Gorostiza, Una Espectacular “Bala Roja”

Gorostiza, Una Espectacular “Bala Roja”

Athletic eta bere istorioak-El Athletic y sus historias diciembre de 2003 Bilbao 45 Gorostiza, una espectacular “Bala Roja” Alberto Bacigalupe tras la celebraci—n de un amistoso con el propio club getxotarra. Adem‡s, se ced’a a Juanito Eche- AHORA, cuando cierto periodis- varr’a. mo deportivo prodiga ep’tetos y Meses despuŽs comenzaba la definiciones con caracteres ma- temporada 1929-1930. Ser’a el yœsculos Ðy, en algunos casos, con preludio de una impresionante ra- evidente falta de rigorÐ bueno se- cha de triunfos, tanto en lo perso- r‡ que comencemos hablando de nal como en lo colectivo. Quien a La delantera maravillas, un fen—- poco de debutar en San MamŽs meno previo a la guerra civil que fue bautizado como Bala Roja, tuvo por integrantes a un quinteto pas— a convertirse en uno de los hist—rico, en nada borrado con el ’dolos m‡s admirados de nuestro paso del tiempo. fœtbol. Apenas un a–o despuŽs, Velocidad y remate fueron sus mejores armas. Logró 6 Ligas (4 Athletic y 2 Valencia) y 4 Copas (Athletic) Gorostiza bate la puerta del R.C. Español. Euforia por todo lo alto Entre 1929 y 1934, el club bil- debutaba con la selecci—n espa–o- no y varios de sus componentes fi- baino logr— cuatro ligas y cuatro la en Praga (14-6-1.930), encuen- jaron su residencia definitiva en la copas. Ins—lita marca que prueba tro que se sald— con la derrota fo- capital azteca. el poder’o rojiblanco de la Žpoca, rastera por dos a cero. Conclu’da la guerra, Gorostiza buena parte del cual estuvo sus- Amadeo Garc’a de Salazar, se- vuelve a alinearse con el Athletic. tentado por el hacer goleador de leccionador de entonces, cont— Ya no es lo mismo, pese a perma- cinco hombres: Lafuente, Irarago- con Žl para la cita mundialista de necer dos temporadas. Un joven rri, Bata, Chirri y Gorostiza. Ellos Italia, donde unos prepotentes an- Gainza Ðde modos muy similaresÐ fueron, indistintamente, sujeto de fitriones, enfervorizados por el le cierra el paso, lo que decide su admiraci—n general y temor del fascismo dominante, convirtieron pase al Valencia en 1941. Pese a adversario. el reto balompŽdico en una de las sus treinta y dos a–os, el santur- A Lafuente, por ejemplo, se le m‡s nefastas experiencias vividas tziarra logra hacerse con la titula- consider— el mejor extremo dere- internacionalmente. Gorostiza ju- ridad, integr‡ndose en una delan- cha del planeta, tras el Mundial de g— 19 partidos con la selecci—n es- tera de post’n, conformada por Italia (1934); Iraragorri mezclaba pa–ola, despidiŽndose el 28 de di- tres vascos ÐEpi, Mundo y Goros- en su juego fuerza e inteligencia; ciembre de 1941 en Valencia con tizaÐ y dos valencianos, Amadeo Bata era el gol en estado puro; una victoria por 3-2 ante Suiza. Ya y Asensi. Toda una traca, como se Chirri el regate, complementado para entonces hab’a logrado dos dijo entonces. El adi—s al conjunto con servicios de singular preci- entorchados de m‡ximo goleador. levantino lleg— luego de perder la si—n; Gorostiza la velocidad en su La conflagraci—n de 1936 par— final copera de 1947 ante el Real absoluta esencia, acrisolada a una en seco su trayectoria. Suspendido Madrid. Pero llevaba con Žl dos t’- especial habilidad para el disparo el campeonato de Liga y tras la ce- tulos de Liga y uno de Copa. a puerta. lebraci—n de diversas confronta- Hecho el pre‡mbulo, vayamos ciones amistosas con improvisa- con nuestro personaje. O sea, Gui- dos equipos, casi todos ellos adje- De ídolo llermo Gorostiza, hombre de tra- Un gol de bandera ante el F.C. Barcelona en San Mamés tivados por una determinada coa- yectoria controvertida, amado por lici—n pol’tica, en 1937 se crea la indiscutible, el ÒDios FœtbolÓ y quiz‡ maldito Selecci—n Vasca de Fœtbol, cono- por otros de rango menor, cuyo in- cida popularmente como Euzka- a juguete roto flujo se dej— notar singularmente di. Lo que en principio se estable- en los œltimos a–os de su vida. ci— como una corta gira por Fran- En un declive manifiesto, cues- cia con el fin de obtener recursos ta abajo en su rodada, Bala Roja Un fichaje muy negociado econ—micos, pas— a convertirse en vagabundea por equipos m‡s mo- Nacido en Santurtzi el 15 de fe- larga aventura viajera con actua- destos ÐBaracaldo A.H., Logro- brero de 1909, hizo sus primeros ciones, adem‡s, en Rusia, Checos- –ŽsÐ para acabar en el Trubia de peloteos en el Ch‡varri de Sestao lovaquia, Polonia, Ucrania, Geor- Asturias. AquŽl que lleg— a ser y el Zugazarte, para acabar reca- gia y Bielorrusia. Guillermo con- protagonista del filme Campeones lando en el Arenas con apenas taba con 28 a–os y particip— en ca- (1943), junto con Ricardo Zamo- diecisiete a–os. En pocos partidos si todos encuentros. ra, Jacinto Quincoces, Carlos Mu- pas— del anonimato a la populari- –oz y Luchy Soto, se presenta se dad vistiendo la el‡stica rojinegra, Gira y retorno en 1966 como ’dolo ca’do en la pero el servicio militar le llev— Agotado el ciclo, los hombres pelicula de Manolo Summers Ju- hasta Galicia donde, por no per- guiados por Pedro Vallana y Ma- guetes rotos. La rod— un a–o antes manecer inactivo, se incorpor— al nolo Travieso, retornaron a tierras de morir. Racing de Ferrol. Tras cumplir el galas, aloj‡ndose en la localidad Sus œltimos d’as los vivi— en un compromiso con la Marina, el de Barbiz—n, a 30 kil—metros de asilo. Dicen que durante sus pase- Athletic mostr— interŽs por sus Par’s. El proyecto inmediato era os era frecuente que sableara a to- servicios. Debe se–alarse que el emprender viaje a AmŽrica, mas, dos, amigos y desconocidos Ða es- Arenas lo reclamaba como suyo y pese al compromiso t‡cito de per- tos œltimos contaba haza–as fut- las negociaciones resultaron duras manecer todos unidos, Gorostiza, bol’sticas protagonizadas por ŽlÐ, y hasta desagradables. Hubo de junto con Echeverr’a, Perico Biri- con el fin de tomarse un cafŽ con solicitarse el arbitraje de la Fede- chinaga y otro Perico, Vallana, leche, convertido las m‡s de las raci—n Espa–ola, quien movi— to- volvieron a Bilbao. Los cronistas veces en un vaso de vino. do su aparataje jur’dico hasta lle- de la Žpoca no llegan a establecer Fue un jugador œnico en su esti- gar a una soluci—n final que satis- con claridad si hubo excisi—n trau- lo y sell— una historia irrepetible. faciera a los litigantes. Hubo trato m‡tica o un simple acuerdo amis- Hizo uso de modos y maneras por y el primer punto del acuerdo se toso. Lo cierto es que el resto cru- m‡s dispares. De ah’ su gloria y su sald— con un pago de 5.000 pese- z— el Atl‡ntico, el Euzkadi se en- fracaso. Pero Bala Roja era as’, tas, al que sigui— otro de 7.000, Caricaturas de los campeones 1930-1931 cuadr— en el campeonato mejica- quŽ quieren..

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