IR AL ÍNDICE GENERAL Taller 4 MUNDO RURAL. FRANQUISMO Y TRANSICIÓN DEMOCRÁTICA DE LA VIEJA A LA NUEVA POLÍTICA: LA TRANSICIÓN A LA DEMOCRACIA EN LOS AYUNTAMIENTOS DE LA PROVINCIA DE GRANADA (1975-1982) ........................ 141 Gerardo Arriaza Fernández NUEVO MOVIMIENTO CAMPESINO Y EXTENSIÓN DE LA PROTESTA ORGANIZADA. EN TORNO A LAS COMISSIONS DE PAGESOS I JORNALERS DE CATALUNYA ................. 153 Cristian Ferrer González EL ASOCIACIONISMO Y LA SOCIABILIDAD POPULAR DURANTE EL SEGUNDO FRANQUISMO. EL CASO DE LA COMARCA DEL PRIORAT ................................................... 165 Francesc Fortuño Bonet ALCALDES, CONCEJALES Y FAMILIAS POLÍTICAS EN ALCALÁ DE GUADAÍRA DURANTE LA DICTADURA DE FRANCO ................................................................................... 175 Javier Jiménez Rodríguez LAS ELECCIONES POR TERCIOS DEL TARDOFRANQUISMO EN LA PROVINCIA DE ALBACETE (1970-1973) ............................................................................................................ 185 Sergio Molina García LA CONTRARREVOLUCIÓN AGRARIA Y LA IMPOSICIÓN DEL CORPORATIVISMO FRANQUISTA EN LA PROVINCIA DE TARRAGONA (1939-1944) ........................................... 196 Guillem Puig Vallverdú TERUEL, ESCUELA DE GOBERNADORES DURANTE EL FRANQUISMO (1936-1975) ...... 207 Gaudioso Sánchez Brun LA TRANSICIÓN DEMOCRÁTICA EN TRES PUEBLOS DEL PENEDÈS: MEDIONA, SANT PERE DE RIUDEBITLLES Y SANT QUINTÍ DE MEDIONA (BARCELONA) ............... 217 Daniel Sancho París PARA IR A UNA COMUNICACIÓN, PULSAR SOBRE140 SU TÍTULO IR AL ÍNDICE DEL TALLER 4 DE LA VIEJA A LA NUEVA POLÍTICA: LA TRANSICIÓN A LA DEMOCRACIA EN LOS AYUNTAMIENTOS DE LA PROVINCIA DE GRANADA (1975-1982) Gerardo Arriaza Fernández Universidad de Granada Introducción Durante el régimen franquista se implantaron estructuras que emanaban del propio gobierno dictatorial, las cuales aplicaban estrictos elementos de control a las creaciones de asociaciones, manteniendo sólo las que estuvieran vinculadas a la dictadura. A partir de 1964, en Andalucía oriental, comenzó a forjarse un tejido corporativo local que respondía a las aspiraciones de los habitantes de los pueblos por participar en la gestación del movimiento democrático. Las organizaciones sindicales, estudiantiles e ideológicas adquirieron protagonismo y establecieron respuestas a la constricción de la opinión de la ciudadanía en estos años. Por tanto, el punto de inflexión tuvo lugar en el año 1979, a pesar de que el gobierno estatal había sido elegido democráticamente, solo unas elecciones municipales podrían suponer un cambio real para la sociedad que vivía en estos pueblos rurales. Con estas bases, vamos a elaborar una disertación, en la cual, expondremos el cambio que supuso para la sociedad la elecciones municipales. Analizaremos los protagonistas políticos del cambio y sobre todo la respuesta de la sociedad ante esta transformación que marcó el devenir de la Transición española. La lucha por la democracia en el mundo agrario: De la hermandad de labradores al desarrollo del sindicalismo campesino Cuando finalizó la guerra civil, el régimen franquista articuló la representatividad agraria en una única organización corporativa, la Organización Sindical Agraria, que sustituyó a cualquier organización previa. Además, las propiedades de las otras organizaciones fueron expropiadas, pasando a la Delegación Nacional de Sindicatos las pertenencias de éstas. A nivel local se encontraban las denominadas Hermandades Sindicales Locales de Labradores y Ganaderos, a nivel provincial las Hermandades Sindicales de Labradores y Ganaderos y a nivel nacional, las Cámaras Oficiales Sindicales Agrarias. Estas hermandades- como todas las instituciones del régimen-, no eran democráticas pero a ellas se circunscribían todos los agricultores del municipio. Su objetivo, principalmente, era ser un órgano de consulta y colaboración con la administración, representar los intereses de los agricultores para hacer sugerencias o peticiones, además de realizar labores comerciales. El problema fundamental es que la patronal agraria actuó como un grupo de presión agrario y frenaron la implantación de derechos sociales en el campo. La estructura de la Hermandad era muy compleja al ser un organismo burocrático, así la institución se vertebraba en una Asamblea Plenaria, el Jefe de la Hermandad, el Secretario-Contador, el Cabildo Sindical, el Tribunal Jurado, las Juntas de Jurados de Empresas y Veedores de la Hermandad, las Secciones y los Servicios Comunales. Veamos fundamentalmente los tres primeros, por su importancia dentro del organigrama: la Asamblea Plenaria, era el órgano supremo tanto representativo como decisorio. Los acuerdos que tomaban eran 141 acatados por los distintos órganos. No obstante, en la práctica, su papel fue más testimonial que decisorio. Por otra parte, el Jefe de la Hermandad era controlado por el Delegado Sindical Provincial, ejercía un papel muy importante tanto a nivel normativo, como administrativo y económico, además era el presidente del Tribunal Jurado. De igual manera, se encontraba en la estructura el Secretario-Contador, que desempeñó un papel clave dentro de la Hermandad, tanto a nivel de secretario- con lo que este cargo conlleva- como de tesorero1. El modelo que se desarrolló en el campo es el del sindicalismo vertical que estaba recogido en el ideario de la Falange: una política social que estableciera coberturas a las distintas explotaciones agrarias, sin gravar a los grandes terratenientes. Y por supuesto, una potente máquina de represión de cualquier sindicalismo de clase. El Estado impuso la devolución de las propiedades afectadas por las reforma agraria republicana, y una política basada principalmente en blindar el derecho a la propiedad de la tierra, manteniendo la dependencia del jornalero con respecto a las propietarios y obligándolo a participar de una mercado de trabajo que estaba controlado por los capitalistas. Todo para garantizar de una manera autárquica la propiedad privada de la tierra. Estas políticas subyugaron a los trabajadores al estraperlo2. Hasta mediados de los años 50 no empezó ciertas reformas, principalmente con la liberalización poco a poco de las políticas económicas y el freno al intervencionismo exacerbado hasta estas fechas. De igual manera, continuaba potenciándose el rechazo a cualquier lucha de clase, de esto se encargaban las hermandades que aglutinaban los intereses de la patronal agraria y las reivindicaciones- casi siempre, poco escuchadas- de los trabajadores. No obstante, las hermandades no hicieron acopio de las reivindicaciones y mucho menos las intentaron resolver sino que concentraron sus fuerzas en la comercialización de inputs agrarios, principalmente de abonos3. Además las prácticas clientelares y la corrupción fue un hecho que estuvo a la orden del día en esta institución. Por consiguiente, el campo carecía de derechos fundamentales como eran los seguros sociales. Pero tampoco conseguía modernizarse de una manera óptima sino que el mundo agrario continuaba teniendo un fuerte carácter tradicional. En vez de modernizarse y readaptarse, lo que ocurrió fue que entró en crisis, sobre todo en la década de los años 60, cuando el éxodo rural se acentuó hacia las principales ciudades de Estado. En la década de los 50 y principios de los años 60, se asienta las bases del activismo político. Las elecciones de la Hermandad de Labradores del año 1959 fue una oportunidad propicia para empezar a infiltrarse elementos contestatarios al régimen. En efecto, como hemos comentado con anterioridad, las hermandades estaban controladas por los propietarios locales que la usaban para fijar salarios y controlar la mano de obra. Además todo aquél que hubiera tenido vinculación con partidos de izquierda era completamente vetado para tomar posesión de algún cargo en esta institución. Los comunistas entendieron que una de las mejores estrategias para inmiscuirse dentro de las estructuras del régimen y comenzar su desmantelamiento progresivo era realizar oposición desde dentro4. Los miembros del 1. Se ha escrito muy poco sobre la Hermandades de Labradores y Ganaderos e incluso sobre las Cámaras Agrarias. La documentación para su estudio como las actas electorales de las Hermandades y Cámaras están diseminadas en función del municipio del que se trate. En algunos casos se encuentran en los archivos municipales (los que menos), en otros en los archivos de las propias Cámaras Agrarias, en otras ocasiones las tienen las sedes locales de las Organizaciones Profesionales Agrarias (COAG, UPA,…) y en otros casos, efectivamente, es posible que se encuentren en el archivo de la UGT de Córdoba (FUDEPA) o en el de CC.OO. en Sevilla. Los resultados a nivel municipal-provincial y los datos están en el Archivo del Ministerio de Agricultura en Madrid. De igual manera para el estudio de las Hermandades hay varias fuentes secundarias, la tesis doctoral de Blanca GARCÍA-MIGUEL VILLA: Las cámaras agrarias, Tesis Doctoral, Universidad de Salamanca, 2013; los trabajos de Daniel LANERO: Sindicalismo agrario franquista na provincia de Pontevedra (1936-1975), Santiago de Compostela, Universidad de Santiago de Compostela, 2005. Por otra parte, también son importantes las investigaciones de Eduardo MOYANO: “Procesos de cambio en la sociedad rural española”, Revista de sociología, 61 (2000), pp. 191-220., además del libro clásico de Pilar GIL: Las Hermandades Sindicales de Labradores y Ganaderos (1944-1977). Historia, Documentos y Fuentes, Cuenca, Ediciones Universidad Castilla la Mancha, 2005.
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