MARCOS SASTRE: EL TEMPE ARGENTINO Tiene antiguo linaje poético el río Paraná. Desde los pri- meros cronistas y para el caso el más importante, Barco Cen- tenera, hasta los días que vivimos ha inspirado poesía, novela y drama. Por natural predilección descriptiva, el romanticismo ha- lló pronto el camino de nuestros ríos. Echeverría que vivió junto al Uruguay y dejó la nostalgia del río en la poesía de "Los Consuelos" estimuló el sentimiento en los compañeros de su generación. J. María Gutiérrez en una nota a La Dia- mela dejó un pequeño cuadro amable y colorido del río y las islas. Alberdi dejó sus "Impresiones de un viaje al Paraná" donde no falta la exaltación tan cercana a sus memorias de Tucumán. Sastre con una predilección nativa por la natura- leza, que en él fue vocación desde la infancia, sintió pronto la belleza del río y el delta, "El Tempe argentino" no es obra concebida y realizada de una sola intención. La unidad actual es fruto de sucesivas elaboraciones y agregaciones, por lo menos hasta la quinta edición, que es de 1881. Confrontan- do las tiradas sucesivas a partir de la primera que es de 1858 y se incluyó en la serie de la Biblioteca Americana dirigida por Alejandro Magariños Cervantes, se alcanza una visión cla- ra del proceso a que el autor sometió la concepción primera. Ello no basta sin embargo para integrar el cuadro desde el origen. "El Tempe argentino" fue suma de artículos concebi- dos con cierta independencia, una serie de monografías que en buena parte se conocieron antes publicadas en el "Nacio- nal" y en "La Gaceta" de Buenos Aires y que fueron natural- 93 mente juzgadas por la crítica contemporánea. De esas publi- caciones parciales se hace eco el citado Magariños Cervantes en el prólogo que puso a la primera edición. Allí leemos: "... como ha dicho el "Nacional" al publicar algunos fragmentos de ella, revela verdaderamente al hombre que ha consagrado sus mejores días al estudio de las letras.. Y luego: "Así fue que las "Impresiones" del señor Sastre en las islas del Paraná, que aparecieron en "Ilustra- ción Argentina" en 1854, si bien agradaron a. todos, no fueron recibidas sino como las efusiones de un cora- zón sensible y las idealizaciones de una imaginación poética." Más adelante refiriéndose al capítulo dedicado al "ca- muatí" expresa: "Esta interesante monografía salió a luz por pri- mera vez en la Gaceta de Buenos Aires, el año 1846". El material de la primera edición se distribuye como si- gue: 1. Prólogo de A. Magariños Cervantes. 2. Biografía de Marcos Sastre por el mismo. 3. Texto (desde página 29) distribuido en diecisie- te capítulos numerados con números romanos en el texto. Faltan los números en el índice. El Ul- timo, Geoponía, está dividido en cinco partes tam- bién numeradas y con títulos: Drenaje - Des- monte - Labor - Arboles - Abono - Epílogo. 4. Apéndice. Tratados sobre: El Paraná - Delta del Paraná - El papel del Camuatí - La Flor de la pasión. El Mburucuyá (Flor de la pasión) poesía por A. Magariños Cervantes. b) El ombú. "Versos de: B. Mitre y Domínguez. 5. Consejos de oro sobre la educación. 6. Aurelio Berro - Nota y poesías. 94 7. Carta a J. M. Gutiérrez (de M. Cervantes). 8. Nota» sobre las novelas de M. Cañé, padre: Esther y la familia Sconer. 9. Indice. En la cubierta del libro (pequeño volumen en octavo im- preso en papel de diario), se lee: TEMPE ARGENTINO/ IMPRESIONES Y CUA- DROS DEL PARANA/ por Marcob Sastre/ Tomo Unico/ Buenos Aires/ Imprenta de Mayo/ Represen- tantes 128/ 1858. La primera página de la misma edición repite: '' Tempe Argentino" y el texto está precedido de un epígrafe que en algunas ediciones posteriores ha desaparecido. Dice textual- mente : "¿Qué es la República Argentina?/ ¿Qué es esa tie- rra de leche y miel, con sus pampas llenas de ganados y sus selvas llenas de abejas?/ Parish, Buenos Aires y las Provincias del Río de la Plata"/ I. La quinta edición que es de 1880, tiene distinto material y una distribución nueva. Una nota de la cubierta nos dice de esta "quinta edición, aumentada por el autor y enriquecida con nuevos datos... "). El texto, constituido ahora por treinta capítulos numerados dentro y en el índice, conserva en el úl- timo el título: Geoponía y la división en las cinco partes cita- das. Se conserva igual, el epílogo. Las notas que siguen están precedidas de una letra mayúscula (de A a LL). Algunas in- teresan : La nota E. constituye un trabajo de J. M. Gutiérrez sobre los cultivos en el Delta. La G. otra nota de Gutiérrez, trata de la lengua guaraní. La nota H: "La bella Sulamita" desarrolla alusiones bíblicas contenidas en el texto. El punto I. contiene poesías de J. M. Cervantes. Un Apéndice trae notas de Sarmiento (1865) y Pellegrini sobre el Delta. Otra nota pintoresca se refiere a la domesticación del carpincho. 95 Una edición, la siguiente que es de 1881, dice en el título: "EL TEMPE ARGENTINO/ b/ delta de los ríos Uruguay/ Paraguay y Plata/ con la biografía del autor/ discurso preliminar/ por el Dr. D. Alejandro Magari- ños Cervantes/ seguido de los consejos ce oro sobre la educación (2 tomos). Impi'enta Ostwald. Buenos Aires. 1881. Interesa una traducción al francés del libro: "Le tempé argentine/ traduit en français/ por Mme. V. Caillet Bois/ Corriere de la Plata/ Bs. As. 1889. Nacido en 1808 en Montevideo, Marcos Sastre vivió desde niño en Santa Fe y en Córdoba cuando la situación de la fa- familia se hizo peligrosa en Montevideo. El padre aunque es- pañol, era lo mismo que la madre, un convencido propagador de ideas liberales de independencia. Sastre heredó esa efusión patriótica y un rígido concepto del deber. Toda su obra tras- pira alma en función rectora. Un fervoroso entusiasmo lo lle- va a la educación y la historia pedagógica argentina le debe el primer impulso serio y la visión de un futuro mejor. La acción propedéutica de su literatura, cede pocas veces al fue- go desinteresado y aunque romántico por la sensibilidad, es un clásico por el frenado impulso de sus pasiones y la heroica contención de todos sus actos. Unas páginas que se hallan en los "Apuntes sobre J. M. Gutiérrez" de Urien, lo retratan en rasgos significativos de equilibrio y pudoroso recato: "Con los años, don Marcos Sastre, había adelgaza- do mucho, pero no obstante el peso de los mismos, lla- maba la atención aquel anciano de pelo blanquísimo cu- ya calva dejaba lucir el brillo exterior de la bóveda cra- neana y que, un tanto nervioso, andaba siempre de prisa y sujetándose los pantalones con las manos a la cintura, como si temiese fueran en un descuido, a caéi'seles...". "Era —dice— un espíritu elegante y fino como un ate- niense". (Véase G. Arrili, Retratos a pluma, 1937). 96 Era un hombre de valor probado. Cuando sintió el peli- gro de los avances rosistas fue el primero quizás en estimular los movimientos de resistencia. Se conserva una carta a Eche- verría, instándole a ponerse al frente de la juventud. Aunque en gran parte, la carta no revela sino un propósito de favore- cer ideales de cultura, algunos signos nos indican que se trata de otra cosa. Lo dice asimismo esta afirmación grave que lo responsabiliza ante su amigo: "Yo estoy dispuesto a cumplir con lo que he pro- puesto a Ud. desde el mes entrante; y creo que Ud. no tendrá más obstáculos que la duda sobre el buen éxito de la empresa, y tal vez la duda sobre mi discreción..." Y más adelante: "¿Qué más puedo hacer que obligarme con el más sagrado juramento? Si Ud. conociese mi corazón, todo sería decir y hacer. Pero el tiempo le hará ver a Ud. que en ningún pecho puede haber más ardiente amor a la ciencia y a la patria, que en el mío". Le habla del silencio como "del más seguro garante del buen resultado" y propone el "secreto", para cerrar la carta con estas palabras: "Por lo que a mí toca, jamás se me ha ta- chado de indiscreto". Como sabemos, Rozas clausuró el Salón Literario y el gru- po se constituye en la Asociación de Mayo, núcleo carbonario que actuará •como otra "joven" más: La Joven Argentina. A este aspecto de Marcos Sastre se refiere Palcos cuando es- cribe: "De la librería de Marcos Sastre, la "Joven Argentina" y con ésta el pensamiento de continuar aquel sagrado desper- tar de la nacionalidad". Sastre fue despojado, perseguido, y su casa destruida cuando se refugia en San Fernando. Santa Fe lo acoge con reconocimiento y le confía de inmediato la dirección de la en- señanza primaria. La "Anagnosia" que publica en 1849 es re- sultado de observaciones pacientes y de una ferviente pasión 97 por la niñez escolar. Llega para preceder innúmeras edicio- nes posteriores y después que ha dado planos topográficos, compendios de historia, reglamentos para colegios primarios y secundarios, nociones prácticas para la "cría de las ovejas y refinamiento de lanas" (1837). Y después de haber escrito y publicado para unos pocos, sus Cartas a Jenuaria (1840), testamento y acta de acusación de la tiranía. Siguen, antes de ver la luz "El tempe argentino" (1858) muchos trabajos so- bre educación popular, métodos de lectura, tratados de geo- grafía, de ortografía, cuadernos caligráficos, observaciones so- bre material y construcciones escolares, planos, mapas, etc., y esos "Consejos de oro sobre la educación" que acompañan a la primera salida de "Tempe argentino" como para afirmar una vez más el desvelo por la educación y por el trabajo, que sella casi tedas las páginas de sus "cuadros e impresiones" del Pa- raná.
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