Teodosio Fernández Catedrático de literatura hispanoamericana en la Universidad Autónoma de Madrid. Su acti­ vidad docente e investigadora se ha centrado fundamentalmente en la literatura latinoame­ ricana en lengua española, con atención especial a su significación en los procesos políticos y culturales de los siglos XIX y XX. Entre sus publicaciones se cuentan: El teatro chileno contemporáneo (1941-1973) (1982), La poesía hispanoamericana en el siglo XX (1987), La poesía hispanoamericana hasta el fina! del modernismo (1989), Los géneros PABLO NERUDA, ensayísticos hispanoamericanos (1990) y Literatura hispanoamericana: sociedad y cul­ tura (1998). Ha editado Amalia de José Már­ mol (1984), Huasipungo de Jorge Icaza POESÍA Y POLÍTICA (1994), y Garduña de Manuel Zcno Gandía (1996), así como el volumen Teoría y crítica TEODOSIO FERNÁNDEZ literaria de la emancipación hispanoamerica­ na (1997). I Sin ignorar las inquietudes iniciales que México. Las orientó también el Partido Confieso que he vivido. Memo­ Pablo Neruda alentó en Térmico y Santiago Comunista de Chile, que le mostró su solida­ rias, Barcelona, Seix Barral, 1974, pág. 371. Para evitar —«yo me sumé de inmediato a la ideología ridad y su apoyo en ocasiones señaladas: notas innecesarias, tras cada anarcosindicalista estudiantil», recordará al cuando sufrió la agresión de algunos nazis en cita de este libro aparecerán en evocar la vida literaria de su juventud1—, sin Cuernavaca, el 21 de diciembre de 1941, y adelante las siglas CV, seguidas de la página correspondiente. duda la guerra civil española resultó decisiva cuando tuvo problemas en el Consulado por para el desarrollo de sus preocupaciones polí­ la «Dura elegía» que el 18 de junio de 1943 ticas. Desde España en el corazón (1937) has­ había leído en los funerales de la madre de Véase Discursos parlamentarios de Pablo Neruda {1945-1948), ta Incitación al nixonicidio y alabanza de la Luis Carlos Prestes, un ataque contra Getulio edición de Leónidas Aguirre Sil­ revolución chilena (1973) había de ofrecer una Vargas, presidente del Brasil, que provocó va, prólogo de Volodia Teitel- producción literaria que difícilmente puede una reclamación de la cancillería brasileña boim e introducción de Abraham Quezada Vergara, entenderse al margen de las circunstancias de ante el gobierno chileno. De los comunistas Santiago de Chile, 1 997, págs. cada momento, incluso cuando parece total­ partió también la invitación a figurar en la lis­ 298-299. En adelante las citas mente ajena a ellas. Algunas han sido ya sufi­ ta de candidatos parlamentarios por la Coali­ de este volumen aparecerán seguidas de las siglas DP y el cientemente comentadas, pero otras quizá ción Progresista Nacional. Consecuente con número de la página correspon­ merecen análisis que ayuden a precisar mejor los planteamientos del partido, desde que fue diente. la significación de su poesía y del proceso que proclamado senador, el 13 de mayo de 1945, siguió. La publicación reciente de sus discur­ Neftalí Ricardo Reyes Basoalto —su seudó­ sos parlamentarios invita a volver sobre ese nimo no ingresó de inmediato en el Boletín de período, que para él supuso la etapa de mayor Sesiones— desarrollaría una notable actividad dedicación a la actividad política en sentido parlamentaria en la que se mantuvieron cons­ estricto. Se inició con la campaña que lo llevó tantes su preocupación por las clases popula­ a ser elegido senador el 4 de marzo de 1945, res chilenas —sobre todo por las masas por la Primera Circunscripción Provincial de obreras del norte del país, que lo habían ele­ Tarapacá y Antofagasta. Concluiría el 28 de gido—, su defensa de la Unión Soviética y de mayo de 1950, cuando Radomiro Tomic las relaciones con los países socialistas, y su Romero fue elegido para cubrir la vacante atención a los acontecimientos que afectaban dejada por Neruda «por haberse ausentado a una Latinoamérica torturada entonces por del territorio de la República»2. Higinio Morínigo en Paraguay, por Rafael El 8 de julio de 1945, en un acto celebrado Leónidas Trujillo en la República Dominica­ en el Teatro Caupolicán de Santiago, el poeta na, por Tiburcio Carias en Honduras, por formalizó su ingreso en el Partido Comunis­ Juan Domingo Perón en Argentina. Cabe ta, a la vez que lo hacían el músico Armando suponer que se sintió especialmente cómodo Carvajal y los escritores Nicomedes Guzmán, al abordar algún tema de carácter cultural, Francisco Coloane y Ángel Cruchaga. Ya en sobre todo al celebrar el 20 de noviembre de Madrid había descubierto en los comunistas 1945 el Premio Nobel concedido a Gabriela la única fuerza organizada para luchar contra Mistral. el fascismo, y sus preferencias se fueron pre­ Pablo Neruda, poesía y política La actuación parlamentaria de Neruda no TEODOSIO FERNÁNDEZ cisando durante su estancia como cónsul en tardó en resultar conflictiva. El poeta empezó a mostrarse polémico cuando en junio de traición política de un presidente elegido por 1946 reprochó al gobierno la persecución ini­ el pueblo»3. No hacía sino reiterar las denun­ «La crisis democrática de Chile es una advertencia dramática ciada contra el republicano español Antonio cias que había hecho ante el Senado de su país, para nuestro continente», en Aparicio. Por otra parte, la muerte del presi­ pero González Videla pidió a los Tribunales Pablo Neruda, Para nacer he dente Juan Antonio Ríos, en julio de ese año, de Justicia su desafuero como senador. Aun­ nacido, Barcelona, Seix Barral, 1978, págs. 287-311 (287). hizo que entrase decididamente en su vida que ya el 23 de diciembre Neruda se defendió Gabriel González Videla, del Partido Radical, de las acusaciones de antipatriotismo o de cuya campaña para la presidencia apoyó traición al país —«Chile no es el Excelentísi­ El 2 de ¡unió de 1 948 el Senado mantuvo su derecho a percibir la como miembro del Partido Comunista y en mo señor González Videla» (DP, 228), pudo dieta de senador, aunque estu­ calidad de Jefe Nacional del Comité de Pro­ resumir—, su respuesta fue otro célebre "Yo viese desaforado, y durante paganda. Compartieron el triunfo electoral el acuso" el 6 de enero de 1948, discurso en que algún tiempo se lo consideró ausente con permiso oficial (DC, 4 de septiembre de 1946, pero en junio de el presidente resultó culpable de hacer de 291,297-298). 1947, cuando González Videla responsabilizó Chile un país con centenares de presos políti­ al Partido Comunista de una huelga de los cos, con los trabajadores condenados a la Véase su aprovechamiento de conductores y cobradores de autobuses, cesantía y a la miseria, con la prensa y la radio Marx y Engels al defender los Neruda le recordó que había llegado al poder censuradas, con relaciones exteriores frivolas derechos políticos de la mujer con apoyo de las fuerzas democráticas, entre e inconsecuentes, y supeditado por completo (10 de diciembre de 1946) en las que se habían contado los militantes a los intereses políticos y económicos nortea­ DP, 104-114. comunistas, y exigió el cumplimiento de sus mericanos. El 3 de febrero la Corte Suprema promesas electorales. «Fue amado como aprobaba su desafuero, acusado de proferir pocos mandatarios antes de él y despreciado, injurias contra el presidente del país en perió­ cuando traicionó a su pueblo, como ninguno» dicos extranjeros, y el 5 los tribunales de jus­ (DC, 159), declaraba refiriéndose al derroca­ ticia procedieron a ordenar su detención. Así do presidente del Ecuador, José María Velas- iniciaba Neruda el período de clandestinidad co Ibarra, el 26 de agosto de 1947. «Del que se prolongó hasta febrero de 1949, cuan­ Ecuador, país hermano que tanto admiró do cruzó la frontera en la zona de los lagos nuestra democracia popular y nuestras insti­ para irse al exilio4. tuciones, nos llega esta lección política, profé- La actividades parlamentarias de Neruda tica y profunda» (DC, 160), añadía, para dejar constituyen un testimonio elocuente de la claro que pensaba en la situación política chi­ sinceridad de su compromiso político, de la lena. Su ruptura definitiva con González pasión con que lo asumió e incluso de los Videla llegó con la huelga del carbón que esfuerzos que hizo para hacer suya la doctri­ afectó a Lota, Coronel y otros centros mine­ na del Partido Comunista5. Esa entrega deter­ ros, y que el 4 de octubre alcanzó su momen­ minó en buena medida el rumbo de su poesía, to más tenso. González Videla había iniciado que no dejó de ser profundamente personal. la persecución del Partido Comunista, al que «Creo que tanto Residencia en la tierra, libro trató de eliminar de la escena política nacio­ sombrío y esencial dentro de mi obra, como nal, a la vez que rompía relaciones con la Las uvas y el viento, libro de grandes espacios Unión Soviética, Yugoslavia y Checoslova­ y mucha luz, tienen derecho a existir en algu­ quia. na parte» (CV, 405), reclamaría el poeta, muy El 14 de octubre Neruda atacó directa­ consciente de la oposición que se veía entre su mente al presidente, al que acusaba de haber poesía residenciaría (con sus consecuencias traicionado a sus electores y de impedir la posteriores) y su poesía política, destinataria solución de la huelga del carbón, y contribu­ esta última de la mayor parte de las críticas yó a que la tensión se acentuara aún más adversas. No era menos auténtico o sincero cuando El Nacional de Caracas publicó el 27 ahora que hablaba de los demás que cuando de noviembre su "Carta íntima para millones había hablado de sí mismo. Es más, en Canto de hombres", reproducida también en El general habló sobre todo de sí mismo y de Popular de México y quizá en algún otro la experiencia política que había vivido. periódico latinoamericano. Trataba de infor­ «Si quisiera injuriar al Presidente de la Repú­ mar a sus amigos del continente sobre la blica, lo haría dentro de mi obra literaria.
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