Revista De Prensa

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PAÍS: España FRECUENCIA: Diario PÁGINAS: 30 O.J.D.: 117585 TARIFA: 36139 € E.G.M.: 1128000 ÁREA: 803 CM² - 71% SECCIÓN: CULTURA 1 Junio, 2018 Camarón de la Isla, con Tomatito a la guitarra, en un concierto en Madrid el 4 de mayo de 1990. / ULY MARTÍN Camarón hombre, Camarón mesías Un documental redondea la mitificación del cantaor, fallecido hace 26 años, a través de imágenes que ya se conocían y nuevo material que narra Juan Diego DIEGO A. MANRIQUE, Madrid cuerdo un cartel de Camarón A estas alturas, uno se pregunta con Pata Negra en el Palacio de si alrededor de José Monje Cruz, los Deportes de Madrid, donde Camarón (San Fernando, Cádiz, las familias calés rechazaron vi- 1950-Badalona, Barcelona, 1992) siblemente la propuesta de los cabe algo que no sea hagiogra- hermanos Amador. fía. Andan en juego demasiados Y luego estaba la otra concu- intereses: la familia, la discográ- rrencia. A ver cómo lo explica- fica Universal, el archivo de mos sin que se ofenda nadie. El TVE, hasta las esperanzas turísti- flamenco se había colado en la cas de su pueblo natal. Con tan- Universidad (el último concierto tos condicionantes, solo se pue- de Camarón tendría lugar en el de esperar que cualquier retrato Johnny, el madrileño colegio ma- sea mínimamente creíble. yor San Juan Evangelista) pero En Camarón: flamenco y revo- especialmente José Monje Cruz lución, que se estrena hoy, el ci- Camarón y Paco de Lucía, en una imagen del documental. había pegado duro entre la gen- neasta Alexis Morante, con un te maldita: los adictos a las sus- respetuoso guion de Raúl San- Rosa María (1976). tancias peligrosas, los que se po- tos, hace un buen trabajo a par- Discografía completa nían fuera de la ley para alimen- (1977). tir de esas imágenes del cantaor, (en vida) Castillo de arena tar sus urgencias, las novias que esas declaraciones, esas actua- terminaban en la prostitución. ciones que más o menos todos La leyenda del tiempo (1979). Todas estas almas perdidas ido- hemos visto. Como elemento uni- Al verte las flores lloran latraban a Camarón, en cuya ex- ficador, se insertan secuencias (1969). Como el agua (1981). presión desgarrada y feroz en- de animación y filmaciones nue- tendían la redención de sus pro- vas, a veces anonadantes (¡tan- Cada vez que nos miramos Calle Real (1983). pios sufrimientos. tos caballos al galope!) y otras (1970). meramente estetizantes (unas Viviré (1983). tomas aéreas que recuerdan la Son tus ojos dos estrellas El tabú de las drogas película La isla mínima). (1971). Te lo dice Camarón (1986). El tema drogas, todavía tabú, se Y por encima navega la narra- menciona de pasada. Alexis Mo- ción, protagonizada por un apa- Canastera (1972). Flamenco vivo (1987). rante también recuerda otro sionado Juan Diego, aficionado asunto espinoso, el accidente au- cabal que comparte los secretos Caminito de Totana (1973). Soy gitano (1989). tomovilístico de 1986 en que mu- detrás de lo que estamos viendo. rieron dos personas, que se sal- El actor nos hace cómplices del Soy caminante (1974). Autorretrato (1990). dó con una condena de un año. argumentario de la epopeya de No llegó a pisar la cárcel; hoy Camarón: la inimaginable pobre- Arte y majestad (1975). Potro de rabia y miel (1992). hubiera sido crucificado. za de sus orígenes, el racismo Los años ochenta supusieron payo, el purgatorio de animar a el encumbramiento de Cama- los señoritos, la reticencia de fi- impecable: “Soy flamenco, todo una portada tipo casete barata: rón. Eso tuvo algunas ventajas: guras establecidas ante su gar- lo que cante va a ser flamenco”. “Soy el de antes”, venía a decir. pudo hacer discos más cuida- ganta telúrica, el poder congela- Su público natural y —lo más im- De las audacias sonoras de La dos, que finalmente fueron éxi- dor del mairenismo, el carácter portante— su entorno más cerca- leyenda del tiempo solo quedaba tos de ventas. En los directos, gitano de su arte, la rebelión que no impidieron la profundización el bajo eléctrico. Las letras, con sin embargo, todo se complicó: supuso La leyenda del tiempo… en aquel flamenco lorquiano y sus gitanos canasteros y los bar- se presentaba en el lugar y la Una ruptura que no llegó a suntuoso. quitos que cruzan con la bahía, hora anunciados… y cancelaba. ser tal. Abrumado por los proble- Había sufrido un escarmien- suponían una vuelta al flamenco Actuaba lo mínimo exigido por mas técnicos y logísticos de can- to. Dos años después, reunido ensimismado, sin ambiciones contrato o cumplía con largue- tar arropado por un grupo eléc- con Paco de Lucía, volvió al clasi- contraculturales. El núcleo duro za. Ya no era de este mundo: pa- trico, Camarón apenas defendió cismo con el inspirado Como el de sus seguidores solo quería so- recía un profeta del Antiguo Tes- ese disco en vivo. Y eso que su agua, un disco de sonido brillan- ta, caballo y rey. Ni siquiera fun- tamento, un eccehomo castiga- planteamiento de base resultaba te pero con aspecto humilde, con cionaba la solidaridad gitana: re- do por la vida. ETNIA GITANA 1.

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