ESTUDIO LA UNIDAD POPULAR Y EL GOLPE MILITAR EN CHILE: PERCEPCIONES Y ANÁLISIS SOVIÉTICOS* Olga Uliánova En este trabajo se analizan, en base a documentos de la ex URSS y testimonios recogidos en entrevistas, las percepciones soviéticas del proceso de la Unidad Popular y del golpe militar en Chile. Asimis- mo, se examina la evaluación que se hace en la URSS de las causas de la derrota de la Unidad Popular (UP) y el posterior apoyo brinda- do por la URSS al Partido Comunista y al Partido Socialista chilenos en su “rebelión popular” contra el régimen militar. Los documentos ponen de relieve las interrogantes que, desde la llegada de Salvador Allende al poder, suscita en la URSS el primer intento de materialización del postulado soviético de la revolución por “vía pacífica”. Por otro lado, quedan de manifiesto las relaciones estrechas, constantes y profundas del Partido Comunista soviético con su homólogo chileno. Tras la caída de Salvador Allende, la experiencia de la Unidad Popular, percibida en la URSS como un proceso liderado por un “partido hermano” y desarrollado dentro de los marcos de su propio proyecto ideológico, adquiere especial im- portancia para las autoridades soviéticas, en particular debido a su debate ideológico con el eurocomunismo. El análisis soviético de las causas de la derrota de la Unidad Popular, centrado en la idea de que OLGA ULIÁNOVA. Ph. D. en Historia por la Universidad Lomonosov de Moscú. Inves- tigadora del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Santiago. Estudios Públicos, 79 (invierno 2000). 84 ESTUDIOS PÚBLICOS “la revolución debe saber defenderse”, si bien parte del reconoci- miento de la incapacidad de la UP de conseguir el apoyo de la mayoría de la sociedad chilena a favor de su proyecto, considera primordial el hecho que la UP no fue capaz de quebrar el “estado burgués” y defender el proyecto por las armas. La autora señala que la lectura que hizo el PC chileno de la interpretación soviética de la derrota de la UP le sirvió a éste de refuerzo ideológico para su viraje hacia la idea de la “rebelión popular” y “todas las formas de lucha”. El apoyo soviético a la nueva línea política del PC chileno se mani- fiesta, entre otras cosas, en el comienzo de la preparación de “cua- dros militares” del Partido Comunista. En el anexo del trabajo se incluyen resoluciones del Comité Central del PC soviético sobre el entrenamiento militar en la URSS de cuadros del PC y PS chilenos. 1. INTRODUCCIÓN ¿ F ue el gobierno de la Unidad Popular un proyecto moderado antiimperialista, cercano al ideario de la socialdemocracia europea? ¿Aspi- raban sus dirigentes máximos a un modelo de “socialismo democrático”, como lo formularían en los años posteriores al golpe chileno los eurocomu- nistas? ¿O se trataba de un proyecto cuyo último fin era la transformación radical del régimen de propiedad, del sistema político, de la organización social y de la orientación internacional del país, inspirado en los “socialis- mos realmente existentes”, el soviético para unos y el cubano para otros? En el contexto internacional de la época —el mundo bipolar de la guerra fría—, este proceso político, esencialmente chileno y protagonizado por actores chilenos, adquirió a la vez dimensiones de un enfrentamiento indirecto, pero profundamente significativo, de la guerra fría. Creemos que el estudio de la identificación ideológica de sus actores claves, así como la percepción que las contrapartes internacionales de los actores chilenos ha- cen del proceso y de sus interlocutores chilenos, pueden ayudar a responder en parte estas complejas interrogantes. El objetivo de este trabajo es analizar cómo se percibió en la Unión Soviética el gobierno de Salvador Allende, y cuál fue la evaluación política y teórica que posteriormente se hizo en la URSS de la derrota de la “vía chilena al socialismo”, para concluir con las lecturas que el comunismo chileno hiciera de esta evaluación. En el análisis nos basamos principal- mente en documentos de los archivos del Comité Central (CC) del Partido OLGA ULIÁNOVA 85 Comunista de la Unión Soviética (PCUS) y del Ministerio de Relaciones Exteriores soviético, así como en documentos analíticos de “uso reservado” en los que se refleja el seguimiento que las instituciones académicas de la URSS hacían del proceso chileno. Estos documentos se complementan con informes (también reservados) que escribían funcionarios soviéticos a su regreso de “comisiones de servicio” en Chile en esos años, algunos de los cuales entregan su testimonio ocular de la situación chilena en los últimos meses del gobierno de la UP y del golpe mismo1. Asimismo, nos basamos en entrevistas a ex funcionarios soviéticos que en aquellos años estuvieron cerca del tema chileno, ya sea presenciando el golpe desde la embajada de la URSS en Santiago o participando en la articulación de la política soviética hacia Chile desde distintas instituciones de la política exterior soviética (véa- se nómina de entrevistados en Referencias, al final del trabajo, pp. 170-171). 1.1. La “vía pacífica de la revolución socialista” en el arsenal ideológico soviético La fórmula de la “vía pacífica de la revolución” fue incorporada por primera vez al discurso de la izquierda marxista en el XX Congreso del PC soviético de 1956. Previo a ello, desde Marx y pasando por la Revolución Rusa, el concepto de la revolución socialista necesariamente se asociaba con formas violentas, de preferencia con la insurrección proletaria o con la guerra de guerrillas campesina, en el caso de países más atrasados. En la URSS, el planteamiento de la “vía pacífica” obedeció a la necesidad de adecuar la doctrina a los cambios ocurridos a mediados del siglo XX en el mundo y principalmente en Europa. El alejamiento de crisis que pudieran provocar ese tipo de insurrecciones en los países occidentales desarrolla- dos, junto con el cambio radical en el equilibrio mundial con la inaugura- ción de la era nuclear, obligó a la dirección soviética a buscar fórmulas diferentes que le permitieran acomodarse a la nueva situación internacional y al estado interno de los países occidentales, sin renunciar explícitamente al objetivo teleológico que fundamentaba su razón de ser: la sustitución del capitalismo por el socialismo a escala planetaria. 1 Los documentos referidos a las relaciones soviético-chilenas, a nivel de Estados y de actores no estatales, así como de la percepción soviética de Chile en esos años, rescatados por O. Uliánova y E. Fediakova en los archivos de la ex URSS, traducidos al castellano y comentados, se encuentran en la Serie de Antecedentes, N° 33, 34 y 35, del Centro de Estudios Públicos. Entre los documentos citados en este trabajo, algunos se incluyen en el Anexo y algunos ya fueron publicados en Estudios Públicos, 72 (1998), como se indica en cada oportunidad. 86 ESTUDIOS PÚBLICOS Así, la respuesta a los nuevos desafíos se encontró en la fórmula de la “vía pacífica de la revolución socialista”, supuestamente posible en los países occidentales desarrollados, según Jruschov, gracias a la existencia de “amplios sectores de la sociedad” a favor de cambios en la dirección del socialismo y a las reducidas posibilidades de “intervención externa contra- rrevolucionaria”, debido a la paridad nuclear entre las dos superpotencias. Al incorporar la consigna de la “vía pacífica” en sus programas, los PC occidentales ya no aparecerían dentro de sus sistemas políticos nacionales como fuerzas que propiciaban la ruptura del sistema y la violencia armada. El grado de innovación que introducía la “vía pacífica” en las estra- tegias del movimiento comunista internacional debe ser comprendido en el contexto del llamado “deshielo” jruschoviano. En el XX Congreso (1956), Jruschov había denunciado los crímenes de Stalin, aunque sólo parcialmen- te y atribuyéndolos al “culto a la personalidad”, sin cuestionar en lo más mínimo el sistema económico y social construido en la URSS. De la misma forma, la “vía pacífica”, para sus creadores, significaba sólo un camino distinto de aproximación al socialismo, influyendo en los plazos y las eta- pas, pero no modificaba en absoluto el modelo de la sociedad que se pretendía construir. En efecto, junto con la introducción de la consigna de la “vía pacífica”, se mantuvo a la vez el concepto de la “dictadura del proletariado” en los programas del PCUS y de todos los PC que conforma- ban el movimiento bajo su liderazgo. 1.2. La política soviética hacia América Latina (1960-1970) Más allá de la experiencia de los partidos comunistas latinoamerica- nos adscritos a la Komintern, de la mítica imagen de la Rusia soviética en blanco o en negro y de un comercio incipiente con América Latina entre las décadas de 1920 y 1950, sólo después de la Revolución Cubana la URSS formula por primera vez políticas específicas relacionadas con la región. Por un lado, dentro de la lógica de los intereses estatales de la URSS, centrados en esa época de la guerra fría en su antagonismo con los Estados Unidos, América Latina se ve ahora como un posible escenario de compe- tencia. Por otra parte, desde la perspectiva ideológica, el triunfo de la Revolución Cubana sitúa a América Latina como campo en donde las “re- voluciones socialistas” son factibles, lo que permitía mantener viva la doc- trina en un momento en que las perspectivas de éstas en los países más desarrollados se veían lejanas. En ambas dimensiones, este inicio de la política soviética hacia América Latina se inscribe en los marcos del auge de la actividad soviética en el Tercer Mundo durante la era de Jruschov. La OLGA ULIÁNOVA 87 creación del Instituto de América Latina de la Academia de Ciencias y el comienzo de la especialización en estudios latinoamericanos en las faculta- des de Historia y Economía de la Universidad Lomonosov de Moscú se pueden interpretar como expresión de este creciente interés soviético, el cual se traduce a su vez en el incremento del número de partidos comunis- tas que reciben regularmente ayuda financiera soviética.
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