ción de piensos y reducir los costes. Los márgenes líquidos dis- minuyeron en mayor cuantía, pues ante el alza de los precios CACECO frenó los suyos en favor de los ganaderos. Otro proyecto existente, el de comercialización de los vinos de Alava, Navarra y Logroño, no cuajó debido a que la mayoría de las Bodegas Cooperativas no veían mayor interés en el mismo. Por último, en 1974 quedaron disueltas las Cooperativas de explotación comunitaria «San Clemente» de Idocin, «Santa Bárbara» de Lerín y «Santiago» de Funes; Cooperativas Agríco- las de Huarte-Pamplona, Villava y Mutilva Alta por fusión con la Comarcal de Pamplona; la Bodega Cooperativa «San, josé» de Mendigorría por unión con otra existente; la Cooperativa Trilladora de Gallipienzo; y la Cooperativa de Crédito-Caja Rural de Miranda de Arga por absorción de la Caja Rural de Navarra. A su vez fueron dadas de alta la Sociedad Cooperati- va Agrícola de Olite, «Uxoa» de Echalar; Cooperativa Agrícola de Funes, y «San Isidro Labrador» de Fustiñana (29). 11.4. Dos fracasos sonados: CONSERNA y COVINA A propuesta del jefe de UTECO se había creado el Conse- jo Consultivo a mediados de 1967, «con el fin de fortalecer la uni- dad de las entidades y colaborar con sus consejos, ^iroyectos y^rrogra- mas y contribuir con una críti ĉa constructiva a la labor de la Junta Rectora y en beneficio del Agro Navarro» ( 30) . ^ Este intento innovador de la organización cooperativa navarra tuvo una actividad e influencia escasas en la marcha de la organización. Según el Reglamento aprobado debiera reu- nirse cada tres meses y sus funciones eran de carácter consulti- vo y de asesoramiento: hacer llegar a la Junta Rectora los pro- blemas de cada sector y estudiar las posibles soluciones, cono- (29) LASN, 17-5-1975 y 25-10-1975. (30) Act. Junt. Rect. UTECO, 30-5-1967 y 30-6-1967. 362 cer mejor la marcha del movimiento cooperativo, e informar de cuantos asuntos le fueran sometidos por la Junta Rectora. La exigencia de una mayor participación, que comenzaba a percibirse en todos los ámbitos de la sociedad, y las dificul- tades por las que atravesaban CONSERNA y COVINA no serían ajenos a la creación del Consejo Consultivo, que podría emitir una opinión en asuntos importantes sin necesi- dad de convocar la Junta General. Este Consejo estaba formado por vocales por derecho pro- pio y electos. Los primeros serían los miembros de la Junta Rectora y los presidentes de las Cooperativas de ámbito provin- cial: COPELECHE, COVINA, CONSERNA y COPEAVE. Los segundos serían presidentes de las Cooperativas locales en número de diez. En cada Merindad se elegirían dos, uno entre las Cajas Rurales y Cooperativas de Servicios y otro entre las Cooperativas de transformación e industrialización de los pro- ductos agrícolas. Asimismo las alcoholeras, explotaciones comunitarias de la tierra y explotaciones ganaderas en común podrían elegir un vocal. El Consejo se constituiría en octubre. En julio se había decidido la creación de CACECO, la fábrica de piensos compuestos que pasó a ser una de las fuentes importantes de la financiación cooperativa. Un servi- cio más a los ganaderos que rentaba interesantes beneficios para el movimiento cooperativo. Pese a todo aparecieron las dificultades económicas. CONSERNA fue la primera afectada. Algunas cooperativas se separaron de CONSERNA por discrepancias sobre la gestión de la misma. Los problemas afectaban también a la Unión Nacional de Cooperativas que obligaba a todas las Cooperativas a dedicar el 50% de su fondo de obras sociales al sostenimiento de UNACO a finales de 1968 (31). La Unión Navarra había obtenido en el ejercicio 67/68 unos escasos márgenes líqui- (31) Act. Junt. Rect. UTECO, 9-11-1968. 363 dos de 12.287 ptas. Pero en mayo de 1969 debía hacer frente a un déficit de 557.915 ptas., déficit que se enjugó con las reservas, que totalizaban en esa fecha 5.060.000 ptas. La falta de tesorería de CONSERNA, entre otros muchos problemas, se agudizó durante todo el año 1969, de manera que el 25 de febrero de 1970, ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo con sus acreedores financieros, se presentó la suspensión de pagos de la misma en el Juzgado de Pamplo- na. Francisco Uranga analizó el fracaso de CONSERNA basándose en dos causas: «la falta de medios económicos que obli- garon a una financiación cara, y al egoísmo de los riropios agrzculto- res que no pensaron en capitalizar la em1iresa, sino en obtener un precio de sus ^iroductos a veces, por no decir siempre, superiores a los del mercado» (31 bis). La UTECO, lo mismo que hace cincuenta años la Federa- ción Católico-Social en otras circunstancias, nunca abordó un intento de explicación de sus fracasos. Si lo hizo, no ha quedado reflejado ni en actas y documentos, ni en la revista. Hubo que esperar hasta 1977 para que estas reflexiones que- daran reflejadas en documentos de la UTECO, con motivo de otro fracaso sonado, el de COVINA. Entonces, como hemos dicho, el asunto de CONSERNA se despachó con una referencia a la presentación de la sus- pensión de pagos. Pero unos años antes todo eran alabanzas para el proyecto de CONSERNA, al que se auguraba el mayor de los éxitos: «el clima en nuestras cooperativas locales para asociarse en CONSERNA es extraordinariamente favorable y tenemos la seguridad de que en breve tiempo, esa Cooperativa de ámbito regio- nal agrupará automáticamente a todas las Cooperativas hortícolas y frutícolas que vayan naciendo en la zona regable de nuestra Nava- rra». Esto se decía en la Memoria presentada a la Asamblea de marzo de 1964 (32). La quiebra de CONSERNA, sin embargo, (31 bis) EI Pensamiento Navarro, 6-10-1971. (32) Act. Junt. Gen. UTECO, 31-3-1964. 364 no afectó directamente a UTECO, a diferencia de COVINA, cuyo desarrollo podemos seguir con más precisión. A finales de 1969 se planteó ya la existencia de una situa- ción insostenible en COVINA. El jefe de la Sección de Bode- gas de la Unión Nacional de Cooperativas aconsejó, para sal- var COVINA, que UTECO la absorbiera convirtiéndola en un servicio cooperativo a todas las Bodegas y no sólo a las agru- padas en COVINA. La Junta acordó estudiar un proyecto basado en que UTECO asumiera el activo de COVINA, se subrogara en los préstamos que tenía contraídos y se comprometiera a pagar a las cooperativas las cantidades que ésta debía a sus socios. Las Bodegas, por su parte, se comprometían a aportar la materia prima necesaria. Estas consideraciones fueron estudiadas y aceptadas, salvo la de pagar a las Cooperativas. En marzo de 1970 se acordó asumir el activo y el pasivo de COVINA con la oposición de 11 cooperativas. De acuerdo con esto se hicie- ron cargo de este pasivo: - Póliza del Banco de Crédito Agrícola, por 48.020.000 ptas. - Crédito de Diputación Foral de Navarra a 10 años sin intereses, por 12.000.000 ptas. - Crédito Warrant del Banco de Crédito Agrícola, por 12.000.000 (garantizado por el mosto de las bodegas asociadas) . - Crédito de la Caja Rural de Navarra, por 3.518.918 ptas. - Créditos en bancos, por 380.990 ptas. - Créditos a proveedores, por 7.511.383 ptas. - Créditos a Bodegas Asociadas, por 7.327.161 ptas. A las Bodegas debían otros 26 millones por materias pri- mas. Sobre esta carga sólo se reconocía la obligación moral y se abonaría si hubiera beneficios. 365 El acuerdo se pospuso a la concesión de un nuevo crédito de 30 millones solicitado al Banco de Crédito Agrícola, para establecer el Servicio Cooperativo Comercial Vinícola. Pese a todos los esfuerzos por evitar que la crisis de UTECO saliera a la prensa, ésta se hizo eco de la misma. En febrero de 1970, en la Junta Rectora se da cuenta de la cam- paña que contra el cooperativismo navarro estaba llevando el «Diario de Navarra». Dicha campaña había consistido en la encuesta realizada por el periódico a algunas cooperativas (vinculadas a CONSERNA y COVINA) en dificultades. Después de la Asamblea de 31 de marzo de 1970, en la que dos cooperativas (Huarte y Fustiñana) solicitaron información sobre las caúsas que llevaron a la crisis de CONSERNA, fue El Pensamiento Navarro el que señaló los evidentes problemas que afectaban al cooperativismo navarro, provocando el nerviosis- mo de la Junta Rectora, que no podía ver cómo en pocos meses se hundían dos de sus proyectos más importantes. Finalmente se confirmó el acuerdo en julio, resueltas las condiciones que ponía el Banco de Crédito Agrícola para con- ceder el crédito antes citado. Pero los problemas continuaron. LJTECO llegó a un acuerdo con el Banco de Crédito Agrícola para cancelar el crédito Warrant, y a la vez con las cooperati- vas para que se hicieran ante UTECO responsables de la parte que les correspondía. Algunas cooperativas se negaron a cum- plir su parte y UTECO hubo de recurrir al Juzgado para el cobro. También Diputación exigía que se cumpliera la hipote- ca del inmueble para hacer frente al préstamo de 12 millones. Por el contrario, los resultados seguían siendo deficitarios, alcanzando 3.711.128 ptas. en 1971. Este défiçit se atribuía a los elevados gastos financieros y de personal, pues había vino y mostos que de venderse harían rentable la empresa. El activo inmovilizado estaba valorado en 65 millones. A estos problemas se añadió la pérdida de una amplia partida de sangría exportada de EE.UU., que fermentó y creó un serio inconveniente a COVINA. Para enjugar el défi- cit se recurrió a una ampliación del crédito de la Caja Rural, 366 que pasó de 30 a 35 millones de pesetas a finales de 1972, y se propuso la ampliación de COVINA a finales del año siguiente, lo que se realizó mediante un nuevo préstamo del Banco de Crédito Agrícola.
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