DESTRUCCION A TODA COSTA 2008 JULIO 2008 JULIO 2008 greenpeace.es Una nueva oportunidad para nuestro litoral Prefacio Juan López de Uralde Director Ejecutivo de Greenpeace España © Greenpeace El informe que elabora Greenpeace sobre la situación del litoral español se ha convertido en una referencia imprescindible para la opinión pública interesada en el estado de la costa española y en su evolución en el corto plazo. Este año hemos cambiado la estruc- tura del documento, dando mayor importancia a los casos que revisten mayor gravedad. Para ello hemos investigado los cien puntos negros que consideramos de más importan- tes, reflejando una distribución proporcional al número de kilómetros de costa de cada comunidad autónoma y sobre ellos nos centramos. Otra novedad que introducimos en el informe es el trabajo fotográfico de Pedro Armestre, que ilustra lo mejor y lo peor de nuestro litoral. Se trata de una una serie de fotografías aéreas inéditas que evidencian las denuncias que realizamos y, por otro, ponen de relieve aquellos espacios del litoral que deben ser conservados. Sobre el análisis de la situación en la costa, los mismos factores de la ecuación litoral siguen presentes. La crisis en el sector inmobiliario tiene una incidencia directa sobre la situación de la costa. No en vano, la mayor parte de la construcción en España ha veni- do produciéndose en los últimos años precisamente en la franja costera. Según denun- ciábamos en el informe de 2007, sólo en aquel año se contabilizaron proyectos para edi- ficar más de tres millones de viviendas en el litoral español. El anverso de toda crisis es que abre nuevas oportunidades. La costa española ha sufrido en los últimos años el embate brutal de la construcción por parte de una industria que sólo ha buscado el bene- ficio a corto plazo y que nos han dejado un legado de miles de viviendas vacías y la dependencia de un turismo caprichoso y variable que ahora busca destinos nuevos en otras latitudes. Ahora deben imponerse criterios que primen la preservación del litoral y que salvaguarden los pocos espacios bien conservados que quedan en la costa. El hecho de que ahora se esté construyendo menos no evita que las alarmas deban per- manecer encendidas. Conviene señalar que, si no se desclasifica suelo urbanizable, lo que no se esté construyendo hoy puede empezar a hacerlo dentro de unos años. La exi- gencia de que los ayuntamientos reviertan la calificación del suelo tiene, por tanto, tanta importancia como siempre. En esta ocasión hemos prestado especial atención a la contaminación del litoral. A pesar de las continuas denuncias por vertidos, éste sigue siendo uno de los problemas más graves de nuestras costas. Un problema de tal gravedad requiere un cambio de mentali- dad generalizado: no podemos seguir considerando el mar como el lugar del que desha- cernos de la contaminación. Una vez más debemos decir que el mar no es un vertedero. La incógnita en este año es cuál va a ser la política de costas del nuevo Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino. En su última etapa, el desaparecido Ministerio de Medio Ambiente elaboró la estrategia para la gestión de la costa más sostenible lleva- da a cabo por parte de dicha institución. La pregunta que muchos nos hacemos es si aquella Estrategia va a ser llevada a la práctica o será otro documento de intenciones que acabará olvidada en un cajón, algo que el litoral no se puede permitir. Es vital que las comunidades autónomas se impliquen en su desarrollo y reclamen al Ministerio su pues- ta en marcha. Para testar las intenciones del nuevo Ministerio sobre el litoral no hay mejor prueba que el futuro del hotel construido ilegalmente en el Algarrobico, convertido en un símbolo de la degradación costera y cuyo único destino posible es la demolición. 62 50 38 78 Índice 86 106 120 146 4 ■ Destrucción a toda costa 2008 | Greenpeace 12 06 Introducción 06 Euskadi 106 Andalucía 12 Galicia 120 Asturias 38 Islas Baleares 146 Cantabria 50 Islas Canarias 162 Cataluña 62 Región de Murcia 182 Ceuta y Melilla 78 Referencias 200 Comunidad Valenciana 86 162 182 Greenpeace | Destrucción a toda costa 2008 ■ 5 La gestión adecuada de los recursos naturales y el mantenimiento de la biodiversidad es esencial cuando se consideran los bienes y servicios actuales y futuros de los ecosistemas, en particular, en relación a las adaptaciones potenciales al cambio climático. Sostenibilidad en España 2001. Observatorio Español de la Sostenibilidad. Introducción Delta del Ebro, en Tarragona Los espacios húmedos en la costa están cada vez más amenazados. Salinas de Santa Pola Introducción a situación del litoral español, que año tras año venimos analizando desde Greenpeace, sigue empeorando. Las amenazas presentes son de todos conocidas: un urbanismo L muy alejado de la sostenibilidad y de la calidad de vida, multitud de obras para cons- truir nuevas infraestructuras portuarias sin tener en cuenta los graves impactos ambientales que provocan sobre el medio marino y un problema de contaminación de las aguas litorales amplia- mente extendido por los 8.000 kilómetros de costa. Las administraciones son, o deberían ser, conscientes de esta realidad pero no hacen nada por remediarla o cuando lo intentan ya es demasiado tarde. En lo que respecta al mayor problema de nuestras costas, el urbanismo, muchos ayuntamientos del litoral han puesto todo su afán en convertir en suelo urbanizable el mayor porcentaje posible de su territorio –incluidos espacios naturales protegidos– para llenar sus arcas sin preocuparse por construir ciudades habitables. Las comunidades autónomas, responsables de la aprobación de los planes urbanísticos muni- cipales rara vez ponen trabas a las propuestas insostenibles que les llegan. España necesita algo más de 300.000 viviendas anuales según estima la Federación de Promo- tores y Constructores, pero durante los últimos cuatro años se ha llegado a casi triplicar esta cifra, llegando a las 800.000 viviendas tasadas desde mediados de 2006 hasta mayo de 2007. Ahora, el descenso en la compra de viviendas ha sumido al sector de la construcción en una grave crisis que afecta a todo el país. Si la tasa de construcción de viviendas fuera en paralelo a la de formación de hogares, que en la Unión Europea es de entre 6 y 7 viviendas por cada 1.000 habitantes, en España la media alcanzaría las 15 ó 16 viviendas construidas y en algunas Comu- nidades Autónomas esta media subiría hasta 20 y 30 viviendas. La crisis es especialmente grave si se observa la evolución del sector de las segundas vivien- das, donde agentes ajenos a la situación económica en España han agravado más la situación. Factores como el descenso de la inversión extranjera, sobre todo la británica (donde ya no des- grava comprar una segunda residencia) o la apertura de nuevos destinos turísticos en el Medite- rráneo, se han traducido en un acusado declive de la venta de casas en la playa de hasta un 70%, como en el caso de Alicante. Pero el exceso de oferta no es el único actor responsable, las injusticias amparadas por las legislaciones urbanísticas –y la valenciana constituye el mejor ejemplo en este sentido–, han sembrado la desconfianza en los potenciales compradores extranjeros, cuyas comunidades han organizado campañas de denuncia llegando a pedir amparo ante sus embajadas y en el Parlamento Europeo. Estos datos, y otros como que el fraude de los alquileres de viviendas en las provincias costeras supone más de 1.200 millones de euros al año1, deben hacer reflexionar a las administraciones sobre su papel como gestores de los recursos naturales y responsables en cierto modo de la calidad de vida de sus ciudadanos. Es el momento de cerrar la puerta a la sinrazón urbanística vivida en los últimos tiempos. Hay muchos argumentos en los que apoyar esta afirmación. Uno de los más importantes es, sin duda, el numeroso contingente de casos de corrupción urbanística que están siendo investi- gados y juzgados por el Ministerio Fiscal. La labor de la justicia en este ámbito ha sido notable desde que se creó la Fiscalía contra los delitos urbanísticos y medioambientales. Operaciones judiciales y policiales de llamativos nombres: Malaya, Ninette, Virgin, Voramar, Góndola, Faycán, Brisan o Tótem, imputan a decenas de servidores públicos –alcaldes, concejales y técnicos municipales–, por la presunta comisión de delitos contra la ordenación del territorio, prevarica- ción, negociaciones prohibidas a funcionarios, etc., y ponen de manifiesto la enorme extensión y gravedad de la falta de transparencia y buena gestión llevada a cabo por los responsables ele- gidos para gestionar los bienes municipales. [1] Cataluña lidera el fraude con 521 millones anuales (24,5%). Le siguen Andalucía, Canarias y la Comunidad Valenciana. El menor fraude se da en Cantabria, Melilla y Ceuta (0,33%). 8 ■ Destrucción a toda costa 2008 | Greenpeace Introducción 1 2 34 Aunque el funcionamiento de la justicia es lento, resulta imprescindible que las denuncias sean 1. Puerto de Bilbao (Euskadi) investigadas, juzgadas y condenadas de forma ejemplar. La sensación de impunidad reinante durante tantos años debe ser desterrada de nuestro territorio, tarea nada fácil a la vista de los 2. Benidorm (Alicante) informes elaborados por los expertos sobre la corrupción en nuestro país, que señalan un grave retroceso en relación a la imagen que la ciudadanía tiene de la corrupción en las instituciones 3. Ría de Villaviciosa políticas y administrativas, desconfianza que aumenta año tras año. Percibimos que las malas (Asturias) prácticas están extendidas y afectan a amplias estructuras del poder y de los negocios. 4. Dunas de Maspalomas Gracias a las denuncias realizadas por grupos ecologistas, asociaciones de diversa índole y una (Gran Canaria) parte de la ciudadanía preocupada en este sentido, se ha creado cierto clima de escándalo, sobre todo en relación a la corrupción a nivel local ligada al urbanismo.
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