César Sánchez Norato Segunda edición. Cádiz, 2012 Dedicatoria Esta obra está dedicada de manera general al pueblo de Barrue- copardo y a todos los barruecopardenses, pasados, presentes y futu- ros; pues pensando en todos ellos he dedicado varios años de mi vi- da y empleado miles y miles de horas, pegado al ordenador, para ofrecerles la Historia –mi Historia– del pueblo que los viera, ve y verá nacer. Dedicatoria especial merecen mi esposa, mis hijos y mis nietos, presentes y venideros, si los hubiere; a los presentes por el tiempo que les he detraído. Va también dedicada a mis otros familiares y amigos. Disculpas A todas y cada una de aquellas personas o familiares, entidades, or- ganizaciones o instituciones que se vieran o consideraran verse mencio- nadas o aludidas en esta obra, aún sin su beneplácito, o que los hechos, comentarios y opiniones, personales o ajenas, narrados no les resulta- ran de su agrado, les pido mis más sinceras disculpas, aunque en mi mente jamás ha estado presente el ánimo de molestar o de ofensa. He considerado, acaso de manera equivocada, que, en mi papel de historiador, debía incluirlos por haber formado parte de la Historia de Barruecopardo, al tiempo que ofrecer una ayuda, sumamente importan- te en determinados casos, genealógica. Historia de Barruecopardo. César Sánchez Norato Agradecimientos A todos aquellos –vivos aún y difuntos ya– que me han ayu- dado a obtener información, pues sin ella nada hubiera sido posi- ble. De forma particular a José Iglesias Vicente, por su inestima- ble ayuda: dándome ánimos permanentemente, su apoyo, su pare- cer, sus sugerencias y sus correcciones. A quienes habiendo leído parte de esta obra, que les ha gus- tado, me han manifestado sus congratulciones. Y, cómo no, a todos los futuros lectores. Agradecimiento especial, y mi admiración, a D. Julián Ro- dríguez Hernández hijo del antiguo médico del mismo nombre, – “Juli” para los barruecopardenses mayores–, por haber aceptado prologar esta obra y por los elogios, sin límites, vertidos sobre es- te trabajo de este humilde escritor. No es para tanto. Permítaseme a este respecto una licencia. Cuando ya tenía escrito prácticamente todo sobre su padre como médico y como alcalde y también sobre su currículo propio, tuve la osadía de pedir su teléfono y contactar con él para que me aclarara un par de cuestiones. Juli siempre fue querido y admirado en casa de mis padres, y su nombre se pronunció mil veces. Con el paso del tiempo, las buenas relaciones se difuminaron hasta perderse. Cuando lo llamé por teléfono, no sin cierta cautela por la ausencia de relación, y me presenté, no me dejó hablar “de mi li- bro”, como dijo Francisco Umbral, pues se explayó amablemente en recuerdos y en elogios y parabienes reiteradamente sobre mi anterior Historia del pueblo que había rescatado de Internet y so- bre mi familia. Después hemos hablado varias veces y me ha de- mostrado, según mi apreciación, el mismo cariño y admiración con los que se hablaba de él en mi casa paterna. “De bien queri- dos es saber querer”. Gracias Juli, has vuelto a mi casa. El autor Historia de Barruecopardo. César Sánchez Norato Prólogo Partir de una página en blanco, bucear durante años por un extenso e intrincado laberinto de datos inconexos, legajos, referencias y testimonios para hilar un relato rico y profundo, ameno y lleno de detalles sobre la Historia de un pueblo casi insig- nificante es, ante todo, un acto de amor a nuestra tierra. Es lo que ha realizado nues- tro paisano César Sánchez Norato. Gracias al trabajo de personas como César, nuestra historia ve la luz, no se pier- de en el olvido y pasará de generación en generación. El prototipo que tengo en mis manos y que con tanto gusto prologo, representa una aventura extraordinariamente generosa y paciente llena de amor a Barruecopar- do, la tierra que nos vio nacer. Una aventura, en cierto modo quijotesca por la dificul- tad que entraña adentrarse en un terreno, que hasta ahora nadie se había atrevido a explorar en profundidad y que por tanto obliga a afrontar el proyecto sin referencias previas, con una determinación encomiable. Huyendo del camino fácil, César Sánchez Norato se ha remontado a los oríge- nes, a la propia prehistoria para, a lo largo de varios cientos de páginas, ir constru- yendo ese camino que nos ayuda a entender mejor de dónde venimos y nos hace comprender mejor quiénes somos. El autor vive y siente profundamente su pueblo, nuestro pueblo, pero también sabe mirarlo desde la distancia, con el rigor que caracteriza al historiador que sabe que se debe al dato verídico y contrastado. Sánchez Norato ha escrutado y escudri- ñado cada rincón de la historia de Barrueco, de su paisaje y su paisanaje, investigan- do con minuciosidad datos que a otros se les escaparon o no encontraron. He disfrutado de este viaje al pasado que nos traslada a los Celtas, al Imperio Romano y a la Orden de Santiago; nos lleva por vetones, lusitanos y astures, señorí- os y realengos, por leyendas para mi desconocidas, como la de la serpiente de oro, y por historias que oí contar de niño a la salida de la escuela cuando terminaban las clases de Don Marcial. Con su lectura, amena e interesante, he revivido capítulos de mi infancia, como la llegada del teléfono o la fiebre del wolframio y he tenido por primera vez conoci- miento de algunos hechos inéditos que ahora comparto con mis nietos, como la visi- ta-pernoctación de Unamuno al pueblo. Conozco al autor desde hace muchos años, tantos que ni me acuerdo, y se de los sentimientos que animan el espíritu de hombres como él. Historia de Barruecopardo. César Sánchez Norato Página I El libro no es otra cosa que el resultado de la vitalidad, esfuerzo, curiosidad y entrega que ha caracterizado la vida de su autor. Me maravilla de él su vasta formación, su polifacetismo y esa inquietud inago- table por aprender y superarse, su capacidad de caminar entre dos aguas, de estar a pie de obra y en las aulas, demostrar sus destrezas manuales e impartir conocimien- tos técnicos a sus miles de alumnos. Como se ve en este libro, su pluma es ágil y didáctica y me consta que, aunque ya jubilado, muchos de sus apuntes de Ingeniería Electrónica se siguen utilizando por estudiantes de institutos y universidades. La semilla que deja un buen maestro no se jubila nunca, jamás se sabe hasta cuándo y adónde llegará su influencia. Como en sus obras de carácter docente, deseo para este libro que la mirada del autor se difunda y consiga que las generaciones venideras puedan disfrutar y sepan apreciar el encomiable esfuerzo realizado de una manera tan desinteresada. Creo sinceramente que todos los barruecopardenses contraemos una deuda de gratitud con alguien que, durante años, ha ahondado con minuciosidad en las raíces, el paisaje y las gentes de un pueblo charro para escribir una pequeña historia de Ba- rrueco, para nosotros un relato de cosas grandes que demuestra, volviendo a Una- muno, que hay otra historia, la intrahistoria, que se escapa de los grandes libros y periódicos, que la hacen millones de seres humanos anónimos y que es la que susten- ta el progreso y la tradición eterna. El autor puede estar satisfecho de lo que ha escrito y sus paisanos orgullosos de que un hijo del pueblo haga un recorrido sincero e inteligente por la historia de nues- tra querida tierra. Guadarrama, septiembre 2013 Julián Rodríguez Hernández General de División de Sanidad del Ejército del Aire Historia de Barruecopardo. César Sánchez Norato Página II Implementación © Copyright César Sánchez Norato. Reservados todos los derechos. Implementación Escribo esto después de terminado el trabajo, explicando someramente los avatares habidos en esta locura de empresa en la que me he embarcado. Confieso que me ha resultado sumamente complicado el parto de esta obra. Después de muchos años de recogida de datos e información sobre Barruecopardo pro- cedentes de diversas fuentes, siempre difíciles de conseguir, me propuse escribir con ellos la Historia de nuestro pueblo. La información procede de hechos históricos; de documentos o de partes, mínimas a veces, de ellos; de numerosos testimonios de personas ya fallecidas y de otras que aún viven. La obra la he completado con opiniones, en ocasiones, personales y de experiencias, relatos o recuerdos propios y ajenos. Asimismo me he servido de la leyenda y de la tradición. En momentos de dubitación o falta de confirmación, recurro al “creo que”, considero que, pienso que, etc; expresiones nada apropiadas para este tipo de trabajo; pero que deben entender- se como que lo narrado se aproxima mucho, salvo error u omisión, a la realidad y, por ende, a la Historia. Esto es así porque no he podido constatarlo, pero que es intrascendente. Las opiniones personales que, obviamente, pueden no ser compartidas por algunos de los lectores, y que, en todo caso pueden considerarse solamente como tales, las he reflejado, tratando de ser lo más objetivo posible, para que, aparte de aportar ideas y de enriquecer la obra, sirvan como punto de partida o reto para que otros estudiosos puedan rebatirlas con fun- damento y sirvan para mejorar nuestra Historia, que, en definitiva, es de lo que se trata. La Historia siempre estará abierta; más en el caso de nuestro municipio, donde la información es escasa y difícilmente conseguible. Las experiencias personales las recojo para reforzar el pasaje, hecho o acontecimiento en el que las enmarco. Suelen ir acompañadas de matices o información complementaria. Cuando describo “historias personales”, como ascendencia o genealogía propia, no se entienda como un narcisismo o egocentrismo.
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