FACULTAD DE CIENCIAS Y ARTES DE LA COMUNICACIÓN La construcción discursiva del espectador en los reality shows. El caso de Gran Hermano del Pacífico. Tesis para optar el Título de LICENCIADA EN PUBLICIDAD Presentada por CYNTHIA INGRID CABREJOS CALIENES Lima 2007 INTRODUCCIÓN El presente trabajo de investigación lleva como título: “La construcción discursiva del espectador en los reality shows. El caso de Gran Hermano del Pacífico”. Partiendo de las repercusiones sociales que este formato ha tenido en el plano social e individual, me interesa centrar mi análisis en esta nueva forma de hacer televisión que explota día a día la publicidad de la intimidad y el entretenimiento como recursos válidos para ganar audiencias. Todos sabemos que la televisión ejerce una fuerte influencia en sus televidentes, especialmente en la forma en la que estos se relacionan con su entorno. Sin duda, las imágenes de la televisión de hoy representan a su espectador, en la forma en que este concibe su sociedad y además, en cuáles son sus hábitos de consumo. Por otro lado, tenemos que la forma en la que estos reality shows presentan los objetos que exhiben y cuánto exhiben de ellos, es muestra de su papel por construir a un tipo de espectador ideal. Como un libro que ha sido escrito para un lector que idealmente interpreta y comprende los contenidos de la forma que lo ha concebido el autor, los reality shows establecen marcas enunciativas para atribuirle a su espectador diferentes competencias que finalmente terminen por fidelizarlo y engancharlo al drama. Precisamente la pregunta que esta investigación pretende responder es cómo el discurso de los realities (concentrándose particularmente en el de Gran Hermano) construye a un espectador ideal omnisciente y omnividente. Es este discurso el que se caracteriza por otorgarle competencias a este nuevo espectador que lo quiere ver y saber todo. Justamente la omnisciencia es esta facultad atribuida al espectador de conocer todo cuánto suceda dentro del universo dramático del show televisivo. En Gran Hermano, la instalación de decenas de cámaras y micrófonos, junto con la presencia de una presentadora que interroga continuamente a los concursantes, le permite a este espectador ideal no perderse detalle, volviéndose finalmente una figura omnipresente. Como sujeto todopoderoso en el espacio, el espectador se vuelve omnividente: presente en todos los escenarios y presenciando todas las acciones a la vez, el sujeto cuenta con una hipervisibilidad absoluta. La oferta constante de intimidad al desnudo, captada las 24 horas del día, revela a un espectador con capacidad (ilusoria) de contar con todos los puntos de vista. El objetivo es analizar todos estos mecanismos discursivos que construyen a un espectador con tales competencias –caracterizando además al discurso de los reality shows definiendo sus principales argumentos. Lo que pretendo investigar, recordemos, es la construcción de un tipo de espectador ideal. Mi hipótesis es que a partir de las diferentes marcas enunciativas: recursos audiovisuales, la reconstrucción del espacio, la presencia de personajes televisivos, etc., se le otorga a este espectador la ilusión (un poder aparente) de verlo y saberlo todo. Este poder otorgado por los medios tiene pues, un carácter temporal ya que sólo es activado en el tiempo de la emisión televisiva. El tema de los reality shows da para mucho, y es que es un tema tratado ampliamente por autores internacionales desde ya más de una década. Se habla de la neotelevisión y de los diferentes recursos discursivos empleados en este género televisivo. Además, existen muchos libros y capítulos dedicados a analizar los efectos de Gran Hermano en sus diferentes países de emisión. Sin embargo, considero que esto no ha sido tratado a profundidad desde el punto de vista del espectador. Lo que puede encontrarse en la bibliografía habla del ojo omnímodo de la cámara que lo ve todo, y que sitúa al espectador en un supuesto espacio real y en un momento presente. Creo que se ha dejado de lado cómo esa función del medio ha logrado construir a su audiencia, que ha evolucionado desde simples receptores a espectadores que son participantes activos de los shows televisivos. Es decir, que al no dar cuenta de la atribución de ciertas competencias e ilusiones al espectador, junto con su propio deseo conocerlo todo, no se ha logrado integrar conceptos como la hipervisibilidad o el voyeurismo para hablar de este espectador que presenta una nueva forma de relacionarse con la televisión y su sociedad. Precisamente, el análisis de estos conceptos y de otros como el narcisismo televisivo (la televisión habla de sí misma), van a permitirme centrar mi estudio en esta construcción discursiva de un espectador omnisciente y omnividente. A pesar de que el género del reality show ya ha tenido muchos años de existencia en Europa -con su origen en Holanda y sus posteriores emisiones en países como España, Inglaterra, Italia, etc., y luego en algunos países de Occidente-, aún tiene muchos años por delante en Latinoamérica, incluso en nuestro país con la versión llamada “Gran Hermano del Pacífico”. Es el gran éxito de estos programas expresado en elevados niveles de sintonía (en Holanda el programa llegó a ser visto por 6 millones de personas en un país de 8 millones, y en 2 España alcanzó una cobertura de cerca del 70% de la población), así como las diferentes criticas que se le hacen respecto a la manipulación de las historias o los personajes re- presentados, lo que hace de Big Brother, o Gran Hermano, un programa controversial y en el cual hay todavía mucho por estudiar. La idea de analizar a este espectador que cree ver y saber todo, es útil en cuanto va a arrojar nuevas luces sobre el poder que han alcanzado los medios hoy en día. Además, podrá otorgar algunas respuestas en cuanto a preguntas tales como: ¿lo que se nos presenta en pantalla puede considerarse la verdad?, o, ¿es todo lo que vemos una simple ilusión de la realidad?. A su vez llegamos a otras interrogantes como: ¿la forma en que los participantes de Gran Hermano se comportan dentro de la casa es como se comportarían normalmente?, ¿es todo pura actuación?. Con esto último me refiero a otro punto esencial en mi investigación, es decir la hiperrealidad mostrada en pantalla donde lo verosímil parece más importante que lo verdadero. Podemos pasar ahora a detallar qué es lo que contiene esta investigación. En el primer capítulo hablo de La neotelevisión y la postmodernidad. A partir de los años 50 en adelante, una serie de cambios van a determinar nuevas formas de pensamiento y concepción de la sociedad por parte de los sujetos llamados ciudadanos. Comenzó un proceso de deslegitimación de las instancias políticas y los discursos dominantes, y como afirma Lyotard, deja de hablarse de una única historia universal para comenzar a mirar hacia fuera, hacia una multiplicidad de historias que le restan validez a los antiguos estándares de lo que los occidentales consideraban el ideal del hombre. En este camino ocurren una serie de cambios determinantes para comprender la sociedad mediática en la que nos encontramos. En primer lugar, en el apartado de La nueva naturaleza del saber y su legitimación hablo de que se concibe una nueva naturaleza del saber que con la proliferación de los medios masivos va a comenzar a estar al alcance de todos los niveles sociales. En segundo lugar, en La muerte del arte, la expansión de los medios origina una serie de cambios en el arte y en las concepciones estéticas. Los medios tienden a estandarizar los gustos, y las obras de arte pierden su autenticidad ante la reproducción masiva. Un tercer factor está dado por lo que se podría denominar la paradoja de La sociedad transparente. Como se cuestiona Gianni Vatimo, la sociedad de los mass media al mostrarnos múltiples y repetidas imágenes del mundo, transgrediendo cualquier frontera física, se aleja más de la realidad en lugar de reflejarla. La sociedad postmoderna es una sociedad confusa y caótica y no una sociedad más transparente o iluminada. El cuarto factor es en cuanto al Interés por la vida cotidiana 3 del hombre común. Tomando la heterogeneidad y la diversidad como valores exaltados por la postmodernidad, el enfoque de los medios se traslada a la cotidianidad, donde los individuos aprenden más de sí mismos y su sociedad por medio de los otros que aparecen en pantalla. Esto nos lleva al quinto punto, y es que teniendo en consideración la importancia de representar al ciudadano de a pie, los medios comienzan a dar cuenta de las ventajas de explotar sus posibilidades de consumo cambiando los contenidos culturales por el entretenimiento. Esto origina El paso de la paleotelevisión a la neotelevisión: las televisoras se preocupan más por alcanzar altos niveles de audiencia e inversiones en publicidad. Para esto realizan múltiples cambios en su programación como extender las franjas horarias y crear más programas concurso o talk shows. Los antes canales del Estado pasan a manos de empresas privadas que deciden cambiar las exigencias pedagógicas por las leyes del mercado, oferta y demanda. En el sexto y último apartado del primer capítulo, hablo de La disolución de las fronteras entre información y ficción. Según Umberto Eco, aún en la paleotelevisión quedaba clara la dicotomía entre ambas ofertas. Sin embargo, con la neotelevisión y las exigencias de audiencia, los contenidos televisivos comienzan a mezclar la presunta veracidad y objetividad de los programas informativos con la credibilidad y espectacularidad de los programas de ficción (teleseries, telenovelas, etc). Cada vez más, la televisión se nutre de diferentes formatos para alcanzar los objetivos de entretenimiento, pero sobretodo, se convierte ella en verdad, dejando de ocultar sus propios artificios. En el segundo capítulo, Particularidades de la neotelevisión, defino Las principales características de este nuevo género.
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