La comunidad judía de Luesia (Zaragoza) en el siglo 15: aportaciones desde la microhistoria1 Miguel Ángel Motis Dolader In this article, we trace briefly the trajectory of the Jewish Community of Luesia (Zaragoza) in the first half of the 15th century. With a modest population of about thirty families, it is unique in that it was the only minority religion in the city, and depended on the jurisdiction of the Archbishop of Zaragoza. Based on ecclesiastical sources, we analyze different aspects of the community such as its institutional foundation, demographics, habitat, seigneurial rights, taxation, and social conflict. La localidad de Luesia, asentada en la orilla izquierda del río Arba, junto a la sierra homónima, pertenece a la Comarca de Cinco Villas, en la actual provincia de Zaragoza. Como sucede con otras localidades del territorio, presenta la peculiaridad de que los judíos constituyen la única minoría confesional que convive con la mayoría cristiana, ya que tras la Reconquista no permanecen asentamientos mudéjares.2 Además, tiene la singularidad de que fue la primera comunidad judía bajo la jurisdicción del señorío del arzobispado de Zaragoza, incorporándose de modo más tardío las aljamas de Biel, El Frago y Albalate del Arzobispo. La documentación es muy reducida, pues el archivo parroquial y el municipal fueron saqueados con motivo de la Guerra de Sucesión – muy cruenta, como en Ejea de los Caballeros, al adherirse a la causa del archiduque Carlos de Austria – ,3 al igual que sucedió con los protocolos notariales.4 Sin embargo, por su condición 1 Siglas utilizadas: ACA. Archivo de la Corona de Aragón. Barcelona; ACS. Archivo del Cabildo de San Salvador de Zaragoza; ADZ. Archivo Diocesano de Zaragoza; AHN. Archivo Histórico Nacional. Madrid; AHPB. Archivo Histórico de Protocolos de Borja; AHPH. Archivo Histórico de Protocolos de Huesca; AHPS. Archivo Histórico de Protocolos de Sos del Rey Católico; AHPZ. Archivo Histórico de Protocolos de Zaragoza; AML. Archivo Municipal de Luna. 2 M. Á. Motis Dolader, “Los judíos de las Cinco Villas en la Edad Media: historia de una convivencia dual”, en Comarcas de las Cinco Villas, A. G. Nuria coord., Zaragoza 2007, pp. 93-94. 3 J. A. Armillas Vicente & B. Pérez Álvarez, “La Guerra de Sucesión en las Cinco Villas”, La Época Moderna en las Cinco Villas, Actas de las IV Jornadas de Estudios sobre las Cinco Villas, Ejea de los Caballeros 1990, pp. 161-194. 4 El arzobispo designa sus propios notarios, por lo común laicos; los eclesiásticos, [Hispania Judaica 14 5779/2019] Miguel Ángel Motis Dolader de aljama de señorío eclesiástico, son valiosas, aunque fragmentarias, las noticias procedentes de los registros de Actos Comunes y de Órdenes del Archivo Diocesano de Zaragoza, que sirven de base primordial a esta aproximación.5 Nos centramos en especial en la primera mitad del siglo 15, coincidiendo con la ejecutoria de los prelados García Fernández de Heredia (1383-1411),6 Francisco Clemente Pérez (1415-1419),7 Alonso de Argüello (1419-1429), Francisco Clemente Pérez (1429-1430) y Dalmau de Mur (1431-1456). Ello no obsta para que me refiera a períodos anteriores o posteriores cuando aporten información relevante. Orígenes Las premisas que sientan las bases de la llegada de los primeros colonos judíos, en su gran mayoría transpirenaicos, se labran con la delación del fuero burgués de Jaca efectuada por el conde Ramón Berenguer IV en 1154, que tan eficaz había sido en la atracción de esta minoría étnico-confesional en la primera capitalidad del Reino – entre otros motivos por la prescripción de año y día –, 8 beneficiando a los pobladores del barrio de San Esteban.9 tonsurados o simples eclesiásticos, están adscritos a la iglesia parroquial, asignados a una localidad específica, en la que estaban avecindados, donde desempeñaban su oficio sin perjuicio de que tuvieran legitimidad para actuar en todo el territorio. P. Pueyo Colomina, “Nombramientos de notarios por los arzobispos de la Diócesis de Zaragoza (1346-1411)”, Aragón en la Edad Media 20 (2008), p. 649. 5 Por lo general, los documentos están escritos en latín, aunque algunos originales se despachan in lingua materna o in vulgari, cuando se dirigen a los oficiales de la villa para facilitar su intelección. P. Pueyo Colomina, “Las tasas de la escribanía del arzobispo de Zaragoza Guillermo d'Aigrefeuille (1347-1350)”, Studium: Revista de Humanidades, 3 (1997), p. 380. 6 Prelado caracterizado por su espíritu humanista y su ponderación en el tratado dispensado a las minorías étnico-confesionales. A. J. Martínez Tirao, García Fernández de Heredia y la aljama de Judíos de Albalate del Arzobispo (1400-1411), Albalate del Arzobispo 2015, pp. 29-36. 7 En la visita pastoral que realiza en 1418 al arciprestazgo de Teruel, se documenta, entre otros asuntos, la tonsura del judeoconverso Francisco Pérez en la localidad de Montalbán, cuya judería se había extinguido recientemente. R. Navarro Nieto, “Visita pastoral del arzobispo de Zaragoza Francisco Clemente Pérez en el Registro de Actos Comunes y Órdenes (1416-1418-1419)”, Turiaso, 23 (2016-2017), pp. 223-240; M. Á. Motis Dolader, La comunidad judía y conversa en Montalbán (siglos XIV y XV), Zaragoza 2006, pp. 55-60. 8 M. Á. Motis Dolader, “Contexto histórico-jurídico de los judíos del Reino de Aragón (ss. XI-XII): pluralidad normativa y preconfiguracion de las aljamas”, en Estudios sobre Pedro Alfonso de Huesca, M. J. Lacarra ed., Huesca 1996, pp. 104-108. 9 AHN., Sección Clero Regular y Secular, carpeta 714, doc.14. [82] La comunidad judía de Luesia (Zaragoza) en el siglo 15 Tras la pacificación de las incursiones de las tropas musulmanas (como en el resto de las Cinco Villas) no permanecen núcleos poblacionales islámicos.10 A ello se suma otro factor como es la concesión de franquicia de lezda y peaje en 1264, pese a que no llegarán a tener una feria anual.11 Tampoco son citados en la orden que Pedro III cursa el 6 de diciembre de 127612 a sus moradores para que respondan de las rentas reales ante Aarón Abinafia, Baile real. No obstante, y dado que esa comunidad era preexistente, la primera referencia documental es más antigua,13 y fragua en el contexto bélico que enfrenta a la monarquía con la nobleza regnícola, provocado por los episodios de La Unión, donde Pedro de Ayerbe, tío bastardo del soberano, incita a una perniciosa sublevación del castillo.14 Sofocada por las tropas realistas de modo fulminante entre el 19 y 22 de septiembre de 1287, tras el asedio y la rendición de la villa y como medio de que la pacificación sea duradera – no solo hay que saber ganar sino administrar la paz –, Alfonso III confirma los privilegios de los caballeros e infanzones de la localidad, no sin que antes todos los integrantes del concejo, al que concurren un mínimo de noventa varones – el listado no se ha conservado en su totalidad, pues se encuentra deteriorado en su parte inferior –,15 prestaran 10 M. L. Ledesma Rubio, “La colonización de las Cinco Villas y su organización social en los siglos XI y XII”, en Segundas Jornadas de Estudio sobre las Cinco Villas, Ejea de los Caballeros 1987, p. 52; M. I. Falcón Pérez, “Las Cinco Villas, tierra de infanzones”, en Las Cinco Villas aragonesas en la Europa de los siglos XII y XIII: de la frontera natural a las fronteras políticas y socioeconómicas (foralidad y municipalidad), E. Sarasa Sánchez coord., Zaragoza 2007, p. 297. 11 Cuando el rey recupera en 1260 Luesia y Agüero, desembolsando 1.500 morabetinos, incluye “cenis, monedaticis, bovaticis, tributis, hominibus et mulieribus habitantibus et habitaturis, christianis, sarracenis et iudeis”. Dadas las escasísimas menciones a los moros puede deberse a un mero formulismo, que ni refuta ni avala la presencia simultánea de judíos. Hasta entonces había estado en poder de Lope Jiménez de Luesia, linaje muy arraigado en la villa desde mediados del siglo 12. E. Piedrafita, “Sectores sociales y ocupación territorial en las Cinco Villas (siglos XI al XIII)”, en Las Cinco Villas aragonesas en la Europa de los siglos XII y XIII, p. 261. 12 ACA., Real Cancillería, Reg. 38, fol. 105. 13 Presentan paralelismos cronológicos con las aljamas navarras de la ruta Compostelana, con su típica dualidad burgo-judería, donde no hay testimonios fehacientes de su presencia hasta el ejercicio fiscal de 1286. J. Carrasco Pérez, “La comunidad judía de Sangüesa (c. 1080-1412): economía, sociedad”, Príncipe de Viana, 67 (2006), pp. 71-72. 14 Su fundación, en sintonía con las comunidades del entorno, no se remonta más allá de la segunda mitad del siglo 13. J. Aragüés Aldaz, “Algunos datos en torno a la repoblación de Luesia en el siglo XII”, Segundas Jornadas de Estudio sobre las Cinco Villas, Ejea de los Caballeros 1987, pp. 65-76. 15 F. S. Rodríguez Lajusticia, “La población de Luesia en 1287 según un listado nominal”, Aragón en la Edad Media, 19 (2006), pp. 511-519. [83] Miguel Ángel Motis Dolader juramento solemne de fidelidad.16 Asimismo, en tiempos ulteriores, concurren las aldeas de Orés y Asín,17 no así Farasdués.18 Sin embargo, en un documento procedente de la Real Cancillería publicado por J. Regné,19 se ratifica una condonación regia20 que libera a los caballeros, infanzones y villanos de cumplir con los compromisos pecuniarios con los judíos residentes a causa de las deudas contraídas.21 Posteriormente, en la toma de posesión solemne de la villa que realiza el nuncio del arzobispo,22 Don López Hernández de Luna, y en cumplimiento del legado testamentario efectuado por Don Pedro, nieto de Doña Teresa Gil de Vidaurre, el 27 de abril de 1368,23 donde incluían también los lugares de Orés y Farasdués,24 son citados expresamente sus pater familiae. Entre los convocados se nomina un total de 73 infanzones,25 10 labradores francos26 y 18 judíos, que asisten en calidad de “concejantes”.
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