MUSEO NACIONAL DE ANTROPOLOGIA EL PRECLASICO O FORMATIVO AVANCES Y PERSPECTIVAS SEMINARIO DE ARQUEOLOGIA “DR. ROMAN PIÑA CHAN” MARTHA CARMONA MACIAS COORDINADORA INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA HISTORIA EL ORIGEN DE LA CIVILIZACIÓN EN MESOAMERICANA. LOS OLMECAS Y MOKAYA DEL SOCONUSCO DE CHIAPAS, MEXICO JOHN E. CLARK MICHAEL BLAKE NWAF INTRODUCCION Nuestro propósito en este artículo es describir los procesos llevados a cabo en las primeras sociedades caciquiles de Mesoamérica hace 4000 años y las probables precursoras de la posterior civilización Olmeca. Nos enfocaremos en este estudio en la región sur de la Costa del Pacífico de Chiapas, conocida como el Soconusco y especialmente en la zona de Mazatlán (Fig. 1). Cronológicamente nos centraremos solamente en el final del periodo Arcaico y en el Formativo Temprano; un periodo de 1000 años, que va de 2000 a.C. a 1000 a (ver la Fig. 2 para detalles cronológicos). Durante esta época los habitantes del Soconusco eran un grupo, que hemos bautizado con el nombre de Mokaya, término mixe-zoque que significa gente de maíz. Como se verá más adelante, este término es apropiado por varias razones: en primer lugar, estamos convencidos de que esta gente eran habitantes de lo que los lingüistas han designado como proto mixe-zoque. Los mokaya parecen haber sido los primeros agricultores sedentarios de Mesoarnérica, así como los primeros en desarrollar sociedades caciquiles. El uso del término mokaya nos permitirá simplificar la siguiente discusión. Utilizaremos los vocablos mokaya y olmeca para designar a grupos socio-políticos hablantes de mixe-zoque y nos reservaremos los nombres de las fases arqueológicas: Barra y Ocós para referirnos a períodos cronológicos. En esta presentación tratamos tres ternas concernientes al desarrollo de la civilización mesoamericana. Primeramente, consideramos las evidencias del desarrollo de sociedades jerarquizadas entre los mokaya del sureste de México. Luego proponemos una explicación de las causas del desarrollo temprano de las sociedades caciquiles en las tierras bajas tropicales y la zona del litoral; y final mente, discutimos brevemente el desarrollo de la civilización olmeca de San Lorenzo desde la perspectiva de nuestra área. Los datos disponibles de nuestros trabajos recientes sugieren ciertos reajustes a la especulación común referente a los olmecas, tanto en relación a sus orígenes, como también --y esto es lo más significativo-- en lo referente a la subsecuente difusión de la civilización olmeca a lo largo de lo que es hoy Mesoamérica. Antes de entrar a estos temas, ubicaremos a los mokaya dentro de su contexto espacial y temporal en la costa de Chiapas durante el Formativo Temprano. EL AREA DEL ESTUDIO. La región de Mazatán está ubicada en la zona agrícola más productiva de Chiapas, la parte sur del Soconusco --una zona de merecida fama desde los tiempos prehispánicos por su cacao--. Esta región parece un mosaico de ecosistemas circunscritos, con una angosta planicie costera de unos 20 a 30 kilómetros de ancho que corre entre la cadena de esteros y lagunas del litoral y la bocacosta y altas elevaciones de la Sierra Madre. Hacia el noroeste, esta planicie está bordeada por una amplia zona pantanosa; la zona de pantanos parece haber sido especialmente importante como fuente de recursos durante el período Formativo Temprano (ver Fig. 3), Barbara Voorhies (1976) investigó en la zona de los esteros varios depósitos de concheros pertenecientes al Arcáico Tardío (fase Chantuto). Estos probablemente representan una ocupación estacional de grupos nómadas de cazadores/pescadores/recolectores. La gente de Chantuto estuvo vinculada por intercambio comercial y social con los Altos de Guatemala, de donde obtenían obsidiana (Nelson y Voorhies, 1980). Durante la fase Barra (1800-1650 a.C tenemos evidencia de aldeas sedentarias, presumiblemente hubo agricultura y donde quizá se efectuó el primer uso de cerámica. La fase Barra, por consiguiente, probablemente representa una nueva etapa en los modos de producción. Pensamos que es significativo que los concheros del estero representaron solamente un uso limitado durante esta fase Paralelo a este cambio hay evidencias de un ligero incremento de población, al menos en la región de Mazatán. Como se discutirá más adelante, al finalizar la fase Barra, hay indicios que evidenciar el principio de la diferenciación social, pero esto es más convincente para la subsiguiente fase Locona que se inicia alrededor del 1650 a.C. EVIDENCIAS DEL SURGIMIENTO DE SOCIEDADES CACIQUILES. Tres clases de datos nos indican el desarrollo de sociedades caciquiles mokayas en la zona de Mazatán, empezando durante la fase Locona, ó 1650. Los datos demuestran: (1) las aldeas o ca- seríos estaban organizados en entidades políticas independientes entre sí. (2) Dentro de cada entidad política, la economía parece haber estado centrada alrededor del poblado mayor. (3) Finalmente, nuestras investigaciones en varios de estos poblados mayores han arrojado evidencias de diferenciación social. Estas tres características de organización económica y sociopolítica de la zona, son también atributos compartidos por otras sociedades a nivel de cacicazgos simples, conocidas a través de la etnografía. (1) LAS ENTIDADES POLITICAS. ¿Cuáles son los datos de la existencia de varias unidades políticas individuales durante el Formativo Temprano? En la figura 3 vemos el patrón de asentamiento de la fase Locona que nos indica diferencias claras entre los tamaños y funciones de las aldeas durante esta fase. El núcleo de cada entidad parece haber sido una comunidad grande de 400 a 200 habitantes. Sin duda, fue necesario algún mecanismo político—social para controlar las quejas domésticas de cualquier grupo de este tamaño. Pensamos entonces que cada aldea grande fue dirigida por un jefe o cacique, y además, que él administraba las aldeas pequeñas localizadas alrededor de la aldea principal. En fin, el patrón de asentamiento indica que eran sociedades integradas económica y políticamente, dirigidas por caciques Es notable que durante esta fase se establecieron sitios especializados en los esteros, quizás para pescar o extraer sal del mar. (2) LA ECONOMIA CENTRALIZADA. La evidencia más clara de una integración económica de cada entidad política viene de la distribución de la obsidiana. Tres tipos de obsidiana guatemalteca llegaron a la zona de Mazatán durante e Formativo Temprano. Aparentemente, cada entidad recibía los tres tipos de obsidiana pero en distintas frecuencias indicando diferencias en su obtención. Por otra parte, dentro de cada entidad, esta5 tres obsidianas se encuentran en frecuencias homogéneas, lo que nos muestra un mecanismo de redistribución dentro de cada aldea grande y, supuestamente, también de jefes o caciques que administraban la economía. (3) DIFERENCIACION SOCIAL. Empezando con la fase Locona (1650 a.C.) vemos por lo menos cuatro indicadores de diferencias sociales o de rango. Estos son (1) diferencias en la arquitectura doméstica, (2) distinciones en los entierros, (3) diferencias en el patrón de consumo de productos exóticos importados de regiones lejanas, y (4) la presencia de especialización artesanal patrocinada. En el sitio de Paso de la Amada (Ceja, 1985) excavamos los restos de una vivienda elitista (véase la Figura 4); a diferencia de otras casas domésticas, esta casa estaba elevada y era mucho más gran de que las otras. Además, la basura asociada con esta estructura indica consumo y producción especial de bienes de lujo, como cerámica polícroma (o trícroma). Otros bienes de consumo diferencial fueron orejeras de barro, cuentas de jade, y adornos de mica. La muestra de entierros del Formativo Temprano todavía es pequeña y por consiguiente, a nuestra interpretación de diferencias sociales le falta confirmación. Un entierro de un niño de once años fue cubierto de pigmento rojo y llevaba un espejo de mica en su frente, probablemente parte de un casco especial. Algunas de las figurillas masculinas de esta misma tase muestran cascos con posibles espejos. Todas las figurillas masculinas son de hombres gordos, sentados con máscaras de animales, delantales, y a veces, espejos en el pecho (figura 5) --características que nos hace recordar los monolitos olmecas de varios siglos después--. Como es evidente en la figura 5, las mujeres se representan paradas y desnudas. La distribución de cerámica Locona por el sur de Mesoamérica marca un área de interacción bastante amplia. Sugerimos que los orígenes de la civilización olmeca se deben buscar en esta primera comunidad de interacción, como lo discutiremos en la siguiente sección. EL DESARROLLO DE SOCIEDADES CACIQUILES. La dificultad principal para desentrañar el proceso evolutivo de las sociedades igualitarias a sociedades caciquiles es separar todas las posibles causas de tal desarrollo. En el caso de los mokaya de Mazatán, los siguientes procesos parecen haber estado involucrados: (1) un cambio de movilidad temporal al sedentarismo, (2) la adopción de la agricultura con cultivos de los Altos como maíz y frijol, (3) el inicio de la tecnología alfarera, (4) un crecimiento rápido de la población, y (5) el surgimiento de especialización artesanal patrocinada. Debido a que todos estos eventos sucedieron más o menos simultáneamente, se dificulta nuestra investigación sobre las causas principales que dieron origen a la diferenciación social. Sin embargo, creernos que los datos disponibles indica que todos estos eventos y procesos solamente son indicadores secundarios de un proceso más complejo --de competencia
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