• El Museo Canario ENERO-DICIEMBRE 1961-1962 AÑOS XXII-XXIII LAS PALMAS DE GRAN CANARIA NÚMS. 77-84 Don Josa Díaz Hcrn~ndcz EL MUSEO CANARIO Revista publicada por la Sociedad del mismo nombre de Las Palmas de G. Canaria FUNDADA EN 1879 INCORPORADA AL CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENIÍFICAS AÑOS XXII-XXIIJ ENERO-DICIEMBRE 1961-1962 Núms. 77-84 SUMARIO Págs. Don José Díaz Hernández y-VII ARTÍCULOS: MIGUEL FUST~: Estudio antropológico de los esqueletos in- humados en túmulos de la región de Gáldar (Gran Canaria). 1-122 ENRIQUE MARCO DORTA: Un proyecto de tabernáculo para la Catedral de Las Palmas 123-137 ANTONIO RUIZ ALVAREZ: En torno al ingeniero ca//ario don Agustín de Bethencourt y Molina 139-147 DOCUMENTOS: 1. Un nuevo documento de Argote de Molina (pp. 149-150). II. Índice del Archivo particular de Galdós, por SEBASTIÁN DE LA NUEZ (pp. 151-170).—-III. Cartas de Manuel Tolosa La- tour a Galdós, por JosI~ SC1JRAIBMAN (pp. 171-186) 149-186 RESEÑAS: AGUSTÍN MILLARES CARI.o: De gestis Mendi de Sáa, de Jo- seph de Anchicta (p. 187)—y. D.: Tres estudios biobiblio- gráficos, de AGUSTÍN MILLARES CARLO (pp. 188-1 89)—ENRI- QUE MARCO DORTA: Documentos para la historia del Arte en las Islas Canarias, de MIGUEL TARQUIS y ANTONIO VIZCAYA (pp. 190-193).—J. M. A.: Fuentes para la historia del Arte Hispanoamericano, de ENRIQUE MARCO D0RTA (pp. 193-195). —JUAN RODRÍGUEZ DORESTE: Domingo Déniz Grek, de José MIGUEl. ALZOLA (pp. 195-197)—JUAN RODRÍGUEZ DORFSTE: Gran Canaria y sus obras hidráulicas, de SIMÓN BEN ÍTFZ PA- DILLA (pp. 198-201).—JosÉ SCHRAIBMAN: The modern spanish novel, de SFIERMAN H. EOFF (pp. 201-202).—JosÍ SCHRAIBMAN: Galdós et ses romans, de ROBERT RICARD (pp. 203-208).— V. D.: Paisaje y poesía en la Edad Media, de JOAQUÍ~J AR- TILES (pp. 208-210).—-V. D.: Dreams in the noveis of Galdós, de JosEpu SCI-IRAIBMAN (pp. 210-211).—MÍGUEL FUSIÉ: Tra- bajos en torno a la cueva sepulcral de Roque Blanco (pp. 21I-213).——JosI~ALCINA FRANCO: “Prchistoric idois from Gran Canaria”, de F. E. ZEUNER (pp. 213-214) 187-214 Registro Bibliográfico, recopilado y ordenado por M~\NuEr, HERNÁNDEZ SUÁREZ 215-315 Consejo de Redacción: MANUEL MORALES RAMOS SIMÓN BENÍTEZ PADILLA JUAN BOSCH MILLARES JUAN RODRÍGUEZ DORESTE JOSE MIGUEL ALZOLA Director: AGUSTÍN MILLARES CARLO Secretario: MANUEL HERNÁNDEZ SUÁREZ Redacción y Administración: EL MUSEO CANARIO, Dr. Chi!, 33. Las Palmas de Gran Canaria. Toda la correspondencia al Secretario DON JOSÉ DÍAZ HERNÁNDEZ (1891-1960) El día 26 de febrero del pasado año falleció en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria nuestro ilustre y antiguo Presidente don José Díaz Hernández, que a la sazón de su muerte desempeñaba el cargo de Vicepresidente segundo de nuestra Sociedad, a la que pertenecía como socio de número desde el año 1938. Una grave dolencia, soportada desde su inicio con la estoica y conformada serenidad que fue siempre atri~ buto de su condición humana, segó cruelmente una existencia que en tantos aspectos fuera modelo de honesto, esforzado y alto vivir. Había nacido don José Díaz —el 2 de julio de 1891— en la villa de Artenara, un bello pueblecito arriscadamente colgado en las alturas cumbreras de Gran Canaria, al borde vertiginoso de barrancos, cráteres y acantilados cuya majestuosa y solemne belleza es por su sola diaria contemplación áspera forja de temple y conducta. Así fue de recta, elevada y limpia la existencia de nuestro llorado consocio. Durante más de quince años desempeñó la secretaría del Ayuntamiento de su pueblo —Artenara la invisible, como la calificara el gran escritor canario Fray Lesco en una crónica inolvidable en que se evoca a nuestro Secretario— heredada en cierto modo de su padre, de quien también recibió el inestimable legado de un hondo amor por su isla y de una entrañada vocación de jurista. Con los parvos recursos de su modesta Secretaría municipal constituyó una familia ejemplar, crió y educó nueve hijos, de ellos siete varones, y con un esfuerzo de admirable y tenaz dedicación se licenció en De~ recho en la Universidad de La Laguna de Tenerife, aprobando en cuatro convocatorias y en poco más de un año la totalidad de las asignaturas de la carrera, que estudiara con abnegada paciencia de autodidacta. Se dio de alta en el Colegio de Abogados de Las Palmas a fines del año 1933, y a los pocos meses, con enérgica determinación, se trasladó a la capital de la isla para ejercer, con el lastre nada leve de su prole nutrida, la nueva profesión que había elegido. La abogacía, prac~ ticada con severa moral, auténtica responsabilidad, seguro discerni~ miento y criterio sano e iluminado de verdadero jurista, le conquistó bien pronto un arraigado prestigio profesional y una bien extendida notoriedad social. Consecuencia de esta rápida afirmación de su per~ sonalidad fue su breve y fecunda actuación circunstancial en la vida política de su isla. Nombrado Alcalde de Las Palmas en el año 1937, su paso por la magistratura popular tuvo los mismos rasgos de activa VI Don José Dja~ ¡fernández y silenciosa eficacia que siempre imprimió a todas sus tareas personales, De su gestión en la corporación municipal se recuerdan como particu~ larmente afortunadas cuatro obras: la urbanización del populoso, insano y caótico barrio de la Isleta, al que sin hacerle perder la traza pinto~ resca determinada por su ubicación, supo darle sello y porte de higié~ nica y ordenada modernidad; la construcción del Grupo Escolar del Generalísimo Franco, en el mismo barrio, que iniciara la amplia obra escolar posterior del Ayuntamiento de la ciudad; el comienzo del am~ bicioso proyecto del Paseo de la Playa de las Canteras y la creación con carácter municipal del impuesto sobre el tabaco, hoy de recaudación insular, que permitió constituir un fondo para obras de alivio del paro que tuvieron en aquellos difíciles años extraordinaria importancia. Interesa a nuestra Revista subrayar especialmente la huella que en la vida e historia de El Museo Canario dejara profundamente marcada la etapa presidencial de don José Díaz. Fue elegido por primera vez para cargos en la Junta Directiva el 29 de diciembre de 1940 y pertene~ ció ininterrumpidamente a ella hasta el día de su muerte, lo que sig~ nifica una colaboración rectora de cerca de veinte años. Su primer con~ tacto con El Museo, y de ahí el comienzo de su constante y honda devoción a nuestra casa, ocurrió cuando trabajaba, en los primeros años de su carrera, en el bufete de nuestro inolvidable Presidente don Rafael Cabrera Suárez (q. D. h.), que patrocinó su primera candidatura. La Junta General del 30 de diciembre de 1943 le nombró Presidente, y du~ rante cuatro años consecutivos —de 1944 a 1947, ambos inclusive— des- empeñó don José Díaz la presidencia con la seria consagración y la diligente actividad que muestra la labor cumplida en aquel cuatrienio. Las actas sociales de entonces registran, entre otros acuerdos intere~ santes que sería prolijo enumerar, algunos hechos capitales en la his~ toria del Museo. El primero que destaca, por orden cronológico y de significación, es la instalación de la «Biblioteca Luis Maffiote», reali~ zada con la ayuda del Cabildo Insular de Gran Canaria, en la que, sobre la base de los valiosos fondos legados por aquel ilustre biblió~ grafo tinerfeño, se ha constituido la «Biblioteca Canaria» —libros, folle. tos, manuscritos, grabados y mapas relativos a Canarias— que es hoy uno de los legítimos orgullos de este Museo. Complemento de esta ins~ talación fue la limpieza y acoplamiento de los fondos de la Inquisición canaria que poseía ya nuestra sociedad, núcleo principal de su rico archivo de documentos históricos de las islas. Otra obra de excepcional y decisiva magnitud fue la construcción de la nueva sala de lectura de la biblioteca general y del salón de actos y exposiciones, cuya iniciación e inauguración se llevaron a cabo totalmente bajo el mandato de don José Díaz, y gracias a la subvención especial que a tal efecto obtuvo del Mando Económico de Canarias, desempeñado en tal ocasión por el ilustre General Garcia~Escámez, cuyo recuerdo se guarda cariñosa~ mente en este archipiélago. Entre las muchas iniciativas igualmente re. Don José Dio: hernández VII gistradas en los anales de aquella época cabe recordar la incorporación de nuestro Museo al Patronato José María Quadrado, del C, S. de 1. C., en abril de 1944, con el especial alcance que en cuanto a privilegios, categoría y protección confiere la pertenencia al más alto organismo científico de nuestra nación; la organización por el Museo, siguiendo iniciativa del Marqués de Lozoya, de la Primera Exposición colectiva de artistas canarios celebrada en Madrid en la primavera de 1944, en la que tuvo tan señalada intervención don Jósé Díaz Hernández que motivó un voto de gracias por parte de la sociedad, y la reorganización de la rica Hemeroteca del Museo, obra larga y costosa, iniciada por reso~ lución de don José Diaz, en el curso de cuya presidencia se ordenaron y encuadernaron más de doscientos volúmenes de periódicos canarios. Y dejamos para el final algo que nos afecta particularmente. Bajo la presidencia del señor Díaz Hernández, en el año 1944, se rea~ nudó la publicación de esta Revista, suspendida a raíz de nuestra guerra, en la cuarta época de su larga y azarosa existencia. Diez números apare. cieron en aquellos cuatro años. El interés de don José Díaz por la publicación fue siempre vivo, cercano y hasta acuciante. Es justo que en esta nota de recordación y de evocación —involuntariamente retrasada por el número extraordinario que dedicamos a don Simón Benítez Pa. dula.— hagamos constar el desvelo y el cariño que nuestro desaparecido Presidente mostró siempre hacia nuestra Revista, que consideraba acer~ tadamente, no sólo como órgano difusor de una labor en torno a los diversos problemas que suscita la peculiaridad canaria, sino como el verdadero fermento y agente promovedor de tal labor y de tan cons~ tructivo empeño.
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