INGENIOS DE SANTIAGO DE LAS VEGAS. SIGLOS XVIII Y XIX. Ivette Villaescusa Padrón Instituto de Historia de Cuba Santiago de las Vegas, perteneciente en la actualidad al municipio de Boyeros, en Ciudad de La Habana, tuvo su primer asentamiento poblacional en la segunda mitad del siglo XVII, con un grupo de inmigrantes de Islas Canarias que – como en otros sitios del país donde se establecieron_ se dedicaron al cultivo del tabaco1, planta que dio origen a la comarca y a su desarrollo; pues devino ésta una de las zonas tabacaleras más importantes de Cuba. Santiago quedó registrado oficialmente en 1749, con la constitución de su Primer Cabildo.2 Desde 1780 Wajay estaba sujeto a su Tenencia de Gobierno;3 luego se le añadieron Calabazar, fundado en 1830 con el nombre de Santa Cristina de la Nueva Palmira; El Rincón, con posterioridad a 1837 cuando al inaugurar el primer tramo de ferrocarril de Cuba, acondicionaron allí un andén y empezaron a levantarse casas; y Rancho Boyeros reconocido en 1840, en el caserío donde paraban los carreteros y boyeros para pagar el peaje en una Casa de la Real Hacienda, a la que llamaban el Rancho de los boyeros. Aunque las vegas primero, y las manufacturas de tabaco después, resultaron las que más contribuyeron a la notoriedad de la zona, los ingenios que existieron en ese espacio influyeron también en su bienestar, ya que caña, café y tabaco, cultivos base de la economía colonial de la mayor de las Antillas, lo fueron igualmente de los predios en cuestión. La información disponible sobre los ingenios en el área de estudio, es insuficiente y dispersa. Según un padrón de ingenios (1745-1757), conservado en el Archivo General de Indias,4 y conforme a lo relatado por el Obispo Pedro Agustín Morell de Santa Cruz,5 tras su estancia en 1754 por Santiago de las Vegas, ésta contaba en tal fecha con cuatro. Comparados, por ejemplo, con los 24 que en dicho padrón sumaba Guanabacoa, los 12 de Managuana (Managua) y los 10 de Bejucal, se torna ínfimo el número de los que nos interesan. Mercedes García, en Base de datos sobre ingenios del siglo XVIII, en Instituto de Historia de Cuba, nombra tres en el “Corral de Santiago de las Vegas”: el Nuestra Señora del Rosario y San Joseph (1660-1761), cuyo primer dueño fue Félix Chacón y el último Antonio Gelabert; Nuestra Señora 1Jesús Guanche: Procesos etnoculturales de Cuba, Editorial de Letras Cubanas, Ciudad de La Habana, 1983, pp.174 y 177, anota que desde la segunda mitad del siglo XVI comenzó la emigración masiva de canarios, mediante grupos familiares, y a ella se debe fundamentalmente la formación de una serie de comunidades rurales de la región interior de La Habana, que se dedicaron al cultivo del tabaco. Dolores Guerra: Jesús del Monte, historia local y representación social, Editora Política, La Habana, 2004, p.34, afirma que la emigración canaria es uno de los movimientos de traslación más importantes entre Europa y América. 2 En el Archivo del Museo Histórico Municipal de Boyeros se hallan documentos originales mediante los cuales Santiago, primero queda fundada oficialmente, y luego se le conceden los títulos de Villa, Ciudad y Fiel Ciudad, por Reales Cédulas de 1775, 1824 y 1831, respectivamente. 3 Fernando Inclán Lavastida: Apuntes históricos de Arroyo Arenas, El Cano, La Ceiba y Wajay, Ediciones del C.N.C., 19-, p.31. 4A. G. I., Santo Domingo, 534 (Visita del Obispo Pedro A. Morell de Santa Cruz (A. A.), citado por Leví Marrero en Cuba: Economía y sociedad, Editorial Playor, S. A., Madrid, 1978, t. VII, p.12. 5Pedro Agustín Morell de Santa Cruz: La visita eclesiástica, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1985, p.34. 1 del Rosario (1660-1740) primero propiedad de Antonio Bayona y finalmente de su hijo el Conde de Casa Bayona; y Nuestra Señora de la Concepción (1690- 1745), que de Diego González de la Torre pasó por varios patrones hasta que Marcos Antonio de Gamboa lo compró en 1730. Al término de la década de 1750 los ingenios de la región occidental eran unos 90, puesto que en esos años empieza la recuperación de los que sufrieron contratiempos en los decenios fínales del siglo XVII y primeros del XVIII.6 Manuel Moreno Fraginals anota que el casi centenar de trapiches existentes en 1762 se localizaba en caminos radiales que se alejaban de La Habana en pequeñas colmenas; una arrancaba de Managua y trazando un arco alrededor de La Habana, se dirigía a Santiago, El Rincón, El Cano, El Guatao y Cangrejeras.7 Un padrón de la jurisdicción de Santiago de las Vegas en 1766, acredita un ingenio en Ojo de Agua (Aguada del Cura) y cuatro en Wajay.8 Posteriores padrones habaneros no varían mucho la cifra.9 Es decir, entonces la zona no resultaba tan prolífera en ingenios como se presume. Incluso Pablo Tornero no la menciona al señalar que a partir de 1790 destacan los partidos de Batabanó, El Cano, Guanajay, Guanabacoa, Güines, Managua y Río Blanco.10 Posiblemente, el supuesto de la abundancia de ingenios en el espacio que se examina, proviene de que en las últimas décadas del siglo XVIII y primeras del XIX, Santiago abarcó una vasta jurisdicción que incluyó, entre otros partidos, los de Alquízar, Güira de Melena, Quivicán, La Salud y Guara; por lo que los padrones y censos efectuados en ese tiempo, lógicamente incorporan los ingenios de tales lugares, que no integran hoy el escenario analizado. Podría corroborar ese criterio el hecho de que el padrón de ingenios por jurisdicción, de 1827, le adjudica 40 a Santiago, cuando le pertenecían 10 partidos; sin embargo, en 1846, que se le segregan varios, suma sólo cuatro.11 Los historiadores locales no abundan en el tema; aunque coinciden en reconocerles repercusión a los ingenios del área. Eduardo M. Bernal en Calabazar. Síntesis histórica12 resume que en los siglos XVI, XVII y primera mitad del XVIII, se cultivó caña de azúcar para los trapiches e ingenios primitivos de la cuenca del Almendares, y uno de los últimos fue el Calabazar. En la Síntesis Histórica del municipio Boyeros13 se apunta que en 1700 existían ya en la jurisdicción numerosos ingenios azucareros; importantes, 6 Ver Olga Portuondo: “La consolidación de la sociedad criolla” (1700-1765), y Gloria García: “El auge de la sociedad esclavista en Cuba”, en Instituto de Historia de Cuba: La colonia, evolución socioeconómica y formación nacional de los orígenes hasta 1867, Editora Política, La Habana, 1994, Caps. V y VI, respectivamente. Consultar también Mercedes García: La aventura de fundar ingenios. La refacción azucarera en La Habana del siglo XVIII, Ed. de Ciencias Sociales, La Habana, 2004. 7 Manuel Moreno Fraginals: El ingenio. Complejo económico social cubano del azúcar, Ed. de Ciencias Sociales, La Habana, 1978, t. I, p.137. 8 En Archivo Museo Histórico Municipal de Boyeros, Fondo Documentos, Legajo extraído de las Actas Capitulares 1772-1774, folios 421-444. 9En 1839 asignan cinco al partido de Santiago, cuatro en 1846, y uno a Wajay en 1860. Ver Leví Marrero: Ob. cit., t. X, pp. 140, 173, 187 y 274. 10 Pablo Tornero: Ingenios, plantación y esclavitud. Una aproximación al estudio de los esclavos en los ingenios cubanos (1760-1821), Imprenta E. E. H. A, Alfonso XII, Sevilla, 1986, pp. 39-40. 11 Por Real Cédula de 1841, en A.N.C, Fondo Reales Cédulas y Órdenes, 164/422, los partidos de Quivicán, San Antonio, La Salud y Batabanó, pasan a Bejucal. 12 Editorial. Imágenes, La Habana, 2004, p.4. 13 Campos, Angela N.; Estrada, Azucena; y Bernal, Eduardo M.: Síntesis Histórica del municipio Boyeros, Combinado de revistas y otros medios de propaganda Federico Engels, Ciudad de La Habana, 1986, pp. 14-15. 2 entre Calabazar y La Chorrera de Managua, los de Paso Seco, Santa Catalina, Artillería y Calabazar; y que en la comarca hubo sublevaciones de esclavos como la del ingenio La Pita. El Paso Seco y el Santa Catalina aparecen en el “Mapa de ingenios habaneros en 1768”,14 donde se representa también El Retiro o Nuestra Señora de Regla, que Mercedes García menciona en Wajay,15 y el Guadalupe, que José M. de la Torre16 sitúa con el San Juan hacia 1762, entre La Habana y el camino de Santiago. Francisco Montoto asevera que varios ingenios producían hasta cincuenta mil arrobas y los de relativa significación se levantaban, tres en el partido de Wajay, uno en el de Ojo de Agua y cuatro en La Pita, uno llamado así; de éste escribe: En 1854 fue demolido el ingenio La Pita, propiedad de los herederos de Juan Núñez de Castilla, Marqués de San Felipe y Santiago, (…) en que se instaló la segunda caldera traída a Cuba para la fabricación de azúcar. Estas tierras fueron dedicadas, desde entonces, al cultivo de otros productos agrícolas, siendo arrendadas a Don Rafael Barrios.17 El sucesor de Montoto como historiador local, Francisco Fina, en el tomo I de su socorrida Historia de Santiago de las Vegas, copia ese dato con muy poca variante.18 Primero anota que por 1814 en la vasta jurisdicción de Santiago se encontraban enclavados 41 ingenios, y páginas después que la producción azucarera fue en aumento y en 1862 contaban con cuatro ingenios en las cercanías de la ciudad, de bastante importancia el San Ignacio, conocido por La Pita, propiedad del conde O’Reilly, y el Nueva Luisa, alias La Pitica, propiedad de Don Pedro Zárate19. Ambos los ubica Esteban Pichardo en su Carta geotopográfica.20 Podrá observarse que el ingenio en que concuerdan algunos historiadores locales es La Pita, aunque no revelan la fuente de información.
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