Miguel Delibes Habla De Su Obra

Miguel Delibes Habla De Su Obra

NOTICIAS DE LA FUI\IDACION CICLO DE LITERATURA VIVA MIGUEL DELIBES HABLA DE SU OBRA CON la intervencion de don Miguel mamente recogidas en un volumen. Delibes como autor y don Emilio Dicho ciclo consistio en la interven­ Alarcos Llorach como critico, y bajo cion en cada sesion, de un creadory la guia del moderador don Eugenio de un critico de su obra, para, des­ de Bustos Tovar, catedrdtico de la pues, iniciar un coloquio dingido por Universidad de Salamanca, se inaugu­ un moderador. ro el 23 de octubre el Ciclo de A 10 largo del presente curso, Literatura Viva en la sede de la Fun­ intenvendrdn narradores, poetas y dacion. dramaturgos, cuya obra sera analiza­ da por un critico especializado, es­ Este ciclo, que se celebrard quin­ tableciendose al final un didlogo, ba­ cenalmente, continua la experiencia jo laguia del moderador. realizada el pasado mes de junio con Presentamos un resumen de las el Ciclo de Novela Espanola Contem­ intervenciones del novelista y acade­ pordnea, en el que, bajo la direccion mico don Miguel Delibes y del tam­ del profesor Martinez Cachero, parti­ bien academico don Emilio Alarcos, ciparon destacados novelistas y criti­ catedrdtico de la Universidad de cos cuyas intervenciones seran proxi­ Oviedo. 1 21 Miguel Delibes: "LOS ESCRITORES SOMOS SERES DE UNA IDEA OBSESIVA" ENTRE otras cosas, Miguel Delibes dijo: "Mi concepto de la novela quiza resulte a estas alturas un poco ana­ cronico. Para mi, una novela requiere un hombre, un paisaje y una pasion, elementos que engranados en un tiempo, nos dan una historia de mi­ nutos 0 de siglos. No debemos con­ fundir la esencia de la novela -la anecdota- con sus elementos: cons­ truccion, enfoque, narracion, perso­ najes, tiempo narrativo. Estos pueden alterarse siempre que de alguna rna­ nera sirvan para contar algo. 'Mi con­ sentimientos de incomprension 0 de cepto de la novela no es, pues, cerra­ miedo. El hombre en mi mundo no­ do. Cabe la evolucion, la puesta al velistico es siempre un animal acosa­ dia de sus elementos, siempre que no do, bien por la ignorancia (Las Ra­ toquemos su esencia. Yo manejo tas), la .crueldad (Aun es de dia), 1a hombres y cosas, no ideas, con 10 que estulticia (Cinco horas con Mario), el para mi la novela sigue siendo un desamor (La hoja roja), la organiza­ intento de exploracion del corazon cion politico-social (Parabola del humano y no concibo la considera­ ndufragos 0 la violencia (Las guerras cion del hombre como un objeto de nuestros antepasados). Tras la lee­ mas". tura de mis novelas, creo que se "A 10 largo de un cuarto de siglo hacen evidentes dos cosas: primera, no he sido capaz de hacer mas que un que en mi quehacer narrativo, yo me solo relato optimista: Diario de un he erigido en notario de mi tiempo cazador. Los demas reiteran una recreando unos tipos que estan en constante con variantes anecdoticas: trance de desaparicion; y segunda, la frustracion, el acoso del individuo que ante el dilema que plantea la por una sociedad indiferente cuando sociedad contemporanea, yo he opta­ no hostil. En el fondo, todos los do por los debiles, los pobres seres escritores somos hombres de pocas marginados dentro de un progreso ideas; si me apuran diria que somos materialista e irracional. Esto signifi­ seres de una idea obsesivaque de una ca que como novelista, he adoptado u otra forma se reitera a 10 largo de una actitud etica, siempre unida a mi nuestra obra. Desde mi infancia -en­ preocupacion estetica, con el fill de sombrecida por un prematuro temor procurar un perfeccionamiento so­ a la muerte- y mi adolescencia en­ cial. Sin estas inquietudes como esti­ vuelta en la guerra civil, hasta nues­ mulo, es muy posible que mi obra tros dfas, me han dominado unos literaria no se hubiera realizado." 22 "Cada novelist a es un ser que Ie pone cuya aparicion conecta con el 'nou­ un tamiz a la vida. Pero la vida se veau roman' y es activada por el repite y por ello, antes que la origina­ reciente 'boom' de la novela hispa­ lidad de un tema, el lector debe noamericana." buscar en cada novela los nuevos " Por primera vez desde la guerra, la reflejos que el novelista sabe sacar de novela espanola abandona el cauce temas viejos. Considero fundamental del realismo para apuntalar la narra­ la fidelidad del escritor a si mismo. cion en la estructura y e1 lenguaje. Tanto en la exposicion como en el Los relatos se fraccionan, se altera contenido, el novelista debe mostrar­ constantemente el angulo del narra­ se como es. Y esta fidelidad al propio dor, se inmiscuye el pensamiento en yo quiza sea la {mica verdad y posible la accion, se fund en los tiempos, merito que yo advierto en mi novela. se e1uden los signos de puntua­ A traves de unos puntales reiterados, cion. El resultado, con frecuencia, que traslucen mi aficion, mi devocion es una obra inextricable en la que o mi preocupaci6n -naturaleza, in­ la frondosidad verbal sustituye al fancia 0 muerte- yo vengo haciendo tradicional delineamiento de carac­ mis radiografias del mundo, esto es, teres y a la accion misma. Sin mis novelas." embargo es evidente que no todos los narradores espafioles de la post­ guerra caben en estos cuatro grupos "SOY ESCRITOR DE y que evolucionan a tono con las exi­ VOCACION TARDIA" gencias literarias del momento.» "Dentro de este marco de corrien­ "De 1940 a 1975 cuatro grupos 0 tes representativas de la novela de promociones de escritores han ido nuestra postguerra, y de las cuales jalonando a 10 largo de siete lustros ninguna incitacion me ha sido ajena, nuestro quehacer narrativo, surgidos mi obra se adscribe en cierto modo a aproximadamente de decada en deca­ las cuatro. Si por mi edad debo in­ da. El primero, nacido con los anos c1uirme en el primero de esos grupos, cuarenta, se caracteriza por un pesi­ por mi preocupacion por 1a forma mismo doliente a consecuencia de la novelesca, evidente a partir de El guerra civil, su falta de contacto con camino, me adscribo al segundo; por los novelistas extranjeros coetaneos y mi inquietud social -Las Ratas, Cin­ su calidad desigual, y, en lineas gene­ co horas con Mario- en el tercero, y rales, poco brillante. E1 segundo, finalmente, por mi afan de explorar que aflora por la decada de los 50, el nuevos horizontes, mi verbosidad y de los objetivistas, muestra una pro­ los atentados deliberados contra la gresiva eliminaci6n de los resortes gramatica, notorios en Parabola del emocionales, una honda preocupa­ ndufrago, en el cuarto." cion por la construccion y el estilo y "Yo soy un escritor de vocacion una actitud objetiva absolutamente tardia. Mis aficiones de infancia, y imparcial hacia las historias que rela­ aun de adolescencia, me llevaron ha­ tan. La tercera promocion, los so­ cia el dibujo y el modelado. Luego cial-realistas de los afios 60, convierte vendra mi inclinaci6n hacia la litera-. el incipiente inconformismo del gru­ tura, fenorneno que se produce, co­ po anterior en una posicion critica mo ya he dicho en otras ocasiones, radical y esencialmente politico-so­ estudiando el Derecho Mercantil de cial ante la sociedad, al tiempo que don Joaquin Garrigues. En este libra, consideran como medio los ideales 1a palabra se me revelo de pronto esteticos y formalistas de aquellos. poderosa, maleable, escurridiza, y Por ultimo, en nuestros dias, asisti­ su mera manipulacion me deparaba mos al lanzamiento de un cuarto ya un placer que nunca hubiera sos­ P pechado", concluyo Miguel Delibes. 1grupo, ,I d, 10' OX onm, otal;" ""'23 Emilio Alarcos "DOS EPOCAS EN LA NOVELISTICA DE DELIBES" "LA OBRA de Delibes, si prescindi­ mos de sus primeros relatos de viaje, articulos period isticos y cuentos, po­ see en conjunto una evidente unidad de tono y estilo. De todas sus nove­ las, solo las tres primeras -Aun es de dia, La sombra del ciPN!S es alargada (Premio Nadal 1947) y Mi adolatrado hijo Sisi- se distinguen por contener, como bien 10 expresan sus titulos, un punto de vista que el aut or impone a los hechos, mientras que en las demas son estes los que parecen imponerse al escritor. Asi, si en La sombra del DON EMILIO ALARCOS. Academico y catedratico de la Universidad de Oviedo. cipres es alargada es el personaje el Secretario del Departamento de Creacion que se identifica con el novelista, en Literaria de la Fundacion Juan March. las demas novelas se da una fusion de las dos perspectivas novelista-perso­ naje, pero en sentido inverso: es el Delibes refleja en su obra una actitud novelista quien se identifica con el equilibrada y conciliadora, a pesar personaje. El plano del narrador se del radical pesirnismo que parece des­ ira esfumando progresivamente hasta prenderse de ella. Existe un cierto el punta de que ante el lector solo optirnismo esperanzador en el futuro aparece el relato, y el narrador pasara del hombre, donde puedan reinar 1a a ser de meticuloso cronista de una justicia, paz y libertad de este consi­ historia a registrador de meros eventos go mismo y con los demas, 'No se ha (Las guerras de nuestros antepasa­ perdido todo, mientras uno subyace dos)." en la tierra', nos dice en Aun es de "Podemos distinguir dos epocas dia el novelista." en la novelistica de Miguel Delibes, que presentan, pues, ciertas diferen­ " Aim hay camino, a pesar de las cias de factura y contenido sin que calamidades. y la misma actitud con­ exista por ella una ruptura. La prime­ ciliadora y equilibrada refleja Cinco ra se caracterizarfa por el predominio horas con Mario, novela en la que el de modos afiejos, recursos rnimeticos autor no solo critica la mentalidad y un cierto tono de cr6nica, y la tradicional y rutinaria que representa segunda por una evoluci6n progresiva Menchu, sino que tam bien la postura hacia un enfoque mas abierto y de de Mario es atacada indirectamente.

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