Estimado(a) lector(a): Ruth Casa Editorial pone en sus manos este fragmento promocional del libro De acero y nube. Biografía de Viengsay Valdés, también disponible para sus amigos en Ruth Libros Libres (www.ruthcasaeditorial.org/libroslibres) Usted puede acceder al ebook completo en Ruth Tienda (www.ruthtienda.com), nuestra plataforma de venta online. La edición impresa de este libro será presentada en los meses finales de 2014, y sus opiniones, sugerencias y aportes a partir de esta primera lectura, serán agradecidos por el autor y nuestro equipo editorial. Envíelos a: [email protected] www.facebook.com/ruthcasaeditorial www.ruthcasaeditorial.org www.ruthcasaeditorial.org/libroslibres www.ruthcuadernos.org www.ruthtienda.com A mis padres, quienes cultivaron en mi hermana y en mí el amor por la música y el ballet clásicos. A Clara, y a la memoria de nuestro querido Roberto. Obediente a las reglas, pero creativa, Viengsay es un ave que atraviesa el paisaje con la fuerza de una ráfaga. Ella encarna lo más elevado de la naturaleza femenina, su alimento corporal más decantado, la exaltación del movimiento perpetuo como metáfora de la divinidad. A veces nos preguntamos por quién doblan las campanas y no tenemos respuesta. Esta vez, sabemos que doblan por Viengsay Valdés. MIGUEL BARNET Índice 9 Agradecimientos 11 A los lectores 15 A propósito de este libro Primera parte Los cimientos 22 En el principio 22 Un nombre, una predicción: Viengsay-Victoria Retrospectiva al matrimonio Valdés-Herrera 24 Primera etapa de la infancia Laos y Seychelles 31 Retorno a Cuba. Cambio de vida 33 En busca de unas alas 33 La gimnasia rítmica 39 El ballet Una elección de rigor 44 En el camino 44 Escuela Elemental de Ballet Alejo Carpentier Un revés, una convicción 53 Escuela Nacional de Arte (ENA) Trabajo de Repertorio. Primer pas de deux Otras piezas del mundo de Viengsay 69 El éxito de la constancia 72 En imágenes. Los cimientos De acero y de nube 6 Segunda parte El alma de raíz 84 Itinerario de un sueño 84 Las puntas del reto 92 Planear sobre la lava Coyuntura Las categorías Primera bailarina del público cubano Una coraza para salvar el sueño 103 El cuerpo físico. Una puerta se cierra Decisión insólita 110 El cuerpo físico. Una puerta se abre El fisioterapeuta Miguel Capote Rodríguez 119 Cumpliendo el sueño 124 El renacer 124 Confirmación 133 Una misión que cumplir 136 Los forjadores 136 «Esa es la Maestra». De la discípula a la maestra Alicia Alonso 139 «A los pies del creador» . De la discípula al maestro Fernando Alonso 144 Apuntes sobre Alberto Alonso 144 El legado de otras grandes maestras de la escuela cubana de ballet 146 Alicia Alonso. De la maestra a su discípula 147 Fernando Alonso. Del maestro a su discípula 149 Otras grandes maestras de la escuela cubana de ballet sobre su discípula De Loipa Araújo De Ramona de Sáa De Mirtha Hermida Biografía de Viengsay Valdés 7 De Svetlana Ballester 157 En imágenes. El alma de raíz Tercera parte Con luz propia 180 Los pasadizos de la creación 180 La asunción consciente del arte 182 Los personajes Giselle Carmen Kitri Odette-Odile 190 Un estilo propio 194 El partenaire cubano 202 Momentos trascendentes 202 Mover el mundo …Y consiguió mover el mundo 219 Pruebas de fuego Bailar con la vida 222 Una marca indeleble 225 Otra joya del ballet cubano 225 Reseña de los contrastes 230 «La primera de Cuba» 236 En imágenes. Con luz propia 261 Repertorio (1994-2013) 261 Ballet y Personajes interpretados 269 Repertorio de estrenos 276 Premios y distinciones De acero y de nube 8 AGR ADECIMIENTOS Como en todos mis libros, soy deudor de muchas personas. Viengsay Valdés en primer lugar, su colaboración fue crucial para este propósito; Roberto Valdés, padre de Viengsay y los entrañables maestros Fernando Alonso y Mirtha Hermida, quienes ya no están entre nosotros. Clara Herrera, madre de Viengsay, su experiencia y su poder de organización constituyeron una ayuda en co- tejar las informaciones que obtenía. Otros familiares de la primera bailarina: Amparo Rivero (abuela materna), Robertico Valdés (hermano), Nancy y Hortensia Herrera (tías maternas); y su compañero y esposo, Carlos Herrero Franco, compartieron sus vivencias y recuerdos en un ámbito de amor y franca hospitalidad. No puedo dejar de mencionar a Miguel Capote Rodríguez, excelente profesional y ser humano, que con su sabia y paciente colaboración arrojó claridad sobre momentos que marcaron la vida de Viengsay. Luisa Feitó, Ocilia Pedrera, José Edilio Rodríguez y Alberto Acosta; Deisy del Toro y Pablo Llanes Morales; Ana Yolanda Correa Cruz; Mirtha Muñiz, Enrique Ávila y Rogelio Riverón también aportaron a la investigación que realicé. Las entrevistas concedidas por las maestras Ramona de Sáa, Loipa Araújo y Svetlana Ballester, así como los textos enviados al autor por la maestra Valentina Fernández y la prima ballerina assoluta, directora del BNC, Alicia Alonso, constituyen preciados puntales de esta obra. Los diálogos sostenidos con Miguel Cabrera, Pedro Simón, Ismael Albelo, Ahmed Piñeiro y José Ramón Neyra, me permitieron confrontar puntos de vista y arribar a la comprensión de aspectos esenciales. Fundamental fue la colaboración de los bailarines Carlos Acosta, Joel Carreño, José Manuel Carreño, Carlos Gilí, Bethina Ojeda, Javier Torres, José Martín, Moisés Martín Fincas, Begoña Cao, Pedro Lapetra, Tamara Rojo y Tatiana Piché, quienes me aporta- ron diversos puntos de vista sobre la personalidad de Viengsay y el mundo del ballet. Biografía de Viengsay Valdés 9 Mi esposa y compañera Laura Pujol, mis hijos Johanna y Abel, y mi yerno Eugenio Martínez (Pochi), leyeron el primer manuscrito que decidí someter a la opinión de terceras personas, y me realizaron valiosas críticas y recomendaciones a lo largo de la elaboración del libro. Mi hijita María Laura leyó los primeros capítulos y con los nueve años que tenía en aquel momento, me dio la certeza de que los estudiantes de ballet de nuestras escuelas y de otros países, podrían leerlo con soltura e interés. Mi libro hubiera sido otro sin la labor de mi editora Bárbara Rodríguez Rivero, su cul- tura y sensibilidad coadyuvaron a una permanente relación de intercambio y discusión de cada idea, a ella va mi agradecimiento más profundo. A Liliette Mompelier, Martha Sánchez —por su ayuda en la etapa final en la selección de las fotografías y en preci- sar algunas fechas y datos—; Denise Ocampo, Lilia Díaz, Guadalupe Pérez (Lupe), Marianela González, Enrique García, Caridad Rodríguez, todos ellos colaboradores de RUTH. Enrique (Keke), realizó un sinnúmero de tareas diversas, sin las cuales tampoco el libro hubiera llegado a buen puerto. A todos, muchas gracias. Salvador de Bahía, 03 de febrero 2014. De acero y de nube 10 A los lectores La solidez de la presencia femenina ha sido uno de los rasgos característicos del ballet cubano desde sus tiempos iniciales. La ex- cepcionalidad de una figura como Alicia Alonso, su indiscutible misión fundadora y las legendarias cualidades artísticas y técnicas que marcaron su carrera, la convirtieron en una suerte de musa para las diferentes generaciones de bailarinas cubanas surgidas en estos sesenta y cinco años de gloriosa brega. Pero, como ciertamente afirmara en 1988 la inminente crítico norteamericana Olga Maynard en su ensayo «El legado de Alicia Alonso»: «debemos maravillarnos de que, de esa Alonso fuerte y omnipotente, hayan surgido primeras bailarinas de individualidad única». Una década antes de aparecer ese texto, el entonces decano de la crítica mundial de ballet, el inglés Arnold Haskell, había definido también el fenómeno, al proclamar, sin duda alguna que «en el ballet cubano no hay Alicias de imitación. Ella respeta y desarrolla la personalidad de cada una de sus bailarinas». En las décadas que mediaron entre 1960 y el año 2000 ello se hizo evidente, de mane- ra muy especial, en las llamadas Cuatro Joyas (Loipa Araújo, Aurora Bosch, Mirta Plá y Josefina Méndez), en el dueto integrado por María Elena Llorente y Marta García; en las denominadas Tres Gracias (Amparo Brito, Ofelia González y Rosario Suárez) y en toda una ilustre generación posterior, que llega hasta nuestros días, aclamada tanto nacional como internacionalmente por los públicos más exigentes y la crítica especializada. Las Escuelas Elementales y de nivel medio, florecidas a lo largo y ancho de la nación, han sido las encargadas de descubrir y formar ese talento femenino que durante mu- chos años han entregado a las compañías profesionales para que alcanzaran allí las más Biografía de Viengsay Valdés 11 altas cotas de profesionalismo y pulimento artístico. Durante una larga etapa esa labor pareció ajustarse a los patrones de los «talleres gineceos» de la antigua Grecia, para mostrar principalmente los dones femeninos del ballet cubano, hasta que, posterior- mente, se lograra el justo y necesario equilibrio con las huestes masculinas. En 1994, llegó al Ballet Nacional de Cuba uno de esos jóvenes talentos al que aguar- daba un futuro luminoso y un destacado sitial en la historia del ballet cubano. Era Viengsay Valdés, una chica de exótico nombre y honroso pedigree, pues venía graduada con Título de Oro y poseedora de altos galardones, obtenidos en eventos competitivos de alto fuste en Cuba e Italia. A partir de entonces su innato talento y sus promisorias facultades enrumbaron hacia el alto vuelo al que estaba destinada. Un disciplinado quehacer, bajo la guía de la Alonso y los más prestigiosos maîtres y profesores de la compañía, la enfrentó a incesantes y crecientes retos. Tuve el privilegio de
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