ARMHA. Mapa de Fosas de Aragón 2 Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Aragón Zaragoza 2007 Redacción: Luis Antonio Palacio Pilacés Maquetación: Teresa Grasa Sancho ARMHA. Mapa de Fosas de Aragón 3 ÍNDICE Introducción 4 Comarcas: Aranda 11 Bajo Aragón 23 Bajo Martín 25 Campo de Belchite 26 Campo de Borja 44 Campo de Cariñena 60 Campo de Daroca 71 Cinca Medio 91 Cinco Villas 92 Las tumbas perdidas del maquis y de los huidos 121 Comunidad de Calatayud 122 Comunidad de Teruel 124 D.C. Zaragoza 138 Hoya de Huesca 159 Jiloca 184 La Litera 201 Los Monegros 209 Rivera Alta del Ebro 218 Rivera Baja del Ebro 229 Sierra de Albarracín 233 Tarazona y el Moncayo 265 Valdejalón 276 Listado de pueblos visitados 292 Bibliografía 295 ARMHA. Mapa de Fosas de Aragón 4 INTRODUCCIÓN Zona cubierta por nuestra investigación El área cubierta en esta primera fase de la investigación comprende un total de 345 localidades, pertenecientes a algo menos de tres centenares de municipios, o, lo que es lo mismo, en torno al 38% de los municipios aragoneses. Once comarcas aragonesas han sido rastreadas en su totalidad y otras diez parcialmente, si bien entre éstas últimas hay grandes diferencias por lo que respecta al grado de extensión de la investigación en marcha. Nuestro estudio comprende desde ciudades como Zaragoza o Huesca a localidades hoy en día deshabitadas como Cañigrar. El grueso de la investigación se ha llevado a cabo en la zona de Aragón que quedó desde los primeros momentos en manos de los sublevados, con la notable excepción de la comarca de La Litera y de algunos municipios de Monegros y del Bajo Aragón que quedaron en zona republicana y que fueron bastante castigados por la represión leal. Fiabilidad de la investigación El grado de fiabilidad del trabajo, en nuestra opinión es alto, si bien a estas alturas es sobradamente conocido lo imprecisas que suelen ser éste tipo de informaciones. La escasez de presupuesto y la gran amplitud del territorio a cubrir nos impidieron profundizar en algunos lugares todo lo que hubiera sido deseable. Tampoco faltaron los lugares en los que la existencia de contactos previos facilitó las cosas y nos permitió economizar tiempo y esfuerzo. Dicho lo anterior, el grado de valor científico de éste estudio es nulo. Creer o no creer en los testimonios e informaciones proporcionadas por los vecinos de los pueblos visitados se reduce, en última instancia, a una cuestión de fe en el género humano. Hilando fino, podría decirse que incluso en los lugares dignificados por medio de monumentos conmemorativos sería imposible constatar que los cuerpos de las personas desaparecidas se encuentran allí sin antes abrir las tumbas. Recientes en el tiempo están los casos de Singra o Aluenda, en los que fosas supuestamente bien localizadas han resultado estar vacías o no contener los cuerpos de las personas que se suponía inhumadas allí. Esta constatación no resta credibilidad a lo anteriormente dicho: el grado de fiabilidad del trabajo, con sus posibles errores o deficiencias, es, a nuestro juicio, aceptablemente alto. En el intervalo de tiempo que nos ha llevado la elaboración del trabajo se han producido cambios en varios de los lugares incluidos en estas páginas. Concretamente, han sido excavadas las fosas de Singra, Tierga, e Illueca, con resultados diversos que se harán constar en cualquier posible trabajo posterior. En cuatro municipios mencionados en el estudio, concretamente en Gotor, Sofuentes, Biota y Sádaba, nos han llegado informaciones a priori fiables que nos hacen creer en la existencia de fosas no detectadas en esta ocasión y que deberán ser investigadas en el futuro. ARMHA. Mapa de Fosas de Aragón 5 Metodología de la investigación Las fichas que presentamos aquí son extremadamente sencillas. Comprenden básicamente las coordenadas UTM de cada lugar de enterramiento, en su punto exacto cuando éste es conocido o con la mayor aproximación posible cuando la localización es dudosa, una o varias fotografías del lugar y una escueta reseña referente a determinadas circunstancias de la fosa, lógicamente distintas en cada uno de los casos. El método elegido para nuestra investigación ha sido el oral, y para ello se ha interpelado con distinto grado de profundidad a vecinos de más de 300 localidades. Muy a menudo a más de una persona en cada población. Siempre que las primeras respuestas eran negativas se insistía con otros individuos, hasta sentirnos bastante seguros de que la información recogida respondía a la realidad y a las necesidades de nuestra investigación. Desde luego, no estamos en disposición de poder asegurar rotundamente que en todos los casos nuestras conclusiones hayan sido acertadas, por lo que no puede descartarse que en algunos pueblos en los que supuestamente no hay fosas esos enterramientos existan realmente. ARMHA. Mapa de Fosas de Aragón 6 ¿Por qué un trabajo de investigación oral? La pregunta que planteamos aquí tiene una respuesta extremadamente sencilla: porque ese es el único método de investigación que en lo referente a la localización de fosas ofrece unas mínimas garantías de obtener resultados razonables. En contra de la opinión más extendida entre los ciudadanos, es prácticamente imposible encontrar un solo ayuntamiento en el que se conserve algún tipo de documentación al respecto. Únicamente es factible localizar algún documento relacionado con las fosas de la Guerra Civil en las comunicaciones extendidas por algunos ayuntamientos aragoneses con motivo del traslado selectivo de restos humanos hacia el Valle de los Caídos a finales de la década de los cincuenta. Pero aún en esos casos no suelen localizar con exactitud el paradero concreto de las fosas, más allá de vagas indicaciones al respecto. Por lo que respecta a otros archivos, en ninguna de las fuentes habitualmente más utilizadas en relación con nuestro conflicto civil aparece jamás la menor mención a la localización de las fosas. Ni los archivos militares, ni los de las prisiones provinciales, ni los del Tribunal de Responsabilidades Políticas ni otros igualmente importantes, resultan útiles para un trabajo de estas características. A través de esas fuentes, ampliamente consultadas en los últimos años por los miembros de nuestra Asociación, puede llegar a confirmarse el asesinato de algunas personas; incluso en casos concretos puede llegar a conocerse el término o la partida de terreno en la que perdieron la vida. Sin embargo, lo cierto es que ni una sola vez se ha podido localizar el punto exacto en el que se localiza una sepultura por medio de ese tipo de fuentes oficiales. Respecto a otro tipo de fuentes escritas, apenas un puñado de autores describen verdaderamente en sus obras el lugar en el que se encuentran las tumbas, y cuando lo hacen, por lo general se trata de obras que hacen referencia a localidades concretas, lo cual es una gran ayuda para el estudio de ese municipio, pero su utilidad para el estudio global resulta sólo relativa. A fin de cuentas, se trata de un trabajo en el que hay que investigar, literalmente, cientos de pueblos. Dado lo anterior, es fácil deducir, y la experiencia de varios años así nos lo demuestra, que la única forma verdaderamente eficaz de localizar las tumbas de la época de la Guerra Civil, aún asumiendo que de ningún modo ofrece garantías de fiabilidad absoluta, es preguntar a los testigos de la época en cada una de las localidades visitadas. ARMHA. Mapa de Fosas de Aragón 7 Inconvenientes de una investigación oral sobre el terreno Aleatoriedad del material humano. Los posibles inconvenientes de una investigación de tipo oral desarrollada con personas desconocidas contactadas al azar resultan evidentes, empezando por la imposibilidad de saber, en primera instancia, el grado de fiabilidad del individuo elegido. Algunas personas tienen un grado de conocimiento de la realidad de los hechos muy superior a otras; la capacidad memorística, por otra parte, es muy dispar entre unos ancianos y otros; el grado de buena voluntad, por último, también difiere grandemente entre unas y otras personas. Subjetividad en relación al objeto de estudio. A nadie se le escapa que aún a estas alturas investigar en nuestro país sobre la Guerra Civil sigue siendo muy distinto, por desgracia, a investigar sobre otros periodos históricos. Setenta años después de los hechos, cuando se habla de aquel conflicto la gente sigue modificando sus testimonios y sus conductas en función de su experiencia personal o sus propias creencias políticas. Eso implica un problema añadido y, a veces, una considerable pérdida de tiempo para el investigador; en no pocas ocasiones ha sido necesario verificar los datos con nuevos testimonios, particularmente en los pueblos en los que se informaba de la no existencia de fosas, datos que a la postre resultaron ser falsos y malintencionados. Tampoco han faltado, ni muchísimo menos, las personas que se niegan categóricamente a hablar del tema o que fingen desconocer extremos de la historia de sus pueblos que bajo ningún concepto pueden haber desconocido. Dificultad añadida de las características específicas de la represión. A menudo los vecinos de un pueblo desconocen sinceramente que en sus términos municipales existe alguna fosa, por la simple razón de que las víctimas fueron trasladadas allí desde otros lugares, algo que no se descubre hasta llegar a esa segunda localidad. Esa movilidad en la represión no ha supuesto mayor problema en la mayor parte de los lugares visitados, pero sí en algunos, a los que hubo que retornar en una segunda ocasión acompañado por personas procedentes de la localidad de la que procedían las víctimas. Eso, qué duda cabe, ha supuesto una pérdida de tiempo y de esfuerzo. Idiosincrasia particular de algunas poblaciones. Aunque a priori pueda parecer absurdo, lo cierto es que cuando se recorren varios cientos de pueblos se puede deducir sin riesgo a errar que es muy distinto trabajar en algunas áreas o en otras no demasiado lejanas.
Details
-
File Typepdf
-
Upload Time-
-
Content LanguagesEnglish
-
Upload UserAnonymous/Not logged-in
-
File Pages285 Page
-
File Size-