LA “PRINCEPS” Y LA CUESTIÓN DEL PLAGIO DEL DE ORBE NOVO Por Stelio Cro Abreviaturas De Orbe Novo: ON Orbe Novo 1516: ON16 Borrador de ON antes de 1501: UrON Opus Epistolarum / Epistolario: Ep. Lettere di Trevisan: TL Summario 1534: Summ ario Libretto de tutta la nauigatione... 1504: Libretto Racco lta... 1892: Raccolta Cum priuilegio Paesi... 1507: Paesi Nuova Racco lta... 1988: ON1988 Orbe Novo 1511: ON11 INTRODUCCIÓN sta es la primera edición crítica de la Princeps de la Oceani Decas de Pedro Mártir de EAnglería. La Princeps fue publicada por Antonio de Nebrija en 1511, por los tipos de Cromberger, en Sevilla.1 Las razones por las cuales hasta ahora no se ha hecho una edición crítica de la primera edición del De Orbe Novo, después de la publicación de los plagios, en la primera década del siglo XVI y en 1892, constituyen uno de los episodios más divulgados y llenos de malentendidos en la historia del libro renacentista. En esta introducción he tratado de explicar los diferentes momentos e identificar los que de una manera u otra contribuyeron a aclarar o confundir el problema del plagio de la Princeps. 1 Oceani Decas es una de las cuatro obras de Pedro Martir de Anglería publicadas en el mismo volumen por Antonio de Nebrija, en la imprenta del impresor alemán Cromberger, en Sevilla, en el mes de abril de 1511. El título de la portada de este volumen que contiene la Princeps del De Orbe Novo es la siguiente: P. Martyris angli mediolanensis opera Legatio babylonica Oceani decas Poemata Epigrammata. Cum preuilegio. Cito con la abreviación, en paréntesis, ON11, copia de la John Carter Brown Library, signatura H511.A5870. 1-SIZE, por gentil concesión del Director, Señor Norman Fiering. La segun- da edición del De Orbe Novo, también editada por Nebrija, tiene el título siguiente: Anglerius Petrus Martyr De Orbe Novo Decades, publicada en Alcalá en 1516. Cito con la abreviatura ON16, copia de la John Carter Brown Library, signatura H516. A5871.1-SIZE, por gentil concesión del Director, Señor Norman Fiering. 16 STELIO CRO El propósito es el de hallar la posible respuesta a estas preguntas: ¿Por qué se tiene la impresión de un esfuerzo concertado para negar la legitimidad de la Princeps publicada por Antonio de Nebrija? ¿Por qué, después de casi cinco siglos, los pla- gios italianos siguen percibiéndose simplemente como obras traducidas del borrador de Pedro Mártir y menos como documentos utilizables para aclarar las distintas fases del plagio? Finalmente, ¿es posible que ON11 represente la primera defensa de Colón contra los que, en España y en otros lugares, tenían interés en obscurecer su fama? En breve, se trata de restaurar uno de los textos de mayor importancia y de mayor influjo en las letras hispánicas, al lugar legítimo que le corresponde, como producto de esa combinación tan especial del humanismo italiano y de la época de los Reyes Católicos. La discusión del plagio se ha vuelto complicada por el hecho de que la pieza más importante para aclarar sus vicisitudes históricas, la traducción en italiano de UrON hecha por Angelo Trevisan, hecha a comienzos del siglo XVI, se ignoró hasta 1892, cuando la descubrió Guglielmo Berchet, en la biblioteca del Señor Sneyd de Newcastle, que la había heredado de su padre, el Reverendo Walter Sneyd de Londres. Berchet la publicó en una edición muy erudita incluida en la Raccolta di documenti e studi pubblicati dalla Reale Commissione Colombiana pel quarto centenario dalla scoperta dell’America.2 El problema es que Berchet ignoró la Princeps y se limitó a comparar TL con la segunda edición del De Orbe Novo, la que Nebrija publicó en 1516 en la imprenta de Miguel Eguía en Alcalá. El plagio ocurrió unos diez años antes que se publicara la Princeps, en ON11. De manera que propondría la designa- ción de UrON para distinguir el borrador plagiado del texto de la Princeps. Diez años son muchos y el borrador orginal UrON debió sufrir correcciones y revisiones antes de salir de la imprenta. Esas correcciones y revisiones pueden explicar en parte las variantes observadas en TL en relación a ON11. Este trabajo se divide en varias secciones: una introducción, el texto en latín con la traducción (que también es la primera en español), las notas a la “Editio Princeps,” un apéndice y una bibliografía esencial. Agradezco ante todo al amigo Amancio Labandeira que ha querido ofrecerme la oportunidad de publicar este modesto trabajo en su prestigiosa revista y el personal de las varias bibliotecas que, a lo largo de muchos años de investigación, me han ayudado y han cooperado con mis pedidos de microfilms, fotocopias o referencias bibliográficas. La lista de nombres es demasiado larga para reconocer a todos los que desinteresada- mente me han prestado su ayuda, pero séame permitido agradecer al Señor Norman Fiering, Director de la John Carter Brown Library, junto con su equipo de colaborado- 2 Los plagios, a los que me referiré más adelante con más detalle, son el Libretto de 1504, Paesi de 1507 y las Lettere [Cartas] de Trevisan. Berchet es el editor de la Sección “Documenti Diplo- matici” en la que está incluido el texto de Trevisan, que consta de cuatro cartas y de la traducción en italiano de siete libros de un borrador de ON11. Parte III, Vol. I, pp. 46-82. Roma: Auspice il Minis- tero della Pubblica Istruzione, 1892. Editore Cesare De Lollis. Referencias a la obra de conjunto con la abreviación Raccolta; referencias al texto de Trevisan con la abreviación TL (Trevisan – Lettere). LA “PRINCEPS” Y LA C UEST IÓN D EL PL AGIO 17 res, como también a la dirección del departamento fotográfico de la Biblioteca Nacional de Madrid, de la Biblioteca Marciana de Venecia, de la Biblioteca Vaticana y de la Biblio- teca del British Museum. 1. DATOS BIOGRÁFICOS Pietro Martire d’Anghiera nació probablemente en 1457 en Arona, una villa que se asoma sobre el Lago Maggiore, en el Ducado de Milán, el segundo de tres hermanos. Es probable que su familia perteneciese a la pequeña nobleza lombarda, algo decaída al momento de su nacimiento. En Milán, donde estudia con Filelfo, pasa los años de la adolescencia y de la juventud hasta que, a los veinte años de edad, se muda a Roma con recomendaciones de Borromeo y del Arzobispo Arcimboldi. En Roma tiene que adap- tarse a enseñar latín en una escuela en la provincia, en Rieti, pero en 1483 su suerte mejora cuando sus protectores, el cardenal Ascanio Sforza y el arzobispo Arcimboldi, logran hacerle nombrar secretario de otro milanés, Antonio Nigro, Gobernador de Perugia. Al año siguiente vuelve a Roma, siempre con Nigro, que es nombrado Gober- nador de Roma. Su contacto con el humanismo romano se afianza en estos años y logra entrar en el grupo que dirige Pomponio Leto, al que considerará su maestro de ahora en adelante, a pesar de una diferencia de temperamento entre Pedro Mártir y el ambiente de la curia. Esta diferencia y otras circunstancias tendrán su peso en la aceptación de la invitación que le hizo el Conde de Tendilla, en el momento en que éste se preparaba a volver a España, unos años más tarde. Pomponio Leto exhibía un humanismo en el que el elemento pagano parecía prevalecer, a lo menos a los ojos de las autoridades eclesiásti- cas que llegan al extremo de encarcelarle por unos meses bajo la acusación de impiedad. La situación política en Roma se agrava por un conflicto inminente con el Reino de Nápoles en el que el papa se encuentra comprometido, al punto que el Rey de Nápoles, Fernando de Aragón, amenaza invadir el estado pontificio. La razón es la proyectada invasión, por parte del Papa Sixto IV y de Venecia, contra el Duque Ercole de Ferrara, yerno de Fernando. La crisis es resuelta por la llegada del enviado de los Reyes Católi- cos, Iñigo López de Mendoza, Conde de Tendilla. Pero, aunque el peligro de invasión se había evitado, la paz no duró mucho. La ciudad de Roma se convirtió en teatro de luchas entre familias, como los Orsini y los Colonna, un conflicto que había comenzado bajo el papado de Sixto IV y se prolongaría bajo el del papa siguiente, Inocencio VIII. Este papa tenía un hijo y una hija antes de hacerse cura. En su calidad de pontífice no tuvo titubeos en casar a sus hijos y bautizar a sus nietos en Vaticano. Por supuesto que la gente murmuraba. Las deudas causadas por los gastos en mantener la corte papal y en embellecer la ciudad eterna se pagaron con la venta de beneficios. Para obtener más fondos se buscaron personas capaces y algunos llegaron al cardinalato por sus capacida- des administrativas y por saber obtener fondos, o por satisfacer y afianzar lazos políticos y económicos, como el nombramiento a cardenal de Giovanni de’ Medici, un joven de 18 STELIO CRO trece años, por ser hijo de Lorenzo de’ Medici. Es durante el pontificado de Inocencio VIII (1484-1492) que Pedro Mártir deja Roma y sigue al Conde de Tendilla que, como hemos visto, le invita a ir con él a España. El ambiente romano, con la violencia y la corrupción que lo agitaban, no correspondía a las ambiciones de Pedro Mártir, dispuesto a hacerse valer por su ingenio y su saber. En Roma había hecho amistad con dos prela- dos ibéricos, uno español y el otro portugués, Alonso Carrillo, obispo de Pamplona, y Diego de Sousa, arzobispo de Braga. A ambos Pedro Mártir les enseña latín. Se dio la circunstancia que Tendilla era primo de Alonso Carrillo. Es probable que los dos, Pedro Mártir y el Conde de Tendilla, se hayan conocido en casa del obispo de Pamplona.
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