“La mujer en los tiempos de la reina virus” Escrito por JIMENA LA MADRID (Lima, 1986). Dramaturga, actriz, docente de teatro y cantante. Ha llevado diversos talleres de dramaturgia y guión con Alonso Alegría, Gonzalo Rodríguez Risco, Eduardo Adrianzén, María Dodera, Alberto Conejero y Ernesto Barraza. Su especialidad son las obras en formato corto. EL ARTE DE QUEDARTE EN CASA LA MUJER EN LOS TIEMPOS DE LA REINA VIRUS Una tragedia corta de Jimena (Chino) La Madrid TIEMPO: ÉPOCA ACTUAL. AÑO 2020. EN PLENA CUARENTENA. LUGAR: SUWAIDI, ARABIA SAUDITA. LIMA, PERÚ. GERONA, ESPAÑA. TODOS LOS PERSONAJES EN UNA HABITACIÓN, EN CADA CIUDAD. PERSONAJES: NAYALA: 25 AÑOS YULY: 8 AÑOS MAMÁ: 30 AÑOS PAPÁ: 33 AÑOS CHARITO: 15 AÑOS VOZ EN OFF: 18 AÑOS DOÑA CHELITA: VECINA ANCIANA SEÑOR: VECINO, CINCUENTÓN SEÑORA: VECINA, CUARENTONA CHICA: VECINA, VEINTITANTOS CHICO: VECINO, VEINTITANTOS VOZ DEL PRESIDENTE (TV) VOCES EN OFF: MILITARES ÁRABES Escrita por Jimena La Madrid Acto Único. Escena única. Suwaidi. Una habitación donde apenas entra la luz del día. Un colchón en el piso. Una mujer vestida con un burka negro está echada sobre él. Sólo vemos su rostro. Mucho polvo. NAYALA: Me hubiera gustado aprender a leer y escribir. Intenté aprender para dejar de hablar sola conmigo; es lo único que sé hacer. Nunca nadie supo ni sabrá lo que pienso. Es tan triste no poder guardar mis propias palabras… Lima. Un cuarto. Se distingue la cocina de la habitación gracias a los muebles y la cama. YULY: Lo único que entiendo es que no podemos salir. El presidente dice que, si sales, un virus que se llama como la cerveza que toma mi tía te contagia. Esto es como estar de vacaciones, pero sin sonrisas. Mi mamá dice que los únicos que pueden salir a trabajar son los doctores y los que venden cosas para comer. Gerona. CHARITO está cantando la canción “Color esperanza” de Diego Torres. Tocan la puerta. Voz de un joven. VOZ EN OFF: Charito, abre la puerta. ¿Qué pasa, prima? CHARITO: “…Pintarse la cara, color esperanza, tentar al futuro con el corazón…”. VOZ EN OFF: Abre la puerta. Sólo quiero hablar con vos. CHARITO: “Sé que lo imposible se puede lograr, que la tristeza algún día se irá…”. VOZ EN OFF: ¿Queréis cantar? Cantemos juntos. Abre. CHARITO: “Y así será, la vida cambia y cambiará”. VOZ EN OFF: “¡Sé que hay en tus ojos un solo mirar, que estás cansada de andar y de andar y caminar…!” (CHARITO se tapa los oídos) ¡Hey, prima! Abre la puerta. ¡No os encerréis! ¿Estáis llorando? NAYALA: Si hubiera aprendido a escribir, hubiera sido un poco feliz, pero aquí no llegan los cuadernos y la única tinta que conocí fue la sangre que se me subía por la cara cuando no podía decirle que no a mi padre, a mis hermanos, a mi marido. Nosotras tenemos un no impregnado en nuestra piel, por eso existen estas ropas para que no se nos escape, para que no seamos apedreadas. YULY: Pero mi papá no es doctor ni vende comida, sólo trae cosas que otra gente usó. Es raro. Ahora que lo vemos más seguido, es como si llevara la cólera adentro. Dice que no hay de dónde sacar para comer. Ha ido a comprar desayuno. Ojalá se demore. No creo que el virus le haga algo; él es fuerte. Le deja el cuerpo morado a mi mamá como cuando me tropiezo en el patio del cole jugando a las chapadas. Mi mamá es bonita. Tiene suerte de que mi papá no le pega en la cara. Él le escoge la ropa. CHICA: ¿Qué ha pasado? VOZ EN OFF: Si no abres, voy a tener que buscar la llave. De todas formas, voy a entrar. CHARITO: “Saber que se puede, creer que se pueda, quitarse los miedos, sacarlos afuera…”. VOZ EN OFF: ¡Rosario, ya me cansé! ¿Qué creéis, ah? ¿Que podéis calentarme como una guarra y luego haceros la pendeja? ¡Abre! CHARITO: “Pintarse la cara color esperanza, tentar al futuro con el corazón”. VOZ EN OFF: Primita, ábreme. Yo sé cómo os sentís, os quiero ayudar. Pero si os encerráis, se complica, ¿sabéis? Déjame ayudaros. CHARITO: “Saber que se puede, creer que se pueda, quitarse los miedos, sacarlos afuera…”. VOZ EN OFF: ¡Deja de cantar como retrasada! ¿Creéis que una cancioncita de mierda te va a salvar? DOÑA CHELITA: ¡Ay, Dios mío! ¡Que Yuly esté bien! NAYALA: Nuestros hombres se han metido en nuestras cabezas y desde adentro apedrean a las letras porque ellas también son mujeres. Las matan antes de que estén formadas, por eso nunca las conocemos. YULY: A mí no me molestaría si mi papá se enferma. Siempre grita y no me gusta que le pegue a mi mamá. Yo le digo que no le pegue, pero no me escucha. Mi papá no quiere que mi mamá se queje cuando la golpea porque los vecinos se pueden dar cuenta. Yo quiero contarle a doña Chelita, pero tampoco puedo salir. (Pausa larga) Mi papá regresó. Mi mamá ya puso el agua. Mi papá se da cuenta; otra vez camina chueco y escupe cuando habla… (moviendo los labios, al mismo tiempo que el papá dice la siguiente frase) PAPÁ: ¿Qué pasa? ¡Cambia de cara, mujer! YULY: No se le ve contento. CHICO: Parece que viene de la casa del Jorge. VOZ: ¡Madura! ¿Creíais que papito iba a ser eterno? Ese cabrón lo único que hacía, era fumar como chimenea. Algún día le tenía que tocar… (Riendo) Mira, lo mejor que pudo pasarnos fue esta cuarentena, carajo. ¿A dónde vais a ir? ¿A infectaros? ¿A que os pare la policía? Tarde o temprano vais a tener que abrir la puerta. Aunque sea para tragar. (Pausa) Deberíais estar agradecida, puta ingrata de mierda, que ahora soy yo el único a quien podéis recurrir. Y si me apetece os dejo morir de hambre, por calientapollas. SEÑORA: ¿Y si vamos a ver? NAYALA: Alá se equivocó cuando nos creó, no debimos haber nacido con pensamiento. Si vivimos repitiendo lo que nuestros maridos nos dicen, ¿para qué el pensamiento? PAPÁ: ¡Vuelve a sonreír, carajo! ¡Sonríe, mierda! Seguro quieres salir, ¿no, pendeja? YULY: Mamá tiene miedo. Se le nota porque está temblando. PAPÁ: Te jodiste porque no vas a salir. Nadie puede salir. Sólo yo porque soy el hombre de la casa. ¿Pa’ qué quieres salir, ah? Segurito pa’ que te veas con el chino, ¿no? MAMÁ: No, no es así. PAPÁ: ¡Cállate! No me contestes. ¡Eres una puta mentirosa! MAMÁ: Por favor, Jorge. Yuly te va a escuchar. NAYALA: Si hubiera aprendido a leer y a escribir hubiera sido un poco feliz. PAPÁ: ¿Y? ¿Qué, no quieres que se dé cuenta de que su mamacita es una puta? YULY: ¿Qué es puta, papá? (Al público) Mi mamá llora. (A su madre) Mami, no llores. Yo no te voy a dejar de querer. PAPÁ: (Riéndose) ¿Ya ves? Por muy puta que seas, tu hija te va a seguir queriendo. (Con fingida ternura) ¡Qué bonito! MAMÁ: Te recuerdo que también es tu hija. PAPÁ: ¿Y yo cómo mierda sé? DOÑA CHELITA: (Asustada) ¿Escucharon eso? YULY: Siempre que mi papá se pone así, dice que yo no soy su hija. No sé por qué. PAPÁ: (Quebrándose) Yo quisiera creerte, pero algo aquí me dice que Yuly no es mi hija. Tú siempre has sido una zorra. MAMÁ: (Con lástima, casi maternal) No digas eso. ¿Por qué me tratas así? PAPÁ: ¿Y cómo quieres que te trate, ah? Ni siquiera estás como cuando te conocí, estás toda gorda y fea. Lo único que te queda de cuando nos conocimos es lo pendeja. MAMÁ: No me trates así, por lo menos no delante de la niña. CHICA: ¡Policía! ¡Policía! Han disparado. YULY: (Molesta) No sé por qué mi papá le dice fea a mi mamá. ¿Por qué mi mamá deja que le diga mentiras? CHICO: Yo estaba terminando de tomar desayuno, los gritos venían del 205. Jorge se llamaba. Un pegalón que gomeaba a su mujer. Creo que tenían una niña. Yuly, creo que se llamaba, si no me equivoco. PAPÁ: ¿Quieres que te trate bonito? ¿Qué te haga cariñito? ¡Oh! ¿Eso quieres, chiquita? ¿Que te diga que te amo? MAMÁ: Suéltame. Sólo quiero que dejes de insultarme delante de ella. NAYALA: El aire caliente del desierto se llevará los pocos pensamientos que alguna vez… PAPÁ: Dame un besito, mi amor. (A la niña) Yuly, no le hagas caso a tu mami, ella es una llorona. ¿Sabes qué significa ‘puta’? ‘Puta’ es ser cariñosa. (A su mujer) Ven, putita. Dame un beso. Quiero que Yuly se gane con esto. MAMÁ: ¡Apestas! PAPÁ se ríe. MAMÁ: (A la niña) Yuly, ve a tu cuarto. NAYALA: Ellos ya mataron a pedradas los pensamientos que nunca alumbré. PAPÁ: Sí, ve a tu cuarto. Anda, que aquí tu mamá y yo, nos vamos a divertir. YULY: (Al público) No quiero irme a mi cuarto. Seguro le va a dejar el cuerpo morado otra vez. CHARITO: “Pintarse la cara color esperanza, tentar al futuro con el corazón”. PAPÁ: Ve a tu cuarto. YULY: No, papá. PAPÁ: ¿Has visto? Tu hija es una sapaza. Bueno, que se quede a ver, pe. MAMÁ: ¡Suéltame! PAPÁ: ¡¿Qué cosa?! Al chino sí le dejas que te la meta, ¿no? ¿Y a tu marido? ¿Ah? MAMÁ: ¡Cállate! No sabes lo que estás haciendo. PAPÁ: No te voy a hacer nada que no te haya hecho antes, ese hijo de puta. NAYALA: ¿De qué sirve una mujer que piensa y que está seca como un desierto? MAMÁ: Yuliana, ve a tu cuarto..
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