Julio 23 de 2009 eltiempo.com / colombia / cundinamarca El casco urbano del municipio de Carmen de Carupa pide frenar las minas de grava Esa explotación es la causa de serios problemas ambientales. Esta situación podría agravarse si, como lo pretenden varias empresas, 22 solicitudes de títulos mineros reciben licencia ambiental. Los habitantes advierten que sus fuentes de agua se están contaminando porque, en esta época de lluvia, las piscinas de sedimentos se rebosan y esas aguas y lodos terminan en las quebradas y ríos. De darse las autorizaciones, de acuerdo con el alcalde José Edilberto García, las zonas mineras abarcarían el 80 por ciento del municipio. En jurisdicción de Carmen de Carupa ya existen, según Ingeominas, nueve títulos con Registro Minero Nacional (dos de ellos funcionan sin licencia ambiental). "Están solicitando muchos títulos y la única forma de trancarlos es con la licencia ambiental, con el Ministerio de Ambiente y con la CAR", indicó el alcalde. Sin embargo, Ingeominas dice que aún no se ha tomado ninguna decisión respecto de los títulos pendientes. Para el mandatario local, no sería procedente la aprobación de nuevas explotaciones porque varias de ellas estarían localizadas en zonas de páramo, que son las reguladoras del agua de la zona. Los ríos Simijaca, Ubaté y Minero, que surten a Simijaca, la laguna de Fúquene y al occidente de Boyacá, son algunos de los que nacen en los páramos de Carmen de Carupa y que hoy están en riesgo por causa de las minas. Víctor Vásquez, ex director de Áreas Protegidas de la Organización Conservación Internacional (CI), explicó que en la parte alta del municipio que limita con Tausa hay una estrella hidrográfica que va hacia Ubaté y la cuenca del río Negro. Vásquez agregó que, con las minas en zonas de páramo, se produciría la destrucción de la cobertura vegetal, que cumple la función de capturar el agua. Precisamente, un informe de auditoria de gestión ambiental gubernamental, realizado por Working Group on Environmental Auditing (Wgea) en diciembre del año pasado a la actividad minera en Carmen de Carupa, Cucunubá, Guachetá y Sutatausa, señala graves daños al ecosistema, en particular a las fuentes hídricas. "Los cuerpos de aguas superficiales están afectados por la actividad minera, presentando alteración de curso de volúmenes y afectación de la vida acuática, por aumento de sedimentación y cambio en pH de las aguas", señala. María Clara Valencia M. Especial para EL TIEMPO http://www.eltiempo.com/colombia/cundinamarca/ARTICULO-WEB- PLANTILLA_NOTA_INTERIOR-5686670.html.
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