
MONTEVIDEO OCTUBRE DEL 2018 GUSTAVO ACOSTA TESIS. LA QUINTA DE BATLLE O QUINTA DE PIEDRAS BLANCAS Estudio de caso del museo histórico biográfico Casa Quinta Don José Batlle y Ordóñez Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación POSGRADO de ANTROPOLOGIA DE LA CUENCA DEL PLATA TUTOR: Dr. Leonel Cabrera Pérez Octubre del 2018 Introducción Descripciones 1) Se aborda en esta tesis el estudio de caso de un museo histórico biográfico y de sitio, el museo Casa Quinta Don José Batlle y Ordóñez, ubicado a 12 km y medio de la zona céntrica de la ciudad de Montevideo y a 6 kms de sus límites en cuanto capital del departamento, sito en el barrio de Piedras Blancas, en la intersección de las calles Espíritu Nuevo y Matilde Pacheco de Batlle y Ordóñez. El museo se abrió como una dependencia del Museo Histórico Nacional recreando lo más fielmente posible los objetos y mobiliarios en sus disposiciones originales en la casa quinta que habitara el dos veces presidente de la república (1903-1907; 1911-1914), el cuidadano, líder del partido colorado y del batllismo, José Batlle y Ordóñez, entre 1911 y 1929. Como consecuencia de una donación modal efectuada por los descendientes del “repúblico”, la sucesión Batlle-Pacheco, se entregaba al estado la casa quinta, el parque de árboles que la rodea y el acervo de ella: objetos, mobiliarios y documentos que habían pertenecido a José Batlle y Ordóñez y su familia. Historia y biografÍa de una personalidad,una ideología que glorifica al individuo y una época, en esta casa quinta como lugar creador de un patrimonio, de ahí su definición de museo de sitio, eran objeto así de una “musealización”. Según la definición de ICOM (International Council Of Museums) en 1982, un museo de sitio es “un museo concebido y organizado para proteger un patrimonio natural y cultural, mueble e inmueble, conservado en su lugar de origen, allí donde este patrimonio ha sido creado o descubierto”.(1) Se inscribía en lo que la modernidad ha valorado como patrimonios: la naturaleza, la historia y los genios creativos o destructivos..Una fuerza proveniente de la historia mitificada y la genialidad, con el fin de legitimar un orden social, buscaba representar la excepcionalidad, el individuo que trasciende y que transgriede las reglas culturales que afectan al común de los mortales. (2) El museo se sitúa en la históricamente conocida como Quinta de Batlle o Quinta de Piedras Blancas, una chacra de 36 ha que estaba limitada por los caminos Cuchilla Grande (hoy José Belloni) y Rafael, al oeste y este respectivamente y las actuales calles Tte Rinaldi y Ctan Tula (al sur y el norte; ex Abrevaderos I y II); comprada a fines de 1904 por el presidente José Batlle y Ordóñez a la sucesión Duplessis-Barrán, en la suma de $16000. Esta área original se encuentra actualmente totalmente urbanizada, distinguiéndose al oeste y hacia la parte frontal del museo, las viviendas construidas por particulares en los solares rematados en 1936. Hacia los fondos y costado norte del museo existe una reciente urbanización compuesta por 3 complejos habitacionales de ayuda mutua y 400 NBEM (Núcleos Básicos Evolutivos Mejorados), edificados entre 1998 y el 2001. Considerando siempre el mismo espacio geográfico se relevan tres servicios públicos educacionales: una biblioteca llamada José Batlle y Ordóñez, construída en la entrada de la “quinta presidencial” y tras los dos ombúes todavía existentes, en los que las anécdotas orales trasmitidas de generación en generación contaron que José Batlle y Ordóñez conversaba con los vecinos. A una cuadra y en la frontalidad del museo se yergue un edificio escolar de doble planta, albergando a las escuelas Nro 119 y Nro 59 ( turnos matutino y vespertino respectivamente), designadas en el 2003 con el nombre de Complejo Matilde Pacheco de Batlle y Ordóñez. A su vez, Primaria inauguró un jardín de infantes llamado “los muchachos” en el 2013, reciclando y reformando la histórica “Casa de los Muchachos”, ubicada al sur del museo. Encargada al arquitecto miltar Gral. Alfredo Campos, José Batlle y Ordóñez ordenó edificarla con el fin de que en ella habitaran alguno de sus hijos, sus sobrinos e hijastros, a quienes llamaba familiarmente “los muchachos”. Sus hijastros eran los hijos nacidos de las primeras nupcias de Matilde Pacheco con el primo de Batlle, Ruperto Michaelson Si recurrimos a los conceptos de sobrevivencia material y cultural ( la arqueología histórica del lugar y sus restos),y apuntamos a una cierta y relativa reconstrucción espacial y cultural de ese pasado de la quinta, actualmente solo la casa quinta (el museo) y la “casa de los muchachos” responden a los legados dinámicos de ese periodo histórico. (1) Citado por Hernández Hernández,F;12/2007 (2) Prats,LL; S/D 2 Toda reconstrucción es apenas un acercamiento e incluso una experiencia virtual, so pena de considerar los patrimonios históricos como bienes absolutos, inmutables y dependientes de los “orígenes”, puesto que lo que “fue” se inscribió en procesos históricos anteriores y posteriores. Si una sobrevivencia cultural (procesos, opiniones, costumbres y tradiciones) persiste en el tiempo, no es anacrónica ni falsea lo real, cumple una función en el presente “ (….) ella está presente muchas veces con otro nombre, en varios análisis que se hacen de la dinámica cultural (…..) Una ideología es exitosa en la medida que consigue dar la impresión de unificar intereses de diferentes grupos sociales (….) “(3) Hay historias que suelen permanecer inmóviles por cientos de años hasta que bruscamente se aceleran en un contexto de acontecimientos y coyunturas. Es así que hasta hace poco, aún en el año 2008, también sobrevivían el galpón de la carpintería, la base de un molino mecánico destinado al riego y la bodega con el garaje adosado destinado al auto de Batlle, situados a los costados del museo. Fueron demolidos después que Primaria adquirió el predio para construir el jardín de infantes. Asimismo cuando recorríamos el lugar y en el curso de los años conversando con los vecinos, constatábamos que había olivos y palmeras por Teniente Rinaldi o las estacas de las viñas, observadas en el terreno contiguo desde el interior de la escuela o noticias de que los muertos de las viñas y los palos de los alambrados habían ido a parar a la casa de los vecinos. Por otra parte, los “viejos de la tribu” de este barrio ( expresión que designa a los ancianos en Africa, portadores de la memoria oral de las tribus) contaron narraciones (orales y escritas) sobre la quinta de Batlle y los años durante los cuales José Batlle y Ordóñez la habitó. Sus memorias también abarcaron, el periodo premuseal y museal. Las trasmitieron a otros vecinos y centros de enseñanza o no tuvieron oportunidad de hacerlo, sea porque no las escribieron ni las narraron oralmente a nadie, sea porque faltaron interlocutores que las recogieran. Sus relatos elaboraron una continuidad a partir de las discontinuidades de la historia y de los cambios en sus biografías individuales. En consecuencia, si analizamos dicho espacio histórico en lo descriptivo y sincrónico, en sus permanencias y cambios se advierten fragmentaciones, a la vez historias conectadas y superpuestas o desconectadas, decisiones que involucraron al estado y la familia Batlle Pacheco, casi una omnipresencia de los servicios estatales en este lugar, relaciones entre lo público y privado y un conjunto de tradiciones y memorias que las pueblan. Ordenado dicho espacio en la diacronía y evolución de los acontecimientos y coyunturas, señalando una mínima cronología, apreciaremos como fue cambiando a lo largo del siglo XX y cuales han sido sus permanencias en cuanto al patrimonio y el museo. Las memorias barriales han operado mediante una serie de discursos y prácticas, han invocado un referente simbólico y sagrado como José Batlle y Ordóñez ( su quinta o el museo) y en ese proceso han construido diversidad de relatos, documentos y monumentos. Y aunque mantengan una coherencia interna propia de los sistemas mágicos, nos reenvían y remiten a muchas identidades y heterogeneidades. Tratan de evitar así las contradicciones y la dinámica de la historia. Ilustramos a través de dos mapas y un croquis, los datos descriptos . 1: Mapa de la IMM (Intendencia Municipal de Montevideo) 3 (3) Oliven,Ruben G;1999:;24 Mapa del Dto de Montevdieo con las divisiones por Centros Comunales Zonales (CCZ. 1990 a 2010). El CCZ Nro 10 se sitúa al noreste del Dto. Aproximadamente tiene unos 120 km 2 dentro de los 500 km 2 del Dto, 13 km de extensión entre el sur y el norte; y 9 km de este a oeste, aproximadamente.. En el periodo delimitado para el estudio tenía alrededor de 60000 habitantes. Según el último censo del 2011 dicha población había descendido a 46000 habitantes. Según la conformación histórica del país, sus vías de comunicación son radiales y en estrella (avenidas y ferrocarril). Tres rutas nacionales desembocan en la región noreste: Nro 6, Nro 7 y Nro 8 (ésta como límite cardinal Este). La línea del ferrocarril central comunicaba Minas con Manga y la estación central. Otra línea, la Noreste, adquirida por el “primer batllismo” (1915) hacía el recorrido por la Unión, Maroñas y Piedras Blancas, hacia Minas y fue eliminada en 1938. La avenida central del territorio es José Belloni. Corre por las últimas estribaciones del relieve de la Cuchilla Grande, las cuales llegan hasta la avenida 18 de Julio en el centro de Montevideo. Por eso, desde el siglo XVIII se le conoció como camino Real (a Minas) y luego Cuchilla Grande, hasta 1971, en que se le cambió por el de José Belloni.Tropas, carretas y ganados transitaban por esta avenida hasta los primeros años del siglo XX. Al cambiar el “modo de producción” con la modernización capitalista, una línea del ferrocarril la surcó en el último cuarto del siglo XIX y el tranvía eléctrico a partir de 1908.También originados en la colonia española, Camino Mendoza (al oeste) y Camino a Maldonado (al este) son otros dos caminos radiales.
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