2 PENSAMIENTO DE RUPTURA 3 Buela, Alberto Pensamiento de ruptura. - 1a ed. - Buenos Aires: Theoría, 2008. 260 p. ; 14x20 cm. ISBN 978-987-9048-54-2 1. Filosofía. I. Título CDD 190 Queda terminantemente prohibido, sin la autorización de los titulares del copyright y bajo las sanciones por las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, así como su distribución mediante alquiler o préstamo público. Impreso en la Argentina / Printed en Argentina Queda hecho el depósito que marca la Ley 11.723 4 Alberto Buela PENSAMIENTO DE RUPTURA Editorial Theoria Buenos Aires (2008) 5 6 ÍNDICE Filosofía strictu sensu La revelación originaria 15 La relación Oriente- Occidente en filosofía 18 Algunas notas distintivas entre espíritu y alma 22 Los cambios del amor cristiano 29 Algo acerca de los temperamentos 33 Algo sobre metafísica 37 El círculo hermenéutico de la idea de cultura 40 La tolerancia como virtud o como ideología 46 Quiénes son los intelectuales 49 La identidad no es la de todos por igual 53 Patologías del pensamiento único 55 Filosofía práctica Qué son los valores (ética) 65 La vinculación entre ética y vida (bioética) 70 La virtud y su funcionalidad política (metapolítica) 78 La relación de derechos humanos y justicia (derecho) 83 Notas sobre estética (estética) 91 El Renacimiento y su herencia( historia) 98 La relación con el pasado (filosofía de la historia) 102 El desencantamiento de la sexualidad (sexo) 105 Del maestro y la escuela (educación) 110 Consumidores de juventud (medicina) 113 El orden criollo (antropología cultural) 116 Pueblo y ejército (estrategia) 121 Metapolítica de lo social (metapolítica) 127 El principio de reciprocidad de los cambios (economía) 131 Decrecimiento y Progreso (ecología) 138 7 Filósofos argentinos postergados Macedonio Fernández 143 Saúl Taborda 149 Nimo de Anquín 156 Alberto Rougés 163 Juan Luis Guerrero 167 Miguel Angel Virasoro 173 Rodolfo Kusch 178 Julio Meinvielle 186 Leonardo Castellani 193 Alberto Wagner de Reyna (peruano) 199 Despliegue del pensamiento americano 210 Entrevista del pensador Alain de Benoist al autor (Éléments, París) 233 8 Prólogo Cuando aquel triste payaso (comprendí luego que tal era su atroz destino) me balbuceó histérico que por órdenes de arriba debíamos levantar el ciclo de conferencias «Filósofos Argentinos Postergados» preparado y dictado por Buela en la sede central de las bibliotecas de la Provincia de Buenos Aires, obtuve de golpe la certeza (corroborada ad infinitum más tarde) de que mi aprendizaje a su lado no estaría nunca (no podría ser) exento de diversión. Fue claro entonces que Alberto es un provocador, que provocando juega, que jugando aprehende, se divierte y reflexiona, y que en ese proceso alcanza su máximo potencial como pensador contemporáneo y criollo. Atajo al lector desprevenido de entrada: está por adentrarse en un libro bravo para el pensamiento dominante. Buela evita la estructura sistemática, convencido de que la realidad es tan veloz y tan vasta que no pueden ni un hombre ni una sola vida, alcanzar a recrear un sistema filosófico redondo, cerrado. Así, nuestro pensador a-isla fragmentos de la realidad, pagando el precio de una trama única en el altar de la actualidad, en el altar del interés de sus discípulos y en el altar de lo posible. No se crea por ello que es una secuencia des-conexa; nada de eso. El hilo conductor es su esencia misma, el ser del autor. Conocí personalmente al Profesor Buela en el año 2004, al fundar con un grupo de amigos el Club Suramericano, como espacio de pensamiento de nuestra América. Tomamos contacto con él, nos conocimos personalmente, y para nuestro deleite al poco tiempo ya estaba dictando unas clases en nuestro Club. Tanto los que conocíamos sus escritos como aquellos que lo descubrieron allí quedamos fascinados con sus conceptos y con su claridad para exponerlos. 9 Desde entonces y hasta el momento en que escribo estas líneas, el Profesor me ha honrado con su docencia, con su guía y también, con su amistad. Por iniciativa suya compartimos el rescate de un juego criollo olvidado, y junto a muchos otros amigos formamos la Asociación Argentino Oriental de Taba; bajo su dirección, en el año 2005 el Instituto de Cultura de la Provincia de Buenos Aires del que yo era entonces Secretario Ejecutivo organizó el ciclo de conferencias que quisieron levantar y que fue el origen embrionario de la Parte Tercera de este volumen que tiene ahora entre sus manos y que Buela ha dado en llamar Pensamiento de ruptura. Más ajustado hubiese sido utilizar Pensamientos de ruptura, ya que el libro si bien conforma «el pensamiento» del autor, lo exhibe hilvanando diversos pensamientos, diversos momentos del pensar, diversos objetos del pensamiento y de la reflexión. Y son pensamientos de ruptura. A quienes tenemos el gusto de conocerlo no nos sorprende. Rompe con el pensamiento imperante, rompe con lo políticamente correcto, rompe con la opinión impuesta como verdad, rompe, rompe, rompe. Que es lo mismo que decir libera, libera, libera el pensar de ataduras absurdas, convenidas y convenientes. Nos planta frente al desafío de volver a empezar, de acompañarlo en este camino elegido de arkegueta, de eterno comenzante. ¿Se puede disentir? ¡Obvio! No hay que olvidar que estamos hablando del autor de Ensayos del Disenso (Barcelona - 1999), aquél que denuncia un rasgo típico del actual conformismo, expresado por la cultura que se autocalifica de progresista: disfrazar con la retórica del consenso los conflictos que aquejan a nuestra sociedad sin tener la capacidad o la voluntad de resolverlos. Para Buela, disentir no es sólo negar un acuerdo, sino que es sobre todo pretender otro sentido, y entonces el disenso se transforma en una actitud de libertad personal y colectiva, muta como un pensar diferente que enriquece el panorama cultural y político. En sus casi 300 páginas, el Profesor Buela no deja tópico del acontecer cultural del cambio de siglo por rozar, agitar, volver a pensar. Como anticipé está estructurado en capítulos que podrían leerse cada uno como ensayos interdependientes, pero el libro 10 ofrece, mirado como totalidad un replanteo del lugar del intelectual, desde donde retoma la posibilidad de un pensar abarcativo, de grandes líneas, y donde el cruce entre filosofía, estética y política reubica a cada uno de esos mundos en un tinglado común, imbricado, que no puede escindirse sin correr el riesgo de despedazarlo. Deliberadamente he evitado cumplir aquí con el anatema del maestro Borges al calificar a los prólogos como especies laterales de la crítica. He preferido la complicidad con Kierkegaard. Un prólogo es un estado de ánimo … escribir un prólogo es como afilar la hoz, como afinar la guitarra, como hablarle a un niño, como escupir por la ventana: uno no sabe ni cuándo ni cómo las ganas se apoderan de uno, las ganas de escribir un prólogo, las ganas de estos sub noctem susurrii… Espero haber podido. Vaya como disculpa final por mis angustias e inseguridades el mencionar los nombres de otros que han prologado al amigo Buela antes que yo: el P. Julio Meinvielle en «El Ente y los Trascendentales» (1972), Alberto Gorrini, filósofo desaparecida, en «El ente manifestación y conocimiento» (1975), Osvaldo Borda, ex Secretario General de la CGT en «La organización sindical» (1984), Alberto Caturelli en «El sentido de América» (1990),Abel Posse (1996), Alberto Wagner de Reyna en «Ensayos de disenso» (1999)y Mons. Héctor Aguer (2002). Es un sin sentido que yo forme parte de esa enumeración; me corrijo: no es un sin sentido, es un acto de nepotismo del Profesor. Cree que porque trato de honrar su amistad, estoy a la altura de estas circunstancias. Errare humanum est. Dr. Carlos A. Tonelli Banfi Casa del Faro, Bahía Anegada Febrero de 2008 11 12 Introducción Alguna vez cenando con mi buen amigo Alain de Benoist en un bodegón parisino le comenté que dado que nuestra época y sus cosas transcurren como una sucesión de imágenes truncas, el esfuerzo de los filósofos y pensadores de nuestro tiempo debe ser mucho más ingente que el de épocas pretéritas. Y es por ello que debemos escribir recurriendo a una especie de zapping expositivo. Tocar un tema y luego otro, y después otro diferente y así sucesivamente pues debemos dar respuestas variadas y múltiples a la multiplicidad de incitaciones y estímulos que recibimos de un mundo constituido por una sucesión infinita de mensajes que nunca se detienen. A lo que me contesto: Nosotros debemos ofrecer no una sino varias alternativas al pensamiento único. El asunto entonces consiste en encontrar el hilo conductor que le permita al filósofo (nosotros siguiendo a Platón preferimos hablar de arkegueta: eterno comenzante) otorgarle a su mensaje una consistencia lógica que en primer lugar lo haga entendible, por aquello de Ortega: la claridad es la cortesía del filósofo, y en segundo término, lo aproxime a lo verdadero. Pues sin la búsqueda de la verdad y el convencimiento de que ésta existe, no hay filosofía posible. Debemos romper con el lugar común de que todas las opiniones son respetables, eso es una tontería y como decían los viejos filósofos stultorum infinitus numerus est, pues una opinión xenófoba o racista no es respetable. Los que son respetables son las personas no las opiniones. La filosofía es entendida por nosotros como ruptura con la opinión, no sólo porque como enseñara Platón no se puede hacer filosofía con la doxa sino más bien con la episteme, a través del conocimiento por las causas, sino porque en nuestra época la opinión que cuenta es sólo la opinión publicada y no ya la pública y menos aún la de un pensador o filósofo genuino a quien casi nadie escucha ni lee.
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