Libro Argentino Luna

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El negro de Madariaga ARGENTINO LUNA 1 ARGENTINO LUNA El negro de Madariaga Intendente Municipal Dr. Carlos Esteban Santoro Secretaria de Cultura, Turismo y Educación María de Carmen Torres Carbonell Directora de Museos Lic. Luciana Balbín Este libro es una publicación de la Dirección de Museos dependiente de la Secretaría de Cultura, Turismo y Educación de la Municipalidad de Gral. Juan Madariaga, realizado en adhesión a la Semana de Argentino Luna 2017. Investigación histórica, recopilación, entrevistas y guión: Museo Histórico del Tuyú Diseño y diagramación: Luis Ríos 2 El negro de Madariaga ARGENTINO LUNA 3 ARGENTINO LUNA El negro de Madariaga Índice Su infancia, Madariaga 6 “Se acuerda Doña Esperanza” 8 Villa Gesell 10 “Villa Gesell del recuerdo” 12 “Carrito arenero” 13 Los inicios 15 Nace Argentino Luna 18 “Con guitarra prestada canta…” 19 “Zamba para decir adiós” 20 Discografía 26 Madariaga, su pago 33 “Pa´lTuyú” 35 “Ando por la huella” 40 4 El negro de Madariaga ARGENTINO LUNA “Vengo desde la entrañas mismas de mi pueblo, de este pueblo profundo y since- ro, que me sangra desde niño en los rostros curtidos de sus hombres y mujeres. Sí; desde allí partí alguna vez, no recuerdo si fue cuando vi a mi padre enhorque- tarse a su caballo o a mi madre dándole mamar al ternero guacho del puesto de la estancia en la que nací. Sí… desde allí partí alguna vez, porque fue allí donde me encontré con ésta, mi voz, que me sirve para llegar a ti con este orgullo que me quema la sangre y con este deseo tremendo de contarte –con canciones y poemas- este inmenso mundo que tengo hoy ante mis ojos”. (Con guitarra prestada canta…Argentino Luna, 1968) 5 ARGENTINO LUNA El negro de Madariaga Su infancia… Madariaga “Corría el año 1941, cuando un 21 de junio, a pleno invierno, se me dio por llegar a la vida. Mi madre, Esperanza Castañares y mi padre, Juan Lino Giménez, habían decidido que tenía que nacer y así sucedió. Mi niñez transcu- rre tranquila y feliz, a campo abierto, mis padres campesinos. Gente sencilla, gente de campo, nos criaron con la virtud que da la pobreza; camisa zurcida pero limpita. Tirado panza arriba, acariciando la pampa con mis manos niñas y bajo la celeste techumbre del cielo, me gas- taba los días mirando el vuelo de los pájaros y escuchando el profundo silencio de la campi- ña bonaerense, el canto de los grillos, el grito de los teros, el mugir de las vacas, el relincho de los baguales, y el torear de los perros, mis amigos prime- ros e inolvidables. Así de simple y cristalina fue mi niñez de muchachi- to campesino” alambrador, esquilador, resero, peón rural. Su madre, cocinera y mujer (Extraído de www.gauchocantor.com.ar - Pá- de campo. Ambos le dieron una vida gina Web de Argentino Luna – Octubre de 2007) rural rica en enseñanzas, cuyos olores, colores y sabores quedaron Rodolfo Giménez nació en La Es- para siempre en sus sentidos. Fue el tancia La Florida de General Mada- tercero entre cinco hermanos: Mario riaga, antiguos pagos del Tuyú. Su y Ramón, los mayores, Julio y Lino, padre tuvo varios oficios: carrero, los menores. 6 El negro de Madariaga ARGENTINO LUNA Lugar natal Estancia La Florida, General Madariaga. Casa de Doña Petrona, abuela ma- terna. En ella vivió junto a su ma- dre y herma- nos. Nicaragua 653, Barrio Bel- grano, General Madariaga. Casa de la Calle Arias 841, General Madariaga, en ella vivió en su juventud. 7 ARGENTINO LUNA El negro de Madariaga “En este lugar (Madariaga) fui parido alguna vez por una mujer que se llama Esperanza Castañares, que para poner su nombre tardaba medio día, pero para quererte tardaba dos segundos, para respetarte y cuidarte, para tenderte un plato de guiso sobre la mesa en un mantel limpio, en un patio de tierra pero bienbarrido, en una camisa vieja pero bien zurcida, pobre pero bien lavada.” Extracto del discurso al recibir la distinción Paul Harris entregada por el Rotary Club de Gral. Madariaga, año 2010. De tanto ganar camino Se acuerda Doña Ya me estoy volviendo ausencia Cuando más lejos me voy más me Esperanza duele la querencia De tanto ganar camino (Milonga corralera, 1979) Ya me estoy volviendo ausencia “Qué puedo contarle yo que usted no Se acuerda Doña Esperanza de su sepa señora, hijo el soñador Si usted ya es tiempo en el tiempo y Se enamoró de un poema ese que yo apenas soy aurora usted le enseñó (...) Qué puedo contarle yo que usted no sepa señora… Se acuerda Doña Esperanza Cuando niño y sin guitarra Usted es la huella larga que reco- A mí me sobraban cuerdas rro desde niño pa´cantarle y pa´nombrarla.” Florcita que no he cortado porque me alegra el camino (...) Qué puedo contarle yo que no hayan visto sus ojos, Si yo soy sangre en su sangre Porque ese ha sido su antojo Qué puedo contarle yo que no hayan visto sus ojos, 8 El negro de Madariaga ARGENTINO LUNA Escuela San Martín. Escuela San Martín de General Madariaga, a ella asistió de niño. “Una vez leí de un poeta que decía En Gesell fue ‘Yo pertenezco al país de mi infancia, a la Escuela ese es mi verdadero territorio’. Y el N° 1. territorio de mi infancia pasó por aquí, alguna vez niño, por este patio de tierra, por estos montes de tala, por este silencio, por el canto de los pájaros, por ese misterio que tiene ve- nir a la escuela con un guardapolvito sencillito, humilde. Porque yo vivía a pocas cuadras de esta escuela en un ranchito, ahí vivía con mi madre, con mis hermanos, con mis perros, con mis pájaros, con mi asombro, con Escuela mis miedos, con el nacimiento, con N° 1 de el principio de las cosas. Los prime- Villa Ge- ros olores, los primeros sabores, los sell. primeros colores, los primeros cielos. Yo creo que todo eso conformó una ac- Escuela N° titud en el espíritu de un niño campe- 3 San Martín sino que quería andar asombrado por de Gral. Ma- las calles del mundo, y confieso que dariaga. pasado el tiempo y de barba blanca, sigo recorriendo aquel niño, aquel territorio y siempre regreso a aquellos olores, aquellos colores, y a aquellos sabores. Porque como decía un poeta ‘siempre que me fui de mi pago fue para volver mejor’.” (Entrevista en el Programa Ecos de mi tierra, año 2008) 9 ARGENTINO LUNA El negro de Madariaga Carro arenero de su padre, en Gesell. Villa Gesell “Un día conocí el mar, la otra pampa, pampa azul y en movimiento. Mis padres se fueron a peonar a Villa Gesell, y yo, ya adolescente, trabajaba en distintos menesteres”. (Extraído de www.gauchocantor.com.ar - Página Web de Argentino Luna – Octubre de 2007) “Papá era un paisano de Madariaga, fue, mamá fue de cocinera en un un hombre de a caballo, acostumbra- campamento con 60 o 70 personas. do a los establecimientos rurales, a Había ocho casas cuando fuimos y las estancias, alambrador, esquila- mucho viento, mucha arena, todo lo dor, domador, recorredor de los cam- que comíamos era con arena. Papá pos. Una vez toma un tren que iba marcaba una raya con el pie por en- de Juancho a Madariaga, y se sienta tre los médanos y por detrás iban los al lado de un señor que iba en el peones, correntinos, catamarqueños, tren, y papá era muy conversador y entrerrianos, iban poniendo semi- empezó a hablar con el señor hacen llas de pinos, uña de león. El viento un pacto, le dijo ‘lo espero en la villa, hacía desastres y nuevamente ponía en mi villa, tengo gente trabajando y semillas hasta que un día prendían”. voy a tener más gente y quiero que usted sea el capataz, el mayordomo’. Entrevista de Luis Landriscina. https://www. Ese señor era Carlos Gesell. Y así youtube.com/watch?v=a0wwczieC_w 10 El negro de Madariaga ARGENTINO LUNA En ese lugar (Villa Gesell), rodeado fotógrafo alemán que retrataba a los de médanos y llanura, continuó sus veraneantes que, como adelantados, estudios primarios, iniciados en empezaban a descubrir los encantos Madariaga, mientras ayudaba a su de la Villa. Empezó como un simple padre a sacar arena con un carrito. ayudante, encuadraba las fotos, las Con el tiempo empezó a trabajar en guillotinaba y atendía a los clien- la construcción como peón de alba- tes. Más no pasó mucho tiempo y se ñil, luego trabajó en una farmacia. sintió atrapado por el misterio de Tendría 14 ó 15 años y descubrió la fotografía y el laboratorista, un una de sus vocaciones, la fotogra- japonés, lo inició en los misterios del fía, cuando pasó a trabajar con un cuarto oscuro. En la casa de foto- grafía, a los 18 años. 11 ARGENTINO LUNA El negro de Madariaga Villa Gesell del recuerdo (canción) “A la playa del recuerdo hoy he vuelto solitario a encontrarme con el niño que dejé cuando partí (…) Ni la playa me conoce Este cielo no es mi cielo y las olas cuando rompen ya no cantan para mí. Caminando por la arena se me agolpan los recuerdos y no puedo hallar la playa donde un día fui feliz” 12 El negro de Madariaga ARGENTINO LUNA “Y en el ‘tome y traiga’ que me dio la vida, yo bebí la caña de la realidad”. (Ando por la huella, 1977) Cada palada de arena Carrito arenero era un himno de esperanza (Milonga, 1971) palabra que por ser buena el pobre nunca la alcanza. “Silbando de madrugada ¿Cuántos viajes van Ramón? apenas cantaba el gallo ¡Van como doce papá! mi padre se levantaba y como contestación a darle agua a los caballos.

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