Marina Dodero

Marina Dodero

“después de tanto A punto de publicar sus memorias tiempo quise rendirle un homenaje y contarle al mundo sobre la gran mujer MArinA dOderO que existía detrás de la RECUERDA A CHRISTINA OnASSiS AL CUMPLIRSe fortuna Onassis” VeinTiCinCO AÑOS de SU MUerTe a pasaron veinticinco años desde que Marina Dodero –con ese nom- La mejor amiga y confidente de la hija del armador griego Aristóteles Onassis Y bre la conoció el mundo a pesar de que en 1991 se divorció de Alberto Do- habla en exclusiva para ¡Hola! Argentina en una entrevista inédita en la que dero tras quince años de matrimonio– se convirtió, por unos días, en la persona define a Christina como una mujer de gran corazón, que durante toda su vida más buscada por la prensa internacional. Sucedió en cuanto se supo que la mujer Arriba: el álbum de los recuerdos de una amistad que terminó con la prematura muerte de más rica del planeta, Christina Onassis, luchó por ser feliz y encontrar el verdadero amor Christina, en la casa de fin de semana de Marina, en Tortugas. Testigo inigualable del mundo había perdido la vida en el baño de su de los Onassis, muchas de sus fotos ilustrarán el libro que estará en las librerías a principios del casa de fin de semana en Tortugas. Fue la próximo año. Abajo: Marina y Christina posan momentos antes de salir a la recepción que el madrugada del 20 de noviembre de 1988, entonces embajador de Estados Unidos en Argentina, Theodore Gildred, le ofreció a la heredera a pocos días de que la heredera de Aristó- griega en su residencia de Buenos Aires. La imagen fue tomada la noche del 16 de noviembre de teles Onassis cumpliera 38 años. Maltrata- 1988, tres días antes de su inesperada muerte. da e incomprendida por la opinión públi- ca, Christina se convirtió en poco tiempo en un misterio y en un personaje deseado para las revistas de actualidad. Marina Tchomlekdjoglou Embirikos –su padre, Stylianos Tchomlekdjoglou, provenía de una importante familia que por décadas tuvo el monopolio textil en Rumania, y su madre, Mosha, pertenecía a la primera familia de navieros de Gre- cia– no superó ese estigma y hasta el día de hoy sigue viviendo perseguida por la sombra de la muerte de su mejor amiga. Se conocieron un soleado día del ve- rano de 1966 en la playa de Punta del Este y desde entonces sus vidas jamás se separaron. Aquella mañana, la medio hermana de Aristóteles Onassis, Meropi Konialidis, las presentó porque pensó que su sobrina y la nieta del millonario George Embirikos podían llegar a ser buenas amigas, ya que las dos eran grie- gas y provenían de importantes dinas- tías navieras. Por supuesto, no se equi- En la suite que la hija del célebre armador vocó. Desde aquel primer momento se griego compró en el hotel Alvear para que hicieron confidentes y Marina se con- durmiera su gobernanta, Eleni Syros, y desde virtió en testigo privilegiado del mundo la que llamaba todas las mañanas a su hija de los Onassis. Hoy habla en exclusiva Athina cada vez que visitaba Argentina. para ¡Hola! y cuenta los motivos que la “No hay lugar al que asista en el que no llevaron a escribir este libro de memo- me pregunten acerca de mi eterna amiga, rias. En una entrevista inédita, recuer- sobre sus adicciones, la relación con su da a su amiga como una mujer de gran padre, las tensiones con Jackie Kennedy, el corazón que durante toda su vida sola- resentimiento hacia su madre… Y eso fue mente luchó por ser feliz y encontrar al lo que me llevó a escribir mis memorias verdadero amor. Una mujer bondadosa y recordar mis años al lado de Christina y sensible que tristemente murió cuan- Onassis”, cuenta Marina. 48 49 “Con el paso de los años entendí lo que Christina representaba mundialmente, sin embargo siempre la recuerdo como un ser humano que me cuidó y me mimó como si fuera su propia hija” (Cristina dodero) do su hija Athina, el ser al que amó te de Christina, jamás volví a ver a su por sobre todas las cosas, solamente hija. Es algo que me duele profun- tenía 3 años. damente porque yo sé que ella tiene –¿Qué la llevó a escribir sobre Chris- muchos rasgos de su madre, tanto tina después de tantos años? físicos como de personalidad. Siem- –La primera vez que me propusie- pre que la veo en alguna revista, se ron escribir sobre ella fue a los pocos me estruja el corazón al percibir mu- días de que perdió la vida en mi casa chas cosas de Christina en ella. Debo de fin de semana. Abrumada, triste y confesar que una de las mayores ra- en estado de shock, me fue imposi- zones que me llevaron a escribir este ble hacerlo. A pesar de que di varias libro fue para que su hija conociera entrevistas, nunca quise publicar un un poco más sobre su madre, ya que libro porque no quería lucrar con la tristemente cuando Christina murió, muerte de mi mejor amiga, una mu- a Athina le borraron todos sus re- jer en la que pienso todos los días y cuerdos, sus fotos, sus pertenencias que, más allá de haberse convertido e inclusive el contacto conmigo. Po- en la heredera más famosa del siglo cos días antes de morir, Christina me XX, para mí era simplemente una pidió que si le llegaba a pasar algo, Marina Dodero –nacida Tchomlekdjoglou– posa mujer de carne y hueso con la que no descuidara a Athina y que siem- en el Salón de los Bustos del Teatro Colón con su reí, lloré y viví momentos llenos de pre estuviera muy pendiente de ella. Arriba: Cristina “Tweety” Dodero y Athina Roussel hija Cristina, ahijada de la desaparecida Christina felicidad y de tristeza. Fue gracias a una gran amiga mía disfrutando de una tarde de pileta en Cap Ferrat, el Onassis, quien la cargó en sus brazos cuando fue –¿Cómo era su relación? que trabajó por muchos años para exclusivo destino del sur de Francia en el que Christina bautizada por monseñor Meletios en la catedral –La primera vez que nos vimos fue Thierry Roussel, el padre de Athina, vivió muchos de sus últimos veranos. “Pasábamos los ortodoxa griega de París (arriba) en 1983. en el verano de 1966 y hasta la última que me enteraba de que estaba cre- días más divertidos del mundo dibujando, nadando, noche de su vida nuestra relación fue ciendo rodeada por el cariño de una esquiando... Christina era una mujer sencilla que educó a única. Muy distinta a la de dos amigas familia. Repaso mis álbumes y puedo su hija de la misma forma en que mi madre me educó a que simplemente se quieren. Porque detenerme horas viendo la mirada mí”, cuenta “Tweety”. Abajo: Marina posa junto a Athina ella fue para mí una madre, una her- de Athina, ya que en ella veo la de su en Villa Crystal, el chalet de dieciocho habitaciones que mana, una compañera, la guardiana madre: sus mismos ojos, sus mismas Christina tenía en St. Moritz. Era enero de 1987. de mis hijas… Pasamos juntas mo- manos, su misma cara temerosa… mentos únicos y el cariño que nos –¿Extraña a Christina? teníamos estuvo siempre presente. –Mucho, sobre todo cuando estoy Todas las noches, antes de irme a dor- atravesando momentos difíciles, por- mir, pido por ella y sé que desde algún que ella siempre tenía una solución lugar me protege. para las cosas. Extraño sus llamadas –¿Cuánta verdad hay sobre todo lo por teléfono para saber cómo esta- que se escribió acerca de la hija de ba y ponernos al día, porque desde Aristóteles Onassis? que me casé con Alberto mi familia –Después de veinticinco años le- y yo nos convertimos también en su yendo y viendo cómo la memoria de familia, lo cual me llenaba de orgullo Christina era ensuciada con las histo- porque sé lo mucho que ella sufrió rias más insólitas, quise rendirle un después del divorcio de sus padres, homenaje y contarle al mundo sobre en 1960. Obviamente que extraño la gran mujer que existía detrás de la los maravillosos momentos que pasá- fortuna Onassis. También lo hice por- bamos juntas en Skorpios disfrutan- que quería que Athina, el ser al que do del mar y del sol del Jónico o las Christina más amó en su vida, supiera interminables tardes que caminába- cómo fue en realidad su madre. Que mos por el Faubourg Saint Honoré conociera el lado humano de la per- haciendo compras. De hecho, desde sona que la trajo al mundo. que murió jamás regresé a París, ya –¿Cuál es hoy su vínculo con Athina? que si lo hiciera no pararía de llorar. –Por desgracia, después de la muer- Porque, para mí, París es Christina. 50 51 Arriba: el día de la boda civil de Christina Onassis y Thierry –Algunos especulan con que usted uti- una hija. De hecho, el día que nació, la Rousell en el Ayuntamiento de París, el 17 de marzo de lizó la muerte de Christina para buscar heredera de Onassis le confesó a su gran 1984. Al lado de la novia aparece Marina, que fue uno de fama… amiga que le encantaría ser su madrina y, los testigos y ese día lució un diseño de Jean-Louis Scherrer. –Mi conciencia está tranquila de todo a principios de 1983, organizó todo para Junto a Thierry está su madre, Francine Grinda. Derecha, lo que hice y dije sobre Christina. Y aun- bautizarla en la catedral ortodoxa griega arriba: Marina y Christina comiendo con amigos en el que me hice famosa mundialmente por su de París, donde la cargó en sus brazos exclusivo Corviglia Club de St.

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