Pepe Gutiérrez-Álvarez BANDERA NEGRA. LOS PIRATAS EN EL CINE (Y EN LA HISTORIA) A modo de introducción Introducción. Un viaje en el tiempo ---Primera parte: El tesoro de Stevenson 1. El “cuentacuentos”. 2. Un grumete y un viejo lobo de mar. 3. La versión más famosa. 4 Robert Newton, gentleman y pirata. 5. Con Stevenson nos basta. 6. Islas en los confines del imaginario. 7. De Stevenson a Stevenson. ---Segunda parte: el mundo de Salgari 1. Vida y muerte de un escritor 2. Sandokan, el tigre de Mompracen. 3. Verdad y mentira imperial. 4. El pirata culturista. 5. De Tarzan a Salgari. 6. Los hermanos piratas. 7. Piratas “made in Italy”. 8. Surcouf y los corsarios galos. 9. Scalaborns y los filibusteros españoles. ---Tercera parte: Lecturas de Rafael Sabatini. 1. El padre del capitán Blood. 2. Un humanista bajo la bandera negra. 3. Blood también fue pirata en Capri. 4. El halcón británico. 5. El cine y la “leyenda negra”. 6. El caso Drake. 7. Piratas reinsertados. 8. El “caso” Morgan. 9. Errol Flynn en Libertalia.10. Piratas y esclavos ---Cuarta parte: Los piratas eternos de James M. Barrie. 1. Un niño grande 2 Peter Pan 3. El síndrome de Peter Pan. 4. Versiones. 5. Declaración Universal de los Derechos de los Villanos en los Dibujos Animados. ---Quinta parte: Islas misteriosas. 1. Verne, el aventurero de la bandera negra. 2. Robinsones en islas perdidas. 3. Utopías y antiutopías. ---Sexta parte: El Océano DeMille . --1. El bucanero utópico. 2. Una película con dos almas.3. Historias de Lafitte. 4. El mar que hizo a América. ---Séptima parte: Raoul Walhs, el del pardche en el ojo --1. Las aventuras marinas de Raoul Walhs. 2. El pirata Barbanegra. 3. El caso Barbanegra. ---Octava parte: Mujeres piratas --1. Anne de las indias. 2. Yolanda. 3. Reinas de los Piratas.4. La hija de Morgan. ---Décima parte: Anotaciones periféricas . 1. Los piratas de la Antigüedad. 2. Los piratas vikingos. 3. Los piratas berberiscos. 4. Motines en alta mar. 5. De capa y espada. ---Onceava parte: Otros piratas . ---Treceava parte:. La Biblioteca del pirata ---Catorceava: Una mapa de películas. Bibliografía. A modo de introducción El cine referido a los diversos modos de la piratería se inserta en el complejo género de la aventuras, concretamente en un área colindante con Swashbuckler, e capa y espada –una buena película de piratas tendrá un hermoso duelo a espadas-, en unos tiempos agitados (los que van desde la Reforma hasta la revolución francesa), y en una geografía preferencial, la del Caribe, y como parte de los conflictos interimperialistas entre España imperial pero atrasada y otras potencias europeas en ciernes, sobre todo Inglaterra. Esto no excluye que existan historias de piratas de antes –y el cine los ha evocado en Roma, y en las temáticas vikingas-, y de después, especialmente en su faceta de contrabandistas. En unos pocos casos, se registran también de piratas de grandes ríos, en el cine norteamericano, el Mississipi. Es un género que requiere un paisaje marítimo, una historia de navegación con sus abordajes. Sus protagonistas son “ladrones del mar”, normalmente generosos y románticos, amén de obligados por las circunstancias, por las injusticias. No fue tan diferente a los héroes del “western”, y de otros géneros del cine de aventuras. Aparece situada como una variante de las aventuras marítimas, con diferencias –y conexiones- con otras tantas igualmente específicas como lo son las que tratan de motines como Rebelión a bordo , un tema familiar ya que, entre otras cosas, los piratas huían de la situación de esclavitud de los marineros (que por lo general tendía a cambiar e barco cuando después de ser asaltados). Igualmente próximas le son las andanzas de los balleneros (Moby Dick), de peripecias en las islas de los mares del sur ( Su majestad de los mares del sur ). La lista sigue con las guerras, sobre todo de las grandes, por ejemplo, las napoleónicas (Lady Hamilton ), y seguir con las guerras mundiales que incluye variantes como las luchas submarinas. Este hilo nos lleva a las películas de naufragios en la variante Robinson Crusoe ( Náufrago ), a los grandes hundimientos ( Titanic ), y también a toda clase de documentales. Estos últimos nos hablan cada vez más de la amenaza del consumismo y de la competitividad depredadora que están poniendo la palabra “fin” sobre la salud de las aguas y de las especies marinas. El crepúsculo de una larga historia, la de la navegación, y de uno de los oficios más viejos del mundo: el de la piratería que existe desde que existe el comercio marítimo. El viejo oficio de los piratas ha conocidos tiempos y caras distintas. Decir piratas es decir bandoleros del mar. Se cree que la palabra pirata (peirato) fue usada por primera vez en el año 140 A. C. por el historiador Polibio. Plutarco, hacia el 100 de nuestra era, da la primera definición que podemos reputar clara: los piratas son aquellos marinos que atacan sin autorización legal no sólo barcos, sino también ciudades costeras. Lo de la “autorización legal” tiene su punto, ya que con dicha autorización, emitida habitualmente por alguna potencia marina del tiempo (Grecia, Roma, España, Portugal, Gran Bretaña, Francia, Estados Unidos, etc, sí se ha podido atacar barco, asediar ciudades, y ocupar países enteros con los más cínicos pretextos, el último de los cuales ha sido el de las armas de destrucción masiva, por otro lado, desde hace mucho tiempo en manos de las potencias con “autorización legal” expedida por la propia razón inherente a su potencial militar debidamente revestido de grandes palabras. Aunque el cine raramente se ha preocupado de ser riguroso al enmarcar las diversa variantes de la piratería, “grosso modo” se puede decir que los piratas son los “ladrones del mar” de siempre, diferente de los “corsarios” que mandaban al corso con patente del gobierno de su nación, y sus actividades estaban reconocidas oficialmente en tiempo de guerra. Cuando no existían enfrentamientos armados abiertos, los marinos más audaces recibían de sus majestades la patente de corso en nombre de las cuales perseguían las embarcaciones enemigas para apoderarse de ellas así como de las mercancías que transportaban. El derecho de corso degeneró muchas veces en piratería, es más, siempre fue considerado piratería por las naciones atacadas,. El sistema resultó abolido en 1856 por una declaración a la que se adhirieron casi todos los países, excepto los Estados Unidos, España y México. Los bucaneros tienen un origen muy distinto. Se trata de un nombre de origen francés que empezó a utilizarse en la isla Tortuga, cerca de Haití. Se puede decir que eran empresarios independientes sin vínculos ni compromisos con los monarcas europeos, lo que los diferenciaba de los corsarios, socios menores de los reyes y nobles de su país. Cuando están en la isla se van a los montes a cazar puercos." La carne que comen la preparan secándola al sol y ahumándola "a la bucana". Su divisa quedó enmarcada así: "Su rey es su capitán y capitán el mejor cuchillo de la pandilla. Todo como entre hermanos”. También se utiliza muchas veces como sinónimo de sinónimo de filibusteros, palabra cuyo origen es dudoso. Se estima que podría derivar del francés ( flibustier ), del inglés ( free booter ) o del holandés ( vrij buiter , el que captura el botín; o vrie boat por las embarcaciones ligeras que utilizaban, filibotes en español y fly boot en inglés). La palabra más ajustada quizás sea la de filibusteros que ha sido desechada por el cine. El concepto se relaciona especialmente con los asaltantes que actuaron en el mar de las Antillas durante buena parte del siglo XVII hasta casi mitad del XVIII, por más que su proyección se prolonga hasta principios del siglo XIX, de ahí que Lafitte fuese llamado “el último filibusteros”, aunque el oficio prosigue en formas decadentes, sobre todo a través de los contrabandistas, así los “piratas” de Reap the wild wind , datan de 1840. Persistirán en mares lejanos como los asiáticos, y se revistaran de nuevos ropajes de manera que el concepto ha seguido ligado al contrabando marítimo, y se ha metamorfoseado hasta llegar a la informática. Prácticamente desaparecida a lo largo del siglo XX, los “piratas” han reaparecido en los dos últimas décadas y bajo nuevo formato –saben manejar las nuevas tecnologías- como producto del expolio de pueblos costeros del llamado Tercer Mundo, y por la desaparición de los grandes barcos de guerra inherentes a la desaparecida época de la “guerra fría”. Los expertos actuales vinculan el fenómeno con el del “terrorismo”, término aplicado sempiternamente a la guerra de los pobres. Anotemos que hasta el año 2008, el departamento de Estado USA consideró como “terrorista peligroso” a Nelson Mandela. De manera que volvemos a lo mismo, a analizar las palabras teniendo en cuenta sobre todo quien manda. En un lejano titulado Reflexiones sobre el cine de piratas, contrabandistas y aventureros ( “Dirigido por…”, nº 19, enero 1976), Miguel Marías escribe: “Todos leímos de pequeños…”, y después cita no menos de cien referencias comenzando con La isla del tesoro para añadir: “Durante el largo trecho que separa la niñez de la adolescencia nos fue posible así el suplantar las `vidas imaginarias´ o sublidimadas de los más variopintos u exóticos personajes y habitamos con ellos en las más remotas épocas, parajes y latitudes”. Donde decía “todos”, Marías quizás tendría que haber dicho “algunos”, porque ese “nosotros” no se corresponde con los niños comunes, muchos de los cuales eran trabajadores desde muy temprano. Nuestra infancia no fue precisamente de alborozos y lecturas, el contexto no daba para mucho más que los “tebeos”, y afortunadamente, el cine, otra realidad que nos permitía escapar de las miserias y depresiones reinantes, y que unos pocos nos permitió más tarde, acceder a algunas de las lecturas de la “infancia recuperada” de Marías.
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