PRIMERAS JORNADAS DE HISTORIA REGIONAL COMPARADA Nacionalismo y región en el pensamiento autoritario- revisionista de Argentina y Brasil Jauregui Aníbal Méndez Liliana Stortini Julio Durante el período de entreguerras se expandieron por el mundo diversos sistemas ideológicos, a los que se ha calificado de nacionalistas de derecha. Las características que los distinguían fueron el común rechazo a la trayectoria liberal precedente, una concepción sustancialista de la Nación (con la recusación de todo aquello considerado ajeno a ese sustancia) y el reconocimiento del papel estratégico del Estado como mecanismo articulador del orden y la armonía sociales. Muchas veces sus rasgos comunes hicieron que fueran reducidos a la unidad cuando escondían diferencias cualitativas de significación. Sin embargo, tenían algo que los identificaba: todas ellas eran la expresión de una crisis de valores, de creencias, de referencias que se haría sentir, tanto en el Viejo como en el Nuevo Mundo, por más de media centuria. Entre estas diversas expresiones, a las que podemos definir como agrupaciones, o corrientes, de intelectuales que se influían mutuamente, encontramos a las que germinaron en la Argentina y el Brasil. La diversidad no está dada sólo por la pertenencia a dos países diferentes sino también dentro de cada uno de ellos, vemos que existían diferencias de relieve entre los intelectuales ubicados en estas corrientes. Inmersa en este espacio del mundo de las ideas de ambos países, esta ponencia bucea en aquellos aspectos del pensamiento de la derecha autoritaria argentina y brasileña específicamente relacionados al problema regional. Ya hemos sostenido implícitamente que este pensamiento se presentaba como una “ideología de Estado” 1, cuya finalidad más ostensiva estribaba en colocar al Estado en el centro del quehacer social. Pero desde ya el fortalecimiento del Estado no era un fin en sí sino una forma de poner en evidencia la existencia de un sujeto nacional. Con obvias diferencias respecto a la antagónica concepción marxista, también era una 1 Lamounier Bolivar, “Brasil. La formación de un pensamiento político autoritario en la Primera República: una interpretación” en Desarrollo económico , n° 62, jul-sept 1976, p. 256. concepción “instrumentalista” del Estado en el que éste debía fortalecerse para servir a una Nación, de la cual era expresión suprema. Esta relevancia absoluta del objeto Estado ha sido fuertemente identificado por la historiografía brasileña con la imagen hobessiana del Leviathan. Sin ser este problema el nudo de nuestro análisis, basta decir aquí que esta preocupación ostensiva con el tema del poder hobessiano del Estado nacía de la genuina preocupación por identificar las raíces históricas del autoritarismo brasileño, claramente dominante en el período 1964-1985. La reflexión sobre el poder, con obvias influencias weberianas, no partía de analizar el rol político de las fuerzas armadas sino el monopolio del ejercicio del poder por las elites estatales dominantes desde los tiempos del Emperador. Por el contrario, en Argentina el hobessianismo ha sido mucho menos significativo como causal apuntada del autoritarismo, porque este ha sido generalmente considerado como resultado de la incapacidad de la sociedad de resolver el conflicto social dentro del marco democrático. El nacionalismo ha sido descripto, entre otros autores por Hobsbawm, como una de las grandes “invenciones” del siglo XIX. La idea de “invención” trae aparejada la de una creación artificial, no espontánea, de vínculos comunes que se convierten en naturales por quienes son comprendidos por ellos. ¿Cómo afectaba el federalismo a la construcción de este artefacto? Como los vínculos nacionales son canalizados y expresados por el Estado, el federalismo como doctrina política y corriente histórica subyacente, pasa a ser percibido lógicamente como un fenómeno problemático por el grupo de “inventores” del pensamiento nacionalista, ya que significa dispersar el sujeto y el objeto del nacionalismo. Esto era particularmente así en la Argentina y Brasil, que recibieron al federalismo como herencia importada de los Estados Unidos. La doctrina federal partía de la compatibilización de dos principios, descriptos por Alexis de Tocqueville en su famoso La democracia en América , de la centralización política y la descentralización administrativa. El problema que presentaba el federalismo sudamericano, y esto fue remarcado por los pensadores autoritarios brasileños, radicaba en que las tradiciones políticas locales llevaban a una descentralización política y administrativa, con la consiguiente pérdida del sentido nacional. Hoy sabemos que - al contrario de lo que sostenía la denominada teoría “emanacionista” de la ideología - las ideas no “emanan” de la clase social, que tienen, por lo tanto, su historia y su lógica autónomas. En ambos países encontramos una corriente de pensadores que aparecieron en la segunda década del siglo XX y que cuestionaban el ordenamiento socioeconómico liberal dominantes en ambos países. Sin embargo es necesario hacer desde ya varias salvedades para analizar las posibles convergencias entre ambos. En primer lugar en Brasil, estos pensadores, cuyo antecesor puede ser Alberto Torres y sus expresiones más trascendentes estuvieron representados por Francisco Campos, Alceu Amoroso Lima, Oliveira Viana y Azevedo Amaral, se caracterizarían por la defensa explícita de un orden político basado en la centralización y el fortalecimiento del Estado federal por medio de metodología autoritaria. Estos autores se oponían a la actitud nacionalista denominada “ufanista” que fincaba la Nación en las particularidades de la geografía y las peculiaridades de la población. En la Argentina el nacionalismo tuvo por preocupación principal el reconocimiento de una personalidad propia, particular, diferenciada del inmenso enjambre migratorio, que le “mezquinaba” una identidad reconocible en el concierto de los pueblos del mundo. Ricardo Rojas fue uno de sus precursores de esta búsqueda identitaria aunque no compartiera con sus sucesores, Leopoldo Lugones, Julio Irazusta, Carlos Ibarguren, Juan Carulla, Font Ezcurra, por citar algunos, su predilección por los gobiernos autoritarios. Podemos entrever las diferencias entre ambos “nacionalismos” al observar su configuración, esto es la forma en que se agrupaban las corrientes intelectuales de este sector en ambos países. La configuración de la derecha nacionalista en el Brasil está curiosamente dotada de tres polos: 1. Polo cientificista de raíz positivista. Aquí se congregaban intelectuales que consideraban a la realidad social como resultado de un fenómeno evolutivo regulado por leyes naturales. Entre ellos consideramos a dos autores de los más citados: Antonio Jose do Azevedo Amaral y Franciso José de Oliveira Viana. 2. Polo católico. Este núcleo consideraba a la nación originada en la común pertenencia aun credo religioso. Este grupo giraba en torno al periódico A Ordem y al Centro Dom Vital. Sus más conocidos representantes fueron Jackson de Figueiredo y Alceu Amoroso Lima, alias Tristäo de Ataíde. 3. Polo fascista.. Este está casi totalmente ocupado por el integralismo, expresión clara de la derecha antiliberal. Encontramos como sus principales exponentes al dirigente máximo del integralismo, Plinio Salgado pero también están en él Miguel Reale y Gustavo Barroso. La derecha nacionalista argentina tiene una configuración distinta: 1. Polo católico: aquí se reunían los intelectuales que orbitaban en torno a la revista Criterio, equivalente argentina de A Ordem . Julio Meinvielle, Gustavo Franceschi, Cesar Pico, Tomás Casares estaban en esta lista 2. Polo fascista entre quienes podemos ubicar a Juan Carulla, Enrique Osés. Roberto de Laferrere y Leopoldo Lugones. 3. Corriente neorrepublicana. Integrada por los integrantes de La Nueva República , cuyas figuras más significativas fueron Julio y Rodolfo Irazusta, Ernesto Palacio, Mario Amadeo 2. 2 Beired Jose Luis Bendicho, Autoritarismo e nacionalismo: o campo intelectual da nova direita no Brasil e na Argentina (1914- 1945) , Tese de doutorado apresentada ao Departamento de História da Faculdade Creemos que el análisis somero de las respectivas configuraciones demuestra la ausencia en Argentina de este componente cientificista y positivista que sí está presente en el Brasil. Fue este sector de pensamiento el que nos parece de mayor relieve e influencia en la trayectoria del autoritarismo político brasileño. Por otra parte se entronca claramente con una raíz más profunda del positivismo que se advertía a sí mismo como una tentativa de construcción de la realidad a partir de premisas civilizatorias indiscutibles. Valga como elemento de raigambre con la realidad el hecho de que de este mismo positivismo, aunque de su veta riograndense había mamado Getúlio Vargas, discípulo fiel de Julio de Castilhos. En la Argentina por el contrario, si inicialmente encontramos en los jóvenes nacionalistas de “La Nueva República” una clara vocación política, la participación en el golpe de Estado de septiembre de 1930 y el rumbo, decepcionante para ellos, que tomarían los acontecimientos políticos, los hicieron desistir de la militancia política inmediata, para dedicarse en gran medida a la investigación histórica y social. Esta reorientación de su actividad justifica el nombre de “revisionismo histórico” con el que se conoce a esta corriente. Aunque este nombre no haga justicia a la amplitud de sus inquietudes, revela cual era el sentido principal de su trabajo. ESTADO, NACIÓN Y REGIÓN
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