Mtro.Cayetano Silva LA MARCHA “SAN LORENZO” Y LOS SANTAFESINOS Hace algo más de cien años, el día 30 de octubre de 1902, se inauguró en Santa Fe, el monumento ecuestre del General San Martin en la plaza que lleva su nombre. Para tan importante acontecimiento, el Gobernador Rodolfo Freyre nombró comisiones para que trajeran desde Mendoza, la bandera de Los Andes, y a su vez invitó al Presidente de la República, entonces el Gral. Julio Argentino Roca, quien prometió y cumplió con su presencia. La comisión para trasladar la bandera de Los Andes estaba formada por el ministro del Superior Tribunal de Justicia, Dr. Gregorio García Vieyra, el Senador Provincial don Manuel Irigoyen, el Profesor de la Universidad Dr. Ramón J. Lassaga, el Director del Registro Civil don Ulises R.Mosset, del Consejo Deliberante el Dr. Marcial Candioti y los señores Rafael de Olazábal , José Bergallo y Ernesto Aldao. A su vez la Comisión del Monumento estaba presidida por el Dr. Carlos Aldao y como secretarios los Dres. Juan B.Mundin , Gerardo G.Doldán y Carmelo Busaniche. Además, desde Buenos Aires, el Director del Museo Nacional aportó con el sable corvo del General San Martin. (1) El Boletín Oficial del día 30 contenía las siguientes instrucciones: A las 15,45 se encontrarán formadas frente al Cabildo (aún no había sido demolido para construir la actual Casa de Gobierno) a efectos de escoltar hasta la plaza San Martín la bandera de Los Andes, la escuela Naval, el Colegio Militar y la escuela de Aspirantes a Oficiales, de Buenos Aires, que formarán el desfile frente a la estatua del gran Capitán, con el Batallón 12 de infantería, de Santa Fe, Regimiento 3 de Artillería, y 8 y 9 de Caballería, tropas de Marinería y Unidades Provinciales. Se ejecutará la marcha Ituzaingó mientras se descubre la estatua. Luego la batería hará una salva de disparos mientras la Gran Banda formada por los Batallones 5 y 10 al pie de la estatua, tocará la marcha San Lorenzo. Cabe la certera posibilidad de imaginarse, la emoción que causaría en el público ver pasar con marciales sonoridades de banda, semejante desfile militar por las principales calles de la ciudad desde la plaza de Mayo donde estaba el cabildo, hasta la plaza San Martin, escoltando la bandera argentina que hiciera flamear el Gral. San Martin en su triunfal campaña de los Andes. El Presidente de la República había llegado un día antes y vino a Santa Fe acompañado con un séquito de funcionarios, entre ellos el Ministro de Marina Capitán de Navío Onofre Betbeder y el Ministro de Guerra Gral. Pablo Riccheri. Esa noche se efectuó un baile de gala en el Club del Orden donde se encontraban distinguidas damas santafesinas. Ricchieri, en ese entonces coronel, había solicitado que se estrenara en ese acto, la marcha San Lorenzo, de la cual era su “padrino”, por cuanto su autor, el maestro Cayetano Silva, se la había dedicado, y así lo decretó el Gobernador. Fue el estreno “oficial” de esa marcha, considerada actualmente como una de las mejores marchas militares del mundo, pero no su primera ejecución, porque un día antes se había producido la inauguración del puerto de Rosario. El director José Arena, de la banda del Regimiento .5º , cuenta que había recibido instrucción de ensayar la nueva marcha, con la del Reg.10º., ambas de Bs.As. “ Juntos marchamos a Rosario para la inauguración del puerto y a Santa Fe por la estatua de San Martin”. (1) Para cumplir con ambos actos, toda la comitiva se trasladó, un día antes o sea el 29 de octubre, primero por el río Paraná en varios buques de la armada argentina, encabezados por el acorazado Libertad, con las dos compañías y sus respectivas bandas, más la escuela de aspirantes a oficiales, hasta el puerto de Rosario, donde fueron recibidos por el Gobernador Freyre con una salva de cañones. Aquí desembarcaron y después de una ceremonia en el mismo, se colocó una placa recordatoria en el puerto y el Presidente pronunció un discurso que resultó polémico, porque causó malestar en la colectividad española, ya que dijo que la conquista de América del Sur se había hecho a fuerza de hierros, y no como en el norte donde se conquistó pacíficamente con el evangelio en las manos (2). (En realidad en el norte no fue tan pacífica y parece que él olvidaba lo que había hecho en el sur argentino, veinte años antes, con los nativos indígenas, en la conquista del desierto. Hecho que fue positivo en cuanto al avance de la civilización, pero actualmente cuestionado por el revisionismo histórico, por la mala distribución de la tierra y a fuerza de un genocidio ) (3) . Luego de algunas visitas protocolares, la comitiva del Presidente, continuó viaje hasta Santa Fe, pero lo hizo por ferrocarril. Suponemos que la flota regresó, porque el calado del río, para el ingreso fluvial a la capital provincial, no se prestaba para dichos buques, de ahí el cambio. Además si se trataba de la inauguración del puerto de Rosario, suficiente con llegar hasta el mismo. Una curiosa anécdota ocurrió en este segundo tramo del viaje por ferrocarril, que en síntesis es la siguiente: El tren paró unos minutos en Estación Matilde cercana a Santa Fe, y los vecinos, a sabiendas de esa detención, habían convocado a los músicos de la banda “La Lira” de San Carlos Norte, dirigida por el saboyano Fernando Fabre quienes se presentaron al paso del tren para hacer sonar un festivo recibimiento, invitándolo, de paso, a beber cerveza sancarlina, que el Gral.Roca “bebió complacido”. Era tan buena esta banda que ya había ganado en Rosario, un primer premio en un concurso de bandas populares, en mayo de 1895, tocando entre otras obras un trozo de la Traviata de Verdi, (que bien se sabe, uno de los pasajes más conocidos de la misma es el “brindis”) y la cerveza se ofreció en “la misma copa que obtuvieron en Rosario”. (4) Como lo común era llevar la cerveza en un barril, dicen que la fiesta continuó, después que el tren pasó. La marcha “San Lorenzo”, ejecutada por la gran banda de los regimientos 5º y 10º, a continuación del descubrimiento de la estatua y de la ejecución de la marcha “Ituzaingó”, había nacido poco tiempo antes en Venado Tuerto, localidad al sur de la Provincia de Santa Fe, donde su autor, el “negro” Silva, como le decían, había formado una banda ( “ La Rondalla”) que actuaba en bailes los fines de semana, a instancias de la Sociedad Italiana . La composición de esta marcha, dedicada al Ministro de Guerra, le significó tiempo después, la designación de director de la banda del regimiento 9º de San Lorenzo. Cayetano Silva nació en la República Oriental del Uruguay, y era hijo de una esclava negra que estaba al servicio de una familia en la ciudad de San Carlos departamento de Maldonado. Desde niño demostró vocación musical por lo que fue incorporado a la banda, donde aprendió la ejecución de instrumentos de viento y en la escuela de música de Montevideo, el violín, que sería en adelante, su herramienta de trabajo y su instrumento de placer. Veinteañero cruzó a la República Argentina donde se nacionalizó. Vivió en varias ciudades pero Rosario fue su preferida, al comienzo y al final de su azarosa vida, entre militar y civil, siempre como director de banda y compositor. Varias de sus marchas son conocidas, Curupaity entre ellas. Su numerosa familia, compuesta de 8 hijos y su mujer rosarina, hija de italianos, lo siguieron por todas las ciudades donde fuera nombrado director, siempre en busca del sustento familiar. Pobre como vivió, murió a causa de una enfermedad depresiva en 1920 a los 47 años y sus restos fueron trasladados a Venado Tuerto, mucho después, donde su figura, al igual que su famosa marcha, son veneradas. La casa que habitara, es hoy el museo Cayetano Silva de la ciudad. La marcha San Lorenzo, al comienzo del siglo, cuando aún ni se sospechaba de las futuras guerras, fue intercambiada con la marcha “Alte kameraden”, o sea “Viejos camaradas” con la banda del ejército alemán, que la incorporó a su repertorio, al igual que hiciéramos nosotros con la marcha alemana. Ingleterra la ejecutó en la coronación de la actual reina Isabel, y se la suele tocar en el cambio de guardia en el palacio de Buckingham, costumbre interrumpida durante la guerra de Las Malvinas. Otras notables anécdotas acompañan la historia tanto de la marcha como la de su autor, algunas ciertas como aquella de cuando se la estrenó oficialmente en la ciudad en Santa Fe, el “Febo asoma”... “ya sus rayos iluminan” aún no existía porque recién cinco años después, su amigo venadense, Carlos Javier Benielli, poeta mendocino, le escribiría la letra, tantas veces cantada en la primaria, costumbre patriótica que parece que se va diluyendo, pese haber sido considerada en otros tiempos como nuestro segundo himno nacional, y de ejecución obligatoria en los desfiles militares.. Todavía hay santafesinos que recuerdan la banda de la policía de Santa Fe, cuando era dirigida por el maestro Spreáfico, tocando la marcha San Lorenzo, entre otras, con esa larga primera fila de clarinetes, en las retretas de la plaza España, de los Constituyentes, y otras d e la ciudad. .Notas: 1) Vida y Obra de Cayetano Alberto Silva. - (A.Silva) edit..Dunken .Bs.As. 2004 pág.83 2) Revista Caras y Caretas. Año 1902 (5-213) 3) Las Matanzas del Neuquén- Crónicas mapuches- Luis Roux- Edit. Plus Ultra- Bs.As.1987-pág.170 4) Historia de la Parroquia de San Carlos Norte, del padre Mario O.Valenti -.Castellví Santa Fe, 1947 pág.93 la demolición del cabildo.
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