Documento de Trabajo OPEX España ante el reto de la seguridad energética Soledad Segoviano Monterrubio SOLEDAD SEGOVIANO MONTERRUBIO es Profesora de Relaciones Internacionales en la Facultad de Ciencias de la Información y en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid. Doctora Cum Laude en Ciencias de la Información por la UCM. Becaria Fulbright y Master en Relaciones Internacionales por la Universidad de Columbia de Nueva York, Estados Unidos. Diplomada en Altos Estudios de la Defensa por el CESEDEN, Centro de Estudios de la Defensa Nacional, del Ministerio de Defensa de España. Es especialista en las áreas de seguridad, defensa y política exterior de Estados Unidos, temas sobre los que ha escrito numerosos artículos en revistas científicas especializadas. Forma parte del Consejo Editorial de la Revista Estudios Internacionales de la Complutense y es colaboradora habitual del CESEDEN y de la Fundación Fuhem. Ninguna parte ni la totalidad de este documento puede ser repro du cida, grabada o transmitida en forma alguna ni por cualquier pro ce di miento, ya sea electrónico, mecánico, reprográfico, magnético o cual quier otro, sin autorización previa y por escrito de la Fundación Al ternativas. © Fundación Alternativas © Soledad Segoviano Monterrubio 1 ÍNDICE Abstract Resumen Ejecutivo Siglas y unidades de medida 1.- Panorama energético de España: Dependencia y Vulnerabilidad 1.1.- Panorámica energética A) Indicadores energéticos A.1.- Consumo de energía primaria A.2.- Consumo de energía final A.3.- Intensidad energética A.4.- Emisiones GEI B) Análisis por sectores energéticos B.1.- Electricidad B.2.- Gas B.3.- Petróleo B.4.- Energía Nuclear B.5.- Energías Renovables 2.- España en el marco de la seguridad energética de la UE 2.1.- Cifras 2.2.- Medidas para incrementar la seguridad energética de la UE 2 3.- Un mapa de riesgos, desafíos y amenazas para la seguridad energética de España 3.1.- Entorno mediterráneo: panorama energético y prospectiva de riesgos, desafíos y amenazas 3.1.1.- El terrorismo y las redes transnacionales de crimen organizado 3.1.2.- El desafío de la integración magrebí 3.1.3.- Francia y Marruecos: acuerdos nucleares 3.2.- Protección de las infraestructuras críticas 3.3.- Seguridad marítima 3.3.1.- Rutas de navegación estratégicas y relación de amenazas 3.3.2.- Dimensión marítima de España: ámbito interno 3.3.2.1.- Puertos principales 3.3.2.2.- Seguridad portuaria 3.3.3.- La dimensión marítima de España en el contexto internacional 4.- Oportunidades para incrementar la seguridad energética de España: principales recomendaciones 4.1.- El entorno 4.11.- Rusia en el escenario energético mediterráneo 4.1.2.- Argelia: líder productor del Norte de África 4.2.- Diversificación energética 4.3.- Infraestructuras de interconexión energética 4.4.- La opción del GNL 4.5.- Almacenamientos subterráneos 4.6.- Solidaridad energética internacional 3 4.6.1.- AIE 4.6.2.- UE 4.6.3.- OTAN 4.7.- Autoabastecimiento energético: nuclear y renovables 4.8.- Información pública 5.- Conclusiones 6.- Bibliografía 7.- Anexo 4 ABSTRACT La seguridad energética domina la agenda política mundial del siglo XXI. El gas y el petróleo, principales pilares del paradigma energético mundial, se han convertido en recursos estratégicos de singular importancia para los intereses de seguridad energética de los países productores y de los países consumidores. El desajuste geográfico entre los centros de producción y consumo global, el impacto sobre el medio ambiente, derivado de la explotación de este modelo energético, unido al ascenso continuo y acelerado crecimiento en el consumo mundial de energía generan inevitables focos de tensión y vulnerabilidad entre países productores y países consumidores, condicionando la evolución del panorama energético, en el que España está obligada a interactuar desde una posición de dependencia exterior. Energy security is at the top of the political agenda worldwide. Gas and oil, pillars of the world energy paradigm, are considered strategic commodities, crucial to the national interests of both, producing and importing countries. The geographical mismatch between the centers of global oil and gas production and consumption, the pressure on environment, as a consequence of the exploitation of this energetic model, and the constant and accelerated growth in energy consumption create unavoidable tensions and vulnerabilities between exporting and importing countries, conditioning the evolution of the energetic context, where Spain must interact from a postiton of high degree of external energectic dependence. 5 RESUMEN EJECUTIVO La energía representa un sector clave en la evolución del panorama estratégico internacional. Su aportación resulta de vital importancia para garantizar la supervivencia humana sobre el planeta, ya que, además de fuente de suministro destinada a cubrir necesidades elementales, la energía se erige como el motor básico que impulsa el desarrollo económico mundial, contribuyendo a garantizar el mantenimiento del privilegiado modelo del Estado del bienestar, en el que se sustentan los países más desarrollados del contexto internacional, como es el caso de España. Su función insustituible explica, entre otros factores, la continua y creciente demanda de recursos energéticos, especialmente de petróleo y gas, auténticos pilares de un modelo de desarrollo que, sin embargo, resulta insostenible a medio plazo. Nos encontramos, así, ante la paradoja que representa un paradigma energético vital para el progreso económico, pero insostenible, dada la magnitud de los desafíos y los efectos adversos asociados a la explotación de los combustibles fósiles (gas y petróleo), y entre los que cabría destacar: la generación de gases de efecto invernadero (GEI) y su repercusión sobre el cambio climático; la extrema dependencia por parte de los países más desarrollados de las importaciones de petróleo y gas, cuyas reservas se encuentran concentradas en un número limitado países1, inmersos, por lo general, en situaciones de alto riesgo geopolítico, incrementando, así, la vulnerabilidad física de los importadores de energía; el aumento sostenido de una demanda energética mundial, donde, previsiblemente, la contribución de los combustibles fósiles continuará dominando la mezcla energética a escala global, con los consiguientes incrementos en emisiones GEI; los altos costes de inversión de la incipiente industria de las energías renovables, que siguen precisando del aporte de los ciclos combinados de gas como garantía complementaria de suministro del sistema; la limitada eficacia de las políticas de ahorro y eficiencia energéticas; o la incorporación de países emergentes como China, India y Brasil, cuya voracidad en la demanda de energía ha venido a agravar el impacto negativo de un modelo de crecimiento, desarrollo y progreso que, sin 1 BRITISH PETROLEUM, BP Statistical Review of World Energy, June 2010, pp. 6-7 y 22-23, bp.com/statisticalreview 6 embargo, continúa desatendiendo las necesidades elementales de más 2.000 millones de personas, que, aún hoy, carecen de acceso a servicios energéticos básicos y modernos2. Y, es que, la energía representa el componente esencial para promocionar un desarrollo económico y social sostenible, en lo que debería ser un orden mundial más equitativo, ya que, esta lamentable situación pobreza energética no tiene que ver con la carencia de recursos energéticos, sino con la distribución de los mismos. La suma de estos factores nos sitúa en un escenario, donde es preciso y urgente establecer un marco conceptual apropiado, a partir del cual, puedan identificarse correctamente los objetivos e intereses relacionados con la seguridad energética en un panorama dominado por la confrontación geopolítica y geoeconómica, en consonancia con la defensa de opciones energéticas nacionales, vinculadas indefectiblemente con la producción y consumo de gas y petróleo, y sometidas a los imperativos del cambio climático y la generación de electricidad. La seguridad energética para consumidores ha sido definida por la Agencia Internacional de la Energía (AIE) como la capacidad de garantizar el suministro energético a unos precios razonables, atendiendo a consideraciones medioambientales. Lamentablemente, esta definición también resulta insostenible, en la medida que su planteamiento, en un contexto de interdependencia global, se centra exclusivamente del lado de los consumidores de energía, desatendiendo, en consecuencia, otras variables relevantes que intervienen en los procesos de intercambio de los flujos energéticos. En este sentido, el concepto formulado por la AIE no contempla aspectos tan cruciales como las necesidades de seguridad en la demanda, que exigen los países productores; los desafíos que representan los nacionalismos energéticos de los países productores y, también, de los países consumidores; los riesgos derivados de las posibles interrupciones en el suministro; las incertidumbres asociadas al acceso y distribución de los recursos energéticos a largo plazo; o la participación en el juego geopolítico de actores no estatales, cuya estrategia de violencia supone una grave amenaza para los intereses de seguridad energética de países productores e importadores. 2 PÉREZ ARRIAGA, Ignacio, et al.: Gestión de la demanda de energía en los sectores de edificación y transporte, Fundación Alternativas, Documento de Trabajo 114/2007, p.7, disponible en la página web de la Fundación: http://www.falternativas.org 7 Así, en un contexto energético dominado por la vulnerabilidad
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