
FRANCISCO J. SANTAMARÍA, GUARDIÁN DE LAS LETRAS Y LAS PALABRAS DE TABASCO Y SU HISTORIA ∑(1886 - 1963) COLECCIÓN LITERATURA Serie Ensayo • Enrique González Pedrero FRANCISCO JAVIER SANTAMARÍA Guardián de las letras y palabras de Tabasco y su historia (1886 - 1963) Ensayos Carlos Enrique Ruiz Abreu Coordinador Primera edición: 2019 © Miguel Ángel Díaz Perera, Cirilo Antonio Guzmán, Elías Balcázar Antonio, Jorge Priego Martínez (autores) y Carlos Enrique Ruiz Abreu (coordinador) D. R. © 2019, Secretaría de Cultura Calle Andrés Sánchez Magallanes # 1124 Fraccionamiento Portal del Agua Colonia Centro, Villahermosa C. P. 86000 Tabasco, México Se prohíbe la reproducción total o parcial de esta obra, sea cual fuere el medio, sin el consentimiento por escrito del titular de los derechos correspondientes. ISBN: 978-607-8428-91-5 Impreso en México - Printed in Mexico Francisco J. Santamaría: el hombre, su obra y su tiempo Carlos Enrique Ruiz Abreu l nombre de Francisco Javier Santamaría se le suma de manera natu- Aral el de lexicógrafo, filólogo, lingüista, poeta, novelista, bibliófilo, bibliógrafo, historiador, político, cronista, cuentista, periodista, aboga- do, arqueólogo, pedagogo, editor y matemático; además de habernos he- redado un gran cúmulo de conocimientos sobre el folklore tabasqueño. Si todo lo pudiéramos sintetizar en una sola palabra sería simplemente la de genio. No hay en la historia antigua ni moderna de Tabasco un personaje que reúna tantos atributos como él. Santamaría fue y es el in- telectual más completo y con mayores alcances a nivel local, nacional y en el exterior que ha dado nuestra provincia. Los años de estudio e investigación que le llevó a Santamaría la com- posición y elaboración de su Diccionario General de Americanismos y otros trabajos, donde se empeña en reflexionar y componer el léxico de la lengua española, lo convierten en uno de los más importantes lexicó- grafos de México y del mundo de habla hispana. La disciplina que tuvo Santamaría desde muy joven en recolectar palabras, analizar su léxico y traducir su significado, lleva a su máxima expresión a la lexicografía como una ciencia. Santamaría entendió perfectamente que la lexicografía como una rama de la lingüística se debía desarrollar bajo el método científico, mis- mo que aplicó en la creación de su diccionario y, fue de lo particular a lo general. Buscó las palabras manejadas por el vocabulario popular de América y describió cada una de sus acepciones tal como se utilizaba en cada país. Con ello, reforzó y enriqueció la lengua española en general, y al Diccionario de la Real Academia Española en particular. Para tal em- presa, Santamaría estudió el lenguaje y sus modismos para poder lograr 7 el significado de las palabras. Es por ello, que se convirtió en un auténtico guardián de las letras y las palabras. Aquí es pertinente decir que, al tener Santamaría como objeto de estudio a la lengua, se le otorga el título de lingüista, ya que esta ciencia se encarga de escudriñar el origen, la natura- leza y el desarrollo general de la lengua y el habla de los pueblos, aspectos que cultivó con creces nuestro autor. Otra de las actividades que apasionó a Santamaría fue la de filólogo, que le daría gran conocimiento para su legado como lexicógrafo. Él se dedi- có al estudio de las culturas de América Latina a través de sus escritos, de su gramática y a la comparación del lenguaje entre los países. Esto lo refuerza su vasta e importante biblioteca y su trabajo de Americanismo y barbaris- mo. Por ello, la continua búsqueda de la o las palabras, el amor y la pasión con que busca su significado, lo convierten en un auténtico filólogo. Dentro de la esfera política, como gobernador del estado de Tabasco, le toca una época de cambios y consolidación institucional. Es el primer gobernador de seis años (1947-1952); con él empieza el reinado del Par- tido Revolucionario Institucional (PRI) como único ganador; con San- tamaría se termina la violencia electoral y las grandes diferencias entre los poderes, todo se sujeta al poder único del gobernador y del Presidente de la República. Obviamente que, la formación política intelectual de San- tamaría fueron claves para erradicar las confrontaciones, para promover las buenas finanzas, para el apoyo total a la agricultura y ganadería como motores de desarrollo, y para la diversificación de la economía. Su obra hidráulica para control de los ríos fue por demás importante. Su política de construcción de infraestructura carretera sobrepasó lo pla- neado, ya que coincidió en ese rubro con las iniciativas del gobierno fede- ral. Concluyó el ferrocarril del Sureste que facilitó la comercialización de los productos tabasqueños hacia la ciudad de México. En el sector edu- cativo fortaleció también la infraestructura y mejoró las condiciones del magisterio. Construyó más de 240 escuelas. Y qué decir de su promoción a la cultura con la creación de bibliotecas municipales. El sector salud fue prioritario para Santamaría, fortaleció los servicios para la población de escasos recursos invirtiendo grandes cantidades en infraestructura hospitalaria. Su gobierno estuvo marcado por los acuerdos, la civilidad política, el respeto a las garantías individuales y a la libertad de expresión. 8 En lo económico, Santamaría resistió la decadencia de la vida fluvial y marítima; se enfrentó a una severa crisis sanitaria y de enfermedades; fiebre aftosa; se derrumba por completo la producción de plátano; decli- ve por la posguerra con carestía y escasez de productos; padeció sequías e inundaciones. No obstante, la economía se fortaleció con la llegada de la aviación comercial; con la producción chiclera, y con el repunte de la ganadería; empieza a despuntar Pemex; se inaugura el Ferrocarril del Sureste; se introduce la electricidad en los municipios; aumento impre- sionante de la exportación de cacao; la obra editorial que impulsó Santa- maría, tanto por su volumen como por su importancia no ha podido ser superada por ningún gobierno local hasta hoy. El verdadero mérito de Santamaría como gobernador fue, la pruden- cia que tuvo de tragarse todo lo que decían sus adversarios y dedicarse a trabajar. Practicaba lo que Don Quijote le decía a Sancho cuando a su paso ladraban los perros, «ladran Sancho, señal que cabalgamos», aun- que la frase ha sido interpretada como: «deja que ladren los perros, es señal que vamos avanzando», de una u otra forma, en alusión a dicha frase Santamaría replicaba: «que ladren los perros, yo trabajo». Fue un hombre humilde, se dedicó a escribir no a discutir. Santamaría fue un hombre que tuvo en su vida muy pocas horas de ocio. No se sentía poeta, ni escritor, ni historiador, ni nada que se le pa- rezca, aspiraba siempre a que sus obras no fueran la gran cosa. Afortu- nadamente, la historia de la humanidad nos ha enseñado que los seres humanos que piensan y actúan como Santamaría, dejan un gran legado, como el que él nos dejó. Una de las acciones que me causa mayor intriga y tristeza del fenó- meno histórico llamado Francisco J. Santamaría, y de su personalidad es sin lugar a dudas, el haberse desprendido de su biblioteca, de su lla- mada «Colección Tabasco», la cual formó durante varias décadas, y que vendió a la Universidad Berkeley en California, Estados Unidos de Nor- teamérica. A la distancia, esta acción solo se puede comprender por la necesidad de dinero que requirió Santamaría tras largos años de exilio. Los textos aquí reunidos tienen como objetivo sacar a Santamaría de la leyenda, para que entre a la historia, esto sólo se logra con una inves- tigación desde varios enfoques, como su trayectoria misma. La presente 9 revisión de su vida y obra, no pretende ser uno más de tantos homenajes, se trata aquí de ubicarlo en su justa dimensión para que otros encuentren en esta obra elementos para seguir descubriendo su vasto legado y per- sonalidad. En fin, Santamaría no termina aquí, empieza en los siguientes textos. Estos textos son incompletos como la obra política e intelectual de Santamaría, quien así lo reconoció en varias ocasiones. Tanto su obra política como su trabajo intelectual siempre fue expuesta a la crítica, al escrutinio de todos, siempre dijo que no era perfecta, que él no tenía la verdad absoluta. Por ello, hago mía en este libro una reflexión de nuestro autor: … que habrá buen número de achaques que correjir, de erro- res que enmendar y de entuertos que deshacer, en este libro. Deseo, que no rejio, la crítica. Pero la crítica que enseña, que ilustra, que edifica, dignifica i educa; crítica hecha con ciencia i con saber, no la chacota vulgar i pedestre ni la simple censura, ni menos la odiosa diatriba. Deseo, i entiendo que necesito, co- rrección, rectificación i enseñanza; no sólo ataques reducidos a señalar faltas. 10 Abogado, político, profesor y sobreviviente: Francisco J. Santamaría, 1915-1927 Miguel Ángel Díaz Perera rancisco Javier Santamaría es un personaje con reconocimiento como Fabogado y gobernador del estado de Tabasco entre 1947 y 1952. No obstante, también tuvo una vertiente como poeta, ensayista, bibliógrafo, filólogo y lexicógrafo marcada por la admiración y con refrendo en la Academia Mexicana de la Lengua desde 1953. En apariencia, escenarios contrapuestos, afrontados, que exigen muy diferentes habilidades; son pocos los pensadores que exitosamente han incursionado en la política conservando el respeto en la academia o viceversa. En este capítulo, con el ánimo de comprender las habilidades políticas e intelectuales de Fran- cisco J. Santamaría, se concentrará el análisis en el periodo de 1915-1927, en especial, su formación intelectual, su contribución en el gobierno de Francisco J. Múgica, su participación en el diseño de la Constitución de Tabasco en 1919, su labor como funcionario en la ciudad de México, además de su relación con el general Francisco R.
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