
Notas sobre el PNV y el Estatuto Vasco-Navarro (1931-1933) (I) VÍCTOR MANUEL ARBELOA ora es de continuar lo que comencé hace años, con la intención de cla- Hrificar toda la pequeña historia del Estatuto Vasco-Navarro1. Recién proclamada la República, el Partido Nacionalista Vasco comenzó a recons- truir sus estructuras2. En la documentación conservada abundan los testimonios sobre el inte- rés del Napar-Buru-Batzar, o Consejo Supremo de Navarra del PNV, por estar en contacto con el Euzkadi-Buru-Batzar y con los otros Consejos Regionales, y para conseguir de ellos materiales de propaganda e información sobre la marcha del Estatuto, posibilidades de encuentro, y presencia de per- sonalidades conocidas en mítines electorales y actos de propaganda3. El hecho de que José Antonio Aguirre fuera el candidato nacionalista y luego diputado elegido en la lista de la Coalición Católica-Fuerista por 1. En torno al Estatuto Vasco-Navarro: Correspondencia Aguirre-Irujo, Príncipe de Viana, número 177 (enero-abril, 1986), pp. 223-233. Algo de ella estaba recogido ya en mi libro Navarra ante los Estatutos: Introducción documental (1916-1932), Pamplona, 1978. 2. Un buen estudio, a pesar de algunos errores, se encuentra en el excedente libro de Manuel FERRER MUÑOZ, Elecciones y Partidos Políticos en Navarra durante la II República, Pamplona, 1992, pp. 151-178. Sobre su actuación en los procesos electorales incluido el proceso estatutario, pp. 275-518. Para la primera y segunda época del PNV en Navarra, el esclarecedor trabajo de Araceli MARTÍNEZ PEÑUELA VIRSEDA, Antecedentes y primeros pasos del Nacionalismo vasco en Navarra, Pamplona, 1989. 3. Sobresale la actividad del secretario del Napar Buru Batzar (en adelante: NBB) Ramón de Goñi Nagore, que lo fue durante todo el período republicano, cargo que hizo compatible con el de admi- nistrador del diario nacionalista La Voz de Navarra. Ramón de Goñi fue ya secretario de la Directiva del Centro Vasco de Pamplona en 1919. Una muestra de la petición de propaganda es la pedida para el abogado y escritor tudelano Joaquín Montolo Sagasti, estudioso de historia social navarra, que trata de constituir Juntas Municipales en Tudela, Murchante, Cascante y quizás otros pueblos, Archivo Histórico Nacional-Sección Guerra Civil, Político Social, Sección Bilbao, carpeta 194 (En adelante AHN.SGC.PES.). Dados los cambios ocurridos en el archivo desde que yo trabajé en él, indico sólo los legados, omitiendo el número de expediente. [1] 225 VÍCTOR MANUEL ARBELOA Navarra, en las elecciones a Cortes en junio de 1931, hacía obligada la pre- sencia del joven alcalde de Guecho en nuestra tierra, activo y presente a la vez como miembro y alma de la Comisión de Alcaldes en la campaña pro Estatuto y como el más popular activista de su Partido. Lo cual hace más explicable la mayor ausencia de testimonios escritos en torno a su persona durante estos primeros meses4. Ningún otro personaje del PNV se acercaba siquiera en popularidad y en personalidad política, por aquellas fechas, a José Antonio Aguirre. ENTRE EL REALISMO Y EL ACTIVISMO Presidía el NBB el abogado pamplonés Manuel de Aranzadi Irujo (Estella, 1822-Pamplona, 1942), uno de los fundadores del Centro Vasco de Iruña el año 1910 y, ocho años más tarde, el primer diputado nacionalista por Navarra. Aranzadi, como la mayoría de los nacionalistas navarros, había militado en la Comunión Nacionalista Vasca hasta el Congreso de Unificación con el PNV, celebrado en Vergara en noviembre de 1930. En el Partido reconstituido representaba el ala menos intransigente y más abierta a la colaboración con otros grupos, como Acción Nacionalista Vasca (ANV), escindida del tronco histórico como Partido confesional, unitarista, republi- cano y avanzado en cuestiones sociales. El día 11 de mayo Aranzadi firma como presidente del NBB un oficio ofreciendo al nacionalista vizcaíno José Horn y Areilza la representación del Consejo Regional navarro en el Comité de dirección política del diario ofi- cial Euzkadi, tal como había acordado el EBB en su asamblea de Zumárraga, el pasado día 65. El oficio pondera el “reconocido patriotismo” de Horn, su “acendrada fe nacionalista y al mismo tiempo su sano criterio, ponderación, sensatez y espíritu de abnegación”. La carta personal que le escribe Aranzadi, cuatro días después, explica el elogio oficial y de también la clave del pensamiento y actitud de Aranzadi y de todo el NBB: “No necesitamos comunicarte nuestro criterio, pues ya conoces y estás al tanto de él. Creemos que sin arriar en lo más mínimo nuestra bandera nacionalista, sin negar nuestra doctrina en una coma, debemos recordar que el momento actual no es de teorías, doctrinarismos ni idealismos, sino de realidades. Mereceremos mal de las generaciones posteriores, si por sutilezas de puritanismo dejáramos pasar este momento enormemente trascendental sin alcanzar positivamente y asegurar algo, cuanto más mejor, de lo que según nuestra ideología pretendemos, teniendo en cuenta que los derechos a mayores reclamaciones en orden a su plena sobera- nía nunca prescriben para los pueblos. 4. Sobre José Antonio Aguirre he publicado Seis Cartas de José Antonio Aguirre (1932-1936), Letras de Deusto, vol. 8 (1978) y Correspondencia entre José Antonio Aguirre, y Francisco Cambó (1931- 1935), Príncipe de Viana, nº 179 (1986). 5. Francisco Horn y Areilza (1880-1936), abogado y gran empresario bilbaíno. Alcalde de Bilbao en 1909, senador peneuvista en 1918-1923, era ahora diputado por Vizcaya dentro de la coalición. 226 [2] NOTAS SOBRE EL PNV Y EL ESTATUTO VASCO-NAVARRO Creemos también que el lema “Jaungoikoa eta Lege Zara” del Partido no debe nunca tocarse sino para defenderlo, pero entendemos que el momento actual, en que por razón circunstancial deben colaborar en nuestra obra todos los sectores de opinión del país, no debemos agudizar la nota en ningún sentido que pueda ale- jarnos gentes de nuestro lado sino proceder con gran mesura y tacto”. Es el credo, como se ve, del posibilismo hecho táctica. Un mes más tarde se publicaba la candidatura de las derechas navarras a las próximas Cortes Constituyentes; no había en ella ningún nacionalista. El PNV proclamó de inmediato una lista propia, que incluía a Manuel Aranzadi y Manuel Irujo. Pero las negociaciones continuaron6. El obispo de Pamplona consiguió la retirada del arcediano de Sigüenza, Hilario Yaben, colaborador habitual de Diario de Navarra, y su lugar fue ocupado por José Antonio Aguirre, bien visto por los dirigentes católicos y por el EBB. Parece que Aranzadi pagó así su no colaboración con los carlistas en las elecciones muni- cipales de abril en Pamplona y su personal manera de actuar dentro del Partido. Tampoco lograron sus correligionarios un lugar de consolación para él en la candidatura de Vizcaya. El caso es que tras el triunfo rotundo de la Coalición en Navarra, Guipúzcoa y Vizcaya, y pasado el veraneo de agosto, Aranzadi no aguantó más y el 7 de septiembre presentó su dimisión como presidente del NBB: “Pongo en su conocimiento que con esta misma fecha he presentado mi dimi- sión de miembro del “Napar Buru Batzar” ante este Consejo, y por tanto ceso, en consecuencia, en el cargo de “Euzkadi Buru Batzar”, por incompatibilidad con mis ocupaciones. Siempre suyo en JEL” 7. La dimisión de Aranzadi causó una cierta conmoción entre los peneuvis- tas navarros. Su primo y amigo Manuel de Irujo, ex diputado foral y el nacio- nalista más prestigioso de Navarra entonces, fue uno de los más afectados8. En un estado de postración debe de hallarse Irujo cuando escribe desde Estella a José Antonio Aguirre, el 11 de diciembre de ese año, con su estilo habitual, directo y franco, muy “a la navarra”, ponderando la represión que lleva a cabo la República de instituciones y personas no afectas al nuevo régi- men: “Hay que proteger a esa gente (...). Hay que hacerse respetar ...”. El decre- to del 8 de diciembre sobre el estatuto le parece una ofensa, pero mientras no llegue la revisión constitucional, hay que vivir con esta Constitución, acudir a las citaciones de las Gestoras, votar en las asambleas de municipios, y acudir al plebisticio que se convoque para sacar en él como se pueda el 70% “a fuer- za de pucherazos o de milagros, pero sacarlo”. Es preciso que la Minoría Vasco Navarra se mueva más, y así lo recuerda de continuo Irujo a uno y a otro, aun- 6. Ver Manuel FERRER, ob. cit., pp. 222 y ss. 7. Carta autógrafa a Ramón de Bicuña, presidente de EBB. Con la misma fecha le dirige otra autógrafa, esta vez personal, mucho más desenfadada: “Te envío adjunta una carta oficial. No te expon- go los motivos ya muy viejos que tengo para hacerlo, porque sería demasiado largo, no me leerías y me dirí- as otra vez que masturbo mi inteligencia”, AHN .... sección Bilbao leg.o, 190. De los “viejos motivos” hablará más adelante en unas muy interesantes cartas que reproduciré. A Manuel de Aranzadi sustitu- yó en la presidencia del NBB Luciano Irisarri, y poco después aparece como presidente Aníbal Urmeneta. 8. Manuel FERRER, ob. cit., p. 170. [3] 227 VÍCTOR MANUEL ARBELOA que él no sea, ni pueda ni quiera ser nada. “Más Euzkadi y menos Palencia” –termina–. Más vivir y menos soñar. Más Estatuto y menos Revisión” 9. Tras una asamblea de representantes municipales, frustrada por falta de organización e información, y después de unas reuniones preparatorias por zonas, los delegados de los ayuntamientos navarros pudieron votar por fin en Pamplona, el 10 de agosto de 1931, en favor o en contra del Estatuto, redac- tado por las comisiones nombradas por las cuatro Gestoras Provinciales. Al nuevo Estatuto Vasco-Navarro, casi calcado del redactado por la Sociedad de Estudios Vascos, las Comisiones Gestoras añadieron unas modificaciones acordadas en su reunión de San Sebastián.
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