Aymaras Entre Bolivia, Perú Y Chile

Aymaras Entre Bolivia, Perú Y Chile

Estudios Atacameños N° 19 - 2000 Aymaras entre Bolivia, Perú y Chile Xavier Albo C. 1 RESUMEN estado “plurinacional”, aunque varios se reconocen ya desde su fundación como “estados unidos” Se repasa la historia del pueblo aymara, enfatizando federativos. La CPE que más ha avanzado en esta lo común y lo diferente de acuerdo a sus experien­ línea es la del Ecuador, aprobada en 1998, que ini­ cias en alguno de los tres estados republicanos. Al cia su enumeración de los derechos indígenas con final se subrayan aquellos aspectos en que más se la solemne frase: “Los pueblos indígenas, que se fortalece la identidad común de la nación aymara a autodefinen como nacionalidades de raíces un lado u otro de estas fronteras estatales. ancestrales” (art. 83). En este mismo espíritu po­ dríamos hablar aquí de “nación aymara” o, en ge­ ABSTRACT neral, de “naciones étnicas” como una categoría por la que, sin negar su pertenencia a determinadas na­ This paper goes through the history of the Aymara ciones-estado, estos pueblos siguen también recla­ people, emphasizing the commonalties and mando para sí el rango de nación y redefinen su uto­ differences according to its experiences in some of pía de Estado como “estado plurinacional”. Pero, the three republican countries. At the end, those cuando planteamos este tema a un nivel “inter-esta- aspects which strengthen the common identity of tal” el concepto resulta todavía más complejo y au­ the Aymara nation at either side of these State borders daz: ¿Podemos soñar además en una nación étnica are underlined. que se consolide a través de dos o más fronteras estatales sin que por ello sus miembros dejen a la vez de sentirse ciudadanos de una u otra nación- Introducción estado? Las fronteras de nuestros estados modernos se hi­ Nos limitamos aquí a tratar en detalle el caso de la cieron y deshicieron sin contar con la perspectiva, nación o pueblo aymara, aunque no es el único que la opinión ni menos el consenso de los pueblos ori­ atraviesa las fronteras de Bolivia, Perú o Chile. Pen­ ginarios cuyos territorios cruzan y a los que parten semos en los pueblos guaraní, mapuche o quechua. entre dos o más estados, constituidos sin ellos. Los Dado nuestro énfasis teórico, nos concentraremos efectos que éstas producen en la sobrevivencia de sobre todo en mostrar aquellos procesos determinados pueblos son tan graves y a veces tan socioeconómicos, políticos e ideológicos que pue­ irreversibles, que uno hasta se sentiría tentado a dan arrojar alguna luz sobre la pregunta anterior, pensar que hubo cierta intencionalidad de los esta­ sin entrar al detalle de analizar los contenidos con­ dos-nación al trazarlas. No sabemos si hay o no base cretos de la cultura aymara en uno u otro contexto para tal sospecha en el pasado. Pero, para despejar­ estatal. Después de ofrecer al lector un mínimo de la totalmente en el futuro, es oportuno señalar los datos básicos, haremos un recuento sumario de la efectos de esta situación, para minimizar sus conse­ evolución del pueblo aymara de acuerdo a la histo­ cuencias negativas principalmente en estos tiempos ria social y política de cada país, enfatizando las en que la mayoría de los estados están introducien­ comparaciones y relaciones que a lo largo de ella do cambios en su legislación para reconocer, en ocurren entre los tres países. Al final, a la luz de mayor o menor grado, su carácter multiétnico y esta información, nos replantearemos la pregunta pluricultural. que hemos lanzado más arriba. Ninguno de estos ajustes jurídicos ha tenido hasta Los datos básicos ahora la audacia de plantear la posibilidad de un Actualmente el aymara es el tercer idioma 1 CIPCA, Bolivia. Casilla 283, La Paz. E-mail: [email protected] indoamericano más hablado en todo el continente, 43 con un total de dos millones largos de hablantes, den esta identidad todos lo que ya no la hablan. En cifra superada sólo por el quechua y el guaraní, dis­ términos antropológicos tampoco tiene mucho sen­ tribuidos sobre todo en tres países: Bolivia, Perú y tido diferenciar entre una “cultura” quechua y otra Chile. Su área principal es el occidente central de la aymara: parece más exacto y útil hablar de una cul­ actual Bolivia (con aproximadamente 1,7 millones tura andina común que en unas partes se expresa en de hablantes) y las regiones colindantes del Perú, al lengua quechua y en otras en lengua aymara (apar­ norte y sur del lago Titicaca (medio millón de te de otra minoría uru chipaya). Aparte de la len­ hablantes) y en el extremo noreste de Chile (unos gua, las variantes culturales internas dentro de este 20.000 hablantes). En cada uno de los tres países el común denominador no se correlacionan con la len­ aymara es la segunda lengua y etnia más numerosa, gua sino con las diversas ecologías y con la intensi­ después de la quechua —en Bolivia y Perú— y de la dad de sus relaciones con la formación social y eco­ Mapuche —en Chile—, Resulta particularmente di­ nómica dominante. fícil trazar en detalle la frontera occidental del terri­ torio aymara, hacia el océano Pacífico, tanto en el Aymaras entre fronteras cambiantes Perú como en Chile, porque en esta parte existe menos información lingüística y, por otra parte, el No es tan claro que en las épocas precoloniales pu­ idioma resulta menos útil para definir la identidad diera hablarse de una identidad común aymara ni étnica, pues se ha perdido bastante sin que ello sea de otra quechua. Más obvias eran las identidades a óbice para que parte de la población siga identifi­ niveles inferiores, sean locales o más probablemen­ cándose como aymara. En las ciudades costeñas te por adscripción a determinados linajes, ayllus o —Lima, Arequipa y todas la franja costeña desde lio federaciones de éstos a niveles más o menos y Moquegua (Perú) hasta Iquique (Chile)— han ocu­ envolventes. El imperio (o “estado”) inca, conoci­ rrido también migraciones masivas desde la puna o do como Tawantinsuyu o ‘las cuatro jurisdicciones altiplano, creando un nuevo estilo de aymara urba­ unidas’, habría sido el nivel máximo de asociación no que camufla su identidad ante los ajenos pero la por conquista interna por parte de uno de los gru­ mantiene en otro nivel de relaciones cotidianas (para pos, el inca. Pero ¿habrá llegado a generar un senti­ el caso peruano consultar a Chirinos 1998 y Chirinos do de identidad común en todos los pueblos que lo y Schwager 1997). componían? Hasta por lo menos el siglo XVII, de forma Tampoco sabemos exactamente qué rol jugaba en­ entreverada con el quechua, había aymara hablantes tonces cada lengua y sus múltiples variantes mucho más al norte hacia el Cusco y más allá, y dialectales dentro de la identificación de estos gru­ seguían hablándose diversas variantes de aymara o pos menores, aunque sí hay evidencias de que la lenguas emparentadas en áreas hoy totalmente distribución lingüística era entonces muy distinta de quechuizadas del Perú central. Actualmente en la la actual y que se relacionaba más a zonas ecológicas región de Yauyos, en las alturas del departamento —más aymara en las alturas y más quechua en los de Lima, queda aún un millar de hablantes de una valles, aparte de otras lenguas— y al acceso de los lengua emparentada, hoy llamada Jaqaru, es decir, ayllus a diversos nichos ecológicos, a veces muy ‘palabra o lengua de la gente’ (Belleza 1995, Ferrel distantes, que a jurisdicciones geográficas contiguas 1996, Pozzi-Escot 1998). Pero éstos ya no mantie­ (Bouysse Cassagne 1987: cap. 2). nen contactos regulares con los aymaras del sur. Hay también grupos numerosos de aymaras emigrados La identificación de los aymaras como un grupo a ciudades que quedan fuera de su territorio habi­ común, con su propio territorio siquiera lingüístico, tual, como Buenos Aires (Argentina) y sobre todo fue en buena medida resultado de la nueva situa­ Arequipa y Lima, en la costa peruana. ción colonial, que “redujo” a los ayllus y comuni­ dades en tomo a nuevos pueblos, para fines fisca­ Esta es la realidad lingüística, que actualmente pesa les, cortando progresivamente sus vínculos con sus bastante para marcar identidades diferenciadas. Pero avanzadas en otras ecologías (Saignes 1978), y que en términos socio-culturales no es exacto medir la fomentó determinadas “lenguas generales” o fran­ identidad étnica a partir de sólo el dato lingüístico: cas para facilitar la evangelización. Se consolida­ ni se identifican como aymaras todos los que ha­ ron así dos vastos territorios lingüísticos, uno blan la lengua (aunque sí, la gran mayoría) ni pier­ quechua y otro aymara. Al parecer, esta reconversión 44 de la identidad en torno a una lengua y territorio de Buenos Aires), como fruto del crecimiento del común se consumó sobre todo durante el siglo XVIII comercio por el Atlántico, y de él pasó a depender (Albó 1987 y 1988). toda la audiencia de Charcas. Pero este paso no su­ puso aún un corte en la unidad interna aymara den­ Por entonces todo este territorio aymara formaba tro de dicha audiencia, pues su límite noroeste se­ parte del mismo virreinato del Perú (o de Lima), guía siendo La Raya, ya en territorio de habla que cubría también la mayor parte del territorio quechua. quechua, sujeto a un proceso semejante. Dentro de él la mayor parte del territorio aymara quedaba Pocos años después de este cambio, en 1780-1782 unitariamente dentro de la audiencia de Charcas, que ocurrió el levantamiento general de los varios Tupaq2 entonces cubría también la parte aymara hoy co­ Amaru, desde el Cusco (virreinato de Lima) y de rrespondiente al Perú, hasta la serranía llamada pre­ los hermanos Katari y de Julián Apasa o Tupaq cisamente La Raya —por ser la frontera jurídica—, Katari, en la audiencia de Charcas (recién pasada al parte de la Cordillera del Vilcanota que separa la virreinato de Buenos Aires).

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