VEGUETA, Número 2,1995-1996 (159-179) 159 Hambre y epidemia en () en la crisis del antiguo régimen *

*Este trabajo es parte de otro de mayor extensión intitulado "Teror en la segunda mitad del siglo XIX" (inédito), galardonado en 1976 con el Premio Literario 'Gon~ále~Díu" del Ayuntamiento de Teror (Gran Canaria). Se ha actualizado su formato y bibliografía.

Cdtedráticv de Historia Moderna. Facuitad de Geografia e Historia. Universidad de de Gran Canaria umerosos son los hechos y aconteci- ron extremadamente duros y dolorosos N mientos de índole económico-social y para la población de Gran Canaria en gcnc- político-religioso que jalonan la Historia de ral y de Teror en particular. El final de los Teror durante los primeros cicuentas años primeros cincuenta años del siglo XIX se del siglo XIX. Pueden citarse la ruina y caracteriza por la miseria y la desolación: reconstrucción en 1810 de la iglesia edifica- hambre de 1847 y fiebre amarilla de 1848. da en 1767, la construcción del cementerio Peor será el inicio de la segunda mitad: parroquial (1817-1820), dcl Pucntc del Moli- cólera ii-ioi-bo de 1851. Estd torrid el relevo no (1824-1828) que ponía en comunicación de la fiebre amarilla y se trata de una enfer- Trror con la ciudad de Las Palmas y de la medad endémica de determinados países Alameda (1845-1847); el motín de 1808 por del continente asiático que, hacia 1830, se la ruina de la iglesia, los levantamientos de extiende por Europa. Su presencia en Teror 1814, 1822 y 1823 por las talas y roturacio- se produce después del hambre de 1847 y nes de la Montaiía de Doramas; la interrup- es de todos conocidos el nexo entre el con- ción después de 1815 de las bajadas de la tagio del mal y el bajo nivel de vida, por lo Imagen del Pino a Las Palmas y la situación que el contagio incide sobre una sociedad difícil del clero y de la fábrica parroquial predipuesta. como consecuencia de las leyes desamorti- zadoras; la constituciós~del Ayuntamiento Los precedentes de la crisis (1844-46) en su configuración actual con poder políti- Josefina Domínguez y Ramón Díaz han co y económico desde 1836 y la división de calificado el periodo 1844-1846 como "de un sii jiirirdiccinn cnn !a creación de! .A.juntz- =a! camicnzv" por !a p!ap de langosta y miento de en 1842, etc.. Aunque las malas cosechas que contribuyen a elevar todos ellos han quedado registrados en el las tasas de mortalidad. Por consiguiente, dcvcnir histórico de la Villa, ninguno causó estdnius dnte un claro precedente que dela- tanto impacto sobre la población y las gene- ta las futuras dimensiones del hambre y la raciones futuras como el fenómeno del miseria'. 1-iaiiibl.e de 1817 y la epidemia de cólera A una población de 5.UUU y 3.000 habi- morbo de 1851. Sus efectos y sécuelas, sobre tantes (antes y después de la separación de todo de la epidemia de cólera, quedaron Vallescco), que vive fundamentalmente de impregnados en la conciencia de las gentes, la agricultura, no cabe duda que los efectos de tal modo que, a partir de entonces, el de las plagas, sequías y epidemias, además año 1851 será recordado como "el año del de los censos y contribuciones, tenían que cólera". No resultó fácil olvidarlo. En Teror, afectarle. Ya en 1839 los campos de Teror se las pinturas de las columnas del templo habían visto invadidos por una plaga de parroquial nos lo recordaron hasta los años cuervos, requiriéndose para su rxtinrirín 12 1968-69 en que se llevaron a cabo las últi- colaboración del . En noviembre mas obras de restauración. Las cruces que de 1844 la langosta de las costas de Berbería identificaban los cementerios habilitadas aparece en Cran Canaria en mucha abun- para los numerosos enterramientos, tam- dancia. Don Antonio Florencio Jorge, párro- bién fueron un recuerdo vivo hasta media- co de Teror, describe su presencia en el dos del ano 1977 en que desaparecieron lugar de la siguiente malierd: como consecuencia de los desmontes efec- "Por esta poblacióii pasó en una tdrde tuados para la construcción de un polide- gran copia de la misma, pero ningún püiiivü iuddví'i i~~dcilbaiio. daiio hi~o,como que al día siguiente ya Los años centrales del pasado siglo fue- había salido toda de la demarcación Hambre y epidemia en Teror (Gran Canaria) en la crisis del antiguo régimen 161

parroquial. Según la costumbrr de este posteriormente murió en el Hospital de vecindario se hizo rogativa solcmne" '. unas fiebres. Despiiés, Manucl Alonso pasó a residir a Teror y el facultativo don José Sin embargo y para acabar con esta Almeida, ante la carencia de personal plaga, el Ayuntamiento de Tercir- ami-do en experto en hlcdicina, decidió mantenerle 1845 que todo vecino, natural o extranjero incomunicado en su casa para velar por la avecindado en esta jurisdicción, debía salud pública. El 7 de iioviembre de 1838 el entregar medio celemín de "renuevos", Ayuntamiento de Arucas pruyurie al de nombre ordinario que se daba a los cigarro- Teror que establezca el cordón sanitario a la nes, o en su defecto dos reales de vellón ciudad de Las I'almas. Al día siguiente, una para pagar peones que los matasen. Se vez que regresa la mayoría dc vecinos que haría un recibo a todo aquel que abonase su habían acudido a la ciudad, se establece el cupo y se invitaba a los ayuntamientos cerco sanitario para evitar el contagio de la limítrofes a adoptar idéntica medida en sus epidemia declarada en Las Palmas. Igual- demarcaciones3. mente se constituye la Junta de Sanidad y Para agravar más las cosas, y pn pala- se envía al facultativo don Antonio Rodrí- bras del párroco Florencio Jorge,: guez para que hiciese un estudio de la fie- "a principios de dicieii-ibre del año cua- bre amarilla y la distinguiese de las demás reritd y ciiico sobrevino la pérdida del por si llegaba a declararse la epidemia pn fruto de papas, y prosigue después dc Teror. Todo quedó en un simple rumor y tantos años, en que no ha cesado la tal temor. Lo mismo ocurrirá en 1848. pérdida' '. El hambre de 1847 Todo ello fruto de la pertinaz sequía que En ld primera mitad de 1847 el hambre desde 1839 se había convertido en un azote asoló a la isla de Gran Canaria. Las conti- casi permanente de los campos de Teror, nuas sequías desencadenan la pérdida de coino lo acreditan los continuados novena- las cosechas y exponen a la mayor parte de rios y rogativas celebradas en acción de la poblaci61i a la miseria y desolación. En gracias a la Virgen del Pino por la solicitud diciembre de 1846, el Ayuntamiento y de lluvias'. Escasez de lluvias que confirma mayores contribuyentes se reúnen para tra- el citado párroco Florencio Jorge, cuando tar de la falta de lluvias y cómo ésta ha pro- señala que: vocado la pérdida total de la cosecha de "desde enero cit. mil oi.Iirx-iriiios cuarenta y papas en los últimos días de dicho año, seis, al 6 ó 7, cesó la lluvia y, excepto la noche del sobreviniendo como consecuencia de ello la 19 de marzo, que hubo algunos rocíos, riu \,olvió calamidad del hambre. Las noticias sobre

'-, hG3tUf:- A- "-.r;"-hro ,,,,o nrinr, " .L' u.- ..U" .L...-.-, r....-. pl^ lar lluvias parerm wr iin tanto contradicto- muy bien, y prosigui6 produciendo mucha yerba rias a tenor de lo escrito por el párroco y buenos cerealesvh. Antonio Florencio Jorge que, como hemos sedalado, manifiesta que los rocíos volvic- A In evidencia de las plagas y la sequía ron a caer a fines de noviembre "en que se añade el rumor de la epidemia. Esto comenzó a llover bien y prosiguió produ- había sucedido en 1838 al correr el rumor ciendo mucha hierba y buerios cereales". La de que la fiebre amarilla se podía propagar contradicciún se soslaya si tenemos en en Teror. El motivo no era otro que en casa cuenta que las papas se habían convertido de don Manuel Alonso Quevedo, vecino de en la base primordial de la alimentacion de Las Palmas, se hospedó un enfermo que los "tcrorcnses" y, bien por unas lluvias Vicente 1. Suárez Grimón escasas o tardías, la cosecha de invierno se desastroza la enfermedad atmosférica y había perdido a fines de noviembre de consume de la noche o la mañana los 1846. La escasez de lluvias se ve corrobora- plantíos de aquella preciosa raíz, dejando da por el novenario que en estas mismas sin recurso alguno ni esperanza a la fechas se hace a petición de los vecinos, mayor pdrte de los labradores. En tal pues era tiempo dc siembra y ésta corría el estado, cuando se debería tratar de soco- peligro de retrasarse por la falta de lluvias. rrer sus miserias tendiéndoles una mano Tales fechas 1x0 eran Ida habituales para la compasiva, sería crueldad exigirles celebración de los novenarios y rogativas, uno contribución cuatro veces mayor de ya que éstos solían celebrarse en los meses la que pagaba en años menm desgracia- de marzo a mayo. dosv7. Ante unas condiciones climáticas adver- sas y unas cosechas poco o nada rentables, Al margen de los tintes exagerados que las contribuciones se convierten en una el texto presenta para llamar la atención de carga excesiva para el agricultor. Por esta la Diputación, no puede olvidarse que la razón, a fines de diciembre de 1846, se situación es tal y como la narran los regido- reune el Ayuntamiento y mayores contribu- res y los mayores contribuyentes. Estos no yentes para solicitar de la Diputación Pro- sólo ven disminuidos sus beneficios y dete- vincial el perdón del cupo de la Contribu- riorada su situación socio-económica, sino ción Territorial correspondiente al segundo que temen que la miseria de los demás, de semestre del expresado año, toda vez que: los menos favorecidos, les acabe afectando.

''1 L A 1 ------i - -- ~ ..* L,,LLLL~~ -2 yaya3 e5 cuaiiuu 11iriius Así, pues, ia escasez de iiuvias y ia con- la mitad del producto de la riqueza terri- siguiente pérdida de las cosechas, sobre torial de esta jurisdición y que, respecto todo de papas, provocan la calamidad del de la agricultura, las otras de millo y hambre en 1847; calamidad que se hizo trigo son casi insignificantes. Sin las extensiva a toda la Isla. Por esta razón, don papas quedan los pobres reducidos a las Pedro de la Fuente, Gobernador General penalidades del hambrc y los ricos a la del Obispado, pide a los párrocos le envíen escasez. Los menos infortunados pueden una lista de las víctimas que en cada pueblo optar entre la emigración y la muerte, ocasionase el fenómeno del hambre para, pero los más infelices, que componen el con ella, poder instruir el correspondiente mayor número, se encuentran en la dura expediente por parte del alcalde de Las Pal- precisión de verla llegar a ellos y a sus mas don Esteban Manrique de Lara. Por lo familias sin poderle volver la cara y, en que a Teror se refiere, el párroco Antonio un país que no cuenta con un solo esta- Florencio Jorge seiiala que, como conse- blecimiento de beneficencia publica, cuencia de la grm cdrmidad de! hambrc,: perecen víctimas de la más horrorosa "hubo muchísimas víctimas. Véase por miseria, abandonados de una sociedad esta época hasta fines de mayo el Libro que no los atiende sino cuando los nccc- de Defunciones, aquí y en las demás sita. El infortunio es mayor aún si se con- parroquias de la Isla, pero particularmen- sidera que recae sobre otras calamidades te en Las Palmas, en , y aquí que recientes que habídn desulado ya a esta acudieron de otras poblaciones al socorro población pues, en pos de la langosta que se ofrecía. El de aquí fue del fondo berberisca, de la seca, de la pérdida de de limosnas de Nuestra Señora"". ias cosechas anteriores de papas inverne- ras y de verano, se presenta aún m5s Por su parte, el párroco de la recicn cre- Her&;c y cpidc-ia en Towr (Gran Canzia) en !a cri~i~de1 antiguo régimen 163 ada parroquia de Valleseco, don Francisco los afrrchos que se redujeron a pan. La Bernardo Guerra, señalaba: panadera por la transformación del trigo en "es tan fatal la situación de la mayor harina y después en pan percibió unos 29 parte de los feligreses que no tienen ya pesos y 2 reales de plata. El reparto se hizo otro recurso que salir a legua y media del entre los pobres del casco y por diferentes pueblo a sacar raíces de helechos; de barrios de Teror: Palmar, Alamo, Rosadas y éstos, desyuéb de Idvados y picados, los Cuesta de Falcón, alcanzando tamhién el tuestan y hacen gofio ... mezclando algu- reparto al vecino pueblo de Valleseco". Se nas yerbas guisadas, pero se hinchan, realizó algún que otro gasto en metálico víctimas de la fatal catá~trofe"~. haciéridose equivaler su valor en fanegas de trigo. Por tanto, el iiúinero de fanegas de Ante lo difícil que se tornaba la situa- trigo adquiridas ascendió a 39 y la diferen- ción, el Gobernador Eclesiástico se ve en la cia hasta las 45 antes senalacias ias integra- necesidad de escribir de nuevo a los párro- ron determinadas cantidades de dinero que cos para que adopten cuantas medidas fue- fueron repartidas a enfermos y pobres, así sen necesarias para tratar de combatir y como los costes de transporte y transforma- remediar el hambre. En Teror se constituye ción del trigo en harina y ésta en pan. En una Comisión Eclesiástica cuyo objetivo era total se emplearon en la adquisición y el socorro de los pobres del pueblo. A esta transformación del grano 267 pesos, 14 rea- Comisión se dirige don Pedro de la Fuente les de plata y medio céntimo (4.006 reales e! 23 de &ri! dc 1847, mi.nifestánddec que: de wllbn con 74 rPntimns). "deseando que los pobres sean socorridos Los datos citados confirman lo dicho en esa Parroquia con la abundancia que por el párroco don Antonio Florencio Jorge, permiten los recursos de la ~nixna,po- en el sentido dc que para los vecinos de pongo a Vs. distribuyan por espacio de Teror el socorro vino de las limosnas de 15 días 3 fanegas de pan en cada uno de Nuestra Señora del Pino. Añadiendo que: ellos a razón de media libra a cada uno "en marzo del año susodicliii (1847) subió de los necesitados que se presenten, sean el valor del millo a diez pesos cada fane- o no ~iaturalesde ese pueblo, dejando a ga; el del trigo a siete pesos y pico la la discreción de Vs. el medio más econó- tanega. I'or todo junio ya se haiiaban ias mico de proporcionarse dicho pan, y la cosas en estado normal: la cosecha de cantidad necesaria para el antedicho . cereales fue abundante y de buena condi- gasto será entregada por el Mayordomv ción, vendiéndose la cebada a doce reales de esa Fábrica Parroquia1 de los 29.000 y de plata fanega, el trigo a tres pesos, y el pico reales en que se halla alcanzado con millo a tres pesos y cuatru reales de plata, la misma, y del recibo de éste me dará V. y aún las papas vendiéronse a dos pesos (el párroco) el correpondiente aviso""'. fanega a principios de ago~to'"~.

En total se adquieren 45 fanegas de trigo Se trata de precios que no difieren en para alimento de los pobres" y su transpor- demasía de los registrados en la compra de te desde Las Palmas a Teror se hizo a razón trigo en Telde y Las Palmas Los precios de 1 real de plata con 5 céntimos por fanega altos de los primeros meses de 1847, en (total 6 pesos y 4 reales de plata). La trans- concreto de marzo, son normales si tene- formaclon del trigo en pan se hizo a ru61i ~iuseii cuci-tia que IIO es época de recv!cc de 6 reales de plata por fanega, entregando ción y que se está padeciendo el azote del asimismo la panadera todo su producto y hambre. Por ello se debió comprar el trigo Vicente /. Suárez Grimón

fuera de Teror, ya que en el mes de mayo la sólo de la Junta Eclesiástica de socorro sino mayor parte de los graneros estaban vacíos también del pósito e, incluso, de los parti- y no albergaban grandes cantidades de gra- culares más favorecidos, lo cierto es que cl nos debido no sólo al predominio de hambre dejó su impronta y quizá habrá que pequeños propietarios-agricultores, sino inri-eilienlar el número de oíctimas. Si también a las malas cosechas que se habían tomamos como referencia el número de venido registrando en los últimos años. El enterramientos efectuados en el Cementerio desceiw de los precios a partir de junio se Parroquia1 de 'leror, observamos que se explica por el comienzo de la recolección, produce un ligero aumento desde enero de medianamente buena gracias a las lluvias 1847 hasta junio, alcanzando su cota máxi- caídas después de la siembra. En cualquier ma en el mes de abril. Luego a partir de caso, el hambre no se dejó sentir con el julio se produce un descenso y podemos mismo rigor en Teror que en Las Palmas, decir que el índice de mortalidad es nor- ya que la mayoría de los vecinos disponían mal. Entre una y otra mitad del año hay de una pcqueña parcela para cultivar algu- una diferencia de 53 muertos a favor de la nas plantas que, mezcladas con algunas primera mitad, con lo que la cifra dc 29 hierbas silvestres como los "jaramagos", muertos se ha visto doblada. Resulta difícil bastaban para saciar los estómagos. establecer distinción entre los muertos l-iabi- Respecto a las víctimas habidas como dos como consecuencia de circunstancias consecuencia del hambre, es conocida la distintas del hambrc, toda vez que ni se opinión del párroco de Teror que las consi- especifica ni se hace mención de la causa de dcr6 cücnfiosas. Gükiérrez Sri-rano"Ud UIM id muerte. La reiación ae defunciones iiabi- relación de víctimas desde el 1 de enero de das durante el año 1847 es la siguiente: 1847 hasta el 8 de mayo, señalando para Defunciones Teror 29 víctimas y para Valleseco 36. Sdo Enero 16 Arucas con 6, Fiigas con 12, Mogán cm 27 Febrero lb y la Iglesia de San Francisco de Las Palmas Marzo 27 con 16, figuran con un número de víctimas Abril 39 inferior al de 'Teror. Por tanto, si nos atene- Mayo 25 mos a esta relación, podemos serialar que Junio 18 las existencias y los remedios suministra- Julio 12 dos para combatir el hambre en Teror fue- Agosto 13 ron más y mejores que los que se pudieron Scptiembrc 9 poner en práctica en Valsequillo con 126 Octubre 22 víctimas, San Bartolomé de Tirajana con Noviembre 17 132. y el mismo Telde con 126. Fsta 13ltima Diciernhro 15 cifra no debe resultar extraña si tenemos en cuenta que el número de habitantes de Las altas cifras de enterramientos en los Telde cra muy superior al dc Tcror y, a primeros 6 meses en relaciUn cori el resto pesar de que en aqiiella ciudad se obtuviera del año, nos llevan a pensar que una buena buena parte del trigo que se repartió entre parte tuvo como causa inmediata el ham- los necesiladüs de Teror, tal vez allí no se bre. 1,a fiabilidad de los datos aportados disponía del caudal que, en el caso de por García Gutiérrez descansa únicamente Teror, proporcionó la Fábrica Parroquial. en que fueron suministrados al Gobcrnador A pesar de que 1 eror contase con mayo- Eclesiástico por los párrocos, pero bien res recursos y existencias provenientes no pudiera suceder que éstos no siempre die- Hambre y epidemia en Teror (Gran Canaria) en la crisis del antiguo régimen 165 ran las relaciones exactas. da. Pero esto es un hecho que se produce a Ahora bien, si en julio de 1847 el Gober- escala general del pais, ya que las causas de nador Eclesiástico ordena a los respectivos muerte no empiezan a especificarse hasta párrocos que dejen de enviar más datos principios del siglo XX y, sólo en los últi- sobre las víctimas porque el hambre ha mos tiempos, sc han tratado de completar cesado, no por ello sus consecuencias iban a eliminando defectos anteriores desaparecer. Al contrario, éstas perduraron cn cl espíritu y ánimo de las gentw por El cólera morbo de 1851 mucho tiempo. Se tenía conciencia de lus El estudio de esta epidemia así como el de tiempos adversos que sc estaban viviendo otras enfermedades epidémicas o infecto- v, d pesar del espontáneo relajamiento reli- contagiosas que se desarrollarnn y causaron gioso que se estaba experimentando, no se gran número de muertes entre la población descartó la posibilidad de esperar la ayuda canaria, ha sido objeto de estudio por el divina. Por esta razón, en Teror se acuerdd düiiüi- ksch hlilliires m sü Histcxia de !a continuar con los novenarios a la Virgen Medicina en Canarias" y, más recientemen- del Pino y comienza a fijarse la tradiciói-i de te, por Josefina Doniínguez p Ramón Díazlh, la denominada "Fiesta del Agua" o "biesta entre otros. Sin embargo, hemvs de seíialar Votiva Anual". que Bosch Millares no dcdica ningún capí- Al fenómeno del hambre vino a unirse tulo al estudio de la epidemia de cólera en una serie de factores adversos de tipo cli- Teror en el año 1851. La razón no hemos de mático y epidémico, y ésta será la herencia buscarla en la escasa importancia que este qiir la primera mitad del XIX proporciona a brote epidémico tuvo en nuestro pueblo, los canarios en general ciiando se está a muy por el contrario, se caracterizó por la punto de doblar la centuria. Si el final de gran mortandad causada entre una pobla- los primeros cincuenta años del siglo XIX sc ción mal alimentada y que aún no había caracteriza por la miseria y la desolación, conseguido sobreponerse a los efectos cau- peor va a iniciarse la segunda mitad: la epi- sados por el I-iambrc en 1847. El doctor demia colérica de 1851 marca el comicnzo Bosch Millares solicitó informacinn al de una nueva etapa en la que, junto a las Ayuntamiento de Teror, pidiendo se le dificultades, se producirán grandes y deci- enviasen copias de las actas de cabildos que sivos acontecimientos que iriiiui~dildrcidi- hicicserLrefcrcricia U! tc-z. Dcsconvcorn~c damente en el progreso y desarrollo de si esta información le fue facilitada toda vez Teror: construcción de la carretera de que el número de actas que hacen rcfcren- Tamaraceitc a Tcror, desarrollo comercial, cia al cólera es escdsu; tan sólo en una oca- desaparición de la dotación económica de sión y en sesi6n de 17 de noviembre de la Fábrica Parroquia1 de Teror, ctc. 1831 se trató el tema. Por tanto, ésta fue la Finalmente, hay que señalar que a este razón y no otra por ia que Bosch h-'"ulares periodo de hambre siguió el azote de la fie- no hace mención de la aparición y desarro- bre amarilla en 1848. Ahora bien, no hemos llo del cólera en Tervr e11 1851. podido constatar los efectos de estc brote El cólera durante el siglo XIX va a tomar epidémico en Teror ya que no hemos el relevo de la fiebre amarilla. Se trata de encontrado documento alguno que llaga una enfermedad endfmica de determina- alusión al mismo. Ni siquiera en las parti- dos países del continente asiático que, hacia das de defunción de este aiio hemos encon- 1830 sc extiende por Europa. El mal se trado !a fiebre amari!!n come c?=ca de extiende Ientam~nt~pro su irradiación es muerte, toda vez que no aparece especifica- extraordinaria. Si en el caso de la fiebre 166 Vicente 1. S~hezGriirión amarilla lo característico era su intensidad, obra de los reformadores sociales no se ini- en el caso del cólera lo característico será la cia hasta muy avanzado el siglo XIX y sólo extensión del mal. Tal vez podamos encon- tendrá una entidad propia a comienzos del trar en esta idea una explicación al silencio XX. experimentado en Teror sobre el azote de Así, pues, hay un retraso de las condi- fiebre amarilla de 1848. Silencio que, sin ciones sociales del medio donde el cólera se duda, se debió al hecho de no haberse visto va a desarrollar: alimentación escasa como invadido por la fi~hre concecucncia dc las malas cosechas, pemm- En 1851, iniciado el camino hacia el fin nencia del pan de millo o de trigo como del siglo decimonónico, se produce la inva- base de alimentación de la clase jornalera y sión del cólera morbo o asiático. La dolen- agricultores en general, que se traduce en cia se presenta en unos momentos difíciles una falta de innovación en el régimen ali- toda vez que la población no ha tenido menticio al que sólo se añaden las papas, y, iiempu pdrd recuperarse después ae una por último, la asistencia sanitaria se caracte- serie continuada de malas cosechas que se riza no sólo por su inmovilismo sino por su habían venido experimentando en los últi- inexistencia. Ante esta situación el brote mos anos de la primera mitad del siglo XIX epidémico iba a desarrollarse con relativa y que cristalizaron en la calamidad del rapidez, alcanzando casi por igual a toda la hambre de 1847. Se trataba de una crisis de jurisdicción de Teror. Entra por el pago de subsistencia y de alirneritación que necesi- Arbejales en junio de 1851 según se des- taba como toda crisis de una clarificación, prende de la que se considera primera yar- yero el hombre "terorense" no podía dete- tida de d~función~c~sior.x!s per o! &!cra. nerse a meditarla con su estómago vacío. El párroco don Antonio Florencio Jorge Bien es cierto que sobre una población mal deja constancia de este hecho en la redac- alimcntndn sc ceban los males epidémicos y cih de la partida número 731, folio 53, del ésto es precisamente lo que ocurre en estos Libro número 7 de Defunciones de 1845 a momentos con el cólera. Es de todos conoci- 1851. No se conoce el nombre de esta vícti- dos el nexo entre el contagio dcl mal y el ma, sólo qur se trataba de un adulto. La bajo nivel de vida, por tanto el contagio partida dice así: incide sobre una sociedad predispuesta. "En el pago de Arbejales, de esta villa de T -..:-:- - - bu ciiaia ~a~i~ii~talsc ildbíd ~ubbd~~acio i eror, a once de junio de mil ochocientos un tanto con la obra misionera del padre cincuenta y uno, fue supultado el cadá- Claret y los esfuerzos evangélizadores del ver de cierto hombre de treinta años, que obispo Codina, pero a pesar de esta revi- falleció el mismo día. Hubo por iioticias sión de la conducta espiritual se pensaba que se introdujo en dicho pago acompa- que esta oleada de malcs sólo obedecía a un ñado de algunas mujeres, venidos de la castigo de Dios. Lo cierto es que la epide- Ciudad, por escapar de la epidemia; y, mia se declara en Teror por el mes de junio no hallarido hospitalidad, se alojaron en ayudada por unas condiciones atmosféricas una casa inhabitada; más parece que, favorables a su desarrollo. Se había iniciado acometido el hombre de la enfermedad, el verano y el calor contribuye a enrarecer luego le abandonaron las mujeres reti- aún más el medio ambient~,no caracteriza- rándose de esta jurisdicción, no se sabe a do por un adelanto del nivel de vida ni un donde; pero es cierto habcr quedado progreso higiénico, debido a unas elemen- solamente el hombre y que no recibió los t2!es y rlidi~entari-.~co~dicivnrs saíiita- sdilius sacramenros porque nabia ialieci- rias. Hay que tener presente que en Teror la do cuando llegó el párroco con motivo de Hambre epidemia en Teror (Gran Canaria) en la crisis del antiguo régimen 167

pasar a diferente administración y a fin ción de sus habitantes y tráfico común entre que pueda identificarse esta partida con los pueblos. el nombre y apellido del finado, cuando En cumplimiento de estas disposiciones se presente parte interesada con docu- el Ayuntamiento de Teror no pudo evitar la mento competente, se anota lo que pudo entrada en el pueblo de un buen número de averiguarse en tales circunstancias; y personas que, procedentes de Las Palmas, para que conste lo firmo. A. Florencio huven del mal, pero además venían por la Jorge". relación que siempre habían mantenido con Teror por razones de vecindad (muchos Nadie se presentó a identificar a esta pasaban largas temporadas en Teror) y de primera víctima del cólera o, al menos, no propiedad (un buen número de propieta- se hizo la correspondiente rectificación en rios vivían en la Ciudad). Un ejemplo lo el Libro de "veluiicioiies, !o qüe jc'ia fóci! c~~~~~~.LILLL.LUY OII !2 "es~apad~"que hizo sin mente explicable por el desconcierto experi- licencia a Teror el amanuense Prudencio mentado como consecuencia de la exten- Morales Bethencourt, a quien la Alcaldía de sión de la epidemia. L~JPdlmas el 12 de junio de 1851 obligó a Al igual que había ocurrido en situacio- volver a su puesto dadas las difíciles cir- nes similares, la gente huye de la ciudad de cunstancias por las que se atravesaba, dan- Las Palmas y busca refugio en otros lugares dósele un plazo de 24 horas para reincorpo- en los que posiblemente no existe o no han rarse a su trabajo so pena de perder el sido invadidos por el mal, pero si éste no empleo. existe ellos lo llevan consigo como ocurrió Ante la amenaza de la epidemia, la con el caso que acabamos de relatar. Ante Alcaldía sólo podía recurrir al rcmedio de esta situacih cabría preguntarse el por qué males anteriores: pedir al Obispo que de los no se estableció un cordón sanitario al igual fondos de la Fábrica de Ntra. Sra. del Pino que había ocurrido en ocasiones similares se sacasen los necesarios para remediar las (ficbrc amarilla en 1838). Sin embargo, en necesidades mas inmediatas. Era necesario esta ocasión no pudo establecerse ya que hacerlo así porque la amenaza del contagio por Real Orden de 18 de Enero de 1849, cada día era mayor, no sGlo por la proximi- Y~Liicadaein el Bo!c:in Gfici~!númcre 32 Y2d 2 !i Ci?dac! sino tamhién pnrqile tantn de dicho año, se ordenó no se estableciese el Ayuntamiento como las Juntas de Sani- en las epidemias de cólera morbo ningún dad y Beneficencia carecían de cualquier tipo de cordón sanitario en las fronteras tipo de recursos para tratar de socorrer a terrestres por ser inútiles para evitar el con- los enfermos pobres y evitar en lo posible el tagio, así como perjudiciales por las gran- desarrollo e irradiación de la enfermedad. des consecuencias causadas ai cortar ia Por todas estas raauries, ei 12 de junio, la libre circulación de los pueblos entre sí y el Alcaldía dirige oficio al Gobernador pidien- necesario abastecimiento de sus habitantes. do le comunique Considerando que dichos cordones pueden "con la urgencia que el caso requiere, tener un efecto beneficioso en otros brotes como puedo afrontar los gastos necesa- epidémicos, en el caso del cólera no ocurre rios para atender a tan sagrado objeto, o así y por esta razón, el 14 de junio de 1851, autori~drrriepdrd repartir entre los veci- el Gobernador de la Provincia ordena al nos la cantidad que se calcule indispen- A!ca!c!o de Tervr qiie 1~11ant~tndn rnrdh n sable. que no debe bajar de 4.000 reales línea de observación que se hubiese estable- de vcllón, en atención a la miseria de esta cido, dejando franca y expedita la circula- población y al casi ningún producto de la caridad pública, que aunque se excite, res con el fin de suscitar la caridad pública como 1x1 sucedido en otras ocasiones, es para poder sobrevivir. Si la situación se sin resultado alguno" hacía difícil para los que contaban con algún recurso, peor se tornaba para estos Por la misma fecha se escribe al Obispo pobres que en las circunstancias adversas en los siguientes términos: solo eran tenidos en cuenta y muy de pasa- "1 a notoria bondad de Vs. y su caridad da por la Jiinta de Sanidad que, desde 1838, ejemplar en prestarse a socorrer las mise- venía funcionando ron r~giilaridad,si bien rias de la humanidad afligida, me hace su actuación por falta de recursos se reduce dirigirme a Vs. para que teniendo en con- a la simple renovación de sus miembros. sideración el estado en que sr halla este El Ayuntamiento, con unos presupues- pueblo, amenazado muy de cerca de la tos muy recortados, incapaces para atender grave enfermedad contagiosa que se las necesidades de una población que si L: -.- padece en esa Cizdad, falto Uc recui-ios UKLL 1.1" aunieiiiu rrids fue debido a ia emi- de que carece dbsolutamente el Ayunta- gración y a las altas cifras de mortalidad miento y las Juntas de Sanidad y Benefi- habidas cn los momentos de crisis o eyide- ciencia, se zirvd disponer que de los fon- mias, no podía tampoco arbitrar recurso dos o rentas de la Fábrica sc aplique la alguno para tratar de socurrer las necesida- cantidad que sea de su agrado para aten- des de sus vecinos, sobre todo de los más der a tan piadoso objeto"". necesitados. Como ocurriera durante el hambre de 1847, la Tglesia era la única que Esta petición se hace en unos momentos podía reriiediar la necesidad y miseria que dificiles para la Fábrica de Ntra. Sra. del se abatía sobre los pobres indefensos. Pino. En estos años se había estado diluci- Al propio tiempo que la epidemia se iba dando la cuestión de los bienes llamados de extendiendo, se fucron dictando normas de la Vi~geiidel Pino, en especial los conoci- actuación por las autoridades competentes, dos con el nombre de "Hacienda de la Mon- tanto provinciales como locales. El puerto taña" o "Barranco de la Virgeri". Obispo, de fue designado para el arribo del Capellanes y Ayuntamiento piden al buque-correo que llevaba la corrcsponden- Gobierno de su Majestad tengan en cuenta cia a la capital de la Provincia. Por esta

xr nrixliln&nc las p~ppcialwcirri.u-&anciac J r-A.AA-bL-" rnzór., c! A!cu!& de aqüc-:la viKa, Úuii Nicu- que rodean a esta Fábrica. Se insiste en la lás Padrón, debía recibir diariamente de especial devoción que en estas islas se tiene todos los pueblos el estado de salud de la a dicha imagen y, a partir de entonces, se población, los síntomas de las enfermedad aludirá a estc argumento cada vez que se y las personas que sucumbían ante el mal. quiera obtener un beneficio para Teror. Esto ocurría en los primeros días del mes iridepenciientemente ac cste proceso, de lunio y, concretamente el día 17, se reci- fueron sobreviniendo sobre Teror otros be en Teror la noticia de que al Alcalde de males y el vecindario espera que de la Vir- Las Palmas se le había conferido la autori- gen emane el remedio para sus males. Hay dad de la Isla en todo lo relacionado con el que tener en cuenta que el número de mal que le afectaba. pobres de solemnidad era bastante elevado. El 21 de junio se envió a Teror un méto- El censo de 1857 da un total de 191, pero do curativo del cólera morbo, que se había quizá habría que aumentar esta cifra, máxi- practicado con buen éxito en la Casa de me teniendo en cuenta que hasta estas lati- %corro de C~nt^!hminmn 6" dc !n Ci~Uad. tudes solían concurrir pobres de otros luga- No liemos podido encontrar el texto del Hambre y epidemia en Teror (Gran Cariarid) en la crisis del antiguo régimen 169 mismo pero lo que sí sabemos es que se junio, se comunicó a la Alcaldía de la Ciu- recomendó darlc la mayor publicidad por dad que cada individuo se hallaba custo- medio de copias del mismo, de forma que diando su distrito, hallándose todos en la se hiciera llegar a los vecinos en unos jurisdicción. momentos en que podía ser de gran utili- Sin duda, la huída donde verdadera- dad. mente se produjo fue en la Ciudad donde el IJnos días más tarde. el 23 de junio, el contagio era mayor como cunsecuencia del Ayuntamiento de Teror recibe un oficio del mayor número de habitantes en ella con- Alcalde de la Ciudad comunicando la lega- centrados. Teror, el lugar elegido por ción de la autoridad gubernativa y la nbli- muchos ciudadanos, no se vio libre de la gación que tenía este Ayuntamiento de epidemia colérica y muchos de aquéllos se enviarle el número de muertos que hasta la contaron entre sus víctimas. fecha iidbíalr yei-ecido a causn de! ch!i-;c y, E! 7 de ju!ie, e! C-~hernd~rda resp1.1~sta a partir de entonces, se daría comunicacivn al oficio que el Ayuntamiento le dirigió el de los que perecieran cada día. 12 de junio pidiendo autorización para El 24 de junio se recibe un nuevo oficio puder repartir entre el vecindario la canti- de la Alcaldía de Las Palmas ordenando dad de 4.000 reales vellón como socorro abrir los establecimientos de artículos de para los enfermos pobres. El Gobernador primera necesidad que se hubiesen cerrado autoriza ahora el reparto ante la magnitud o que pensasen cerrarse, debiendo ser que la epidemia había alcanzado en este abiertos de riue\-o para poder seguir ven- pueblo, pero siempre que la cantidad a diendo dichos artículos a los mismos pre- repartir no excediese de la cantidad ante- cios que estaban vigentes el día 1 de junio, rior. El reparto debía hacerse en concepto dc forma que este vecindario no careciese de empréstito forzoso y reintegrable por los del preciso sustento en tales circunstancias. fondos municipdles, una vez que la situa- El 27 de junio se dio a conocer al público ción mejorase. esta disposición a través del medio acos- Todas estas medidas o disposiciones no tumbrado: fijación de edictos. logran frenar el avance del cólera que, Se trataba de evitar en lo posible el des- como hemos señalado, coincide con la cuiirieiiü experirneri:ado cn !n p~b!ación entrada de! T:era5n q1.w favnrece sil irradia- ante el avance de la epidemia. Este temor ción. Tampoco se contó con unas medidas alcanzó incluso a la esfera de los funciona- sanitarias preventivas ni con una mejora rios municipales y por este i~iolivoel del medio ambiente, ni siquiera en el senti- Gobernador de la Provincia pidió informe do amplio de la palabra. al Alcalde de Las Palmas sobre los funcio- El resultado es fácil de adivinar: elevado narios que habían abandonado sus puestos, número de víciirrids. Eieriius rü~iside~adv obligándoles al mismo tiempo a ocuparlos como tales, todas quellas defunciones que de nuevo no sólo en la Ciudad sino en se produjeron en Teror desde el 11 de junio todos los pueblos de la Isla. El 25 de junio de 1851 hasta el 23 de agosto del mismo se pide al Alcalde de Teror envíe informe año. La delimitación de este periódo la de los concejales y empleados en el servicio hemos hecho de acuerdo con lo que dice municipal que ante las circunstancias pre- dvn Antonio Florencio Jorge sobre esta epi- sentes han cumplido con sus deberes, ofi- demia: ciande 2 !m 41-le Inr hiihi~s~nabandonado "En Teror el primer caso conocido fue el para que volvieran a ocuparlos de nuevo. de un individuo salido de Las Palmas, Unos días más tarde, sobre el 27 ó 28 de huyendo de la calamidad, acometido, 170 Vicente l. Suiirez Grimón

según se dijo, el 10 de junio y finado el 11 habían venido a la Fiesta del Pino ni se hos- del mismo en Arbejales. El último caso pedaron en las casas que el presbítero don notorio fue el de Antonio Domínguez, de Juan Navarro poseía en la entrada de la 15 años, fallecido en las Rosadas y sepul- Calle Real de la Plaza. Añadiendo que su tado el 23 de agosto de 1851"'R. madre, doña Francisca Navarro, sólo les permitió acudir a ella y a una hermana La última fecha, en principio, parece menor a la función que tuvo lugar el día de que ofrece alguna discusión, pues, hay la Fiesta y que por esos días había muerto quienes piensan hubo un nuevo brote de su tío don Juan Navarro. Pudiera ser más o cólera. Quienes así piensan lo hacen basán- menos exacta esta narración si la función de dose en noticias transmitidas de una gene- quc se habla hubiera sido la del día 8 de ración a otra y que gira en torno a la muerte septiembre, pero no fue así ya que si oímos del presbítero don Juan Navarro. Sin o tenemos en cuenta la última parte de esta emb~rgo,hemos de sei'iah que el Presbíie- narración o comentario que nos ha hecho ro murió el 11 de agosto de 1851 a la edad María del Pino Grimón, resulta que la refe- de 60 años, en el Rincón, siendo enterrado rida doña Manuela el día que vino a la Igle- al día siguiente 12 de agosto en el Cemente- sis y regresó a su casa del Rincón estuvo rio Parroquia1 y, por tanto, queda iricluido "recogiendo castañas", y esto en noviembre dentro del periodo anteriormente señalado. era normal pero no así en septiembre. Por Si el mcncionado brote epidémico se pro- tanto no hubo tal brote epidémico ya que el dujo, éste fue leve y sus consecuencias no caso que se señala, la muerte del presbítero tuvieron una mayor importancia. Hasta el don luan Navarro, no se produce despiiPs 23 de agosto, el número de defunciones del 23 de agosto sino antes y, como conse- diarias oscila entre 2 y 4 y, a raíz de esta cuencia de un recuerdo infantil, los hechos fecha, la primera defuncibn que se registra no se situaron en su verdadero contexto. tiene lugar el 29 de agosto, registrándose Así, pues, en el transcurso de tres meses, en el mes de septiembre tan sólo 5 defun- la epidemia de cólera produjo numerosas ciones (días 2, 3, 13, 23, 30), lo que puede víctimas. De la sccción de correspondencia considerarse como un índice relativamente de 1851-1855, número 2, hemos obtenido bajo comparado con el que se había experi- algún que otro dato anotado en cartas de

OCl - ~ - - ~ mentuds en sfrcs mcucs. La aüe~trau?i l- - ,LUJL yur ac cu~iat.rvd~ie11 el Archivo Muni- nión, creemos no hubo tal brote epidémico cipal de Teror. Hacia el 28 de junio se y sí que hubo confusión en la transmisión comunica al Alcalde de Las Palmas que oral. La celebración de ld Fiesta del Pino en hasta la fecha habían perecido 85 personas. el mes de noviembre del año 1851 en lugar No resulta del todo inexacta esta cifra ya del mes de septiembre, sin duda, ha sido la que hasta cse día la Parroquia había regis- causa de esta contusión. Esto lo prueba el trado 83 defunciones. Alrededor del día 2 comentario que nos ha hecho doña María de julio se envió el segundo parte al Alcal- del Pino Grimón y que, entre otras cosas, de de Las Palmas de los muertos habidos, recuerda haber oído decir a doña Manucla figurando entre ellos dos regidores del Navarro, mujer de don Sebastián Henrí- Ayuntamiento. En esta ocasión la cifra qucz Henríquez (Alcalde de Teror en varias ascivnde a 70L' que, con los 85 dados ante- ocasiones) que, por el año del cólera, élla riormente, dan un total de 155 muertos. El (doña Manuela) contaba 7 años y medio y, número de defunciones registrado por la a caiiqa de la rniuerte de si> pzdre den Purrvc~in1 hnsta cl 3 de jdio era de 158. Manuel Navarro (28 de junio de 1851), no Según esto, tenemos que los datos enviados Hambre y epidemia en Teror (Gran Canarid) en la crisis del antiguo rtgimen 171 por el Ayuntamiento y el número de defun- mas, se trataba de 5 presidiarios que habían ciinec registr-.das en e! Lihri nU.7 do eErri2des 2 AruC2s nsro rornnor lnc r"A"---- o-- --'- Defunciones de 1845-1851 coinciden, con lo cadáveres, pero que a Teror no se había cual se confirma lo anteriormente expuesto enviado ninguno. Por tanto, era el Alcalde "-L..- -1 L--L- A,. ---":A ---- -.:-L:--* 2,. A -..:-- 2-L:- --l---- -1 A L- DWVLC CL LLCCll" UC C"IL3IUCI'aI LVI'LW \IICLIIILLLr7 uc -1 u~aoyuic~i ucvia acia~aia~ n y u~ira- del cólera todas aquellas que se habían ano- miento de Teror lo que éste considerase tado desde el 11 de junio hasta el 23 de necesario sobre el particular. Estos presos, agosto. quizá por propia iniciativa o por orden ciei El día 3 de juliu se envió un nuevo parte Alcalde de Arucas, se desplazaron a Teror y con 9 muertos, que sin duda no contenía el en este pueblo se quedaron, aunque la total de víctimas habidas durante ese día, Alcaldía de la Ciudad advirtió que cuando pues fueron 18. El 9 de julio se envió un ofi- no se necesitasen sus servicios fueran cio al Gobernador (vía Agaete) manifestán- enviados a Las Palmas con garantías de dole que hasta la fecha habían fallecido 240 seguridad. Pero el cabo José Kabaneta, sin personas, incluidos los dos regidores que al autorización de aquella Alcaldía, dispuso parecer fueron don Juan Gabriel Guerra y que estos presidiarios y confinados abando- don Juan Herrera. Así mismo, se dijo que nasen esta jurisdicción. Sin embargo, el habían sido atacados 320, de los cuales 70 Alcalde de Las Palmas, enterado de esta se hallaban enfermos y convalecientes. nrdrn, cnmiinicn el 8 de jiilin lile ~~errnñne- También se advierte que se habían hecho ciesen en Teror hasta tanto no remitiese el circular las recetas del Alcalde-Corregidor mal o bien hasta que recibieran orden de Las Palmas (el método curativo practica- expresa de regresar a la Ciudad. El trabajo do en la Casa de Socorro de Santo Domin- de estos presos consistía en recoger y ente- go), habiéndose, además, aseado en lo posi- rrar los cadáveres. Cobraban un sueldo por ble la población y sus pagos. Cl total de ello y parece que éste ascendía a 8 reales de víctimas reflejado en estos partes y el vellón por dos días de trabajo (uno de ellos número del Registro Parroquia1 (233) ofrece se llamaba Eugenio Ayala). una pequeña diferencia imputable a la con- Desde mediados de julio hasta final de tabilidad. mes, el número de defunciones diarias osci- Un nuevo parte se envió el 13 de julio y laba entre 4 v 6 por término medio. Durante el número de personas fallecidas hasta el mes de agosto y hasta el 23 sólo se pro- entonces era de 60, elevándose el total a duce una defunción diaria. En este periodo 300. Por lo que respecta a estos partes o el núrr-iero de víctimas alcanzó los 60. Evi- informes hay que consignar que no podían dentemente, la intensidad de la epidemia ser elaborados con asidua regularidad y había remitido, no obstante el 7 de agosto exactitud, no sólo por el número de vícti- se recibe un nuevo edicto del Alcalde de mas sino también porque la virulencia del Las Palmas recomendando se tomasen las mal era mayor y se hallaba extendido por medidas oportunas para evitar el recrudeci- tada la jurisdicción haciendo imposible el miento de la enfermedad, pese a que ésta control estadístico. A mediados de julio, el había evolucionado favorablemente. Con número de atacados superaba el medio anterioridad, el 31 de julio, el mismo Alcal- millar. de había pedido informes al Ayuntamiento Coincidiendo con el apogeo de la epide- de Teror acerca de las existencias que en mia (principios del mes de julio), se presen- este pueblo había de granos y papas y si la taron en Teror 5 individuos que, según exportación de este último fruto podía o no aclaración hecha por el Alcalde de Las Pal- causar perjuicio. La contestdción dada no la 172 Vicente 1. Suárez Grimón conocemos pero es fácil suponer que si en varios cementerios o lugares de enterra- la Ciudad había necesidad. también la miento. El Cementerio Parroquia1 no podía había en Teror como consecuencia del dar cabida a todos los que diariamente abandono que experimentaron tanto las morían. Por este motivo se abrieron supul- nanac cose&;is de ~erea!es CQEG de r-r-' Tiora- tlirac en ~!glincxh~rricc: Pa!mar, FTIVG, niegas, pues muchos hogares se vieron pri- liosadas, Arbejales; pero el mayor número vados de brazos para hacer estas labores. se abrió en el lugar de San Matías y cn Los

D-,.:*L.-A- -1 .

momontm do miycr inten~idac!de 13 enfer- -inrlirarln - .- A - - -. ey,nedienfe, se r~mities~21 medad. Las labores del campo quedaron Supremo Gobierno de S.M. a fin de obte- desatendidas cuando eran más necesarias, ner el perdón de la cuota de contribución es decir, en la época de la recolección de las en que se calcula el daño"'5. cosechas. No sc encontraban peones y ni siquiera los mismos dueños eran capaces de Esta propuesta del Regidor Síndico de atenderlas. Aquí no sólo influyó el número Teror fue sometida a discusión entre los de muertos sino el de enfermos, que fue asistentes a la sesión y fue aprobada por muy superior, y que retiró de los campos unanimidad. Se acordó formalizar el citado una mano de obra indispensable para la expediente que iria encabezado con certifi- recolección, en especial de los cereales. cación dc cstc acuerdo, nombrándose como Estos perjuicios ocasionados a la agricultu- peritos a los propietarios don Manuel Este- ra se consideraron importantes como para ban de la Nuez, don Juan Pérez Padilla y ser expuestos por el Síndico en razón de don José Quintana, vecinos todos de Teror. que habían sido: Corno testigos fueron designados don "notorios los perjuicios que la Agricultu- Maniiel Suárez Granado, don José Montes- ra de este distrito niunicipal liabía suiri- deoca y don José Jiménez. Asimismo, se dio do por el abandono a que se vio someti- comisión al Alcalde-Presidente del Ayunta- da en los meses de junio, julio y agosto, miento para que reuniese todos los datos durante los cuales se experimentaron los considerados como significativos que funestos cstragos del cólera morbo que pudieran adquirirse y que ayudasen a impidieron atender a las labores más demostrar la entidad del daño experimen- indispensables, precisamente en el tiem- tado, pudiéndose así justificar el perdón de po que más se necesiraban, no encontrán- Id ~d~~iiÚdCiu ~uuid que ~ui~tl~~ü~~diese dose peones ni aún los mismos propieta- satisfacer a Teror. 176 Vicentt?. J. Stuirez Grirnon

La cuestión anterior solo se vuelve a tra- el pago del semestre que se reclama. I'ara tar el 15 de noviembre de 1852 y, en sesión ello sc hizo tina expmición de la situación celebrada ese mismo día, se toma el acuer- de Teror en ese momento que queda perfec- do de dar a conocer al público "por medio tamente resumida en los siguientes térmi- de voces" el texto de la Real Orden inserta nos: en el Boletín Oficial número 3 respecto a la "Pues de lo contrario, (es decir si no se contribución del año del cólera. Se había condedía un nuevo plazo), se verán perdonado la cuota correspondienle a1 rriuclius padres de familias obligados a segundo semestre de 1851, pero en torno a abandonar sus hogares retirándose de este perdón se plantea un pequeño proble- ellos y dirigiéndose sin saber a d~nde"'~. ma ya que, por acuerdo de la Diputacion Provincial y a causa de la calamidad pade- 6.- Directamente relacionada con la cida en esta Isla cn 1850 (periodo de crisis anterior tenemos que, como consecuencia de 1847 a 1850), se había perdonado a Teror de la epidemia de cólera, se produjo un la mitad del cupo principal de la contribu- retraso en la cobranza dc las contribucio- ción de inmuebles de aquel año. El importe nes. Esto fue evidente por lo que respecta al del perdón ascendió a 25.000 reales de segundo semestre de 1851, si bien el retraso vellón, según nota inserta en el Boletín Ofi- no se debió en principio a la posibilidad de cial iiúinero 24, del lunes 24 de febrero de obtener un perdón sino a la enfermedad y 1851, y en su vista el Ayuntamiento mandó el miedo al contagio que retrasaron consi- se formara el libro de reparto y cobranza derablemente la formación de los libros de c&r2nz, nnr n2rtn An navar----- nrnc~A.err----- a si-1 dev~!iición cooiín--o--- !-is r-- r-' -- -- pcyitfic o7.~3!723Y~)- pérdidas de cada vecino. Como quiera que res y encargados del reparto y de la cobran- en 1851 se suspendió o perdonó el segundo za. scmcstrc dc la expresada contribución, en 7.- Finalmente, podemos señalar como 1852 se plantea la cuestión de si la Admi- una última consecuencia la lección y expe- nistración devolvía el metálico o se entrega- riencia adquiridas para el futuro. Desde la bd de rrierios rri rse año. La cantidad a Diputación Provincial emanaron las prime- devolver es la correspondiente al cupo de ras e importantes decisiones encaminadas a 1850 que había sido abonada cuando se evitar una nueva epidemia. En 1854, cuan- conceciio ei perdon. En el üoletin Üficial do el colera había hecho acto de presencia número 35 correspondiente al año 1852 se en territorio peninsular, la Diputación a tra- da a conocer todo lo referente a esta cues- vés de su diputado decano don Pedro tión. Quedó claro que no se trataba de un Rodríguez envía a todos los pueblos una perdón sino de una suspensión del cobro circular con fecha 13 de octubre de 1854, del segundo semestre de la Contribución inserta en el Boletín Oficial de la Provincia Territorial de 1851. Unos años después, el número 124 del lunes 16 de octubre, dada a 30 de mayo de 1856, el Administrador conocer a los vecinos de Teror el 23 de octu- Delegado Principal de Hacienda Pública de bre. Con e1 fin de evitar el peligro de una la Provincia solicita y recomienda al Ayun- nueva epidemia, la Diputación acordó ofi- tamiento de Teror el pago del mencionado ciar a los Ayuntamientos: segundo semestre. Por esta misma fecha sc "ei~careciéndolesla conveniencia de tener oficia al Administrador Delegado para que preparados y en depósito un fondo, por su conducto solicitase del Administra- indispensable para todo este objeto, y dur de Hdcieridd Püoiica de la Provincia o previniénaoies que io hayan de formar o de quien corresponda un nuevo plazo para por suscripciiín voluntaria n por r~patn

OUrvcrsdal

vecinal, que no pueda bajar del producto to tan humano?. El Ayuntamiento decidió de 4 reales de vellím por vccino, pero que: entendibndose que la suma que ésto "de verificarse el fondo por medio de importe se ha de cobrar dividiéndose reparto 1-ecinal será más tardo y más entre todos los vccinos conforn~ea su penoso para los vecinos, aunque sea riqueza y bajo la-misma proporción con pequeña la cuota que satisfagan, por que contribuyen a los gastos provincia- hallarse muchos en un estado de inde- les, como que, en el casv de iiecesilarse gencia, 103 unos por escasez de cosechas urgentemente ese fondo para el objeto y los otros por haber gastado sus peque- único con que se forma, se ha de imputar Íius caudales en la recoinposición dc los (a cada uno) en su cuota por contribución edificios nrruinddvs d resullas del movi- provincial lo que se le haya repartido y miento que padeció esta publación en el cobrado, (accediendo) a devolver lo que año pasado (invierno de 1852-54), entregue por suscripción voluntaria que, habiendv qued'ido alguno de ellos inha- en el término de 15 días dc como se reci- bitable porque siis dueños no han alcan- ba esta circular, han de dar aviso los zado con que reparar tan noble ptrdi- Ayuntamientos de tener recaudado el da"". fondo establecido o del adelanto en que se halle este servicio, si en algún pueblo Por esta razón, la Diputación autoriza al por su largo vecindario no ha podido Ayuntamiento a extraer de los fondos del concluirse, que las sumas que recduden pósito de Teror la cantidad que necesite

:-tan de conservarse cr. cud; ?::-!?!o 1.*;n-'-l.' pra .tender las n~rrsidadesdel pueblo. si la responsabilidad del Alcalde o del de nuevo se viese invadido por el cólera. La Recaudador de Cpntribuciones en él".". cantidad fijada fue de 50 fanegas y los que obtuviesen ayuda de este fondo debían Terniina esta circular señalando que, al retribuirla a razón de media fanega los que margen de estas medidas, los Ayuntamien- recibiesen de 3 a 5, una fanega los que reci- tos podían proponer a la Diputación cuan- biesen de 6 a 9, faiiega y media los que reci- tas considerasen convenientes v necesarias biesen 10, y lo mismo dboiiarán los que y, si así lo fuesen, se autorizaría su puesta obtuviesen mayor cantidad. en práctica. hn 1855, en sesion de iU de noviembre, A fines de 1854 se establece una nueva se acordó que en caso de producirse una disposición ya que el Ayuntamiento de nueva epidemia se debían sacar 50 fanegas Teror puso en conocimiento de la Diputa- de trigo para Teror y 50 fanegas para Valle- ción lo difícil que resultaba obtener un seco en razón de que ambos pueblos tenían fondo por suscripción o reparto vecinal, derecho a servirse del pósito2'. El de Valle- pues la mayor parte de los vecinos sólo seco no se construirá hasta el ano 1863. Asi- contaban con lo más indispensable para su mismo, se dispone vender 100 fanegas de alimentación. Cuando el Ayuntamiento trigo y 8 celemines a razón de 5U reales trató el tema de una posible invasión de vellón la fanega para el objeto indicado. cólera, se planteó el interrogante de ¿cuál La lección recibida surtió sus efectos iba a ser el remedio a poner en práctica?. cuando en 1865 se declara la epidemia en la ¿Se debía satisfacer una cuota o bien sacar Península y la Corporación Municipal de 50 fanegas del pósito, bien en calidad de Teror acuerda dar un voto de cunfianza al reintegro o bien dadas por consumidas si G~~CIIILIII~CPIde la Provincia pvr !SS cficz desgraciadamente se invirtiesen en un obje- ces y acertadas medidas que se adoptaron para salvar a las islas de una nueva inva- sus sécuelas yervivtl entre la población, sión colérica. Se agradeció la acertada transmitiéndose de generación en genera- medida de no admitir el Batallón de Caza- ción hasta nuestros días. Igualmente, la pin- dores de Tarifa, pues, de haber tocado tura de las columnas del templo parroquia1 puerto, la población había quedado expues- de Teror fueron iin recuerdo vivo de los ta al contagio, ya que era presumible que efectos del cólera hasta su restauración en los soldados importaran la enfermedad. los años 1868-69. Hoy, tan sólo los viejos No iba a ser fácil nlvidar "el año del papeles siguen dcjando constancia de la cólera". Durante muchos años el recuerdo y existencia y dimensión del fenómeno.

NOTAS

1 DOMINGLEZMUJICA, J. Y DIALHERNANDEZ, R.: plata); el 8 de mayo se compraron a Juan "Hambre y epidemias entre 1844 y 1852 en el Cabrera, criado de don José de León, vecino norte de Gran Canaria", en V Coloquio de de Telde, 9 fanegas a 5 pesos cada una (total Historia Canario-Americana (1982). I'onio 11. Madrid, 1986, página 354. 45 pesos); el 14 de mayo se le compraron 2 A(RCHIVO)P(ARROQUIAL) de T(EROR). Libro otras 7 fanegas al precio de 5 pesos cada una primero de Funerales. Noticias sobre el ham- (total 35 pesos); el 19 de mayo se le compra- bre, f. 257 recto. En 1849, cuando la calatni- ron otras 7 fanegas al precio de 5 pesos cada dad del hambre no ha desaparecido, sc lleva una (tntal 75 peros), e! misme di2 se cvmnr--t' "' a cabo una coiecta para costear la función ron a Domingo Cabrera y Pedro de Santa ofrecida a Ntra. Sra. del Pino con motivo de la aparición de la cigarra en 1845. Se nom- Ana, vecinos de Telde, 4 fanegas y 8 celemi- braron cobrcidorcs que debían pedii no sólo nes y medio a 5 pesos y 2 reales, de pldtd para la función del 8 de septiembre 4no tam- cada una (total 24 pesos, 6 reales y 2 y medio bién para los fuegos. cuartos); y el 27 de mayo se compran a Juan 3 A(RCHIVO)M(UNICIPAL) DE T(LROR).Libro de Cabrera, vecirio de Telde, 6 fanegas a razón Actas no 1. de 4 pesos y 3 reales de plata (total 26 pesos 4 A.I2.T.Libro primero de Funerales, f. 257 r. y 2 reales de plata). Las diferencias de prc- l- r-i:. La iic5ta Ud usud, UIM i~ddiciónper- cios estan en relacion con los días de compra dida. Diario de Las Palmas, 23-VI-1 979. y con las oscilaciones quc experimentaban 6 A.P.T. Libru primero de Funerales, f. 257 r. los granos en los mercados de Telde y Las 7 A.M.T. Correspondencia de salida. Keegistro Palmas. de los años 1845-1869. Cuadernos de 1846. 12 El 4 de mayo de 1847 el mayordomo de la 8 A.P.T. Libro primcro dc Funerales, f. 257 r. fábrica de Teror, don Pedro Suárez Guerra, 9 GUTIÉIWZS~Icn IVIILLAKLL., j.: "Kisroria ae ia medicina plata la fanega (total 30 pesos y 2 reales de en Gran Canaria". Las Palmas, 1967. Hambre y epidemia en Teror (Gran Canaria) en la crisis del antiguo régimen 179

16 Dohmcu~zMUJICA, J. y DIAZHERNANDEL, 24 A.M.T.: Secciún de Corresporidencia de 1851 RAMON:Op. cit a 1855, número 2 17 A.H.P.L.P.: Correspondencia de salida. 25 A.M.T.:Librode actas de 1851 a 1860. Registro de 1845 a 1869. Legajo número 5. 26. A.M.T.: Correspondencia de salida. Registro 18 A.P.T.: Libro primero de Funerales Noticias de los años de 1845 a 1869. Legajo número 5. sobre los acontecimientos ocurridos en Teror 27 A.M.T.: Expedientes antiguos. Legajo núme- durante el tiempo en que don Antonio Elo- ro 7. ieiiciu Jvrgr regent5 la parroquia. 25 A.hf.T.: Sccción de Correspondencia de 1851 19 A.M.T.: Correspondencia de salida. Registro a 1855, número 2. de los años de 1845 a 1869. Legajo núrnero 5. 29 Sobre la división y separación del pósito de 20 A.M.T.: Sección de Correspondencia de 1851 Terur y ~redciúnde otro nuevo en Valleseco, a 1855, número 2. véase SUAREZGRIMOU, V.: "Teror J.' la separa- 21 A.M.T.: Ibídem. ción de Valleseco". Las Palmas de Gran 22 A.M.T.: Ibídem (1852). Canaria, 1YY2, pp. 1II a 12J. 23 A.P.T.: Libro primero de funerales.