fut.pdf 1 2/28/18 1:55 PM Otros títulos publicados en esta colección: Argentina ¿De qué hablamos cuando hablamos del futbol latinoamericano? ¿Se Cataluña trata, apenas, de una coincidencia geográfica? El futbol latinoameri- Chile cano no existe ni como un relato único, ni como un desarrollo China homogéneo, ni como un modo colectivo de Jugarlo o de mirarlo, ni Colombia siquiera como un origen común y mucho menos como un destino. Narrar una historia de ese futbol exige construir una historia de la Corea complejidad, las divergencias y los desgarramientos que lo fueron El futbol Cuba inventando. Hay un futbol latinoamericano en los pliegues de sus España historias nacionales; en los modos en que dialogan los distintos en América Latina Galicia estilos de jugar, de sufrir y de disfrutar. Hay un futbol latinoameri- Israel cano en las formas con que esos estilos se imitan, en la manera en Japón que los héroes deportivos locales se vuelven continentales y C Las Antillas también en una dirigencia emparentada, ya no por sus afanes de M México hermandad, sino por su corrupción desaforada. Desde las leyen- Y Perú das fundacionales, hace más de un siglo, hasta la última clasifica- CM Rusia ción mundialista; desde México hasta Argentina, Pablo Alabarces MY El derecho en Occidente narra la primera historia del futbol de todo el subcontinente: sus CY El constitucionalismo en América Latina titubeos, sus sorpresas, sus explosiones, sus riquezas, sus sombras; CMY El cosmos todo lo que ha hecho del futbol uno de los espacios más grandio- K El neoliberalismo sos y, a la vez, contradictorios de la fiesta popular latinoamericana. Alabarces Pablo El PRI La deuda externa de América Latina La Guerra Civil española La mitología La Revolución Cubana Historia mínima del futbol en América Latina Historia Las ideas políticas en América Latina PABLO ALABARCES Imagen de portada: Futbolistas en el llano (detalle); (1924-1928), de Ángel Zárraga. D.R. © ÁNGEL ZÁRRAGA/ EL COLEGIO DE MÉXICO SOMAAP/MÉXICO/2018. HISTORIA MÍNIMA DEL FUTBOL EN AMÉRICA LATINA Colección HISTORIAS MÍNIMAS Director Pablo Yankelevich Consejo editorial Soledad Loaeza Carlos Marichal Óscar Mazín Erika Pani Francisco Zapata HISTORIA MÍNIMA DEL FUTBOL EN AMÉRICA LATINA Pablo Alabarces EL COLEGIO DE MÉXICO 796.334098 A3168h Alabarces, Pedro Historia mínima del futbol en América Latina / Pedro Alabarces -- 1a. ed. -- Ciudad de México, México : El Colegio de México, 2018 269 p. ; 21 cm -- (Colección Historias mínimas) Incluye bibliografía ISBN 978-607-628-251-9 1. Futbol -- América Latina -- Historia. I. t. II. Ser. Primera edición, 2018 DR © EL COLEGIO DE MÉXICO, A.C. Carretera Picacho-Ajusco 20 Ampliación Fuentes del Pedregal Delegación Tlalpan 14110 Ciudad de México www.colmex.mx ISBN 978-607-628-251-9 Impreso en México ÍNDICE Introducción Una historia posible de lo inexistente 11 PRIMERA PARTE Futbol e imperio 1. Las invasiones inglesas 23 2. Historias de padres, de pioneros y de fundaciones 41 SEGUNDA PARTE Las invenciones 3. La Suiza de América, o la anomalía uruguaya 59 4. La herencia del escocés 74 5. A pátria das chuteiras 86 6. Entre ingleses, mestizos y obreros: la fundación del futbol chileno 104 7 8 ÍNDICE 7. Tradiciones peruanas 116 8. Al norte de Paraguay 124 9. Mucho más lejos de dios: futbol, beisbol y garrote 135 10. ¡Que viva México! 148 11. Las invenciones isleñas 159 TERCERA PARTE El juego del pueblo 12. Cobrar por jugar, jugar para cobrar 169 13. La internacional futbolística 184 14. Raza, Estado y nación 203 15. La guerra por otros medios 221 Epílogo: Antes de Moscú 244 Bibliografía 253 Agradecimientos 267 Sin los tres grandes maestros que inventaron la posibilidad de estudiar el futbol latinoamericano, este libro no existiría. Por eso, está dedicado a ellos: Eduardo “Lali” Archetti, Roberto da Matta y Simoni Lahud Guedes. Y para los que hacen posible y mejor cada idea, cada línea, cada hora de trabajo, la vida entera: los insustituibles Caro, Santi, Agus y Cata. INTRODUCCIÓN UNA HISTORIA POSIBLE DE LO INEXISTENTE Ésta es una historia de algo que no existe. Y, sin embargo, es una historia posible. El futbol latinoamericano no existe como narrativa unificada, como desarrollo homogéneo, como modo de jugarlo o de mirarlo, ni siquiera como origen común —y, mucho menos, como destino—. Algo similar ocurre con el futbol europeo, por cierto, pero al me- nos la unificación es institucional: hay una Unión de Asociaciones Europeas de Fútbol (Union of European Football Associations, la UEFA), con 55 asociaciones, algunas cuya condición europea ad- mitiría algunas discusiones (Turquía, Chipre o Kazajistán caben dificultosamente en esa categoría). Nuestro continente tiene dos asociaciones confederales, la Confederación Sudamericana de Fútbol, o Conmebol, y la Confederación de Norteamérica, Cen- troamérica y el Caribe de Fútbol, o Concacaf. La Confederación Sudamericana no incluye a todos los países del Cono Sur —ex- cluye a las viejas Guayanas: Guyana, Surinam y la Guayana Fran- cesa. La Concacaf, a su vez, además de incorporar estos tres terri- torios sudamericanos —cuya lengua oficial no es ni el español ni el portugués, y ni siquiera el quechua o el guaraní—, se subdivi- de en tres grandes zonas: la Norte, procedente de la vieja NAFC, o Confederación Norteamericana, y que hasta su extinción incluía a Cuba; la Centroamericana, entre cuyos integrantes se cuenta la excolonia británica de Belice, y la Caribeña, con 31 asociaciones nacionales, muchas de las cuales serían difícilmente clasificables como latinoamericanas (y que, en muchos casos, jamás han dis- putado un juego contra algún equipo sudamericano). Entre ellas 11 12 INTRODUCCIÓN se cuentan dos asociaciones con desempeños internacionales exi- tosos, Jamaica y Trinidad y Tobago, cuya lengua oficial y popular es el inglés y que representan, para cualquier imaginario latino- americano, apenas una otredad pintoresca (pero que, a la vez, nos han legado alguno de los mayores corruptos de la historia de la dirigencia subcontinental, con peso decisivo sobre todo el conti- nente, indiferentes al mayor o menor latinoamericanismo de su tierra natal). Podríamos agregar: el futbol europeo despliega su hegemonía deportiva, la condición de deporte más popular, en todo su conti- nente. El futbol latinoamericano compite, y no siempre con venta- ja, con el beisbol fundamentalmente caribeño, pero también mexi- cano y venezolano. Proponer una historia, entonces, es una decisión: proponer una historia de esa complejidad, de esas divergencias y desgarra- mientos que además se cruzan todos los días con otredades enfáti- camente no latino americanas —la relación permanente de México con Estados Unidos y Canadá, por ejemplo—. Este libro existe, claro, porque tomamos esa decisión; porque postulamos que pue- de entenderse un futbol latinoamericano en los pliegues de sus his- torias poscoloniales y sus desarrollos asimétricos; en los modos en que los distintos hinchismos —es decir, los estilos del ver y el alen- tar— dialogan y se contaminan, cuando no se imitan; en la manera como los héroes deportivos locales se vuelven continentales (desde Di Stéfano y Pelé a Messi, Neymar y Suárez, para apenas ejemplifi- car de manera arbitraria); y también, aunque más negativamente, en una dirigencia emparentada, ya no por sus afanes de hermandad sino por su corrupción desaforada. * * * Las pocas historias del futbol latinoamericano que existen demues- tran, paradójicamente, aquello que afirmo. No por pocas, sino por el modo en que postulan la existencia del objeto. Las tres —son INTRODUCCIÓN 13 sólo tres— fueron escritas por anglosajones, incluso considerando la doble ciudadanía de Andreas Campomar, un anglouruguayo. La primera, hace más de 20 años, la escribió el historiador inglés Tony Mason, profesor de la Universidad de Warwick: la tituló con una pregunta, Passion of the People? (¿Pasión del pueblo?) y la sub- tituló Football in South America (Futbol en Sudamérica), restringien- do así el campo de lo posible a una zona específica del continente. En realidad, para Mason, Sudamérica se limitaba a tres países (Ar- gentina, Brasil y Uruguay), con lo que los debates geográficos, políticos o lingüísticos quedaron organizados por el mero exitismo deportivo: la pasión del pueblo se explicaba sólo por los triunfos y la gloria. Aunque en la introducción del libro afirmaba su esperan- za de no ser etnocéntrico, no fue un deseo cumplido. En primer lugar, porque redujo Sudamérica a tres países, los “más exitosos”, pero que, como veremos, no permiten trasladar sus historias por homología a las de Chile, Perú, Bolivia, Paraguay, Ecuador, Co- lombia o Venezuela, para no hablar del resto del subcontinente. En segundo lugar, porque Mason no leía español, con lo que sus fuentes fueron reducidamente en inglés: no pudo encontrar, en- tonces, todos los matices que escapan a una visión colonialista y difusionista —según la cual, el futbol sudamericano se explica únicamente por la acción de la colonia británica local—. Por supuesto que, a despecho de los múltiples errores de una historia sudamericana escrita sin salir de Inglaterra, esa historia li- mitada sólo a las grandes potencias futbolísticas sudamericanas era y es posible. No es, por supuesto, el camino que tomaremos aquí. * * * El aumento de las publicaciones sobre futbol es enorme en todo el mundo: un aluvión de libros en los últimos 10 años, fenómeno que se vuelve casi meteorológico, con tono de aguacero, cada vez que se acerca una Copa del Mundo. Eso permitió en 2014 la aparición de un libro que en el original inglés se tituló Golazo!: The Beautiful 14 INTRODUCCIÓN Game from the Aztecs to the World Cup: The Complete History of How Soccer Shaped Latin America (¡Golazo!: del juego hermoso de los az- tecas a la Copa del Mundo: la historia completa de cómo el futbol moldeó América Latina, pero que en su edición en español cambió su subtítulo ligeramente a De los aztecas a la Copa del Mundo: la historia completa del futbol en América Latina), de Andreas Campo- mar.
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