iiimi.: Mercedes Agvll6 y Cobo DOCVMENTOS PARA LA HISTORIA DELA PINTVRA 1 ' w \ \ ESPANOLA X. h V M n: I 9h\ TUBitfA /: MUSEO DEL PRADO 1994 PORTADA: Grabado tomado dcl libro dc Viccntc Carducho "Dialogo^ de la Pintura" (1633) © Musco del Prado NIPO: 304-94-003-2 lSBN:84-87317-27-8 I >eposito Legal: M - 3.734 - 1994 Impnmc: MONTERREINA INDICE Presentacion VII Introduccion IX Siglas utilizadas XIII I. Documentos de caracter biografico 1 II. Documentos varios 141 Indices: 175 1. Onomastico 177 2. Iconografico 205 3. Topografico 220 Digitized by the Internet Archive in 2011 with funding from Boston Library Consortium Member Libraries http://www.archive.org/details/documentosparalaOOagul PROLOGO Directora del Museo Municipal de Madrid durante su mas fecunda y brillante etapa, me resulta diflcil ha- llar un caso que se asemeje, en cuanto capacidad de trabajo y competencia, al de Mercedes Agullo Cobo, cuya vi- da ha estado entregada por completo a la investigacion erudita en archivos y, en general, al estudio y a la divulga- cion de la historia del arte, fundamentalmente espanol, ademas de haber llevado a cabo simultaneamente las labores antes mencionadas como responsable de la direccion de museos, archivos, bibliotecas, hemerotecas y ha- ber sido la promotora de algunas de las mejores exposiciones que se han celebrado en Madrid en la pasada decada de los ochenta. La simple consulta del libro que ahora me honro en prologar —el primer prologo que firmo desde que ac- cedi a la direccion del Museo del Prado y, asimismo, el primer libro que se publica con motivo del programa conmemorativo del 175 aniversario de la institucion— pone de manifiesto por si misma algunas de las cualidades intelectuales y morales de su autora, como esas, que antes he elogiado, de laboriosidad y competencia cientifica, pero tambien esa otra, implicita y no siempre subrayada como debiera, de extremada generosidad. A ella, por tan- to, me quiero referir ahora, pues resulta particularmente raro que alguien se empefie en la labor de desbrozar ar- chivos a la bsqueda de documentos y noticias diversos de artistas y arquitectos espaiioles y, una vez hecho abun- dante acopio de todo ello, lo ofrezca transcrito, en pulcra seleccion ordenada, para que el resto de historiadores del arte y eruditos puedan sacar provecho. Quienes nos hemos dedicado a la investigacion desde la Universidad, tanto a la propia, de nuestro particular interes, como a la direccion de la ajena, sabemos lo crucial que resulta dis- poner de al menos unas cuantas noticias originales, que, en ocasiones, son casi la nica razon de ser de no pocas Tesis Doctorales. En este sentido, se puede afirmar que este libro de Mercedes Agullo que ahora sale a la luz con el sello del Museo del Prado, como otros anteriores —Noticias sobre pintores madrilenos de los siglos XVI y XVII y Mas noticias sobre pintores madrilenos de los siglos XVI al XI 'III— , han sido y seran la razon de ser o el complemento relevante de muchas publicaciones academicas, monografias y catalogos de exposiciones historicas. Por otra parte, una simple ojeada al indice onomastico del presente libro, indice donde se contiene la rela- cion de los artistas cuyo conocimiento documental ahora se ve sustancialmente enriquecido, explica la pertinencia de la participacion del Museo del Prado como editor, ya que, entre ellos, nos encontramos con muchos de los que la institucion posee obras bajo custodia y, por tanto, a los que tiene la obligacin de conocer mas y mejor, di- vulgando a continuacion los progresos que se consigan a este respecto. Ya se que la mayor parte de estos comentarios prologales pueden parecer ciertamente obviedades ante quien tenga ahora entre sus manos el libro de Mercedes Agullo, que se justifica y avalora solo, pero, ademas de considerar oportuno poner algunos enfasis acerca de una labor sacrificada y no siempre reconocida con el debido lustre, ello quiza tambien me pemiita concluir comentando algn detalle significativo sobre la personalidad de su autora, sobre todo, en lo que se refiere a lo que ni los libros, ni los cargos, ni aun los titulos y condecoraciones lo- grados por ella pueden sugerir o inducir indirectamente. Como historiador de arte conocia la importante labor de Mercedes Agullo desde que practicamente empece a dedicarme al estudio de esta materia, pero, desde hace apro- VII ximadamente tres lustros, tuve el privilegio de conocerla personalmente y de que me honrara con su amistad. En este sentido, puedo dar testimonio no solo de como esas cualidades intelectuales y morales que implicita o expli- citamente se pueden deducir de sus obras publicadas estan presentes en su actitud personal toda, sino de su inge- nio vivaz, su cultura verdaderamente enciclopdica, su talento literario, su ibmitada curiosidad, su facundiajovial- mente mordaz, su estimulante y apasionada vitalidad, y, por encima de todo, su entereza moral, de persona cabal, con una independencia de criterio y una libertad de espiritu, jay!, como antiguas... Estas cosas que solo sabemos quienes conocemos personalmente a Mercedes Agullo no son visibles quiza en los libros, pero, ahora que tengo la oportunidad, verdaderamente me complazco en publicarlas, porque, estimado lector, estoy convencido que exph- can como nada el talante intelectual que esta detras de todo: la obra de una vida. Francisco Calvo Serraller Director del Museo del Prado VIII INTRODUCCION Los documentos que integran este volumen vienen a anadirse a los ya publicados anteriormente sobre pintores madrilenos (1). Se ha iniciado la revision de los libros de la parroquia madrilena de Santa Cruz, los del Archivo Municipal de El Puerto de Santa Maria (Padrones y Contribuciones) y Archivo de Protocolos de Jerez de la Frontera, si bien la casi totalidad de los que ahora damos a conocer proceden de los riquisimos fondos del Archivo Historico de Protocolos madrileno, en el que se rene documentacion no solo local sino de todos los puntos de interes artistico de la geografia espanola, ya que en la Corte residian o estaban avecindados los mas importantes y prestigiosos artistas espafioles. Como es habitual, los documentos se transcriben integros en sus elementos esenciales, eliminando las formulas casi siempre innecesarias para este tipo de estudios. No obstante, en algunos casos se da completo, bien por la singularidad de lo tormulario o por la escasez de documentos de algn pintor, casos de Maino o Romulo. Las noticias que aportamos vienen a resolver algunas dudas cronologicas; en otros casos rectifican datos considerados seguros (el caso de Montero de Rojas, asi conocido desde tiempos de Palomino, y cuyo autentico apellido hay que rectificar, atendiendo a su propia firma, como Montero de Rozas); completan biografias muy elementalmente conocidas (las de Lorenzo de Soto o Matias de Irala), pero siempre con las prevenciones necesarias, ya que tan documento era la carta de dote de Soto a favor de su mujer declarando que iba al matrimonio ampliamente dotada (recuerdese el caso de Juan Gomez de Mora, igualmente falseador de la verdad), como su rectificacion al dictar testamento en 1665, aduciendo su escasa edad y respetos familiares. Son de especial interes algunos inventarios como los de Juan Vanderhammen o Francisco Palomino Perez de Castro, hijo de Acisclo Antonio. En el primero, en el que figuran numerosos bodegones, floreros, cestones y guirnaldas —muchos de ellos cahficados de «originales», lo que nos permite suponer que eran de su mano— , se incluye un no muy numeroso pero si selecto conjunto de libros (el «Polifemo» de Gongora, tres obras de Lope: «Los pastores de Belen», «La Circe» y un tomo de «Comedias»; «Don Quijote» y el «Orfeo» del Doctor Montalban entre otros), pero en el no consta sin embargo, mas que una obra relacionada con su arte de pmtor, unas «Advertencias tocantes al Arte de la Pintura», italianas. De su interes por los libros, nos informa el librero del Rey, Alonso de Montalban, a quien se devolvieron algunas de las obras inventariadas, por ser prestamo del mercader de libros. Debemos sefialar tambien en estos documentos relativos a Vanderhammen, aparte de su serie de retratos de medio cuerpo de personajes de la vida literaria de su tiempo: Lope, Gongora, el diestro en armas y autor de un libro de su ciencia, Luis de Narvaez, Valdivielso, etc, que en este volumen aparecen recogidos en el Inventario de pinturas de la Casa-palacio de Morata, como pertenecientes al conde de Altamira en 1753. Senalemos tambien que Vanderhammen contaba con cierto nmero de pequefias laminas de cobre, acabadas y sin acabar, para retratos. Un detalle minimo pero curioso: contaba con «un candil para pintar», lo que inevitablemente nos trae a la memoria las candelillas del sombrero de Goya en su autorretrato de la Academia de Bellas Artes. DetaUado, minucioso y rico es tambien, como hemos indicado, el Inventario y tasacion de los bienes de Francisco Palomino Perez de Castro, hecho en 1730 por su viuda pocos dias despues de la muerte del pintor, y en el que relacionan numerosas obras de su padre. IX En estos dos casos, se ha intentado la identificacion, no siempre facil, de lo resefiado en el Inventario y lo que figura en la tasacion. En cuanto al tema del aprendizaje, se ha tratado en distintas publicaciones. Si es cierto que habitualmente la enseflanza era de pago, pero existian otras muchas variedades en la contratacion. Son numerosos los casos de jovenes de 12 y 14 aflos, que salian de oficiales, habiles y capaces para trabajar como tales con cualquier maestro, entre los 16 y los 18. Los contratos
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