HISTORIA DEL £m wtanücnt0, tihtirra v ttcuolurion DE ESPAÑA EL CONDE DE TORENO. TOMO IV. iflaì>nìr : IMPRENTA DE DON TOMAS JORDAN, Í835. ,..,.,quis ncscit, pritnain esse Listaria: Icgcm , ne quid falsi dicere audeat? tlcmdc ne quid veri non amicai? ne qua auspicio grati® sit in scrìvendo? ne qua simukalis? Cic e b . &$ Oratore* Liò* a y c. i5« RESUMEN DEL LIBRO DECIMOCUARTO. Mfllfl “jOfí I*1 ÍN ueva distribución de ios ejércitos españo­ les.— La que tienen los ejércitos franceses.— Acontecimientos militares en Portugal.—Retí­ rase Mas sena A Santaren.— Síguele Wellington lentamente.— Nuevas estancias de Massena,— De Wellington.— Apuros de Massena.—Con- vo j de Gardanne. — Avanza á Portugal el 9.° cuerpo.—Júntase á Massena.—Claparède per­ sigue á Silveira.— General F o j. — Beresford manda en la izquierda del Fajo. ■— Vuelven á Extremadura las divismies de Romana j Don Carlos de España.—Muerte de Romana.— Ope­ raciones en las Andalucías y Extremadura.— Situación de Soult,—Medidas que toma.—Par­ te á Extremadura.— Estado aquí de los espa- 6 ño les.—Sitio y toma de Olivenza por los fran­ ceses.—Ballesteros en el Condado de Niebla.— Acción de Castillejos.—Avanza Ballesteros há- cia Sevilla,—Sitio de Badajoz.—Menacho go­ bernador .—Acción del Géboraó Guadiana el 19 de febrero. — Fonturvel en Badajoz.— Muerte gloriosa de Menacho.— Sucédele Imaz.—Rín­ dese Badajoz.— Ocupan los franceses otros pun­ tos.—Sitio y capitulación de Campomayor. — Acontecimientos en Andalucía.—Expedición y campaña de la Barrosa.—Batalla del 5 de mar­ zo.—Desavenencias entre los generales.—De­ bates que de resultas hay en las cortes.—Reso- luciones enla materia.—Bombardeo de Cádiz.— Breve expedición de 'Zaras al Condado.— Tem­ poral en Cádiz,—Principia Massena á retirarse de Santaren.— Combates en la retirada con los ingleses.—Destrozos que causan los franceses en la retirada.—Destaca Welüngton á Beresford á Extremadura.—Prosigue Massena su retira­ da.—EntraenEspcdía.—Pasa Welüngton á E x­ tremadura.— Acontecimientos militares en esta provincia.— Evacúan los franceses á Campo- mayor.— Castaños manda el 5.° ejército espa­ ñol.—Sitian los abados á Olivenza y se les en­ trega.—Llega Welüngton a Extremadura.—So­ licitan los ingleses el mando militar de las pro­ vincias confinantes de Portugal.—Niégaseles.— Vuelve Welüngton á su ejército del norte.—Ba­ talla dé Fuentes de Ofioro.—Evacúan los fran­ ceses á Almeida.—Sucede á Massena en el man­ do el mariscal Marmont.—Welüngton vuelve á partir para Extremadura.— Beresford sitia á Badajoz.—Expedición que manda Blakey va á 7 Extremadura.—Anteriores instrucciones de We- llington.—Avanza Soult á Extremadura.—Le­ vanta Beresjbrd el sitio de Badajoz.—Batalla de la Allanera,—Manifestación del parlamento bri­ tánico y de las cortes en favor de los ejércitos.— Celebra la victoria Lord Byron.— Llega JVe- llington después de la batalla.—Empréndese de nuevo el sitio de Badajoz. — Gran quema en los camposVuelve á avanzar Soult.— E l maris­ cal Marmont viene sobre el Guadiana,—Retíra­ se Wellington sobre Campomayor.—Juntáse- le su ejército del ?iorte de Portugal.—Blake se separa del ejército aliado.—Su desgraciada ten­ tativa contra Niebla.—Soult retrocede á Sevi­ lla. — Correrías de Morillo. — Repasa el Tajo Marmont. — También Wellington.—Ein de este libro. HISTORIA DEL LEVANTAMIENTO, GUERRA Y REVOLUCION Íí (foraña. LIBRO DECIMOCUARTO. D istribuyó la nueva regencia en 16 de diciem­ Nueva disT tríbudon de bre la superficie de España en seis distritos mi­ las ejércitos litares comprendiendo en ellos asi las provin­ españoles. cias libres como las ocupadas ^ y destinando á la defensa de cada uno otros tantos ejércitos con la denominación de i ,° de Cataluña,, 2.° de Ara­ gón y Valencia^ 3.° de Murcia., 4.° de la Isla de León y Cádiz ^ 5.° de Extremadura y Casti­ lla } 6° ae Galicia y Asturias. Añadióse poco después á esta distribución un 7.° distrito que abrazaba las provincias vascongadas, Navarra y la parte de Castilla la Vieja situada á la iz- 10 quierda del Ebro ; sin excluir las montañas y costa de Santander. Bajo la autoridad del gene­ ral en gefe de cada distrito se mandaban poner las divisiones; cuerpos sueltos y partidas que hu­ biese en su respectivo territorio; con lo cual pa­ recía introducirse mejor orden en la guerra y apropiada subordinación. Hasta abora no se ha­ bía realmente variado la primera determinación de la junta central qne repartió en cuatro los ejércitos del reino: las circunstancias; los de­ sastres y providencias parciales la habían solo alterado; careciendo de regla fija respecto de las guerrillas ó cuerpos que campeaban francos en medio del enemigo. que líe* Pero esta coordinación de distritos y ejér­ neu Jos ejér­ citos france­ citos no podrá á veces guiarnos en nuestro tra~ ses. bajo ; pendiendo casi siempre las grandes ma­ niobras militares de los planes de los franceses; quienes al fin de 18 Í0 y comienzo de 1811 te­ nían apostados en. el ocaso; mediodía y levante sus tres grandes cuerpos de operaciones; bailán­ dose el primero en Portugal frente á los ingle­ ses; el segundo en las Andalucías y Extrema­ dura ; y el otro en Cataluña y mojoneras de Ara­ gón y Valencia. No se incluyen aqui las divi­ siones francesas que guerreaban sueltas, ni los ejércitos ó cuerpos que llamaban del centro y norte ; cuyas tropas á mas de servir de escudo al gobierno intruso de Madrid; cubrían los ca­ minos militares en los que hormigueaban á la continua partidarios españoles. La posición del enemigo para obrar ofensivamente llevaba ven­ taja á la de los aliados que diseminados por la circunferencia de la península; no podían en 11 muchos casos darse tan pronto la mano ni con­ certarse. Por lo general seguiremos ahora en la rela­ ción de los sucesos mas prominentes los movi­ mientos ú operaciones de las tres grandes ma­ sas francesas arriba indicadas. Aconteci- Dejamos en noviembre de 1810 al ejército mientas mi­ aliado en las líneas de Torres-Vedras, y fron­ litarestuga]. enPor* teros á él los cuerpos enemigos que capitaneaba el mariscal Massena. Individualizamos en su lu­ gar las respectivas estancias y fuerza de las.par­ tes beligerantes; y de creer era, según uno y otro, que el general francesa fuer de pruden­ te se hubiese retirado sin tardanza, temeroso de la hambre y otros contratiempos. Mas ave­ zado á la victoria repugnábale someterse á los ir­ refragables decretos de su hado adverso. Y no le movían ni las muchas enfermedades de que adolecia su ejército, ni las bajas de este, pica­ do á retaguardia y hostigado por el paisanage portugués. Aguardó para resolverse á variar de asiento á que estuviesen devastadas las comar­ cas en derredor , y entonces no trató aun de replegarse á la raya de España, sino solo de bus­ car algunas leguas atras nueva posición en don­ de le escaseasen menos las vituallas, y á cuyo punto pudiera llamar á los ingleses, sacándolos de sus inexpugnables líneas. Tomó en consecuencia Massena con mucha Itatírase Massena n destreza disposiciones preparatorias que disfra­ SanLaren. zasen su intento , pues á no obrar asi, sucedié- rale lo que en tales casos se decia antiguamente en Castilla: « si supiese la hueste qué hace la »hueste, mal para la hueste máxima que in- 12 dica lo necesario que es ocultar al enemigo los planes que se hayan premeditado. El mariscal francés después de enviar delante bagajes, en­ fermos, todo lo que los romanos conocían tan propiamente bajo el nombre de impedimenta, hizo desfilar ¿las calladas algunas de sus tropas, y él se alejó en persona de las líneas inglesas en la noche del 14 al 15 de noviembre. Parte de la fuerza enemiga marchó por la calzada real sobre Santaren, parte por Alcoentre, la vuelta de Al- canede y Torres-Novas. Los ingleses no se cer­ cioraron del movimiento basta entrada la ma­ ñana del 15, siendo esta nebulosa. Aun enton­ ces no interrumpió Wellington la retirada, con­ servando en los atrincheramientos y fuertes ca­ si todo su ejército, y enviando solo dos divisio­ nes que siguiesen al enemigo. Dejaba este en pos de sí un rastro horrible de cadáveres, he­ diondez y devastación. Sígnelo VM- Vacilaba Wellington acerca del partido que lington leu. lam ente. le convenia tomar, cierto de que caminaban por Ciudad Rodrigo refuerzos á Massena. Pues el movimiento retrógrado podría serlo de recon­ centración, ó un armadijo para sacar fuera de las líneas á los ingleses, y revolver el enemigo sobre su propia izquierda á Torres-Vedraspor el Monte Junto, mientras los aliados le perseguían á retaguardia. Sin embargo muchos pensaron que sin arriesgar la suerte de las líüeas, hubie­ ra podido Lord Wellington soltar mayor núme­ ro de sus tropas, picar vivamente á los contra­ rios, y aun causarles grande estrago en los des­ filaderos de Alenquer. Prosiguiéndolos franceses su marcha, vio- 13 se claramente cuál era su intento; solo quedó la duda de si dirigirían su retirada por el Cece- re ó por el Mondego. "Welbngton quiso enton­ ces estrecharlos, y aun tuvo determinado aco­ meter á Santaren, para lo que se preparó dis­ poniendo antes que el general Hill cruzase el Tajo con una división y un regimiento de dra­ gones , y que se moviese sobre Abrantes. Fundábase la resolución de Wellington en Nevases creer que ios, irancesesr 11habían- solo-i dejadoi 9 i en tandas de Santaren una retaguardia : pero no era asi. Mas- sena habíase parado, y no pensaba llevar mas allá sus pasos. En Torres-Novas tenia sentado su cuartel general en donde se alojaba la izquier­ da del 8.° cuerpo, cuya restante tropa extendía­ se hasta Alcanede , y de allí por Leiria ocupaba la tierra la mayor íuerza de ginetes. Permane­ cía de respeto en Thomar el 6.° cuerpo, del cual la división mandada por el general Loison do­ minaba los fértiles llanos de Gollegao, ayudada del 2.° cuerpo dueño de Santaren, cabecera, por decirio asi, de toda la posición.
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