Con la colaboración de: Genealogías feministas en el arte español: 1960-2010 Edición a cargo de Juan Vicente Aliaga y Patricia Mayayo Notas sobre Genealogías feministas en el arte español: 1960-2010 en el MUSAC Agustín Pérez Rubio A raíz de la publicación de este libro que recoge el marco conceptual y teórico y gran parte del proyecto expositivo que ha tenido lugar en el MUSAC entre junio de 2012 y febrero de 2013, siento la necesidad en primer lugar de hacer públicos muchos de los esfuerzos, razonamientos, trabajos, ayudas y colabora- ciones que han hecho que este proyecto haya tenido lugar en un museo como el MUSAC, obteniendo el éxito tanto de crítica como de público. Este proyecto para el MUSAC ha supuesto la cima de una montaña que des- de años hemos venido construyendo. Y hablo en plural puesto que el empeño en la programación, centrada en cuestiones de género, tanto desde perspecti- vas feministas como queer ha sido realizado y compartido por gran parte del equipo. En este sentido, Genealogías feministas... no se presenta en el museo con un sentimiento arribista al pretender en 2012 perfilarse como una institu- ción interesada ahora en estas temáticas, sino que hay que recordar que des- de sus comienzos el MUSAC con su programación expositiva fue un espacio completamente centrado en programar artistas tanto nacionales como interna- cionales; much@s de ell@s son claros exponentes de cuestiones que tienen que ver con estas prácticas. Desde Carmela García, pasando por Azucena Vieites, de Ana Laura Aláez a Carme Nogueira o Itziar Okariz próximamente, o de Shirin Neshat a Elmgreen & Dragset, de Pipilotti Rist a Akram Zaatari; el uni- verso feminista y queer ha estado muy presente en la programación de ahí que el museo haya sido galardonado por la asociación Mujeres en las artes visuales como el centro que mayor índice de mujeres ha mostrado en estos años, aun- que este galardón no hace tanto mención a los postulados feministas, sino a un sentimiento y a una actitud abierta a la producción femenina y/o feminista. Además, cabe recordar que todas estas exposiciones que en un museo ac- túan como un telón de fondo o background en el día a día, han estado más que acompañadas por toda una serie de proyectos y actividades que en su mayoría han sido programadas por el Departamento de Educación y Acción Cultural, DEAC, y más concretamente por su responsable Belén Sola quien siempre de forma activa y activista ha visto necesario que el museo fuera un lugar para investigar, pensar, programar y comunicar toda este serie de postulados, que han estado muy cercanos a los míos propios y a la idea de entender el museo como una plataforma de pensamiento y acción. Asimismo en otras ocasiones otros agentes del museo como Araceli Corbo, responsable de la biblioteca y centro de documentación, han ayudado a programar y a puntualizar realidades y contexto respecto al ciberfeminismo, al universo de la red o a todo lo publi- cado al respecto. Echando la vista atrás no me gustaría dejar de nombrar proyectos que para nosotr@s han sido importantes. Desde los comienzos en el año 2005 con el ta- ller con el colectivo boliviano Mujeres Creando, titulado Diálogos Imposibles, que además forman parte de la Colección MUSAC, y de la que tenemos casi un libro por publicar, a un proyecto que se gestó y convivió con nosotros du- rante más de cinco años, desde julio de 2007 a abril de 2011, como es Hipatia: Proyecto Editorial y de Activación del Pensamiento Crítico en el Módulo de Mujeres de la Cárcel de Mansilla de las Mulas en León. Además dentro de este proyecto se realizaron varios talleres como los de Eva Garrido y Yera Moreno, el de Silvia Zayas o el de Virginia Villaplana, que vinieron a dar un mayor con- tenido y peso teórico a los textos posteriores de gran parte de las mujeres que escribían en la revista. Quisiera recordar también seminarios como el de María Ruido, Prohibido Asomarse al Exterior. Miradas Críticas sobre la Construcción de los Cuerpos y las Subjetividades del Tardo-franquismo y la Transición, en marzo y abril de 2010, en paralelo a la exposición Educando el saber. O el taller de Carla Fernán- dez titulado Papeles de Trabajo. Romi Cali, proyecto en colaboración con las mujeres gitanas usuarias del centro Hogar de la Esperanza, dentro de la expo- sición CGEM: apuntes sobre la emancipación, en octubre de 2010; han sido dos ejemplos más en la teoría y en la práctica para acercarse a la historia y a la rea- lidad de vertientes y saberes feministas en beneficio de sectores marginados. En el plano audiviosual cabe destacar el ciclo programado por Chus Do- mínguez en octubre de 2008 No Ficciones, que en esta ocasión planteaba un acercamiento a las diferentes líneas de la no ficción desde el punto de vista del género: cine y vídeo realizado por mujeres en el siglo XXI y que, tanto por su tratamiento formal como por los contenidos tratados, conforman una nue- va tendencia, una nueva narrativa insurgente, denominación utilizada por la artista y ensayista Virginia Villaplana en la conferencia que inauguró el ciclo. Algunos ejemplos de esta narrativa se encuentran en la obra de Lourdes Por- tillo y de Ursula Biemann, pasando por Barbara Hammer e Hito Steyerl. Pero si cabe una implicación aún mayor del museo en la programación audiovisual, esta vino de la mano de Elena Oroz, con quien en mayo de 2011, y coproduci- do con el festival Punto de vista de Navarra, organizamos el ciclo de cine Lo personal es Político. Un itinerario por las intersecciones entre feminismos y género documental a través de siete bloques temáticos: el activismo y la toma de conciencia, las estrategias fílmicas feministas, el hogar, el cuerpo, los medios de comunicación y su influencia en nuestras vidas, la escritura de la historia, las relaciones entre lo visible, el deseo y el poder. En cierta medida este ciclo venía a poner el broche a lo que el año anterior las personas interesadas y fieles a la programación del museo podían haber escuchado en el Curso Anual de Introducción a la Historia del Arte del siglo XX (2009-2010). Programado por Patricia Mayayo, quien más tarde sería la co- comisaria del proyecto que ahora nos ocupa, propuso que la historia del arte del siglo XX ha sido narrada, tradicionalmente, desde el punto de vista mas- culino y heterosexual. Esta perspectiva, que se presentaba como «universal» ignoraba las contribuciones creativas de cualquier artista que no respondiese a las definiciones de género dominantes: las de las mujeres o las de transexuales u homosexuales, por ejemplo. Este curso quiso proponer otra aproximación a la historia del arte contemporáneo: una aproximación que ayudara a dar a co- nocer la importantísima contribución —muchas veces silenciada u olvidada— de las mujeres artistas al arte de nuestro siglo. Que refleja cómo, a pesar de las prohibiciones y obstáculos, muchos creadores y creadoras han ido construyen- do códigos y miradas alternativos a los discursos patriarcales y cómo, en de- finitiva, la categoría de «género» es una noción fundamental para entender el arte y la arquitectura recientes. Las conferencias trazaron un recorrido que iba desde las primeras vanguardias hasta las manifestaciones más actuales, propo- niendo una travesía a lo largo del arte del siglo XX que se aleja de los relatos más tópicos y tradicionales. Sin lugar a dudas este fue el punto de arranque definitivo para que se configurara en el MUSAC este proyecto. La exposición Genealogías feministas en el arte español: 1960-2010 no ha sido solamente un proyecto para mirar y contemplar, ya que lo interesante ha sido poder desarrollar toda una serie de actividades alrededor de ella que circuns- criben tanto los niveles teóricos, como también el activismo y práctica social de un museo respecto al feminismo. En este sentido, la muestra se inauguró al mismo tiempo que otras exposiciones donde llamaba la atención que muchos de los otros proyectos individuales tuvieran que ver con artistas que estaban inscritas en la propia exposición, como fueron los proyectos de Azucena Viei- tes, Carme Nogueira o Erreakzioa-Reacción. Dentro de mi labor de programa- ción quería que a lo largo de lo que durara la muestra el público pudiera tener la oportunidad de entender que la perspectiva feminista de un museo no consiste solo en investigar y mostrar obras de artistas con voluntad feminista, sino la de incluir otras mujeres artistas, más o menos implicadas en sus trabajos con perspectivas sociales, aunque sus obras no destilen un marcado carácter femi- nista. En este sentido Genealogías feministas... ha convivido a partir de enero con la obra de Lara Almarcegui, Alejandra Riera, Rosa Barba y Apolonija Sus- tersic, (solamente es española la primera), cuyos trabajos podrían entenderse desde puntos de vista no demasiados lejanos al feminismo y a la reivindicación de un espacio para las mujeres dado que el hombre ha ejercido su hegemonía en la arquitectura, la construcción, la creación de imágenes: por ello era impor- tante abogar por otras formas como la tradición oral. De todos modos, varias actividades han centrado estos últimos meses la di- námica del museo en torno a esta muestra. Por ejemplo el ciclo de cine bajo el mismo titulo organizado en torno a siete sesiones, más una octava titulada De la exposición a la pantalla, que recorren el panorama audiovisual ajeno a los circuitos comerciales, de mujeres realizadoras en España, que se han acercado al hecho feminista y queer, sin excluir uno de los puntos de vista masculinos más relevantes sobre el tema.
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