Recerca Musicològica XIV-XV, 2004-2005 289-300 El influjo de Felip Pedrell en la obra y el pensamiento de Manuel de Falla Yvan Nommick Resumen. El influjo de Felip Pedrell en la obra y el pensanmiento de Manuel de Falla La investigación del Prof. Nommick se centra en las relaciones entre ambos músicos; Ma- nuel de Falla fue discípulo de Pedrell en el Conservatorio de Madrid entre 1902-1904 y desde entonces entabló una estrecha amistad con el maestro, del que fue su discípulo más fiel. Fue Pedrell quien aconsejó a Falla que se fuera a París, y fue Pedrell, a través de su al- bacea testamentario Joan Gisbert, quien le mandó el poema Atlàntida de Verdaguer, a fin de que le pusiera música. El trabajo da fe de la asunción del legado esencial de Pedrell por parte de Falla, con sus aportaciones personales ligadas a la música de su tiempo. (F.B.B.) Résumé. L’influence de Felip Pedrell sur l’œuvre et la pensée de Manuel de Falla La recherche du Prof. Nommick se centre sur les relations entre les deux musiciens; Ma- nuel de Falla fut disciple de Pedrell au Conservatoire de Madrid entre 1902-1904 et depuis lors une étroite relation s’établit avec le maître dont il fut le disciple le plus fidèle. Ce fut Pedrell qui conseilla Falla de partir à Paris et ce fut Pedrell, à travers son exécuteur testa- mentaire Joan Gisbert, qui lui envoya le poème Atlàntida de Verdaguer pour le mettre en musique. Ce travail fait foi de la prise en charge du legs essentiel de Pedrell de la part de Falla, avec ses apports personnels liés à la musique de son temps. (F.B.B.) Abstract. The Influence of Felip Pedrell on the Work and Thought of Manuel de Falla Prof. Nommick’s research focuses on the relations between both musicians. Manuel de Falla was a pupil of Pedrell at the Conservatorio de Madrid between 1902-1904 and from that time he developed a close friendship with the master, being his most loyal pupil. It was Pedrell who advised Falla to go to Paris, and it was Pedrell, through the executor of his will, Joan Gisbert, who sent him the poem Atlàntida by Verdeguer, for it to be put to mu- sic. The work is a testament to the essential legacy of Pedrell by Falla, with his personal contributions linked to the music of his time. (F.B.B.) Zusammenfassung. Der Einfluss von Felip Pedrell im Werk und Denken von Manuel de Falla Die Untersuchung von Prof. Nommick konzentriert sich auf die Beziehungen zwischen den beiden Musikern; Manuel de Falla war Schüler von Pedrell im Konservatorium von 290 Recerca Musicològica XIV-XV, 2004-2005 Ivan Nommick Madrid in den Jahren 1902-1904 und seitdem knüpfte er eine enge Freundschaft mit dem Meister, von dem er der treueste Schüler war. Es war Pedrell, der Falla dazu riet, nach Pa- ris zu reisen, und es war Pedrell, durch seinen Testamentsvollstrecker Joan Gisbert, der ihm das Gedicht Atlàntida von Verdaguer schickte, damit dieser die Musik dazu stellte. Die Arbeit bestätigt die Übernahme des Hauptvermächtnis von Pedrell seitens Falla, mit seinen persönlichen Beiträgen, die an die Musik seiner Zeit gebunden sind. (F.B.B.) En 1899 Manuel de Falla consigue por unanimidad el Primer Premio de Piano del Conservatorio de Madrid1. Formado por el eminente pedagogo José Tragó, que le había transmitido la tradición chopiniana y una sólida escuela pianísti- ca2, es un excelente intérprete que ofrece con éxito sus primeros recitales. Pero en el campo de la composición, como bien escribe su biógrafo Roland-Manuel, «Autodidacta por necesidad, sabe lo suficiente como para darse cuenta de que lo tiene casi todo por aprender. Ya ha decidido en su fuero interno que iría a es- tudiar a París»3. En el intervalo —Falla se trasladará a París en 1907— conoce en Madrid a Felipe Pedrell, con quien estudiará entre 1902 y 19044. Según Jaime Pahissa5, a raíz de la lectura de unas páginas de música de la ópera Los Pirineus de Pedrell publicadas por la Revista Musical Catalana, Falla decidió en 1902 tomar lecciones de composición con el compositor y musicó- logo catalán. Ese mismo año conoció a Pedrell, entonces profesor de Historia y Filosofía de la Música desde 1900 en el Conservatorio de Madrid6, que lleva- ba desde ese año el nombre de Conservatorio de Música y Declamación, y estudió privadamente con él hasta su regreso a Barcelona a finales de 19047. 1. Que entonces se llamaba Escuela Nacional de Música y Declamación. 2. Tragó había sido alumno, en el Conservatorio de París, de Georges Mathias, uno de los dis- cípulos predilectos de Chopin. 3. ROLAND-MANUEL, [Alexis]. Manuel de Falla. París, Cahiers d’Art, 1930, p. 20. El texto ori- ginal, en francés, es el siguiente: «Autodidacte par nécessité, il en sait assez pour se rendre compte qu’il a presque tout à apprendre. Il a déjà décidé dans son cœur qu’il irait étudier à Pa- ris». Las traducciones al español de todos los textos en idioma extranjero citados son del au- tor de este estudio. 4. En este estudio nos centraremos en el influjo que ejerció el magisterio de Pedrell sobre la obra y el lenguaje compositivo de Manuel de Falla. La historia de la relación de amistad entre Falla y Pedrell ha sido estudiada y descrita detalladamente en: GALLEGO, Antonio. «Felipe Pedrell y Manuel de Falla: crónica de una amistad». CADUP. Tortosa: UNED, 1989, p. 181-217. 5. PAHISSA, Jaime. Vida y obra de Manuel de Falla. Buenos Aires: Ricordi Americana, 2a ed. ampliada, 1956, p. 35. Esta biografía nos parece muy fiable ya que está basada en las largas conversaciones que mantuvo Pahissa con Falla en Argentina y que, por otra parte, Falla leyó cuidadosamente las pruebas de imprenta del libro. 6. Antes, Pedrell había sido desde 1894 profesor de conjunto vocal en el Conservatorio de Madrid. En 1900 el catedrático de Composición era Tomás Fernández Grajal. 7. El lector encontrará en el apéndice de este texto las referencias bibliográficas de los princi- pales libros escritos, completados, editados o publicados por Pedrell que figuran en la bi- blioteca personal de Falla conservada en el Archivo Manuel de Falla de Granada (en adelan- te A.M.F.). Las anotaciones autógrafas que contienen reflejan bien los aspectos del pensamiento y de la obra musicológica de Pedrell que más interesaron a Falla. Influjo de Pedrell en la obra y el pensamiento de Falla Recerca Musicològica XIV-XV, 2004-2005 291 Pedrell le inculcó el rigor y la pulcritud formal: «Con Pedrell estudió Falla las formas musicales, como el coral, el lied, con gran seriedad y a fondo, pues Pe- drell era extraordinariamente exigente y severo respecto a la perfección y a la corrección de la escritura musical, aunque dentro, siempre, de la mayor sim- plicidad»8. También le inició en la instrumentación y la orquestación, le hizo descu- brir los tesoros de la música rusa, en particular la del «Grupo de los Cinco», y, sobre todo, le hizo profundizar en el conocimiento de la riqueza de la historia musical y del folclore españoles, demostrándole que «[...] el drama lírico espa- ñol, así como toda otra forma musical que aspire noblemente a representarnos ante el arte universal, debe inspirarse, tanto en la fuerte y varia tradición espa- ñola, como en el tesoro admirable que nos legaron nuestros compositores de los siglos XVI al XVIII»9. Falla resume muy bien cuál fue una de las principales aportaciones del «Grupo de los Cinco» y de Pedrell a la evolución de la com- posición musical: Con Modesto Mussorsgky empieza realmente a iniciarse la nueva era de nuestra música, y gracias a él, a Nicolás Rimsky-Korsakov, a Balakirev y a Borodin, las for- mas melódicas y las escalas antiguas que, desdeñadas por los compositores, se ha- bían refugiado en la Iglesia y en el Pueblo, fueron restituidas al gran arte. No olvidemos tampoco que este resurgimiento encontró un glorioso defensor y propagandista, tanto por sus escritos como por sus propias obras musicales, en mi ilustre y venerado maestro don Felipe Pedrell10. Conviene señalar, por fin, un hecho que no aparece en las biografías dedi- cadas a Falla. Pedrell le escribió en mayo de 1905: «Su viaje a París sería ahora muy oportuno por muchos conceptos, para que oyese V. música, se diese a co- nocer como pianista»11. Y precisó en 1913, resumiendo la historia de La vida breve, que divide en dos etapas: En la primera, un poco triste, medié yo, aconsejando al buen Falla (andaluz de ori- gen, joven, de 30 años, que tiene ángel, es sumamente discreto, trabajador, estu- dioso como pocos, y, por variar, es un pedazo de pan) que abandonase Madrid, donde lo poco que daba el arte se lo comían los que arrimaban el ascua a la nómi- na o a lo que producía bastante saneado, el trimestre, y porque Falla no se sentía con valor para vender al diablo del trimestre su alma de buen músico, ni que sus méritos de notabilísimo pianista le alcanzaran el momio de una clase de piano en 8. PAHISSA, Jaime. Vida y obra de Manuel de Falla. p. 36. 9. FALLA, Manuel de. Felipe Pedrell (1841-1922). Barcelona: [s.n.], 1923, p. 4 [Antes de pu- blicarse en español este artículo se publicó en francés en La Revue Musicale, para la que ha- bía sido expresamente escrito: «Felipe Pedrell (1841-1922)». La Revue Musicale, año IV, t. II, n° 4, febrero de 1923, p. 1-11]. 10. FALLA, Manuel de. «Introducción al estudio de la Música nueva».
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