La Historia De Los Pueblos Circumpuneños En Relación Con El Altiplano Y Los Andes Meridionales

La Historia De Los Pueblos Circumpuneños En Relación Con El Altiplano Y Los Andes Meridionales

Estudios Atacameños Nº 7, pp. 93-104 (1984) La historia de los pueblos circumpuneños en relación con el altiplano y los Andes Meridionales Myriam Tarragó1 Dentro de las regiones de los Andes áridos, la Subárea Un camino de tal tipo que persigue no solo el re- Circumpuneña adopta una posición muy especial. conocimiento de determinados eventos históricos o En el estado actual del conocimiento arqueológico culturales sino que pretende llegar a la comprensión en el Area Andina, resulta de interés analizar las de los procesos necesita fundamentarse en la infor- condiciones y los mecanismos que han operado mación empírica. en el pasado prehispánico para generar procesos que se imbrican tanto con los de otras regiones del Los estudios arqueológicos disponibles son dispares y Area Centro Sur así como también con los Andes de distinto carácter según las situaciones particulares Meridionales propiamente dichos. de los territorios y las condiciones históricas que han incidido en el desenvolvimiento de la disciplina Se trata de un área de “frontera blanda” en la que al arqueológica en los tres países que afecta la región. mismo tiempo que se han dado esferas de articulación Frente a la abundante información existente en los se han producido procesos diferenciales con respecto oasis de Atacama y en la cuenca del Loa, saltan a la a los complejos de desarrollo altiplánicos de otras vista amplios sectores vacíos de datos como ocurre regiones así como en relación con las soluciones al sur del Salar de Atacama o en extensos sectores más autónomas de los estímulos centroandinos que entre la cuenca del río San Juan Mayo, San Antonio se expresan en los desarrollos de las tierras andinas de los Cobres y el salar de Antofalla o desde aquella meridionales. Dada esa posición procesal tan peculiar hasta la cuenca del Río Grande de Lípez, el salar de podría discutirse la conveniencia de su inserción o Uyuni y los tributarios del río Loa. de su segregación del Area Centro Sur. La aproximación que se intenta aunque no puede El propósito de este artículo es aportar algunas ideas dejar de lado esta situación de hecho procurará, relaciona das con este problema. Para alcanzar este sobre todo, integrar bajo un esquema común las nivel es necesario realizar primero un análisis com- fuentes arqueológicas del lado argentino con las parativo del conjunto de indicadores arqueológicos correlativas de Chile. reunido por el esfuerzo de diversos investigadores en las localidades descubiertas al interior de la región a Bases productivas del medio ambiente puneño fin de discernir las soluciones productivas compartidas y los fenómenos de interacción que le dan cohesión Las tierras puneñas se emplazan en el extremo austral a la historia de los pueblos involucrados. del altiplano andino. Tradicionalmente se reconoce a esta región como Puna de Atacama, ya sea en forma Un análisis de tal carácter supone previamente una genérica o diferenciando dentro de ella a la Puna de discusión acerca de las condiciones materiales en Jujuy, mientras que la Puna atacameña queda reducida que los pueblos puneños fueron resolviendo su vida al flanco occidental del plateau puneño. y, por ende, haciendo la historia de dichos territorios. La discusión de las condiciones del medio ambiente Desde un punto de vista étnico, se la conoce en su complejidad y diversidad y la emergencia de como área o región atacameña, figura que surge un mismo esquema procesal lleva también implí- con claridad en los documentos coloniales y de la cito el problema de los límites de este ámbito con cual es necesario proyectarse hacia atrás a épocas respecto a las regiones vecinas que expresan otras preeuropeas y preincas para visualizar configura- soluciones particulares. ciones previas. Asumiendo las características generales reconoci- 1 CONICET y Museo Etnográfico de Buenos Aires, Moreno 350, 1091 Buenos Aires, ARGENTINA. das para esta subárea en la reunión de Antofagasta 93 MYRIAM tarrago (Núñez et al. 1979: 1) sobre las bases formuladas testimoniados por la presencia de localidades arqueo- en Paracas (Lumbreras 1979), podemos definirla en lógicas con fisonomía propia dentro del conjunto forma sintética como la Puna y sus bordes. circumpuneño. Estos son los oasis fluviales que se deslizan en los flancos occidentales como el río Por condiciones emergentes del proceso morfogenético San Pedro y el río Loa con sus tributarios y en la del altiplano, esta cuña austral se singulariza por reunir porción oriental, sistema atlántico del Pilcomayo las condiciones más estrictas de los Andes en cuanto (Figura 1). a aridez y, por tanto, en cuanto a la reproducción de la flora y de la fauna. El aprovechamiento de estos En el corazón de la alta meseta se suman los pede- territorios por el hombre ha tenido que realizarse montes de los amplios bolsones endorreicos que en forma de asentamientos humanos discontinuos o mueren en lagos o lagunas más o menos salobres, “insulares” (Núñez 1979: 2-5), nucleados en torno como la Laguna Blanca, Antofagasta de la Sierra, a las fuentes de agua como las vegas (pastoril) y Antofalla, Santa Rosa de los Pastos Grandes, Salinas los oasis fluviales (agrícolas) y dispersos o “des- Grandes, sistema Doncellas-Miraflores y Laguna de poblados” en los amplios territorios sin agua que Guayatayoc, río Cincel y Laguna de Pozuelos. han operado, en cambio, como rutas de tránsito multidireccional. Con el transcurso del tiempo los pueblos de estos diversos ámbitos, a través de los mecanismos seña- En el proceso de optimizar sus posibilidades de re- lados, lograron incrementar sus fuerzas productivas producción social, no hay duda de que desde épocas por medio del regadío controlado y del manejo de preagrícolas se desarrolló un patrón de alta movilidad especies vegetales adecuadas, lo que resultó en que garantizó la circulación y complementación interesantes explotaciones agrícolas con cuadros y de productos esenciales tales como lana, carne, andenes de cultivo en lugares como San Pedro de productos vegetales, sal, maderas, alucinógenos y Atacama, Toconce-Lasana, Tebenquiche, Casabindo, hierbas medicinales. Esta necesidad asumió diversas Santa Ana de Abralaite, San Juan Mayo y Yavi. Sin formas de trashumancia a corta y larga distancia datos suficientes como para establecer los comien- por bandas recolectoras cazadoras en tránsito a la zos del manejo hidráulico, es claro que todos estos producción agropecuaria. sectores estaban plenamente explotados en épocas tardías preincas rebasando en todos los casos los Avanzado el proceso, la implementación de formas límites de la ocupación actual como lo ha señalado de control (macro y microverticalidad) desde el en diversas oportunidades Krapovickas (1980) para interior de la subárea o desde sus bordes por for- el sector de la Puna jujeña. maciones sociales más avanzadas, se combinó con el desarrollo del tráfico de caravanas que, aunque Todos estos sectores donde, por cierto, se logró asumiera distintos móviles explícitos, significó en combinar el complejo productivo microtérmico esencia llevar a un máximo el acceso y la regulación con el mesotérmico en los lugares más abrigados de recursos en el ámbito puneño dentro del nivel de e irrigados, articuló también en pisos más altos las desarrollo de las fuerzas productivas alcanzado en zonas de bofedales y tolares, aptas para el pastoreo épocas preincas. de camélidos, lo que permitió implementar una producción agropastoril bien establecida ya en los Precisamente, en el Período Tardío hay señales últimos siglos antes de nuestra era. de los intereses en pugna entre etnias y jefaturas centralizadas que se disputaban el biotipo Puna A esta producción regional de las tierras puneñas desde las cabeceras de valles prepuneños tanto al se asoció recurrentemente y desde antigua data la oriente como al occidente y al norte, lo que supone producción tropical tan codiciada de los bosques desarrollos regionales internamente estructurados orientales del Gran Chaco. A diferencia del altiplano y externamente diferenciados que no traspasaban boliviano, más extenso transversalmente y monó- ciertos límites sociopolíticos. Tal es el caso de la tono en su morfología, el contorno del altiplano sociedad Santa María calchaqueña versus Belén austral es sinuoso pues en su borde se disponen las versus señoríos de Atacama. serranías de la cordillera salto-jujeña que disectan profunda y activamente el flanco puneño oriental con Dentro de este marco general, existieron sectores ríos exorreicos que abren al sistema Pilcomayo o de mayor eficiencia productiva que hoy quedan Pasaje-Juramento, constituyendo verdaderos pasadizos 94 LA historia DE LOS PUEBLOS CIRCUMPUNEÑOS EN relacion CON EL altiplano… Figura 1. La Puna y sus bordes: Localidades arqueológicas. de interacción y de circulación de recursos en ambos Juan Mayo, Pozuelos, Yavi Chico, cabeceras de la sentidos, de tal modo que en trechos relativamente Quebrada de Humahuaca, serranías y bosques de cortos entran en contacto los ambientes tropicales Iruya y Santa Victoria (ver Figura 1). bajos y húmedos con los puneños. Otros ejes serían en sentido oblicuo hacia el nor- De todos estos “ejes” consideramos que el “callejón oriente, el río Salado San Juan Mayo-río Tarija- de interacción” más importante fue el que se ubica Región Valluna de Bolivia y en sentido diagonal entre los paralelos 22º y 23º de Lat. S con una línea sureste Toconao-Huaytiquina-San Antonio de los por aire inferior a 350 km, incluyendo las localidades Cobres bifurcándose hacia el valle Calchaquí y del río Salado, los oasis del Salar de Atacama, San quebrada del Toro. 95 MYRIAM tarrago Una vía diferente desde el punto de vista espacial integrados bajo la esfera de interacción de Aguada e histórico sería la que conectó en ciertas épocas y que no obstante manifestó un fuerte impulso re- en sentido longitudinal los desarrollos de los oasis gional en otras zonas ni interactuaron con la gran de Atacama con sus contemporáneos al interior de Confederación vallista Santa María-Calchaquí los Andes Meridionales, Tulor-Tchaputchayna- sino tan sólo en e1 momento final de oposición al Tebenquiche-Laguna Blanca-Hualfín.

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