Publicación: Castro, Ernesto (2019). El trap. Filosofía millennial para la crisis en España. Madrid: Errata Naturae Fragmento: Ser o no ser feminista / El retorno de lo real (pp. 165-218) y (pp. 358-380) ISBN: 978-84-17800-11-6 6. SER O NO SER FEMINISTA Me suda la polla lo que tú me digas. 1 No me hables, me das SIDA. 1 Vece a la mierda y que Dios te bendiga. 1 Esto es trap shit, pero no soy trapera, 1 lo juro por tos mis muertos, que Dios no los quiera. 1 Estoy pensando en billetes, en llenar la nevera. 1 [... ) Estoy ha­ blando con Dios, pero nadie se entera. 1 Mi futuro está envuelto en el papel de mi cartera. ALBA NY t,. J. Sad and emo girls lln diciembre de 2017, Pimp Flaco hizo unas desafortunadas declaraciones en Los 40 Principales sobre las mujeres de la es­ n:na urbana española. Cuando el presentador de esa emisora de radio le preguntó su opinión acerca de Bad Gyal, el trapero de lbdalona respondió lo siguiente: «Bueno, a ver, es como cuando t• n tu clase hay dos niñas que están buenas, pues ... pues son esas dos. Aquí, en España, está una y la otra. Pues, si no petan esas dos, no peta nadie, hermano. Pues, cuando salgan quince ni­ iias más dentro de tres o cuatro años, adiós. Así es la vida, 165 1 ht•r·mono>>• Lo más desafortunado de esas declaracion~:s de ser problemática, ya que, por mucho que las mujeres digan acreedoras del mayor de los facepalms- no fue la comparn que ellas no se hipersexualizan para los hombres, sino para sí ción con las niñas que están buenas en el colegio, como sugi rnismas, al patriarcado le dan igual tus intenciones: el caso es riendo micromachistamente que las traperas españolas son que la mayoría de las artistas urbanas ofrece en sus vídeos justo unas ingenuas e infantiles colegialas que han tenido éxito den lo que los babosos y los pajilleros compulsivos demandan de tro de la industria del espectáculo gracias a su físico antes que a l• llas (mujeres ligeras de ropa moviendo las tetas y el culo). No su música; lo más desafortunado fue afirmar que en España. es de extrañar, por lo tanto, que, cuando se despertó la fiebre a finales de 2017, sólo había dos artistas urbanas dignas de nota. ~l e l oro por las mal llamadas trap queens, a mediados de 2016, y Una de ellas sería Bad Gyal, ¿y la otra? ¿La Zowi? ¿Somadaman lodos los medios de comunicación estaban dispuestos a califi­ tina? ¿Ms. Ni na? ¿Chane!? ¿Bea Pelea? ¿La Fa vi? ¿Blondie? ¿Rakk y rar de «trapera» a cualquiera que no estuviera haciendo música Ripper? ¿Nathy Pelusa? ¿Aleesha? ¿D'Valentina? ¿Albany? Afor clásica, la primera pregunta que les hacían los periodistas a esas tunadamente, las artistas urbanas españolas no se cuentan por principiantes veinteañeras -con dos o tres temas de reguetón pares, sino por docenas. subidos a YouTube- era: «¿Te consideras feminista?»; y, con in­ Como ya vimos en el capítulo primero, tal afluencia de las uependencia de cuál fuera su respuesta, titulaban: «Diez razo­ mujeres en la escena urbana española justifica y fundamenta nes por las cuales Fulanita de Tal hace el trap más feminista de uno de los paralelismos que se pueden establecer entre el punk Hs paña (y, si me apuran, del mundo mundial)». Ojalá lo que aca­ de los años setenta y el trap de la década de 2010: del mismo bo de escribir fuera una parodia. Por desgracia, como denunció modo que el punk rompió con la desigualdad de género implí l:l periodista cultural Blanca Martínez Gómez en un artículo cita en la relación que había entre el rockstar y sus groupies, y lo ~ a rcásticamente titulado «Conoce a Blondie, la más divertida y hizo, paradójicamente, por la doble vía de afear a los músicos dulce de nuestras trap queens»: (crestas, imperdibles, tachuelas, etc.) y de virilizar su relación con el público (el pogo como un tipo de baile que no entiendl' de géneros, sino únicamente de fuerzas y volúmenes). El punk 1ft furgoneta de ayer son hoy conversaciones en redes sociales. Los besos se han convertido se convirtió de este modo en un género musical en el que las rn rmveels. Los IUJters se han convertido en otra forma de groupismo, y las selfr.es de morritos mujeres podían desexualizarse y, de modo análogo, el trap ha ~"" l ~s nuevas canas de amor. La política del postureo ha llenado la red de fotos de personas nn6nimas que quieren aparecer con su artista favorito, pero ya no hay sexo: se ha pasado del permitido que las artistas urbanas se reafirmen en su sexuali "lóllare a m ídolo", base de la culntra groupie de los años setenta, al "fóllate a ti mismo"•. Por dad y se reapropien de los descalificativos con los que los ra 'k no que la primera vez que Álvarez Vaquero entrevistó a Yung Beef fue para este reporta­ ll', y la forma en que el granadino respondió a las críticas que entonces le hacían los raperos peros se han referido de manera habitual a ellas (bitch, puta. vlr1uosos no deja de tener su interés: •Es que parece que el rapes su novia y no se la puede pussy, ratchet, etc/. Esta estrategia de empoderamiento no d~ja ¡orar. Pues yo a tu novia me la follo si ella quiere y yo quiero». Yung Beef es. como se pue­ lil' ver, un hombre de consenso; no así Kidd Keo, Kinder Malo o Antonio Castelo, que han 1 Los 40, «Pimp Flaco opina sobre C. Tangana», YouTube, 05 / 12/ 20!7. ~ Ido rachados de acosadores sexuales por haberles dicho cuatro guarradas en las redes so­ 'Hablando de groupismo, no me parece azaroso que Alicia Álvarez Vaquero, la periodisl.t ' la les a unas chicas que previamente les habían escrito y 1o mandado fotos por privado. Su musical que mejor conoce la escena urbana española, hiciera un reportaje sobre la histod.t !'tTOr y su delito fue pensar que ellas querían follar cuando, en realidad, sólo iban a por el de las groupies a comienzos de 2014, justo cuando estaba despegando el trap en España. l..t trljrc con el famoso de tumo (Cfr. Alicia Álvarez Vaquero, •Las nuevasgroupies: la adoración conclusión a la que llegó Álvarez Vaquero es que •ser groupie ya no es lo que era. Las noclu·• u los ídolos de la música más allá del sexo•. PlayGromtd, 14 / 03 / 2014). 166 167 Si el trap es el movimiento undergronnd contemporáneo más impor­ todo el día -más bien la noche- en mi habitación trabajan­ tante entre los adolescentes, las trap queens son el movimiento discur­ do »~ . El hecho de que Somadamantina no haya hecho apenas sivo más importante entre los periodistas culturales que quieren ha­ v1dcoclips, y de que en ninguno de ellos prime lo erótico sobre blar de adolescentes o volver a serlo, QUÉ sÉ YO. La trap queen español.-. lo irónico, ha acentuado esa soledad, cuya causa última es de ca­ ha sido atrapada, estilizada y fagocitada por las revistas de tendencias l'.lcter psicosomático. Como les dijo a Daniel Madjody y Alicia a una velocidad inhumana, múltiplo de cuatro a la que fue fagocita Alvarez Vaquero cuando fue al programa de YouThbe El Bloque: do el feminismo. El resultado es desastroso: m ientras tenemos en •Yo no he estado nunca para hacer música; es algo que me sienta el estudio y sacando temas a los traperos españoles, mantenemos a 6 1,1tah> • Cuando éstos le preguntaron cómo le gustaría ser recor­ sus homónimas esclavizadas por la prensa a tiro de sesión de fotos y dada en el futuro, ella - atacada por la timidez y la modestia­ entrevista, sin apenas tiempo para más, creando la necesidad para­ se levantó y los abrazó a los dos a la vez, dando por concluida noica de estrategia publicitaria presente en sus carreras. Una necesi­ I:J sesión de preguntas y respuestas. «Gracias por la entrevista, dad de control en cada declaración, vinculada a una penalización me­ chicos», les dijo, mientras les daba unas palmaditas en la espal­ diática instantánea a la que no han sido sometidos los hombres. Por da con un tono de voz a medio camino entre el recochineo, la ' cada paso en falso en la carrera hacia un olimpo del feminismo naH: ¡.;ratitud y el eringe. Un poco antes, cuando le preguntaron por 3 hay tropemil insultos a sus espaldas • 11 /\zúcar Glass», su primer videoclip, Somadamantina respon­ dió entre grandes dudas lo siguiente: Contra esta tendencia, la pionera indiscutible del trap en Es­ paña se: ha caracte:ri7.ado por no h ab er incurrido en ese tipo de - ¿Mi pl"imc::r vidcodip... ? Bueno - silencio- , supongo que lama· estrategias de promoción social, que son a la vez formas de ser­ yo ría de la gente no es consciente ... no sé si se ve o es muy llamativo vidumbre voluntaria. Hablamos de Cristina Rodríguez, cono­ que ... estaba bastante medicada por problemas ... hospitalarios. - Si­ cida primero como «Slim Kawasaki», luego como «Original lencio-. No sé - silencio- , me mueven las historias de superación 4 Brillante» y finalmente como «Somadamantina» • Cuando le y -silencio-no sé cómo arrancar este tema, porque algún día tenia preguntaron qué sentía en 2012, al innovar haciendo trap en que suceder, de decir algo que no sea - silencio- ; que sea otra cosa, España, respondió que «soledad total. Que yo recuerde, estaba en realidad, que ... no sé ... que la gente se sienta apoyada por.
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