ANTROPOLOGÍAS E HISTORIAS ENSAYOS SOBRE CULTURA, HISTORIA Y ECONOMÍA POLÍTICA William Roseberry Traducción de Atenea Acevedo El Colegio de Michoacán PÁGINA LEGAL 306 ROS-a Roseberry, William, autor Antropologías e historias : ensayos sobre cultura, historia y economía política / William Roseberry ; traducción de Atenea Acevedo. -- Zamora, Michoacán : El Colegio de Michoacán, © 2014. 344 páginas ; 23 cm. -- (Colección Investigaciones) Título original: Antropologies and histories: essays in culture, history, and political economy. ISBN 978-607-8257-94-2 1. Antropología Política 2. Antropología Económica 3. Etnología - Filosofía I. Acevedo, Atenea, traductor Roseberry, William. Antropologies and Histories: Essays in Culture, History, and Political Economy. Copyright © 1989 by Rutgers, Te State University. Spanish translation rights arranged with Rutgers University Press, New Brunswick, New Jersey. © D. R. El Colegio de Michoacán, A. C., 2014 Centro Público de Investigación Conacyt Martínez de Navarrete 505 Las Fuentes 59699 Zamora, Michoacán [email protected] Hecho en México Made in México ISBN 978-607-8257-94-2 DEDICATORIA 5 AGRADECIMIENTOS Y ACLARACIONES SOBRE ESTA TRADUCCIÓN 6 LEER A ROSEBERRY 7 PREFACIO 18 INTRODUCCIÓN 23 PRIMERA PARTE. CULTURA 30 CAPÍTULO UNO. LAS PELEAS DE GALLOS EN BALI Y LA SEDUCCIÓN DE LA ANTROPOLOGÍA 31 CAPÍTULO DOS. MARXISMO Y CULTURA 38 CAPÍTULO TRES. IMÁGENES DEL CAMPESINO EN LA CONCIENCIA DEL PROLETARIADO VENEZOLANO 51 CAPÍTULO CUATRO. LA AMERICANIZACIÓN EN LAS AMÉRICAS 63 SEGUNDA PARTE. ECONOMÍA POLÍTICA 84 CAPÍTULO CINCO. LA HISTORIA EUROPEA Y LA CONSTRUCCIÓN DE LOS SUJETOS ANTROPOLÓGICOS 85 CAPÍTULO SEIS. ANTROPOLOGÍA, HISTORIA Y MEDIOS DE PRODUCCIÓN 95 CAPÍTULO SIETE. CUESTIONES AGRARIAS Y EL ECONOMISMO FUNCIONALISTA EN AMÉRICA LATINA 110 CAPÍTULO OCHO. LA CONSTRUCCIÓN DE LA ECONOMÍA NATURAL 122 BIBLIOGRAFÍA 141 COLOFÓN 173 DEDICATORIA para Nicole, en mi sano juicio AGRADECIMIENTOS Y ACLARACIONES SOBRE ESTA TRADUCCIÓN Una traducción al español de Antropologías e historias se discutió con Bill Roseberry en 1998. En aquel entonces Bill comentó que esfuerzos para realizar una traducción se habían iniciado tanto en Argentina como en Ecuador pero aparentemente sin resultados. Lamentablemente la idea de realizar la traducción en El Colegio de Michoacán había quedado en discusiones con otras instituciones mexicanas cuando recibimos la trágica noticia de la muerte de Roseberry debido al cáncer en 2000 a los cincuenta años de edad. Una oportunidad de realizar la traducción, por fin, se materializó en el contexto del aniversario de los treinta y cinco años de la fundación de El Colegio de Michoacán en 2014. La realización de una versión en español se benefició del apoyo y colaboración de varias personas. En la Universidad de Rutgers, Marlie Wasserman y Allyson Fields del Departamento de Publicaciones recibieron y tramitaron los derechos para la versión española con esmero, amabilidad y generosidad. Aprovechando su estancia de sabático en Rutgers, Gail Mummert del Centro de Estudios Antropológicos en El Colegio de Michoacán sirvió como mi enlace durante el proceso de gestión. En el Colegio de Michoacán, Claudia Tomic Hernández, Inés Campos, Iván Alonso Casas y Griselda Bolaños revisaron la bibliografía, actualizaron las fechas de obras citadas como en proceso de publicación e identificaron títulos que ya estaban traducidos al español o fueron originalmente escritos en español para así suplementar la bibliografía original. En el Departamento de Publicaciones de El Colegio de Michoacán todo el proceso de edición bajo la dirección atinada de Patricia Delgado fue realizada por Guadalupe Lemus y Rosa Ma. Manzo. Otro apoyo valioso para esta publicación fue la colaboración de Gavin Smith y de Leigh Binford quienes realizaron la introducción a esta publicación en español, texto en el cual ofrecen el contexto teórico metodológico y etnográfico de la obra publicada por Roseberry de la edición original en inglés de Antropologías e historias en 1989, así como de las obras publicadas en el periodo posterior, de 1990-2004. Otro apoyo sin el cual no hubiésemos logrado la publicación fue la ayuda incondicional de Nicole Polier, la compañera y colaboradora de Bill Roseberry quien siempre con entusiasmo promovió la presente publicación. Andrew Roth Seneff LEER A ROSEBERRY Gavin Smith y Leigh Binford Los artículos y capítulos de libros publicados de la autoría de William Roseberry, así como su propia monografía y libros editados, tienen especial consonancia con los últimos veinticinco años del siglo XX (y, de manera póstuma, los dos primeros años de este siglo). Quizás sea útil al lector no avezado en su obra situar este material en el contexto de las diversas escuelas de pensamiento dominantes de la época, además de aquellas vigentes durante el periodo de formación intelectual de Roseberry. Inmersos en esa tarea, casualmente nos encontramos siguiendo un estilo muy cercano al del autor. La forma en que Roseberry abordaba un tema, un problema o un aspecto de la teoría siempre consistía en situarlo dentro de un momento histórico concreto tanto en términos del entorno político-social como de las corrientes intelectuales predominantes. De hecho, en el grueso de sus aportaciones a la teoría escribe al tiempo que dialoga con determinados autores. ¿Cuáles son, pues, algunas de las tendencias y escuelas que conforman los antecedentes de la obra de Roseberry? Destacarlas no equivale a ofrecer una lista exhaustiva, sino seleccionar aquellas que él mismo consideró relevantes y con las que, en muchos casos, entabló un diálogo. De cierta forma esto podría interpretarse como un viraje de los métodos y las concomitantes imágenes de sociedad y cultura que llegaron con los estudios comunitarios, o las sociedades y culturas como si fuesen comunidades, a los estudios campesinos. Tal como lo señala Roseberry, se trató de un importante y sorprendentemente tardío viraje dentro de la antropología como disciplina. En términos generales, se suscitó después de la Segunda Guerra Mundial y su figura emblemática fue el volumen editado por Steward con el título The People of Puerto Rico. El término ‘campesino’ o ‘el campesinado’ (este último menos empleado por los antropólogos) se usaba para referirse a los pueblos estudiados por los antropólogos cuyas vidas no estaban claramente contenidas dentro de la noción de una ‘comunidad’ relativamente aislada, es decir, una comunidad donde el ideal del aislamiento etnográfico no pudiese sostenerse empírica o metodológicamente, siendo esto lo que de hecho detonó el cambio. De manera que es posible decir que una vez que los antropólogos empezaron a tomarse los ‘campesinados’ en serio en el sentido que Redfield formulara como ‘parte culturas y parte sociedades’, la investigación etnográfica misma tuvo que cambiar entre escalas: ya no puede limitarse a concebir una localidad capaz de ser estudiada mediante la ‘observación participativa’ y después un ‘afuera’ (la sociedad en un sentido más amplio, el Estado, la economía mundial) como algo que dejar para el último capítulo de una monografía. Lejos de ello, el desafío desde el interior de la tradición del trabajo de campo antropológico consistió en cómo abordar esta problemática. Podemos señalar dos cosas acerca de este desplazamiento. La primera es que, tras un periodo inicial de transición en la década de 1940, aparecieron estudios serios e importantes del campesinado enmarañados al interior de cuestiones en torno a cómo pensar la economía.1 En consecuencia, surgieron dos conversaciones; una entre etnografías que buscaban entender a los campesinos y el campo establecido de la ‘antropología económica’, y otra entre antropólogos y quienes, desde otras disciplinas, habían abordado desde mucho tiempo antes ‘la cuestión campesina’ o ‘la cuestión agraria’ como tema de controversia y debate. Así, esa fue la primera alteración de la otrora tranquilidad etnográfica. 1 Habrá quien argumente contra esta valoración, pero en todo caso fueron estas líneas en los estudios campesinos las que más interesaron e influyeron en Roseberry. Lo segundo que hay que decir sobre este desplazamiento es que había una versión simple y una versión más compleja. La versión simple empezaba con los propios campesinos y, desde ese lugar de ventaja contemplaba un entorno más amplio donde siempre se les podía encontrar: había hogares campesinos, comunidades campesinas, culturas localizadas, etcétera, y después había entornos más vastos, concebidos en términos de una economía o una cultura o un conjunto de relaciones de poder más amplias. Una versión más compleja e irremisiblemente casada con la investigación etnográfica históricamente informada apareció en escena al partir de la historia de la propia formación social general dentro de la cual podían surgir (o no) diferentes tipos de campesinados o jornaleros. Posiblemente el trabajo de Eric Wolf sobre el México de la década de 1950 constituya el ejemplo más claro de este tipo de antropología. Con algunas excepciones,2 la obra de Roseberry es producto de estas corrientes y debates, y se propone la tarea de avanzar a partir de ellas. Afortunadamente para nosotros, su pluma siempre es muy explícita en cuanto a su postura dentro de esos debates y a las coyunturas sociales y económicas que inyectaron tal relevancia a esos temas, tanto a los ojos de la antropología como de la historiografía y del amplio ámbito político. De hecho podemos decir, sin correr riesgos, que esta es la mayor aportación de Roseberry a nuestro entendimiento del mundo cuando
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