La crónica en Chiapas Una perspectiva del siglo XX bPresencias a b i b l i o t e c a c h i a p a s María Cristina García Cepeda secretaria de cultura Manuel Velasco Coello goBerNador del estado de chiapas Juan Carlos Cal y Mayor Franco director geNeral del coNeculta-chiapas Susana del Pilar Utrilla González coordiNadora operativa técNica Marco Antonio Orozco Zuarth director de puBlicacioNes La crónica en Chiapas : una perspectiva del siglo XX / selección y prólogo de Julio Solís. — Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, México : CONECULTA, Dirección de Publicaciones, 2018. 445 p. ; 28 cm. — (Colección Biblioteca Chiapas. Serie Presencias) ISBN: 978-607-8471-70-6 1. Multiculturalismo — Chiapas. 2. Cronistas chiapanecos — Colecciones. I. Solís, Julio, pról. II. Ser. 928.7275 Dirección de la Red de Bibliotecas © julio césar solís solís, por la selección y prólogo © a los autores, por sus textos D. R. © 2018 Consejo Estatal para las Culturas y las Artes de Chiapas, Boulevard Ángel Albino Corzo 2151, Fracc. San Roque, 29040, Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. [email protected] isBN: 978-607-8471-70-6 impreso y hecho eN méxico La crónica en Chiapas Una perspectiva del siglo XX vx Selección y prólogo julio solís — 2018 — Esta crónica se debe leer con pararrayos. Mientras escribo retozan las enormes nubes tempestuosas, asaltando en tumulto el firmamento. maNuel gutiérrez Nájera vx Presentación los croNistas tieNeN uN papel a veces poco conocido, pero de gran valor para el conocimiento de nuestra cultura. Estudiosos, testigos y hasta protagonistas de importantes sucesos de la comunidad chiapaneca, estampan, en casi todas las dimensiones imaginables, el transcurrir de la vida en nuestro estado. En esta antología quedan consignados sucesos de armas, historias de in- muebles e instituciones, fiestas religiosas, viajes, desastres naturales, platillos tradicionales, hábitos y color de los más diversos puntos de la geografía esta- tal. Asimismo, el multiculturalismo, la lengua, el paisaje y la convivencia con el pasado, característicos de Chiapas, quedan retratados por las más diversas plumas a lo largo del siglo XX. Sin duda, la larga trayectoria del género y su reciente proliferación vuelven obligatoria una obra como ésta, pues aproxima al lector una producción vasta y dispersa, pero de indudable valor documental y creativo que, además, enarbola la identidad y el conocimiento de nuestro estado. La labor emprendida por Julio Solís se suma al trabajo de divulgación (del género y de la cultura local) que desde hace ya varios años realizan los cronistas chiapanecos y, estamos seguros, marcará un hito en dicha encomienda. juaN carlos cal y mayor FraNco Director General | 9 | vx Prólogo ¿Pero qué es la historia de América toda sino una crónica de lo real-maravilloso? alejo carpeNtier la cróNica es uNa recoNstruccióN literaria de la realidad, es decir, además de rela- tar e interpretar hechos reales, utiliza, según sus necesidades expresivas, la retórica y la experimentación literaria. Álvaro Matute, académico de la Universidad Nacional Autónoma de México, comenta que la identidad de la crónica no se encuentra en la reproducción del hecho noticioso, sino en su interpretación.1 Así surge el periodismo literario, un trabajo periodístico que adopta elementos propios de la literatura, o bien, escritos literarios con un propósito informativo. Pero si acaso existiera una diferencia entre crónica y periodismo literario, aunque perio- dismo y literatura se complementen, “se abracen”, sería —para Gonzalo Martín Vivaldi—, la que surge en la confrontación de la objetividad y la subjetividad con que se retratan los hechos, asumiendo, desde luego, la relatividad de estos conceptos.2 Juan Villoro la define como “el ornitorrinco de la prosa”, y también como una encrucijada de dos economías: ficción y reportaje. Sin embargo, aunque la crónica moderna retoma las herramientas de otros géneros literarios, su carga histórica es significativa y constante. Las antiguas culturas de Egipto o China ya poseían a destacados personajes que se dedi- caban a “preservar la memoria”. En esta última, por ejemplo, podemos identificar al sabio Confucio (551-479 a. C.), quien, en Los anales de primavera y otoño, captura el reinado de los doce duques del Estado Lu; es decir, el periodo histórico comprendido entre 722 y 481 a. C. Sima Qian (145-90 a. C.), cuyas investigaciones fueron importantes para la construcción de la mitología China, es otro nombre destacado; se trata del gran cronista de la China antigua, cuyos trabajos se remontan hasta la época de esplendor del emperador Amarillo (Memorias históricas es el título que recopila estos escritos). 1 Álvaro Matute, “Crónica: historia o literatura”, Historia Mexicana, tomo XLVI, núm. 4, México, Colmex, 1996, p. 711. 2 Gonzálo Martín Vivaldi, Géneros periodísticos. Reportaje, crónica, artículo. Análisis diferencial, España, Paninfo, 1998, p. 249. | 11 | la cróNica eN chiapas Por otra parte, en Grecia, está Herodoto (484-426 a. C.), “el historiador viajero”, considera- do padre de la ciencia histórica y de la crónica. En el Pentateuco, así como en los libros de los profetas mayores y menores, y desde lue- go, en los libros de Crónicas, además de los evangelios y las epístolas, tenemos un ejemplo magnífico de historicidad y literatura. Amatus de Montecassino (1010-1090), Guillermo de Apulia (siglo XI) y Goffredo Malaterra (siglo XI), son nombres de alta estima para la literatura italo-normanda debido a sus crónicas, las cuales incorporaban la mitología y las tradiciones de su cultura desde el año 1080 a. C. Obviamente, Rustichello de Pisa, quien redactó, en 1298 aproximadamente, y a partir de la oralidad, Los viajes de Marco Polo. Otros cronistas que destacan en la historia de la humanidad son Abu Zeid, árabe del siglo IX, quien escribió Cadena de las crónicas; Charles Marie de La Condamine (1701-1774), autor de la Relación abreviada de un viaje hecho por el interior de la América Meridional desde la costa del Mar del Sur hasta las costas del Brasil y de la Guayana siguiendo el curso del río de las Amazonas. También: Saga de los groenlandeses y Saga de Erik el Rojo, obras donde se aborda la presencia de los vikingos en América cinco siglos antes de la llegada de Colón. San Isidoro de Sevilla (556-636), en España, será el primer gran enciclopedista de la Europa medieval. Además fue el primer europeo en crear un diccionario, y su obra, Historia de los Godos, Vándalos y Suevos, es considerada la mejor referencia en torno a la cultura visigoda, sin olvidar La Hispania; además de epístolas eclesiásticas y pontificias; y por supuesto sus Etimologías, que fue de los libros más impresos durante el transcurso de la Edad Media. No es de extrañar su influencia sobre los cronistas europeos que hablarán del nuevo mundo. * * * Lo mencionó Humboldt: “La emoción auténtica de las maravillas del Nuevo Mundo se da más en la crónica”.3 Durante el periodo de la Conquista y, posteriormente, el de la Colonia, las crónicas, epístolas, cartas de relación, etcétera, escritas por viajeros, militares, clérigos e intelectuales que llegaron al continente americano, revelaron las maravillas del nuevo mundo a Europa, y aunque hay quienes en sus textos barbarizan la cultura americana, hay también quienes, mostrarán una visión mucho más objetiva. Así, en América —dice Álvaro Matute, en “Crónica: historia o literatura”—, la crónica partirá historizando.4 La Historia general de los hechos de los Castellanos en las Islas y Tierra Firme del mar Océa- no que llaman Indias Occidentales, obra del célebre Antonio de Herrera Tordesillas (1549- 1626), cronista mayor (figura creada por FernandoII de Aragón en el año de 1495) de Felipe II y Felipe III, publicada en 1602, es el canon de la crónica y la historiografía indiana, pero anterior 3 Carlos Monsiváis, A ustedes les consta, México, Era, 1980, p. 16. 4 Matute, op. cit., p. 714. | 12 | uNa perspectiva del siglo XX a esto podemos encontrar testimonios cronísticos en las cartas de relación de Américo Ves- pucio (1454-1512) o de Cristóbal Colón (1451-1506), así como las de Hernán Cortés (1485-1547), donde se narran de manera cronológica los sucesos que tuvieron que ver con la expedición y la conquista; y las actas expedicionarias de Juan de Grijalva (1490-1527), que son considera- das, por su estilística y por su contenido informativo, crónicas pioneras. Por supuesto, un sitio principal ocupan los cronistas de las Indias, que junto a los cronistas de Aragón, fueron instituciones decanas en el estudio y construcción de la crónica, creadas, de acuerdo a Alfonso Reyes, a iniciativa de Carlos I de España y V, del Sacro Imperio Romano Germánico. Reyes comenta que el cronista de Indias fue un puesto o un cargo otorgado por la Corona, en donde la Real Academia de Historia delegó sus funciones. Estos nombramientos estuvieron vigentes hasta mediados del siglo XVIII.5 Algunos de los nombres más notables entre los cronistas de las Indias son: Bernardino de Sahagún, con su Historia general de las cosas de la Nueva España; Francisco López de Gómara, Gonzalo Fernández de Oviedo, Bernal Díaz del Castillo y su Historia verdadera de la conquista de la Nueva España; Pedro Mártir de Anglería, iniciador del relato etnográfico; Diego Durán, Álvar Núñez Cabeza de Vaca, Francisco Ximénez, famoso por el rescate y la traducción del Popol Vuh, Pedro Cieza de León, quien escribió la Crónica del Perú; Antonio de Solís, entre otros. Miguel León Portilla comenta que, en Mesoamérica, la cultura maya y la náhuatl son las que mayor testimonio dejaron con respecto a la Conquista, puesto que ambas culturas contaban con un elaborado sistema de documentación que comprendía la escritura y la propagación oral.6 Así, algunos cronistas encontrarán una fuente inagotable de información en la tradición oral de los indígenas y en las crónicas que habían sido descubiertas por los investigadores, por ejemplo, la crónica de Chac-Xulub-Chen, del historiador de origen maya Nakuk Pech, que data del 1562.
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