s de suponerse que semejante delito haya Esido cometido por Sólo las amantes serán inmortales mujeres, pues manos de hombre no son capaces de tanta ferocidad y rapiña en una mujer, y menos con circunstancias como la de MARÍA TERESA GARZÓN MARTÍNEZ desnudar a la víctima y María Teresa Garzón Martínez es feminista, escritora y académica. Funda- magullarle el cráneo en la dora del Comando Colibrí: escuelas de forma más cruel” defensa personal para mujeres y otros cuerpos en peligro, miembra (con a) del Grupo Latinoamericano de Estudios, Formación y Acción Feminista (GLEFAS) e investigadora del Centro de Estudios Superiores de México y Centroamérica de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Cesmeca-Unicach), donde es líder del Cuerpo Académico en Estudios de Género y Feminismo y co-fundadora En tiempos de furia, vol 1 del Posgrado en Estudios e Intervención Feminista. Doctora en Ciencias Sociales, Maestra en Estudios Feministas, Maestra y Especialista en Estudios Culturales y Crí- tica Literaria, se ha desempeñado como investigadora, docente, editora y consul- tora. Su obra se puede encontrar en: mariateresagarzonmartinez.academia.edu Hacerse pasar por la que una no es una pasarHacerse no la que por Modernización, criminalidad y no mujeres en la Bogotá de 1920 María Teresa Garzón Martínez En tiempos de furia, vol 2 María Teresa Garzón Martínez Modernización, criminalidad y no mujeres en la Bogotá de 1920 364.1523 G37 Garzón Martínez, María Teresa Hacerse pasar por lo que una no es. Modernización, criminalidad y no mujeres en la Bogotá de 1920 / María Teresa Garzón Martínez.-- 1a. Ed.-- Tuxtla Gutiérrez, Chiapas: UNICACH, 2018. 172 páginas; 17x21.5 centímetros. ISBN: 978-607-543-054-6 1. Homicidio – Mujeres. 2. Víctima – Victimaria – Criminalidad femenina. Primera edición: septiembre de 2018 D. R. © 2018, Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas 1Av. Sur Poniente 1460, 29000, Tuxtla Gutiérrez, Chiapas www.unicach.edu.mx Centro de Estudios Superiores de México y Centroamérica Calle Bugambilia 30, Fracc. La Buena Esperanza San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, 29243, México Tel. y fax: (967) 6786921, ext. 106 www.cesmeca.unicach.mx [email protected] ISBN: 978-607-543-054-6 Impreso en México/Reservados los derechos Foto de portada: “Indias con tela roja”, 1959, Pintura, Leopoldo Richter. Original resguardado en la Colección de Arte del Banco de la República de Colombia. Imagen tomada de: www.banrepcultural.org/coleccion-de-arte-banco-de-la-republica/obra/indias-con- tela-roja Corrección de estilo: Doriam del Carmen Reyes Mendoza. Este libro ha sido dictaminado por pares académicos. La impresión de esta obra fue posible gracias al financiamiento del Fondo Mixto (CONACYT, Gobierno del Estado de Chiapas). Contenido El trabajo del alma | 9 Introducción | 13 La ciudad de la ilusión | 29 La prosperidad al “debe” | 34 La modernización y sus fantasmas | 40 Razas que no deberían existir y, sin embargo, existen | 45 Reinas de vuestros hogares, madres de vuestros hijos | 51 Somos malas, podemos ser peores | 61 Temibles hembras | 66 Hembras de cuyos delicados sentimientos y virtud no sólo es posible sino lícito dudar | 69 Si no pueden tenerlos, que no los tengan | 76 Las que insisten en matarse | 80 Si 300 veces se salva, 300 veces volveré a matarlo | 84 8 CONTENIDO Horroroso crimen en el Paseo Bolívar | 91 Una Juanita Tenorio | 98 Las hermanas Rodríguez y la “Lugo” | 103 Raquel Sarmiento está loca | 109 La chicha y las más bajas pasiones | 117 Hacerse pasar por lo que una no es | 127 Regresar a Wittig, siempre regresar a Wittig | 132 No se nace no mujer y, en algún sentido, nunca se llega a serlo | 140 Hacerse pasar | 147 Un paso a otra vida | 155 Epílogo | 161 Bibliografía | 163 El trabajo del alma a escritura para mí es un placer solitario, como ver una película de Raffaela Anderson. No obstante, el presente escrito fue posible gracias al apoyo y la inspiración de varias personas, por lo que escribir se convirtió en una aventura de grupo. Por ello, quiero agradecer en primer lugar a la Universidad Nacional de Colombia L(Maestría en Estudios de Género) y a la Pontificia Universidad Javeriana de Colombia (Maestría en Estudios Culturales), el permitirme acceder a la me- jor formación y realizar en estas casas de estudio las investigaciones que die- ron como resultado el presente libro. También agradezco a mi madre, a mi padre, a mi hermana Claudia y a mi hermano Miguel Andrés, el apoyo cons- tante. A Adrián Freja, Miguel Gil y María Angélica Garzón, la ayuda puntual. A Marta Cabrera, por apoyarme en el momento en que lo necesité. A Ochy Curiel, Yuderkys Espinosa y Mónica Cejas, por acompañarme en la aventura del feminismo y los estudios culturales. A Pascale Molinier, por leer ciertos apartados de este escrito y brindarme orientación fundamental. A Ana Lau Jaiven por su amoroso apoyo y compañía. A Raúl López Martínez, por hacer equipo empujándome a seguir. A mi abuela Ceci, quien cree que mi trabajo sobre mujeres asesinas versa sobre la educación de las mujeres y, en parte, tiene razón. A mi Tita, por llenarme de bendiciones donde quiera que esté. A mis pequeños Atila, Statham y Boyka, por todo el amor y la compañía en los diferentes momentos de la escritura. Al Café Natura, en San Cristóbal de Las 10 MARÍA TERESA GARZÓN MARTÍNEZ Casas por su delicioso café. Con especial cariño quiero agradecer a quien me enseñó a seguir “el conejo blanco”, por brindarme su paciencia, por la eterna compañía y por invitarme a contar una historia: Santiago Castro-Gómez. Y, por último, agradezco muy especialmente a la luz de mi camino, luna de mi noche, por la confianza, las enseñanzas y la compañía constante, mi maestra eterna: Mara Viveros. ¿Qué sería de mí sin ti? El feminismo se vende mejor como una (tele)novela Michéle Barrett Introducción oy a contar una historia.1 Hace mucho tiempo atrás, tal vez diecisiete o dieciocho años, me encontraba en la Biblioteca Na- cional leyendo crónica roja bogotana. Por esa época, hacía mis pinitos en investigación como asistente de investigación en el proyecto “Biblioteca de Bogotá” (Alcaldía Mayor de Bogotá, 2000),V y estudiaba literatura en la Universidad Nacional de Colombia. Algu- nas personas pensaban que era lesivo trabajar en crónica roja, como también lo era trabajar en temas de género o feminismo, y que me podía desestabili- zar emocionalmente. Pero yo me divertía morbosamente al leer ese tipo de historias y trataba de indagar más sobre víctimas y victimarios. Además, ya para esa época mis niveles de serotonina empezaban a fallar, lo que me deja- ba, como consecuencia, una vida nostálgica, depresiva y llena de llanto, por lo que la desestabilización emocional no me era ajena. Suicidios, homicidios, 1 El presente libro es resultado de dos investigaciones —revisadas y actualizadas— realizadas para obtener los títulos de Magister en Estudios de Género, con la tesis Representaciones de mujeres en 1920 (2009), en la Escuela de Estudios de Género en la Universidad Nacional de Colombia, y de Magister en Estudios Culturales, con la tesis Hacerse pasar por lo que una no es: hacia una performati- vidad descolonial del silencio (2012), en la Pontificia Universidad Javeriana de Colombia. Una versión en corto de este texto fue publicada, a manera de artículo, bajo el título “ ‘Es de suponerse que se- mejante delito haya sido cometido por mujeres…’ O el miedo a las otras”, en el año 2011, en la revista Andamios, vol 8, núm 17, disponible en: http://www.scielo.org.mx/pdf/anda/v8n17/v8n17a5.pdf. 14 MARÍA TERESA GARZÓN MARTÍNEZ uxoricidios, ataques con arma blanca pasaban por mis ojos, pero ninguno lla- mó mi atención tan fuertemente como el caso de Eva Pinzón, alias la “Ñapa”. Corría el año de 1922 cuando, cerca del Paseo Bolívar,2 en Bogotá, se ha- lló el cadáver de una joven en muy mal estado. Terrible era el cuadro que pintaron El Diario Nacional, El Tiempo y El Espectador, periódicos que, entre otros, se ocuparon detalladamente del caso: un cuerpo desnudo, con las tripas salidas, su interior lleno de tierra y el cráneo deshecho. Sin duda alguna, éste fue el homicidio más espantoso para la criminología bogotana de aquella época, sólo comparable con el caso de la “Chiquita”, en México, o las hermanas Papin, en Francia, o la Dalia Negra, en los Estados Unidos.3 Pero ¿quién pudo cometer semejante acto? ¿Cómo sucedieron los hechos? ¿Cuáles pudieron ser los móviles del homicidio? Fueron muchas las especu- 2 El Paseo Bolívar era un cinturón de miseria inmenso en la ciudad de Bogotá que se extendía, en los años veinte, entre la Plaza Egipto y el Parque de la Independencia, y en donde, según datos de Santiago Castro-Gómez (2009), habitaban cerca de catorce mil personas, la mayoría campesinos in- migrantes, lo que correspondía al diez por ciento de los habitantes de Bogotá. 3 En marzo de 1897, la prostituta mexicana María Villa, conocida con el alias de “Chiquita”, dispara varias veces una Smith calibre 38 a la cara de otra prostituta conocida como la “Malagueña”, debido a una disputa amorosa. El hecho no reviste mayor originalidad, pese a que los mismos periódicos que tratan el asunto reconocen que una mujer asesina no es lo “normal”, en lo que luego se conocerá como uno de los hechos más impactantes de la Ciudad de México. Así, lo que lo convierte en paradigmático es que la prensa del Porfiriato lo usa para ilustrar no sólo la “degeneración” de las protagonistas, sino también lo que la sociedad debe repudiar, en tanto pone en peligro el sistema axiológico de la época. En ese sentido, el despliegue mediático de la noticia es espectacular, y muestra motivos, personajes, lugares y la posterior condena de la Chiquita y su vida en prisión.
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