Facultad de Filosofía y Letras Máster en Historia Contemporánea El Republicanismo Radical en España The Radical Republicanism in Spain Autor/a: Javier Cagigas Viota Director/a: Manuel Suárez Cortina Curso 2016 / 2017 Índice I. El Radicalismo: definición y características ........................................................ 3 II. El radicalismo en España.................................................................................... 8 II. 1. Radicalismo y Sexenio Democrático .......................................................... 9 II. 2. Un nuevo orden institucional: La Restauración ........................................ 13 II. 2. 1. La nueva generación ......................................................................... 24 II. 2. 2. Los banderilleros de Nicolás Salmerón ............................................ 30 II. 2. 3. Hacia la Unión Republicana ............................................................. 36 II. 2. 4. El Partido Republicano Radical. ....................................................... 45 II. 2. 5. De la Gran Guerra a la Dictadura de Primo de Rivera ...................... 50 II. 3. La Dictadura de Primo de Rivera: la sombra del nuevo republicanismo . 55 II. 4. La Segunda Republica .............................................................................. 62 III. Ideario Radical ................................................................................................ 71 III. 1. Estado, Nación y Revolución .................................................................. 71 III. 2. Radicalismo, Republica y Monarquía ..................................................... 77 III. 3. El laico radical: el anticlericalismo ......................................................... 78 III. 4. La cuestión social. Reformismo laico y radical-socialismo .................... 82 Conclusiones ......................................................................................................... 87 Fuentes y Bibliografía ........................................................................................... 90 Introducción Sin duda, acercarse al radicalismo es observar una fuerza importante dentro del republicanismo español. Decía José Álvarez Junco que el programa de este republicanismo radical nunca estuvo claro, ni en época de Ruiz Zorrilla, ni en época de Lerroux. Lo que sí estaba mucho más claro eran sus principios políticos. “Querían acabar con la desigualdad y con la opresión, o más bien con los símbolos de la desigualdad y de la opresión […] y sustituirla por una maquinaria política que representara al pueblo y expresara su voluntad”. Pueblo, democracia o igualdad fueron sus términos fetiche, pero el gran sintetizador de todos esos términos era el de República, que representaba la rectitud democrática1. En España, no se habla de radicalismo republicano hasta la repentina conversión de Ruiz Zorrilla. Éste, desarrollaría una línea caracterizada por la vía insurreccional como herramienta para dinamitar la nueva legalidad canovista. Ya con Blasco y Lerroux, el radicalismo iría tomando otros tintes. De la ruptura de la Unión Republicana se confirmarían dos líneas que servirían de puente al nuevo republicanismo y que ya se habían ido barruntando desde el cambio de siglo: la radical y la reformista. Tanto una como otra llegarían a la Segunda República, pero en el caso del que nos ocupa, con unas características y un talante muy diferente al que lo había caracterizado en las primeras décadas del siglo XX. Para finales de la década de los veinte, aparecería un nuevo partido al calor de antiguos perfiles provenientes del Partido Radical como Albornoz y otros como Marcelino Domingo: el Partido Radical-Socialista. La radicalsocialista era una corriente con influencia francesa que intentó avanzar en el programa radical, sobre todo en lo que toca a la cuestión social, como bien demostrarían durante el primer bienio de la Segunda República. El objetivo del presente trabajo, en conclusión, es sintetizar las líneas maestras del republicanismo radical. Desde el “fracaso” de la primera experiencia republicana, hasta la Segunda República. Cómo se conforma esta subcultura política dentro del republicanismo, su desarrollo, sus escisiones y sus características. El trabajo de estructura a través de tres puntos. El primero estaría relacionado con la definición y las 1 ALVAREZ JUNCO, José: “Republicanismo radical y españolismo”, en MORENO LUZON, Javier (ed.) Izquierdas y nacionalismos en la España contemporánea, Madrid, Fundación Pablo Iglesias, 2011, pp.68- 69 1 características del republicanismo. El segundo, con el radicalismo en España; sus orígenes y su desarrollo hasta la década de los treinta. Finalmente, el tercer punto gravita alrededor del ideario radical y de las claves de bóveda del republicanismo radical. 2 I. El Radicalismo: definición y características “Del viejo republicanismo nacieron en los primeros años de la presente centuria dos corrientes, orientadas una hacia la izquierda y la otra hacia la derecha. La primera se manifestaba con la Federación Revolucionaria […]. La segunda con la revelación en el parlamento de Melquiades Álvarez […]. La primera tendencia llega a constituir el Partido Radical […] que viene a representar, de un lado la tradición revolucionaria del Partido republicano […] y de otro, las soluciones radicales de Pi”2. Así dibujaba Álvaro de Albornoz la realidad del republicanismo a comienzos de siglo, y las dos corrientes que en su seno aparecieron. Ambas, la radical y la reformista, fueron un puente entre el republicanismo histórico y el nuevo republicanismo de la década de los veinte. Renovaron y adaptaron el republicanismo a la situación del momento. La reformista tenía unas raíces profundas, herederas del Partido Centralista y del krausoinstitucionismo. La radical, por su parte, se entroncaba con el progresismo revolucionario ruizorrillista, que se reconvirtió desde finales del siglo y más fehacientemente a comienzos del XX, en un radicalismo crudo, populista y revolucionario, y evolucionó a finales de la primera década de siglo en un Partido Radical que adoptó los preceptos del radicalismo y del radical-socialismo francés. Pero pese a todo, tratar de definir el concepto “radical” y hacer un ejercicio de condensación en unas breves líneas que sirva como sustento de todo el discurso posterior, se torna complicado. Lo que hoy se puede entender mayoritariamente como radical, posiblemente sea divergente de lo que se comprendía a mediados del siglo XIX o a principios del siglo XX. Lo que se podía entender en aquel momento como radicalismo, estaba relacionado con prácticas políticas avanzadas para la época, especialmente en el campo democrático. El termino radical se utilizó en un primer momento en Inglaterra a partir de la década de los veinte del siglo XIX, en sintonía con los liberales utilitarios de James Mill y Bentham y las movilizaciones que conllevaron la Reform Act y el cartismo posterior. En el caso de Francia, radical, en síntesis, se convirtió en sinónimo de republicano3. Así, en el sentido que da Serge Berstein “le radicalisme ne désigne donc pas une doctrine, mais una atitude politique, celle des adversaires irréconciliables de la monarchie 2 ALBORNOZ, Álvaro: El Partido republicano, Madrid, Biblioteca Nueva, 1918, p. 220 3 ALVAREZ JUNCO, José: “Republicanismo radical y españolismo”, op. cit., p. 68 3 constitutionnelle, héritiers des idées revolutionnaires4”. Bebía el radicalismo francés del 48, de la exaltación de pueblo y Republica como un elemento superior. Los radicales presentaron una ambición de derribar las instituciones liberales y la implantación de una democracia “de claro componente reousseauniano; es decir, la necesidad de que la representación política experimentara el menos distanciamiento con el pueblo”5, manteniendo la máxima de “Laïcité, Solidarité, Humanisme, Tolérance, Universalisme”. El grupo de los radicales, y el Partido Radical francés, posteriormente, fue el conjunto más importante de la III República Francesa. En Historia del Movimiento Republicano en Europa, Emilio Castelar comentaba los puntos programáticos clave de los radicales franceses, inspirados en el programa de Belleville de Gambetta. “Los puntos esenciales del programa radical son los siguientes: Separación de la Iglesia y el Estado. No puede admitirse el sistema de la Edad Media que adscribía el Estado a la Iglesia, porque va a dar en la teocracia […]. No se concibe una religión de Estado, que regule la vida y distribuya la autoridad y la libertad con arreglo al ideal único de moralidad; […] Instrucción primaria universal, obligatoria, gratuita y laica […]. Quierenla también laica por ser la consecuencia precisa de la libertad de pensamiento y de la indispensable separación entre la Iglesia y el Estado”. Afirmaba Castelar que “El Partido Radical, proponiendo un programa claro, concreto, tangible, sin espejismos fantásticos y sin aspiraciones cosmológicas, ha prestado un verdadero servicio al progreso pacifico de su patria y a la causa general de la libertad en el mundo”. Pocos años después, en 1879- de que Castelar escribiese estas líneas, Jules Ferry empezaría toda su legislación educativa desde la cartera de Instrucción Pública y Bellas Artes. La línea seguida por Ferry fue la de una fuerte impronta laica en una serie de leyes escolares que dinamitó toda la libertad de educación auspiciada por los sectores católicos en los años anteriores, y que le llevó a enfrentarse con buena parte de los sectores conservadores, con unas ideas muy parecidas a las que, años
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