. eres mia, canzo, y no te vengues nunca con baxeza* tienen esas razones? Matarle :. con los celos que él te mata, Sab. Aquí llega, mirando á dentra Á mas de que yo sé que no pudieras,, Farnaspe, conducido por la guardia; «s un medio muy baxo y de que solo él te podrá explicar lo que no en¬ se valen almas débiles y ciegas, tiendas. vas, que no Yen que á si mismas se raaltra*- tan» ES- en Siria. st ESCENA XII. recibiste? Farnatpe conducido por la guardia, Emir. Burlar quise con ella Mario , y Emirena. los zelos de Adriano. Emir. Qué miro, Dioses? Farn. Pues él mismo Corriendo á encontrarle. no te ofreció mi mano? Príncipe:::- Romano, * Mario. Emi. Fué cautela por piedad que un instante te de¬ para ver si te amaba , g0£ ▼6a* tengas. garse Farn. La pérfida está libre , ya respiro. á su salvo después. Emir. Tú asi oprimido ? Farn. Qué dulce nueva! Farn. Viva tú Emirena? Luego yo soy::- Emir. Una infeliz no encuentra ni aun Emir. Mi amor y mi esperanza. la muerte. Farn. Luego eres tú ? Si ha de dar dulce término á sus Emir. Tu esposa: si, Emirena, penas. la fiel , la fina , la constante. Mas di me, por ventura aquese in¬ Farn. Oh grato ! oh dichoso momento ! cendio obra de tu mano? Emir. Si deseas sospechan por ventura::* Farn. No mas , regalo mío, r. a. tnénos. lo creo: ya detesto mi sospecha, j^-Por qué? y te pido perdón. Si es que hoy arn' Porque soy Partho, aspiras y ^2 hallaron acaso entre la espesa i coronar mi dicha , tu fineza nube de polvo y humo , despreciando *a Uama asoladora , que en pavesa me lo otorgue, Emir. Le otorgo , sí, le otorgo, £l(^Ucia el Palacio. pues qx„§ intento si lo dudas , yo haré qué asi lo creas. _ íe conduxo ? Le abraza. arn. El librar á mi Princesa, Farn. Astro inhumano , ya soy yo ó morir á su lado. dichoso, Emir. Calla , calla: á tu pesar : sí, busca , traza , in¬ malhaya amen tu amor y tu fineza. venta, Farn. Qué sientes ? penas con que afligirme, que ya to- peliSfo> que es el mío. das serán dulces , amándome Emirena. am' c° l.u r*S°r se burle de mi pena con fingida piedad. Emir. No te vayas aun. Emirn. Fingida ! Dioses. Farn. Un astro impío de tí separa el cuerpo con violencia, Farn. Puedo yo acaso por veraz tenerla, pero ay , hermosa luz de estos tus quando ha un instante que de tu mudanza ojos, contigo el alma á su pesar te queda. y tu rigor me diste tantas pruevas ? Emir. Obgeto encantador de mis sen- No me hablabas , traidora , en ese estilo. tidos, allá también la mía en cambio llevas. Emir. Te hablé en otro , mas yo Ia Farnaspe conducido por Mario , y'la misma era.- <- guardia , por la izquierda , y Emi- Farn, Y aquella frialdad , con que á tu rena por la derecha. amante E 2 AC. ■»* El Adrián9 ACTO SEGUNDO. si observas estos simples documen¬ Galeria,que conduceá varios departamen¬ tos. • tos de la habitación de Adriano. Emir.. Y quando exiga mas patente» pruebas ESCENA I. de mi amor , no verá:::- Emirena , y Aquilio Aquil. Yetí su yerro, Alquil. Solo hasta aquí, Señora , llegar pero nunca podrá reconvenirte- puedes. de engañosa ó mudable , si en efecto El César tardará pocos momentos tú nunca le digiste , que le amabas.1 en salir, pues que ya le he dado aviso, Emir. Y bien , qué .logro al fin ? de que Emirena aguarda. Aquil. Que en aquel tiempo Emir. Yo te ruego, que el engañado, viva , no habrá que ampares á Farnaspe , procurando gracia aplacar á Adriano. que no te otorgue. Aquil. ¿Y.quién su ceño Emir. Por tan viles medios, podrá templar mejor que tú , Señora, ninguna solicito. que á tu arbitrio manejas como dueño, Aquil. Harto me pesa. ap± su corazón? Sigamos hoy la trama ap. Yo tu bien deseaba : pero creo comenzada. Ah Emirena ¡ qué di¬ que llega gente : a Dios , y piensa diverso el uso uso-, del que haces tú , haría otra, que debes hacer hoy de mí con¬ del amor de un Monarca ! sejo. Parte.. Emir. Yo no puedo, porque no puedo amarle. ESCENA II. Aquil ¿Y es preciso Sabina , y Emirena, que le ames , para que él llegue á Emir. Sabina es. creerlo ? Sab. Qué he hallar en todas partes Emir. Pues que ¿ le he de engañar ? la Ocasión enojosa de mis celos! apa Aquil. Tampoco : el arte Emir. Señora! está , en saber hacer , que él á. si Sab. A. la verdad , que no creía mesmo En tono satírico. se engañe. Esto es muy fácil, Emi¬ tan atenta á Emirena : aun el in¬ rena y cendio Una mirada tierna , un movimiento, no está extinguido , quando ya ett una palabra equívoca , un suspiro, la estancia que parezca salir del hondo ¡pecho, de Adriano solicita te encuentro? sin querer tú. que salga , una son¬ Emir. Vine solo::: risa,, Sab. Quién duda , que vendrías un rubor aparente , y un silencio- á ver , si libre estaba ya del riesgo? triste , y continuado (quién lo duda?) Emir. A implorar su clemencia. le harán creer al César , todo aquello Sab. De ese modo que desea , y no dices. No hay nos conduxo á las dos un mismo amante,, obgeto: que el sentido no dé mas lisongeroj pero sin competencia : no , no aspiro á todos'estos simples accidentes: á que el César atienda antes mi y Adriano, Señora (• estoy muy cierto) ruego, jurará, que de tí se halla querido. que el tuyo .-quedarémuy complacida, con en Sir con que le oiga después. perdona , desconfío:::: con rubor.. Emir. Mortal veneno, ap. Sab. Ya lo entiendo.. Vierten sus expresiones. Ay Sabina, Te será sospechosa mi promesa ? quán sin razón me injurias ! lío no Dándola la mano. tengo Emir. No Señora , no: basta : ya no la culpa , de que Augusto , infiel puedo contigo, dudar de mi ventura. Solo resta, lite haga tal vez el blanco de su afecto,, que el destino corone mis deseos, pero pago la pena. En fin , Señora, disponiendo, que unida hoyá Adriano el riesgo .de Farnaspe , ú nico obgeto, te vea, y que la suerte de mis Reynos de mi justo dolor , y mi fineza, dependa de esta mano,, que ahora la bra aquí me ha conducido. Yo no puedo la ventura de dos amantes tier¬ verle correr á su temprana muerte, nos. Parte. sin que arriesgue por él mi ultimo Sab. No es tanta mi virtud , que vues¬ aliento. tra dicha No debeis extrañarlo, le amo tierna: me inspire tan hidalgo sentimiento, Fice suya mi fe, ya hace harto tiempo, Quién sabe , si' alejando del Orente le di mi corazón::: tu hermosura , que es hoy el mayor Sab. Qué dulce nueva! riesgo Tú á Farnaspe ? Emirena, puedo de mi ventura, cobrará en.el César su antiguo amor aquel primer in¬ creerlo? ■Mira , que en la verdad tal vez es.- cendio? Si falta la materia combustible triba que antes le alimentaba, cede el fuego la dicha de los tres,. •^mir. Tened por cierto, mas voraz', y aun el rio caudaloso que á decir otra cosa os engañara. viene á secarse al fin en el momento Respira, corazón. Pero contemplo, que desvian sus aguas de la fuente que si tú' por Farnaspe te* interesas, á quien debió su origen: sí * el mas le expones mas , si el César arde, tierno en zelos. el mas constante amor , viene á en¬ £"2zV. Y qué otro medio queda ? tibiarse Sab. Yo , Emirena, en perdiendo de vista el dulce obgeto, te Fe daré; y esta esperanza á protegerme mueve Emir. Señora::- la causa de Emirena. Yo resuelvo Sab. Yo lo ofrezco*. ver í Mario:::- * Tu tierno amante á cargo está de escena m: Sabina , y Adriano. Mario: este debed mis padre sus aumentos: Adr. Mi bien , dulce Emirena:::- Qué veo ? Queriendo volverse. lo reconoce así, y ha de otorgarme «U libertad , si yo á pedirla llego. Sab. Quieres , alma , tu desprecio Con languidez. Emir. Oh! Pluguiera á los Dioses! mas claro ya? T-raydor amante,espera, $ab. No lo dudes: y ya que de mudable y de perverso e.n la fuente de-Venus un arómente hagas alarde y no grosero ultrajes aguarda prevenida , que yo á ella mi persona , faltando á los respetos conduciré á Farnaspe. de una muger (ah falso!) de mi sangre. ^Wr. Qué oigo , Cielos ap- Sabina, es tan escasa mi fortuna < jidr• No me atrevo á mirarla. Con rubor.. í4 £7 Adrano Sab. Oye un momento hiere, que á tus rigores me sujeto: tan solo , y luego parte , si quisieres, y si arrancar esta imperial diademi en busca de tu bien. de mi frente deseas , desde luego Adr. Pues crees:::- Cielos! la pondré yo á tus pies , y oxála el Ay Sabina 1 Con ternura. alma Sab. Suspiras ? Quién pensara, darte pudiera, quien te dá el Imperio. Númenes , que el honor de nuestro Sab. Esa solo deseo. Imperio, Adr. Ya fué tuya, el héroe aquel, cuya virtud excelsa y tan leal ( máteme amor si miento) ; canta con gloria el Tíber, el recreo, que no hubo una beldad que me y la dulce esperanza de su tierna debiese, y constante Sabina , en un momento ni una tibia mirada en mucho tiempo. de la fe que juró se olvidada ? Sab. Pero al fin:::::- estrechemos su Es posible? Di, quién mudó tu afecto baxeza. ap. por mi desgracia ? Acaso:::- Adr. Pero al fin:::- qué sé yo ; mas ¿dr. Dexa , dexa satisfecho reconvenciones ágrias , y que tengo de mi virtud , que lo que estar de-» por inútiles ya : no por desaire biera, recibas mi franqueza. Yo confieso, me burlé del peligro, arrostré el que me confunde tu presencia , tanto riesgo, como me fué agradable en otro y sorprendióme amor. Me hallaba tiempo. un dia Llámame infiel, perjuro , y quanto reposando en el dulce y grato seno quieras: de la victoria , aun llena el alma toda mírame con horror , yo lo merezco: del béíico furor de Marte fiero, insúltame ; de mi traición te ofenda: quando 4 los ojos mios descuidados pide venganza contra mí á los Cielos, mis vencedoras tropas conduxeron razón tienes, y yo te doy licencia. la belléza mayor que la Asia tuvo. Tu mérito , Sabina , nuestro tierno Víla arrastrar ios injuriosos hierros y venturoso amor , las mil promesas víla implorar humilde mi clemencia: que hice de serte fiel, los descon¬ víla á mis pies llorando ^ oh nunca. suelos, 4< Cielos, las ansias que me debes, los favores ella llorara , donde yo la viese) y lágrimas amantes que te debo, víla fixar en fin sus hechiceros tu singular constancia::- Todo , todo ojos en mí de un modo::- tan sen- en mi triste memoria existe impreso, sible::- pero ya no soy mió, lo conozco, ah, si la vieras tú en aquel momento, y lo confieso con rubor. Atento tú misma , sí , 'tú misma disculpara» á evitar de esta Escena repugnante la torpe ingratitud que estás sin¬ los forzosos y amargos sentimientos, tiendo. hice quanto podía hacer un hombre Sab. Basta , pérfido , basta , que es ya que te amaba: testigos son los Cielos. ultraje Pero todo fué inútil : otra fuerza de mi amor , tan indigno sufri¬ superior decretó con dulce imperio miento. que te olvidara, y resistí me en vano. Tú faltar á la fe que me juraste? Si aspiras á vengar mi desacierto, Tú olvidarme por otra ? Me estre¬ he aquí pecho y puñal, uo te detengas. mezco, en Siria. Tú decírmelo á mi, sin confundirte, firme,celosa,(ay alma!) y persuadiendo y aun querer (esto solo, ingrato, esto con lagrimas: no es dable que yo pueda mas que todo me indigna ) que yo serla mas tiempo ingrato. No, no debo misma posponer á un delirio , aquella llama disculpe tu delito ? Santo Cielo, que ardió en mi corazón con tanto es¬ de quién se oyó jamas tal tiranía? fuerzo .quién sufrió tal lináge de tormento ? antes de ver los ojos de Emirena. Bárbaro , infiel, perjuro:::- Triunfe Sabina del reciente imperio ‘Adr. Verdad santa, que estos se han adquirid© , aunque lo qué poder es el tuyo 1 Con qué im¬ llore perio el corazón . Mi gloria , mi concepto, penetras hasta el alma mas per- la razón , su virtud , y su fineza versa. < ap. lo decretan así. No mas,.obgeto "db, Pero qué digo ? ah $ solo, mis zelos Llegándose á Sabina. inspiraron , Señor , quejas tan digno de mi ternura 5. tú has vencido. , ágrias Ya es: Adriano tuyo: si , ya buelvo °e Vuestro proceder: de amor na¬ á rai centro primero. cieron, SabinJDia&e&l regoci. y Merecen disculpa : arrebatada, Aquil. Males Crel hablar á mi amante , no á m\ qué he oidó? . dueño, Sab. Ay Cesar.1 con desconfianza, 1111 Rey , y mi Señor , y hácia el Adr. Qué? lenguage Sab. Podré creerlo? aprendió , se fué el labio. Ya Adr. El alma lo asegura. depuesto Sab. Si a ver buelves engaño , depondré también mi á Emirena , tal vez:::— queja, Aquí. Pronto remedio y abrazaré sumisa el gusto, vuestro, necesita este mal. luirme inconstante , fiel ó desdeñoso Adr. Nada receles. *era sí®mPre Adriano el tierno obgeto Sabin. Es hermosa , y si llora;::- e Sabina : y quién sabe , si algún dia Adr. Lo he resuelto, 1S t!ernas ansias mudarán su pecho,. y- vencerme sabré. y volverá á mirarse eni unos ojos Aquil. Llegar desea salten.

FIN.

EN MADRID: AÑO DE MDCCXCVIII.

EH LA IMPREMIA DE CRUZADO.

Se hallará esta con un surtido de Comedias antiguas y modernas,Trage¬ dias , Saynetes y Entremeses, en la Librería de Cuesta, calle de Correos, frente del Farte, y en su puesto, Gradas de San Felipe el Real. DONDE ESTA SE HALLARAN LAS PIEZAS siguientes*

Las Víctimas del Amor. De un acaso nacen muchos. Federico II. Tres partes. El Abuelo y la Nieta. Las tres partes de Carlos XII. El L ir ano de JLombardía. La J coba. Con o ha de ser la amistad. El i'i.eblo feliz. Munuza: Tragedia La hidalguía de una Irglesa. El Butn Hijo. LaCeciba,primera y segunda parte. Siempre triunfa la inocencia. El Triunfo de Tomitis. Alexandro en Scútaro. Gustabo Adollo, Fey de Suecia. Christobal Colon. La Industriosa Madrileña. La Judie Castellana. Ll Calderero de San Germán. La razón todo lo vence. Carlos V. sobre Dura, El Buen Labrador. dos enemigos hace el amor dos El E’enix de los criados. amigos, El Inocente usurpador. p! P^mio de la Humanidad, Doña María Pacheco : Tragedia. tj hombre convencido á la razón* Buen amante y buen amigo. j ernan Cortés en Tabasco. Acmet el Magnánimo. Ta foma d.e Milán. El Zeloso Den Lesmes. ‘a Justina. La Esclava del Negro Ponto. , ^o, astucia y valor* Olimpia y Nicandro. > rj}gon restaurado. El En bustero engañado. y a Camila. El Naufragio feliz. 3 vn tud premiada. La Buena Criada. í1 Nevero Dictador. Doña Berenguela. tillo1>ustolcita y Tirano del Cas* Para averiguar verdades, el tiempo el mejor testigo. Troya abrasada. Hiño y Temisto. Toledano Moisés. La Constancia Española. ty,El Amor.. perseguido. Teresa de Austria en Lan- p natural Vizcayno. daw. 3prichos d amor y zelos. Solimán Segundo. mas Heroico Español. La Escocesa en Lam'brun. Luis XIV, el Grande. Perico el de los Palotes. J®rusalen conquistada. Medea Cruel. > efensa de Barcelona. El Tirano de Ormuz. 11 desgraciada hermosura: Trage- El Casado avergonzado. Tener zelos de sí mismo. Alba y el Sol. Ei Bueno y el Mal Amigo. A A España dieran blasón las Asturias injustos zelos. y León,¿Triunfos deD. Pelayo. El Preso por Amor , ó el Real En¬ Dido Abandonada. cuentro. El Pigmaleon : Tragedia. El Dichoso arrepentimiento. La Moscovita sensible. El Hombre agradecido. La Isabela. ' El Sitio de Toro. Los Esclavos felices. Los Falsos Hombres de Bien, Los Hijos de Nadasti. A Padre malo , buen Hijo. La Nina: Opera joco-seria. Los dos Amigos. El Montañés sabe bien donde el El Sitio de Calés. zapato le aprieta. De Figurón, El Avaro: Drama jocoso. El Hombre Singular, ó Isabel pri¬ Los Amores del Conde de Comin' mera de Rusia. ges. La Faustina. El Perfecto Amigo. El Misántropo. El Amante generoso. La Fama , es la mejor Dama. El Amor dichoso. Pedro el Grande,Czar de Moscovia. La Holandesa. Entre el honor , y el amor el ho¬ Christina de Suecia. nor es lo primero. De Figurón, La fingida enferma por amor, ! El Matrimonio Secreto. Opera. j El Asturiano en Madrid , y Obser¬ Catalina Segunda Emperatriz de \ vador instruido. De Figurón. Rusia. La muger mas vengativa por unos Ino y Neifile.

Comedias en un acto á real.

El Feliz encuentro. El Triunfo del amor. La Buena Madrastra. La Toma de Breslau. El Atolondrado. Anfriso y Belarda , ó el Amor sen¬ El Joven Pedro de Guzman. cillo. Marco Antonio y Cleopatra. La Atenea. El Idomeneo. El Esplín. El Matrimonio por razón de estado. La Andrómaca : para 4 personas. Doña Ines de Castro : Diálogo. Bellorofonte en Licia. El Poeta escribiendo. Hercules y Deyanira. Ariadna abandonada. Semiramis. Siquis y Cupido. Eurídice y Qrfeo. El Ardid Militar. La noche de Troya. Los Amantes de Teruel: para tres Armida y Reynaldo, i. y 2.parte. personas. El Dia de Campo , en un Acto. La buena Esposa.